martes, 5 de enero de 2016

¿ Dios hace milagros ?

           

                 ¿Qué son las Supersticiones? 

Como tal se entiende lo que se refiere a cualquier idea mas o menos popular, en la que se cree y se acepta de modo irracional, por absurda que aparente ser, y siempre viene a ser  una creencia  positiva o negativa  generalmente de carácter religioso, o  envuelta en misterios o magias que se admiten sin ninguna clase de comprobación ni de razonamiento lógico y que suele llevar hasta el fanatismo.   La superstición viene a ser  una creencia  sin fundamento lógico, científico ni religioso, a la que se llega  por la necesidad  instintiva de creer en algo, desconocido, misterioso, maravilloso o irracional,  y solamente justificando esta credulidad  que huye de la razón, con un “por si acaso”. Se podría decir que las supersticiones en general, son un culto a lo mágico o a una maravillosa realidad que se intuye que rodea al ser humano, cayendo en el  absurdo  por el motivo de constituir una expresión de la necesidad natural del ser humano de creer en algo aunque no  resista el  menor análisis de la razón.
Las supersticiones son ideas falsas y muchas veces  absurdas, que se han ido creando alrededor de ideas y hechos  incomprendidos, a los que se les ha querido atribuir una simbología o un aire sobrenatural , siendo  reminiscencias de culturas inferiores o atrasadas que tienen  el  efecto de ser admitidas por personas hasta de un cierto nivel de ilustración, pues suelen ir acompañadas por elucubraciones de falsa ciencia, fuera de todo razonamiento lógico y hasta  en muchas ocasiones amalgamadas con prácticas devotas.
        La superstición  suele sustituir a los conceptos de la Ciencia  y a la fe religiosa del signo que sea, motivado muchas veces  por la falta de comprensión  que esa clase de fe  dogmática aporta en sus postulados. A veces de la propia religión o de sus dogmas se hacen supersticiones cuando  sus postulados se rodean de cierto misticismo mágico y se admiten con una fe rayana en  un  fanatismo irracional.
        Sus consecuencias son de los más diverso: desde los resultados inofensivos de la simpleza que  supone el creer por ejemplo en  cosas o actos  que atraen la buena o mala suerte , hasta la conducción  para llegar  consumar los crímenes más abyectos en  función de imperativos mágicos o misteriosos.
La gente debería estudiar y analizar las cosas de modo objetivo y racional, para no caer en una excesiva y fácil credulidad y así destruir la superstición desde su base, pues esta siempre aparece dispuesta para ocupar los huecos descuidados por la Ciencia o por la Religión, y los disfraza con un aire sobrenatural, misterioso , mágico o milagroso, totalmente falso , ilógico e irracional.
Es importante la desmitificación  y racionalidad de tantas ideas raras, falsas, irracionales y hasta ridículas que se han ido creando alrededor del conocimiento espiritual verdadero, como por ejemplo, sobre  la muerte, el más allá, Dios, la reencarnación, la suerte,  etc.
 En el extremo opuesto a la admisión de supersticiones, están ciertos materialistas  que han caído en el fanatismo negando sistemáticamente todo aquello que sale fuera de sus postulados basados en la sola realidad de la materia, ignorando voluntariamente la verdad que pueda haber más allá de la misma, y negando todo lo que se salga fuera de los efectos conocidos de la materia, siendo así que cualquier noción de alma, Dios, Más Allá, reencarnación, etc. lo califican como supersticioso o  se escudan en que todo lo que no sea materia entra en el campo de la fe religiosa. Por eso mismo según el materialismo,  las religiones solo están formadas por ideas supersticiosas.
Entre las supersticiones tan abundantes y variadas, se podría hacer una clasificación: la de las creencias en los efectos  e influencias de los números  cabalísticos y  de los signos ; los días y horas buenos y malos; los diversos métodos de adivinación; la influencia de objetos materiales sobre sucesos, la quimera de la astrología, etc,etc. Y es de señalar la evidencia de que desde unos años a esta parte, lo esotérico y lo misterioso está de moda.
Existen también creencias supersticiosas en talismanes y en objetos para preservar de dolencias y de accidentes causados por malos espíritus  o por energías negativas a las personas.  Ante  esta clase de creencias es de recordar que sobre los espíritus solamente influyen los pensamientos que los atraen  por afinidad o que los repelen, pero desde luego ningún ritual ni objeto material alguno influye sobre ellos. En esta clase de supersticiones que mucha gente confunde con el Espiritismo, con el que no tienen nada que ver, los espíritus inferiores que se divierten  con malevolencia a base de la ignorancia humana en personas crédulas e inclinadas a la fantasía y a la superstición, llegan muchas veces a generar casos reales de obsesión espiritual.
- Jose Luis Martín -

   “Quien desee hollar el Sendero deberá aprender a pensar por sí mismo, pues la superstición es uno de los mayores males del mundo, uno de los grilletes de los cuales deberás librarte por completo”

                                                     - Krishnamurti-

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Escollos de la ignorancia

Siendo, como somos, amantísimos de la verdad, y fieles adoradores del progreso, lógico es que consideremos el estudio del Espiritismo tan necesario al hombre, como le es indispensable el aire que respira, los rayos del Sol que le vivifican; el agua cristalina que calma su ardiente sed, el ropaje que le abriga, el techo que le cobija, el lecho donde reposa el alimento que sácia su hambre, sin el profundo conocimiento de la vida ultra-terrena se vive completamente a la mitad, mejor dicho, se vive sin vivir; por que no es vivir ignorar el porqué de esa misteriosa fatalidad que pesa sobre algunos seres, que sin haber cometido ningún crimen sufren todas las persecuciones, tiranías, angustias y humillaciones del esclavo, y todas las contrariedades que puede crear la perfidia humana.

Considerarse uno inocente y aparecer ante el mundo como un miserable, tener sed de amor, y no encontrar más que indiferencia y desvío, o un cruel desengaño después de un cariño efímero, luchar de continuo con un imposible, viendo al mismo tiempo que otros seres sin poseer grandes virtudes, sin ser merecedores, al parecer, de ninguna recompensa, se les ve sonreír gozosos, disfrutando de mil satisfacciones sin ni siquiera haberlas deseado, esta injusticia aparente subleva al Espíritu pensador, y sólo el estudio del Espiritismo es el que puede dar solución a los grandes problemas sociales, es el que puede pacificar los pueblos.

¿Será beneficioso, será útil, será necesario, será indispensable conocer las verdades de la filosofía espiritista? 
Sí; sin el Espiritismo la humanidad camina a ciegas; pues bien, a pesar de ser tantas las ventajas que le ofrecen al hombre las comunicaciones de los espíritus: no quisiéramos que ciertas fracciones de la sociedad tuvieran la menor idea de que existen espíritus, porque se les hace un daño inmenso. La ignorancia en todas partes encuentra escollos, y en el Espiritismo más que ninguna otra escuela, porque en la lucha con los invisibles casi siempre es segura la derrota, y sólo un esfuerzo potentísimo de voluntad, es lo que puede salvarle a uno del abismo.

Como ejemplo de utilísima enseñanza, vamos a referir un hecho ocurrido hace poco tiempo a D. Anselmo Pérez, hombre que, como otros muchos, quiso entrar en la escuela espiritista, sin tomarse el trabajo de leer una sola de sus obras fundamentales.
Asistió por curiosidad a una sesión espiritista, vio a un médium escribiente (mecánico) que escribía con la rapidez del relámpago, y sintió vivísimos deseos de hacer él lo mismo. 

Se fue a su casa, y enseguida puso manos a la obra; el primer ensayo no le dio resultado alguno; esto le desconcertó algún tanto, porque él creía que era cuestión, como se dice vulgarmente, de llegar y besar el santo. Durante muchos días insistió en sus ensayos, sin decir a nadie que probaba a ser médium; cuando una noche que su frente ardía y sus sienes latían con violencia, sintió en el brazo derecho una brusca y desagradable sacudida, sus dedos se crisparon y sin soltar el lápiz se quedó algunos momentos dominado por una fuerte contracción nerviosa, que fue cediendo cuando escribió con letras grandes y desiguales esta palabra fatídica. ¡Mátate!?

Nuestro amigo leyó con doloroso asombro aquella frase, y escuchó voces confusas que se la repetían en sus oídos.
Anselmo no quedó muy contento de su primer escrito, pero a nadie le confió sus impresiones, y aprovechando todos los momentos que tenía libres, tomaba el lápiz y siempre escribía estas o parecidas palabras. ¡Mátate! No cometas la cobardía de permanecer en un mundo que te insulta, que te desprecia, que te tiene relegado al olvido, si sufres tanto es porque eres un cobarde.

Anselmo se quedaba atónito con semejantes consejos, su razón los desechaba mirando el suicido con horror, pero un día y otro día, un mes y otro mes, un año y otro año, oyendo siempre lo mismo, concluyó por creer que quizá tendrían razón sus amigos invisibles y se decidió a poner fin a sus días escribiendo antes una carta concebida en estos términos.

No sé que pasa por mí, no sé qué influencia me hace dar un paso que he rechazado siempre por considerarlo un acto degradante para todo hombre de razón sana y cuerpo fuerte. Me mato contra mi voluntad, cometo la más indigna cobardía, cuando entre mis compañeros he tenido fama de valiente. ¡Cúmplase el deseo, de no sé quién!.
Dejó la pluma y cogió una pistola que apoyó contra su sien, mas tembló, cambió la puntería y salió el tiro hiriéndole gravemente quedándole la bala en la cabeza, bala la que no se le ha podido extraer.

Después de horribles sufrimientos Anselmo se puso bueno, perseguido siempre por sus invisibles enemigos hasta que un día hizo un esfuerzo supremo, y cuando murmuraban en su oído. ¡Repite la prueba, repítela! ¡Nunca la repetiré! ¡Atrás, miserables, atrás para siempre! ¡Ayúdame razón! ¡Ven en mi auxilio, inteligencia mía! ¡Quiero ser libre!.

Y como si le hubiesen quitado de sus sienes abrasadas una corona de hierro, como si de su pecho dolorido le hubiesen separado planchas de plomo, como si de su cerebro hubiesen extraído una gran cantidad de hirviente lava, como si de sus muñecas hubiesen quitado pesadas esposas, y de sus pies apretados grilletes, como si de su cintura hubiesen separado cadena de muchos eslabones, del mismo modo Anselmo después de su exclamación sintió un bienestar agradabilísimo, y una alegría dulcísima le hizo sonreír, se sintió ágil, corrió en todas direcciones como el prisionero que, después de muchos años, recobra la ansiada libertad. Y ávido de luz y sediento de verdad, fue a una librería y compró todas las obras de Allan Kardec, dedicando a su lectura y a su estudio todo el tiempo que antes dedicaba a escribir medianimicamente.

Mientras más lee, más se convence de la locura que cometió probando de ser médium antes de saber lo que era la mediumnidad y a los riesgos a que se expone el que se relaciona con los invisibles sin haber estudiado lo más indispensable.
La ignorancia, es muy mala consejera, y el espiritista ignorante es el ser más perjudicial a sí mismo y a cuantos le rodean. 
No hace muchos días que vino a vernos un hombre que frisará en los 60 años, de fisonomía franca y bondadosa, el que con acento dolorido nos dijo así:

-?Señora, yo sigo la senda de lo espiritual, pero o mucho me engaño, o mi camino no es el mejor ni el más seguro.
-Explíquese usted.
-Soy espiritista, creo firmemente en la supervivencia del alma, creo que los espíritus se comunican con los terrenales, pero lo que yo no comprendo es como los médiums que reciben inspiraciones de inteligencias elevadísimas, descienden a ser unos entes vulgares y hasta maléficos que arrastran al hombre a cometer actos impuros.
-¿Qué ha leído Vd. referente al Espiritismo?
-¡Leer!? nada; ¿Para qué? Yo conocí hace cinco años a una mujer que posee no sé cuantas mediumnidades; estando a su lado he oído golpes en todas direcciones, he visto moverse las sillas, oscilar las lámparas colgadas del techo; he oído como el galope de muchos caballos y el paso acelerado de varios pelotones de infantería. La he visto después dormida por los espíritus, dar comunicaciones parlantes y escribientes de Jesús, de María, de Juan el Bautista, de Pablo el apóstol y otros muchos espíritus.
-¿Y qué decían esas comunicaciones?
-Que debía someterse todo a la voluntad de la médium, que rezara mucho, que llamara al Señor en todas mis tribulaciones, que me bañara diariamente para purificarme, que no usara para mis dolencias corporales de ninguna medicina de la Tierra; y sí únicamente del agua magnetizada, pues sólo con dicho procedimiento saldrían de mi cuerpo los centenares de espíritus que me atormentan.

Me aconsejaban también que faltase a mis deberes conyugales, siendo la médium la designada para guiarme en todo y por todo en los diversos senderos de mi vida. Y yo, aunque mi razón rechazaba mucho de lo que oía cedía después y hacía cuanto me ordenaban los espíritus: rezaba oraciones repetidas; y continuamente clamaba ¡Señor!

¡Señor! ¡Ten misericordia de mí! Pero Dios no me oye, y mi casa es un trasunto del infierno, mi esposa maldice al Espiritismo todas las horas del día, mi hijo mayor me ruega con lágrimas y caricias que no arruine la familia, pues en dádivas a la médium he gastado más de mil duros, producto sagrado de las economías de mi esposa.

Me encuentro mal, muy mal, yo no tengo sosiego en ninguna parte, estoy enfermo, muy enfermo, mi hijo quiere curarme que es médico, la médium dice que sólo ella puede salvarme, pues solo por su medicación se separan de mí los innumerables espíritus que me atormentan, y hastiado de mí mismo, sin saber a quien creer, descontento de mis acciones, vengo a que Vd. me diga qué debo hacer, porque la verdad es, que hay momentos que digo: ¿Si habré perdido la razón?

-No hay miedo que le suceda tal desgracia, porque en medio de todo Vd. ve claro, puesto que no le satisface la miserable farsa que están representando delante de Vd.
-¡Ah! No señora no; yo no puedo creer que espíritus elevados aconsejen el olvido de todos los deberes sociales.
-Ciertamente, Vd. es juguete del engaño más miserable.
-Es que la mediumnidad de esa mujer es innegable, que otros muchos han presenciado en su casa verdaderos fenómenos. 
-Si yo no le niego que su mediumnidad sea efectiva, pero no todas las
mediumnidades son aceptables; no crea Vd. que el ser médium es sinónimo de ser un dechado de virtudes, hay médiums que trastornan medio mundo ayudados de espíritus afines a su modo de ser, y hacen un mal uso de su mediumnidad como indudablemente lo hace esa mujer que le induce a Vd. a vivir de un modo inmoral, convirtiendo su casa en un infierno, haciéndole malgastar los ahorros de su familia, quitándole por completo su fuerza moral, puesto que su mismo hijo tiene que reprenderle por su mal proceder.
-Y de nada sirve mi continuo ruego, pues yo siempre estoy diciendo: ¡Señor! ¡Señor! ¡Ilumíname!
-Palabras huecas son sus exclamaciones, ahora es cuando ha dicho Vd. de corazón ¡Señor! ¡Señor! Puesto que ha venido a pedir un consejo, y se lee en sus ojos una verdadera decisión.
-¡Ah! Sí, sí; quiero salir de esta situación angustiosa, que en mal hora conocí el Espiritismo.
-Es que Vd. del Espiritismo no conoce más que una amarga irrisión porque no se ha querido tomar el trabajo de leer, de estudiar, de aprender el porqué del porqué.
-Lo creí innecesario puesto que el fenómeno lo veía ante mí.
-Pero ignoraba la causa que producía aquel efecto, no sabía Vd. que los buenos espíritus no podían aconsejarle que abandonara su familia, ni que desechara los adelantos de la ciencia. Bueno es que se acuda al consejo espiritual cuando en la Tierra se hayan agotado todos los medios, cuando los hombres más sabios digan: no hay esperanza de salvación, entonces, y solo entonces, es cuando se debe preguntar a los espíritus si tienen algún remedio para aliviar aquel mal, cuando se haya trabajado, cuando se haya atendido debidamente a la ciencia terrena.
Parta Vd. del principio que los espíritus no vienen a convertir a los hombres en seres inactivos, que todo lo dejan a la iniciativa de los de ultratumba, porque entonces la comunicación sería perjudicial en grado máximo.

Los espíritus, téngalo Vd. muy presente, vienen únicamente a demostrarnos que la vida es eterna, que el Espíritu es el artífice que construye su infierno o su paraíso, que no hay mal pensamiento sin correctivo, ni buen deseo sin recompensa; vienen a decirnos que en las grandes tribulaciones nunca estamos solos, porque nuestros padres, amigos, o guías y protectores, nos acompañan de más cerca o de más lejos, según la inminencia del peligro y según nuestro adelanto moral o intelectual.

Vienen a decirnos que no atentemos contra nuestra vida, porque sería el remedio mil veces peor que la enfermedad, vienen a evitar el suicidio de muchísimos desventurados, vienen a pacificar a innumerables familias que viven en una guerra continua, vienen a unir a muchos matrimonios desunidos por los vicios de él, o por el mal carácter de ella, vienen a demostrar de un modo innegable la grandeza de la vida, y en manera alguna a producir disturbios, escándalos y atropellos, y si hay espíritus que conservan odios implacables, si en el espacio tenemos enemigos de otras existencias, para defendernos de sus asechanzas, tenemos nuestro criterio, nuestra razón, y obras muy bien escritas por Allan Kardec, que están al alcance de todas las inteligencias, donde se encuentran las aclaraciones necesarias para conocer quienes son los espíritus que se comunican, no precisamente por su nombre, pero sí por sus intenciones, por la índole de sus consejos.

-¿Y cuando falta el tiempo para estudiar?
-Cuando hay voluntad nunca falta: El tiempo que se emplea en asistir a la sesión, puede ocuparse en leer primero lo más esencial.
-En eso ya tiene Vd. razón.
-Y lo creo que la tenga; los médicos, los abogados, los notarios, los ingenieros, los militares, todos estudian varios años, ¿Y quiere Vd. que el Espiritismo, la relación con los seres invisibles no necesite más estudio que todas las carreras terrenales?
-Por desgracia tendré que convencerme que dice Vd. la verdad.
-No se apesadumbre por eso, que perdiendo se aprende, pero la razón natural dicta que si nos engañan nuestros parientes y amigos, con los cuales tenemos íntimo trato desde los primeros años de nuestra vida, mucho más expuestos estamos de ser engañados por aquellos que no vemos.

Sabemos que los muertos viven, porque la comunicación ultra-terrena es innegable, pero no sabemos las intenciones que abrigan respecto de nosotros, no podemos confiar en sus palabras, sino en nuestros hechos, porque ningún Espíritu nos dará más que aquello que legítimamente nos pertenezca.

Es tan perjudicial tener fe en los espíritus, como creer en la intercesión de los santos. Los primeros podrán, si nos aman, inducirnos al bien, podrán ser un elemento poderosísimo para nuestro adelanto, pero no nos pueden quitar ni un adarme del peso de nuestras culpas.

-De manera, que no tengo más remedio que leer y estudiar.
-Ante todo separarse por completo de esa médium engañadora, si se siente
predispuesto estudie, y si su Espíritu lo rechaza como tarea enojosa, olvide por completo el Espiritismo, que a pesar de ser luz esplendorosa; es tan densa la sombra de la ignorancia, que consigue a veces extender un velo de espesa niebla sobre el sol resplandeciente de la verdad; y el que como Vd. vive envuelto en tan negros crespones, un rayo de luz le ciega; para Vd. el racionalismo quizá no le dé fruto sazonado, piense únicamente en el bienestar de su familia, que es lo que más le interesa.

Se fue nuestro interlocutor y serias y dolorosas reflexiones llenaron nuestra mente, lamentando que la ignorancia haga tantas víctimas y convierta el día del infinito en tenebrosa noche.

El Espiritismo, que viene a descifrar tantos misterios y a dar solución a tantos problemas, que viene a producir tanto bien, en poder de seres ignorantes es materia explosiva que puede ocasionar la muerte, porque muerte es la desunión de la familia y el desconocimiento de la ciencia.

Terrible es la ignorancia en todos los terrenos, pero en el Espiritismo es más perniciosa su influencia, y por lo mismo los espiritistas racionalistas debemos levantar una cruzada en contra de ella.

El espiritista ignorante es fanático, supersticioso, se deja arrastrar al ridículo y es el arma poderosísima de que se vale el jesuitismo para derribar la fortaleza de las verdades reveladas; y a su trabajo de zapa tenemos que responder con nuestros incesantes consejos en favor de la instrucción.

El espiritista tiene que leer mucho las obras de Allan Kardec, primero porque contienen las principales enseñanzas; las de Flammarión, después, porque se engrandecen las aspiraciones del hombre ante la contemplación del infinito; las de Pezzani, Jacolliot y Torres-Solanot, porque demuestran la antigüedad del Espiritismo y otras muchas más que no queremos enumerar por no pecar de difusos.

No hay que decir que no se escribe en Espiritismo para todas las inteligencias, no; el sabio y el ignorante encuentran en la prensa espiritista todo el alimento que necesita su Espíritu, y debía ser obligatorio esa instrucción no admitiéndose en los centros espiritistas a ninguno que no hubiese acreditado haber estudiado los preliminares del Espiritismo; que hasta el que no sabe leer puede estudiar, pues nunca falta en ninguna agrupación, alguno que sepa leer y explique lo que lee. El que carece de instrucción es porque quiere, y lo repetiremos cien y cien veces: nada en el mundo nos causa miedo, nada; pero donde decae nuestro ánimo, donde temblamos presintiendo un gran peligro, es ante los escollos de la ignorancia.
Es necesario conocer la verdad porque sólo ella nos libertará de la ignorancia.

Artículo de: Amalia Domingo Soler 
Extraído del libro: "La Luz del Camino". (capítulo 1) 
Publicado por el grupo espírita: "Luz del Camino" de Orihuela. Alicante

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Segmento de Oración 

Queridos Hermanos hoy les pido nos unamos todos en un mismo deseo y solicitud por la Paz Mundial, elevemos nuestros pensamientos hacia el Amado Maestro Jesús y los Espíritus Superiores, solicitemos asistencia a todos los desencarnados en los atentados terroristas y en los ataques violentos en Siria, y finalmente por todas las naciones y todos los hermanos victimas de la violencia y hampa común. 

Oración por la Paz 

Padre Amado, Tu eres nuestra paz, mira nuestra tierra dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad. 
Consuela el dolor de quienes sufren, da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan. 

Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte 
dales el don de la sabiduría. 
Protege a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, a nuestros pueblos y comunidades. 

Que como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables, sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que en ti, nuestro pueblo tenga vida digna. 

Jesús Maestro Amado encamina nuestros ruegos. 
Así sea...
- Lorena Dorante -
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Dios, ¿hace milagros?
  

 En cuanto a los milagros propiamente dichos, sin duda Dios puede hacerlos, visto que nada es imposible para Él. Pero ¿los hace? En otras palabras, ¿deroga las leyes que Él mismo ha establecido?
No le incumbe al hombre prejuzgar los actos de la Divinidad ni subordinarlos a la debilidad de su entendimiento. No obstante,en lo atinente a las cosas divinas, utilizamos como criterio los atributos mismos de Dios. Al poder soberano Él une la soberana sabiduría, razón por la cual debemos concluir que no hace nada inútil.
Entonces, ¿por qué haría milagros? Se dice que los hace para dar testimonio de su poder. Pero el poder de Dios, ¿no se manifiesta de una manera mucho más elocuente a través del conjunto grandioso de las obras de la Creación, por la sabia previsión que preside desde lo más gigantesco hasta lo más insignificante, y por la armonía de las leyes que rigen el universo, antes que por algunas pequeñas y pueriles derogaciones que los prestidigitadores saben imitar? ¿Qué se diría de un ingeniero mecánico que, para dar muestra de su habilidad,
desmontara un reloj construido por sus propias manos, obra maestra de la ciencia, a fin de mostrar que puede deshacer lo que ha hecho? Por el contrario, ¿su saber no se destaca mucho más mediante la regularidad y la precisión del funcionamiento de su obra?
La cuestión de los milagros propiamente dichos no incumbe, pues, al espiritismo. Con todo, si se considera que Dios no hace nada inútilmente, la doctrina espírita emite la siguiente opinión:
Dado que los milagros no son necesarios para la glorificación de Dios, nada en el universo sucede fuera del ámbito de las leyes generales.
Dios no hace milagros, porque como sus leyes son perfectas, no necesita derogarlas. Si hay hechos que no comprendemos, eso se debe a que aún nos faltan los conocimientos necesarios.
En la suposición de que Dios, por razones que no podemos precisar, haya derogado accidentalmente las leyes  que Él mismo estableció, esas leyes ya no serían inmutables. Con todo, al menos sería racional pensar que sólo Él tiene el poder de hacer semejante cosa. No sería posible admitir, salvo que se negara la omnipotencia de Dios, que el Espíritu del mal pudiera desorganizar a su antojo la obra divina para hacer prodigios capaces de seducir incluso a los elegidos, pues eso implicaría la idea de un poder similar al de Dios. Sin embargo, eso es lo que se enseña. Si Satanás tiene el poder de detener, sin que Dios lo haya autorizado, el curso de las leyes naturales, que son obra divina, significa que es más poderoso que Dios. Por consiguiente, la divinidad no sería todopoderosa; y si, como algunos pretenden, Dios delega ese poder a Satanás para inducir más fácilmente a los hombres al mal, la divinidad carecería de la soberana bondad. En ambos casos, se trata de la negación de uno de los atributos sin los cuales Dios no sería Dios.
EL GENESIS. ALLAN KARDEC

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domingo, 3 de enero de 2016

Descubriendo cosas del mundo espiritual

Conocimiento de sí mismo 


. ¿Cuál es el medio práctico más eficaz para mejorarse en la presente existencia y resistir a las instigaciones del mal? 
Un sabio de la antigüedad os lo dijo: “Conócete a ti mismo”. 
Bien comprendemos toda la sabiduría de esa máxima, pero la dificultad estriba precisamente en conocerse a sí mismo. ¿De qué manera podemos lograrlo? 
- Haced lo que yo hacía cuando moraba en la Tierra. Al término de la jornada interrogaba a mi conciencia, pasando en revista cuanto había realizado ese día, y me preguntaba si no había faltado a algún deber; si nadie había tenido que quejarse de mí. Así llegué a conocerme y a averiguar qué era lo que debía reformar en mí. Aquel que, llegada cada noche, recuerde todas sus acciones de la jornada y se pregunte qué ha hecho de bien o de mal, rogando a Dios y a su ángel de la guarda que lo iluminen, adquirirá gran energía para perfeccionarse: porque, creedme, Dios ha de asistirlo. Formularos preguntas, pues, inquiriendo sobre lo que habéis hecho y con qué objeto obrasteis en determinada circunstancia; si hicisteis algo que censuraríais a otra persona; si habéis ejecutado una acción que no os atreveríais a confesar. También preguntaos esto: “Si determinara Dios llamarme en este preciso instante, al retornar al Mundo de los Espíritus, donde nada permanece oculto, ¿tendría que temer el ver de nuevo a alguien?” Examinad lo que pudierais haber hecho contra Dios, después contra el prójimo, y por último contra vosotros mismos. Las respuestas serán un descanso para vuestra conciencia, o la indicación de un mal que es menester curar. 
El conocimiento de sí es, por tanto, la clave del mejoramiento individual. Pero, alegaréis vosotros, ¿cómo juzgarse a sí mismo? ¿Acaso no nos engaña nuestro amor propio, empequeñeciendo las faltas que cometemos y haciendo que nos las excusemos? El avaro se cree simplemente ahorrativo y previsor. El orgulloso piensa que lo que posee es tan sólo dignidad. Esto es demasiado cierto, pero vosotros disponéis de un medio de control que no puede induciros a error. Cuando os halléis indecisos acerca del mérito de una de vuestras acciones, preguntaos cómo la calificaríais si la realizase otra 
persona. Si la reprobáis en los demás, no podría ser más legítima para vosotros, porque Dios no tiene dos medidas para la justicia. Asimismo, tratad de averiguar lo que piensen de ella los otros, y no descuidéis tampoco la opinión de vuestros enemigos, porque éstos no tienen interés alguno en hermosear la verdad, y con frecuencia Dios los pone a vuestro lado como un espejo para advertiros con más franqueza que la que usaría con vosotros un amigo. Aquel que tiene el serio propósito de mejorarse explore su conciencia, pues, a fin de extirpar de ella las malas inclinaciones, del modo mismo que arranca de su jardín las malas hierbas. Haga, pues, el balance cotidiano de su jornada moral, así como el comerciante hace el de sus pérdidas y ganancias, y os aseguro que al primero le dejará más beneficios que al segundo. Si puede afirmar que su jornada ha sido buena estará en condiciones de dormir en paz y aguardar sin temor su despertar en la otra vida. 
Plantead, pues, preguntas claras y precisas, y no temáis abundar en ellas. Bien es posible gastar a diario unos pocos minutos para conquistar una felicidad eterna. ¿Acaso no trabajáis todos los días a fin de reunir bienes que os proporcionarán descanso en la vejez? Ese reposo, ¿no es el objeto de todos vuestros anhelos, la meta cuyo logro os hace que soportéis fatigas y privaciones momentáneas? Pues bien, ¿qué es ese descanso de algunos días, perturbado por los achaques del cuerpo, si se compara con el que aguarda más adelante al hombre de bien? ¿No vale la pena que por este último se hagan algunos esfuerzos? Sé que muchos objetan que lo presente es positivo y lo por venir, incierto. Ahora bien, esta es precisamente la idea que estamos encargados de quitaros, porque queremos lograr que comprendáis ese futuro de una manera que no pueda dejar la menor duda en vuestra alma. Por eso hemos llamado primero vuestra atención con fenómenos tales que impresionaran vuestros sentidos, y después os hemos dado instrucciones que cada uno de vosotros está encargado de difundir. Con este objeto hemos dictado.

El Libro de los Espíritus. 

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PONDERACIONES DE MERCHE
  
La vida transcurre a veces sin grandes cambios, y a veces el alma dice que se aburre, pero no debemos permitirlo, el Espíritu cada día que nace, tiene una tarea diferente, por muy parecidos que parezcan los días, no lo son para el espíritu, siempre surgen momentos que cambian mentalmente nuestro panorama y forma de ver las cosas.
No debemos permitir que el tedio y el aburrimiento, haga estéril nuestros emprendimientos cotidianos, siempre con un toque de optimismo y atención, pueden hacer más alegres y dinámicos nuestros días. Todo va en función del cristal con que se mira, si lo miramos despectivamente, sin ánimo e ilusión, puede ser negativo, frustrado, hasta desesperante por la forma de cómo encaramos la circunstancia o el momento, por eso debemos procurar de poner al mal tiempo buena cara.
Deslígate, del pesimismo y desanimo, y recuerda que la vida que disfrutas  en sus orígenes profundos, no es obra de tus manos.
El poder te dotó de movimiento,  que te desenvolvió las percepciones, que te condujo al impulso irresistible del amor y que te encendió en el pensamiento la luz del raciocinio, guarda recursos suficientes para rectificarte, suplementarte las energías, ampararte en la solución de cualquier empresa difícil o retirarte de cualquier precipicio donde hayas caído, en perjuicio de ti mismo. Pero para que asimiles el apoyo, es , imperioso que te integres en el sistema de trabajo en el bien de todos, sin rendirte a la inutilidad o a la deserción.
Recordemos que el gusano herido y los árboles dilacerados se rehacen para permanecer fieles al trabajo que la sabiduría de la vida les confirió por naturaleza.
Sea de la especie que sea la prueba que te amargue las horas, continua trabajando  en la sustentación del bien general, porque si te ajustas al privilegio de servir, sea cual sea la prueba en que te encuentras, reconocerás, inmediatamente, que el amor es un sol brillando para todos y que nadie existe sin esperanza y sin Dios.
 Amigos sonriamos a la vida, aprendamos a dar toques de color y alegría a todos nuestros momentos frustrados, miremos el lado bueno de las cosas, la vida es dura, pero porque aun no adquirimos la capacidad de verla y valorarla en su real sentido.
 Recordemos que del estiércol nacen las flores más bellas y perfumadas, de un problema o vida frustrada puede salir perfectamente un alma sublimada, siempre que esta sepa actuar como es debido. Entre ladrones y gente de mal vivir fue Jesús crucificado, El que era el espíritu más perfecto que ha pisado la Tierra. Entonces amigo adquiramos el cristal que nos permita de ver las cosas positivamente,  con alegría y buena voluntad para que nada sea tan difícil de escalar y duro de soportar, hasta el punto de hacernos débiles  e infructuosos.
 Con mucho amor y cariño de vuestra amiga Merchita
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Amalia nos habla de la ley de Consecuencias
EL HOMBRE NO ES CASTIGADO siempre o completamente castigado, 'en su existencia presente'. Pero nunca se evade a las consecuencias de sus faltas. La prosperidad del malo sólo es momentánea, y si no la expía hoy, 'la expiará mañana', mientras que el que sufre, sufre por expiación de su pasado. La infelicidad que en un principio parece inmerecida, tiene su razón de ser, y el que sufre puede decir siempre "Perdóname Señor, porque he pecado".
Los sufrimientos por causas anteriores, son a menudo, como los de las faltas actuales, consecuencia natural de la falta cometida; es decir que, por una justicia distributiva y rigurosa, el hombre sufre lo que ha hecho sufrir a los otros; si ha sido duro e inhumano, podrá a su vez ser tratado con dureza y con inhumanidad; si ha sido orgulloso, podrá nacer en una condición humillante; si ha sido avaro y egoísta, o si ha hecho mal uso de su fortuna, podrá carecer de lo necesario; si ha sido mal hijo, los suyos le harán sufrir, etc.
Así es como se explican, por la pluralidad de existencias y por el destino en la Tierra como mundo expiatorio, las anomalías que presenta la repartición de la felicidad y la infelicidad entre los buenos y los malos en la Tierra. Esta anomalía sólo existe en apariencia, porque se toma su punto de vista desde la vida presente. Pero si uno se eleva con el pensamiento de modo que pueda abrazar una serie de existencias, verá que a cada uno se le ha dado la parte que se merece, sin perjuicio de la que se le señala en el mundo de los Espíritus...
 AMALIA DOMINGO SOLER (De: La Luz de la Verdad)
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DESCUBRIENDO COSAS DEL MUNDO ESPIRITUAL

Los más grandes sabios de la antigüedad, conocían ya las relaciones con el mundo espiritual aunque aun no conocían el Espiritismo.
El alma humana, está ligada  continuamente  a una sociedad toda inmaterial, actúa con el Mundo Espiritual y recibe de ese mundo impresiones que, como hombre no percibe mientras el orden perfecto no esté establecido.
Solo después de la muerte somos seres espirituales, el periespíritu se puede separar del cuerpo Material, aunque por poco tiempo.
No se muere, y todos los que llamamos muertos continúan viviendo.
La relación de nuestro periespíritu con el Mundo Espiritual es más frecuente de lo que podemos imaginar, principalmente cuando estamos adormecidos. Durante la vida terrenal, somos espíritu y actuamos como espíritu, realizando una especie de espiritismo ignorado. En ese invisible intercambio con el mundo espiritual, recibimos pensamientos elevados y aclaraciones, los cuales solemos denominar inspiraciones, intuición etc.
Es una especie de Espiritismo ejercido inconscientemente.
Todos los espiritistas gozan de excelente salud, si se guían por la enseñanza de los espíritus. Los espíritus nos aconsejan indefectiblemente, una vida moral. Un espíritu  sano responde por un cuerpo sano.
Las apariciones de los fallecidos, en nuestro mundo, se realizan,ciertamente,  por el mucho amor que nos dedican.
Vienen a avivar en nosotros la fe y la esperanza de que nos encontraremos en un futuro próximo. Nosotros nos admiraremos cuando despertemos en el más allá.
Muchos de los que creen en la inmortalidad, se suponen que somos abandonados  en una eterna oscuridad.  Eso no tiene lógica alguna.
Cada uno de nosotros será recibido por seres espirituales, nuestros parientes y amigos, que nos llevan junto a ellos. Morir aquí es nacer en el Más Allá.
La bibliografía espiritista es inmensa, hay una gran literatura a disposición y alcance de todos al relacionarse el Espiritismo  muy cerca con casi todas las ciencias, nos aclara muchos enigmas, ayuda a hacerlos más comprensibles.
El Espiritismo, ha traído una infinidad de hechos a la luz del día. El nos ha facilitado los conocimientos de que el Hombre está dotado de un espíritu inmortal, y la vida terrena es una especie de escuela preparatoria.
El hombre percibe sus deberes por un instinto sentimental, como por la intuición que los Espíritus Guías le transmiten. Del cumplimiento de esos deberes, dependen su progreso y su felicidad. Cumpliendo  con sus
deberes se desenvuelven en él  fuerzas espirituales. Y, más, cada vez más,  comprende  cómo y dónde puede encontrar su verdadera felicidad.
La existencia en la Tierra, es apenas una fracción mínima de la vida.
Siempre y siempre, son buenos los resultados del buen proceder. Los buenos actos siguen al frente del espíritu y captan intuiciones puras y elevadas. Así, cuando el espíritu penetra en la esfera superior,  es bien recibido y pasa de continuo a ser auxiliado, en el sentido de proseguir  en su propio progreso. Todas las vidas que hemos vivido y
que viviremos son una existencia sola.  Es una evolución continua, de grado en grado, para la sublimación.
Las leyes son eternas e inmutables, todo lo rigen, influencian a todos los seres, sin excepción, para el bien. No hay seres privilegiados.
Nadie es castigado por los errores cometidos que no puede evitar.
Justicia eterna, amor eterno, es lo que impera.
Debemos recordar el deber para con Dios, el deber para con el prójimo y el deber para con nosotros mismos, teniendo en cuenta el espíritu y el cuerpo.
Por el mecanismo de la reencarnación, el ser astral trae consigo, en su regreso a la Tierra, sus antiguas conquistas. Recorre otra vez los años terrestres y, si es sabio, aprovecha al máximo las oportunidades que le son ofrecidas. Es como el alumno que va siendo transferido a clases  más y más elevadas, pero siempre que sea aprobado. Si fue
haragán y le falto buena voluntad, volverá a repetir el curso, hasta terminarlo con distinción.
No siempre el ser astral regresa a la Tierra para rectificar errores cometidos o para repetir lecciones mal aprendidas. Los hay que, espontáneamente, se ofrecen para el retorno: son los misioneros.
De nuevo en la Tierra,  se distribuyen  entre los más diversos sectores  de la experiencia humana, como guías, misioneros del bien  y del amor, del saber  y de la ejemplificación.
Guían a los grupos humanos y los animan, estimulándoles el progreso espiritual. Son como los profesores  de instrucción superior que van a dar clase a los alumnos ya iniciados en el saber,  para enseñarlos  y hacerlos progresar.
Son entidades como Buda, Rafael, Confucio, Galileo, Euler, etc.  Seres privilegiados que aceptaron venir a la Tierra sacrificándose, por su amor a la Humanidad y por el deseo de hacerla progresar y mejorar.
En el más allá, cada uno de nosotros, vamos a ocupar el lugar que merecemos.
De acuerdo con nuestra elevación moral, alcanzaremos nuestro bien.
Nuestro  procedimiento en la Tierra, es la balanza  que determina nuestro valor en el Más Allá. Es por eso que, incesantemente, los espíritus y el Espiritismo  pregonan el cumplimiento de los deberes, la acumulación de los valores morales, el perfeccionamiento espiritual.
El que huye de estos imperativos, paraliza su propio progreso.
Cada conquista del ser astral, es la ganancia que se obtiene  a costa de arduos trabajos, ya que nada nos es regalado. Cuando dejamos de hacer algo en una existencia física, volvemos a la Tierra para realizarlo, y tal vez, con el agravante  de colocarnos en dificultades mayores,  como consecuencia  de la implicación que guardamos los unos para con los otros, para quien comprende el Espiritismo,  hay siempre buena voluntad y alegría para enfrentar los deberes y las dificultades,  pues eso representa nuestra ascensión.
Muchos sonámbulos o médiums se resisten  a regresar del trance, las maravillas y las bellezas  que contemplan cuando están en trance los atraen irresistiblemente hacia las armonías celestiales.
Al despertar se quejan de la oscuridad existente en la sala y se muestran tristes. Es que ven las bellezas  para las cuales  nuestro oJo físico está ciego. El Más Allá, no dista tanto de nosotros, como mucha gente imagina. El Más Allá, en realidad, comienza en donde acaba el “Aquí” Y se extiende  hasta donde no podemos  comprender: Dios en su infinita sabiduría, creo el infinito para que la vida lo pueble.
Pero, con nuestros groseros sentidos, con nuestra tibia comprensión,no podemos alcanzar esos objetivos. Nuestros ojos ven  puntos luminosos a los cuales llamamos estrellas y apenas podemos decir que son soles  de otros mundos esparcidos por lo inmensurable.
Como todos los seres vivos son de naturaleza cósmica, también son etéreos y es por eso que el inmenso espacio etérico nos pertenece, es nuestro elemento, nuestra verdadera patria, en donde encontramos la plenitud de nuestra felicidad. En verdad, es nuestro hogar. La Tierra es una simple estación durante un gran viaje. Como seres
materializados que somos, no podemos imaginárnosla. Nuestra comprensión no va más allá de la materia de que está hecho nuestro  cuerpo y lo que nos rodea.
Los científicos físicos, quieren probar que la materia no existe, que ella se reduce a la sustancia etérea. Así, llegamos  a comprender que, aun nuestra casa planetaria, la Tierra,  no es otra cosa que unadensidad astral, que también ella es una materialización. Las últimas novedades sobre la radioactividad, nos convencen de que la materia se forma como resultado de inmensas velocidades y ciclones del éter.
La doctrina espirita avanza, dilata sus fronteras, vence a sus opositores, está presta a probar que el cuerpo es un producto del espíritu.
Las confusiones y las incertidumbres se acabaron. El Espiritismo es sencillo y cristalino. Con el vemos la vida y el Mundo bajo una nueva y viva luz.
  Trabajo realizado por Merchita
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