sábado, 21 de mayo de 2016

EL HOMBRE PRIMITIVO. ADÁN Y EVA

El Poder de la cura por la meditación

Practique Yoga, elimine el Estrés, Viva con calidad de vida

 João Cabral


La investigación demostró que la meditación contribuye para el bienestar psicológico y fisiológico del individuo. La meditación “produce” el efecto de las ondas cerebrales cambiaron para un patrón en un estado alfa, que es un nivel de conciencia que promueve la cura interior.

¿Cómo abordado en la sección “Meditación en el Trabajo?”, no existen aun pruebas científicas de que la meditación pueda reducir la presión arterial y aliviar dolores y estrés, cuando es usado en combinación con biofeedback, la meditación aumenta la eficacia del biofeedback.

Patricia Norris, Ph. D., directora del biofeedback y Psychophysiology en el Menninger Clinic Foundation, relata:

“En nuestra práctica meditativa en Menninger usamos técnicas para mejorar el sistema inmunitario en relación al cáncer, al sida, y pacientes auto-inmunes. También utilizamos en la investigación sobre meditación la obtención de resultados con el neuro-feedback para normalizar ritmos del cerebro y factores químicos en relación al alcohol y drogas, así como otras condiciones viciosas. Casi todos nuestros pacientes utilizaron la meditación y aprendieron técnicas de auto-regulación para disturbios como ansiedad e hipertensión. Consideramos la meditación una práctica recomendada para quien quiere un alto nivel de bienestar”.

Para más allá de los crecientes relatos de investigación sobre meditación, médicos, psicoterapeutas, y otros profesionales están cada vez más incluyendo técnicas de meditación en sus tratamientos. Más de seis mil médicos iniciaron para una experiencia personal la práctica de la Meditación Trascendental y regularmente recomiendan la MT para sus pacientes. Dean Ornish, médica, demostró que la dolencia cardiaca puede ser revertida con un programa abarcador que incluye meditaciones. Muchos médicos consideran la meditación un elemento-clave de un abordaje integrado en los programas de salud.
Beneficios físicos de la meditación

Los beneficios de un curso de meditación práctica, una vez que tiene impacto nuestra salud pueden ser clasificados en tres categorías: fisiológicos, psicológicos y espirituales. La mayoría de las personas que practican meditación, consiguen en poco tiempo reducir el estrés, ansiedad, rabia y otras emociones negativas. Cada vez más, los médicos prescriben meditación como parte del tratamiento de un grande y creciente número de condiciones médicos.
Beneficios físicos

    * La disminución de la frecuencia cardiaca, y reducida de trabajo del corazón, como resultado de la disminución de la tasa metabólica.
   
    * Reducción de los niveles de cortisol y de lactato y de los químicos asociados al estrés.
    * Reducción de radicales libres de moléculas inestables de oxigeno moléculas inestables que pueden causar daños a nivel de los tejidos. Existe la idea que puede ser un factor importante en el envejecimiento y en muchas dolencias.

    * Disminución de la presión arterial elevada.
    * Mayor resistencia periférica (resistencia de la piel). La baja resistencia de la piel está relacionada con el estrés y altos niveles de ansiedad.
    * Caída en los niveles de colesterol. Elevados niveles de colesterol están asociados a dolencias cardiovasculares.
    * Mejoramiento del flujo de aire para los pulmones, resultando en un respirar más fácil. Eso es muy útil para pacientes con asma.
   
    * Rejuvenecimiento; Edad biológica. Sobre las medidas patrón de envejecimiento, a largo plazo la Meditación Trascendental (MT) en los practicantes (con más de cinco años) fue medido de media un valor de 12 años más joven que su edad cronológica.
     
    * Niveles más elevados de DHEAS en los ancianos. Otra señal de rejuvenecimiento a través de Meditación Trascendental (MT); bajos niveles de DHEAS están asociados con el envejecimiento. Beneficios psicológicos de la Meditación.
  
    * Aumento de las ondas cerebrales, mayor coherencia. Aumento de actividad en las zonas cerebrales asociadas a la creatividad, aumento de la capacidad de raciocinio y del QI resultando así una mayor armonía.

    * Disminución de la ansiedad.
    * Disminución e incluso eliminación de estados de depresión.
    * Disminución de la irritabilidad y apatía.
    * Mejoramiento de la capacidad de aprendizaje y memoria.
    * Aumento de la auto-estima.
    * Aumento de la energía, vitalidad y rejuvenecimiento.
    * Aumento de la sensación de bienestar y felicidad.
     
   * Aumento de la estabilidad emocional. El poder de cura de la Meditación Próximo tópico: condiciones de salud que son beneficiados por la meditación YOGA RAJIMAA – Guía de Yoga para que los Principiantes Practiquen Yoga, eliminen el Estrés, Vivan con calidad de vida.
- Pruebas Científicas Técnicas de Meditación, ¡escoja la suya! Vea el mundo con otra perspectiva.

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 661. ¿Se puede pedir eficazmente a Dios el perdón de las faltas?
- Dios sabe discernir el bien y el mal; la oración no oculta las faltas. Aquel que pide a Dios el perdón de sus faltas no lo obtiene si no cambia de conducta. Las buenas acciones son la mejor oración, porque os actos valen mas  que las palabras. (El  LIBRO DE LOS ESPÍRITUS - Allan Kardec - Las Leyes Morales - LAKE)

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
18 de abril de 1857 - 18 de abril de 2016
159 años

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 La Alimentación de los Espíritus 
                                                         Dr. Ricardo Di Bernardi


Hay un consenso en las informaciones de los amigos espirituales en lo que atañe a este asunto. Aunque en esencia espiritual no tenga forma, pues es el principio inteligente, los espíritus de mediana evolución o sea aquellos relacionados a nuestro planeta, poseen un cuerpo espiritual anatómicamente definido y con fisiología propia. 
En los “planos” espirituales tenemos noticias por numerosos médiums fiables, como Chico Xavier, Divaldo Franco, etc, de la organización de comunidades sociales que los espíritus constituyen, a veces semejante a las terrestres.
Aun ateniéndonos al criterio Kardecista de valorar un concepto apenas cuando hubiera multitud de fuentes serias, confirmándolo, nos referiremos al cuerpo espiritual y su alimentación.
La energía cósmica que llena el universo, (“fluido cósmico”) es la materia prima que bajo el comando mental de los espíritus es utilizada para la constitución de los objetos por ellos manipulados. Ved en “El libro de los médiums” capítulo “del Laboratorio del Mundo Invisible”.
El cuerpo de los espíritus, ya mencionado hasta por el apóstol Pablo y conocido en las diferentes religiones o doctrinas, como periespíritu, cuerpo astral, psicosoma y más de 100 (cien) sinónimos, es constituido de un tipo de materia derivada de la energía cósmica universal (“Fluido cósmico universal”).  
El cuerpo espiritual se presenta moldeable conforme las emanaciones mentales del espíritu. Cada espíritu presenta su periespíritu o cuerpo espiritual como aspecto correspondiente a la elevación intelecto-moral. Su estado psíquico va a determinar la sutilidad de su cuerpo. 
Conforme se tiene noticia a través de numerosos autores espirituales, el cuerpo espiritual se presenta estructurado por aparatos o sistemas que se constituyen de órganos; estos órganos están formados por tejidos que , a su vez, son constituidos por células. Hay inclusive patologías celulares tratadas en hospitales de la espiritualidad. El llamado mundo espiritual es (en nuestro nivel) un mundo material de otra dimensión. 
Las células del cuerpo espiritual, en un nivel más detallado, son formadas por moléculas que se constituyen de átomos. Los átomos del periespíritu están formados por elementos químicos nuestros conocidos, más allá de otros desconocidos del hombre encarnado. 
En las obras de Gustave Geley como de Jorge Andréa hay referencias más específicas. 
Para no alargar estas consideraciones preliminares, diríamos que el cuerpo de los espíritus está compuesto de unidades estructurales que presentan una vibración constante. Sabemos por los más elementales principios de la física, que todo cuerpo en movimiento (vibración) en el universo gasta energía, luego necesita reponerla lo que equivale a alimentarse.
Las leyes de la física no son leyes humanas sino leyes divinas (o naturales) a las cuales están sujetos todos los elementos del cosmos. Hay por tanto un desgaste energético natural del cuerpo espiritual por sus actividades lo que lo lleva a la necesidad de ser alimentado por fuentes de energía.
Dependiendo del nivel evolutivo del espíritu, y consecuente densidad del periespíritu, varía la calidad del alimento o energía que él mismo necesita para mantener sus actividades. Espíritus superiores simplemente absorben del cosmos los elementos energéticos (“fluídicos”) que necesitan. Al colocarse en oración (en el sentido más profundo), sintonizan con niveles energéticos aun más elevados (frecuencias más altas) prenden para sí el influjo magnético revitalizador, alimentando sus “baterías” espirituales. 
Con relación a los espíritus más relacionados con nuestra realidad, o sea que aun presentan dificultades en superar las tendencias egoístas, por tanto traduciendo en la configuración de su cuerpo espiritual una mayor densidad, las necesidades son proporcionalmente más densas. 
En colonias espirituales, los espíritus necesitan de la ingestión de alimentos energéticamente más densos, haciéndolo de forma muy semejante a nosotros, encarnados. Recomendamos a propósito el estudio más detallado de la obra “Nuestro Hogar” de André Luiz, que fue precursora de decenas de otras donde se hace referencia a la alimentación, hasta las más recientes “Violetas en la Ventana”, etc.
Las unidades energéticas del espíritu, los núcleos en potenciación, con el paso del tiempo van teniendo cada vez mayor dificultad de recargarse en cuanto más primitiva fuera la evolución de la entidad espiritual. Ocurre un desgaste progresivo de estas unidades energéticas, que pasan a vibrar más lentamente.
A medida que las vibraciones se vuelven más lentas por el desgaste, y hay dificultad de reponer las energías, se va procesando una neutralización energética con reducción progresiva de las actividades del espíritu. Cuando este proceso se instala va a determinar un sopor o somnolencia de la entidad impulsándola a la reencarnación automática o compulsiva.

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EL HOMBRE PRIMITIVO. ADÁN Y EVA

No vamos a valemos del concepto establecido por la Biblia, sobre Adán como primer hombre de nuestro mundo, ya que en el mismo hay una notoria incongruencia.
No se alarme,Verifique usted mismo.
Dice la Biblia: «Dios creó al hombre a su imagen y los creó macho y hembra». «Y echóles Dios su bendición y dijo: Creced y multiplicaos» (Génesis 1-27 y 28).
O sea que, el hombre (denominación genérica) fue creado macho y hembra, no unidad hermafrodita, sino dos personas ya que dice bien claro: «Los creó macho y hembra», y echóles su bendición y dijo: creced y multiplicaos» (en plural).

Lo expuesto, no concuerda con lo siguiente: «Dios dijo luego: no es bueno que el hombre esté solo, hagámosle compañera semejante a él« (Génesis 11-18). «Por tanto, el Señor Dios hizo caer sobre Adán un profundo sueño, y mientras estaba dormido le quitó una de las costillas y llenó de carne aquel vacío« (Génesis 11-21). «Y de la costilla aquélla que había sacado de Adán, formó el Señor Dios una mujer, la cual puso delante de Adán« (Génesis II-22).

Aun cuando su propia incongruencia hace inadmisible este concepto del comienzo de nuestra humanidad, invitamos al lector continuar analizando los siguientes versículos del capítulo IV. «Y salido Caín de la presencia del Señor (?), habitó en el país que está al oriente del Edén. Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió v parió a Henoc« (Génesis IV-16 y 17).

De acuerdo con este relato, al alejarse Caín de la tierra de sus padres, halló otro pueblo, en el cual tomó esposa.
Pero esta mujer no era hija de Adán y Eva, sino parte de la comunidad de otro pueblo. Luego, existía ya otro país, y por ende, otros países.
Por ventura, tan sólo los sectores fanáticos que abdican del divino derecho de razonar, son los que no se aperciben de esta gran adulteración de la verdad, que empequeñece la grandiosidad de la CREADORA SABIDURÍA CÓSMICA.

El origen del hombre primitivo, se pierde en la noche de los tiempos. Lo que sí, hoy podemos afirmar que no fue creado en el instante de un momento dado, sino que es el resultado de un largo proceso evolutivo de formas biológicas inferiores precedentes.
Es el fruto de una larga evolución a través de todas las formas de vida, que pueden observarse en la fecunda Naturaleza.

A este respecto, hay hipótesis diversas. Las más, fundamentadas en los diversos hallazgos de fósiles humanos. Unas sostienen que surgió de las formas antropoides (teoría Darwiniana) y otras, como la del jesuíta Pierre Teilhard de Chardin, en su obra «El Fenómeno Humano», de que... «ha emergido filéticamente ante nuestros ojos, exactamente igual que otra especie cualquiera«.
Lo que sí está demostrado por los paleontólogos, es que el hombre primitivo apenas se diferenciaba de los monos antropoideos, en su aspecto morfológico y estructura ósea.

Concordamos con Teilhard de Chardin en que, el hombre ha emergido al igual que otra especie; pero, de las especies existentes en aquel período planetario, y mediante un largo proceso morfológico, en millones de años. La buena lógica nos lleva a la conclusión de que su aparición fue lenta en el tiempo, no espontánea sino filogénicamente a medida del desarrollo del psiquismo trascendente, modificador de la forma en las especies vivientes; y en diversas regiones del planeta.

Hoy ya se sabe que, hacia fines de la época terciaria, los diversos tipos de monos antropoides eran muchísimo más abundantes que en la actualidad, y que estaban extendidos por todos los continentes. Pero, lo que no se sabe aún con precisión, es el comienzo de la raza humana; aunque ya se afirma que surgió en el período cuaternario, contemporáneo del megaterio, y que algunos antropólogos asignan al «Pithecanthropus erectus».

Los paleontólogos han descubierto fósiles que declaran ser de origen humano, y aseguran pertenecer a épocas de hace un millón de años, en algunas regiones, y de un millón y medio y hasta dos millones de años, en otras.
Admitiendo como base fundamental el principio ya demostrado de la evolución de las formas en concordancia con la evolución del psiquismo, y éste en relación a la necesidad de supervivencia; conociendo ya que la embriogenia nos demuestra que el hombre es la síntesis de todas las formas vivas que le han precedido; conociendo, también, que la necesidad crea el órgano, como puede apreciarse en los diversos tipos de animales de una misma especie que, al vivir en distintos ambientes, han ido modificando (con la fuerza de la mente) la forma de sus miembros, de acuerdo con la necesidad de supervivencia —las aves y la ardilla voladora, por ejemplo—; nos es fácil comprender la modificación morfológica a medida que la mente se desarrolla.
La forma humana está en concordancia con el grado de evolución de cada mundo. Así, el humanoide de la época cuaternaria (pleistocena) de nuestro planeta, estaba en relación a la clase de vida y atmósfera de entonces. Nuestra forma actual, que no es la definitiva, está en concordancia con los diversos grados de evolución del psiquismo de las diferentes personas de nuestro conglomerado humano.

Sebastián de Arauco.
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                 Cerebro y emociones


En este tercer artículo del ciclo Control Emocional, vamos a hablar principalmente de los procesos fisiológicos cerebrales que se reaccionan cuando aparece la emoción. Según el autor de prestigio, Daniel Goleman, en su libro “Inteligencia Emocional”, ante un suceso determinado, los sentidos generan una determinada información que será trasladada al cerebro, llegando en primer lugar al tálamo, lugar donde convergen todos los estímulos sensoriales, son filtrados y redirigidos a sus diferentes destinos, principalmente al propio sistema límbico y al neocórtex.

El sistema límbico es un sistema formado por varias estructuras cerebrales que gestionan respuestas fisiológicas ante estímulos emocionales. Dichos estímulos viajan rápidamente por la vía tálamo-sistema límbico, causando rápidas reacciones fisiológicas, pero a su vez, viajan lentamente a través del neocórtex o cerebro racional.

El resultado es que normalmente reaccionamos fisiológicamente de forma instintiva, afectando al deliberar de nuestro cerebro racional antes de que haya terminado de analizar los estímulos emocionales.
Existen conexiones neuronales que enlazan, el centro de recepción de los sentidos, el tálamo, con la amígdala. La amígdala cerebral, considerada como el centinela psicológico, es la encargada del procesamiento y almacenamiento de las reacciones emocionales, muy ligada por ello a los procesos de aprendizaje y la memoria.

La amígdala conecta con el hipotálamo, encargado de la activación del sistema nervioso autónomo y resto de centros fundamentales del comportamiento hormonal, para activar la segregación de las diferentes hormonas necesarias a cada estado emocional.

Toda reacción subconsciente será aquella, desde un enfoque fisiológico, que actuando directamente a través del sistema límbico y la amígdala, escapa a los procesos correspondientes del consciente, ubicados físicamente en el neocórtex o cerebro racional.

Desde el punto de vista evolutivo, podemos sentar la hipótesis de que en un principio, todas las emociones eran complemente subconscientes. Coincidiría con la adquisición de la capacidad de aprendizaje y memoria, tan vinculadas con la amígdala, como todavía ocurre en el presente en muchas especies de animales, el aumento de nuestra capacidad ir haciéndonos, poco a poco, conscientes de nuestros propios procesos internos, gracias a adquirir la capacidad de estudiar nuestras propias emociones. Mediante este estudio podremos poco a poco ir haciéndonos dueños de nosotros mismos para alcanzar el autocontrol.

La capacidad de ser consciente de nuestras emociones, mediante la experiencia, habilita a nuestro cerebro racional a participar en la lucha por el control de las emociones. Experiencia y autoconocimiento identificarán los procesos internos y nos darán la capacidad de intervenir a tiempo en los procesos emocionales justo antes de empezar a modificar nuestra fisiología interior, estado de ánimo, niveles de hormonas, predisposición a la reacción, energía, etc., obligando a la amígdala a cambiar su filtro, desestimando o racionalizando el peligro y evitando así, el terrible secuestro emocional que ocurre cuando la amígdala se adueña de nuestras decisiones, volviéndonos inconscientes y a veces irracionales.
Antes dichos estímulos podemos clasificar tres tipos de reacciones:

1.- Reacción completamente inconsciente: Cuando nos domina una reacción completamente instintiva, donde la razón, ajena a los procesos internos, secunda ciegamente cualquier reacción automática. En este caso, podemos decir, que somos esclavos de nuestros instintos.

2.- Reacción según contenido del subconsciente: Cuando el estímulo, aún no aporta información sobre un peligro real suficientemente fuerte para generar en nosotros una respuesta automática, es amplificado por la imaginación (en un proceso subconsciente), hasta conseguir que sea atrapado por el pequeño filtro de la amígdala, nuestro vigilante emocional, lanzando a continuación nuestro sistema hormonal preparándonos para la defensa. Esta situación puede derivar en obsesión psicológica, fijación psicológica o exageración:

a) Obsesión psicológica:
Ocurre cuando un pensamiento, principalmente de tipo preocupación, no nos deja en paz salvo cuando podemos ocupar la mente en cosas de mayor interés o importancia que dicho pensamiento.
Acompañada normalmente por una obsesión simple de origen espiritual, la cual empeora las cosas, nos centraremos en esta ocasión solamente en el aspecto puramente psicológico.
Ocurre cuando dicho pensamiento pugna constantemente por ocupar el centro de nuestra atención. Volvemos a él enseguida terminamos nuestras ocupaciones.

Por ejemplo, el escrúpulo es la obsesión de temor a contaminarnos o sufrir un daño mediante un contacto.
Podemos vencerlo:
-Quitando importancia al peligro que imaginamos. En cierta forma enseñamos a nuestro subconsciente a que filtre mejor informaciones análogas a esta.

-Apartando la mente del pensamiento que lo produce, no queriendo emplearla ni siquiera en salir de la duda. Lo que es lo mismo, anulando la imaginación. Tomamos una decisión racional y evitamos divagar en improbables complicaciones que no tienen por qué ocurrir.

b) Fijación psicológica:
De forma parecida a la obsesión psicológica, son imágenes o pensamientos, reiterativos y desagradables, los que se apoderan de nuestra mente y no nos dejan en paz.
Son principalmente instantáneas que por su carácter desagradable, nos afectan emocionalmente, creándonos un sentimiento de culpa o desestabilizando nuestra paz interior.

Brotando desde el fondo del subconsciente no somos capaces de borrarlos completamente o desentendernos de ellos.

Cada vez que intentamos reprimirlos, nos preocupamos por ellos o los tememos, les damos mayor energía grabándolos más firmemente en nuestro interior, quedando reprimidos en la “sombra” del inconsciente, esperando el momento oportuno para asaltar la conciencia.

Eliminarnos es una tarea larga, basada principalmente en “no dar perlas a los cerdos”, o sea, no alimentarlos con pensamientos, y menos si son de culpa o rechazo. Se borrarán poco a poco si no reaccionamos ante ellos, justo como si no los tuviéramos. No debemos oponer resistencia ni juzgar o juzgarnos. Debemos considerarlos como información errónea grabada en nuestro interior que debemos olvidar.

Nuestro cerebro no posee la capacidad de negar. Toda negación tiene implícita una afirmación junto a un simbolismo negativo. No pensar en un coche rojo es pensar justamente en un coche rojo y luego superponer mentalmente una negación sobre él. Es por ello que negar una fijación es alimentarla inicialmente reproduciendo su imagen, para luego negarla aumentado nuestra atención hacia ella, imprimiéndola más aún en nuestro interior.

Por ello no neguemos, ni juzguemos, lo que nuestra mente no encuentre útil lo irá borrando, sólo debemos tener paciencia e indulgencia con nosotros mismos. La victoria es segura.

c) Exageración:
La exageración se produce cuando la imaginación exalta de tal forma los sentidos, que estos retornan nuevamente la información original ampliada hasta conseguir que la amígdala tome cartas en el asunto, poniendo todo nuestro sistema hormonal en marcha.

Mediante la imaginación amplificamos nuestros temores fuera del campo de lo racional obligando a nuestros instintos de supervivencia y conservación a adueñarse de nuestro campo mental. El egoísmo y el orgullo latentes, se muestran con toda su fuerza en esos momentos. El orgullo como separador frente al prójimo, considerado como invasor, y el egoísmo como el defensor de nuestros intereses y recursos.

Qué difícil es salir de esta situación cuando estamos gobernados por el orgullo y el egoísmo. En muchas facetas, esta situación es nuestro común denominador en el día a día.

En primer lugar es necesario concienciarnos de esta situación. Es el primer requisito. Si nos damos cuenta que estamos exagerando una situación, la daremos menos importancia y podremos bajar más fácilmente nuestras defensas (altamente ineficaces del egoísmo y del orgullo).

Cambiemos nuestros puntos de vistas materiales por puntos de vista espirituales. Veremos grandes cambios en nuestras vidas, producto de valorar de forma diferente nuestros problemas, evitando exageraciones y sus consecuencias.

3 - Reacción consciente-racional: Por último tenemos la situación en que nuestra respuesta es completamente pro-activa comandada por nuestra razón y voluntad. Razón que nos permite no dejar paso a la imaginación, valorando centradamente cada situación como realmente es, y voluntad porque en las primeras etapas, hasta su automatización, tenemos que seguir luchando con nuestros impulsos interiores.
En esa situación, hemos desarrollado la capacidad de detectar pequeños cambios fisiológicos internos, antes de que vayan a más, controlando los procesos mentales que los estimulan. Para ello racionalmente sometemos a todos los impulsos emocionales a un juicio de valor, desmantelando cualquier reacción desproporcionada o desequilibrada. Aumentamos nuestra consciencia sobre nuestros procesos internos. Las sensaciones externas que excitan la amígdala son procesadas en paralelo, por la mente racional, mucho más eficientemente que en los puntos anteriores, gracias al aprendizaje y a la asociación de dichos estímulos con la sensación que nos produce nuestra propia respuesta fisiológica.

De esta forma, cuando detectamos que nos estamos enfadando, cortamos por lo sano y centramos la atención en el problema real que lo origina, valoramos si el enfado es realmente la respuesta apropiada y seguidamente actuamos proactivamente, normalmente controlando nuestro estado emocional, antes de que su actividad bloquee momentáneamente nuestra razón.
 José Ignacio Modamio Rica
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"
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viernes, 20 de mayo de 2016

Parte de una entrevista al Profesor Vicent Guillem


LA FE DIVINA Y LA FE HUMANA




   La fe, para ser provechosa, debe ser activa; no se debe entorpecer. Madre de todas las virtudes que conducen a Dios, debe velar con atención el desarrollo de las hijas que nacen de ella.

   La esperanza y la caridad son una consecuencia de la fe; estas tres virtudes son una trinidad inseparable. ¿No es acaso la fe,la que da la esperanza de que se verán cumplidas las promesas del Señor? Porque si no tenéis fe, ¿qué esperaréis? ¿No es la fe la que da el amor? Porque si no tenéis fe, ¿qué reconocimiento tendréis y, por consiguiente, qué amor?

    Divina inspiración de Dios, despierta la fe todos los nobles instintos que conducen al hombre al bien; es la base de la regeneración. Es necesario que esta base sea fuerte y duradera,porque si la menor duda la hace vacilar, ¿qué será del edificio que construyáis encima? Levantad, pues, este edificio sobre cimientos sólidos; que vuestra fe sea más fuerte que los sofismas y las burlas de los incrédulos, porque la fe que no enfrenta al ridículo de los hombres, no es la verdadera fe.

    La fe sincera es arrebatadora y contagiosa; se comunica a los que no la tenían, y aun a los que no querían tenerla; encuentra palabras persuasivas que van al alma, mientras que la fe aparente sólo tiene palabras sonoras que dejan frío e indiferencia; predicad con el ejemplo de vuestra fe para dar con ella a los hombres;
predicad con el ejemplo de vuestras obras para hacerles ver el mérito de la fe; predicad con vuestra esperanza indestructible para hacerles ver la confianza que fortifica y lleva a enfrentar todas las vicisitudes
de la vida.

 Tened, pues, fe en todo lo que ella tiene de bueno y hermoso,en su pureza y en su racionalidad. No admitáis la fe sin control, hija ciega de la ceguera. Amad a Dios, pero sabed porque lo amáis;creed en sus promesas, pero sabed porque creéis en ellas; seguid nuestros consejos, pero enteraos del fin que os mostramos y de los medios que os traemos para alcanzarlo. Creed y esperad sin desfallecer nunca: los milagros son obra de la fe. (JOSÉ, ESPÍRITU PROTECTOR, Bordeaux, 1862).

 LA FE DIVINA Y LA FE HUMANA

  La fe, en el hombre, es el sentimiento innato de su destino futuro; es la conciencia que tiene de sus facultades inmensas, cuyo germen fue depositado en él, primero en estado latente, y que debe hacer germinar y crecer por su voluntad activa.

  Hasta el presente la fe no ha sido comprendida sino bajo el aspecto religioso, porque Cristo la preconizó como palanca poderosa, y porque no se vio en él sino al jefe de una religión. Pero Cristo, que realizó verdaderos milagros, mostró, por estos mismos milagros, lo que puede el hombre cuando tiene fe, es decir, la voluntad de querer, y la certeza que esta voluntad puede cumplirse.

Los apóstoles, a su ejemplo, ¿no hicieron también milagros? Pues,¿qué eran estos milagros sino efectos naturales cuya causa era desconocida a los hombres de entonces, pero que en gran parte se explican hoy y se comprenderán completamente por el estudio del Espiritismo y del Magnetismo?

 La fe es humana o divina, según como el hombre aplica sus facultades a las necesidades terrestres o a sus aspiraciones celestes y futuras. El hombre de genio que persigue la realización de alguna gran empresa, triunfa si tiene fe, porque siente en él que debe y puede realizarlo, y esta certeza le da una fuerza inmensa. El hombre de bien que creyendo en su futuro celeste quiere llenar su vida de nobles y bellas acciones, saca de la fe, en la certeza de la felicidad que le espera, la fuerza necesaria, también con esto se realizan los milagros de la caridad, de la devoción y de la abnegación. En fin,con la fe no hay malas inclinaciones que no lleguen a vencerse.

    El magnetismo es una de las más grandes pruebas del poder de la fe puesta en acción: por la fe cura y produce esos fenómenos extraños que en otro tiempo se calificaban de milagros.

   Lo repito: la fe es humana y divina; si todos los encarnados estuviesen bien persuadidos de la fuerza que tienen en sí, si quisiesen poner su voluntad al servicio de esta fuerza, serían capaces de realizar lo que hasta el presente se han llamado prodigios, y que sólo son un desarrollo de las facultades humanas. (UN ESPÍRITU PROTECTOR, París, 1863)


Tomado de El Evangelio Según el Espíritismo

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¿Dios podría haber creado perfectos a los Espíritus?
Orson Peter Carrara 

El proceso evolutivo trae méritos propios 

Es una pregunta siempre presentada. ¿Con la creación de espíritus perfectos, Dios nos ahorraría a los propios hijos del mal, del sufrimiento, y de todas sus consecuencias?

Claro que Dios lo podría haber hecho. Él es todo-poderoso (1) y si no lo hizo es porque juzgó útil que fuese de forma diferente. El asunto es arrebatador y propicia sanas discusiones para su entendimiento, pues profundiza la cuestión de Dios y su magnifica obra. Al final, estamos todos en este “barco” de la evolución, envueltos ahora en situaciones complejas, ahora cautivados con las perspectivas del progreso fatal para todos y muchas veces envueltos con los desafíos y obstáculos, que en el fondo son verdaderas alabanzas del perfeccionamiento, que nos hacen crecer y progresar.

En la Revista Espírita (2), en su edición de marzo de 1864 (3), el Codificador Allan Kardec presenta el texto La Perfección de los Seres Creados y da bien fundamentadas argumentaciones sobre el tema. Acompañemos su razonamiento, después un importante párrafo en que aborda la grandeza de Dios y sus perfecciones y que sugerimos al lector consultar; aquí transcribimos parcialmente a partir del tercer párrafo:

“(...) Siendo Dios todo sabiduría y todo bondad, no podría haber creado el mal como contra peso del bien; si hubiese hecho del mal una ley necesaria, habría voluntariamente debilitado el poder del bien, porque aquello que es mal no puede sino alterar y no fortalecer lo que es el bien.

Él estableció leyes que son enteramente justas y buenas; el hombre sería perfectamente feliz si las observase escrupulosamente; pero la menor infracción a esas leyes causa una perturbación cuyo contragolpe experimenta; de ahí todas sus vicisitudes; es, él mismo, la causa del mal por su desobediencia a las leyes de Dios. Dios lo creó libre para escoger su camino. El que tomó el mal camino lo hizo por su voluntad y no puede acusar  sino a mismo por las consecuencias de ahí derivadas. (…)”


Origen del mal

Analizando bien la trascripción de arriba, nos deparamos con la fantástica y lógica afirmación de que Dios no podría haber creado el mal; este es fruto de la acción libre del ser. Y la acción genera frutos, que pueden ser buenos o malos, de acuerdo con la cualidad de la acción. Observemos la grandeza de la trascripción siguiente: “(…)
 Creados simples e ignorantes, por eso imperfectos, o mejor incompletos, deben adquirir, por sí mismos y por su propia actividad, la ciencia y la experiencia que de inicio no pueden tener.

Si Dios los hubiese creado perfectos, debería haberlos dotado, desde el instante de su creación, con la universalidad de los conocimientos; los habría dispensado de todo trabajo intelectual; pero, al mismo tiempo, les habría quitado toda actividad que deben desenvolver para adquirir, y por la cual concurren, como encarnados y desencarnados, al perfeccionamiento material de los mundos, trabajo que no incumbe más a los espíritus superiores encargados solamente de dirigir el perfeccionamiento moral. Por su inferioridad se vuelven un engranaje esencial a la obra general de la creación (…)”.

¿Y la justicia?

Todo ese proceso crea los méritos por la adquisición de las condiciones morales mejores y superiores; y Dios, fatalmente, no puede estar engañado. Sus leyes fueron establecidas sobre principios claros de justicia y bondad.

Como aún no tenemos la comprensión completa de este planeamiento, nos cabe el deber – ya que estamos incluidos en el proceso colectivo – de estudiar para comprender. Si no podemos sondear las causas, podemos estudiar los efectos y notar que todo está regido por sabias leyes, conducidas por la grandeza y bondad de un Padre amoroso y que desea el progreso de su hijos para merecer la felicidad a ellos destinada.





          
       Desvelando el significado de la felicidad

Ser feliz es una ambición genuinamente humana. De cierta manera, pasamos buena parte de nuestras existencias en busca de la felicidad. Conforme pondera el psicólogo Martin Y.P. Seligman, “Más palabras fueron escritas para definir la felicidad de lo que prácticamente cualquier otra cuestión filosófica”. De hecho, en una rápida búsqueda en el Google encontramos más de 24 millones de citas para el término felicidad y 157 millones para su similar en inglés, es decir, happiness.

A pesar de eso, felicidad es un concepto aún apenas comprendido. A fin de cuentas, las personas aún le atribuyen determinados estados, características y descripciones que no le caben o restringen su significado. En consonancia con otro destacado psicólogo, Michael Argyle (1995-2002), las personas generalmente describen la felicidad en términos de contentamiento, satisfacción, paz mental, sentimiento de realización, deleite, alegría, entre otras cosas.
 Estableciendo más claramente sus fronteras conceptuales, Seligman considera que lo importante es saber distinguir una felicidad momentánea de una constante. Siendo así la momentánea puede ser fácilmente aumentada por el usufructo de experiencias (gozos) pasajeras y/o fugaces tales como ir al cine, teatro, centro comercial, saborear un chocolate, recibir una promoción, aumento de salario etc. Pero elevar la constante de felicidad es algo que el aumento del número de episodios de sentimientos positivos momentáneos no logrará. Tal vez sea por esa razón que el concepto de felicidad viene sufriendo incontables interpretaciones al largo de la historia.
A propósito, el médium Divaldo P. Franco hace esclarecedoras consideraciones sobre el tema. Reculando el tiempo, él declara que fue en Grecia que el concepto de hedonismo – aún extremadamente relevante en los tiempos actuales – floreció como una filosofía que abarcaba “el placer y la belleza como bienes supremos de la vida humana”.
 Algunos de los representantes más eminentes de esa escuela de pensamiento fueron Aristipo de Cirene (435-366 a.C.) y Epicuro de Samos (341-270 a.C.).

El pensamiento hedonista en la actualidad - Así, “Mientras el primero decía que el placer es un bien en sí, pudiendo ser usado intensamente, el segundo determinaba la moderación del placer, en el objetivo de que se pudiera llegar a la verdadera felicidad. “Las dos doctrinas fueron confundidas a lo largo de los siglos, y lo que perduró para la historia fue la noción hedonista de Aristipo, que predicaba la búsqueda desenfrenada por los placeres sensoriales, como comer, beber, dormir y practicar sexo, sin cualquier evaluación de carácter moral”.
No hay dificultad de percibirse que el pensamiento hedonista influencia fuertemente el modo de vida de considerable cuota de la humanidad presentemente encarnada. Basta ver, por ejemplo, la drogadicción, el alcoholismo y la sexolatria que dominan especialmente las mentes infanto-juveniles. Pero en flagrante contraste con los pensadores citados, Sócrates (469-399 a.C.):
“[...] su tiempo ya decía que la felicidad es independiente del haber, del no haber, del enfrentar el dolor. La verdadera felicidad es el ser. Pero, para ser, son indispensables tres factores: el pensamiento recto, la conducta recta y las palabras saludables”.
Divaldo cita también al notable pensador cínico, Diógenes de Sínope (412-323 a.C.) que vivió como un mendigo y, como tal, despreciaba a los poderosos y las convenciones sociales. Su filosofía condenaba vehementemente el placer, el deseo y la lujuria.7 También siempre nos fascinaron las ideas de otro filósofo que, de hecho, ejerce gran influencia en el pensamiento académico contemporáneo, es decir, Aristóteles (384-322 a.C.), discípulo de Platón. Aristóteles desarrolló el concepto de eudaimonia, o sea, en el griego la palabra ‘‘yo’’ evoca la idea de bien o bienestar y ‘daemon”, Espíritu.
Y aquí hay un claro avance en el asunto, pues, como observa el académico Eduardo Wills, el eudaimonismo considera el bienestar como más importante que la felicidad hedónica porque tiene que ver con la realización de los potenciales humanos.

La felicidad y su relación con la vida virtuosa - Para él, la visión aristotélica interpreta la felicidad como parte de una comprensión virtuosa o ética de la vida. Pero, a fin de cuentas, lo que guía la acción humana es precisamente la búsqueda por la felicidad. El pensamiento aristotélico aboga también que para descubrir el verdadero significado de la felicidad es vital examinar inicialmente la naturaleza humana (Espíritu) en toda su complejidad.
Dentro de esa perspectiva, se tiene cómo correcto que el ejercicio de las facultades humanas en toda su condición de excelencia conducirá a la felicidad, y constituyendo tal búsqueda un compromiso de vida. Para Wills, “De esa forma, la búsqueda de la felicidad tendrá implicaciones prácticas en términos de vivir una vida virtuosa”. En esa concepción, la felicidad es producto de la manera como utilizamos nuestras habilidades. De hecho, conocidos personajes de la actualidad conectados a ciertos escándalos financieros y políticos, por ejemplo, comprometieron irremediablemente sus niveles de felicidad al no adoptar una conducta virtuosa. A fin de cuentas, hoy sus nombres están claramente identificados como malhechores o transgresores de la ley.  Por fin, es muy auspicioso que un científico con la envergadura de Wills proponga que la satisfacción con la espiritualidad contribuirá para la obtención de elevados niveles de satisfacción con la vida como parte de la visión eudaimônica de felicidad.10
Sin embargo, al examinar las diferencias de la felicidad, Michael Argyle sugirió que “Felicidad puede ser entendida como una reflexión sobre la satisfacción con la vida, o como la frecuencia e intensidad de emociones positivas”. En efecto, hay sustanciales evidencias empíricas de que las emociones positivas crean un escudo contra los “estragos del envejecimiento”, conforme atesta Seligman. Por otro lado, estudiosos de la felicidad han argumentado que las personas y las naciones son más o menos felices teniéndose en consideración algunos sentimientos positivos relacionados a las dimensiones: relaciones sociales, trabajo y desempleo, ocio, dinero, clase, cultura, personalidad, alegría, satisfacción con la vida, edad, sexo, salud, progreso y así por delante.

Lo que hace una vida digna - Basado en eso, Argyle afirmó que las condiciones generales de vida impactan la felicidad. Entonces felicidad es un concepto multidimensional. Dicho de otra forma: es resultante de varias causas. En el mundo hodierno, como sabemos, los haberes monetarios tienen un papel preponderante en la vida de las personas, pero no son necesariamente sinónimos de felicidad. En consonancia con Seligman, “Más que el propio dinero, lo que influencia la felicidad es la importancia que usted da a el [...]”.
 ¿Pero qué hace una vida digna? Según investigaciones desarrolladas por el Instituto Gallup en escala mundial es necesario satisfacer cinco elementos esenciales, a saber: bienestar de la carrera, social, financiero, físico y comunitario.
En la actualidad existen incluso rankings de felicidad de las naciones. Por ejemplo, el Happy Planet Index que mide la expectativa de vida, bienestar y aspectos ecológicos. Aunque ellos sirvan de parámetro, son imperfectos porque cada uno usa determinado conjunto de variables o criterios específicos de medicación que acaban llevando, de cierto modo, al subjetivismo. Además, se nota en el pensamiento y en la medicación contemporánea de felicidad que hay una clara inclinación/bies para “el tener” en detrimento del “ser”. Puesto esto, ¿que puede ofrecernos la religión acerca de felicidad en un mundo donde hay tanta infelicidad? Seligman argumenta que: “La relación entre esperanza en el futuro y fe religiosa es probablemente la piedra angular del motivo por el cual la fe ahuyenta la desesperación y aumenta la felicidad [...]”
 Si las religiones contribuyeran con sólo esa percepción ya estarían haciendo un trabajo ciertamente apreciable.
Pero encapsulando toda la complejidad de la vida en la dimensión material, el Espíritu Joanna de Ângelis va mucho más lejos al afirmar que: “[...] no se puede disfrutar de felicidad plena durante la vida carnal, sin embargo, por medio de los actos morales cada persona puede atenuar las aflicciones que transcurren de las experiencias infelices originadas en sus existencias pasadas”. O como sintetizó sabiamente Allan Kardec, “La felicidad no es de este mundo”.

La propuesta de Sócrates y la propuesta espírita - Por su parte, Divaldo P. Franco nos recuerda que: “El Espiritismo considera la felicidad a través de la propuesta de Sócrates y de Jesús. Sócrates dice que más importante que el tener es ser. La felicidad del punto de vista socrático es la derivación de pensamientos correctos, de actos equilibrados y de corazones pacificados. Solamente tiene un corazón pacificado quien actúa correctamente, y solamente actúa con equilibrio aquel que piensa bien”.  
Esa propuesta fue completamente absorbida por el Cristianismo naciente, y Jesús demostró a lo largo de su corta vida – pero con la más absoluta coherencia, dígase – que más importante que los valores externos es la condición de paz conquistada por la criatura humana. Así pues, el Espiritismo, explica Divaldo, defiende que la verdadera felicidad resulta de una conciencia tranquila, consecuencia natural, de hecho, de un individuo que posee un carácter recto y se guía por una conducta correcta.
El respetable médium ofrece explicaciones sensatas sobre el tema ahora en aprecio y que merecen nuestra reflexión – o sea:  
“¿Por qué la felicidad no es de este mundo? Porque vivimos en un mundo relativo, y la felicidad sería una conquista permanente. Desde que vivimos en lo relativo, vivimos en lo inestable. La felicidad debe ser estable.
“¿Pero por qué entonces hay esa relatividad? Porque nosotros confundimos placer con felicidad [...]”
En ese sentido, Joanna de Ângelis nos informa que “Solamente en la conquista de los valores eternos es que el ser adquiere bienes que si no transfieren de manos y armonía que nada vence”. Divaldo, a su turno, esclarece que Jesús en su misión de despertarnos para lo cierto nos informó que su reino no era de este mundo. Y tal afirmación debe ser interpretada como “[...] Equivalente a decir que la felicidad es el reino de Dios.

La felicidad plena espera por nosotros - Pero, si el Reino de Dios no es de este mundo, hay una sutileza: él no es de este mundo, pero comienza en este mundo.  ¿Acaso iremos a colocar los pilares de la felicidad, establecer las bases éticas y morales de nuestra propia existencia [...]”?

Sin embargo, “[...] Para ir a ese mundo trascendental, estamos en la Tierra preparando los escalones del ascenso a través de nuestra vida moral”.  Él también observa con acierto que: “Jesús vino a diseñarnos la felicidad real, el bien. Si deseamos la felicidad, amemos, pero amemos de tal forma como si fuera a nosotros mismos, con el amor propio que mucha gente no tiene [...]”. 

Por eso, la verdadera felicidad es aquella que proporciona paz interior porque es erigida sobre leyes universales. Esta no depende de ningún bien material o placer fugaz. Para concluir, Kardec nos da explicaciones interesantes acerca del significado trascendente de la felicidad sobre las cuales deberíamos meditar:
“La suprema felicidad consiste en el gozo de todos los esplendores de la creación, que ningún lenguaje humano jamás podría describir, que la imaginación más fecunda no podría concebir. Consiste también en la penetración de todas las cosas, en la ausencia de sufrimientos físicos y morales, en una satisfacción íntima, en una serenidad del alma imperturbable, en el amor que envuelve a todos los seres, a causa de la ausencia de fricción por el contacto de los malos, y, por encima de todo, en la contemplación de Dios y en la comprensión de sus misterios revelados a los más dignos. La felicidad también existe en las tareas cuyo gravamen nos hace felices. Los puros Espíritus son los Mesías o mensajeros de Dios por la transmisión y ejecución de sus voluntades. Comprende las grandes misiones, presiden a la formación de los mundos y a la armonía general del Universo, tarea gloriosa a que se llega sino por la perfección. Los de la orden más elevada son los únicos que poseen los secretos de Dios, inspirándose en su pensamiento, de que son directos representantes”. 
Esa felicidad plena espera por nosotros, pero trabajemos por merecerla.

(Aportación de Isabel Porras)
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Parte de una entrevista al Profesor Vincent Guillem
 


¿ QUÉ ES UN VIAJE ASTRAL ? 
* Es una separación temporal del cuerpo.

- ¿Qué es lo que se separa exactamente?
* Se separa el espíritu del cuerpo físico que, sólo es un revestimiento que se utiliza para poder actuar en el mundo físico. Sin embargo, esta separación es solo temporal y siempre existe un nexo entre los dos que nunca se rompe y que permite la vuelta al cuerpo físico sin que haya ningún tipo de problema de salud. Es el llamado
cordón de plata.

- ¿Qué es el cordón de plata?

* Es el nexo de unión entre el cuerpo astral y físico, como un cordón umbilical que permite aportar al cuerpo físico la energía vital que necesita para continuar con vida en ausencia del cuerpo astral. Los clarividentes suelen describir este "cordón" como una especie de hilo muy elástico de tono plateado, extensible hasta el punto de que por mucho que se separe el cuerpo astral del cuerpo físico, el cordón siempre da de sí lo necesario, es decir, se alarga hasta grandes distancias cuando el espíritu se separa y viaja lejos del cuerpo físico.
- ¿Y dónde va el espíritu cuando se separa del cuerpo?
* Donde su pensamiento le lleva, al mundo astral, y ese es un viaje natural que responde a una dinámica necesaria en el desarrollo humano. Esas visitas nocturnas procuran a la persona energías y experiencias que le
ayudan más tarde en su vida física, puesto que allí es asistido por 
entidades espirituales más avanzadas que le aconsejan y guían.

Vicent Guillem.

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