martes, 27 de marzo de 2018

El Mandamiento Dificil



Hola chicos;  os invito a
 ver estos artículos:

- El Mandamiento Dificil
-Carta a un Materialista
-Jesús  demostró la vida tras  la muerte
- Frutos

                        
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              El MANDAMIENTO DIFÍCIL 

      El mandamiento central de los Evangelios, y por esto mismo el más complejo y el más difícil, es el de amar al prójimo como a nosotros mismos y a Dios sobre todas las cosas. Amar al prójimo no parece muy difícil, pero amarlo como a nosotros mismos es casi una temeridad. Mas Jesús lo dio de manera enérgica, explicando también que este amor corresponde al amor a Dios. Amamos naturalmente a nosotros mismos con tal ahínco que extendemos este amor a la familia y se lo negamos a las personas extrañas, generalmente de manera agresiva y celosa. Podemos explicar esto, psicológicamente, por el egocentrismo de la infancia, que es una exigencia de la formación de la personalidad. Si el niño no fuese, como se acostumbra decir, el centro del mundo, y no se apegase a esta centralización, seria fácilmente absorbida en la mundanidad y dispersa en la temporalidad, para usar la terminología de Heideggard. Para mantenerse siendo ella misma, el niño tendrá que apegarse con uñas y dientes a su ego, este pivote interno, en torno del cual se desenvuelven las energías de la afectividad y de la creatividad. El mundo nos atrae e intenta absorbernos en un proceso de dispersión centrífuga. Si no tuviésemos el pivote del ego, con sus energías centralizadoras, el ser estaría sujeto a perderse en la dispersión de las energías ónticas. Lo normal es que estas dos corrientes energéticas se contrabalanceen, sin lo que tendríamos al individuo egoísta o al individuo amorfo, sin alcanzar  nunca la formación de la personalidad que define al hombre. La permanente amenaza y el temor de la dispersión generan en el hombre la reacción de defensa contra la eternidad. 
      En las civilizaciones encontramos un desenvolvimiento agudo del socio-centrismo, en que los extranjeros son considerados impuros, como en la Antigua Israel, o considerados bárbaros, como en la Roma Antigua. El mismo instinto de conservación, que comienza en la ley física de la inercia y se prolonga en las cosas y en los seres, hasta el hombre, y sus instituciones, completa este cuadro defensivo. No hay dudas que nuestra desconfianza en relación al prójimo proviene de estas fuerzas instintivas. Solo conseguiremos vencerlas cuando nos sintamos plenamente  maduros, como seres formados y definidos en nuestra personalidad. Cuanto más inseguros nos sintamos, tanto más difícil se torna nuestra aceptación del prójimo, sin prevenciones ni desconfianzas. Nuestra primera actitud ante un desconocido es siempre de reserva o de antipatía. Solamente en los reencuentros reencarnatorios de criaturas afines, con un pasado de relaciones felices o una afinidad vibratoria semejante, los primeros contactos podrán ser expansivos. 

Herculano PiresEducación para la muerte.
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                          CARTA A UN MATERIALISTA


Dices que el Espiritismo será secta o religión; tan sólo el oscurantismo le da tal definición. 
Nosotros no pretendemos formar religión ninguna, tan sólo enlazar el sepulcro con la cuna. 
Queremos unificar los átomos disgregados; queremos analizar todos los hechos pasados. 
Queremos ver la razón, la causa que efecto da; y en la regeneración al miramos el más allá. 
¡No abrigamos pretensiones de tener sabiduría, que las humanas razones valen poco todavía! 
Mas tenemos intuición de la ley universal, que es su complementación la lucha del bien y el mal. 
¡Concedemos a la vida progreso indeterminado; la eternidad suspendida sobre todo lo creado! 
Vemos a Dios en las flores, en sus preciados aromas, en los pardos ruiseñores y en las cándidas palomas. 
En el lago, en el torrente, en el valle, en la espesura y en el mar que sordamente con su impotencia, murmura. 
Y en las olas que en la arena corren tras de un algo en pos, hallamos la prueba plena de la grandeza de Dios. 
Mas no le hacemos altares, ni en ídolos le adoramos; nuestros templos son los mares y los mundos que admiramos. 
Las catedrales gigantes con sus arcadas sombrías, con sus luces vacilantes y sus graves melodías. 
No son más que aberraciones del entendimiento humano, que hizo un Dios con sus pasiones y le ofreció un lujo vano. 
¿Qué son los templos de piedra de admirable construcción? ¡Si a ellos se enlaza la hiedra de la envidia y la ambición! 
Es preferible la ermita de la cumbre solitaria, donde el creyente eremita eleva a Dios su plegaria. 
Mas nosotros no formamos ningún templo en este mundo, porque en nosotros llevamos algo mas, grande y profundo. 
Por eso el Espiritismo ni es secta, ni es religión, es la esencia de Dios mismo germinando en la razón. 

- Ramos de Violetas - 
- Amalia D. Soler.


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  JESÚS DEMOSTRÓ LA VIDA TRAS LA                                MUERTE
61. Todos los evangelistas narran las apariciones de Jesús después de su muerte, con detalles circunstanciados que no permiten que se dude de su veracidad. Por otra parte, estas se explican perfectamente mediante las leyes fluídicas y las propiedades del periespíritu, y no presentan nada anómalo en relación con los fenómenos del mismo tipo, de los cuales la Historia –antigua y moderna– ofrece numerosos ejemplos, sin omitir siquiera los de tangibilidad. Si observamos las circunstancias en que ocurrieron sus diversas apariciones, en ellas reconoceremos, en tales ocasiones, todas las características de un ser fluídico. 

Jesús aparece repentinamente y del mismo modo desaparece; unos lo ven, y otros no; lo 
hace con apariencias que ni aun sus discípulos reconocen; se deja ver en ambientes cerrados, donde un cuerpo carnal no hubiera podido entrar; ni siquiera su lenguaje tiene la vivacidad del de un ser corporal; al hablar, su modo es conciso y sentencioso,característico 
de los Espíritus que se manifiestan de esa manera; todas sus actitudes, en suma, denotan algo indefinido que no es del mundo terrenal. Su presencia causa simultáneamente sorpresa y temor; al verlo, sus discípulos no le hablan con la misma libertad de antes; 
perciben que ya no es un hombre. 

Jesús, por lo tanto, se mostró con su cuerpo periespiritual, lo que explica que sólo haya sido visto por los que Él quiso que lo vieran. Si hubiera estado con su cuerpo carnal, todos lo habrían visto, como cuando estaba vivo. Dado que sus discípulos ignoraban la causa primera del fenómeno de las apariciones, no advertían esas particularidades, que probablemente no les merecían ninguna atención. Puesto que veían al Maestro y lo tocaban, para ellos aquel era el cuerpo resucitado de Jesús. 

62. En tanto que la incredulidad rechaza todos los hechos que Jesús produjo, porque tienen apariencia de sobrenaturales, y los considera sin excepción elementos de una leyenda, el espiritismo proporciona una explicación natural a la mayoría de esos hechos. Demuestra que son posibles, no sólo con base en la teoría de las leyes fluídicas, sino por la identidad que presentan con hechos análogos producidos por una gran cantidad de personas, en 
las condiciones más comunes. Puesto que en cierto modo son de dominio público, en principio esos hechos no prueban nada en lo que respecta a la naturaleza excepcional de Jesús. 

63. El más grande de los milagros que Jesús operó, el que realmente da testimonio de su superioridad, ha sido la revolución que sus enseñanzas produjeron en el mundo. a pesar de la exigüedad de sus medios de acción. 

En efecto, Jesús, modesto, pobre, nacido en la condición más humilde, en el seno de un pueblo insignificante, casi desconocido y sin ascendiente político, artístico ni literario, predica su doctrina apenas durante tres años. En ese corto lapso recibe el desprecio y la persecución de sus conciudadanos; es calumniado, acusado de impostor, y se ve obligado a huir para que no lo lapiden; sufre la traición de parte de uno de sus apóstoles, otro lo niega, y todos lo abandonan en el momento en que cae en manos de sus enemigos. Sólo hacía el bien, pero eso no impedía que fuera blanco de la malevolencia, que de los propios servicios que Él prestaba extraía motivos para acusarlo. Condenado al suplicio reservado a 
los criminales, muere ignorado por el mundo, ya que la historia de aquella época nada dice acerca de Él.

96 No dejó nada escrito; sin embargo, con la ayuda de algunos hombres tan modestos como Él, su palabra fue suficiente para regenerar al mundo. Su doctrina aniquiló al paganismo omnipotente, y se convirtió en el faro de la civilización. Tenía en su contra todo lo que causa el fracaso de las obras de los hombres, razón por la cual decimos que el triunfo que alcanzó su doctrina fue el más importante de sus milagros, al mismo tiempo que demostró el carácter divino de su misión. 

Si en vez de los principios sociales y regeneradores, basados en el porvenir espiritual del hombre, *Él sólo hubiera tenido para ofrecer a la posteridad algunos hechos maravillosos, probablemente en la actualidad su nombre sería muy poco conocido. 

La Génesis - Capítulo XV 


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                                                       FRUTOS 

"Por tanto, por sus frutos los conoceréis." - Jesús. (Mateo, 7:20) 

El mundo actual, en sus elevadas características de inteligencia, reclama frutos para examinar las simientes de los principios. 
El cristiano, en razón de eso, necesita aprender con el buen árbol que recibe los elementos de la Providencia Divina, a través de la savia, y los convierte en utilidades para las criaturas. 
Conviene el esfuerzo del autoanálisis, a fin de que identifiquemos la cualidad de nuestras propias acciones. 
Muchas palabras sonoras proporcionan simplemente la impresión de aquella higuera condenada. 
Es indispensable conocer los frutos de nuestra vida, de modo a saber si benefician a nuestros hermanos. 
La vida terrestre representa vastísima oportunidad, llena de puertas y horizontes para la eterna luz. En sus círculos, puede el hombre recibir diariamente la savia de lo Alto, transformándola en frutos de naturaleza divina.
 Indiscutiblemente, la actualidad reclama enseñanzas edificantes, pero nada comprenderá sin demostraciones prácticas, porque desde la antigüedad, la sabiduría   considera que la realización más difícil del hombre, en la esfera carnal, es vivir y morir fiel al supremo bien.
 
CAMINO, VERDAD Y VIDA 
EMMANUEL 



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