viernes, 31 de julio de 2015

LA TERAPIA DE LA ORACIÓN


EL CUERPO FLUÍDICO DE JESÚS

La teoría de Roustainguismo es la del cuerpo fluídico de Jesús, que no poseyó cuerpo carnal como nosotros. Veamos cómo se explica en los textos [de Los Cuatro Evangelios] la formación de ese cuerpo:

Jesús habría podido, únicamente el acto exclusivo de su voluntad, atrayendo hacia si los fluidos ambientes necesarios, constituir el periespiritu o cuerpo fluídico tangible que vistió para surgir en vuestro mundo bajo aspecto de un niño. María, sin embargo, antes de su encarnación, pidió, por devoción y por amor, la gracia de participar en la obra de Jesús, atrayendo, por la emanación de sus fluidos periespiritico, los fluidos ambientes necesarios para la constitución de aquel periespiritu”.

De esa manera se tenía que verificar su cooperación, más de forma para ella inconsciente, por cuanto el estado de encarnación humana no le permitía acordarse. Así, al aproximarse el momento final de su gravidez a los ojos de los hombres, ella, inconscientemente, más ardiendo en el deseo de cumplir la misión que el Señor le revelara por intermedio del ángel o espíritu superior que le fue enviado, estableció, por la emanación de los fluidos de su periespiritu, una irradiación simpática que atrajo los fluidos necesarios para la formación del cuerpo fluídico de Jesús”.

Ningún efecto, entretanto, habría producido la acción inconsciente de María, sin la intervención de la voluntad de aquel que iba a descender a vuestro mundo. Jesús, pues , constituyo, el mismo, por la acción de su propia voluntad, el periespiritu tangible y casi material en que se torno, teniéndose en vista el planeta que habitáis, un cuerpo relativamente semejante al vuestro”.

(Tomo I – cap. I – Anunciación)

Este pequeño trecho revela una ingenuidad asustadora. ¿Qué hizo Maria en ese episodio? Se encarnó en la Tierra para fingir de madre, se olvidó del papel que iba a desempeñar – pues era médium inconsciente… - pero  actuó inconscientemente atrayendo los fluidos en la esperanza de representarlo. Entretanto, en el momento decisivo, Jesús tuvo que intervenir y constituir el mismo su cuerpo fluídico, pues solo el podía hacer tal cosa. Solo restó a Maria, en todo el drama, un “consejo” a Hollywood para la entrada en escena de la falsa gravidez.

En el punto culminante de la revelación, lo que nos es revelado es el papel de tonta desempeñado por la falsa madre del Mesías. Se tiene la impresión de un artista piadoso admitiendo una joven inexperta a su lado parta no disgustarla. El artista no precisaba de la joven, más acepto su pretendido concurso y acabo haciendo todo por sí mismo. El público no percibió nada. Y la joven mucho menos. Más adelante la veremos siendo lograda por el niño experto que succiona la leche de su pecho sin ensuciarla.

Podríamos cerrar aquí nuestro análisis. No hay nada más que analizar. La revelación de la revelación abortó en ese episodio lirico –burlesco, aun en las primeras páginas del primer tomo de la obra roustainguistas de dos mil páginas. Más acontece que Roustainguismo es una creencia y sus adeptos no aceptaran nuestra conclusión. Precisamos de paciencia y coraje. Iremos más allá…

Por cierto, que además de ese acto lirico solo nos resta, en el trecho de arriba, constatar el rastreo de la teoría del periespiritu que Roustaing observo en la lectura de El Libro de los Espíritu de Kardec. Leemos arriba que el periespiritu es un cuerpo fluídico tangible. La expresión cuerpo fluídico es de Kardec. Más Kardec muestra que ese cuerpo fluídico puede tornarse tangible en el fenómeno de las apariciones tangibles. Roustaing mezclo las cosas y formó “aparentemente” esa nueva expresión.

Otro aspecto curioso de utilización de las teorías kardecianas es el del trecho medio de la transcripción anterior, cuando Roustaing (O sea, los espíritus que dictaron la obra dicen que María produjo una irradiación simpática de su periespiritu para atraer los fluidos necesarios. Es esa la teoría explicativa de las manifestaciones mediúmnicas. El espíritu comunicante produce irradiaciones de su periespiritu que afectan al periespiritu del médium, provocando el fenómeno semejante en forma de reacción. La mezcla de los fluidos espirituales del espíritu con los fluidos materializados del médium produce el elemento necesario, semi material, que permite la acción del espíritu en el plano material.

Estamos prácticamente ante un acto de apropiación indebida. No hay nada de nuevo en todo eso, a no ser falso el empleo de la teoría.

Más vamos a otro trecho básico, relativo a la gravidez de Maria. Y añadamos a ´el el trecho referente al parto. Veámoslo:

La gravidez de María fue obra del espíritu santo, porque fue obra de los Espíritus del Señor, y. como tal, aparente y fluídica, de manera a producir la ilusión, para hacer creer en una gravidez real”.

Los espíritus propuestos para la preparación del aparecimiento del Mesías en la Tierra reunieron alrededor de Maria fluidos apropiados que le operaron la distensión del abdomen y lo hincharon. Aun por la acción de los fluidos empleados la menstruación paro durante el tiempo preciso de una gestación, contribuyendo ese hecho para la apariencia de una gravidez,  por la hinchazón y por las incomodidades causadas. Maria, bajo la inspiración de su guía y ante esos resultados, que para ella eran el cumplimiento de la anunciación que le hiciera el ángel o espíritu enviado, creyó en la realidad de su estado”.

Su parto fue igualmente obra del espíritu Santo, porque también fue obra de los Espíritus del Señor, y solo se dio en apariencia, tal como la gravidez, por eso mismo que resultaba de esta, que fuera simplemente aparente. Tanto como la gravidez, Maria tuvo la ilusión del parto, en la medida que era necesario, a fin de que acreditase, como debía acontecer, en un nacimiento real”.

Aquí la intención del ridículo se torna clara. El episodio lirico-burlesco pierde todo el lirismo. El análisis paraliza ante lo absurdo, pues el absurdo no puede ser analizado. Tenemos que saltar por encima del abismo y encarar el texto por otro ángulo. Los espíritus reveladores emplean en este momento los ingredientes de la magia para fascinar al lector. Estamos en el plano de lo irracional. Más no nos engañemos. Tras de las escenas están estirados y activos los cordeles de la mágica teatral. El embuste es evidente. No se trata de magia natural, más si artificial. En una palabra: del ilusionismo mal intencionado. No es para nada que el texto incluye la expresión: “de manera a producir ilusión”. ". Los ilusionistas, los seguros de los efectos de su truco, no duden en utilizar las palabras adecuadas.

Todos cargamos con nosotros los residuos del animismo tribal, de la magia primitiva que antecedió a la religión. La magia del teatro excita en nosotros esos residuos que suben del inconsciente al consciente y determinan la regresión psicológica. Regresamos a la tribu, al tabú, al totemismo, al animismo de los principios. Eso puede acontecer con el hombre rudo y simple o con el hombre ilustrado e ingenuo. Y solo esa regresión puede explicar la aceptación de las teorías roustainguistas por las criaturas que llevan el barniz de la civilización. Es el mismo caso de los residuos mágicos de nuestras religiones llamadas positivas. La fe ingenua de la selva despierta en el corazón del hombre actual y lo lleva a aceptar, emocionado, los dogmas de lo absurdo.

A pesar de esa explicación, podemos preguntar como admitirse la utilización de esos truques o pases de magia por los Espíritus Superiores. Como aceptar el papel de Jesús, bajo la permisión, por lo menos, de Dios, en ese proceso de engaño espiritual en nombre de la verdad? Si Descartes ya no hubiese aniquilado el Genio Maligno en sus reflexiones del Discurso del Método, aun podríamos recurrir a el. Más en esta altura de los tiempos ya no nos sobra más esa posibilidad.

Por José Herculano Pires

Fuente: El Verbo y la Carne

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DESENCARNACIÓN; PROCESO DE TRANSICIÓN.

Fernando A. Moreira

La muerte es la cesación de la vida orgánica; la desencarnación es la liberación del Espíritu inmortal, periodo de transición, en su cambio de plano. “La muerte es hereditaria” (1) y cuando el cuerpo muere, el Espíritu está listo para librarse, porque “no es la partida del Espíritu la que causa la muerte del cuerpo; esta es la que determina la partida del Espíritu;” (2) pero este, no siempre está en condiciones de hacerlo. En este caso, la muerte biológica ocurre, pero el Espíritu no se desprende, no se libera, queda preso al cuerpo físico, esto es, continúa encarnado, porque “no todos los que mueren desencarnan.” (3)

Nos dijo, cierta vez un suicida: `No estoy muerto. Y añadía: `No obstante siento los gusanos comiéndome.´ Ahora, indudablemente, los gusanos no le comían el periespíritu y aun menos el Espíritu; le roían sólo el cuerpo. (…) Era antes la visión de lo que pasaba con el cuerpo, al cual aun lo conserva ligado al periespíritu, lo que le causaba la ilusión, que él tomaba por realidad.” (4)

La reencarnación no es un proceso punitivo, más educativo, pues aquí “es escuela, es prisión, es hospital”; para alcanzar la perfección, la felicidad y la plenitud, es necesario renovarse en la experiencia de la materia densa… Habiendo escogido el camino del progreso, evolucionado, y así realiza su reforma íntima o, al contrario estacionado, con la excepción que, por mínimo que sea, siempre se evoluciona alguna cosa, inexorablemente sobreviene la muerte (Fig. 1), que es la fatalidad del cuerpo físico, así como “la evolución es la fatalidad del Espíritu” (5), uno de los objetivos de la reencarnación. (4); u otro es “trabajar para el Universo, como el Universo trabaja para nosotros, tal es el secreto del destino” (6), “es por el Espíritu en condiciones de soportar la parte que le toca en la obra de la creación (…) y concurriendo para la obra general, él mismo se adelanta.” (4) (FIG. 1); este último es alcanzado consciente o inconsciente por el Espíritu.

La reestructuración o no de su periespíritu, va a depender en haber alcanzado ambos objetivos, con influencias importantes en la secuencia del proceso desencarnatorio. Cuanto más depurado esté más fácil se vuelve su desligamiento gradual, porque “los lazos se desatan, no se quiebran.”. (4)

Dos factores son consecuentes a la muerte (Fig.1), ocurriendo paralelamente y vinculados a sus circunstancias y al grado evolutivo del Espíritu desencarnante: 

 *     el desprendimiento del cuerpo físico.
 *     la perturbación del Espíritu.

León Denis señala que deberíamos llorar en la hora de la reencarnación, que es un momento de intenso sufrimiento para el Espíritu, y reírnos en la hora de la muerte, cuando el Espíritu se libera, ya que encarnación es su encarcelamiento fluídico y la desencarnación su liberación; esto es importante acentuar, si el Espíritu cumplió los objetivos de la encarnación, porque si no lo hizo, serán dos llantos, uno al encarnar y el otro al desencarnar, tal es la influencia que esta conducta proyectará en la desencarnación.

                  El desprendimiento

Al reencarnar el Espíritu se liga al cuerpo, a través de su periespíritu, que a él se une, molécula a molécula, átomo a átomo y al desencarnar, inversamente se desprende, también, átomo a átomo, molécula a molécula.

El principio vital es ` “el interruptor de la vida”, (7) en cuanto que el fluido vital es la electricidad que cargar nuestras baterías, el fluido cósmico animalizado; al ser desligado aquel, la vida se desvanece, cesa y sobreviene la muerte (muerte natural), que se da por agotamiento del fluido vital o bien su presencia, por fallecimiento orgánico súbito (muerte violenta), quedando él impotente para transmitir el movimiento de la vida.

(8) Esta fuga energética del cuerpo físico y del periespíritu, que se encontraban de ella impregnados, desde el primer instante de la concepción, se realiza de forma suave o abrupta, (Fig.1) de acuerdo con su distribución, que es peculiar a cada ser, a cada órgano, a cada célula; hay en los centros vitales o de fuerza, mayor actividad vital y puntos de ligación con mayor densidad entre el Espíritu-periespíritu, es el centro coronario el regente que, por el hecho mismo, es el último que se desliga, deshaciéndose las conexiones Espíritus-periespíritu-glándula pineal, la “glándula de la vida espiritual”. La rotura de estos lazos fluídicos-magnéticos que compone el cordón fluídico o de plata, representa el sello de la desencarnación, iniciándose por las extremidades y terminando, como dijimos, en el cerebro.

La naturaleza de las demás uniones de los centros vitales, varían de acuerdo con cada ser, dependientes de la evolución del Espíritu, modulador y estructurador del periespíritu y por tanto de sus uniones con la materia densa, a través de los centros vitales controladores y sus órganos secundarios y qué servicio prestó al comandante de sus acciones_ el Espíritu. Así quien osó desequilibradamente el sexo, o practicó aborto, por ejemplo, tendrá sus uniones con el centro vital genésico difíciles de ser desligados; quien fue fumador empedernido, igualmente tendrá fuertes uniones fluídico-magnéticas con el centro cardíaco, retardando el proceso desencarnatorio, y de ahí en adelante.

Así el desprendimiento ocurre de forma lenta (envejecimiento natural, dolencias crónicas, etc.) por estacionamiento del fluido vital, o de forma abrupta (muerte violenta: accidentes, desastres, asesinatos, suicidios) por injuria grave, determinando la incapacidad funcional orgánica definitiva. (FIG. 1); en los primeros, el desligamiento ya venía haciéndose cuando ocurrió la muerte y en los últimos, la muerte corresponde al inicio del proceso desencarnatorio; equivale a decir que el periodo muerte-liberación, genéricamente, es mayor en estos. Con los Espíritus evolucionados ocurre que el momento de la muerte corresponde al de la liberación, pero, al contrario, ciertos Espíritus que tienen su periespíritu aun muy densificado, quedan presos aun al cuerpo, después de la muerte.

El Espiritismo, por los hechos cuya observación él faculta, da a conocer los fenómenos que acompañan esta separación, que a veces, es rápida, fácil, suave e insensible, al paso que de otras es lenta, laboriosa, horriblemente penosa, conforme el estado moral del Espíritu, y puede duras meses”, (2) y hasta años.

                                 La perturbación

La conciencia es del Espíritu y después de la muerte corporal, el pasa por un periodo variable de perturbación, de acuerdo con el estado moral del alma, “fruto de sus construcciones mentales, emocionales y de voluntad” (9) y el género o circunstancias de la muerte, para volver a readquirirla.

   El Espíritu purificado se desvencija de los tenues lazos que lo prendían al cuerpo físico, tomando entonces conciencia de sí mismo, vuelve al mundo espiritual y a la memoria del pasado, que es también del Espíritu y en breve va volviendo del inconsciente, situado en el periespíritu (8); este “libro misterioso, cerrado a nuestra vista, durante la vida terrena, se abre en el espacio. El espíritu adelantado recorre a voluntad las páginas (…).” (6) En estos casos la sensación es de alivio, como quien despertó de una intervención quirúrgica y obtuvo el alta, curado; no es pues, ni penosa, ni duradera; es un despertar, pues la “vida en la carne es el sueño del alma”; es el sueño triste o alegre.” (6)

En aquellos Espíritus que no aprovecharon el retorno a la vida corporal, para su evolución, estacionados en la escala del progreso, la desencarnación será un proceso extremamente doloroso, “tétrico, aterrador, ansioso (…) cual horrenda pesadilla” (10), demorado y la perturbación espiritual que seguirá, será mucho más intensa y prolongada; muchas veces, mal se acuerdan hasta de la última encarnación y mucho menos de las otras, es una concesión más de la bondad y de la misericordia divina, pero un día lo harán, pues tendrá que “entrar en el conocimiento de su estado, antes de ser llevadas para el medio cósmico adecuado a su grado de luz y densidad.” (6)

En la muerte violenta, situación no esperada en la mayoría de las veces por el Espíritu, su concienciación de la muerte y consecuentemente pasaje a la vida espiritual es difícil y demorada, tanto más prolongada cuanto menor es la evolución espiritual.

                                   En la Espiritualidad

La espiritualidad no está parada, ni contemplativa, al contrario, trabaja incesantemente y “Los Espíritus evolucionados, con fuertes vínculos con la caridad”, (11) se responsabilizan de la tarea de la desencarnación, ayudando en los desligamientos de los lazos que unen el Espíritu al cuerpo físico, bajo influjo del pensamiento divino. Espíritus amigos y familiares, ya desencarnados, colaboran en esta tarea. Esta misma actuación, puede ser perjudicada por Espíritus enemigos, obsesores, que tienen la finalidad de volver el desligamiento más penoso, contribuyendo también para una mayor perturbación del Espíritu desencarnante, su enemigo.

                          Destino de los componentes del hombre.

   Después de la muerte, el cuerpo físico se desintegra, siguiendo las leyes físicos-químicas, que también son divinas, nunca más volviéndose a recomponer, o destinarse a la resurrección, que sería desprovista de cualquier finalidad.

El fluido vital vuelve a su lugar de origen_ el fluido cósmico o universal.

El periespíritu podrá presentar modificaciones en relación a su densidad; no se segmenta y no se sedimenta; se depura, volviéndose tanto más sutil cuanto mayor fuera el progreso espiritual.

El Espíritu puede presentar modificaciones en relación a su estado moral reencarnatorio, porque el “Espíritu evoluciona, todo lo más se transforma”, por menor que sea esta misma evolución, a veces, mínima, lo que no puede nunca ocurrir, es retrogradar.

                                     Conclusión

Un día, después de la muerte corporal, nosotros tendremos un decisivo encuentro marcado con nosotros mismos, en lo recóndito de nuestra conciencia, atributo del Espíritu, donde fueron impresas por Dios sus leyes morales (4); ahí serán juzgados por ella, todos nuestros actos de la senda reencarnatoria, en el uso de nuestro libre albedrío y comparados con nuestros propósitos al reencarnar, escogidos o impuestos por la justicia divina, siempre de acuerdo con las aptitudes de cada uno; depende de nosotros, y sólo de nosotros, sí este será el “día más feliz de nuestra existencia”, momento de puro éxtasis o, “al contrario, el peor de ellos”, su momento más fatídico.

Creemos que la educación para la desencarnación se implica en la educación para la vida”. (9), para que consigamos la muerte de que nos habla Hernani Santana: (12)

¡La muerte (...) es la libertad!
Es el vuelo augusto para la luz divina,
¡Bajo las bendiciones de la paz de la eternidad!
Es buen comienzo de una nueva edad,
Pasado mañana hermosa y peregrina,
De nuestra real y gran felicidad.”

(Trabajo publicado en la Revista Internacional de Espiritismo – Mayo 2001)

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¿ Será solamente una utopía el reparto igualitario de riquezas?

Cada persona estamos en la posición económica y social que nos corresponde estar, porque de habernos correspondido otra diferente o mejor, habríamos nacido en el seno de otra familia y otra sociedad, e incluso me atrevería a afirmar que ya la tendríamos en este mundo mediante nuestro mayor esfuerzo, y si hubiésemos tenido una mayor capacidad intelectual y volitiva, tal vez podríamos haber superado ya nuestro actual nivel social y
económico.
Hay quien piensa que la riqueza está mal repartida, pero sin embargo, sabemos que nada sucede por casualidad, sino que en todos los aspectos de la vida, hay una causalidad previa.
Creer que puede llegar un día en que pueda haber una igualdad total en el reparto de riquezas, posiblemente sea una utopía y un sueño irrealizable del marxismo, porque siempre habrán pobres al lado de ricos, tal como lo anunció Jesús de Nazaret, y habrán dirigentes y dirigidos, según las diferentes capacidades de cada cual, lo que supone una lógica diferencia en este reparto, pues es de justicia que el trabajo mas complejo y responsable sea remunerado a mas nivel que el trabajo de menor esfuerzo o responsabilidad, aunque todos los trabajos son igualmente importantes, dignos y necesarios en nuestras sociedades humanas . Yo entiendo que una cosa es la igualdad en las riquezas, lo que además de imposible, sería injusto, y otra cosa bien distinta es aspirar a que exista un reparto equitativo y proporcional, con arreglo a cualquier noción humana de justicia.
En nuestro conglomerado humano actual existe tal variedad de aptitudes que resulta inaplicable y sería injusta esta pretendida igualdad en el reparto de riquezas económicas, de modo que si este igualitario e injusto reparto fuese posible, el acicate por hacer un mayor esfuerzo y asumir mayores responsabilidades en el trabajo se perdería. La diferencia de las capacidades humanas y laborales supone una división y reparto de responsabilidades como del trabajo a realizar dentro de la sociedad, y supone por tanto una diferencia en la posición social y económica de cada uno.
Para que la absoluta igualdad en el reparto económico fuese algún día una realidad, sería necesario que todos tuviésemos exactamente igual las mismas capacidades, lo que evidentemente no es así; además todos tendríamos el derecho y la capacidad para ejercer los cargos mas complejos y responsables, lo que es imposible porque existe una amplia gama de capacidades y responsabilidades sociales, trabajos y oficios, y todos son necesarios para el sostenimiento y el progreso de la Humanidad.

- Jose Luis Martín-

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Espera por el mañana, cuando tu día se presente sombrío y aterrador”
-Divaldo Pereira Franco-

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La Terapia de la Oración

      
La palabra oración viene del latín precari y significa: rogar, pedir con seriedad, suplicar, implorar. Por definición, la oración implica un ruego de cuño elevado. No podemos utilizarla buscando el maleficio de alguien, ya que eso, ya dejaría de ser una oración. Los Espíritus elevados realizan la oración con mucha eficiencia. Jesús era visto, orando, seguidamente, momento en que él se nimbaba de luces fulgurantes. Por esta razón los estudiosos de los efectos de la oración aseveran que ella aun no fue valorada suficientemente por el hombre por la posibilidad de canalizar energías superiores a nuestro favor.
       
El Dr. Larry Dossey, jefe del equipo médico del “Human medical City Dallas (USA)”, y autor de los libros “Las palabras Curan y se reencuentran con el alma”, presentó un estudio sobre la oración y llegó a interesantes observaciones al respecto del tema:

1. La oración no es un lugar – lo que significa es que ella no está confinada en las iglesias y no es propiedad de líderes religiosos – una vez que muchos la utilizan como mercaderes de la fe. Cuando es utilizada con el sentimiento de amor al prójimo produce efectos significativos en los diversos planos de la realidad humana, o sea, en lo físico y en lo espiritual y dependiendo de la frecuencia del emisor producirá efectos en la salud orgánica y espiritual del individuo.

2. La oración – tiene raíces en el inconsciente espiritual del hombre – las energías del inconsciente son poderosas y cuando son hechas en nuestro beneficio producirán efectos extraordinarios. Un Espíritu educado irá a producir un inconsciente equilibrado y este produce el equilibrio emocional y mental en el hombre.

3. La dolencia y la salud – es el medio por el cual el organismo se libera de la materia extraña y es un llamado para decirnos en qué punto nosotros erramos. Pero, en la salud, se curan los que no exigen la cura, porque ellos oran con confianza y serenidad.
Últimamente, algunas iglesias vienen utilizando las curas espirituales como medio de explotación financiera prometiendo quitar a las personas las aflicciones. En ellas la oración no cura. La oración sólo cura con el amor.

4. Actitudes – En el acto de la oración deberemos estar en estado de aceptación espiritual, gratitud, postura abierta delante de la vida, sentimiento de amor, perdón, confianza. Se debe evitar hacer una oración agresiva de vigorosa suplica (aquella considerada para el alejamiento de espíritus, llamados por algunas denominaciones como demonios) El demonio no existe.

5. En los Centros Espíritas conforme la Doctrina somos orientados para hacer las oraciones con la intuición espiritual de elevación y buscando ayudar al semejante. Todas las oraciones tienen objetivos elevados para la Caridad y la Salud Espiritual , siendo, así, las oraciones gratuitas. Continuaremos más adelante…

- Joao Cabral -

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jueves, 30 de julio de 2015

EL TESTAMENTO


                                     
LOS SALUDOS DE MERCHE

Queridos amigos, hola buenos días, de nuevo estamos casi al final de la semana y después de haber orado con fervor, pidiendo a Dios nuestro Padre las fuerzas para llevar la carga en nuestro camino, recordaremos al Divino Maestro Jesús que  quería que los hombres fuesen a Él con la confianza de esos pequeños seres llamados niños, de pasos vacilantes, cuyo llamamiento conquistaba el corazón de todas las mujeres que son madres; sometía así a las almas a su tierna y misteriosa autoridad.

La pureza del corazón es inseparable de la simplicidad y de la humildad. Excluye  toda idea de egoísmo y de orgullo. De ahí que  Jesús tome a la infancia  como emblema de esa pureza, como la ha tomado también por el de la humanidad.

Tal comparación  podría  no parecer  justa, si se considera que el espíritu del niño puede ser muy antiguo y trae, al renacer a la vida corporal, las imperfecciones de las que no se ha despojado en sus anteriores existencias.  Entonces solo un espíritu perfecto  podría ofrecernos el arquetipo  de la verdadera pureza. Pero esa comparación es exacta  desde el punto de vista de la vida presente. Pues el niño al ser muy pequeño no ha podido manifestar aun alguna acción perversa, el nos ofrece la imagen del candor  y de la inocencia.

A partir del nacimiento, sus ideas retoman su vuelo en forma gradual, conforme los órganos se van desarrollando. Durante los primero años  de la nueva vida, el Espíritu es de veras un niño, porque las ideas  que integran el fondo de su carácter están todavía aletargadas. Durante el tiempo que sus instintos  dormitan  es más dócil, y por lo mismo,  más accesible a las impresiones que pueden modificar su naturaleza y hacerle progresar, lo que torna más fácil la tarea impuesta a los progenitores de este niño.
El Espíritu del niño se reviste por algún tiempo con el manto de la inocencia, y está en lo cierto Jesús cuando, a despecho de la anterioridad del alma, toma al niño por emblema de simplicidad  y pureza.

Jesús se valió de la niñez como modelo de pureza, de inocencia, en razón de no haber penetrado aun en el uso de la razón, del discernimiento del Bien y del Mal En repetidas veces se refería a ella con expresiones ennoblecedoras, exaltando la pulcritud y determinando que nunca expulsasen  de Su presencia a los niños, puesto que también eran dignos de participar del banquete de la Buena Nueva.

Jesús cuando estaba con sus discípulos, vio en ellos la preocupación por cual iba a ser el primero y para ser el mayor en Su concepto, era necesario tornarse el menor, el servidor, olvidándose  de si mismo y con altruismo colocando a su hermano en el lugar donde desease estar.

Aun hoy el reto de Jesús Hombre permanece rompiendo las mazmorras que aprisionan al ser  enfermo, que se niega a la pureza, a la inocencia, a la espontaneidad de los sentimientos, permitiéndose mantener los gravámenes  de las sospechas infundidas, de los resentimientos enfermizos, de las intrigas infamantes, de los caprichos mórbidos.

El decía que aquel que se humille y se torne pequeño como este niño, es el mayor en el reino de los Cielos lo estableció como condición esencial.

El espiritismo en su gran enseñanza nos insta a la inocencia, al amor, al perdón, a la resignación en las causas perdidas, porque nos muestra que saber perder es ganar, y nos dice que no hay que esperar que los otros cambien para nosotros sentirnos bien, que debemos nosotros modificar nuestras actitudes e inclinaciones negativas para sentir dentro de nosotros la satisfacción de la inocencia, sin intereses, sin egoísmo, ejerciendo el bien por el bien mismo.

Además nos enseña, que no son  los sanos los que necesitan de médicos, sino los enfermos, por eso lejos de desdeñar al compañero, nos insta a tratar de llegarle al corazón, y solo se consigue a través de una conducta equilibrada, de un sentimientos amoroso donde el adquiere confianza, como hacia Jesús con los sufridores que se acercaban a El.

Procuremos la inocencia, dejemos a un lado los convencionalismos y los intereses, practiquemos el amor más con aquellos que nos hacen tropezar porque realmente ellos son la parte delicada de nuestros trabajos, ellos son nuestros galardones, los trofeos que nos darán el triunfo ante la adversidad.

Será la inocencia, la libre culpa, la que nos hará  sentir en nosotros que hemos conquistado la gloria divina gracias a nuestra inocencia en todos los combates de la vida, tanto en el campo con los compañeros, como en sí mismos pues habremos vencido al hombre viejo y habremos edificado otro inocente, libre de cualquier pecado.

Feliz fin de semana a todos que Dios os bendiga, un abrazo fraternal de Merchita

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 Reflexión

    Todo el bien que puedas hacer, realízalo, para tu propio estímulo y crecimiento interior. Ten presente que eres la única persona que convivirá contigo por siempre.

                                                                                                              Libro: Instrucciones para una vida feliz
                                                                                                                         Espíritu: Marco Prisco
                                                                                                                         Psicografía: Divaldo Franco 

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El matenernos en un estado positivo lo mas posible, hará que nuestras vibraciones sean mas altas, atrayendo a nosotros espiritus de alta evolución, que nos faciltarán vivir con más paz, armonía y felicidad.
- Mercy Ingaro-

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          EL TESTAMENTO

¿Ya has redactado tu testamento? ¿Ya has decidido a quien dejar tus bienes cuando la muerte llegue para arrebatarte la vida física?
¿Alguna vez has pensado en cuantos trastornos evitarás si la división de los bienes que posees es decidida por ti mismo, mientras gozas de tus facultades mentales y la salud te sonríe, bendiciéndote los días?
Cuando reflexiones acerca de la división de tus bienes eligiendo herederos, piensa en todo lo que puedes trasmitir a tus hijos desde hoy.
Antes que la muerte robe tu presencia física del hogar donde tus hijos crecen sanos, ante tu mirada amorosa, medita en los valores que son imperecederos y que debes legarles.
Piensa en el valor de la honestidad. ¿Ya has enseñado a tu hijo a ser honesto?
Y ser honesto no quiere decir solamente no apropiarse de aquello que no le es debido. Significa mucho más.
Al conversar con tus hijos, estimúlales a ser honestos en todas las circunstancias.
No copiando en los exámenes, no mintiendo aunque sea para ganar en el fútbol con los amigos.Decir toda la verdad aunque resulte en dificultades.
Y no distorsionar la verdad, por poco que sea, para que no suene tan mal, o mentir para protegerse.
Como el mejor método de enseñanza es el ejemplo, no te olvides de ejemplificar siempre con tu propia conducta.
¿Y el coraje? ¿Ya lo has demostrado o intentaste instruir a tu hijo?
Coraje es la osadía para intentar realizar cosas buenas, sin embargo difíciles. Coraje es la fuerza para no hacer lo que todos hacen, sino decir no, mantener tu postura e incluso influenciar positivamente a los demás.
Coraje significa ser fiel a tus convicciones y seguir los buenos impulsos, aunque parezcan desconcertantes o inconvenientes para los demás.
Coraje para demostrar los propios sentimientos, ser afectuoso, ser amigo.
Coraje para hacer lo que es cierto, aunque sea en solitario.
En verdad, esos son valores que no podrás de ninguna manera legar en el testamento.
Incluso porque, cuando ya no estés físicamente al lado de tus hijos, habrá transcurrido la oportunidad de su educación.
De esa manera, aprovecha cada día de la vida a su lado y háblales sobre el respeto.
Respeto a la vida, a los padres, a los ancianos, a la naturaleza, a las creencias y derechos de los demás.
Háblales de la gran diversidad de sentimientos de los seres humanos y enséñales a respetar a todos.
Si desde ahora te empeñas en trasmitir valores verdaderos a tus hijos, guarda la seguridad de que si te mueres sin haber dejado bien documentadas tus últimas voluntades, ellos sabrán qué hacer.
Más que eso: actuarán con dignidad, atendiendo a las lecciones que les fueron trasmitidas.
Y si eres de los que afirman que nada tienen de bienes materiales para legar a los hijos, ministre desde ahora las lecciones del bien, de la honradez, para que, cuando te vayas, puedas partir con la conciencia tranquila, demostrándoles que cumpliste con tu deber de padre y educador con mucha propiedad.
Es posible que no dejes recursos amonedados, pero habrás legado al mundo lo que más necesita: hombres de bien.
* * *
Tus hijos podrán crecer y desarrollar valores distintos a los tuyos y a los que intentaste enseñarles.
Sin embargo, tu mensaje de valores permanecerá indeleble en sus mentes. En su momento, ellos lo recordarán y lo utilizarán, aunque sea en los días avanzados de sus vidas, después de haber cometido errores y desaciertos.
Por lo tanto, no permitas que se pierda la oportunidad de ese momento.

                                                 - Redacción de Momento Espírita -

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  SALUDOS DE REY 
        FORMOSO

NO IMPORTA CUANTA OSCURIDAD 
HAYA EN  NUESTRO ALREDEDOR: PODEMOS SALIR 
DE ELLA!

Envueltos en oscuridad andamos todos, más o menos: Somos espíritus llenos de imperfecciones y arrastres karmaticos. !Cuantos errores hemos cometido: cuantas luchas, rencillas, animosidades con otros seres encarnados y desencarnados arrastramos con nosotros en esta existencia!
A nuestra derecha, seres de luz nos llaman, nos invitan a seguirlos, nos invitan a liberarnos de toda oscuridad del pasado: Eso es bueno, lo agradecemos, lo entendemos...mas miramos entonces a nuestra izquierda y vemos ahí a seres con los cuales hemos contraído deudas en el pasado, hemos sido crueles, indiferentes a sus necesidades, los hemos herido: nos necesitan para salir de la oscuridad. Entre ellos vemos también a familiares, amigos, seres que necesitan de nuestra ayuda: Que hacer? Los invitamos a seguirnos, a marchar juntos, a tomarnos de la mano, a orar, a buscar esa Luz de la cual estamos todos tan necesitados: muchos nos escuchan, atienden la suplica que les lanzamos, dan un paso al frente; otros mas endurecidos no quieren avanzar, nos lanzan reproches... seguiremos orando por ellos.
La eterna lucha del hombre espiritual y el hombre carnal: el hombre espiritual tratando y luchando por romper las ataduras que lo mantienen sujeto a esta forma de vida materializada, de romper el cascaron que lo envuelve, de poder liberarse, soltar, desvestirse de los densos ropajes de bajas energías que lo envuelven, que le imposibilitan la marcha, el vuelo hacia regiones más espirituales. Pero mucho todavía tenemos que hacer: mucho todavía tenemos que vencer en nosotros, dentro de nosotros: Muchos cambios tenemos que realizar, mucho trabajo nos falta aun por hacer.
!Manos a la obra "obreros de la ultima hora!
Muchas de nuestras debilidades morales, de nuestros nerviosismos, de nuestros estados de depresión, de confusión, de inseguridad, son arrastres karmaticos: influencias de esas energías que todavía ejercen gran poder en el alma, en nuestra psiquis. Son las zonas oscuras de la mente: son los sueños tenebroso e inexplicables que nos confunden al despertar: es la lucha que no cesa entre lo viejo y lo nuevo, entre las energías y arrastres karmaticos y el hombre espiritual que despierta como la mariposa que nace dentro de su capullo !Eso somos nosotros!
Que el Señor los Bendiga hoy, mañana y SIEMPRE!
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         LA VEJEZ (  II )


Los misioneros, que recibieron para tarea de hacer adelantar al mundo en la verdad y la justicia, al precio de sus esfuerzos, de sus lágrimas y algunas veces de su sangre. Las altas misiones del alma jamás cesan. Los Espíritus sublimes, que instruyeron y mejoraron a sus semejantes sobre la tierra, continúan en un mundo superior, en un marco más vasto, su apostolado de luz y su redención de amor. Es así, como lo decíamos al principio de estas páginas, que la historia eternamente recomienza y se torna cada vez más universal.

La ley circular que preside el eterno progreso de los estados y de los mundos se celebra sin cesar en esferas y en orbes cada vez mayores; todo empieza de nuevo arriba, en virtud de la misma ley que hace que todo evolucione abajo. Todo el secreto del universo está allí. Las almas que son conscientes de haber carecido de su última existencia comprenden la necesidad de reencarnarse y se preparan para ello. Todo se agita, todo se mueve en estas esferas siempre en vibración y en movimiento. Es la actividad incesante, interrumpida, progresiva y eterna.

El trabajo de los pueblos sobre la tierra no es nada en comparación de este trabajo armonioso de lo Invisible. Allá arriba, ninguna traba material, ningún obstáculo carnal detiene los arranques, desanima o disminuye el vuelo. Ninguna vacilación, ninguna ansiedad, ninguna incertidumbre. El alma ve el fin, sabe los medios, se precipita en la dirección donde debe alcanzarlo.

¿Quién nos describirá la armonía en estas inteligencias puras, el esfuerzo de estas voluntades derechas, el arranque de estos amores más fuertes que la muerte? ¿Qué lengua jamás podrá repetir la comunión sublime y fraternal de estos espíritus que tienen entre ellos diálogos ardientes como la luz, sutiles como perfumes, donde cada vibración magnética tiene su eco en el corazón mismo de Dios? Tal es la vida celeste; ¡tal es la vida eterna, y estas son las perspectivas que la muerte abre indefinidamente delante de nosotros! ¡Oh hombre! Comprende pues tu destino, sé orgulloso y feliz de vivir; ¡no blasfemes la ley del amor y de la belleza qué traza delante de ti caminos tan amplios y tan radiantes!

Acepta la vida tal como es, con sus fases, sus alternativas, sus vicisitudes; es sólo el prefacio, el preludio de una vida más alta, donde planearás como el águila en la inmensidad, después de haberse arrastrado a duras penas en un mundo material e imperfecto. No es pues en absoluto por un himno fúnebre que hay que acoger a la muerte, sino por un canto de vida; porque no es en absoluto el astro de tarde que se levanta, cruel, sino más bien la estrella radiante de la verdadera mañana. Canta, Oh alma, el himno triunfal, hosanna del siglo nuevo, en el cual todo va a nacer para destinos más gloriosos. Monta siempre más alto en la pirámide infinita de luz; ¡y como el héroe de la leyenda de Excelsior, ves a plantar tu tienda sobre el Tabor radiante de lo inconmensurable, de lo Eterno!

León Denis
Extraído del libro “La vejez”
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miércoles, 29 de julio de 2015

¿ Estamos solos ?


     
                 ENFERMEDAD


Nadie podrá decir que toda enfermedad, a rigor, esté vinculada a los procesos de elaboración de la vida mental, más todos podemos garantizar que los procesos de elaboración de la vida mental guardan positiva influenciación sobre todas las dolencias.

Hay molestias que tienen, sin duda, la función preponderante en los servicios de purificación del espíritu, surgiendo con la criatura en la cuna o siguiéndola, por años después de ella, en dirección al túmulo.

Las inhibiciones agradables, las mutilaciones imprevistas y las enfermedades difícilmente curables se catalogan, indiscutiblemente, en la tabla de pruebas necesarias, como ciertos medicamentos imprescindibles figuran en la ficha de socorro al enfermo; con todo, los síntomas patológicos en la experiencia común, en la mayoría abrumadores, provienen de los reflejos infelices de la mente sobre el vehículo de nuestras manifestaciones operando desajustes en los implementos que lo componen.

Toda emoción violenta sobre el cuerpo es semejante a un fuerte martillazo sobre el engranaje de maquina sensible, y toda aflicción mimada es como carruaje destructor, perjudicándole el funcionamiento.

La medicina sabe hoy que toda tensión mental acarrea disturbios de importancia en el cuerpo físico.

Establecido el conflicto espiritual, casi siempre las glándulas salivares paralizan sus secreciones y el estomago, entrando en espasmo, se niega a la producción de acido clorhídrica, provocando perturbaciones digestivas expresándose en la llamada colitis mucosa. Atendiendo ese fenómeno primario que, muchas veces, ábrela puerta a temibles calamidades orgánicas, los des ajustamientos gastrointestinales repetidos acaban arruinando los procesos de la nutrición que interesan al estimulo nervioso, determinando variados síntomas desde la más leve irritación de la membrana gástrica hasta la locura de abordaje complejo.

El pensamiento sombrío adolece el cuerpo sano y agrava los males del cuerpo enfermo.

Si no es aconsejable envenenar el aparato fisiológico por la ingestión de substancias que lo aprisionen al vicio, es imperioso evitar los desarreglos del alma que le imponen desequilibrios degradantes como son aquellos fundados por las decepciones y problemas que adoptamos por flagelo constante del campo íntimo.

Cultivar remilgos y disgustos, irritación y amargura es lo mismo que sembrar espinos magnéticos y en el suelo emotivo de nuestra existencia, es intoxicar, por cuenta propia, la tesitura de la vestimenta corpórea, estragando los centros de nuestra profunda vida y arrasando, consecuentemente, sangre y nervios, glándulas y vísceras del cuerpo que la Divina Providencia nos concede entre los hombres, con vistas al desenvolvimiento de nuestras facultades para la Vida Eterna.

Guardemos, así, comprensión y paciencia, bondad infatigable y tolerancia constructiva en todos los pasos de la senda, porque solamente al precio de nuestra incesante renovación mental para el bien, con el apoyo del estudio noble y del servicio constante, es que superaremos el dominio de la enfermedad, aprovechando los dones del Señor y evitando los reflejos letales que se hacen acompañar del suicidio indirecto.

Por el Espíritu Emmanuel – Del Libro: Pensamiento y Vida, Médium: Chico Xavier)

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  ¿ Estamos solos?

Hace unos años llegó al cine una película llamada "Truman Show", la película se puede resumir como algo asi: se trata de un hombre -Truman, interpretado por Jim Carrey- que vive una feliz vida en un feliz pueblito ubicado en una feliz isla. Todo va bien, hasta que comienza a descubrir una serie de peculiares hechos que le hacen percatarse de que toda su hermosa realidad no es más que un estudio de televisión en el cual su vida es transmitida las 24 horas de los 365 días del año a todo el mundo. Es decir, su vida es un show de tv, un "reality show" o como quieran llamarlo.

Si trasladamos esos hechos a nuestra vida diaria nos daremos cuenta de que en cierta forma, también estamos expuestos las 24 horas los 365 días del año... ante quienes? Ante el mundo espiritual. No podemos olvidar que de este mundo nadie puede esconderse. Y de Dios nadie se escapa, a su vista está TODO, lo bueno que no queremos que se sepa y lo malo que no queremos que se sepa.... También los pensamientos que incluso a nosotros mismos puede afectarnos para Dios nada hay oculto. Y con esos pensamientos atraemos a seres afines a lo que estamos actuando o pensando. 

Cuando aún no nos percatamos de esta perfecta realidad, no nos damos cuenta de la influencia que ese mundo espiritual tiene en nosotros tanto para bien como los que de alguna forma gustan de afectarnos y nos soplan ideas o dudas que nos hacen sufrir o variar nuestras actitudes para afectarnos, como lo harían por ejemplo los obsesores.

Si hay algo que hay que tener en cuenta es que el entorno en que nos movemos no está abandonado, aunque físicamente nos veamos solos podemos tener a nuestro alrededor hermanos tanto hermanos de luz como hermanos con intenciones no muy sanas y de nosotros depende dejarnos o no influenciar por ellos. Estamos expuestos hermanos aunque por momentos no queramos admitirlo, el mundo espiritual nos conoce, es innegable, ellos ven lo que los ojos materiales no ven, aunque tenemos siempre la ayuda y protección de nuestros guías. Saben nuestros pasos, nuestros sufrimientos, nuestras actitudes, nuestros verdaderos deseos e intenciones... nuestros Pensamientos!.... si, hasta eso. Tengamos presentes a la hora de actuar que no estamos solos, y que si nuestro pensamiento, y ser están con el bien, nada tiene por que preocuparnos, pero si nos inclinamos hacia los desordenes en los vicios, hacia los pensamientos de orgullo, envida, odio, venganza... atraemos a los que se nos asemejen y se nos hará más difícil liberarnos de semejante atadura. Ya que los semejantes se atraen también en lo espiritual.

Pidamos a nuestro Padre que nos ayude a discernir las buenas inclinaciones y a seguirlas por nuestro bien y el de los que nos rodean, por nuestro progreso y puede que también el de los que nos rodean, aunque no los veamos. 

Claribel Díaz


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Lo que ha de ser el espiritista ante Dios 

Cuando el hombre, proceda del campo que proceda, sea religioso, ateo, filosófico, etc., entra en el Espiritismo, se le desarrolla un campo tan grande de investigaciones, que, de momento, no se da cuenta de tanta grandeza. A medida que va ensanchando sus estudios y sus experimentos, más grande es la perspectiva de lo que antes desconocía, y en todo ve la grandeza de Dios. Tanto es así, que se queda el ser maravillado ante tanta justicia, amor, belleza y poder. Entonces ve lo que significa su individualidad en esta creación; comprende su vida eterna, a lo menos en un principio; sabe que no se halla aquí por casualidad, que no es un ser venido a la tierra sin plan ni concierto, sino que su existencia está unida al concierto universal de la creación y que nunca será abandonado, sino que está sujeto a una ley que alcanza a todos y que, como los demás seres de la humanidad, alcanzará con sus esfuerzos, más o menos tarde, su felicidad, su belleza, su sabiduría; sabe que puede retardar su progreso más o menos, pero que al fin tendrá que verse atraído por el amor universal, y tanto si quiere como no se verá un día impregnado de todo cuanto encierra de bello y grande el amor divino y que formará parte de la gran familia de espíritus felices que gozan y trabajan dentro del amor divino. Así, pues, el ser encarnado, al descubrir su vida, su porvenir, la grandeza del objeto para el cual ha sido creado, siente admiración a la suprema sabiduría, al Todo amor al Omnipotente Autor de tanta belleza, de tanta armonía y de tanto amor.

La impresión recibida al principio de convertirse al Espiritismo, debe procurar todo espiritista no solamente guardarla, sino aumentarla, porque de esto depende una gran parte de su progreso. Y digo esto porque pasadas las primeras impresiones el espiritista va olvidando el respeto y la adoración que debe al Padre, incurre en una falta de agradecimiento y esta falta le va separando de influencias que le son muy necesarias para el curso de su vida planetaria.

Si todo en la creación se atrae y compenetra, no puede dejar de existir esta ley entre la criatura y su creador. Aquí viene de molde el, citar lo que algunos espiritistas dicen: que a Dios no se le ha de pedir nada, porque El no derogará la ley y que todo lo tiene dado. Mala manera de pensar; Dios tiene la ley hecha y todo lo creado a disposición de sus hijos; pero a nosotros nos toca alcanzarlo; y teniendo, como tiene todo, su atracción, ¿no lo tendrá también el amor a Dios, el agradecimiento y su adoración? Si el espiritista siente, atraerá sobre él lo que siente. Supongamos que un hombre tiene pensamientos malos sobre el crimen, el vicio, la vanidad; ¿no atraerá sobre él influencias que le impulsarán a ser criminal, vicioso y orgulloso? Pues si los deseos y pensamientos malos atraen influencias malas, ¿dejará de existir la misma ley sobre los pensamientos buenos y deseos del bien? No hay duda; porque sino existirían dos leyes: una para dar y atraer el mal y otra para quitar el bien. Pues si los pensamientos y buenos deseos hacia el bien atraen buenas influencias, ¿cuánto más no las atraerá el que ame mucho al Padre, le adore en espíritu y verdad y procure seguir sus mandamientos? Así que, sin derogar leyes ni conceder privilegios, el espiritista verdaderamente agradecido y enamorado de Dios, recibirá influencias que, como ya tengo dicho, le serán muy provechosas para el curso de su vida planetaria.

Tanto es así, que yo entiendo, que si todos los espiritistas nos hubiéramos fijado en lo antes dicho y hubiéramos sido prácticos en el amor divino, no nos encontraríamos tan diseminados y faltos de unión como nos encontramos. Fíjense bien, mis hermanos; apenas se encuentra un Centro espiritista en donde no haya habido sus disensiones, y si algún Centro ha sido reducido a cenizas, es porque la falta de caridad y amor entre unos y otros les ha impedido seguir el camino de unidad y de amor fraternal, a causa de defectos no corregidos, y a falta de aquella prudencia y mesura a que debe ceñirse en todos sus pensamientos y obras todo espiritista.

Si el amor y la adoración al Padre reinara en el corazón de todo espiritista, antes de decir y obrar se pensaría si lo que se dice o se hace está conforme con la ley del Creador, y si no se obrara como la ley manda, el espiritista, lleno de amor a Dios, se apartaría de todo lo que no fuera justo por no faltar a la ley y no ponerse en rebeldía contra El que todo es amor y justicia; muchas veces en lugar de hablar, cuyas palabras han promovido conflictos, hubiera callado y con su acto de indulgencia o de tolerancia hubiera dado un buen ejemplo, que habría servido de enseñanza a sus hermanos y él se hubiera evitado responsabilidades.

Yo he conocido espiritistas que todo lo fían a su criterio y a su saber, prescindiendo de tener vivo el amor a Dios y de otras prácticas que luego diré; pero esos espiritistas no saben que, por más entendidos que sean, prescinden de lo principal, y, sin que ellos se aperciban, caen en la corriente de todos; de manera que en sus conversaciones, en sus tratos, en sus maneras, casi no se distinguen de los demás hombres; tanto es así que si bien creen en el Espiritismo, no pasa de ser un Espiritismo mental, pero que no domina al corazón; por eso en muchos actos de la vida poco se distinguen de los demás que no conocen el Espiritismo.

De eso proviene que haya espiritistas que no hacen ningún daño, pero tampoco hacen ningún bien, y por poco más que el descuido se apodere de ellos, caen en ridículo y entonces ya hacen un mal a la propaganda de la doctrina que sustentan; y a veces suceden cosas peores, y es que algún espíritu obsesor influya de una manera muy directa en los espiritistas citados y les haga concebir y propagar teorías extrañas, que vienen a perturbar la marcha del Espiritismo, sembrando la duda en unos y la división en otros. Y esto lo mismo puede acontecer a los que por su falta de instrucción todo lo encuentran bueno y maravilloso, como con los que penetran en regiones que, por no ser aún bien exploradas y entendidas, hacen afirmaciones y adoptan principios que ni consuelan ni edifican, y sólo sirven para llevar la confusión a las inteligencias exaltadas. No es este folleto a propósito para hacer la crítica de tales teorías; sólo deseo dar reglas de conducta a los espiritistas de buena voluntad, para que puedan evitar ciertos escollos que tanto daño les pueden causar.

He dicho que el amor a Dios puede traer cierta influencia a todo espiritista que procure avivar en su ánimo este amor, y sepa transportarlo a las regiones del infinito por medio de la plegaria, de la oración, de las exhalaciones del alma.

¡Oración! He aquí un tema muy discutido y abandonado por muchos espiritistas. Separo toda oración rutinaria, distraída, convencional, sistemática. Hablo de la oración que acompaña al sentimiento: la firme voluntad, el amor y la adoración al Padre; hablo de la oración que edifica, que consuela, que se siente en lo más hondo del alma; hablo de la oración que hace el ser que quiere emanciparse de las miserias y defectos de la tierra.

Esta oración, entiendo que es tan necesaria a todo espiritista que me atrevo a decir que el que prescinde de ella no se elevará a las cualidades morales que son necesarias para ser un buen espiritista. Más digo: el que prescinda de ella no podrá alcanzar, cuando regrese al mundo espiritual, el ser espíritu de luz y se expondrá a serlo de tinieblas y de turbación, a no ser que sus trabajos y sus ocupaciones en la tierra fueran la caridad y amor al prójimo, lo que poco sucede en este mundo.

Hemos de tener en cuenta que la humanidad está llena de errores, de maldad, de hipocresía, de egoísmo, de orgullo; cada ser de los que vivimos en este mundo, despedimos algo de nosotros mismos, de lo que somos; poned un espiritista en medio de tanta imperfección, y, a pesar de sus creencias, se contagiará con la atmósfera de los demás; si este espiritista no tiene el medio de echarse de encima la influencia acumulada sobre él, le es imposible permanecer prudente, circunspecto, tolerante, justiciero; y como la ley obliga, si queremos alcanzar alguna felicidad espiritual, a la práctica de estas virtudes, si nos falta alguna, seremos ineptos para morar después entre los buenos; y si no somos aptos para vivir entre los buenos, hemos de ser contados en la categoría de los que no lo son; y allí donde la bondad no impera, no puede haber ni felicidad, ni luz, ni libertad.

Por eso entiendo que el espiritista, para limpiarse de vicios, ha de saturarse de fluidos e influencias superiores a las que nos rodean en este mundo, y, además, que para que estas lleguen a nosotros, hay que ponerse en condiciones para poderlas recibir.

Cuando el ser ora con fervor, el espíritu se eleva en busca de su símil en el espacio; como los seres que habitan en él, su principal misión es la caridad universal, nunca dejan sin amparo al que con su voluntad llega a ellos; entonces se establece una corriente fluídica entre el que ora y la influencia que recibe, que le circunda de luz; aquella luz lo limpia de fluidos imperfectos que se han pegado a él, y al salir de la oración, no solamente se ha limpiado de los fluidos imperfectos que se han pegado a él, sino que le rodea la sana atmósfera de buenos fluidos; y así como los primeros eran un vehículo que facilitaba a todo espíritu de tinieblas el poderse acercar a él los buenos fluidos son una valla que se oponen a que influencias perversas puedan dominarle.

Para más claridad pondré un ejemplo. Supongamos una casa de campo que está sin valla, ni muralla, ni dique de ninguna especie; a cualquier transeúnte que quiere acercarse a ella, no le cuesta más que el trabajo de ir y, aunque sea de noche, podrá llegar hasta las puertas de la casa, sin tomar ninguna precaución ni detenerse para nada.

Supongamos que este transeúnte sea un malhechor; se encontrará, sin correr ninguna clase de peligro, en las puertas de la misiva. Si la casa tiene una buena muralla y tiene sus puertas cerradas, ni el transeúnte ni el malhechor podrán acercarse a la casa sin antes pedir que le abran las puertas, o bien ha de saltar la muralla. Así es que, tanto para el malhechor como para el transeúnte, una casa de campo amurallada ofrece mucha más dificultad de entrar en ella que el entrar en la que no tenga ni muralla ni dique de ninguna clase.

El espiritista que ora es la casa de campo amurallada, y el que no ora, es la que está sin cerca ni murallas y por eso todas las malas influencias tienen más facilidad para acercarse a él.

Todo espiritista, pues, debe ser agradecido al Padre, debe adorarle por su grandeza, admirarle por las maravillas de la creación y debe respetarle por ser hijo de El, porque en verdad el hombre no tiene otro Creador que Dios. El es nuestro Padre, nuestro Bien, nuestra Esperanza; a El se lo debemos todo. El es el autor de toda la belleza que nos rodea, desde el ave que se eleva en el espacio, hasta el pez que se hunde en el agua; desde el monte en donde crece la encina y florece la violeta, hasta el astro que brilla en el espacio. El es el autor de la que concibió nuestro cuerpo en sus entrañas. El es el todo: la luz, el amor, la belleza, la sabiduría, el progreso, todo es de Dios. Pues si el espiritista que todo esto sabe y no se siente atraído por tanta grandeza, tanto amor, tanto poder y viva olvidando a su Padre y pasa horas y días sin demostrarle su agradecimiento, ¿qué calificativo le daremos? Yo callo en esto: pero el tal espiritista no siente aún en su alma lo que ha de sentir, no cumple con el primer deber de un buen espiritista, y es muy difícil que pueda ser apto para cumplir bien su misión.

En resumen: el espiritista ha de ser ante Dios un buen hijo, que debe agradecer a su Padre el haberle creado; debe ser respetuoso con la grandeza de su Creador; debe adorarle por su Omnipotencia; debe amarle por su Sublimidad; y ese agradecimiento, ese respeto, esa adoración, ese amor, debe ponerlo de manifiesto al Todopoderoso tanto como pueda, ya para portarse como buen hijo ante tan sublime y amoroso Padre, como para atraerse su influencia y la de los espíritus buenos que tanto necesitamos en nuestro estado de atraso, y en un mundo en donde impera la ignorancia y el dolor.


 ( Aportación de Coquita Argañaraz )

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PORTAL PARA EL TRIUNFO

La muerte siempre detestada, especialmente cuando llega  interrumpiendo la infancia y la juventud, o mismo cuando se encarga de arrebatar  a los afectos  que constituyen estímulos para la lucha y ejemplos de coraje  y dignidad, prosigue incomprendida  y malsinada.
Anhelada por los desesperados, que esperan con su concurso terminar con la existencia que se les presenta como desfavorable o castigo, es evitada, a todo costo, por los que disfrutan de las alegrías y de los placeres, transfiriéndola para un futuro que esperan no sea alcanzada rápidamente.
Fruto del materialismo ambos comportamientos, o de la pobreza religiosa que no dispone de recursos para asegurar la confianza en la inmortalidad, la desencarnación permanece como un gran enigma para los viandantes de la esfera carnal.
Envuelta en misterio por la tradición cultural de muchos pueblos, o significando un gesto de estoicismo y de valor, en la expectativa de recompensas en el Más Allá, surge, en el suicidio, como un recurso valioso para la gloria de aquel que se permite  la cobarde fuga de los elevados compromisos, especialmente cuando ese gesto tiene carácter religioso  o político, segando otras vidas…
El terrorismo internacional encontró en ese terrible engaño, el gatillo, para destruir existencias locas, estimulando el crimen hediondo, mediante falsas promesas de júbilos  y de placeres insuperables en el mundo espiritual, como si el suicidio ampliado en homicidio mereciese recompensa en vez de punición.
La muerte, sin embargo, es el cierre  del mandato biológico, en sus sucesivas transformaciones, colocando en una fase del proceso de la vida, al tiempo que facultará  la abertura de un portal para el triunfo en la inmortalidad.

Es comprensible que se busque aprovechar al máximo la oportunidad carnal ampliando el tiempo  y las condiciones favorables de la existencia planetaria, teniéndose sin embargo, en la mente que, por más que se prolongue ese periodo, surgirá el momento en que será naturalmente interrumpido, gracias a los males de diferentes factores que  le sean la causalidad.
 La vida ciertamente no gastaría más de dos billones de años para organizar las moléculas desde las más primarias hasta los complejos mecanismos cerebrales  como los de otros órganos, para, en un determinismo trágico, luego destruirlas, aniquilándolas  en sus transformaciones químicas y biológicas.
De ese modo, la muerte es un portal de acceso a otra dimensión de donde la vida se origino, a fin de ser realizado un objetivo adrede establecido que es el perfeccionamiento intelecto moral del Espíritu, en la búsqueda de la plenitud.
De desagregan las partículas  y se organizan, incesantemente, obedeciendo a leyes desconocidas que le trabajan la esencia dentro de una programación clara   y lógica denominada vida.
¿Por qué el ser humano debería aniquilarse, cuando los hechos comprueban  a menudo la sobrevivencia?
Para aquellos que solamente ven el lado hedonista de la existencia, lo ideal sería que la muerte  significase el término de todos los esfuerzos y luchas, anulándolos  en la nada. Como, sin embargo, la nada no existe, no pasa  de una concepción existencialista sin cualquier fundamento científico…
La muerte,  por tanto, es el proseguimiento de la vida.
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La angustia provocada por la muerte de un ser querido es comprensible y justa, en razón de la ruptura de los lazos de afectividad  fortalecidos en la convivencia, en el contacto físico, en la estructuración del grupo social. No, pocas veces, se transforma en desaliento, pérdida de sentido existencial de aquel que queda en el cuerpo, empujándolo hacia los trastornos graves de la depresión…
No obstante, cultivada la certeza del proseguimiento de la vida, el pesar es sustituido por la esperanza del reencuentro, de las evocaciones felices que deben llenar los espacios vacios y la ternura de todos los momentos dichosos, transformándose en estimulo para las acciones dignificantes en memoria de aquel que viajó anticipadamente…
La muerte es, un fenómeno natural  y bendecido que encierra largos procesos de sufrimiento, de desvitalización, de perturbaciones emocionales y mentales de enfermedades degenerativas y dolorosas, alargando los horizontes de la vida  en nuevos mecanismos antes adormecidos.
Viviéndose en un Universo donde todo se transforma en incesantes mecanismos de energía vigorosa, el ser humano es el resultado de la más avanzada tecnología transcendental, elaborado por Dios por Sus excelsos programadores de la vida,  a fin de que alcance el nivel de luminosidad, en un retorno a la Causa que lo origino.
Lo esencial es vivir en el cuerpo con todo el respeto por su organización y por los mecanismos emocionales  y mentales, intelectualizando la materia, que se tornará menos densa y penosa en el proceso de evolución.
Todos los desafíos e incertezas, dificultades y problemas constituyen instrumentos pedagógicos que promueven el progreso, propiciando el conocimiento libertador de la ignorancia, al mismo tiempo facultando la edificación de los sentimientos superiores en dirección a todas las criaturas.
Una existencia humana  es gran investimento de la Divinidad que la elaboró, teniendo por meta su crecimiento moral y espiritual, en la superación de los atavismos del comportamiento inicial, para alcanzar los niveles sublimes de la perfección relativa que le está destinada desde el comienzo.
Los instintos que son una forma de inteligencia embrionaria, alcanzaran el nivel de sentimientos edificantes, dejando, al margen, las pasiones primitivas  y defensivas para permitir que el amor reine soberano en todos sus pensamientos y actos.
Vivir, pues, en el cuerpo, es apenas experimentarles las sensaciones básicas y primarias; sobre todo, es vivenciar los sublimes sentimientos de la paz y de la fraternidad que deben regir a todos los seres humanos.
Tarea ingente e ineludible esa, convocando todos los esfuerzos de la transformación moral para mejor, en un infatigable trabajo de auto iluminación.
Es porque el Espiritismo propone el sentido de la existencia humana, que puede ser reducido los tres factores esenciales: el amor en todos sus aspectos, el trabajo de dignificación personal y de la sociedad, y, por fin, la transformación de cualquier tragedia – muertes prematuras, procesos de injusticias, dolencias irreversibles, dificultades económicas  y acontecimientos infelices – en triunfo personal en la larga jornada por las sinuosos caminos físicos, como prescribía el admirable psiquiatra austriaco Viktor Frankl.
De ese modo, cuando ocurre la muerte, de ninguna manera será interrumpido el proceso de crecimiento del espíritu, tornándose un renacimiento en otra dimensión, como sucede con la reencarnación que puede ser considerada como una forma de muerte de la estructura material.

- Divaldo -

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No te desesperes ante el fallecimiento  de un ser querido, que parece haberte abandonado…
El viajó de retorno al Gran Hogar, donde te aguarda con ternura y gratitud.
Si fuiste feliz a su lado, acuérdate de todos los momentos de júbilo y envuélvelo en evocaciones afectuosas y de gratitud. No obstante, si fue causa de muchos padecimientos, agradece a Dios la felicidad de haber  rescatado tus débitos para con el, y prosigue adelante afirmado en valores positivos  de homenaje a la vida.
Todo vibra, todo vive, y el ser humano jamás muere.

Joanna de Ángelis.
Psicografia de Divaldo Pereira Franco, el día 7 de junio del 2011, en la residencia de Josef Jackulak, en Viena, Austria.
  Traducido al español por. M. C. R  



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