viernes, 26 de septiembre de 2014

ADVERTENCIA FRATERNA

ADVERTENCIA FRATERNA


   ¡Amigo mío! Pida usted una noticia del país donde vivo ahora, no a la manera del turista desocupado, más si como aprendiz atento a los misterios de la vida.
   Es casi imposible satisfacer su curiosidad.
   Ante el cariño de la solicitación, me acuerdo de los amigos que aun en Europa, saboreando expectativas y novedades. Nos abrazaremos cuando partamos, como los perros regurgitan con miradas ansiosas, y después recibamos por el correo marítimo las cartas de salud y afecto. Si pasan por Italia, tenían el cuidado de seleccionar postales preciosas. Nos enviaban acuarelas del Vaticano o fotografías encantadoras donde figurasen las palomas de San Marcos. De Francia, nos mandaban bellos grabados alusivos a los monumentos históricos, relacionando museos y castillos, plazas y jardines. De Suiza, nos remetían, invariablemente, los invariablemente, deliciosos y blancos paisajes de nieve. No podíamos gozar la compañía en la contemplación de la Torre de Pisa o del Lago de Como, entretanto, para comprenderlos poseíamos igualmente nuestras torres, museos, pájaros y lagos. Al regreso, nos abrazamos de nuevo, escuchando sus narraciones, encantados y felices. Vuelven siempre tomados de profunda admiración y llenos de proyectos grandiosos. Algunos llegan a intentar mentalmente la transformación inmediata de la Candelaria en un templo análogo a la Abadía de Westminster, a fin de recordar el pasaje por Londres; otros idealizan nuevas calles para su barrio, idénticas a las grandes arterias que se comunican con el Arco del Triunfo, en París. Otros, sin embargo, se olvidan del primer asombro y se reajustan al café humilde, al accesible tranvía y a los edificios menos suntuosos.
   Entre nosotros, sin embargo, amigo mío, la distancia y las condiciones no se igualan a las que separan Lisboa de Río de Janeiro. Es muy diferente la situación. Expresándome con franqueza, no dispongo ni siquiera de recursos para decirle lo lejos que me encuentro. Los astrónomos tendrán medios de alinear números, ofreciendo informes de las medidas macro cósmicas, y los bacteriólogos disponen de aparatos con los que demuestran las actividades del plano infinitesimal. Pero el hombre desencarnado aun no puede contar,ante ustedes, con la precisa facilidad de expresión.
   Nos movemos en el sublime Universo, que somos nosotros mismos, y las sorpresas son tantas y tan grandes que, a titulo de rigor, no tenemos, por cuanto, el vocabulario imprescindible para el amoldamiento verbal de las diferentes sensaciones. No tengo postales, ni pinturas, con las que pueda transmitirle las informaciones deseables. Tengo apenas ideas que le envió a la mente generosa por el telégrafo mediúmnico. Y debiendo aprovechar los pensamientos y concepciones que usted posee, para hacerme comprender, es casi inútil que yo le describa mi nuevo campo residencial… Su sentimiento amigo tal vez entendiese algunos nuevos conceptos, relativamente de la vida eterna del espíritu inmortal, más su raciocinio me cerraría la puerta. La razón, de hecho, es una luz en la conciencia humana, más, alguna veces, se convierte en un Cerebro feroz, para ejercer terrible control sobre el corazón.
   Se, con todo, que su interés por mis noticias se prende, por encima de todo, a su propia situación. Usted reconoce que su destino será igual al mío y que, tal vez, no tarde el instante en el que deberá tomar aquel mismo carro, incensado de flores, que transportó mi despojos para el soporte debido para la misteriosa y bella región que hoy me sirve de morada.
   En razón de eso, tomo la libertad de sugerirle que procure un camino para el viaje, antes de buscar cualquier emoción del noticiario
   Su necesidad fundamental, en el momento, no es la de informarse en cuanto a las revelaciones de aquí, más si la de prepararse, convenientemente, para venir.
   Disminuya sus bagajes de naturaleza terrestre. Es este mi consejo inicial. Cuando abandone el margen de donde usted me escribe, tripule, yo solito, el salvavidas que la Providencia me lanzó por misericordia, y me acerque a algunos pequeños tesoros que deseaba conservar, a cualquier precio. Me separé sin esfuerzo de ciertos patrimonios materiales que mantenía como valiosos triunfos, más, algunas joyas y recuerdos quedaron, por fin, para enriquecimiento de mi corazón. Todavía, fui compelido a abandonarlas, también, con el fin de llegar aquí convaleciente y esperanzado. Hasta aun mismo los sencillos anillos que yo portaba en los dedos, fui obligado a tirar a las aguas pesadas del olvido, para sobrevivir.
   Usted dice, que los espíritus desencarnados predican demasiadamente la virtud y que se refieren, probablemente en exceso, a la caridad, a la fe y al amor cristiano, y por eso desea notificarlo aquí, más preciso y concreto.
   ¿Que adelanta, sin embargo, hablar de un país que ustedes no comprenden, ahora, y para el cual todos los hombres se dirigen de manera fatal, sin prepararlos para el gran viaje? ¿No será más lógico inducirlos a pensar en los cuidados del presente, para que el futuro les sea favorable? De ese modo, yo no puedo, responderle a usted, dejar de recordar las mismas imágenes de mis compañeros que ya se encuentran igualmente “en este lado”.
   Haga el bien cuanto le sea posible; conserve la rectitud de la conciencia y ríndale culto diario. Sobre todo, si desea un aviso más exacto, desate el corazón, cortando los bonos que lo prenden a la esfera de las pasiones inferiores, antes de que suene su toque de partir.
   No se descuide. Trace su camino y siga. No pierda su tiempo rogando orientaciones en ese sentido, porque todos nosotros poseemos el padrón de Cristo. Atienda a la preparación indispensable, por cuanto, dentro de algunas semanas posiblemente, estarás también con nosotros, sin el coraje de ofrecer noticias a nadie.

Por el espíritu Hermano X. Del Libro: Lázaro Redivivo, Médium Francisco Cándido Xavier.

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EL YUGO LIGERO

   El sufrimiento, sea físico o bien moral,  es uno de los elementos  necesarios de la evolución, un poderoso medio  de desenvolvimiento y de progreso. Nos enseña a conocernos mejor, a dominar las pasiones y a amar a los demás.
  El sufrimiento es la purificación suprema, la escuela donde se aprendern  la paciencia, la resignación y todos los austeros deberes. Es el crisol donde se funde el egoísmo, donde se disuelve el orgullo.
   No maldigamos el dolor, ya que solo el nos arranca de la indiferencia, de la voluptuosidad. Esculpe nuestra alma, le da su forma más pura, su más perfecta belleza. Estas enseñanzas hacen perder a la muerte todo su carácter espantoso; la dejan reducida  a una transformación necesaria, para una  renovación. En realidad, nada muere. La muerte no es nada más que aparente. Solo la forma exterior cambia; el alma continúa  en su unidad permanente, indestructible. Se recobra más allá de la tumba, ella y su cuerpo fluídico, en la plenitud de sus facultades, con todas sus adquisiciones.
   Desde el punto de vista humano, infortunio o desgracia significa todo lo que perturba la comodidad y contraria  las ambiciones inmediatas en la que se complace la criatura humana. los dolores de cualquier  procedencia, las enfermedades consideradas incurables, la pobreza material, todo sufrimiento son necesidades elaboradas por nosotros mismos, a fin de  reparar  las faltas cometidas, encontrando en el dolor  que se debe superar, los recursos valiosos para la liberación de gravámenes  desdichados y de la paz de conciencia.
   Muchos imprudentes consideran que la “pérdida de los seres queridos”  es la verdadera desgracia, cuando en verdad, morir no es acabarse ni consumirse, sino liberarse.
    El Dolor es la advertencia y lección que nadie debe  despreciar. Hay infortunios que nos elevan e infortunios que nos hacen desgraciados.
   Cada uno somos constructores de nuestro propio destino, recibiendo conforme producimos, el dolor y el agravio, la angustia y la desesperación, son vigorosas terapéuticas de la vida para que el enfermo espiritual inveterado se preocupe  con la curación real y se dirija definitivamente hacia los elevados objetivos de la Vida Mayor, en cuyo rumbo se encuentra desde ahora, a ella legando cuando la desencarnación lo despoje  de la transitoria indumentaria en que marcha intentando la felicidad, que solo  más tarde alcanzará, después de haber rescatado los compromisos atrasados.
   Por eso Jesús el médico excelso de las almas afligidas nos da la medicina para aliviar nuestros pesares, en su Evangelio de Amor y de Luz, donde morir es vivir, y donde la felicidad real existe, siempre que el hombre se haga merecedor de ella.
   Somos ciudadanos del Universo; pertenecemos a los siglos pasados, como a los futuros hemos de preparar nuestra elevación, soportemos con calma los males elegidos por nosotros mismos.
   La ascensión es ruda, y el sudor inundará con frecuencia nuestro rostro, pero  por la cima veremos asomarse la luz, veremos brillar el sol de la verdad y de la justicia…
   La voz que nos habla así es la de los muertos, la de las almas amadas que nos han precedido en la región de la verdadera vida. Muy lejos de dormir  bajo las losas, velan por nosotros. Desde el fondo de lo invisible nos contemplan  y nos sonríen. ¡Adorable, y sublime misterio!  Se comunican con nosotros.  Nos dicen:
   Basta de dudas estériles, trabajad y amad. ¡Un día, cumplida vuestra tarea, la muerte nos reunirá.
   El hombre porta un yugo ligero, su misma palabra lo indica, Dios no da al hombre una carga tan pesada que no pueda sobrellevar. Ante los impedimentos, ante la adversidad, debe el hombre tener calma esperar, crecer y superar los obstáculos, hasta que la fin consiga superarlo, crecer por encima de el, y asi poco a poco conseguir llegar a la cima donde la felicidad es completa, porque habremos llegado al Seno de Dios,  allí nuestro gozo y dicha será grande, tanto que al sentirla y contemplar la inmensidad del Universo, no quedara en nosotros el menor resquicio de lucha, de nuestros pesares  que han desaparecido por ser un buen cristiano, amando a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, pues esto es resumida la ley de Dios, y todo el que la cumple se hace merecedor de la Gloria Celestial.

Mercedes Cruz-
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              Amar, el mayor desafío de la Vida 

Siendo el Amor el más noble sentimiento de que es capaz un ser humano, evidentemente no consiste en una mera simpatía romántica, y mucho menos en una atracción sexual; consiste en algo mucho más profundo, consiste en la afirmación de Cristo: - Maestro, ¿Cuál es el mayor mandamiento de la ley? – “Amar al Señor, vuestro Dios con todo vuestro corazón, con toda vuestra alma y con todo vuestro espíritu; he ahí el mayor y el primer mandamiento.  Y el segundo, que es semejante a aquel: Amaréis a vuestro semejante como a vosotros mismos. (S. Mateo, Cap. 22, v. 34-40).

Si comprendiésemos la grandiosidad de esa máxima enseñada por Jesús, ciertamente la humanidad ya no se lamentaría de tanto dolor y sufrimiento, ya no se lamentaría tanto de las vicisitudes de la vida, porque la vida, se deslizaría tranquila como las aguas limpias de un río calmado; no habría tantas amarguras, ni tantas lágrimas. El dolor de cada uno, el río de lágrimas que corre por la frente de los más desalentados, con seguridad, son vestigios de desamor a sí mismo y al prójimo. 

Amar al prójimo como así mismo, es la receta prescrita por el divino Maestro, capaz de
desarmar corazones enfurecidos, capaz de transformar pensamientos desprovistos de ese sentimiento que se puede afirmar que es la mayor necesidad del ser humano que lo imposibilita para experimentar y aprender y amar; amar para ser feliz, amar para hacer al otro también feliz.

Leo Buscaglia, autor de un libro que habla sobre la mayor experiencia de la vida, que es el Amor, escribió: -“Nadie puede dar aquello que no posee, para dar amor, necesitamos tener amor. Nadie puede enseñar aquello que no sabe, para enseñar amor, necesitamos comprenderlo. Nadie puede conocer aquello a lo que no se entrega; para entregarse al amor, necesitamos estar vulnerables a el”.

Estar vulnerables al amor, es vivirlo de tal forma que nuestras actitudes y ejemplos puedan servir de puente recíproco para tantos cuantos por el transiten, o sea, para la consolidación en lo pragmático de la regla de oro, que es hacer al otro solamente lo que nos gustaría que fuese hecho a nosotros. plida esta afirmación, nadie jamás se quejaría de nadie, porque siendo el aprendizaje del amor, el mayor desafío en la vida del hombre, y este tuviese que perecer por no absorberlo, la humanidad entera ciertamente, perecería, por falta de amor.

Pero, habiendo sido la criatura humana, creada para ser feliz, y la felicidad consistiendo en la vivencia y práctica del amor, estamos todos dados a conocer, experimentar, practicar y vivir la mayor experiencia y desafío de la vida, que es el AMOR.

Nadie, tan bien expresó el sentimiento de amor que Pablo de Tarso, el apóstol de los
gentiles, en su primera Epístola a los Corintios, en el Cap. 13, en una bella forma poética :


Aunque yo hablase lenguas, la de todos los hombres y la de los ángeles, y no tuviese amor, sería como una campana ruidosa o un címbralo estridente
Y aunque yo tuviese el don de todas las profecías y el conocimiento de todos los misterios y de toda la ciencia, y aunque yo tuviese toda la fe al punto de transponer montañas, si yo no tuviese amor, yo no sería nada.
Y aunque yo distribuyese toda mi fortuna para alimentar a los pobres, y que yo entregase mí cuerpo para ser quemado, si no tuviese amor, nada de eso me adelantaría, porque el amor no es vanidoso, es benigno…, no es superficial y no se envanece.

Artículo de Zenaide Ramos da Silva

jueves, 25 de septiembre de 2014

Zonas del mundo espiritual y colonias


                       
        ZONAS DEL MUNDO ESPIRITUAL Y COLONIAS

Allan Kardec, al codificar en su tiempo la filosofía Espiritista, sabia, y así lo afirmó, que no estaba diciendo la última palabra ni fijando conceptos definitivos. Como toda enseñanza debe ser gradual, en su tiempo dio a conocer cuanto entonces era conveniente y prudente ofrecer a las masas, ansiosas de un conocimiento racional y satisfactorio sobre la razón de ser de la vida humana.  
Los seres del espacio, a través de distintas mediúmnidades, han venido descorriendo más y más el velo que nos oculta la vida en el Más Allá, mediante  una serie notabilísima  de obras mediumnicas, que han descorrido la cortina, permitiendo ir conociendo  como se desarrolla la vida de las almas en las esferas espirituales que circundan el planeta Tierra.
En la obra “Espiritismo” escrita por Sir Arturo Conan Doyle, cuya fama  mundial hace innecesaria aquí su presentación, el se refiere a la notable mediúmnidad del gran sabio sueco Manuel Swedenborg, que dice lo siguiente:
 
“Allí encontró que el otro mundo consistía en un número de esferas diferentes con variados grados de luminosidad y felicidad, a cada una de las cuales vamos después de la muerte, según las condiciones espirituales que tenemos en vida. Allí somos juzgados de manera automática por una especie de ley espiritual que determina el resultado último por el resultado total de nuestra vida, de suerte que la absolución  o el arrepentimiento en el lecho de muerte  son de poco provecho. Encontró en aquellas esferas que las escenas y las condiciones de este mundo están reproducidas  con fidelidad, así como el armazón general de la sociedad.  Halló casas en las cuales vivían familias, templos en los cuales se adoraba, salones en los que la gente se reunía para fines sociales, palacios en los cuales habitaban soberanos.”   No hubo detalle insignificante para su observación en las esferas  espirituales. Habla de la arquitectura, del trabajo de los artesanos, de las flores y los frutos, de los bordados, de  la literatura, de la ciencia, de las escuelas, de los museos, de los colegios, de las librerías y de los deportes”. Fueron muchas  las informaciones que Dios mandó al mundo a través de Swedenborg y también referida por espiritistas iluminados, como Davis que en su visión  vio una disposición del Universo que corresponde  muy aproximadamente a la de Swedenborg   y a lo que más tarde dijeron los espíritus  y fue aceptado por los espiritistas. Vio una vida que se parecía a la de la Tierra, una vida que puede llamarse semi-material, con placeres y objetivos adaptados a nuestras naturalezas, que la muerte no modifica en modo alguno. Vio estudio para los estudiosos, labor genial para los enérgicos, arte para los artistas, belleza para los amantes de la Naturaleza, reposo para los cansados. Vio fases graduales en la vida espiritual, a través de las cuales se asciende a lo sublime y a lo celestial.
En el libro Historia del Espiritismo, Sir Arthur Conan Doyle  hace referencia al mensaje del espíritu Lester  Coltman, y dice: Estimo perfectamente explicable el interés de los seres de la tierra en averiguar  la forma en que están constituidos los hogares y los establecimientos en que se llevan a cabo los trabajos en el plano espiritual, pero no es cosa fácil hacer una descripción de ellos en términos terrenales, el visitaba un laboratorio, donde encontraba facilidades tan completas como extraordinarias  para llevar a cabo los experimentos. El decía que tenia casa propia, verdaderamente deliciosa, con una biblioteca donde había toda clase de libros de consulta; históricos, científicos,  de medicina y de todos los géneros de literatura. El decía que para el, en el plano espiritual esos libros eran tan interesante como lo son para los hombres en la tierra. Que tenía una sala de música con todos los instrumentos. Cuadros de rara belleza y muebles de exquisito gusto. Que desde sus ventanas admiraba un paisaje extraordinario  bello que se extendía en suaves ondulaciones  y que cerca de su casa existe otra comunal donde vivían en feliz armonía varios espíritus de los que trabajan en el laboratorio.
Es la tierra perfeccionada. Allí existe lo que se podría llamar la cuarta dimensión, pero no se puede describir claramente. Para que nos podamos hacer una idea más exacta del reino de las almas  es como un campo infinito poblado de estancias y moradas, en cada una de las cuales viven las inteligencias desencarnadas  realizando las obras  a que les lleva la vehemencia de sus afectos, sus convicciones y sus anhelos.
Los umbrales del Más allá albergan un recóndito secreto.
Solos a los iluminados y  a los videntes les es dado hallar la clave que ayude a proyectar una luz en medio de tan tremenda ignorancia. Francisco Cándido Xavier es uno de ellos. Su palabra implica un mensaje proyectado, a través de los años, con lucidez que no decae y que estimula a recorrer, con la imaginación, ese sendero que, al fin, no es más que Liberación.  
Mientras nos hallamos en el cuerpo material, no hacemos una idea exacta de lo que es, en realidad, la vida más allá de la muerte.  
El cielo está en todas partes; por todas partes se encuentra lo inconmensurable, lo insondable y lo infinito; en todas partes hay un hormigueo de soles  y de esferas, en medio de las cuales la Tierra es una unidad mezquina.
En el seno de los espacios, no hay más que moradas circunscritas a las almas. Siendo libres y puras, estas recorren la inmensidad  y van a donde las llevan sus afinidades y sus simpatías. Los Espíritus inferiores, cargados  por la densidad de sus fluidos, permanecen como aferrados al mundo donde han vivido, circulando por la atmósfera o mezclándose con los humanos.  
Los goces y las percepciones del espíritu no resultan del ambiente que ocupa, sino de su estado personal y de los progresos realizados. Cada uno lleva en si su gloria o su miseria.  
La condición de los Espíritus en la vida de ultratumba, su elevación, su felicidad, todo  depende de su facultad de sentir y de percibir, que es proporcional a su grado de adelanto. Los Espíritus de orden inferior, son como ciegos en medio de la Naturaleza llena de sol, como sordos en un concierto, permanecen  indiferentes  e insensibles ante las maravillas del infinito.  
Estos Espíritus, envueltos en fluidos espesos, soportan las leyes de la gravitación  y son atraídos por la materia. Bajo la influencia  de sus apetitos groseros, las moléculas de sus cuerpos fluiditos se cierran  a las percepciones exteriores  y les hacen esclavos  de las mismas fuerzas  que gobiernan a la humanidad. Las almas se agrupan y se escalonan en el espacio según el grado de pureza de su envoltura; la  categoría del Espíritu está en relación directa con su constitución fluidita, la cual es su propia obra,  el resultado de su pasado y de todos sus trabajos. Ella es la que determina su situación: en ella es donde  encuentra  su recompensa o su castigo. Mientras que un alma purificada  recorre la vasta  y radiante extensión, y mora a su voluntad en los mundos y apenas ve limites de en su impulso, el Espíritu impuro no puede alejarse de los mundos materiales.  
Entre estos estados extremos, hay numerosos grados intermediarios  que permiten a los espíritus agruparse  y constituir verdaderas sociedades  celestiales. La comunidad de ideas y de sentimientos, la identidad de sus gustos, de opiniones y de aspiraciones atraen y unen  a esas almas que forman grandes familias.
La vida del Espíritu avanzado es esencialmente activa, aunque sin fatigas. Las distancias no existen para el. Se transporta con la rapidez del pensamiento. Su envoltura, es semejante a un vapor ligero, que ha adquirido la sutilidad  que es invisible para los Espíritus inferiores. Ve, oye, percibe, no ya con los órganos  materiales, que se interponen  entre la Naturaleza y nosotros e interceptan  el paso a la mayor  parte de las sensaciones, sino directamente, sin intermediarios, con la total integridad de su Ser. El Espíritu elevado nada, de cualquier modo, en el seno de un océano  de sensaciones deliciosas. Cuadros cambiantes  se desarrollan ante su vista, armonías suaves lo arrullan y le encantan. Y aunque sus impresiones  son exquisitas, puede sustraerse a ellas  y recogerse a voluntad, envolviéndose en su velo fluidito y aislándose en el seno de los espacios.
El Espíritu avanzado queda libre de todas las necesidades del cuerpo. La alimentación y el sueño no tienen para él ninguna razón de ser. Al abandonar la tierra, deja para siempre,  los vanos cuidados, las alarmas,  todas las quimeras que emponzoñan la existencia terrenal. Los Espíritus inferiores llevan consigo, más allá de la tumba, sus costumbres, sus necesidades, sus preocupaciones materiales. No pudiendo elevarse por encima de la atmósfera terrestre, vuelven a participar  de la vida de los humanos, a intervenir en sus luchas, en sus trabajos y en sus placeres. Sus pasiones  y sus apetitos, siempre vivos,  les abruman, sobreexcitados por el continuo contacto con la humanidad y la imposibilidad  de satisfacerlos supone para ellos una causa de tortura.
Los espíritus no necesitan de la palabra para comprenderse.
Su pensamiento se refleja  en el Espíritu como una imagen en el espejo, cambian sus ideas sin esfuerzo y con una rapidez vertiginosa. El espíritu elevado puede leer en el cerebro del hombre y discernir  sus más secretos designios. Nada le queda oculto. Escruta todos los misterios  de la Naturaleza, y puede explorar a voluntad las entrañas del planeta y el fondo de los océanos, así como considerar en ellos los restos  de las civilizaciones  desaparecidas. Atraviesa los cuerpos más densos  y ve abrirse ante si dominios impenetrables para el pensamiento de los hombres.
Entre el acto de perder el cuerpo físico y la iniciación de la reencarnación tenemos el tiempo, y el contenido de ese tiempo reside en nosotros mismos. La muerte nos reconduce  a la intimidad del hogar interior.    
Muchos de los liberados  de la envoltura física, conservan tan fuerte afinidad con los intereses terrenales, que la vista no se les modifica de pronto, y prosiguen viviendo en la Tierra con las mismas expresiones con que la dejaron.
Muchas personas se despiden  del mundo carnal sin obstáculos y sin desagradables incidentes, otras duermen larguisimos sueños y otras no perciben nada por su inconsciencia infantil en que yacen sus impresiones.  
Los recién libertos comúnmente necesitan del socorro espiritual de los seres queridos, para desembarazarse sin demora de las ligaduras que aun les unen al cuerpo físico. Con el auxilio de los que quedan, a través de la oración, y del pensamiento fraterno, los que parten siguen libremente al encuentro del porvenir.
Si resulta fácil dejar el vehiculo físico, es muy difícil abandonar la vieja morada del mundo. Los hilos morales son mucho más fuertes que las ligaduras de la carne.  
Si el hombre complicó el destino, asumiendo graves compromisos con sus semejantes, a través de acciones criminales, se debatirá, llorara, y reclamará en vano, porque las leyes que mantienen en conexión los astros del Cielo y las células de la Tierra, determinan su encarcelamiento en sus propias creaciones interiores.  
Si el bien salva e ilumina, el mal pierde y oscurece. No es nada fácil abandonar solo, sin mayor experiencia en la espiritualidad superior,  el domicilio de los hombres. Innumerables entidades inferiores  cercan a los desencarnados, intentando  encadenarlos a las sensaciones del plano físico. Los pensamientos desordenados de millones de personas encarnadas y desencarnadas del ambiente humano, crean verdaderos campos  de imantación a los cuales no se sustrae fácilmente el alma.
 En todas partes, en torno al hombre, existen mundo reales registrando vida  abundante e intensa; y si el lo ignora  es porque se complace en la ceguera. No investigó jamás las profundidades oceánicas, ni podrá intentarlo todavía. No obstante debajo  de las verdes aguas agitadas, no existe un mundo completamente organizado, pero si un universo que asombraría por su grandiosidad y por su ideal perfección. En el propio aire que respira, en el suelo que pisa, el hombre encontraría  núcleos de vida organizada, obedeciendo al impulso  inteligente y sabio  de las leyes magnánimas  fundamentadas en el pensamiento Divino, que impulsa al progreso, en la conquista de lo más perfecto. Le bastaría al hombre preverse de los aparatos necesarios, para averiguar la veracidad de esas colectividades desconocidas que, por ser invisibles  unas y apenas sospechadas otras, no por eso dejan de ser concretas, armoniosas y verdaderas.
Después de la muerte, antes que el espíritu pueda orientarse, gravitando hacia el  verdadero “hogar espiritual” que le corresponde, siempre será necesario que permanezca en una “antecámara” en una región cuya densidad  y configuraciones aflictivas,  en lo local, corresponderán a los estados vibratorios y mentales del recién desencarnado. Se detendrá ahí, hasta que sea naturalmente “des animalizado”, es decir, hasta que se deshaga de los fluidos y de las fuerzas vitales de que se halla impregnados todos los cuerpos materiales. Se comprende que  la estancia en ese umbral del Más Allá, será temporal, aunque generalmente penosa. Según haya sido el carácter, las acciones practicadas, el genero de vida y el genero de muerte que haya tenido la entidad desencarnada, tal será el tiempo y las penalidades  que le esperan en el local descrito. Existen algunos que apenas se demoran algunas horas, otros  se quedaran por meses o años consecutivos, regresando a la reencarnación sin alcanzar la Espiritualidad. Los suicidas por ejemplo  se quedan allí el tiempo que restaron a la vida.
El umbral está situado entre la Tierra y el Cielo, es una región dolorosa de sombras, erguida y cultivada por la mente humana, en general rebelde y ociosa, desvariada y enfermiza. El inmenso Umbral, está a la salida del campo terrestre, vive repleto de hombres y mujeres que atravesaron la gran frontera, en plena conexión  con la experiencia carnal.  
No debemos creer que los servicios de rescate y de expiación,  que la esfera carnal sea la única capaz de ofrecer la bendita oportunidad  de sufrimiento áspero redentor.  
En regiones sombrías, fuera de ella, las cuales no podemos ignorar, hay oportunidades de tratamiento expiatorio para los deudores más infelices, que voluntariamente contrajeron peligrosos debitos para con la Ley.   El umbral es una localidad del llamado “astral inferior” donde se establecen los espíritus de baja vibración espiritual, que precisan pagar  por infracciones cometidas contra las leyes de Dios. En general… suicidas, homicidas, almas desajustadas y cometedoras de grandes delitos.
En esa región el espíritu, sufre incesantemente con la visión de su suicidio o de su crimen. Algunas veces, por años, sin parar de revivir la situación de su suicidio o de su crimen, siente la carne dilacerada por el proyectil, ve la condición desesperada de sus hijos que por ventura tenga, y constantemente es acusado de asesino, en una guerra psicológica  fuera de nuestra comprensión.
Sintiendo a veces mucha hambre y sed insoportables, a veces por años seguidos. Siente frió y calor inenarrables. Y muy frecuentemente sienten su propio cuerpo siendo consumido por los gusanos, lo ve deteriorándose y siente todas las sensaciones provenientes de este estado de putrefacción. EL umbral está repleto de desesperados, son criaturas que se rebelan y se demoran en mezquinas edificaciones.  Es zona de verdugos u de victimas, de explotadores y explotados.
 El umbral es un lugar de extremo dolor, De llorar y crujir de dientes, y muchos espíritus  ignorantes pasan allí largos años, ignorando la condición algunos de desencarnados.
Casi todas estas almas, situadas en cavernas, absorben las energías  de los encarnados y les vampirizan la vida, como si fuesen  lampreas insaciables en el océano del oxigeno terrestre. Suspiran por el retorno al cuerpo físico, ya que no perfeccionaron la mente para la ascensión, y persiguen las emociones del campo carnal con el desvarió de los sedientos en un desierto
La estancia allí, es temporal,  hasta que le sea permitida una nueva encarnación para que pueda, bajo el yugo de la materia, rescatar mejor sus  deudas para con Dios  o expiar para que pueda continuar caminando para adelante en su evolución.  Después de cada desencarnación, la gran mayoría regresa habitualmente a las zonas purgatoriales de las que procede…
Es por el pensamiento que los hombres  encuentran en el Umbral los compañeros afines a las tendencias que cada uno atrae. Toda alma es un imán poderoso. Los misioneros del Umbral encuentran fluidos pesadísimos emitidos sin cesar por millares de mentes desequilibradas, en la práctica del mal, o terriblemente flageladas en los sufrimientos rectificadores.
Hay sitios en el umbral donde no hay organización perceptible u ostensiva, todos gritan y nadie tiene razón. Pese a las sombras y a las angustias allí no falta la protección divina. Cada espíritu permanece en el solo el tiempo necesario. Es por eso que el señor permitió que se instalasen muchas colonias espirituales como la de Nuestro Hogar, consagradas al trabajo y al socorro espiritual.
Las Colonias Espirituales se esparcen sobre toda la superficie del Planeta, construidas bajo los más variados motivos de sus fundadores.  “Nuestro Hogar” fue construido por Portugueses que desencarnaron en Brasil a partir de 1500 a de Cristo en una región espiritual  habitada por indios brasileños desencarnados  que allí habían construido una pequeña aldea primitiva en los moldes de las tribus brasileñas.
La Colonia Transitoria “Nuestro Hogar”  como se puede ver en su localización geográfica en la Tierra, posee actualmente más de un millón de habitantes. Se tiene fotos, y dimensiones de cómo es esta Colonia, es muy grande, y para tener una idea de su extensión  podemos imaginar la ciudad donde vivimos con un millón de habitantes.  
Existe en “Nuestro Hogar” un vehiculo de transporte conocido por el nombre de Aerobús. Para tener una idea de la extensión de la colonia, desde la Casa de Gobernación este Aerobús parando, de 3 en tres Km., a alta velocidad, lleva 40 minutos hasta el Parque de las Aguas.
Las construcciones principales son la casa de Gobernación está en el centro de una estrella de seis puntas, (seis Ministerios) siendo estos: Ministerios de Regeneración, de Auxilio, de Comunicación y Esclarecimientos que  están ligadas las actividades de la esfera terrestre y los Ministerios de Unión Divina y Elevación que están ligados a las Jerarquías  Planetarias Superiores.  
De una a otra parte del conjunto residencial que está fuera de ese círculo es constituido por personas ligadas a los funcionarios de los Ministerios y pueden ser transmitidos a otros  de acuerdo con la voluntad de sus propietarios. Esto es posible como incentivo a los recién llegados desencarnados que se motivan a la transformación interior a fin de, con el esfuerzo  y aprendizaje a poder adquirir un espacio para sus familiares cuando desencarne en la Tierra.
Más allá de esas residencias, protegiéndolas están grandes murallas protectoras, citadas en casi todas las colonias espirituales en las proximidades  de la Tierra o dentro de sus vibraciones.
La gran plaza que está frente a la Gobernación está en condiciones de recibir a un millón de personas. Esto  nos hace comprender que el diseño no  refleja la dimensión y las proporciones de esa región espiritual.
Podemos imaginarnos estar sentados en un banco de esta plaza, donde veremos que el suelo es semejante a la piedra de alabastro; y que, tras de nosotros, están lindas fuentes multo coloridas cercadas de flores delicadas y graciosas.  
Observando las inmensas torres que se pierden en las nubes, se ve el movimiento de silfos y sílfides – elementales del hogar – haciendo movimientos coloridos  y diseños como pequeñas formas transparentes. La presencia  de seres elementales en “Nuestro Hogar”  es citado en varios pasajes de los libros de Francisco Candido Xavier.
Vamos intentar dar una idea general de algunos locales de esta ciudad:
En las casas de los trabajadores  de dentro de la estrella, pertenecen provisoriamente  los funcionarios  próximos a aquel ministerio. Si hubiese algún cambio de modalidad, el cambia también de residencia.
 Los funcionarios más graduados por el tiempo de servicio, dedicación, espiritualidad moran más próximos a la Plaza Central.
Ya en las casas de fuera del diseño de la estrella son residencias de usos diversos, como hablamos  y que pueden ser transferidos como son en la Tierra los objetos de Herencia.  
En el diseño aparecen apenas  algunos cuadros, más, en la realidad son muchos más cuadros  que se pierden de vista y que se alargan hasta la muralla.  
 Las residencias en “Nuestro Hogar” acaban asumiendo las características  y formas de acuerdo con el gusto de sus moradores. Cada morador tiene sus propias flores,  trepadoras, pérgolas, como afirman diversos libros espiritas.
También existen parques arborizados  donde existen otras grandes construcciones que no fueron diseñadas o detallada en la plantilla que existe de nuestro Hogar.
 En Nuestro Hogar  la producción de vestuario  y alimentación elementales pertenece  a todos en común.  Los que trabajan adquieren justos derechos, cada habitante recibe provisiones de alimento y ropa  en lo que se refiere estrictamente necesario, pero los que se esfuerce en la abstención  de bonus hora, consiguen ciertas prerrogativas en la comunidad social. El Espíritu que aun no trabaja, es recogido allí, pero los que cooperan pueden tener casa propia. El ocioso vestirá  sin duda, pero el operario esforzado vestirá lo mejor que le parezca.  
La verdadera ganancia del ser es de naturaleza espiritual y el bonus hora, en Nuestro Hogar, se modifica en su valor substancial, según la naturaleza de los servicios. En el Ministerio de Regeneración, está el Bonus Hora de Regeneración; en el Ministerio de Esclarecimiento, el Bonus Hora de Esclarecimiento y así respectivamente. Las adquisiciones fundamentales están constituidas  de experiencia, educación, enriquecimiento de bendiciones divinas y extensión de posibilidades, siendo la asiduidad  y dedicación los factores predominantes.  
Rodeando a toda la ciudad espiritual hay una gran muralla protectora, donde son mantenidas grandes bacterias de proyección magnética para la defensa contra los grupos de espíritus inferiores y seres de Jerarquías contrarias  al proyecto de salvación de la Tierra.
Por fuera de la muralla, están los campos de cultivo de vegetales destinados para la alimentación pública.
En los parques públicos que hay entre las residencias, existen otras edificaciones que sirven como recintos maravillosos para conferencias de Ministros y visitantes.  
Cada Ministerio posee lugares especiales. En el Ministerio de Regeneración fueron utilizados  los escenarios bíblicos. Así, los diversos salones del Parque tienen bancos  y mecedoras,  esculturales en la forma del suelo, forrados con césped y hojas suaves,  dando una gran sensación de estar junto al Tiberiades  oyendo las palabras de Jesús.
Las flores de ese local, muestran diferentes colores cada mes. Este recinto maravilloso  para tener una idea de sus proporciones, acomoda confortablemente  a más de 30.000 personas.
Las fábricas también están  fuera de la estrella principal y son responsables por la fabricación de zumos, tejidos y artefactos en general. La vida continua y las personas perciben que permanecer solo usufructuando  las condiciones de la ciudad espiritual  no es una cosa   agradable. Trabajar pasa a ser un remedio y un placer.
El diseño del templo por arriba es uno de los templos de iniciación del ministerio de la Unión Divina, construido en estilo egipcio. En determinado horario, el Gobernador de la Ciudad se reúne en una gran Asamblea para la oración del día, que es asistida  por todos los moradores de la colonia, por una especie de televisión más moderna.
En el Bosque de las Aguas existe un inmenso reservado de agua que abastece a todas las actividades de la ciudad. El posee un flujo, como el de un río, que pasa por la ciudad  y se dirige rumbo al gran océano de sustancias invisibles para la Tierra. En este Bosque se reúnen, también, los seres que planean la reencarnación como compañeros de jornada.
Otras colonias también mencionadas por André Luíz y otros instructores de la espiritualidad a los diversos Médiums, como Divaldo, Chico Xavier, Abel Glaser podría ser :  
La Colonia Socorrista de Moradia, una de las más antiguas, está dedicada a la atención de la población del Umbral.
La Colonia Campo de Paz, de la cual habla el Espíritu André Luíz en, Los Mensajeros, está situada muy cerca de la Tierra.
La casa Transitoria de Fabiano, es de asistencia a los desencarnados, citada en el libro, “Obreros de la Vida Eterna”.  
La Colonia redención, citada en el libro “Más allá de la Muerte”, descrita por Otilio Gonçalves, la Colonia de la Música, la Colonia de los Escritores, Alpha I, la Colonia Gordemonio, habitada por Espíritus pervertidos y malhechores y, citada en el libro “Apenas una Sombra de Mujer”, etc.
Otra colonia muy conocida y muy bien detallada es la de Alborada Nueva, posee más de 250 mil  habitantes  y está situada en la cuarta capa alrededor de la tierra, por encima de la ciudad de Santos en el estado de San Paulo.  Es una ciudad espiritual creada hace más tiempo que la mayoría de las colonias que permanecen en las zonas umbralinas de ese planeta.   Fue planeada hace muchos siglos por aquellos  que siendo Ingeniero Constructores de Jesús, conocen la Tierra su pasado lejano y su futuro distante.
Brasil aun no existía en la faz del globo y “Alborada Nueva” ya estaba fijando sus alicientes a través de sus trabajadores de Cristo que sabían del destino de Brasil, cara a la importancia de su localización en las camadas vibratorias alrededor  del Planeta.
Participaron en su crecimiento las personas conocidas por la tierra con el nombre de D, Pedro II y Gandhi.
Para el viajante de caminos sombríos en las camadas densas del mundo espiritual en torno a la Tierra, surgió una luz, como un pequeño punto, que iría creciendo  dentro de un panorama primitivo y oscuro,  en un brillante azul. Superponiéndose al azul, surge el blanco, que torna infinitamente mayor y ya se parece a una nube.
El blanco y el azul provienen de la Ciudad Espiritual, y su frondoso portón   dorado traza una placa con el nombre de la ciudad sustentada por esferas luminosas  de metal dorado.
 La casa principal de reuniones de los dirigentes de la colonia. Es de forma circular. El campo vibratorio manifiesta la imagen de una inmensa estrella de ocho puntas. Para aquellos que se encuentran  perdidos en el mundo espiritual la primera visión de la colonia  es la de una inmensa  Luz en la oscuridad. Al aproximarse se ve como  una inmensa nube y se ve que allí existe una gran comunidad.
Ligado a la puerta principal hay un gran muro de 15 metros de altura, macizo que emite una potente vibración magnética  de protección. Sobre este muro están torres de 10 metros de altura de forma cónica que es  asistido  por espíritus guardianes. Ocho construcciones de la colonia  poseen torres con puntas de estrellas. Las  torres de estas ocho construcciones están ligadas por flujos magnéticos y forman el diseño de una estrella de ocho puntas: Verdes las que parten de la Casa Central; Azules las que forman  el cuadrado y blancas las que forman la estrella.  Hay en ella dos puestos de socorro que sirven de intermediarios  entre el mundo  espiritual y el plano material.
 Los palacios más suntuosos de la Tierra no son nada comparados a estas áreas
Todos los que hemos leído las obras de Andre Luíz, comprendemos mejor el papel de los campos magnéticos y su importancia en una colonia  de trabajadores de Luz en una región de vibraciones espirituales inferiores del mundo astral.
La División Administrativa consta de :
Núcleos Generales de Desenvolvimiento Coordinadores Especializados. Unidad Divina de Elevación.
La División Geográfica consta:
Edificio Central (Coordinadora General) Núcleos Espirituales de Desenvolvimiento Coordinadores Especializados. Unidad de Divina Elevación. Casa de los Niños. Casa de Reposo Centro de Aprendizaje de la Luz Divina Casa de la Sublime Justicia Rincón de la Paz Bosque de la Naturaleza Divina Bosque de la Alimentación  Plaza central  Torres de Defensa e Higienización Sectores Ambiéntales  
Puestos de Socorro
Todos ellos desarrollan actividades funcionales, como  se realizan aquí en los ministerios de la Tierra, solo que aquí si existe la imperfección, y el Hombre ejerce la mayoría de las veces mal esos ministerios. Allí siendo el mundo Espiritual, y en una zona como es de cierta elevación todo es llevado a  cabo con una coordinación especializada, propia   de la seriedad y rectitud de sus moradores.
Alborada Nueva tiene un tren eléctrico, que parte rumbo al Umbral, una región oscura y densa, como ya describimos y en el camino  los Espíritus Inferiores tiran pesados objetos en los carriles suspendidos. Dotados de un  campo magnético repulsor, el vehiculo instantáneamente  repele ese bloqueo, en una verdadera operación “limpia –carriles”  
La Heredad Central  en el último piso se realiza las reuniones mensuales. Las paredes están formadas de cristales  y la Luz de la colonia pasa por ellos. Una gran mesa y al fondo grandes estanterías con centenares de libros. En esta sala, al fondo, hay estatuas con semblantes diversos donde figuran  D. Pedro II y Gandhi
Son 42 Consejeros, portando una vestimenta azul clara. La reunión es abierta por uno de los secretarios. Citaremos algunos trechos de la Abertura de una de esas reuniones Mensuales.
La actual coordinación de esta colonia está a cargo de Caibar Schutel.  
Su más importante sector es el de la Casa de Reposo y Hospital.

Comprende un trabajo muy amplio desenvuelto por Scheilla  que coordina
14 equipos  cuyos coordinadores forman el Consejo de la Casa de reposo.
Existe una gran integración de los trabajos de los seres espirituales de este Hospital con decenas  o centenas de organizaciones físicas en la Tierra. En este grupo existen los grupos de rescate tanto en el mundo espiritual como en el mundo material en los casos ya citados para los diversos eventos cataclismaticos que ocurran.
En las Colonias Espirituales, existen las mismas leyes de gravedad que controlan la Tierra, con sus días y sus noches, aunque las estaciones no tengan los rigores que en nuestro globo, ya que son suprimidos por factores de armonía existentes en las Colonias. Y esto ocurre, porque en la mayoría de las Colonias que conocemos están circunscritas a la atmósfera de la Tierra.
La descripción de estas colonias espirituales   como la de otros locales espirituales  llevaría demasiado tiempo y la finalidad de esa conferencia es despertar  su atención   para esta realidad, como es la de la existencia de Ciudades espirituales.
Cada ciudad que existe alrededor del planeta, por haber sido creadas hace mucho tiempo, poseen un estilo antiguo: las paredes son claras y clásicas y las preferencias recaen en los modelos griegos, romanos y egipcios con extensas avenidas. Muchos pájaros y frutas, muchos lagos y planicies coloridas.
Más, no todos los seres con algún esclarecimiento, al desencarnar en la Tierra van a estas colonias. Muchos van a otros planetas.
  
ANTE LAS PUERTAS LIBRES
Una antigua leyenda egipcia nos narra la historia de un pececito llamado Bermejo.
En el centro de un hermoso jardín, había un gran lago adornado de ladrillos  azul turquesa.
Alimentado, por un diminuto canal de piedra, escurría sus aguas  del otro lado, a través de una reja muy estrecha.
En ese reducto acogedor, vivía toda una comunidad de peces repapilándose, rollizos y satisfechos. Eligieron a uno de los ciudadanos  más grandes  para los encargos  de rey, y vivían allí, plenamente despreocupados, entre la gula y la pereza.  
Entre ellos había un pececito, menospreciado de todos.  
No conseguía pescar  la más leve larva, ni refugiarse en los nichos de barro.  Los otros voraces y gordinflones, arrebataban para si todas las formas y ocupaban, displicentes, todos los lugares consagrados al descanso.
El pececito Bermejo que nadaba y sufría. Era visto, en carreras constantes, perseguido  por la canícula atormentada por el hambre.  
Sin encontrar estancia alguna, se puso a estudiar con mucho interés. Hizo un inventario de todos los ladrillos que adornaban el borde del pozo, registró todos los huecos existentes en el, y sabia, con precisión, donde se reuniría  la mayor masa de lodo por ocasión de los aguaceros.  
Después de mucho tiempo de observación, descubrió la verja del desagüe. Frente a la improvista oportunidad de aventura benéfica, reflexionó consigo mismo:
¿No será  mejor pesquisar la vida y conocer otros rumbos?
Optando por el cambio. En el traspasar de la verja perdió varias escamas, al atravesar el pasaje estrechísimo.
Pronunciando votos renovadores, avanzó optimista, encantado con los nuevos paisajes, ricos de flores  y sol que lo enfrentaban, y, siguió, embriagado de esperanzas…
En breve alcanzo el  gran rió, e hizo innumerables conocimientos.
Encontró peces de muchas familias diferentes, hombres y animales, embarcaciones y puentes, palacios y vehículos, cabañas y árboles.
Consiguió, de ese modo, alcanzar el océano, ebrio de novedad y sediento de estudio.  Fascinado por la pasión de observar, se aproximo a una ballena más de lo que debía y fue engullido por ella.  
En apuros, afligido oró a Dios de los peces que le ayudase, y su oración fue escuchada, porque el valiente cetáceo comenzó a sollozar y vomito, restituyéndolo a las corrientes marinas.
Plenamente transformado en sus concepciones del mundo, pasó, a observar a las infinitas riquezas de la vida. Encontró plantas luminosas, animales extraños, estrellas movibles, y diferentes flores  en el seno de las aguas. Sobre todo, descubrió la existencia de muchos  pececitos estudiosos  y delgados, tanto como el, junto a los cuales se sentía maravillosamente feliz.
Ahora vivía sonriente y calmado, en el Palacio de Coral que el mismo eligió, con centenares de amigos, el supo por sus estudios, que solo en el mar las  criaturas acuáticas  disponían  de más sólida garantía, ya que cuando el  estío se hiciese más arrasador, las aguas de otra altitud  continuarían corriendo hacia el océano.
El pececito pensó, pensó… y sintiendo inmensa compasión de aquellos con los que había convivido en su infancia, deliberó consagrarse a la obra del progreso y salvación de ellos.
¿No seria justo  regresar  y anunciarles la verdad? ¿No seria noble ampararlos  prestándoles, a tiempo, valiosas informaciones?
 No lo dudo.
Fortalecido por la generosidad de hermanos benefactores  que vivían con el, en el Palacio de Coral, emprendió en largo viaje de vuelta.
Tomo el rió, del rió se dirigió a los regatos y de los regatos se encaminó a los canalitos que lo condujeron al primitivo hogar.
Esbelto y satisfecho como siempre, por la vida de estudio y servicio a la que se consagraba, varó en la reja y procuró, ansiosamente, a los viejos compañeros.
Estimulado por la proeza del amor que efectuaba, supuso que su regreso causaría sorpresa y entusiasmo general. Seguramente la colectividad entera celebraría el hecho, pero, enseguida, verificó que nadie se movilizaba.
Todos los peces continuaban pesados y ociosos.  Grito diciéndoles que había vuelto, pero nadie le prestó atención ni se acordaban de el. Ridiculizado, procuró al rey y le comunicó la reveladora aventura.  
El rey, algo entorpecido por la manía de grandeza, reunió al pueblo y permitió que el mensajero se explicase.
El benefactor despreciado, valiéndose de la ocasión, esclareció con énfasis, que había otro mundo liquido, glorioso y sin fin. Aquel pozo era una insignificancia  que podía desaparecer, de un momento a otro. Que más allá del desagüe aproximo, se desdoblaba otra vida, y otra experiencia. Allí fuera corrían regatos ornados de flores, ríos caudalosos repletos de seres diferentes  y, por fin, el mar donde la vida aparece cada vez más rica y más sorprendente. Poco a poco describió todas las maravillas que había descubierto. El les dijo que deberían adelgazar, convenientmente, absteniéndose de devorar tanta larva y tanto gusano, en las grutas obscuras y aprendiendo a trabajar y estudiar tanto como fuese necesario  para la venturosa jornada.  
Tan pronto terminó, carcajadas estridentes  le coronaron la prédica.   Lo tacharon de fantasioso. Ninguno creyó en el, y el soberano acompañándolo a la reja del desagüe le manifestó con ironía ¿No ves que no cabe por aquí ni siquiera una de mis aletas? ¡Gran tonto! No nos perturbes el bienestar… Nuestro lago es el centro del Universo… ¡Nadie posee  vida igual a la nuestra!
Expulsado a golpes de sarcasmo, el pececito realizó el viaje de regreso, y se instaló definitivamente, en el palacio de Coral, aguardando el tiempo.
Después de algunos años apareció  pavorosa y devastadora  sequía. Las aguas descendieron de nivel. Y el pozo donde Vivian los peces, glotones, se secó, compiliendo a la comunidad entera  a perecer, atollada en el lodo.
  El esfuerzo de Andre Luíz, buscando encender luz en las tinieblas, es semejante a la misión del pececito Bermejo.
Encantado con los descubrimientos del camino infinito, nos habla informa y esclarece… Con todo hay muchos peces humanos que sonríen y pasan, entre la mordacidad y la indiferencia, procurando rutas pasajeras o peleando larvas temporales.
Esperan un paraíso gratuito con milagrosos deslumbramientos, después de la muerte del cuerpo.  
El Codificador del Espiritismo Allan Kardec conversó con espíritus terrestres que estaban morando en otros planetas. Este tema  es muy interesante  y abre las puertas del infinito a aquel que abre las puertas de su corazón.
El intercambio con lo invisible es un movimiento sagrado en función restauradora del Cristianismo puro; por tanto, que nadie  se descuide de las necesidades propias en el lugar que ocupa por la voluntad del Señor.
Andre Luíz  nos dice que la mayor sorpresa en la muerte carnal, es la de colocarnos cara a cara con nuestra propia conciencia, donde edifiquemos el cielo, nos estacionamos en el purgatorio y nos precipitamos en el abismo infernal;  y nos recuerda que la tierra es un taller sagrado y que nadie lo menos preciará sin conocer el precio del terrible engaño al que se sometió su propio corazón.  
Guardemos la experiencia en el libro del alma. Ella dice muy alto que no le basta al hombre apegarse a la existencia humana, sino que necesita aprovecharla dignamente, que los pasos del cristiano en cualquier  escuela religiosa, deben dirigirse verdaderamente a Cristo, y que, en nuestro campo doctrinario necesitamos en verdad del Espiritismo y del Espiritualismo, pero más, mucho más, de  Espiritualidad
 Y para terminar ésta conferencia, permítanme repetir aquí lo dicho por el espíritu de Lester Coltman (trascrito por Sir Artur Conan Doyle), con el ruego de que el lector lo medite profundamente:
"Por amor de Dios, sacude y despierta a ésas gentes que no quieren creer. El mundo necesita saber lo que pasa aquí. SI YO EN LA TIERRA HUBIESE SABIDO LO QUE AQUÍ ME ESPERABA, MI VIDA HABRÍA SIDO MUY DISTINTA".  

Merchita  
Extraído de libros diversos de: Francisco Cándido Xavier  Nuestro Hogar, Liberación, Volví, Acción y Reacción y otras fuentes.

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          LA ORACIÓN

  ¿ Las oraciones que hacemos por nosotros mismos pueden modificar la naturaleza de nuestras pruebas y desviarles el curso?

— Vuestras provas están en la mano de Dios y las hay que deben ser soportadas hasta el fin, pero Dios lleva siempre en cuenta la resignaciónLa  oración atrae a vosotros a los buenos Espíritus que os dan la fuerza para soportarlas  con corage. Entonces ellas os parecen menos duras. Ya lo dijimos: la oración nunca es inutil, cuando está bien  hecha, porque da fuerza, lo que ya es un gran resultado. Ayudate a ti mismo y el cielo te ayudará; ya lo sabes. Además Dios no puede cambiar la ordem de la Naturaleza al gusto de cada uno, porque aquello que es un gran mal desde  vuestro punto de vista mezquino, para vuestra vida efímera, muchas veces es un gran bien en el orden general del Universo. Además de eso, de cuantos males el hombre es el propio autor por su imprevisión o por sus faltas. El es castigado en donde pecó. No obstante, vuestros pedidos justos son en general mas escuchados de lo que juzgais. Pensais que Dios no os oyó porque no hizo un milagro en vuestro favor, cuando mientras tanto os asiste por medios tan naturales que os parecen el efecto de la casualidad o de la fuerza de las circunstancias. Frecuentemente,  Él  os suscita el pensamiento necesario para salir por vosotros mismos del problema

(EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS - Allan Kardec - Las Leyes Morales 

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miércoles, 24 de septiembre de 2014

LA MORAL


                                         

    LA MORAL

La palabra "moral", viene del termino del latín "mores", cuyo significado es "costumbres".

La moral es el conjunto de costumbres, creencias, valores y normas de una persona o grupo social determinado que ofician de guía para el obrar, vale decir, que orientan acerca del bien o del mal —o bien, correcto o incorrecto— de una acción.

Los conceptos y creencias sobre moralidad son generalizadas y codificadas en una cultura o grupo y, por ende, sirven para regular el comportamiento de sus miembros. La conformidad con dichas codificaciones es también conocida como moral y la civilización depende del uso generalizado de la moral para su existencia.

La moral también se identifica con los principios éticos, orientaciones o valores que una comunidad está de acuerdo en respetar.

Durante el siglo XIX se postuló que las causas de la degeneración de las razas era la promiscuidad y la perversión, origen de todos los problemas sociales. Se instaura así una moral victoriana basada en la represión sexual y la infravaloración de la mujer como responsable de todos los males sociales.
La ley del péndulo se manifiesta una vez más, cuando una sociedad va de un extremo al otro en leyes, conceptos y actitudes. Alcanzar un balance justo e intermedio entre la exageración de la moral victoriana (que todavía mantiene sus arraigos en algunas personas) y la total “liberación de cualquier freno social o ético; lo cual en exceso nos lleva al desenfreno moral y la total ausencia de la conciencia espiritual que debe regir nuestros pensamientos y actos. Esto no es sano, espiritual o correcto, para la evolución del espíritu aquí en la Tierra.
Analicemos todo bajo la luz justa del Centro Espiritual, de la Armonía Interna y de la Justa Ley del Amor.


-  Rey Formoso-
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EN EL FONDO, QUISIÉRAMOS SABER.....

No hay ser humano, por indiferente que sea, que no haya meditado alguna vez, en las horas de silencio a la Naturaleza y a su propio corazón preguntándoles el secreto de las cosas, el porque de la vida, la razón de ser del Universo. Todos hemos intentado alguna vez levantar el velo de la muerte, conocer nuestro destino, saber si Dios es una ficción o una realidad. Ante la dificultad de resolverlo, la incoherencia y la multiplicidad de las teorías que se han presentado, las deplorables consecuencias de la mayor parte de los sistemas conocidos, todo este desconcertado conjunto, a terminado fatigando al espíritu humano, le ha hecho caer en la indiferencia y el escepticismo.

Sin embargo el hombre tiene necesidad de saber; necesita el rayo que lo reanime, de la esperanza que lo consuela y de la certidumbre que lo guía y lo sostiene.

La criatura humana jamás podrá definir o identificar racionalmente la Realidad Absoluta del Creador, por más que sea una partícula divina. Si el hombre lograra tal solución, seria otro Dios para ser descubierto, descrito, identificado. Así como las hojas no pueden sentir o representar al árbol; y las gotas de agua no pueden describir la naturaleza inmensurable del océano, la parte no puede definir el todo, ni el creado a su Creador. Las células del hombre jamás podrán explicar los pensamientos, sentimientos y la correcta configuración del ser humano.

Lo que sobre todas las cosas le importa al hombre es saber: Que es, de donde viene y cual es su destino. Las ideas que nos formamos sobre el Universo y sus leyes y sobre el papel que cada uno de nosotros debe representar en este vasto teatro, tienen una importancia capital, pues con arreglo a ellas debemos dirigir nuestras acciones.

El hombre que ignora su destino se parece a un viajero que recorre maquinalmente un camino sin conocer el punto de partida ni el de llegada, ni por que viaja y, por consiguiente, está dispuesto a detenerse siempre ante el menor obstáculo y perder el tiempo por no importarle nada el fin que debía alcanzar.

El reino de Dios está en el hombre así como en la naturaleza del roble futuro reside en la semilla. Si consideramos a Dios como Espíritu Total y Cósmico, como “llama” o “luz” infinita, por siempre y más allá del tiempo y del espacio, obviamente, los espíritus de los hombres o hijos de Dios han de ser entonces, centellas emanadas de esa eterna, e infinita energía.

Dios es el centro hacia el cual converge y se orientan las potencias de todo el Universo. Es el foco de donde emanan todas las ideas de justicia, de solidaridad y de amor; el fin hacia el cual se encaminan todos los seres, consciente o inconscientemente. Dios es la inteligencia suprema causa primera de todas las cosas. De todas nuestras relaciones con el Gran Arquitecto de los mundos dimana la armonía universal, la comunidad, la fraternidad. En efecto, para ser hermanos se necesita tener un mismo padre, pues bien, ¿Qué otro padre que Dios podríamos tener?

Para vislumbrar esta verdad, el pensamiento debe desprenderse de los preceptos mezquinos y de las prácticas vulgares, rechazando las formas groseras con que las religiones han revestido al supremo ideal. Debe estudiarse a Dios en la majestad de sus obras.
Muchos se preguntan ¿Quién ha hecho a Dios? Esta pregunta no tiene sentido. Dios no es un ser que se añade a la serie de los seres. Es el Ser universal sin limites en el tiempo y en el espacio y, por tanto, infinito y eterno. No puede haber ningún ser superior a El. Dios es la fuente y el origen de toda vida.

Por El se ajustan, unen y armonizan todas las fuerzas individuales que sin El estarían aisladas y divergentes. Abandonadas a si mismas y no estando regidas por una ley y una voluntad superior, esas fuerzas solo hubieran producido caos y confusión. La existencia de un plan general, de un fin común en los cuales toman parte todas las potencias del Universo, prueba la existencia de una causa, de una inteligencia suprema, que es Dios.

El alma de la criatura humana es vitalizada por el Creador. A medida que el hombre amplia su conciencia, en permanente contacto y en forma educativa con la materia de los mundos planetarios, abarca mayor área de lo divino y va percibiendo a Dios con más precisión.

El acaso o un accidente imprevisible, no pueden producir fenómenos y hechos tan inteligentes como es la Vida en el Universo. Los astros que se mueven en dirección a un objetivo correcto y útil, con estructuras estables, perfectas y complejas, demuestra que existe una inteligencia poco común y muy superior, comparado al más avanzado índice de intelecto humano.

Si el hombre supiese describir satisfactoriamente la forma y la esencia de su Creador perdería el constante estimulo de acelerar su ascensión para una vida espiritual superior.

Mientras la criatura vibre en un estado espiritual primario, no está preparada para entender a Dios y su manifestación Cósmica. El espíritu del hombre necesita emanciparse del instinto primitivo a través del cultivo de los valores divinos, que están adormecidos en su propio “yo”. El hombre debe superar el linaje animal que le plasmo el organismo carnal y realizarse como ser espiritual e integral; necesita adquirir el estado angélico para liberarse definitivamente de las reencarnaciones.

Hasta que esto suceda, debe el hombre asumir una actitud sensata y tranquila; procurar entender los designios divinos a través del respeto y amor a todas las criaturas, que son manifestaciones palpables de la mente Creadora.

El vació y la oscuridad de las doctrinas religiosas y los abusos que han engendrado, son causa de que muchos Espíritu caigan en el escepticismo. Se cree fácilmente que todo termina con la muerte, que el hombre no tiene más destino que desvanecerse en la nada.

Conforme sea en la criatura su experiencia, sabiduría, sensibilidad y evolución, así será su concepción de Dios, sea fantasiosa o realista, nunca alcanzará la solución que sobrepase su capacidad mental.
La idea de Dios y de su existencia es innata en el hombre, porque este es un espíritu, una centella de luz que despierta y evoluciona constantemente en forma inconsciente en el seno del Espíritu Eterno del Creador. Jesús decía “el reino de Dios está en el hombre” y conforme asegura la Génesis “El hombre fue hecho imagen de Dios”.

Los viejos maestros de la espiritualidad de Oriente, hace miles de años, afirmaban que Dios es el macrocosmos, el mundo grande, y el hombre, el microcosmos, el mundo pequeño. Además, corroboran sus enseñanzas explicando: “lo que está arriba, también está abajo, porque el átomo es la miniatura perfecta de una galaxia que palpita en el Cosmos.

La idea de Dios siempre evolucionó conforme al progreso, entendimiento y cultura de la humanidad. A medida que vamos comprendiendo la vida nuestro psiquismo va percibiendo con más precisión la Verdad Cósmica.

No es la lucha para liberarnos de la materia lo que nos ara sentir a Dios sino que ha de ser el binomio “sentir” y “saber” lo que nos ofrecerá la realidad del infinito, pues la libertad sin sabiduría es poder sin dirección. No es suficiente creer en Dios para que la criatura se salve. ¡Creer en Dios no es lo mismo que vivir en Dios! El hombre que no desenvuelve en si mismo los atributos divinos se parece al enfermo, que confía en el medicamento pero no acata la prescripción medica, siguiendo la línea de un enfermo obstinado.

Creer en Dios no quiere decir que se ha encontrado. A Dios el hombre lo encuentra individualmente a través del estudio, de la abnegación, del servicio al prójimo, y sobre todo, en la acción totalmente desinteresada.
Si los atributos esenciales del Creador forman una Verdad, la cual sintetiza el Amor, la Sabiduría y el equilibrio infinito, el hombre debe activar en si mismo estos principios a fin de aproximarse a Dios. Poco adelanta al hombre creer en Dios, si no desenvuelve en si mismo los atributos divinos, que los tiene latentes en lo intimo de su espíritu. La creencia puramente intelectual y especulativa no tiene ninguna finalidad si no modifica la forma de actuar y sentir. La creencia en Dios tiene muy poco o nada de valor, cuando el hombre explota, maltrata, roba, destruye y mata al prójimo. ¿De que le sirve la creencia en Dios al rico si persiste en ser avaro, y egoísta? El que posee fortuna y , especula con la desgracia ajena y atesora dinero para si, rodeado de comodidades, lujos, placeres censurables y olvida a su hermano que gime de dolor, tirita de frió y padece hambre, jamás corresponde a la creencia divina por más que milite en algún movimiento religioso o espiritualista. No importa si debido a su creencia trata de fortificar su fe construyendo iglesias, arreglando templos, contribuyendo con tómbolas o iniciativas de caridad. ¡Generalmente lo hace por ganar el Cielo!

De nada vale que un hombre sea un creyente si aun, no consiguió modificarse interiormente. Son muchos los hombres que creen en Dios, pero son dictadores, ministros corrompidos, parlamentarios que comercian su posición, magistrados interesados, gobernadores deshonestos, comandantes inhumanos, profesionales competentes pero carentes de ética, religiosos fanáticos, sacerdotes lujuriosos.

Comprender a Dios exige de los hombres una realización interna, que consiste en buscar constantemente la sabiduría y el equilibrio psíquico y una acción externa de renuncia y servicio fraterno para todos los seres de la naturaleza. Solo así podrá comprobar que está regido por la sublime inspiración de la creencia. Jamás tendrá autenticidad y fidelidad, si odia, destruye, engaña y cultiva un fanatismo separativista.

El hombre necesita creer para recibir los impulsos íntimos de comunión con su Creador, buscando su ascensión espiritual. Es ignominiosa la creencia que divide a los hombres y los transforma en ruina, odio, tragedia, desavenencias y falsedades, cuyas acciones desmienten el valor autentico de los instintos inferiores de la animalidad. No se puede elaborar una creencia en Dios, cuando esta conduce a sus seguidores a luchas anti fraternas y religiosas, que aniquilan el placer espiritual de vivir.

El mal es una condición transitoria, de cuyo reajuste resulta un beneficio para el futuro. Un criminal solo destruye el “cuerpo” carnal y provisorio de la victima, sin llegar a dañar su espíritu inmortal. La ley de causa y Efecto otorga una nueva existencia física a la victima, otorgándole más provecho y compensación porque fue perturbado en su ciclo de evolución espiritual. El homicida, bajo la misma Ley rectificadora, es atraído hacia el camino del sufrimiento, a fin de rectificar ese desvió mórbido que late en su alma y es colocado oportunamente en la ruta del perfeccionamiento espiritual, a fin de proseguir y despertar los valores eternos de la inmortalidad y alcanzar su propia ventura.

El mal es tan solo un accidente en el camino de la evolución, la fase negativa que perturba, pero se corrige, perjudica y después compensa, y que desaparece cuando el espíritu alcanza la fortificación y contextura definitiva, de su conciencia.

En los reinos de la vida física, el sufrimiento y el dolor son características fundamentales para el perfeccionamiento y belleza de las formas y de los seres, bajo la égida de la Justicia verdadera. El dolor y el sufrimiento indeseables, aunque no agraden al hombre, son manifestaciones implacables que subliman a todos los seres creados por Dios a fin de alcanzar estados y niveles superiores.
El hombre por su primitivismo utiliza los recursos y objetos físicos, para manifestar el sentimiento religioso que lleva innato en el alma. A medida que se espiritualiza mejora su concepción respecto a Dios y abarca una mayor área de manifestación Divina. Por eso, Cristo advertía en su evangelio “Buscad la Verdad y ella os libertará”.

Percibir la existencia de Dios es puramente una cuestión de sensibilidad psíquica, pues cuando la criatura siente que existe como una individualidad o conciencia definida en el seno del Cosmos, también, siente en lo intimo de su alma la naturaleza divina y creadora del Padre. El hombre no es un ser estático o el producto del acaso accidental, que después de haber sido creado fue abandonado como una causa sin inteligencia o discernimiento evolutivo. En verdad, es una entidad que evoluciona constantemente, cuyo linaje inferior se apresura y eleva por sobre su especie animal, que le brinda su cuerpo carnal.

Las religiones día a día se debilitan, ante la obstinación de sus responsables que aun conservan y divulgan postulados anacrónicos, supersticiosos y místicos, que no resisten el más diminuto análisis científico.

El hombre del siglo atómico reacciona irónicamente, ante la concepción Biblia y tradicional de un Dios antropomorfo, que puede alegrarse u odiar, premiar o castigar, perdonar o sentenciar. Ya no cree en una divinidad que solo se preocupa con amigos y enemigos de ciertos pueblos. La Administración Sideral providenció la codificación del Espiritismo, a través del trabajo fecundo de Allan Kardec, entregando una doctrina sin dogmas, y cuyos postulados retoman los temas de la Creación, la Vida del Espíritu Inmortal, pero sin forzar el progreso de la ciencia y el avanzado raciocinio del hombre moderno.

El sentimiento ilumina y clarifica la razón, pues mientras el intelecto planifica, investiga y saca sus conclusiones, el corazón sublima la actividad mental, que sobrepasa los límites comunes de las formas físicas del mundo transitorio.

El dogmatismo religioso, actualmente aísla a las personas por fuerza de las preferencias devocionales, exigencias dogmáticas y excéntricas, expuestas por la religión y según el temperamento y costumbres de cada pueblo. En cambio la libertad del culto y la libre investigación que proporciona la actividad científica, puede unir fraternalmente a los hombres y hermanarlos en la búsqueda de Dios y de la vida inmortal.

No existen antipatías ni competiciones, cuando los investigadores se basan en el mismo proceso de investigación espiritual. A medida que el hombre abarca una mayor área de conciencia espiritual, se libera de los dogmas, formulas, ritos y símbolos que lo aíslan de la pureza iniciativa y siente con más precisión la frecuencia divina.

No importan los aspectos que de Dios tenga la humanidad ignorante de la Realidad Divina, lo que más importa es que puedan sentirlo o identificarlo a través de las sabias y justas Leyes, que rigen la Creación.

La sabiduría y el poder de la Divinidad son perceptibles en los sencillos fenómenos de la naturaleza, en las constantes mutaciones de las cosas y de los seres orgánicos del mundo, y ante la sabia intervención humana.

Las criaturas entregadas a la práctica del Evangelio de Jesús y que llevan una vida de constante servicio de amor al prójimo, del cual Francisco de Asís es una de las figuras más representativas, perciben con más rapidez la Realidad Divina, que además se encuentra implícita en el precepto evangélico que dice: “Llamad y se os abrirá”, o “Pedid y se os dará”. De esta forma, los hombres alcanzan la realización por la comunión con Dios.

Cuando el hombre, venga de donde venga, sea religioso, ateo, librepensador, etc., entra en el Espiritismo, se abre ante el un campo tan amplio de investigaciones, que, de momento, no se da cuenta de tamaña grandiosidad. A medida que va ampliando sus estudios y sus experiencias, más ancha se torna la perspectiva de lo que antes le era desconocido, y en todo comienza a ver la grandeza de Dios.

Tanto es así, que se queda maravillado ante tanta justicia, tanto amor, belleza y poder. Entonces ve lo que significa su individualidad en esta Creación, comprende que su vida es eterna, por lo menos en principio, y que no se encuentra aquí por acaso, que no es un ser llegado a la Tierra sin motivo ni razón, más que su existencia está ligada al concierto universal de la Creación. Comprende que jamás será abandonado, pues está sujeto a una ley que a todos abarca, y que, con los demás seres humanos, alcanzará por sus esfuerzos, más temprano o más tarde, su felicidad, su belleza y su sabiduría.

Debemos ser agradecidos a nuestro Padre, debemos adorarlo por su grandeza, admirarlo por las maravillas de la Creación y respetarlo por ser uno de sus hijos. Porque en verdad fuimos creados por Dios. El es nuestro Padre, nuestro bien y nuestra Esperanza.



Trabajo realizado por Merchita

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¡Qué hermosa es la naturaleza! ¡Qué prudente es la Providencia en su previsión! Pero vuestra ceguedad y vuestras pasiones humanas impiden el tomar paciencia en la prudencia y bondad de Dios.

"El Libro de los Médiums"

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        ¿Somos Médiums?

Entrevista concedida a Luis Hu Rivas, para «La Revista Espírita»
Inicio de la mediumnidad de Divaldo Franco 


Cuando contaba aproximadamente con cuatro años y medio de edad, cierto día por la mañana, mientras jugaba en la sala de entrada de mi casa, se me apareció una señora que me pidió que llamase a mi madre (Anna), que estaba en la cocina, puesto que deseaba hablarle. Me dijo que se llamaba Maria Senhorinha. Acto seguido llamé a mi madre y le informé al respecto. Ella acudió apurada y sin ver a nadie me reclamó, porque estaba muy ocupada, regresando a sus quehaceres domésticos. La señora, que permanecía en el mismo lugar, me repitió: «Llame a Anna y dígale que es Maria Senhorinha. Di (como era llamando en casa), yo soy su abuela». Como yo no conocía a ninguno de mis abuelos, ya que todos desencarnaron antes que yo naciera, no experimenté ninguna emoción, volviendo a llamar a mi madre con insistencia, quien vino a atenderme algo contrariada.

Le narré lo sucedido y ella se quedó sorprendida, al verificar que yo sabía el nombre de mi abuela, que nunca lo había mencionado, puesto que al nacer, su madre falleció víctima de fiebre puerperal, quedando huérfana y criada por una hermana mayor.

Viéndome que estaba pálido y algo agitado, me llevó a la casa de mi tía Edwiges, quien la crió y le explicó lo ocurrido.

Mi tía me preguntó a cerca de lo sucedido y le repetí conforme los hechos. Ella me interrogó: ¿Dónde se encuentra esa señora? Se quedó allá en casa respondí.

En ese momento la vi llegando, entonces lo informé. Mi tía me pidió que la describiera, lo cual hice con un lenguaje infantil, llamándome la atención algo que tenía en el cuello del vestido: un broche. 

Ante lo ocurrido, mi tía confirmó: ¡Anna, es mamá! Ese camafeo fui yo quien se lo colocó en la indumentaria antes de ser sepultada.

A partir de ese momento, continuaron los fenómenos mediúmnicos hasta el día de hoy.

Los Médiums
La palabra médium viene del latín médium, medio, e indica precisamente el medio o puente por el cual los Espíritus pueden comunicarse con los hombres.

Todos somos médiums porque percibimos en mayor o menor grado la influencia de los Espíritus y porque transmitimos hacia el ambiente de la materia los más variados influjos de nuestro Espíritu, influenciando a los otros con nuestros pensamientos, actos y sentimientos.

1. Divaldo, si todos somos médiums, ¿a quién se debe aplicar el término «médium»?
En el sentido más profundo de la palabra médium, aunque todos poseen rudimentos de la facultad mediúmnica, genéricamente así denominamos a las personas portadoras de expresiones ostensivas, que tienen facilidad para comunicarse con los Espíritus, manteniendo un constante y continuo contacto con los mismos.

2. ¿Qué debemos hacer si detectamos la mediumnidad ostensiva en nosotros?
Debemos buscar inmediatamente conocer esta facultad, estudiando El Libro de los Médiums, de Allan Kardec, naturalmente después de haber tomado conocimiento de la Doctrina Espírita a través de El Libro de los Espíritus.

A medida que cada quien tome conciencia de las responsabilidades que le pesan sobre los hombros y del compromiso asumido con los Mentores Espirituales, debe dar inicio a la educación de la mediumnidad, participando de reuniones serias en organizaciones equipadas con los recursos necesarios.

3. En el caso de que no sintamos ningún tipo de manifestación espiritual, ¿algún día podrá aparecer dicha manifestación?
La mediumnidad, como lo definió el preclaro Codificador Allan Kardec «es una cierta predisposición orgánica», lo que equivale a decir que existen en el individuo órganos capaces de decodificar los contenidos provenientes de la interferencia de los Espíritus en nuestras existencias. Puede manifestarse en cualquier período de la jornada física, siendo de preferencia, en la infancia.

4. ¿Cuál es el camino que debe seguir todo médium?

Después de tener conciencia de las responsabilidades pertinentes, mediante el estudio y la reflexión de las lecciones edificantes del Espiritismo, mantener un comportamiento de acuerdo con el pensamiento espírita, de forma que se transforme en ejemplo dignificante, abrazando los valores morales y vivenciando la humildad, la pureza de sentimientos y el trabajo de dedicación al prójimo, encarnado y desencarnado.

5. ¿Cómo el médium es preparado en el mundo espiritual antes de reencarnar?
Cuando se trata de médiums trabajadores del Bien, antes de la reencarnación reciben directrices y orientaciones de seguridad para el buen ejercicio de la facultad.

Cuando se trata de médiums misioneros, en número más reducido, además del concurso de los Bienhechores Espirituales, son sometidos a un entrenamiento específico, recibiendo «baños» magnéticos en las áreas especiales del cerebro y de otros núcleos (chakras), con el fin de tener facilitadas las posibilidades de comunicaciones espirituales.

6. ¿Cuándo el médium puede publicar el contenido de los mensajes?
Cuando haya obtenido la suficiente experiencia, con una buena hoja de servicios prestados a la Causa, destituido de la vanidad de exhibir lo que no es de su procedencia, evitando los nombres de Entidades veneradas, presentando los mensajes a personas serias y conocedoras del Espiritismo, para la crítica saludable, y siendo portadoras de contenidos edificantes. 

Es siempre un buen criterio esperar a que madure la facultad mediúmnica, mediante el ejercicio cuidadoso y entrenamiento continuo, sin dejar jamás de vigilar y orar.

7. ¿Cuál sería su consejo para los médiums?
Aunque no me sienta idóneo para dar consejos a los compañeros de mediumnidad, sugeriría que fuese mantenida la fidelidad doctrinaria al Espiritismo, evitando los modismos perturbadores, las discusiones estériles, el campeonato de la exhibición y de las disputas por lugares de destaque, la competitividad a través de la maledicencia con relación a los demás, nunca olvidando la simplicidad en el tratamiento con las demás personas. 

De la misma forma, conducirse de manera que los nobles Espíritus encuentren facilidad para las comunicaciones, enriqueciéndolo de bendiciones de paz y buen ánimo para las luchas iluminativas.

Cuando sea atacado, jamás defenderse, no discutir con nadie, manteniéndose coherente con las enseñanzas de la Doctrina abrazada.

Serán las experiencias personales que equiparán a los médiums para una mejor y más feliz vivencia de su facultad, ejerciéndola al servicio de Jesús. 

Entrevista concedida a Luis Hu Rivas, para «La Revista Espírita»

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PRINCIPIOS DE LA MEDIUMNIDAD

Las primeras comunicaciones espíritas Las primeras manifestaciones inteligentes tuvieron lugar por medio de mesas que se levantaban y daban, con un pie, un número determinado de golpes, respondiendo de esa manera con un sí o un no. Se consiguieron luego respuestas más acabadas por medio de las letras del alfabeto. Este medio de correspondencia era largo e incómodo. Los propios espíritus indicaron un método más práctico para comunicarse, y se hizo con la ayuda de un lápiz unido a una cestita o a una tablilla. El objeto al cual se adapta el lápiz es sólo un instrumento, se reconoció que en realidad no era más que una prolongación de la mano, y el médium, tomando directamente el lápiz, comenzó a escribir por un impulso involuntario y casi febril. Por este medio, las comunicaciones se hicieron más rápidas, más fáciles y más completas. Finalmente la experiencia dio a conocer diversas otras variedades en la facultad mediadora, y se supo que las comunicaciones podían tener lugar igualmente por la palabra, el oído, la vista, el tacto, etc., y hasta por la escritura directa de los espíritus, es decir sin el concurso de la mano del médium ni del lápiz, la neumatografía.
¿Qué es un médium? Se llama mediumnidad al conjunto de facultades que permiten al ser humano comunicarse con el más allá. El médium goza de facultades, percepciones y sensaciones que habitualmente son exclusividad de los espíritus desencarnados. El médium es el vínculo entre los dos planos vibratorios. Durante mucho tiempo se creyó adecuado clasificar a los médiums en la categoría de seres enfermos e histéricos, cuando toda extensión de las percepciones del alma es una vía de conducción hacia una vida más amplia y más elevada. Gracias a la mediumnidad  ha existido siempre un vínculo entre los dos mundos. Por medio de las diferentes mediumnidades, los espíritus superiores se esfuerzan en despertar el alma humana aportándole un suplemento de espiritualidad donde se suman conocimiento y sentimiento, fuerzas mayores de la evolución espiritual. El estudio y la aplicación de las facultades mediúmnicas son de una importancia capital pues, según su empleo, pueden ser una luz benéfica o un arma peligrosa que sirve a los espíritus. Así, la mediumnidad, mucho más que una simple práctica divertida de los salones, es una verdadera ciencia y como toda ciencia su aplicación es dejada al buen cuidado de la moral. Además, descubre leyes pero éstas son todas particulares pues son espirituales, un argumento que ha constreñido tanto al mundo científico y materialista a lo largo de la historia del espiritismo.
De la importancia de los fluidos espirituales Como todo medio de comunicación, la mediumnidad es una herramienta que necesita energía para funcionar. Estamos en el campo espiritual y las leyes que caracterizan la mediumnidad son de orden fluídico y vibratorio, es decir vinculadas directamente con la fuerza y calidad de los pensamientos. Ya Allan Kardec recomendaba la oración antes de toda manifestación de espíritus. En efecto, las precauciones siguen siendo indispensables y la primera de todas es la protección de la sesión mediante el llamado a los espíritus protectores. Así, para ser eficaz, la oración debe ser un llamado ardiente, de expresión elevada para encauzar los fluidos que permiten comunicarse a los espíritus elevados. La unión de los pensamientos es primordial así como su sinceridad. 

por RÉGIS BERTHAUT

 ( Obtenido de la Revista "LE JOURNAL SPIRITE"  N° 79 ENERO 2010