viernes, 10 de enero de 2014

BREVE REFLEXIÓN SOBRE EL PAPEL DE LA MUJER EN EL MUNDO

La prensa internacional notificó recientemente que las mujeres reivindican la posibilidad de dirigir vehículos automáticos en Arabia Saudita. Destaca que activistas iniciaron una campaña para que consigan el permiso para conducir en las avenidas y calles sauditas. Ese tipo de comportamiento nos remite para los oscuros escenarios medievales. ¡Qué absurdo! En pleno siglo XXI aun tengamos que convivir con esa situación discriminatoria contra la mujer. Hay actualmente una ingente lucha de la mujer (cada mujer en su actividad, en su día a día) para la obtención de un espacio para su crecimiento como persona. La búsqueda de nuevos caminos profesionales para la mujer hoy toma cuenta de casi todas las familias, en función también de las nuevas necesidades que cada día surgen en nuestra civilización. Sin embargo, no siempre fue así: según las Escrituras- la mujer es responsable por la proscripción del hombre; ella pierde Adán y, con el, a toda la Humanidad; traicionó a Sansón. Un pasaje del Eclesiastés la declara “una cosa más amarga que la muerte”. El casamiento mismo parece un mal: “(…) los que tienen esposas sean como si no las tuviesen”. Exclama Paulo a los Colosenses, a los Efesios. Realmente, hubo un periodo más oscuro en que el cristianismo “oficial” no comprendió a la mujer. Sus representantes (monjes y padres), viviendo en el celibato, lejos de la familia, no podían apreciar el poder y el encanto de ese delicado ser, en quien divisaban antes un peligro. En contra partida a ese cruel tratamiento de la iglesia, la mujer era considerada sacerdotisa en los tiempos védicos; al altar domestico, íntimamente asociada, en Egipto en Grecia, en Galia, las ceremonias del culto, por todas partes era la mujer objeto de una iniciación, de una enseñanza especial, que de ella hacían un ser casi divino, el hada protectora, el genio del hogar, la custodia de las fuentes de la vida. (1) La situación de la mujer, en la civilización contemporánea, aun es difícil y bastante sufrida. Como vimos en las noticias de antes, no siempre la mujer tiene de su parte los derechos y las leyes; muchos peligros la cercan, si ella titubea, si sucumbe, normalmente no se le tiende una mano amiga. ¡Y lo peor! La corrupción de los valores morales hace de la mujer la victima del momento. Sin embargo la Doctrina Espirita restituye a ella su verdadero lugar en la familia y en la obra social, indicándole sublime función que le cabe desempeñar en la educación y en el adelantamiento de la Humanidad. El Espiritismo la atrae y le satisface las aspiraciones del corazón, las necesidades de ternura, que se extienden, para más allá de su círculo de vida física. De ahí la necesidad de desenvolver en la mujer, al mismo tiempo en que los poderes intuitivos, sus admirables cualidades morales, el olvido de sí misma, el júbilo por el sacrificio, en una palabra, el sentimiento de los deberes y de las responsabilidades inherentes para su misión sublime. La mujer tiene que hacerse mariposa; ella tiene que salir de su capullo; y reconquistar sus derechos, que son divinos; como el la mariposa nocturna, lanzarse en la atmósfera y reencontrar el clima de su justo valor. Hasta porque si el agente educador por excelencia fuera reducido al estado de nulidad, la sociedad vacilará. Es lo que debéis comprender en el siglo diecinueve. (2) El espiritismo defiende la tesis de que son iguales ante Dios el hombre y la mujer y tienen los mismos derechos, pues ambos poseen la facultad de progresar (3) y si en algunos países la mujer es considerada inferior, eso es resultado del predominio injusto y cruel que sobre ella asumió el hombre. Es el resultado de las instituciones sociales y del abuso de la fuerza sobre la debilidad. Entre hombres moralmente poco adelantados, la fuerza se hace derecho. (4) Más, las funciones a que la mujer es destinada por la Naturaleza tendrán importancia tan grande como las destinadas al hombre e incluso mayor. Es ella quien le da las primeras nociones de la vida. (5) Siendo así, una legislación, para ser perfectamente justa, debe consagrar la igualdad de los derechos del hombre y de la mujer, sin embargo con funciones diversas. Pues es preciso que cada uno esté en el lugar que le corresponde. Se ocupe del exterior el hombre y del interior la mujer, cada uno de acuerdo con su aptitud. (6) Con mucha razón la ley humana, para ser equitativa, debe consagrar la igualdad de los derechos del hombre y de la mujer. Todo privilegio a uno u a otro concedido es contrario a la justicia. La emancipación de la mujer acompaña el progreso de la civilización. Su esclavización marcha de par con la barbarie. Los sexos, más allá de eso solo existen en la organización física. Visto que los Espíritus pueden encarnar en uno y en otro, bajo ese aspecto ninguna diferencia hay entre ellos. Deben, por consiguiente, gozar de los mismos derechos. (7) En el reciente pasado la mujer no tenia voz, no tenía voluntades y acreditaban que ni siquiera tenía alma. Este tema fue hasta discutido en un concilio en el año 585, no solo discutían si la mujer tendría alma, más también decía que la naturaleza de la mujer era mala, era culpada de males, porque (como vimos más arriba) en la Biblia consta que ella es quien acepto la sugestión de la serpiente y desvió a Adán de la obediencia de Dios. Como reacción a esa milenaria subyugación de la mujer, actualmente ocurren extremismos preocupantes en su estructura psicológica. La miseria, las lágrimas, la prostitución, el suicidio – tal es el destino de gran número de infelices mujeres en nuestras sociedades opulentas y materialistas. Muchas mujeres radicalizan. Su cuerpo es considerado solo de ella, ella hace lo que bien le parece, no debe nada a nadie. El desafió está puesto. El desafió es encontrar el medio termino, el punto acertado, y el equilibrio momentáneo para la mujer moderna. Por tanto, al ser mujer y ser madre se colocan como desafíos cotidianos, a ser enfrentados. Hace dos mil años Jesús propuso dar a la mujer una condición de “status” social igual a la del hombre. En verdad de ella proviene la vida; y ella la propia fuente de esta, la regeneradora de la raza humana, que no subsiste y se renueve sino por su amor y sus tiernos cuidados. (8) Todo inocuo argumento machista de la mujer ser apenas la sombra del marido, procreadora por excelencia, objeto de placer o apenas alguien que toma cuenta de la casa, es evidente que precisa ser aclarado y rehecho, por ser fenómeno extemporáneo. (9) Concebimos hasta que la mujer deba reducir, cuanto se fuera posible, el tiempo gastado en el trabajo profesional y se esforzase más en la tarea de la educación de sus hijos, prefiriendo ganar un poco menos en valores materiales y potencializando sus tesoros espirituales. Sabemos que actualmente no está fácil esa tarea, pues la sociedad se inclino ante el consumismo materialista, secuestrando a la mujer del hogar para clausurarla en las funciones hodiernas a veces subalternas a su grandeza y casi siempre extrañas a su naturaleza. (10) La administración de una familia, actualmente, es tarea extremamente importante. Dentro de esa pequeña republica hay el factor económico, las reglas, la disciplina, el celo, las tradiciones y la responsabilidad de formación moral e intelectual de los hijos. La mujer debe conciliar el papel de madre y esposa, algunas veces dejado de lado. Por eso es importante no permitir que la competición de la pareja, las presiones del estatus, del dinero y del destaque social roben el equilibrio que la felicidad de la familia requiere. (11) Nada más justo que la lucha por la causa de mayor libertad y derecho para ella. Al final en el Orden Divino no hay distinción entre los dos seres. Sin embargo, urge mucha cautela. Los movimientos feministas aunque tengan su valor, acostumbran a caer en el radicalismo queriendo hacer de la participación natural una imposición. Muchas veces, en sus intuicioes, al lado de comprensibles pleitos, enuncia propósitos que harían de la mujer, no más mujer, más una imitación del hombre. En sintonía con los pleitos femeninos, actualmente, en las huestes espiritas, se observa a la mujer no apenas trabajando como médiums en el campo de la mediúmnidad, más también la encontramos dialogando con los espíritus, dirigiendo reuniones mediúmnicos, instruyendo y preparando nuevos trabajadores en el campo de la mediúmnidad, escribiendo para esclarecer y orientar la practica mediúmnica. Es el Espiritismo, esta bendecida doctrina la que nos permite eso, ella no apenas nos ilumina individualmente, nos consuela y nos alienta, ella también enseña, que estemos encarnados como hombres o como mujeres, nos unamos en nuestros esfuerzos y juntos continuemos para realizar el sublime intercambio espiritual. Jorge Hessen ****************************
NUESTRAS RAZONES Los espíritas, por algún motivo especial parece que estamos inclinados a “complicarnos la existencia”. Me refiero al hecho de que cuanto más nos metemos y profundizamos en el aprendizaje y las experiencias del Espiritismo y todo lo que le rodea, más y más queremos ahondar en sus profundidades, adquiriendo compromisos a veces más allá de nuestras posibilidades reales para poder afrontar con constancia en toda su extensión. Los motivos que nos impulsan suelen ser justificados ante nosotros mismos como “el deseo de aprender cada vez más”. Cuando este motivo ,es realmente cierto, nos cabría preguntar, ¿ para qué ?; ¿ tal vez, para ayudar más a alguien?; ¿ porque así podemos contribuir mejor al desarrollo y expansión de una doctrina o de un conocimiento que cuando se popularice más, gracias a la difusión que cada uno pueda hacer, pues este es el mejor aporte que podemos dar a esta gran doctrina de los Espíritus, puede ser un factor para mejorar eficazmente a esta humanidad para que alcancemos niveles nunca antes vividos, de solidaridad, de paz y de amor entre todos los seres humanos, de modo que las sociedades del mundo se sientan más solidarias y fraternas entre sí de lo que lo fueron antes nunca? . Cuando realmente los motivos que nos impulsan a “complicarnos más la vida”, son los enumerados anteriormente, la justificación es noble y muy loable, pero,¿ realmente en todos los casos son estos los motivos que nos impulsan a todos?. Yo me planteo si no será también en algunos casos un afán de saber más y conocer más, para afianzar nuestra propia seguridad interior, porque en el fondo, necesitamos a cada paso que nos convenzan de lo que decimos creer o mantener. También puede ser que , sencillamente, haya algunos casos de mera curiosidad, para ver si por fin, caminando por los misterios del intercambio mediúmnico, presenciamos algún fenómeno mediúmnico o paranormal, que nos dé mas apoyo a nuestra fe y a los argumentos que empleamos de cara a los demás, en un afán de hacer proselitismo , buscando la admiración, y la credulidad de esos que nos admiran, lograr un convencimiento y una seguridad en nuestros planteamientos y testimonios. Un modo de sentirnos superiores, dando satisfacción a nuestro orgullo, al lograr una admiración hacia nuestro saber o hacia nuestra experiencia y seguridad, que alimente nuestro ego . En el fondo, creo que es posible que muchos, tal vez puede ser que lo que persigan sea la admiración y el cariño de los demás, de lo que no pueden prescindir, sintiéndose un poco “ superiores” al común de los mortales, gracias a sus reconocidos conocimientos , saberes y experiencias, y lo peor de todo: dando una imagen de virtud o de madurez moral, de la que en el fondo en realidad carecen. Hay quien ha leído muchos libros espíritas, y cree por ello saber mucho; otros tienen una larga experiencia de años por su permanencia en el seno de grupos o sociedades espíritas, y eso les hace sentir con cierta autoridad en el campo espírita, con respecto a los “advenedizos” llegados hace menos tiempo; otros han acudido además a tantos y tantos congresos y han escuchado tantas y tantas conferencia brillantes o magistrales, e incluso, las han impartido...., pero, ¿ eso es suficiente?; ¿ con todas las cosas reseñadas, han colmado el tope de lo que se puede lograr, asegurando un lugar de privilegio después, en el mundo espiritual, cuando les llegue la hora de regresar a él?; ¿ es posible que piensen de verdad, que el cariño y las alabanzas de los hombres aquí, les van a situar igualmente después en el más allá?. Todo lo reseñado, está muy bien y es necesario como formación necesaria que todo espírita, como cristiano portador y partícipe en la tercera revelación, debe conocer para con ello iluminar su vida, dando luz a las vidas de los demás, pero lo que no se nos puede olvidar a nadie, es la necesidad individual de cada uno, que todos tenemos en cuanto a la práctica de lo sabido como hermosa teoría. Y no me refiero ya a la práctica mediúmnica o en la de aplicar pases magnéticos o espíritas; me refiero a la práctica de la caridad con los demás; a la práctica del mejoramiento íntimo, luchando contra nuestros defectos morales y nuestras inclinaciones negativas en el día a día; reeducándonos como cristianos de verdad, con la base sólida, no ya del conocimiento teórico de la Codificación, del Evangelio o de otras elevadas obras espíritas, sino con la verdadera base del ejemplo a los demás con nuestra entrega y nuestra caridad en tantas facetas y oportunidades como nos ofrece la vida. No olvidemos nunca que al verdadero espírita se le conocerá por su transformación moral, y esta se produce no con la exposición hueca de una bella teoría doctrinal, sino con esa práctica diaria de la caridad y de la automejora moral, que es el verdadero fruto de los espíritas, y que como imagen evidente, esto siempre habla más que mil palabras. Vamos a comenzar a aplicarnos la máxima de Kardec, cuando afirmó que “fuera de la Caridad no hay salvación”. Por supuesto, es ineludible que debemos formarnos a fondo en la doctrina que amamos y sustentamos, la espírita, en todas sus facetas y aspectos basados a partir de las obras codificadas por Kardec: ciencia, filosofía y moral, así como de tantos buenos autores espíritas, que con sus obras han iluminado y allanado el camino del conocimiento espiritual, y más concretamente, del conocimiento espírita, pero sobre todo refrendemos estos conocimientos con la necesaria transformación moral, evidente para los demás que conociéndonos de un antes, nos puedan comparar indeleblemente con un después que es ahora en nuestro día a día actual, y que ese cambio moral, en una introspección íntima, también pueda ser sentido por nosotros mismos, como indicativo de que vamos por el buen camino. Este propósito que actúa como motor que empuja y funciona en nuestras vidas, justificando el por qué y el para qué estamos aquí, y el por qué y el para qué hemos conocido y aceptado la doctrina espírita, será en efecto, el acicate que de sentido a nuestro paso por esta existencia en la que ya tanto tiempo hemos malgastado. Que cada cual, en conciencia, nos pongamos ya y seriamente manos a la obra, comenzando por mirar nuestras posibilidades reales de hacer algo por los demás, y por nosotros mismos, sin olvidar nunca que nuestro prójimo más inmediato es, por lógica, a quien primero debemos atender y ayudar, y este no es otro que nuestros familiares directos, y por supuesto nosotros mismos, porque si no depuramos antes nuestro interior, con nuestra voluntad y nuestro conocimiento avalado por la vivencia y la experiencia, no podremos ser esa herramienta valiosa , necesaria y precisa que deberá servir para ayuda en el caminar evolutivo de los demás. Jose Luis Martín ***************************
LA TRISTEZA NO ES ENFERMEDAD PSIQUIATRICA, ¿ TRANQUILIZANTES PARA QUÉ? La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que la depresión será la dolencia más común del mundo de aquí a 20 años. Actualmente 121 millón de personas sufren de esa enfermedad. Sin embargo, para el médico Miguel Chalub, hay una cierta exageración en esos números. El defiende que tanto los pacientes como los médicos están confundiendo tristeza con depresión. Chalub, psiquiatra es una de las mayores autoridades brasileñas en depresión, afirma que, actualmente, que cualquier tristeza es tratada como enfermedad psiquiátrica. Los pacientes prefieren recurrir a los remedios a encarar el sufrimiento.” (1) Muchos médicos se rinden a los laboratorios farmacéuticos e indican antidepresivos sin necesidad, excepto en los psiquiatras que son los que menos recetan antidepresivos, porque están más preparados para reconocer las diferencias entre la “tristeza normal y la patología, según Chalub. Muchos profesionales se dejan llevar por el lobby de la industria farmacéutica. No se puede quedar más angustiado, aborrecido, chateado, porque eso es inmediatamente transformado en depresión, afirma Chalub. Es la medicación de una condición humana, la tristeza. Es transformar un sentimiento normal, que todos nosotros debemos tener, dependiendo de las situaciones, en una entidad patológica. Hay situaciones en que, si no quedamos tristes, es un problema – como cuando se “pierde” a un ser querido. Más el hombre no necesita sentir cosas que son humanas, como la tristeza, explica Miguel, Para Chalub lo que diferencia la tristeza normal de la patología es la intensidad. La tristeza patológica es mucho más intensa. La normal es un estado del espíritu. Más allá de eso, la patología es larga. Es la presión en el pecho, la dificultad de moverse, la persona solo quiere quedar dormida, puede acontecer por uno o dos días más, después, pasa. En patológica, se encuentra en las entrañas, informa Chalub. Quien más receta antidepresivos no son los psiquiatras, son los demás médicos. Los psiquiatras tiene una formación para percibir que primero es preciso ayudar a la persona a entender lo que esta pasando con ella y después, si es una depresión, medicar. Ahora, los no psiquiatras, no quieren oír. El paciente dice: “Estoy triste.” El médico responde: “Pues no”, y receta el ansiolítico. ¡Es el problema! Muchos afligidos acostumbran a recurrir a los tranquilizantes y se debaten aflictivamente para que la aflicción no los alcance en la vida cotidiana. ¿Es común extasiarnos ante la belleza de las estrellas del firmamento, en pedidos al Creador, a fin de que la angustia no nos abata y ni nos alcance en el camino, o, aun para que los sufrimientos se desvíen por otros rumbos? Con todo, la realidad de las pruebas y expiaciones ante los estatutos de Dios llega inexorable. Ante los eventos impetuosos de los azotes emocionales, nos sentimos vencidos y solitarios. Más , en realidad, lo que parece infelicidad o derrota puede significar intercesión providencial de Dios, sin necesidad, por tanto, del uso de tranquilizantes para aliviar el dolor. En muchos momentos de la existencia, cuando lloramos lagrimas de angustia, los Benefactores se animan “allá”, de la misma forma en que los horticultores “acá” descansan, serenos, después de la labor del campo bien podado. ¡La vida es así! Esas lágrimas asfixiantes, muchas veces representan para nosotros alegrías en las dimensiones superiores de la vida espiritual. Evidentemente nuestros protectores del más allá no gozan porque estemos con padecimientos atroces, más ellos saben exactamente qué tal situación señaliza posibilidades renovadoras en el buril de nuestro crecimiento espiritual. Considerando la imagen figurada del campo, recordemos que para toda area de cultivo debe haber tiempo de remoción de la tierra, limpieza y de la poda necesarios. Cuando nos encontramos en estado de profunda tristeza, resultante de los deslices que cometemos impensadamente, ante la Ley de Acción y Reacción, es natural que suframos los resabios amargos de la angustia que amontonamos sobre el corazón y el cerebro; todavía cuando los grandes obstáculos y dolores en la lucha diaria nos sorprenden el espíritu, en situaciones que impiden de nuestra responsabilidad directa, en esta hora de angustia intima que nos llega nos proyecta para escalas superiores de evolución, si es soportada con coraje y determinación, alegrando a nuestros amigos espirituales que se esmeran en ampararnos las 24 horas del día, pues ellos ven nuestro esfuerzo en superar con buen ánimo a estos momentos angustiantes. Jorge Hessen ***********************
LA MALEDICENCIA Mercedes Cruz Reyes La maledicencia no tiene que ver con la verdad ni con la mentira, sino con la aviesa manera de contarlas. Nunca se vio contienda que no fuese procedida de murmuraciones inferiores. Es hábito antiguo de la liviandad procurar la ingratitud, la miseria moral, el orgullo, la vanidad y todos los flagelos que arruinan almas en este mundo para organizar las conversaciones de la sombra, donde el bien, el amor y la verdad son sofocados con malicia. Desde tiempos inmemorables la maledicencia ha sido un mal ejercido en todas partes. Desde el momento que están juntas dos personas, se genera una conversación y en la mayoría de las ocasiones es para emitir juicios, hablar de los demás esto es una práctica muy común. Aunque no se tengan argumentos, o pocos conocimientos sobre el asunto que están tratando o de la persona que están hablando, muchas personas rencorosas y frustradas se sienten aliviadas hablando mal de los demás. El diccionario de la real academia de la lengua española, define la maledicencia como la acción o habito de hablar en perjuicio de alguien denigrándolo. El hombre tiene un órgano minúsculo que es la lengua – lámina diminuta envainada en la boca. Instrumento sublime, creado para loar e instruir, ayudar e incentivar el bien, en cambio ¡cuántas veces el hombre se vale de ella para censurar, flagelar, perturbar, herir!… Si el hombre consiguiera dominarla, educarla la podría transformar en timón de paz y amor en el barco de su vida. “La muerte y la vida están en poder de la lengua...” Proverbios 18:21 Con la lengua, podemos definir nuestra vida. Todo lo que sucede en nuestra vida pasa por nuestra lengua. La Bendición o la maldición, la muerte o la vida. La Biblia es muy clara cuando nos dice arriba que la vida y la muerte están en el poder de la lengua. Infelizmente muy pocos creyentes la utilizan bien, produciendo vida. Y muchos se destruyen a sí mismos, a su familia y a otros utilizando mal a su lengua. Algunos no saben de la gravedad de esta palabra, otros sabiendo, actúan sin el temor de Dios, hablando tonterías, maldiciones, palabras de derrota y piensan que esto no trae ningún problema. La maledicencia es el ejercicio de denigrar, de manchar de negro la vida del otro. Es la forma de consuelo más siniestra. La manera más zafia de elevar la propia estima. En estos tiempos de libertad, vivimos su dictadura. Las tres formas más corrientes de ejercer la maledicencia son la calumnia, el chisme, la envidia, analicemos por separado estas faltas tan comunes entre los hombres. Cuando queremos causar un daño y hacemos una acusación falsa sobre alguien calumniamos. El chisme se define como una noticia verdadera o falsa con que se murmura o se pretende difamar a una persona o en muchos casos a una institución. La envidia es la tristeza causada en uno por el bienestar de otro. Envidia es avinagrarse porque alguien la está pasando mejor que uno, lo que sea que esto signifique: más dinero, fama, talento, etc. Para poder reflexionar sobre el asunto analizaremos una historia, es la de un sabio que fue visitado por un amigo que se puso a hablar mal de otro amigo del sabio, y este le dijo: “Después de tanto tiempo, me visitas para cometer ante mí tres delitos: primero, procurando que odie a una persona a la que amaba; segundo, preocupándome con tus avisos y haciéndome perder la serenidad; y tercero, acusándote a ti mismo de calumniador y maledicente”. Los cristianos deberíamos actuar contra cualquier nuevo brote de maledicencia con firmeza. En algunas situaciones deberíamos ser tan firmes y tajantes como los médicos que luchan contra reloj para cortar el avance de un nuevo virus. Un virus puede destruir una vida, y eso es muy grave. Pero sólo quien ha sufrido el veneno de la calumnia, quien se ha visto insultado, señalado, abandonado por culpa de una mentira que corre veloz de boca en boca, puede comprender que hay formas de muerte moral más dolorosas que la misma enfermedad física. De la envidia nace el odio, la maledicencia, la calumnia, el chisme y la alegría causada por el mal del prójimo Los libros sagrados de las principales religiones tales como la Biblia, condenan la maledicencia veamos algunos apartados al respecto: - Aquellos que amamos la vida y queremos ver días buenos, tenemos que refrenar nuestra lengua de hablar mal de los demás y de decir calumnias (Pedro 3:10). - Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano... (Santiago 4:11). - Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. (Efesios 4:31). - Aquellos que amamos la vida y queremos ver días buenos, tenemos que refrenar nuestra lengua de hablar mal de los demás y de decir calumnias (Pedro 3:10). La maledicencia, la calumnia y el chisme son propios de sociedades poco evolucionadas y es la falta de ética lo que nos hace ocuparnos más de la vida de los demás que de la propia, tal es así que pareciera que el chisme se ha convertido en el deporte favorito de muchos de nosotros. Hay gente que se pasa horas hablando o murmurando de otras personas, y muchas veces sin darse cuenta del error que están cometiendo, y lo peor es que ellos juran que no son chismosos. Otras veces el “error” es premeditado. Existen artistas consumados en desprestigiar y hablar mal de los demás, y en hacer correr bolas contra quien les cae mal, sin considerar el daño que causan a las reputaciones y a la honra de las gentes. También hay los que chismean sin maldad aparente, sólo para sentirse importantes, (¿no sabes la última?), y otros lo hacen maliciosamente, con la intención de causar daño a alguien en particular; puede ser por rivalidad, celos, competencia, enemistad, oposición, antagonismo, pugna, envidia, etc., todo ello empujado posiblemente por un gran complejo de inferioridad. Se sabe que el rasgo principal del chisme es la mentira o la verdad dicha a medias, siendo parte importante, el infundio y la calumnia, y si a esto le añadimos que cada oyente, al momento de contárselo a otro, le agrega un poco más de sal de su propia cosecha, nos encontramos con monstruosidades que suelen acabar con el honor y la dignidad de una persona. Lo grave es que increíblemente se usa el chisme contra personas consideradas amigas, actuando con hipocresía y perfidia que nadie entiende. Los seres humanos somos generalmente egoístas y nos centramos en nuestros propios problemas, pero cuando se trata de encontrar defectos y hacérselos saber a todo el mundo, ahí sí sabemos centrar la atención en los demás y dejar nuestro yo de lado. Todos somos expertos en las vidas ajenas; si hasta hay programas de televisión y personas que viven de eso. ¿Será que mientras nos ocupamos de hablar de los otros o de nuestros jefes no nos queda tiempo para mirarnos a nosotros mismos? ¿Descargamos en los demás nuestras propias frustraciones? ¿Hablamos de las carencias de éste o de aquél para no tener que afrontar las propias? ¿Nos escondemos en la broma y en sacarle filo a historias ajenas para no asumir nuestras propias incapacidades? Cuando se genera un rumor, la bola va creciendo y cada persona por la que pasa va añadiendo algo de su propia cosecha y el mensaje original se ha convertido en algo irreconocible. ¿Se acuerdan del juego del teléfono malogrado? Después de pasar por varias personas el recado estaba totalmente tergiversado e irreconocible. Pues lo mismo pasa en muchas ocasiones en nuestra vida. El daño causado por la maledicencia es muy difícil de reparar. No siempre nos damos cuenta del perjuicio. Se agravia, ofende y calumnia con un desparpajo increíble, si preguntamos a un chismoso de donde ha sacado esas expresiones, responderá: “lo escuché”, “me dijeron”, “se comentó en una conversación”, “me lo contó un amigo”. En muchos casos la maledicencia se basa en afirmaciones sin sentido, pero una vez que han sido pronunciadas causan un daño difícil de reparar. Los chismes son informaciones deformadas, que tienen un ciclo similar a los rumores: nacen como si fueran seres vivos, se desarrollan y mueren. Incluso pueden reencarnarse con nuevos bríos o hasta con nuevo cuerpo. El chisme es producto de la convivencia social y se aprende con el tiempo, y todos de alguna forma lo hemos practicado. Un comentario infundado generalmente está constituido por una serie de mentiras o exageraciones que tal vez lleguen a perjudicar a uno o varios individuos, dependiendo de la intención de quien lo genera. La estructura del chisme lo conforman: el chismoso, el receptor de la habladuría y la víctima, de que se habla en forma negativa y sin fundamentos. Esto puede ir desde una simple crítica hasta la invención de toda una historia en torno a un sujeto determinado. O sea, se juega también a intentar cambiar la realidad. Instituciones como la nuestra se convierten en verdaderos campos de espionaje entre sus trabajadores, la inseguridad se intensifica, se pierde la confianza entre los compañeros, se traicionan, se utilizan, compiten, se crean ambientes en los que se siente que se camina entre vidrios. El que murmura hace daño a tres personas, a él mismo, al que escucha sin desmentir al hablante, y a la persona de quien se murmura. Si se tiene algo que reprochar a alguien, él es la primera persona que debería escuchar el reproche, pero lamentablemente por la falta de sinceridad que nos caracteriza, el maledicente se encuentra con el compañero, le sonríe y le saluda con palabras amables y hasta le adula, para después, apenas despedido, comenzar, de una manera u otra a hablar mal de él. En el caso de la calumnia, ésta es considerada como un modo de difamación que destruye a la persona afectada, no sólo por las heridas que produce, sino por la dificultad de repararlas. Aunque a uno le importe poco la opinión ajena, la calumnia abre las puertas a la duda. La calumnia tiene su mejor cómplice en el “piensa mal” y hace tambalearse hasta las más firmes convicciones acerca de la rectitud o la honradez de una persona, incluso una vez aclarada la mentira. Se sabe de amistades a prueba de bombas que han sucumbido al insidioso enredo de las maledicencias deliberadas; el veneno de la calumnia ha roto parejas y ha desmembrado familias, igual que ha provocado depresiones y sembrado discordias irreparables. Antiguamente el honor y la honra eran los bienes más preciados de las personas y su pérdida se consideraba irrecuperable, y cuando alguien ofendía el honor y la honra de un individuo, esta ofensa se lavaba con sangre generalmente en un duelo. En nuestros días estos conceptos pareciera que han quedado anticuados y lo que ofrecemos a nuestros jóvenes es una sociedad en la que todo se puede comprar y vender, donde prima la mediocridad y la falta de valores morales. ¿Podemos tomar medidas radicales, firmes, profundas, contra la mentira, el chisme, la calumnia espontánea o promovida de modo organizado y sistemático? Lo primero que podríamos hacer es mirar nuestros corazones. Si guardamos rencores, si la envidia asoma de vez en cuando su cabeza repugnante, hemos de pedir a Dios un corazón bueno, que sepa perdonar, que sepa amar. Quien no ama a su hermano no puede amar a Dios (1Jn 4,20). Del corazón malo sólo salen malas cosas. El virus de la calumnia se origina en mentes que viven fuera del Evangelio, en fuentes incapaces de ofrecer el agua del amor (St 3,10-18). Por lo mismo, hemos de decidirnos a no ser nunca los primeros en lanzar una crítica contra nadie. ¿Para qué voy a decir esto? ¿Es sólo una imaginación mía? ¿Me gustaría que alguien dijese algo parecido de mí? Al contrario, necesitamos aprender a ser ingeniosos para alabar y defender a los demás. Esto es posible si tenemos un corazón realmente cristiano, bueno, comprensivo, misericordioso. En ocasiones veremos fallos, pero el amor es capaz de cubrir la multitud de los pecados (1Pe 4,8). Cuando sea posible, podremos corregir al pecador, pero siempre con mansedumbre, como nos enseña san Pablo: "Hermanos, aun cuando alguno incurra en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado. Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo" (Ga 6,1-2). Después, como ante una epidemia grave, hemos de levantar una barrera firme, decidida, contra cualquier calumnia. Nunca divulgar nada contra nadie, mucho menos una suposición, una mentira como tantas otras lanzadas por ahí (a través de la prensa, de internet, a viva voz). Incluso cuando sepamos que alguien ha sido realmente injusto (lo sepamos por haberlo visto, no sólo de oídas), ¿para qué divulgarlo? ¿Es esto cristiano? ¿No es mejor amonestar a solas al hermano para ver si puede convertirse, si puede cambiar de vida? Tendríamos que ser firmes como muros: delante de nosotros nadie debería poder hablar mal de otras personas. Si queremos vivir una vida más significativa, debemos buscar la forma de dejar de “interesarnos” en las vidas ajenas y comenzar a preocuparnos más de nuestras propias vidas, es decir dedicarnos a mejorar y a corregir nuestros defectos. Debemos ser más sinceros cuando hablamos a las personas, y más tolerantes cuando hablamos de ellos. Si vemos algo con lo que no estemos de acuerdo o alguna cosa nos molesta de aquellos que conviven a nuestro alrededor, debemos ir directamente a él y hablarle claramente demostrando nuestros argumentos. ¡Cuántos males, sufrimientos y rencores serían evitados si habláramos con sinceridad! Este artículo ha sido extraído de Internet y de apartados de diversos libros espiritas, como “religión de los Espíritus” de Chico Xavier, y de Viña de Luz.

jueves, 9 de enero de 2014

ANTE QUIENES PROFESAN OTRAS RELIGIONES

ANTE LOS QUE PROFESAN OTRAS RELIGIONES Estimar y reverenciar a los hermanos de otros credos religiosos. El sarcasmo no edifica. No exasperarse en oportunidad alguna, aun mismo bajo pretexto en defender los postulados religiosos que alimentan tu corazón, a fin de evitar el virus de la cólera y las incursiones de las fuerzas inferiores en el propio intimo. La exasperación lleva al desequilibrio y a la caída. Aprovechar el tiempo y las energías, huyendo a las discusiones estériles en torno de los orígenes de la Vida y del Universo o sobre tópicos fundamentales del Espiritismo. Existen espíritus que se esfuerzan para no creer en su propia existencia. En ninguna circunstancia, pretender conducir a alguien o a alguna institución, de esa o aquella práctica religiosa, a la humillación y al ridículo. El Sol, en nombre de Dios, ilumina el paso de todas las criaturas. Soportar constructivamente las manifestaciones constantes de cultos exóticos y extraños a la simplicidad y pureza del Espiritismo, ofreciendo, tanto como sea posible, auxilio y cooperación, sin pretensiosas exigencias a los compañeros que a tales cultos se prenden. Muchos hermanos distantes serán, en un futuro próximo, excelentes cultores de la Doctrina Espirita. A titulo de preservar el cuerpo doctrinario del Espiritismo, o de defender la Verdad, no faltar con la comprensión espirita cristiana ni agarrarse a constituciones radicales e inamovibles. Cuando somos apasionados y desmedidos, el celo oscurece la razón. Sistemáticamente, no imponer o forzar la transformación religiosa de los hermanos ajenos a la fe que le consuela el corazón. Toda imposición, en materia religiosa, revela fanatismo. Silenciar todo impulso a polémicas con hermanos aprisionados a caprichos de naturaleza religiosa. Discusión, en bases de ironía y amargura, es pelea mental. “Hermanos, no os quejéis unos contra los otros, para que no seáis condenados.” (TIAGO, 5:9.) Por el Espíritu André Luiz – Del Libro: Conducta Espirita, Médium: Waldo Vieira *****************************
ORACIÓN : EL PENSAMIENTO LO ES TODO La forma no es nada; el pensamiento lo es todo Los espíritus han dicho siempre: "La forma no es nada; el pensamiento lo es todo". Rogad cada uno según vuestras convicciones y del modo que más os conmueva, pues un buen pensamiento vale más que numerosas palabras; sin ellas ninguna parte toma el corazón. Los espíritus no prescriben ninguna fórmula absoluta de oraciones; cuando las dan es con el fin de fijar las ideas, y, sobre todo, para llamar la atención sobre ciertos principios de la doctrina espiritista. También lo han hecho para ayudar a las personas que se ven con dificultad para transmitir las ideas, porque las hay que no creerían haber rezado en realidad si sus pensamientos no hubiesen sido formulados. El objeto de la oración es elevar nuestra alma a Dios; la diversidad de las fórmulas no debe establecer ninguna diferencia entre los que creen en El, y aun menos entre los adeptos del Espiritismo, porque Dios las acepta todas cuando son sinceras. El Espiritismo reconoce como buenas las oraciones de todos los cultos, cuando se dicen con el corazón y no con la boca; no impone ni vitupera ninguna; Dios es demasiado grande, según el, para rechazar la voz que le implora o que canta sus alabanzas, porque lo hace de un modo antes que de otro. "El que anatematizase las oraciones que no están en este formulario, probaría que desconoce la grandeza de Dios". Creer que Dios escucha sólo una fórmula, es atribuirle la pequeñez y las pasiones de la humanidad. La condición esencial de la oración, según San Pablo (cap. XXVII, número 16), es que sea inteligible, a fin de que pueda hablar a nuestro espíritu; para conseguirlo no basta que se diga en un lenguaje que lo comprenda el que ruega, pues. hay oraciones en lenguaje vulgar que no dicen mucho más al pensamiento que si estuviesen en lengua extraña, y por lo mismo no se dirigen al corazón; las raras ideas que encierran son, con frecuencia, sofocadas por la superabundancia de palabras y por el misticismo del lenguaje. La principal cualidad de la oración es el ser clara, sencilla y concisa, sin frases inútiles, ni lujo de epítetos pomposos; cada palabra debe tener su objeto, despertar una idea, conmover una fibra, en una palabra, "debe hacer reflexionar"; con esta sola condición la oración puede alcanzar su objeto; no siendo así, "sólo es un murmullo". Ved con qué aire de distracción y con qué volubilidad se dicen la mayor parte de las veces; se ven mover los labios, pero en la expresión de la fisonomía y aun en el metal de la voz, se reconoce un acto maquinal, puramente exterior, indiferente para el alma. Extraído del libro: "El Evangelio según el Espiritismo" - Allan Kardec ***************
Conversando Aprendamos a soportar las dificultades con paciencia. Sepamos oír sin discutir. Comprendamos para ser comprendidos. Sigamos el camino del bien, abriendo el corazón a través de una sonrisa. La felicidad no entra en puertas cerradas. Libro de Respuestas, Emmanuel, psicografia de Francisco Candido Xavier, CEU)

miércoles, 8 de enero de 2014

Consecuencias filosóficas y morales de la Reencarnación

¿ Qué consecuencias filosóficas y morales se desprenden de la la reencarnación? La idea de la reencarnación del espíritu inmortal, aporta múltiples y profundas consecuencias morales,dando un sentido mas profundo de nuestra realidad individual y existencial dentro del Universo, porque por ella se cumple el propósito moral de nuestra existencia , tal como lo es la evolución del Ser. Esta idea nos lleva a comprender la necesidad de llegar a amar a toda la Creación y a nuestros semejantes, siendo cada vez mas solidarios y altruistas , en coherencia con el conocimiento de la ley del Amor y de la ley de las consecuencias de nuestros actos durante la vida, pues por ella sabemos que el ayudar a los demás supone estar ayudándonos a nosotros mismos. Estos principios éticos nos señalan que al ser naturalmente libre el espíritu humano, podemos actuar siempre plenamente conscientes de nuestra íntima libertad para pensar y decidir, por lo que cada individuo debería ser instruido sobre las consecuencias de sus actos, pero sin imposición alguna en aras del respeto a su libertad. Esta libertad de acción viene a ser utilizada proporcionalmente a su grado de desarrollo ético individual. De la idea de la reencarnación, se deduce la gran importancia de poner en nuestras vidas los sagrados principios evangélicos de la Caridad y de la Fraternidad humanas. La honradez de vida que se plantea ante nuestras conciencias se desprende del conocimiento de la reencarnación y de las demás leyes espirituales que la acompañan es la esencia misma del sentido moral que debe primar en cada ser humano. La persona honrada y buena hace el bien por el bien mismo, sin buscar aprobación ni recompensa, ignorando odios y venganzas, y perdonando siempre; el honrado es afable con todos y caritativo para con los más débiles; la tolerancia y el respeto son la bandera que ondea en su corazón. Los conceptos éticos y morales que se desprenden de la idea reencarnacionista y de las demás leyes espirituales, tal como las presenta el Espiritismo, podrían contribuir enormemente al progreso espiritual del Ser humano y por tanto de toda la sociedad humana, porque la aceptación de la existencia del Espíritu y de su reencarnación, resultan un serio oponente a los conceptos materialistas y egoístas de la vida, que por sus nefastas consecuencias son la mayor plaga que sufre la Humanidad. Por la reencarnación, comprendemos como evolucionamos de existencia en existencia humana, haciendo del progreso espiritual el objetivo esencial de la vida , pudiéndonos perfeccionar continuamente a través de nuestro esfuerzo por adquirir cada vez una mayor capacidad intelectual y moral, siempre de modo ilimitado, lo que nos abre un vasto e ilimitado horizonte de progreso moral y espiritual. Quien tenga asumidos los principios éticos y morales que aporta el sentido espírita de la reencarnación, procurará en vez de imponer castigos o venganzas a los culpables de cualquier delíto, instruirlos para su reforma moral como enfermos del alma a los que se debe ayudar a sanar, removiendo sus conciencias y previniendo sus acciones, porque sabrá que la venganza y el castigo son inútiles para su mejoramiento y regeneración. Además sabrá creer y confiar en los mecanismos de actuación de la Justicia Divina, porque comprenderá como cada mala acción lleva implícita en sí misma su propio castigo o corrección. El conocimiento espírita sobre las leyes de la reencarnación y la de Causa y Efecto, nos llevan a comprender la necesidad que todos tenemos de rechazar pensamientos y sentimientos negativos, así como del esfuerzo por ayudar a los demás y de lo necesario e importante que es mantener el cuerpo físico en buen estado, considerando que es un valiosísimo instrumento para nuestra evolución. Si la reencarnación fuese mas comprendida y aceptada por la humanidad dejaría de tener sentido en nuestro mundo la existencia de lacras como el racismo, la xenofobia y todos los separatismos, incluidos el machismo y el feminismo tan de moda actualmente. Nadie podría despreciar a nadie por diferencias de la clase que sean , porque sería como despreciarse a sí mismo ya que en el pasado o en el futuro cada uno podríamos ser o haber sido como lo que ahora nos diferencia. El conocimiento de las leyes que rigen la Vida, sobre todo el de la Reencarnación y la de Consecuencias, nos lleva a saber desprendernos de todo lo que nos empequeñece o rebaja moralmente, enseñándonos cómo debemos vivir en armonía con nosotros mismos, con la Naturaleza y con los demás, dándonos a realizar esfuerzos para crecer espiritualmente cada vez más. Así llegaremos a comprender la igualdad absoluta y la solidaridad que debe unir a los seres humanos a través de nuestras vidas colectivas, lo que supone una lucha contra el orgullo y el egoísmo que nos impiden esta unión. Cuando comprendemos y aceptamos la idea de la reencarnación junto a las demás leyes cósmicas que le dan forma y sentido, aunque a veces es difícil, llegamos a sentir una mayor benevolencia y comprensión hacia los que son mas débiles o imperfectos moralmente , así como hacia los que a veces nos molestan con sus pasiones y defectos humanos. También nos lleva a comprender el por qué debemos asumir con ánimo y resignación, el dolor o las circunstancias desfavorables de la vida así como las desigualdades e injusticias que suframos, porque estas no son caprichos arbitrarios de Dios o producto de la casualidad, sino que las generaron nuestros propios actos del pasado . Asimismo otras veces constituyen por si mismas pruebas necesarias para nuestro progreso espiritual. También llegamos a comprender la necesidad de desarrollar la paciencia y la resignación ante los problemas de la vida, sabiendo que son pruebas que debemos asumir y superar para nuestra evolución espiritual, y que cada cosa llega en su momento adecuado y cuando debe de llegar. En cualquier caso , lo que sucede es siempre para nuestro bien aunque a veces venga disfrazado de mal. Por eso debemos siempre aceptar todo lo que nos venga en la vida, aunque no lo comprendamos sin pedir nada más y sin rebelarnos ante el dolor o ante las injusticias humanas que padecemos , porque ya sabemos que no son casualidades ni mala suerte, sino que son pruebas necesarias para nuestro fortalecimiento espiritual, que en cualquier caso, siempre son para nuestro bien. Por supuesto esto no significa que no debamos luchar contra la injusticia humanamente hablando, pues a veces estas pruebas son precisamente para que nos sacudamos la indolencia, desarrollemos nuestra voluntad y nuestra inteligencia, y nos fortalezcamos en el esfuerzo por erradicarlas. El conocimiento de la Reencarnación y las consecuencias morales que se desprenden de ella así como de las demás leyes espirituales que la acompañan, nos debe conducir al bien y a la virtud, escapando así del engranaje de la ley de Consecuencias por la que cada acción , buena o mala, genera una reacción particular del mismo signo. Todo lo dicho hasta aquí se podría concretar en: Que tenemos el derecho y el deber de ser íntimamente libres y de gobernarnos a nosotros mismos y a nuestros actos, en cualquier área de actividad. -Que somos siempre responsables de las consecuencias de nuestras obras. Que tenemos el derecho y el deber de procurar ser felices y de hacer felices a los demás.. Que nuestros derechos terminan allí en donde comienzan los derechos ajenos. Que debemos respeto y amor a los demás tanto como a nosotros mismos. Que tenemos obligación de cuidar nuestras de nuestras facultades y nuestra salud -Que debemos Amor a la Vida , a la Verdad y a la Libertad. -Que la honradez total en la vida es algo básico fundamental.. Que debemos guiarnos en la vida por un sentido ético y justo,rechazando la tentación de beneficiarnos de privilegios e injusticias. Que debemos considerarnos como simples depositarios y responsables por las riquezas que tengamos, y beneficiar con ellas a quienes lo necesiten. Que debemos dejar siempre una puerta abierta al arrepentimiento y no condenar nunca a nadie. Que debemos tratar a los demás como queremos ser tratados nosotros mismos. Que debemos perdonar siempre de corazón y engrandecer nuestro espíritu devolviendo bien por mal. Que podemos disfrutar solamente de los placeres que no perjudiquen ni hagan mal a nadie ni a nosotros mismos. Que debemos amar la Naturaleza respetando sus leyes y todos sus sistemas ecológicos, respetando a los seres que la habitan. Que debemos aceptar en conciencia que cada día que amanece , supone una nueva y maravillosa ocasión de hacer algo por los demás, o de reconciliarnos con ellos. Cada día es una nueva oportunidad , como un regalo diario que se nos hace para que nos podamos sentir en paz y felices, haciendo algo por los demás o por nuestro propio mejoramiento. El conocimiento y aplicación de todos estos conceptos espirituales , son puramente cristianos y un factor determinante para la transformación de la actual conciencia planetaria a fin de poder alcanzar en el futuro de este mundo nuestro, una vida mas armónica y feliz dentro de sociedades humanas mas justas, fraternas, libres y solidarias en el nuevo Mundo de Regeneración que un día no muy lejano será este planeta. - Jose Luis Martín- “No desees hablar. Bien está hablar poco; mejor aún es callar del todo, a menos que estés perfectamente seguro de que lo que vas a decir es verdadero, bueno y útil. Antes de hablar, considera atentamente si lo que vas a decir reúne estas tres cualidades, si no es así, guarda silencio” -Krishnamurti- ************
Iniciativa; la diferencia entre cambiar o estancar… Vivimos en una sociedad consumista, impregnada de exaltación de los placeres por todos los lados que miremos. Con la cultura heredada de la infancia, nuestra propensión a lo fácil y a la satisfacción inmediata, prevalece sobre la disciplina y la responsabilidad. En este contexto, la paciencia y la perseverancia se quedan en segundo plano. Tenemos aversión a la disciplina, a todo lo que nos restringe e incomoda, a cualquier límite de la realidad. La palabra disciplina tiene el mismo origen de la palabra discípulo y significa la capacidad de aprender con los errores y, por lo tanto, de cambiar. Como nos fue enseñada como algo que ocurre de fuera para dentro, de manera autoritaria y ajena a nuestra voluntad es así como todas las nuestras obligaciones se tornaron pesadas y casi un sacrificio. Aprender con nuestros errores debería ser placentero, divertido, excitante. Es a lo que Jesús se refería cuando dijo: “Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga ". Quien ve la vida con amor, todo lo ve como oportunidad de aprendizaje y crecimiento. El peso de nuestra carga es proporcional al esfuerzo que hacemos para no dejarla, por miedo a lo nuevo, de perder nuestro estado actual. Nuestra mayor resistencia a los cambios es que no queremos ser incomodados, sacados de nuestra “zona de confort”. Y la iniciativa es la que permite romper círculos viciosos que vamos construyendo en el transcurrir de la vida y que tanto nos pesan, sin darnos cuenta. Las consecuencias de un retraso, de empujar adelante nuestras transformaciones, son la frustración y la insatisfacción. Para nuestro crecimiento, tenemos un desafío para lo que no fuimos preparados: integrar el momento actual con las consecuencias futuras. En el fatalismo aprendemos que el destino ya esta escrito y las cosas son porque son. El espiritismo viene a romper al final del siglo XIX esta idea perniciosa plantada por la iglesia y enseñar que todo tiene una causa, que no existe la casualidad. A cada uno según sus obras… La búsqueda del placer inmediato y constante, sin previsión de mañana, nos remete en el futuro a una frustración todavía mayor. El hombre es un animal que anticipa el dolor y se tortura con eso. Los espíritus desencarnados nos ofrecen innumerables narrativas de sus experiencias y comentan los sufrimientos mentales que han tenido, por preocuparse con cosas que nunca pasarán. El papel del pensamiento, cuando es sano, es ofrecer el nexo de nuestra situación, uniendo el pasado, el presente y el futuro. En verdad vivimos en el presente y solo en el presente. Jesús predica en base a su sentido existencialista, nos dijo que a cada día le basta lo suyo. Como nuestra existencia es un proceso continuo, no podemos perder la memoria de lo que aprendemos ni desdeñar de lo que puede sucedernos. Vivir el presente no significa hacer solo lo que nos da la gana, independientemente de las consecuencias. Ser responsable significa responder tanto a nuestras necesidades y deseos, en cuanto a las obligaciones. La verdadera libertad es el encaje fiel entre lo que deseo, lo que puedo y lo que debo. La consolidación y ampliación de nuestra conciencia esta directamente relacionada con ese concepto. Esta permanencia ilusoria en los mismos hábitos, en la misma forma de vivir, en la misma inmovilidad tiene un nombre: acomodación. La acomodación es lo contrario de la iniciativa, objeto de este ensayo. Todos nosotros sabemos que cambios debemos hacer en nuestras vidas. La dificultad está en abrir la mano de la llamada zona de confort, aquel espacio psicológico, irreal, aparentemente sólido, e involucrarse en lo desconocido de lo nuevo, de la reforma. El contrario de la vida no es la muerte, pues por la doctrina espirita, sabemos que ella no existe. El contrario de la vida es el estancamiento, la repetición. El espíritu nunca retrocede en la evolución, pero puede estancarse y esto si, equivale a la muerte, pues el tiempo desperdiciado, no se puede volver atrás, y es entonces cuando el dolor nos impulsa otra vez adelante. Nosotros nos estancamos por miedo. Miedo de errar o miedo al arrepentimiento. Y ahí perdemos la capacidad de soñar, o sea, la esperanza. Lo que nos mueve en la vida es saber que nuestro destino personal, es el desenvolvimiento continuo y esto depende solamente de nosotros. El acomodado contumaz acaba invariablemente constreñido por la depresión. La depresión es fruto del apego excesivo al confort inmediato, por esto hay tantos hermanos con los cofres llenos y con el alma vacía, que buscan rellenarla con la búsqueda incesante de nuevas sensaciones en la carne. La historia de la humanidad enseña entre los instrumentos que utiliza para lograr esas sensaciones, las drogas e toda suerte de libertinaje. Muchos imaginan la depresión como algo que aparece de repente y sin control por nuestra parte. La depresión es el resultado de un proceso de la vida, sobretodo, de los cambios que no hicimos en el debido momento. Pequeñas paralizaciones del crecimiento personal nos llevan a la inercia, a la acomodación y a la tristeza. El verdadero placer es fruto de la auto-superación continua. Vivir es crecer continuamente. En todos los sentidos, la curiosidad, la creatividad y la iniciativa son factores fundamentales para la felicidad. De ahí la importancia de los limites en la educación de los hijos. Es nuestro deber enseñar que libre, no es aquel que hace lo que le gusta, sino que es aquel que le gusta lo que hace. Y si fuimos muy "protegidos" en la infancia, todavía hay tiempo para generar una reflexión positiva. Vamos a facilitarnos la meta de ser cada día un poco mejores que ayer. Todos los grandes hombres y mujeres que hicieran algo por la humanidad, empezaron por darse cuenta un día de la importancia de actuar, en vez de permanecer en estado letárgico repitiendo padrones de comportamiento, rompiendo con la inercia, y se pusieron manos a la obra. Oigamos el llamamiento del Espíritu de Verdad y hagamos nuestra parte en la consolidación de ese nuevo tiempo para nosotros mismos y para la humanidad. Cassio *************************** No temas a los amigos que te atacan, teme a los que te adulan. Anónimo *****************************
LOS TORMENTOS VOLUNTARIOS 23. El hombre va incesantemente en busca de la felicidad que se le escapa sin cesar, porque la felicidad perfecta no existe en la Tierra. Sin embargo, a pesar de las vicisitudes que forman el cortejo inevitable de esta vida, podría gozar por lo menos de una felicidad relativa, pero él la busca en las cosas perecederas y sujetas a las mismas vicisitudes, es decir, en los goces materiales, en vez de buscarla en los placeres del alma, que son un goce anticipado de los placeres celestes imperecederos, en lugar de buscar la paz del corazón, única felicidad real de este mundo, está ávido de todo lo que puede agitarle y turbarle; y, ¡cosa singular! Parece crear a propósito tormentos que estaría en su mano evitar. ¿Acaso, habrá tormentos mayores que los causados por la envidia y los celos? Para el envidioso y el celoso no hay reposo; están perpetuamente con fiebre; lo que ellos no tienen y lo que los otros poseen les causa insomnio; los éxitos de sus rivales les da vértigos; su emulación sólo se ejerce para eclipsar a sus vecinos; toda su alegría está en incitar en los insensatos como ellos la cólera de los celos de que están poseídos. ¡Pobres insensatos, efectivamente, no sueñan que tal vez mañana les será preciso dejar todas esas futilidades cuya codicia envenena su vida! No es a ellos que se aplican estas palabras: “Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados”, porque sus cuidados no son de aquellos que tienen compensación en el cielo. Por el contrario, ¡cuántos tormentos se ahorra el que sabe contentarse con lo que tiene, que ve sin envidia lo que no tiene, que no pretende parecer más de lo que es! Siempre es rico, porque si mira hacia abajo en vez de mirar hacia arriba, siempre verá personas que tienen menos aún; vive tranquilo, porque no se crea necesidades quiméricas, y la calma, en medio de los huracanes de la vida, ¿no será felicidad? (FÉNELON, Lyon, 1860). - El Evangelio según el Espiritismo-

martes, 7 de enero de 2014

¿Qué son las “Mancias” y demás “Artes Adivinatorias ”?.-

¿Qué son las “Mancias” y demás “Artes Adivinatorias ”?.- El Ser humano necesitó siempre creer en algo maravilloso y mágico, aunque sea en individuos que afirmen “ leer el futuro” en las manos, en los posos del café, en la bola de cristal ,en las hortalizas o en los astros. Es evidente que en la actualidad existen dos tendencias sociales bien definidas y diferenciadas: Una son las de las personas imbuidas en una especie de corriente de credulidad colectiva en tantas “Mancias” , adivinaciones, fe religiosa, rituales mágicos, esoterismos, o en lo que sea. La otra es otra corriente totalmente opuesta como lo es el ateísmo, agnosticismo, materialismo puro e incredulidad en todo lo que no sea materia palpable, tangible y experimentable por la ciencia empírica; esta segunda corriente está ocasionada tanto por los absurdos sostenimientos dogmáticos de carácter religioso y muchas veces irracional que determinados cultos y personas sostienen, como por la falta de respuestas íntimas coherentes con la razón y la lógica que presentan estas religiones vacías de contenido y de esencia , así como por tantos desengaños originados por los abundantes casos de mentiras, estafas o fraudes de personas que se dedican profesionalmente a engañar a los demás y a vivir a costa de la buena fe, la credulidad y hasta del fanatismo de otras personas. Se ha entrado así de lleno en el campo de lo supersticioso, pues todas esas llamadas “Ciencias Ocultas”, así como el Esoterismo , el Ocultismo así como lo “Sobrenatural”, lo “Mágico” y el misterio, tan de moda, promulgan algunas verdades o verdades a medias, que mezclan con afirmaciones sin sentido, aunque bien aliñadas con el correspondiente tinte de lo misterioso, que tienden a llenar el vacío que han ido dejado las religiones trasnochadas con sus rituales un tanto vacíos y sus dogmas carentes de sentido, credibilidad y su falta de respuestas lógicas ante tantos interrogantes y planteamientos que inquietan alguna vez a los seres humanos, dando lugar también con ello a esa otra corriente de agnosticismo e incredulidad que han ido forjando con sus particulares conceptos de la Verdad tan desfigurados y a veces tan absurdos, de modo que en esta época de materialismo, estas cuestiones no contestadas o emborronadas han abonado la incredulidad y al ateísmo. Sería injusto y erróneo no reconocer que, en el extremo opuesto, también hay personas dotadas de ciertas capacidades psíquicas, dotadas para poder “ver” o presentir el futuro individual o colectivo a grandes rasgos poco matizados, aunque los realmente dotados de percepción o conocimiento paranormal, hay que reconocer que son los menos, aunque esto no quita ni un ápice de valor a la existencia de los “psíquicos” bien dotados de su facultad. En realidad de trata de médiums pues para serlo no hace falta ser previamente espírita, como para ser espírita no es necesario ser médium. Estas personas profesionalizadas, reciben dinero por sus previsiones y sus facultades intuitivas, y como tales “psíquicos”o “médiums”, funcionan mediante un estímulo sensorial sobre el que fijan su mente y concentración, dentro de las normas particulares de cada especialidad, tal como por ejemplo, por medio de las cartas (cartomancia) las manos (quiromancia), los astros (astrología), los posos del café, etc. En sus consejos y directrices, cuando son serios y sin afirmaciones disparatadas, suelen emplear un método psicológico y una lógica general y procuran no arriesgar demasiado en afirmaciones muy concretas e individualizadas, actuando como auténticos y audaces psicólogos. En el caso de la cartomancia, puede haber una parte de inspiración con apoyo de un método prefijado del simbolismo de los naipes. Cuando el consultante es invitado a sacar una carta, parece ser que su subconsciente participa de ese gesto que es el que desencadena este “arte adivinatorio”, que puede ser real o ser una farsa.. Las cartas son inmutables y sus imágenes fijadas en la mente de sus practicantes, se transforman en símbolos significativos, hablando una sola lengua para todos. No obstante el operador puede tener sus propios códigos para interpretarlas. Otras veces las cartas no pasan de ser un simple vehículo condicionante o acondicionador mental para desencadenar una facultad de precognición. La quiromancia como ya se ha dicho ,es un arte adivinatorio procedente de la India, basado en la lectura de las manos. A veces mediante esta observación de las líneas de la mano y la inspiración del “vidente”, se dicen cosas verdaderas, pero el sistema en realidad se basa en lo mismo que sucede con la adivinación por los posos del café, o de las cartas, etc. Y es que muchas veces esas personas están dotadas del sentido de la “doble vista”, con la capacidad psíquica de percibir cosas ausentes o pasadas, o incluso de penetrar también, aunque mucho más raramente , en cosas que están por venir en el futuro. Son como verdaderos sonámbulos para los que los objetos no son mas que medios o apoyos para fijar su atención, provocando una especie de éxtasis momentáneo. Por otra parte en el caso de la quiromancia se entra en contacto directo con el consultante, estableciendo una mayor relacción magnética entre consultor y consultado, que se comunican a nivel de periespíritu ( sus mentes intuitivas), y el sujeto dotado habla así inspirado a la manera de los sonámbulos, haciendo una lectura de sus sensaciones psíquicas mas que de las manos propiamente dichas, que al igual que las cartas también tienen atribuido un significado y un simbolismo para cada línea. La quiromancia nada tiene que ver con el Espiritismo, así como tampoco ninguna de las otras artes adivinatorias. Es de tener en cuenta que a pesar de que cada linea y señal tiene su descripción pormenorizada y su significado, con el paso del tiempo estas líneas se modifican, lo que de ser cierto y comprobado este “arte” esotérico, haría necesaria una lectura nueva cada cierto periodo de tiempo. Muchos de estos adivinos en busca de dinero, poder o prestigio entre sus creyentes, con sus actuaciones han originado la “nigromancia” o “necromancia”, por la que han pretendido adivinar o conocer el futuro evocando a los muertos para obtener de ellos revelaciones. Por extensión a todas las “artes” de adivinación se les ha llamado “necromantes”, debido a la creencia popular de que en todos los medios de adivinación son las almas de los muertos las que actúan. Así se le ha relacionado con la “magia negra” y con el demonio; esto ha dado lugar a que esta idea de adivinar el futuro consultando a los muertos, se las confundiese con lo que es la mediumnidad y el Espiritismo que nada tiene que ver en absoluto con todo esto, pues en el se emplea la mediumnidad solamente como herramienta de investigación , información y ayuda espiritual mediante el intercambio de comunicación con Seres del más allá, seleccionando los espíritus que por este medio se pueden manifestar para enseñar algo positivo y fiable que ayude y oriente a los seres humanos y a otros Seres espirituales que no pueden aprender directamente de ellos por permanecer en una faja de existencia vibratoria espiritual diferente, pero que a las reuniones mediúmnicas pueden acudir, aunque no participen directamente en ellas. Estas enseñanzas se obtienen después de analizar la fiabilidad de la calidad ética y moral del Ser comunicante o manifestante siguiendo los criterios señalados en la Codificación Espírita que dejó plasmada en sus obras Allan Kardec, con el objetivo definido de un crecimiento moral y espiritual que se puede extraer de los sabios y buenos consejos y enseñanzas ofrecidos por estos evolucionados y elevados Seres espirituales del “Mas Allá”. Ante el tema de la Astrología, que para mucha gente es casi una religión, he de afirmar que tampoco tienen ningún fundamento científico, a pesar de que como entretenimiento cotidiano proliferan en los periódicos, la televisión, las revistas, etc. Suelen hablar del futuro o de nuestras características relacionadas con un determinado signo zodiacal . Según las figuras imaginativas que se forman con líneas imaginarias que unen entre si a esos astros que se divisan en el cielo por las noches, estos signos se reparten en un número de doce, que se reparten a lo largo de los doce meses del año, influyendo cada uno de ellos sobre os humanos,en especial loss que nacieron bajo la presencia de determinado signo. Lo malo está en la gente que lo cree y que se convence en aspectos negativos, tal como que su signo no se puede llevar bien con tal otro por ser antagonista, etc. Mucho se podría profundizar en el tema de la Astrología, pero vemos como por ejemplo dos personas gemelas, nacidas a la misma hora en el mismo lugar, pueden ser dos almas totalmente diferentes en gustos y temperamentos. Sabemos como en los pronósticos astrológicos intervienen (o debieran intervenir), la posición del sol y los planetas en cada momento, pero no se tiene en cuenta por ejemplo a los satélites de Júpiter o de Saturno,que son cuerpos mayores que Mercurio o Plutón por lo que en buena lógica su influencia debiera ser mayor, ni tampoco se tienen en cuenta los agujeros negros, ni los cuasares, etc. Por ejemplo se sabe que Plutón no fue descubierto hasta 1.930, por lo que los horóscopos que se habían hecho hasta entonces debían estar todos equivocados. Incluso en nuestros recientes días aún se descubrió un nuevo planeta, aunque muy pequeño, dentro del sistema solar, que también estaría aportando sus influencias que no se han tenido en cuenta por ignorar su existencia. Sobre este tema también se podría considerar que las constelaciones del zodiaco en realidad no existen, pues como ya afirmé antes, solo son figuras mitológicas construidas en el cielo de las noches por la fantasía de quienes intuyen o atribuyen un poder influyente de las estrellas y planetas sobre los seres humanos, que llega hasta la Tierra desde mas allá de las estrellas. En fin , se podría alegar mucho mas sobre esto, pero la realidad pura y simple es que los astros no tienen ninguna influencia en nuestras vidas, a excepción de ciertas influencias magnéticas naturales que afectan a nuestro planeta y a los humanos que estamos en ella, tal como las mareas o los vientos que generan la influencia magnética de la luna ,el sol y algunos planetas cercanos. Resulta de esta creencia que al ser los astros quienes dirigen e influyen en nuestras vidas, destinos, caracteres, etc, ponen en entredicho nuestra libertad íntima y natural para decidir a cada paso nuestro destino individual, y así el esfuerzo por labrar el propio destino, el de vivir y el convivir con los demás, queda fuera de lugar, pues todo depende del signo zodiacal establecido en el momento de nuestro nacimiento,( la llamada “carta astral”), con su influencia inevitable, exonerándonos así de toda responsabilidad en los defectos de nuestros caracteres y del esfuerzo por corregir esos defectos morales , lo que nos hace seres realmente libres. En cualquier caso la Astrología prevé tendencias generales y no acontecimientos concretos, pues el ser humano con su voluntad y libre albedrío puede orientar o cambiar las supuestas influencias de los astros. Si acaso , en su ambigüedad , la Astrología puede servir , según quien interprete los signos, para orientar a las personas en su vida,teniendo en cuenta los resultados que finalmente determina el libre albedrío humano, pero esta misma función que señalamos para la Astrología, también la realiza la Psicología y el Psicoanálisis sin recurrir a los astros. En cuanto a las “videncias” de los echadores de cartas y otras especialidades afines, me atrevo a afirmar que, salvo rarísimas y honrosas excepciones que confirmarían esta regla, la inmensa mayoría de esos “videntes” que viven de sus “especialidades adivinatorias”, son unos grandes embaucadores y vividores que explotan la credulidad, la buena fe y la ilusión de tantas gentes que confían en ellos. Si los actos del futuro , no permaneciesen ocultos y conociésemos todos los detalles de nuestro destino individual por venir, descuidaríamos nuestro presente, y condicionaríamos nuestra libertad para actuar en la vida en cada momento , porque el conocer algo que hubiese de suceder fatídica e irremediablemente , nos haría descuidar los actos comunes de la vida cotidiana, o bien nos obsesionaríamos por evitarlo en unos casos, o por adelantarlo en otros. Al tener oculto el futuro, aun sin ser conscientes de ello, con nuestras actuaciones y pensamientos estamos preparando lo que realmente sucederá antes o después en ese futuro, aún en cosas de las que no desearíamos que fuesen así.. Si nuestros actos estuviesen fijados invariablemente por la fuerza del destino o porque “lo dijesen los astros”, no tendríamos responsabilidad en ellos, por carecer de la libertad moral de crear nuestras propias causas y efectos . Como consecuencia no seríamos capaces de poder evolucionar espiritualmente al despreocuparnos de todo y no esforzarnos por nada , porque lo esperaríamos todo del destino o de los astros, quedando sumidos en una resignada y lógica indolencia. Otro tema bien distinto es el de los Profetas que descartando también a muchos falsos y fraudulentos, los que de verdad lo son, es gracias a una facultad extrasensorial de clarividencia o precognición mas o menos desarrollada, y generalmente suelen ser personas con un elevado nivel moral, que ejercitan su capacidad sin interés económico alguno. Estos raros casos, en efecto, a veces pueden percibir a grandes rasgos algunos sucesos generales previstos para el futuro, pero que siempre pueden ser modificados desde el presente. “ Del mismo modo que te mueves y trasladas de una casa a otra, el alma pasa de un cuerpo a otro para ganar experiencias”. - Swani Sevananda – ********************
TRES ACTITUDES Emmanuel Si admitimos que el egoísmo y el orgullo son cualidades negativas en una personalidad mediúmnica, que enturbian la palabra de la Esfera Superior, y si consideramos que el bien es una condición inalienable para que el mensaje edificante sea trasmitido sin interferencias, analicemos esas tres actitudes en algunos de los aspectos y circunstancias de la vida. En la sociedad: El egoísmo hace lo que quiere. El orgullo hace como quiere. El bien hace cuanto puede, más allá de sus propias obligaciones. En el trabajo: El egoísmo abusa de lo que encuentra. El orgullo oprime todo lo que ve. El bien produce sin cesar. En un equipo: El egoísmo acapara. El orgullo piensa en sí mismo. El bien presta servicio a todos. En la amistad: El egoísmo utiliza las situaciones. El orgullo reclama privilegios. El bien renuncia a su propio bien. En la fe: El egoísmo aparenta. El orgullo exige. El bien escucha. En la responsabilidad: El egoísmo huye. El orgullo tiraniza. El bien colabora. En el dolor ajeno: El egoísmo se despreocupa. El orgullo condena. El bien ampara. En el estudio: El egoísmo finge que sabe. El orgullo no se propone saber. El bien aprende siempre para realizar lo mejor. Médiums: la orientación de la Doctrina Espírita siempre es clara. El egoísmo y el orgullo son dos corredores sombríos, que donde quiera que sea nos conducen al vicio y a la delincuencia en angustiantes procesos obsesivos, mientras que sólo el bien es capaz de filtrar con lealtad la Inspiración Divina, si bien para eso es indispensable admirarlo y divulgarlo y, por encima de todo, precisamos quererlo y practicarlo con todas las fuerzas de nuestro corazón. Página psicografiada por el médium Francisco Cândido Xavier, dictada por el Espíritu Emmanuel, en la reunión pública del 22-2-60. Extraída del libro «Siembra de los Médiums». ******************************
ENEMIGOS DESENCARNADOS Denominamos con este nombre, a aquellos seres espirituales de inferioridad moral, que cegados en su ignorancia y en sus más bajos instintos, están presentes en nuestra vida y en nuestros pensamientos, más de lo que nosotros podemos imaginar, pues comparten con nosotros el mismo espacio, nuestras mismas imperfecciones, afinidades y acechan ver en nosotros una brecha moral, para así de forma sutil y casi imperceptible en un primer momento, infiltrarse en nuestras mentes ir haciéndose dueños de nuestros pensamientos. Si no estamos vigilantes y trabajando constantemente en nuestro auto reforma y elevación moral, aprovechan esas fisuras llegando a hacer con nosotros lo que quieran, adueñándose de nuestras acciones, manipulando nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestras mentes, pudiendo llegar a anularnos casi por completo. Debido a su ignorancia, se recrean en la maldad y en nuestro sufrimiento y su único objetivo es hacernos todo el daño que pueden, ya sea bien por deseos de venganza, desafectos, deudas pendientes con de otras vidas o de esta, ya sea bien por celos, envidias, sobreprotección patológicas, etc.… Es muy importante el tener presente, que estos seres son seres enfermos y que necesitan de nuestra ayuda y comprensión, de nuestro amor ya que ellos al igual que nosotros son hijos de Dios y hermanos nuestros que ayudan a su nivel y de igual modo que el resto de seres del universo, a la ley del progreso y equilibrio universal. Los ataques diariamente recibidos de estos seres espirituales, requieren de una preparación y trabajo concienzudo, tanto en lo moral como en lo intelectual y en el día a día en el trato con nuestros semejantes además, del estudio de la doctrina que Allan Kardec nos lego de las manos de la espiritualidad superior. Si no, rápidamente nos convertimos en presa fácil y pueden llevarnos a la obsesión, la subyugación, la fascinación, la parasitosis espiritual, el vampirismo y otros desencadenantes físicos y morales que inclusive pueden prococarnos la locura e inducirnos al suicidio en los casos más graves. De ahí la frase de Jesús “Orad y vigilad” Todos nosotros, absolutamente todos, estamos expuestos a ser víctimas de los ataques de estos pobres seres, pues ellos están constantemente a nuestro alrededor, por todas partes, se pueden contar por miles e interfieren en nuestras vidas, en nuestros pensamientos y acciones, mucho más de lo que nos imaginamos. Los ataques pueden ser de forma individual, aunque también existen los ataques de colectivos espirituales a individuos o de colectivo a colectivo, a sociedades enteras, y hay como ejemplo, el caso de Morfina en el Alta Saboya, las guerras en muchos casos, los suicidios colectivos, etc. Tengamos en cuenta que si ellos están ahí y Dios justo y misericordioso los puso en nuestro camino, por algo es. Quizás sea por una expiación o prueba por la que tenemos que pasar. Como espiritistas y estudiosos de la doctrina de Kardec, sabemos cuáles son las herramientas de que disponemos para combatirlos y/o ayudarles si podemos y se dejan, utilizando la razón que se nos está dando y practicar con ellos el amor, la fe razonada, la compasión y comprensión que todo ser se merece, la caridad, la humildad, la piedad, la misericordia y el perdón. Es muy probable, que si no tuviéramos esos enemigos acechándonos y atacándonos cada vez que pueden, no sería posible que desarrolláramos y practicáramos las virtudes que anteriormente he citado y que son útiles y necesarias para nuestra elevación espiritual, nuestro progreso y nuestra evolución como espíritus. Como también he mencionado anteriormente, la comprensión y el estudio de la maravillosa doctrina de los espíritus, pone en nuestras manos, las herramientas necesarias para combatirles y/o ayudarles. Pensemos con lógica, utilicemos el sentido común y apartemos de nosotros la queja y el victimismo, pues sabemos que estos ataques a los que muchas veces somos sometidos, no se deben ni más ni menos que a nuestras propias imperfecciones morales y no busquemos culpables donde no los hay, ya que el culpable esta dentro de nosotros y de nuestra elevación moral que la mayoría de las veces, no es la correcta. No existe la cura mágica que los aparte de un momento para el otro de ese mal que nos asola, pero si existe un conjunto de acciones y comportamientos que nos llevaran cien por cien a ganarles la batalla, eso sí, con estudio, perseverancia, responsabilidad, amor, esperanza y fe. - LA ORACIÓN: Es uno de los medios más poderosos para apartar de nosotros aunque sea de forma pasajera ese malestar causado por sus pensamientos, ya que orando, creamos a nuestro alrededor una spicoesfera vibraciones mas o menos elevada que les impide llegar hasta nosotros. - EL ESTUDIO SISTEMATIZADO DE LA DOCTRINA Y EL ESTUDIO DEL EVANGELIO: Nos explica y nos enseña de forma lógica, comprensible y razonada, que es lo que nos está pasando y nos enseña a vivir bajo la moral de Jesús y en constante vigilancia. Nos introduce en una forma de vida, donde el amor es nuestra máxima y nos enseña a vivir de forma humilde y caritativa, ayudando a nuestro semejante y ofreciéndonos la manera de hacernos cada día un poco mejor con nosotros mismos y con todo y todos los que viven en nuestro entorno. - LA AUTOREFORMA Y EL AUTOCONOCIMIENTO: Estudiándonos interiormente, interrogándonos sobre nuestras acciones y analizando minuciosamente nuestras imperfecciones, sabremos trabajarlas y esto es necesario para nuestra elevación moral. - LOS PASES MAGNÉTICOS: Con el intercambio de fluidos, también conseguimos alejarlos aunque sea de forma temporal. Y por ultimo y no por ello de menor importancia sino todo lo contrario. - LA PRACTICA DEL BIEN Y DE LA CARIDAD: El trabajo constante de ayuda al prójimo, realización de acciones nobles diarias, curan y transforman hasta a nuestros enemigos, respetando la máxima de Jesús “Amad al prójimo como a ti mismo” y de ahí “Amad a vuestros enemigos”, porque un acto de amor cambia el mundo. Este, sería el sello para vivir en sintonía con el bien, en paz, armonía y equilibrio con nosotros mismos, con los seres que nos rodean encarnados o desencarnados y con el resto del universo. Esforcémonos más, amemos más, perdonemos más, ayudemos más y si no sabemos, aprendamos a hacerlo. Vivamos dentro de la fe y la moral de Jesús nuestro gran maestro, porque principalmente a los espiritas, es lo que se nos pide que hagamos. Solo así, ellos, esos pobres enfermos de espíritu a los que llamamos nuestros enemigos, al ver que no pueden con nosotros, muchos se aburrirán y desistirán de su lucha en hacernos sufrir, en otros muchos casos al ver nuestro ejemplo, nacerá en ellos el remordimiento y el perdón que deseamos, conseguiremos adoctrinarles y ayudarles, y otros tantos, después de haberles devuelto el mal que nos hicieron por bien, seguramente, se convertirán en nuestros grandes amigos espirituales y porque no en nuestros Ángeles protectores o guardianes. ¿Porque Quien es en el fondo nuestro peor enemigo, sino nosotros mismos?... -Merchita- ******************* “El amor, es el antídoto más fuerte que existe para luchar contra el mal” Sol