jueves, 26 de abril de 2018

La Felicidad



Para hoy tenemos:

-Desafío de la existencia
-El cáncer en la visión espírita
- Espíritus obsesores- Reflexión
-La Felicidad



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                       DESAFÍOS DE LA EXISTENCIA

• En este artículo tomado  de la Revista Espírita que trata el tema “Desafíos de la existencia”, no podría faltar en él una reflexión sobre la riqueza y la pobreza. Ambas representan tanto oportunidades de desarrollo de nuestras facultades como seres inmortales, como retos a los que nos tenemos que sobreponer para no contraer deudas mayores que las que ya cargamos. Por lo menos en este sentido son iguales: la riqueza y la pobreza son situaciones transitorias, auténticos desafíos existenciales que convocan al ser humano a vencerse a sí mismo. Es más, ambas son herramientas, ya que cada uno de nosotros recibirá su parte de riqueza o de pobreza según la necesidad de aprendizaje de su espíritu. Es precisamente para liberarnos de las deudas de existencias anteriores que recibimos, como préstamo divino, nuestra propia cuota de riqueza o de pobreza.

En el capítulo VII de El Evangelio según el Espiritismo, el espíritu Lacordaire nos hace una interesante reflexión. Nos dice que puede haber gran diferencia entre el rico y el pobre cuando están vestidos, pero desnudos son sencillamente seres humanos. La química, nos dice el espíritu, no ha encontrado ninguna diferencia entre la sangre de uno y de otro. En la pregunta 803 de El Libro de los Espíritus, se nos dice que todos los hombres son iguales ante Dios. El cuerpo vuelve a la tumba, los bienes materiales se quedan en la tierra, pero el espíritu vive. Ricos y pobres, y todos los grados intermedios que hay entre estos dos extremos, antes o después entregamos la envoltura perecedera al polvo para penetrar la realidad espiritual que hayamos elaborado con nuestro patrimonio intelectual y moral. Finalmente nos encontramos con la verdad íntima que nos transfiere, sin necesidad de juicios exteriores, a nuestras propias conquistas. ¿Quién es el rico y quién es el pobre en este momento decisivo?

Desde el punto de vista que nos aporta la Doctrina Espírita, la igualdad absoluta de riquezas en la Tierra no es posible, ya que hay diversidad de facultades y de carácter. Cada ser se encuentra en un momento evolutivo distinto, necesitando pruebas y expiaciones particulares a su propia caminata. No debemos, sin embargo, pensar en la riqueza y en la pobreza como dádivas de Dios. Sería una gran equivocación pensar en Dios como si fuera un dispensador de bienes, escogiendo entre sus criaturas aquellas a quiénes entregará más propiedades. Somos nosotros mismos, con la forma como nos conducimos moralmente por la vida, quiénes atraemos a nuestras existencias físicas todos los recursos de los que dispondremos para nuestra evolución o la carencia de ellos. El codificador es sabio al hacer a los espíritus la pregunta 806, ¿La desigualdad de condiciones sociales es una ley natural? Nos dicen los espíritus: «No; es obra del hombre y no de Dios». Seamos conscientes, por tanto, que individualmente cada uno es responsable de su propia cuota de riqueza o de pobreza; de forma colectiva, somos todos responsables de las desigualdades que persisten en la sociedad y en el planeta.

Como desafíos existenciales, tanto la riqueza como la pobreza son pruebas duras y resbaladizas. La pobreza puede conducir a la murmuración contra Dios, la rebeldía contra las leyes perfectas y justas de la inteligencia cósmica, la desesperación y la falta de esperanza. ¡Qué difícil mantener la fe en un Dios justo cuando hay carencia de todo! La riqueza puede conducir a los excesos, la vanidad, el orgullo y el egoísmo. ¡Qué difícil sentir la necesidad de valores espirituales cuando no falta de nada! Sin embargo, tales vacilaciones sólo son obras de la ignorancia de las leyes naturales. Los que estamos instruidos por la Doctrina Espírita, sabemos que el rico de hoy puede ser el pobre de mañana; el pobre de ayer puede ser el rico de hoy. La reencarnación nos concede a cada uno lo que necesitamos y a la sociedad la manera de buscar el progreso colectivo. ç

Los hombres, sea cual sea su condición social, tienen por misión trabajar para la mejora material del globo. La misión del rico se traduce en ofrecer trabajo, estimular la ciencia, cultivar la cultura, repartir educación entre sus hermanos de humanidad. El pobre ofrece su mano de obra, trabajando con disciplina, aprovecha las oportunidades que se le ofrecen en el campo de la educación y de la cultura, lucha por trascender su condición materialmente inferior a través del esfuerzo honrado, pautado por principios morales y éticos. Ricos y pobres están llamados, como seres inmortales en transitorias experiencias corporales, a encontrar en la humildad el recurso divino que nos debe hacer agradecidos a la vida por todas y cada una de las oportunidades de aprendizaje que ella nos concede.

El valor es casi siempre algo relativo. Lo que tiene valor en la Tierra ya no lo tendrá en el plano espiritual. Lo que tiene valor para una persona puede serle totalmente indiferente a otra o a ella misma en otro momento existencial. ¿Cuántas veces cambiamos de idea respecto al valor de las cosas, situaciones y personas? ¿Quién no habrá pensado alguna vez, cómo pude actuar de aquella manera? Pero si digo que el valor es casi siempre algo relativo, es porque aún no está pautado en el amor, verdad imperecedera. Como todavía estamos muy distantes de pautar nuestros sistemas de valor en el amor, nos queda cambiar de ideas muchas veces. Hasta que el amor ajuste nuestra comprensión de lo que vale la propia vida, la vida del prójimo, la vida de los animales y de los vegetales, seremos peregrinos. Ora ricos, ora pobres, reencarnaremos para que aprendamos definitivamente que el único valor de la vida es amar.

-Janaina Minelli de Oliveira-
Revista espírita nº 12  de la FEE


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El Cáncer en la Visión Espírita


Desde tiempos inmemorables, la mejor medicina siempre fue la preventiva. El gran alquimista Paracelso insistía: “No se debe tratar la dolencia; se debe tratar la salud”. Podemos decir que, el mejor medio para no tener que tratar una enfermedad, consiste en  mantenerse saludable. O sea, proteger el sistema inmunológico, de forma que bloquee cualquier germen o virus que intente invadir nuestro organismo.
Se puede pensar que será fácil alcanzar tal objetivo, a través de una buena dieta, escogiendo alimentos de bajo valor de colesterol, reduciendo el consumo de carne, absteniéndose de consumir azúcar, realizando ejercicios físicos, en fin, sometiéndose a todo aquello que una propaganda insistente nos propone. Pero como explicar, en ese caso, el elevadísimo número de personas que seguirán rigurosamente tales instrucciones, juzgando estar así protegidas contra los peligros de las dolencias para un día, descubrir que su organismo estaba siendo minado por el cáncer?
André Luiz cuenta, a través de la psicografia de Chico Xavier que un Espíritu cuando se preparaba para reencarnar, pidió para su nuevo cuerpo físico una úlcera que aparecería en su madurez física y que no debería encontrar cura hasta su desencarnaçión, para que así pudiese resarcir un asesinato que cometió al acuchillar a un hombre (que estaba en su madurez física) en la región del estómago. Como vemos, aunque este Espíritu cuide de su salud durante toda su juventud, no huiirá de la úlcera “moral” que “él pidió”.
Entonces, el cáncer es una enfermedad kármica?
La experiencia dice que si. Estamos sometidos a un mecanismo de causa y efecto que nos premia con la salud o nos corrige con la dolencia, de acuerdo con nuestras acciones.
El cáncer sería entonces el resultado de un comportamiento desajustado, en vidas anteriores?
No siempre. La causa puede estar en esta existencia. Un ejemplo: las estadísticas demuestran una gran incidencia del cáncer de pulmón, en personas que fuman. Hay elementos cancerígenos en las sustancias que componen el cigarro. Quien fuma, por tanto, es un serio candidato a ese mal. Será  su karma. Hay una frase ilustrativa, en la que un cigarro dice al  fumador: “Hoy tú me enciendes. Mañana  yo te apagaré!”
 ¡ Ciertísimo!
Está demostrado que los fumadores pasivos, personas que conviven con fumadores, también pueden tener cáncer.
¿Como explicar esa situación?
En que no hay inocentes en la Tierra, un planeta de pruebas y expiaciones. El fumador pasivo que vaya a contraer cáncer tiene compromisos del pasado que justifican su problema. Además, el simple hecho de vivir aquí, significa que merecemos (o necesitamos), todo lo que aquí nos pueda acontecer. Si no lo mereciésemos, estaríamos habitando en mundos más saludables.
¿Eso exime de responsabilidad al fumador que  poluciona el ambiente, situándolo como instrumento de rescate de alguien?
Al contrario, aún lo compromete más. Dios no necesita del concurso humano para ejercer la justicia. Además de responder por los desajustes que provoca en sí mismo, responderá por los perjuicios causados en el medio ambiente y en las personas.
La medicina viene desarrollando técnicas para la cura del cáncer. Se concibe que dentro de algunas décadas será posible la cura radical en todas sus manifestaciones.
¿ Cómo quedarán aquellos que están reajustándose ante las leyes divinas a partir de un carcinoma?
La medicina viene haciendo grandes progresos, pero está lejos de erradicar la enfermedad. Unos males sonsuperados; otros surgen, en los dominios de la sexualidad, la sífilis era un flagelo, derivado de la promiscuidad. Hoy es el Sida. El dolor, el gran maestro, que tiene en la enfermedad uno de sus aguijones, continuará corrigiéndonos, hasta que aprendamos a respetar las leyes divinas,
La persona que sufre bastante, víctima de un cánder, rescató sus deudas, habilitándose para un futuro feliz en la espiritualidad?
La enfermedad elimina las sombras del pasado, pero no ilumina el futuro. Este depende de nuestras acciones, de la manera como enfrentemos los problemas y enfermedades, Cuando nuestro comportamiento ante el dolor no oprime a los que nos rodean, nos estamos redimiendo, habilitados para un futuro glorioso. 
¿ Como funciona esto?
Si el paciente tiene cáncer, sus dolores implicarán un sufrimiento para la familia. Está bien. Forma parte de las experiencias humanas. Pero, dependiendo de la forma como enfrente su problema, podrá generar aflicciones mayores para todos, lo que acontece con el paciente rebelde, inconforme y agresivo. Si es humilde y resignado, la familia lidiará mejor con la situación. Pacientes así (resignados) están "poniendo a cero el karma".
Observación de Raul Teixeira: El dolor, la lucha, el rescate, el acierto  de cuentas, también nos imponen aprendizajes. Muchos entran en el camino de las expiaciones y no consiguen expiar. No es el hecho de que estemos sufriendo lo que hace que ya hayamos rescatado. Lo que dice si ya hemos, o no, rescatado , es el modo como estamos sufriendo. Hay criaturas que sufren y están rebeldes, biliosas, mal con Dios, aborrecidas de la vida, y quien pasa por su camino, es el blanco de su hígado estropeado. Lógico que esta persona no dará cuenta del proceso expiatorio.
Como está reflejado en el libro “Transiçión Planetária”: “Antes  de que pueda llegar ese momento (de transición), la violencia, la sensualidad, la objeción, los escándalos, la corrupción, alcanzarán niveles antes nunca jamás pensados, alcanzando el fondo del pozo, en cuanto a las enfermedades degenerativas, los trastornos bipolares de conducta, las cardiopatías, los cánceres, los vicios y los desvaríos sexuales,  clamarán por la paz, por el retorno de la ética y la moral, al equilíbrio.

                          Revista Verdad y Luz


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ESPÍRITUS OBSESORES: Reflexión. 

En ocasiones, el hecho de tener ciertos espíritus obsesores puede ser una expiación por el mal causado en otras vidas, o tambien pueden ser pruebas, primero para que nos mejoremos, progresemos y también para que ayudemos al espíritu obsesor, no obtante, esto NO ES LO MÁS FRECUENTE.. 
Lo mas frecuente es que los espíritus obsesores sean antiguas relaciones de otras vidas, a las que hemos causado o nos han causado daño y nos quieren mal ( relaciones antipáticas ) . 
Los espíritus obsesores, nos pueden hacer mucho daño, transmitiendonos malos sentimientos y pensamientos, obsesionandonos en alguna faceta de nuestra vida e incluso, en algunos casos, llevandonos a la locura, esquizofrenia. 
La mejor forma de desprendernos de ellos es PROGRESANDO ESPIRITUALMENTE, teniendo mejores sentimientos y elevación moral, también, importante, rogar por ellos, por su evolución y desearles el bien. 
La SUPERIORIDAD MORAL es lo mas importante para no ser víctima de espíritus obsesores, ya que los semejantes se atraen. 
Si estamos elevados moralmente, atraeremos espíritus más elevados, que vibren en nuestra misma sintonía. 

Angeles C.M   

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                                         LA FELICIDAD
La felicidad es la meta hacia la cual avanza toda criatura humana, ya que por Ley le corresponde, y que alcanzará cuando llegue a crear las condiciones propicias para tal efecto. 

La felicidad, así como la infelicidad, son estados consecuenciales de nuestra conducta. Pero, ¿cómo puede el ser humano actual crear estados de dicha así como evitar los estados de desdicha, si desconoce las leyes que las rigen en sus aspectos: humano, psíquico y espiritual, que son los factores creadores de las mismas?. Cuando el ser humano alcance el conocimiento de las leyes que rigen la Vida, podrá crear las condiciones productoras de felicidad, así como evitar las causas de desarmonías productoras de infelicidad. Esto no es una utopía, esto es una realidad que ignoramos, por desconocimiento de las leyes de la Vida.

Para daros una idea de fácil comprensión, preguntamos, ¿quién de vosotros conoce el efecto perturbador de un disgusto, tan frecuente en las gentes ignorantes, y aun de un simple enfado, en la mente y en la facultad emocional de una persona, así como en su sistema glandular y nervioso, que tanto influye en la salud física y mental?. Posiblemente, uno de cada diez de vosotros tiene ya una idea, pero no un conocimiento pleno.

Aprendamos voluntariamente, en armonía con las leyes que rigen la Vida, mediante la conquista del Conocimiento; para no vernos obligados en el mañana a aprender bajo la presión del dolor. Busquemos la Luz del Conocimiento, del conocimiento espiritual, que nos libere de las tinieblas de la ignorancia, que es la causa primera de todos los males.

Que la Luz sea en vuestra mente, para que despertéis al raciocinio que os hará libres de tradiciones arcaicas, y os encauzará en el camino de la verdadera felicidad.

SEBASTIAN DE ARAUCO.



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miércoles, 25 de abril de 2018

Consecuencias del suicidio



Esta tarde os presento:

- No confundir el respeto con la aceptación
-Olvido del pasado
-¿Hay Seres que vienen al mundo con la misión de hacer el mal?
- Consecuencias del Suicidio
-Terapias desobsesivas



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 NO CONFUNDIR EL RESPETO CON LA 
                      ACEPTACIÓN

Muchos compañeros, alegando que todas las religiones son buenas y respetables, consideran que las labores espiritas, simples y sencillas desde su mismo origen, no sufren desmerecimiento alguno aceptando el injerto de prácticas extrañas, siendo por ello que aceptan indebidamente la adulación a determinadas categorías y personalidades humanas, con la supuesta creencia de poder beneficiar así a los objetivos doctrinarios del Espiritismo.. 
Sin embargo, examinemos sin ninguna parcialidad la faz contradictoria de semejante actitud, haciéndolo con el rigor de la lógica. 
Todos los seres que habitan en el vasto Universo son hijos del Creador y algún día llegarán a alcanzar la perfección total. Mientras tanto, en el grado evolutivo en el que nos hallamos, no nos es permitido estar con todos, aun cuando a todos respetemos, puesto que infinidad de ellos se encuentran viviendo experiencias diametralmente opuestas a los fines que nosotros nos hemos propuesto alcanzar. 
No existen caminos que no sean transitables y todos nos pueden conducir a un determinado lugar del mundo . 
Mas solamente los viajeros irresponsables y audaces elegirán los atajos peligrosos y las más oscuras cañadas, cruzarán montes y lagunas enfrentándose con los laberintos más inverosimiles a lo largo de la marcha difícil que escogieron. 
Todos los productos expuestos en un mercado son útiles, sin excepción. Pero con el pretexto de estar ellos para la adquisición de todos, no podemos comer sin seleccionar los alimentos y sin una mínima noción de la higiene y una lógica consideración para con nuestra misma salud. 
Aguas de cualquier lugar pueden calmar la sed. Pero a pesar de ello, y aun pensando en que todas tienen su valor, no es aconsejable que se beba cualquiera de ellas sin ninguna preocupación de su limpieza, a menos que la persona esté con un ansia irrefrenable de ella o con la amenaza de muerte en un desierto. 
La legislación social establece la segregación de nuestros hermanos delincuentes para su dedicación a trabajos reeducativos; la policía de tránsito garante el orden de los automotores en las carreteras; los funcionarios municipales y estatales cumplen una fiscalización necesaria de la calidad y la higiene concernientes a los productos destinados al consumo público, así como vigilan constantemente la acción depuradora de los agentes y de los filtros para que las aguas no se constituyan en vehículos de endemias o de otras calamidades que arrasarían poblaciones indefensas. 
Reflexionemos en eso y comprenderemos que preservar la sencillez de los principios espíritas en nuestras casas doctrinarias, para que en ellas podamos alcanzar la meta de la liberación espiritual de la humanidad, no es ni fanatismo ni rigorismo de ninguna especie, por cuanto actuar de otra manera seria lo mismo que destruir un atlas terráqueo después de largos siglos de esfuerzo y sacrificio por conseguirlo, o bien, si con el argumento de la fraternidad nos obligasen a desertar de nuestro hogar para convivir con los penitenciarios; a dejar el camino seguro por el cenagal; despreciar el alimento saludable para ingerir la refacción en mal estado y trocar el agua potable por líquidos de salubridad sospechosa.- 
En Doctrina Espirita, pues, es razonable afirmar que es preciso respetar todo y favorecer sin inconvenientes a cada uno de nuestros hermanos, donde quiera que se encuentren, pero por ello, no podemos aceptar todo ni abrazar todo, a fin de poder estar con la verdad. 
Espiritu ANDRÉ LUIZ 
Medium WALDO VIERA. 


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             Olvido del pasado 
. ¿Por qué el Espíritu encarnado pierde el recuerdo de su pasado? 
- El hombre no puede ni debe saberlo todo.* Dios, en su sabiduría, así lo quiere. A no ser por el velo que le oculta ciertas cosas, el hombre se hallaría deslumbrado, como aquel que sin transición pasa de la oscuridad a la luz. ¿Cómo puede el hombre ser responsable de actos y rescatar faltas que no recuerda? ¿De qué manera podrá aprovechar la experiencia que adquirió en vidas que han caído para él en el olvido? Se concebirá que las tribulaciones de la existencia fueran una lección para él si se acordara de las causas que han podido acarrearlas. Pero, puesto que no tienen memoria de ello, cada existencia es para él como si fuese la primera, y así está siempre comenzando… ¿Cómo conciliar esto con la justicia de Dios? 
En cada nueva vida el hombre tiene más inteligencia y puede distinguir mejor el bien del mal. ¿Dónde estaría su mérito si se acordara de todo el pasado? Cuando el Espíritu retorna a su existencia primitiva (la espírita), toda su pasada vida se desarrolla ante él. Ve las faltas en que incurrió y que son causas de su sufrimiento, y ve también lo que hubiera podido impedir que las cometiera. Comprende que la situación en que se halla es justa, y busca entonces una existencia capaz de reparar los errores de aquella que acaba de transcurrir para él. Busca pruebas análogas a las que pasó antes, o las luchas que considere adecuadas para su adelanto, y pide a los Espíritus superiores a él que le ayuden en esa nueva tarea que emprende, porque sabe que el Espíritu que le será asignado por guía en esa nueva encarnación tratará de hacerle reparar sus culpas dándole una especie de intuición de las que cometió. Esa misma intuición obra con frecuencia cuando os asalta un pensamiento, un deseo criminal al que os resistís por instinto, atribuyendo casi siempre vuestra resistencia a los principios que habéis recibido de vuestros progenitores, cuando en realidad es la voz de la conciencia la que os habla, y esa voz es el recuerdo del pasado, que os advierte que no volváis a caer en las faltas en que habéis ya incurrido. El Espíritu que ha ingresado a esa nueva existencia, si sufre tales pruebas con valor y las resiste, se eleva y asciende en la jerarquía de los Espíritus, cuando vuelve a estar entre ellos. 
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
ALLAN KARDEC 


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   ¿Hay Seres que vienen al mundo con la misión de hacer el mal?
470. Los Espíritus que tratan de inducirnos al mal y que de este modo ponen a prueba nuestra firmeza en el bien,- ¿han recibido la misión de hacerlo? Y si es una misión la que están cumpliendo ¿les cabe la responsabilidad de ella? 
- Ningún Espíritu recibe la misión de hacer el mal. Cuando lo acomete, es por su propia voluntad y, por tanto, sufre sus consecuencias. Dios puede permitirle que lo haga para probaros, pero no se lo ordena, y a vosotros toca rechazarlo. 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
ALLAN KARDEC. 


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          CONSECUENCIAS DEL SUICIDIO 

Necesario es aclarar, que no todos los casos de suicidio son iguales, aun cuando el mismo procedimiento haya sido empleado; pues, cada caso varía según hayan sido los motivos que hayan impulsado al individuo a tal determinación. 


Aquella persona que, por enfermedad, haya recurrido al suicidio en la creencia de que, con la muerte del cuerpo dejará de sentir el dolor, que descansará para siempre, despertará muy pronto sintiendo los mismos dolores, y una gran angustia se apoderará de ella, al comprobar que no puede morir. Porque, el suicidio no libera de los dolores. Y en algunos de los casos, el alma del suicida continúa ligada a su cuerpo carnal, sufriendo lentamente las fases de la descomposición y las sensaciones dolorosas aumentan en vez de disminuir. Siendo que, lejos de abreviar su sufrimiento, lo prolongan. 


Aquel que, por mala situación económica u otro motivo, cometiere el error de suicidarse por falta de valentía en afrontar la situación, dejando el hogar abandonado y los hijos sin amparo, en la creencia de que con la muerte se verá libre de sus preocupaciones; despertará viendo el cuadro de dolor que causa, y a su esposa e hijos en peor condición por su abandono, y el dolor moral de no poder apartarse de su familia, porque sigue imantado a ese ambiente, y su impotencia para poder remediarlo, a la vez que la tortura de su arrepentimiento por su cobarde acción. 


Como puede apreciarse claramente, EL SUICIDIO NO ES UNA SOLUCIÓN. Muy por el contrario, empeora la situación. Más aún, tendrá que volver a encarnar, cuando le sea permitido, y pasar por las mismas vicisitudes anteriores al suicidio, hasta superarlas; porque el suicidio es un crimen contra sí mismo, es una fuerte violación a las leyes de la vida. 


Y esta violación, este crimen, es el resultado del desconocimiento de la realidad de la vida y de la ignorancia de las consecuencias. Porque, si alguien en un momento de ofuscación y por desesperado que esté, sabe que la vida no termina con la muerte física, que seguirá existiendo; si ese hombre o mujer llega a conocer que la muerte no le liberará del recuerdo de sus problemas, y que por el contrario, su conciencia libre del cuerpo carnal será más clara, más intensa; y que, a más de esto, con el suicidio crea las causas que producirán sufrimientos horribles; ¿no os parece, amable lector, que ese hombre o mujer reaccionará y se sobrepondrá al motivo de su desesperación, superando la crisis? 


Psicológicamente, el suicidio es un intento de evasión de la vida, debido a un falso concepto de la realidad. 


Jamás se suicidará quien tenga la convicción plena de su inmortalidad como ser pensante. Como dice Unamuno en uno de sus «Ensayos». «Los más de los suicidas, no se quitarían la vida, si tuvieren la seguridad de no morirse nunca sobre la Tierra». 


Y una buena parte de responsabilidad corresponde a las religiones positivistas, que con sus conceptos creados en épocas de oscurantismo e inadmisibles a la razón del hombre de hoy, y en su práctica del culto externo y abandono de los principios fundamentales de la religión, han llevado indirectamente a la pérdida de la fe en la realidad espiritual. 


Amable lector. Tú y yo, arrastramos deudas por errores en el pasado y aun en el presente. Tú y yo, podemos redimir viejas deudas salvando una vida, salvando a alguien del suicidio. Lleva este conocimiento entre tus amistades, pues entre ellas puede haber alguien que esté próximo a caer en esa obsesión. 

Sebastián de Arauco.

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               TERAPIAS DESOBSESIVAS




La obsesión es una llaga moral del Espíritu,  su generalización es muy amplia, tornándose periódicamente, una virosis de contacto rápido. Como resultado del proceso evolutivos de las criaturas exige su imposición como una necesidad sanadora  de los  cuantiosos  compromisos negativos que permanecen en la economía  de la sociedad.

En la Antigüedad Oriental, así como después, durante la Edad Media, se presentaba con características  epidémicas y barría a los pueblos, les daba una tregua y retornaba intempestivamente.

En sus diversos aspectos, ha sido muchas veces confundida, con la locura,   ha desafiado a los estudiosos del comportamiento, de la salud, de la religión y de las ciencias de la mente.

En ciertas ocasiones, sutilmente, asume proporciones inesperadas, llevando a extremos lamentables  a aquellos que caen en sus redes.

Por la imposibilidad de enfrentarla, de reducirla, con recursos hábiles y eficaces, la humanidad la ha sufrido, considerándola un castigo divino, utilizando por desconocimiento de su génesis, métodos de combate no menos crueles.

La obsesión puede influir maléficamente en la organización física, produciendo patologías  tan complejas como dañinas. Ya que se trata  de la ingerencia de la presencia psíquica  de un desencarnado  en un encarnado.

Allan Kardec la estudió profundamente, siendo el primer investigador en penetrar en  sus causas, analizarlas y presentó las terapias  compatibles, capaces de disminuirlas o erradicarlas completamente. 

Antes que él, Jesús, en varias ocasiones, enfrentó y atendió  a obsesos y obsesores, socorriéndolos con Su inefable amor y libertando a unos de los otros, mediante la fuerza restauradora  de que era poseedor.

Su dialogo con esos enfermos son profundos, presentando a la psicopatología  un admirable capitulo, que permanece oscuro en las áreas de las doctrinas especializadas.

El Espiritismo, en cambio, por lidiar con los factores causales, analiza el problema y lo elucida, proponiendo métodos  correctos para atender a los que se encuentran involucrados, al tiempo que suministra terapias preventivas, que impiden la instalación de la enfermedad.

La obsesión tiene sus raíces fijas en los antecedentes morales  de ambos litigantes. Egoístas e irreflexivos, no miden las consecuencias  de sus actos venales, pasando a vincularse uno en el otro a través de las cadenas del odio, de la venganza, que los hace cada vez más infelices. Arrastrándose, de ese modo, por siglos  de sufrimientos dolorosos, pasando de victimas a verdugos y recíprocamente, hasta que el amor les encienda la luz de la esperanza en las sombras donde permanecen y el perdón los torne verdaderos hermanos en la senda evolutiva.

El amor es el primer medicamento para la terapia obsesiva. Ya que abre las puertas de la esperanza y esclarece las finalidades de la vida, proporcionando el perdón que suaviza los dolores producidos por las ulceras del odio.

Si por el contrario  persisten  en el resentimiento y el malquerer, el rencor y la desconfianza, la obsesión permanece como un ácido quemando los delicados engranajes de la casa mental y produciendo  las alineaciones tormentosas.

La mediumnidad es la gran oportunidad que posibilita la identificación y la cura de las obsesiones. El paciente victima de la obsesión, es portador de mediumnidad,  que necesita conveniente educación, con el fin de aplicarla en finalidades relevantes.

La obsesión es una dolencia grave, aun cuando se presente en un cuadro simple, que puede ser de forma depresiva o de morbo que afecta la salud física. Es por eso que se impone la transformación moral  del paciente y el cambio  de  actitud emocional del agente que la desencadena, consciente o no.

La obsesión existe, porque existe un debito, por parte del que la sufre.

Las leyes de la vida disponen  de recursos para la reeducación de los incursos en sus códigos de justicia. La intemperancia y precipitación de los individuos, perturbados en si mismos, los llevan a los desagravios y  venganzas, produciendo esos innecesarios procesos de sufrimientos.

La mente infeliz, a través de la monoidea  de agraviar, descarga  ondas de odio sobre su desafecto que, desprovisto de recursos  morales, tales como la invigilancia, la caridad, el amor , las capta por medio  del campo del periespiritu, con el cual aquella sintoniza por afinidad vibratoria hasta transformarse en una idea perturbadora  en su propio psiquismo.

A veces, por la acción de la voluntad, condensa  sus vibraciones, presentándose con aspectos terroríficos durante la vigilia y el parcial desdoblamiento producido por el sueño, y provocando por medio de pavor, que se transforma en una patología alucinante.

En la sucesión de sus interferencias consigue dominar la mente culpable,  que se le hace sumisa, dando curso a los más graves fenómenos  de subyugación, que la ignorancia, por muchos siglos, consideró como posesión demoníaca y que los científicos  rotularon esquizofrenia.

De la misma forma, la constante  ingestión psíquica de la onda mental enfermiza produce variados disturbios orgánicos, que facilitan  la instalación de gérmenes destructivos de la salud o provocan, por si misma, alteraciones celulares, ulceraciones,  disfunciones de diversos órganos.

En consecuencia, la desobsesión es la terapia especializada y única poseedora de recursos para la liberación del alineado.

Mediante el esclarecimiento del  espíritu enfermo, imbuido de la falsa idea de justicia, se deberá disuadirlo del propósito infeliz, demostrándole el error en el que se encuentra e inducirlo a la certeza de que el amor de Dios todo lo resuelve.

Es necesario la concienciación de la victima, para que busque la rehabilitación por medio de un cambio de comportamiento mental y espiritual. La reforma moral del obseso hará que su actual perseguidor constate su esfuerzo en mejorarse, demostrando arrepentimiento de las acciones infelices, y serenando el animo,  se torna amigo del antiguo verdugo,  avanzando con el para la ruta del bien.

La desobsesión también puede realizarse más allá de la esfera física, por la intervención de los benefactores espirituales, cuando constatan el esfuerzo del alma para rehabilitarse y auxiliar a su perseguidor.

En los procesos que afectan al organismo fisco, además del recurso espiritual liberador conveniente la terapia medica correspondiente, para la reorganización del mismo.

El abuso del  sentimiento, que  lleva a la vampirización psíquica, es también un motivo de obsesión, que genera prolongados disturbios.

Los deseos perturbadores lanzan petardos mentales que alcanzan a aquellos a los cuales son dirigidos, produciendo extrañas  y desagradables sensaciones. Cuando son recíprocos, dan curso a una interdependencia  psíquica  que afecta tanto al área de la emotividad, así como de la organización somática, generando sufrimiento.

La criatura es siempre responsable por su propia vida. Solamente hay agravios, obsesión y sufrimiento, porque se eligen comportamientos  enfermizos en detrimento de aquellos otros que son positivos.

Con las poderosas energías del amor, es con lo que podemos disolver las cadenas del mal, es esta, la solución para la desobsesión, se libera el ser del sufrimiento que su negligencia generó, favoreciendo con la salud integral,  resultado  de una mente en armonía con la vida,  a una organización física equilibrada y la emoción como la razón  dirigidas hacia el bien, hacia el progreso, hacia la felicidad.

- Mercedes Cruz-

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