sábado, 30 de julio de 2016

Los trasplantes de órganos


TERAPIAS Y ATENCIONES ESPÍRITAS
A D R I E N     P I E R S A N T I

  DESARROLLO Y APLICACIÓN DE LA PSICOMETRÍA

La facultad psicométrica me fue revelada en 1993,  durante una sesión de escritura automática en el seno de la asociación. Poseía pues ese potencial que tenía que desarrollar hasta ser operativo. Ese trabajo se realiza en presencia de otros espíritas que también tienen una facultad revelada por desarrollar. Las sesiones experimentales son semanales. Personalmente, la tarea no fue tan simple como lo había pensado. En efecto, antes de comenzar mi desarrollo, me había imaginado cómo se desarrollaría, de qué manera iba a “ver” al contacto de un objeto, de una piedra, etc. Por meses no vi nada. Me parecía que estaba bien concentrado, bien preparado, sin embargo nada sucedía. Hasta el día en que comprendí que si nada pasaba, era simplemente porque yo esperaba que pasara como yo pensaba que debía pasar. Y entonces creaba una especie de bloqueo. A partir de esa comprobación, aprendí progresivamente a abandonarme, a hacer el vacío, a entrar en contacto con el objeto.

Entonces, progresivamente comencé a “ver” formas, a tener impresiones. Incluso, a veces me ocurrió que no veía nada pero habíamos aprendido que a pesar de eso el desarrollo continuaba. Con el transcurso de las sesiones la psicometría se afinaba y se afirmaba. También me di cuenta de que hasta que no manifestaba lo que veía, no podía llegar a la información siguiente. Observé igualmente que era más atraído por los objetos que por los minerales, por ejemplo, objetos más o menos recientes que habían pertenecido a alguien y que por lo tanto están impregnados por la personalidad y lo vivido por su propietario.

Con gran frecuencia, al contacto con un objeto, podía describir el carácter de la persona, su perfil psicológico, su afecto. Este desarrollo se extendió por varios años, once exactamente. Eso puede parecer largo, hubiera podido hacerlo de modo que fuera más corto pues, debo decirlo, con frecuencia dudé de mí a pesar de los resultados convincentes. Lo que se tradujo en largos períodos de inactividad en este campo, hasta el día en que tomé conciencia de que eso no tenía sentido, momento en que retomé el trabajo experimental de manera regular. Después de once años, mi guía vino a decirme que me volvía operativo en mi misión psicométrica, con la precisión suplementaria de que más allá de la práctica clásica de la psicometría, me era posible descubrir la causa de las patologías que afectan a las personas que recurren a nosotros en el marco de la sección de atenciones del CAK. Para eso, es necesario que el objeto en cuestión esté muy impregnado de la persona, que esa persona esté vinculada a él.
¿Cómo se produce esta psicometría? Cuando una persona enferma se dirige a nuestra sección de atenciones, la recibimos en entrevista. Según su patología, si no tenemos respuesta de orden magnético o sicoterapéutico suficientemente satisfactorio que dar, decido entonces utilizar la psicometría. A veces también recurro a la psicometría después de haber utilizado otras técnicas que resultaron insuficientes o ineficaces. Concretamente, procedo como para cualquier psicometría.

Veo entonces las primeras imágenes y, como lo dije antes, hasta que no digo lo que veo, no puedo ver lo que sigue. Percibo igualmente el estado de ánimo de los actores de las escenas que me aparecen, pero principalmente el de la persona a quien pertenece el objeto. En la mayoría de las psicometrías efectuadas, la causa de la patología se remonta a una vida anterior donde la persona ha sufrido un traumatismo muy violento que ha trasladado hasta su vida actual y que se expresa en toda clase de patologías. Este tipo de psicometría se ha sumado al “arsenal” puesto a nuestra disposición por los espíritus, en los cuidados a ser aportados al prójimo. El espíritu, cualquiera que sea el objeto de su manifestación, siempre lo hará dentro del sentido del compartir, del sentimiento amoroso.

UN TRAUMATISMO ANTERIOR

Hace unos meses, el Sr. P., me llamó por teléfono para comunicarme sus problemas de salud y me preguntó si me era posible ir en su ayuda. Esta persona sufre fuertes crisis de agorafobia. Estas crisis le impiden salir a grandes espacios, ir a pasear o frecuentar gente, pues con frecuencia se acrecientan en vértigos cuando hay aglomeraciones, lo que hace desagradable, y hasta imposible, todo intercambio. Igualmente, el Sr. P. tiene dolores dorsales que cuando quiere emprender un paseo, lo paralizan al punto de que es obligado a detenerse.

Pero como él piensa, eso ciertamente es debido a la anquilosis, dado que por sus crisis de agorafobia que, por otra parte, son acrecentadas con espasmofilia, cada vez sale menos. Después de un largo intercambio, le propuse al Sr. P. ocuparme de él por medio de la psicometría y luego trabajar en su restablecimiento utilizando la radiestesia. Por supuesto, el Sr. P. quería saber un poco más sobre estos métodos. Le expliqué entonces que utilizando la psicometría yo determino el origen, la causa, de su agorafobia y que a continuación, trataré de curarlo utilizando el péndulo. Todo esto no asombró al Sr. P., pues me dijo que sentía verdadera curiosidad por todo lo que se refiere a las ciencias llamadas paralelas. Aceptó pues con cierto entusiasmo mezclado con curiosidad. Le pedí que me enviara un correo con las explicaciones detalladas de su problema de salud, así como un objeto personal para efectuar una psicometría, un objeto al cual estuviera ligado y que de alguna manera estuviera “impregnado” de él.
Algunos días después de nuestra entrevista, recibí el correo solicitado. Así, pude proceder a la psicometría de la cual he aquí el contenido:
Oigo gritos, una multitud encolerizada que se agita. El tiempo es agradable y cálido. Veo brazos levantados, con el puño cerrado. Es una región de clima mediterráneo.

Esta muchedumbre la emprende contra una persona, una mujer que es acusada de haber tenido una relación ilegítima con un hombre. Estamos en una ciudad pequeña, española creo. El hombre involucrado es muy conocido y muy respetado. Ocupa una elevada posición en esta ciudad y goza de una reputación ejemplar: muy   religioso, casado, con hijos…

La mujer hostigada por la muchedumbre es acusada de haber seducido a este notable, de haberlo empujado a la tentación. Ella vive sola con sus padres. Llevan una vida sencilla, son personas muy modestas y sin historia. Tiene unos treinta años. Es muy hermosa, lo que atiza las codicias de los hombres y los celos de ciertas mujeres, tanto que es soltera. Es la primogénita de la familia. Veo otros hijos más jóvenes de los cuales unos son muy jóvenes.

Ha elegido el celibato para ocuparse de la familia, pues tengo la impresión de que sus padres ya no son capaces de asumir completamente sus labores. Esta mujer es inocente, es él quien se ha aprovechado de su reputación, de su imagen para seducirla. Pero no lo dice, deja que la muchedumbre se imagine lo contrario, va en ello su reputación. Ella no dice nada, aterrorizada, espera a su vez que él intervenga. Pero él no reacciona, deja hacer. Ella no será juzgada. Será entregada a la muchedumbre para que se desahogue y sacie sus frustraciones en esta inocente. Será linchada.
Me parece que esto sucede a principios del siglo XX, en los años 20’.”
Por supuesto, luego de esto llamé al Sr. P. para relatarle esta historia, causa de su agorafobia. Al final de este informe el Sr. P., turbado, me dijo que durante años ha tenido una pesadilla recurrente (lo cual yo desconocía completamente) en la que una muchedumbre encolerizada se ensaña contra él y quiere su muerte. Por otra parte, algún tiempo antes de los primeros síntomas de su enfermedad, él y su familia fueron agredidos en su auto por una muchedumbre sobrexcitada y borracha en una noche de año nuevo. Experiencia, huelga decirlo, traumatizante.

Sabemos que las pruebas difíciles pasadas en la encarnación presente, y semejantes a un traumatismo vivido en otra encarnación y enterrado en nuestro inconsciente, pueden “despertar” a ese traumatismo y ser causa de diversos males. Lo cual le expliqué al Sr. P. Completamente de acuerdo con lo que acababa de oír, aceptó de buena gana los cuidados radiestésicos. Le pedí, como a todas las personas sobre las que trabajo así, que me contactara regularmente, es decir cada tres o cuatro semanas, para tenerme al corriente de su estado de salud. Al cabo de tres semanas, el Sr. P. me llamó por teléfono. Me dijo que desde nuestra última entrevista su estado no había mejorado para nada, ¡y que hasta tenía la impresión de que había empeorado!

Traté de comprender, le interrogué y terminó por decirme que no se reconocía en esa joven, que eso lo perturbaba… A partir de allí, comprendí que era inútil tratar de convencerlo de proseguir. Nada que hacer, el hecho de haber sido aquella joven no le convenía en absoluto.

Me agradeció sinceramente por todo y quedamos así.
¿Qué hay que concluir de esto? Para que se realice esta alquimia que combina la revelación de la causa de la patología con el trabajo en radiestesia, es indispensable que el sujeto esté en acuerdo con este conjunto a fin de obtener resultados. El Sr. P. rechaza a tal punto la psicometría que me pide interrumpir todo. Por eso, crea una suerte de bloqueo contra el que no puedo permitirme ir. Debo precisar que durante nuestra última entrevista telefónica, le dije todo eso al Sr. P. y le invité a no vacilar en volverme a contactar, si lo deseaba.

LE JOURNAL SPIRITE N° 86 

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LA TERRIBLE INTUICIÓN DE GRISELDA 
Siempre supo que a su hijo lo iban a matar

Éver murió en Soledad, Atlántico, tenía sólo 15 años.
En los últimos días Griselda Rangel estaba resignada a que en cualquier momento llegara alguien a su casa con la mala noticia del asesinato de su hijo. Su presentimiento se cumplió el pasado 9 de junio. Su hijo, Éver de Jesús Muñoz, de 15 años, fue asesinado con siete balazos en Soledad, Atlántico.
Recuerda unas duras palabras que le soltó a su hijo mayor en medio de una acalorada discusión y que hoy la hacen sentir culpable. “Le dije: Ojalá Dios te recoja rápido para descansar de ti, y él me contestó: así va a ser.  Eso me duele terriblemente porque yo no quería eso”, reveló El  Heraldo de Barranquilla. Cuenta la mujer que desde que su hijo tenía diez años se salía de la casa y volvía hasta caída la tarde con ropa nueva, celulares y hasta plata. Ese fue el primer indicio del trágico final.
Ever, el mayor de sus hijos, nació el 17 de julio de 1999. En ese entonces Griselda tenía 19 años y apenas estaba aprendiendo a vivir.  Ahora teme que sus otros dos hijos -de 14 y 9 años- tomen el mismo camino que emprendió Éver.
“Yo lo presentía, algo en mi corazón me lo decía. Él fue un niño que desde los 13 años cogió las drogas, desde los 10 se comenzó a rebelar”.
Las drogas y la calle
Ever comenzó  fumando marihuana. De ahí saltó al Ribotril, droga psiquiátrica que algunos consumen por adicción y luego llegó a la cocaína. En séptimo grado abandonó los estudios.  Luego se dedicó a vagar en las esquinas, aunque también recorrió el país detrás del Junior, su equipo favorito. Su vida se convirtió en drogas, atracos y peleas entre pandillas rivales.
“Andaba con los Cuervos y con los Perritos de Las Colonias. Le habían hecho seis audiencias en la URI de menores por hurto  y yo le preguntaba que por qué, y él me decía que para olvidarse de los problemas, de la situación económica y del rechazo de su papá”.
Justo un mes antes de su asesinato había logrado burlar la muerte. En medio de un atraco recibió un tiro en uno de sus talones. Estuvo un solo día hospitalizado  y  una semana después lo volvieron arrestar por asalto.
Fue recluido en una cárcel para menores, pero a los pocos días  tuvieron que regresarlo a su residencia  porque se había contagiado de varicela. “Vecinos me habían dicho que estaba pago”. Griselda se refiere a los rumores sobre la orden de asesinar a su hijo por un asunto de limpieza social.
Para la madre la causa del  comportamiento de Éver se debió a lo que tuvo que vivir cuando era pequeño. Durante dos años vivió con su padre, quien en una ocasión lo abandonó en casa de unas amistades en el municipio de Puerto Colombia. A los ocho años, Éver aprendió a ganarse la vida cantando y pidiendo limosna. Para Grilselda, esa experiencia marcó la vida de su primer hijo.
“A mí me tocaba trabajar de siete de la mañana hasta las dos de la tarde y él y su hermano se me quedaban solos, por eso una vez el Bienestar me los quitó y se quedó con ellos tres meses. Eso fue muy duro para nosotros, y el papá nada que ver, así que a mí me tocó asumir todo”.
Griselda relató con resignación y tristeza que en una ocasión llegó hasta la puerta de su casa un sujeto armado con un revólver reclamado que Ever lo había robado.
“Eso fue horrible porque amenazó a todo el mundo en la casa y al padrastro de Ever, que es el papá de su hermanito de nueve años, lo asustó gritándole que le iba a disparar porque Ever le había robado la billetera con plata y con los documentos”.
El crimen
El día en que mataron a Ever de Jesús, su madre  lo notó algo intranquilo. “Él salió a las cuatro de la tarde para una verbena y antes de irse me dijo: mamá, si me pasa algo no quiero que me lloren ni que me guarden luto. Dijo que lo único que quería era que lo enterraran con la camiseta del Junior y que sus amigos lo despidieran como en un juego en el estadio… y así lo hicimos”.
Ese día, antes de la una de la madrugada y en medio del sueño, Griselda sintió a Éver al lado de su cama y también los labios del joven posarse sobre su frente.“El señor Juancho tocó duro la puerta, ya eran las tres de la mañana. Cuando abrí le dije: Me vienes a avisar  que mataron a Ever, y el señor preguntó: ¿Usted por qué sabe? Le respondí: porque él ya se despidió de mí’”, relata El Heraldo.
Tomado de internet
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                    Ángeles y demonios 
Allan Kardec 

– Los seres a quienes llamamos ángeles, arcángeles y serafines, ¿forman una categoría especial de diferente naturaleza que los otros Espíritus? 
– No; son los Espíritus puros, los que están en lo más alto de la escala y reúnen todas las perfecciones. 

La palabra ángel revela generalmente la idea de la perfección moral; pero, se aplica con frecuencia a todos los seres buenos y malos que están fuera de la Humanidad. Así se dice: el ángel bueno y el ángel malo, ángel de luz y ángel de tinieblas. En este caso es sinónimo de Espíritu o genio. Nosotros la tomamos aquí en su acepción buena. 

129– ¿Han recorrido los ángeles todos los grados de la escala? 
–Todos los han recorrido; pero, según hemos dicho, unos aceptaron su misión sin murmurar y llegaron más rápido; otros, emplearon un tiempo más o menos largo para alcanzar la perfección. 

130–Si la opinión que admite seres creados perfectos y superiores a todas las otras criaturas es errónea, ¿cómo se explica que esa creencia esté en la tradición de casi todos los pueblos? 
– Has de saber que tu mundo no existe desde la eternidad y que mucho antes que existiese, ya había Espíritus que ocupaban el grado supremo. Los hombres creyeron que ellos habían sido siempre así. 

131– ¿Existen demonios, en el sentido que se da a esta palabra? 
–Si hubiese demonios, serían obra de Dios, ¿y sería Dios justo y bueno si hubiese creado seres consagrados eternamente al mal e infelices? Si hay demonios, es en tu mundo inferior y en otros semejantes donde habitan. Son esos hombres hipócritas que hacen de un Dios justo un Dios malo y vengativo, y creen serle agradables con las abominaciones que cometen en su nombre. 

La palabra demonio no implica la idea de Espíritu malo mas que en su acepción moderna, porque la palabra griega daimon, de la que se origina, significa genio, inteligencia y se empleaba para designar a los seres incorporales, buenos o malos, indistintamente. Se entiende por demonios, según el significado vulgar de la palabra, a seres esencialmente maléficos, que serían, como todas las cosas, creación de Dios. Ahora bien, Dios que es soberanamente justo y bueno, no pudo haber creado seres predispuestos al mal por su naturaleza y condenados eternamente. Si no son obras de Dios, serían como él eternos, o bien habría muchos poderes soberanos. 

La primera condición de toda doctrina es la de ser lógica. Pues bien, la de los demonios, en su sentido absoluto, peca por esta base esencial. Se comprende que en las creencias de los pueblos atrasados, que no conocían los atributos de Dios, fuesen admitidas las divinidades maléficas, como también los demonios, pero, es ilógico y contradictorio para los que sostienen que la bondad de Dios es un atributo por excelencia, suponer que pueda haber creado seres consagrados al mal y destinados a practicarlo perpetuamente, pues eso negaría su bondad. 

Los partidarios de la doctrina de los demonios se apoyan en las palabras de Cristo. No seremos nosotros quienes neguemos la autoridad de sus enseñanzas, que quisiéramos ver más en el corazón que en los labios de los hombres. Pero, ¿estarán bien seguros del sentido que él daba a la palabra demonio? ¿Acaso no se sabe que la forma alegórica era uno de los caracteres distintivos de su lenguaje y que todo lo que contiene el Evangelio no debe ser tomado al pie de la letra? No necesitamos otra prueba que este pasaje: “Pero luego, después de las tribulaciones de aquellos días, el sol se obscurecerá, la luna no alumbrará, las estrellas caerán del cielo y las potestades de los cielos temblarán. En verdad os digo, que esta generación no pasará sin que todas estas cosas se hayan cumplido”. 

¿No hemos visto que la forma del texto bíblico ha sido contradicha por la Ciencia en lo que se refiere a la Creación y al movimiento de la Tierra? ¿No puede ocurrir lo mismo con ciertas figuras empleadas por Cristo, que debía hablar de acuerdo con los tiempos y los lugares? Cristo no podía decir, conscientemente, una cosa falsa. Así, pues, si en sus palabras hay cosas que parecen chocar con la razón, es porque no las comprendemos o las interpretamos mal. 

Los hombres hicieron con los demonios lo mismo que con los ángeles; de la misma forma que creyeron en seres eternamente perfectos, tomaron a los Espíritus inferiores por seres perpetuamente malos. Por la palabra demonio debe entenderse Espíritus impuros que con frecuencia no valen más que las entidades designadas con ese nombre, pero con la diferencia que su estado es transitorio. Son los Espíritus imperfectos que murmuran contra las pruebas que deben soportar y por esto mismo las soportan por más tiempo; pero, llegarán, a su vez, a salir de ese estado, cuando así lo quieran. Pudiera, pues, aceptarse la palabra demonio con esta restricción. Pero como es entendida en sentido exclusivo, podría inducir en error haciendo creer en la existencia de seres especiales creados para el mal. 

Con relación a Satanás, es evidentemente la personificación del mal bajo una forma alegórica, porque no puede admitirse un ser malo que lucha de potencia a potencia con la Divinidad y cuya única preocupación es la de contrariar sus designios. Precisado el hombre de figuras e imágenes para impresionar a su imaginación, ha pintado a los seres incorporales bajo forma material con atributos que recuerdan sus cualidades y defectos. Así es como, queriendo los antiguos personificar el tiempo, lo pintaron con la figura de un anciano portando una guadaña y un reloj de arena; la figura de un hombre joven sería un contrasentido. 

Lo mismo se verifica con las alegorías de la fortuna, de la verdad, etc. En la época moderna se ha representado a los ángeles o Espíritus puros con una figura radiante, con alas blancas, símbolo de la pureza y a Satanás con dos cuernos, garras y demás atributos de las bestias, emblemas de las pasiones bajas. El vulgo que toma las cosas literalmente, ha visto en esos emblemas a un individuo real, como en otro tiempo a Saturno en la alegoría del Tiempo. 

Extraído del libro “El libro de los espíritus” 
Allan Kardec
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       Los trasplantes de órganos

        Este tema ofrece muchos aspectos y consideraciones,  según procedan estos órganos de personas vivas donantes o de cadáveres. Cuando proceden de personas vivas que los ceden libre y voluntariamente en un acto de amor y altruismo, estos donantes suman grandes méritos espirituales y aumentan considerablemente su haber de karma positivo( actos de mérito por su generosidad, cuyas consecuencias favorables obtendrán  antes o después), mientras que quien recibe los órganos que pueden prolongar su vida o al menos mejorar la calidad de la misma, tiene motivos para agradecer profundamente a Dios  y a la persona donante benefactora, este regalo de amor y de vida.
     En el caso de muerte accidental, imprevista o violenta, el cuerpo, tras el momento de la muerte, apenas es percibido por el Ser espiritual que lo habitaba como un órgano medio anestesiado, de modo que si  aún está ligado al mismo  y este  es desmembrado quirúrgicamente, o  destruido de alguna forma, no experimenta dolor físico alguno debido a que las sensaciones físicas solo le pueden llegar a través del cerebro, y cuando tras la muerte cerebral este ya no funciona, no es capaz de transmitir nada al Ser espiritual, pero  debido a los lazos energéticos que el Alma  aún pueda mantener todavía con el cadáver, sí  que puede llegar a percibir  la sensación más o menos desagradable del desmembramiento o destrucción corporal. Esto le puede resultar muy  traumatizante y le puede llevar a un estado de angustia, terror y  conmoción que le dificulte o retrase su  nueva andadura en el mundo espiritual. Es la misma situación por la que pasan los cadáveres a los que se practica una autopsia tras una muerte imprevista  o accidental.   
        Otra cosa bien distinta, es cuando  se trata de  una muerte  prevista tras una enfermedad más o menos larga que debilita al moribundo hasta la extenuación de los lazos vitales orgánicos, y es aceptada por la persona que va a desencarnar, así como la donación de sus órganos tras el óbito.  En este caso, estas circunstancias  colaboran  a que  la autopsia o la donación de sus órganos, no  traumatice para nada al Ser que así llega de preparado al final de su vida humana, pero existe el problema, cada vez menos importante, de que si los niveles de energía vital del órgano trasplantado son insuficientes, es más probable que ese órgano fracase  o pueda ser rechazado por el organismo receptor. Digo menos importante porque la Ciencia e Investigación médica, cada vez avanza más rápido, y este problema ya está en vías de solución con los nuevos fármacos ya logrados para mitigar cada vez más lo que parecía un escollo insalvable.  El órgano extraído para donación tiene que estar vivo, totalmente vivo y vital, para que la posibilidad de éxito sea buena, condición independiente de los avances de la medicina que ya aplica medicación especial para evitar el rechazo.
Siempre que las donaciones se hacen por voluntad y consentimiento previo del donante, este tiene una ayuda  y  un   beneficio espiritual muy fuerte  a la hora de la desencarnar su Alma,  así  como para  su nueva andadura en el más allá. Sin duda esta ayuda es tan segura  como merecida. Incluso, si la donación  no la hizo personalmente el fallecido cuando vivía, de modo voluntario y consciente, pero la autorizan sus familiares por él, conociendo  que él  no se hubiese opuesto, también es beneficiado espiritualmente a la hora de pasar al  más allá,  porque  es consciente de los hechos y de la realidad, y le satisface comprender  que sus órganos físicos sirvieron para alguien  y porque siendo una acción positiva, la sensación consiguiente es positiva y merecedora de ayuda  en el mundo espiritual.
         En personas adultas, en muchos casos el tiempo  que transcurre entre la separación completa y absoluta entre  el Ser y su materia física suele durar por término medio unos tres días y a veces mucho más, o también menos, según y dependiendo de los factores que ya  hemos  explicado anteriormente. Sin embargo  cuando se trata del cadáver de un niño de corta edad, la situación es bien distinta  porque  en estos casos los lazos vitales que en cortas edades aún son muy débiles, se sueltan inmediatamente  y quedan totalmente  desligados de su materia, por lo que no  les  puede suponer  trauma alguno.
     Si los órganos de un “cadáver” se quisieran utilizar después de algunas horas tras el fallecimiento, ya no servirían porque habrían perdido su vitalidad, serían órganos muertos, y a partir de ahí  es cuando comienza el natural e inevitable proceso de putrefacción y descomposición cadavérica.  Como ya hemos afirmado, los órganos que se trasplantan, aunque la persona haya “fallecido”, tienen que estar vivos.  Esto no supone ningún inconveniente para el Ser espiritual, porque la muerte del cuerpo no se completa instantáneamente, sino de modo gradual, con lentitud variable según cada persona, lo que supone que no se puede afirmar por ello que la retirada de un órgano antes del cese  de todos los lazos vitales, anticipe o facilite la desencarnación del Espíritu que animaba ese cuerpo, pues con independencia de ello, cuando se extraen los órganos a su cuerpo, puede haberlo abandonado del todo, o bien puede continuar  ligado por lazos vitales al mismo y a todos sus órganos tras la retirada de los mismos. Esto depende de lo apegado que esté  a las cosas materiales que le han rodeado durante su vida humana.
       En   síntesis,  ante   la  cuestión  de  recibir   un  órgano,  la   respuesta   solo   puede   ser  afirmativa,  considerando que  si   Dios pone en  el camino de nuestra vida  esta  experiencia que  quizás la alargue,  seguramente debe ser  para  que  intentemos aprovechar esta nueva oportunidad,  y cuando se  trata  de plantearnos   la  donación  voluntaria  de   los mismos,  creo  que  debemos de ser conscientes de que es necesario ser generosos siempre, aun después de la muerte, y  aplicar  la   máxima evangélica  de   hacer  con  los  demás  como  quisiéramos  para  nosotros, dando generosamente  aquello que  ya no nos servirá más en esta vida y  confiando en  el buen  recibimiento  y  la ayuda   espiritual que  tendremos al  pasar al  otro lado de la Vida

- Jose Luis Martín-

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 Es secreto del mundo, que todas las cosas subsisten y no mueren, solo se retiran de la vista un corto espacio de tiempo y después retornan de nuevo....Nada muere, los hombres fingen morirse, les hacen  celebrar ridículos funerales y tristes entierros y allí permanecen asomados a la ventana, con un disfraz nuevo y extraño.”
                               - Ralph Waldo Emerson -

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                            LA NATURALEZA DIVINA

– ¿Puede el hombre comprender la naturaleza íntima de Dios?
– No; es un sentido que le falta.

 ¿Será dado al hombre algún día comprender el misterio de la Divinidad?

– Cuando su espíritu no esté ya ofuscado por la materia y cuando, por su perfección, se haya aproximado a ella, la verá y la comprenderá.

La inferioridad de las facultades del hombre no le permite comprender la naturaleza íntima de Dios. En la infancia de la Humanidad, el hombre lo confunde,con frecuencia, con la criatura cuyas imperfecciones le atribuye. Pero, a medida que el sentido moral se desarrolla él, su pensamiento penetra mejor el fondo de las cosas, y se forma de ellas una idea más justa y más conforme con la sana razón, aunque incompleta siempre.

Ya que no podemos comprender la naturaleza íntima de Dios, ¿podremos tener idea de algunas de sus perfecciones?

– De algunas sí. El hombre las comprende mejor a medida que se eleva sobre la materia; las entrevé con el pensamiento.

¿ Cuándo decimos que Dios es eterno, infinito, inmutable,inmaterial, único, omnipotente, soberanamente justo y bueno,¿tenemos idea completa de sus atributos?

– Desde vuestro punto de vista, sí; porque creéis abarcarlo todo. Pero sabed que hay cosas superiores a la inteligencia del hombre más inteligente y para las cuales carece de expresiones vuestro lenguaje, limitado a vuestras ideas y sensaciones. La razón os dice,en efecto, que Dios debe tener esas perfecciones en grado supremo;porque, si careciese de una sola de ellas, o si no las poseyese en grado infinito, no sería superior a todo y por consiguiente no sería Dios. Por ser superior a todas las cosas, Dios no debe soportar ninguna vicisitud, ni tener ninguna de las imperfecciones que puede concebir la imaginación.

     Dios es eterno; si hubiese tenido principio, hubiera salido de la nada, o hubiese sido creado por un ser anterior. Así es como, de grado en grado, nos remontamos al infinito y a la eternidad.

     Es inmutable; si estuviese sujeto a cambios, ninguna estabilidad tendrían las leyes que rigen el Universo.

     Es inmaterial; es decir, que su naturaleza difiere de todo lo que llamamos materia, pues de otro modo no sería inmutable, porque estaría sujeto a las transformaciones de la materia.

     Es único; si hubiese varios dioses, no habría ni unidad de miras, ni unidad de poder en el ordenamiento del Universo.

     Es omnipotente; porque es único. Si no tuviese el poder soberano, habría algo más poderoso o tan poderoso como él; no habría hecho todas las cosas, y las que no hubiese hecho, serían obra de otro Dios.

     Es soberanamente justo y bueno. La sabiduría providencial de las leyes divinas se revela así en las más pequeñas como en las más grandes cosas y esa sabiduría no nos permite dudar ni de su justicia, ni de su bondad.
- El Libro de los Espíritus-
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" ESPÍRITAS, AMAROS; ES EL PRIMER MANDAMIENTO .
  INSTRUIROS; ES EL SEGUNDO MANDAMIENTO."

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jueves, 28 de julio de 2016

CAMBIA TU Y EL MUNDO CAMBIARÁ


¿Infierno, satanás, penas eternas? Veamos.
La siguiente información que les doy, no va con la intención de menospreciar ninguna forma de pensar o de pertenecer a una religión determinada. Pero, es bueno que comencemos a construir el Conocimiento Espiritual sobre tierra firme, sobre roca, sobre verdades.
Ninguna persona está obligada de pensar de una u otra manera, de profesar esta o aquella otra fe. Libre Albedrio es la Primera piedra de la Fundación Espiritual. Cada cual analice la información y llegue a su propia conclusión sin fanatismo de ninguna clase.
Algunas de las diferencias doctrinales entre la Filosofía Espirita y la Religión Católica y protestantes, incluyendo las Evangélicas:
PRIMERO: La Filosofía Espirita niega rotundamente la existencia de ese lugar llamado Infierno. Por la siguiente razón: a) Los seres espirituales de Luz y Conocimiento, lo niegan. B) El Conocimiento de un Dios de Amor y de Perdón, contradice radicalmente la teoría de las Penas Eternas ensenadas por la Iglesia católica retomada por las iglesias protestantes.
SEGUNDO: El Espiritismo, no es una religión de templos, ceremonias, sacerdotes, o ministros. Cada espirita está en la libertad de seguir, simpatizar con cualquier religión, si así lo desea. El Espiritismo no impone sus ideas y enseñanzas.
TERCERO: El Espiritismo abraza como Verdad la teoría de la Reencarnación. Una vida no es suficiente para alcanzar la paz y la bienaventuranza de que gozan ya los seres de mayor evolución.
CUARTO: La “muerte” solamente es un tránsito hacia lo espiritual. Como decía el hermano Pablo: se siembra cuerpo carnal (en la tumba) se recoge y levanta “cuerpo espiritual”. Somos seres espirituales viviendo esta experiencia y vida terrenal.
QUINTO: Afirmamos por experiencias propias, la comunicación con los seres que han partido antes que nosotros.
SEXTO: El Espiritismo niega la existencia del llamado demonio o satanás. No concibe que, un ángel de luz, un espíritu puro y evolucionado, albergue en su corazón la envidia, los celos, del supuesto “ángel caído” de satanás. Consideramos es una invención de la iglesia para atemorizar y manipular la mente del rebano.
-  REY FORMOSO -
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             Ana Bitter 

La pérdida de un hijo adorado es una herida que causa terrible pesar. Pero ver un hijo único que prometía las más bellas esperanzas, en el que se han concentrado todos los afectos, desmedrarse a vuestra vista, extinguiéndose sin sufrimientos, por una de esas rarezas de la naturaleza que burlan la perspicacia de la ciencia. 

Haber agotado inútilmente todos los recursos del arte y adquirido la certeza de que no hay ninguna esperanza, y sufrir esta angustia todos los días, durante largos años, sin prever su término, es un suplicio cruel que la fortuna aumenta, lejos de endulzarlo, porque no se tiene la esperanza de verla gozar a un ser querido. 

Tal era la situación del padre de Ana Bitter. Así es que una sombría desesperación se apoderó de su alma, y su carácter se agriaba más y más a la vista de ese espectáculo lastimoso. cuyo desenlace no podía ser sino fatal, aunque indeterminado. Un amigo de la familia, iniciado en el Espiritismo, creyó debía interrogar a su espíritu protector sobre el particular, y recibió la contestación siguiente: 

“Con mucho gusto te daré la explicación del extraño fenómeno que tienes a la vista, porque sé que, al pedírmela tú, no te mueve una curiosidad indiscreta, sino el interés que tienes por esta pobre niña, y porque será para ti, creyendo en la justicia de Dios, una enseñanza provechosa. Aquellos a quienes quiere herir el Señor deben bajar su frente y no maldecirle y rebelarse, porque no hiere jamás sin causa. Pronto debe venir entre nosotros la pobre joven, cuyo decreto de muerte suspendió el Todopoderoso, porque Dios tuvo piedad de ella. Y su padre, este desgraciado entre los hombres, debe ser herido en el solo afecto de su vida, por haberse burlado del corazón y de la confianza de los que le rodean. 

Por un momento ha llegado al Altísimo su arrepentimiento, y la muerte ha suspendido su espada sobre esta cabeza tan querida. Pero ha vuelto a la rebelión y el castigo sigue siempre a la misma. ¡Dichoso uno cuando es castigado en esa Tierra! Rogad, amigos míos, por esta pobre niña, cuya juventud hará difíciles los últimos momentos. Es tan abundante la savia en este pobre ser, a pesar de su estado de decaimiento, que el alma se desatará con trabajo. ¡Oh! Rogad, más tarde os ayudará, y ella misma os dará consuelos, porque su espíritu es más elevado que los de las personas que la rodean. Por un permiso especial del Señor he contestado a lo que me has preguntado, porque es necesario que este espíritu esté ayudado para que el desprendimiento sea más fácil.” 

El padre ha muerto después de haber sufrido el aislamiento por la pérdida de su hija. He aquí las primeras comunicaciones que han dado la una y el otro después de su muerte: 

La hija: 

Gracias, amigo mío, por haberos interesado por la pobre niña, y por haber seguido los consejos de vuestro buen guía. Sí, gracias a vuestras oraciones, he podido dejar más fácilmente mi envoltura terrestre, porque mi padre no oraba. ¡Maldecía! No le quiero mal, sin embargo. Esto era a consecuencia de su gran ternura por mí. Ruego a Dios le haga la gracia de ser iluminado antes de morir. Le impulso, le animo, mi misión es endulzar sus últimos instantes. 

A veces un rayo de luz divina parece penetrar hasta él, pero no es más que un relámpago pasajero, y pronto vuelve a caer en sus primeras ideas. No hay en él sino un germen de fe ahogada por los intereses del mundo, y que sólo podrán desenvolver nuevas pruebas más terribles, mucho me temo. 

En cuanto a mí, no tenía que sufrir sino un resto de expiación, por esto no ha sido muy dolorosa ni muy difícil. En mi extraña enfermedad, no sufría, era más bien un instrumento de prueba para mi padre, porque sufría más por verme en aquel estado en que yo misma estaba resignada, y él no. Hoy he sido recompensada por esto. 

Dios me ha hecho el favor de abreviar mi morada en la Tierra, y le doy las gracias. Soy feliz entre los buenos espíritus que me rodean. Todos nos dedicamos a nuestras ocupaciones con alegría, porque la falta de actividad sería un cruel suplicio. 

El padre, cerca de un mes después de su muerte: 

P. Nuestro objeto al llamaros es el de averiguar vuestra situación en el mundo de los espíritus, para seros útil, si nos es posible. 

R. ¡El mundo de los espíritus! Yo no lo veo. No veo sino hombres que he conocido y de los cuales ninguno piensa en mí ni me echa de menos. Al contrario, parece que están contentos por haberse desembarazado de mí. 

P. ¿Os dais cuenta de vuestra situación? 

R. Perfectamente. Durante algún tiempo he creído estar todavía en vuestro mundo, pero ahora sé muy bien que no estoy en él. 

P. ¿Cómo es que no veíais otros espíritus alrededor vuestro? 

R. Lo ignoro. Sin embargo, cerca de mí todo lo veo claro. 

P. ¿Habéis vuelto a ver a vuestra hija? 

R. No, murió. La busco, la llamo inútilmente. ¡Qué vacío horrible me ha dejado su muerte en la Tierra! Muriendo, me decía que la encontraría sin duda. Pero nada, siempre el aislamiento a mi alrededor. Nadie me dirige una palabra de consuelo y de esperanza. Adiós, voy a buscar a mi hija. 

El guía del médium: 

Este hombre no era ateo ni materialista, sino uno de aquellos que creen vagamente, sin preocuparse de Dios ni del porvenir, dominados como están por los intereses de la Tierra. Profundamente egoísta, sin duda lo hubiera sacrificado todo para salvar a su hija. Pero por su provecho personal también sacrificaría sin escrúpulo los intereses de los demás. Fuera de su hija, no tenía afección por nadie. Por esto Dios le ha castigado como sabéis. Le ha quitado su único consuelo en la Tierra, y como no se ha arrepentido, tampoco la puede encontrar en el mundo de los espíritus. Como no se interesaba por nadie en la Tierra, tampoco se interesa nadie por él. Está solo, abandonado, ése es su castigo. Sin embargo, su hija está cerca de él, pero no la ve. Si la viese, no sufriría su castigo. ¿Qué hace? ¿Se dirige a Dios? ¿Se arrepiente? No, murmura siempre, incluso blasfema. Hace, en una palabra, lo que hacía en la Tierra. Ayudadle con la oración y los consejos a salir de su ceguera. 

Extraído del libro “El cielo y el infierno” 
Allan Kardec
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¿Cómo será la experiencia de los que 
mueren  de improviso, por  violencia o 
accidentes ?
            
     En los casos de muertes por accidentes, o  de forma violenta o imprevista, las condiciones son  algo diferentes. En estos casos la vida orgánica se detiene  bruscamente, mientras que la separación del espíritu se opera de forma lenta y gradual, sobre todo cuando no hay una total destrucción del cuerpo físico       
       En estas muertes repentinas e inesperadas, estando el cuerpo físico en pleno vigor normal, las fuerzas orgánicas no se extinguen gradualmente como en los casos de enfermedades largas o vejez, sino que como los lazos que unen alma y cuerpo son numerosos y fuertes, a pesar de que la muerte sea instantánea, la completa y total muerte o  desintegración de las fuerzas vitales que unen cuerpo y  alma , supone,  a pesar de la muerte clínica que se pueda apreciar, un proceso más lento y gradual que comienza precisamente en el momento de la muerte física instantánea y su duración depende del nivel de vitalidad orgánica, así como de la clase de deuda con la Ley de Consecuencias   del Ser humano así fallecido.
          En esta clase de muertes imprevistas, por violencia o accidentes, a veces los lazos vitales que mantienen unido al espíritu con su cuerpo físico, son desligados del mismo momentos antes del accidente, y entonces el Ser no sufre ningún choque psíquico,  brusco y traumático por su repentina desencarnación,  siendo apartado rápidamente del lugar de su óbito, normalmente en estado de sueño profundo, de adormecimiento o de turbación, para despertar con sus facultades mentales y psíquicas recuperadas, posteriormente de un modo gradual, siendo esclarecido sobre su nueva situación.
      Las muertes repentinas o violentas que se presentan  cuando la vida orgánica está en todo su vigor, producen en el Alma una sensación dolorosa y la sumen en una prolongada turbación.  Si su estado espiritual  está desequilibrado por una vida desequilibrada y  llena de egoísmo y materialidad, pueden ser  presa durante mucho tiempo de sensaciones horribles, quedando en un estado de alucinación, como víctimas de la obsesión, a merced de seres del bajo astral, de  los que más adelante hablaremos.
      A veces los  Seres  fallecidos accidentalmente de modo imprevisto, permanecen mucho tiempo despiertos en el ambiente físico que rodea al escenario del accidente, y con frecuencia ignoran lo que les ha sucedido y cual  es su situación real, creyéndose aún vivos aunque en un estado de cierta confusión o turbación mental, porque perciben mezcladas las escenas del nuevo plano de Vida en que se encuentran sin comprenderlo, con las escenas del escenario físico que todavía no han abandonado. Y de este modo algunos pueden permanecer así  mucho tiempo en este mundo sin comprender su situación; son los que cuando su periespíritu se  condensa en la materia y se hace más o menos visible y hasta tangible, o producen efectos físicos que delatan su presencia real, se les ha denominado  “espectros “ o “fantasmas”, y así permanecen   hasta el día en que les llega su “auto-iluminación”, esto es, la comprensión profunda  y la aceptación de quienes son , donde están y a donde deber partir,  en cuyo momento elevan el pensamiento a Dios y piden ayuda, recibiendo de inmediato la  misma por parte de Seres del plano espiritual que les atienden y guían  en  su nueva forma de vida.
       Un caso aparte es cuando el desencarnado de forma violenta e imprevista es un niño de corta edad. En estos casos su espíritu queda desligado inmediatamente de la materia y su incorporación al mundo espiritual  es como un  inmediato  regreso al hogar de origen.
- Jose Luis Martín-

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 CAMBIA TU Y EL MUNDO CAMBIARÁ


No es el momento de vivir aislados, si no el de unión entre todos los seres, sin importar que ideología se tenga, de nada servirá querer ayudar a los demás sin antes conocernos a nosotros mismos.
Nunca se acaba de estar satisfecho, y siempre buscamos sentirnos mejor, muchas veces se produce un circulo vicioso, necesitamos estar en constante movimiento, siempre ocupados, no hemos terminado una tarea y ya estamos pensando en la siguiente, es como si no quisiéramos encontrarnos en soledad por miedo a ver que encontramos en ese desconocido que está dentro de nosotros.
Nadie está en este mundo por casualidad, y antes de ayudar a los demás, tenemos la obligación moral de hacer ese viaje hacia el interior de nuestro ser y ver como somos en realidad, por muy buena voluntad que tengamos si no somos capaces de reconocer quiénes somos y que potencial hay dentro de nosotros, todo lo que hagamos quedara incompleto, y siempre tendremos la necesidad de buscar que es lo que nos falta para complementarnos , cuando en realidad, no se trata de buscar nada fuera de nosotros, pensamos que lo más importante es lo que hay en el exterior, sin darnos cuenta que volveremos tantas veces sean necesarias hasta que hayamos cumplido con nuestra verdadera misión, la de transformarnos nosotros mismos.
Es importante colaborar en lo que podamos y hacerlo de la mejor manera posible, con alegría y amor, sabiendo que servirá para el progreso de nuestros hermanos así como para el nuestro propio, pero sin olvidarnos de que necesitamos crecer interiormente siendo imprescindible no solo el conocimiento si no la práctica del mismo, la teoría deja de tener efectividad cuando no se pone en práctica, llega un momento en que se necesita parar y recapacitar y ver si verdaderamente estamos actuando según lo que hemos aprendido, muchas veces en nuestras actuaciones hay mucho de orgullo y vanidad, pensamos que los errores siempre los tienen los demás y nunca nosotros a pesar de que nos lo digan, nunca nos damos por aludidos porque creemos que porque trabajamos duro y dedicamos nuestro tiempo es suficiente, pero eso no es así.
El trabajo es amor, el amor se da sin esperar nada a cambio, y nunca nos parece una carga, no hay rigidez y se está abierto a todos, no importa como piensen y de donde procedan, el final es la unión, da igual que proceses una ideología u otra, la base debe de ser la misma para todos, la del amor.

Nadie te preguntará cuando dejes este mundo si eras católico , musulmán, budista o de cualquier otro filosofía, doctrina o religión, tan solo se te tendrá en cuenta por las obras buenas que hayas hecho a lo largo de tu vida, no habrá un lugar para cada filosofía o doctrina o como queramos llamarlo, todos acabaremos algún día liberados de todos los apegos, y cuando alcancemos la iluminación no habrá fronteras que dividan a las personas solo nos unirá el amor y esa será la única religión para todos los seres.
No podemos pretender cambiar a los demás cuando somos incapaces de cambiar nosotros y de ver en que estamos equivocados, teniendo la valentía de reconocer nuestros errores y de superarlos.
Caemos muchas veces, pero nos fortalecemos mas cuando nos levantamos, nadie debe criticar a otro porque ni el mismo sabe lo que hizo en un pasado ni lo que puede ser capaz de hacer en un momento determinado en el presente, hasta que la vida no nos pone en situaciones límites no podemos decir que nunca haremos esto o lo otro, intentemos hacer lo correcto en cada momento y ya con eso nos podemos dar por satisfechos.
Si nos observamos y nos damos la oportunidad de conocernos mejor nos daremos cuenta en que vamos fallando, y ello nos ayudara a ir rectificando y convertirnos en mejores personas, los cambios, se van incorporando a nuestra personalidad y vamos sintiendo que algo está pasando dentro de nosotros, ciertas actitudes negativas van desapareciendo y nuestro comportamiento va cambiando como algo natural, quizá empiezas a ser mas amoroso, o menos agresivo, quizá ya no te afectan los comentarios negativos, tu actitud hacia un conflicto ya no es el mismo, empiezas a ver la vida desde otra perspectiva, te siente parte de todo y de todos, eres más tolerante contigo mismo y con los demás.

El trabajo más duro es el que tenemos más cerca, en nuestro hogar, en el trabajo, con los amigos, con los grupos, si no somos capaces de solucionar nuestras diferencias y si nos cuesta ser amorosos con los que tenemos más cerca, no pretendamos cambiar el mundo. Cambia tú y el mundo cambiará.
( Desconozco el autor )
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Esperar beneficios del Cielo es la actitud común de todos. Adorar al Señor puede ser trabajo de justos e injustos. Admitir el Supremo Poder es propio de buenos y malos. El demonio, como símbolo de maldad, ejecuta los propios deseos,casi siempre desvariados y tenebrosos. El ángel se identifica con los deseos del Eterno y os cubre donde quiera que se encuentre. Todo ser vivo evoluciona siempre y quien evoluciona aprende y conoce. La inteligencia es atributo de los seres humanos. El conocimiento procede de la experiencia. La diferencia entre el genio del mal y el del bien está en la canalización y en la dirección de sus conocimientos.  

- Antonio Lima -

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UNIÓN DEL ALMA Y DEL CUERPO.

344 – ¿En qué momento se une el alma al cuerpo?
– La unión comienza en la concepción, pero no es completa hasta el momento del nacimiento. Desde el instante de la concepción,el Espíritu designado para habitar tal cuerpo, se une a él por un lazo fluídico, que se va estrechando poco a poco, hasta que el niño nace.
El grito que lanza entonces anuncia que pertenece al número de los vivientes y servidores de Dios.

345 – ¿La unión entre el Espíritu y el cuerpo es definitiva desde el momento de la concepción? Durante este primer período, ¿podría el Espíritu renunciar a habitar en el cuerpo designado?
– La unión es definitiva en el sentido de que otro Espíritu no podría sustituir al designado para aquel cuerpo; pero, como los lazos que a él le unen son muy débiles, se rompen fácilmente y pueden serlo por la voluntad del Espíritu que retrocede ante la prueba que
ha elegido. En ese caso no vive el niño.

346 – ¿Qué sucede al Espíritu, si el cuerpo que ha escogido muere antes de nacer?
– Escoge otro.

– ¿Qué utilidad pueden tener esas muertes prematuras?
– Las imperfecciones de la materia son las más frecuentes causas de semejantes muertes.

347 – ¿Qué utilidad puede tener para el Espíritu su encarnación en un cuerpo que muere pocos días después del nacimiento?
– El ser no tiene conciencia bastante desarrollada de su existencia; la importancia de la muerte es casi nula. Como dijimos,es con frecuencia una prueba para los padres.

348 – ¿Sabe de antemano el Espíritu que el cuerpo que eligió no tiene probabilidades de vida?
– Lo sabe a veces; pero, si lo escogió por ese motivo, es porque está retrocediendo ante la prueba.

349 – Cuándo por cualquier causa falla una encarnación para el Espíritu, ¿es suplida inmediatamente por otra?
– No siempre inmediatamente, pues el Espíritu necesita tiempo para escoger de nuevo, a menos que la reencarnación instantánea no provenga de una determinación anterior.

350 – Una vez unido el Espíritu al cuerpo del niño y cuando ya no puede echarse para atrás, ¿lamenta a veces la elección que hizo?
– ¿Quieres decir si como hombre lamenta la vida que tiene?
¿Si desease otra? Sí. ¿Si lamenta la elección que hizo? No, pues no sabe que la haya elegido. Una vez encarnado el Espíritu, no puede lamentarse por una elección de la que no tiene conciencia. Pero puede encontrar la carga muy pesada y si la cree superior a sus fuerzas, recurre, entonces, al suicidio.

351 – En el intervalo de la concepción al nacimiento, ¿disfruta el Espíritu de todas sus facultades?
– Más o menos de acuerdo con la época; porque no está aún encarnado, sino vinculado. Desde el instante de la concepción, la turbación empieza a enseñorearse del Espíritu, advirtiéndosele de ese modo, que ha llegado el momento de tomar una nueva existencia.
Esta turbación va aumentando hasta el nacimiento. En este intervalo,su estado es bastante similar al de un Espíritu encarnado durante el sueño del cuerpo. A medida que se aproxima el momento del nacimiento, se borran sus ideas así como el recuerdo del pasado del cual como hombre ya no tiene conciencia cuando ha entrado en la vida; pero ese recuerdo lo recobra poco o poco en la memoria, en su estado de Espíritu.

352 – Al nacer, ¿recobra inmediatamente el Espíritu la plenitud de sus facultades?
– No, se desarrollan gradualmente con los órganos. Es para él una nueva existencia y es necesario que aprenda a servirse de sus instrumentos. Las ideas le vuelven poco a poco, como sucede al hombre que se despierta y se encuentra en distinta posición de la que tenía
antes de dormirse.

353 – No estando completa y definitivamente consumada la unión del Espíritu y del cuerpo sino después del nacimiento, ¿puede considerarse al feto como dotado de alma?
– El Espíritu que debe animarlo existe en cierto modo fuera de él y propiamente hablando, no tiene, pues, un alma, puesto que la encarnación está sólo en vías de operarse; pero está ligado al alma que lo debe poseer.

354 – ¿Cómo se explica la vida intrauterina?
– Es la vida de la planta que vegeta. El niño vive la vida animal.
El hombre reúne en sí la vida animal y la vida vegetal que completa,al nacer, con la vida espiritual.

355 – ¿Existen, según indica la Ciencia, niños que desde el seno de la madre, no son viables? ¿Con qué objeto ocurre eso?
– Eso ocurre con frecuencia; Dios lo permite como prueba,ya para los padres, ya para el Espíritu destinado a reencarnarse.

356 – ¿Hay niños que nacen muertos y que no han sido destinados a la encarnación de ningún Espíritu?
– Sí, los hay que nunca han tenido un Espíritu destinado para su cuerpo, pues nada debía realizarse respecto a ellos. Semejante niño viene únicamente para expiación de sus padres.
– Un ser de esta naturaleza, ¿puede llegar al tiempo normal?
– Sí, algunas veces, pero no vive.
– Todo niño que sobrevive al nacimiento, ¿tiene necesariamente un Espíritu encarnado en él?
– ¿Qué sería sin él? No sería un ser humano.

357 – ¿Qué consecuencias tiene el aborto para el Espíritu?
– Es una existencia nula que debe volverse a empezar.

358 – ¿Es un crimen el aborto provocado, cualquiera que sea la época de la concepción?
– Existe siempre crimen cuando violáis la ley de Dios. La madre, o cualquier persona, cometerá siempre un crimen,quitando la vida al niño antes de nacer, porque le está impidiendo al alma soportar las pruebas, cuyo instrumento había de ser el cuerpo.

359 – En caso de que corriese peligro la vida de la madre a consecuencia del nacimiento del niño, ¿es un crimen sacrificar al niño para salvar a la madre?
– Es preferible sacrificar al ser que no existe y no al que existe.

360 – ¿Es racional guardar al feto las mismas consideraciones que se tienen por el cuerpo de un niño, que hubiese vivido?
– En todo eso debéis ver la voluntad de Dios y su obra; no tratéis, pues, con ligereza las cosas que debéis respetar. ¿Por qué no se han de respetar las obras de la Creación, incompletas a veces por voluntad del Creador? Esto pertenece a sus designios, a los que
persona alguna ha sido llamada a juzgarlos.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.

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