COMUNICACION
Hermanos y hermanas, mucha paz.
Como vosotros conocéis bien, en el plano físico se encuentran encarnados espíritus de todos los grados.
En cambio, en el plano espiritual los espíritus se agrupan únicamente por afinidades y por niveles de
progreso. Dice un refrán vuestro “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Y a pesar de que se diga
por las masas como un refrán popular, encierra una gran enseñanza espiritual. Si vosotros pudierais ver las compañías espirituales de los encarnados, enseguida podríais clasificar a dicho encarnado a la categoría de espíritus a la que pertenece. Os explicamos esto porque es frecuente atribuir a los espíritus todas aquellas circunstancias adversas que nos ocurren. Nadie recuerda ni quiere acordarse de su pasado, y aunque en esta encarnación os creáis los seres más perfectos de la creación, creedme, vosotros y todos tenemos un pasado lleno de errores y de crímenes. Dicho pasado constituye las deudas que hemos venido a saldar, y en el Espiritismo se os propone saldar dichas deudas por el camino del trabajo y del amor. Y creedme también, no hay mejor forma de crecer espiritualmente que por los caminos del trabajo y del amor.
Así pues, cuando sufráis, está muy bien que orientéis a los espíritus, está muy bien que saneéis el ambiente que os circunda a través de la oración y de las lecturas edificantes, pero cada vez que sintáis la presencia de algún espíritu inferior a vuestro lado, haceros una simple pregunta ¿Qué hay en mí que atraiga a dichos espíritus? No hace falta que la escribáis, no hace falta que os culpéis, no hace falta que os torturéis. Pero sed sinceros con vosotros mismos y encontraréis los defectos que habéis venido a pulir. En algunos es el egoísmo, en otros puede ser el orgullo, en otros la
envidia, los celos…, no importa. El resultado es que la solución está siempre en la humildad, la caridad y la oración.
Por lo tanto, amigos y hermanos, continuad trabajando, continuad amando, no sólo para convertir
la Tierra en mundo de regeneración, sino para convertir el carbón que lleváis dentro en los diamantes
que estáis llamados a ser.
Muchísima paz, muchísimo amor. Hasta siempre.
Mensaje recibido en la Associació Espírita Otus i
Neram, Tàrrega, 5-3-2011
( De la Revista Actualidad Espiritista )
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LA FELICIDAD
INDAGACIONES SOBRE LA FELICIDAD· Francisco Cándido Xavier
“En nuestra reunión, probablemente porque las indagaciones sobre la felicidad dominaban el tema de la conversación, antes de la ejecución de las tareas de la noche, El Libro de los Espíritus vino a nuestro encuentro con la cuestión 921, en torno al mismo tema.
Meditamos sobre el asunto discutido y confirmado por el libro, y al termino de nuestra reunión fue nuestro amigo espiritual André Luiz quien tomo el lápiz y escribió la pagina Reglar de la Felicidad, que nos gustaría ver enriquecida con sus bendecidos comentarios”
REGLAS DE LA FELICIDAD· Andrés Luiz
Acuérdese de que los otros son personas que usted puede auxiliar, aun hoy, y de las cuales tal vez mañana mismo usted precisará de auxilio.
Todo responde no solamente conforme a la plantación, sino también según los cuidados que reciba.
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Aquellos que rentean con nosotros en las mismas trillas evolutivas se asemejan a nosotros, cargando cualidades adquiridas y deficiencias que están buscando liquidar y olvidar.
Considere en los arañazos mentales que usted experimenta cuando alguien se reporta irreflexivamente a sus problemas, y aprenda a respetar los problemas ajenos.
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Pensemos en el bien y hablemos del bien, destacando el lado bueno de acontecimientos, personas y cosas.
Toda vez que actuamos contra el bien, creamos oportunidades para la influencia del mal.
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Mostremos la mejor sonrisa – la sonrisa que nos nazca del corazón, siempre que entremos en contacto con los otros.
Nadie estima transitar sobre tapetes de espinas.
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Evitemos discusiones.
Dialogo, en esencia, es intercambio.
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Si usted tiene algo de bueno que realizar, no se atrase en eso.
Hoy es tiempo de hacer lo mejor.
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Estime la tarea de los otros, prestigiándola con su entusiasmo y bendiciendo la construcción del bien.
Crear alegría y seguridad en los otros es aumentar nuestro rendimiento de paz y de felicidad.
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No contrarié los puntos de vista de sus interlocutores.
Podemos tener luz en casa sin apagar la lámpara de los vecinos.
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Usted es una institución con objetivos propios, dentro de la Vida, la Gran Institución de Dios.
Los amigos son sus clientes y si usted procura ayudarlos, ellos igualmente le ayudaran a usted.
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Si usted sufrió derrotas y contratiempos, apenas se detendrá en eso si quiere.
La Divina Providencia jamás nos cierra las puertas del trabajo y, si pasamos entonces por fracasos y dificultades en nuestras realizaciones, el sol del nuevo día nos invita a recomenzar.
LA FELICIDAD EN LA TIERRA· J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
La felicidad es una cuestión de comprensión. Las criaturas que encaran la vida sin ninguna comprensión de su realidad espiritual, no pueden ser felices. Sus momentos de alegría y satisfacción pasan deprisa y son bien pocos. Porque ellas colocan la felicidad donde ella no puede estar, quieren encontrarla en cosas ilusorias que luego se deshacen. La felicidad mora en nosotros mismos, en nuestra conciencia.
Tenemos un objetivo en la vida y solo somos felices cuando lo estamos realizando.
Las reglas que André Luiz nos ofrece muestran eso de manera bien clara y lo confirman. El Libro de los Espíritus, en su cuestión 921, en el comentario a esa cuestión, Kardec advierte: “El hombre bien compenetrado de su destino futuro solo ve en la existencia corpórea una rápida estancia.”
Descartes ya nos alertaba contra el peligro de confundir el alma con el cuerpo. Cuando no sabemos distinguirnos del propio cuerpo, lo que buscamos es una felicidad ilusoria, egoísta y efímera. Ella puede satisfacernos por algunos instantes, más luego se irá de nuestras manos y nos sentiremos grandemente infelices.
Es bueno grabarnos en nuestra mente esta enseñanza de André Luiz “Crear alegría y seguridad en los otros es aumentar nuestro rendimiento de paz y felicidad”. Esta no es apenas una recomendación moral, es una ley científica. Porque la vida humana es psíquica y no material. Vivimos en un océano de vibraciones psíquicas, en permanente permuta con las otras personas.
Si pensamos en el mal, atraemos vibraciones malas, si pensamos en el bien, atraemos buenas vibraciones, y si hacemos bien, creamos un potencial de bondad paz y felicidad a nuestro alrededor, beneficiando también a los otros.
Es evidente que no podemos cambiar el mundo por nosotros mismos. Ni podemos hacernos Anjeles de un momento para otro. Tenemos nuestro pasado negativo, más el presente nos ofrece oportunidad de crear un futuro positivo. Mientras creamos con nuestros buenos pensamientos y buenas acciones, tendremos la felicidad que es posible al hombre gozar en la Tierra, en un mundo inferior, de pruebas y expiaciones.
Venceremos nuestras pruebas con alegría y superaremos nuestras pruebas con esperanza, comprendiendo que nos libertaremos de nosotros mismos para la felicidad real del espíritu, que es el destino de todas las criaturas .
Artículo publicado originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide Licencia” del periódico Diario de S. Paulo, en la década de 1970.
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LA FELICIDAD EN MUNDOS MÁS ADELANTADOS QUE EL NUESTRO
En los mundos más adelantados que el nuestro, donde no se vive sujeto a nuestras necesidades físicas y a nuestras enfermedades, ¿comprenden los hombres que son más dichosos que nosotros? La dicha en general es relativa y se la aprecia por comparación con un estado menos feliz. Como en definitiva algunos de esos mundos, aunque mejores que el nuestro, no han llegado a la perfección, los hombres que en ellos habitan deben tener causas especiales de malestar. Entre nosotros, por más que el rÍco no sienta las angustias de las necesidades materiales como el pobre, no deja de tener tribulaciones que amargan su vida.
Pues bien, yo pregunto si en su posición los habitantes de esos mundos se creen tan desgraciados como nosotros, y no se quejan de su suerte, no teniendo el recuerdo de una existencia inferior para término de comparación.
«De dos modos diferentes debe responderse a esta pregunta. Hay mundos, entre esos de que tú hablas, cuyos habitantes tienen un recuerdo muy claro y exacto de sus existencias pasadas y como comprenderás, pueden y saben apreciar la dicha que Dios les permite saborear. Pero otros hay, cuyos habitantes, aunque colocados, como tú dices, en mejores condiciones que vosotros, no dejan de tener tan grandes incomodidades y hasta desgracias, y no aprecian su dicha por lo mismo que no recuerdan un estado más infeliz aún. Pero, si como hombres no la aprecian, la aprecian como espíritus».
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
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sábado, 21 de febrero de 2015
viernes, 20 de febrero de 2015
DIOS NOS CONTESTA EN VOZ BAJA
LIBERTAD y Libre albedrio
La libertad es un concepto que hace referencia a muchos aspectos de la vida humana. Comúnmente se le define como aquella facultad natural que posee el ser humano de poder obrar según su propia voluntad. También es posible comprender la libertad como aquel estado en el que el hombre no está siendo esclavizado ni preso por otro. Se trata de un concepto que hace alusión a aquellos aspectos relacionados con la independencia, con la licencia para realizar aquello que se estime adecuado o conveniente. El concepto de libertad es algo que a lo largo de la existencia humana nos ha hecho reflexionar en múltiples sentidos, siendo uno de los temas fundamentales de la filosofía. Por lo tanto, la libertad de obrar según la propia voluntad puede terminar por hacernos perder la tan deseada libertad. Otro de los problemas y contradicciones con los que se enfrenta la libertad guarda relación con la necesidad de normar la vida humana en el mundo. Todas las naciones y sociedades formadas sobre el planeta poseen leyes y normas que rigen el comportamiento humano; podría pensarse por esto que no poseemos libertad alguna. Pero cabe preguntarse por la forma que adquiriría la vida en sociedad si no existiesen dichas normas y pautas de conducta. La libertad es un valor primordial, ya que permite que los demás valores existan. Aunque los medios de comunicación, los políticos o la escuela hablen sobre este valor, definirlo no es tan fácil pues existen distintas formas de concebirlo y ejercerlo. Para todos, la libertad tiene un valor muy importante, y muy amplio, y esto conlleva muchas obligaciones. La Libertad no es simplemente hacer lo que queramos hacer, y divertirnos; aunque algunos lo piensen así, al menos, por poco tiempo… La Libertad no puede ser considerada desde un punto de vista personal, ya que molestaríamos a los otros tratando egoístamente de perseguir nuestros deseos. La Libertad es ESTAR libre de ataduras y de explotación. Es un estado en el cual podemos crecer y aprender, ser nutridos, y en el cual podemos desarrollar nuestros talentos, y explorar la vida y el mundo en sus muchas dimensiones. Eso es lo que queremos para nosotros mismos, para nuestras familias, nuestros amigos y vecinos, nuestro país, el mundo… La Libertad es un ideal que en la mente de un número creciente de personas debe extenderse hasta los animales. Estamos entristecidos por la condición tan terrible en la que están algunas de esas criaturas, apenados de que sean coartados de su libertad y matados para proporcionar comida, consternados por la pérdida de su hábitat causada por las crecientes demandas de la población humana, y aturdidos por los muchos otros abusos infligidos sobre ellos en el nombre de la ciencia, el entretenimiento, etc. Este ideal existe en algunas tradiciones, o puede darse espontáneamente en el corazón de los individuos. Para cambiar las espantosas condiciones en las que están los animales se requiere cambiar nuestro estilo de vida. La reforma depende de nuestras acciones individuales, en las decisiones que tomamos cada día. Somos realmente afortunados al poder juntarnos para aprender de cada uno como poner nuestros ideales en acción. Somos afortunados de tener libros e información disponible. Somos bendecidos al poder obtener comida y comodidades para poder vivir de la manera que hemos escogido. Hay muchos que están restringidos por los hábitos de la sociedad en la que viven, por la falta de conciencia, o por su edad (los muy jóvenes o los muy viejos), por flaqueza, por depender de otros o de instituciones para su cuidado y sostenimiento. Ocurre una tragedia cada vez que un anciano se somete al cuidado de otros y es alimentado con carne cuando preferiría ser vegetariano. O cuando un adolescente esta desnutrido con una dieta vegana por la falta de información, apoyo, o falta de buena elección de alimentos. Valoren su libertad y úsenla bien, no sólo para el beneficio propio sino para hacer el camino más fácil para los otros en sus vidas, para aliviar el sufrimiento de los animales y de la tierra. Cuando parezca ser mucha la carga, acuérdense que tienen una opción, y la inconveniencia no es una excusa. Cuanto más lo hagamos, más fácil se nos hará. Estamos trazando un camino para que otros lo puedan seguir... Lo que hagamos impactará la vida de más de los que podamos imaginar. Debemos tomar responsabilidad, hacer algo de trabajo extra, ir un poco más allá si es necesario. Aún cuando al pasar los años nuestro entendimiento cambie y nos encontremos con la necesidad de revisar algunos de los conceptos tan duramente obtenidos, cuando sean puestos a prueba o con el cambio de los tiempos. Aún cuando haya veces en que el término medio sea la mejor opción. Debemos ser honestos al evaluar una situación. Debemos tomar la decisión correcta, no la más fácil. Es importante que fortalezcamos nuestro espíritu y hagamos lo mejor posible al ejercer la Libertad que tenemos, que es tan valiosa. Eso nos facilitará a todos el caminar más suavemente sobre la tierra con una mejor armonía con el medio ambiente y con las otras criaturas que comparten nuestro mundo. El mundo cuenta con nosotros para hacer todo el esfuerzo posible. Nadie puede vanagloriarse de gozar de una libertad absoluta, ya que tantos los grandes como los pequeños, necesitan unos de los otros. La libertad absoluta no existe desde el momento en que se reúnen dos hombres. El Ermitaño en el desierto seria enteramente libre. Pero desde el momento en que se reúnen dos hombres, tienen derechos que respetar, y por consiguiente no tienen libertad absoluta. La obligación de respetar los derechos ajenos no quita el derecho al hombre de pertenecerse a sí mismo, ya que es un derecho que procede de la Naturaleza. Las opiniones liberales de algunos hombres, pueden conciliarse con el despotismo que ciertos hombres ejercen en su casa y con sus subordinados, por el conocimiento que tienen de la ley natural; pero neutralizada por el orgullo y el egoísmo. Comprenden lo que debe ser, cuando sus principios no son una comedia hecha por interés, pero no lo hacen. Mientras más inteligentes somos para comprender un principio, menos somos excusables si no lo aplicamos en sí mismos. El hombre sencillo, pero sincero, está más adelantado en el camino de DIOS que el que quiere parecer lo que no es. Toda sujeción absoluta de un hombre a otro es contraria a la ley de Dios. la esclavitud es un abuso de fuerza, que desaparece con el progreso, como desaparecerán poco a poco conforme el hombre se perfeccione todos los abusos. La ley humana que consagra la esclavitud es contraria a la Naturaleza, puesto que asemeja el hombre al bruto y le degrada moral y físicamente. Cuando la esclavitud forma parte de las costumbres de un pueblo, los que se aprovechan de ellas son responsables, ya que lejos de combatir un mal se conforman con el pasando por alto, lo que la ley de Dios recrimina y condena. El mal siempre es mal, y los sofismas del hombre no lograran que una mala acción se trueque en buena; pero la responsabilidad del mal es relativa a los medios que se tienen para comprenderlo. El que saca provechos de la ley de esclavitud es siempre culpable por la abolición de una ley natural; pero en esto como en todo, la culpabilidad es relativa. Si en una ciudad se ejerce la esclavitud como cosa natural, desde el momento en que sus moradores adquieran desarrollo, y se ilustren por la luz del Cristianismo, comprenderán que es condenable y por eso no tendrán disculpa ante Dios. Muchos creen que la natural desigualdad de aptitudes, pone a ciertas razas humanas bajo la dependencia de las más inteligentes. Pero se olvida que es solo para ilustrarlas y no para embrutecerlas más aun con la servidumbre. Hay hombres que han considerado, durante mucho tiempo, a ciertas razas humanas, como animales trabajadores, dotados de brazos y manos, a quienes tenían derecho a vender como bestias de carga. Se creen de mejor sangre, porque en el fondo son unos insensatos que solo ven la materia. Olvidándose que no es la sangre la más o menos pura, sino el espíritu. Existen hombre que tratan a sus esclavos con humanidad; que no permiten que carezcan de nada, y que creen que si les dieran la libertad se expondrían a mayores privaciones. Estos hombres comprenden mejor sus intereses. Pero igual cuidarían de sus caballos y de sus bueyes, para que les rindieran más, o para que estén lustrosos para mejor venderlos. Estos hombres no son tan culpables como los que hemos mencionado (que los maltratan) pero no dejan de disponer de ellos como una mercancía, privándoles del derecho de pertenecerse. Lo ideal es que el elija por si mismo, si desea estar con ellos, bajo sus servicios, y si no lo deseasen pudieran irse, en paz y tranquilos, pues nunca debemos someter a las personas a nuestros intereses, caprichos y deseos. De la única forma que el hombre puede ejercer su libertad sin límites es por el pensamiento, puesto que no reconoce trabas. Puede contenerse su manifestación, pero no anonadarle. Sin embargo, no debemos olvidar que somos responsables por el pensamiento ante Dios, ya que todo lo ve y todo lo conoce en nosotros, lee en nuestro pensamiento como en un libro abierto, y siempre nos condena o nos absuelve según su justicia. La conciencia es un pensamiento íntimo que pertenece al hombre, como todos los otros pensamientos. Pero solo a Dios le pertenece el derecho de juzgarla. Si el hombre con sus leyes arregla las relaciones de los hombres entre sí, Dios con las leyes de la Naturaleza arregla las relaciones del hombre con Dios. Las trabas puestas en nuestra libertad de conciencia obligan a los hombres a obrar de otro modo que piensan, es hacer hipócritas. La libertad de conciencia es uno de los caracteres de la verdadera civilización y del progreso. Toda creencia es respetable, cuando es sincera y conduce a la práctica del bien. Las creencias censurables son las que conducen al mal. No debemos escandalizar en su creencia a aquellos que no piensan como nosotros, ya que sería faltar a la caridad y atentar a la libertad de pensar. Siempre podemos poner trabas a creencias que podrían perturbar a la sociedad, pero solo en reprimir los actos, porque la creencia intima es inaccesible. Se deben dejar que se propaguen doctrinas perniciosas con la pretensión de decir la verdad, pero para reconocer la que tiene derecho a presentarse como tal, será ineludiblemente la que haga más hombres de bien y menos hipócritas, en una palabra, aquellas que practiquen la ley de amor y de caridad en su mayor pureza y en su más amplia aplicación. En esto se conocerá que es una buena doctrina; porque toda la que produjese la consecuencia de sembrar desunión y establecer una demarcación entre los hijos de Dios, no deja de ser falsa y perniciosa. El hombre sin el libre albedrio seria como una máquina. Por eso Dios le concedió la libertad para pensar y actuar. Desde que tiene voluntad de hacer, en los primeros momentos de su vida, la libertad es casi nula, se desarrolla y cambia de objeto con las facultades. El niño al tener pensamientos conforme a su edad, aplica su libre albedrio a las cosas que le son necesarias. Las predisposiciones instintivas que trae el hombre son las que tenía el Espíritu antes de su encarnación. Según sea más o menos adelantado, pueden surgirle actos reprensibles, los cuales serán secundados por los Espíritus que simpatizan con dichas predisposiciones; pero no hay sugestión por parte de un espíritu que sea irresistible, cuando tenemos la voluntad de resistir. Recordemos que querer es poder. el hombre no es arrastrado al mal, los actos que realiza no están de antemano escritos; los crímenes que comete no son el resultado de una falla del destino. Como prueba y expiación, puede elegir una existencia en la que sentirá las solicitaciones del crimen, a consecuencia del medio en el que es colocado, o en virtud de las circunstancias que sobrevengan pero siempre es libre de obrar o no obrar. Sacamos en conclusión que el libre albedrio existe en el estado de Espíritu para la elección de la existencia y de las pruebas, y en estado corporal en la facultad de ceder o resistir a las solicitaciones a que voluntariamente nos hemos sometido. A la educación le toca combatir esas malas tendencias. Y lo haremos satisfactoriamente cuando esté basada en el estudio profundo de la naturaleza moral del hombre. Ya que mediante el conocimiento de las leyes que rigen esa naturaleza moral, se llegará, a modificarla, como la inteligencia por medio de la instrucción; y el temperamento por medio de la higiene Cuando estamos desprendidos de la materia, en el plano espiritual y estamos en estado errante, elegimos la existencia que queremos desarrollar corporalmente según nuestro adelantamiento, y según el grado de elevación. Pues al igual que en la tierra elegimos las amistades según nuestra afinidad y gustos, nunca un espíritu con conocimientos va a querer sumergirse en las sombras. Semejante libertad no queda anulada por la reencarnación; si cedemos a la influencias de la materia, es porque sucumbimos a las pruebas que hemos elegido, y para que seamos ayudados para dominarlas, podemos invocar la asistencia de Dios y de los Buenos Espíritus. Sin el libre albedrio el hombre no tiene culpa del mal que realiza, ni tampoco merito en el bien, por eso es reconocido sobradamente, que la intención, la voluntad o libertad en la elección, es lo que cuenta, para ser elogiada o censurada una cosa, por eso no podemos buscar excusa a nuestras faltas en la organización, sin abdicar de la razón y de la condición de ser humano, asimilándonos al bruto. Los Espíritus nos dicen que el hombre es libre de sacudir un yugo obsesor, como libre es de cerrar la puerta de su casa a los inoportunos; no es el hombre una maquina que obra por un impulso independiente de su voluntad, sino un ser dotado de razón que escucha, que juzga y escoge libremente entre dos opciones, o consejos. Añaden que a pesar de esto, el hombre no queda privado de iniciativa, y no deja de obrar por movimiento propio, pues en definitiva no es más que un espíritu encarnado, que aun no ha conseguido la superioridad moral a la que está destinado; pero que no carece por ello de libre albedrio. La vida corporal le es dada para que se purgue de sus imperfecciones por medio de las pruebas que sufre, precisamente las imperfecciones son las que le hacen más débil a las sugestiones del mal hecha por los espíritus imperfectos que se aprovechan de ellas para hacerlo sucumbir. Si sale de ellas victorioso se eleva, si sucumbe se queda como era, ni mejor ni peor. Habrá de empezar una nueva prueba, lo que puede prolongarse por mucho tiempo. Cuanto más se purifica, más disminuyen sus lados vulnerables, y menos cede a los que le incitan al mal. Su fuerza moral crece en proporción de su elevación, y los malos Espíritus se alejan de él. En conclusión, el hombre es, por naturaleza, dueño de si mismo, tiene el derecho de hacer todo cuanto crea conveniente o necesario para la conservación y el desarrollo de su vida. Sin embargo, esa libertad no es absoluta y no puede serlo, por la simple razón de que, conviviendo en sociedad, el hombre tiene el deber de respetar ese mismo derecho en cada uno de sus semejantes. Dicho esto, todo y cualquier costumbre, que haga que una persona esté completamente sujeta a otra, constituye una iniquidad contraria a la ley de Dios. El hombre encuentra cada vez menos dificultad conforme pasan los siglos de pensar sin impedimentos y, a cada generación que surge, más amplias son las garantías individuales en lo que se refiere a la protección del foro íntimo. El sistema del “cree” o “muere”, que algunos retrógrados desearían ver establecido, está definitivamente superado y no volverá jamás, de ninguna manera. Hoy en día existen ideas muy diferentes. En las disensiones religiosas, las llamas de las hogueras fueron sustituidas por las luces del esclarecimiento, y en la catequesis filosófica o política, en un futuro, es seguro, que se buscará emplear, cada vez más, la fuerza de la persuasión en vez de la imposición por la fuerza. Evidentes señales de esta evolución tenemos: a) en la orientación de Juan XXIII y Pablo VI, dieron a la Iglesia Católica, inclinándola al liberalismo y a la tolerancia, como lo prueban las decisiones tomadas en el Concilio Ecuménico recientemente clausurado, entre ellas , la extinción del famoso “Index Librorum Prohibitorum”, es decir, el papel de los libros prohibidos por la congregación del Santo oficio, en el cual eran incluidas todas las obras que, aunque fuesen edificantes, anulasen o contradijesen su doctrina . y otra es en la líneas adoptada por la Unión de las Republicas Socialistas Soviéticas al optar por la propaganda ideológica como el medio más eficaz de atraer a los pueblos hacia el socialismo, en lugar de la conquista por las armas, como se hacía hace algunos años. Sin duda estamos aún muy lejos de una vivencia mundial de integral respeto a las libertades humanas; aunque, ya las aceptamos como un ideal a ser alcanzado, eso es ya un gran paso, pues tal concordancia ha de llevarnos, antes o después, a ese estado de paz y de felicidad a que todos aspiramos. Trabajo realizado por Merchita
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DIOS NOS CONTESTA EN VOZ BAJA
Oraste, pediste. Pero deshazte, de cualquier inquietud y serénate para recoger las respuestas de la Divina Providencia. Innecesario aguardar demostraciones espectaculares para que te convenzas en cuanto a las indicaciones de lo Alto..... *** Como ocurre al Sol que no necesita descender a los campos para atender el tallo de hierba que le ruega calor, ya que le basta, para eso, la movilización de sus propios rayo, Dios cuenta con millones de mensajeros que le ejecutan los Excelsos Designios. Ora pide. Enseguida,presta atención. Algo vendrá por alguien o por intermedio de alguna cosa dándote, en la esencia, las informaciones a los avisos que solicites. *** En muchas circunstancias, la advertencia o el consejo, la frase orientadora o la palabra de bendición te alcanzará el alma, por el verbo de un amigo, en la página de un libro, en una nota sencilla de prensa y hasta en un simple cartón que se te atraviese en el camino. Más que eso. Las respuestas del Señor a tus necesidades y peticiones, muchas veces, te buscan, a través de los sentimientos propios a te subiren del corazón al cerebro o de tus propios raciocinios a te descenderen del cerebro al corazón. *** Dios responde siempre, sea por las voces del camino, por la prédica o por el esclarecimiento en tu casa de fe, en el diálogo con persona que te parezca providencial para el cambio de confidencias, en las palabras escritas, en los mensajes inarticulados de la Naturaleza, en las emociones que te florecen del alma o en las ideas imprevistas que te llegan al pensamiento, a te convidaren el espíritu para la observación del Bien Eterno. El propio Jesús, el Mensajero Divino por excelencia, nos guió en la búsqueda del Amor Supremo, cuando nos enseño a suplicar: "Padre Nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo..." Y, dando énfasis al problema de la atención, nos recomendó escoger un lugar íntimo para el servicio de la oración, mientras él mismo demandaba la soledad para comulgar con la infinita Sabiduría. *** Recordemos al Divino Maestro y estemos convencidos de que Dios nos atiende constantemente; es imprescindible, entretanto, hacer silencio en el mundo de nosotros mismos, olvidando exigencias y deseos, no sólo para oír las respuestas de Dios, sino también a fin de acéptalas, reconociendo que las respuestas de lo Alto son siempre en nuestro favor, aunque, a veces, de momento, parezcan en contra de nosotros.
Emmanuel. Francisco Càndido Xavier.
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Reflexionando con Merche
Hola buenos días, la obsesión es un tema que nos preocupa, y muchos son los estudios que se han realizado para tratar de erradicarla, ya que su panorama se agranda en los panoramas humanos de forma amenazadora. Son muchas las teorías fascinantes que la liviandad ha presentado, prometiendo curaciones milagrosas y resultados inmediatos, como si estuviesen ante una patología simple. Sin embargo olvidando que la obsesión tiene generatriz anterior y que asienta sus raíces en factores emocionales muy profundos, que no puede ser combatido sino a través de una cuidadosa terapia espiritual, en la cual ambos litigantes se decidan por el amor, por el olvido del mal y la construcción del bien, renovándose e iluminándose con el conocimiento de la realidad que dimana de Jesucristo, el Psicoterapeuta excelente, que liberó a innumerables enfermos de todos los tipos que a El se acercaron y decidieron cambiar el panorama intimo, adquiriendo salud moral. La psicoterapia desobsesivas exige cuidados especiales y solamente personas acreditadas por la conducta espiritual y por el conocimiento del Espiritismo, que estén habituadas al intercambio mediúmnico, particularmente con los espíritus mentirosos, embusteros obsesores, que son portadores de incontables habilidades en el arte de engañar y calumniar. Igualmente, es indispensable el cambio de comportamiento del enfermo, su adhesión a nuevos valores de vida, con natural alteración de actividades orales y mentales, de forma que recree el campo vibratorio en que practica con nuevas construcciones de energía saludable, rectificando las que se encontraban dañadas. La obsesión se inicia muy sutilmente, cuando no irrumpe con violencia incontenida, llevando precipitadamente los mejores proyectos existenciales, por eso mismo, exigiendo gran vigilancia de todas las personas que, de alguna forma, están incursas en el cuadro aflictivo de que las Soberanas Leyes se valen para recuperar delincuentes espirituales y desertores de la vida, que pensaban en despreciarla, enfrentándola, no obstante, después… Los Espíritus, no siendo otra cosa que las almas de los hombres, no poseen la plena sabiduría, ni la conciencia integral. El Espíritu puede comunicarse con el Hombre, con el puede intercambiar ideas, puede influenciar, por tanto, la vida de los llamados “vivos”. Las mayores causas de la obsesión, es porque un Espíritu perverso ataca a aquel a quien le tiene ojeriza, encarnado este, y por lo tanto menos libre, lo atormenta con más facilidad, atacándolo en sus intereses, o en sus más queridos afectos. Hay sin embargo casos especiales que presentan cierta gravedad, como los de subyugación y posesión. El obsesado y el poseso son, pues, casi siempre víctimas de una venganza anterior, a la que posiblemente han dado lugar con su conducta. Dios permite que tal cosa suceda para castigarlos por el mal que han cometido, o si no lo cometieron, por no haber tenido indulgencia o caridad y no haber perdonado. En consecuencia, importa, desde el punto de vista de nuestra tranquilidad futura, que reparemos lo antes posible las injusticias que hayamos hecho al prójimo, perdonando a nuestros enemigos, con el objeto de extinguir antes de la muerte todo motivo de disensiones, toda causa fundada de animosidad posterior.” Así pues, podemos tener enemigos entre los encarnados y los desencarnados. Los del mundo invisible manifiestan malevolencia por medio de las obsesiones y subyugaciones, a las cuales tantas personas se hayan expuestas, y que son una variedad dentro de las diferentes pruebas de la vida. Ese tipo de pruebas, como las otras, cooperan al adelanto del ser y han de aceptarse con resignación y como consecuencia de la naturaleza inferior del globo terrestre. “La obsesión por lo tanto es la acción persistente que un Espíritu malo ejerce sobre un encarnado. Presentando características muy diversas que van, desde la simple influencia moral – sin signos exteriores perceptibles – hasta la perturbación completa del organismo y de las facultades mentales. Perturba todas las facultades medianímicos. En la mediúmnidad psicograficas – por la escritura – se traduce en la obstinación de un espíritu por manifestarse – con exclusión de todos los demás. “La experiencia ha demostrado que aquellos médiums que no aprovechan los consejos que reciben de los buenos Espíritus, las comunicaciones, tras haber tenido algún brillo durante cierto tiempo, van poco a poco degenerando y concluyen por caer en el error, en la verborrea o la ridiculez, señal innegable de que los buenos Espíritus se han apartado de ellos. Obtener la asistencia de los buenos Espíritus, alejar a los frívolos y embusteros, tal debe ser el objeto de los esfuerzos constantes de todo médium serio. De lo contrario, la mediúmnidad se convierte en un don estéril, que incluso puede resultar perjudicial para el que la posee, puesto que podrá degenerar en peligro obsesión.” Amigos cuando intentamos conducir cualquier vehículo, pese a que este sea uno de los mejores y más sofisticados, si no poseemos el conocimiento total de las reglas de conducción, y la práctica en el manejo del vehículo, que nos facilite su conducción, seremos presos de grandes y graves accidentes. Procuremos estudiar la Codificación Espirita, para poder acceder con conocimiento de causa al mundo de los Espíritus y poder intercambiar con ellos experiencias constructivas, previniéndonos de ese modo de los espíritus ignorantes que siempre por nuestra inferioridad moral pululan a nuestro alrededor. Os deseo un feliz día,
Extraído del libro “Obsesión, Su Instalación y Su Cura” una obra coletanea de Manuel Filomeno de Miranda y de Divaldo Pereira Franco.
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La libertad es un concepto que hace referencia a muchos aspectos de la vida humana. Comúnmente se le define como aquella facultad natural que posee el ser humano de poder obrar según su propia voluntad. También es posible comprender la libertad como aquel estado en el que el hombre no está siendo esclavizado ni preso por otro. Se trata de un concepto que hace alusión a aquellos aspectos relacionados con la independencia, con la licencia para realizar aquello que se estime adecuado o conveniente. El concepto de libertad es algo que a lo largo de la existencia humana nos ha hecho reflexionar en múltiples sentidos, siendo uno de los temas fundamentales de la filosofía. Por lo tanto, la libertad de obrar según la propia voluntad puede terminar por hacernos perder la tan deseada libertad. Otro de los problemas y contradicciones con los que se enfrenta la libertad guarda relación con la necesidad de normar la vida humana en el mundo. Todas las naciones y sociedades formadas sobre el planeta poseen leyes y normas que rigen el comportamiento humano; podría pensarse por esto que no poseemos libertad alguna. Pero cabe preguntarse por la forma que adquiriría la vida en sociedad si no existiesen dichas normas y pautas de conducta. La libertad es un valor primordial, ya que permite que los demás valores existan. Aunque los medios de comunicación, los políticos o la escuela hablen sobre este valor, definirlo no es tan fácil pues existen distintas formas de concebirlo y ejercerlo. Para todos, la libertad tiene un valor muy importante, y muy amplio, y esto conlleva muchas obligaciones. La Libertad no es simplemente hacer lo que queramos hacer, y divertirnos; aunque algunos lo piensen así, al menos, por poco tiempo… La Libertad no puede ser considerada desde un punto de vista personal, ya que molestaríamos a los otros tratando egoístamente de perseguir nuestros deseos. La Libertad es ESTAR libre de ataduras y de explotación. Es un estado en el cual podemos crecer y aprender, ser nutridos, y en el cual podemos desarrollar nuestros talentos, y explorar la vida y el mundo en sus muchas dimensiones. Eso es lo que queremos para nosotros mismos, para nuestras familias, nuestros amigos y vecinos, nuestro país, el mundo… La Libertad es un ideal que en la mente de un número creciente de personas debe extenderse hasta los animales. Estamos entristecidos por la condición tan terrible en la que están algunas de esas criaturas, apenados de que sean coartados de su libertad y matados para proporcionar comida, consternados por la pérdida de su hábitat causada por las crecientes demandas de la población humana, y aturdidos por los muchos otros abusos infligidos sobre ellos en el nombre de la ciencia, el entretenimiento, etc. Este ideal existe en algunas tradiciones, o puede darse espontáneamente en el corazón de los individuos. Para cambiar las espantosas condiciones en las que están los animales se requiere cambiar nuestro estilo de vida. La reforma depende de nuestras acciones individuales, en las decisiones que tomamos cada día. Somos realmente afortunados al poder juntarnos para aprender de cada uno como poner nuestros ideales en acción. Somos afortunados de tener libros e información disponible. Somos bendecidos al poder obtener comida y comodidades para poder vivir de la manera que hemos escogido. Hay muchos que están restringidos por los hábitos de la sociedad en la que viven, por la falta de conciencia, o por su edad (los muy jóvenes o los muy viejos), por flaqueza, por depender de otros o de instituciones para su cuidado y sostenimiento. Ocurre una tragedia cada vez que un anciano se somete al cuidado de otros y es alimentado con carne cuando preferiría ser vegetariano. O cuando un adolescente esta desnutrido con una dieta vegana por la falta de información, apoyo, o falta de buena elección de alimentos. Valoren su libertad y úsenla bien, no sólo para el beneficio propio sino para hacer el camino más fácil para los otros en sus vidas, para aliviar el sufrimiento de los animales y de la tierra. Cuando parezca ser mucha la carga, acuérdense que tienen una opción, y la inconveniencia no es una excusa. Cuanto más lo hagamos, más fácil se nos hará. Estamos trazando un camino para que otros lo puedan seguir... Lo que hagamos impactará la vida de más de los que podamos imaginar. Debemos tomar responsabilidad, hacer algo de trabajo extra, ir un poco más allá si es necesario. Aún cuando al pasar los años nuestro entendimiento cambie y nos encontremos con la necesidad de revisar algunos de los conceptos tan duramente obtenidos, cuando sean puestos a prueba o con el cambio de los tiempos. Aún cuando haya veces en que el término medio sea la mejor opción. Debemos ser honestos al evaluar una situación. Debemos tomar la decisión correcta, no la más fácil. Es importante que fortalezcamos nuestro espíritu y hagamos lo mejor posible al ejercer la Libertad que tenemos, que es tan valiosa. Eso nos facilitará a todos el caminar más suavemente sobre la tierra con una mejor armonía con el medio ambiente y con las otras criaturas que comparten nuestro mundo. El mundo cuenta con nosotros para hacer todo el esfuerzo posible. Nadie puede vanagloriarse de gozar de una libertad absoluta, ya que tantos los grandes como los pequeños, necesitan unos de los otros. La libertad absoluta no existe desde el momento en que se reúnen dos hombres. El Ermitaño en el desierto seria enteramente libre. Pero desde el momento en que se reúnen dos hombres, tienen derechos que respetar, y por consiguiente no tienen libertad absoluta. La obligación de respetar los derechos ajenos no quita el derecho al hombre de pertenecerse a sí mismo, ya que es un derecho que procede de la Naturaleza. Las opiniones liberales de algunos hombres, pueden conciliarse con el despotismo que ciertos hombres ejercen en su casa y con sus subordinados, por el conocimiento que tienen de la ley natural; pero neutralizada por el orgullo y el egoísmo. Comprenden lo que debe ser, cuando sus principios no son una comedia hecha por interés, pero no lo hacen. Mientras más inteligentes somos para comprender un principio, menos somos excusables si no lo aplicamos en sí mismos. El hombre sencillo, pero sincero, está más adelantado en el camino de DIOS que el que quiere parecer lo que no es. Toda sujeción absoluta de un hombre a otro es contraria a la ley de Dios. la esclavitud es un abuso de fuerza, que desaparece con el progreso, como desaparecerán poco a poco conforme el hombre se perfeccione todos los abusos. La ley humana que consagra la esclavitud es contraria a la Naturaleza, puesto que asemeja el hombre al bruto y le degrada moral y físicamente. Cuando la esclavitud forma parte de las costumbres de un pueblo, los que se aprovechan de ellas son responsables, ya que lejos de combatir un mal se conforman con el pasando por alto, lo que la ley de Dios recrimina y condena. El mal siempre es mal, y los sofismas del hombre no lograran que una mala acción se trueque en buena; pero la responsabilidad del mal es relativa a los medios que se tienen para comprenderlo. El que saca provechos de la ley de esclavitud es siempre culpable por la abolición de una ley natural; pero en esto como en todo, la culpabilidad es relativa. Si en una ciudad se ejerce la esclavitud como cosa natural, desde el momento en que sus moradores adquieran desarrollo, y se ilustren por la luz del Cristianismo, comprenderán que es condenable y por eso no tendrán disculpa ante Dios. Muchos creen que la natural desigualdad de aptitudes, pone a ciertas razas humanas bajo la dependencia de las más inteligentes. Pero se olvida que es solo para ilustrarlas y no para embrutecerlas más aun con la servidumbre. Hay hombres que han considerado, durante mucho tiempo, a ciertas razas humanas, como animales trabajadores, dotados de brazos y manos, a quienes tenían derecho a vender como bestias de carga. Se creen de mejor sangre, porque en el fondo son unos insensatos que solo ven la materia. Olvidándose que no es la sangre la más o menos pura, sino el espíritu. Existen hombre que tratan a sus esclavos con humanidad; que no permiten que carezcan de nada, y que creen que si les dieran la libertad se expondrían a mayores privaciones. Estos hombres comprenden mejor sus intereses. Pero igual cuidarían de sus caballos y de sus bueyes, para que les rindieran más, o para que estén lustrosos para mejor venderlos. Estos hombres no son tan culpables como los que hemos mencionado (que los maltratan) pero no dejan de disponer de ellos como una mercancía, privándoles del derecho de pertenecerse. Lo ideal es que el elija por si mismo, si desea estar con ellos, bajo sus servicios, y si no lo deseasen pudieran irse, en paz y tranquilos, pues nunca debemos someter a las personas a nuestros intereses, caprichos y deseos. De la única forma que el hombre puede ejercer su libertad sin límites es por el pensamiento, puesto que no reconoce trabas. Puede contenerse su manifestación, pero no anonadarle. Sin embargo, no debemos olvidar que somos responsables por el pensamiento ante Dios, ya que todo lo ve y todo lo conoce en nosotros, lee en nuestro pensamiento como en un libro abierto, y siempre nos condena o nos absuelve según su justicia. La conciencia es un pensamiento íntimo que pertenece al hombre, como todos los otros pensamientos. Pero solo a Dios le pertenece el derecho de juzgarla. Si el hombre con sus leyes arregla las relaciones de los hombres entre sí, Dios con las leyes de la Naturaleza arregla las relaciones del hombre con Dios. Las trabas puestas en nuestra libertad de conciencia obligan a los hombres a obrar de otro modo que piensan, es hacer hipócritas. La libertad de conciencia es uno de los caracteres de la verdadera civilización y del progreso. Toda creencia es respetable, cuando es sincera y conduce a la práctica del bien. Las creencias censurables son las que conducen al mal. No debemos escandalizar en su creencia a aquellos que no piensan como nosotros, ya que sería faltar a la caridad y atentar a la libertad de pensar. Siempre podemos poner trabas a creencias que podrían perturbar a la sociedad, pero solo en reprimir los actos, porque la creencia intima es inaccesible. Se deben dejar que se propaguen doctrinas perniciosas con la pretensión de decir la verdad, pero para reconocer la que tiene derecho a presentarse como tal, será ineludiblemente la que haga más hombres de bien y menos hipócritas, en una palabra, aquellas que practiquen la ley de amor y de caridad en su mayor pureza y en su más amplia aplicación. En esto se conocerá que es una buena doctrina; porque toda la que produjese la consecuencia de sembrar desunión y establecer una demarcación entre los hijos de Dios, no deja de ser falsa y perniciosa. El hombre sin el libre albedrio seria como una máquina. Por eso Dios le concedió la libertad para pensar y actuar. Desde que tiene voluntad de hacer, en los primeros momentos de su vida, la libertad es casi nula, se desarrolla y cambia de objeto con las facultades. El niño al tener pensamientos conforme a su edad, aplica su libre albedrio a las cosas que le son necesarias. Las predisposiciones instintivas que trae el hombre son las que tenía el Espíritu antes de su encarnación. Según sea más o menos adelantado, pueden surgirle actos reprensibles, los cuales serán secundados por los Espíritus que simpatizan con dichas predisposiciones; pero no hay sugestión por parte de un espíritu que sea irresistible, cuando tenemos la voluntad de resistir. Recordemos que querer es poder. el hombre no es arrastrado al mal, los actos que realiza no están de antemano escritos; los crímenes que comete no son el resultado de una falla del destino. Como prueba y expiación, puede elegir una existencia en la que sentirá las solicitaciones del crimen, a consecuencia del medio en el que es colocado, o en virtud de las circunstancias que sobrevengan pero siempre es libre de obrar o no obrar. Sacamos en conclusión que el libre albedrio existe en el estado de Espíritu para la elección de la existencia y de las pruebas, y en estado corporal en la facultad de ceder o resistir a las solicitaciones a que voluntariamente nos hemos sometido. A la educación le toca combatir esas malas tendencias. Y lo haremos satisfactoriamente cuando esté basada en el estudio profundo de la naturaleza moral del hombre. Ya que mediante el conocimiento de las leyes que rigen esa naturaleza moral, se llegará, a modificarla, como la inteligencia por medio de la instrucción; y el temperamento por medio de la higiene Cuando estamos desprendidos de la materia, en el plano espiritual y estamos en estado errante, elegimos la existencia que queremos desarrollar corporalmente según nuestro adelantamiento, y según el grado de elevación. Pues al igual que en la tierra elegimos las amistades según nuestra afinidad y gustos, nunca un espíritu con conocimientos va a querer sumergirse en las sombras. Semejante libertad no queda anulada por la reencarnación; si cedemos a la influencias de la materia, es porque sucumbimos a las pruebas que hemos elegido, y para que seamos ayudados para dominarlas, podemos invocar la asistencia de Dios y de los Buenos Espíritus. Sin el libre albedrio el hombre no tiene culpa del mal que realiza, ni tampoco merito en el bien, por eso es reconocido sobradamente, que la intención, la voluntad o libertad en la elección, es lo que cuenta, para ser elogiada o censurada una cosa, por eso no podemos buscar excusa a nuestras faltas en la organización, sin abdicar de la razón y de la condición de ser humano, asimilándonos al bruto. Los Espíritus nos dicen que el hombre es libre de sacudir un yugo obsesor, como libre es de cerrar la puerta de su casa a los inoportunos; no es el hombre una maquina que obra por un impulso independiente de su voluntad, sino un ser dotado de razón que escucha, que juzga y escoge libremente entre dos opciones, o consejos. Añaden que a pesar de esto, el hombre no queda privado de iniciativa, y no deja de obrar por movimiento propio, pues en definitiva no es más que un espíritu encarnado, que aun no ha conseguido la superioridad moral a la que está destinado; pero que no carece por ello de libre albedrio. La vida corporal le es dada para que se purgue de sus imperfecciones por medio de las pruebas que sufre, precisamente las imperfecciones son las que le hacen más débil a las sugestiones del mal hecha por los espíritus imperfectos que se aprovechan de ellas para hacerlo sucumbir. Si sale de ellas victorioso se eleva, si sucumbe se queda como era, ni mejor ni peor. Habrá de empezar una nueva prueba, lo que puede prolongarse por mucho tiempo. Cuanto más se purifica, más disminuyen sus lados vulnerables, y menos cede a los que le incitan al mal. Su fuerza moral crece en proporción de su elevación, y los malos Espíritus se alejan de él. En conclusión, el hombre es, por naturaleza, dueño de si mismo, tiene el derecho de hacer todo cuanto crea conveniente o necesario para la conservación y el desarrollo de su vida. Sin embargo, esa libertad no es absoluta y no puede serlo, por la simple razón de que, conviviendo en sociedad, el hombre tiene el deber de respetar ese mismo derecho en cada uno de sus semejantes. Dicho esto, todo y cualquier costumbre, que haga que una persona esté completamente sujeta a otra, constituye una iniquidad contraria a la ley de Dios. El hombre encuentra cada vez menos dificultad conforme pasan los siglos de pensar sin impedimentos y, a cada generación que surge, más amplias son las garantías individuales en lo que se refiere a la protección del foro íntimo. El sistema del “cree” o “muere”, que algunos retrógrados desearían ver establecido, está definitivamente superado y no volverá jamás, de ninguna manera. Hoy en día existen ideas muy diferentes. En las disensiones religiosas, las llamas de las hogueras fueron sustituidas por las luces del esclarecimiento, y en la catequesis filosófica o política, en un futuro, es seguro, que se buscará emplear, cada vez más, la fuerza de la persuasión en vez de la imposición por la fuerza. Evidentes señales de esta evolución tenemos: a) en la orientación de Juan XXIII y Pablo VI, dieron a la Iglesia Católica, inclinándola al liberalismo y a la tolerancia, como lo prueban las decisiones tomadas en el Concilio Ecuménico recientemente clausurado, entre ellas , la extinción del famoso “Index Librorum Prohibitorum”, es decir, el papel de los libros prohibidos por la congregación del Santo oficio, en el cual eran incluidas todas las obras que, aunque fuesen edificantes, anulasen o contradijesen su doctrina . y otra es en la líneas adoptada por la Unión de las Republicas Socialistas Soviéticas al optar por la propaganda ideológica como el medio más eficaz de atraer a los pueblos hacia el socialismo, en lugar de la conquista por las armas, como se hacía hace algunos años. Sin duda estamos aún muy lejos de una vivencia mundial de integral respeto a las libertades humanas; aunque, ya las aceptamos como un ideal a ser alcanzado, eso es ya un gran paso, pues tal concordancia ha de llevarnos, antes o después, a ese estado de paz y de felicidad a que todos aspiramos. Trabajo realizado por Merchita
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DIOS NOS CONTESTA EN VOZ BAJA
Oraste, pediste. Pero deshazte, de cualquier inquietud y serénate para recoger las respuestas de la Divina Providencia. Innecesario aguardar demostraciones espectaculares para que te convenzas en cuanto a las indicaciones de lo Alto..... *** Como ocurre al Sol que no necesita descender a los campos para atender el tallo de hierba que le ruega calor, ya que le basta, para eso, la movilización de sus propios rayo, Dios cuenta con millones de mensajeros que le ejecutan los Excelsos Designios. Ora pide. Enseguida,presta atención. Algo vendrá por alguien o por intermedio de alguna cosa dándote, en la esencia, las informaciones a los avisos que solicites. *** En muchas circunstancias, la advertencia o el consejo, la frase orientadora o la palabra de bendición te alcanzará el alma, por el verbo de un amigo, en la página de un libro, en una nota sencilla de prensa y hasta en un simple cartón que se te atraviese en el camino. Más que eso. Las respuestas del Señor a tus necesidades y peticiones, muchas veces, te buscan, a través de los sentimientos propios a te subiren del corazón al cerebro o de tus propios raciocinios a te descenderen del cerebro al corazón. *** Dios responde siempre, sea por las voces del camino, por la prédica o por el esclarecimiento en tu casa de fe, en el diálogo con persona que te parezca providencial para el cambio de confidencias, en las palabras escritas, en los mensajes inarticulados de la Naturaleza, en las emociones que te florecen del alma o en las ideas imprevistas que te llegan al pensamiento, a te convidaren el espíritu para la observación del Bien Eterno. El propio Jesús, el Mensajero Divino por excelencia, nos guió en la búsqueda del Amor Supremo, cuando nos enseño a suplicar: "Padre Nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la Tierra como en el Cielo..." Y, dando énfasis al problema de la atención, nos recomendó escoger un lugar íntimo para el servicio de la oración, mientras él mismo demandaba la soledad para comulgar con la infinita Sabiduría. *** Recordemos al Divino Maestro y estemos convencidos de que Dios nos atiende constantemente; es imprescindible, entretanto, hacer silencio en el mundo de nosotros mismos, olvidando exigencias y deseos, no sólo para oír las respuestas de Dios, sino también a fin de acéptalas, reconociendo que las respuestas de lo Alto son siempre en nuestro favor, aunque, a veces, de momento, parezcan en contra de nosotros.
Emmanuel. Francisco Càndido Xavier.
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Reflexionando con Merche
Hola buenos días, la obsesión es un tema que nos preocupa, y muchos son los estudios que se han realizado para tratar de erradicarla, ya que su panorama se agranda en los panoramas humanos de forma amenazadora. Son muchas las teorías fascinantes que la liviandad ha presentado, prometiendo curaciones milagrosas y resultados inmediatos, como si estuviesen ante una patología simple. Sin embargo olvidando que la obsesión tiene generatriz anterior y que asienta sus raíces en factores emocionales muy profundos, que no puede ser combatido sino a través de una cuidadosa terapia espiritual, en la cual ambos litigantes se decidan por el amor, por el olvido del mal y la construcción del bien, renovándose e iluminándose con el conocimiento de la realidad que dimana de Jesucristo, el Psicoterapeuta excelente, que liberó a innumerables enfermos de todos los tipos que a El se acercaron y decidieron cambiar el panorama intimo, adquiriendo salud moral. La psicoterapia desobsesivas exige cuidados especiales y solamente personas acreditadas por la conducta espiritual y por el conocimiento del Espiritismo, que estén habituadas al intercambio mediúmnico, particularmente con los espíritus mentirosos, embusteros obsesores, que son portadores de incontables habilidades en el arte de engañar y calumniar. Igualmente, es indispensable el cambio de comportamiento del enfermo, su adhesión a nuevos valores de vida, con natural alteración de actividades orales y mentales, de forma que recree el campo vibratorio en que practica con nuevas construcciones de energía saludable, rectificando las que se encontraban dañadas. La obsesión se inicia muy sutilmente, cuando no irrumpe con violencia incontenida, llevando precipitadamente los mejores proyectos existenciales, por eso mismo, exigiendo gran vigilancia de todas las personas que, de alguna forma, están incursas en el cuadro aflictivo de que las Soberanas Leyes se valen para recuperar delincuentes espirituales y desertores de la vida, que pensaban en despreciarla, enfrentándola, no obstante, después… Los Espíritus, no siendo otra cosa que las almas de los hombres, no poseen la plena sabiduría, ni la conciencia integral. El Espíritu puede comunicarse con el Hombre, con el puede intercambiar ideas, puede influenciar, por tanto, la vida de los llamados “vivos”. Las mayores causas de la obsesión, es porque un Espíritu perverso ataca a aquel a quien le tiene ojeriza, encarnado este, y por lo tanto menos libre, lo atormenta con más facilidad, atacándolo en sus intereses, o en sus más queridos afectos. Hay sin embargo casos especiales que presentan cierta gravedad, como los de subyugación y posesión. El obsesado y el poseso son, pues, casi siempre víctimas de una venganza anterior, a la que posiblemente han dado lugar con su conducta. Dios permite que tal cosa suceda para castigarlos por el mal que han cometido, o si no lo cometieron, por no haber tenido indulgencia o caridad y no haber perdonado. En consecuencia, importa, desde el punto de vista de nuestra tranquilidad futura, que reparemos lo antes posible las injusticias que hayamos hecho al prójimo, perdonando a nuestros enemigos, con el objeto de extinguir antes de la muerte todo motivo de disensiones, toda causa fundada de animosidad posterior.” Así pues, podemos tener enemigos entre los encarnados y los desencarnados. Los del mundo invisible manifiestan malevolencia por medio de las obsesiones y subyugaciones, a las cuales tantas personas se hayan expuestas, y que son una variedad dentro de las diferentes pruebas de la vida. Ese tipo de pruebas, como las otras, cooperan al adelanto del ser y han de aceptarse con resignación y como consecuencia de la naturaleza inferior del globo terrestre. “La obsesión por lo tanto es la acción persistente que un Espíritu malo ejerce sobre un encarnado. Presentando características muy diversas que van, desde la simple influencia moral – sin signos exteriores perceptibles – hasta la perturbación completa del organismo y de las facultades mentales. Perturba todas las facultades medianímicos. En la mediúmnidad psicograficas – por la escritura – se traduce en la obstinación de un espíritu por manifestarse – con exclusión de todos los demás. “La experiencia ha demostrado que aquellos médiums que no aprovechan los consejos que reciben de los buenos Espíritus, las comunicaciones, tras haber tenido algún brillo durante cierto tiempo, van poco a poco degenerando y concluyen por caer en el error, en la verborrea o la ridiculez, señal innegable de que los buenos Espíritus se han apartado de ellos. Obtener la asistencia de los buenos Espíritus, alejar a los frívolos y embusteros, tal debe ser el objeto de los esfuerzos constantes de todo médium serio. De lo contrario, la mediúmnidad se convierte en un don estéril, que incluso puede resultar perjudicial para el que la posee, puesto que podrá degenerar en peligro obsesión.” Amigos cuando intentamos conducir cualquier vehículo, pese a que este sea uno de los mejores y más sofisticados, si no poseemos el conocimiento total de las reglas de conducción, y la práctica en el manejo del vehículo, que nos facilite su conducción, seremos presos de grandes y graves accidentes. Procuremos estudiar la Codificación Espirita, para poder acceder con conocimiento de causa al mundo de los Espíritus y poder intercambiar con ellos experiencias constructivas, previniéndonos de ese modo de los espíritus ignorantes que siempre por nuestra inferioridad moral pululan a nuestro alrededor. Os deseo un feliz día,
Extraído del libro “Obsesión, Su Instalación y Su Cura” una obra coletanea de Manuel Filomeno de Miranda y de Divaldo Pereira Franco.
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jueves, 19 de febrero de 2015
EN LA HORA FINAL
¿PREPARACIÓN O LIBERTAD? · Francisco Cándido Xavier
Francisco Cándido Xavier nos cuenta a los precedentes del niño y nosotros, en la carta que nos envió:
“El publico para nuestras tareas espirituales de la noche traía a diversas familia que indagaban, sin saber una de las otras, - ya que venían de procedencias variadas – en cuanto a los problemas de la infancia. Muchas preguntas como estas fueron formuladas:
-¿Debo dejar a mis pequeños sueltos para no perjudicarlos?
-¿Será justo permitir que mi hijo de tierna edad se transforme en pequeña maquina de estimación dentro de casa, con la idea de que solamente así será feliz en el futuro?
-¿Cómo proteger a mis hijos sin controlarle los impulsos infelices?
-¿Debo dejar a mis pequeños en restricta libertad, haciendo lo que les venga a la cabeza, con el pretexto de garantizarles la salud?
-¿Será natural dejar al niño crecer con la ilusión de que es plenamente libre, para después encontrar, en la posición e adulto, los constreñimientos de la disciplina social, indispensable en cualquier parte, que le dolerán o pesaran mucho más por la ausencia de capacidad o preparación?
Iniciados los estudios, el Evangelio Según el espiritismo nos ofreció la pagina titulada “Los Huérfanos”, en el ítem 18 del capítulo XIII. Dando la oportunidad a esclarecedoras explicaciones, de nuestros comentaristas. Al termino de las tareas, nuestro Emmanuel escribió la pagina que aquí adjunta, con la expectativa de que sea útil para nuestras reflexiones.
LOS NIÑOS Y NOSOTROS · Emmanuel
Muchos sectores de las ciencias psicológicas aseveran que es indispensable preservar a los niños contra la más mínima coacción, a fin de que se desenvuelvan sin traumas que le perjudicarían el futuro. Eso, no en tanto, no significa que deba crecer sin orientación.
Independencia desordenada genera violencia, tanto como la violencia genera independencia desordenada.
Releguemos determinada obra arquitectónica al descontrol y tendremos en breve la caricatura del edificio que nos proponíamos construir.
Abandonemos la siembra a sí misma y la cosecha se convertirá en desencanto.
Exigimos la institución de un mundo mejor.
Solicitamos la concretización de la felicidad común.
Soñamos con el surgimiento de la paz para todos.
Esperamos el reino de la fraternidad.
¿Cómo conseguir, sin embargo, semejantes conquistas sin el niño en el esquema del trabajo a realizar?
No sumerjas a tu hijo en las olas rebeldes de la ira cuando la dificultad sobrevenga, y si, no te negarás en el socorro preciso, sin dejarlo a merced del barco descontrolado a favor del viento. No erguirás contra el la palabra condenatoria en los días de desacierto, para insuflarle, tal vez, odio y rebeldía en los recesos del alma, y si procurarás sustentarlo con la frase comprensiva y afectuosa que desearías haber recibido en otro tiempo, en las horas de la infancia, cuando te identificabas en las sombras de la indecisión.
Sabes conducir al niño al concurso de la escuela, a la asistencia del pediatra, al auxilio del sastre o a la renovación espiritual en los espectáculos recrativos. Por esto mismo no les niegues apoyo al sentimiento para que el sentimiento se le haga correcto.
Todos concordamos en que la criatura necesita de amor para crecer patentando mente clara y cuerpo sano, entre tanto, es imposible efectuar el trabajo del amor – realmente amor – sin bases en la educación.
MODERNA EDUCACIÓN· J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
Unos condenan la moderna educación, anhelando los tiempos en que los niños obedecían a los padres por la mirada y temían al maestro. Otros aprueban la nueva educación sin conocerla y hacen de su principio de libertad una forma de abandono.
No hay libertad irrestricta, pues la libertad solo puede existir dentro de las condiciones necesarias. Un hombre suelto en el espacio, libre hasta el punto de la gravitación, no puede hacer cosa alguna y perecerá en la desolación. Para que el tenga libertad es preciso que esté condicionado por el medio físico, pisando la tierra y aspirando el aire, condicionado por el cuerpo y por el medio familiar y social, y así en adelante.
La educación antigua era una forma de domesticación. Los niños eran tratados como animales. La educación moderna, a partir de Rousseau, es una forma de comprensión. Su principio básico no es la libertad, más si la comprensión de la criatura como un ser en desarrollo. Su objetivo no es el abandono del niño a sí mismo y el cultivo paciente de la criatura, para que pueda crecer nana en cuerpo y en espíritu. Los malos juicios sobre la nueva educación provienen de su desconocimiento por parte de los padres y de los maestros, muchos de los cuales no poseen actitudes para educar.
Para los huérfanos, el trecho citado del Evangelio Según el espiritismo nos prescribe a ayudarlos, librarlos del hambre y del frio, orientar sus almas para que no se pierdan en el vicio. Ese es el programa de la nueva educación. Sería un contrasentido convertir a nuestros hijos en huérfanos, entregados a sí mismos, en vez de vigilarlos, descubriendo sus malos pensamientos, corregir las aristas morales y orientarlos para el futuro.
Los depositarios de bienes materiales cuidan de ellos para que no se deterioren. El labrador cuida de sus plantaciones para que produzcan. Los padres, depositarios de almas, tienen la responsabilidad mucho mayor y más grave que la de aquellos. Precisan cuidar de sus hijos y ayudarlos para que sean útiles en el futuro.
Artículo publicado originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia” del periódico Diario de S. Paulo, en la década de 1970
Traducido por. M. C. R.
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DE LA CODIFICACIÓN
¿Se modifican las ideas de los espíritus en estado de espíritu?
«Mucho, pues experimenta grandes modificaciones, a medida que el espíritu se desmaterializa. Puede a veces conservar por largo tiempo las mismas ideas; pero la influencia de la materia disminuye poco a poco, y ve las cosas más claramente. Entonces es cuando busca el medio de mejorarse».
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
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LA HORA FINAL
¿Qué es lo que pasa en la hora de la muerte y como se desprende el Espíritu de su prisión material? ¿Qué impresiones, que sensaciones le esperan en esa ocasión tan temida? Es eso lo que nos interesa a todos conocer, porque todos llegamos a esa jornada. La vida se nos escapa en todo instante: ninguno de nosotros escapará a la muerte.
Ahora, lo que todas las religiones y filosofías nos dejaron ignorar, los Espíritus en multitud, nos lo vienen a enseñar. Nos dicen que las sensaciones que preceden y siguen a la muerte, son infinitamente variadas y dependientes sobre todo del carácter, de los meritos, de la elevación moral, del Espíritu que abandona la Tierra.
La separación es casi siempre lenta, y el desprendimiento del alma se opera gradualmente. Comienza, algunas veces, mucho tiempo antes de la muerte, y solo se completa, cuando quedan rotos los últimos lazos fluídicos, que unen el periespíritu al cuerpo.
La impresión sentida por el alma, se revela penosa y prolongada, cuando esos lazos son más fuertes y numerosos. Son causa permanente de la sensaciones y de la vida. El alma experimenta las conmociones, todos los despedazamientos del cuerpo material.
Dolorosa, llena de angustias para unos, la muerte no es para otros, sino un sueño agradable, seguido de un despertar silencioso.
El desprendimiento es fácil para aquel que previamente se desligó de las cosas del mundo, para aquel que aspira a los bienes espirituales y que cumplió sus deberes. Hay, al contrario, lucha, agonía prolongada en el Espíritu preso a La Tierra, que solo conoció los gozos materiales y dejo de prepararse para ese viaje.
Entre tanto, en todos los casos, la separación del alma del cuerpo, es seguida por un tiempo de perturbación, fugitivo para el Espíritu justo y bueno, que desde temprano despertó ante todo los esplendores de la vida celeste; muy largo, hasta el punto de abrazar años enteros, para las almas culpables, impregnadas de fluidos groseros.
Gran número de estas ultimas, cree permanecer en la vida corpórea, mucho tiempo más después de la muerte. Para estas, el periespíritu es un segundo cuerpo carnal, sometido, a los mismos hábitos y, algunas veces, las mismas sensaciones físicas como durante la vida terrena.
Otros Espíritus de orden inferior, se hallan sumergidos en una noche profunda, en un completo aislamiento en el seno de las tinieblas. Sobre ellos pesa la inseguridad, el terror. Los criminales son atormentados por la visión, terrible e incesante de sus victimas.
La hora de la separación, es cruel para el Espíritu que solo cree en la nada. Se agarra como un desesperado a esta vida que se le escapa; en el supremo momento se insinúa en el la duda; ve un mundo temeroso abrirse para abismarlo, y quiere entonces, retardar la caída.
De ahí, surge una lucha terrible entre la materia, que se evade, y el alma, que teme retirarse del cuerpo miserable. Algunas veces, ella queda presente hasta la descomposición completa, sintiendo en si mismo, según expresión de un Espíritu, “los gusanos, corroerle la carne”.
Pacífica, resignada, aún mismo alegre, es la muerte del justo, es la partida del alma que, habiendo luchado mucho y sufrido, deja La Tierra confiada en el futuro.
Para esta, la muerte es la liberación, el fin de las pruebas. Los lazos debilitados que la ligan a la materia, se desprenden dulcemente; su perturbación no pasa de un leve entorpecimiento, algo semejante al sueño.
Dejando su residencia corpórea, el Espíritu, purificado por el dolor o el sufrimiento, ve su existencia pasada retroceder, apartarse poco a poco con sus amarguras e ilusiones; después, disiparse como las brumas que la aurora, encuentra extendidas sobre el suelo y que la claridad del día hace desaparecer.
El Espíritu se halla, entonces, como suspendido entre dos sensaciones: la de las cosas materiales que se apagan y la de la vida nueva que se le desarrolla al frente. Entreve esa vida, como a través de un velo, llena de encanto misterioso, temida y deseada al mismo tiempo.
Después, se expande la luz, no la luz solar, que nos es conocida, sino una luz espiritual, radiante, por todas partes diseminada. Poco a poco lo inunda lo penetra, y, con ella, un tanto de vigor, rejuvenecimiento y de serenidad. El Espíritu se sumerge en ese baño reparador.
Allí se despoja de sus dudas y de sus temores. Después, su mirada se desprende de La Tierra, de los seres lagrimosos que rodean su lecho mortuorio, y se dirige para las alturas.
Divisa los cielos inmensos y otros seres amados, amigos del pasado, más jóvenes, más vivos, más bellos que vienen a recibirlo, y que lo guían en el seno de los espacios. Con ellos camina y sube a las regiones etéreas que su grado de depuración le permiten entrar. Cesa, entonces, su perturbación, despiertan en el facultades nuevas, comienza su destino feliz.
La entrada en una vida nueva trae impresiones tan variadas como permite la posición moral de los Espíritu.
Aquellos, cuyas existencias se desarrollan indecisas, sin faltas graves, ni meritos asimilados, se hayan al principio, sumergidos en un estado de torpeza, en un agobio profundo; después, de que un choque viene a sacudirles el ser.
El Espíritu sale, lentamente, de su vehiculo: como una espada de la vaina; recobra la libertad, sin embargo, excitante, tímido, no se atreve a utilizarla aun, quedando rodeado por el temor y por el hábito a los lazos en que vivió.
Continua el sufrir y el llorar con los seres que estimaban su vida. Así corre el tiempo, sin el medirlo; después de mucho tiempo otros Espíritus lo auxilian con sus consejos, ayudándolo a disipar su perturbación, para liberarlo de las ultimas cadenas terrestres y elevarlo para los ambientes menos oscuros.
En general, el desprendimiento del alma es menos penoso, después de una larga molestia, pues el efecto de esta es desligar poco a poco los lazos carnales.
Las muertes súbitas, violentas, sobreviniendo cuando la vida orgánica está en la plenitud, producen sobre el alma un desprendimiento doloroso y la lanza a una prolongada perturbación.
Los suicidas son victimas de sensaciones horribles. Experimentan, durante años, las angustias del último momento y reconocen, con espanto, que no cambiaron sus sufrimientos terrestres sino por otros más vivaces.
El conocimiento del futuro espiritual, el estudio de las leyes que presiden, la desencarnación, son de gran importancia como preparativos para la muerte. Pueden suavizar nuestros últimos momentos y proporcionarnos fácil desprendimiento, permitiendo más deprisa, el reconocernos en el mundo nuevo, que se nos descubre.
(León Denis – Después de la Muerte.
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LAS CREENCIAS ANTIGUAS
Gabriel Delanne
La naturaleza íntima del alma nos es desconocida.
Cuando se dice que es inmaterial, es preciso entender esta palabra en un sentido relativo y no absoluto; pues la inmaterialidad perfecta sería la nada; ahora bien, el alma o el espíritu es algo que piensa, que siente, que quiere; es preciso, pues, entender por la expresión “inmaterial” que su esencia es de tal modo diferente de lo que conocemos físicamente, que no tiene analogía alguna con la materia.
El alma no puede concebirse sin ir acompañada de una materia cualquiera que la individualice; pues muerta le sería imposible entrar en relación con el mundo exterior.
Sobre la Tierra, el cuerpo humano es ese medio que nos pone en contacto con la naturaleza; pero después de la muerte, siendo destruido el organismo, es preciso que tenga otra envoltura, para estar en relación con el nuevo medio que debe habitar.
Esta inducción lógica ha sido fuertemente sentida en todos los tiempos, tanto más cuando las apariciones de personas muertas, que sin embargo, se dejaban ver bajo su forma terrestre, venían a robustecer esta creencia.
Lo más frecuente es que, el cuerpo espiritual reproduzca la forma que el espíritu tenía en su última encarnación; y a esta semejanza del alma, probablemente, son debidas las primeras nociones de la inmortalidad.
Tomado del libro “El alma es inmortal”
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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miércoles, 18 de febrero de 2015
Escollos de la ignorancia
ESCOLLOS DE LA IGNORANCIA
Siendo, como somos, amantísimos de la verdad, y fieles adoradores del progreso, lógico es que consideremos el estudio del Espiritismo tan necesario al hombre, como le es indispensable el aire que respira, los rayos del Sol que le vivifican; el agua cristalina que calma su ardiente sed, el ropaje que le abriga, el techo que le cobija, el lecho donde reposa el alimento que sácia su hambre, sin el profundo conocimiento de la vida ultra-terrena se vive completamente a la mitad, mejor dicho, se vive sin vivir; por que no es vivir ignorar el porqué de esa misteriosa fatalidad que pesa sobre algunos seres, que sin haber cometido ningún crimen sufren todas las persecuciones, tiranías, angustias y humillaciones del esclavo, y todas las contrariedades que puede crear la perfidia humana.
Considerarse uno inocente y aparecer ante el mundo como un miserable, tener sed de amor, y no encontrar más que indiferencia y desvío, o un cruel desengaño después de un cariño efímero, luchar de continuo con un imposible, viendo al mismo tiempo que otros seres sin poseer grandes virtudes, sin ser merecedores, al parecer, de ninguna recompensa, se les ve sonreír gozosos, disfrutando de mil satisfacciones sin ni siquiera haberlas deseado, esta injusticia aparente subleva al Espíritu pensador, y sólo el estudio del Espiritismo es el que puede dar solución a los grandes problemas sociales, es el que puede pacificar los pueblos.
¿Será beneficioso, será útil, será necesario, será indispensable conocer las verdades de la filosofía espiritista?
Sí; sin el Espiritismo la humanidad camina a ciegas; pues bien, a pesar de ser tantas las ventajas que le ofrecen al hombre las comunicaciones de los espíritus: no quisiéramos que ciertas fracciones de la sociedad tuvieran la menor idea de que existen espíritus, porque se les hace un daño inmenso. La ignorancia en todas partes encuentra escollos, y en el Espiritismo más que ninguna otra escuela, porque en la lucha con los invisibles casi siempre es segura la derrota, y sólo un esfuerzo potentísimo de voluntad, es lo que puede salvarle a uno del abismo.
Como ejemplo de utilísima enseñanza, vamos a referir un hecho ocurrido hace poco tiempo a D. Anselmo Pérez, hombre que, como otros muchos, quiso entrar en la escuela espiritista, sin tomarse el trabajo de leer una sola de sus obras fundamentales.
Asistió por curiosidad a una sesión espiritista, vio a un médium escribiente (mecánico) que escribía con la rapidez del relámpago, y sintió vivísimos deseos de hacer él lo mismo.
Se fue a su casa, y enseguida puso manos a la obra; el primer ensayo no le dio resultado alguno; esto le desconcertó algún tanto, porque él creía que era cuestión, como se dice vulgarmente, de llegar y besar el santo. Durante muchos días insistió en sus ensayos, sin decir a nadie que probaba a ser médium; cuando una noche que su frente ardía y sus sienes latían con violencia, sintió en el brazo derecho una brusca y desagradable sacudida, sus dedos se crisparon y sin soltar el lápiz se quedó algunos momentos dominado por una fuerte contracción nerviosa, que fue cediendo cuando escribió con letras grandes y desiguales esta palabra fatídica. ¡Mátate!?
Nuestro amigo leyó con doloroso asombro aquella frase, y escuchó voces confusas que se la repetían en sus oídos.
Anselmo no quedó muy contento de su primer escrito, pero a nadie le confió sus impresiones, y aprovechando todos los momentos que tenía libres, tomaba el lápiz y siempre escribía estas o parecidas palabras. ¡Mátate! No cometas la cobardía de permanecer en un mundo que te insulta, que te desprecia, que te tiene relegado al olvido, si sufres tanto es porque eres un cobarde.
Anselmo se quedaba atónito con semejantes consejos, su razón los desechaba mirando el suicido con horror, pero un día y otro día, un mes y otro mes, un año y otro año, oyendo siempre lo mismo, concluyó por creer que quizá tendrían razón sus amigos invisibles y se decidió a poner fin a sus días escribiendo antes una carta concebida en estos términos.
No sé que pasa por mí, no sé qué influencia me hace dar un paso que he rechazado siempre por considerarlo un acto degradante para todo hombre de razón sana y cuerpo fuerte. Me mato contra mi voluntad, cometo la más indigna cobardía, cuando entre mis compañeros he tenido fama de valiente. ¡Cúmplase el deseo, de no sé quién!.
Dejó la pluma y cogió una pistola que apoyó contra su sien, mas tembló, cambió la puntería y salió el tiro hiriéndole gravemente quedándole la bala en la cabeza, bala la que no se le ha podido extraer.
Después de horribles sufrimientos Anselmo se puso bueno, perseguido siempre por sus invisibles enemigos hasta que un día hizo un esfuerzo supremo, y cuando murmuraban en su oído. ¡Repite la prueba, repítela! ¡Nunca la repetiré! ¡Atrás, miserables, atrás para siempre! ¡Ayúdame razón! ¡Ven en mi auxilio, inteligencia mía! ¡Quiero ser libre!.
Y como si le hubiesen quitado de sus sienes abrasadas una corona de hierro, como si de su pecho dolorido le hubiesen separado planchas de plomo, como si de su cerebro hubiesen extraído una gran cantidad de hirviente lava, como si de sus muñecas hubiesen quitado pesadas esposas, y de sus pies apretados grilletes, como si de su cintura hubiesen separado cadena de muchos eslabones, del mismo modo Anselmo después de su exclamación sintió un bienestar agradabilísimo, y una alegría dulcísima le hizo sonreír, se sintió ágil, corrió en todas direcciones como el prisionero que, después de muchos años, recobra la ansiada libertad. Y ávido de luz y sediento de verdad, fue a una librería y compró todas las obras de Allan Kardec, dedicando a su lectura y a su estudio todo el tiempo que antes dedicaba a escribir medianimicamente.
Mientras más lee, más se convence de la locura que cometió probando de ser médium antes de saber lo que era la mediumnidad y a los riesgos a que se expone el que se relaciona con los invisibles sin haber estudiado lo más indispensable.
La ignorancia, es muy mala consejera, y el espiritista ignorante es el ser más perjudicial a sí mismo y a cuantos le rodean.
No hace muchos días que vino a vernos un hombre que frisará en los 60 años, de fisonomía franca y bondadosa, el que con acento dolorido nos dijo así:
-?Señora, yo sigo la senda de lo espiritual, pero o mucho me engaño, o mi camino no es el mejor ni el más seguro.
-Explíquese usted.
-Soy espiritista, creo firmemente en la supervivencia del alma, creo que los espíritus se comunican con los terrenales, pero lo que yo no comprendo es como los médiums que reciben inspiraciones de inteligencias elevadísimas, descienden a ser unos entes vulgares y hasta maléficos que arrastran al hombre a cometer actos impuros.
-¿Qué ha leído Vd. referente al Espiritismo?
-¡Leer!? nada; ¿Para qué? Yo conocí hace cinco años a una mujer que posee no sé cuantas mediumnidades; estando a su lado he oído golpes en todas direcciones, he visto moverse las sillas, oscilar las lámparas colgadas del techo; he oído como el galope de muchos caballos y el paso acelerado de varios pelotones de infantería. La he visto después dormida por los espíritus, dar comunicaciones parlantes y escribientes de Jesús, de María, de Juan el Bautista, de Pablo el apóstol y otros muchos espíritus.
-¿Y qué decían esas comunicaciones?
-Que debía someterse todo a la voluntad de la médium, que rezara mucho, que llamara al Señor en todas mis tribulaciones, que me bañara diariamente para purificarme, que no usara para mis dolencias corporales de ninguna medicina de la Tierra; y sí únicamente del agua magnetizada, pues sólo con dicho procedimiento saldrían de mi cuerpo los centenares de espíritus que me atormentan.
Me aconsejaban también que faltase a mis deberes conyugales, siendo la médium la designada para guiarme en todo y por todo en los diversos senderos de mi vida. Y yo, aunque mi razón rechazaba mucho de lo que oía cedía después y hacía cuanto me ordenaban los espíritus: rezaba oraciones repetidas; y continuamente clamaba ¡Señor!
¡Señor! ¡Ten misericordia de mí! Pero Dios no me oye, y mi casa es un trasunto del infierno, mi esposa maldice al Espiritismo todas las horas del día, mi hijo mayor me ruega con lágrimas y caricias que no arruine la familia, pues en dádivas a la médium he gastado más de mil duros, producto sagrado de las economías de mi esposa.
Me encuentro mal, muy mal, yo no tengo sosiego en ninguna parte, estoy enfermo, muy enfermo, mi hijo quiere curarme que es médico, la médium dice que sólo ella puede salvarme, pues solo por su medicación se separan de mí los innumerables espíritus que me atormentan, y hastiado de mí mismo, sin saber a quien creer, descontento de mis acciones, vengo a que Vd. me diga qué debo hacer, porque la verdad es, que hay momentos que digo: ¿Si habré perdido la razón?
-No hay miedo que le suceda tal desgracia, porque en medio de todo Vd. ve claro, puesto que no le satisface la miserable farsa que están representando delante de Vd.
-¡Ah! No señora no; yo no puedo creer que espíritus elevados aconsejen el olvido de todos los deberes sociales.
-Ciertamente, Vd. es juguete del engaño más miserable.
-Es que la mediumnidad de esa mujer es innegable, que otros muchos han presenciado en su casa verdaderos fenómenos.
-Si yo no le niego que su mediumnidad sea efectiva, pero no todas las mediumnidades son aceptables; no crea Vd. que el ser médium es sinónimo de ser un dechado de virtudes, hay médiums que trastornan medio mundo ayudados de espíritus afines a su modo de ser, y hacen un mal uso de su mediumnidad como indudablemente lo hace esa mujer que le induce a Vd. a vivir de un modo inmoral, convirtiendo su casa en un infierno, haciéndole malgastar los ahorros de su familia, quitándole por completo su fuerza moral, puesto que su mismo hijo tiene que reprenderle por su mal proceder.
-Y de nada sirve mi continuo ruego, pues yo siempre estoy diciendo: ¡Señor! ¡Señor! ¡Ilumíname!
-Palabras huecas son sus exclamaciones, ahora es cuando ha dicho Vd. de corazón ¡Señor! ¡Señor! Puesto que ha venido a pedir un consejo, y se lee en sus ojos una verdadera decisión.
-¡Ah! Sí, sí; quiero salir de esta situación angustiosa, que en mal hora conocí el Espiritismo.
-Es que Vd. del Espiritismo no conoce más que una amarga irrisión porque no se ha querido tomar el trabajo de leer, de estudiar, de aprender el porqué del porqué.
-Lo creí innecesario puesto que el fenómeno lo veía ante mí.
-Pero ignoraba la causa que producía aquel efecto, no sabía Vd. que los buenos espíritus no podían aconsejarle que abandonara su familia, ni que desechara los adelantos de la ciencia. Bueno es que se acuda al consejo espiritual cuando en la Tierra se hayan agotado todos los medios, cuando los hombres más sabios digan: no hay esperanza de salvación, entonces, y solo entonces, es cuando se debe preguntar a los espíritus si tienen algún remedio para aliviar aquel mal, cuando se haya trabajado, cuando se haya atendido debidamente a la ciencia terrena.
Parta Vd. del principio que los espíritus no vienen a convertir a los hombres en seres inactivos, que todo lo dejan a la iniciativa de los de ultratumba, porque entonces la comunicación sería perjudicial en grado máximo.
Los espíritus, téngalo Vd. muy presente, vienen únicamente a demostrarnos que la vida es eterna, que el Espíritu es el artífice que construye su infierno o su paraíso, que no hay mal pensamiento sin correctivo, ni buen deseo sin recompensa; vienen a decirnos que en las grandes tribulaciones nunca estamos solos, porque nuestros padres, amigos, o guías y protectores, nos acompañan de más cerca o de más lejos, según la inminencia del peligro y según nuestro adelanto moral o intelectual.
Vienen a decirnos que no atentemos contra nuestra vida, porque sería el remedio mil veces peor que la enfermedad, vienen a evitar el suicidio de muchísimos desventurados, vienen a pacificar a innumerables familias que viven en una guerra continua, vienen a unir a muchos matrimonios desunidos por los vicios de él, o por el mal carácter de ella, vienen a demostrar de un modo innegable la grandeza de la vida, y en manera alguna a producir disturbios, escándalos y atropellos, y si hay espíritus que conservan odios implacables, si en el espacio tenemos enemigos de otras existencias, para defendernos de sus asechanzas, tenemos nuestro criterio, nuestra razón, y obras muy bien escritas por Allan Kardec, que están al alcance de todas las inteligencias, donde se encuentran las aclaraciones necesarias para conocer quienes son los espíritus que se comunican, no precisamente por su nombre, pero sí por sus intenciones, por la índole de sus consejos.
-¿Y cuando falta el tiempo para estudiar?
-Cuando hay voluntad nunca falta: El tiempo que se emplea en asistir a la sesión, puede ocuparse en leer primero lo más esencial.
-En eso ya tiene Vd. razón.
-Y lo creo que la tenga; los médicos, los abogados, los notarios, los ingenieros, los militares, todos estudian varios años, ¿Y quiere Vd. que el Espiritismo, la relación con los seres invisibles no necesite más estudio que todas las carreras terrenales?
-Por desgracia tendré que convencerme que dice Vd. la verdad.
-No se apesadumbre por eso, que perdiendo se aprende, pero la razón natural dicta que si nos engañan nuestros parientes y amigos, con los cuales tenemos íntimo trato desde los primeros años de nuestra vida, mucho más expuestos estamos de ser engañados por aquellos que no vemos.
Sabemos que los muertos viven, porque la comunicación ultra-terrena es innegable, pero no sabemos las intenciones que abrigan respecto de nosotros, no podemos confiar en sus palabras, sino en nuestros hechos, porque ningún Espíritu nos dará más que aquello que legítimamente nos pertenezca.
Es tan perjudicial tener fe en los espíritus, como creer en la intercesión de los santos. Los primeros podrán, si nos aman, inducirnos al bien, podrán ser un elemento poderosísimo para nuestro adelanto, pero no nos pueden quitar ni un adarme del peso de nuestras culpas.
-De manera, que no tengo más remedio que leer y estudiar.
-Ante todo separarse por completo de esa médium engañadora, si se siente predispuesto estudie, y si su Espíritu lo rechaza como tarea enojosa, olvide por completo el Espiritismo, que a pesar de ser luz esplendorosa; es tan densa la sombra de la ignorancia, que consigue a veces extender un velo de espesa niebla sobre el sol resplandeciente de la verdad; y el que como Vd. vive envuelto en tan negros crespones, un rayo de luz le ciega; para Vd. el racionalismo quizá no le dé fruto sazonado, piense únicamente en el bienestar de su familia, que es lo que más le interesa.
Se fue nuestro interlocutor y serias y dolorosas reflexiones llenaron nuestra mente, lamentando que la ignorancia haga tantas víctimas y convierta el día del infinito en tenebrosa noche.
El Espiritismo, que viene a descifrar tantos misterios y a dar solución a tantos problemas, que viene a producir tanto bien, en poder de seres ignorantes es materia explosiva que puede ocasionar la muerte, porque muerte es la desunión de la familia y el desconocimiento de la ciencia.
Terrible es la ignorancia en todos los terrenos, pero en el Espiritismo es más perniciosa su influencia, y por lo mismo los espiritistas racionalistas debemos levantar una cruzada en contra de ella.
El espiritista ignorante es fanático, supersticioso, se deja arrastrar al ridículo y es el arma poderosísima de que se vale el jesuitismo para derribar la fortaleza de las verdades reveladas; y a su trabajo de zapa tenemos que responder con nuestros incesantes consejos en favor de la instrucción.
El espiritista tiene que leer mucho las obras de Allan Kardec, primero porque contienen las principales enseñanzas; las de Flammarión, después, porque se engrandecen las aspiraciones del hombre ante la contemplación del infinito; las de Pezzani, Jacolliot y Torres-Solanot, porque demuestran la antigüedad del Espiritismo y otras muchas más que no queremos enumerar por no pecar de difusos.
No hay que decir que no se escribe en Espiritismo para todas las inteligencias, no; el sabio y el ignorante encuentran en la prensa espiritista todo el alimento que necesita su Espíritu, y debía ser obligatorio esa instrucción no admitiéndose en los centros espiritistas a ninguno que no hubiese acreditado haber estudiado los preliminares del Espiritismo; que hasta el que no sabe leer puede estudiar, pues nunca falta en ninguna agrupación, alguno que sepa leer y explique lo que lee. El que carece de instrucción es porque quiere, y lo repetiremos cien y cien veces: nada en el mundo nos causa miedo, nada; pero donde decae nuestro ánimo, donde temblamos presintiendo un gran peligro, es ante los escollos de la ignorancia.
Es necesario conocer la verdad porque sólo ella nos libertará de la ignorancia.
Artículo de: Amalia Domingo Soler
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BIENAVENTURADOS LOS JUSTOS
¿Usted se considera una persona justa?
Las respuestas ciertamente son de lo más variadas.
Unos dirán que nunca piensan sobre el asunto.
Otros responderán inmediatamente que no, que no se consideran justos.
Otros se consideran muy justos, y así en adelante.
Primeramente, sería interesante definir lo que es justicia.
En la visión cristiana, la justicia consiste en cada uno respetar los derechos de los demás.
Y las bases de la justicia están en la afirmativa de Cristo de que queramos para los otros lo que queremos para nosotros.
Jesús coloca al propio individuo como referencial de justicia ya que nadie, en su conciencia desea el mal para sí mismo.
Entendiendo la justicia de esa manera, si observamos nuestras acciones diarias percibiremos que no hemos sido muy justos, salvo raras excepciones.
En el hogar, por ejemplo, cuando dejamos de hacer la parte que nos cabe, en el contexto familiar, estamos procediendo con injusticia.
Es muy común dejarnos puertas y ventanas abiertas, objetos fuera de lugar, papeles esparcidos por el suelo, sin percibir que estamos siendo injustos, pues alguien tendrá que hacer lo que nos cabria hacer a nosotros.
No actuamos con justicia al estacionar el vehículo ocupando espacios más allá de lo que necesitamos, impidiendo que otros motoristas usen el aparcamiento.
En el trabajo, cuando usamos el material exageradamente, desperdiciando sin necesidad, actuamos con injusticia.
Cuando aprovechamos el tiempo que nos está siendo remunerado por la empresa para hacer cosas particulares, somos injustos.
Es común enviar un fax, por ejemplo, en una hoja de papel conteniendo apenas algunas líneas. Más allá del desperdicio de nuestro papel, estamos obligando al receptor a gastar su bobina más de lo necesario. Es injusto.
Personas que arrojan papeles y otros objetos en las calles y calzadas, actúan con injusticia, aun mismo que quieran disculparse alegando que alguien es pagado para hacer la limpieza.
Si tomáramos en cuenta que la verdadera justicia consiste en hacer a los otros lo que nos gustaría que los otros nos hiciesen, aun estamos distantes de considerarnos personas justas.
Lo que ocurre, normalmente, es que queremos ver nuestros derechos respetados, sin importarnos con respeto que debemos a los demás, como prescribe la Doctrina Cristiana.
Vale recordar, no en tanto, que, si somos injustos en las pequeñas cosas, lo seremos también en las grandes, pues Jesús recomienda que si quisiéramos ser grandes, antes, tenemos que aprender a ser pequeños. Y eso es muy lógico.
Nadie nace ya adulto. Construimos nuestro carácter poco a poco.
De esa forma, practicando la justicia en las pequeñas situaciones, estaremos preparándonos para la justicia en mayor amplitud. Ese es el camino.
Sin embargo la justicia de los hombres no catalogue nuestros pequeños delitos, ellos no pasan desapercibidos por las Leyes Divinas.
Siendo así, vale la pena actuar con corrección en todas las circunstancias pues conforme asegura nuestro Hermano Mayor, Jesús, recibiremos de conformidad con nuestras obras, sean ellas grandes o no.
Redacción de Momento Espirita
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VIBRACIONES MENTALES
La vibraciones del pensamiento se propagan a través del espacio y nos traen pensamientos y vibraciones similares. Si llegamos un día a comprender la naturaleza y la extensión de esta fuerza, no tendremos más que elevados y nobles pensamientos. Pero el hombre se desconoce a sí mismo, como ignora los recursos inmensos de este pensamiento creador y fecundo que duerme en él y con ayuda del cual podría renovar el mundo.
- León Denis-
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¿SINDROME DE SMITH-MAGENIS, OBSESIÓN U AUTO-OBSESIÓN?
Grace Fishwick, una inglesa, de 9 años, es una niña cariñosa, que adora cantar, danzar, más, según la ciencia, ella sufre de mutación genética rara, llamada síndrome de Smith-Magenis (SMS) (1), patología que causa retraso mental y disturbios de comportamiento y la hace tornarse violenta de súbito y agrede a otras personas y a si misma. Tales episodios pueden durar algunos minutos y a veces hasta tres horas. La madre de Fishwick compara a su hija al personaje de él Medico y el Monstruo. “En un minuto, ella está saltando alegremente con sus juegos, en otro, agrediéndonos o golpeándose a si misma” explica la genitora.
Se sabe que la enfermedad de Fishwick es de causa genética, sin embargo no hereditaria. Es una patología genética poco conocida en Brasil y su incidencia en el mundo es de un niño afectada de cada 25.000 nacidos vivos. Muchos niños portadores de “SMS” están siendo acompañadas como portadoras de deficiencia mental sin causa definida o como autista. Para los pesquisidores, las características del comportamiento y el atraso en el desenvolvimiento son lo que se tornan más significativos. Hay retardo del desenvolvimiento neuropsicomotor perceptible en los primeros años de vida, atraso significativo del lenguaje, hiperactividad con déficit de atención, varias formas de auto-injuria – golpear la propia cabeza, morderse, pellizcarse, la piel, dificultad para conseguir aseo corporal independiente, accesos de birra (prolongada), rabia, agresión, mal humor, desobediencia, terquedad, auto extirpación de las uñas.
¿Como podremos interpretar el “caso Grace Fishwick”, bajo el punto de vista Espirita? Especialistas intentan ayudar a esos hermanos enfermos, inclusive en la fase inicial de sus estudios. Específicamente en el campo genético, algunos estudiosos más osados ya relacionan algunas enfermedades de origen nervioso y mental, siendo inducidos por la influencia de los Espíritus; todavía, los preconceptos de siempre impiden que las pesquisas avancen.
A pesar de los pocos informes científicos, hay muchas evidencias de que el proceso obsesivo y el auto obsesivo (caracterizado por manipulaciones e interposiciones de fluidos tóxicos) ejerza papel importante en la fisiopatogenia de las dolencias en el cuerpo físico y espiritual, algunas veces ejerciendo cuadros patológicos gravísimos.
En cualquier caso, sin embargo, el enfermo es responsable por todas las señales y síntomas que presentan, considerando ser él, el mentor intelectual de todos sus equívocos, pasados y presentes. Siendo así, en dado momento de la vida, comienza a tomar conciencia de los residuos nefastos del inconsciente y a partir de ahí ejercitarse en culpas, que generan débitos. Entonces tendremos los conflictos interiores, con el pensamiento fijado en alguna cosa, tanto en vigilia como en desdoblamiento.
Después de la instalación del cuadro mórbido, el enfermo camina con desinterés total por la vida, se aísla y presenta bajas vibraciones en su campo electromagnético, permitiendo a partir de este momento la afinidad con hermanos en grandes desequilibrios –terribles cobradores – desarrollando así graves cuadros específicos en el que se encuadran en las enfermedades neurológicas y mentales.
El drama Fishwick nos remite a un probable caso de “emersión del pasado”, o sea, todo procede de ella misma. Ante la aproximación espiritual del antiguo desafecto, que ciertamente aun la persigue del plano espiritual, revive la experiencia dolorosa del pasado y se le perturba la vida mental, necesitando de más amplia reeducación. Es un caso en el cual se hace posible la cosecha de valiosas enseñanza.
Toda y cualquier patología física o mental tiene una causa explicable. La niña Fishwick tiene inmovilizado gran coeficiente de fuerzas en su mundo emotivo en torno a la experiencia desastrosa del pretérito, el punto de semejante cristalización mental haber superado el choque biológico de la reencarnación, prosiguiendo casi intacta en el nuevo cuerpo físico. Fijándose en ese recuerdo, cuando es instalada más de cerca por el perseguidor del más allá, pasa a comportarse como si estuviese aun en el pasado que teme resucitar. Sin duda, en tales momentos, es alguien que vuelve del pretérito a comunicarse con el presente, porque al influjo de los recuerdos penosos que se ve asaltada, centraliza todos sus recursos mnemónicos tan solamente en el punto neurálgico en el que vicio el pensamiento.
Para el especialista común, es apenas una candidata a algunas formas de tratamiento médico; mientras tanto, para el espirita, ella puede ser una enferma espiritual, una conciencia torturada, exigiendo amparo moral y cultural para la renovación intima –única base solida que le asegurará el reajuste definitivo. “La obsesión, bajo cualquier modalidad en que se presente, es enfermedad de largo curso exigiendo terapia especializada, de segura aplicación y de resultados que no se hacen sentir apresuradamente”. (2) La acción fluídica de cualquier nivel de obsesión [la auto-obsesión] sobre el cerebro, si no es tratada a tiempo, dará, necesariamente, en resultado, el sufrimiento orgánico de aquella víscera, tanto más profundo cuanto más tiempo este bajo la influencia deletérea de aquellos fluidos.” (3)
En todas las épocas de la historia de las civilizaciones existieron enfermos psíquicos que sufrían influencias nefastas de obsesores, y,, en algunos casos, envolviendo personajes que se hicieron celebres por sus actos. Nabucodonosor II, rey de los Caldeos sufrió una licantropía y pastaba en el jardín como un animal. Tiberio, envuelto por muchos espíritus cobradores, cometió muchos deslices, con mucha malignidad. Calígula y Gengis-Khan marcaron presencia en función de sus aberraciones psicóticas. Domicio Nero, en función de grandes desequilibrios psíquicos, entre tantos equívocos, mando a asesinar a la madre y a la esposa y, después, Las reencontraba en desdoblamiento. Dostoievski sufría de ataques epilépticos. Nietzche vago por los asilos de alineados. Van Ghogh cortó las orejas en un momento de locura y las envió de presente para su musa inspiradora, poniendo fin a su vida, posteriormente, con un tiro. Schumann, notable compositor, se tiró al Rin, siendo salvado por los amigos e internado en un hospicio, donde terminó la carrera. Edgar Allan Poe sucumbió arrasado por el alcohol y tuvo visiones infernales.
Obviamente, nosotros los espiritas respetamos las orientaciones de los profesionales del área de la salud, evitando equívocos como: hacer diagnósticos, trocar y o suspender medicamentos y, algunas veces, tornar el cuadro de los pacientes más graves el cuadro de los pacientes más graves que realmente lo son. Compete a la medicina, al tratar a sus pacientes, admitiendo la hipótesis de la obsesión, aunque no comprobada académicamente, pedir ayuda a las casas espiritas que ejercen sus actividades con objetivos serios, siguiendo los postulados de Cristo y los preceptos de la Doctrina Espirita.
Creemos que el pase magnético es de gran importancia en el tratamiento de esos hermanos, considerando la oportunidad de polarización de fluidos, disipando fluidos tóxicos es interponiendo la oportunidad de polarización de fluidos, disipando fluidos tóxicos e interponiendo fluidos benéficos. Sabemos del valor indiscutible del agua magnetizada (fluidificada) – que es de gran importancia, también, en el reequilibrio del enfermo, considerando que en ella son introducidos fluidos potencializados por las emanaciones de energías provenidas de las irradiaciones de minerales, vegetales y animales.
Es indispensable, igualmente, y el Culto del Evangelio en el Hogar, considerando la oportunidad de la lectura del Evangelio y la reflexión sobre su contenido, más allá de las oraciones que podrán ser proferidas, permitiendo el crecimiento interior, el ejercicio de la fe, generando transformaciones a niveles de renuncias de viciaciones y pasiones inferiores, permitiendo la vigilancia del Ser en sus pensamientos, palabras y actos y muchos otros beneficios que, al poco va perfeccionando al espíritu y disminuyendo las dolencias en la Tierra.
Jorge Hessen
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lunes, 16 de febrero de 2015
Espiritismo laico
EL DESPRECIO
Nunca debemos rechazar a ninguna persona o cosa considerándola indigna de estimación.
Es Terrible, doloroso, sentir el desprecio... Sólo quien ha sentido brotar la sangre de ese dolor que es el desprecio, puede saber que olor se palpita... cuánto puede hundirse a un ser humano, con ese sentimiento...
Cada uno tenemos un valor específico en las líneas propias de la vida. No debemos despreciar a nadie por estar fuera de nuestra amistad. Una armonía existe en toda la creación, y si queremos formar parte de ella, debemos colaborar, procurando vivir en armonía con nosotros mismos y con los otros.
¿Cuántas veces despreciamos a los demás sólo porque nos parecen distintos? ¿Cuántas veces nos encerramos en un pequeño círculo de relaciones, y a la vez, ignoramos a otras personas, que, por una u otra razón, también conviven con nosotros, o al menos comparten distintos aspectos de nuestra vida?
Si observamos la Naturaleza, y estudiamos sus reinos notaremos el intercambio entre ellos, en una convivencia fabulosa de todos los estados de la materia y del espíritu. Son lazos que se interliga por donde la savia de la vida que late en todo el Universo.
Los animales andan en rebaños, los peces en bancos, los pájaros en bandos, los indios en tribus y los hombres en sociedades. Es una realidad que no podemos deshacer. Dios creó las leyes para sustentar lo que hizo en sintonía con el Amor. El hombre desprecia a su semejante, a veces, por el orgullo, por diferencia de posiciones, olvidando que estas pueden ser cambiadas de un momento para otro.
La materia del complejo humano es igual en todos, la diferenciación está en la vibración que cada uno posee en su propio cuerpo. La sangre que corre en las venas de un pobre y en las de un rico es igual, El líquido rojo que irriga el cuerpo de un pícaro es lo mismo que un santo.
Cuando nos falta el conocimiento de los secretos de Dios y de sus leyes es cuando nos dejamos llevar por la prepotencia y el orgullo. Olvidando que nada nos podemos llevar al otro lado de la vida, solo nuestras malas o buenas acciones, hemos de procurar la convivencia con los otros, pues esa es una ciencia muy profunda. Si no aprendemos a convivir con los otros, no podemos poner en práctica, nuestro contenido, si somos bondadosos y no tenemos a nadie a nuestro alrededor, no podemos ejercitar esa virtud, incluso se nos puede olvidar.
Las frases de una carta componen lo que en ella se quiere expresar. Si separamos una de las otras, cada cual tomando rumbo diferente, no podremos componer frases, ni hacer el libro. Cada ser humano es, pues, una letra del gran alfabeto divino que, juntas por Dios, componen el libro de la vida, en la armonía que el Señor desea. Desligadas, todo queda sin sentido, sin expresión, sin amor.
Da el valor necesario a todo lo que existe y recibirás de regreso lo mismo que ofreces, iluminado por el enriquecimiento que tu amor imprimió. Si comenzamos a vivir en armonía con las cosas, con nuestros hermanos y con Dios, alcanzaremos la verdadera felicidad, aun mismo viviendo y respirando en la atmosfera del mundo.
Comprender a nuestro prójimo, es hacer por el, lo que el no es capaz de hacer por si mismo, es hacer por el , aquello que estaríamos dispuestos a hacer por nosotros mismos, lo que esperamos que los otros hagan por nosotros.
Procuremos ser compasivos, para que podamos comprender a nuestro prójimo. Dios que es energía y vida , que es el mismo para todos, y en todo, nos permite abrir camino a los otros, que también caminan, a través de esa misma fuerza divina y creadora, lo sepan o no lo sepan.
Procuremos amarnos, respetarnos perdonarnos a nosotros mismos, para poder amar a nuestro prójimo y no despreciarlo.
Seamos siempre solícitos en ayudarnos los unos a los otros, ya sea instruyendo, sembrando la Palabra de Dios en el corazón de nuestros hermano, ya sea consolándolo en el momento de la prueba o prestándole asistencia y ayudándolo en su trabajo. Cuidemos de estar unidos unos a los otros, pues cuanto más unidos estamos a nuestro prójimo porque cuanto más unidos estemos más lo estaremos a Dios.
Si amamos a Dios, cuanto más nos aproximemos a Dios por la caridad tanto más estaremos unidos en caridad al prójimo, y cuanto estemos unidos al prójimo tanto lo estaremos a Dios.
- Merchita -
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ESPIRITISMO LAICO
David Grossvater
Laicismo: Doctrina que defiende la exclusión de los sacerdotes de la vida del Estado, especialmente en la enseñanza.
Laicismo significa el estudio de todo, la deducción filosófica de las consecuencias, después de haberse remontado más allá del fenómeno estudiado, abarcando las leyes que lo rigen, y la demostración científica de la base de nuestros conceptos; es decir estudiarlo todo, para explicarlo todo, sin acudir al recurso del “Milagro” y de lo “Sobrenatural”
Laicismo no es materialismo ni ateismo, ni divinismo, sino seriedad escrupulosa en busca de conocimientos y su análisis.
No es nada de misterio, nada de círculo cabalístico, ni secretos, ni santas palabras.
Por medio de la pedagogía Laica, se comprueban todos los enunciados, confrontándolos con los principios conocidos experimentalmente y con los nuevos aportes, científicos obteniendo una mayor veracidad y nitidez.
Lo contrario sería inclinarnos a la Fe Ciega, y por nuestro fanatismo, exponernos a precipitadas conclusiones.
Laicismo es también aquella vitalidad, dentro del libre albedrío, que nos invita a analizar todo lo que leemos y aceptar solamente aquello que hemos comprendido y asimilado, por nuestra volición mental, en concordancia con nuestra conciencia.
No es laicismo aceptar un postulado en forma ingenua, basándonos al pie de la letra, en lo que dice el libro, ya que lo diga un autor o porque lo dice un espíritu, sin pasarlo por el análisis, ni el estudio.
No hay laicismo donde proliferen los caciques y jefes natos o vitalicios, hereditarios o jerárquicos, como llovidos del cielo.
Y aquellos otros que se hacen profesionales en el movimiento Espírita, con taquillas y cepillos, y transforman el aula de estudio, en un partido político o capilla.
Laicismo es libertad de conciencia, de estudio, de interpretación, sede de librepensadores, sin tener miedo de disentir y ser tachados de apostatas por tener ideas propias.
Ser señalados de “prevaricadores” o “detractores”, por no doblegarse a posiciones fanáticas, después de haberse liberado de las suyas.
Tomado del libro: “Espiritismo Laico”
Adaptación Oswaldo E. Porras Dorta,
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EL AGUA FLUIDIFICADA
El uso del Agua Fluidificada, utilizada en conjunto con los tratamientos de Pases y Evangelización, han demostrado a través del tiempo su efectividad en el tratamiento de desordenes físicos y espirituales.
Según explica Emmanuel: “El agua es uno de los cuerpos más simples y receptivos de la Tierra. Es como una base pura en la cual la medicación del cielo puede ser impresa por medio de recursos sustanciales de asistencia al cuerpo y al alma, aunque el proceso no sea visible a los ojos mortales”.
El agua fluidificada es la fuerza energética más maravillosa que el Mundo Espiritual nos pudiera haber dado. En realidad, es simple agua corriente que es modificada por la acción del pensamiento y la oración.
Los Espíritus Superiores usan el fluido universal divino (elemento de lo que está compuesto todo lo que existe) para magnetizar el agua, convirtiéndola en elemento armonizador de todos los cuerpos del hombre, físico, periespiritual y espiritual. Tiene propiedades nutritivas, calmantes, reguladoras, armonizadoras, revitalizantes, relajantes, etc. Cada uno de nosotros recibe lo que necesita del agua fluidificada.
El Doctor Becerra de Meneses nos dice respecto al agua fluidificada: “El agua, debido a su composición molecular, es un elemento que absorbe y condensa la bioenergía que le es suministrada. Cuando es magnetizada e ingerida, produce efectos orgánicos compatibles con el fluido que es portadora.”
El Espíritu Emmanuel, a través de la psicografía de Chico Xavier nos dice: “Si deseas fortalecerte, encontrar la solución de tus necesidades físico-psíquico-emocionales, de los problemas de salud y equilibrio, coloca un recipiente de agua cristalina delante de tus oraciones, espera y confía. El rocío del Plano Divino magnetizará el líquido, con rayos de amor, en forma de bendiciones…”
El agua tiene una composición particular que le permite ser influenciada por componentes agregados, como la oración y el pensamiento.
El trabajo de investigación realizado por el doctor Masaru Emoto, revela la influencia que tienen las vibraciones del medio ambiente y nuestras emociones sobre las moléculas de agua. Durante ocho años, él y su equipo cristalizaron y fotografiaron moléculas de agua. Las muestras fueron extraídas de los ríos, lagos, lluvia, nieve y sometidas a las vibraciones de pensamientos, sentimientos, palabras, ideas y músicas. A través de estos estudios fue posible registrar en imágenes la reacción de las moléculas de agua a esos estímulos, tanto los positivos como los negativos.
En el libro En los Dominios de la Mediumnidad, Capítulo XII, André Luiz nos relata: “Después de la reunión mediúmnica, hecha la oración de cierre, es colocada una jarra de agua sobre la mesa. Aulus, guía espiritual explica: “El Agua recibirá los recursos magnéticos de alto valor para lograr el equilibrio psicofísico de los presentes. Por intermedio del agua fluidificada un precioso fin terapéutico puede ser realizado. Hay lesiones y deficiencias en el cuerpo espiritual que se reproducen en el orgánico, los que solo la influencia magnética consigue aliviar cuando los interesados estén dispuestos a SU PROPIA CURA”.
En el libro La Vida en el mundo Espiritual, Capítulos IX y X, André Luiz nos explica como los espíritus desencarnados elevados solo necesitan del alimento proveniente de la energía del agua y del aire. En sus palabras, la alimentación “fue reducida a la inhalación de principios vitales de la atmósfera, a través de la respiración y del agua, mezclada con elementos solares, eléctricos y magnéticos”.
“Sabemos que el agua es uno de los más poderosos vehículos para los fluidos de cualquier naturaleza. Aquí (en la colonia), es usada como alimento y remedio… Algún día el hombre comprenderá el valor de este regalo del Señor. El agua como fluido creador, absorbe, en cada hogar, las características mentales de sus moradores. No solo arrastra los residuos del cuerpo físico, sino también las expresiones de nuestra vida mental”.
Del Centro Espírita Joana de Angelis (Perú)
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