jueves, 3 de septiembre de 2015

Contra la prostitución infanto-juvenil



¿TRASTORNA EL ESPIRITISMO LA PRÁCTICA MÉDICA?

Testimonio de Denis George, médico general y espírita El Círculo Allan Kardec y los espíritus que allí se manifiestan desde hace treinta y seis años, reclaman al mundo científico en general y al mundo médico en particular. 
Denis George, médico en Nancy desde hace veinticinco años y espírita desde hace catorce, da testimonio de su experiencia antes y después de su encuentro con el espiritismo, y hoy como médico y espírita cuya visión espiritual lo desmarca de sus colegas. En un próximo número de nuestra revista tendremos ocasión de volver sobre esta experiencia un tanto particular, pues Denis también es magnetizador y desde hace varios años desarrolla la hipnosis dentro del Círculo Allan Kardec.
Esto es tanto más interesante por cuanto es posible comparar el resultado de sus experiencias, tanto de la parte magnética como hipnótica y su reflexión ante la medicina oficial. En esta entrevista veremos que el mundo médico se abre progresivamente hacia la aceptación de las medicinas llamadas paralelas y toma en cuenta un posible origen espiritual de ciertas patologías. Esto es un progreso y va en el sentido de la afirmación de los espíritus, de que es posible otra medicina.
C.C.: ¿Cuál fue tu experiencia de vida desde un punto de vista de las convicciones religiosas y filosóficas?
D.G.: Vengo de una educación católica tradicional burguesa, ambiente familiar católico practicante, desde el jardín de infantes hasta el bachillerato, es decir… catecismo y comunión, como muchos niños de esa época y aún de ahora, sin duda. Mi despertar a las ideas filosóficas data de mis clases de bachillerato. Fue en aquella edad cuando comencé a dedicarme a otras cosas fuera del ambiente familiar. Hacia los diecisiete o dieciocho años, tuve la oportunidad de involucrarme con un medio asociativo que se inscribía en un movimiento religioso que se apoyaba en Charles de Foucault, movimiento innovador para la época por ser laico. Estaba compuesto por personas de la sociedad civil de todos los puntos de vista, que se interesaban por la espiritualidad, pero fuera del marco de la Iglesia. Ese movimiento, de carácter religioso, tomó luego una orientación diferente: intercambios culturales, multidisciplinarios, estudios sobre la psicología y el comportamiento humano; evolución cuya motivación inicial era la ayuda mutua y la solidaridad entre los miembros participantes. Yo era un joven estudiante de medicina, y eso contribuía a mi amplitud de miras sobre una visión más vasta de la naturaleza humana, del comportamiento humano; y fue útil en mi formación de médico, en particular para hacerme cargo psicoterapéutico de los pacientes. Se interesaba por el hombre en su totalidad, pero no por el espíritu tal y como es definido en espiritismo. Sin duda en esa época nos perdimos de algo. Ese movimiento se apagó progresivamente; lo abandoné en 1985. Eso corresponde a la época de mi ingreso en la medicina general. Escuché hablar de espiritismo por primera vez en 1993. Leí El Libro de los Espíritus, planteé mis preguntas a la gente cercana y me interrogué luego sobre un eventual compromiso en el Círculo Allan Kardec. Eso me tomó cierto tiempo, porque nunca me comprometo a la ligera y, sobre todo, porque naturalmente pensaba en mi oficio de médico, y no quería participar en un movimiento que pudiera ser esotérico y estrafalario. Pero, en el transcurso de mis contactos con miembros del Círculo Allan Kardec, vi bien la coherencia de las cosas, y el hecho de que esas personas tenían los pies sobre la tierra. No me las veía pues con un movimiento de tipo sectario. Y un día, decidí adherirme al Círculo Allan Kardec.
C.C.: ¿Cuáles son los elementos determinantes del espiritismo que te convencieron para que te convirtieras en espírita?
D.G.: Desde hace muchísimo tiempo, siendo joven, yo me decía que el pensamiento tiene una acción, que no es algo que no sería sino química, que sería la expresión del cerebro; y que nuestro pensamiento es algo notable. Y al interesarme en el espiritismo encontré la realidad de la fuerza del pensamiento. Igualmente, de acuerdo a los estudios que he realizado, la medicina y la ciencia siempre consideran los hechos y no la interpretación de los hechos. Primero los hechos y luego se ve lo que pasa. Es lo que vale para toda forma de observación científica. Entonces al interesarme en el espiritismo, aprendí a conocer que se producen manifestaciones (mesas giratorias, casas encantadas, apariciones fantasmales); luego, más tarde, comprendí muy progresivamente lo que es la mediumnidad, herramienta indispensable para que se produzcan ciertas cosas en comunicación con el más allá. Y por supuesto siempre, la observación de los hechos. Cuando leí El Libro de los Espíritus y en particular la introducción de Allan Kardec, encontré ese texto, y siempre lo encuentro, notable y edificante de coherencia y espíritu científico. ¡Tiene una forma tal de argumentar su punto de vista! Puesto que los hechos son tozudos, se repiten, cada espíritu científico, y en lo que a mí concierne, cada médico, debería leer ese texto porque es de una temible eficacia dialéctica.
C.C.: Siendo a la vez médico y espírita: ¿Cómo concibes (o vives) eso en el marco de tu vida profesional?
D.G.: De entrada yo no creía que hubiera algo que pasara después de la muerte. Observo gracias al espiritismo y vivo gracias al espiritismo la comunicación con el más allá, tengo de ella una experiencia progresiva y ahora un poco más completa después de catorce años de presencia en este Círculo, y puedo decir: sí, hay algo después de la muerte y los espíritus se manifiestan. Y como médico, me corresponde ahora asumir este punto de vista y dar a conocer que, sí, que las manifestaciones se observan, que los espíritus se manifiestan y entonces la muerte, que atañe a todo el mundo en cierto momento y a la que estoy enfrentado, como médico, vaya, pues más bien es una buena nueva saber que todo continua después y que hoy en día es observable. Aunque, desgraciadamente, muchas personas siguen en la creencia, el misterio de la fe o la negación, lo cual no las incita a querer comprender el fenómeno de la muerte. El medio médico no es inmune a ese comportamiento, aunque las cosas progresan más bien en buena dirección. Hay una evolución en la consideración de las circunstancias de desencadenamiento de las enfermedades: los eventos de la vida y la forma de comprenderlos, pero aún estamos lejos del reconocimiento de la existencia del espíritu y de la comunicación espírita, en lo que la enseñanza 
dada incumbe a la medicina.
C.C.: ¿Qué piensas de la práctica de las medicinas alternativas que no siempre son reconocidas oficialmente?
D.G.: Practico la medicina general desde hace veinticinco años, clásicamente; no soy conocido por ser alguien estrafalario o esotérico. Al final de mis estudios me interesé por la acupuntura, que aprendí, pues me interesaba ampliar mi punto de vista y sobre todo por el interés de este método en la consideración del dolor. Tuve una proximidad concreta con la acupuntura como complemento de mi práctica de la medicina general. Me vinculé sobre todo al aspecto de la estimulación que tiene acción sobre el dolor, por ejemplo, y por tanto sobre el bienestar global de la persona. En aquellos años aprendí que el hombre se inscribe en su totalidad: cuerpo físico, psicología, entorno: “los pies sobre la tierra, la cabeza en las estrellas”. La filosofía china nos enseña el equilibrio indispensable entre los elementos de la naturaleza: el calor, el frío, el fuego, el agua. He conservado de ella la noción de equilibrio de la persona global inscrita dentro de su entorno.
C.C.: ¿Tienes una percepción diferente de las patologías? Especialmente, teniendo en cuenta la importancia del espíritu en su encarnación, la relación que puede haber entre el estado de ánimo y el estado de salud física y psicológica.
D.G.: Respecto a eso, el espiritismo me enseña una cosa suplementaria que es el conocimiento, el reconocimiento, del espíritu. Evidentemente he aprendido el proceso de la reencarnación, esa ley natural porque una vida no basta, porque evolucionamos; reencarnación y evolución son indisociables. Esta ley natural, que demuestra la importancia de la evolución, se convierte para mí en una noción fundamental que encaja perfectamente en el punto de vista médico. El hecho de la reencarnación cambia las percepciones, la comprensión del médico en el enfoque de la enfermedad, porque puede ver resurgir en esta vida desórdenes cuya causa se encuentra en una vida anterior. Es el espiritismo el que nos la enseña. Otros nos aportan elementos de observación y de prueba: pienso en los estudios de Stevenson que me interesaron mucho pues él presenta observaciones, hechos tangibles, y afirma que son para poder relacionarlos con vidas anteriores. Pocos autores lo han hecho hasta ahora. Vivir, morir, renacer, progresar sin cesar, evolucionar… eso me gusta. Es una filosofía optimista.
C.C.: ¿Cuáles serían los pasos apropiados respecto a las terapias y curaciones espíritas? Más precisamente, ¿hay necesidad o posibilidad de colaboración con la medicina oficial (por ejemplo, exámenes médicos diversos antes y después de la atención magnética?
D.G.: Más allá del aspecto estrictamente orgánico, el tratamiento clásico, médico, quirúrgico, por ejemplo cardio-vascular o en cancerología, impide un enfoque diferente por la consideración del dolor, ¿dónde encontramos interés por la homeopatía y la acupuntura, pero también interés por la hipnosis y el magnetismo, (no en cancerología para este último punto) y que cada práctica, cada practicante coopere al servicio del enfermo? Debemos tender a practicar juntos lo que imponen el interés y el respeto mutuos. El objetivo es hacer el enlace entre la medicina materialista y la medicina espírita que considera al espíritu como preeminente a la materia. El espiritismo nos enseña la existencia del espíritu, del periespíritu y del cuerpo físico; la medicina oficial actual se interesa por el cuerpo físico y la psicología del ser humano. Pero es preciso hacer la síntesis. Esto no podrá ser realizado sino el día en que la comunidad médica y científica en general, reconozcan la existencia del espíritu encarnado, reencarnado, en un cuerpo físico.
C.C.: ¿Eso cambia algo en tu práctica de la medicina general?
D.G.: La medicina no puede ser sino materialista. Actualmente su avance va en el sentido de comprender las condiciones de vida de las personas, las circunstancias desencadenantes de la enfermedad: alguien está jubilado, está mal preparado, tiene un infarto tres meses después. Otro vive un drama en su vida: un duelo, una separación y desarrolla un cáncer. Un tercero está estresado por sus condiciones de trabajo y le sale una úlcera… Ejemplos frecuentes que cada uno puede encontrar, y la gente hace la relación, lo dice y tiene razón. Los médicos empiezan a escucharla y a interesarse. Hace falta alentar esta evolución. Nosotros, los espíritas y sin duda alguna, los médicos espíritas presentes y futuros, debemos darlo a conocer, por medio de nuestra difusión, por nuestras publicaciones y nuestras conferencias. El ser humano, máquina compleja, ¿no es sino el apilamiento de órganos, por sofisticados que sean, de los cuales el cerebro es el conductor? ¿El cerebro emite el pensamiento? ¿O existe un espíritu que se sirve del cerebro-órgano para emitir el pensamiento? Como dice Gabriel Delanne: “¿Es el piano el que produce la música, o hay un pianista detrás del piano?”
La historia del espiritismo, las observaciones y publicaciones de los precursores, y entre ellos, en particular los médicos y otros científicos, nos deben inspirar para proseguir esta tarea de dar a conocer la realidad de la existencia del espíritu.

 CHRISTOPHE CHEVALIER
LA REVISTA ESPIRITA N° 83 ENERO 2011

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Firmeza en el ideal

Permanecer  en los ideales superiores es muy difícil para la persona de bien, porque cuando termina una etapa de su vida aparece otra, cuando supera una dificultad le surge otra.
Y cada suceso es un aprendizaje a conquistar para que, con esa experiencia, enfrente la siguiente, que es más fuerte que la anterior.
Y lo que en un momento le pareció imposible, pero lo supero producto de su actitud de trabajo honesto y valiente, ahora lo capacita para enfrentar situaciones más complejas que las vencerá equilibrando la moral y la experiencia, sin ello las dificultades se multiplicaran.
Si se multiplican tus problemas no podrás trabajar bien, las necesidades son grandes y los servidores del bien son escasos.
Notas en todo lugar el sufrimiento y desesperación, alucinaciones y amargura que debes ayudar a superar en favor de todos.
Si no te aceptan, ten calma y prosigue, si te pagan con ingratitud, apiádate de ellos y prosigue.
Recuerda que los exitosos en el arte o deporte, trabajaron y renunciaron mucho, antes de obtener su premio a pesar de no siempre conseguir sus deseos.
Olvida tropiezos, dificultades y a quienes no estuvieron a tu lado.
Recuerda que el imperio romano, desdeñando a Jesús, desapareció, los fariseos sucumbieron y su recuerdo es negativo.
Desapareció el concilio de Constanza, que llevo a la hoguera a Juan Huss, como el obispo que condujo a Juana de Arco al martirio.
Quienes intentaron impedir el progreso de la ciencia, filosofía y artes están en la sepultura y la humanidad sigue progresando.
Hay días de sombras y perturbaciones, incluso para los servidores del bien, pero solo son el amanecer de tiempos dichosos que anuncian la luz y paz.
Afírmate en los ideales de la belleza y amor olvidándote de la moda en boga, asume la actitud de fe y ora frente a conflictos, sigue adelante sin temor con la seguridad de que conseguirás la victoria incuestionable.
 (Adaptación)
  Divaldo Pereira Franco
Por el espirita  Juana de  Angelis

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La cura de la Obsesión. 
“Tú eres un ser humano adulto y consciente, responsable por tu propio comportamiento. Controla tus ideas, rechaza los pensamientos inferiores y perturbadores, estimula tus tendencias buenas y procura repeler las malas. 

Ten cuidado de ti mismo. Dios te ha concedido la jurisdicción sobre ti mismo, eres tú quien manda en los caminos de tu vida. No te hagas el niño mimado. Aprende a controlarte a todo instante y en todas las circunstancias. 

Experimenta tu propio poder y verás que es más grande de lo que piensas. La cura de la obsesión es una auto-cura. Nadie puede librarte de la obsesión si tú no quieres librarte de ella. Empieza a librarte ahora, diciéndote a ti mismo: soy una criatura normal, dotada del poder y del deber de dirigirme a mí mismo. Conozco mis deberes y puedo cumplirlos. Dios me ampara. Repite esto siempre que te sientas perturbado. Repítelo y haz lo que te dije. Toma la decisión de portarte como la criatura normal que realmente eres, confía en Dios y en el poder de las fuerzas naturales que hay en tu cuerpo y en tu espíritu, a la espera de tus órdenes. Gobierna tu barco. Reformula tu concepto acerca de ti mismo. Tú no eres un pobrecillo abandonado en el mundo. Los propios gusanos son protegidos por las leyes naturales. 

¿Por qué motivo solo tú no tendrías protección? Quita de tu mente la idea de pecado y castigo. Lo que llaman pecado es el error, y el error puede y debe ser corregido. Corrígete. Establece poco a poco tu auto control, con paciencia y confianza en ti mismo. Tú no dependes de los demás, dependes de tu mente. Mantén la mente despejada, abre sus ventanas al mundo, respira con seguridad y camina con firmeza. Acuérdate de los ciegos, de los mudos y de los sordos, de los lisiados y deficientes que se recuperan confiando en sí mismos. Desarrolla tu fe. Fe y confianza. Existe la Fe Divina, que es la confianza en Dios y en Su Poder que controla el Universo. Tú, racionalmente, ¿puedes dudar de ello? Existe la Fe Humana, que es la confianza de la criatura en sí misma. Tú ¿no confías en tu inteligencia, en tu buen sentido, en tu capacidad de acción? ¿Te juzgas un incapaz y te entregas a las circunstancias, dejándote llevar por ideas degradantes respecto de ti mismo? Modifica ese modo de pensar, que es falso. 

Cuando vengas a las reuniones de Desobsesión ven con confianza. Los que te esperan están dispuestos a ayudarte. Sé agradecido a esas criaturas que se interesan por ti y ayúdalas con tu buena voluntad. Si lo haces, tu obsesión ya ha empezado a ser derrotada. No te acobardes, sé valiente. 

J. Herculano Pires 
Traducción de Teresa. 

Allan Kardec se encargó de dejar en claro la diferencia entre la locura patológica y la obsesión. En si libro ¿Qué es el Espiritismo?, lo estableció sin lugar a dudas. 

“No debe confundirse la locura patológica, con la obsesión. Ésta no procede de ninguna lesión cerebral, sino de la subyugación ejercida por los espíritus maléficos sobre ciertos individuos, y tiene, a veces, las apariencias de la locura propiamente dicha. Esta afección, que es muy frecuente, es independiente de la creencia en el Espiritismo y ha existido en todos los tiempos. En este caso, la medicina general es impotente y hasta nociva. El Espiritismo, haciendo conocer esta nueva causa de turbación en el estado del ser, ofrece, al mismo tiempo, el medio de curarla obrando no en el enfermo, sino en el Espíritu obsesor. Es el remedio y no la causa de la enfermedad. 

Escollos de los médiums 
70. Uno de los mayores escollos de la Mediúmnidad es la obsesión, es decir, el dominio que pueden ejercer ciertos espíritus sobre los médiums, imponiéndoseles con nombres apócrifos e impidiéndoles comunicar con otros espíritus. Es al mismo tiempo un escollo para el observador novicio e inexperto que, no conociendo los caracteres de este fenómeno, puede ser engañado por las apariencias, como el que, no sabiendo medicina, puede hacerse ilusiones sobre la causa y la naturaleza del mal. Si en este caso es inútil el estudio anticipado al observador, al médium le es indispensable, porque le proporciona medios de prevenir un inconveniente que podría tener para él consecuencias desagradables. Por esta razón no recomendaremos nunca bastante el estudio, antes de entregarse a la práctica. (El Libro de los Médiums, cap. XXIII.) 

71. La obsesión presenta tres grados bien caracterizados: la obsesión simple, la fascinación y la subyugación. En la primera, el médium tiene conciencia perfecta de que no obtiene nada bueno; no se hace ilusión alguna sobre la naturaleza del Espíritu que se obstina en manifestársele y de quién desea deshacerse. Este caso no ofrece ninguna gravedad: es un sencillo contratiempo y el médium queda libre cesando de escribir momentáneamente. El Espíritu, cansado de que no se le oiga, acaba por retirarse. La fascinación obsesional es mucho más grave, porque el médium está completamente fascinado. El Espíritu que le domina se apodera de su confianza hasta paralizar su propio juicio respecto de las comunicaciones, y hasta hacerle encontrar sublime lo más absurdo. El carácter distintivo de este género de obsesión es el de provocar en el médium una excesiva susceptibilidad, haciéndole que no encuentre bueno, justo y verdadero, más que lo que él escribe, y rechazar, hasta tomar con desagrado, todo consejo u observación crítica. Le induce también a malquistarse con sus amigos antes de convenir en que es engañado, a concebir celos de los otros médiums, cuyas comunicaciones son juzgadas mejores que las suyas, a querer imponerse en las reuniones espiritistas, de las que se aleja cuando no puede dominar. Llega en fin a sufrir una dominación tal, que el Espíritu puede arrastrarle a las más ridículas y comprometedoras determinaciones. 

72. Uno de los caracteres distintivos de los malos espíritus es el de imponerse; dan órdenes y quieren ser obedecidos. Los buenos no se imponen nunca: dan consejos, y si no se les escucha, se retiran. De esto resulta que la impresión de los malos espíritus es casi siempre penosa, fatiga y produce una especie de malestar; a menudo provoca una agitación febril, movimientos bruscos y desenfrenados; la de los buenos espíritus es, por el contrario, apacible, suave y produce un verdadero bienestar. 

73. La subyugación obsesional, designada en otro tiempo con el nombre de posesión, es una coacción física producida siempre por espíritus de la peor especie y que puede hasta neutralizar el libre albedrío. Se limita, a menudo, a simples impresiones desagradables; pero provoca a veces movimientos desordenados; actos de insensatez, gritos y palabras incoherentes o injuriosas cuya ridiculez conoce de vez en cuando, aunque sin poder evitarlas, aquel que es víctima de semejante situación. Este estado difiere esencialmente de la locura patológica, con la cual se la confunde sin motivo, porque no presentan ninguna lesión orgánica, y siendo diferente la causa, los medios curativos deben ser otros. Aplicando gárgolas y tratamientos corporales, se logra hacer a menudo una verdadera locura de lo que era una causa moral. 

74. En la locura propiamente dicha la causa del mal es interior. Es preciso, pues, procurar restablecer el organismo a su estado normal; en la subyugación la causa del mal es exterior, y es preciso librar al enfermo de un enemigo invisible, oponiéndole no remedios, sino una fuerza moral superior a la suya. La experiencia prueba que en semejante caso los exorcismos no han producido nunca ningún resultado satisfactorio, y que más bien han agravado que mejorado la situación. Indicando la verdadera causa del mal, sólo el Espiritismo puede dar los medios para combatirlos. Es preciso, en cierto modo, educar moralmente al espíritu obsesor, y por consejos sabiamente dirigidos se logra hacerle mejor y renunciar voluntariamente a atormentar al enfermo, quedando así libre el paciente. (El Libro de los Médiums, núm. 279.) 

279. El ascendiente sobre los Espíritus inferiores sólo se ejerce a través de la superioridad moral. Los Espíritus perversos reconocen la autoridad de los hombres de bien. En cambio, contra quien sólo les opone la energía de la voluntad, que es una especie de fuerza bruta, los Espíritus perversos luchan y suelen ser los más fuertes. En cierta ocasión, alguien trataba de dominar a un Espíritu rebelde mediante la exclusiva acción de su voluntad, y recibió la siguiente respuesta: Déjame en paz con esos aires de fanfarrón, pues no vales más que yo. ¿Qué se diría de un ladrón que predicase moral a otro ladrón? Algunos se asombran de que el nombre de Dios, invocado contra los Espíritus malos, por lo general no produzca ningún efecto. 

San Luis explicó la causa de ese hecho en la respuesta siguiente: 
“El nombre de Dios sólo ejerce influencia sobre los Espíritus imperfectos cuando aquel que lo pronuncia puede valerse de ese nombre con autoridad, en función de las virtudes que posee. Cuando lo pronuncia alguien que no tiene ninguna superioridad moral, es una palabra como cualquier otra. Lo mismo sucede con las cosas sagradas, con las que se trata de dominar a esos Espíritus. El arma más poderosa se vuelve inofensiva en manos inexpertas o incapaces de manejarla.” 

75. Ordinariamente la subyugación obsesional es individual; pero cuando una muchedumbre de malos espíritus se cierne sobre una población, puede tener un carácter epidémico. Un fenómeno de esta naturaleza tuvo lugar en tiempo de Cristo. Sólo una poderosa superioridad moral podía abatir aquellos seres malhechores, designados entonces con el nombre de demonios, y devolver la calma a sus víctimas. (1) 

76. Un hecho importante, que debemos considerar, es que la obsesión es independiente de la Mediúmnidad, y que se la encuentra en todos los grados, principalmente en el último, en una multitud de individuos que nunca han oído hablar de Espiritismo. En efecto, habiendo existido en todo tiempo los espíritus, han debido ejercer en todo tiempo la misma influencia. La Mediúmnidad no es una causa, sino una manera de manifestarse aquélla, por lo cual puede decirse con certeza, que todo el médium obsesado ha debido sufrir de algún modo, y a menudo en los actos más vulgares de la vida, los resultados de esta influencia, y que sin la Mediúmnidad se traduciría por otros efectos atribuidos a menudo a esas enfermedades misteriosas, que resisten a todas las investigaciones de la medicina. Por la Mediúmnidad el Espíritu malhechor descubre su presencia; sin la Mediúmnidad es un enemigo oculto del que no se sospecha. 

77. Los que no admiten nada fuera de la materia no pueden admitir causas ocultas; pero cuando la ciencia haya salido de la vía materialista, reconocerá en la acción del mundo invisible que nos rodea y en medio del cual vivimos, una potencia que reacciona tanto sobre las cosas físicas como sobre las morales. Este será un nuevo sendero abierto al progreso y la clave de una multitud de fenómenos mal comprendidos. 

78. Como la obsesión no puede ser nunca producto de un buen Espíritu, es punto esencial el de saber conocer la naturaleza de los que se presentan. El médium no instruido puede ser engañado por las apariencias, mientras que el que está prevenido espía las señales menos sospechosas, y el Espíritu concluye por alejarse cuando ve que nada consigue. El conocimiento anticipado de los medios de distinguir los buenos de los malos espíritus es, pues, indispensable al médium que no quiere exponerse a ser cogido en el lazo. No lo es menos para el simple observador, que puede por este medio apreciar el valor de lo que ve u oye. (El Libro de los Médiums, cap. XXIV.) 
1. Una epidemia semejante se cebó durante muchos años en un lugar de la Alta Saboya.

- Frank Montañez-
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              Acción Espírita contra la Prostitución 
                            Infanto-Juvenil

En el gran capítulo de la sexualidad humana, el derecho de expresión y de elección de las relaciones en comparación con la evolución de la comprensión acerca de los sentimientos y manifestaciones simboliza el camino del ser rumbo a la espiritualización. En tiempos de numerosas y pungentes dudas sobre la expresión sexual, en que reconocemos, a veces, nuestra incapacidad de comprensión total de las actitudes y preferencias humanas, en este campo, resuena una unanimidad: la individualidad espiritual, señora de sí misma, adopta por regla los posicionamientos que su conciencia franquean y carga con las consecuencias directas (en esta y en las vivencias futuras), conforme los mecanismos de aplicación de la Justicia Divina – en ella comprendida la sistemática de causa y efecto.
Mientras, sólo podemos pensar en la responsabilidad espiritual plena, si estuviéramos delante de criaturas en edad cronológica y psicológica capaz de comparar la condición de capacidad de apreciar sus actos y de prever las consecuencias futuras. Esto sólo es posible, por norma, a partir de la madurez biológica que, en general, se materializa a partir de los 16 años.
Antes de eso, en la llamada infancia y, hasta, en la adolescencia, la notoria condición de hipo-suficiencia de estos individuos – portadores que son, relativamente, de derechos y deberes de orden civil – impone a la Sociedad un conjunto de medidas socio-asistenciales, jurídicas o no, para la protección integral de nuestros niños y jóvenes. De ahí la existencia, en las principales naciones del Mundo y, también, en Brasil, de un avanzado código de normas protectoras, evitándose o (aun mayor) la falta de respeto a los derechos de este contingente popular.
Un reciente relato derivado de estudios desarrollados en asociación con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con el Departamento de Policía de Carreteras Federal (DPRF) apunta para la existencia de 1819 puntos vulnerables a la explotación sexual infanto-juvenil en carreteras federadas brasileñas. El concepto de “punto vulnerable” encuadra ambientes cuyas características, localización o finalidades favorecen o encubren la actividad de “venta de sexo”, envolviendo a menores – práctica considerada criminal en nuestro país – como puntos de gasolineras, hoteles, discotecas, restaurantes y, hasta, estacionamientos de camiones, estimándose que, en un determinado punto pueda existir uno o más establecimientos que favorecen el crimen.
Este diagnostico debe ser suficiente para provocar medidas correctivas, represoras y/o protectoras, no sólo por parte de los órganos policiales y judiciales, sino de toda la Sociedad, contando, aun, con la participación activa de los ciudadanos, ya que el problema es de todos y la concienciación y la acción efectiva son las armas de que disponemos para enfrentarlo.
Siendo así, todos somos responsables por la divulgación de la protección destinada a niños y adolescente así como actuar en la represión directa a actitudes de explotación sexual de aquellos, denunciando la existencia de locales o la participación de personas promoviendo o encubriendo acciones delictuosas, utilizando los teléfonos disponibles, en su ciudad, para un contacto con los Consejos de Derechos del Niño o del Adolescente o, incluso, contactando con los teléfonos de la Policía de Carreteras Federales (191) y de la Policía Militar (190).
Paralelamente, en términos de acciones institucionales espíritas, sería recomendable una participación más efectiva junto a tales consejos, comprendiendo trabajo en conjunto, voluntario, así como distribuyendo, en las propias instituciones y en lugares considerados “sospechosos” de promover el crimen, material explicito y oportuno.
Es tiempo pues, de los buenos, ahora tímidos y débiles, conforme la directriz contenida en la cuestión nº. 932 de El Libro de los Espíritus, sobrepujan los malos, intrigantes y audaces, ya que esta superación de unos por los otros, en la defensa de los valores espirituales, es tarea que sólo de los primeros depende: “Cuando estos quisieran, preponderarán”.
Marcelo Henrique Pereira 

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miércoles, 2 de septiembre de 2015

¿ Quienes son nuestros padres ?

                           
                                                    EL LIBRE ALBEDRIO
         

¿Todos los Espíritus pasan por la serie de pruebas del mal para alcanzar el bien? 
- No por la serie de pruebas del mal, sino por la de la ignorancia.

 
121* ¿Por qué ciertos Espíritus han seguido la senda del bien y otros la del mal? 

- ¿No poseen acaso libre albedrío? Dios no creó Espíritus malos, los creó simples e ignorantes, esto es, poseedores de tanta aptitud para el bien como para el mal. Los que son malos han llegado a serlo por su voluntad. 


122. ¿Cómo los Espíritus en su origen, cuando no tienen todavía conciencia de sí mismos, pueden poseer la libertad de escoger entre el bien y el mal? ¿Hay en ellos un principio o tendencia que les lleva más bien en una dirección que en la otra?

- El libre arbitrio se desarrolla conforme el Espíritu va adquiriendo conciencia de sí mismo. No existiría libertad si la elección fuese determinada por una causa independiente de la voluntad del Espíritu. La causa no está en él, sino fuera de él, residiendo en las influencias a que cede en virtud de su voluntad libre. Se trata de la gran alegoría de la caída del hombre y del pecado original: unos cedieron a la tentación, otros resistieron… 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS


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             MUERTE QUE NO ES MUERTE

Hermana mía: Vas a morir, vas a dejar esta valle de la grimas, este infecundo arenal donde has caminado algunos lustros sin encontrar un árbol que te prestara sombra, ni una fuente que calmara tu sed. ¡Pobre mártir...!
Hace diez años que te vi por primera vez: entonces eras joven, simpática y graciosa; en, tus ojos irradiaba la espe­ranza, tus labios sonreían, tus mejillas tenían el color de la rosa en capullo, tus rubios cabellos coronaban tu frente, tu talle gentil se inclinaba con elegante abandono.
La juventud te brindaba sus sueños de oro, y llena de actividad trabajabas incansable, esperando mañana estar mejor.
Pero llegó un día en que la miseria se presentó en tu hogar, y desató los dulces lazos de la familia: tu padre y tus hermanos dejaron su nido y huyeron a la desbandada, como las errantes golondrinas; tú te quedaste sola. ¡Pobre Termina...!
Laboriosa por excelencia, seguiste buscando en la reina del trabajo los filones de la tranquila medianía; pero vino un momento que sentiste frío, hambre y sed, tus labios secos se humedecieron con la sangre que arrojaba tu pecho, tus ateridos miembros sintieron el calor de la fiebre, y no tuviste ni el más duro lecho donde reclinar tu marchita sien.
La aurora del bien apareció: un hombre fijó su mirada en ti y murmuró en tu oído una palabra de amor; más tarde te dio su nombre y encontraste en los brazos de tu esposo el cariño de un hermano, la condescendencia de una madre y el delirio de un amante.
¡Eras feliz! En tus labios pálidos se dibujó una sonrisa, y en tus tristes ojos brilló la alegría.
No te ofreció la. opulencia su lujo superfluo, pero la humilde medianía te prestó abrigo.
Pasó algún tiempo y tu cuerpo débil se inclinó de nuevo y no pudiste dejar tu lecho; sin embargo, entonces no estuviste sola, tenias a tu esposo que constantemente te acompañaba, y que a fuerza de cuidados y de ternura, te quería arrebatar de los brazo, de la muerte.
Si la solicitud y el tierno afán tuvieran podrir suficiente para detenernos en este mundo, tu vida se prolongaría como la de los antiguos patriarcas; pero tu misión, se ha cumplido y vas a recibir el premio en otra región mejor.
¡Dichosa tu! .Si algo envidio en este mundo, es tu modo de morir.
Cuando estoy a tu lado en tu pequeña casita y te contemplo dulce y melancólica, sentada al lado de tu marido, que te mira con la mas santa compasión; cuando te veo lejos de esta engañosa sociedad sin que una mirada indiscreta profane tu santa agonía, sin que tu pensamiento se fije en el mañana, ni la más leve ansiedad fatigue tu delicado organismo; cuando te veo morir con tanta paz, no puedo menos que repetir estos dos versos de Ayala:
¡Oh, cuan dulce es morir como tú mueres!
¡Oh, cuán triste es vivir como yo vivo!»
Tú has encontrado, amiga mía., el único goce que existe en la tierra: un alma se ha identificado con la tuya y habéis formado un solo ser, y antes que el huracán de las pasiones se desencadene, antes que la fatalidad, bajo la forma de una mujer joven y bella para dejarle un agradable recuerdo, y tu espíritu, que lentamente va dejando la envoltura corporal, sin perturbación, sin agonía, entrará en las desconocidas regiones del infinito, consagrando a los seres que té amaron aquí, una tierna predilección.
Tú no eres espiritista, y cuando yo te hablo del Espiritismo te sonríes con incredulidad, pero como el amor hace prodigios, y en un ser tan bueno como tú, mucho más, cuando yo te digo que velarás por él, que estarás a su lado, que enjugarás su llanto y que llegará un día que hablarás con él, cuando yo te pinto la eternidad de los efectos, entonces, ¡oh! entonces quieres creer en el Espiritismo. ¡Qué ciego no desea ver!
Fermina mía, para tu adelanto futuro te es necesario qué fijes tu pensamiento en el más allá; no en el cielo ni en el fabuloso infierno; no; sino en esa vida eterna, progre­siva, ascendente; en esa perfección que nunca acaba: es preciso que borres del tiempo las tres etapas de ayer, hoy y mañana; el tiempo, Es, no Fue ni Será. Es siempre inmutable, fijo y eterno.
Aprovecha los pocos días que te quedan de estar aquí; analiza, juzga y compara, y verás que los mundos se enca­denan, y las generaciones son sus eslabones; que lo que aquí principia tiene su desenlace en otro planeta, y que lo que aquí acaba comenzó en otra nebulosa; que la familia humana conocida con los nombres de padres, hijos, hermanos y esposos, es mucho más dilatada, y sus antecesores se pierden en la noche de los tiempos.
¡Ay! Si yo pudiera inculcar en tu pensamiento las ideas del infinito, si yo te pudiera hacer comprender algo de la vida en la verdadera acepción de la palabra, sería aún mas dulce tu agonía; y no dirías con tristeza: ¡Adiós, Amalia!, me dirías sencillamente: Hasta luego.
Alejandro Dumas (padre) decía, contemplando el cadáver, de Lamartine, que envidiaba a los hombres que le decían a un muerto hasta la vista, porque él no podía decirle más que adiós.
Yo también decía antes lo que el novelista francés. Este mundo, ¿que da? nada por nada. Hoy soy más dichosa, porque puedo decir que este mundo nos da todo.
Adiós, Fermina: Si estas líneas logran fijar tu atención, y si por una vaga curiosidad me dices con algún interés: explícame el Espiritismo. , yo creo que entonces seré médium inspirado, y espíritus superiores me comunicarán sus pen­samientos, y serán más tranquilos tus últimos días en la tierra.
El cariño más tierno y la compasión más sincera, me impelen a dedicarte estas pobres páginas, muy pequeñas, en la forma, pero grandes, inmensas en su fondo, porque las inspira el amor y la fe.

Ramos de Violetas
Amalia Domingo Soler

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Paz y felicidad

( JOANNA DE ÁNGELIS) 

...La mayor fuerza que existe en el universo, el amor, es la presencia de Dios que actúa favorablemente, impulsando todas las acciones hacia el ideal supre­mo: ¡la perfección!

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LOS SANOS NO TIENEN NECESIDAD DE MÉDICOS

Según el espiritismo todos los seres inteligentes unidos a cuerpos materiales constituyen la humanidad que puebla la tierra y otras esferas habitadas, separados del cuerpo constituyen  el mundo espiritual que pueblan los espacios. Dios creó al ser perfectible; les  dio como objetivo la perfección  y la felicidad que es su consecuencia. Pero, no les dio la perfección, esta quiso Dios que la debiese al fruto de su trabajo personal, para así tener el hombre el mérito de ella.

El hombre desde que es creado progresa ya sea en estado de encarnado, ya sea en Espíritu. Desde el embrión del ser inteligente hasta que se llega a ser ángel, hay una cadena no interrumpida, de la cual, cada eslabón señala un grado de progreso.

Resulta de esto que existen espíritus en todos los grados de adelantamiento moral e intelectual, según estén en lo alto, en lo bajo o en medio de la escala. En consecuencia los hay en todos los grados de saber y de ignorancia, de bondad y de maldad.

En el grado inferior los hay que están profundamente inclinados al mal y que en el se complacen. Se les pueden llamar demonios, si se quiere por que son capaces de todas las acciones feas atribuidas a estos últimos.

El espiritismo no les da ese nombre por que se liga a la idea de demonio, la idea de seres distintos de la humanidad, de una naturaleza perversa, dedicados al mal eternamente e incapaces de progresar en el bien.

Y el espiritismo dice: que son espíritus imperfectos, pero que se mejoraran; están aun en la base de la escala y subirán.
Los que por su indiferencia, su negligencia, su obstinación y su mala voluntad permanecen largo tiempo en los puestos inferiores llevan consigo la pena, y él habito del mal les hace más difícil salir de el; Pero  llega un tiempo que se cansan de esa existencia penosa y de los sufrimientos que son su consecuencia; entonces  es cuando; al comparar su situación con la de los buenos espíritus, comprenden que su interés esta en el bien y procuran mejorarse pero lo hacen por su propia voluntad y sin ser constreñidos a eso.

Están sometidos a la ley de progreso por su actitud para progresar, mas no progresan a pesar de ellos. Dios les suministra, sin cesar, los medios pero son libres de aprovecharse de estos o no.

Dios no coloca a nadie en el primer puesto por privilegio, el primer rango esta abierto a todos, pero solo se llega a el por los esfuerzos. Los ángeles mas  elevados conquistaron su grado, como los otros, pasando por la ruta común. De toda la eternidad hay espíritus para satisfacer a todas las necesidades del gobierno del universo.

Todos los seres inteligentes son de una sola especie, tienen un mismo punto de partida, la misma ruta que recorrer y que todos se elevan por sus propios méritos, esto responde a la justicia de Dios.

Hoy en día habiendo observaciones rigurosas y estudios experimentales, han hecho la luz sobre la naturaleza de los espíritus, su origen y su destino, su papel en el Universo y su modo de acción, la cuestión se resuelve por los hechos.

Las doctrinas sobre el demonio que han prevalecido durante mucho tiempo, han exagerado su poder, por decirlo así, habían hecho olvidar a Dios, por todas partes aparecía Satanás; las mejores cosas, los descubrimientos más útiles, sobre todo aquellos que podrían sacar al hombre de la ignorancia y ensanchar él circulo de sus ideas, fueron vistos como obras diabólicas.

Los fenómenos espiritas, mas multiplicados y observados hoy en día con las luces de la razón  y los datos de la ciencia han confirmado la intervención de fuerzas ocultas pero siempre actuando dentro de los limites de las leyes de la Naturaleza y revelando, por su acción, una nueva fuerza y leyes desconocidas hasta ahora.

La cuestión se reduce, pues, a saber de que orden son esas inteligencias. Mientras no hubo, sobre el mundo espiritual sino nociones inciertas o sistemáticas, se pudo engañar; pero hoy cuando observaciones rigurosas y estudios experimentales han hecho la luz sobre la Naturaleza de los Espíritus, su origen y su destino, su papel  en el Universo y su modo de acción, la cuestión se resuelve por los hechos.

Ahora se sabe que son las almas de aquellos que vivieron sobre la tierra. Se sabe también que las diversas categorías de Espíritus, buenos y malos, no constituyen seres de diferente especie, sino que señalan grados diversos de adelantamiento.

La iglesia no ha variado mantiene sus viejas creencias de los demonios. Mientras la humanidad avanza, ella se aferra a los viejos hábitos y llegara un momento que será invadida por la incredulidad.

Jesús vino a la tierra para iluminar el camino a los hombres, Él conocía su misión y en todo momento  El se ocupo de enseñar al hombre, aunque este al principio en su estado atrasado, desviasen el verdadero sentido de sus palabras, pero hoy en día conforme el hombre ha ido avanzando mas claras se aparecen y mejor se comprenden.

Jesús aconseja a los hombres de buena voluntad la necesidad de volver la vista atrás y ayudar a su hermano y pobre de nosotros si no lo hacemos así, pues toda nuestra labor no nos valdrá para nada, siempre sentiremos la voz de nuestras conciencias acusándonos, si no podemos con nuestras palabras llegar a los corazones endurecidos, hemos de tratar de hacerlo con nuestro ejemplo, la conducta correcta y el cambio de nuestra manera de proceder si fuera equivocada, les podría ayudar, pues la mayoría de las veces somos observados y nuestro ejemplo les pueden hacer variar de actitud.

No podemos quedarnos, parados ni un instante, hemos de animar a nuestro Espíritu, para que azote el cuerpo material que nos sirve en nuestra existencia para que nuestra fe no desfallezca. De nuestra alegría y perseverancia en el bien ha de brotar un fruto y este hoy quizás no lo veamos, pero si lo valoraremos en él mas Allá, nos veremos menos egoístas por que habremos trabajado no solo en el bien nuestro y para lograr el progreso, sino que con nuestro ejemplo otros se han decidido y han tratado de imitarnos.

Tengamos siempre presente las palabras de Jesús, no despreciemos nunca a nadie, según nuestros cálculos ese que nos desagrada puede ser muy retrasado para nosotros pero cuando Dios lo pone en nuestro camino es por algo, y mayor será la humillación en la verdadera vida cuando le veamos con los ojos de la realidad, que en la vida material cuando por vanidad le decimos  ¿quien  te ha creído tu que eres para venir conmigo’?.

No dudemos que la peor enfermedad es la que posee el alma, esta nos acompaña aun después de haber dejado el cuerpo material, la diferencia es que en la otra vida no podemos disimularla, los orgullosos, envidiosos, egoístas perversos etc., no pueden esconderse y a pesar de intentar por todos los medios de quitarse el sufrimiento que esta s debilidades les ocasionan no pueden hasta que no se regeneran y vencen con su fuerza y tesón estas inclinaciones.

En tiempo de Jesús la palabra “diablo” era comprendida en su significado real. El sentido exacto era el adversario del bien, todos los hombres de vida perversa, que contrariaban los propósitos de la existencia pura.

Cuando los pobres obsesados dejaban escapar un suspiro de alivio, Tadeo volvía los ojos a Jesús, maravillado de sus actos. Cierto día en que Jesús no hacia acto de presencia fue traída una pobre demente para que Tadeo, anulase la actuación de los espíritus perturbadores que la subyugaban; a pesar de todos los esfuerzos de su buena voluntad, Tadeo no consiguió modificar la situación.

Solo en el día inmediato, en la consoladora presencia del Mesías, fue posible a la infeliz demente recuperar el control de sí misma. Tadeo triste se preguntaba ¿por qué razón el Maestro, no le transmitía, automáticamente, el poder de expulsar a los demonios?

Torturado por esas graves preocupaciones y soñando con posibilidades maravillosas él procuro encontrarse con el Señor con el fin de exponerle con humildad sus ideas intimas.

En una noche tranquila y después de sus ponderaciones, Jesús sé dirigió a Tadeo y en tono austero le pregunto:

Tadeo, ¿Cual es el principal objetivo de las actividades de tu vida?

 Y el discípulo inspirado respondió con sinceridad:

._Maestro, procuro realizar el reino de Dios en el corazón
._ Si deseas semejante realidad ¿por qué la reclamas en primer lugar en el adversario? ¡Si deseamos llegar al infinito de la sabiduría y del amor en nuestro Padre, se hace necesario e indispensable que reconozcamos que todos somos hermanos en el mismo camino!

._Señor ¿los espíritus del mal son también nuestros hermanos?- inquirió admirado el apóstol.

Toda la creación es de Dios; los que visten la túnica del mal envergaran un día la redención por el bien. El que sigue el Evangelio no debe combatir a su hermano; como Dios no entra nunca en lucha con sus hijos.

El hombre no tiene sustancia de amor más sublime y más fuerte que la de su corazón paternal. Y Jesús dijo a Tadeo que no olvidara el buen combate jamás. Si alguien te convoca a la ingrata labor de la mala semilla, no desdeñar a la buena lucha por la victoria del bien, aprovechando la posición difícil como sagrada oportunidad para revelar la fidelidad a Dios.

Abracemos siempre a nuestros hermanos. Si el adversario del reino nos provoca al esclarecimiento de toda la verdad, no despreciemos  la hora  de trabajar por la victoria de la luz; pero sigamos atentos a nuestros deberes, pues Dios no abandona sus actividades divinas para imponer la renovación moral a los hijos ingratos que se revelaron en su casa.

Si el mundo parece poblarse de sombras es preciso reconocer que las leyes de Dios son siempre las mismas, en todas las latitudes de la vida.

No debemos pararnos en la mitad del camino. Los enemigos del reino de Dios se empeñan en sangrientas batallas, padecen en el infierno de las ambiciones sin limites, lanzan la persecución contra la verdad pero para combatir todo esto el hombre de bien no debe olvidar su propio trabajo, caminar para Dios pues tienen consigo la verdad pero para combatir todo esto el hombre de bien no debe olvidar su propio trabajo, caminar para Dios pues tiene consigo la verdad Divina que el mundo nunca podrá robarle.

Los grandes patrimonios de la vida no pertenecen a las fuerzas de la Tierra sino a las del Cielo, Dios solo nos pedirá cuentas,  por el mundo interior que pertenece a uno mismo. No obstante, es natural que seamos inquiridos acerca de los trabajos que nos fueron confiados, es justo que se pida cuenta por lo que fue hecho con los padres, los hijos, con la compañera y con los hermanos.

Aceptemos la lucha, siempre que seamos juzgados dignos de ella y no olvidemos en todas las circunstancias que construir es siempre lo mejor. Tadeo admirado pregunta al Maestro si no debían convocar al buen camino a los malhechores, exteriorizando sus sentimientos de piedad.

Jesús le respondió que debía aceptar la lucha como el Padre nos la envía y que a cada día basta su trabajo.

No debemos provocar las manifestaciones de los que se complacen en las tinieblas. El adversario es siempre un necesitado que comparece al banquete de nuestras alegrías y por eso aunque no lo hayamos convocado, invitando solo a los afligidos, a los simples y a los de buena voluntad, no debemos cerrarles las puertas de nuestro corazón, encarando su manifestación como una oportunidad de trabajo, de la que Dios nos juzga dignos.

Tadeo pregunto de nuevo:

Señor vuestras palabras son siempre sabias, ¿de qué necesitare para alejar las entidades de la sombra, cuando su imperio se establezca en las almas?..

Jesús respondió: - necesitas de la edificación del reino en el interior de tu Espíritu, siendo este el objetivo de tu vida. Solo la luz del amor Divino es bastante fuerte para convertir un alma a la verdad. Nadie se ha convertido con las disertaciones filosóficas, son un fácil recurso de la indiferencia o una túnica brillante cubriendo necesidades penosas.

El reino de Dios es la Divina edificación de la luz. Y la luz ilumina dispensando los largos discursos. Nadie puede ofrecer a otros aquello que aun no posea en el corazón.

¡ Ve trabaja sin cesar por tu gran victoria. Cuida de ti mismo y ama a tu prójimo sin olvidar que Dios cuida de todos.

Tadeo guardan las enseñanzas de Jesús para en el futuro sacar él más elevado provecho de ellas.

Y al día siguiente frente a la comunidad de sus seguidores, destaco, la necesidad de que cada uno se debe entregar al esfuerzo silencioso de su propia edificación evangélica y Jesús esclareció a sus sinceros apóstoles, como se cuenta en la narración de Lucas: - voy a volver a la casa de donde he salido; y al llegar a ella, la encuentra barrida y arreglada. Después, se marcha y lleva consigo más siete espíritus peores que él, y penetra, para fijar allí su morada; así la situación última de aquel hombre viene a ser peor que la anterior.

Entonces todos debemos comprender que no basta enseñar el camino de la verdad y del bien a los espíritus perturbados y malhechores, sino que, además, es indispensable que cada uno edifique la fortaleza luminosa y sagrada del reino de Dios, dentro de uno mismo.
Dice nuestra querida Amalia Domingo Soler que no hay duda de que los espíritus intervienen en nuestras existencias, pero no solo los malos e impíos, sino también los buenos y justos, los educadores y benefactores.

Dios no se violenta con sus hijos, el libre albedrío del hombre es siempre respetado, pudiendo escoger moral y psíquicamente las compañías espirituales que le complazcan por medio de su propia conducta.

Las leyes de sintonía.- semejante, con semejante- establecen los vínculos automáticos de quienes, encarnados o no, se identifican, atrayéndose o repeliéndose en razón de las afinidades fluidificas.

Los enemigos desencarnados intentan por todos los medios perjudicar a aquellos de quienes se convirtieron en enemigos, pero para que logren su intento, necesitan encontrar respaldo vibratorio en sus víctimas pues de lo contrario nada consiguen.

La Divinidad no necesita de justicieros que tomen las leyes en sus manos para que estas se cumplan. Hay mecanismos de regularización que siempre alcanzan a los deudores por medio del amor o del dolor, no es justo transferir a los espíritus la responsabilidad moral de los fracasos, culpándolos por la mala suerte, por los accidentes y malestares etc.

Cuando sucumbamos bajo una acción destructiva, proyectada y conseguida por los espíritus malos, no se debe culpar a ellos sino a uno mismo ya que se es responsable por haber ofrecido receptividad a sus ideas perturbadoras, que deberían ser rechazadas con las fuerzas morales, antídoto natural contra todas las influencias perniciosas.

El espiritismo es la doctrina que impulsa a sus adeptos al perfeccionamiento moral para evitar que estos dejen, por el camino recorrido, huellas negativas de su marcha, pues conscientes de todas sus responsabilidades especialmente de aquellas de naturaleza moral, que se amplían en razón de sus continuas conquistas rumbo a la liberación total de los atavismos inferiores, de los instintos primitivos, les permite la conquista de la intuición, que es el paso inmediatamente superior de la razón, para alcanzar la sabiduría: la culminación del amor y del conocimiento.

Dichosos los que se reúnen en nombre del Señor para aprender su enseñanzas Evangélicas, pero más feliz es aquel que las grava en su corazón y procura llevarlas a la practica.

Fijemos ese reino de luz y hagámoslo nuestro principal objetivo, estemos atentos y vigilando para que sepamos rechazar todo aquel que intente alejarnos del camino que nos ha de llevar a la verdadera vida la del espíritu.

- Merchita -
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     COMIENZA POR TÍ MISMO   
 
Mercy Ingaro

Ninguno de nosotros somos tan perfectos que podemos tener derecho a criticar, ni a juzgar a nadie.
Ninguno de nosotros hemos caminado dentro de los zapatos de los demás, no hemos tenido las mismas experiencias, no hemos conocido a las mismas personas, no hemos sido tratado de la misma forma, por lo tanto no podemos comprender el porque algunas personas actúan como lo hacen, solo podemos tratar de mejorarnos a nosotros mismos, empezando por no criticar ni juzgar a nuestro prójimo.

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                  ¿Quienes son nuestros padres?

Cuando abrimos los ojos, en este mundo, vemos inclinados sobre nuestra cuna, dos personas especiales: nuestro padre y nuestra madre.
En los primeros años nos sentimos dependientes de ellos. Y, el simple hecho de que nos estén mirando, es una seguridad para nosotros.
Así, aprendemos a andar, amparados por sus brazos. Nuestras heridas recibieron curación y besos.
Aprendemos a andar en bicicleta, a enfrentarnos con las olas del mar, con las aguas de la piscina.
Sus manos nos condujeron a la escuela y cuando fuimos allí dejados por primera vez, pareció que algo se nos rompía  por dentro.
¿Estaríamos siendo abandonados?
Sin embargo, al final del día, regresábamos al hogar y aprendíamos que la escuela era solamente un lugar para estar  algunas horas.
Era un lugar para aprender, para hacer amigos, para crecer.
Pero siempre había un lugar para volver: nuestro hogar. El amparo de la familia, la seguridad paterna, el cariño materno.
A medida que los años fueron sumándose, dejamos de ser dependientes. Andamos con nuestros pies, actuamos con nuestra voluntad, alzamos vuelos más altos, o rasos.
Y, algunos de nosotros, pasamos a ver a los padres de manera diferente. ¿Quienes son ellos para desear comandar nuestra vida?
¿Quienes son ellos para decir lo que debemos o no debemos hacer?
¿Quienes son?
Nuestros padres son Espíritus que, casi siempre, guardan relaciones afectivas con nosotros, de larga fecha. Amigos que aceptan recibirnos como hijos, deseando acortar distancias entre nosotros y el progreso.
Espíritus que se disponen a  ofrecernos  un cuerpo, a protegernos, a amarnos.
Excepciones existen, es verdad. Espíritus no tan amigos que se reencuentran en la labor doméstica para ajustes de un  pretérito algo nebuloso.
Aún así, se nos moldearon un cuerpo, permitiéndonos la reentrada en el mundo carnal, y por eso, les debemos ser gratos.
Pero, si desean saber a donde vamos, con quien vamos, en esos tiempos de tanta violencia, es porque   se preocupan por nosotros.
Si nos establecen horarios para el regreso al hogar, si nos buscan cuando tardamos mucho, es porque nuestra seguridad les preocupa.
Si insisten con nosotros para que estudiemos más, para que nos esforcemos más, es porque, tienen más experiencia por la madurez que nosotros todavía no tenemos y desean vernos subir peldaños de éxito.
Si nos imponen disciplina, si nos exigen actitudes comedidas, es porque desean colaborar con nuestro progreso.
Para eso, Dios nos confió a su guardia.
Es porque ese compromiso está registrado en su memoria espiritual, tanto cuanto por los lazos de afecto que nos unen, ellos se dedican a nosotros.
Pensemos en eso y antes de quejarnos tanto, miremos a nuestros padres con gratitud.
Vivamos con ellos lo mejor posible. Al final, no estarán siempre con nosotros.
Es posible que luego  ellos se transfieran para la espiritualidad antes que nosotros, una vez cumplida su misión.
Vivamos disfrutando lo mejor de su compañía, de su sabiduría, de sus cariños.
Mañana, cuando ya no estén más con nosotros, tendremos dulces recuerdos de ellos para alimentar nuestra nostalgia.
Redacción del Momento Espírita.
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