domingo, 11 de diciembre de 2016

Las fuerzas desconocidas de la TELURIA

EL GRAN ENIGMA, DIOS y el Universo

2. Sobre las fuerzas desconocidas 

He aquí lo que dice, sobre este importante punto, Gustave Le Bon: 
"Remontándonos hasta las causas de la emisión de los fluidos que se pueden desprender de todos los cuerpos con rapidez vertiginosa, 
constataríamos la existencia de una energía intra-atómica, desconocida 
hasta ahora y que, sin embargo, aventaja a todas las fuerzas conocidas por 
su colosal grandeza. No sabemos aún extraerla sino en cantidad bastante 
pequeña, pero del cálculo de esta cantidad se puede deducir que, si fuera 
posible el desprender enteramente toda la energía contenida en un gramo de 
una materia cualquiera, ella podría producir un trabajo igual al obtenido por 
la combustión de varios millones de toneladas de carbón. La materia se nos 
presenta como un enorme depósito de energía. La constatación de la 
existencia de esta nueva fuerza ignorada durante tanto tiempo, a pesar de su 
formidable grandeza, nos revelará inmediatamente la aún tan misteriosa 
fuente de la energía manifestada por los cuerpos durante su radiactividad". 

LEÓN DENIS. 

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 MIS FELICITACIONES Y MEJORES DESEOS PARA TODOS LOS SEGUIDORES,AMIGOS DE ESTE BLOG.- : 

 Cuando ya son breves jornadas las que nos faltan para volver de nuevo a conmemorar una vez más, la venida a este mundo del Ser más elevado que alguna vez ha pisado nuestro planeta, nuestro amado y admirado Jesús de Nazaret.
 Ciertamente, mucho antes que Él y también después, han venido Avatares y Enviados con el fin de orientar a la Humanidad de su época y de sus entornos. Todos ellos preparaban el terreno de madurez moral para ser después todos ellos refrendados por las enseñanzas morales del Divino Maestro Jesús, presentado en la Codificación Espírita como el Espíritu más perfecto  que encarnó alguna vez en la Tierra como modelo a seguir y guía del ser humano, que sin esta guía, tal como podemos ver en la actualidad, los seres humanos están perdidos, sin orientación ni rumbo, ignorando de donde vienen o a donde van y sin saber ni tan siquiera que sentido tiene la vida.... el por qué y el para qué de tantas cosas....
   Todas las religiones que se han creado alrededor de las doctrinas y personalidades de los Enviados, han tenido sus aspectos positivos para los seres humanos que las siguieron, pero con las supersticiones y rituales con que rodearon sus preceptos morales, terminaron por emborronar finalmente el mensaje moral, sencillo y profundo, que era la esencia y la razón de ser de las mismas.
   No insinúo que nadie abandone su respectiva religión, pero que sí sea fiel al mensaje fundamental de la misma y de menos importancia a otros aspectos específicos, como son los rituales, dogmas, ceremonias, etc.
   Sin embargo, paralelamente a la religiosidad de cada uno, desde aquí invito a todos a abordar el conocimiento pausado y profundo de la Doctrina Espírita y de los hechos espíritas que han quedado mas o menos ocultados en la historia, pero que sucedieron y siguen en ciertos casos manifestándose cotidianamente, como es el caso del fenómeno mediúmnico y de otros temas sugerentes e importantes, como lo es por ejemplo, el de la Reencarnación del espíritu del ser humano.
   Estas son fechas en las que se renuevan los lazos de amor y confraternización con la familia, los cuales, deberemos extender en la mayor medida que podamos a las demás personas. Es una oportunidad de oro para poner en práctica el sentido de fraternidad, de amor y de caridad, que nos debe unir a todos los seres humanos.

   Con todo el afecto, el amor y el agradecimiento que me son posibles, sigo a disposición de mis queridos lectores a los que desde ya les aviso que si un día dejan de ver la continuidad de mis blogs espíritas, será, bien por estar fuera de servicio mi ordenador, que en cualquier caso siempre tendrá repuesto, o bien de mi persona, que me parece que no tiene ningún repuesto, por lo que se que un día, antes o después, me tocará regresar a la otra orilla del camino de la Vida y si no hay ningún voluntario que quiera tomar las riendas de estas divulgaciones espíritas, estas se habrán terminado junto conmigo. Pero no me preocupa en demasía, porque gracias a Dios ya las hay y las habrá  mucho mejores que las mías, y por ellas se seguirá divulgando todo lo que yo ahora no abarco a divulgar, por falta de mayores conocimientos tanto espíritas como tecnológicos e informáticos.


   Con mis mejores deseos de Paz, armonía y felicidad, os deseo una muy Feliz Navidad y un excelente año 2017, lleno de toda clase de bendiciones :  Jose Luis Martín 

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EL IMPULSO DIVINO Y EL UNIVERSO
“LAS FUERZAS DESCONOCIDAS DE LA TELURIA”
CHRISTOPHE CHEVALIER


La palabra “telurio” tiene dos definiciones diferentes, una en relación con los movimientos de la corteza terrestre y el otro con una energía particular detectable por la radiestesia. Desde el punto de vista científico, desde hace ya varios decenios, cuando hay temblores de tierra que surgen en numerosos puntos del planeta, se habla de “sacudidas telúricas” cuya causa es la doble actividad de la corteza terrestre en incesante movimiento y del núcleo terrestre en incandescencia. Para los geofísicos, la teluria se define según la naturaleza de los subsuelos de la Tierra, de su actividad, de sus efectos en los temblores de tierra y de la actividad de los volcanes.
En lo que concierne a la radiestesia, el mundo científico asimila esta facultad a una pseudo ciencia esotérica, cuyos métodos de investigación no tienen nada de científico. Y sin embargo, numerosas investigaciones en este campo fueron realizadas por hombres de ciencia, tales como Charles Richet, eminente fisiólogo francés y laureado con el premio Nobel de esta disciplina, que se expresó así: “debemos aceptar la radiestesia como un hecho. Es inútil hacer experimentos para probar su existencia. Existe. Lo que hace falta ahora, es desarrollar sus posibilidades”. Si los resultados obtenidos no tienen ningún valor científico, a la fuerza tenemos que certificar que los radiestesistas siempre han podido localizar fuentes o encontrar personas desaparecidas en colaboración con las instancias judiciales.
El radiestesista habla de lugares “Cosmo-telúricos”. Entiende por este vocablo un entorno que es punto de convergencia entre una energía que viene del cosmos y otra energía llamada “telúrica” que emana de la Tierra. Habla también de corrientes telúricas en las casas, corrientes de energía que a veces pueden tener efectos nocivos sobre el estado de salud de las personas domiciliadas en esos lugares. En efecto, esa corriente telúrica que viene de las entrañas de la Tierra, es el resultado de la actividad del plasma y de su vibración, engendrada por sus movimientos que recorren nuestro subsuelo.
Resumiendo, los geofísicos estudian la actividad de los subsuelos y del plasma, mientras que los radiestesistas  amplían esa investigación con las consecuencias vibratorias de esa actividad.
Según las informaciones espíritas, la teluria es una energía que combina varios factores esenciales: el granito, el Sol, la Luna y la bóveda estelar. Para comprenderlo bien, debemos remontarnos en el tiempo, a la génesis de nuestro planeta que, antes de ser la esfera que conocemos, sufrió numerosas conmociones. Hace cuatro mil millones de años, nuestro globo estaba cubierto de agua, su núcleo incandescente estaba envuelto por una corteza y cuando ésta se desgarró bajo la formidable presión del magma del núcleo, éste salió a flote para solidificarse de nuevo formando una capa de granito. El granito es  pues el resultado del lento enfriamiento del magma.
Esta roca particular forma la estructura inicial del suelo en forma más o menos pareja. Es el esqueleto de la Tierra, que en ciertos lugares es más espeso y denso. El granito representa pues un elemento indispensable en la construcción de la energía telúrica, pues se conjuga con los otros tres elementos ya citados, el Sol, la Luna y la bóveda estelar.
Detengámonos ahora en la armoniosa síntesis de todos estos elementos. ¿Qué sucede exactamente para que esta combinación termine en el nacimiento de la teluria, tal y como es definida en espiritismo?
Imaginemos por un instante la escena siguiente: es de noche, el cielo está claro y sin nubes y cuando levantamos la vista en dirección al espacio, podemos ver la bóveda estelar iluminada por una miríada de pequeñas luces centelleantes y a nuestro astro lunar que hace el relevo nocturno al Sol. Esta noche es clara, baña de una luz benéfica todo este conjunto. Esta luz, como todo en el Universo, es una vibración que va a penetrar la corteza terrestre compuesta por numerosos tipos de rocas, pero más particularmente en ciertos lugares, allí donde ella esconde el granito. Entonces, el encuentro de esta luz vibrante con el granito va a engendrar fenómenos químicos y físicos energéticos, en lo más profundo de esta roca para llegar a la energía telúrica. Los espíritus nos han enseñado que esta transformación es el resultado de una perfecta alquimia en la composición del granito. En efecto, éste se compone de “biotita” (mica negra) que es penetrada por la luz y se condensará luego en “mica” (mineral brillante y estratificado), para reflejarse finalmente en el “cuarzo” (sílice cristalizado parecido al vidrio). He aquí pues, cómo las fuentes luminosas se transforman y se modifican en el seno del mineral, para convertirse en lo que los espíritus llaman “la energía telúrica”.
¿Cuáles son las fuerzas contenidas en esta energía y cuáles pueden ser sus aplicaciones?
Desde sus primeras manifestaciones en el seno de nuestro Círculo, los espíritus nos llaman muy a menudo la atención sobre la naturaleza de nuestro entorno y su origen divino. Mucho antes que nosotros, en ciertas regiones del Oeste europeo, vivían los druidas en armonía con la naturaleza y por eso el contacto con el más allá era natural. Durante esos contactos de antaño, ya los espíritus superiores enseñaban la observación de la bóveda celeste, de sus ilusiones geométricas y afirmaban que ese conjunto luminoso no se dispersaba por azar.
La teluria fue puesta en evidencia en esa época pasada: “Es una fuerza vital para beneficio de los organismos vivientes”. Alimenta el cuerpo y el periespiritu. Esta energía particular y benéfica es esencialmente activa en las zonas geográficas donde predomina el granito. Es el caso de Bretaña, y más ampliamente de los macizos armoricano, alpino y de los Vosgos. Esta lista no es exhaustiva, pues evidentemente existen en Francia y en otras partes, otros lugares donde está presente el granito. Los Espíritus nos han explicado diferentes formas de beneficiarnos de esta energía de la mejor manera posible. He aquí una: si tenéis el privilegio de vivir en una de estas regiones, no dudéis en tenderos sobre el suelo granítico en una noche clara, formando uno con el suelo, imaginando la redondez del planeta.
Siempre dentro de este pensamiento, hay que imaginar que vuestro cuerpo mismo es de granito, que recibe la luz difusa de la Luna y de la bóveda celeste y que esa luz os penetra. En ese momento, la teluria de los lugares invadirá vuestro cuerpo físico, pero también vuestro doble eterico, el periespiritu. Para que se opere esta alquimia y dispense eficazmente sus beneficios, hace  falta, en un primer momento, tener conciencia de que no estamos compuestos esencialmente de materia sino que nuestra naturaleza es ante todo espiritual. Y en un segundo lapso, comprender la interacción entre el doble periespiritual y el cuerpo. Para ello, volvamos sobre la definición del “doble periespiritual” y su papel. El periespiritu es un cuerpo sutil de semi-materia que acompaña al espíritu en cada una de sus encarnaciones. Ha registrado todas las informaciones transmitidas de vida en vida. Su estructura está compuesta de miles de millones de células imbricadas en las del cuerpo. Células periespirituales y células físicas son un aglomerado de átomos vibrantes, y así los dos cuerpos interaccionan uno sobre el otro. Cuando uno va mal, el otro va mal y viceversa. El periespiritu es la prolongación invisible de nuestro cuerpo. Seguros de esta comprensión de nuestra doble naturaleza física y espiritual, y de su interacción; seguros del conocimiento de la existencia de la teluria, admitimos que esta energía positiva proporciona a nuestros cuerpos una fuerza suplementaria que refuerza el equilibrio vibratorio de las células entre sí. De ese beneficio, resulta la buena armonía del funcionamiento de nuestra naturaleza espiritual, periespiritual y física. En conclusión, podemos afirmar que la práctica regular de tenderse sobre un suelo granítico, conscientes del fenómeno natural que se va a producir, es una verdadera terapia. Ojalá que un día forme parte de las curaciones del futuro. 


LE JOURNAL SPIRITE N° 92 AVRIL 2013

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*CARIDAD* 

*Caridad es , sobretodo, amistad.* 

*Para el hambriento* - es el plato de sopa. 

*Para el triste* - es la palabra consoladora. 

*Para el malo* - es la paciencia con la que nos compete 
                           auxiliarlo. 

*Para el desesperado* - es el auxílio del corazón. 

*Para el ignorante* - es la educación sin prentensiones. 

*Para el ingrato* - es el olvido. 

*Para el enfermo* - es la visita personal. 

*Para el estudiante* - es el concurso en lo aprendido. 

*Para la criatura* - es la protección constructiva. 

*Para el viejo* - es el brazo hermano. 

*Para el enemigo* - es el silencio. 

*Para el amigo* - es el estímulo. 

*Para el pervertido* - es el entendimiento. 

*Para el orgulloso* - es la humildad. 

*Para el colérico* - es la calma. 

*Para el prejuicioso* - es el trabajo. 

*Para el impulsivo* - es la serenidad. 

*Para el caprichoso* - es la tolerancia. 
*Para el desheredado de la Tierra* - es la expresión de cariño. 

*Caridad es amor*, en manifestación incesante y creciente. Es el sol de mil caras, brillando para todos, es el genio de mil manos, amparando, indistintamente, en la obra del bién, donde quiera que se encuentre, entre justos e injustos, buenos y malos, felices e infelices, porque, donde estuviere el Espíritu del Señor ahí se derrama la claridad constante de ella, a beneficio del mundo entero. 

Autor: Emmanuel 
Psicografia de Chico Xavier. De la obra: Viajor


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La salud y la enfermedad bajo una mirada espírita 

Jane Nixon

En el capítulo XVII, Sed Perfectos, de El Evangelio según el Espiritismo, encontramos en una de las instrucciones de los espíritus, un punto intitulado “Cuidad el Cuerpo y el Espíritu”. El Espíritu Protector nos advierte sobre la necesidad de cuidar de los dos aspectos de forma ecuánime ya que el buen o mal funcionamiento de uno, afecta el otro, y que la ciencia del buen vivir reside en encontrar el equilibrio en el mantenimiento de ambos. Para comprender la importancia y el peso que tiene el cuerpo y el espíritu en nuestras existencias, debemos saber que estamos constituidos de espíritu (parte inteligente), periespíritu (envoltorio del espíritu y intermediario entre este y el cuerpo) y materia (el cuerpo físico). Siendo así, se equivocan los materialistas que desean rebajar el alma, los ascetas que quieren abatir el cuerpo y los que adoptan una actitud indiferente cuanto a su propio cuerpo y a su espíritu. 
Allan Kardec, el codificador de la Doctrina Espírita, afirmó que el cuerpo sólo existe para que en él se manifieste el espíritu, y la Mentora Joanna de Angelis amplía este conocimiento exponiéndonos que: “El cuerpo debe ser considerado un instrumento transitorio para el ser eterno, un santuario provisional, ante la finalidad edificante de propiciar al alma su ascensión, mediante las experiencias iluminadas que posibilitan, en los aspectos moral, espiritual, intelectual, por el ejercicio de las virtudes que deben ser puestas en práctica, y jamás para la atención de las sensaciones que caracterizan su constitución molecular.” (Libro Plenitud, capítulo VII - Motivos de sufrimiento, página 67) 

Esa convicción de la estrecha relación existente entre el cuerpo y la mente era compartida por los médicos de la antigüedad y tal pensamiento fue sintetizado en la célebre frase atribuida al poeta latino Juvenal, del inicio de la era cristiana: “Mens sana in corpore sano”. Tal creencia perduró hasta en siglo VII en el Oriente, cuando el surgimiento del racionalismo exacerbado estableció una nueva mentalidad que separó la mente del cuerpo. Posición que produjo una mayor dificultad para encontrar la respuesta a muchas dolencias que nos afectan, pues sin una visión del hombre integral, solo tenemos partes aisladas de un gran rompecabezas. 
   La Organización Mundial de la Salud (OMS) declara que la ausencia de la enfermedad no significa necesariamente un estado de salud, más bien, esta resulta de la armonía de tres factores esenciales: bienestar psíquico, físico y social, y añadiendo más recientemente que también hay que considerar la contribución del bienestar espiritual para la situación saludable del individuo. Debemos entender que los conceptos de salud y enfermedad se refieren al estado en que se encuentran las personas y no a las partes o órganos de sus cuerpos y que por eso no podemos decir que sólo el cuerpo o sólo la mente están enfermos. El cuerpo físico nunca está sólo enfermo o sólo saludable, ya que en él se expresan las informaciones de la conciencia, lo que significa que el cuerpo sirve como una señal de advertencia para expresar que el espíritu se encuentra en un nivel de desequilibrio exagerado. Si pensamos solo en términos físicos, diríamos que la enfermedad se manifiesta por un desequilibrio bioquímico o celular pero tras un análisis un poco más detenido, veremos que hay una inexactitud en tal teoría. 
   Traemos en nuestro organismo desde el nacimiento microorganismos (virus, bacterias, bacilos y microbios) capaces de producir innumerables enfermedades y que sin embargo, allí viven sin causarnos molestias, malestar o enfermedades mórbidas, siempre y cuando no tengan una proliferación más allá de la cuota mínima que el cuerpo humano pueda soportar sin enfermar. En algunos casos, cuando esos gérmenes exceden el límite de seguridad establecido por la sabiduría de la naturaleza biológica, se instalan en áreas en las cuales la energía está debilitada, proliferan y destruyen los tejidos de su propio huésped, causando debilidad física y mental y favoreciendo así la aparición de la enfermedad que es resultado del desequilibrio energético del cuerpo debido a la fragilidad emocional del espíritu. Gracias a los avances de la medicina, tenemos a nuestra disposición los medicamentos que se encargan de matar los invasores, pero mientras no comprendamos que nuestro cuerpo es accionado por el espíritu y que nuestra conducta moral y mental contribuye de manera significativa para la proliferación de los agentes degenerativos que en él se instalan, seguiremos desarrollando cuadros patológicos. Bombardeamos nuestro cuerpo incesantemente con energías nocivas, cada vez que cultivamos los sentimientos de odio, rencor, celos, irritabilidad y cuando pasamos por tensiones físicas, mentales y emocionales. Impregnamos nuestro organismo con vibraciones letales que se encargan de bloquear las áreas por donde se extiende la energía saludable, propiciando la instalación de las dolencias. De ahí la gran importancia de nuestra conducta moral y mental en la preservación de la salud. 
   Es cierto que en el estado evolutivo en que nos encontramos, las dolencias orgánicas en muchos casos se presentan como consecuencia de nuestras necesidades kármicas, convidándonos a reflexionar y a realizar los cambios que nos facultarán el reequilibrio. No obstante, debemos tomar conciencia de que a través de nuestro pensamiento podemos propiciar nuestra recuperación parcial, cuando se refiere a un efecto que corresponde a nuestras acciones dolorosas del pasado, o la recuperación total mediante la instalación de la salud. 
En el libro Plenitud, Joanna de Ângelis nos habla de cómo nuestra forma de afrontar las vicisitudes generan enfermedades y nos indica el antídoto: El hombre, desde sus orígenes sociales, aprende a tener miedo, a conservar amarguras, a desequilibrarse por acontecimientos de menor importancia, desarticulando su sistema energético. Pasa de un malestar a otro, cultivando virus emocionales que facilitan la instalación de otros, degenerativos, responsables por la gravedad de sus enfermedades. 
   Las causas profundas de las enfermedades, están en el individuo mismo, que se debe autoexaminar, autoconocer, a fin de liberarse de ese tipo de sufrimiento. (Cap. II - Análisis de los sufrimientos páginas 19- 20). Cuidemos pues nuestros pensamientos, conscientes de que el cultivo de ideas perturbadoras contribuyen de manera significativa para nuestro desequilibrio físico, psíquico y emocional, y que solo “hay enfermedades porque hay enfermos”. La forma en que uno afronta su enfermedad determina si está enfermo o no, es decir podemos tener una dolencia, pero mantener una actitud positiva frente a ella sin dejar que condicione nuestra vida y que nos impida vivirla, sacando el máximo provecho de las oportunidades de crecimiento que nos fueron concedidas por el mecanismo sublime de la reencarnación. 
Jane Nixon -  Actualidad Espiritista 

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