2. Sobre las fuerzas desconocidas
He aquí lo que dice, sobre este importante punto, Gustave Le Bon:
"Remontándonos hasta las causas de la emisión de los fluidos que se pueden desprender de todos los cuerpos con rapidez vertiginosa,
constataríamos la existencia de una energía intra-atómica, desconocida
hasta ahora y que, sin embargo, aventaja a todas las fuerzas conocidas por
su colosal grandeza. No sabemos aún extraerla sino en cantidad bastante
pequeña, pero del cálculo de esta cantidad se puede deducir que, si fuera
posible el desprender enteramente toda la energía contenida en un gramo de
una materia cualquiera, ella podría producir un trabajo igual al obtenido por
la combustión de varios millones de toneladas de carbón. La materia se nos
presenta como un enorme depósito de energía. La constatación de la
existencia de esta nueva fuerza ignorada durante tanto tiempo, a pesar de su
formidable grandeza, nos revelará inmediatamente la aún tan misteriosa
fuente de la energía manifestada por los cuerpos durante su radiactividad".
LEÓN DENIS.
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MIS FELICITACIONES Y MEJORES DESEOS PARA TODOS LOS SEGUIDORES,AMIGOS DE ESTE BLOG.- :
Cuando ya son breves jornadas las que nos faltan para volver de nuevo a conmemorar una vez más, la venida a este mundo del Ser más elevado que alguna vez ha pisado nuestro planeta, nuestro amado y admirado Jesús de Nazaret.
Ciertamente, mucho antes que Él y también después, han venido Avatares y Enviados con el fin de orientar a la Humanidad de su época y de sus entornos. Todos ellos preparaban el terreno de madurez moral para ser después todos ellos refrendados por las enseñanzas morales del Divino Maestro Jesús, presentado en la Codificación Espírita como el Espíritu más perfecto que encarnó alguna vez en la Tierra como modelo a seguir y guía del ser humano, que sin esta guía, tal como podemos ver en la actualidad, los seres humanos están perdidos, sin orientación ni rumbo, ignorando de donde vienen o a donde van y sin saber ni tan siquiera que sentido tiene la vida.... el por qué y el para qué de tantas cosas....
Todas las religiones que se han creado alrededor de las doctrinas y personalidades de los Enviados, han tenido sus aspectos positivos para los seres humanos que las siguieron, pero con las supersticiones y rituales con que rodearon sus preceptos morales, terminaron por emborronar finalmente el mensaje moral, sencillo y profundo, que era la esencia y la razón de ser de las mismas.
No insinúo que nadie abandone su respectiva religión, pero que sí sea fiel al mensaje fundamental de la misma y de menos importancia a otros aspectos específicos, como son los rituales, dogmas, ceremonias, etc.
Sin embargo, paralelamente a la religiosidad de cada uno, desde aquí invito a todos a abordar el conocimiento pausado y profundo de la Doctrina Espírita y de los hechos espíritas que han quedado mas o menos ocultados en la historia, pero que sucedieron y siguen en ciertos casos manifestándose cotidianamente, como es el caso del fenómeno mediúmnico y de otros temas sugerentes e importantes, como lo es por ejemplo, el de la Reencarnación del espíritu del ser humano.
Estas son fechas en las que se renuevan los lazos de amor y confraternización con la familia, los cuales, deberemos extender en la mayor medida que podamos a las demás personas. Es una oportunidad de oro para poner en práctica el sentido de fraternidad, de amor y de caridad, que nos debe unir a todos los seres humanos.
Con todo el afecto, el amor y el agradecimiento que me son posibles, sigo a disposición de mis queridos lectores a los que desde ya les aviso que si un día dejan de ver la continuidad de mis blogs espíritas, será, bien por estar fuera de servicio mi ordenador, que en cualquier caso siempre tendrá repuesto, o bien de mi persona, que me parece que no tiene ningún repuesto, por lo que se que un día, antes o después, me tocará regresar a la otra orilla del camino de la Vida y si no hay ningún voluntario que quiera tomar las riendas de estas divulgaciones espíritas, estas se habrán terminado junto conmigo. Pero no me preocupa en demasía, porque gracias a Dios ya las hay y las habrá mucho mejores que las mías, y por ellas se seguirá divulgando todo lo que yo ahora no abarco a divulgar, por falta de mayores conocimientos tanto espíritas como tecnológicos e informáticos.
Con mis mejores deseos de Paz, armonía y felicidad, os deseo una muy Feliz Navidad y un excelente año 2017, lleno de toda clase de bendiciones : Jose Luis Martín
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EL IMPULSO DIVINO Y EL UNIVERSO
“LAS FUERZAS DESCONOCIDAS DE LA TELURIA”CHRISTOPHE CHEVALIER
La palabra “telurio” tiene dos definiciones diferentes, una en relación con los movimientos de la corteza terrestre y el otro con una energía particular detectable por la radiestesia. Desde el punto de vista científico, desde hace ya varios decenios, cuando hay temblores de tierra que surgen en numerosos puntos del planeta, se habla de “sacudidas telúricas” cuya causa es la doble actividad de la corteza terrestre en incesante movimiento y del núcleo terrestre en incandescencia. Para los geofísicos, la teluria se define según la naturaleza de los subsuelos de la Tierra, de su actividad, de sus efectos en los temblores de tierra y de la actividad de los volcanes.
En lo que concierne a la radiestesia, el mundo científico asimila esta facultad a una pseudo ciencia esotérica, cuyos métodos de investigación no tienen nada de científico. Y sin embargo, numerosas investigaciones en este campo fueron realizadas por hombres de ciencia, tales como Charles Richet, eminente fisiólogo francés y laureado con el premio Nobel de esta disciplina, que se expresó así: “debemos aceptar la radiestesia como un hecho. Es inútil hacer experimentos para probar su existencia. Existe. Lo que hace falta ahora, es desarrollar sus posibilidades”. Si los resultados obtenidos no tienen ningún valor científico, a la fuerza tenemos que certificar que los radiestesistas siempre han podido localizar fuentes o encontrar personas desaparecidas en colaboración con las instancias judiciales.
El radiestesista habla de lugares “Cosmo-telúricos”. Entiende por este vocablo un entorno que es punto de convergencia entre una energía que viene del cosmos y otra energía llamada “telúrica” que emana de la Tierra. Habla también de corrientes telúricas en las casas, corrientes de energía que a veces pueden tener efectos nocivos sobre el estado de salud de las personas domiciliadas en esos lugares. En efecto, esa corriente telúrica que viene de las entrañas de la Tierra, es el resultado de la actividad del plasma y de su vibración, engendrada por sus movimientos que recorren nuestro subsuelo.
Resumiendo, los geofísicos estudian la actividad de los subsuelos y del plasma, mientras que los radiestesistas amplían esa investigación con las consecuencias vibratorias de esa actividad.
Según las informaciones espíritas, la teluria es una energía que combina varios factores esenciales: el granito, el Sol, la Luna y la bóveda estelar. Para comprenderlo bien, debemos remontarnos en el tiempo, a la génesis de nuestro planeta que, antes de ser la esfera que conocemos, sufrió numerosas conmociones. Hace cuatro mil millones de años, nuestro globo estaba cubierto de agua, su núcleo incandescente estaba envuelto por una corteza y cuando ésta se desgarró bajo la formidable presión del magma del núcleo, éste salió a flote para solidificarse de nuevo formando una capa de granito. El granito es pues el resultado del lento enfriamiento del magma.
Esta roca particular forma la estructura inicial del suelo en forma más o menos pareja. Es el esqueleto de la Tierra, que en ciertos lugares es más espeso y denso. El granito representa pues un elemento indispensable en la construcción de la energía telúrica, pues se conjuga con los otros tres elementos ya citados, el Sol, la Luna y la bóveda estelar.
Detengámonos ahora en la armoniosa síntesis de todos estos elementos. ¿Qué sucede exactamente para que esta combinación termine en el nacimiento de la teluria, tal y como es definida en espiritismo?
Imaginemos por un instante la escena siguiente: es de noche, el cielo está claro y sin nubes y cuando levantamos la vista en dirección al espacio, podemos ver la bóveda estelar iluminada por una miríada de pequeñas luces centelleantes y a nuestro astro lunar que hace el relevo nocturno al Sol. Esta noche es clara, baña de una luz benéfica todo este conjunto. Esta luz, como todo en el Universo, es una vibración que va a penetrar la corteza terrestre compuesta por numerosos tipos de rocas, pero más particularmente en ciertos lugares, allí donde ella esconde el granito. Entonces, el encuentro de esta luz vibrante con el granito va a engendrar fenómenos químicos y físicos energéticos, en lo más profundo de esta roca para llegar a la energía telúrica. Los espíritus nos han enseñado que esta transformación es el resultado de una perfecta alquimia en la composición del granito. En efecto, éste se compone de “biotita” (mica negra) que es penetrada por la luz y se condensará luego en “mica” (mineral brillante y estratificado), para reflejarse finalmente en el “cuarzo” (sílice cristalizado parecido al vidrio). He aquí pues, cómo las fuentes luminosas se transforman y se modifican en el seno del mineral, para convertirse en lo que los espíritus llaman “la energía telúrica”.
¿Cuáles son las fuerzas contenidas en esta energía y cuáles pueden ser sus aplicaciones?
Desde sus primeras manifestaciones en el seno de nuestro Círculo, los espíritus nos llaman muy a menudo la atención sobre la naturaleza de nuestro entorno y su origen divino. Mucho antes que nosotros, en ciertas regiones del Oeste europeo, vivían los druidas en armonía con la naturaleza y por eso el contacto con el más allá era natural. Durante esos contactos de antaño, ya los espíritus superiores enseñaban la observación de la bóveda celeste, de sus ilusiones geométricas y afirmaban que ese conjunto luminoso no se dispersaba por azar.
La teluria fue puesta en evidencia en esa época pasada: “Es una fuerza vital para beneficio de los organismos vivientes”. Alimenta el cuerpo y el periespiritu. Esta energía particular y benéfica es esencialmente activa en las zonas geográficas donde predomina el granito. Es el caso de Bretaña, y más ampliamente de los macizos armoricano, alpino y de los Vosgos. Esta lista no es exhaustiva, pues evidentemente existen en Francia y en otras partes, otros lugares donde está presente el granito. Los Espíritus nos han explicado diferentes formas de beneficiarnos de esta energía de la mejor manera posible. He aquí una: si tenéis el privilegio de vivir en una de estas regiones, no dudéis en tenderos sobre el suelo granítico en una noche clara, formando uno con el suelo, imaginando la redondez del planeta.
Siempre dentro de este pensamiento, hay que imaginar que vuestro cuerpo mismo es de granito, que recibe la luz difusa de la Luna y de la bóveda celeste y que esa luz os penetra. En ese momento, la teluria de los lugares invadirá vuestro cuerpo físico, pero también vuestro doble eterico, el periespiritu. Para que se opere esta alquimia y dispense eficazmente sus beneficios, hace falta, en un primer momento, tener conciencia de que no estamos compuestos esencialmente de materia sino que nuestra naturaleza es ante todo espiritual. Y en un segundo lapso, comprender la interacción entre el doble periespiritual y el cuerpo. Para ello, volvamos sobre la definición del “doble periespiritual” y su papel. El periespiritu es un cuerpo sutil de semi-materia que acompaña al espíritu en cada una de sus encarnaciones. Ha registrado todas las informaciones transmitidas de vida en vida. Su estructura está compuesta de miles de millones de células imbricadas en las del cuerpo. Células periespirituales y células físicas son un aglomerado de átomos vibrantes, y así los dos cuerpos interaccionan uno sobre el otro. Cuando uno va mal, el otro va mal y viceversa. El periespiritu es la prolongación invisible de nuestro cuerpo. Seguros de esta comprensión de nuestra doble naturaleza física y espiritual, y de su interacción; seguros del conocimiento de la existencia de la teluria, admitimos que esta energía positiva proporciona a nuestros cuerpos una fuerza suplementaria que refuerza el equilibrio vibratorio de las células entre sí. De ese beneficio, resulta la buena armonía del funcionamiento de nuestra naturaleza espiritual, periespiritual y física. En conclusión, podemos afirmar que la práctica regular de tenderse sobre un suelo granítico, conscientes del fenómeno natural que se va a producir, es una verdadera terapia. Ojalá que un día forme parte de las curaciones del futuro.
LE JOURNAL SPIRITE N° 92 AVRIL 2013
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*Caridad es , sobretodo, amistad.*
*Para el hambriento* - es el plato de sopa.
*Para el triste* - es la palabra consoladora.
*Para el malo* - es la paciencia con la que nos compete
*Para el hambriento* - es el plato de sopa.
*Para el triste* - es la palabra consoladora.
*Para el malo* - es la paciencia con la que nos compete
auxiliarlo.
*Para el desesperado* - es el auxílio del corazón.
*Para el ignorante* - es la educación sin prentensiones.
*Para el ingrato* - es el olvido.
*Para el enfermo* - es la visita personal.
*Para el estudiante* - es el concurso en lo aprendido.
*Para la criatura* - es la protección constructiva.
*Para el viejo* - es el brazo hermano.
*Para el enemigo* - es el silencio.
*Para el amigo* - es el estímulo.
*Para el pervertido* - es el entendimiento.
*Para el orgulloso* - es la humildad.
*Para el colérico* - es la calma.
*Para el prejuicioso* - es el trabajo.
*Para el impulsivo* - es la serenidad.
*Para el caprichoso* - es la tolerancia.
*Para el desesperado* - es el auxílio del corazón.
*Para el ignorante* - es la educación sin prentensiones.
*Para el ingrato* - es el olvido.
*Para el enfermo* - es la visita personal.
*Para el estudiante* - es el concurso en lo aprendido.
*Para la criatura* - es la protección constructiva.
*Para el viejo* - es el brazo hermano.
*Para el enemigo* - es el silencio.
*Para el amigo* - es el estímulo.
*Para el pervertido* - es el entendimiento.
*Para el orgulloso* - es la humildad.
*Para el colérico* - es la calma.
*Para el prejuicioso* - es el trabajo.
*Para el impulsivo* - es la serenidad.
*Para el caprichoso* - es la tolerancia.
*Para el desheredado de la Tierra* - es la expresión de cariño.
*Caridad es amor*, en manifestación incesante y creciente. Es el sol de mil caras, brillando para todos, es el genio de mil manos, amparando, indistintamente, en la obra del bién, donde quiera que se encuentre, entre justos e injustos, buenos y malos, felices e infelices, porque, donde estuviere el Espíritu del Señor ahí se derrama la claridad constante de ella, a beneficio del mundo entero.
Autor: Emmanuel
Psicografia de Chico Xavier. De la obra: Viajor
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La salud y la enfermedad
bajo una mirada espírita
Jane Nixon
En el capítulo XVII, Sed
Perfectos, de El Evangelio
según el Espiritismo, encontramos
en una de las instrucciones
de los espíritus,
un punto intitulado “Cuidad
el Cuerpo y el Espíritu”. El Espíritu
Protector nos advierte
sobre la necesidad de cuidar
de los dos aspectos de
forma ecuánime ya que el
buen o mal funcionamiento
de uno, afecta el otro, y
que la ciencia del buen vivir
reside en encontrar el equilibrio
en el mantenimiento
de ambos.
Para comprender la importancia
y el peso que
tiene el cuerpo y el espíritu
en nuestras existencias, debemos
saber que estamos
constituidos de espíritu
(parte inteligente), periespíritu (envoltorio del espíritu y
intermediario entre este y el
cuerpo) y materia (el cuerpo
físico).
Siendo así, se equivocan
los materialistas que desean
rebajar el alma, los ascetas
que quieren abatir el cuerpo
y los que adoptan una
actitud indiferente cuanto a
su propio cuerpo y a su espíritu.
Allan Kardec, el codificador
de la Doctrina Espírita, afirmó que el cuerpo
sólo existe para que en él
se manifieste el espíritu, y la
Mentora Joanna de Angelis
amplía este conocimiento
exponiéndonos que:
“El cuerpo debe ser considerado
un instrumento
transitorio para el ser eterno,
un santuario provisional,
ante la finalidad edificante
de propiciar al alma
su ascensión, mediante las
experiencias iluminadas que posibilitan, en los aspectos
moral, espiritual, intelectual,
por el ejercicio de
las virtudes que deben ser
puestas en práctica, y jamás
para la atención de las sensaciones
que caracterizan
su constitución molecular.”
(Libro Plenitud, capítulo VII
- Motivos de sufrimiento,
página 67)
Esa convicción de la estrecha
relación existente entre
el cuerpo y la mente era
compartida por los médicos
de la antigüedad y tal pensamiento
fue sintetizado en
la célebre frase atribuida al
poeta latino Juvenal, del inicio
de la era cristiana: “Mens
sana in corpore sano”. Tal
creencia perduró hasta
en siglo VII en el Oriente,
cuando el surgimiento del
racionalismo exacerbado
estableció una nueva mentalidad
que separó la mente
del cuerpo. Posición que
produjo una mayor dificultad
para encontrar la respuesta
a muchas dolencias
que nos afectan, pues sin
una visión del hombre integral,
solo tenemos partes
aisladas de un gran rompecabezas.
La Organización Mundial
de la Salud (OMS) declara
que la ausencia de la enfermedad
no significa necesariamente
un estado de
salud, más bien, esta resulta
de la armonía de tres factores
esenciales: bienestar psíquico, físico y social, y añadiendo
más recientemente
que también hay que considerar
la contribución del
bienestar espiritual para la
situación saludable del individuo.
Debemos entender que
los conceptos de salud y
enfermedad se refieren al
estado en que se encuentran
las personas y no a las
partes o órganos de sus
cuerpos y que por eso no
podemos decir que sólo el
cuerpo o sólo la mente están
enfermos. El cuerpo físico
nunca está sólo enfermo
o sólo saludable, ya que en
él se expresan las informaciones
de la conciencia, lo
que significa que el cuerpo
sirve como una señal de advertencia
para expresar que
el espíritu se encuentra en
un nivel de desequilibrio
exagerado.
Si pensamos solo en términos
físicos, diríamos que
la enfermedad se manifiesta
por un desequilibrio bioquímico o celular pero tras un
análisis un poco más detenido,
veremos que hay una
inexactitud en tal teoría.
Traemos en nuestro organismo
desde el nacimiento microorganismos (virus,
bacterias, bacilos y microbios)
capaces de producir
innumerables enfermedades y
que sin embargo, allí viven
sin causarnos molestias,
malestar o enfermedades
mórbidas, siempre y cuando
no tengan una proliferación
más allá de la cuota mínima
que el cuerpo humano pueda
soportar sin enfermar. En
algunos casos, cuando esos
gérmenes exceden el límite
de seguridad establecido
por la sabiduría de la naturaleza
biológica, se instalan
en áreas en las cuales la
energía está debilitada, proliferan
y destruyen los tejidos
de su propio huésped,
causando debilidad física y
mental y favoreciendo así la
aparición de la enfermedad
que es resultado del desequilibrio
energético del
cuerpo debido a la fragilidad
emocional del espíritu.
Gracias a los avances
de la medicina, tenemos a
nuestra disposición los medicamentos
que se encargan
de matar los invasores,
pero mientras no comprendamos
que nuestro cuerpo
es accionado por el espíritu
y que nuestra conducta moral
y mental contribuye de
manera significativa para la
proliferación de los agentes
degenerativos que en él se
instalan, seguiremos desarrollando
cuadros patológicos.
Bombardeamos nuestro
cuerpo incesantemente
con energías nocivas, cada
vez que cultivamos los sentimientos
de odio, rencor,
celos, irritabilidad y cuando
pasamos por tensiones físicas,
mentales y emocionales.
Impregnamos nuestro
organismo con vibraciones
letales que se encargan de
bloquear las áreas por donde
se extiende la energía
saludable, propiciando la
instalación de las dolencias.
De ahí la gran importancia
de nuestra conducta moral
y mental en la preservación
de la salud.
Es cierto que en el estado
evolutivo en que nos
encontramos, las dolencias
orgánicas en muchos
casos se presentan como
consecuencia de nuestras
necesidades kármicas, convidándonos
a reflexionar y
a realizar los cambios que
nos facultarán el reequilibrio.
No obstante, debemos
tomar conciencia de que
a través de nuestro pensamiento
podemos propiciar
nuestra recuperación parcial,
cuando se refiere a un
efecto que corresponde a
nuestras acciones dolorosas
del pasado, o la recuperación
total mediante la instalación
de la salud.
En el libro Plenitud, Joanna
de Ângelis nos habla
de cómo nuestra forma
de afrontar las vicisitudes
generan enfermedades y
nos indica el antídoto: El
hombre, desde sus orígenes
sociales, aprende a tener
miedo, a conservar amarguras,
a desequilibrarse por
acontecimientos de menor
importancia, desarticulando
su sistema energético. Pasa
de un malestar a otro,
cultivando virus emocionales
que facilitan la instalación de
otros, degenerativos, responsables por la gravedad de sus
enfermedades.
Las causas
profundas de las enfermedades,
están en el individuo
mismo, que se debe autoexaminar,
autoconocer, a fin de
liberarse de ese tipo de sufrimiento.
(Cap. II - Análisis de
los sufrimientos páginas 19-
20). Cuidemos pues nuestros
pensamientos, conscientes
de que el cultivo de ideas
perturbadoras contribuyen
de manera significativa para
nuestro desequilibrio físico,
psíquico y emocional, y que
solo “hay enfermedades
porque hay enfermos”. La
forma en que uno afronta
su enfermedad determina si
está enfermo o no, es decir
podemos tener una dolencia,
pero mantener una actitud
positiva frente a ella sin
dejar que condicione nuestra
vida y que nos impida
vivirla, sacando el máximo
provecho de las oportunidades
de crecimiento que
nos fueron concedidas por
el mecanismo sublime de la
reencarnación.
Jane Nixon - Actualidad Espiritista
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