El Relojero Celeste
Vivencias en, los caminos de la vida
Aquella tarde me encontraba confuso y un poco cargado, subí a mi estudio para tratar de relajarme y ordenar pensamientos que sueltos saltaban por mi interior sin orden ni control; me dejé caer en mi hamaca y cerré los ojos, sentí una fuerte reacción de frío y un peso en todo el cuerpo como si las paredes de mi estudio se hubiesen abalanzado en mis espaldas presionando muy fuerte mi cuerpo, una sensación de asfixia cortaba mi respiración.
Me levanté de la hamaca un tanto confuso, hice unas respiraciones profundas, me faltaba aire y salí al patio, sentí la necesidad de renovar atmósferas y sin ideas concretas salí al exterior. Necesitaba aire fresco y pensé dar un paseo hasta el bosque, puse el coche en marcha y partí. No tenía una idea clara, me sentía confuso y decaído y sentía la necesidad de ver la puesta de sol para estimular mi ánimo. Subí hasta la cima de Montserrat, cuando llegué allí ya atardecía, entré en el monasterio, me senté en un banco y hice una elevación, sentí una fuerte reacción en mi interior que me vitalizó y reconfortó.
Ya en el exterior, me senté en un banco bajo una arcada de piedra, desde allí vía una amplia extensión de terreno, montes lejanos, pueblos, carreteras y un río, que a aquella hora de la tarde le daba un encanto y colorido especial. También contemplaba una impresionante puesta de sol, sobrecogido por la emoción y con la vista perdida en el infinito terrestre anochecía. Levanté la cabeza y quedé contemplando la bóveda celeste, admirando el brillo de las estrellas y su esplendor… Unos reflejos luminosos que se desplazaban hacia la tierra. La inmensidad y la armonía que preside el universo con el desarrollo matemático de un reloj perfecto. Con una sonrisa más ingenua que burlona me imaginé ante tanta grandiosidad y orden que debía existir un relojero que ordenara aquél equilibrio. Un Relojero Divino, cuyas leyes rigen minuciosamente los movimientos de la mecánica celeste. ¡Esa inteligencia y orden supremo que nuestro cerebro humano es incapaz de captar! Que está rígido por un orden exacto, eterno, pero muy lejano a nuestro conocimiento humano que, en momentos, por instintos y por impulsos inconscientes alcanzamos.
Frente a tanta inmensidad pensaba que tenía que existir un plan de evolución para cada uno de aquellos mundos que podía ver con mis ojos físicos, y por muy insignificantes que seamos los humanos, a un más pequeños que un átomo en relación con la inmensidad cósmica formamos parte de su evolución y estamos integrados en su desarrollo y en un todo. En un encadenamiento de causa y efecto en donde lo más pequeño tiene tanta importancia y valor como lo más grande por formar el desarrollo de un conjunto determinado por las leyes que se escapaban de mi conocimiento y capacidad humana…
Es inconcebible un ser humano capaz de obstaculizar o hacer fracasar la marcha de nuestro planeta o de todo el universo, por un acto individual o colectivo que escapase al control del “Relojero Creador” y que, ya de antemano no hubiese sido previsto por él.
Con la mente perdida en las grandes dimensiones estelares y sintiendo un extraño fluir por aquellas radiaciones de luz que llegaban a la tierra me había olvidado de mi realidad consciente y de mi cuerpo que estaba allí amontonado en aquél banco de piedra llena de frío que, la baja temperatura de la noche se hacía sentir con fuerza en aquella zona alta.
Al tomar conciencia de mi cuerpo físico sentí un fuerte escalofrío, me levante de donde estaba sentado y di unos pasos, luego hice unas respiraciones profundas para coger fuerzas y dinamismo y envolverme de aquella energía que llegaba a la tierra. Al intentar andar sentí las piernas adormecidas y los músculos agarrotados, por unos momentos me hizo recordar por su similitud la salida de los test espirituales que me hacía Amalia para introducirme en los estados de trance, en mi regreso a la realidad consciente.
Ya en mi normalidad de conciencia asombrado por la bella enseñanza que había tenido al contemplar aquella deslumbrante puesta de sol que me llevó a un estado profundo de mi sentir, fui a donde había dejado el coche, lo puse en marcha pise el pedal del gas y cogí el camino que me devolvería a mi morada humana.
Aquella noche, ya en la soledad de mi estudio tuve una profunda meditación que me dio claridad sobre mi situación interior, y el desarrollo de una mediúmnidad que tanto me estaba costando aceptar.
Manolo Carracedo
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DIVERSIDAD DE LOS
ESPÍRITUS.
PREGUNTA: Usted habla de espíritus buenos o malos, serios o ligeros, y le confieso que no me explico esta diferencia. Me parece que, al dejar su envoltura corporal, deben despojarse de las imperfecciones inherentes a la materia; que debe para ellos hacerse la luz sobre todas las verdades que nos están ocultas, y que deben verse libres de las preocupaciones terrestres.
RESPUESTA DE A.K. - Sin duda alguna se encuentran libres de las imperfecciones físicas, es decir, de las enfermedades y flaquezas del cuerpo, pero las imperfecciones morales se refieren al espíritu y no al cuerpo. Entre ellos los hay que están más o menos adelantados intelectual y moralmente. Sería erróneo creer que los espíritus, al dejar su cuerpo material, reciben súbitamente la luz de la verdad. ¿Cree usted, por ejemplo, que cuando muera no habrá ninguna diferencia entre el espíritu de usted y el de un salvaje o el de un malhechor? Si así fuera, ¿de qué le serviría haber trabajado para instruirse y mejorarse, puesto que un
cualquiera sería tanto como usted después de la muerte? Sólo gradual, y algunas veces
muy lentamente, se verifica el progreso de los espíritus. Entre ellos, dependiendo esto de su
purificación, los hay que ven las cosas bajo un punto de vista más exacto que durante su
vida. Otros, por el contrario, tienen aún las mismas pasiones, las mismas preocupaciones y
los mismos errores, hasta que el tiempo y nuevas pruebas les hayan permitido perfeccionarse.
Note usted bien que lo dicho es el resultado de la experiencia, porque del modo indicado se
nos presentan en sus comunicaciones. Es, pues, un principio elemental del Espiritismo que
entre los espíritus los hay de todos los grados de inteligencia y moralidad.
PREGUNTA: - Pero entonces, ¿por qué no son perfectos todos los espíritus? ¿Dios, pues, los crea de todas categorías?
RESPUESTA DE A.K. - Eso vale tanto como preguntar, porque todos los discípulos de un colegio no cursan filosofía. Todos los espíritus tienen el mismo origen y el mismo destino. Las diferencias que entre ellos existen no constituyen diferentes especies, sino grados diversos de adelanto.
Los espíritus no son perfectos, porque son las almas de los hombres, y los hombres no son
perfectos, porque son la encarnación de espíritus más o menos adelantados. El mundo
corporal y el mundo espiritual alternan incesantemente; por la muerte del cuerpo, el mundo corporal ofrece su contingente al mundo espiritual; por el nacimiento, el espiritual alimenta a
la Humanidad. En cada nueva existencia, el espíritu realiza un progreso más o menos grande, y cuando ha adquirido en la Tierra la suma de conocimientos y de elevación moral de que es susceptible nuestro globo, lo deja para pasar a otro mundo más elevado, donde aprende cosas nuevas.
Los espíritus que forman la población invisible de la Tierra son hasta cierto punto reflejo del
mundo corporal. Se encuentran en ellos los mismos vicios y las mismas virtudes; los hay
sabios, ignorantes, falsos sabios, prudentes y atolondrados; filósofos, razonadores y
sistemáticos; no habiéndose desprendido todos de sus preocupaciones, todas las opiniones
políticas y religiosas tienen entre ellos sus representantes; cada uno habla según sus ideas,
y a menudo lo que dicen no es más que su opinión personal, y he aquí por qué no se debe
dar ciegamente crédito a todo lo que dicen los espíritus.
PREGUNTA: - Si esto es así, descubro una inmensa dificultad, pues en semejante conflicto de opiniones diversas, ¿cómo distinguir el error de la verdad? No comprendo que nos sirvan de mucho los espíritus ni lo que ganamos con sus conversaciones.
RESPUESTA DE A.K. - Aunque sólo sirviesen los espíritus para enseñarnos que los hay y que son las almas de los hombres, ¿no sería ya esto muy importante para los que dudan de si la tienen, y que ignoran lo que será de ellos después de la muerte?
Como todas las ciencias filosóficas, la espiritista requiere largos estudios y minuciosas
observaciones. Así es como se aprende a distinguir la verdad de la impostura, y como se
obtienen los medios de alejar a los espíritus mentirosos. Por encima de la turba de baja
ralea, están los espíritus superiores, que no tienen otra mira que el bien, y cuya misión es
conducir a los hombres por el buen sendero. Nos corresponde a nosotros saber apreciarlos
y comprenderlos. Éstos nos enseñan magníficas cosas; pero no crea usted que el estudio
de los otros sea inútil, dado que para conocer un pueblo es preciso estudiarlo bajo todas sus
fases.
Usted mismo es prueba de esta verdad: creía usted que bastaba a los espíritus el dejar su
envoltura corporal para despojarse de sus imperfecciones, y las comunicaciones con ellos
nos han enseñado lo contrario, haciéndonos conocer el verdadero estado del mundo
espiritual, que a todos nos interesa en extremo, ya que a él debemos ir todos. En cuanto a
los errores que pueden nacer de la divergencia de opinión entre los espíritus, desaparecen
por sí mismos a medida que aprendemos a distinguir los buenos de los malos, los sabios de los ignorantes, los sinceros de los hipócritas, ni más ni menos que entre nosotros. Entonces
el sentido común hace justicia a las falsas doctrinas.
QUE ES EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
RESPUESTA DE A.K. - Sin duda alguna se encuentran libres de las imperfecciones físicas, es decir, de las enfermedades y flaquezas del cuerpo, pero las imperfecciones morales se refieren al espíritu y no al cuerpo. Entre ellos los hay que están más o menos adelantados intelectual y moralmente. Sería erróneo creer que los espíritus, al dejar su cuerpo material, reciben súbitamente la luz de la verdad. ¿Cree usted, por ejemplo, que cuando muera no habrá ninguna diferencia entre el espíritu de usted y el de un salvaje o el de un malhechor? Si así fuera, ¿de qué le serviría haber trabajado para instruirse y mejorarse, puesto que un
cualquiera sería tanto como usted después de la muerte? Sólo gradual, y algunas veces
muy lentamente, se verifica el progreso de los espíritus. Entre ellos, dependiendo esto de su
purificación, los hay que ven las cosas bajo un punto de vista más exacto que durante su
vida. Otros, por el contrario, tienen aún las mismas pasiones, las mismas preocupaciones y
los mismos errores, hasta que el tiempo y nuevas pruebas les hayan permitido perfeccionarse.
Note usted bien que lo dicho es el resultado de la experiencia, porque del modo indicado se
nos presentan en sus comunicaciones. Es, pues, un principio elemental del Espiritismo que
entre los espíritus los hay de todos los grados de inteligencia y moralidad.
PREGUNTA: - Pero entonces, ¿por qué no son perfectos todos los espíritus? ¿Dios, pues, los crea de todas categorías?
RESPUESTA DE A.K. - Eso vale tanto como preguntar, porque todos los discípulos de un colegio no cursan filosofía. Todos los espíritus tienen el mismo origen y el mismo destino. Las diferencias que entre ellos existen no constituyen diferentes especies, sino grados diversos de adelanto.
Los espíritus no son perfectos, porque son las almas de los hombres, y los hombres no son
perfectos, porque son la encarnación de espíritus más o menos adelantados. El mundo
corporal y el mundo espiritual alternan incesantemente; por la muerte del cuerpo, el mundo corporal ofrece su contingente al mundo espiritual; por el nacimiento, el espiritual alimenta a
la Humanidad. En cada nueva existencia, el espíritu realiza un progreso más o menos grande, y cuando ha adquirido en la Tierra la suma de conocimientos y de elevación moral de que es susceptible nuestro globo, lo deja para pasar a otro mundo más elevado, donde aprende cosas nuevas.
Los espíritus que forman la población invisible de la Tierra son hasta cierto punto reflejo del
mundo corporal. Se encuentran en ellos los mismos vicios y las mismas virtudes; los hay
sabios, ignorantes, falsos sabios, prudentes y atolondrados; filósofos, razonadores y
sistemáticos; no habiéndose desprendido todos de sus preocupaciones, todas las opiniones
políticas y religiosas tienen entre ellos sus representantes; cada uno habla según sus ideas,
y a menudo lo que dicen no es más que su opinión personal, y he aquí por qué no se debe
dar ciegamente crédito a todo lo que dicen los espíritus.
PREGUNTA: - Si esto es así, descubro una inmensa dificultad, pues en semejante conflicto de opiniones diversas, ¿cómo distinguir el error de la verdad? No comprendo que nos sirvan de mucho los espíritus ni lo que ganamos con sus conversaciones.
RESPUESTA DE A.K. - Aunque sólo sirviesen los espíritus para enseñarnos que los hay y que son las almas de los hombres, ¿no sería ya esto muy importante para los que dudan de si la tienen, y que ignoran lo que será de ellos después de la muerte?
Como todas las ciencias filosóficas, la espiritista requiere largos estudios y minuciosas
observaciones. Así es como se aprende a distinguir la verdad de la impostura, y como se
obtienen los medios de alejar a los espíritus mentirosos. Por encima de la turba de baja
ralea, están los espíritus superiores, que no tienen otra mira que el bien, y cuya misión es
conducir a los hombres por el buen sendero. Nos corresponde a nosotros saber apreciarlos
y comprenderlos. Éstos nos enseñan magníficas cosas; pero no crea usted que el estudio
de los otros sea inútil, dado que para conocer un pueblo es preciso estudiarlo bajo todas sus
fases.
Usted mismo es prueba de esta verdad: creía usted que bastaba a los espíritus el dejar su
envoltura corporal para despojarse de sus imperfecciones, y las comunicaciones con ellos
nos han enseñado lo contrario, haciéndonos conocer el verdadero estado del mundo
espiritual, que a todos nos interesa en extremo, ya que a él debemos ir todos. En cuanto a
los errores que pueden nacer de la divergencia de opinión entre los espíritus, desaparecen
por sí mismos a medida que aprendemos a distinguir los buenos de los malos, los sabios de los ignorantes, los sinceros de los hipócritas, ni más ni menos que entre nosotros. Entonces
el sentido común hace justicia a las falsas doctrinas.
QUE ES EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
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EL PORVENIR DEL ESPIRITISMO ANTE LA ERA DE LA COMUNICACIÓN VIRTUAL
Peter Bradwell, autor de una investigación hecha en un centro de estudios británico, sugiere que los patrones deberían evitar restringir que sus funcionarios visiten sites, de relacionamiento social, en horarios de trabajo. El autor defiende, aun, la importancia que los sites, como Facebook, MySpace u Orkut, tiene para la vida profesional. Sin embargo, recomienda que las empresas queden alerta e interfieran, con rigidez, en relación a los funcionarios que abusan del huso de esos sites.
Para el investigador, la utilización de esa tecnología, visando mayor aproximación con ex funcionarios y clientes en potencial, puede aumentar la productividad, puede incentivar la creatividad, y puede ayudar a mantener un ambiente de trabajo más democrático. Con todo, alerta que son necesarias reglas claras para el uso apropiado de sites de redes. “Es bueno que las compañías sean conscientes de las tensiones y analicen la implantación de reglas practicas para proteger el impacto positivo de las redes sociales”, conforme afirmó Robert Ainger, de la compañía de móviles, Orange, que encargó el informe. (1)
“La forma en que las personas interactúan con las computadoras va a cambiar, dramáticamente, en los próximos años”, afirmó el fundador de Microsoft, Bill Gates, en una entrevista a la BBC. (2) Él predice que las interfaces tradicionales, como el teclado y el ratón, darán espacio, gradualmente, la tecnología más intuitiva y "naturales", tales como el tacto, la visión y el habla. "En cinco años, tenemos decenas de millones de personas sentadas en la navegación, organización sus vidas, utilizando este tipo de interfaz táctil. "(3)
Creemos que "Internet tiene un papel crucial como lugar para la democratizació n del conocimiento, a través de su diversidad y el pluralismo". (4
Hay espiritualistas que ven en Internet con los ojos asimétricos, impulsados por los temores y mitos. Más, es importante recordar que el Espiritismo es una doctrina abierta a los avances científicos. El pesimista en servicio y el crítico de la tarjeta rechazan Internet debido a la exclusión digital, que sigue siendo una grave realidad. Más, aseguro que en el porvenir, tener internet con tecnologías muchísimo más avanzadas, usando nuestros sentidos, yo diría, será tan común como tener un refrigerador, una televisión o incluso un teléfono. Ya estamos viendo esto en el Estado de Pará.
Transformaciones sociales, cambios en el panorama de los conocimientos generales del hombre, no pueden estancar el Espiritismo, no lo pueden encerrar en un ortodoxo cuerpo de piedra. La prohibición, que se cree que existe entre la tecnología (la ciencia) y la religión, "viene de un fracaso de la observación, y del exceso de exclusivismo de una y otra parte. De eso resulta un conflicto, que originó la incredulidad y la intolerancia” . (5) Divaldo dice que “Si Allan Kardec estuviese reencarnado, en estos días, se serviría de Internet con la misma nobleza con que recurrió a la prensa, de su tiempo, en la divulgación y defensa del Espiritismo, delante de sus adversarios naturales. "(6)
Según el ínclito profesor Rivail, “una publicidad en larga escala, hecha en los periódicos de mayor circulación, llevaría al mundo entero, hasta las localidades más distantes, el conocimiento de las ideas espiritas, despertaría el deseo profundo de ellas y, multiplicando los adeptos, impondría silencio a los detractores, que luego tendrían que ceder, ante el ascendente de la opinión general.”(7)
Desde la popularizació n de la radio, muy extendida en gran parte del mundo, a las décadas del 30 y 40; la expansión de la televisión, difundido en Brasil, a partir de los años 50, la Internet, desde la década de los 90, con la creación de sistemas de red (web), acreditado a Tim Berners Lee, el nivel de información de las personas aumento, considerablemente. Incluso aquellos que, en la sociedad de hoy en día se consideran ignorantes, tienen un volumen de información personal mucho mayor que hace algunas décadas. En términos Espiritas, eso puede proporcionar una profundizació n de la doctrina de los que ahora se llaman los aficionados, y también atraer a otros que tienen alguna información sobre la naturaleza conceptual del espiritismo.
No debemos temer a internet, tal como, en la Edad Media, la Inquisición temían los libros. Apoyados en el buen sentido kardeciano, es urgente aprendamos a enfrentar los desafíos de la delincuencia informática, siempre con la intención de buscar la verdad y esclarecerla. Debemos saber cómo distinguir el trigo de la paja. Internet, a pesar de la información incorrecta, de las agresiones, de la infamia, la degradación y la delincuencia, es sin duda un instrumento de los grandes logros que dignifican al hombre y preparan a la sociedad humana para un futuro más brillante.
Por Internet, son posibles los estímulos de fraternidad entre las diversas instituciones espiritas a nivel mundial. Por Internet, está surgiendo un nuevo paradigma para el movimiento espirita, reforzando la directriz dada por Becerra de Meneses, e Ismael, en la Patria del Evangelio. Si el convertido de Damasco cien mil millas a pie de ciudad en ciudad para difundir el Evangelio, Dios, ahora nos da la oportunidad de estar en el confort y la comodidad de nuestro hogar y poder difundir la Tercera Revelación para todos los continentes.
Teniendo en cuenta esto, ¿cómo garantizar que el material publicado es legítimo? ¿Cómo evitar la aparición de copias falsificadas o mal interpretado? Ambas cuestiones son importantes y relevantes para que podamos entender cómo aplicar internet, correctamente, al ambiente espirita. En ese caso, la vigilia equilibrada es la clave para lograr un enfoque equilibrado que pueda explorar, plenamente, la tecnología que tenemos disponible, y, concomitantemente, proyectar los objetivos mayores del trabajo que está siendo desenvuelto, por permisión de Cristo, en nombre de la Tercera Revelación.
Jorge Hessen
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HERNANI GUIMARAES ANDRADE
Para evaluar correctamente nuestro destino final, sería indispensable conocer nuestra verdadera realidad. Nos hallamos en la misma situación que los pasajeros de un inmenso navío, que hubiesen nacido, crecido y adquirido ciertas experiencias, durante un largo viaje.
Supondríamos que varias generaciones de pasajeros, se sucediesen dentro del gran navío, transmitiendo a sus descendientes las experiencias conquistadas, a lo largo de la jornada, mientras la embarcación no llegase a su destino.
Los viajeros del navío, conseguirían con el tiempo, aprender mucho acerca de él y acerca del inmenso océano, sobre el cual flota. Pero los pasajeros ignorarían todo el itinerario, e incluso la geografía del mundo, en que se encuentra el mar.
Ellos podrían llegar a conocer minuciosamente su realidad relativa; el navío. Se conocerían también, hasta cierto punto.
Podrían formular hipótesis adecuadas a su situación particular, incluso aquella concerniente a su destino, pero difícilmente tendrán certeza absoluta, acerca de la realidad mayor, o sea del Universo en que viven, ni del exacto destino que buscan.
Supongamos que algunos de esos pasajeros, consiguiesen comunicarse, gracias a cualquier medio desarrollado por ellos, con personas que habiten en las tierras firmes, de los continentes, que hablen su lengua y conozcan su condición de viajeros.
Digamos además que los comunicadores continentales, ya hubiesen pasado por condiciones semejante a las de los pasajeros.
Está claro que los habitantes del navío podrían entenderse con los de afuera, en todo aquello que se relacionase con su limitada realidad; la de la embarcación.
Para ellos las ideas referentes a los árboles, casas, planicies, automóviles, etc., sonarían como cosas sin sentido.
Más sin sentido aún, sería la perspectiva de llegar, en el porvenir, a habitar ciudades o países, con sus problemas típicos, tales como embotellamientos de tránsito, cuestiones sociales, inflación, guerras y otros acontecimientos típicos de las sociedades humanas.
Dentro del navío, surgirían los incrédulos que pondrían en duda, las informaciones obtenidas por los compañeros, que consiguiesen las comunicaciones. Los propios comunicadores del navío, tendrían las mayores dificultades en convencer a sus compañeros de viaje, de la existencia de los continentales.
Peor aún sería la situación de unos pocos pasajeros, que por suerte pudiesen abandonar temporalmente la nave, visitar una región continental y volver a la embarcación.
Ellos no sólo se sentirían imposibilitados, de dar una información correcta, a sus colegas de viaje, sino que correrían el riesgo de ser malentendidos y hasta segregados.
Nuestra situación se asemeja a la de los ocupantes del navío.
Aquí nacemos, aquí vivimos, morimos, volvemos a nacer y vamos aprendiendo cada vez más, acumulando conocimientos y trasmitiéndolos a las generaciones que nos suceden. Sin embargo, nuestro conocimiento estará siempre limitado, por las circunstancias en que nos encontramos. Será el conocimiento de una realidad particular.
Volviendo al ejemplo de los navegantes confinados al gran navío, supongamos que cuando se aproximasen al puerto de destino, comiencen a observar los primeros signos de tierra firme. Algunos de los tripulantes podrán levantar el nivel del puesto de vigía, aumentando su radio de visión.
Avistaran colinas, planicies, matas, etc. y algunos pocos viajeros se irán convenciendo de que la realidad-navío, es apenas una parte, de la realidad mayor que los circunda.
Sus hipótesis acerca del mundo, serán en consecuencia más amplias y se aproximaran a la verdad. Sin embargo, aún así, estarán lejos del modelo ideal, de la imagen correcta a su alrededor.
Actualmente los fenómenos paranormales, equivalen para nosotros a las primeras señales de tierra firme. Vamos a tener que reajustar muchos conceptos de nuestra realidad.
Lo que ya conquistamos como conocimientos, es válido, sin duda, pero no definitivo, aunque nos sirva mucho para atender las necesidades, en la vida dentro del <navío>
Por esta razón, es muy posible que tengamos una respuesta aproximada para la pregunta: ¿para qué vivimos?