domingo, 26 de julio de 2015

Obsesados y mediumnidad



   
      LA PERSONALIDAD INTEGRAL

 La conciencia, el "yo", es el centro del ser, la propia esencia de la personalidad.

Ser una persona es tener una conciencia, un "yo" que reflexiona, se examina, se recuerda. ¿Se podrá, no obstante, conocer, analizar y describir el "yo", sus misterios recónditos, sus fuerzas latentes, sus gérmenes fecundos, sus actividades silenciosas? La psicología, la filosofía del pasado en vano lo intentaran. Sus trabajos no hicieran más que tocar levemente la superficie del ser consciente. Los estratos internos y profundos continuaron a oscuras, inaccesibles, hasta el día en que las experiencias del Hipnotismo, del Espiritismo, de la renovación de la memoria, ahí proyectaran, al final, alguna luz.

Entonces se puede ver que en nosotros se refleja, se reproduce todo el Universo en su doble inmensidad, de espacio y de tiempo. Decimos "de espacio", porque el alma, en sus manifestaciones libres y plenas, no conoce distancias. Decimos "de tiempo", porque un pasado entero duerme en ella al lado del futuro que ahí yace en estado embrionario.

Las escuelas antiguas admitían la unidad y la continuidad del "yo", la permanencia, la identidad perfecta de la personalidad humana y su sobrevivencia. Sus estudios se basan en el sentir íntimo, lo que en nuestros días se llama introspección,

La nueva psicología experimental considera a la personalidad como un agregado, un compuesto, una "colonia". Para ella es apenas aparente la unidad del ser, que puede descomponerse. El "yo" es una coordinación pasajera, dice Th, Ribot 42.

Estas afirmaciones se asientan en hechos de experiencia, que no se pueden dejar de lado, tales como:

Vida intelectual inconsciente, alteraciones de la personalidad, correlación entre las enfermedades de la memoria y las lesiones del cerebro, etc.

¿Cómo aproximar y conciliar teorías tan diferentes y sin embargo basadas - ambas – en la ciencia de observación? De manera simple. Por la propia observación, más atenta, más rigurosa. Myers lo dice en estos términos 43:

"Una investigación más profunda, más audaz, exactamente en la dirección que los psicólogos (materialistas) preconizan, muestra que ellos se engañaron afirmando que el análisis no probaba la existencia de ninguna facultad por encima de las de la vida terrestre, así como ellos a conciben, es capaz de producir y el medio terrestre de utilizar. Porque, en realidad, el análisis revela los vestigios de una facultad que la vida material o planetaria nunca podría haber generado y cuyas manifestaciones implican y hacen necesariamente suponer la existencia de un mundo espiritual. Por otro lado, y en favor de los partidarios de la unidad del "yo", se puede decir que los datos nuevos son de naturaleza a dar a sus pretensiones una base mucho más sólida y una prueba presuntiva que aventaja en fuerza a todas las que ellos podrían haber imaginado, la prueba, especialmente, de que el "yo" puede sobrevivir, y sobrevive realmente, no sólo a las desintegraciones secundarias, que lo afectan en el curso de su vida terrestre, sino también a la desintegración final que resulta de la muerte corporal.

Mucho falta al "yo consciente" de cada uno de nosotros para poder comprender la totalidad de nuestra conciencia y de nuestras facultades. Existe una conciencia más vasta y facultades más profundas, cuya mayor parte se conserva virtual en relación a la vida terrestre, de la que se desprendiera, por vía de selección, la conciencia y las facultades de la vida terrestre; tal conciencia más alta y facultades más profundas de nuevo se afirman en toda plenitud después de la muerte.

He sido, desde hace cerca de catorce años, llevado lentamente a esa conclusión, que revistió para mí su forma actual, en consecuencia de una larga serie de reflexiones basadas en pruebas, cuyo número iba aumentando progresivamente."

En ciertos casos se ve aparecer en nosotros un ser muy diferente del ser normal, poseyendo no sólo conocimientos y aptitudes más amplias que las de la personalidad común y además de eso, dotado de modos de percepción más poderosos y variados. A veces aún, en los fenómenos de "segunda personalidad", el carácter se modifica y difiere de tal forma del carácter habitual, que ha habido observadores que se creían en la presencia de otro individuo.

Es necesario hacer bien la distinción entre esos casos y los fenómenos de incorporaciones de difuntos. Los médium, en estado de desdoblamiento, de sonambulismo, prestan a veces su organismo, conservado libre, a entidades del Más Allá, a Espíritus desencarnados, que de él se sirven para comunicarse con los hombres; entonces, los nombres, las particularidades, las pruebas de identidad dadas por los manifestantes no permiten confusión alguna. La individualidad invasora difiere radicalmente de la del médium. Los casos de G. Pelham 44, de Robert Hyslop, de Fourcade, etc., nos demuestran que las sustituciones de Espíritus no pueden ser confundidas con los casos de personalidad doble.

Sin embargo, el error era posible. En efecto, del mismo modo que las incorporaciones de Espíritus, la intervención de personalidades secundarias es precedida de un sueño corto. Estas surgen las más de las veces en un acceso de sonambulismo o aun después de una conmoción. El período de manifestación, al principio de breve duración, se prolonga poco a poco, se repite y se va destacando, cada vez con mayor precisión, hasta adquirir y constituir una cadena de recuerdos particulares que se distinguen del conjunto de los recuerdos registrados en la conciencia normal. Este fenómeno puede ser facilitado o provocado por la sugestión hipnótica. Es aún probable que en los casos espontáneos, en que ninguna voluntad humana interviene, el fenómeno sea debido a la sugestión de agentes invisibles, guías y protectores del "sujeto". Ejercen ellos en esos casos, como veremos, su acción para un fin curativo, terapéutico.

En el caso, célebre, de Félida, estudiado por el Doctor Azam 45, los dos estados de conciencia o variaciones de la personalidad son nítidamente establecidos:

"Casi todos los días, sin causa conocida o bajo el dominio de una conmoción, ella es tomada por lo que llama su crisis. De hecho, entra en su segundo estado. Esta sentada con un trabajo de costura en la mano; de repente, sin que nada lo pueda hacer prever y después de un dolor en la sien, más violento que de costumbre, la cabeza le cae sobre el pecho, las manos quedan inactivas y caen inertes a lo largo del cuerpo. Duerme o parece dormir un sueño especial, porque ningún barullo, ninguna excitación, pellizco o pinchazo la pueden despertar. Además, esa especie de sueño sobreviene súbitamente y dura dos o tres minutos. Antes duraba mucho más. Después, Félida despierta: pero su estado intelectual no es el mismo que era antes de adormecer. Todo parece diferente. Yergue la cabeza y abriendo los ojos, saluda sonriendo a las personas que la cercan, como si hubiese acabado de llegar; la fisionomía triste y silenciosa antes, se ilumina y respira alegría. Su palabra es breve. Cantando, continúa la obra de aguja que en el estado precedente, había comenzado. Se levanta. Su andar es ágil y casi no se queja de los mil dolores que, momentos antes, la hacían sufrir. Cuida de los arreglos domésticos, anda por la calle, etc. Su genio mudó completamente; de triste se hizo alegre. Su imaginación está más exaltada; el motivo más insignificante la entristece o alegra; de indiferente pasó a una sensibilidad excesiva.

En ese estado, se recuerda perfectamente de todo lo que paso en los otros estados semejantes anteriores y también durante su vida normal. En esa vida, como en la otra, la sus facultades intelectuales y morales, aunque diferentes, están incontestablemente en su integridad: ninguna idea delirante, ninguna falsa apreciación, ninguna alucinación. Félida es otra, nada más. Puede todavía decirse que, en ese segundo estado, en esa segunda condición, como le llama M. Azam, todas sus facultades parecen más desarrolladas y completas.

Esta segunda vida, en la que el dolor físico no se hace sentir, es muy superior a la otra, principalmente por el hecho notable de, que mientras ella dura, Félida se recuerda no solo de lo que pasó durante los precedentes accesos, sino también de toda su vida normal; al paso que durante la vida normal ningún recuerdo tiene de lo que pasó durante los accesos."

Se ve que no hay, ahí, en juego varias personalidades, y sí simplemente varios estados de la misma conciencia. La relación subsiste entre estos diversos aspectos del ser psíquico. Por lo menos, el segundo estado, el más completo, nada ignora de lo que hizo el primero; mientras que este no conoce al otro sino por lo que le dicen. El modo de existencia nº 2 trata al n° 1 con algún desdén. Félida, en el segundo estado, habla de la "zorrita estúpida", del mismo modo que nosotros mismos lo haríamos hablando del niño tonto, del bebé sinvergüenza, que fuimos en otro tiempo.

En el caso de Louis Vivé 46 nos vemos en la presencia de un fenómeno de "regresión de la memoria". El "sujeto", bajo la influencia de la sugestión hipnótica, revive todas las escenas de su vida, como dice Myers, "con la rapidez y la facilidad de imágenes cinematográficas. No sólo los estados mentales pasados y olvidados vuelven a la memoria al mismo tiempo que las impresiones físicas de esas variaciones, y también cuando un estado mental pasado y olvidado es sugerido al paciente, como si fuera su estado actual, él recibe inmediatamente las impresiones físicas correspondientes".

Veremos más adelante que, gracias a experiencias del mismo orden, se ha podido reconstituir las excitaciones anteriores de ciertos pacientes con la misma nitidez, el mismo poder de impresiones y sensaciones, lo que nos ha de llevar a reconocer que la ciencia profunda del ser nos reserva muchas sorpresas.

En Mary Reynolds 47 asistimos a una transformación completa del carácter, que presenta tres fases distintas: una caracterizada por el desaliño y otra con disposiciones para la tristeza, tendiendo a fundirse en un tercer estado superior a los dos precedentes.

Otro caso nos da indicaciones precisas sobre la naturaleza del segundo estado en las variaciones de la personalidad. Y el de la Srta. R. L..., observado por el Dr. Dufay y publicado en la "Revue Scientifique", del 5 de julio de 1876.

La Srta. R. L..., dice el Dr. Dufay, presenta dos estados de la personalidad. Tiene perfecta conciencia, en el segundo estado, que es el estado de sonambulismo, de la agudeza sorprendente que adquieren sus sentidos.

El alma es más sensible; la inteligencia y la memoria reciben también un desarrollo considerable. Puede contar los hechos más insignificantes de que tuvo conocimiento en cualquier época y de los que no se recuerda cuando vuelve al estado normal.

No podemos pasar por alto las observaciones de la misma naturaleza, hechas por el Dr. Morton-Prince en la Señorita Beauchamp 48. Esta presenta muchos aspectos de la misma personalidad, que se revelaran sucesivamente, y fueran siendo denominados, a medida que aparecían, B1, B2, B4, B5.

B1 es la Srta. Beauchamp en estado normal, persona seria, reservada, escrupulosa en exceso, B2 es la misma en estado de hipnosis, con más desembarazo, simplicidad y memoria más extensa. B4, que se revela más tarde, se distingue de las precedentes por un estado completo de unidad armónica y de equilibrio normal, a quien le falta la memoria de los seis últimos años, a consecuencia de una emoción violenta. Finalmente, B5 que reúne, como en síntesis, la memoria de los estados ya descriptos.

La originalidad de este caso consiste en la intervención, en medio de esos diversos aspectos de la personalidad de la Srta. Beauchamp, de una personalidad que le es completamente extraña, como nos parece. Se trata de B3, que dice llamarse Sally, ser inteligente, traviesa, en la verdadera faceta, causándole repetidos problemas, una vida bien difícil... Sally se adapta, fisiológicamente, muy mal a los órganos de la médium, Esa misteriosa Sally no podría ser, según nosotros, sino una entidad del Espacio, consiguiendo sustituir en el sueño a la persona normal, y disponer, por un lapso, de un organismo cuyo estado de equilibrio está momentáneamente perturbado. Este fenómeno pertenece a la categoría de incorporaciones de Espíritus, de que tratamos especialmente en otra obra. 49

A su vez, el Dr. Herbert Mayo apunta un fenómeno de memoria quíntuple 50. "El estado normal del "sujeto" era interrumpido por cuatro variedades de estados mórbidos de los que no se recordaba al despertar, y cada uno de esos estados conservaba una forma de memoria que le era peculiar."

Finalmente, F. Myers, en su obra magistral 51, relata, según el Dr. Masón, un caso de personalidad múltiple, que entendemos debemos reproducir:

"Alma Z... era una doncella muy sana e inteligente, de genio inalterable e insinuante, espíritu de iniciativa en todo lo que emprendía, estudio, deportes, relaciones sociales. Luego de un cansancio intelectual y una indisposición a la que no hizo caso, vio su salud seriamente comprometida y pasados dos años de grandes sufrimientos, apareció bruscamente una segunda personalidad. En un lenguaje medio infantil, medio indígena, esta personalidad se anunciaba como siendo el nº 2, que venía para aliviar los sufrimientos de la nº 1. Pero el estado nº 1 en este momento era de los más deplorables - dolores, debilidad, síncopes frecuentes, insomnio, estomatitis mercurial, de origen medicamentoso, imposibilitando la alimentación. La nº 2 era alegre y tierna, de conversación sutil y espirituosa, inteligencia clara alimentándose bien y abundantemente, con mayor provecho, decía ella, que la nº 1. La conversación, por más esmerada e interesante que fuese, nada dejaba sospechar de los conocimientos adquiridos por la primera personalidad. Manifestaba una inteligencia más allá de lo normal relativa de lo que pasaba en la vecindad.

Fue en esa época que el autor comenzó a observar este caso y yo no lo perdí de vista, durante seis años consecutivos. Cuatro años después de haber aparecido la segunda personalidad, se manifestó inopinadamente una tercera que se hizo conocer por el nombre de "chiquillo". Era completamente distinta y diferente de las otras dos y tomara el lugar de la nº 2, que esta ocupara por cuatro años.

Todas estas personalidades, aunque absolutamente distintas y características, eran, cada cual en su género, interesantes, y la nº 2, en particular, ha hecho y continúa haciendo la alegría de sus amigos, todas las veces que aparece y que pueden aproximarse a ella. Aparece siempre en los momentos de fatiga excesiva, de excitación mental, de postración. Llega entonces y persiste a veces durante algunos días. Su "yo" original afirma siempre su superioridad, estando allí las otras apenas en atención a ella y para su provecho. La nº 1 no tiene ningún conocimiento personal de las otras dos personalidades; no obstante, las conoce bien la nº 2, principalmente, por las narraciones de las otras y por las cartas que muchas veces de ellas recibe, y admira los mensajes sutiles, espirituosos y muchas veces instructivos que le traen estas cartas o las narraciones de los amigos."

Nos limitaremos a la citación de los hechos que acabamos de transcribir para no extendernos demasiado.

Existen muchos otros de la misma naturaleza, cuya descripción el lector podrá encontrar en las obras especiales. 52 En su conjunto, estos fenómenos demuestran una cosa. Es que, bajo del nivel de la conciencia normal, fuera de la personalidad común, existen en nosotros planos de conciencia, estratos o zonas dispuestas de tal manera que, en ciertas condiciones, se pueden observar alteraciones en esos planos. Se ve entonces emerger y manifestarse, durante un cierto tiempo, atributos, facultades que pertenecen a la conciencia profunda, y que no tardan en desaparecer para volver a su lugar y volver a hundirse en la sombra y la inacción.

Nuestro "yo" ordinario, superficial, limitado por el organismo, no parece ser más que un fragmento de nuestro "yo" profundo. En este está registrado un mundo entero de hechos, de conocimientos, de recuerdos referentes al largo pasado del alma. Durante la vida normal, todas esas reservas permanecen latentes, como sepultadas bajo el envoltorio material; reaparecen en el estado de sonambulismo. La invitación de la voluntad y la sugestión las moviliza y ellas entran en acción y producen los extraños fenómenos que la psicología oficial comprueba sin poderlos explicar.

Todos los casos de desdoblamiento de la personalidad, todos los fenómenos de clarividencia, telepatía, premonición, aparecimiento de sentidos nuevos y de facultades desconocidas, todo ese conjunto de hechos, cuyo número aumenta y constituye ya una gran amalgama, debe ser atribuido a la intervención de las fuerzas y recursos de la personalidad oculta.

Ver también Proceedings S.P.R., el caso de la Srta. Beauchamp, estudiado por Morton, el de Annel Bourne, descrito por el Dr. Hodgson y el de Mollie Faucher observado por el juez americano Cain Dalley.

El estado de sonambulismo, que permite su manifestación, no es un estado "regresivo" o mórbido, como lo juzgaran ciertos observadores; es, por el contrario, un estado superior y según la expresión de Myers, "evolutivo".

Es verdad que el estado de decaimiento y debilidad orgánica facilita, en algunos pacientes, la emergencia de las camadas profundas del "yo", lo que es designado por el nombre de histeria. Todo lo que de un modo general, deprime al cuerpo físico, favorece, conviene notar, al desprendimiento, a la salida del Espíritu.

Al respecto, muchos testimonios nos serian dados por la lucidez de los moribundos; y para evaluar solamente esos hechos, es menester considerarlos principalmente bajo el punto de vista psicológico. Ahí está toda su importancia.

La ciencia materialista vio en esos fenómenos lo que ella llama "desintegraciones", o sea, alteraciones disociaciones de la personalidad. Los diversos estados de la conciencia aparecen algunas veces tan distintos y los tipos que surgen son de tal modo diferentes del tipo normal, que ha llevado a creer que se está en presencia de varias conciencias autónomas, en alternancia en el mismo paciente. Creemos, con Myers, que nada de eso sucede.

Ahí,  hay simplemente una variedad de estados sucesivos coincidiendo con la permanencia del "yo". La conciencia es una, pero se manifiesta de diversos modos: de manera restrictiva, en la vida normal, mientras está limitada al campo del organismo; más completa, más extensa en estados de desprendimiento, y, finalmente, de manera cabal, perfecta, en la ocasión de la muerte, después de la separación definitiva, como lo demuestran las manifestaciones y las enseñanzas de los Espíritus. La separación es pues, apenas aparente. La única diferencia entre los estados variados de conciencia es una diferencia de grado. Esos grados pueden ser numerosos. El espacio que, por ejemplo, media entre el estado de incorporación y la exteriorización completa, parece considerable. La personalidad no deja, por eso, de permanecer idéntica a través de la concatenación de los hechos de la conciencia, que un lazo continuo liga entre sí, desde las modificaciones más simples del estado normal, hasta los casos que sufren transformación de la inteligencia y del carácter; desde la simple idea fija y los sueños hasta la proyección de la personalidad en el mundo espiritual, en ese Más Allá donde el alma recupera la plenitud de sus percepciones y de sus poderes. Ya en el curso de la existencia terrestre, de la infancia la vejez, vemos al "yo" modificarse incesantemente; el alma atraviesa una serie de estados, anda en mudanza continua. No obstante, en medio de esas fases diferentes, es invariable la fiscalización que ejerce sobre el organismo. La Fisiología resaltó la sabia y armoniosa coordinación de todas las partes del ser, las leyes de la vida orgánica y del mecanismo nervioso, que no pueden ser explicados sin la presencia de una unidad central. Esa unidad soberana es el origen y la causa conservadora de la vida; le relaciona todos los elementos, todos los aspectos.

Fue por una consecuencia no menos perniciosa de las teorías materialistas que los "psicólogos" de la escuela oficial llegaran a considerar el genio como una neurosis, cuando él puede ser la utilización, en mayor escala, de los poderes psíquicos ocultos en el hombre.

Myers, hablando de la categoría de los histéricos que conducen al mundo, emite la opinión de que "la inspiración del genio no sería más que la emergencia, en el dominio de las ideas conscientes, de otras ideas en cuya elaboración la conciencia no tomó parte, y que se han formado aisladamente, por así decir, independientemente de la voluntad, en las regiones profundas del ser".

En general, aquellos que tan livianamente son calificados como "degenerados" son muchas veces "pro generados", y, en estos, sensitivos, histéricos o neuróticos, las perturbaciones del organismo físico y las alteraciones nerviosas pueden realmente ser un proceso de evolución por el cual toda la Humanidad tendrá que pasar para llegar a un grado más intenso de la vida planetaria.

El desarrollo del organismo humano hasta su expansión completa es siempre acompañado de perturbaciones, del mismo modo que el aparecimiento de cada nuevo ser en la Tierra es precedido por ellas. En nuestros esfuerzosdolorosos para mayor suma de vida, los valores mórbidos se transmutan en fuerzas morales. Nuestras necesidades son instintos en fusión, que se concretizan en nuevos sentidos para adquirir más poder y conocimiento.

Aun en el estado ordinario, en el estado de vigilancia, pueden emergencias, impulsos del "yo" profundo, remontar hasta las camadas exteriores de la personalidad, trayendo instrucciones, percepciones, destellos bruscos sobre el pasado y el futuro del ser, los cuales denotan facultades muy extensas, que no pertenecen al "yo" normal.

Es necesario relacionar, con ese orden de fenómenos a la mayor parte de los casos de escritura automática. Decimos la mayor parte, porque sabemos de otros que tiene como causa a agentes externos e invisibles. Hay en nosotros como un reservorio de aguas subterráneas, donde, en ciertas horas, rompe y sube a la superficie una corriente rápida y en ebullición. Los profetas, los mártires de todas las religiones, los misioneros, los inspirados, los entusiastas de todos los géneros y de todas las escuelas conocieron estos impulsos sordos y poderosos, que nos han brindado las mayores obras que han revelado a los hombres la existencia de un mundo superior..

- León Denis -

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        OBSESADOS Y MEDIUMNIDAD


Todo obsesado es un médium.
Su facultad ,por ello,está minada por una enfermedad relativamente profunda y medianamente generalizada,que no le permite un trabajo ajustado para los fines del Espiritismo.
Allan Kardec nos enseña que "la obsesión es siempre el resultado de una imperfección moral,que da acceso a un Espíritu equivocado"En esa situación,ese médium reflejará su propia imperfección interior y la del Espíritu que lo domina,pudiendo ser encuadrado como médium egoísta o médium orgulloso que sufre,actualmente el resultado de sus acciones del pasado y de la falta de reajuste en el presente.
No deberemos conducirlo al intercambio mediúmnico.
El intercambio mediúmnico del Espiritismo requiere criaturas en vías de equilibrio,que luchen por dominar sus malas pasiones.
Una enfermedad moral que derivó de la obsesión inhabilita al individuo para un trabajo productivo y,dentro del mecanismo de las relaciones espirituales,lo coloca bajo mayor y mas difícil dominio de sus enemigos invisibles.
Todo obsesado en consecuencia,debe ser llevado a un tratamiento criterioso de su mal,recuperándose de su enfermedad para,sólo después de haber obtenido un regular auto-dominio y renovado sus compañías espirituales,prepararse para médium en las Instituciones Espíritas,a fin de que sus mensajes intercambiados sean útiles a todos.
Constituye un engaño de gravedad querer hacerlo ocupar la posición de médium en reuniones espíritas.El no tiene condiciones de lucidez y no será fiel y maleable ya que se encuentra cercado por un enemigo que le toma las riendas de su propia voluntad.
El mal de la obsesión reside en el encarnado.
El precisa adoctrinarse.
El auxilio mas caritativo es tomarles el nombre y la direccion para encaminarlos
a un grupo de desobsesión especialmente a los grupos que se orientan por las normas que André Luiz dicta en su libro "Desobsesión" (obra del Espíritu de André Luiz,psicografiada por los médiums Francisco Cándido Xavier y Waldo Vieira)
Curarlo por el adoctrinamiento de su perseguidor o por la sistematización del uso de su facultad mediúmnica,nos parecería maravilloso.Sería,con todo fantasioso.La ley determina: "A cada uno según sus obras",lo que equivale a decir:equilibrio a los que,de cualquier forma posible o imaginable,hubieran sembrado el mal.
examinémonos en el plano material.Dentro de lo cotidiano sabemos que un cirujano,por mas hábil y diestro que sea,no puede ejecutar operaciones estando poseído por una dolencia infecto-contagiosa.un psiquiatra enloquecido no puede medicar,aún cuando ostenta un certificado de técnico para combatir la demencia.Un alfarero de brazos enfermos no puede modelar sus piezas,aún poseyendo una práctica de muchos años.
Cada uno ha de restablecerse para ser útil.
En mediumnidad el principio vigente es,en ese buen sentido.Es un medio de proporcionar el equilibrio de todos,no sólo de sí,un ajuste de todos,sin que lo suyo sea una imposición de su trabajo;un socorro a los enfermos,sin socorrerse únicamente a si mismos.
Guiémos a nuestros hermanos obsesados "Al culto del Evangelio en el hogar",al "culto de asistencia",a los estudios colectivos de nuestras Instituciones Espíritas,a la convivencia amorosa de almas nobles,a las conversaciones fraternas y renovadoras,a la terapéutica de los pases espirituales y del agua fluidificada,y estaremos abriéndoles las puertas del reajuste moral que acabará con el acercamiento que estaban permitiendo a un Espíritu equivocado y se habilitará para,en el futuro,tornarse obreros de la siembra del amor.
ROQUE JACINTO

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Diez hombres unidos sinceramente 
por un 

pensamiento en común, son más fuertes que 

cien que no logran entenderse.” 

– Allan Kardec, Obras Póstumas.-

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                                      TIEMPO


Podremos pensar en el pasado o en el futuro, pero lo que si debemos EVITAR a toda costa,es basar nuestra existencia en estas dos grandes ilusiones, el despertar de conciencias implica actuar en nuestro presente continuo, el AMAR HOY, el conocernos cada día más hoy, el ser agradecidos con el creador y tener compasión por los demás día con día, es decir hoy. Las tremendas barreras ilusorias del pasado y el futuro nos distraen de nuestro verdadero cometido, son parte del maravilloso juego de la creación para que olvidemos quienes somos en realidad, nos bloquean y nos limitan, nos llevan a vivir una vida sin sentido totalmente alienada al sistema. Para una gran cantidad de personas, no hay tiempo de preocuparse ni de ayudar a los demás, no hay tiempo para la meditación ni la reflexión, no hay tiempo para demostrar cariño, no hay tiempo para leer, no hay tiempo de escuchar, no hay tiempo de ser positivos, no hay tiempo de compartir su luz interior, etc., etc., pero ¿porque sucede esto? si para lo que comúnmente no se tiene tiempo, debería ser los más importante en la vida de cada alma en este mundo, muy sencillo, porque todo el tiempo restante, o la mayoría de él,estamos enfocados tanto en lo que nos atormentó en el pasado, así como en lo que no ha sucedido todavía en el futuro.

No hay que dejar pasar NI UN SOLO DÍA para sonreír, para ser feliz, para dar un poco de alegría a alguien que lo necesita... A veces no es necesario más que una sonrisa, pero... si nos piden bailar.... bailemos !!!! jejeje si nos piden cantar.... cantemos !!! por qué no?? .... y si nos piden disfrutar, hagamos todo lo posible por disfrutar ! ... de eso se trata la vida, de ser FELIZ !


Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Mt 6:34


Bendiciones!!!
- Lorena Dorante-

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                                      LEY  DEL  TRABAJO

II - Limite del Trabajo. Reposo

682. Siendo el reposo una necesidad después del trabajo, ¿ no es una ley de la naturaleza?

— Sin duda el reposo sirve para reparar las fuerzas del cuerpo.  Es también necesario para dejar un poco mas de libertad a la inteligencia, que debe elevarse por encima de la materia.
(El  Libro de los Espíritus- Leyes Morales - Allan Kardec)

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