miércoles, 9 de octubre de 2013

SENSIBILIDAD INDIVIDUAL


Estudiando la sensibilidad de una forma particular y desde un punto de vista científico, existe el mundo físico, el mundo hiper-fisico y las diferencias entre las diversas manifestaciones de Materia, Energía y Espíritu, que resultan de las variables ordenes de vibraciones.
En el Universo todo vibra y se transforma, ora involucionando: Espíritu hacia la Energía – Energía hacia la Materia; ora involucionando: Materia hacia Energía – Energía hacia Espíritu. Y en esa perenne transformación los mundos se entrelazan armoniosamente, formando un todo uno e indivisible.
Cuando las vibraciones entre los dos mundos se equilibran, se sintonizan, se establecen ligaduras intimas, con mayor o menor resonancia. Y esa sintonía cuando se verifica entre habitantes de esos mundos, permite, como es natural el intercambio entre esas entidades.
La facultad de hacer tal sintonización es lo que constituye la que se llama la mediúmnidad. Todos los hombres poseen esa facultad en mayor o menor grado, pues todos los hombres vienen del mismo origen, tienen la misma constitución y caminan hacia el mismo fin. Todos tienen esa misma posibilidad, que tanto más se amplia y perfecciona cuanto más se eleva, por lo cual se deduce que la facultad mediúmnica es espiritual y no material.

André Luiz, a quien se considera una gran autoridad sobre las realidades de la vida espiritual – afirma que: “mediúmnidad no es una disposición de la carne transitoria y si la expresión del Espíritu inmortal”.

La sede de las facultades no está situada en el cuerpo físico, sino en el peri espíritu, esto quiere decir que no se ejercen por los órganos de los sentidos físicos, y si por los de los sentidos psíquicos. Todos los hombres son médium en mayor o menor grado a las vibraciones de otros planos, y la sensibilidad individual es el primer síntoma de esa facultad.
La facultad natural no representa un “don” – como muchos admiten – dado que eso sería un privilegio; por muy al contrario, su posesión corresponde a meritos ya conquistados, vale por un derecho ya adquirido, representa un acceso a un determinado grado de la escala evolutiva.
Son innumerables los que juzgan que la mediúmnidad es un don, y el propio Codificador así lo dice en sus obras, pero se comprende que el término “don” está ahí empleado como un otorgamiento de Dios a Espíritus en prueba y no como un privilegio de algunos con relación a otros, lo que sería una evidente injusticia, tanto más que la mayoría de los médiums son, Espíritus deudores en mayor grado que muchos que no son médiums. Por eso se debe entender “don” como tarea transitoria a desempeñar, de la cual ha de rendirse cuentas, y no como atributo o privilegio permanente del Espíritu.
La sensibilidad individual presenta diversos aspectos desde el clásico “nervioso constitucional” hasta las formas más avanzadas del trance completo.
Se va desarrollando de a poco, silenciosamente, con el despertar de las glándulas cerebrales, y paulatinamente va aumentando de intensidad, presentando variadas formas de perturbaciones físicas y psíquicas, hasta que un síntoma más positivo surge transformando la sensibilidad – condición estática vegetativa – en mediúmnidad- estado dinámico funcional.
Podríamos compararlo a una simiente vegetal que día a día aumenta su fuerza y se transmuta hasta el momento en que, en plena eclosión expansiva, rompe las últimas resistencias del suelo y se transforma en una planta.
Y así, como no podemos interferir en el proceso genético animal o vegetal, tampoco lo podemos en el de la facultad mediúmnica, correspondiéndonos solamente el cuidado de “fertilizar el suelo” y ofrecer a la planta condiciones favorables de vida y crecimiento.
La sensibilidad es, pues, el preanuncio de la mediúmnidad, y todos los individuos que la presentan deben irse aproximando al campo de la vida espiritual, suministrando a su propio espíritu , el alimento sazonado y puro del que este carece para desarrollarse, fortificarse y tornarse digno del grandioso trabajo que le espera en el ámbito de la espiritualidad.

Extraído del libro “Mediúmnidad” de Edgard Armond
                                                                                   *********************

¿La aparición o recuerdo de lenguas extrañas sólo puede darse en casos de mediumnidad ?.



Tanto en los casos de recuerdo espontáneo como en los de regresión hipnótica, pueden aparecer lenguas extranjeras desconocidas para el sujeto. Esto es lo que se conoce cómo “Xenoglosia “, que no se debe confundir con otro fenómeno igual en apariencia, pero de carácter mediúmnico, que es lo que se conoce como “don de lenguas”, el mismo que por ejemplo ,según relatos evangélicos, experimentaron los discípulos de Jesús en Pentecostés.

En la mediumnidad, Espíritus diferentes o extraños al de la persona a través de la cual se comunican, a veces manifiestan sus comunicados en lenguas extrañas para el propio médium, pero a diferencia de la mediumnidad, en el caso de la Xenoglosia, sobreviene una eclosión del subconsciente , a veces durante el trance hipnótico, en donde el Espíritu comunicador en esa lengua, no es otro que el del propio sujeto que la aprendió y utilizó normalmente en otra vida anterior.

José Luis Martín-
                                    *************************

Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas y profetizaban”.
- La Biblia- (Hechos: 19:6)
                                                *******************

                       Espacio Mediúmnico

Un beso de amor a todos los hermanos que sufren en sus pruebas terrenas y son incomprendidos para hacer aquella labor que les muerde en su pecho y los arrastra a la soledad tristeza y dolor. 


Nº 1.510 - P. Lectura. Plenitud en el amor

Me ha acompañado hasta aquí este hermano de tanto saber que yo he conocido en mi fase terrena cuando era cardenal de la catedral de Santiago. Ya entonces era una desdichada que no había podido cumplir con mi misión de amor para la cual me había preparado con mucho tiempo para dar salida y continuidad al sendero que determinaba mi vida desde mi nacimiento. Son estos momentos para mí sublimes y me producen una profunda emoción a mi alma que me arrastran al llanto por el mucho sufrimiento vivido que hoy me anima y compensa con esta verdad de amor en la cual somos premiados los que nos hemos entregado con cariño a esta misión continuadora de caridad piedad y amor. 

Que estos hermanos piadosos conduzcan mis pasos y fortalezcan mi voluntad para este trabajo que me han asignado material que no me siento con fuerzas para realizar por el mucho sufrimiento que me atrapó en mi existencia terrena. Un beso de amor a todos los hermanos que sufren en sus pruebas terrenas y son incomprendidos para hacer aquella labor que les muerde en su pecho y los arrastra a la soledad tristeza y dolor. 

–No te emociones, si estás alterada no podrás hablar, alterarás la materia del médium y tendrás dificultades para manifestarte. 

Es una emoción sublime que solamente se puede comprender cuando se vence todo el sufrimiento terreno y nos elevamos en esa poderosa luz que al no estar preparados produce un estremecer en todo nuestro ser, una felicidad, cuesta aceptar que las influencias activas forman caminos de continuidad en la vida. Mi gratitud a vosotros hermanos materiales, también a este médium, a este instrumento que a través de reencarnaciones nos hemos encontrado material y espiritualmente en distintos senderos, algunos de acercamiento y otros de continuidad. 

–Todo tiene una continuidad hermana pepita, siempre recogemos el fruto de nuestras entregas, ahora te encontrarás mejor; déjate llevar por la impregnación de esa energía que te hacen llegar esos hermanos que están ahí, a tú lado.

Me tengo que retirar, lo hago envuelta en esta atmosfera de luz que hay ahora en estas aulas espirituales para que estos hermanos tan materializados puedan comprender que a través de su trabajo y entrega encontraran esa plenitud que le permitan dar un paso más en el sendero evolutivo de su destino. Mi gratitud a todos, materiales y espirituales por esta mano que me tienden que me elevan a atmosferas de luz de claridad y de amor. 

Espíritu, Pepita.

domingo, 6 de octubre de 2013

LOS ENEMIGOS DESENCARNADOS




Los espíritas sabemos que la maldad es una enfermedad que alguna vez terminará  definitivamente  y que de hecho así será porque así lo establece la inexorable ley de Evolución Universal que afecta a todas las formas de existencia- espíritu y materia-, por la que todo lo inferior e imperfecto, está llamado a ascender a lo superior que es la perfección. Por tanto la tolerancia y el perdón nacen de esta conciencia de lo transitorio del mal, que viene a ser como un periodo de enfermedad en la infancia del ser espiritual, pero que del cual se curará y sanará, transmutándolo por el bien.

Sabemos que con la muerte no se acaba la vida y que por ella si acaso nos podemos librar de la presencia material de un enemigo, pero no de él, pues su espíritu nos podrá acompañar durante mucho tiempo, buscando nuestro mal. Por eso la venganza es un error enorme, pues con ella no solo no solucionamos la negativa relación con respecto a la persona enemiga, sino que normalmente se empeora porque los sentimientos no se diluyen con la muerte sino que siguen vivos con el espíritu desencarnado, y este, irritado por la inútil venganza de que ha sido objeto, se puede irritar y pasar a ser él mismo el vengador de su propio ser.

El odio y la venganza suelen durar mas allá de la muerte, por tanto si el odio se apagase con sangre o con más odio, sería como si el fuego lo quisiéramos apagar con combustible o con mas fuego. Por tanto comprendemos como el perdón que Cristo nos enseñó y nos recomendó ,tiene una razón de ser fundamental. Muy poca gente devuelve bien por mal, pero los que a ejemplo del Maestro son capaces de hacerlo, desarman al enemigo porque rompen los lazos de odio. Es lo normal que quien se siente enemigo y capaz de hacer mal a otro, cuando de este percibe un bien, sus intenciones se enfrían y llegan a cambiar de actitud en sentido totalmente opuesto al odio o al ensañamiento que albergaban al principio. Sin embargo cuando no se sabe otorgar un perdón sincero, devolviendo bien por mal, se cierra el círculo del odio porque se irrita aún más al enemigo odiado, fortaleciendo esa relación de odio que es causa de largos sufrimientos a veces durante años o hasta vidas enteras. Así esa negativa al perdón por falta de humildad que impide el ser capaces de querer perdonar y amar al enemigo recalcitrante, convierten a estas personas en su propio yugo como instrumentos de la Justicia Divina contra sí mismos, a causa de su falta de amor que le causa el dolor de recibir el odio y el sin vivir que supone el ser blanco de una vibración negativa por una enemistad en el transcurso del tiempo, hasta que finalmente, alguna vez, inspirado por sus Guías Espirituales y cansado de tanto sufrir y de tanto dolor, decide cambiar su actitud y comienza por dar paso al deseo de perdón a los enemigos desencarnados, como una necesidad que a él mismo le conviene sobre todo, y que es su propia redención.

Se pueden tener tanto amigos como enemigos en ambos planos de la existencia. Los del mundo invisible manifiestan su enemistad con acciones de obsesión y subyugación hasta los más altos grados posibles. Estas acciones de los enemigos ocultos son una variedad de las muchas pruebas que debemos afrontar en la vida y que finalmente redundan en nuestro progreso y mejora espiritual. Por eso, cuando las acciones negativas de estos enemigos desencarnados se presenten deberán ser aceptadas con resignación sabiendo que son consecuencia del estado evolutivo inferior en que aún nos encontramos en este mundo. Como se afirma en el Evangelio Espírita, si no hubiese hombres malvados no habría espíritus malvados tan cerca de nosotros al acecho de nuestros defectos que son su puerta de entrada hacia nosotros para ejercer su influencia.

A la vista de lo complejo que es poder defenderse de los obsesores, enemigos desencarnados, lo más coherente es el no tenerlos, no provocando su enemistad desde esta vida en el plano material. Así, en la medida que podamos, deberemos no dar lugar a que ningún enemigo encarnado pase a otro lado de la vida sin antes habernos reconciliado con él, pues la reconciliación cuando se hace desde un mismo plano de la existencia, es mucho más fácil, pero cuando damos lugar a tenerlo que intentar nosotros desde aquí, una vez que nuestro enemigo con su odio ya pasó al plano espiritual, entonces es más difícil, aunque no imposible, de lograr. Mientras tanto no nos quedará más remedio que afrontar sus envites negativos con resignación conscientes de la prueba expiatoria que atravesamos sin poder culpar a nadie sino a nosotros mismos.


.En épocas remotas, se sacrificaban a los dioses para agradarlos o apaciguarlos, cosas materiales, animales y hasta víctimas humanas, pero esos dioses enfadados, no siendo otra cosa que espíritus negativos, irritados o con deseos de venganza, no se pueden apaciguar sino por el sacrificio de los propios defectos espirituales que nos hagan superiores a ellos, especialmente el del odio, que sustituye por la caridad, pues esta no solo impide el mal, sino que por el contrario supone hacer un bien .

Por esto, es fácil comprender que cuando se promueve la idea del amor y del perdón a nuestros enemigos, a los de aquí y a los del otro plano, de este modo se cumple la ley de solidaridad y fraternidad que debe reinar en todos los planos del universo.

Concluyo señalando lo triste que es ver a veces como a personas que ya se fueron de este mundo, se las recuerda con cierta rabia y resentimiento porque perjudicaron a alguien o porque se equivocaron en algo que afecta a la vida y a la relación que tuvieron con este mundo. Cuando encontremos casos así, debemos hablar del amor y del perdón como una necesidad , a quien esté cayendo en este error, haciéndole comprender que debe esforzarse en perdonar y en amar a los demás ,no solo en vida, sino también cuando ya se hayan ido de este mundo, aunque solo sea por su propio interés.

- Jose Luis Martín -


                                                                  ************************

EMANCIPACIÓN DEL ALMA.

Estado particular de la vida humana durante el cual el alma, al desprenderse de sus lazos materiales, recobra algunas de las facultades del Espíritu y entra más fácilmente en comunicación con los seres incorpóreos.
Este estado se manifiesta principalmente a través del fenómeno de los sueños, de la somniloquia, de la doble vista y del sonambulismo natural magnético.

Tomado del libro Vocabulario Espírita

                                                       ********************

                      RELATOS DESDE EL MÁS ALLÁ
           

HISTORIA DE UNA DEFICIENTE

La Doctrina Espirita nos presenta respuestas lógicas para nuestros males  y sufrimientos del día a día. ¿Cuántas veces nos preguntamos por qué tal persona es a sí o nació de esa forma. Y la razón nos responde, respaldada en la Doctrina Espirita, que tal o cual situación dolorosa  es el resultado  de nuestros actos pasados.

Deficiencias físicas, síndromes variados, pénfigo, lupus, la lepra, la anencefalia, en fin, todo tipo de sufrimiento físico y moral que los hombres experimentan en sus vidas, nada más es que el resultado del pasado, por la simple razón que Dios no nos haría sufrir por mero capricho.

Bezerra de Menezes

Yo estaba en la colonia de Nuestro Hogar y vi a un joven que estaba trabajando con niños que llegaban de la Tierra y eran portadoras de deficiencia física. Como esa joven  era muy bella, saludable, yo hable:
-¿Hija mía, por qué eligió usted esa ala de la enfermería, donde los deficientes físicos se están curando?
(Porque el deficiente físico, cuando llega al plano espiritual, cuanto más tiempo se demoró en la Tierra, también necesita más tiempo para rehacer su integridad física. Es un proceso lento de recuperación; el, que rescato su debito,  no sale inmediatamente de aquella situación en la cual su espíritu estuvo prisionero. Si usted aprisiona a una persona en un cubilo, sentada, sin ver la luz del sol, ella  tardara en recuperar la visión, siente dolores musculares y tarda en andar. Lo mismo sucede en el plano espiritual).
Ella habló:
-Porque yo fui una deficiente física.
Yo tome la ficha  de esa jovencita  y pensé que era un caso, realmente,, para  el Centro de Sierva María de Nazaret.
Ella dará su testimonio  y podrás ver cómo, a veces, el deficiente físico sufre, en su interior, aun mismo pudiendo ver, hablar, convivir con las personas alegremente.
Vamos a tener el testimonio de esa joven y hallo que todos vamos a aprender un poco más con el dolor de nuestro semejante. ¿Sería tan bueno si las personas que recibiésemos fuesen de alegría, No?
Más, si Jesús vino hasta nosotros es porque existía muchos dolor para ser sanado, mucha desesperación para ser transformada en esperanza, si El vino hasta nosotros  y está con nosotros hace dos mil años es porque, realmente, nosotros precisamos de la terapia del Evangelio en nuestras almas, de la bondad en nuestros corazones y del equilibrio en nuestros espíritus.

Elisabeth
Hace  ocho años que estoy en el plano espiritual, como todas las niñas, normal, saltando, corriendo, luchando, viviendo intensamente. Más, a los cinco años, comencé a caer con mucha facilidad, lo que preocupó a mis padres, que me llevaron al médico. Constataron que yo era  portadora de una parálisis progresiva.
Los años fueron pasando, yo tenía dos hermanas más y la veía saltar, brincar, correr. En las fiestas de aniversario corrían  tras de los balones y yo siempre esperando que alguien se acordase de mi para coger un balón, para darme un pedazo de tarta, para darme guaraná. No hablaba, cada vez que me miraban  yo sonreía, pero dentro de mi corazón había un enorme dolor. Yo preguntaba:
-¿Por qué Dios mío? ¿Por qué yo no soy igual que las otras niñas? ¿Por qué no puedo yo también correr, brincar como mis hermanas? Me daban muñecas, ella eran mis permanentes compañeras, amigos, parientes,  yo tenía mis muñecas.  Con ellas yo conversaba, porque mi madrecita tenía sus quehaceres, sus compromisos sociales, tenia que llevar a un niño a la escuela. Y mi dificultad era muy grande. Durante algún tiempo yo hasta estudié. Era inteligente, más después fui haciéndose más difícil yo misma preferí, en aquel desencanto por la vida, no ir más a la escuela. Se lo pedí, en llantos, a mi madre y, ciertamente, el médico le dijo: “Ella no va a vivir mucho”. Yo esperaba, realmente, que no fuese a vivir mucho. Yo veía, progresivamente, la parálisis ir  apoderándose de mi cuerpo.
Yo conversaba con las muñecas, leia mucho, oia música. Aquel era mi mundo, no sentía ninguna alegría en salir. Más, para no constreñir a mi madre, para  no hacer de ella una carcelera, yo aceptaba en participar de las fiestas. Mi tormento era visible y la piedad en los ojos de las personas más visible aun.
Llego la pubertad, yo era la más joven, veía a mis hermanas  arreglándose para ir a una fiesta, al cine, para ir al parque. Ellas llegaban contando, alegres, entre ellas,   porque los asuntos de ellas  no eran los mismos asuntos que tenían conmigo. Porque ellas apenas  podían narrarme aquello que ellas vivían, porque yo no tenía nada para conversar con ellas, ningún asunto, a no ser algún programa de televisión, alguna música. Ellas conversaban un poquito conmigo y comenzaba  el dialogo entre ellas, entre las compañeras que llegaban y hablaban: "¡Elizabeth Hola!" Era lo máximo que me decían.
Así fueron pasando los años. Los amores, los primeros enamoramientos de mis hermanas y un joven que fue conmigo muy bondadoso. El, un día, llego y habló  con mi hermana
Su hermana es muy bonita.
Nadie nunca me había dicho que yo era muy bonita, ni me importaba  si yo tenía el rostro bonito o no. Mi cuerpo no respondia a mis impulsos, a mis llamadas. Miraba ara mis pies y no conseguía moverlos. El me trajo algunos discos, algunos libros. Se torno, realmente un hermano. Y yo quedaba ansiosa para que mi hermana se casase, realmente, con aquel joven, más un día el se fue. Rompieron el noviazgo,  algunas veces el me visitó. Yo quede sin amigo con el que conversaba, que elogiaba mi cabellos, que me llevaba libros, bombones. Y mi vida volvió a ser lo que era,  y ella trocar de enamorados y enamorados.
Uno de ellos dijo delante de mi, sin ninguna piedad:
¿Esa enfermedad de su hermana, puede ser transmitida a los hijos? ¿Si me caso contigo, yo puedo tener un hijo en esa situación?
Mi hermana respondió:
-Yo no  sé. No sé decirte.
Yo entonces  desde aquel día me recogí en mi cuarto. No quise  ser un espectáculo  que pudiese perjudicar más  a los enamorados de mis hermanas. Sufrí atrozmente, en los  filmes de televisión, en aquellos programas  que danzaban y cantaban, más nunca deje que nadie me viese  llorar y para todos sonreí…
Hasta que, con veinte años, ya con mucha dificultad para engullir,  vi a mi cuerpo, poco a poco disminuir, como si volviese a ser niño. Pase  a preocupar más a mis familiares  y más me preocupaba yo con ellos. Porque yo me sentía una carcelera, sentía que todos ellos estaban presos a mi deficiencia física. Y, a los veinte años, partí al plano espiritual.
Dos médicos que yo no sabía quiénes eran me socorrieron. Uno de ellos me dijo:
-Yo soy Bezerra de Menezes, voy a llevarla a recuperarse. Usted recibirá tratamiento, volverá a tener sus funciones normales, más el mejorar, realmente, va a depender de usted. Usted tuvo un estado de encerramiento carnal. Fue necesario eso para que usted observase a las personas que le rodean, supiese ver los sentimientos, mirar aquello  que los ojos de las personas hablan, supiese esconder su dolor, y también, que  nosotros podemos ser un peso  o una alegría para aquellos que nos rodean.
El me llevó entonces, para la Colonia de Nuestro Hogar. Yo recibí terapia en todo el cuerpo, vi gradualmente a mis piernas  tomar forma, recuperando los movimientos, mis manos, mi respiración, que era asfixiante, volvieron a la normalidad.

Poco a poco, yo, conversando con aquellos que eran de la misma enfermedad, conseguí sentarme en la cama y arrastrar los pies. Asomarme a la ventana y vi un bello jardín, bellos arboles, fuentes. Y hable bien fuerte:
-¡Muerta es como la vida volvió  a mi!
Estaba recuperándome, poco a poco, y de ahí para adelante ya pude ir para el templo  de oración, comencé a ir para los refectorios.  Hice un pedido para saber cuáles eran mis posibilidades  para ayudar, porque yo me sentía de tal forma incapaz e inerte, que ansiaba trabajar, de usar las manos y los pies, era fuerza compulsiva dentro de mí, una necesidad apremiante, yo quería usar mis manos, yo quería sentir mis pies y andar incansablemente, de aquí para allí.
El Doctor Bezerra de Menezes volvió a procurarme.
Yo le dije:
_Cualquier cosa, con tal de que yo trabaje. Fregar el suelo, hacer camas, tratar al enfermo, lavar lo que sea, más sobretodo usar mis manos.

El sonrió, tomo mis manos y dijo:
-Hoy vamos a tener una terapia con tres jóvenes paraliticas. ¿Usted está dispuesta a ver las consecuencias  que una  vida le trajo a través de una parálisis redentora?
- ¡Lo estoy!
Ella, conversando alegremente, tomando mi mano como la de un padre amoroso, me llevo a una sala donde había  una pantalla grande, donde se proyectaban imágenes en tercera dimensión. Eran escenarios muy bellos y nosotros tres, allí reunidos, después de cumplimentarnos, mirábamos los paisajes  y hablábamos: “Esa imagen no es brasileña”
Y ahí fue siendo proyectada la vida de cada uno de nosotros. Cuando llegó mi vez, allá estaba  yo, una joven bella, que tenía un ama para calzar mis zapatos, apretar mi corsé, peinar mis cabellos, traerme el té, que algunas veces, no me gustaba y se lo tiraba a la cara, sin ningún respeto por el subalterno, sin cariño por aquellas personas  que cuidaban de mi bienestar. Entraba en los carruajes, muchas veces, cuando iba a cabalgar  con la fusta en la mano para castigar  al caballo pura sangre, yo golpeaba  al entrenador como si fuese un animal., no un ser humano, tal era  el desprecio que yo sentía por todos los que trabajaban.
Reví, en mis recordaciones, a la sierva de mi madre y a mi sierva. Allí estaban ellas como hijas y como mis hermanas, en un reajuste tan misericordioso, porque ellas me trataban con tanto cariño, con diferencia  en la juventud, es cierto.
Más, los jóvenes son así, solo después que maduran es que van a entender, y dar valor a la familia y atender a los dolores de sus semejantes.

Sentí una tristeza muy grande, lloré silenciosamente y hablé al Dr. Bezerra:
-Mira, yo tuve la bendición de tener tantas muñecas, cuando tantas niñas no han tenido una muñeca siquiera, cuando tantas y tantas niñas miran las vitrinas  con los ojitos codiciosos, sin poder tomar en los brazos las muñequitas expuestas  a la venta. Si me fuera permitido, me gustaría trabajar con niños, criaturas deficientes que estuviesen en recuperación,  a quien yo pudiese dar los primeros cuidados. Sé que no tengo nada dentro de mí, ahora ve aun más claro, lo poco que yo hice en el mundo y esa ansia que yo tengo de utilizar mis manos, si me fuera permitido me gustaría trabajar en la enfermería de los niños.
Los niños, cuando desencarnan, llegan al plano espiritual manteniendo aun la forma  de niño durante mucho tiempo. Algunas veces, les son sugeridas la encarnación,  como es llamado aquí arriba, son delitos que tienen que rescatar. O de un cáncer  el que fue desencadenado y desencarne antes de la hora, o la necesidad de un periodo de reajuste.
Son innumerables las situaciones  que llevan a la persona a ser deficiente físico, difieren mucho los cuadros, difieren las pruebas, como difieren las reacciones de las personas.
Paso algún tiempo y, en aquel tiempo que demoró, procure ayudar a las compañeras de enfermería. Cuando las asistentes llegaban yo ya había ayudado  a una, ya había conversado.
Yo sentía una profunda vergüenza  de la moza rica, bella e insensible que yo fui. Recordaba aquel cuerpo mío en la Tierra, y, pensaba con alegría: mi madre, mis hermanas, deben sentir el gusto dulce de la libertad, porque realmente, yo era un fardo.
No quise visitar a mis familiares, no por ser penosa el recuerdo de los días que allá viví, porque no fueron penosos, más si por haber sido una presencia penosa para todos ellos. Yo quería ganar un mundo nuevo,  el rescate había cesado en aquella encarnación, quería una vida nueva, estar en un lugar nuevo, con personas nuevas.
Un día llegó el dulce Bezerra de Menezes:
-Recibimos el permiso del ministro, usted va a tener una entrevista con la ministra Veneranda y podrá trabajar en el ala de los niños deficientes.
Allá existen sectores, como en la Tierra, donde solo hacen juguetes y comida. Porque el espíritu se alimenta – puede parecer extraño para ustedes, más no es extraño cuando ustedes beben agua fluidificada – y allá se hacen caldos más densos, que tienen sabores deliciosos, jugos que son un “néctar de los dioses”.
Yo, entonces, fui aprendiendo en cada sector, a como manipular fluidos de forma más primaria, que son alimentos energéticos. Trabajaba la bioenergía para el alimento de aquellas criaturas, con las cuales yo jugaba. Mujeres que saben coser, hacían muñecas, hacían carritos y las criaturas eran felices. Y como ellas quedaban felices al ver cómo recuperan  los movimientos de las piernecitas,  que los bracitos se extendía para abrazar, corrían y saltaba y yo les contaba una historia: “Era un vez, una niña muy bonita, muy rica, que tuvo que sufrir mucho para aprender que la vida  puede ser una bella historia, si nosotros supiéramos vivir…”
Yo agradezco a todos ustedes por haber tenido la paciencia de oírme. Agradezcan  a Dios lo que ustedes tienen. Jóvenes, no destruyan la salud de ustedes con el vicio, ni las drogas. Aquellos que llegan al plano espiritual  y que usaron las drogas, quedan paralizados, catatónicos y, ciertamente, tendrán una reencarnación tan dolorosa  como la que yo tuve, porque no supieron valorizar la salud. Aquello que tengan de perfecto, lo tornaron imperfecto.
Jóvenes ustedes que posee motocicletas y coche, circulen con prudencia. Porque aquellos que destrozan su cuerpo con la velocidad y por su imprudencia quedaran, en el plano espiritual, también lesionados durante mucho tiempo y, ciertamente, nacerán con secuelas, porque no supieron valorizar el cuerpo saludable que poseyeron.
Madres jóvenes, perciban el valor santificante del cuerpo de ustedes, respétense, sepan que la vida es una bendición y nos debemos mucho respeto a ese cuerpo que no fue hecho por nosotros, fue hecho por Dios.
Cuídense, porque la belleza es una rosa bella en un jardín en el que el viento bate  en sus pétalos y las arrastran por la lama. La rosa solo es bella mientras está en el rosal, después que perece, ni perfume posee, cualquier flor es así. Aprovechen la flor de la vida para tener, en su esencia más sublime, aquello que la vida tiene de mejor.
Y, si ustedes ven a alguien arrastrando el cuerpo en la cárcel de la deficiencia, no tengan piedad. Ayuden con una sonrisa, con una palabra. Hagan que se sientan amados y felices, más no tengan piedad, están rescatando, están reformulando su cuerpo somático, están transformando sus células lesionadas  en células saludables. Hagan  que ellos sean capaces de sonreír y sentir que la vida tiene sabor de amor. Ese amor diferente que es dar amor, amor caridad. Hagan que las personas, al llegar cerca de ustedes, sientan que valió la pena vivir. Y que la alegría es la tónica de la vida.
Que Dios los bendiga a todos. Muy  agradecida  por todo.
Publicado por Marlene Monteiro Peixoto el 4 de diciembre  de 2010