viernes, 28 de julio de 2017

En que se fundamenta la idea de la Reencarnación




Lecturas de hoy:

- ¿ Quien fue el Espíritu André Luiz?
- La simiente y la fruta
- ¿ Cómo son los seres del Bajo Astral?
- ¿ En qué se fundamenta la idea de la Reencarnación?


                
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¿ QUIEN FUE EL ESPÍRITU ANDRÉ LUIZ ?

Autor: Hércio M. C. Arantes
En la década de los 60, cuando estudiaba la serie de obras de André Luiz, psicografiadas por Francisco Cándido Xavier, naturalmente entusiasmado con la riqueza de sus informaciones cogidas en estadios realizados en varios sectores de aprendizaje del Más Allá y transmitidas con atrayente descripción en romance, también tuve, como muchos cofrades, la curiosidad de saber quien era el autor, desencarnado hacía pocas décadas, que se ocultaba en aquel pseudónimo.
Esa curiosidad fue agudizada por una observación de la revista Reformador, que al divulgar el lanzamiento de más de una obra de André Luiz, por la Federación Espírita Brasileira (FEB), lo identificó como un ilustre médico de Rio de Janeiro.
Pâsé entonces, a investigar su identidad, consultando biografías de personajes de la Medicina brasileira y también recordando siempre la advertencia de Emmanuel, conforme se lee en su prefacio para el libro Nosso Lar, el primero de la serie : "En balde, los compañeros encarnados buscarían al médico André Luiz en los catálogos de la convención. En ocasiones, el anonimato es hijo legítimo del entendimiento y del verdadero amor".
Confirmando la advertencia del sabio guía espiritual del médium, mis pesquisas fueron infructuosas. Estas indicaban como al autor más probable, al Dr. Álvaro Alvim (1863-1928), que escribió varios libros médicos y fue mártir de la Medicina brasileira. Algunos datos biográficos y su fisionomía, estampada en la Enciclopedia Lelo Universal, llevaban a esa hipótesis, que no satisfacía nuestro objetivo.
Cité la fisonomía `porque la imagen de André Luiz ya había sido divulgada por el Anuario Espírita de 1964. que la presentó juntamente con la entrevista de ese espíritu a través de los médiums Francisco Cándido Xavier y Waldo Vieira.
Después de esa entrevista, realizada en Uberaba(MG), en 1963, con la presencia del ferviente cofrade Jô (Joaquín Alves, S.Paulo SP 1911-1985), autor de numerosas tiradas de libros espíritas, ese conocido artista solicitó al Dr. Waldo un esbozo de la imagen de André Luiz, fundamentada en su clarividencia. Atendido en su pedido, aprovechando su facilidad para diseñar, Jô efectuó la parte final de aquel retrato.
Por tanto, no encontrando una solución clara para la cuestión, en la primera oportunidad, recurrí al médium amigo de Chico Xavier, participándole de mi investigación.
Él, como siempre, me escuchó pacientemente, y después me esclareció de forma incisiva: "No pierda tiempo,pues la biografía de André Luiz, en Nosso Lar, está toda truncada"-
Con esa oportuna advertencia, he encerrado definitivamente mis pesquisas, entendiendo que había, de hecho, razones muy serias para que el autor se ocultase, no solo como su pseudónimo, sino también alterando su propia biografía, sin ningún prejuicio en la transmisión de las enseñanzas superiores de las que era portador.
Finalmente el médium nos lo aclaró completamente.
El 20 de febrero de 1993, en un fin de semana, al visitar al estimado médium Chico Xavier, en su residencia, tuvimos una sorpresa feliz.
Juntamente con tres familiares- su esposa María de Nazareth, nuestro hijo Hélio Ricardo y tio Hélio- entramos en la sala de su casa, local habitual en donde él recibía a los visitantes. encontrándo asentado, en una palestra con algunos cofrades, entre ellos, Dorival Sortinho, presidente de las Casas Fraternales El Nazareno, de San Andrés (SP), a un médico, ya de avanzada edad, de Rio Grande de Soul, que integró la última  promoción de alumnos del Dr.  Carlos Chagas, en Río de Janeiro.      
Este, cuando residía en los Estados Unidos, habría ayudado al médium cuando  estuvo en uno de sus viajes  a aquel país.                                       
Después que llegamos, Chico y el médico pasaron a dialogar sobre la figura del profesor Dr. Carlos Chagas (1879-1934). médico y científico brasileiro que se hizo célebre por establecer, solo y simultáneamente, la etiología, características patológicas y prevención de una nueva y grave enfermedad, que en su homenaje fue denominada "Dolencia de Chagas".
A cierta altura de la conversación, Chico abordó una cuestión, que mucho me sorprendió, pues su esclarecimiento nunca había sido divulgado.
En ese momento, pasamos a anotar  su palabra, como siempre hacíamos, yo y mi esposa, cuando oíamos algo más interesante del querido médium.
Nos contó entonces, con naturalidad, que al terminar la psicografía del libro Nosso Lar, esperaba que su autor usase su propio nombre, el de la última encarnación.
Pero, para su sorpresa, cierta noche, estando en desdoblamiento espiritual, manteniendo un diálogo con el Dr. Chagas, fue informado de que, para no crear problemas al medium, él usaría un pseudónimo.
Y, dentro de un año, Chico entendería mejor esa decisión.
Seguidamente, Chico le preguntó cual sería el pseudónimo que él usaría.
Entonces el autor miró al hermano del médium, llamado André Luiz, que dormía en la cama de al lado y le dijo que usaría el nombre de él. Y así fue hecho.
La primera edición de Nosso Lar fue lanzada por la FEB en 1944, con prefacio de Emmanuel, con fec ha 3 de octubre de 1943.
¿ Y que es lo que acontecería en el próximo año?
En 1944, la señora viuda del renombrado escritor Humberto Campos (1886.1935), pleiteó enla Justicia los derechos de autoría de las obras mediúmnicas de Humberto de Campos    ( espíritu), recibidas por Francisco C.Xavier y editadas por la FEB.
Surgió entonces, el  "caso Humberto de CAmpos". caracterizado como escándalo por la gran prensa. 
A propósito, nos dice Chico: "Fue horrible por causa de la alarma de la prensa".(Ver testimonio del médium en Chico XAvier-el Apostol de la Fe, de Carlos A. Baccelli, LEEPP 2002, cap. ¡Chico, 89 primaveras!)
Tras una larga trayectoria, el proceso llegó al final con la absolución de los acusados: el médium y la editora.
A partir de esa época, Humberto CAmpos, Espíritu, paso a usar el pseudónimo de Hermano X en sus libros psicografiados.
Por tanto es facil entender la preocupación del Dr. Carlos Chagas (Andre Luiz) en no identificarse como el autor de Nosso Lar, que, según la programación superior, representaba el marco inicial de una larga serie de libros.
Era necesario que, más allá del pseudónimo, el autor espiritual no fuese, en modo alguno, identificado, gracias a la providencia de cambar datos de su vida, sin afectar el elevado contenido de la obra.
Autor: Hércio M. C. Arantes
Reproducción del Anuário Espírita de 2004 – IDE – Araras, por el mismo autor
Noviembre de 2009 - Edición número 423
Tomado de la Revista "Colombia Espírita"-
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LA SIMIENTE Y LA FRUTA

La naturaleza siempre nos ofrece grandes y bellos enseñanzas, basta que prestemos atención en los mínimos detalles.
Es el caso por ejemplo, de la simiente y el fruto.
Y, cuando hablamos de simiente y fruto, luego nos viene a la mente la germinación de las simientes de trigo, mijo, cebada entre otras.
Más no son solo esas simientes las que nacen y fructifican. Las simientes del bien y del mal que esparcimos germinan también con toda certeza y precisión.
Hay simientes de germinación rápida, como la de la col, por ejemplo, y hay otras de germinación lenta, como la del roble.
Todas, sin embargo, nacen, crecen y dan fruto a su debido tiempo.
Lo mismo acontece con la sementera del bien y del mal. Algunas simientes nacen de pronto, otras son de germinación tardía.
La tierra no guarda ninguna simiente viva en su seno: todas las que allí son lanzadas de allí surgen con sus respectivos frutos.
Fenómeno semejante ocurre en el terreno espiritual: el bien y el mal, la verdad y la mentira, el amor y el desamor, la justicia o la injusticia, una vez sembradas, nacerán fatalmente y darán frutos conforme sus respectivas especies.
Jesús, el gran Sabio de la humanidad, nos enseñó esas cosas cuando habló  que un árbol bueno no da malos frutos y un árbol malo no puede dar buenos frutos.
Y aun afirmó que nos e cogen higos de los espinares, ni se cosecha uvas de los abrojos.
Todo eso quiere decir que lo que sembramos hoy, recogeremos luego más, así como la cosecha de hoy es el resultado del plantío hecho en el pasado, que puede ser próximo o remoto.
Es por esa razón que son necesarias varias existencias para plantar y cosechar, preparar el suelo y sembrar nuevas simientes.
Y esa ley de causa y efecto, o de acción y reacción, tiene por finalidad el progreso intelectual y moral del hombre.
Cuando recogemos los frutos amargos de la siembra infeliz, aprendemos a seleccionar mejor las simientes para los plantíos futuros, y es eso lo que Dios espera de cada hijo suyo.
De esa forma, de existencia en existencia vamos perfeccionando nuestro campo íntimo, arrancando las hiervas dañinas y cultivando la hierba buena de las virtudes.
Por tanto, por la siembra de hoy podemos precisar cómo será nuestra cosecha futura.
Así como no debemos lanzar la culpa a nadie por la cosecha que estamos haciendo hoy, por ser nosotros los únicos responsables por ella.
Al final, fue el propio Cristo el que aseguró que la siembra es libre pero la cosecha obligatoria.
Tratemos, pues, de tomar los debidos cuidados con las simientes que estamos lanzando en el suelo de los días actuales. ¡Piense en eso!
Jesús muchas veces enseñó por parábolas. Vale la pena servirnos de ellas retirando las lecciones para nuestras vidas.
Cierta vez El dijo que el hombre bueno dice  cosas buenas del buen tesoro de su corazón, y el hombre malo dice  cosas malas de su tesoro  en el corazón, porque la boca habla de aquello que sobreabunda en el corazón”.
Esas pocas palabras del Maestro ya nos da mucho material para reflexionar.
¡Pensemos en eso!
Texto basado en el libro “En Torno al Maestro”, cap. La Simiente y el Fruto, pág. 227)
Aportado por Mercedes Cruz-
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¿Cómo son los Seres del   “Bajo Astral”?
 Con esta denominación  nos referimos a los seres que se encuentran en las franjas vibratorias más groseras e inferiores, pero  próximas  a la  corteza terrestre; lo que también se conoce en medios espíritas como “La Costra”, según lo denomina el espíritu André Luiz
en la obra de Chico Xavier “Nosso Lar” (Nuestro Hogar).  En estos  planos de existencia espiritual de baja vibración, los Seres que existen inmersos  allá se encuentran  en un estado de sufrimiento y agonía que les parece ilimitado,  causado por el ambiente tétrico, oscuro y pantanoso que lo conforma, con la maldad, el horror de lo nauseabundo, el pánico , y sobre todo la desesperación de creer que ese estado es infinito.
Al Ser  que se encuentra en tal estado,  le es difícil comprender y admitir que solamente retomar  la ley del Amor es el único camino que se les brinda para alejarse de esa situación, y que la única puerta de salida a ese camino es recomenzar de nuevo con el deseo de enmendar errores y de amar.
Sin embargo en ese plano de sufrimientos , se reciben muy a menudo “visitas” de Seres procedentes de otros planos espirituales mas elevados que acuden allí en misión de rescate  y lo pueden hacer con quien está dispuesto para ser rescatado, con arreglo a su grado de arrepentimiento y de deseo de rectificar aprovechando  nuevas oportunidades durante otras vidas humanas.
       La situación amarga que es la estancia en estos planos inferiores, dura lo que tarda el Ser en comprender el alcance de sus errores y sentir el deseo de  rectificarlos.
El Ser llega hasta allí porque cuando abandona el cuerpo tras la muerte, su periespíritu se halla  impregnado de una energía o magnetismo denso y pesado, producto de sus errores e imperfecciones. Este actúa como un lastre para el Ser, que de ese modo se queda situado en las regiones astrales inferiores cercanas a la Tierra, hacia donde es atraído por las leyes de gravitación y también la de afinidad vibratoria terrestre, mezclándose con sus habitantes a los que con frecuencia parasitan.
Esta afinidad y cercanía al plano material le lleva a experimentar sufrimientos semejantes a los físicos; de ahí se explica cuando en algún caso de comunicación mediúmnica expresan sensaciones de abrasamiento o de frío.
Tal vez por ello, las religiones cuando alguna vez han obtenido un comunicado del Más Allá  con estas características y descripciones, han concebido la idea de un lugar en donde las almas se queman en un fuego eterno.
Asimismo, lo mismo que las religiones imaginaban un cielo situado “arriba”, en contrapunto también tenía que haber un infierno situado en el extremo opuesto, “abajo”, o sea, en las entrañas de la Tierra, lo que apoyaba la idea de un infierno de gran y permanente fuego por la existencia de los volcanes y el calor interno de la misma.
La realidad es que los moradores del bajo astral habitan una dimensión que se interpenetra físicamente con la nuestra, y en ella se llegan a organizar para llevar a cabo acciones de mal o de crueldad entre ellos mismos y hacia los humanos de este mundo, simplemente por causa de venganzas , odios y envidias.
 Desde muy antiguo estos Seres del Bajo Astral fueron  conocidos por los brujos, pitonisas, sibilas, etc, y se les nombró como  diablos o demonios, palabra esta que proviene del griego  “Daimon” y  que significa “génio”.
- Jose Luis Martín-
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EN QUE SE FUNDAMENTA  LA IDEA DE                   LA  REENCARNACIÓN. 

I. En la reencarnación se encuentra la demostración palpable y objetiva de las causas inherentes a las desigualdades humanas. 
2. Lejos de turbar la mente humana, la idea de la reencarnación la ilumina, haciendo resaltar la Justicia Divina, en: CADA CUAL SEGÚN SUS OBRAS. 
3. Cada existencia es un eslabón que se une hacia atrás y hacia adelante con eslabón distinto, con una vida diferente, pero solidaria con las demás. 
4. Todos tenemos un mismo punto de partida en la Vida Una y exactamente igual, y la misma meta a alcanzar: LA PERFECCIÓN. 
5. Todos habremos de llegar a esa meta, tarde temprano, dependiendo del esfuerzo que pongamos en avanzar, en perfeccionarnos. 

Sebastián de Arauco.
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jueves, 27 de julio de 2017

Una indicación importante




Temas en este día :

- No hay efecto sin causa
-  La necesaria unión con la Mente Divina
- El primer deber
- Una indicación importante



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   NO HAY EFECTO SIN CAUSA
En Campillo de Arenas, (Jaén) se suicidó el 21 de mayo último, un anciano de 60 años. Se le encontró ahorcado en las ramas de un olivo. El suicida se llamaba Antonio Martinez Aguilar; tenia bienes suficientes para vivir con desahogo, mucho más cuando la familia sólo se componía del matrimonio y un hijo casado.
Un espiritista me escribió contándome el triste suceso, diciéndome: “Como quiera que se ignoran los móviles que le obligaron a cometer tal disparate, deseamos que Vd. pregunte a su guía sobre el ayer de ese desventurado, pues según nuestro parecer, creemos que ese desgraciado ha sido obsesado por un mal espíritu, y guiado por él hasta el extremo de ocasionarle la muerte. ¡Pobres seres que faltos de un ideal, no saben eximirse de los malos pensamientos que sus enemigos les inspiran!”.
Efectivamente, que el suicidio de un anciano que vivia tranquilamente sin conocer las angustias de la lucha por la existencia, llama poderosamente la atención, muy en particular a los espiritistas que sabemos la intima relación que existe entre el ayer y el presente de los espiritus; y aprovechando la primera oportunidad que se me presentó, pregunté al guia de mis trabajos, y éste me contestó lo siguiente:
“Tienes razón al creer que cuando a ciertas edades se toman resoluciones tan extremas, causas muy poderosas deben influir para su realización.
El humilde anciano que en los últimos años de su existencia puso fin a sus días de un modo tan violento y tan inusitado, no tenía motivos en verdad para deshacerse de la carga de la vida, ya que por esta vez su carga había sido ligera, y había vivido como dijo uno de vuestros poetas, ni envidiado ni envidioso, pero cuando se ha faltado repetidas veces a los deberes que impone la moralidad, tarde o temprano se tiene que dar comienzo al saldo de las cuentas atrasadas, y ese suicida tiene larguísima historia.
No ha cometido grandes crímenes, de esos que manchan el libro de la historia universal con manchas imborrables, no; no ha matado a nadie con espada ni puñal, ni con balas homicidas, no ha incendiado ningún pueblo, no ha derribado ningún trono, ha pasado completamente desapercibido y sin embargo, ha hecho muchas víctimas (innumerables puede decirse), porque ha sido un seductor irresistible, dotado de arrogante figura, llevando en sus ojos el fuego del deseo y en sus labios la miel de la lisonja; las mujeres se sentían dominadas por su mirar magnético y atraídas como las mariposas, se acercaban al fuego de sus ojos y quemaban las alas de su virginidad sin saber lo que hacían; y él, satisfecho su deseo, buscaba nuevas flores para libar en su cáliz el néctar de la vida, y muchas de aquellas incautas doncellas buscaban en la muerte lo que no podían encontrar en la vida, su honra inmaculada. Entre sus víctimas figuró una joven hermosísima, hija de una gran familia y la infeliz, al conocer que iba a ser madre, se arrojó a un precipicio para ocultar en el fondo su deshonra. Como el amor siempre es clemente, ella perdonó a su matador, y desde el espacio procuró traerlo a buen camino, pero el hijo que se agitaba en sus entrañas (antiguo enemigo de su padre), al verse libre de la cárcel materna, se aumentó el odio que sentía por su antiguo enemigo y se dio palabra a sí mismo de perseguirle y conducirle a la muerte cuantas veces le fuera posible, ya que había desperdiciado la ocasión de reconciliarse con su antiguo enemigo que le eligió por padre para dar comienzo a una reconciliación que se hacía necesaria, ya que llevaban muchos siglos de ofenderse mutuamente; pero el vicio dominante del seductor incorregible pudo más que el buen deseo de su enemigo y la llama del odio del antiguo enemigo brilló nuevamente con más calor y con más vida; por eso ha muerto ese anciano violentamente, porque su enemigo no le deja, y aunque otros espíritus velan por él, se juntan fuerzas iguales y cae vencido el seductor de otros tiempos. No será ésta la última vez que apelará al suicidio ese desgraciado; compadeced a todos los suicidas, que la mayoría de ellos son víctimas de sus enemigos de ayer, y haced cuanto os sea posible por no adquirir enemistades, que no hay enemigo pequeño. Si despreciáis a un mendigo o marcáis con tratado desvío a un ser que os es antipático, diciendo: No lo puedo remediar; ese individuo me molesta, me crispa los nervios, no puedo estar junto a él, y… ¡quién sabe si mañana, ese ser tan repulsivo, se agitará en vuestras entrañas y sufriréis por él los dolores del alumbramiento y las mil penalidades que ofrece a las mujeres la maternidad!
Mucho puede decirse sobre este tema, pero basta por hoy. Adiós”.
Dice bien el espíritu, no hay enemigo pequeño; por eso debemos esforzarnos en hacer ensayos del amor universal para no tener más que amigos AQUÍ Y ALLÁ.
AMALIA DOMINGO SOLER
Artículo extraído de la revista “La Luz del Porvenir”, Nº 9, 12 de junio de 1907
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             LA NECESARIA UNIÓN CON 
            LA  MENTE DIVINA
El único medio para salvar a la humanidad en peligro y que amenaza abismarla en la anarquía, es el de elevar los pensamientos y los corazones, todas las aspiraciones del alma humana hacia este poder infinito que es Dios; es unir nuestra voluntad a la Suya y penetrarnos de su ley; aquí está el secreto de toda fuerza, de toda elevación.. 
Y nos iremos sorprendiendo y maravillando a medida que avancemos por esta vía olvidada; al reconocer que Dios no es una abstracción metafísica, un vago ideal perdido en las profundidades del sueño; un ideal que sólo existe - como dicen Vacherot y Renan-, cuando pensamos en Él. No. Dios es un Ser viviente, sensible, consciente; Dios es una realidad actuante; Dios es nuestro padre, guía, consolador y mejor amigo.- A poco que le dirijamos nuestros llamamientos y que le abramos nuestro corazón, nos alumbrará con su luz, nos 
reconfortará con su amor; extenderá sobre nosotros su alma inmensa, su alma rica en todas las perfecciones. Por El y en Él solamente nos sentiremos felices, y fuera de Él sólo encontraremos oscuridad, incertidumbre, decepción, dolor y  miseria moral. 

LEÓN DENIS 
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                                         EL PRIMER DEBER


El primer deber de todo ser humano, el primer acto que debe señalar su retorno a la actividad cotidiana, es la oración. Casi todos vosotros oráis, pero, ¡cuán pocos saben hacerlo! ¡Qué importan al Señor las frases que hilvanáis unas con otras de una manera maquinal, por haberos habituado a ello, ya que es una obligación que cumplís y que, como todo deber, os resulta pesado!
La plegaria del cristiano, del espírita, cualquiera que sea el culto a que pertenezca, debe ser hecha en el momento mismo en que el espíritu vuelve a uncirse el yugo de la carne.
Tiene entonces que elevarse hasta los pies de la Divina Majestad, humilde y profundamente, en un impulso de reconocimiento por todos los beneficios recibidos hasta esa fecha: por la noche que acaba de pasar y durante la cual se os permitió aun sin vosotros saberlo regresar cerca de vuestros amigos y guías para adquirir, al contacto con ellos, más fuerza y perseverancia. Vuestra oración debe elevarse con humildad hasta los pies del Señor, para encomendarle vuestra debilidad y pedirle su apoyo, indulgencia y misericordia.
Tiene que ser profunda, porque es vuestra alma la que debe elevarse hacia el Creador, transfigurándose como Jesús en el monte Tabor y llegando hasta Él blanca y radiante de esperanza y amor.
Vuestra plegaria debe contener la petición de gracia de que tengáis necesidad, pero ésta deberá ser una necesidad real. Inútil será que roguéis al Señor para que acorte vuestras pruebas u os conceda alegrías o riquezas. Antes por el contrario, suplicadle que os dispense los bienes más preciosos de la paciencia, la resignación y la fe. No digáis, como muchos de vosotros afirman: "No vale la pena orar, puesto que Dios no me otorga lo que le pido." ¿Qué le solicitáis en casi todos los casos? ¿Pensáis a menudo en impetrarle vuestro mejoramiento moral? ¡Oh, no, esto muy pocas veces! Os acordáis más bien de pedirle buen éxito en vuestras empresas terrenales, y luego exclamáis: "Dios no se ocupa de nosotros. ¡Si lo hiciera, no habría en el mundo tantas injusticias!".
¡Insensatos e ingratos! Si descendierais hasta los hondones de vuestra conciencia, casi siempre encontraríais en vosotros mismos el punto de partida de los males de que os doléis. Pedid, pues, ante todo, vuestro mejoramiento, y veréis entonces qué torrente de gracias y consuelos se derramará sobre vosotros.
Debéis rogar incesantemente, sin por eso retiraros a vuestro oratorio o postraros de hinojos en las plazas públicas. La oración diaria consiste en el cumplimiento de vuestros deberes de todos ellos, sin excepción, sea cual fuere su naturaleza. ¿Acaso no es un acto de amor hacia el Señor el que asistáis a vuestros hermanos en cualquier necesidad que tengan, bien sea moral o física?...
¿No realizáis una acción de gracias cuando eleváis a Él vuestros pensamientos porque una felicidad os ha alcanzado, u os salváis de un accidente, e incluso porque una mera contrariedad apenas si os roza; cuando decís en vuestro fuero interno: " Bendito seas, Padre mío"?¿No constituye un acto de contricción el humillaros ante el Juez Supremo cuando sentís que habéis incurrido en falta, aunque sólo sea por un pensamiento fugitivo, y le decís:
Perdóname, Dios mío, por haber pecado por orgullo, egoísmo o falta de caridad. Dame la fuerza precisa para no desfallecer y el valor necesario para reparar mi falta"'?........
Esto es independiente de las oraciones regulares de la mañana y de la noche y las de los días consagrados. Como veis, la plegaria puede serlo en todo instante, sin que en manera alguna interrumpa el curso de vuestros trabajos.
Antes bien, dicha así, santifica a estos últimos. Y persuadíos de que uno de esos pensamientos, que parta del corazón, es más escuchado por vuestro Padre celestial que las largas oraciones que se recitan por costumbre, muchas veces sin una causa específica, y a las cuales os llama de forma maquinal la hora establecida. 

El Evangelio según el Espiritismo.

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" No importa su nivel de educación, talento, riqueza o popularidad.
   La manera como usted trata al otro es lo que dice todo sobre usted."
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          UNA INDICACIÓN IMPORTANTE

Si usted pudiere, aún hoy: olvide contratiempos y muestre una sonrisa más amplia hacia aquellos que le comparten la vida; dé un toque más de felicidad y belleza en su rincón doméstico; haga una visita, aunque sea breve, al enfermo que usted desea consolar; escriba, aunque sea un simple billete, transmitiendo esperanza y tranquilidad, en favor de alguien; mejore sus conocimientos, en el sector de trabajo en el que esté empleado su tiempo; extienda algo más de optimismo y alegría a los que se encuentren sus fajas de convivencia; procure olvidar - pero olvidar de verdad- todo que le sea motivo de tristeza o aborrecimiento; lea alguna página edificante y escuche música que pacifique el corazón ; dedique algunos minutos a la meditación y a la oración; practique, por lo menos, una buena acción sin contarla a nadie. Estas indicaciones de apoyo espiritual, si fueren observadas, harán gran bien a los demás, pero especialmente a usted mismo. 

Espiritu André Luiz 
Medium Francisco Cândido Xavier 


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miércoles, 26 de julio de 2017

Tabaquismo




Menú del día:

- Enseñanza sobre el dolor estudiando espíritus sufrientes.
-Desigualdad de las aptitudes humanas
-La ciencia del amor
- Tabaquismo

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       ENSEÑANZA SOBRE EL DOLOR ESTUDIANDO ESPÍRITUS SUFRIENTES



Los espíritus sufrientes

Si analizamos las costumbres de prácticamente la totalidad de los pueblos de la Tierra, en el fondo de muchas de sus tradiciones, se encuentra la creencia de la existencia de espíritus sufrientes. La industria cinematográfica se ha aprovechado de todo ello para ganar espectadores utilizando sus propias predisposiciones debido a sus creencias. Son innumerables las películas que introducen en su trama a los espíritus con la finalidad de crear suspense y misterio, aunque en pocas ocasiones dando enseñanza moral alguna. La religión se ha aprovechado del creyente infundiendo miedo de las penas de lo que denominan purgatorio, aumentando el control sobre sus feligreses y creando distintos sistemas externos para exonerarse sin tener que llevar a cabo una reforma moral interna. El arrepentimiento superficial, sin reparación del mal, ni transformación interior, es considerado suficiente para que el pobre incauto se sienta perdonado, encontrando muy "barato" dejarse caer para supuestamente volver a levantarse, innumerables veces, según esta ley de los hombres.

Los reporteros parapsicólogos llenan portadas y libros con casos que mantienen siempre inexplicables para que no decaiga el misterio como fuente de ingresos. No se conoce todavía un caso resuelto satisfactoriamente desde el conocimiento espiritual mientras que prevalecen teorías de lo más exóticas y perturbadoras para el raciocinio humano. Se echa de menos a los verdaderos maestros de la psicología experimental del pasado que anteponían la verdad científica a sus intereses personales, enfrentándose muchas veces a la pérdida del respeto por parte de las academias científicas, cegadas por el orgullo y compradas por los intereses del materialismo, despreciando el estudio del alma como ser inmortal.

Por todo ello, al hablar sobre espíritus sufrientes es normal que la imagen que se nos venga a la cabeza sea lo visto en algún programa de misterio, película, etc., la mayoría de ellos muy alejados de la realidad.

La desencarnación

Conocemos gracias al Espiritismo, que el espíritu después de desencarnar se encuentra en un estado de turbación más o menos largo en función de los lazos que lo unen a la materia (1). Cuando es liberado finalmente de dichos lazos materiales se encuentra en la situación que le corresponde a su evolución espiritual. Unos aferrados a las pasiones buscan satisfacer sus apetitos buscando colaboradores incautos que se los brinden. Otros ignorantes no comprenden y reniegan de su situación. Otros con la conciencia más desarrollada sufren por las culpas de lo que hicieron o se afligen por la falta de elevación que todavía no alcanzaron.

La asistencia a los espíritus sufrientes  a través de la mesa mediúmnica es una gran escuela de la vida, donde las experiencias se muestran tan evidentes que llegan a conmover enseñándonos la realidad espiritual de lo que podría ser nuestra situación al desencarnar en caso de cometer los mismos errores.

La mesa mediúmnica en el servicio a espíritu sufrientes ofrece un amplio abanico de experiencias espirituales, consecuencia de los actos en la vida material. Ejemplos ardientes de la Ley de Causa y Efecto y de la Ley de Reencarnación.
Si fuéramos conocedores de la realidad espiritual después de la desencarnacion, muchos de nosotros nos comportaríamos de manera diferente de lo que normalmente nos comportamos. Seríamos más conscientes de las consecuencias de nuestros actos.

El conocimiento no siempre lleva asociado el ser consciente de lo aprendido, es necesario interiorizarlo. Procesamos mucha información que creemos asimilar sin plantearnos las consecuencias morales que tiene con respecto a nuestro comportamiento. El conocimiento que nos llega con una carga emocional sin embargo puede tener un efecto desgarrador que puede arañar nuestras estructuras de la personalidad impulsándonos al cambio y a la mejora moral. A veces, al vernos reflejados en los demás, podemos prever lo que nos estamos forjando por nosotros mismos.
La mediumnidad por tanto, es una escuela de conocimiento espiritual aplicado. Las principales leyes que se ven reflejadas son: Reencarnación, Causa y Efecto, Justicia Amor y Caridad, Igualdad, Afinidad y Sintonía.

El dolor y el sufrimiento

El primer libro que nos mostró conversaciones con espíritus sufridores es "El Cielo y el Infierno" de Allan Kardec y posteriormente hubo continuidad en la "Revista Espirita" entre los años 1858 y 1869.
La "Revista Espírita" de diciembre 1858 habla sobre las sensaciones y sufrimientos de los espíritus, concluyendo que para "El Espíritu, los sufrimientos que padece son siempre la consecuencia de la manera con la que ha vivido en la Tierra; sin duda, no tendrá más la gota ni el reumatismo, pero tendrá otros sufrimientos que no son menores. Hemos visto que sus sufrimientos son el resultado de los lazos que todavía existen entre él y la materia; que cuanto más desprendido está de la influencia de la materia –dicho de otro modo–, cuanto más desmaterializado se encuentra, menos penosas son sus sensaciones; ahora bien, depende de él liberarse de dicha influencia desde esta vida; tiene libre albedrío y, por consecuencia, puede elegir entre hacer o no hacer; que dome sus pasiones animales, que no tenga odio, ni envidia, ni celos, ni orgullo; que no se deje dominar por el egoísmo, que purifique su alma con buenos sentimientos, que haga el bien y que no dé a las cosas de este mundo más importancia de la que merecen, y entonces –incluso bajo su envoltura corporal– ya estará purificado, ya estará desprendido de la materia, y cuando deje esa envoltura no sufrirá más su influencia; los sufrimientos físicos que haya experimentado no le dejarán ningún recuerdo penoso ni le quedará de ellos ninguna impresión desagradable, porque sólo afectaron al cuerpo y no al Espíritu; se sentirá feliz al verse liberado, y la calma de su conciencia lo librará de todo sufrimiento moral".(1)
También la "Revista Espírita", en su número de abril de 1860, nos habla de la conciencia, la Ley Divina, inscrita en el fondo de nuestros corazones, que está relacionada con el sufrimiento del espíritu deudor tanto en cuanto es  responsable de que pueda aparecer o no el sentimiento de culpa. Nos dice: "Cada hombre tiene en sí mismo lo que vosotros llamáis: una voz interior. Es aquello que el Espíritu llama: la conciencia, juez severo que preside todas las acciones de vuestra vida. Cuando el hombre está solo, escucha a esta conciencia y evalúa las cosas en su justo valor; frecuentemente tiene vergüenza de sí mismo: en este momento reconoce a Dios. Pero la ignorancia —fatal consejera— lo arrastra y le pone la máscara del orgullo; ante vosotros, él se presenta engreído en su vacuidad, buscando engañaros con el aplomo que aparenta." (2)

El dolor moral viene relacionado por el desarrollo de la conciencia y la desaparición del orgullo. Aquellos espíritus que utilizan el orgullo para acallar la conciencia aparentemente, al principio, no sufren. Pueden retardar su sufrimiento moral puesto que en ellos está ausente el sentimiento de culpa. La "Revista Espírita" de octubre de 1860 nos lo explica perfectamente en este pasaje: "El Espíritu malo que pone en práctica su rabia es casi dichoso; sólo sufre en los momentos en que no logra actuar y cuando el bien triunfa sobre el mal. Sin embargo, los siglos transcurren; el Espíritu malo siente que de repente las tinieblas lo invaden. Su círculo de acción se restringe, y su conciencia, hasta entonces sorda, le hace sentir las puntas afiladas del remordimiento". Sus sufrimientos, en las primeras etapas, de expiación, son principalmente de origen externo, consecuencia de la Ley de Causa y Efecto, expiaciones consecuencia de errores pasados, frente a los sufrimientos de origen interno que vendrán en las etapas posteriores, de pruebas, consecuencia del desarrollo de la conciencia y el consecuente sentimiento de culpa. En estas etapas, conforme desarrolle su conciencia, podrá solicitar sus propias pruebas siendo el único responsable por su dolor, manteniendo su libre albedrío.

El dolor es el remedio que la Naturaleza nos ofrece para comunicarnos que algo está mal como consecuencia de haber actuado en contra de la Ley Divina. Nos impide estancarnos y permanecer evolutivamente estáticos con los hábitos erróneos adquiridos creándonos la necesidad imperiosa de cambiar. Cuando incorporamos un hábito erróneo, nuestro subconsciente lo cristaliza e intenta protegerlo como propio, puesto que la mente tiende hacia la conservación de todo lo que considera útil. Únicamente el dolor podrá despertar la dosis de conciencia necesaria para despertar la necesidad de reaprender, rechazando el hábito dañino. El dolor, por tanto, es el camino largo del despertar de la conciencia. Elijámos el camino corto del cumplimiento de la Ley Divina para apartarnos de la necesidad del sufrimiento.

Concluimos con todo ello que el dolor, fuente de sufrimiento y revulsivo para el alma, generalmente puede ser clasificado según su origen y según la sensación que provoca. Puede ser sentido moralmente o sentido como físico (sin cuerpo material no existe dolor físico real pero sí la evocación de un recuerdo que en ciertos momentos puede confundir al Espíritu como si lo estuviera sintiendo realmente en su cuerpo). Según su origen puede venir del interior, como consecuencia del despertar de la conciencia que determinará la necesidad del sentimiento de culpa; o venir del exterior, cuando la Ley de Acción y Reacción nos devuelve los frutos de aquello que sembramos en el pasado.

Una profunda reflexión nos puede llevar a relacionar el dolor que viene de fuera, externo, impredecible, accidental, fortuito, con aquellos estados de ausencia de conciencia, donde el Espíritu, estancado indefinidamente con sus barreras de comodidad y orgullo, ve de repente como todo se le derrumba y tiene que empezar una nueva etapa desde cero. Es la Providencia que le trae una nueva oportunidad de empezar de nuevo.

En el extremo contrario, un desarrollo de la conciencia irá despertando el sentimiento de culpa que nos traerá el dolor moral necesario para alcanzar el arrepentimiento y el principio del fin del sufrimiento e inicio de nuestra transformación.

Si racionalmente entendemos que el dolor principalmente físico parece el más indicado para despertar de los estados de ausencia de conciencia, conforme vayamos desarrollando la conciencia iremos necesitando de revulsivos cada vez más morales, que nos remuevan sobretodo interiormente y no tanto físicamente. En perfecto paralelismo con la Ley de Acción y Reacción podemos comprender que el egoísmo material nos traerá carencias materiales, con dolores principalmente físicos; el egoísmo emocional nos traerá carencias emocionales, con desgarradores sentimientos de vacío, frío, gelidez, todavía sentidos casi físicamente; el egoísmo mental que no es otra cosa que el orgullo, nos traerá carencias mentales llenas de desvalorización, depresión, ansiedad, miedo, de caracter moral y físico, debido al desequilibrio cuerpo-mente, pero desgarrando interiormente al Espíritu, predisponiéndole para el despertar de la conciencia, donde empezará a dar valor a lo que realmente importa, a los bienes del Espíritu.

De forma general, el dolor progresará de origen exterior a origen interior y de dolor físico a dolor moral. El dolor exterior es providencial para que aparezcan los primeros gérmenes de la conciencia donde empieza a dejar de ser tan necesario.

Muchos dolores que creemos físicos tienen implícito  un sufrimiento moral tanto en cuanto que el verdadero afectado es nuestro orgullo. Inteligencias atrapadas en cuerpos físicos imperfectos sufren espiritualmente en estado de desdoblamiento viéndose en desventaja sin posibilidad de satisfacer sus intereses.

La enfermedad, acompañada normalmente por el dolor, puede provenir del exterior o de nuestro interior, con el mismo fin, despertar nuestra conciencia. El cuerpo expresa a través de la enfermedad lo que el Espíritu no consigue traer a la conciencia.

La enfermedad que viene del interior es la  consecuencia de la falta de equilibrio por parte del Espíritu que no puede mantener el orden energético de todas las estructuras periespirituales,manifestando sus desarmonías mentales en los planos inferiores del periespíritu hasta llegar al cuerpo físico, dando origen a las enfermedades psicosomáticas. Por otro lado, al margen de las desarmonías, cuando la culpa se instala en la mente, siendo consciente de ella, se cumple la máxima del Evangelio que dice: "si tu mano te hace pecar córtatela... y si tu ojo te hace pecar, sácatelo"(3). La conciencia cercena el órgano donde proyecta su culpa. Prueba de ello tenemos a los espíritus sufrientes que muestran tener ciertos miembros mutilados, manos que utilizaron en sus crímenes, pulmones que recogieron el humo pernicioso, órganos que recibieron la bala suicida, garganta que sufrió la asfixia, estómago que sufrió el ataque de químicos, etc.

La enfermedad que viene del exterior del Espíritu normalmente es consecuencia igualmente de la Ley de Causa y Efecto, el abuso conlleva debilitamiento, extenuación de los órganos de eliminación y acumulación de toxinas que terminan congestionando los puntos débiles de nuestra salud, debilitados por nuestras desarmonías.

Recopilación de experiencias

El suicidio sería un caso de dolor con origen interno y externo simultaneamente, donde la causa del dolor es el acto inmundo de quitarse la vida pero su origen es debido a no haber soportado las pruebas de la vida. El dolor producido al desencarnar es prácticamente físico y desgarrador con daños terribles en el periespíritu. Poco a poco la conciencia se va abriendo paso hasta impulsar al espíritu a mirar hacia lo alto, reconocer el error y pedir ayuda. En ese momento es socorrido por hermanos espirituales, el dolor casi físico se va reduciendo con las atenciones de auxilio, pero despierta el dolor moral al comprender el terrible error cometido. El desarrollo de la conciencia hace menos necesario el dolor físico mientras que la reparación de los errores nos aleja del dolor moral asociado a la culpa.
Muchos accidentes trágicos tienen como finalidad el despertar de la conciencia. Existen miles de testimonios de superación y crecimiento personal después de un accidente. También pueden ocurrir para evitar seguir cometiendo errores desperdiciando el don de la vida evitándonos mayores sufrimientos futuros.

Convalecientes de largo recorrido pueden traspasar el velo de la vida y la muerte apenas sin darse cuenta. Su inconsciencia de la vida espiritual les impide ver las diferencias y se despiertan en la otra vida pensando simplemente que han cambiado de hospital manteniendo muchos de los dolores, ahora inexistentes en el cuerpo pero presentes en su mente en base a sus creencias. Conforme despierta su conciencia de la vida espiritual van sanando sus dolores y poco a poco van recuperando sus energías preparándose para futuras reencarnaciones.

El abuso de las Leyes Naturales siempre genera dolor. Muchos son los desencarnados fruto del abuso, alcohol, tabaco, drogas, glotonería, etc., que al entrar en la vida espiritual sufren por la ausencia de sus sustancias deseadas. Los lazos materiales que forjaron les impiden levantarse hacia lo alto y muchos ansían volver a la Tierra para satisfacer sus vicios. En este punto sienten el dolor de haber herido a su periespíritu, su cuerpo espiritual, y conforme son ayudados van viendo una posible salida mediante la elevación de sus pensamientos y sentimientos, despertando la conciencia sanadora que les impulsará hacia el trabajo edificante en el bien.

Las falsas creencias también son motivo de dolor en el plano espiritual. A veces el creyente en falsas ideas siente una terrible decepción cuando el más allá se le descubre de pronto diferente a lo que le habían inculcado. Las obligaciones y leyes superficiales carecen de mérito en el mundo espiritual. Cuando despierta la conciencia a la realidad espiritual comprende todo el tiempo y las oportunidades que ha perdido y un gran dolor moral le inunda al ver que ha desperdiciado todos los favores recibidos.

Egoístas de todo tipo inundan el mundo espiritual. Egoístas aislados los hay porque sufren por no merecer tener trato con nadie. No escuchan a sus deudores porque puede que no hayan hecho mal pero tampoco ningún bien. Egoístas por apego sufren por no poder satisfacer sus deseos materiales. Egoístas por robo sufren al ver pasar a su lado a sus antiguas víctimas recriminándoles su comportamiento. Egoístas por inacción sufren por todo el bien que dejaron de hacer.

Conclusiones

Todo ello nos lleva a reflexionar sobre la inexistencia del llamado castigo divino y la excelsitud de la Ley de Amor por la cual toda la Creación se ordena en base a la Ley de Unión para traernos en cada momento justamente aquello que más necesitamos, en la justa dosis en que lo necesitamos. Es la llamada Providencia Divina actuando para la elevación de todas las conciencias, empezando por las más escondidas víctimas del orgullo y el egoísmo. Nunca sufrimos por tanto más de lo necesario pero nosotros nos encargamos de ir ampliando el límite con nuestros nuevos errores. El orgullo retrasa el despertar de la conciencia prolongando nuestros sufrimientos por miedo al dolor que supone la llegada del sentimiento de culpa. El miedo del orgullo es una debilidad psicológica causada por la inseguridad de uno mismo de verse desposeído de artilugios externos mostrandose al mundo tal como se es realmente.

Nuestros sufrimientos futuros vendrán por aquello que ahora no tengamos conciencia. Reflexionemos sobre nuestros dolores e investiguemos sobre nuestra falta de conciencia. Desarrollemos nuestra conciencia y reparemos nuestros errores para no perpetuarnos en el remordimiento y sobrepongámonos a los sentimientos de culpa sembrando buenas acciones correctivas.

El tiempo de graves caídas ha pasado para muchas conciencias, que despertando todavía, rechazan directamente el mal. Sin embargo todavía nos queda mucho por recorrer. No estamos libres de futuros sufrimientos ligados a la falta de conciencia por no esforzarnos en hacer el bien. Todavía nos queda mucho camino de autotransformación, practicar la Caridad, implicarnos socialmente por los demás, vivir de forma sostenible, ecológica, sin generar sufrimiento al prójimo, grande o pequeño, como dice "El Libro de los Espíritus": "Sed caritativos,... sed indulgentes para... vuestros semejantes,... Sed dulces y benévolos con todo lo que os sea inferior. Proceded igual con los seres más ínfimos de la Creación, y habréis obedecido a la ley de Dios." (4)

José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

Referencias:
(1) "La Revista Espírita", diciembre 1858.
(2) "La Revista Espírita", abril de 1860.
(3) Marcos 9:43-47
(4) "El Libro de los Espíritus", preg. 888


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DESIGUALDAD DE LAS APTITUDES                                   HUMANAS

¿Por qué no ha dado Dios a todos los hombres las mismas aptitudes? 

«Dios ha creado iguales a todos los espíritus; pero cada uno de ellos ha vivido más o menos, y por consiguiente ha adquirido más o menos. La diferencia proviene de su grado de experiencia y de su voluntad que es el libre albedrío. De aquí que unos se perfeccionan más rápidamente, lo cual les da aptitudes diversas. La mezcla de aptitudes es necesaria, a fin de que cada uno pueda concurrir a las miras de la Providencia, en el límite del desarrollo de sus fuerzas físicas e intelectuales. Lo que no hace uno lo hace otro, y así es como cada uno tiene su misión útil. Además, siendo los mundos solidarios unos a otros, preciso es que los habitantes de los superiores, y que en su mayor parte fueron creados antes que el vuestro, vengan a habitar a éste para daros ejemplo». 

805. Al pasar de un mundo superior a otro inferior, ¿conserva el espíritu la integridad de las facultades adquiridas? 
«Sí, ya lo hemos dicho; el espíritu que ha progresado no vuelve a descender. Puede elegir en estado de espíritu una envoltura más pesada, o una posición más precaria que la que tuvo; pero todo ello para que le sirva de enseñanza y le ayude a progresar». 

Así, pues, las diversas aptitudes del hombre no dependen de la naturaleza íntima de su creación, sino del grado de perfeccionamiento a que han llegado los espíritus encarnados en él. Dios no ha creado, por lo tanto, la desigualdad de facultades; pero ha permitido que los diferentes grados de desarrollo estuviesen en contacto, a fin de que los más adelantados pudiesen favorecer el progreso de los más atrasados, y también a fin de que los hombres, necesitándose unos a otros, comprendiesen la ley de caridad que ha de unirlos. 

Extraído del libro de los Espíritus. 
Allan Kardec

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" En materia de felicidad, solo se posee aquella que se da "
- Emmanuel-

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                   LA CIENCIA DEL AMOR

El amor a la ciencia no basta, ha dicho el profesor Falcomer: se necesita también la ciencia del amor. En los fenómenos no se trata únicamente de elementos físicos, sino que intervienen también agentes espirituales, seres mortales que, como nosotros, piensan, aman y sufren. 
En las profundidades invisibles se extienden la inmensa jerarquía de las almas, desde las más obscuras a las más radiantes; y depende de nosotros atraer las unas y alejar las otras. 
El único medio consiste en crear en nosotros, con nuestro pensamiento a nuestros actos, un foco radiante de pureza y de luz. Toda comunión es obra del pensamiento, y el pensamiento es la esencia misma de la vida espiritual. Es una fuerza que vibra con una intensidad creciente, a medida que el alma sube desde el ser inferior al espíritu puro y desde el espíritu a Dios. 
Las vibraciones del pensamiento se propagan a través del espacio y nos traen pensamientos y vibraciones similares. Si llegamos un día a comprender la naturaleza y la extensión de esta fuerza, no tendremos más que elevados y nobles pensamientos. Pero el hombre se desconoce a si mismo, como ignora los recursos inmensos de este pensamiento creador y fecundo que duerme en él y con ayuda del cual podría renovar el mundo.... 
En nuestra inconsciencia y en nuestra debilidad, con frecuencia no atraemos hacia nosotros más que seres malos, cuyas sugestiones nos conturban. Así es como llega a alterarse la comunión espiritual y se obscurese por culpa de nuestra inferioridad...Fluidos envenenados se extienden por el haz de la Tierra, y la lucha tremenda entre el bien y el mal se desarrolla en el mundo invisible lo mismo que en el mundo material.... 
La atracción entre los pensamientos y las almas es toda la ley de las manifestaciones psiquicas. 
Todo es afinidad y analogía en el mundo de lo invisible. Los que buscáis el secreto de las tinieblas, elevad muy arriba vuestros pensamientos con el fin de atraeros a los genios inspiradores, a las fuerzas de lo bueno y de lo bello. y elevadlos no tan sólo en los momentos de estudio y de experiencia, sino siempre, a todas las horas del día, como ejercicio saludable y regenerador. No olvidéis que estos son los pensamientos que, lentamente, afinan y depuran nuestro ser, engrandecen nuestras facultades, nos hacen aptos para sentir las más delicadas sensaciones, fuente de nuestra felicidad en el porvenir. 

LEÓN DENIS. 

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                                               TABAQUISMO

Exposición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), del año 2000, considera el tabaquismo la mayor epidemia de todos los tiempos. Para cada dólar recaudado en la industria del tabaco, otros cinco son gastados para la cobertura de las dolencias relacionadas con el cigarro. Brasil es el cuarto productor mayor mundial del humo, y el sexto mayor mercado de cigarros del Planeta. Los números de las industrias en Brasil impresionan. Anualmente son producidos quinientos millones de toneladas de humo que se transforman en noventa y siete billones de unidades para la demanda comercial; eso equivale a más de cuarenta millones de fumadores.

El Ministerio de la Salud afirma que cada año ochenta mil personas mueren con cuadros patológicos vinculados al tabaquismo, lo que corresponde la casi diez óbitos por hora. Existen en Brasil actualmente cerca de treinta millones de consumidores de tabaco, que contribuyen con la recaudación de R$ cinco billones, correspondientes a 65% de la facturación de la industria del tabaco. El Sistema Único de la Salud (SUS), gasta cerca de R$ 3,6 billones al año con enfermedades relacionadas con el tabaquismo, en cuanto el Banco Mundial informa que cerca de US$ 200 billones al año son alocados para programas de salud debido al consumo de tabaco.(1)

El número de fumadores en el mundo es de cerca de un billón y cien millones. En los países en desenvolvimiento, 48% de los hombres y 7% de las mujeres fuman. En Brasil, un tercio de la población adulta fuma: 11,2 millones de mujeres y 16,7 millones de hombres. La mayoría de los fumadores (90%) queda dependiente de la nicotina entre 15 y 19 años de edad, siendo que existen cerca de 2,4 millones de fumadores en esta faja de edad en Brasil. El humo es responsable por 85% de muertes por dolencias pulmonares obstructivas, como el tumor, y por 25% de las muertes por dolencias coronarias, como el infarto, y de las dolencias cerebro vasculares, como el derrame. (2)

Vea lo que dicen algunos miembros de la industria del cigarro: "La nicotina causa dependencia. Nuestro negocio, negocio, es la venta de una droga" (3). "Para el principiante, fumar un cigarro es un acto simbólico. Yo no soy un hijo de papa, so soy duro, soy un aventurero, no soy cuadrado… A la medida que el simbolismo psicológico pierde la fuerza, el efecto farmacológico asume el comando para mantener el habito…" (4)

Para Enio Cardillo, del Departamento de Bioquímica e Inmunológica de la UFMG, el fumador, más allá de suicida involuntario, es incendiario porque más del 40% (cuarenta por ciento) de los incendios en el mundo son provocados por causa de los restos de cigarros encendidos. Como si no bastase, la ciencia ya catalogo más 1200 (mil doscientos) sustancias toxicas del cigarro. Para quien ya dejo de fumar, un aviso esencial: una simple bocanada puede acabar con el esfuerzo y abstinencia de años.

La explicación para eso, según estudiosos, es que la nicotina, de alguna forma aun no comprendida por la medicina, abre ciertas "puertas" en el sistema nervioso, que quedan abiertas para siempre de par en par. La explicación corriente es que la nicotina, para actuar en el cerebro y provocar sensación de "bienestar" imita la acción de la acetilcolina. Como células usurpadoras, la nicotina en los receptores cerebrales que estimulados producen más neurotransmisores (dopamina) que regulan la sensación de placer. Cuando el estimulo de producción dopaminica es interrumpido por algunos instantes, el sistema nervioso central se desequilibra y el fumador enciende el próximo cigarro y la nicotina se encaja nuevamente en los receptores cerebrales, recomenzando el ciclo.

Ese factor determinante para que las estadísticas mundiales anoten que anualmente menos del 3% (tres por ciento) de fumadores derrotan el vicio. Para el adepto del espiritismo el hábito de fumar tiene consecuencias más serias, sobretodo por causa de las reiteradas advertencias de los Benefactores Espirituales, esclareciendo sobre los maleficios que causan a la mediúmnidad. El médium viciado en el humo se consubstancia integralmente en "cachimbo" o pipa" en las ataduras de los inveterados fumadores del más allá, tornándose blanco de la obsesión. El vicio de fumar azota a las condiciones de conciencia evangélica, desarmoniza la estructura fisiopsìquica y las bases funcionales del periespíritu, que se impregna de toxinas. El humo afecta a los trillones de células unicelulares saturadas de vitalidad que componen el psicossoma dejando manchas específicas, especialmente en la región pulmonar.

El tabaquismo atormenta a los desencarnados viciados que se angustian ante la voluntad de fumar irremisiblemente potenciada. Lo complicado de la cuestión es sistematizado en la inexistencia de industrias de cigarros en la Erraticidad para abastecer a los Espíritus fumadores. En base a eso, estos tabaquistas del más Allá, para materializar sus caladitas, se tornan protagonistas de la subyugación, transformándose en artífices de la vampirización sobre los encarnados débiles en la fuerza de voluntad, que aun se sacian en las deletéreas bocanadas del fétido cigarro… 

Jorge Hessen

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