PRIVACIONES VOLUNTARIAS. MORTIFICACIONES.
718 – ¿La ley de conservación obliga a proveer las necesidades del cuerpo?
– Sí, pues sin fuerza y salud es imposible ...trabajar.
719 – ¿Es censurable que el hombre busque el bienestar?
– El bienestar es un deseo natural. Dios no prohibe más que el abuso, porque el abuso es contrario a la conservación. No mira como un crimen que se busque el bienestar, si no es adquirido a expensas de otro, y si no contribuye a debilitar ni vuestras fuerzas morales, ni
vuestras fuerzas físicas.
720 – Las privaciones voluntarias con la mira de una expiación voluntaria también, ¿tienen algún mérito a los ojos de Dios?
– Haced bien a los otros y tendréis más méritos.
– ¿Hay privaciones voluntarias que son meritorias?
– Sí, la privación de los placeres inútiles; porque desprende al hombre de la materia y eleva su alma. Lo meritorio es, resistir a la tentación que solicita a los excesos o al goce de las cosas inútiles; disminuir lo necesario para dar a los que no tienen bastante. Si la privación no es más que un vano simulacro, es una irrisión.
721 – La vida de mortificaciones ascéticas ha sido practicada desde muy antiguo y en diferentes pueblos, ¿es meritoria bajo algún aspecto?
– Preguntad a quien sirve y tendréis la respuesta. Si sólo sirve al que la practica y le impide hacer el bien, es egoísmo, cualquiera que sea su pretexto. La verdadera mortificación, según la caridad cristiana, consiste en privarse y en trabajar por los otros.
722 – La abstención de ciertos alimentos, prescrita en diversos
pueblos, ¿está fundada en la razón?
– Todo aquello de que pueda alimentarse el hombre sin perjuicio de su salud, está permitido; pero los legisladores han podido prohibir ciertos alimentos con un fin útil y para dar más crédito a sus leyes,las han presentado como emanadas de Dios.
723 – ¿La alimentación animal es contraria en el hombre a la ley natural?
– En vuestra constitución física la carne alimenta a la carne,pues de otra manera el hombre se debilita. La ley de conservación da al hombre el deber de mantener sus fuerzas y su salud para cumplir con la ley del trabajo. Debe, pues, alimentarse según lo exija su
organización.
724 – ¿Es meritoria la abstención de la alimentación animal o de otra clase como expiación?
– Si se priva por los otros, sí; pero Dios no puede fijarse en una mortificación cuando no existe en ella una privación seria y útil.
Por eso, decimos que los que se privan sólo en apariencia, son hipócritas. (720).
725 – ¿Qué pensar de las mutilaciones operadas en el cuerpo del hombre o de los animales?
– ¿A qué semejante pregunta? Por tanto, preguntad otra vez si una cosa es útil. Lo inútil no puede ser agradable a Dios y lo nocivo le es siempre desagradable; porque sabedlo bien, Dios no es sensible sino a los sentimientos que elevan el alma hasta él. Practicando su
ley y no violándola, podréis sacudir vuestra materia terrestre.
726 – Si los sufrimientos de este mundo nos elevan según el modo como los soportamos, ¿también nos elevan los que nos creamos voluntariamente?
– Los únicos sufrimientos que elevan son los sufrimientos naturales, porque proceden de Dios. Los sufrimientos voluntarios para nada sirven cuando ningún bien reportan a los otros. ¿Crees que los que acortan su vida con rigores sobrehumanos, como los bonzos, los fakires y ciertos fanáticos de muchas sectas, adelantan en su camino?
¿Por qué no trabajan mejor en el bien de sus semejantes? Que vistan al indigente, que consuelen al que llora, que trabajen por el enfermo,que sufran privaciones para aliviar a los infelices, y entonces su vida será útil y agradable a Dios. Cuando en los sufrimientos voluntarios que se experimentan, no se mira más que a sí mismo, es egoísmo; cuando se sufre por los otros, es caridad. Tales son los preceptos de Cristo.
727 – Si no se deben crear sufrimientos voluntarios, que no tienen utilidad alguna para los otros, ¿debemos procurar preservarnos de los que se prevén o amenazan?
– El instinto de conservación ha sido dado a todos los seres contra los peligros y sufrimientos. Castigad vuestro espíritu y no vuestro cuerpo, mortificad vuestro orgullo, ahogad vuestro egoísmo semejante a una serpiente que os roe el corazón, y haréis más por
vuestro adelanto que no con rigores que ya no son de este siglo.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC
******************************
LA CRISIS DE LA HUMANIDAD
En este último tiempo he escuchado hablar tanto de la crisis, que recurrí al diccionario para ver qué significaba.
Crisis: «Una crisis es un cambio brusco o una modificación imprevista en el desarrollo de algún suceso. Dichas alteraciones pueden ser físicas o simbólicas. Crisis también es una situación complicada o de escasez»
¿A qué le llamamos crisis?
Aplicamos esta palabra a muchas situaciones: cuando algo anda mal en política, en economía, en la familia, en el matrimonio… También hablamos de crisis en asuntos relacionados con la enfermedad, ansiedad, etc.
Como vemos, hay muchos tipos de crisis, pero por nuestra reacción, podría parecer que la única crisis que existe es cuando nuestro dinero se ve afectado.
No hace mucho tiempo, varios países del mundo han sufrido una crisis económica que no se había experimentado durante varias generaciones. No obstante, nosotros, en Argentina, convivimos con ella como si fuera nuestra eterna compañera.
En el año 2001, el gobierno de turno se quedó con todos los ahorros que los argentinos tenían en los bancos. La gente salió a la calle y en pocas horas, el presidente de la nación tuvo que renunciar, fue tal el impacto de la crisis que muchas personas murieron y otras incapaces de superar la situación, terminaron suicidándose. Pero si me permiten, les diré que hoy tenemos crisis mucho más graves que la económica: crisis de valores, de moral, de ética, de inseguridad, de pánico.
Cada día vemos a ladrones que con toda impunidad matan para robar un celular o unas pocas monedas. Cada año, cientos de policías son asesinados y todos los días vemos en los periódicos y en la televisión, hechos delictivos y criminales. Miles de familias están sufriendo las consecuencias de la inseguridad.
¿Dónde se origina la crisis?
Nos han hecho creer que la crisis, está en la economía, en el sistema bancario, o en los gobiernos.
La crisis no está en un sector, ni la genera él. La crisis está en el ser humano, en la sociedad.
Si no, miremos los grandes sucesos acontecidos en los últimos años:
• El holocausto nazi. Las bombas atómicas lanzadas sobre Japón.
• Los 46 millones de abortos por año. Es como si en un año desapareciéramos todos los habitantes de este país y esto según datos oficiales.
• Países enteros controlados por el narcotráfico o el terrorismo.
• Más de la mitad de la población del mundo sobrevive con uno o dos dólares diarios.
• El cambio climático, trayendo devastaciones por todo el planeta.
• La trata de personas, el tráfico de órganos, las violaciones, los miles de adultos y niños que mueren de hambre, por día.
Hace poco tiempo se escuchó que una banda en Perú, mataba a las personas, para sacarles la grasa. Ésta era vendida a importantes compañías farmacéuticas a razón de 15.000 dólares el kilo.
Hace pocos días una mujer embarazada fue secuestrada, le practicaron una cesárea para robarle a su niño.
Si todo esto no te demuestra que el ser humano está en crisis, ya me dirás…
Y estos datos son solamente acontecimientos, sucesos. Esto no es la crisis en realidad. Esto es tan solo algunas de las consecuencias y evidencias de que el ser humano vive inmerso en una terrible, destructiva y progresiva crisis.
¿Qué podemos hacer entonces?
• Tratar de cambiar el sistema.¡ Imposible!
• Protestar… Millones lo han hecho y pocas veces han logrado ser escuchados.
• Muchos líderes mundiales se reúnen para dar soluciones. Firman tratados de todo tipo, pero luego no los cumplen y todo sigue igual.
¿Dónde está la solución?
• Creo personalmente que la solución está en cada uno de nosotros. No podemos dar lo que no tenemos.
• No puedo dar sanidad, si estoy enfermo.
• Si en mí hay un virus, infectaré todo lo que toque y lo que tengo a mi alrededor.
• Si no puedo ver, no puedo ser guía de ciegos.
• Cómo puedo ser un buen padre y pretender que mi hijo sea una buena persona, si en mi corazón hay odio, resentimiento, amargura, egoísmo, codicia y tantas cosas negativas.
Quiero decirte que la única solución está en dejar que Dios transforme nuestra vida y como consecuencia cambie nuestra manera de pensar y de actuar.
Todos nosotros sufrimos a lo largo de la vida situaciones de todo tipo. Pequeñas y grandes crisis, que también podríamos interpretar como pruebas que Dios pone en nuestro camino, para que nos acerquemos a Él y fortalecer nuestra fe. Por cierto, en chino crisis significa «Oportunidad»
Si tienes fe, no deberías preocuparte por las crisis, ya que esta palabra «no existe» en el vocabulario de la fe. Aunque quizás suene demasiado sencillo, yo te sugiero que, a partir de ahora, cambies la palabra CRISIS, por CRISTO. Las dos empiezan igual, pero te aseguro que el final es muy distinto.
«No le digas a Dios lo grande que es tu problema, dile a tu problema lo grande que es Dios»
AUTOR DESCONOCIDO.
APORTADO POR JOSE LUIS PRIETO .
****************************
" NADIE ES PROFESOR DE ESPIRITISMO; TODOS SOMOS APRENDICES "
- HERCULANO PIRES-
************************
NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA
Jesús enunció una verdad convertida en proverbio, una verdad de todos los tiempos, la que podríamos detallar más, diciendo: Nadie es profeta en vida.
En el lenguaje usual, esta máxima se refiere al crédulo que un hombre goza entre los suyos y entre aquellos en medio de quienes vive, así como a la confianza que les inspira por la superioridad del saber y la inteligencia.
Si hay excepciones, son raras y en todos los casos jamás son absolutas. El principio de esta verdad es una consecuencia natural de la debilidad humana que puede explicarse así: la costumbre de verse desde la infancia, en las circunstancias vulgares de la vida, establece entre los hombres una especie de igualdad material que, a menudo, lleva a rehusar el reconocimiento de superioridad moral en quien fue compañero y comensal, salido del mismo medio y de quien se conocen ciertas debilidades.
El orgullo sufre en razón del ascendiente que debe soportar. Quien quiera que se halle por encima del nivel medio siempre está expuesto a los celos y a la envidia.
Quienes se sienten incapaces de llegar a su altura se esfuerzan por disminuirlo, denigrándolo, hablando mal y calumniándolo. Más pequeños se ven, más gritan, creyendo engrandecerse y eclipsarlo mediante el ruido que hacen.
Tal fue y será la historia de la Humanidad, en tanto los hombres no comprendan su naturaleza espiritual y no se depuren en su aspecto moral. Tal prejuicio es propio de los espíritus mezquinos y vulgares, que lo refieren a su propia personalidad.
CAPÍTULO XVII Predicciones del Evangelio- La Génesis.
**********************************
LAS PRUEBAS
Nos habituamos a considerar el dolor,en cualquier modalidad,como conducto punitivo o modelo arrepentido para nuestra alma,cuando está enclaustrada en la carne.Y gracias a eses concepto injusto,condicionamos la dificultad,el sufrimiento y la pobreza al tamiz de las pruebas lamentables bajo la inhumana opresión de nuestra soberbia.
Sin embargo,las pruebas mas crudas no son las que se manifiestan como bendito látigo de corrección.
Existen pruebas ignoradas que muchos disputan,por desconocer sus peligros y su gravedad.
El hombre económicamente libre,con arcas llenas de monedas de oro,responderá por el uso que haga de las disposiciones monetarias.
El industrial poseedor de un amplio registro de empleados,responderá de la propia conducta,por la dirección de tantos destinos.
El agricultor poderoso con decenas de labradores pobres a su servicio,presentará cuentas de como usó la dependencia ajena en las posesiones de tierra de su propiedad.
El gobernante será invitado a informar con respecto al uso de los dineros públicos destinados a la felicidad del pueblo.
El médico,el abogado,el odontólogo,el obstetra serán inducidos a rendir cuentas de los servicios realizados bajo la bendición del título universitario.
De igual forma,el portador de la belleza física,de la inteligencia brillante,de la palabra perfecta y pluma encantadora,cargan responsabilidades consigo mismo,que representan severas pruebas....
Fue por ésta razón y con mucha propiedad,que le Maestro,lamentando la posición del joven rico,afirmó que sería difícil,a los opulentos de cualquier naturaleza,entrar en el Reino de los Cielos,vinculados como se encuentran,a los bienes de la tierra.
En verdad,tenemos lo que concedemos y poseemos lo que ofrecemos en favor de los otros..
Transformemos nuestra dificultad,nuestra limitación,nuestro dolor,en sublimación evangélica hacia el viaje de la liberación espiritual.Quien se suponga feliz por estar amparado por la fortuna fácil o por la comodidad social,,por el título de honra o por la situación privilegiada,que se mantenga alerta.Es normal que,los aparentemente vencidos,triunfen,porque,no teniendo a quien dirigirse, se vuelvan hacia Aquel que es la vida y el consuelo,mientras que los que se encuentran muy atareados con los favores inmediatos,perecen lejos del despertar a los bienes afectivos de la experiencia planetaria.
por lo tanto,utilicemos nuestras disponibilidades evolutivas,a la luz de la Doctrina Espiritista,enalteciendo las pruebas del camino de luchas,con el fin de poder alcanzar la posición ideal de siervos felices,conservando la conciencia tranquila donde la lámpara de la fe de la inmortalidad brille,bendita,guiándonos hasta el fin de los tiempos.
- Aportación de Lídia Gómez-
**************************
LOS ESPÍRITUS PURIFICADOS Y ELEVADOS
A medida que los Espíritus se purifican y se elevan en la jerarquía espírita, las
características distintivas de su personalidad se borran, en cierto modo, en la uniformidad de la perfección.
Con todo, no por eso dejan de conservar su individualidad. Esto es lo que sucede con los Espíritus superiores y con los Espíritus puros. En esa situación, el nombre que tuvieron en la Tierra, en una de las mil existencias corporales efímeras por las que pasaron, es algo absolutamente irrelevante. Notemos, además, que los Espíritus son atraídos, los unos hacia los otros, por la semejanza de sus cualidades, y que de ese modo forman grupos o familias por simpatía. Por otra parte, si consideramos la cantidad inmensa de Espíritus que, desde el origen de los tiempos, deben de haber alcanzado las categorías más elevadas, y si la comparamos con la restringida cantidad de hombres que dejaron un nombre ilustre en la Tierra, comprenderemos que, entre los Espíritus superiores que pueden comunicarse, la mayoría debe de tener nombres que no conocemos. Sin embargo, como necesitamos nombres para fijar nuestras ideas, ellos pueden adoptar el de un personaje conocido,cuya naturaleza se identifique mejor con la de ellos. De esa manera, nuestros ángeles de la guarda se dan a conocer, la mayoría de las veces, con el nombre de alguno de los santos que veneramos y, en general, con el de aquel que nos inspira mayor simpatía. De ahí se
deduce que, si el ángel de la guarda de una persona se manifiesta diciendo que es san Pedro, por ejemplo, no habrá ninguna prueba material de que sea precisamente el apóstol de ese nombre. Tanto podrá ser él como un Espíritu completamente desconocido, pero
perteneciente a la familia de Espíritus de la que también forma parte san Pedro. También se deduce que, sea cual fuere el nombre con el que alguien invoque a su ángel de la guarda, este atenderá el llamado que se le dirija, pues lo atrae el pensamiento, y no el nombre, que le resulta indiferente.
Lo mismo ocurre cada vez que un Espíritu superior se comunica en forma espontánea dando el nombre de un personaje conocido. Nada prueba que sea exactamente el Espíritu de ese personaje, pero si no dice nada que contradiga el carácter elevado de este último, existirá la presunción de que se trata de él, y en todos los casos se puede afirmar que, si no es él, debe ser un Espíritu de la misma categoría, o tal vez alguien a quien él mismo ha enviado.
En resumen, la cuestión del nombre es secundaria. El nombre puede ser considerado como un simple indicio de la categoría que el Espíritu ocupa en la escala espírita.
Otra es la situación cuando un Espíritu que pertenece a un orden inferior se adorna con un nombre respetable para que demos crédito a sus palabras. Este caso es tan frecuente que, con el fin de prevenir esa clase de sustituciones, toda precaución que se tome nunca será exagerada. Gracias a esos nombres usurpados y, sobre todo, con la ayuda de la fascinación, algunos Espíritus sistemáticos, más orgullosos que sabios, intentan hacer que se admitan
las ideas más ridículas.
Así pues, la cuestión de la identidad, como hemos dicho, resulta casi indiferente cuando las instrucciones son generales, pues los Espíritus más adelantados pueden sustituirse mutuamente, sin mayores consecuencias. Los Espíritus superiores forman, por así decirlo, un todo colectivo, cuyas individualidades son para nosotros, con raras excepciones, absolutamente desconocidas. Lo que nos interesa no es su persona, sino su enseñanza. Ahora bien, si la enseñanza es buena, poco importa que quien la imparte se llame Pedro o Páblo. Lo juzgamos por su calidad y no por sus insignias.
Si un vino es malo, la etiqueta no lo hará mejor. No sucede lo mismo con las comunicaciones íntimas, porque ahí se trata del individuo: es su persona la que nos interesa. Así, es lógico que, en esas circunstancias, procuremos cerciorarnos de que el Espíritu que atiende nuestro llamado es realmente aquel que deseamos.
EL LIBRO DE LOS MEDIUMS
ALLAN KARDEC.
deduce que, si el ángel de la guarda de una persona se manifiesta diciendo que es san Pedro, por ejemplo, no habrá ninguna prueba material de que sea precisamente el apóstol de ese nombre. Tanto podrá ser él como un Espíritu completamente desconocido, pero
perteneciente a la familia de Espíritus de la que también forma parte san Pedro. También se deduce que, sea cual fuere el nombre con el que alguien invoque a su ángel de la guarda, este atenderá el llamado que se le dirija, pues lo atrae el pensamiento, y no el nombre, que le resulta indiferente.
Lo mismo ocurre cada vez que un Espíritu superior se comunica en forma espontánea dando el nombre de un personaje conocido. Nada prueba que sea exactamente el Espíritu de ese personaje, pero si no dice nada que contradiga el carácter elevado de este último, existirá la presunción de que se trata de él, y en todos los casos se puede afirmar que, si no es él, debe ser un Espíritu de la misma categoría, o tal vez alguien a quien él mismo ha enviado.
En resumen, la cuestión del nombre es secundaria. El nombre puede ser considerado como un simple indicio de la categoría que el Espíritu ocupa en la escala espírita.
Otra es la situación cuando un Espíritu que pertenece a un orden inferior se adorna con un nombre respetable para que demos crédito a sus palabras. Este caso es tan frecuente que, con el fin de prevenir esa clase de sustituciones, toda precaución que se tome nunca será exagerada. Gracias a esos nombres usurpados y, sobre todo, con la ayuda de la fascinación, algunos Espíritus sistemáticos, más orgullosos que sabios, intentan hacer que se admitan
las ideas más ridículas.
Así pues, la cuestión de la identidad, como hemos dicho, resulta casi indiferente cuando las instrucciones son generales, pues los Espíritus más adelantados pueden sustituirse mutuamente, sin mayores consecuencias. Los Espíritus superiores forman, por así decirlo, un todo colectivo, cuyas individualidades son para nosotros, con raras excepciones, absolutamente desconocidas. Lo que nos interesa no es su persona, sino su enseñanza. Ahora bien, si la enseñanza es buena, poco importa que quien la imparte se llame Pedro o Páblo. Lo juzgamos por su calidad y no por sus insignias.
Si un vino es malo, la etiqueta no lo hará mejor. No sucede lo mismo con las comunicaciones íntimas, porque ahí se trata del individuo: es su persona la que nos interesa. Así, es lógico que, en esas circunstancias, procuremos cerciorarnos de que el Espíritu que atiende nuestro llamado es realmente aquel que deseamos.
EL LIBRO DE LOS MEDIUMS
ALLAN KARDEC.
****************