viernes, 1 de diciembre de 2017

Médiums y Mediumnidad




Sumario de temas espíritas en este blog:

- La actitud filosófica del Espírita
- A la búsqueda de la Perfección Espiritual
- Médiums y Mediumnidad
- El mundo de los fluidos



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  La Actitud Filosófica del  

                 Espírita


filosofos-griegosEl espiritismo otorga una filosofía a quien lo comprende y asimila. Una filosofía es un cuestionamiento de las cosas básicas que nos suceden en la vida, y una búsqueda incesante de unos principios o valores en donde sustentar nuestro carácter.
Un espírita no es un Locke, ni un Husserl, ni inventa ni descubre nada que no haya sido ya dicho. La moral espírita se basa en las enseñanzas del rabí de Galilea, Jesús de Nazareth, o donde buenamente naciera, pues no es la vida pública o mística de Jesús lo que nos preocupa u ocupa. Ni si realmente existió o fue una fabulación, es un arduo trabajo que dejamos en manos de los historiadores serios, que no tienen interés especial en defender tal o cual postura, sino simplemente basarse en la lógica de los datos que se van descubriendo y en las sensatas comparaciones que los estudios ecdóticos y arqueológicos nos permiten. 
Nada nuevo hay en Jesús, dicen los investigadores, todo lo que él dice se halla de un modo u otro recogido en las escrituras hebreas, o de algún modo en tradiciones más antiguas, como las egipcias de las que también se alimentaron las tradiciones judías, etc. Este estudio es fascinante, pero nos aleja de nuestro cometido: la moral espírita.
Decíamos que las enseñanzas de Jesús son el óbice de nuestra moral como espíritas. Moral no siempre bien comprendida, y que ha llevado a fanatismos a lo largo de la historia, pues no debe de ser interpretada al pie de la letra. Para ello el Evangelio según el Espiritismo, da una cabal explicación de los pasajes más importantes de la moral de Cristo.
El verdadero espírita comprende la seriedad de las críticas que un Nietzschearroja ante la melifluidad y apocamiento de algunas actitudes mal llamadas cristianas, pues pensadores de tal calibre intentan recuperar el pensamiento heleno, en su estado más puro.
No haremos aquí una superficial opinión de las intrincadas y complejas opiniones del filósofo alemán, que merece toda nuestra admiración, por su valentía y por su gran capacidad para sobreponerse a una forma de pensar que reina sobre occidente desde prácticamente la caída del Imperio RomanoReflexionar es de vital importancia para cualquier amante del conocimiento.
No obstante el ya mencionado Evangelio según el Espiritismo, que no es un evangelio nuevo, en la parte introductora nos habla de la filosofía de Platón y Sócrates. En su aspecto moral. Dejando a una lado otras múltiples cuestiones de la filosofía de ambos. Por no decir, que en realidad hace hincapié en Sócrates, dejando a Platón a un lado, teniéndolo en cuenta como mero trasmisor del pensamiento del primero.
Hablaríamos por tanto de los primeros libros de Platón, en donde la figura de Sócrates es claro relieve. Ahí se hace una comparación entre las ideas de los filósofos y las de Jesús, en temas que con el paso del tiempo han perdido su claridad, sea por ejemplo: la reencarnación, o la importancia de los “daímones” o espíritus familiares que se comunican con los que estamos en la materia física (encarnados).
Al observar estas ideas, vemos que hay una línea clara y directa en el pensamiento moral, es la verdadera antorcha que no se ha de poner debajo del celemín. Queremos decir, se atisba la verdad de los pasos, cuando Jesús decía yo soy el camino, hablaba de sus acciones, de sus enseñanzas, no de su persona.
Es un oscuro complot teológico lo que con la figura del humilde carpintero se hizo después. Su mensaje embriagaba a las multitudes, en el “Sermón de la Montaña” única parte veraz de todos los evangelios según el prestigioso religioso T. de Chardin, Jesús hablaba a las multitudes, capaz de sugestionarlas hasta tal punto que cobraban sentido sus palabras “no sólo de pan vive el hombre sino de toda palabra que viene de Dios”.
De ahí la explicación que Kardec ofrece a los llamados milagros en la obra La GénesisLos milagros y las profecías según el Espiritismo, de los panes y los peces que se multiplican, dando de comer a multitudes ingentes. Bien, Jesús inspirado por el Verbo (logos), el Espíritu Santo, o sencillamente el Espíritu hablaba lo que toda la humanidad ha escuchado por boca de sus diferentes profetas: paz y amor, esperanza y redención, justicia para el oprimido, verdad y libertad.
Este mensaje que irradia desde las toscas manos que redactaron los evangelios, sobrepasa en mucho las sutilezas que posteriormente Pablo de Tarso, o cualquier padre de la Iglesia fueron introduciendo al mensaje “original” de Jesús; dando lugar al cristianismo que conocemos, que seguramente no tenía mucho que ver con el que Jesús predicó.
“Ahí dónde dos o tres estén en mi nombre, yo estaré con ellos”, dice en un pasaje. Esto es un acto de fe que nos liga a él. Porque el espiritismo nos da la posibilidad de rastrear estos pasos de amor e indulgencia, nobleza y caridad auténtica (no de limosna) al prójimo.
Muchos llamados santos o santas, no son más que mártires de ideas, pero en cambio otros, irradian una bondad y una fe en las clases más populares, que cuanto menos es de admirar.
Es un fenómeno antropológico ver el fervor de una población hacia su santo/a patrón/a. Supera la tradición y alcanza cotas de misticismo popular. Innato en el ser humano; igual era ir a venerar a Venus Generatrix que a la Virgen María. Solamente ha cambiado el nombre y la época.
¿Rige un Dios nuestro mundo, nuestro universo? Pregunta que golpea con dureza nuestra inteligencia. Hay preguntas tan hondas que superan la capacidad de cualquier respuesta. En el inicio del Libro de los Espíritus de Allan Kardec, ante la pregunta número 1 “¿Qué es Dios?”, los espíritus contestan “La inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas”.Respuesta bastante profunda y digna de meditación. Pero en la que no nos descollaremos, pues nos interesa llegar a otro lugar, dejándote caro/a lector/a que hagas propia tal pregunta y medites si tiene sentido o no para ti tal respuesta.
Somos poco más o menos que accidentes biológicos, empeñados en trascender a toda costa nuestra realidad material. Sería lógico pensar que tras la muerte todo se acaba. Pero es inquietante observar que todos los pueblos tienen su idea del “más allá”. No hay pueblos ateos. El ateísmo ha sido una reacción intelectual ante los excesos y fanatismos de la religión.
En realidad los escépticos griegos, que constituían un modo de pensar en la Antigua Hélade, decían que “es posible que haya una verdad o principio de la naturaleza (arjé) pero desde luego no lo podemos llegar a conocer”. En el fondo algo así dice el espiritismo en su pregunta 14 del mentado Libro de los Espíritus, que por mucho que divaguemos no podemos llegar a comprender a Dios, que hay cosas más fundamentales que sí están a nuestro alcance y que nos competen más.
En esa respuesta, que desisto copiar literal adrede, se hace un claro ataque a la fatua vanidad de quienes indagan sobre humo, y nos pone en alerta de nuestras conductas para con el prójimo. En realidad un espírita es igual a un escéptico griego, sabe qué hay una verdad, pero dada nuestra limitación, siempre está en constante búsqueda de certezas. Lo contrario es engullir dogmas e ideas preconcebidas: la muerte de todo pensamiento racional.
Son muchos los experimentos realizados por personas desinteresadas, estudiosas, que incluso se han jugado su prestigio científico, y cuyos puntos de partida eran totalmente opuestos a las manifestaciones espiritistas, los que dan aval a lo que fundamenta nuestra creencia.
Muchas investigaciones pertenecen al pasado, entonces decir Espiritismo inspiraba entre respeto y temor, ambas cosas eran posibles. Después de la Segunda Guerra Mundial más bien burla e incredulidad, tal es el arma que se esgrime en la actualidad ante las ideas que una y otra vez acechan nuestra especie, en busca de quienes “tengan oídos para escuchar y ojos para ver”.
Ahora ya no se llaman fenómenos espíritas, reciben otra nomenclatura, e incluso han huido de los laboratorios parapsicológicos, refugiándose en los lugares más insospechados, pero bajo el amparo de prestigiosos científicos, que de forma “fortuita” han tropezado con estas cuestiones de la pervivencia de la vida tras de la muerte. Son nombres anónimos, ante la gran masa, pero que vuelven a levantar los interrogantes que aparentemente se habían sepultado tras el intento de desprestigio de las viejas escuelas de Metapsíquica de Richet, o el Espiritismo de Kardec.
Estos fenómenos que se hallan fácilmente en cualquier cultura, presente o pasada, conservan una envoltura etnográfica que hace difícil para el observador desprevenido poder separar un principio que se da en todas estas manifestaciones, y que Kardec denominó mediumnidad, con los ritos y aparato sugestivo que acompañan a las mismas.
Allan Kardec en su obra El libro de los Médiums asentó la primera metodología y estudio serio sobre dicha facultad. A diferencia de los papiros egipcios u otros escritos mistéricos del pasado, Kardec usa el método científico, propio de nuestro tiempo, abandonando el simbólico-interpretativo o hermenéutico. Pues no se trata de un fenómeno nuevo, sino antiquísimo, pero que antes sólo era propicio para los iniciados.
Debe el espírita comprender y valorizar su importante legado del pasado, pero sin anclarse en él, ni complacerse vacuamente. Avanzar siempre, como dijo el pensador León Denis “siempre adelante, siempre más lejos, siempre más alto”.

Publicado el 30 de julio de 2015  en el Blog “Claro de Luna” por Myriel en Zona Espírita
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            A LA BÚSQUEDA  DE LA                             PERFECCIÓN ESPIRITUAL

    Podríamos proponer algunas pautas importantes para seguir transitando por ese difícil camino que es el de la evolución y progreso espiritual. Veamos algunas de ellas:

     Cuando estemos solos, debemos cuidar nuestros pensamientos pues estos muchas veces tienden a vagar por donde quieren, según sus preocupaciones, sus gustos o sus querencias, no siempre positivos  y como ya sabemos, la mente puesta en acción es el motor generador de nuestras ideas y de nuestros actos, buenos o malos,  de los cuales somos responsables ante nuestra conciencia y ante el Universo entero (Dios).

     Asimismo, cuando estamos con amigos, tendemos muchas veces a acoplar nuestra personalidad, nuestro carácter y hasta nuestros conocimientos a los de ellos, aunque veamos y comprendamos un nivel más pobre  de educación, de formas de comportamiento, o de conceptos, todo con el fin de seguir granjeándonos su amistad y confianza, o  su admiración, dejando tantas veces de obrar como nosotros mismos. Cuando actuamos así  nos colocamos una máscara en la personalidad, que da una imagen distorsionada de nuestra realidad personal y espiritual. Por ello, debiéramos comenzar por cuidar nuestro lenguaje, de modo que este sea siempre  correcto y educado;  un lenguaje que inspire confianza, paz, armonía y seguridad, pues de ese modo, el afecto y el grado de amistad al que aspiramos, llega por sí mismo, sin dejar de mostrarnos tal como somos, dando un ejemplo constante de moderación, de nobleza y de lealtad, que suele ser motivo de admiración y atracción por parte de los amigos y ante cualquier circunstancia.

     Los espíritas, en el fondo,  solemos ser ante otros ojos críticos, modelo de perfección sin ser perfectos y sin pretenderlo, ni mucho menos, entonces por ello, quien sabe de nuestra “etiqueta espírita” o de nuestras afirmaciones y creencias, nos examina permanentemente, decepcionándose o alegrándose- según la clase de amigos que sean-,  cuando encuentran “un fallo”, pues eso echa por tierra nuestra imagen y la imagen que tienen del Espiritismo, y ello  muchas veces justifica el que muchas veces no quieran compartir o ni tan siquiera respetar, nuestros conocimientos e ideas.

     Por las mismas razones expuestas, cuando estemos enojados, cuidemos y controlemos  particularmente nuestro  temperamento, pues en esas situaciones humanas, este tiende a desbocarse y a dejar de nosotros una imagen penosa, difícil de recomponer ante los demás y ante nosotros mismos después de un episodio de esa clase. No permitamos que el dichoso temperamento, fuerte, o el mal humor  nos desborde y aunque sea por momentos, y  haga de nosotros lo que no queremos ser.

     Como vemos, el comportamiento en grupo, es muy importante, pues es la piedra de toque en donde demostramos  a los demás y a nosotros mismos, lo que de verdad somos o lo que de verdad queremos llegar a ser.

     Otra pauta a señalar, sería el esforzarnos por cuidar las emociones negativas ante los demás, cuando estemos con problemas.  El tener problemas , es muy normal y muy humano;¿Quién no los tiene o los ha tenido?; pero no debemos perder de vista su razón de ser y su utilidad espiritual, pues en primer lugar, sabemos que cada cual ha generado y genera los suyos, a los cuales se tiene que enfrentar después para superarlos, rectificar  y crecer con ellos. Por tanto, cuidemos junto al temperamento esas emociones que a veces nos pueden traicionar.

     Encima de todo esto, a veces descargamos el mal humor con alguna crítica ácida sobre alguien que no suele estar presente para defenderse.  De este modo empeoramos  con  ella una situación, queriendo justificar lo que moralmente es injustificable y presentándonos como  llenos de razón en nuestros juicios y críticas. ¡ Cuidado con las críticas!; ¡Suelen reflejar aquellos defectos que portamos nosotros mismos, aun cuando nos pasen desapercibidos !.

     Tengamos siempre valor para superar los  problemas y resignación para sufrirlos, sabiendo que nada acontece por casualidad.

     ¡ Seamos justos y comedidos con los demás, del mismo modo que quisiéramos que los demás lo sean con nosotros !

     Por último, cuando  nos vayan bien las cosas; cuando por cualquier motivo sintamos la bendición de Dios, no nos orgullezcamos  por ello  demasiado; no lo atribuyas a tus méritos por tus mejoras. Estamos aún muy lejos de ser modelo de nada.  Más bien, agradece a la Misericordia Divina todo lo bueno que te llegue, pues en medio de tantos errores espirituales y de tantas deficiencias morales que llevamos en el alma, aún estamos lejos de merecer  bendiciones ni favores  de lo Alto. Pensemos que Dios muchas veces nos hace estos regalos sin merecerlos, como una demostración de SU bondad  y de Su Amor,  y se podría decir que como “pago adelantado” y acicate, para que sigamos esforzándonos en avanzar por el arduo camino de la perfección espiritual en medio de este mundo de expiaciones y de pruebas. Tengamos siempre la humildad de reconocerlo y aceptarlo así, mostrando nuestro íntimo agradecimiento por ello.

-Jose Luis Martín -

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                MÉDIUMS Y MEDIUMNIDAD
         

            

El problema de la mediumnidad es, fundamentalmente, problema del médium. El problema del médium es, esencialmente, problema de la mente. El problema de la mente es, por sobre todo, problema del Espíritu. El problema del Espíritu es, principalmente, consecuencia de la moral. Buena mediumnidad implica una vida mediúmnica sana que, a su vez, deriva de una mente equilibrada, y ésta es consecuencia de un Espíritu metodizado, acostumbrado al ejercicio de una moral consolidada, ya sea en la vida pública y en la privada. 

No existe mediumnidad mayor ni mediumnidad menor. Existe médium más dedicado, celoso de sus deberes, y médium irresponsable, negligente ante sus obligaciones. No existen médiums mejores ni peores. Existen mentes ajustadas al programa de Cristo y mentes asaltadas por el torbellino de las sensaciones de la carne. 

No existen mensajes más profundos ni mensajes superficiales. Existen Espíritus más profundos y Espíritus más triviales que se dedican a cuestiones más elevadas de la verdadera vida o que se pierden en pequeñeces de la vida diaria, lejos del respeto y de la dignidad. No conocemos médiums auténticos ni médiums inauténticos. Estamos acostumbrados a ver conducta noble y conducta innoble; vida moral tortuosa y vida moral pura. Por tales razones el problema de la mediumnidad es, igualmente, problema del carácter. El médium es, en todo lugar y en todos los tiempos, alguien que cumple un mandato, paga deudas y crece interiormente, adquiriendo bendiciones de la misericordia divina. Es inútil querer ser intérprete de exposiciones vibrantes, viviendo desajustadamente una vida plena de perturbaciones emocionales. De poca valía es la manifestación brillante, ornada con bellas palabras, cuando no se es lo suficientemente fuerte para transformar el mundo íntimo del instrumento. 

¿Conservará su aroma el perfume exhalado por un vaso enlodado? De la misma manera, ¿quién se anima a beber agua, por más pura que ésta sea, si el vaso que la contiene es sucio y emana mal olor? Por igual motivo, ¿cuál es el hombre que se atreva a tomar el cieno con la esperanza de hallar algo de valor dentro del lodo miasmático? El médium que es portavoz de Espíritus brillantes, con nombres y títulos que impresionan a primera vista, pero que no vive el programa establecido por las leyes morales, es semejante a esos vaso ordinarios rotulados de valiosos y portadores de perfumes exquisitos. Ninguno de ellos es utilizado. Por tal razón decimos que el problema de la mediumnidad es, fundamentalmente, problema del médium. 
La mediumnidad es una facultad. El médium es un instrumento. La mediumnidad es un ministerio. El médium es un servidor. Sin el instrumento bueno y útil, no hay ministerio elevado y digno. Sin sufrimiento es imposible la mediumnidad. El médium debe ser siempre consciente de su responsabilidad, disponiendo su corazón y su alma, su Espíritu y su cuerpo, su conducta y su pensamiento para colaborar eficientemente en la transmisión fiel del mensaje de que es portador. El agua sin filtrar, es siempre una amenaza para la salud de quien la bebe. El agua sin hervir es siempre susceptible de ser foco de innumerables bacterias. El médium que no haya alcanzado el hervor a través del sufrimiento, es propenso a conducir enfermedades en las comunicaciones que transmite. Médium que no pasó por el filtro del testimonio, es casi siempre alguien que puede transmitir terribles males a quienes beben en su fuente. 

En Jesús tenemos el ejemplo: Médium de Dios. En Él tenemos el ejemplo de la vida. Llevado a la angustia y a los testimonios, permaneció fiel. Quien aspire a los servicios de la mediumnidad debe aspirar a los sufrimientos del Señor. Antes del deseo de brindar comunicaciones, es preciso guardar en lo íntimo la ansia de equilibrar la propia alma. Antes de ser vehículo de Espíritus desencarnados, muéstrese intermediario feliz de sí mismo. De lo contrario estará expuesto a repetir errores, sustituyendo personas y conservando los mismos defectos. 

Varían los médiums y continúan las causas deplorables de las comunicaciones insulsas, defectuosas, cuyos resultados, poco útiles, son frutos estériles. Mejórese el médium, y tendremos la mediumnidad provechosa y nítida. Perfecciónese el Espíritu y tendremos comunicaciones más lúcidas. Elévese la moral y tendremos intercambio más identificado con la verdad. Sirva el médium a los objetivos sagrados de su mandato y tendremos médiums seguros. A ellos los conocemos por seguros e inseguros, conforme a la clasificación del eminente codificador Allan Kardec. Por tanto, tengamos cuidado. El gran escollo de la mediumnidad es el médium. El gran problema del médium es su moral. De ahí la razón del Maestro al aseverar claramente: Se conoce al cristiano por sus obras. 

(Página psicografiada por el médium Divaldo Pereira Franco, en Salvador, Bahía, Brasil, en marzo de 1959). 

El progreso moral del médium es clave para tener buenas comunicaciones.


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           EL MUNDO DE LOS FLUIDOS


     El mundo de los fluidos, más que otro alguno, está sometido a las leyes de la atracción..       Por la voluntad atraemos hacia nosotros fuerzas buenas o malas, en armonía con nuestras ideas y nuestros sentimientos. Puede hacerse de ella un uso terrible, pero el que se sirve del poder magnético para el mal, tarde o temprano lo verá revolverse contra él. 
      La influencia perniciosa ejercida sobre los demás bajo la forma de sortilegios, mal de ojo, maleficios, vuelve fatalmente hacia aquel que la ha generado. 
      En hipnotismo como en magnetismo, si el operador no tiene un carácter recto, si sus intenciones no son puras, la experimentación será peligrosa tanto para él como para el sujeto. 
     No entréis, pues, en este terreno sin caridad y sin pureza de corazón. 
     No pongáis jamás en movimiento las fuerzas magnéticas sin acompañarlas de ferviente oración y de un pensamiento de amor sincero hacia nuestros semejantes. 
     De esta manera pondréis vuestros fluidos en armonía con el dinamismo divino, y su acción será más eficaz y más profunda. 
     Por el magnetismo elevado, el de los grandes terapeutas y de los iniciados, el pensamiento se ilumina; bajo la influencia de lo alto, los nobles sentimientos se exaltan; nos sentimos penetrados de una sensación de calma, de fuerza, de serenidad; el alma siente desvanecerse poco a poco todas las pequeñeces del yo humano y reaparecer, las cualidades superiores de su naturaleza. 
Al mismo tiempo que aprende la abnegación en favor del bien y de la salvación de los demás, siente despertarse en ella poderes desconocidos... 
     ¡Que el magnetismo del bien se desarrolle en la Tierra por las aspiraciones generosas y la elevación de las almas! Acordémonos de que toda idea contiene en germen su realización,... y sepamos comunicar a nuestras vibraciones fluídicas la radiación de altos y nobles pensamientos....
     ¡Que una poderosa corriente ligue entre sí a las almas terrenas y las una a sus hermanas mayores del espacio! Entonces, las malas influencias, que retardan la marcha y el progreso de la Humanidad, se desvanecerán bajo las radiaciones del espíritu de sacrificio y de amor. 
León Denis 
En lo invisible 


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El pensamiento y la evolución espiritual


Hoy podemos ver aquí:

- Autoridad, Compañerismo y Renuncia
- La vida de relación
- Consideraciones sobre la oración en el Espiritismo
- El pensamiento y la evolución espiritual


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     AUTORIDAD, COMPAÑERISMO Y  
                              RENUNCIA

" Quien quiera que sea depositario de autoridad, sea cual fuere su extensión. desde el señor sobre su sirviente, hasta el soberano sobre su pueblo, no se puede negar que tiene el encargo de las almas y responderá por la buena o mala dirección que le haya dado a sus subordinados, y las faltas que estos pudieran cometer, los vicios a que fueren arrastrados como consecuencia de esa orientación o de los malos ejemplos recibidos, recaerán sobre él. Del mismo modo, recogerá los frutos de su solicitud, por conducirlos al bien. Todo hombre tiene sobre la Tierra una pequeña o gran misión. Cualquiera que esta sea, siempre le es dada para bien. Desviarla pues, de su sentido, es fracasar en su cumplimiento."

(Allan Kardec- El Evangelio Según el Espiritismo, Cáp. XVII- Sed Perectos,
Superiores y Subalternos-Francois Nicolas Madeleine).



A- COMPAÑERISMO

     El espíritu de competición reinante entre grupos y personas, ha generado desentendimientos, incompatibilidades y  desuniones. 

Las divergencias de opiniones en lo tocante a la Doctrina Espírita, "la mayoría de las veces, versan solo sobre accesorios. no raramente  sobre simples palabras. Sería por tanto, pueril, constituir un bando aparte por no pensar todos del mismo modo". ( Allan Kardec- El Libro de los Médiums, segunda parte Capítulo XXIX. De las Reuniones y de las Sociedades Epíritas. Rivalidad entre Sociedades).

"Los que pretenden estar exclusivamente con la verdad, tendrán que probarlo, tomando como divisa el Amor y Caridad. que es la de todo verdadero espírita. ¿ Querrán prevalecer sobre la superioridad de los Espíritus que los asisten?. Pruébenlo en la superioridad de las enseñanzas que reciban y en la aplicación que de ellas hagan consigo mismos. Ese es el criterio infalible para diferenciar a los que están en el mejor camino"

Nos queremos referir en particular al espíritu de compañerismo que debe prevalecer entre todos los hermanos de ideal espírita, imbuidos  en el perfeccionamiento propio y colectivo.

" Si el Espiritismo. conforme a lo que fue anunciado, tiene que determinar la transformación de la Humanidad, solo podrá hacerlo mejorando a las masas, lo que generalmente se verificará poco a poco, como consecuencia del perfeccionamiento de los individuos".

"Invitamos, pues, a todas las sociedades espíritas a colaborar en esa gran obra. Que de un extremo al otro del mundo, ellos se tiendan fraternalmente las manos,y  así habrán atrapado al mal en irrompibles mallas".

Lo que precisamos, estimados cofrades, es desarrollar el compañerismo, combatiendo el personalismo por todos los medios, para no desviarnos de nuestra misión de producir y propagar el bien que la Doctrina nos enseña.

Citemos, entonces, al menos algunas oportunidades que, a nuestro entender, nos puedan hacer mejores  compañeros : 

a) Renunciado a nuestras posiciones rígidas tomadas en la dirección o en el liderazgo de agrupamientos sociales o religiosos, cuando comprometan la unión de esfuerzos en el trabajo evangélico;

b) Considerando en igualdad de condiciones los puntos de vista de los demás integrantes, aunque ejerzamos el predominio de las ideas en el grupo de servicios cristianos;

c) Creando una atmósfera impersonal y uniendo colaboradores en las tareas comunes, desarrolladas en la siembra del Cristo;

d) Aceptando las ideas o pareceres de los demás, las que más convengan en resultados productivos, aunque sean contrarios a los nuestros;

e) Prestando la misma parte del trabajo en grupo, independientemente de la posición que tengamos  como dirigido o dirigente;

f) Superando las aprensiones propias, cuando quedemos olvidados en alguna referencia o convite ceremonial.

g) Retrayéndonos, siempre que sea posible, en las ocasiones de destaque para hacer sobresalir el trabajo del equipo;

h) Evitando la crítica desdeñosa a colaboradores o a grupos, por tareas no cumplidas; 

i) Prestigiando las buenas iniciativas con nuestro estímulo y apoyo en el ámbito de las actividades beneméritas;

j) Olvidando experiencias desagradables ya pasadas, que incluyeron hermanos de ideal;       
 k) Escuchando críticas personales hechas hacia nosotros sin irritación, sacando de ellas el mejor provecho en las correcciones que siempre necesitamos hacer.

l) Silenciando la voz o la escritura en la apertura al público de aspectos desaconsejables  a , instituciones hermanas. por defender la pureza de los postulados que abrazamos.



B- RENUNCIA

"Vuestro apego a los  bienes terrenos es una de las mayores dificultades para vuestra mejora moral y espiritual. Con el apego a la materia aniquiláis vuestras facultades efectivas, volviéndolas enteramente para las cosas del mundo. Sed sinceros: ¿ la fortuna proporciona una felicidad sin manchas?. Cuando vuestros cofres están abarrotados, ¿ no queda siempre un vacío en vuestros cofres?. En el fondo de esa cesta de flores, ¿ no hay siempre un reptil oculto?"

(Allan Kardec. El Evangelio según el Espiritismo. Capítulo XVI. No se puede Servir a Dios y a Mamon. Item 14. Desprendimiento de los Bienes Terrenos — Lacordaire.) 

"El olvido completo y absoluto de las ofensas es inherente a las grandes almas, y el rencor es siempre un indicio de sentimientos menos edificantes y de poca evolución espiritual. No debéis olvidar que el verdadero perdón se reconoce mucho más en los actos que en las palabras". Capítulo X- Bienaventurados los Misericordiosos. Item 15- Perdón de las Ofensas- Pablo Apóstol).

¿ Cómo mantenernos razonablemente equilibrados, sobreviviendo hoy con las soñadas dispensas sin atormentarnos?

¿ Será posible conciliar la preocupación por la ganancia financiera y el desprendimiento de los bienes terrenos?

¿ Cómo viviremos en esa época de luchas por los valores monetarios, renunciando a ellos? 

¿ Cómo olvidar los prejuicios que nos causan económicamente, sin contraer disgustos y rencores con el infractor?

La pericia está en administrar adecuadamente los bienes y valores, como usufructuarios y depositarios, sin hacer de ellos un uso para nuestro exclusivo placer, preocupándonos los excesos, haciéndolos oportunidades de trabajo, empleándolos para matar el hambre, disminuir el frío y proporcionar abrigo a quien esté en la miseria.

El mayor engaño es hacer de las ambiciones y deseos de poseer muebles, inmuebles, vehículos, aparatos domésticos, vestuario y utensilio, los principales objetivos de nuestro salario, condicionándonos a ellos con avidez y desasosiego.

Renunciar es. principalmente no vivir preso de la posesión de valores monetarios. Pero es también estar libre de la importancia dada a los valores profesionales, intelectuales, sociales o políticos.

En pocas palabras: nadie precisa ser rico o socialmente destacado, para ser respetado, admirado o amado. Veamos el ejemplo de Chico Xavier, cuya admiración y respeto del público está por el bien que realizó.

Veamos como aplicar la renuncia en algunas de las innumerables ocasiones :

a) Evaluando los principales motivos que nos tienen hasta hoy, impulsados al trabajo desenfrenado,obteniendo de esto nuestros propòsitos de ganancias:

b) Evaluando  tranquilamente lo que poseemos en bienes y valores monetarios para responder honestamente si los estamos empleando para generar beneficios al prójimo.

c) Examinando acertadamente cuales son las necesidades superfluas que necesitamos liberar;

d) Observando con profundidad si alimentamos algún deseo de prominencia profesional, intelectual, social o política. 

e) Dedicando una parcela de nuestro tiempo en algún servicio no remunerado al prójimo;

f) Atenuando y relegando ciertas deudas por préstamos hechos a nosotros, que por ventura nos estén atormentando;

g) Ofreciendo utensilios, objetos y ropas que tengamos, en provecho de otros. 

h) Inclinando nuestros ideales de vida al propio mejoramiento moral y espiritual de forma más objetiva.

"Aprended a contentaros con poco. Si sois pobres, no envidiéis a los ricos, porque la fortuna no es necesariamente la felicidad. Si sois ricos, no olvidéis que esos bienes os fueron confiados, y que debéis justificar su empleo, como un préstamo de cuentas para controlarlo. No seáis depositarios infieles, haciéndolos servir para la satisfacción de vuestro orgullo y de vuestra sensualidad. No os juzguéis con el derecho de disponer de ellos únicamente para vosotros, pues no los recibisteis como donación, sino como un préstamo." (Cápitulo XVI. No se puede servir a Dios y a Mamon, item 14. Desprendimiento de los bienes terrenales- Lacordaire).

Ney P. Peres.

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LA VIDA DE RELACIÓN

En el Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, encontramos la siguiente pregunta hecha  a los Espíritus:
¿La vida social está en la Naturaleza?
A lo que los Benefactores respondieron:
Ciertamente. Dios hizo al hombre para vivir en sociedad. No le dio inútilmente la palabra y todas las otras facultades necesarias para la vida de relación.
No siendo el hombre portador de  facultades completas, es lógico que, mediante el interrelacionamient o   social ellas se completen para su bienestar y progreso.
De esa forma, las oportunidades de convivencia  nos son ofrecidas desde temprano. El hogar es nuestra primera experiencia de vida en sociedad y donde aprendemos las lecciones de interrelacionamient o.
Después viene la escuela, y enseguida el trabajo profesional.
Y es en el ambiente de trabajo que pasamos gran parte de nuestra existencia, conviviendo, generalmente, como personas que, en principio no son extrañas.
¿Todavía si es en ese ambiente que pasamos buena parte de la vida, porque no tornarlo lo más agradable posible?.
Debido a la falta de cuidado y atención, muchos de nosotros hacemos del local del trabajo un verdadero campo de guerra.
Substituyendo la cooperación por la competición, sufrimos y hacemos sufrir, en un ansia insana de lograr lugares de destaque.
Olvidados de que no somos  conocedores de todo y que podemos hacer de la cooperación una forma de fortalecimiento del equipo, deseamos hacer solos la carrera.
Cuando Jesús, el gran Sabio de la Humanidad, se refirió a la fortaleza del puñado de varas, era exactamente a la unión y a la cooperación a lo que El se reportaba.
Solidarios, seremos unión, separados unos de los otros por la sed de competición, seremos meros puntos de vista.
El reino animal nos da excelentes ejemplos de convivencia pacífica y cooperación entre seres de especies diferentes.
Recientemente vimos un video que mostraba un camarón y un pez en una  perfecta pareja.
El pez podía ver pero no tenía casa. El camarón era ciego pero poseía una gran madriguera para protegerse.
Aun mismo sin lenguaje articulado, ambos optaron un sistema perfecto de cooperación mutua. Mientras el camarón trabajaba, ampliando las galerías de la madriguera, el pez se quedaba vigilando la entrada. Si surgía un peligro, el pez inmediatamente entraba  e impedía que el camarón fuese hasta el exterior.
Y cuando el camarón salía para alimentarse de los musgos existentes en el exterior  de la madriguera una antena se inclinaba en el dorso  del pez y, al menor movimiento ambos se refugiaban inmediatamente.

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¿Y en cuanto a nosotros, que poseemos el habla y todas las otras facultades necesarias para la vida en relación, como las hemos utilizado?
Sería importante que nos detuviésemos un poco para pensar o repensar en nuestro comportamiento, ya que estamos viviendo los días del siglo veintiuno.
El Señor estableció la cooperación como base indispensable de éxito  en cualquier trabajo.
El arado es preciso, más inútil, si no posee la mano del labrador que lo dirige. El éxito es una bendición de fuerzas  conjugadas en la naturaleza.
 Redacción de Momento Espirita, del libro Diccionario del Alma,  por Espíritus diversos, Psicografia de Francisco Cándido Xavier.

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  Consideraciones sobre la oración                    en  el Espiritismo

     Cada cual es libre de considerar las cosas a su manera, y nosotros, que reclamamos esa libertad para nosotros, no podemos rehusársela a los otros. Pero, porque una opinión sea libre, no se infiere que no se pueda discutir, examinar lo sólido y lo débil, sopesar los beneficios o los inconvenientes. 
     Decimos esto a propósito de la negación sobre la utilidad de la oración, que algunas personas quisieran erigir en sistema, para hacer de ello la bandera de una escuela disidente. Esta opinión puede resumirse así: 
     «Dios establece leyes eternas a las cuales todos los seres están sometidos; no podemos pedirle nada, y no tenemos que agradecerle ningún favor especial, luego es inútil orarle. 
     El destino de los Espíritus está trazado, es pues inútil orar por ellos. No pueden cambiar el orden inmutable de las cosas, luego es inútil rogarles. 
     El Espiritismo es una ciencia puramente filosófica; no solamente no es una religión, sino que no debe tener ningún carácter religioso. Toda oración dicha en las reuniones tiende a mantener las supersticiones y la beatería».
      La cuestión de la oración ha sido discutida durante bastante tiempo para que no sea inútil repetir lo que se sabe sobre el asunto. Si el Espiritismo proclama su utilidad, no es por conveniencia, sino porque la observación ha permitido constatar su eficacia y resultados. Desde que, mediante las leyes de los fluidos, comprendemos el potencial del pensamiento, comprendemos también el de la oración, que es en sí misma un pensamiento dirigido hacia una meta determinada. 
     Para algunas personas, la palabra oración sólo despierta una idea de petición; es un grave error. Con respecto a la Divinidad es un acto de adoración, de humildad y de sumisión a lo que no puede uno oponerse sin despreciar el poder y la bondad del Creador. Negar la oración a Dios, es reconocer a Dios como un hecho, pero es rechazar rendirle homenaje; es otra rebeldía del orgullo humano. Con respecto a los Espíritus, que no son otros que las almas de nuestros hermanos, la oración es una identificación de pensamientos, un testimonio de simpatía; rechazarla, es rechazar el recuerdo de los seres que nos son queridos, ya que ese recuerdo simpático y benevolente es por sí mismo una oración. Se sabe por otra parte que aquellos que sufren la reclaman con insistencia como un alivio a sus sufrimientos; si la piden, es pues porque tienen necesidad de ello; el negársela, es negar el vaso de agua al desdichado que tiene sed. 
     Además de la acción puramente moral, el Espiritismo nos muestra, en la oración, un efecto por así decir material, resultante de la transmisión de fluidos. Su eficacia, en ciertas enfermedades, es constatada por la experiencia, así como es demostrada por la teoría. Rechazar la oración es pues privarse de un potente auxiliar para el alivio de los males corporales. 
     Veamos ahora cuál sería el resultado de esa doctrina, y si tiene alguna probabilidad de prevalecer. 
     Todos los pueblos oran, desde los salvajes hasta los hombres civilizados; son llevados a ello por instinto, y es lo que los distingue de los animales. Sin duda oran de manera más o menos racional, pero en definitiva oran. Los que, por ignorancia o presunción, no practican la oración, son, en el mundo, una ínfima minoría. La oración es pues una necesidad universal, independiente de sectas y nacionalidades. Tras la oración, si se está débil, se siente uno más fuerte; si se está triste, uno se siente consolado; quitar la oración, es privar al hombre de su más potente sostén moral en la adversidad. Mediante la oración eleva su alma, entra en comunión con Dios, se identifica con el mundo espiritual, se desmaterializa, condición esencial de su futura felicidad; sin la oración, sus pensamientos se quedan a ras de tierra, se adhieren cada vez más a las cosas materiales; de ahí un retraso en su progreso. 
     Poniendo en tela de juicio un dogma, sólo se pone uno en oposición con la secta que lo profesa; denegando la eficacia de la oración, se hiere el sentimiento íntimo de la casi unanimidad de los hombres. El Espiritismo debe las numerosas simpatías que despierta a las aspiraciones del corazón, y en las cuales las consolaciones que se hallan en las oraciones son en gran parte responsables. Una secta que se fundase sobre la negación de la oración se privaría del principal elemento de éxito, la simpatía general, porque en vez de calentar el alma, la helaría; en vez de elevarla, la abatiría. Si el Espiritismo debe ganar en influencia, es aumentando la suma de las satisfacciones morales que procura. Que todos los que quieren a cualquier precio novedades en el Espiritismo, para unir su nombre a una bandera, se esfuercen en dar más que él; pero no es dando menos que lo suplantarán. El árbol despojado de sus sabrosos y nutritivos frutos será siempre menos atrayente que aquel engalanado con ellos. Es en virtud del mismo principio que siempre hemos dicho a los adversarios del Espiritismo: La única manera de destruirlo es ofreciendo algo mejor, más consolador, que explique más y satisfaga aún más. Es lo que nadie ha hecho todavía. Se puede considerar pues el rechazo de la oración, por parte de algunos creyentes en las manifestaciones espiritistas, como una opinión aislada que puede reunir algunas individualidades, pero que no reunirá nunca a la mayoría. Sería erróneamente que se imputaría esa doctrina al Espiritismo, ya que él enseña positivamente lo contrario.
      En las reuniones espiritistas, la oración predispone al recogimiento, a la circunspección, condición indispensable, como se sabe, para las comunicaciones serias. ¿Se quiere decir con ello que hay que transformarlas en asambleas religiosas? De ninguna manera; el sentimiento religioso no es sinónimo de religionario; se debe aún evitar lo que podría dar a las reuniones ese último carácter. Es con ese fin que hemos constantemente desaprobado en esas reuniones los rezos y los símbolos litúrgicos de cualquier culto. No hay que olvidar que el Espiritismo debe tender al acercamiento de las diversas confesiones; no es raro ver hoy en día en esas reuniones fraternizar a representantes de diferentes cultos, es por eso que ninguno debe arrogarse la supremacía. Que cada uno ore en su íntimo como prefiera, es un derecho de conciencia; pero en una asamblea fundada sobre el principio de la caridad, debe uno de abstenerse de todo lo que podría herir susceptibilidades y tender a mantener un antagonismo que, por el contrario, debemos esforzarnos por hacer desaparecer. Oraciones especiales del Espiritismo no constituyen en absoluto un culto diferenciado, desde el instante en que no son impuestas y que cada cual es libre de decir las que le convienen, pero tienen la ventaja de servir para todo el mundo y de no herir a nadie. 
     El mismo principio de tolerancia y respeto para las convicciones ajenas, nos hace decir que toda persona razonable que circunstancialmente visita un templo, cuyos cultos y creencias no comparte, debe abstenerse de todo signo externo que pudiese escandalizar a los asistentes; que debe, si es necesario, participar de los usos formales que no comprometen en nada su consciencia. Que Dios sea adorado en un templo de manera más o menos lógica no es motivo para herir a aquellos que encuentran esa manera buena. 
     El Espiritismo dando al hombre una cierta suma de satisfacciones y probando cierto número de verdades, hemos dicho que sólo podría ser reemplazado por algo que diese más y probase mejor que él. Veamos si ello es posible. Lo que hace la principal autoridad de la doctrina es que no hay uno solo de sus principios que sea el producto de una idea preconcebida o de una opinión personal; todos, sin excepción, son el resultado de la observación de los hechos. Es únicamente por los hechos que el Espiritismo ha llegado a conocer la situación y las atribuciones de los Espíritus, así como las leyes, o mejor dicho, una parte de las leyes que rigen las relaciones con el mundo invisible; esto es un punto capital. Continuando apoyándonos en la observación, hacemos filosofía experimental y no especulativa. Para combatir las teorías del Espiritismo, no basta pues decir que son falsas: habría que oponerle hechos sobre los cuales sería impotente en dar la solución. Y aún en ese caso se pondrá a nivel, porque sería contrario a su esencia el obstinarse en una idea falsa, y que siempre se esforzará en rellenar las lagunas que puede presentar, no teniendo la pretensión de haber llegado al apogeo de la verdad absoluta. Esa manera de ver el Espiritismo no es nueva; se puede ver siempre formulada en nuestras obras. Desde el momento en que el Espiritismo no se declara ni estacionario ni inmutable, se asimilará todas las verdades que sean demostradas, de cualquier parte que vengan, ya sea de las de sus antagonistas, y no se quedará nunca rezagado del progreso real. Asimilará esas verdades, decimos, pero solamente cuando sean demostradas claramente, y no porque le plazca a alguno el dar por tales, o sus deseos personales o los productos de su imaginación. Una vez ese punto establecido, el Espiritismo sólo podría perder si se dejase distanciar por una doctrina que diese más que él; no tiene nada que temer de aquellas que diesen menos y suprimiesen lo que hace su fuerza y su principal atractivo. 
     Si el Espiritismo aún no lo ha dicho todo, hay sin embargo una cierta suma de verdades adquiridas en la observación y que constituyen la opinión de la inmensa mayoría de los adeptos; y si esas verdades han adquirido hoy el estado de artículos de fe, para servirnos de una expresión empleada irónicamente por algunos, no es ni por nosotros, ni por nadie, ni así mismo por nuestros Espíritus instructores que han sido así expuestas y aún menos impuestas, sino por la adhesión de todo el mundo, cada cual pudiendo constatarlas. Si pues una secta se formase en oposición con las ideas consagradas por la experiencia y admitidas en general como principio, no sabría conquistar las simpatías de la mayoría, cuyas convicciones heriría. Su efímera existencia se extinguiría con su fundador, quizás antes, o por lo menos con los pocos adeptos que hubiese podido reunir. Supongamos el Espiritismo dividido en diez, veinte sectas, la que tendrá la supremacía y la máxima vitalidad será naturalmente la que dé la más grande suma de satisfacciones morales, que rellenará el mayor número de vacíos del alma, que estará fundamentada sobre las pruebas más positivas, y que se mostrará como la mejor para la unificación de la opinión general. 
     Así pues el Espiritismo, tomando como punto de partida de todos sus principios la observación de los hechos, no puede ser tumbado por una teoría; manteniéndose constantemente al nivel de las ideas progresistas, no podrá ser superado; apoyándose en el sentimiento de la mayoría, satisface las aspiraciones del mayor número; fundado sobre esas bases, es imperecedero, ya que ahí reside su fuerza. 
     Ahí reside también la causa del fracaso de las tentativas hechas para impedir su avance; en cuanto al Espiritismo, hay ideas profundamente antipáticas a la opinión general y que ésta rechaza instintivamente; construir sobre esas ideas, como punto de apoyo, un edificio o cualquier esperanza, es agarrarse torpemente a ramas quebradizas; esto es a lo que son reducidos los que, no pudiendo derribar por la fuerza al Espiritismo, intentan derribarlo desde dentro. 
Allan Kardec-  (Traducido por Javier Rodríguez)

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EL PENSAMIENTO Y LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL


La mediumnidad es un fenómeno natural, típico del ser humano es la facultad que permite el contacto materializa el Plan Espiritual.
El codificador del Espiritismo, Allan Kardec, nos enseñó que somos todos los medios, sin distinción de creencias, moral, o el grado de sensibilidad. Todos los sentimientos de la influencia de los espíritus en nuestras vidas, todos tenemos un canal que permite a la comunión con la Divina Providencia, que inspira pensamientos de amor y luz para nosotros seguir en la mejora de la forma.
Cada vez que nos use esta maravillosa universidad, sintonizar con otras mentes que vibran en la misma longitud de onda mental, tanto configurada como desencarnado, son ondas y rayos de navegación a través del cuarto, que todos conocemos.
Lo que tenemos que tener en cuenta es la forma en que estamos utilizando esa opción tan precioso? Lo que hemos sintonizado en nuestra vida diaria? ¿Qué pensamientos que emitimos todos los días? ¿Qué sentimientos nos llevan?
Los pensamientos son la base de nuestra evolución espiritual, es un atributo innato de todo espíritu inmortal, por lo que el pensamiento es acción creativa.
Léon Denis dice en el problema de ser, el destino y el dolor "Pensamiento, decíamos, es el creador. No actúa sólo en nuestros contornos, influyendo en nuestros semejantes, para bien o para mal; Opera principalmente en nosotros; genera nuestras palabras, nuestras acciones, y con ella, hemos construido día a día ", el gran o desgraciado edificio de nuestra vida presente y futura.
Por lo tanto, nos encontramos con que a través de nuestros pensamientos cultivamos sentimientos nobles o enfermo, impregnando nuestra luz periespíritu o sombras. Los sentimientos que llevamos demuestran nuestra vibración periespiritual, densidad o brillo.
Tomamos las riendas de nuestro progreso espiritual cuando intentamos educar a los pensamientos. Esta acción tendrá como resultado la transformación de nuestros sentimientos.
Sin embargo, este esfuerzo debe ser constante, diaria, ya que es a través de este esfuerzo para convertir moral para lograr peldaños más altos en la escala evolutiva.
Pero cómo conquistar renovación mencionado? A través de Jesús del Evangelio, pensamientos que iluminan con la escritura iluminativa de las enseñanzas del Divino Maestro. Por lo tanto, vamos a desarrollar nuevas construcciones mentales que darán lugar a la experiencia evangélica, el cambio de sentimientos, actitudes y vibraciones.
Dios nos rodea con su Pensamiento Divino, Jesús nos abraza y nos alimenta espiritualmente a cada paso, depende de nosotros vibran a una gama más alta, la captura de las bendiciones de amor que nos fortalezcan para el gran viaje.
No es suficiente ser mediano, que tiene que ser psíquico para Jesús, la comprensión y la reencarnación experimentar como una oportunidad bendito Dios nos da para aprender a amar.
No es suficiente ser espiritualista, tiene que experimentar el profundo conocimiento que la doctrina nos da.
En nuestro esfuerzo diario de la educación de los pensamientos basados ​​en las enseñanzas de Jesús es la clave de nuestra transformación moral y cómo nos enseña Kardec "Se reconoce el verdadero espiritista por su transformación moral y por sus esfuerzos para domar sus malas inclinaciones."
Michele Ribeiro de Melo
Red de Amigos Espirita


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