Está muy arraigada la creencia de que los grandes benefactores de la Humanidad, son espíritus que han sido destinados para ello.
Se les ha escogido con la finalidad de:
1) Traer nuevos conocimientos, que aceleren la evolución de los espíritus encarnados.
2) Participar en acciones, que conduzcan a cambios, los cuales al final, significaran un progreso para la Humanidad. Esto generalmente en condición de líder.
3) Realizar obras benéficas con el fin de aminorar las penalidades y sufrimientos, que padece el ser humano, en su tránsito como encarnado.
En el primer caso, se trata de un espíritu que ha sido escogido:
Porque pertenece a un nivel de evolución superior, al existente en nuestro mundo y posee conocimientos que en este preciso momento, le son necesarios a la humanidad.
Su tarea es impartir esta enseñanza y dejar instalado el procedimiento, para que este saber, llegue a otros seres humanos.
Estos son espíritus, los cuales al terminar su tarea, vuelven al nivel de evolución, en donde se están desarrollando.
En la mayoría de las religiones, se nos habla de la existencia de estos espíritus misionarios.
El segundo caso, trata de espíritus capaces de comandar acciones determinadas, que la misma dinámica social requiere, en forma indispensable, para la continuación de la evolución humana.
En muy pocos de estos casos intervienen los espíritus misionarios.
La mayoría de los puestos de liderazgo, son cubiertos por reencarnados, que habitan en los escenarios del acontecimiento y los cuales poseen los conocimientos y las aptitudes necesarias para dirigir y llevar a buen fin esta misión.
En la historia de la humanidad, en los procesos libertarios, avances sociales y culturales, abundan este tipo de actores.
Ellos dedican gran parte de su existencia en favor de esa lucha, generalmente sin recibir ninguna retribución por su labor.
Existe la creencia errada, de que estos espíritus fueron escogidos con anterioridad a su reencarnación, para luchar contra las adversidades y necesidades, que padece el ser humano.
Nada más errado; nuestra evolución se desarrolla mediante la lucha contra esas adversidades y necesidades que nos acompañan en la vida. Mal podría Dios, eliminar esos problemas, que resultan ser como el combustible necesario, que impulsa nuestra evolución.
Estos espíritus que realizan trabajos de ayuda al prójimo, simplemente están cumpliendo con la ley de “Causa y efecto”.
Están compensando el daño o maltrato por ellos realizado; generalmente, en vidas anteriores a sus semejantes y así van disminuyendo su carga negativa, mediante buenas acciones y ayuda al prójimo, en la vida actual.
Todo esto se basa, en la preparación que hace nuestro espíritu, con la espiritualidad que nos acompaña, antes de cada reencarnación. En ello se incluye los aspectos en los cuales debemos avanzar en nuestra evolución, en los aprendizajes que nos toca obtener, pero también, en la disminución de los daños causados por nuestras acciones, a nuestros semejantes.
Nos relata la hermana Amalia Domingo soler en unos de sus libros, de un caso en donde una persona murió a la edad de ciento cincuenta años, en Rusia.
Preguntada la Espiritualidad, sobre el motivo por el cual esta persona había vivido tanto, respondió que era el deseo de ella, tener el mayor tiempo posible para cancelar; por medio de las buenas acciones que realizaba en esta vida, el daño que había causado a la humanidad en vidas anteriores y así iniciar una nueva reencarnación, en mejores condiciones que la actual.
-Oswaldo E. Porras Dorta-
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Auxiliemos
Aprende a usar la bendición de amor que Jesús depositó en tu corazón, bajo la forma del conocimiento superior, a fin de que la Bondad Celeste no esté brillando en vano contigo.
Recuerda que el Divino Médico no vino al mundo para salvar a los sanos.
Siendo así,
- No lances la hiel envenenada de la crítica sobre las úlceras de tu hermano atribulado;
- No arrojes (1) combustible al incendio que labra (2) en el templo doméstico de tu vecino en pruebas;
- No sondees con el espino de tu curiosidad maliciosa, la llaga que intoxica el cuerpo doliente del prójimo, y no proyectes tampoco la mirada de malicia sobre los ojos enfermos de los semejantes, con el pretexto de incitarlos a que se pongan a la defensiva...
Aprendamos sobretodo a ayudar....
La plaza pública vive siempre repleta de jueces y observadores sin conmiseración (3)
En todas partes, sobran aquellos que se sienten dispuestos a discutir, confundir, desconfiar y apedrear...
Es por eso que Jesús nos enriqueció la existencia con la claridad de sus inolvidables enseñanzas, encomendándonos por encima de todo, la tarea del amor que ampara, comprende, auxilia y salva sin reclamar...
En cualquier situación a que fueres conducido, en tu lucha de cada día, recuerda que el Maestro nos aguarda, en todos los ángulos del trabajo, para que interpretemos la bondad y la compasión.
Usa la luz para disminuir las dificultades.
Moviliza el conocimiento elevado para atenuar la ignorancia.
Usa el sentimiento, olvidando las piedras espirituales del camino.
Usa el silencio de la humildad y da fe viva para que el ruido ensordecedor del mal no te atrape (4) igualmente, en la perturbación.
El Maestro no nos llamó para humillar (5)a las víctimas del sufrimiento, sino para darles valor en el rumbo de la propia redención.
Es por eso que Él, el Supremo Orientador del Mundo, al consagrarse a la Humanidad, prefirió la cruz del propio sacrificio como la cátedra (6) sublime de sus enseñanzas para nuestro ingreso en la resurección imperecedera (7)
( Instrumentos del Tiempo- Espíritu Emmanuel, psicografía de Francisco Cándido Xavier, GEEM)
1- arrojes= lances
2 – labra = cría, produce
3 – comiseración = compasión
4 – requisite = llame
5 – vergastar = hacer crítica dura, reprender con veemencia
6 – cátedra = Cargo de quien enseña
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"Los grandes espíritus, siempre han encontrado oposición, por parte de las mentes mediocres.'"
- Albert Einstein -
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Gracias a mis lectores por su cariño y paciencia esperando que yo pueda volver a la regularidad anterior en mis publicaciones.
- José Luis Martín-
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