jueves, 6 de agosto de 2015

Evolución de las especies desde el punto de vista espírita



EL AMOR QUE HA TRANSFORMADO MI MUNDO


Hoy quiero dirigir mi reflexión hacia el más puro sentimiento que haya podido experimentar y es el Amor Maternal.
Primero porque ya casi cerraremos el mes emblemático matriarcal, segundo porque el mes que inicia nació el protagonista de ese maravilloso amor. Y, tercero para que las que son Madres compartan conmigo el sentir de cada palabra.
Gracias a la bendición de Dios pude cumplir el anhelo de ser Madre, gracias al poder de mis pensamientos, cambio mis percepciones del mundo viendo desde el foco de Madre. Donde una vez pude haber visto discordia, celos o temor, ahora percibo Amor. Mi perspectiva cambió a medida que tomé  conciencia de que el Amor Divino se expresa a través de todos nosotras para con nuestros hijos.
Cada día crece más este amor que no tiene medida, simplemente es amor.
Cuando recibimos la misión de ser Madre recibimos una gran tarea, que debemos asumir con responsabilidad, no es fácil, tenemos que dedicarle tiempo calidad y  Amor en su educación porque es lo más importante y con esa dedicación estamos forjando hombres y mujeres del futuro.
Lo que hacemos para sus vidas en el hoy lo estamos sembrando en sus vidas del mañana.
Cuando se es Madre descubrimos las fuerzas que no sabíamos teníamos y experimentamos los miedos que jamás creímos sentir.
No existe un manual como ser Madre, tampoco existe un modelo de hijos, cada cuales original único en su estilo.
Tenemos la hermosa misión de sacarlos adelante. La niñez pasa en un abrir y cerrar de ojos, solo quedará lo que sembremos en sus mentes y corazones.
Así que démosles no sólo buenos hábitos sino llenémoslos de mejores momentos.
Además:
Si desde chiquis les hablamos un poco de Dios, del amor a sus amigos, de la confianza en sus padres, junto al buen ejemplo, hará que al paso del tiempo el niño crezca fortalecido y confiado que es amado por un ser supremo al que le llamará pronto "Diosito" o Mi Amigo Dios.
Y a ti, Mujer Valiente que te ha tocado ser Madre Soltera, siéntete cada día más bendecida, ya que lo eres doblemente, es mejor ser Madre Soltera que tener al lado a un hombre que no quiera ser Padre, eso se reflejaría en el niño de forma negativa e insegura, en cambio Tu eres Luchadora mira el fruto de tu coraje como se desarrolla frente al Amor de tus caricias y palabras. No estás sola,desde el plano espiritual recibes la mejor guía y sabiduría.

Instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de el. Proverbios 22:6

Bendiciones
-Lorena Dorante-
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               LA FUERZA DEL EQUIPO

¿Usted se considera un buen miembro de un equipo?
En la historia de la humanidad, nunca se ha realzado tanto la importancia del trabajo en equipo como en los días actuales.
La práctica ha comprobado que el trabajo en equipo, funciona. No es otra la razón que lleva a los empresarios a invertir en adiestramientos para consolidar equipos eficientes y bien preparados.
No obstante, para que haya un buen resultado en la labor de equipo, es preciso cambios en la intimidad del individuo que la compone, de tal modo que mejore su actuación, ya que el equipo es el resultado de la suma de las características de cada uno de sus miembros.
Siendo así, cabe a cada criatura, la búsqueda del perfeccionamiento individual,invirtiendo en sí mismo para que pueda ser un elemento útil en el conjunto.
Hace algún tiempo, se valoraba mucho la competencia específica de cada uno en particular, sin prestar atención a su actuación en equipo.Hoy en día, en cambio, no basta ser un miembro eficaz, es preciso ser un miembro eficaz dentro del equipo. En otras palabras, es preciso que se lleven en
cuenta los objetivos comunes del conjunto.
Un jugador de basquetbol, por ejemplo, puede ser muy bueno en las jugadas individuales, pero, si no juega bien con el equipo, seguramente el técnico eligirá otro menos eficiente que sepa dividir el juego con el resto del conjunto.
De este modo, cada individuo es un engranaje inteligente dentro del conjunto de realizaciones. Cada uno de ellos es pieza importante para que se alcancen los objetivos establecidos por el equipo.
En la construcción de un edificio, todos tienen que ejecutar su parte con mucha responsabilidad y competencia para que no se ocasionen daños a la obra.
El ingeniero, el arquitecto, el maestro de obras y hasta el más humilde peón,son importantes para alcanzar un buen resultado al final de la construcción.
Un ladrillo mal colocado, una viga mal hecha, la mezcla mal preparada, un pequeño agujero dejado por descuido, puede causar, a lo largo del tiempo, el desmoronamiento del edificio.
La vida en sociedad es ley divina, es por esa razón que incluso los animales buscan juntarse para alcanzar los objetivos de supervivencia.
Generalmente cazan en bandos, vuelan en bandos, organizan verdaderas colonias donde cada uno ejerce una función específica dentro de las necesidades comunes.
Una vez más, Jesús se anticipó en sus enseñanzas, hablándonos del haz de varas.
Un haz de varas es un equipo con cohesión y homogeneidad. Lo que no significa varas idénticas, sino unidas entre sí.
Las varas tienen sus características individuales, y ajustadas unas a las otras hacen que el haz sea tan resistente que nadie las puede romper. Y si una de ellas es retirada, todo el conjunto se desequilibra.Una vez más debemos reconocer la sabiduría del Hombre de Nazaret, pues cuanto más conocemos sus enseñanzas, más evidente se nos revela su grandeza.
***
Si usted quiere realmente crecer, es necesario permitir que otros crezcan con usted para darle sustentación.
Cuando una persona cae, muchos caen con ella. Pero cuando alguien se levanta,muchos se levantan también.
¡Piense en ello!

Redacción del Momento Espírita

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Evolución de las especies desde el punto de vista Espírita


Allan Kardec en El Libro de los Espíritus nos dice que los seres orgánicos tienen en sí una fuerza íntima, que produce el fenómeno de la vida, mientras que esa fuerza existe; que la vida material es común a todos los seres orgánicos y que ella es independiente de la inteligencia y del pensamiento; que la inteligencia y el pensamiento son facultades propias de ciertas especies orgánicas y que entre las especies orgánicas dotadas de inteligencia y de pensamiento hay una dotada de un sentido moral especial, que le da incontestable superioridad sobre las otras, es la especie humana. La pregunta 540 de El Libro de los Espíritus nos dice: «todo se encadena en la naturaleza, desde el átomo al arcángel, que a su vez también comenzó en el átomo.»

León Denis, de otra forma más poética nos dice, en su obra El problema del ser, del destino y del dolor: «el espíritu duerme en el mineral, sueña en el vegetal, se agita en el animal, y despierta en el hombre.» Parece indicar, con estas afirmaciones, que algo de nosotros pasó por los diferentes reinos de la naturaleza. Los seres orgánicos son los que tienen en sí una fuente de actividad íntima que les da la vida. Nacen, crecen, se reproducen y mueren. Son portadores de órganos especiales para la ejecución de los diferentes actos de la vida, órganos apropiados a las necesidades, que la conservación propia les impone. En esa clase están comprendidos los hombres, los animales y las plantas.

En la pregunta 71 de El Libro de los Espíritus, encontramos la siguiente información: «¿La inteligencia es un atributo del principio vital?: No, puesto que las plantas viven y no piensan, tan sólo tienen vida orgánica. La inteligencia y la materia son independientes, pues un cuerpo puede vivir sin inteligencia, pero ésta sólo puede manifestarse por medio de los órganos materiales, y es necesaria la unión con el espíritu para dar inteligencia a la materia animalizada.» Los espíritus en su origen serían como los niños, ignorantes y sin experiencia, adquiriéndola en las distintas etapas de la vida. Dios no creó los espíritus buenos o malos, sino sencillos e ignorantes. El espíritu no se acuerda de las existencias precedentes a su período como hombre, así como el hombre no se acuerda del período que pasó en el seno de la madre.

Reino mineral

Está constituido de materia inerte, no tiene vitalidad y está formado por la agregación de materia. Su característica básica es la atracción, pues en el reino mineral, el instinto y la materia son nulos. El Espíritu duerme en su primera fase, el principio espiritual estaría influenciado por las organizaciones atómico-moleculares, invitando a la unión. Crearía con sus vibraciones un campo de agregación, reflejado en las fuerzas de atracción y cohesión. Así, la organización mineral sería la consecuencia de un poder en la intimidad de sus unidades atómicas, para conducir ordenadamente el proceso de agregación. En la intimidad del mineral, el principio inteligente absorbería experiencias, y fuera mostraría posiciones, renovándose a fin de ejercer nuevos potenciales de orientación, con fuerzas reconstruidas y siempre más complejas, por las vivencias anteriores de idénticos fenómenos. En ese ir y venir de la materia se puede decir que ya existe el principio reencarnatorio en acción.

Intermediación del reino mineral con el vegetal

Según Emmanuel, el principio inteligente se encontraba en los cristales, completando su fase de individualización, en el larguísimo proceso de autofijación, ensayando poco a poco los primeros movimientos internos de organización y crecimiento volumétrico. Los virus tienen una estructura formada por un ácido nucleico (o ADN o ARN) y proteínas, por lo que necesitan apropiarse de los mecanismos de una célula ajena para reproducirse y vivir. Los virus tienen una característica mineral. De este modo, la única especie que puede cristalizar son los virus, ya que se componen de una cápside, que puede llegar cristalizar sin morirse, utilizando las reglas de los minerales y creando formas geométricas Gabriel Delanne, en la obra La evolución anímica nos informa acerca de que el cristal es casi un ser viviente. Naturalmente, no se nos ocurre pensar en una inteligencia propia de la materia, aunque el científico Jean Emile Charon dijo que el comportamiento de las partículas interatómicas revela vida incipiente.

De lo que pudimos aprender con los citados autores, se podría deducir que el principio inteligente se ejercita en el reino mineral, experimentando exactamente características como la combinación química de los elementos básicos, la estructura cristalina en que esa combinación es adquirida y las transformaciones que la naturaleza y el hombre ejercen sobre ese resultado. Estaría de esa forma, preparándose para continuar su jornada en el reino vegetal terrestre. Creer que los minerales no evolucionan, por lo que podemos ver en los existentes en nuestro planeta, es ignorar la constitución de los mundos en las diferentes etapas evolutivas. El hecho de que los minerales no posean vida, no significa que no evolucionen, pues, si eso no ocurriese, no existirían minerales más sutiles en los mundos más evolucionados.

Reino vegetal

Los elementos del reino vegetal están dotados de vitalidad, tienen instinto de conservación básico, vida orgánica, no piensan, no tienen voluntad, ni conciencia de sí mismos. Su característica básica es la sensación. En el reino vegetal el instinto se inicia, el espíritu sueña y la inteligencia es nula. Las plantas son los únicos seres vivos no microscópicos que tienen la capacidad de generar su propio alimento. Todos los seres vivos necesitan llevar a cabo ciertos procesos que les permiten obtener oxígeno y nutrientes, eliminar sustancias o relacionarse con su ambiente. Las plantas, igual que los animales, tienen órganos que cumplen esas funciones. El principio espiritual pasa entonces a vivenciar las experiencias en los vegetales más complejos, mejor estructurados. Ahí tendrá que adquirir la capacidad de reaccionar ante cualquier cambio exterior y posteriormente la facultad de sentir, captar y registrar las alteraciones del medio que le rodea, conquistas del principio espiritual, en su recorrido por el reino vegetal. Después de identificarse con los virus, continuará en las bacterias rudimentarias, las algas unicelulares y las algas pluricelulares.

En La Génesis, Kardec, explicando la escala de los seres orgánicos, dice: «Entre el reino vegetal y el reino animal, ninguna delimitación hay nítidamente marcada. En los confines de los dos reinos están los zoófitos o animales-plantas, cuyo nombre indica que ellos participan de uno y otro: les sirve de trazo de unión.» (cap. X) El zoófito tiene la apariencia exterior de la planta. Como planta, se mantiene presa al suelo; como animal la vida en él se encuentra más acentuada: coge del medio ambiente su alimentación. Como los animales, las plantas nacen, viven, crecen, se nutren, respiran, se reproducen y mueren. Como aquellos, también ellas necesitan de luz, de calor y de agua; se atrofian y mueren, cuando les faltan esos elementos. La absorción de un aire viciado y de substancias deletéreas las envenena. Ofrecen como carácter distintivo más acentuado conservarse presas al suelo y coger de él la nutrición, sin moverse.

Intermediación entre el vegetal y el animal

Hay vegetales carnívoros, dotados de vitalidad. Tienen una especie de inteligencia instintiva, limitada, con consciencia de su existencia y de su individualidad. No obran sólo por instinto, no tienen creatividad. La característica básica es la elaboración del instinto.

Reino animal

El instinto se desenvuelve, despierta, y la inteligencia se inicia. El animal es libre y busca el alimento. En primer lugar vienen las incontables variedades de pólipos, de cuerpos gelatinosos, sin órganos bien definidos, siendo diferentes de las plantas sólo por la facultad de la locomoción. Le sigue en el orden del desarrollo de los órganos, de la actividad vital y del instinto: los helmintos o gusanos intestinales, los moluscos, animales carnosos sin huesos, algunos de ellos desnudos, como las lombrices, los pulpos etc. Otros provenientes de conchas, como el caracol, la ostra; los crustáceos, cuya piel es revestida de una costra dura, como el cangrejo, la langosta; los insectos, a los cuales la vida propicia prodigiosa actividad y se manifiesta el instinto ingenioso, como la hormiga, la abeja, la araña. Algunos se metamorfosean, como el gusano, que se transforma en elegante mariposa. Viene después el orden de los vertebrados, animales de esqueleto óseo, orden que comprende los peces, los reptiles, los pájaros; siguen, por fin, los mamíferos, cuya organización es más completa.

La condición que caracterizaría el principio espiritual en esta fase sería la adquisición del instinto, al principio en los animales inferiores, bastante simples. Posteriormente, en los mamíferos, por los órganos más bien trabajados, se presentaría con más alta y purificada eficiencia, preparando para más adelante, ingresar en el reino de la razón. Es por el instinto, que los animales son avisados de lo que les conviene o perjudica: que buscan, conforme la estación, los climas propicios; que construyen, sin enseñanza previa, con más o menos arte, según las especies, lechos blandos y abrigos para sus progenies, trampas para atrapar la presa de que se nutren; que manejan diestramente las armas ofensivas y defensivas de que son provistos; que los sexos se aproximan; que la madre guía a los hijos y que éstos buscan el seno materno.

Intermediación entre el animal y el hombre

Entre la influencia de la naturaleza animal y espiritual, el espíritu se va liberando de la materia, hasta alcanzar la plenitud divina. La ausencia de hilos en esta transición se debe a la evolución que se procesa fuera de la materia, donde el principio inteligente se encuentra revestido de la proforma espiritual, correspondiendo a la especie, sufriendo modificaciones adaptativas que se ven culminadas en el plano material.

André Luiz nos dice que para alcanzar la edad de la razón, con el título de hombre dotado de razón y discernimiento, el ser automatizado en sus impulsos, de camino hacia el reino angélico, empleó nada menos que un billón y medio de años. Con la conquista de la razón aparecieron la lucidez, el libre albedrío, el pensamiento continuo. Hasta entonces, el progreso se daba por la fuerza de las cosas, ya que no tenía conciencia de su realidad, ni tampoco libertad de elección. Al entrar en el reino hominal, ya sí está apto para dirigir su vida y conquistar los valores a través del esfuerzo propio. Ahora deberá esforzarse en la lucha para conquistar los valores superiores del alma, la responsabilidad, la sensibilidad, la sublimación de las emociones, es decir, todo lo que va a necesitar para llegar a espíritus puros.

En el hombre, sólo al comienzo de la vida domina el instinto con exclusividad. Es por instinto que el niño hace los primeros movimientos, que toma el alimento, que grita para expresar sus necesidades, que imita el sonido de la voz, que intenta hablar y andar. En el propio adulto, ciertos actos son instintivos, tales como los movimientos espontáneos para evitar un riesgo, para huir de un peligro, para mantener el equilibrio del cuerpo, tales como el parpadear para moderar el brillo de la luz, abrir la boca para respirar, etc. El hombre tiene todo lo que existe en las plantas y en los animales, domina todas las otras clases por su inteligencia especial ilimitada, que a la vez le da conciencia de su futuro, percibe las cosas extrasensoriales, tiene responsabilidad moral, conocimiento de Dios y su siguiente paso es la angelitud.

Revista Espírita de la F.E.E.

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TIEMPO DE CONFIANZA


"Y Les dice: ¿Dónde está vuestra fe?"-(Lucas, 8:25.)


La tempestad estableciera la perturbación en el ánimo de los discípulos más fuertes. Desorientados, ante la furia de los elementos, se amparan en Jesús, en altos gritos.

Atendiéndolos el Maestro, pero pregunta después:

- ¿Dónde está vuestra fe?

El cuadro sugiere ponderaciones de vasto alcance. La interrogación de Jesús indica claramente la necesidad de mantener la confianza, cuando todo parece oscuro y perdido. En tales circunstancias, surge la ocasión de la fe, en el tiempo apropiado.

Si hay oportunidades para el trabajo y descanso, plantación y cosecha, se revelará igualmente la confianza en la ahora adecuada.

Nadie ejercitará optimismo, cuando todas las situaciones se conjugan para el bienestar. Es difícil demostrar amistades en los momentos difíciles.

Aguarden los discípulos, naturalmente, oportunidades de lucha mayor, en que necesitarán aplicar más extensa e intensivamente las enseñanzas del Señor. Sin eso, sería imposible aferir valores.

En la actualidad dolorosa, innumerables compañeros invocan la cooperación directa de Cristo. Y el socorro viene siempre, porque es infinita la misericordia celestial, mas, vencida la dificultad, esperen la indagación.

-¿Dónde está vuestra fe?

Y otros obstáculos sobrevendrán, hasta aquel discípulo aprenda dominarse, a educarse y a vencer, serenamente, con las lecciones recibidas.

Comentario :

Tras la lectura y meditación del texto anterior, basado en el episodio de la angustia y temor de los discípulos cuando iban en la barca con Jesús y se desencadenó la tormenta, comprendemos como es muy fácil ser optimista y estar alegres cuando las cosas son favorables y no enfrentamos pruebas difíciles.
La auténtica fe se debe manifestar en nosotros en momentos difíciles, ante las duras pruebas , preocupaciones y sufrimientos que a veces nos depara la vida.
Cuando todo va bien, o no nos acordamos de Dios, o nos acordamos superficialmente para apenas agradecerlo , muchas veces como rutina establecida pero vacía del auténtico sentimiento de gratitud hacia El.
Pensemos que las pruebas y problemas de la vida , aparte de ser muchas veces una consecuencia de nuestros errores pasados, sirven entre tanto para poner a prueba y fortalecer nuestra confianza en el Padre, convencidos de que este nunca nos abandona y nos lo demuestra tantas veces con Su socorro en nuestras pruebas, sufrimientos y problemas. Otra cosa es que cuando el sufrimiento cede o amengua, esto lo achaquemos a factores como la casualidad o la suerte, mientras nos empeñamos en ignorar o no admitir, que por encima de todo tenemos un Padre que es todo Amor y conoce nuestros problemas y angustias que al final siempre pasan o se solucionan del modo más impensable, pero seguimos sin comprender que tras lo que la vida nos pone por delante y el cómo se soluciona, hay un Poder , un Amor, una Perfección y una Justicia infinitas.
Jesús en el episodio de la tempestad en la barca, se sorprende ante la poca fe de sus discípulos que se angustian en esos momentos difíciles, pero esto no significa que esta reacción no sea humana y natural, pues el mismo Jesús, ante el dolor y la angustia de su agonía en la cruz, pidió al Padre que lo librase de la prueba, pero que no se hiciese lo que El pedía sino Su Voluntad. Aquí Jesús nos da la gran lección de que ante las pruebas y sufrimientos de la vida, siempre debemos pedir y aceptar por encima de todo la Voluntad del Padre que sabemos que es infinitamente bueno, justo y sabio, y que nunca abandona a sus hijos a pesar de las apariencias.
Por tanto hasta que no aprendamos la lección de dejar de ser ciegos o de ignorar a ese gran Padre nuestro, las pruebas, problemas y zozobras seguirán llamando a nuestras puertas y no dejarán de acosarnos para conducirnos a comprender, amar y confiar en Aquel que todo lo puede y que tanto nos Ama.
- Jose Luis Martín-

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martes, 4 de agosto de 2015

La Caridad y la Filantropía en las enseñanzas de Jesús


        MUERTE Y LIBERACIÓN

Contra más violentos y vulgares son los comportamientos humanos, estos se convierten en presas más fáciles, sometidos a sus verdugos desencarnados. Los hacen sufrir penosas exigencias, alimentándoles las fuerzas, mediante las densas emanaciones mentales y exteriorizaciones fluídicas, en las cuales ellos se saturan, formando grupos de asedio en amplia subyugación de reparación improbable. Les explotan las energías los Espíritus que, a su vez, pasan a depender de las victimas en infeliz parasitosis desequilibrada.

No hay muertes iguales, teniendo en cuenta las conquistas de cada persona, los requisitos espirituales que a cada cual tipifican, los apegos o no a la materia, las fijaciones y juegos de intereses, las dependencias físicas y mentales, la desencarnación varia de un hombre a otro, el cual experimenta, a su debido tiempo, la perturbación correspondiente, al estado intimo en que se sitúa.

Morir no siempre significa liberarse. La muerte es orgánica, pero la liberación es de naturaleza espiritual.

Esa turbación espiritual puede demorarse breves minutos, en los Espíritus nobles, como consecuencia de la gran cirugía y hasta siglos, en los más embrutecidos que nos e dan cuenta de lo que sucede….

En las desencarnaciones violentas, el periodo e intensidad del desajuste espiritual corresponde a la responsabilidad que rodeó el proceso fatal.

En los accidentes de los que no se tiene verdadera culpa, una vez pasado el brusco choque, siempre dura el periodo de perturbación al que ocurre en condiciones de carencia moral, cuando la persona pasa a ser considerada en la condición de suicida indirecto.

Lo mismo sucede en los casos de homicidio, en que la culpa sea o no de quien perece, responde por los efectos en aflicciones que continúa experimentando.

Los suicidas, por la gravedad del gesto de rebeldía contra los códigos divinos, se lastiman y sufren muchos años la desdicha, que enfrentan, en estado lamentable y complicado, el problema del que pretenden huir, sufriendo la persecución de crueles adversarios que reencuentran más allá de la tumba, que los someten a cruciales procesos de sufrimientos en dolores morales y físicos, frente a la destrucción del organismo que fuera preparado para un periodo más largo en la Tierra…

En las muertes violentas, las lamentaciones y los improperios por la falta de fe religiosa, a la par de la angustia dolorosa y la rebeldía, promueven escenas que al espíritu del fallecido, le produce desconsuelo, porque al atravesar momentos de alta sensibilidad psíquica, automática vinculación con el cuerpo sin vida y la familia, se transforma en una lluvia de centellas ardientes, que le alcanzan, hiriéndolo y dándole la sensación de ácidos que lo corroen por dentro.

Al ser llamado y no poder comunicarse, experimenta dolores que lo hieren, además de la desesperación moral que lo domina.

La misericordia divina lo adormece en los primeros periodos para tratar de ponerlo a reposar, lo que difícilmente consigue por las exageradas lamentaciones de los familiares. Cuando logra hacerlo, al no haber sabido valorar los tesoros de la vida con la consiguiente preparación para el viaje inevitable, se siente confundido por el choque de la desencarnación y se agita en angustiosas pesadillas, que son la liberación de imágenes perturbadoras de ls zonas profundas del inconsciente…

Para que se pueda completar una reencarnación desde el principio de la fecundación, transcurren años que se extienden hasta la primera infancia. Es natural que la desencarnación necesite de tiempo suficiente para que el espíritu se desprenda de los fluidos más groseros, en los cuales estuvo sumergido…

La violencia en la forma como ocurre en un accidente, mata solamente el cuerpo físico, sin que ellos signifiquen la liberación del ser espiritual.

Las enfermedades de larga duración, soportadas con resignación, Ayudan a liberar al espíritu de la materia, teniendo el espíritu tiempo para pensar en las legitimas realidades de la vida., despegarse de las personas, pasiones y cosas, pensar con más propiedad en lo que le aguarda más allá del cuerpo, movilizar el pensamiento en círculos de aspiraciones superiores.

Al evocar a los familiares que ya partieron, se vincula a ellos por los delicados hilos de los recuerdos, recibe de los mismos la inspiración y ayuda al desprendimiento del organismo fisiológico.

Los dolores morales bien aceptados proveen aspiraciones y ansias de paz en otras dimensiones, desenvolviendo las fuerzas constrictoras que lo atan al mundo de las formas.

El conocimiento de los objetivos de la reencarnación y el comportamiento correcto en el ejercicio de las funciones físicas contribuyen también, al desprendimiento en el fenómeno de la muerte.

Con esas acciones no se pretende transformar la vida, en un sufrir sin esperanzas, en una renunciación sin límites, lejos de la alegría y de la paz.

Debemos entrenarnos para enfrentar el instante de la muerte que inevitablemente nos llegará.

El Espíritu en el Más Allá, es el conjunto de sus experiencias vividas.

Nadie puede desperdiciar los dones de Dios y permanecer libre de la reparación.


Trabajo de Merchita extraído del libro “En las Fronteras de la Locura” Divaldo Pereira Franco


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¡La VIDA es y debe ser una victoria y no 
una derrota...!


Aprende a caminar, aunque haya piedras en el camino. 
Todas esas piedras las puedes esquivar algunas, otras, apartarlas con tus fuerzas, otras pasarle por encima y dejarlas atrás y las que parezcan que no puedes esquivar ni pasarle por encima o por el lado, serán solo las que necesitaras ayuda para eliminarlas del camino, y eso se logra cuando llegas a tu resignación.

Entonces, las eliminarás de tu camino con la ayuda de DIOS.

Solo camina, pero si te detienes no des lugar nunca a que murmures por nada ni de nadie, menos de DIOS. Es en ese momento, puedes evaluar que tu Espíritu puede ayudarte a vencer TODA prueba u obstáculo en tu camino, si en vez de murmurar continuas avanzando.

Te sorprenderás verificar que sí se puede vencer sin necesidad de brujos, hechicería, adivinación o Ritos, solo con tu fe Razonada fortalecida por fluidos cósmicos universales y vitales que compartimos contigo, los que te amamos.

Ser feliz es un estado de conciencia y de ánimo que tu provocas.

Todo este caminar, de progreso, lo provocas tu con tus intenciones de hacer el bien.

Dios está a tu lado, con los Espíritus buenos que desean que subas los peldaños y venzas tus pruebas.

Si logro con estas palabras que camines y enfrentes esas piedras del camino y logres dejarlas atrás, me sentiré más que dichoso darte la mano en el último peldaño que me toca a mi también vencer.

La vida es y debe ser una victoria, no una derrota.

- Frank Montañes -

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                   LEY DEL PROGRESO 

La ley del progreso es una condición de la naturaleza 

humana. Obliga al hombre a reflexionar al contacto con los 

demás porque él lleva en sí el sentido de su progreso. Si 

bien humanos malos o leyes malas retrasan ese progreso, 

sin embargo nadie puede oponerse a él. Las revoluciones 

morales y sociales germinan a veces en el transcurso de los 

siglos, pero siempre acaban por estallar y provocar el 

cambio saludable. De vez en cuando, luces, hombres más 

evolucionados muestran el camino. ¿Son seguidos? No, 

pero esa luz que traen repercute tarde o temprano. La frase 

de Jesús “Amaos los unos a los otros” todavía resuena 

desde hace 2.000 años, y si no aplicamos esta filosofía, es 

porque seguimos estando en los comienzos de una 

verdadera comprensión del lazo que debe unir a todos los 

hombres. Puesto que el desarrollo del libre albedrío sigue al 

desarrollo de la inteligencia y aumenta la responsabilidad de 

nuestros actos, es fácil ver que no estamos allí para la 

mayoría de los habitantes del planeta.

- Le Journal Spirite  nº 79 -

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   LA CARIDAD Y LA 

FILANTROPIA EN 

LAS 
ENSEÑANZAS DE 

JESUS


Una respuesta del Maestro a los fariseos - Hacer el bien para salvarse y 
hacerlo por amor - “La caridad no se enorgullece”.

La última novedad, en la lucha contra el Espiritismo, es el 
descubrimiento de que los espíritas no practican la caridad, sino  
sólo la filantropía. La caridad exige el amor a Dios, la pureza de la 
fe, y elevación espiritual. La filantropía es cosa más simple: amor 
del hombre, de la criatura, y no del Creador. El caritativo hace el 
bien pensando en Dios, con el corazón vuelto hacia el Padre. El  
filántropo lo hace pensando sólo en su semejante. Esa la diferencia.

Y los espíritas, considerados “instrumentos del diablo”, enemigos 
de Dios, no pueden hacer la caridad. Somos obligados a tratar estos temas, a veces, en virtud de la 
manera como ellos son tratados por adversarios del Espiritismo.
Nuestra doctrina está aún enfrentando aquella misma fase 
polémica del Cristianismo antiguo, después de la fase apologética. Y 
eso sólo sirve para confirmar que el Espiritismo es, realmente, 
como decía Kardec, el restablecimiento del Cristianismo en su 
formulación inicial, o como dice Emmanuel: “el renacimiento 
cristiano”. En este sofisma sobre la caridad y la filantropía, por 
ejemplo, tenemos que volver a las propias palabras de Cristo, para
mostrar que no todo pasa de manera tan simple.

Los fariseos buscaban siempre enredar a Jesús en problemas de esa 
especie. En la defensa de sus principios, y principalmente de sus 
prerrogativas religiosas, considerándose cómo intérpretes únicos 
de la escritura y únicos legítimos conocedores de la religión,  
proponían al Maestro y a sus seguidores ardides, como aquella del
pago del impuesto a César, que se volvió célebre. Cierta vez, según 
nos cuenta el evangelista Mateo (cap. XXII, vers. 34 a 40), le 
preguntaron a Jesús cuál era el mayor mandamiento de la Ley. Y el 
Maestro respondió con estas palabras:
“Amarás al Señor vuestro Dios de todo vuestro corazón, de toda 
vuestra alma y de todo vuestro espíritu; este es el mayor y el primer 
mandamiento. Y el segundo es semejante a aquel: Amaréis vuestro 
prójimo como a vosotros mismos.  Toda la ley y los profetas están
encerrados en estos dos mandamientos”. 

Esta respuesta no debió  agradar a los fariseos. Porque Jesús, 
como vemos, hizo cierta confusión entre caridad y filantropía. Dijo 
que amar a Dios era el principal mandamiento, pero 
inmediatamente después enseñó que amar a los hombres era 
semejante a aquel. Y añadió que de esos dos mandamientos 
dependían toda la ley y los profetas, o sea, que de una sóla cosa, el 
amor, transcurre toda la religión, toda la salvación, toda la 
revelación, toda la escritura revelada. Por eso, decir esto a los 
fariseos formalistas, a hombres que hacían de la religión un 
sistema convencional de preceptos y sacramentos, era lo mismo 
que decir una herejía. No fue porque si, que Jesús terminó en el 
madero. Para los fariseos, amar a Dios sólo era posible dentro del 
fariseísmo. Amar a los hombres era cosa secundaria, era simple 
filantropía, cosa de gente sin iluminación espiritual, 
sin 
conocimientos religiosos elevados.  Pero he ahí que Jesús dice esta 
enormidad: que amar a los hombres es semejante a amar a Dios. Y 
en otras ocasiones, como en la parábola del Buen Samaritano, el  
Maestro reafirma su lección, mostrando que el  samaritano 
despreciado, hereje, “instrumento del diablo”, alejado de Dios y de 
la Ley, era mejor que el fariseo privilegiado por la gracia de Dios. ¿Y 
mejor por qué? Porque sabía hacer la filantropía, amar a su 
semejante, sacrificarse por una criatura sufriente e infeliz.
La verdad es que, el samaritano de entonces, como el espírita de 
hoy, no dejaba de amar a Dios. Pero supongamos que dejara. 
Imaginemos que el samaritano, en aquel entonces, o el espírita, de 
nuestros días, fueran realmente criaturas sin Dios, o incluso 
conectadas al diablo. Veremos entonces esta curiosa contradicción: 
de un lado, los hijos de Dios practicando la caridad por el interés de 
la salvación propia; de otro, los hijos del diablo practicando la 
filantropía sin ningún interés, a no ser el amor al prójimo. ¿Cuál de 
los dos sería más meritorio, en el plan de una evaluación moral?

Jesús, que comprendía bien esas cosas, mostró que en verdad no se 
puede amar a Dios sin amar al prójimo. Y que el amor al prójimo es 
el camino, y a la vez la práctica del amor a Dios. Por eso añadió 
aquella regla de oro: “Así, todo lo que queréis que l
os hombres os 
hagan, hacedlo también vosotros a ellos: porque esa es la ley y los 
profetas”.

El egoísmo farisaico, con toda su enorme soberbia, con su 
pretensión de exclusivismo religioso, fue condenado para siempre, 
en esas dulces lecciones de humanidad. Jesús nos invita siempre al 
amor, que es comprensión al prójimo, bajo el auxilio paternal de 
Dios, y no al sectarismo exclusivista y agresivo, al fariseísmo 
arrogante.


Aconsejamos a las personas interesadas en un mayor desarrollo de 
este asunto leer “El Evangelio según el Espiritismo”, de Allan 
Kardec. El problema de la caridad, no es según un concepto 
teológico, o, como decía Pablo: “la letra que mata”, sino el “espíritu 
que vivifica”, según la concepción espiritual, está allí colocado de 
manera magistral. Maravillosas instrucciones de los espíritus, recibidas por Kardec o a él enviadas por personas de todas las 
partes del mundo, esclarecen ese problema a la luz de las lecciones 
evangélicas. “La caridad no se enorgullece” - como decía el apóstol 
Pablo, y el Espiritismo la enseña con humildad, sin abrogarse el 
privilegio de su práctica.


J. Herculano Pires
Libro: “El Hombre Nuevo”

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