viernes, 30 de junio de 2017

¿ La Obsesión espiritual, es como la locura?



 Hoy compartimos :

- Bendito sea el Espiritismo.
- Escollos de la ignorancia
-¿Qué es lo que usted quiere de la vida?
-¿ La Obsesión espiritual, es como la locura?


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                          BENDITO SEA EL ESPIRITISMO
  Bendito sea el Espiritismo que nos abrió las cortinas del más allá del túmulo. 
  Bendito sea el Espiritismo que nos trajo el "Orad y vigilad" de Jesús.
  Ahora sabemos que estamos rodeados por el mundo invisible y ahora nos cabe a nosotros fortalecernos moralmente para no ser manipulados por el mundo invisible tan facilmente. Nos instruimos para salir de la ignorancia y aprender a diferenciar el mal del bien. Adquirimos el hábito de la oración para pedir a Dios que nos permita identificar nuestras sombras y nos de el apoyo de los buenos Espíritus para que podamos vencer nuestras malas tendencias y poco a poco adquirir el control de nuestros actos y pasar a caminar en la luz del Amor.
"En verdad yo os digo: lo que hicisteis a uno de los mas pequeños de estos, mis hermanos, a mi me lo hicisteis"
Amamos a Jesús; entonces nos esforzamos en hacer el bien, porque el Amor que tenemos por Jesús debe ser expresado en la práctica del bien, en la ayuda a quienes están a nuestro lado, en el ejercicio de la fraternidad, en el desarrollo de la paciencia, en la práctica del perdón, en el esfuerzo para volvernos mejores cada día. Todo el bien que hagamos a alguien es un paso que damos en la dirección de Jesús. Cuanto más bien fuimos capaces de hacer, más aproximamos a Jesús. Por tanto si amas a Jesús, demuestra eso en el Amor a tu prójimo.
Sandro Simões
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          Escollos de la ignorancia


(Texto de Amalia Domingo Soler)



     Siendo, como somos, amantísimos de la verdad, y fieles adoradores del progreso, lógico es que consideremos el estudio del Espiritismo tan necesario al hombre, como le es indispensable el aire que respira, los rayos del Sol que le vivifican; el agua cristalina que calma su ardiente sed, el ropaje que le abriga, el techo que le cobija, el lecho donde reposa el alimento que sacia su hambre, sin el profundo conocimiento de la vida ultra-terrena se vive completamente a la mitad, mejor dicho, se vive sin vivir; por que no es vivir ignorar el porqué de esa misteriosa fatalidad que pesa sobre algunos seres, que sin haber cometido ningún crimen sufren todas las persecuciones, tiranías, angustias y humillaciones del esclavo, y todas las contrariedades que puede crear la perfidia humana.

     Considerarse uno inocente y aparecer ante el mundo como un miserable, tener sed de amor, y no encontrar más que indiferencia y desvío, o un cruel desengaño después de un cariño efímero, luchar de continuo con un imposible, viendo al mismo tiempo que otros seres sin poseer grandes virtudes, sin ser merecedores, al parecer, de ninguna recompensa, se les ve sonreír gozosos, disfrutando de mil satisfacciones sin ni siquiera haberlas deseado, esta injusticia aparente subleva al Espíritu pensador, y sólo el estudio del Espiritismo es el que puede dar solución a los grandes problemas sociales, es el que puede pacificar los pueblos.

¿Será beneficioso, será útil, será necesario, será indispensable conocer las verdades de la filosofía espiritista? 
     Sí; sin el Espiritismo la humanidad camina a ciegas; pues bien, a pesar de ser tantas las ventajas que le ofrecen al hombre las comunicaciones de los espíritus: no quisiéramos que ciertas fracciones de la sociedad tuvieran la menor idea de que existen espíritus, porque se les hace un daño inmenso. La ignorancia en todas partes encuentra escollos, y en el Espiritismo más que ninguna otra escuela, porque en la lucha con los invisibles casi siempre es segura la derrota, y sólo un esfuerzo potentísimo de voluntad, es lo que puede salvarle a uno del abismo.

     Como ejemplo de utilísima enseñanza, vamos a referir un hecho ocurrido hace poco tiempo a D. Anselmo Pérez, hombre que, como otros muchos, quiso entrar en la escuela espiritista, sin tomarse el trabajo de leer una sola de sus obras fundamentales.
     Asistió por curiosidad a una sesión espiritista, vio a un médium escribiente (mecánico) que escribía con la rapidez del relámpago, y sintió vivísimos deseos de hacer él lo mismo. 

     Se fue a su casa, y enseguida puso manos a la obra; el primer ensayo no le dio resultado alguno; esto le desconcertó algún tanto, porque él creía que era cuestión, como se dice vulgarmente, de llegar y besar el santo. Durante muchos días insistió en sus ensayos, sin decir a nadie que probaba a ser médium; cuando una noche que su frente ardía y sus sienes latían con violencia, sintió en el brazo derecho una brusca y desagradable sacudida, sus dedos se crisparon y sin soltar el lápiz se quedó algunos momentos dominado por una fuerte contracción nerviosa, que fue cediendo cuando escribió con letras grandes y desiguales esta palabra fatídica. ¡Mátate!?

     Nuestro amigo leyó con doloroso asombro aquella frase, y escuchó voces confusas que se la repetían en sus oídos.
     Anselmo no quedó muy contento de su primer escrito, pero a nadie le confió sus impresiones, y aprovechando todos los momentos que tenía libres, tomaba el lápiz y siempre escribía estas o parecidas palabras. ¡Mátate! No cometas la cobardía de permanecer en un mundo que te insulta, que te desprecia, que te tiene relegado al olvido, si sufres tanto es porque eres un cobarde.

     Anselmo se quedaba atónito con semejantes consejos, su razón los desechaba mirando el suicido con horror, pero un día y otro día, un mes y otro mes, un año y otro año, oyendo siempre lo mismo, concluyó por creer que quizá tendrían razón sus amigos invisibles y se decidió a poner fin a sus días escribiendo antes una carta concebida en estos términos.

     No sé que pasa por mí, no sé qué influencia me hace dar un paso que he rechazado siempre por considerarlo un acto degradante para todo hombre de razón sana y cuerpo fuerte. Me mato contra mi voluntad, cometo la más indigna cobardía, cuando entre mis compañeros he tenido fama de valiente. ¡Cúmplase el deseo, de no sé quién!.
    Dejó la pluma y cogió una pistola que apoyó contra su sien, mas tembló, cambió la puntería y salió el tiro hiriéndole gravemente quedándole la bala en la cabeza, bala la que no se le ha podido extraer.


     Después de horribles sufrimientos Anselmo se puso bueno, perseguido siempre por sus invisibles enemigos hasta que un día hizo un esfuerzo supremo, y cuando murmuraban en su oído. ¡Repite la prueba, repítela! ¡Nunca la repetiré! ¡Atrás, miserables, atrás para siempre! ¡Ayúdame razón! ¡Ven en mi auxilio, inteligencia mía! ¡Quiero ser libre!.

     Y como si le hubiesen quitado de sus sienes abrasadas una corona de hierro, como si de su pecho dolorido le hubiesen separado planchas de plomo, como si de su cerebro hubiesen extraído una gran cantidad de hirviente lava, como si de sus muñecas hubiesen quitado pesadas esposas, y de sus pies apretados grilletes, como si de su cintura hubiesen separado cadena de muchos eslabones, del mismo modo Anselmo después de su exclamación sintió un bienestar agradabilísimo, y una alegría dulcísima le hizo sonreír, se sintió ágil, corrió en todas direcciones como el prisionero que, después de muchos años, recobra la ansiada libertad. Y ávido de luz y sediento de verdad, fue a una librería y compró todas las obras de Allan Kardec, dedicando a su lectura y a su estudio todo el tiempo que antes dedicaba a escribir medianimicamente.

      Mientras más lee, más se convence de la locura que cometió probando de ser médium antes de saber lo que era la mediumnidad y a los riesgos a que se expone el que se relaciona con los invisibles sin haber estudiado lo más indispensable.
      La ignorancia, es muy mala consejera, y el espiritista ignorante es el ser más perjudicial a sí mismo y a cuantos le rodean. 

     No hace muchos días que vino a vernos un hombre que andará en los 60 años, de fisonomía franca y bondadosa, el que con acento dolorido nos dijo así:

-Señora, yo sigo la senda de lo espiritual, pero o mucho me engaño, o mi camino no es el mejor ni el más seguro.
-Explíquese usted.
-Soy espiritista, creo firmemente en la supervivencia del alma, creo que los espíritus se comunican con los terrenales, pero lo que yo no comprendo es como los médiums que reciben inspiraciones de inteligencias elevadísimas, descienden a ser unos entes vulgares y hasta maléficos que arrastran al hombre a cometer actos impuros.
-¿Qué ha leído Vd. referente al Espiritismo?

-¡Leer!? nada; ¿Para qué? Yo conocí hace cinco años a una mujer que posee no sé cuantas mediumnidades; estando a su lado he oído golpes en todas direcciones, he visto moverse las sillas, oscilar las lámparas colgadas del techo; he oído como el galope de muchos caballos y el paso acelerado de varios pelotones de infantería. La he visto después dormida por los espíritus, dar comunicaciones parlantes y escribientes de Jesús, de María, de Juan el Bautista, de Pablo el apóstol y otros muchos espíritus.
-¿Y qué decían esas comunicaciones?
-Que debía someterse todo a la voluntad de la médium, que rezara mucho, que llamara al Señor en todas mis tribulaciones, que me bañara diariamente para purificarme, que no usara para mis dolencias corporales de ninguna medicina de la Tierra; y sí únicamente del agua magnetizada, pues sólo con dicho procedimiento saldrían de mi cuerpo los centenares de espíritus que me atormentan.


     Me aconsejaban también que faltase a mis deberes conyugales, siendo la médium la designada para guiarme en todo y por todo en los diversos senderos de mi vida. Y yo, aunque mi razón rechazaba mucho de lo que oía cedía después y hacía cuanto me ordenaban los espíritus: rezaba oraciones repetidas; y continuamente clamaba ¡Señor!

¡Señor! ¡Ten misericordia de mí! Pero Dios no me oye, y mi casa es un trasunto del infierno, mi esposa maldice al Espiritismo todas las horas del día, mi hijo mayor me ruega con lágrimas y caricias que no arruine la familia, pues en dádivas a la médium he gastado más de mil duros, producto sagrado de las economías de mi esposa.

     Me encuentro mal, muy mal, yo no tengo sosiego en ninguna parte, estoy enfermo, muy enfermo, mi hijo quiere curarme que es médico, la médium dice que sólo ella puede salvarme, pues solo por su medicación se separan de mí los innumerables espíritus que me atormentan, y hastiado de mí mismo, sin saber a quien creer, descontento de mis acciones, vengo a que Vd. me diga qué debo hacer, porque la verdad es, que hay momentos que digo: ¿Si habré perdido la razón?

-No hay miedo que le suceda tal desgracia, porque en medio de todo Vd. ve claro, puesto que no le satisface la miserable farsa que están representando delante de Vd.
-¡Ah! No señora no; yo no puedo creer que espíritus elevados aconsejen el olvido de todos los deberes sociales.
-Ciertamente, Vd. es juguete del engaño más miserable.
-Es que la mediumnidad de esa mujer es innegable, que otros muchos han presenciado en su casa verdaderos fenómenos. 
-Si yo no le niego que su mediumnidad sea efectiva, pero no todas las
mediumnidades son aceptables; no crea Vd. que el ser médium es sinónimo de ser un dechado de virtudes, hay médiums que trastornan medio mundo ayudados de espíritus afines a su modo de ser, y hacen un mal uso de su mediumnidad como indudablemente lo hace esa mujer que le induce a Vd. a vivir de un modo inmoral, convirtiendo su casa en un infierno, haciéndole malgastar los ahorros de su familia, quitándole por completo su fuerza moral, puesto que su mismo hijo tiene que reprenderle por su mal proceder.
-Y de nada sirve mi continuo ruego, pues yo siempre estoy diciendo: ¡Señor! ¡Señor! ¡Ilumíname!
-Palabras huecas son sus exclamaciones, ahora es cuando ha dicho Vd. de corazón ¡Señor! ¡Señor! Puesto que ha venido a pedir un consejo, y se lee en sus ojos una verdadera decisión.
-¡Ah! Sí, sí; quiero salir de esta situación angustiosa, que en mal hora conocí el Espiritismo.
-Es que Vd. del Espiritismo no conoce más que una amarga irrisión porque no se ha querido tomar el trabajo de leer, de estudiar, de aprender el porqué del porqué.
-Lo creí innecesario puesto que el fenómeno lo veía ante mí.
-Pero ignoraba la causa que producía aquel efecto, no sabía Vd. que los buenos espíritus no podían aconsejarle que abandonara su familia, ni que desechara los adelantos de la ciencia. Bueno es que se acuda al consejo espiritual cuando en la Tierra se hayan agotado todos los medios, cuando los hombres más sabios digan: no hay esperanza de salvación, entonces, y solo entonces, es cuando se debe preguntar a los espíritus si tienen algún remedio para aliviar aquel mal, cuando se haya trabajado, cuando se haya atendido debidamente a la ciencia terrena.
     Parta Vd. del principio que los espíritus no vienen a convertir a los hombres en seres inactivos, que todo lo dejan a la iniciativa de los de ultratumba, porque entonces la comunicación sería perjudicial en grado máximo.


     Los espíritus, téngalo Vd. muy presente, vienen únicamente a demostrarnos que la vida es eterna, que el Espíritu es el artífice que construye su infierno o su paraíso, que no hay mal pensamiento sin correctivo, ni buen deseo sin recompensa; vienen a decirnos que en las grandes tribulaciones nunca estamos solos, porque nuestros padres, amigos, o guías y protectores, nos acompañan de más cerca o de más lejos, según la inminencia del peligro y según nuestro adelanto moral o intelectual.
     Vienen a decirnos que no atentemos contra nuestra vida, porque sería el remedio mil veces peor que la enfermedad, vienen a evitar el suicidio de muchísimos desventurados, vienen a pacificar a innumerables familias que viven en una guerra continua, vienen a unir a muchos matrimonios desunidos por los vicios de él, o por el mal carácter de ella, vienen a demostrar de un modo innegable la grandeza de la vida, y en manera alguna a producir disturbios, escándalos y atropellos, y si hay espíritus que conservan odios implacables, si en el espacio tenemos enemigos de otras existencias, para defendernos de sus asechanzas, tenemos nuestro criterio, nuestra razón, y obras muy bien escritas por Allan Kardec, que están al alcance de todas las inteligencias, donde se encuentran las aclaraciones necesarias para conocer quienes son los espíritus que se comunican, no precisamente por su nombre, pero sí por sus intenciones, por la índole de sus consejos.

-¿Y cuando falta el tiempo para estudiar?
-Cuando hay voluntad nunca falta: El tiempo que se emplea en asistir a la sesión, puede ocuparse en leer primero lo más esencial.
-En eso ya tiene Vd. razón.
-Y lo creo que la tenga; los médicos, los abogados, los notarios, los ingenieros, los militares, todos estudian varios años, ¿Y quiere Vd. que el Espiritismo, la relación con los seres invisibles no necesite más estudio que todas las carreras terrenales?
-Por desgracia tendré que convencerme que dice Vd. la verdad.
-No se apesadumbre por eso, que perdiendo se aprende, pero la razón natural dicta que si nos engañan nuestros parientes y amigos, con los cuales tenemos íntimo trato desde los primeros años de nuestra vida, mucho más expuestos estamos de ser engañados por aquellos que no vemos.

     Sabemos que los muertos viven, porque la comunicación ultra-terrena es innegable, pero no sabemos las intenciones que abrigan respecto de nosotros, no podemos confiar en sus palabras, sino en nuestros hechos, porque ningún Espíritu nos dará más que aquello que legítimamente nos pertenezca.

     Es tan perjudicial tener fe en los espíritus, como creer en la intercesión de los santos. Los primeros podrán, si nos aman, inducirnos al bien, podrán ser un elemento poderosísimo para nuestro adelanto, pero no nos pueden quitar ni un adarme del peso de nuestras culpas.


-De manera, que no tengo más remedio que leer y estudiar.
-Ante todo separarse por completo de esa médium engañadora, si se siente
predispuesto estudie, y si su Espíritu lo rechaza como tarea enojosa, olvide por completo el Espiritismo, que a pesar de ser luz esplendorosa; es tan densa la sombra de la ignorancia, que consigue a veces extender un velo de espesa niebla sobre el sol resplandeciente de la verdad; y el que como Vd. vive envuelto en tan negros crespones, un rayo de luz le ciega; para Vd. el racionalismo quizá no le dé fruto sazonado, piense únicamente en el bienestar de su familia, que es lo que más le interesa.

Se fue nuestro interlocutor y serias y dolorosas reflexiones llenaron nuestra mente, lamentando que la ignorancia haga tantas víctimas y convierta el día del infinito en tenebrosa noche.

El Espiritismo, que viene a descifrar tantos misterios y a dar solución a tantos problemas, que viene a producir tanto bien, en poder de seres ignorantes es materia explosiva que puede ocasionar la muerte, porque muerte es la desunión de la familia y el desconocimiento de la ciencia.

Terrible es la ignorancia en todos los terrenos, pero en el Espiritismo es más perniciosa su influencia, y por lo mismo los espiritistas racionalistas debemos levantar una cruzada en contra de ella.

El espiritista ignorante es fanático, supersticioso, se deja arrastrar al ridículo y es el arma poderosísima de que se vale el jesuitismo para derribar la fortaleza de las verdades reveladas; y a su trabajo de zapa tenemos que responder con nuestros incesantes consejos en favor de la instrucción.

El espiritista tiene que leer mucho las obras de Allan Kardec, primero porque contienen las principales enseñanzas; las de Flammarión, después, porque se engrandecen las aspiraciones del hombre ante la contemplación del infinito; las de Pezzani, Jacolliot y Torres-Solanot, porque demuestran la antigüedad del Espiritismo y otras muchas más que no queremos enumerar por no pecar de difusos.

No hay que decir que no se escribe en Espiritismo para todas las inteligencias, no; el sabio y el ignorante encuentran en la prensa espiritista todo el alimento que necesita su Espíritu, y debía ser obligatorio esa instrucción no admitiéndose en los centros espiritistas a ninguno que no hubiese acreditado haber estudiado los preliminares del Espiritismo; que hasta el que no sabe leer puede estudiar, pues nunca falta en ninguna agrupación, alguno que sepa leer y explique lo que lee. El que carece de instrucción es porque quiere, y lo repetiremos cien y cien veces: nada en el mundo nos causa miedo, nada; pero donde decae nuestro ánimo, donde temblamos presintiendo un gran peligro, es ante los escollos de la ignorancia.
Es necesario conocer la verdad porque sólo ella nos libertará de la ignorancia.

Extraído del libro:
 "La Luz del Camino". (capítulo 1) 
Publicado por el grupo espírita:
 "Luz del Camino" de Orihuela. Alicante.


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¿ Qué es lo que usted quiere de la Vida?


¿ Alguien ya le hizo esta pregunta: "Qué quiere usted de la vida?. Si eso ya le sucedió, es una señal de alerta que no puede ser ignorada, o sea, está claro que usted no tiene objetivos para vivir, que usted es de aquellas personas que van tocando la vida, conforme los acontecimientos, sin visión de futuro. Si esto es lo que está aconteciendo, ¡ cuidado!. No estamos encarnados para "vivir por vivir", sino para combatir en nosotros las malas tendencias y trabajar incesantemente para hacer crecer nuestras virtudes. Entonces podemos decir que nuestro primer objetivo en la vida es aprender a amarnos.
Otro objetivo en cuanto al vivir, y muy importante, es que estamos en esta existencia para aprender a amar a nuestro prójimo. Por ese motivo el Espiritismo nos incentiva a trabajarnos en la convivencia, cuando tenemos oportunidades de aprender a ejercitar la comprensión, la renuncia, la compasión, la gratitud, la cooperación y otras cualidades morales que nos ayudan a reparar el mal que por ventura hicimos a nuestros familiares en el pasado, o sea, en existencias anteriores.
Y aún tenemos un tercer objetivo para la vida: aprender a amar a Dios. Eso se da en la medida en que ayudamos al planeta en su equilibrio natural; cooperando con la llegada de la justicia social; combatiendo la guerra con la no violencia; parando la corrupción con la honestidad, o sea, cuando ponemos en acción la gran enseñanza de Jesús: Hacer al otro solamente lo que nos gustaría que el otro nos hiciese.
Ahora ya podemos pensar con más profundidad sobre lo que estamos haciendo en la Tierra y responder mejor a la pregunta título de este texto: ¿ Qué queremos de la vida?.
Como espíritu inmortal, reencarnado y sabedor de que la muerte no existe, no podemos "dejar que la vida me lleve", ¿no es así ?. Y si usted está pensando que el dinero nace en los árboles y la felicidad cayó del cielo, no se ilusione más. La ley divina es la Ley de Evolución, pero quien acelera el proceso o lo estaciona, somos nosotros mismos, y no existe nada peor que desencarnar y, en el mundo espiritual, recibir la noticia de que vamos a tener que recomenzar todo de nuevo.
-Marcus De Mario -  Educador; Escritor; Conferenciante e Consultor Empresarial.

                                                                      
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¿La obsesión espiritual es como la 

                        locura ?

                
            Existen   las   enfermedades   mentales  debidas a  desajustes  orgánicos  que  desembocan en   trastornos psíquicos  perfectamente tratables  y  que pueden mejorar  con    la   medicina   psiquiátrica; tal es el caso de la esquizofrenia cuando esta es debida  a  un déficit anatómico del cortex pre-frontal.
            Sin embargo  también  existen  otras  muchas   enfermedades   psíquicas en   las que no existe ninguna anomalía orgánica y  que  no  son   otra   cosa   que   casos   más o menos  graves de obsesión    espiritual.
            De la obsesión espiritual  a la locura irreversible apenas hay un paso. Al principio  el obsesor actúa de modo sutil, pero al paso del tiempo se puede agravar la situación en razón a las tendencias negativas  del sujeto obsesado.
           Resulta muy clara y sutil la línea divisoria que  separa la salud física, del desequilibrio  mental.   Se   pasa   con  facilidad  de  un  lado al otro de la  línea  sin  que haya  un   cambio significativo  en   el  comportamiento del ser humano.
           Cuando los afectados  por la fascinación  espiritual se  encuentran dominados por los obsesores, desconectan las ultimas defensas  mentales y sus comportamientos sobrepasan los límites de la lógica, dando ocasión a que la turbación mental se vuelva más compleja y se convierta en locura  permanente.
            Excitaciones,   preocupaciones,  ansiedades  o  momentos  de  angustia   por   escasez  de  recursos   financieros,  impedimentos  sociales,  ausencia  de  un trabajo  digno  etc,   son  algunos de   los  muchos  factores que  pueden  llevar a la persona a   situarse   al   otro   extremo  negativo   de  la   salud  mental  de  modo   temporal,  pudiendo retornar después a su  posición   inicial de salud  mental y   normalidad psíquica..
       Hay  algunos  factores  que    predisponen  a   la    locura :    Principalmente   las deudas  del  espíritu con la Ley de Consecuencias   ( de  lo   que en su momento  se  hablará   más  extensamente ),  por  la   que  incontables  personas  permanecen en   plena  frontera  de  la  obsesión   espiritual,  que  les  impulsa   a  dar   un   paso   al otro  lado  de   la   línea   que  les   separaba de la   locura y hasta del suicidio, siendo este un camino   largo y de difícil recuperación.
        Los viciados en el sexo, los violentos, los que dependen de vicios  de cualquier naturaleza, los pesimistas,  los envidiosos,  los amargados, los  que siempre  viven  atenazados  bajo   el   temor  de  la  sospecha y  la  desconfianza,    los  celosos,   los  obsesados,  son   los  que  más  fácilmente atraviesan los límites de  la salud mental.
        Los  psicópatas  espirituales,   de  naturaleza  emocional,  por   las  aptitudes e  impulsos que  proceden de vidas anteriores,  de los que los  afectados por  ellas no se    liberan    normalmente    por    sí    mismos,    son    caldo    de    cultivo    para    las   obsesiones  causadas  por  espíritus   tanto encarnados como desencarnados.
        Precisamente     hay    muchos    casos    de   enfermos    mentales    que   son  consecuencia   de  sus   deudas   contraídas   en   vidas   pasadas   y    desde   que   se involucran  de nuevo  en  el  proyecto   humano desde antes de nacer, esto les lleva a venir a  este mundo  predispuestos  a  manifestar  pronto  las  crisis  que  dan inicio a  las psicosis, neurosis y otras formas de  desequilibrio  que pasa a sufrir en el corredor   cruel y estrecho de la demencia.
         Los procesos obsesivos están incursos en personas dentro de los grupos familiares o sociales, que también sufren en otra medida  esta situación porque en un pasado  común debieron de ser cómplices en algún delito contra la Ley del Amor   con la victima de ahora, y como necesidad evolutiva de rescate espiritual para todos ellos,  vuelven a coincidir juntos  en la Tierra por un parentesco común o a través de lazos de afectividad o de afinidad, formando grupos en donde son alcanzados por esos antiguos odios o venganzas.
         En muchos de estos casos, los familiares ignoran que existe un factor de predisposición que les ha reunido en la vida, no por casualidad, sino para un reajuste recíproco. Sufren esta situación por necesidad evolutiva ante la responsabilidad de este sufrimiento del que participan, debiendo esforzarse en la ayuda para la liberación del sufridor obsesado, liberándose de paso ellos mismos.
        Sin embargo hay muchos dementes en apariencia – obsesados – que son abandonados en Centros de Salud, siendo desatendidos por su familia que  impiden con excusas su retorno al hogar, considerando que así se liberan de una pesada carga.  Estos enfermos por una obsesión mejoran en muchos casos cuando salen del entorno hogareño, porque disminuyen los factores incidentes de todo el grupo familiar endeudado con los “cobradores desencarnados”, pero cuando regresan al entorno del hogar  vuelven los desequilibrios debido a que su familia no se renovó moralmente, liberándose de viejos vicios que favorecen la presencia de las perturbaciones obsesivas.
        Por  eso,  la  familia  en  cuyo seno  uno  de sus  miembros es afectado por un proceso obsesivo,  debe  ser  alertada  de  su  responsabilidad   para  que  la  afronten  debidamente y no carguen sobre el enfermo toda la responsabilidad de la situación.

- Jose Luis Martín-


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      “La medicina solo puede curar 

            enfermedades curables”


                                           - Proverbio chino -

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miércoles, 28 de junio de 2017

Analizando las fuerzas del Universo






Hoy  compartimos:

-¿ Son sensibles los espíritus al recuerdo de quienes les amaron en la Tierra?
- Un pulso a  la vida
- Sobre la Oración
-Analizando las fuerzas del universo


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¿Son sensibles los Espíritus al recuerdo de quienes los amaron en la Tierra? 

- Mucho más de lo que podéis creer. El recuerdo se suma a su felicidad, si son dichosos. Y si son desgraciados, es para ellos un alivio. 

321.- El día de la conmemoración de los difuntos, ¿tiene algo de más solemne para los Espíritus? ¿Se preparan para venir a visitar a aquellos que deben ir a orar sobre sus despojos? 

- Los Espíritus acuden al llamado del pensamiento, así en ese día como en los otros. 

321 a. Esa jornada ¿representa para ellos una cita junto a las sepulturas? 
- En tal fecha son allí más numerosos, porque hay más personas que les llaman. Pero cada cual sólo vienen por sus amigos y no por la multitud de los que le son indiferentes. 

321 b. ¿Bajo qué forma acuden allí, y cómo les veríamos si pudieran hacerse visibles? 
- Bajo la forma que se les conoció en vida. 

322. Los Espíritus olvidados, cuyas tumbas nadie va a visitar ¿acuden a ellas a pesar de esto, y se acongojan al comprobar que ningún amigo les recuerda? 

- ¿Qué les importa la Tierra? Sólo están ligados a ella por el corazón. Si no está allí el amor, nada más hay que retenga al Espíritu: todo el Universo tiene por delante. 

323. La visita a la tumba ¿da al Espíritu mayor satisfacción que una plegaria íntima? 

- La visita a la tumba constituye un modo de demostrar que se piensa en el Espíritu ausente. Es la imagen de él. Ya os dije que la oración santifica el acto del recuerdo. Poco importa el lugar en que se pronuncie, si se lo hace con el corazón. 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
ALLAN KARDEC

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                                        UN PULSO A LA VIDA

         El verdadero valor es demostrado por la manera como se enfrenta la batalla de la vida, en su día a día. 
        Conviene no confundir el valor con la temeridad. Aquel es calma y constante, lucida y creativa, mientras que la otra se presenta desesperada, agresiva, irritada. 
        El valor nace en la fe que sabe lo que desea y se empeña para conseguirlo; enfrenta los obstáculos sin debilitarse y resiste al tiempo sin perder el valor; raciocina antes de reaccionar y permanece iluminada por el ideal, mientras se mantiene en el campo de las luchas. 
Demuestra tu valor, obrando siempre con acierto y equilibrio. 

Vida Feliz. Por el Espíritu Joanna de Ângelis, médium Divaldo Pereira Franco



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                     SOBRE LA ORACIÓN

      Sobre la oración, hemos preguntado a las entidades protectoras si la realizadas en conjunto son más poderosas y eficientes que la oración aislada. Nos contestaron que la oración en conjunto, hecha en las iglesias, no tiene siempre la coordinación necesaria para alcanzar un fin elevado; frecuentemente ella se pierde en el Espacio, antes de alcanzar las esferas divinas. Seria preciso que de cada alma emanase una plegaria que tuviese el mismo objetivo: plegaria para los infelices, con la intención de aliviar sus males; plegaria para los que tienen necesidad de evolucionar, etc. 
       La oración está generalmente marcada por un pequeño sentimiento de egoísmo; ella, con frecuencia, pide a Dios ventajas personales. Aun cuando no alcance el fin pretendido, la oración contribuye a sanear la atmósfera, a mejorar el ambiente de los mundos inferiores. 
       Cuando la plegaria en conjunto se hace en buenas condiciones, ella reacciona contra las vibraciones materiales. Bajo este punto de vista, las religiones tienen su utilidad. La plegaria genera la fe que inspira las acciones grandiosas y nobles. Es la fe esclarecida que nos acerca a Dios, foco radiante de vida, de sabiduría y de amor.... 
       Incluso en una escala más material, diremos: ¿No es la fe lo que inspira los grandes sacrificios? Es la fe patriótica, lo que ha hecho a nuestros soldados ser invencibles, lo que los ha ayudado a soportar los sufrimientos, la enfermedad, la muerte, y a repeler los ataques de un enemigo más fuerte. .. Es la fe en un ideal social lo que ha inspirado, engrandecido, en todas las épocas, a los mártires del derecho, de la justicia y de la libertad. Es la fe en la Ciencia lo que en nuestros días, ha inspirado desvelos como los del Dr. Vaillant y tantos otros, victimas de su empeño por administrar fuerzas terribles... 
La voluntad sostenida por la fe es, por lo tanto, la mejor fuerza motriz para dirigir las fuerzas psíquicas del ser y proyectarlas hacia un objetivo sublime. .. El hombre debe, en fin, comprender que todas las fuerzas del Universo, tanto físicas como morales, en él se reflejan; su voluntad puede comandar a unas y otras, que se manifiestan en su consciencia... 
       Aprender a armonizarlas, trabajar para desarrollarlas en vidas sucesivas, tal es la ley de su destino. Bajo este punto de vista, recordemos que tenemos una obra admirable que cumplir... 
     Esta consiste en crear en nosotros una personalidad siempre más radiante y, para ello, tenemos el tiempo sin límites, el camino sin final y la vida eterna en la acción perpetua. 

Léon Denis. 

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Analizando las fuerzas del universo
Todo se relaciona y encadena en el Universo. Todo está regido por las leyes del número, de la medida, de la armonía. Las manifestaciones más elevadas de la energía confinan con las de la inteligencia. La fuerza se vuelve atracción; la atracción se vuelve amor.
Cada ser posee los rudimentos de una inteligencia que llegará a genio, y tiene la inmensidad del tiempo para realizarla. Cada vida terrena es una escuela: la escuela primaria de la eternidad.
Todos los seres están unidos unos a los otros e influyen recíprocamente. El Universo está sometido a la ley de solidaridad.
Los mundos perdidos en las profundidades del éter, los millares de astros que se entrecruzan a millares de leguas, se llaman y se responden. Una fuerza que nosotros llamamos atracción los une a través de los abismos del espacio.
Igualmente en la escala de la vida, todas las almas están unidas por múltiples relaciones. La solidaridad que las liga está fundada en la identidad de su naturaleza, en la igualdad de sus sufrimientos a través del tiempo, en la semejanza de sus destinos y de sus fines.
El alma solo puede progresar realmente en la vida colectiva: trabajando para el provecho de todos. Una de las consecuencias de esta solidaridad que nos une, es que la vista de los sufrimientos de unos altera y perturba la serenidad de los otros.
En las almas evolucionadas el sentimiento de la solidaridad llega a ser tan intenso, que se intercambian en una comunión perpetua con todos los seres y con Dios. Los espíritus elevados no olvidan a aquellos que han amado, a los que compartieron con ellos sus alegrías y sus tristezas, la queja de los que sufren, que están aun en los mundos infelices, llegan hasta ellos y suscita su compasión generosa. Ellos abandonan las moradas celestes para auxiliar al mundo material.
A veces al contrario, durante el sueño las almas encarnadas atraídas por sus hermanos mayores, se lanzan con fuerza hacia las alturas del espacio para impregnarse de los fluidos vivificantes de la patria eterna. Allí, los espíritus amigos los rodean, los exhortan, los animan y calman sus angustias. Después extinguiéndose poco a poco la luz que los rodea, a fin de que no les deprima la separación, los acompañan hasta las fronteras de los mundos inferiores.
Su despertar es entonces melancólico, pero dulce, y aunque no se acuerdan de su estancia en las regiones elevadas, se encuentran reconfortados y reemprenden más alegremente la carga de su existencia terrestre.
En todas las cosas visibles el alma atenta descubre una manifestación del pensamiento invisible que anima el Cosmos. Este reviste para ella un aspecto seductor; es el teatro de la vida y de la comunión universal, comunión de los seres entre sí y de estos con Dios, su Padre.
La distancia no existe para las almas que simpatizan. El Universo está animado por una vida poderosa; vibra como un arpa bajo la acción divina. Las radiaciones del pensamiento lo cruzan en todas las direcciones, transmitiendo los mensajes de Espíritus a Espíritu a través de la vasta extensión. Dios llena el Universo con su presencia, lo alumbra con Su luz y reanima con Su amor.
¡Estamos de pie en la tierra, es nuestro sostén, nuestra nodriza, nuestra madre, cuando elevamos nuestra mirada hacia el infinito, nos sentimos envueltos en la inmensa comunión de la vida; los efluvios del Alma universal nos penetran y nos hacen vibrar el pensamiento y el corazón; fuerzas poderosas nos sostienen, avivan nuestra existencia! Y nos esclarecen para poder elevarnos por encima de la materia y de las cosas.
La vida es un cantico de amor y de esperanza para aquellos que se esfuerzan en el bien y lo llevan a cabo en todas las cosas. Sigamos al bien por el bien mismo y este nos devolverá la paz que tanto ansiamos y que desea nuestro atribulado espíritu.
-Mercedes Cruz -

Extraído del libro de León Denis. El gran enigma

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lunes, 26 de junio de 2017

El cambio que queremos ver




TEMAS A TRATAR EN ESTE DÍA:

- Sentir la Compasión
-El cambio que queremos ver
-La mesa y el pan
- Reflexión (Humildad)
-Tesoros en el cielo



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Mantén tu control emocional en todas las situaciones.
Un sistema nervioso alterado genera una vida desajustada.
Si las dificultades amenazan tu equilibrio, utiliza la oración.
La oración es medicamento eficaz para todas las enfermedades del alma.

- Juana de Ángelis-

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                  SENTIR LA COMPASIÓN
   
 
Cierto devoto anhelaba ardientemente sentir la verdadera compasión. Efectivamente experimentaba piedad por los hermanos que sufrían, entretanto, cuando algunos de ellos se lanzaban en el desespero, cayendo en la delincuencia, helo transferido a la rebeldía, recetándoles reprimenda y punición. 
Después de eso, al saberse instrumento de más angustia para aquellos que cayeron en la vida bajo el fardo de pruebas muy difíciles de cargar, entraba en el remordimiento, lastimando a su propia incomprensión. 
Desolado consigo mismo, procuró un orientador espiritual y le preguntó: Sabio amigo, ¿qué hacer para sentir la compasión, aprendiendo a guardarla sin perderla? El interrogado reflexionó largamente y respondió: Hijo, nadie consigue asimilar la compasión sin pasar por la verdad. ¿Por la verdad? exclamó el consultante. La verdad es amarga y, a veces, nos agrede usando un chicote entretejido de hiel. 
El mentor, no obstante, insistió: Aunque con semejante interpretación, la realidad está en lo que te digo. Vuelve a la intimidad de tus meditaciones y ruega al Señor para que la verdad te pueda instruir.
El devoto regresó al hogar y por veces y veces rogó a los Cielos para que la verdad lo esclareciese. 
Transcurrido mucho tiempo, en una noche tranquila, se vió fuera de su propio cuerpo, notando que una extraña luz le bañaba el entendimiento. 
Caminó dentro de la casa y encontró al propio padre, igualmente fuera de la vestimenta física, registrándole el cambio. No era él el ciudadano maltratado por el tiempo, que soportaba las luchas domésticas con aparente tolerancia. Se mostraba como un hombre sediento de libertad, hablándole con aspereza de las pasiones que ocultaba por disciplina. 
Inmediatamente después se cruzó con su progenitora, en la forma espiritual, y no vió en ella a la pastora dedicada que conducía la familia con palabras de amor y bendición. Se presentaba como una bella y sufrida mujer, que se decía cansada de cautiverio e ingratitud. 
Quiso ver a los dos hermanos con los cuales compartía la morada y les notó la diferencia. Le surgían, ahora, en aquellas circunstancias, en la condición de un rapaz portador de un semblante sombrío y de una sofisticada niña, extremadamente indignados contra las directrices y costumbres de aquellos que le servían de padres. 
Asombrado, se arrojó a la vía pública y reconoció que todas las personas, en tránsito, usaban el cuerpo a la manera de una máscara, por detrás de la cual se escondían. Los supuestos hombres y mujeres, buenos y malos, jóvenes y viejos, las personas consideradas correctas y las que se habían clasificado como delicuentes, estaban bajo disfraces y todos arrastraban problemas y dificultades, enfermedades e indecisiones. 
En ese momento, retornó a su propio cuerpo y experimentando la verdadera compasión, oró en lágrimas: ¡ Dios de Bondad, compadécete de nosotros, porque, en la Tierra todos nosotros, somos tus hijos necesitados! ... 
Enseguida, observándose transformado para siempre, reunió a los familiares y les contó lo sucedido.
Los parientes atentos lo miraban sonriendo, pero nadie lo creyó. 
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Cede minuto del tiempo de que dispongas o algo de lo que posees para disminuir el frío de la penuria y la fiebre de la aflicción. 

Francisco Càndido Xavier 
Por el Espíritu Meimei 

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          EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER

HAGAMOS NOSOTROS EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER EN EL MUNDO
Jorge Hessen
Investigadores afirman que estamos empujando los ecosistemas del planeta para fuera del ambiente en el que evolucionarían y para dentro de condiciones totalmente nuevas que ellos pueden no conseguir soportar. Las extinciones son el resultado probable. En países predominantemente desarrollados, cerca de un billón de personas en un escenario optimista y cinco billones en un escenario de las usuales condiciones (mantenidas en las mismas condiciones) habitan en regiones que van a experimentar climas extremos antes del 2050. Eso hace aumentar la preocupación con cambios en el abastecimiento de agua y comida, salud humana, propagación más extensa de enfermedades infecciosas, estrés causado por el calor, conflictos y desafíos para las economías. Las Naciones Unidas establecerán como meta limitar el calentamiento global a 2º C en comparación con niveles pre-industriales para evitar efectos catastróficos provenientes de los cambios climáticos.
La actividad solar se desenvuelve en ciclos estudiados y conocidos por los científicos. Esa actividad tomó un auge durante el periodo comprendido entre la década de los 90 y el año 2000. Ocurren sucesivamente ciclos telúricos en el orbe. Todavía hoy lo que es más evidente es el enigma de la inestabilidad climática, normalmente por el recalentamiento global. Considerando el calor insólito, sobretodo las sequías sorprendentes, creemos estar en la inminencia de mayores catástrofes ecológicas, de consecuencias arrasadoras, consecuencia de la ruta de colisión del hombre y la Naturaleza.
Desde el inicio de la revolución industrial, en 1750, los niveles de dióxido de carbono (CO2) aumentaron más del 30%, y los niveles de metano crecieron más de 140%. La concentración actual de CO2 en la atmósfera es la mayor registrada en los últimos 800 mil años. ¿Cuáles serán las consecuencias de eso? La escalada del impacto puede llevar a la escasez de agua potable, a traer grandes cambios en las condiciones para la producción de alimentos y a aumentar el número de muertos como consecuencia de las olas de calor y de las sequías.
Al desforestar las florestas, modificar los cursos de los ríos, eliminar áreas de lagunas y desestabilizar el clima, estamos destrozando las bases de una red de seguridad ecológica extremamente sensible. Debemos estar atentos a las alertas de los especialistas, pues ya es demasiado evidente que se trata solo de una cuestión de tiempo para las consecuencias funestas previstas. Estas comenzarán a afectar, brutalmente, nuestras vidas y, principalmente, las vidas de nuestros hijos y nietos.
La Tierra se asemeja a un organismo vivo, con mecanismos para auto-regular sus funciones. En estos últimos años, los Estados Unidos pasaron por la peor sequía en más de un siglo. Grandes extensiones de tierra de Rusia tampoco tuvieron la suficiente lluvia. Incluso la temporada de los monzones en la India fue seca y en América del Sur, el índice pluviométrico ha permanecido por debajo de la medía histórica.
Las naciones, frecuentemente, luchan para tener o mantener el control de materias primas, suprimiendo energía, tierras, cuencas fluviales, paisajes marítimos y otros recursos ambientales básicos. “Esos conflictos tienden a aumentar a la medida que los recursos escasean y aumenta la competición por ellos”.
Precisamos adaptarnos al medio como los demás entes vivo en este momento.
Se sabe que la mayor parte del agua potable del planeta se utiliza para el riego. Por esa razón, hay investigadores trabajando en varios proyectos de sostenibilidad a fin de hacer rendir más el agua utilizada en la agricultura. Una de las propuestas es la llamada “lluvia solida”, un tipo de polvo que extendido adecuadamente en el suelo puede absorber y retener grandes cantidades de agua y liberar el líquido gradualmente, con el fin de que los vegetales puedan resistir durante más tiempo una sequía.
Lamentablemente aun sufrimos los contrastes de una suprema tecnología en el campo de la informática, de los viajes espaciales, de los supersónicos, de los rayos láser, al tiempo en que todavía tenemos que convivir con bastante indiferencia la grave problemática del medio ambiente.
Por otro lado, y nos parece menos malo, es que la necesidad de destrucción de la naturaleza “se debilita en el hombre, en la medida en que el Espíritu sobrepuja a la materia”. Realmente, la conciencia de protección ambiental crece con nuestro desarrollo intelectual y moral. Los recursos “renovables” que se consumen y el impacto sobre el medio ambiente no pueden ser relegados a cuestiones de menor importancia, principalmente teniéndose en consideración la utilización del agua potable, cuya posesión y control en el futuro puede ser el motivo más frecuente de enfrentamiento planetario.
En la década de los años 70, USDA (departamento de Agricultura de los Estados Unidos) desarrolló un producto super absorbente hecho de una especie de goma , que más tarde fue utilizado para la hidratación de vegetales.
Sabemos que el medio ambiente en que renacemos constituye muchas veces la prueba expiatoria, con poderosas influencias sobre nuestro psiquismo. De ese modo, “se hace indispensable que las personas de mente más desarrollada cooperen en la transformación del medio ambiente para el bien, mejorando y elevando las condiciones de vida de todos los que viven en su zona de influencia”.
La Naturaleza es siempre el libro divino, donde la mano de Dios escribió la historia de su sabiduría, libro de la vida que constituye la escuela de progreso espiritual del hombre evolucionando constantemente con el esfuerzo y la dedicación de sus discípulos”. En ese elevado empeño, Sergio Jesús Velasco, un ingeniero químico de la ciudad de México, conociendo la invención de la USDA, desarrolló con éxito y patentó una versión diferente de la formula gelatinosa. El producto de su invento, hoy, es mezclado con el suelo de áreas secas, de modo que al ser irrigado el “gel” se consigue almacenar gran cantidad de agua, redistribuyendo gradualmente el líquido en la plantación.
La vida en el planeta depende de la convivencia pacífica entre el hombre y la Naturaleza. ¿Y nosotros los Espíritas, que hacemos, o que pretendemos hacer?. El iluminado Mahatma Gandhi – que afirmó cierta vez que todo el bello mensaje del Cristianismo podría ser resumido en el sermón de la montaña – nos sirve de ejemplo cuando dice: “seamos nosotros los que cambiemos lo que queremos cambiar en el mundo”.

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                   La mesa y el pan

J. Herculano Pires

    Kardec explicó el problema de la mesa en las sesiones espíritas con su habitual naturalidad: es el mueble más cómodo para sentarnos alrededor de él. Apartaba así cualquier resquicio de misticismo y magia, de rito y sacramento en el acto mediúmnico. Sin embargo, hay quienes consideran ese acto puramente místico y mágico, recordando la evocación y la oración. No nos sentamos alrededor de la mesa únicamente para conversar o escribir, sino también para alimentarnos. La alimentación que tomamos en la mesa espírita no es material, sino espiritual. La evocación no es un rito, sino una invitación. Antes de sentarse a la mesa las invitaciones ya fueron hechas, pues basta con pensar en un espíritu para evocarlos. Ellos atienden o no nuestras invitaciones, pues son libres y no están sometidos a ningún poder humano. Más el pan que ponemos sobre la mesa es el pan espiritual de la oración, que será partido y servido en el momento del adoctrinamiento.

Nos cuenta el Evangelio de Lucas el episodio conmovedor de los discípulos camino a Emaús. Después de la resurrección de Jesús, Cleofás y un compañero seguían, al atardecer, hacia esa aldea, apartándose del escenario angustiado de Jerusalén. Un extraño los alcanzó y acompaño, conversando sobre la muerte y resurrección de Jesús. Se detuvieron en una posada para alimentarse. Se sentaron a la mesa con aquel extraño. Pero en el momento en que él partió el pan, los discípulos lo reconocieron: era el Maestro resucitado. Pero inmediatamente el Señor desapareció y en la mesa sólo estaban los dos. Es fácil imaginarse el asombro de los discípulos. El vacío de la mesa y el silencio del anochecer, que ya comenzaba, debe haberles parecido más lleno de rumores y alegrías que las mesas de los banquetes festivos del mundo.

Y eso es lo que precisamente sucede en las mesas simples, sin artilugios, de una verdadera sesión mediúmnica. El color del mantel poco importa. El color blanco no interesa en el acto mediúmnico más que el rojo o el marrón. La pureza exigida es sólo la de las intenciones. Los invitados están alrededor y no son conocidos. Surgen en el camino, en la penumbra del crepúsculo, como extraños. Pero en el momento de partir el pan ellos se manifiestan. Hecha la oración simple de la apertura de los trabajos podemos ver, por la forma en que parten el pan, que son ellos. Iniciamos entonces la conversación necesaria y luego ellos desaparecen así como aparecieron, retornando a lo invisible, en el seno de la noche.

¿Cómo pueden los cristianos de todas las denominaciones censurar ese banquete sencillo y atribuirlo a influencias diabólicas? ¿Cómo pueden decir que todo eso no pasa de ser una ilusión, locura o mistificación? ¿Nunca leyeron, ni por casualidad, el tema sobre los dones espirituales en la I Epístola de Pablo a los Corintios? ¿No vieron que el apóstol confirma el simbolismo conmovedor del camino a Emaús, relatando las sesiones mediúmnicas de la era apostólica? ¿Y cómo pueden algunos espíritas quebrar la armonía de esas reuniones espirituales con aparatos inútiles e innecesarios, con la introducción de sistemas pretensiosos en las sesiones mediúmnicas? Si queremos deformar y ridiculizar la práctica espírita, basta con exigir el mantel blanco en la mesa, vestir a los médiums con vestidos blancos y rituales, obligarlos a hacer una corriente de manos y otras tonterías por el estilo. Es lo que hacen los espíritus mistificadores, a través de los dirigentes supersticiosos e ingenuos.

Para comer el pan de la verdad sólo necesitamos de los dientes del buen sentido. Por eso el comensal del hostal de Emaús simplemente desapareció después de partir el pan. Todas las técnicas inventadas por hombres vanidosos, de disciplinas rígidas a la hora de la sesión, de palabras mágicas y gestos misteriosos, no pasa de ser la maleza en la cosecha. La práctica espírita debe ser racional y simple, pues toda la escenificación sólo sirve para estimular mistificaciones.

Hay personas que desean hacer sesiones a plena luz, por creer que la penumbra habitual da motivo a desconfianzas y representa una modalidad de formalismo. Pero la penumbra es necesaria para la buena concentración de los médiums y de los asistentes. La iluminación normal de la sala provoca distracciones, penetra los párpados y rompe el ambiente de recogimiento. Claro que no se debe hacer con oscuridad excesiva y mucho menos completa, pero la penumbra del ambiente no es un formalismo, es una exigencia natural de la concentración serena. Además de esas razones evidentes, conviene recordar que el exceso de luz ejerce influencia inhibitoria sobre los médiums y en la emanación fluídica del ectoplasma. En todas las reuniones mediúmnicas el ectoplasma se libera para ayudar las ligaciones periespirituales entre médiums y espíritus. Tenemos que saber distinguir entre lo necesario y lo superfluo, entre lo conveniente y lo inconveniente, sin hacer concesiones a la ignorancia o la desconfianza de los que no entienden del asunto.

El  problema de la concentración mental es también uno de los menos comprendidos. La concentración de los pensamientos en una reunión mediúmnica no corresponde a la concentración individual de una persona en un determinado problema a resolver o en un estudio a realizar. Se trata de una concentración colectiva de pensamientos volcados hacia un mismo objetivo. Cuando todos piensan en Dios o en Jesús, todos los pensamientos se concentran en una sola idea. La palabra concentración sugiere un esfuerzo mental continuo para mantener el pensamiento fijo en una imagen. Eso perjudicaría los trabajos mediúmnicos, creando un ambiente de tensión mental exhaustiva. No es tensión o esfuerzo lo que se necesita, sino de relajación y tranquilidad. Todos deben volcar su pensamiento hacia un objetivo superior, generalmente hacia Jesús (pues pensar en Dios es más difícil) y todos deben mantener la idea de Jesús en la mente, sin esfuerzo ni preocupación, como quien se acuerda de un amigo lejano. Ese estado mental de recordación, no es el de la imagen o figura de Jesús, sino de su persona, de sus actos, de sus enseñanzas y de lo que él representa para nosotros, debe ser mantenido en el transcurso de la sesión. Cuando se nota que el pensamiento se desvía hacia otros rumbos, lo que es natural, se hace que retorne suavemente a la idea central. El ambiente de una sesión es mucho más favorable cuanto menos tensiones y preocupaciones existieran en la reunión. Las  evocaciones mentales de los asistentes y médiums, solicitando la manifestación de seres queridos o de espíritus amigos son perjudiciales, pues rompen y agitan el ambiente mental de la sesión. Pensar en un espíritu es evocarlo, como enseña Kardec. Quien asiste a una sesión con la esperanza de recibir una comunicación de este o aquel espíritu, ya lo evocó. El atenderá si le fuera posible. Durante la sesión sólo se debe pensar en Jesús. Creándose en el ambiente un clima tranquilo y confiado, podemos esperar los mejores resultados.

No hay reglas específicas y formales para la realización de las sesiones espíritas. Entre la oración de apertura y la de cierre se desarrollan las manifestaciones mediúmnicas, bajo la orientación y muchas veces la interferencia de los espíritus directores. El sistema autoritario, en el que el director determina a los médiums recibir las comunicaciones, una cada vez, proviene de la recomendación del Apóstol Pablo a la comunidad de Corinto. En las reuniones de Kardec, aún en las psicográficas, había amplia libertad, permitiendo las conversaciones entre espíritus comunicantes, a veces a través de varios médiums. Léon Denis usaba también de libertad en sus sesiones. Compete a los espíritus protectores determinar cuáles espíritus deben comunicarse y cuales los médiums en condiciones de recibirlos. El director humano de la sesión tiene la función de mantenerla en equilibrio y orientar el desarrollo delos trabajos e intervenir, cuando sea necesario, en el adoctrinamiento y en reajuste de la concentración. Se hay muchos médiums en la mesa, hay naturalmente la posibilidad de atenderse a un número mayor de espíritus, a través de varios adoctrinadores. Lo que importa en el adoctrinamiento no es el hablar mucho, sino hablar con propiedad y con amor, procurando alcanzar la consciencia y el sentimiento del espíritu. Cuando se aproxima el fin del horario destinado a la sesión, el director avisa, para que los médiums lo ayuden en el control de la reunión. Las comunicaciones de espíritus violentos, deseosos de perturbar los trabajos, exigen una actitud enérgica para ser refrenados y apartados. Energía serena, sin agresividad, pero con firmeza. No se debe olvidar que se trata de entidades sufrientes, necesitadas de amparo y orientación. No es la fuerza la que actúa contra el espíritu, ni la elevación de la voz, sino la intención de ayudarlo, el deseo sincero de hacerlo mejorar y tornarse nuestro compañero, porque esa disposición nos da la autoridad moral sobre los espíritus inferiores. Es importante que no falte en nuestra mesa espírita el pan de la oración y la luz del amor. Basta casi siempre una sola palabra de amor sincero para calmar al espíritu más violento. El amor brota de la comprensión humana, de nuestra capacidad de colocarnos en pensamiento en el lugar y en la situación de la criatura que se llenó de odio y violencia en existencias brutales en que el amor no floreció en su corazón.

Una sesión espírita es un acto de amor. No es una ceremonia destinada a la finalidad egoísta de librarnos de espíritus-parásitos, atraídos y alimentados por nosotros mismos, sino con el objetivo de llevar ayuda espiritual a los que padecen. El Espiritismo nos enseña, como enseñó Jesús, que todos somos hermanos y compañeros, creados por Dios para un mismo destino de trascendencia, de elevación espiritual. Ese es el pensamiento central de la comprensión espírita y necesitamos darle eficacia, traducirla en acción.

Tratamos aquí de la sesión mediúmnica común, no de la sesión específica de desobsesión. La sesión rutinaria de los Centros es la que se realiza todas las semanas, en días y horas fijas, disponiendo de una frecuencia regular. Hay quien discrepa de esos trabajos públicos, alegando las exigencias de Kardec en la Sociedad Parisiense, cuando no permitía la presencia en las sesiones de personas que no tuviesen algún conocimiento doctrinario. La medida de Kardec era justa y necesaria en una fase en que el Espiritismo nacía, bajo un clamor universal de protestas y amenazas. Hoy estamos a más de un siglo de esa fase y el Espiritismo sólo es combatido por personas sistemáticas o ignorantes. La mayoría absoluta de las personas que buscan las sesiones está necesitada, tratándose generalmente de médiums en franco desarrollo de sus facultades. Negarles acceso a las sesiones seria como negarle a un sediento acceso a una fuente. La mediúmnidad no se desarrolla por el acaso y mucho menos bajo el poder mágico de la vara de Moisés, que sacó agua de la roca. En general, el desarrollo mediúmnico comienza por diversas perturbaciones y no es raro, por procesos obsesivos. No se puede esperar que una persona en estado de alteración psíquica vaya primero a estudiar una doctrina a través de largos cursos para después someterse a los métodos de cura. Por eso, en las instituciones bien dirigidas las sesiones mediúmnicas normales no se restringen a la práctica mediúmnica. Los trabajos se inician con una lectura o lección evangélica, de El Evangelio según El Espiritismo. Seguidamente se hace una exposición doctrinaria que prepara a los frecuentadores para los trabajos prácticos. Los médiums en desarrollo reciben el mensaje evangélico y las enseñanzas doctrinarias en dosis apropiadas e, inmediatamente, participan del trabajo mediúmnico. Eso contribuye a una comprensión simultánea de la doctrina, de su naturaleza cristiana, de su moral evangélica y de las relaciones directas y necesarias de la teoría y práctica del Espiritismo. Las críticas a ese método se refieren a la extensión de las sesiones. Pero es evidente que la preparación de las temas permite reducir la parte oral a los límites necesarios. El aprovechamiento verificado en los Grupos y Centros que usan este método prueban su validez. En los centros que realizan varias sesiones por semana, la división de los temas puede ser hecha con más amplitud, en varias sesiones. Esto no impide que, además de ese proceso sinérgico o gestáltico, en que el iniciante adquiere desde luego una visión global de la doctrina y de su práctica, el Centro mantenga, en cuanto sea posible, un curso especial doctrinario en otro día y horario.

Si es posible, sería conveniente intercalar los pases entre la parte evangélica y la doctrinaria. Si eso prolonga demasiado la sesión, se puede establecer una sesión especial para los pases, iniciando siempre con una exposición sobre el asunto.

La ventaja de hacer todo en secuencia, en una sola sesión, es la de dar al que se inicia, en dosis apropiadas y en una secuencia natural de tiempo, la práctica y comprensión de la unidad del problema espírita. Esa comprensión, infelizmente, falta hasta en los veteranos del trabajo espírita, debido a la dispersión e incluso a la restricción de las prácticas tradicionales de un aspecto de la doctrina. Claro que el problema de desobsesión en casos graves no puede ser tratado en sesiones de esa naturaleza. Para eso, los Centros bien orientados disponen de sesiones especiales, privadas, con médiums y adoctrinadores capacitados, y siempre que sea posible, con la participación de médicos espíritas conocidos por su desinterés profesional en casos de orden doctrinario. Colocamos estas situaciones teniendo en cuenta nuestra experiencia y de conjunto, observadas atentamente a través de los años de trabajo y estudio incesante. Cuando el sistema es bien aplicado, contando con elementos humanos dedicados, los resultados son siempre sorprendentes. No se trata de una innovación, sino la de una conjugación de prácticas tradicionales que, reunidas y articuladas, producen más y mejor.

En lo referente a la mediúmnidad es necesario el más riguroso criterio kardecista, basado en los libros específicos de Kardec: Instrucciones Prácticas sobre las Manifestaciones Espíritas y El Libro de los Médiums. Esa es la base necesaria e insustituible del estudio y enseñanza de la mediúmnidad. Libros como En lo Invisible, de Léon Denis, y los libros de orientación mediúmnica de Emmanuel y André Luiz pueden también ser usados como subsidiarios, pero jamás colocados como obras básicas de la doctrina. Sin ese criterio, muchos Centros y Grupos, y hasta grandes instituciones, caerían en un plano de misticismo iglesiero y de autoritarismo sacerdotal que desfiguran y ridiculizan el Espiritismo. Precisamos comprender que lidiamos con una doctrina revolucionaria, que debe modificar la rutina espiritual de la Tierra, abriendo las perspectivas de una nueva concepción del Espíritu. Sin eso, nuestra mesa sólo tendrá pan mustio y envejecido.

Tomado del libro: Mediúmnidad
Traducción del portugués: Oscar Cervantes Velásquez 

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                                                          REFLEXIÓN

Procura ser humilde en todas las circunstancias.
Humildad no es decir "si" a todo y a todos.
Ni es pregonar que somos humildes.
No es asentir a todo lo que los otros dicen.
¡No!
Humildad es saber exactamente lo que somos y lo que valemos.
Es conocernos a nosotros mismos, procurar corregir sinceramente nuestros defectos y no querer imponernos a los demás.
El que es humilde, generalmente no sabe que lo es.
Pero el que no es humilde, piensa que ya lo es.

-Aportado por Ángeles Calatayud, para Espíritas Kardecianos-

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                  Tesoros en el cielo


Pregunta: Que significado tiene la frase dicha por Jesús, “haceos tesoros en el cielo”?

“19No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.21Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
 (Lc. 12.32–34)

__El ser humano ha invertido sus valores en la vida. Nos afanamos tanto en adquirir bienes de consumo, de tener cosas materiales, de acumular riquezas, que nos olvidamos de la verdadera razón del por que hemos venido a la Tierra.
Si Uds supieran cuan difícil es el obtener una oportunidad de reencarnar valorarían más esta vida, y usarían al máximo las oportunidades que Dios nos da al permitirnos vivir esta existencia terrenal. El progreso moral y espiritual es lo único valioso  que podemos llevarnos al partir de este mundo. En los mundos y planos espirituales de nada sirve el oro que hayas acumulado, de nada te sirven los títulos o nombramientos, de nada te sirve la ilusión de poder que hoy disfrutas entre los tuyos, y entre tus semejantes. Es la Ley del Progreso y del Trabajo la que rige los mundos y las humanidades todas, el hacer buen uso de ella es la verdadera diferencia que nos separa del sufrimiento y que algún día podamos gozar de la eterna paz y felicidad.__
Fraternalmente
Rey Formoso

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