domingo, 25 de junio de 2017

Más allá de la vida



Hoy  abordamos los temas siguientes:

-¿Qué tenemos con Cristo ?
- Suicidas
- La causa de la guerra
- Más allá de la Vida







                                                                                              

                                           ¿ Qué tenemos con Cristo ?

"¡Ah! ¿Que tenemos contigo, Jesús Nazareno? ¿Viniste a destruirnos? Bien se quién eres: el Santo de Dios". - (Marcos, 1 24.)

Gran error suponer que el Divino Maestro hubiese terminado el servicio activo, en el Calvario.
Jesús continua caminando en todas las direcciones del mundo; su Evangelio redentor va triunfando, palmo a palmo, en el terreno de los corazones.
Semejante circunstancia debe ser recordada porque también los Espíritus maléficos intentan repeler al Señor diariamente.
Se refiere el evangelista a entidades perversas que se enseñoreaban del cuerpo de la criatura. Entretanto, esas inteligencias infernales prosiguen dominando vastos organismos del mundo.
En la edificación de la política, erguida para mantener los principios del orden divino, surgen bajo los nombres de discordia y tiranía; en el comercio, formado para establecer la fraternidad, aparecen con los apellidos de ambición y egoísmo; en las religiones y en las ciencias, organizaciones sagradas del progreso universal, acuden por las denominaciones de orgullo, vanidad, dogmatismo e intolerancia sectaria.
No solamente el cuerpo de las criaturas humanas padece la obsesión de Espíritus perversos. Las agrupaciones e instituciones de los hombres sufren mucho más.
Y cuando Jesús se aproxima, a través del Evangelio, personas y organizaciones indagan con prisa: "¿Que tenemos con Cristo? ¿Qué tenemos que ver con la vida espiritual?"
Es necesario permanecer vigilante al frente de tales sutilezas, por cuanto el adversario va penetrando también los círculos del Espiritismo evangélico, vestido con las túnicas brillantes de la falsa ciencia.
                            ………………………..

En este pasaje  vemos a los espíritus perversos  como lobos hambrientos, sintiéndose acorralados por Jesús,  y al no querer soltar su presa humana, se resisten y se le enfrentan, con el temor  evidente ante su poder, reconociendo  su superioridad divina,  por eso precisamente hacen como que no le conocen , no teniendo nada que ver con El. Y ciertamente que nada en común tenían con Él, salvo el hecho de ser espíritus  creados por el mismo Padre, aunque casi infinitamente distanciados con respecto al  Gran Espíritu de Jesús.
  Ciertamente sería un error creer que Jesús  en la actualidad  ya culminó su misión, pues vemos como su enseñanza evangélica  aún sigue avanzando en todos los ambientes y en toda la Tierra. Y debemos ser conscientes que ahí es en donde entra nuestra función  de obreros de la última hora, como brazos  activos  y eficaces del Maestro en un trabajo que está aún por culminar, y nuestra presencia física en el mundo debe ser valorada  en cuanto a lo buena  que pueda ser  nuestra aportación al trabajo que quedó pendiente en la viña del Señor.
   Los espíritus maléficos no solamente influyen y hasta dominan cuerpos humanos sobre los que se enseñorean, sino que en todas las instancias sociales humanas, dejan en este final de los tiempos, hacer notar su influencia,  tratando de ganar la batalla final contra el Cristo para evitar ser arrojados de la Tierra, tal y como intuyen o saben  que les sucederá,  tal como los del relato evangélico que  temían ser destruidos por Jesús, o expulsados de la víctima que poseían. Así, se puede notar ya su influencia sobre las instancias políticas de las naciones, sobre los decretos y determinaciones morales que los gobiernos imponen al pueblo, al que siguen manteniendo en la ignorancia para poder someterlos mas fácilmente a sus designios. 
      Influyen  también en la ciencia oficial en donde  se mantienen  postulados  materialistas, opuestos a toda idea de espiritualidad. Vemos como las iglesias y religiones se apegan a sus dogmas que desfiguran y desdicen la realidad de la existencia de Dios y del espíritu.etc.
    Y lo mas triste , es cuando también constatamos como en las filas del Espiritismo, también ha penetrado un  cierto tufillo a espiritualidad atrasada, a bajo astral disimulado y camuflado  en un afán de liderazgos, de grupos y organizaciones que tratan de resaltarlo solamente en cuanto a su parte científica o filosófica, pero olvidando tantas veces la parte moral, porque huyen de que parezca una religión más. Grupos que se dicen espíritas y que mezclan  conceptos parapsicológicos, esotéricos, indúes, budistas, etc.
      En todas estas agrupaciones de la fantasía esotérica que se creen en posesión de verdades absolutas y que enturbian el Espiritismo con sus extrañas doctrinas y en donde  los defectos morales de los espíritas son bien aprovechados por esas legiones de espíritus dedicados a  borrar y a confundir la presencia de  Cristo que  sienten entre nosotros, y al que pretenden ignorar y confundir, pero ellos  en el fondo saben ciertamente que por mucho que ahora urdan contra el mensaje evangélico de Jesús y  la Doctrina  Espírita del Codificador Allan Kardec,  esa es una guerra que finalmente tendrán  perdida, aunque ahora  aparentemente puedan ganar algunas batallas.
    No podemos los espíritas olvidar  que en el Espiritismo, hay tres aspectos importantes que no pueden, ignorarse entre ellos porque van unidos indisolublemente  tal como  en el cuerpo de una   banqueta que necesita de las tres patas que la sostienen para seguir cumpliendo su función y no dejar de ser banqueta ; las tres  necesarias para que se sostenga en pie, y estos aspectos son: Filosofía, que da  luz a la razón para avanzar en el conocimiento  que nos explica y aclara los por qué de la vida  humana; Ciencia, como ciencia de observación que experimenta y analiza las relaciones entre los seres humanos y los seres que pueblan los planos espirituales; y finalmente el de la Moral, que viene a ser el fundamento y conclusión de los anteriores , y constituye una auténtica religión  exclusivamente ética y moral, que aclara o amplía los preceptos del Evangelio de Jesús; un auténtico religare del hombre con su Creador.
    Analicemos todo en su aspecto ético y moral, llevando a Cristo por bandera, sabiendo que Él es el camino, la verdad y la vida,   para guiar  nuestro criterio, y así distinguiremos mejor esos “demonios escondidos” que  acechan a Cristo en nuestras vidas.

- Jose Luis Martín-

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                            SUICIDAS
                                        UN ATEO
M.J. B.D... era un hombre de instrucción, pero imbuido hasta el último grado en las ideas
materialistas. No creía en Dios ni en su alma. Fue evocado dos años después de su muerte en la
Sociedad de París, a petición de uno de sus parientes.
1. Evocación.
R. Sufro, soy réprobo.
2. Se nos ha rogado que os llamásemos de parte de vuestros parientes que desean conocer
vuestra suerte. ¿Queréis expresarnos si nuestra evocación os es agradable o penosa?
R. Penosa.
3. ¿Vuestra muerte ha sido voluntaria?
R. Sí.
El espíritu escribe con dificultad. La escritura es muy grande, irregular, convulsiva y casi ilegible. Al principio demuestra cólera, rompe el lápiz y desgarra el papel.
4. Tened más calma, todos rogaremos a Dios por vos.
R. Me veo forzado a creer en Dios.
5. ¿Qué motivo os condujo a vuestra destrucción?
R. Fastidio de la vida sin esperanza.
Se concibe el suicidio cuando se vive sin esperanza. Se quiere evitar la desgracia a todo precio. Con el Espiritismo, el porvenir se desarrolla y la esperanza se legitima. El suicidio no tiene, pues, objeto. Al contrario, se reconoce que por este medio se evita un mal para caer en otro que es cien veces peor. He aquí por qué el Espiritismo ha arrancado tantas víctimas a la muerte voluntaria. Los que se esfuerzan en acreditar con sofismas científicos, y a pretensión de tener la razón de su parte, la idea desconsoladora, origen de tantos males y crímenes, de que todo acaba con la vida, son muy culpables. Serán responsables, no sólo de sus propios errores, sino de todos los males de que habrán sido causa.
6. Quisisteis evadiros de las vicisitudes de la vida, ¿habéis ganado en ello algo? ¿Sois más
feliz ahora?
R. ¿Por qué no existe la nada?
7. ¿Queréis tener la bondad de describirnos vuestra situación lo mejor que podáis?
R. Sufro cuando me veo obligado a creer todo lo que negaba. Mi alma está como en ascuas, atormentada horriblemente.
8. ¿De dónde sacasteis las ideas materialistas que teníais en vuestra vida?
R. En otra existencia había sido malo, y mi espíritu estaba condenado a sufrir los tormentos
de la duda, durante mi vida, bajo cuyos impulsos me suicidé.
Hay aquí todo un orden de ideas. Se pregunta uno muchas veces cómo puede haber materialistas, puesto que habiendo ya pasado por el mundo espiritual deberían tener de él la intuición. Pero, precisamente, esta intuición se niega a ciertos espíritus que han conservado su orgullo, y no se arrepintieron de sus faltas. Su prueba consiste en adquirir, durante la vida corporal, y por su propia razón, la prueba de la existencia de Dios y de la vida futura, que tienen incesantemente a la vista, pero con frecuencia la presunción de no admitir nada fuera de sus conocimientos domina todavía, y sufren la pena hasta que, vencido su orgullo, se rinden por fin a la evidencia.
9. ¿Cuando os ahogasteis, qué pensabais que vendría a ser de vos? ¿Qué reflexiones hicisteis
en aquel momento?
R. Ninguna, era la nada para mí. He visto después que, no habiendo sufrido toda mi
condena, tenía aún que sufrir mucho más.
l0. ¿Estáis ahora bien convencido de la existencia de Dios, del alma y de la vida futura?
R. ¡Demasiado me atormenta esta idea!
11. ¿Habéis vuelto a ver a vuestro hermano?
R. ¡Oh! No.
12. ¿Por qué?
R. ¿Por qué queréis que unamos nuestros tormentos? Nos separamos en la desgracia, nos
uniremos en la felicidad.
13. ¿Tendríais placer de volver a ver a vuestro hermano? ¿Podríamos llamarle para que
viniera a vuestro lado?
R. No, no, estoy demasiado bajo.
14. ¿Por qué no queréis que le llamemos?
R. Porque tampoco es feliz.
15. ¿Acaso teméis su presencia? ¡Quizá podría haceros bien!
R. No, más tarde.
16. ¿Deseáis expresar algo a vuestros parientes?
R. Que recen por mí.
17. Parece que en la sociedad que frecuentabais, algunas personas participan de las
opiniones que teníais en vuestra vida. ¿Tendréis que informarles algo con este objeto?
R. Ah, ¡desgraciados! ¡Ojalá creyesen en otra vida! Ésta es la mayor felicidad que puedo
desearles. Si pudieran comprender mi triste situación, mucho les haría reflexionar.
Evocación del hermano del precedente, que profesaba las mismas ideas, pero que no se
había suicidado. Aunque desgraciado, tiene más calma. Su escritura es clara y legible.
18. Evocación.
R. ¡Si el cuadro de nuestros sufrimientos pudiera serviros de lección útil y persuadiros de
que existe otra vida donde se expían las faltas, la incredulidad!
19. ¿Os veis recíprocamente con vuestro hermano, a quien acabamos de llamar?
R. No, huye de mí.
Podría preguntarse cómo pueden los espíritus huir en el mundo espiritual, donde no existen obstáculos materiales ni retiros ocultos a la vista. Todo es relativo en ese mundo, y en conexión con la naturaleza fluídica de los seres que lo habitan. Sólo los espíritus superiores tienen percepciones indefinidas. En los espíritus inferiores son limitadas, y para ellos, los obstáculos fluídicos hacen el efecto de los obstáculos materiales.
Los espíritus se ocultan los unos de los otros por un efecto de su voluntad, que obra sobre su envoltura periespiritual y los fluidos ambientes. Pero la Providencia, que vela sobre cada uno individualmente como sobre sus hijos, les concede o rehúsa esta facultad en virtud de las disposiciones morales de cada uno, y según las circunstancias es un castigo o una recompensa.
20. Toda vez que estáis más tranquilo que él, ¿podríais darnos una descripción más precisa
de vuestros sufrimientos?
R. Cuando en la Tierra os veis obligados a confesar vuestros defectos, ¿no sufre vuestro
amor propio y vuestro orgullo? ¿No se rebela vuestro espíritu al veros humillados ante aquel que os demuestra que estáis en el error? Pues bien. ¿Qué creéis que sufre el espíritu que, durante una existencia, ha vivido persuadido de que nada existe después de él, que tiene razón contra todos?
Cuando de repente se encuentra en frente de la verdad resplandeciente, se aniquila, se humilla. A esto se agregan los remordimientos de haber podido olvidar por tanto tiempo la existencia de un Dios tan bueno, tan indulgente. Su estado es insoportable, no encuentra calma ni reposo. No encontrará tranquilidad hasta el momento en que la gracia santa, esto es, el amor de Dios, le conmueva, porque el orgullo se apodera de tal modo de nuestro pobre espíritu, que le envuelve enteramente, y le falta aún mucho tiempo para deshacerse de ese hábito fatal. Sólo la oración de nuestros hermanos puede ayudarnos a deshacernos de él.
21. ¿Queréis hablar de vuestros hermanos encarnados o de los espíritus?
R. De los unos y los otros.
22. Mientras que nos comunicábamos con vuestro hermano, una persona aquí presente ha
rogado por él. ¿Esta oración, le ha sido útil?
R. No se perderá... Si ahora rechaza la gracia, ésta le volverá cuando esté en estado de poder recurrir a esta divina panacea.
Vemos aquí otro género de castigo, pero que no es el mismo en todos los incrédulos. Independientemente del sufrimiento, hay la precisión, para este espíritu, de reconocer las verdades de que había renegado en su vida.
Sus ideas actuales denotan cierto progreso, comparativamente a otros espíritus que persisten en la negación de Dios. Esto ya es algo, y un principio de humildad el convenir en que se ha equivocado. Es más probable que, en su próxima encarnación, la incredulidad habrá hecho lugar al sentimiento innato de la fe.
Habiéndose transmitido el resultado de estas dos evocaciones a la persona que las había
solicitado, recibimos de esta última la contestación siguiente:
“Caballero, no os podéis figurar cuánto bien me han hecho las evocaciones de mi suegro y
de mi tío. Los hemos reconocido enteramente. La escritura del primero, sobre todo, tiene una analogía admirable con la que tenía en su vida. Tanto más que durante los últimos meses que ha pasado con nosotros era sobarbada e indescifrable. Se encuentra en dicha escritura la misma forma de los palos de la rúbrica y de ciertas letras. En cuanto a las palabras, a las expresiones y al estilo, es todavía más notable. Para nosotros la analogía es perfecta excepto que se halla más ilustrado acerca de Dios, el alma y la eternidad que negaba tan formalmente en otro tiempo. Estamos, pues, enteramente convencidos de su identidad. Dios será glorificado por nuestra creencia más firme en el Espiritismo, y nuestros hermanos, espíritus y encarnados, vendrán a ser mejores.
“La identidad de su hermano es menos evidente. Con la diferencia inmensa del ateo al
creyente, hemos reconocido su carácter, su estilo, su giro en las frases. Una palabra sobre todo nos ha sorprendido, es la de panacea; ésta era su palabra de costumbre, la decía y la repetía a todos a cada instante.
“He comunicado estas dos evocaciones a muchas personas, que se han quedado pasmadas de
su veracidad. Pero los incrédulos, los que tienen las opiniones de mis dos parientes, hubieranquerido respuestas aún más categóricas: que M. D..., por ejemplo, precisase el paraje donde ha sido enterrado, aquel en que se ha ahogado, de qué manera fue recogido su cadáver. Para satisfacerles y convencerles, ¿no podríais evocarle de nuevo? En este caso, ¿tendréis la bondad de dirigirles las preguntas siguientes?: ¿Dónde y cómo ejecutó su suicidio?, ¿cuánto tiempo permaneció bajo el agua?, ¿en qué sitio fue enterrado?, ¿de qué manera, civil o religiosa, se procedió a su inhumación?,
etc.
“Os suplico tengáis a bien hacer que se conteste categóricamente a estas preguntas, que son esenciales para los que dudan todavía. Estoy persuadido del bien inmenso que eso produciría. Hago de modo que mi carta os llegue mañana viernes, a fin de que podáis hacer esta evocación en la sesión de la Sociedad, que debe tener lugar dicho día... etc.”
Hemos reproducido esta carta a causa del hecho de identidad que acredita. Nosotros añadimos aquí la respuesta que hemos dado, para instrucción de las personas que no están familiarizadas con las comunicaciones de ultratumba.
“...Las preguntas que deseáis que dirijamos de nuevo al espíritu de vuestro suegro son sin
duda dictadas con la laudable intención de convencer incrédulos, porque en ellas no vemos en vos ningún sentimiento de duda ni de curiosidad. Pero un conocimiento más perfecto de la ciencia espiritista os hubiera convencido de que eran superfluas. En primer lugar, me suplicáis que haga responder categóricamente a vuestro pariente: ¿ignoráis, sin duda, que no podemos gobernar a los espíritus a nuestro gusto? Responden cuando quieren, como quieren y a menudo como pueden. Su libertad de acción es todavía más grande que en su vida y tienen más medios de evitar la presión moral que se quisiera ejercer sobre ellos.
“Las mejores pruebas de identidad son las que dan espontánea y voluntariamente, o que
nacen de las circunstancias y casi siempre es inútil provocarlas. Vuestro pariente ha probado su identidad de una manera irrecusable según vos. Es, pues, más que probable que rehusaría responder a preguntas que justamente pueden considerarse como superfluas y hechas con la idea de satisfacer la curiosidad de personas que le son indiferentes.
“Podría responder, como han hecho muchas veces otros espíritus en semejante caso: «¿Para qué preguntarme cuestiones que sabéis?» Añadiré también que en el estado de turbación y de sufrimiento en que se encuentra, deben serle más penosas las investigaciones de este género. Es exactamente igual que si se quisiese obligar a un enfermo, que apenas puede pensar y hablar, a contar los detalles de su vida. Esto sería seguramente faltar a los miramientos que se deben a su situación.
“En cuanto al resultado que esperáis, estad persuadido de que sería nulo. Las pruebas de
identidad que se han suministrado tienen mayor valor, por lo mismo que son espontáneas, y nada podría sospecharse sobre el modo como se dieron. Si los incrédulos no están satisfechos de ellas, quizá lo estarían menos por medio de preguntas preparadas que podrían dar lugar a sospechas de connivencia. Hay gentes a quienes nada puede convencer. Verían con sus propios ojos a vuestro pariente en persona, y se creerían juguete de una alucinación.
“Me resta dirigiros aún dos palabras, sobre la súplica que hacéis de que se haga esta
evocación el mismo día en que recibiera vuestra carta. Las evocaciones no se hacen así, con el talismán. Los espíritus no responden siempre a nuestro llamamiento. Es preciso para esto que lo puedan o que lo quieran. Es necesario, además, un médium que les convenga, y que tenga la aptitud especial indispensable, que este médium esté disponible en un momento dado, que el centro sea simpático al espíritu, etc., circunstancias todas de las que no se puede jamás responder, y que importa conocer, tratándose de hacer las cosas con la formalidad necesaria.”
ALLAN KARDEC.

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                            LA CAUSA DE LA GUERRA


¿Qué causa arrastra al hombre a la guerra? 
«Predominio de la naturaleza animal sobre la espiritual y dominación de las pasiones.- En 
estado de barbarie, los pueblos no conocen otro derecho que el del más fuerte, y de aquí que 
la guerra sea su estado normal. A medida que el hombre progresa, se hace menos frecuente 
aquélla; porque éste evita sus causas, y cuando la guerra es necesaria, el hombre la hace con 
humanidad». 
. ¿Desaparecerá algún día la guerra de la tierra? 
«Sí, cuando los hombres comprendan la justicia, y practiquen la ley de Dios; entonces 
serán hermanos todos los pueblos». 
. ¿Cuál ha sido el objeto de la Providencia, haciendo necesaria la guerra? 
«La libertad y el progreso». 
Si la guerra ha de producir el efecto de llegar a la libertad, ¿a qué se debe que tenga con 
frecuencia por fin y resultado la dominación? 
«Dominación momentánea para cansar a los pueblos, a fin de hacerles llegar más pronto».. 
. ¿Qué debemos pensar del que suscita la guerra en beneficio suyo? 
«Este es el verdadero culpable, y le serán precisas muchas existencias para expiar todos 
los asesinatos, que con su conducta habrá originado, porque responderá de cada hombre cuya
muerte haya causado por satisfacer su ambición». 
EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS 
ALLAN KARDEC 

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Si está usted  deprimido, usted está viviendo el pasado;
Si usted está ansioso, usted está viviendo en el futuro;
Si usted está en paz, usted está viviendo el momento presente.
-Lao-Tse -
                               
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MÁS ALLÁ DE LA VIDA

           

¿El qué nos espera después de la muerte física?


Esta es una pregunta que muchos se hacen. Ante el desconocimiento de lo que nos aguarda, alimentan el terror a la muerte.
Personas hay que ni tan siquiera osan mencionar la palabra, como si eso fuese atraer el suceso para sí o para los suyos. Pero eso no impide que la muerte llegue.
El miedo a morir está mucho en función del desconocimiento de que más allá de la vida corporal existe la verdadera, la vida espiritual.
Aunque algunos aún lo dudan, es una certeza. El Dr. Raymond Moody Jr., con residencia en la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia, en los Estados Unidos, posee una larga experiencia sobre el asunto.
Con varios libros publicados, él relata  casos de pacientes que tuvieron. Experiencias de Casi Muerte. Esto es, personas que sufrieron problemas graves, que casi les condujeron a la muerte y después regresaron, contando lo que les aconteció durante aquel periodo.
Aunque hay algunos que tratan tales relatos como alucinación, no se puede concebir que, al retornar al cuerpo, después de la muerte aparente, tales criaturas relaten hechos, situaciones, casi siempre confirmadas.
Más recientemente, el Dr. Moody pasó a analizar el caso de niños que sufrieron una muerte aparente.
Porque, dice él, si el adulto tuvo tiempo para ser influenciado y modelado por las experiencias de su vida y de sus creencias religiosas, los niños no están profundamente influenciados por el ambiente cultural y en ellos la experiencia adquiere un cierto frescor.
Es el caso de la niña de siete años que, al atravesar un trecho congelado de un río, cayó y se golpeó la cabeza. Se desmayó y permaneció inconsciente durante doce horas.
Durante ese tiempo, el médico no sabía si la niña iba a vivir o a morir.
La pequeña se vio en un jardín extraodinariamente bello, con flores semejantes a dalias enormes.
Miró alrededor y vio un ser. Se sintió amada y  reconfortada por su presencia. Fue una sensación deliciosa, como jamás había experimentado antes en su vida.
El ser entonces le dijo: Vas a regresar. Y ella respondió: Si.
El ser le preguntó por qué ella quería retornar a su cuerpo y ella le dijo: Porque mi madre precisa de mi.
Después de eso, se sintió descendiendo por un túnel. Se encontró en la cama, se levantó y dijo : ¡ Hola mamá !.
Esta es una buena evidencia de que hay vida después de la muerte.
Proseguiremos viviendo, sí, porque el Espíritu es inmortal y habrá de volver, muchas veces aún, al escenario de la Tierra, hasta su completa depuración.
*   *   *
Cuando las criaturas relatan sus Experiencias de Casi Muerte, se constata que un número sorprendente de ellas se ven en cuerpos espirituales adultos.
Tal hecho está llevando a exponentes de la Psiquiatría, de la Psicología y del Psicoanálisis, a la conclusión de que el hombre no es un ser físico viviendo experiencias espirituales, sino un ser espiritual, temporalmente ligado a un cuerpo físico.
Es la Ciencia llevando al hombre a reconocer las verdades ya promulgadas desde la remota Antigüedad y divulgadas por Cristo.
Redacción de Momento Espírita, con base en el cap. 3,
del libro La luz del Más Allá, de Raymond Moody, Jr.,

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