sábado, 17 de diciembre de 2016

¿ Qué función sigue teniendo el Espiritismo ?




    UN HOMBRE DE BIEN HABRÍA MUERTO
 

- Decís frecuentemente, al hablar de un malvado que escapa de un peligro: Si fuese un hombre de bién habría muerto. Pues bien, al decir eso estais con la verdad, porque efectivamente, Dios concede muchas veces a un espíritu todavía joven en la senda del progreso, una prueba más larga que a uno bueno, que recibirá en recompensa por su mérito, el favor de una prueba tan corta como es posible. Así pues, cuando empleais este axioma, no dudeis de que estáis cometiendo una blasfemia.

Si al morir un hombre de bien, vecino de un malvado, os apresurais a decir: Hubiera sido mejor que hubiese muerto aquel. Cometeis entonces un gran error, porque aquel que parte terminó su taréa, y lo que era tal vez ni haya comenzado. ¿Por qué, entonces, queréis que el malo no tenga tiempo de acabarla y que el otro continúe preso en la carcel terrenal?. ¿Qué diréis de un prisinero que habiendo terminado su condena, continuase en la prisión, mientras que se le diese la libertad a otro que no tenga el derecho? Quedad sabiendo pues, que la verdadera libertad está en el desprendimiento de los lazos corporales y que en cuanto estáis en la Tierra, estáis en cautiverio.

Habituaros a no censurar lo que no podeis comprender, y creed que Dios es justo en todas las cosas. Frecuentemente, lo que os parece un mal, es un  bien. Pero vuestras facultades son tan limitadas, que el conjunto de lo grande, escapa a vuestros sentidos obtusos. Esforzaros por superar, por el pensamiento, a vuestra estrecha esfera, y a medida que os elevéis, la importancia de la vida terrena disminuirá a vuestros ojos. Porque entnces, ella os parecerá como un simple incidente en la infinita duración de vuestra existencia espiritual, la única y verdadera existencia.

FÉNELON 
Sens, 1861- EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

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¿En dónde comienza y termina la Vida ?

      La fina línea que separa la vida de la muerte, siempre ha sido algo inquietante para el Ser humano desde lo más remoto de sus orígenes.
      Según la Ciencia, la vida humana comienza al unirse los veintitrés cromosomas del espermatozoide, con los veintitrés del óvulo; a partir de ese momento ya hay una vida humana embrionaria como un proyecto de persona en desarrollo.  Por tanto la vida no comienza en el momento en que una persona nace, sino mucho antes, desde el momento de la concepción en el seno materno.

          La vida humana cesa con la muerte, pero no así  la vida del Ser espiritual que conforma a cada ser humano en su paso por la Tierra, porque siendo inmaterial este Ser espiritual que anima el aliento de cada persona, es inmortal,y continúa existiendo después de abandonar el cuerpo físico tras la muerte del mismo.   


           Siguiendo con  los parámetros de la Ciencia, la muerte supone  la cesación de todas las funciones vitales, considerando este cese irreversible, a partir de la parada de la actividad cerebral y de la función  cardio -pulmonar ; sin embargo, existen a veces casos de  reanimación y vuelta a la vida, tras estados de  muertes aparentes, conocidas como "estados catalépticos", así como  también casos de reanimaciones  después de una muerte clínica o tras   una congelación con paradas  cardio-respiratoria y de actividad cerebral, a modo de lo que sucede con ciertos anfibios ; estos casos  parecen desmentir  estos parámetros científicos sobre la vida y la muerte. Por ello se podría diferenciar entre la muerte como separación definitiva del Ser espiritual del cuerpo físico que tenía como ser humano, - lo que  se conoce como desencarnación, en referencia al proceso inverso del nacimiento o encarnación -,  y la muerte del ser humano  en lo que se refiere a la cesación de toda actividad  orgánica, y este suceso natural, es el que afecta al proceso de separación  corporal definitiva del Ser espiritual. Por tanto la muerte del cuerpo físico, que aún conserva por corto tiempo sus energías vitales, no presupone  que siempre se produzca una separación del espíritu, definitiva e inmediata  del mismo  tras el  último aliento vital.


- Jose Luis Martín -

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        SOBRE LOS LLAMADOS "VIAJES                               ASTRALES"

En los viajes astrales el espíritu encarnado, una vez liberado del cuerpo, puede viajar hacia donde su pensamiento le lleva de forma casi instantánea, pero sólo en los niveles vibratorios compatibles con el suyo propio.
- ¿Ocurre también que un espíritu desencarnado tiene libertad para viajar por las diferentes franjas del mundo astral?

Los espíritus de los niveles superiores gozan de mayor libertad de movimiento y pueden descender a los niveles inferiores, aunque para ellos resulte tan incómodo como para vosotros lo sería caminar por dentro de un lodazal. Los espíritus de niveles inferiores no pueden ascender a niveles superiores hasta que no logren aumentar su nivel vibratorio, y esto sólo se consigue cuando evolucionan espiritualmente.

    Por lo tanto, los contactos entre espíritus de diferente nivel siempre se realizan descendiendo el más avanzado a la región del menos avanzado. Los espíritus que habitan en las zonas densas del astral inferior encuentran mayor dificultad para moverse en su entorno, pareciendo casi que viven con las mismas limitaciones que tiene un humano
encarnado, ya que la vibración de la “materia astralina” de esa zona es tan baja que se asemeja mucho a la de la materia física. No ocurre así con los espíritus del astral superior, que pueden viajar libremente, aunque para que éstos se manifiesten en el astral inferior y puedan ser vistos por sus habitantes deben ajustar su vibración, y esto les resulta tan
penoso como lo es para vosotros el respirar en una habitación llena de humo.
- ¿Por qué hay esta separación entre niveles?

Esta separación es inherente a la naturaleza del mundo astral e impide que los espíritus poco avanzados puedan infiltrase en las regiones de alta vibración, donde impera el amor, y causen daño a sus moradores.
- ¿Hay algún tipo de conexión entre estas franjas vibratorias o están completamente separadas entre sí?

Las separaciones no son abruptas sino graduales. Al igual que la densidad de la atmósfera disminuye de forma progresiva al alejarnos de la superficie terrestre, así lo hace también la densidad de la materia astralina. Las diversas comunidades del astral están conectadas entre sí y existe un tránsito de espíritus, con la limitación que hemos indicado  anteriormente. Es decir, mientras los avanzados pueden moverse libremente por su nivel y los niveles inferiores, los menos avanzados sólo pueden alcanzar niveles superiores aumentando su nivel vibratorio, a través de la evolución espiritual. Las comunidades del astral medio son ayudadas por las comunidades del astral superior, de las que reciben
asesoramiento espiritual y técnico para organizar sus comunidades conforme a las leyes espirituales más avanzadas. A su vez, de estas comunidades del astral medio, parten misiones de ayuda a los espíritus del astral inferior que están en condiciones de salir de esa franja vibratoria, por haber tomado conciencia del daño que hicieron, porque han mostrado arrepentimiento y voluntad de mejora, y por haber pedido ayuda sincera para salir de esa situación.
V.G.
    
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¿ QUÉ FUNCIÓN SIGUE TENIENDO EL ESPIRITISMO ?
Los Espíritus –preguntan ciertas personas- ¿nos enseñan una moral nueva, algo superior a la que Cristo predicó? Si esa moral no es otra que la del Evangelio, ¿para qué sirve entonces el Espiritismo? Este razonamiento se asemeja singularmente al del califa Omar cuando hablaba de la Biblio-teca de Alejandría, diciendo: “Si no contiene más que lo que hay en el Corán, es inútil, y por tanto hay que quemarla. Y si tiene otras cosas que no estén en el Corán, es mala y, en consecuencia, es preciso quemarla también”. No: El Espiritismo no contiene una moral diferente de la de Jesús. Pero a nuestra vez preguntamos: Antes del advenimiento de Cristo, ¿los hombres no poseían su doctrina en el Decálogo? Y ¿hay que afirmar por eso que la moral de Jesús sea inútil? Preguntamos inclusive, a quienes niegan la utilidad de la moral espírita, por qué la de Cristo es tan poco practicada y por qué aquellos mismos que proclaman con justo título su sublimidad son los primeros en violar la principal de sus leyes, la de la caridad universal… Los Espíritus vienen no sólo a confirmar la moral de Jesús, sino además a mostrarnos su utilidad práctica. Tornan inteligibles y evidentes aquellas verdades que sólo habían sido enseñadas conforma alegórica. Y al lado de esa moral, los Espíritus acuden a definir los problemas más abstractos de la psicología. 

Jesús llegó para mostrar a los hombres el camino del verdadero bien. ¿Por qué Dios, que le envió para recordarles su Ley olvidada, no enviaría hoy a los Espíritus a fin de recordarles de nuevo y con mayor precisión, cuando los hombres la echan al olvido para sacrificarlo todo en aras del orgullo y la codicia? ¿Quién se atrevería a trazar límites al poder de Dios y a señalarse sus vías? ¿Quién sabe si, como lo afirman los Espíritus, los tiempos predichos no se han consumado ya, y estamos llegando a aquellos en que verdades mal comprendidas o falsamente interpretadas deban ser reveladas de manera ostensible al género humano para acelerar su adelanto? ¿No hay algo de providencial en esas manifestaciones que en forma simultánea se está produciendo en todos los rincones del globo? No se trata de un solo hombre, de un profeta que acuda a advertirnos, sino que la luz surge en todas partes. Todo un mundo nuevo se manifiesta ante nuestros ojos. Así como la invención del microscopio nos descubrió el mundo de lo infinitamente pequeño, que ni sospechábamos, y de la manera que el telescopio nos ha revelado la existencia de millares de mundos, que no sospechábamos tampoco, así también las comunicaciones espíritas nos muestran el Mundo Invisible que nos circunda, cuyos moradores se codean sin cesar con nosotros y, sin que lo sepamos, participan de todo lo que hacemos. Un poco más de tiempo y la realidad de ese mundo, que es el que nos está esperando, será tan indiscutible como la del mundo microscópico y la de los globos perdidos en el espacio. ¿Nada significa, pues, que se nos haya dado a conocer todo un mundo, que se nos iniciara en los enigmas de la vida de ultratumba? Bien es verdad que esos descubrimientos, si así se puede llamarlos, contrarían un tanto a ciertas ideas heredadas. Pero ¿acaso todos los grandes descubrimientos científicos no han igualmente modifi-cado, trastornado incluso las ideas más acreditadas? Y ¿no ha sido preciso que nuestro amor propio se inclinara ante la evidencia? Lo mismo acontecerá con respecto al Espiritismo, y a poco andar habrá adquirido éste su derecho de ciudadanía entre los conocimientos humanos. 

Las comunicaciones con los Seres de ultratumba han traído por resultado hacernos comprender la vida futura, hacérnosla ver, iniciarnos en las penas y goces que en ella nos aguardan según haya sido nuestros méritos, y, por lo mismo, reconducir al espiritualismo a aquellos que únicamente veían en nosotros materia, que nos tenían tan sólo por una maquina organizada. Por eso hemos tenido razón al afirmar que el Espiritismo ha superado al materialismo por medio de los hechos. Si únicamente hubiera producido este resultado, ya el orden social debería agradecérselo. Pero hace más: Muestra los inevitables efectos del mal y, por consiguiente, la necesidad del bien. El número de personas cuyos sentimientos ha elevado y cuyas tendencias negativas ha neutralizado, apartándolas del mal, es mayor de lo que se cree y sigue aumentando a diario. Porque para ellas el porvenir deja de ser incierto. No constituye ya una mera esperanza, sino una verdad que se comprende y se explica cuando vemos y escuchamos, a aquellos que nos dejaron, lamentándose o felicitándose de lo que hicieron en la Tierra. Quienquiera sea testigo de esto se pone a reflexionar y siente la necesidad de conocerse, de juzgarse y también de enmendarse.

- Juan Manuel Ferrandez -

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  Comprendamos nuestra  situación como Espíritus y como "Inmortales" que somos. Según la Ciencia Espírita, no somos un cuerpo carnal que tiene  un Espíritu: somos un Espíritu temporalmente revestido de un cuerpo físico, con el objetivo de progresar. 

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    PRUEBAS VOLUNTARIAS,
        EL VERDADERO SILICIO. 

Preguntáis si os es permitido aligerar vuestras propias pruebas; esta pregunta tiene relación con esta otra: Al que se ahoga, ¿le es permitido el que procure salvarse? Al que se clave una espina, ¿sacársela? Al que está enfermo, ¿llamar al médico? Las pruebas tienen por objeto ejercitar la inteligencia, del mismo modo que la paciencia y la resignación; un hombre puede nacer en una posición penosa y embarazosa, precisamente para obligarle a buscar los medios de vencer las dificultades. El mérito consiste en soportar sin murmurar las consecuencias de los males que no se pueden evitar, en perseverar en la lucha, en no desesperarse si no se sale bien del negocio; pero no en el abandono, que sería más bien pereza que virtud. 

Naturalmente esta pregunta conduce a esta otra. Puesto que Jesús dijo: "Bienaventurados los afligidos", ¿hay mérito en proporcionarse aflicciones agravando sus pruebas con sufrimientos voluntarios? A esto contestaré muy claro. Si hay un gran mérito cuando los sufrimientos y las privaciones tienen por objeto el bien del prójimo, porque es la caridad por el sacrificio; no, cuando no tienen otro objeto que uno mismo, porque eso es un egoísmo fanático. Aquí debe hacerse una gran distinción; en cuanto a vosotros, personalmente, contentáos con las pruebas que Dios os envía, y no aumentéis la carga, ya de por sí muy pesada a veces: aceptadlas sin murmurar y con fe; es todo lo que El os pide. No debilitéis vuestro cuerpo con privaciones inútiles y maceraciones sin objeto porque tenéis necesidad de todas vuestras fuerzas para cumplir vuestra misión de trabajo en la tierra. 
Torturar y martirizar voluntariamente vuestro cuerpo, es contravenir a la ley de Dios, que os da los medios de sostenerle y fortificarle; debilitarlo sin necesidad, es un verdadero suicidio. Usad, pero no abuséis, tal es la ley; el abuso de las mejores cosas, lleva consigo mismo el castigo en sus consecuencias inevitables. 
Otra cosa es con respecto a los sufrimientos que uno se impone para el alivio del prójimo. Si sufrís frío y hambre para calentar y alimentar al que tiene necesidad y por lo cual vuestro cuerpo padece, este es un sacrificio que Dios bendice. Vosotros, los que dejáis vuestros perfumados tocadores para ir a las infectadas bohardillas a llevar el consuelo; vosotros, los que ensuciáis vuestras delicadas manos curando llagas; vosotros, los que os priváis del sueño para velar a la cabecera del enfermo que es vuestro hermano en Dios; vosotros en fin, los que gastáis vuestra salud en la práctica de las buenas obras, ya tenéis vuestro silicio, verdadero silicio de bendición, porque los goces del mundo no han secado vuestro corazón, no os habéis dormido en el seno de las voluptuosidades enervadoras de la fortuna, sino que os habéis hecho los ángeles consoladores de los pobres desheredados. Mas vosotros, los que os retiráis del mundo para evitar sus seducciones y vivir en el aislamiento ¿para qué servís en la tierra? ¿En dónde está vuestro valor en las pruebas, puesto que huís de la lucha y evitáis el combate? Si queréis un silicio, aplicadlo a vuestra alma y no a vuestro cuerpo; mortificad vuestro espíritu y no vuestra carne; azotad vuestro orgullo, recibid las humillaciones sin quejaros, martirizad vuestro amor propio; sed fuertes contra el dolor de la injuria y de la calumnia, más punzante que el dolor corporal. Ese es el verdadero silicio cuyas heridas os serán tomadas en cuenta, porque atestiguarán vuestro valor y vuestra sumisión a la voluntad de Dios. (Un Angel Guardián. París, 1863). 

"¿Debe ponerse término a las pruebas del prójimo cuando se puede, o por respeto a la ley de Dios, se les ha de dejar seguir su curso?" 
Os hemos dicho y repetido muchas veces que estáis en esa tierra de expiación para acabar vuestras pruebas, y que todo lo que os sucede es consecuencia de vuestras existencias anteriores y el interés de la deuda que debéis pagar. Pero este pensamiento provoca en ciertas personas reflexiones que es necesario cortar, porque podrían tener funestas consecuencias. Algunas piensan que desde el momento en que se está en la tierra para expiar, es menester que las pruebas sigan su curso. 
Los hay también que llegan a creer que no solamente no debe hacerse nada para atenuarlas, sino que, por el contrario, es menester contribuir a hacerlas más provechosas recrudeciéndolas; esto es un gran error. Sí, vuestras pruebas deben seguir el curso que Dios les ha trazado; ¿pero conocéis acaso ese curso? ¿Sabéis hasta qué punto deben llegar; y si vuestro Padre misericordioso ha dicho al sufrimiento de tal o cual de vuestros hermanos "De aquí no pasarás?" ¿Sabéis si su Providencia os ha elegido, no como un instrumento de suplicio para agravar los sufrimientos del culpable, sino como el bálsamo de consuelo que debe cicatrizar las llagas que su justicia había abierto? No digáis, pues, cuando veáis herido uno de vuestros hermanos: es la justicia de Dios, y es preciso que siga su curso; sino decid lo contrario: veamos qué medios nuestro Padre misericordioso ha puesto a mi alcance para aliviar los sufrimientos de mi hermano: veamos si mis consuelos morales, mi apoyo material y mis consejos podrán ayudarle a sobrellevar esta prueba con más fuerzas, paciencia y resignación; veamos si quizá Dios ha puesto en mis manos los medios de hacer cesar ese sufrimiento, o si me ha sido también a mí como a prueba, y tal vez como expiación, cortar el mal y reemplazarlo por la tranquilidad. 
Ayudáos, pues, siempre, en vuestras pruebas respectivas, y no os miréis jamás como instrumentos de tormento; este pensamiento debe desagradar a todo hombre de corazón, mayormente a todo espiritista; porque el espiritista debe comprender mejor que los otros la extensión infinita de la bondad de Dios. El espiritista debe pensar que su vida entera ha de ser un acto de amor y de abnegación, y que cualquier cosa que haga para contrarrestar las decisiones del Señor, su justicia seguirá su curso. Puede, pues, sin miedo hacer todos los esfuerzos para endulzar la amargura de la expiación; pero sólo Dios es el que puede detenerla o prolongarla, según lo juzgue más conveniente. ¿No habría un orgullo muy grande en el hombre en creerse con derecho a exasperar la herida? ¿En aumentar la dosis de veneno en el pecho del que sufre, so pretexto de que tal es su expiación? ¡Oh! Contempláos siempre como un instrumento elegido para hacerla cesar. Resumamos: Todos vosotros estáis en la tierra para expiar, pero todos sin excepción debéis hacer todos vuestros esfuerzos para endulzar la expiación de vuestros hermanos, según la ley de amor y de caridad. (Bernardino, espíritu protector. Bordeaux, 1863). 

"Un hombre está en la agonía, presa de crueles tormentos; se sabe que no hay esperanza de salvarle; ¿es permitido ahorrarle algunos instantes de agonía precipitando su fin?" ¿Quién puede daros el derecho de prejuzgar los destinos de Dios? ¿Acaso no puede conducir a un hombre al borde del sepulcro para sacarle de él, con el fin de hacerle volver en si y conducirle a otras meditaciones? En cualquier estado en que se encuentre un moribundo, nadie puede decir con certeza que haya llegado su última hora. ¿Acaso la ciencia no se ha engañado nunca en sus previsiones? Sé muy bien que hay casos que con razón pueden llamarse desesperados; pero si no queda esperanza de vida y salud, ¿no hay innumerables ejemplos de que en el momento del último suspiro, el enfermo se reanima y recobra sus facultades por algunos instantes? Pues bien. Esa hora de gracia que se le concede, puede tener para él la mayor importancia, porque ignoráis las reflexiones que ha podido hacer su espíritu, en las convulsiones de la agonía y los tormentos que puede ahorrarle un rayo de arrepentimiento. El materialista que sólo ve el cuerpo y nada le importa el alma, no puede comprender estas cosas; pero el espiritista que sabe lo que pasa más allá de la tumba conoce el precio del ultimo pensamiento. Mitigad los últimos sufrimientos tanto como podáis, pero guardáos de abreviar la vida, aun cuando no sea sino por un minuto, porque este minuto puede evitar muchas lágrimas en el porvenir. (San Luis. París, 1860). 

"El que está hastiado de la vida, pero que no quiere quitársela, ¿es culpable si busca la muerte en un campo de batalla, con la idea de hacer útil su muerte?" Que el hombre se dé la muerte o que se la haga dar, el objeto es siempre abreviar su vida y por consiguiente, hay suicidio de intención, si no de hecho. El pensamiento de que su muerte servirá para algo, es ilusorio; no es más que un pretexto para dar un colorido a su acción y excusarla a sus propios ojos. Si tuviera formalmente el deseo de servir a su país, procuraría vivir defendiéndole y no muriendo, porque una vez muerto, de nada le sirve. La verdadera abnegación consiste en no temer a la muerte cuando se trata de ser útil, en desafiar el peligro, en hacer anticipadamente y sin pensar, el sacrificio de la vida pero la "intención premeditada" de buscar la muerte exponiéndose al peligro, aun cuando sea para hacer un servicio, anula el mérito de la acción. (San Luis. París, 1860). 

"Un hombre se expone a un peligro inminente para salvar la vida a uno de sus semejantes, sabiendo de antemano que él mismo sucumbirá, ¿puede mirarse esto como un suicidio?" 
Desde el momento que no existe la intención de buscar la muerte, no hay suicidio, sino sacrificio y abnegación, aun cuando se tenga certeza de perecer. ¿Pero quién puede tener esta certeza? ¿Quién ha dicho que la Providencia no tenga un medio inesperado de salvación en el momento más crítico? ¿Acaso no puede salvar al mismo que esté a la boca de un cañón? Muchas veces se puede querer llevar la prueba de la resignación hasta su último límite; entonces una circunstancia inesperada desvía el golpe fatal. (San Luis. París, 1860). 

"Aquellos que aceptan sus sufrimientos con resignación, por sumisión a la voluntad de Dios y con la mira de alcanzar la felicidad futura, ¿no trabajan sólo para ellos mismos y pueden hacer que sus sufrimientos sean provechosos a otros?" 
Estos sufrimientos pueden ser provechosos a otro, material y moralmente. Materialmente, si por el trabajo, las privaciones y los sacrificios que ellos se imponen, han contribuído al bienestar material de su prójimo; moralmente, por el ejemplo que dan de sumisión a la voluntad de Dios. Este ejemplo del poder de la fe espiritista puede excitar a los desgraciados a la resignación, salvarles de la desesperación y de sus funestas consecuencias para el porvenir. (San Luis. París, 1860). 

Extraído de: "El Evangelio según el Espiritismo" - Allan Kardec

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viernes, 16 de diciembre de 2016

PREPARÉMONOS PARA LA NAVIDAD


¿QUÉ  ES LA FE?

Un gurú y un discípulo oriental Vivian en una región montañosa del Himalaya, en el siglo XIX. Era un día muy lluvioso, y oscuras y vastas nubes cubrían todo el cielo. Ellos  estaban haciendo sus meditaciones matinales, cuando el discípulo giró para su maestro y dice:

- Guruji, estaba conversando con algunos cristianos que llegaron  a la India, y algunos  de ellos me hablaron sobre la importancia de la fe. ¿Qué es para el señor  la fe?
El gurú miro al discípulo, después observa a su alrededor y ve las nubes de lluvia muy cargadas. Entonces dijo:
-Observe en este momento las nubes de lluvia en el cielo. ¿Qué existe tras  las nubes?
-El cielo y el sol, dice el discípulo.
-Eso mismo. ¿En su opinión, el hecho de las nubes cubrir el sol y bloquear nuestra visión del cielo no significa que el sol y el cielo dejaron de existir?
- Es cierto que no Guruji, respondió el discípulo.
-Pues bien,  la fe es escomo el sol que brilla interrumpidamente en el cielo. Aun mismo que las nubes  impidan momentáneamente la visión de su brillo, no por eso  el deja de existir y de irradiar su luminosidad. Más el sol  está por encima de todo eso, y no se deja influenciar por cualquier  condición temporal y climática. El hecho de no verlo por las nubes no le impide lanzar su fulgor continuamente en nuestro mundo.
El discípulo oía atentamente a su gurú e intentaba asimilar bien este punto.
El maestro continuó:
-Ahora yo te pregunto: ¿Cómo sabemos que el sol está tras las nubes?
-Por que ya lo vimos antes, respondió el discípulo. Ya los sentimos en nuestra piel y fuimos calentados con el calor que el genera. Cuando las nubes estaban disipadas y no se interponían entre nosotros y el sol pudimos contemplarlo en el cielo en toda su plenitud.
-Si, dijo el maestro. Lo mismo ocurre con la fe. En un pasado lejano, antes de nuestro nacimiento, cuando nuestra conciencia se encontraba más allá de la transitoriedad y limitaciones del mundo material, nos estábamos por encima de las “nubes” oscuras de la conciencia humanizada, y por ese motivo, estábamos  mucho más próximos al “sol divino”. La fe nada más es el recuerdo de los días soleados del espíritu y también la certeza íntima de que,   aun mismo oculto bajo densas  y cargadas nubes  de imperfecciones, de apegos,  de conflictos y de ceguera espiritual, el sol resplandece perennemente en el cielo. No importa  cuán negras, cargadas y hostiles estén las nubes de la peor tempestad, la fe,   así como el sol, nunca se apaga, pues ella se encuentra más allá  de las contingencias de ese mundo pasajero.
Traducido por: M. C. R

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XXII CONGRESO NACIONAL ESPÍRITA  
                       EN ESPAÑA

Calpe, 04 de DICIEMBRE de 2016. 

El día 4 de diciembre, en Calpe, España, a las 10:00, dio comienzo la ceremonia de apertura del XXIII CONGRESO NACIONAL ESPÍRITA, cuyo tema central es LOS MENSAJEROS ESPIRITUALES. El Presidente de la Federación Espírita Española, Esteban Zaragoza, dio la bienvenida a los participantes. Seguidamente, el ilustre médium espírita y orador, Divaldo Pereira Franco, pronunció la conferencia inaugural, en la cual aludió a las cinco características de los seres humanos, que son: la personalidad, la identificación, el conocimiento, el despertar de la conciencia y la individualidad. 

Divaldo hizo mención a que todos somos inmortales y que sólo Dios es eterno. Citó, también, la cuestión 625 de El Libro de los Espíritus, donde Allan Kardec pregunta cuál es el ejemplo más perfecto que Dios ha ofrecido al hombre para que le sirva de guía y modelo, cuya respuesta es: Ved a Jesús. Destacó la presencia del Maestro Jesús en la vida de Pablo de Tarso, en Damasco, cuando pasó de ser perseguidor de los cristianos, a servidor fiel del Cristo. 

Durante la narración de una experiencia personal, aludió a sus primeros contactos con Joanna de Ângelis, en México y, seguidamente, destacó la presentación de Emmanuel a Chico Xavier, cuando le propuso la tarea que había planificado la Espiritualidad Superior. 

Concluyó recordando que al espírita le compete la labor inherente a la renovación social, por medio de la transformación moral, para proponer nuevos conceptos de vida y de felicidad, basados en la fidelidad doctrinaria y en el sentimiento de gratitud. Para finalizar, recitó el bello poema de Amélia Rodrigues Mi Dios y mi Señor, con lo que emocionó al atento público. 

Texto: Mercedes Lezcano y Jazmín Lezcano 
Fotos: Milciades Lezcano 
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INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS
                  MODO DE ORAR
El primer deber de toda criatura humana, el, primer acto que debe señalar...
para ella la vuelta a la vida activa de cada día, es la oración. Casi todos vosotros rezáis,
pero ¡cuán pocos saben orar! ¡Qué importan al Señor las frases que juntáis
maquinalmente, porque tenéis esta costumbre, que es un deber que llenáis y que, como
todo deber, os molesta!
La oración del cristiano, del espiritista, de cualquier culto que sea, debe ser hecha desde que el espíritu ha vuelto a tomar el yugo de la carne; debe elevarse a los pies de la majestad divina, con humildad, con profundidad, alentada por el reconocimiento de todos los bienes recibidos hasta el día, y por la noche que se ha pasado, durante la cual os ha sido permitido, aunque sin saberlo vosotros, volver al lado de vuestros amigos, de vuestros
guías, para que con su contacto os den más fuerza y perseverancia. Debe elevarse
humilde a los pies del Señor, para recomendarle vuestra debilidad, pedirle su apoyo, su
indulgencia y su misericordia. Debe ser profunda, porque vuestra alma es la que debe
elevarse hacia el Criador, la que debe transfigurarse como Jesús en el monte Tabor, y
volverse blanca y radiante de esperanza y de amor.
Vuestra oración debe encerrar la súplica de las gracias que os sean necesarias,pero de una necesidad real. Es, pues, inútil pedir al Señor que abrevie vuestras pruebas y que os dé los goces y las riquezas; pedirle que os conceda los bienes más preciosos de la paciencia, de la resignación y de la fe. No digais lo que muchos de entre vosotros: "No
vale la pena de orar, porque Dios no me escucha". La mayor parte del tiempo ¿qué es lo
que pedís a Dios? ¿Habéis pensado muchas veces en pedirle vuestro mejoramiento
moral? ¡Oh! no, muy pocas; más bien pensais en pedirle el buen éxito de vuestras
empresas terrestres, y habéis exclamado: "Dios no se ocupa de nosotros; si se ocupara
no habría tantas injusticias". ¡Insensatos! ¡Ingratos! Si descendiéseis al fondo de vuestra
conciencia, casi siempre encontraríais en vosotros mismos el origen de los males de que
os quejais; pedid, pues, ante todo, vuestro mejoramiento y veréis qué torrente de gracias
y consuelos se esparcirá entre vosotros. (Capítulo V, número 4).
Debéis rogar sin cesar, sin que por esto os retiréis a vuestro oratorio o que os pongáis de rodillas en las plazas públicas. La oración del día es el cumplimiento de vuestros deberes sin excepción, cualquiera que sea su naturaleza. ¿No es un acto de amor hacia el Señor el que asistáis a vuestros hermanos en cualquier necesidad moral o física? ¿No es hacer un acto de reconocimiento elevar vuestra alma hacía El cuando sois felices, cuando se evita un percance,cuando una contrariedad pasa rozando con vosotros, si decís con el pensamiento:
"¡Bendito seáis, Padre mío!". ¿No es un acto de contrición el humillaros ante el Juez
Supremo cuando sentís que habéis fallado, aunque sólo sea de pensamiento, al decirle:
"¡Perdonadme, Dios mío, porque he pecado (por orgullo, por egoísmo o por falta de
caridad); dadme fuerza para que no falte más y el valor necesario para reparar la falta!".
Esto es independiente de las oraciones regulares de la mañana y de la noche, y de
los días que a ella consagréis; pero, como veis, la oración puede hacerse siempre sin
interrumpir en lo más mínimo vuestros trabajos; decid, por el contrario, que los santifica.
Y creed bien que uno solo de estos pensamientos, saliendo del corazón, es más
escuchado de vuestro padre celestial que largas oraciones dichas por costumbre, a
menudo sin causa determinada, y "a las cuales conduce maquinalmente la hora  convenida". (V. Monod. Burdeos, 1868).
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC
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               Resurrección de la carne 

1. El dogma de la resurrección de la carne ¿consagra al de la reencarnación que los Espíritus enseñan? 
- ¿Cómo queréis que sea de otro modo? Sucede con estas palabras, como con tantas otras, que sólo parecen desprovistas de razón, a los ojos de ciertas personas, porque se las toma al pie de la letra, de ahí que conduzcan a la incredulidad. Pero dadles una interpretación lógica, y aquellos a quienes denomináis librepensadores las admitirán sin dificultad, precisamente porque entonces reflexionan. Pues no os engañéis: esos librepensadores sólo anhelan poder creer. Como los otros –y quizá más aún-, sienten sed de porvenir, pero no pueden admitir aquello que sea conceptuado falso por la ciencia. La doctrina de la pluralidad de vidas es conforme a la justicia de Dios. Sólo ella está en condiciones de explicar lo que, de no ser así, permanecería sin explicación. ¿Cómo querríais que su principio no residiera en la religión misma? 

1010 a. De manera que la Iglesia, con el dogma de la resurrección de la carne ¿enseña también la doctrina de la reencarnación? 
- Salta a la vista. Esa doctrina es, por lo demás, el resultado de muchas cosas que han pasado inadvertidas y que no se tardará en comprender en tal sentido. Muy pronto se reconocerá que el Espiritismo surge a cada paso en el texto de la Sagrada Escritura. De manera que los Espíritus no vienen a derribar la religión, como algunos pretenden. Antes al contrario, acuden a confirmarla, a sancionarla por medio de pruebas irrefutables. Pero, como han llegado los tiempos en que no se ha de utilizar más el lenguaje figurado, aquéllos se expresan sin alegorías y dan a las cosas un sentido claro y preciso que no pueda estar sujeto a ninguna falsa interpretación. Ved aquí por qué, dentro de poco, tendréis más personas sinceramente religiosas y creyentes que las que existen en la hora actual. 

SAN LUIS 
Estas respuestas de San Luis confirman la naturaleza religiosa del Espiritismo, que hace resaltar Kardec en el parágrafo VIII de la “Conclusión”, donde la Doctrina es presentada como un desarrollo histórico del Cristianismo. Algunos se extrañan de que el Espíritu emplee el título de “santo”, pero es palmario que lo utiliza como un medio de identificación. Por otra parte, y conforme enseña Kardec, los títulos terrenales no representan nada para los Espíritus superiores, quienes pueden hacer uso de ellos cuando se torne necesario, como en este caso. [N. de J. H. Pires.]
          
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        PREPARÉMONOS PARA LA NAVIDAD
Abramos nuestra alma para la recepción de la paz de Cristo, para que ella permanezca con nosotros, amparándonos en el dolor durante los grandes momentos de reciclaje y evolución por los que pasa el Planeta. 
Diariamente, alimentémonos de las ideas de paz, observemos, vigilemos la expansión de nuestros sentimientos y pensamientos, principalmente, los de animosidad, de rechazo, de odio. aversión, malquerencia, rabia, rencor, resentimiento, prevención, encarnizamiento, hostilidad, enemistad, antipatía, repulsión. 
Cumplid con vuestro deber. Educaros - porque la educación es el principio del amor
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miércoles, 14 de diciembre de 2016

UNA NAVIDAD DE VERDAD

DIALOGO CON EL CREADOR
Mercedes Cruz Reyes
La oración es una conversación que entablamos con Dios, Nuestro Padre; con Jesús, Nuestro Maestro y Señor y con nuestros amigos espirituales. Es un dialogo silencioso, humilde, contrito, revestido de unción y fervor, en que el hijo, pequeño e imperfecto, habla con el Padre, Poderoso y Bueno. Perfección de las Perfecciones.
La oración del cristiano, del espirita, de cualquier culto debe elevarse humilde al Señor, para recomendar su debilidad, pedirle apoyo, indulgencia y misericordia. Debe ser profunda, porque es el alma la que debe elevarse hacia el Creador, la que debe transfigurarse como Jesús en el monte Tabor, y volverse blanca y radiante de esperanzas y de amor.
Cuando el espírita ora, sabe, por anticipado, que su oración no hace modificaciones en la ley, que es inmutable, lo que si consigue es que se altere su mundo intimo, el cual se fortifica, valerosamente, de manera que afronta con gallardía las pruebas; y estas se atenúan al influjo de la comunión Espiritual Superior.
La oración debe encerrar la súplica de las gracias que sean necesarias, de una realidad evidente. Es inútil pedir al Señor que abrevie nuestras pruebas, que nos facilite los goces y las riquezas; los bienes más preciosos que el hombre puede pedir son la paciencia, la resignación y la fe.
La oración, es ante todo, una actitud mental de la criatura con su Creador. La oración se divide en tres etapas, en las cuales el ser dilata sus percepciones  y amplia su capacidad de entendimiento en relación a sí mismo y a Dios.
Saber pedir es un arte, la petición no debe  constituir nunca una imposición apasionada o un capricho que no merece consideración. El hombre aun no está capacitado para saber lo que le conviene para su crecimiento espiritual, su felicidad real, el hombre solicita lo que le parece más importante. No obstante, solo el Padre  sabe lo que es más valioso para el hijo que está adquiriendo experiencias.

Innumerables beneficiarios del Evangelio imploran eso o aquello, con alusión a la marcha de los negocios que le interesan en la vida física. En suma buscan la fuga. Anhelan solamente la distancia de la dificultad del trabajo, de la lucha digna.
Jesús soporta, paciente todas las filas de candidatos de su servicio, de su iluminación, extendiéndole manos benignas, tolerándole las quejas inmerecidas y las lágrimas  inoportunas. Sin embargo, cuando acepta a alguien en el discipulado definitivo,  algo acontece en lo íntimo del alma contemplada por el Señor.
Cesan las rogativas ruidosas.
Se calman los deseos tumultuosos, se convierte la oración en trabajo edificante.
El discípulo nada reclama. Y el Maestro respondiéndole a las oraciones, le modifica la voluntad, todos los días, alejándole  del pensamiento los objetivos inferiores…
El corazón que se une a Jesús es un siervo alegre y silencioso.
La oración, cualquiera que ella sea, es acción provocando la reacción que le corresponde. Conforme sea su naturaleza, parará en la región que fue emitida o se elevará, más o menos, recibiendo la respuesta inmediata o remota, según las finalidades a que se destina. Deseos banales encuentran realización en la propia esfera que surge. Impulsos de expresión algo más noble son amparados por las almas que se ennoblecieron. Ideales y peticiones  de significación profunda en la inmortalidad remontan a las alturas.
Oremos amigos míos, no perdamos nunca la esperanza en que todo pasará, que la vida es un corto viaje, y que debemos hacerlo con los valores materiales  y sobre todo con los espirituales, los materiales ayudan al cuerpo, los espirituales fortalecen nuestra alma, quizás muy agotada, solo quedara aquello que es realmente valioso y una oración es algo que vibra en el mundo que no vemos, y que se queda como una construcción de las que nunca desaparecen, porque es nuestra conversación particular establecida con Dios, Ser Supremo del Universo, que guarda celoso las cartas de sus hijos, escritas con el corazón y elevadas con el sentimiento, son   muestras palpables de que lo reconocieron y buscan afanados su ayuda, ellas un día al leerlas al otro lado, veremos sus efectos y nos llenaran de alegría, porque nos recordarán los atavismos que pasamos y de los cuales salimos airosos gracias a ese alimento espiritual que nos sirvió de ayuda. Alabando así a Nuestro Padre, reconociendo su auxilio, y emocionados cantaremos hosannas de alegría.

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Stanislav  Grof
Estados alterados o no ordinarios de la conciencia 

Stanislav Grof nació en 1931 en Praga, Checoslovaquia. Al completar sus estudios secundarios, se interesa por el Psicoanálisis de Sigmund Freud y decide cursar la carrera de Medicina que, en ese entonces, era requisito obligatorio para convertirse en psicoanalista. Recién licenciado en Psiquiatría, se prestó como voluntario para un experimento con una sustancia psicoactiva4 descubierta por el químico suizo Albert Hofmann en los laboratorios Sandoz de Basilea, llamada LSD y que suministraban a los hospitales psiquiátricos para estudiar sus efectos en enfermos con desordenes psíquicos5. Tras su primera experiencia con LSD que duró varias horas, Grof entendió que los efectos de esa sustancia le permitían acceder a episodios traumáticos que habían quedado ocultos en el inconsciente y al revivirlos, podía integrar esa experiencia desde la conciencia y, de éste modo, liberarla. Para Grof fue una “experiencia cósmica” (según sus propias palabras), que le despertó el interés por los estados alterados o no ordinarios de conciencia6. En la medida que investiga, Grof advierte que los psicodélicos hacen emerger información que permanece en niveles profundos de la psique humana que está íntimamente relacionada con profundos traumas de la infancia del paciente y que posteriormente, le marcaron en su desarrollo emocional. Stanislav Grof Sus experiencias y estudios le llevan a afirmar que, estos estados alterados de conciencia eran producidos por tres únicas causas: • Inducidos por administración de sustancias que alteran la conciencia, tales como LSD, mezcalina y otras drogas. • Respiración holotrópica (que Grof desarrolló con los años) provocando un cambio de ritmo más rápido, acompañado de música y movimientos corporales que facilitan la inhibición del consciente, liberando la información del inconsciente. • De forma espontánea, en medio de la vida cotidiana y sin conocimiento de causa. 
    En el Libro de los Espíritus, Capítulo XX, ítem 226-1, los Espíritus nos dicen: “La mediumnidad, propiamente dicha, depende del organismo. Es independiente de lo moral”. El Espiritismo nos demuestra que cualquier agente externo que induzca a un estado alterado de conciencia (mediumnidad) -y no a un estado de conciencia alterada (enfermedad)- , produce la conciencia de la comunicabilidad con el mundo espiritual a tenor con las ondas vibratorias en las que nos movamos, permitiendo así a acceder a esa información espiritual desde la propia vivencia. Esa comunicabilidad tiene una causa orgánica: “El cerebro es una central de fuerza que, solamente poco a poco es descubierto y yace ignorado en su casi totalidad, especialmente en lo que se refiere a los fenómenos psicológicos, parapsíquicos y mediúmnicos. Solamente la epífisis o pineal, situada en el cerebro, por encima y atrás de las capas ópticas, constituye, por sí misma, un incomparable santuario, que vela las funciones sexuales durante la infancia y en la pubertad, experimenta significativas alteraciones en la forma y en la función; se torna, a partir de ahí, un cofre de luz, un loto de mil pétalos que se abren como antenas ultrasensibles, en dirección de las Esferas espirituales de donde procede la vida, desempeñando un papel fundamental en las experiencias espirituales del ser humano.” Joanna De Angelis. En: Despertar del Espíritu. Durante sus primeros años de investigación clínica, experimentó y observó cosas que no eran consideradas posibles desde la visión científica pero aun así, se repetían constantemente, lo que le llevaron a ampliar sus fuentes de estudio, participando de forma activa en diversas disciplinas relacionadas con los estados alterados de conciencia: ceremonias sagradas de distintas culturas como la de los indios norteamericanos, mejicanos y sudamericanos; contacto con numerosos antropólogos para analizar diferentes costumbres y ritos de pueblos indígenas; estudio el budismo; meditación Zen, Siddha Yoga, Tantra, así como mantuvo contacto con la orden cristiana de los benedictinos. También ha estudiado la Ciencia de la Tanatología basada en las experiencias en torno a la muerte y sus aspectos psicológicos y espirituales. Conoce la parapsicología y participa como colaborador en estudios para el desarrollo y la práctica de diferentes modalidades de terapias que induzcan a estados alterados de conciencia, reconociendo que éstos, tienes una gran capacidad sanadora. “El binomio salud-dolencia, naturalmente se deriva de las acciones anteriores practicadas por el Espíritu, que siempre es heredero de sí mismo en el proceso de adquisición de nuevas experiencias transpersonales y libertadoras.” Joanna de Angelis. En: El despertar del espíritu. Capítulo: Dolencias psicosomáticas. El dicho “la cara es el espejo del alma” nos lleva a mirar los rostros de personas que han iluminado su rostro y su mirada con su labor de abnegación y bondad hacia el otro. El Amor sana y nos hace bellos. Ejemplos tenemos como Fco Candido Xavier, Teresa de Calcuta, Andrew Jackson Davis, Becerra de Menezes, Martin Luter King, Gandhi, y tantos otros. Tras más de 40 años estudiando la conciencia humana, Grof añade dos niveles a la cartografía de la psique humana (se reconoce en psicología y psiquiatría convencional, sólo el nivel biográfico): • Nivel perinatal, relacionado con el trauma del nacimiento y las experiencias espirituales en el vientre materno.
- Teresa Vazquez- Centro Espírita Amalia D.Soler-Barcelona-

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                     LA MISIÓN DE LOS ESPÍRITAS
¿ No escuchais ya el ruido de la tempestad que ha de arrebatar al viejo mundo y arrojar al abismo de la nada el conjunto de las iniquidades terrenas?. ¡ Ah ! bendecid al Señor, vosotros que habéis puesto vuestra fe en su soberana justicia y que, nuevos apóstoles de la creencia revelada por las proféticas voces superiores, id a pregonar el nuevo dogma de la reencarnación y de la elevación de los Espíritus, según hayan cumplido bien o mal, sus misiones y soportado sus pruebas terrestres.
¡ Pero no asustaros más !. Las lenguas de fuego están sobre vuestras cabezas. ¡ Los verdaderos adeptos del Espiritismo !..¡ sois los elegidos de Dios ! . Id y pregonad la palabra divina. Es llegada la hora en que debéis sacrificar vuestros hábitos, vuestros trabajos y vuestras ocupaciones fútiles  a su propagación. Id  y pregonad. Con vosotros están los Espíritus elevados. Ciertamente hablareis a criaturas que no querrán escuchar la voz de Dios, porque esa voz las exhorta incesantemente a la abnegación. Predicaréis el desinterés a los avaros, la abstinencia a los disolutos, la mansedumbre a los tiranos domésticos, como a los déspotas!. Palabras perdidas, yo lo se; pero no importa. Se hace necesario que reguéis con vuestros sudores el terreno en donde tenéis que sembrar, por cuanto que él no fructificará y no producirá
sino bajo los reiterados golpes de la azada y del arado evangélicos. ¡ Id y predicad !.
¡ Oh, todos vosotros, hombres de buena fe, conscientes de vuestra inferioridad de cara a los mundos diseminados por el infinito !... lanzaros en cruzada contra la injusticia y la iniquidad. Id y proscribir ese culto del becerro de oro, que cada día más se arrellana. ¡ Id, Dios os guía !. Hombres simples e ignorantes, vuestras lenguas se soltarán y hablareis como ningún orador habla. Id y pregonad, que las poblaciones atentas recogerán dichosas vuestras de consuelo, de fraternidad, de esperanza y de paz.

¡ Qué importan las emboscadas que os hagan por el camino!. Solamente los lobos caen en trampas para lobos, por cuanto el pastor sabrá defender a sus ovejas de los incendios inmoladores.

Id, hombres, que, grandes ante Dios, más dichosos de lo que fue Tomás, creeis sin hacer la condición de ver y aceptáis los hechos de la mediumnidad, aun cuando no hayáis conseguido obtenerlos por vosotros mismos; id, el Espíritu de Dios os conduce.

¡ Marcha pues, adelante, falange imponente por tu fe!. Delante de ti los grandes batallones de ls incrédulos se disiparán, como la bruma de la mañana a los primeros rayos del Sol naciente.

La fe es la virtud que traslada montañas, dice Jesús. Todavía más pesados que las mayores montañas, yacen depositados en los corazones de los hombres la impureza y todos los vicios que derivan de la impureza. Partid entonces, llenos de coraje, para removerles esa montaña de iniquidades que las futuras generaciones solo deberán conocer como leyenda, del mismo modo que vosotros, que solo muy imperfectamente conocéis los tiempos que antecedieron a la civilización pagana.

Si, en todos los puntos del Globo van a producirse las subversiones morales y filosóficas; se aproxima la hora en que la luz divina se repartirá entre los dos mundos.

Id, pues, y llevad la palabra divina: a los grandes que os despreciarán, a los eruditos que os exigirán pruebas, a ls pequeños y sencillos que la aceptarán; porque pricipalmente entre los mártires del trabajo, de esta prueba terrena, encontraréis fervor y fe. Id; estos recibirán con himnos de gratitud y alabanzas a Dios, la santa consolación que les llevaréis, y bajarán la frente, rindiéndole gracias por las aflicciones que la Tierra les destina.

¡ Ármese vuestra falange de decisión y coraje¡. ¡ Manos a la obra ! el arado está a punto; la tierra espera; ¡arad ! 

Id y agradeced a Dios la gloriosa tarea que Él os confió; ¡ pero atención!, entre los llamados para el Espiritismo, muchos se  perderán; reparad pues, vuestro camino y seguid a la verdad.

Pregunta.- Si, entre los llamados para el Espiritismo, muchos se extraviaran, ¿cuales son las señales por las que reconoceremos a los que se hallan en el buen camino?

Respuesta- Los reconoceréis por los principios de la verdadera caridad que ellos enseñarán y practicarán. Los reconoceréis por el numero de los afligidos a los que lleven consuelo; los reconoceréis finalmente, por el triunfo de sus principios, porque Dios quiere el triunfo de Su ley; los que siguen Su ley, esos son los escogidos y Él les dará la victoria; pero Él destruirá a aquellos que falsean el espíritu de esa ley y la degradan para contentar su vanidad y su ambición. Erasto, ángel de la guarda del médium (París 1863)

KARDEC, Allan. El Evangelio según el Espiritismo. FEB. Capítulo 20. Item 4


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                Una Navidad de Verdad. 



   La presencia del rico automóvil delante de la residencia humilde, acontecimiento inusitado en aquella villa paupérrima y distante, despertó una intensa curiosidad. Los rostros surgían en las ventanas. Mucha gente miraba de lejos… 
Descendieron Gumersindo y María del Carmen, pareja de mediana edad, muy ricos. Una escuálida mujer los atendió, rodeada de tres niños tímidos pegados a su delantal. En los brazos maternos lloraba un bebé, lamento irritado de hambre… Luego apareció el marido, figura lastimosa, barba de días, mirada asustada. El visitante rompió el hielo: 

– Estamos aquí en una tarea de amistad. Hemos recibido incontables bendiciones de Dios, los negocios prósperos, hijos saludables, una casa amplia y confortable, mucha abundancia. No obstante, mi esposa y yo no nos sentimos plenamente felices… Lo que nos sobra falta en muchos hogares. Las monedas de oro traen facilidades, pero pesan en nuestro corazón. Decidimos, por eso, ir al encuentro de nuestros hermanos… 

– Pues sí. –completa María del Carmen. – Nos gustaría saber cómo viven, sus dificultades y problemas. Como podemos ayudarlos. Iniciaremos nuestro entendimiento en esta Navidad, ofreciéndoles juguetes, ropas y alimentos, en nombre de Jesús… 

– Tengo la certeza de que fue Él quien les inspiró. –Interrumpe, emocionado, el dueño de la casa.– Nuestra situación es desesperada. Estoy desempleado hace seis meses… Ya no tenemos recursos ni para los alimentos. La luz fue cortada por falta de pago… mi esposa está enferma. Los niños me preguntan, indagando porqué Papá Noel no visita a la gente pobre. Yo decidí que la situación iba a cambiar, para bien o para mal. Planeaba asaltar una lujosa mansión. Enfrentaría a la policía, mataría si fuese preciso, pero no regresaría a casa con las manos vacías… A pesar de eso, no soy un criminal. Tengo toda una existencia de trabajos honrados, cultivando respeto a las leyes… Los señores me salvaron de una pesadilla… 

Sofocado por la emoción, derramando lágrimas el trabajador se arrodilló y besó las manos de sus benefactores, sin que estos pudiesen evitar el gesto extremado de humildad y reconocimiento. Después de algunos minutos de entendimiento fraterno, Gumersindo y María del Carmen entregaron los regalos y partieron, con la seguridad de que aquella familia tendría una Navidad feliz. Felicidad mayor había en sus corazones. Habían descubierto la insuperable alegría de ayudar… 
La violencia y el crimen son desvíos lamentables que se ofrecen a aquellos que transitan por los caminos de la miseria y del infortunio. La propia sociedad contribuye para tan desastrosas opciones al ignorar la existencia de esos infelices. Cuando nos disponemos a superar las barreras de la indiferencia, del comodísimo y del apego a los bienes transitorios, ofreciendo amparo y orientación a los hermanos en dificultad, el mensaje de la Navidad comenzará a ser observadas, favoreciendo la erradicación del Mal. 

CRUZANDO LA CALLE 
Richard Simonetti

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¿Cómo es ese mundo espiritual, dónde se sitúan exactamente esos niveles vibratorios energéticos y qué significa astral inferior y superior?

Describir el mundo espiritual en todo su detalle a alguien encarnado que no puede en ese estado apreciarlo en toda su extensión es algo muy difícil. Es como intentar explicar lo que es el color a un ciego de nacimiento.
Pero intentaré aclarar algunas cosas al respecto, sobre todo de aquellas partes del mundo espiritual de las que las ideas o creencias religiosas han dado una visión equivocada o deformada respecto de la realidad.
Lo primero, he de decirte que el mundo espiritual no es un lugar difuso o vacío donde no existen formas y donde los espíritus vagan ociosos sin saber adónde ir. Es un mundo real, palpable, que ha existido y existirá siempre, y que es el auténtico hogar del espíritu, ya que, a diferencia de los mundos físicos, que tienen un principio y un final, nunca puede ser
destruido. 
-Si es tan real ¿por qué no podemos verlo?

El hecho de que no sea visible para vosotros no significa que no exista.
Cuando estáis encarnados, vuestras percepciones están limitadas a lo que son capaces de captar vuestros sentidos físicos. el mundo espiritual se mueve en un rango de frecuencias que vuestros sentidos no pueden captar, y que dentro de ese rango existen frecuencias de mayor y de menor vibración.
 
-¿Existe el Demonio o el Diablo?

No existe ninguna entidad dedicada al mal para siempre, y menos con los poderes de destrucción tan omnipotentes que se le atribuyen a ese supuesto Diablo. Las entidades que habitan el astral inferior son espíritus poco avanzados en el sentimiento. 
Y, como ya he dicho, esto puede suceder porque se trate todavía de espíritus jóvenes o, porque siendo espíritus ya más o menos viejos, han avanzado poco en el desarrollo de los sentimientos. Aunque haya espíritus en el astral inferior que puedan ser muy inteligentes, y hayan utilizado esta inteligencia para perjudicar a otros espíritus, si todavía no han desarrollado sus sentimientos, no son sabios, porque la sabiduría procede del conocimiento del sentimiento, y son desgraciados, porque viven en el egoísmo y desconocen la felicidad.
La envidia de no poseer la sabiduría y la felicidad que intuyen que han alcanzado los espíritus que han vencido el egoísmo y conocen el amor les empuja a obstaculizar con todas sus fuerzas el avance espiritual de sus hermanos encarnados, para que tampoco ellos lleguen a disfrutar la felicidad que emana del amor. Como dice el refrán: “Mal de muchos, consuelo de tontos”. 

Por ello, se organizan entre ellos con el objetivo de obstaculizar el progreso de los desencarnados y captar adeptos para sus filas. Pero su capacidad de acción sobre los
encarnados es bastante limitada, a no ser que los encarnados, por sus propios actos, se dejen influir por ellos. También su expansión está limitada a las franjas vibratorias más bajas, ya que para alcanzar franjas más altas deberían amar, y puesto que se niegan a hacerlo, se auto recluyen en ese nivel. Luego tienen el problema de estar en constantes

luchas entre facciones rivales, porque a consecuencia del egoísmo “todos quieren ser el jefe”. Pero tarde o temprano estos espíritus se cansan de ser “malos”, porque son tremendamente infelices y buscan salir de esta situación. Entonces son rescatados por los espíritus de franjas más elevadas.
V.G.


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