sábado, 4 de junio de 2016

INICIACIÓN DE ALLAN KARDEC AL ESPIRITISMO

 
Dentro de la gran tragedia

Sábado, 4 de Junio de 2.016
Queridos amigos, hola buenos días, es doloroso observar las tragedias que han sucedido en estos días, cuando hermanos nuestros que están viviendo de una forma trágica, huyen de su país para entregarse en la gran aventura de navegar de una forma temeraria, acabando en accidentes, con un fin espantoso, como es el de ahogados en el mar.
Pensamos que la muerte es una tragedia, pero la doctrina espirita nos dice y nos enseña que la muerte es la verdadera vida, que seguramente esos hermanos tendrían ahí su rescate para gozar de la verdadera libertad la del espíritu, que todos los que han perecido, tenían ahí sus días en la tierra cumplidos y que todos han sido atendidos, que el fin de sus espíritus ya no estaba aquí en la tierra por el contrario continúan allí en una mejor “tierra” con amigos de verdad, que poco a poco van a despertar ya libres de las ataduras de los hombres.
Nuestras oraciones, estoy segura no les han faltado, han logrado estremecernos sobradamente, y todos hemos dicho como el Papa de la Tierra es “es una vergüenza” porque pensamos en los poderosos, en aquellos que tienen la posibilidad de mejorar la vida y egoístamente solo se dedican a atesorar, a robar, son inquisidores, que tienen vestidos de oro y purpura en la tierra pero que marchan desnudos al otro lado de la vida.
Todas nuestras vibraciones para estos hermanos, ha sido beneficiosa para ellos, y los que han pasado más horas flotando en el agua, seguramente estaban felices porque los flotadores de espíritus amorosos del otro lado de la vida, los han rescatado y solo está allí la materia inerte, todos los jóvenes despertaron en brazos fuertes con poderío para asegurar su vida espiritual y ofrecerles el paraísos en el plano espiritual. Seguramente el calor que no han encontrado aquí está sobradamente centiplicado al otro lado, será para ellos un feliz despertar, lejos de tener que enfrentarse al tribunal de la tierra, el del Cielo los ha rescatado, para que no sufrieran más la ingratitud de los hombres y los ha reportado al seno de Dios.
Recordemos a los mártires de la antigüedad ante las fieras, y cuando eran quemados vivos, ellos morían cantando, y lo que fue para nosotros una tragedia sufrible fue para ellos su gloria, “y pienso yo” no hay diferencia:
la mayoría de estos hermanos eran jóvenes valerosos que se entregaron a esa aventura en busca de su libertad, y el Señor se la concedió ¿Por qué pensemos? ¿Si hubieran llegado a la orilla habrían conseguido lo que buscaban? ¿Habrían realmente encontrado ayuda desinteresada, el confort imprescindible para la subsistencia? ¿No habrían seguido careciendo de casi las mismas cosas? entonces mi pensar es que realmente fueron atendidos por la Providencia Divina, ella fue la gran generosa, como siempre, que no permite que suframos nada que no nos corresponda.
Todos necesitamos reconfortarnos, en los días de aflicción. Emmanuel nos dice:
Es importante reconocer que la Providencia Divina, no nos proporciona dificultades sin motivo. Entendiéndose, pues, que el Señor jamás nos abandona a las propias flaquezas, sin permitir que vengamos a cargar fardos incompatibles con nuestras fuerzas, toda vez que sustentados en nuestras tribulaciones, huyamos de usar el consuelo, a la manera de la flor estéril.
Aprovechemos la calma que surge después de la tormenta íntima para fijar la lección que el sufrimiento nos ofrece. No nos proponemos, sin duda, elogiar a los iniciadores de contrariedades y a los fabricantes de problemas, no obstante es preciso que nos demos cuenta con respecto a los provechos ocultos en las pruebas que nos visitan.
¿Quién podría adivinar a qué abismos nos llevaría el amigo menos responsable, en quien confiamos totalmente, si él mismo no nos diese a beber la hiel de la desilusión con que se nos abren los ojos a la verdad?
¿Quién conseguiría medir los espinos de la discordia en que enlodaríamos el espíritu, si no son las decepciones y luchas soportadas por nuestro equipo de trabajo, para enseñarnos la unión imprescindible para la senda a caminar?
Ingratitud, en muchos casos, es el nombre de la bendición, con que la infinita misericordia de Dios aparta de nosotros un ente amado, para que ese ente amado, por un afecto descontrolado no nos induzca al desequilibrio.
Un obstáculo en el diccionario de la realidad, en muchas ocasiones, significará apoyo invisible para que no nos descarriemos en la precipitación y en la improductividad.
Usar el llanto y sufrimiento exclusivamente para lamentar y desesperarse nos abocará para el desánimo y la rebeldía.
Llorar y sufrir, sí, pero para reequilibrarnos, elevarnos, mejorar, construir.
Nuestras pruebas son nuestras bendiciones.
Reflexiona en los males mayores que te alcanzarían fatalmente si no tuvieses el socorro providencial de los males menores de hoy y reconocerás que todo contratiempo aceptado con serenidad viene de las manos de Dios, alertándote el corazón y guiándote el camino.
Amigos os deseo un buen inicio de la semana, pensemos en los males que nos afligen, y sigamos luchando, nadando en las aguas, porque un día también terminara nuestra estancia en la tierra, y hemos de procurar llevar con nosotros la libertad, conseguida a través de nuestra superación personal.
Merchita
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INICIACIÓN DE ALLAN KARDEC EN EL ESPIRITISMO

ALLAN Kardec
Fue en 1854 que oí hablar, por primera vez, de las mesas girantes. Un día encontré al Sr. Fortier, el magnetizador, que conocía hacia mucho tiempo; él me dijo ¿Sabes la singular propiedad que se acaba de descubrir en el magnetismo?
Parece que no son solamente los individuos que se magnetizan, sino las mesas que se hacen girar y caminar a voluntad. – “Es muy singular, en efecto, respondí; pero, en verdad, eso no me parece radicalmente imposible. El fluido magnético, que es una especie de electricidad, puede muy bien obrar sobre los cuerpos inertes y hacerlos moverse.” Los relatos, que los periódicos publicaron, de experiencias hechas en Nantes y Marsella, y en algunas otras ciudades, no podían dejar duda sobre la realidad del fenómeno.
Algún tiempo después volví a ver al Sr. Fortier, y él me dijo: “ Esto es mucho más extraordinario; no sólo se hace la mesa girar magnetizándola, sino que la hace hablar; interrogada ella responde. – Esto, repliqué, es otra cuestión; creeré en eso cuando lo vea, y cuando se hubiese probado que una mesa tiene un cerebro para pensar, nervios para sentir, y que pueda volverse sonámbula; hasta entonces, permíteme en eso no ver sino una historia para hacer dormir.”
Este razonamiento era lógico; yo concebía la posibilidad del movimiento por una fuerza mecánica, pero, ignorando la causa y la ley del fenómeno, me parecía absurdo atribuir inteligencia a una cosa puramente material. Estaba en la posición de los incrédulos de nuestros días que niegan porque no ven sino un hecho del cual no se dan cuenta.
Hace 50 años, si se hubiese dicho, pura y simplemente, a alguien que se podía transmitir un mensaje a 500 leguas, y recibir la respuesta en una hora, se nos reirían en la cara, no habrían faltado excelentes razones científicas para probar que la cosa era materialmente imposible. Hoy, cuando la ley de la electricidad es conocida, esto no espanta a nadie, incluso a los campesinos.
Ocurre lo mismo con todos los fenómenos espíritas; para quien no conoce las leyes que lo rigen, parecen sobrenaturales, maravillosos y, por consecuencia, imposibles y ridículos; una vez conocida la ley, lo maravilloso desaparece; la cosa nada más tiene que repugne a la razón, porque se le comprende la posibilidad.
De eso estaba, pues, en el periodo de un hecho inexplicable, en apariencia contrario a las leyes de la Naturaleza, y que mi razón repelía. Aun nada había visto, ni observado nada; las experiencias, hechas en presencia de personas honradas y dignas de fe, me confirmaron la posibilidad del efecto puramente material, pero la idea de una mesa hablando no entraba aun en mí cerebro.
Al año siguiente, era comienzo de 1855, encontré al Sr. Carlotti, un amigo de veinticinco años, que me entretuvo con esos fenómenos durante casi una hora, con el entusiasmo que ponía en todas las ideas nuevas. El Sr. Carlotti era Corso, de una naturaleza ardiente y enérgica; siempre estimé en él las cualidades que distinguen a una gran y bella alma, pero desconfiaba de su exaltación.
Fue el primero que me habló de la intervención de los Espíritus, y me contó tantas cosas sorprendentes que, lejos de convencerme, aumentaron mis dudas. Seréis un día de los nuestros, me dijo. No digo que no, le respondí; veremos eso más tarde.
Algún tiempo después, por el mes de mayo de 1855, me encontré en la casa de la sonámbula, Sra. Roger, con el Sr. Fortier, su magnetizador; encontré al Sr. Pâtier y a la Sra. De Planamaison que me hablaron de esos fenómenos en el mismo sentido del Sr. Carlotti, pero en otro tono.
El Sr. Pâtier era un funcionario público, de una cierta edad, hombre muy instruido, de un carácter serio, frío y calmado; su lenguaje firme, exento de todo entusiasmo, hizo sobre mí una viva impresión y, cuando me ofreció asistir a las experiencias, que ocurrían en la casa de la Sra. De Planamaison, calle Grange-Bateliére, no 18, acepté rápido. El encuentro fue marcado para el martes, a las ocho horas de la noche.
Fue allí, por primera vez, que fui testigo del fenómeno de las mesas giratorias, y eso en condiciones tales que no me era posible dudar más. Vi también algunos intentos, muy imperfectos, de escritura mediúmnica, sobre una losa, con la ayuda de una cesta. Mis ideas estaban lejos de ser detenidas, pero había allí un hecho que debería tener una causa. Entreví, bajo esas futilidades aparentes y la especie de juego que se hacía de esos fenómenos, alguna cosa seria, y como la revelación de una nueva ley, que me prometía profundizar.
Luego se ofreció la ocasión de observar más atentamente de lo que no lo había hecho aun. En uno de los eventos de la Sra. De Plainemaison, conocí a la familia Baudin, que vivía entonces en la calle Rochechouart. El Sr. Baudin, me ofreció asistir a las sesiones semanales que ocurrían en su casa, y para las cuales fui, desde ese momento, muy asiduo.
Esas reuniones eran bastante numerosas; más allá de las habituales, allí se admitía, sin dificultad a quien lo pidiese. Las dos médiums eran las Srtas. Baudin, que escribían sobre una losa con la ayuda de una cesta, descrita en El Libro de los Médiums. Ese modo, que exige el concurso de dos personas, excluía toda posibilidad de participación de las ideas del médium.
Allí vi comunicaciones seguidas, y respuestas dadas a las preguntas propuestas, algunas veces incluso a preguntas mentales que acusaban, de manera evidente, la intervención de una inteligencia extraña.
Los asuntos tratados eran generalmente frívolos; se ocupaba allí sobre todo de todas las cosas ligadas a la vida material, al futuro, en una palabra, a nada verdaderamente serio; la curiosidad y la diversión eran los principales móviles de los asistentes.
El Espíritu que se manifestaba habitualmente, tomaba el nombre de Zéfiro, nombre perfectamente en relación con su carácter y el de la reunión; aunque, era muy bueno, y se declaraba el protector de la familia; frecuentemente, si él tenía la palabra para reír, sabía también, en caso de necesidad, dar sabios consejos, y manejar, siendo el caso, el epigrama mordaz y espiritual.
Luego entablamos conocimiento, y él me dio, constantemente, pruebas de una gran simpatía. No era un Espíritu muy avanzado, pero, más tarde, asistido por los Espíritus superiores, me ayudó en mis primeros trabajos. Dijo después que debería reencarnar, y de él no oímos hablar más.
Fue allá que hice mis primeros estudios serios en Espiritismo, menos aun por la revelación que por la observación. Aplique a esa nueva ciencia, como lo hiciera hasta entonces, el método de la experimentación; jamás produje teorías preconcebidas: observaba atentamente, comparaba, deducía las consecuencias; de los efectos procuraba remontarme a las causas, por la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos.
No admitiendo una explicación como válida sino cuando podía resolver todas las dificultades de la cuestión. Fue así que siempre procedí en mis trabajos anteriores, desde la edad de 15 o 16 años. Comprendí, desde luego, la seriedad de la exploración que iba a emprender; entreví, en esos fenómenos, la llave del problema, tan oscuro y tan controvertido, del pasado y del futuro de la Humanidad, la solución de lo que había buscado en toda mí vida; era, en una palabra, toda una revelación en las ideas y en las creencias; sería preciso, pues, obrar con circunspección, y no livianamente; ser positivo y no idealista, para no dejarse engañar.
Uno de los primeros resultados de mis observaciones fue que los Espíritus, no siendo otros sino las almas de los hombres, no tenían la soberana sabiduría, ni la soberana ciencia; que su saber estaba limitado al grado de su adelantamiento, y que su opinión no tenía sino el valor de una opinión personal. Esa verdad, reconocida desde el principio, me preservó del gran escollo de creer en su inhabilidad, y me impidió de formular teorías prematuras sobre el decir de uno o de algunos.
Sólo el hecho de la comunicación con los Espíritus, sea lo que fuera que se pueda decir, probaba la existencia del mundo invisible ambiente; era ya un punto capital, un campo inmenso abierto a nuestra exploración, la llave de una multitud de fenómenos inexplicable; el segundo punto, no menos importante, era el de conocer el estado de ese mundo, sus costumbres, pudiéndose así explicar; vi luego que, cada Espíritu, en razón de su posición personal y de sus conocimientos, de el me desvelaba una fase, absolutamente como se llega a conocer el estado de un país interrogando a los habitantes de todas las clases y de todas las condiciones, cada uno pudiendo enseñarnos alguna cosa, y ninguno, individualmente, no pudiendo enseñarnos todo; cabe al observador formar el conjunto con la ayuda de documentos recogidos de diferentes lados, coleccionados, coordinados y controlados unos por otros. Obre, pues, con los Espíritus, como lo habría hecho con los hombres; fueron para mí, desde el menor al mayor, medios de informarme, y no reveladores predestinados.
Tales fueron las disposiciones con las cuales emprendí, y siempre perseguí en mis estudios espíritas; observar, comparar y juzgar, tal fue la regla constante que seguí.
Hasta las sesiones en la casa del Sr. Baudin, no tuve ningún objetivo determinado; comencé allí a buscar resolver los problemas que me interesaban del punto de vista de la filosofía, de la psicología y de la naturaleza del mundo invisible; llegaba a cada sesión con una serie de preguntas preparadas, y metódicamente arregladas; ellas eran siempre respondidas con precisión, profundidad, y de manera lógica. Desde ese momento las reuniones tuvieron otro carácter; entre los asistentes se encontraban personas serias que por ellas tomaron un vivo interés, y si me ocurría faltar de allí, se estaba como inactivo; las preguntas fútiles perdieron su atractivo para la mayoría. Al principio, no tuvieron en cuenta sino mí propia instrucción; más tarde, cuando vi que eso formaba un conjunto y tomaba las proporciones de una doctrina, tuve el pensamiento de publicarlas para la instrucción de todo el mundo. Fueron las mismas preguntas que, sucesivamente desarrolladas y completadas, hicieron la base del El Libro de los Espíritus.
En el año siguiente, en 1856, seguí al mismo tiempo las reuniones espíritas que se mantenían en la calle Tiquetone, en la casa del Sr. Roustan y la Srta. Japhet, sonámbula. Esas reuniones eran serias y mantenidas con orden. Las comunicaciones ocurrían por intermedio de la Srta. Japhet, médium, con la ayuda de una cesta de pico.
Mi trabajo estaba en gran parte determinado, y tomaba las proporciones de un libro, pero pretendía hacerlo controlado por otros Espíritus, con la ayuda de diferentes médiums.
Tuve el pensamiento de hacerlo un motivo de estudios para las reuniones del Sr. Roustan; al cabo de algunas sesiones, los Espíritus dijeron que preferían verlo en la intimidad, y me señalaron, para ese efecto, ciertos días para trabajar, en particular, con la Srta. Japhet, a fin de hacerlo con más calma y también para evitar las indiscreciones y los comentarios prematuros del público.
No me contentaba con esa verificación; los Espíritus de ella me hicieron la recomendación. Las circunstancias, habiéndome colocado en relación con otros médiums, cada vez que la ocasión se presentaba, de eso aprovechaba para proponer algunas de las cuestiones que me parecían las más espinosas. Fue así que más de diez médiums prestaron su asistencia para ese trabajo.
Fue de la comparación y de la fusión de todas esas respuestas coordinadas, clasificadas, y muchas veces refundidas en el silencio de la meditación, que formé la primera edición de El Libro de los Espíritus, que apareció el 18 de abril de 1857.
Hasta el fin de ese mismo año, las dos señoritas Baudin se casaron; las reuniones no se dieron más, y la familia se dispersó. Pero, entonces, mis relaciones comenzaron a extenderse, y los Espíritus multiplicaron, para mí, los medios de instrucción para mis trabajos ulteriores.
Extraído del libro: Obras Póstumas 2a parte
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                                      CORDÓN DE PLATA:

 El cuerpo físico y el cuerpo astral se hayan ligados entre sí por medio del Cordón de Plata. El Cordón de Plata es una masa de moléculas que vibra a una velocidad muy alta. A pesar de que el conjunto de partículas que lo forman contienen todos los colores existentes, si lo miramos desde afuera (desde el plano astral) se ve de color plateado, y eso ocurre porque el Cordón de Plata vibra a una velocidad muy alta. Este cordón es infinitamente elástico, y el ser humano que viaja en el astral al separarse de su cuerpo físico flota al extremo del Cordón de Plata de una forma similar a la de una cometa al final de una cuerda. Cuando el cuerpo físico demanda el vehículo periespiritual, éste es tirado por el Cordón de Plata a la velocidad del pensamiento hacia abajo de igual forma como si tiramos de una cometa. Cuando el cuerpo físico muere, el Cordón de Plata se corta, y, el cuerpo físico es dejado aparte como si fuera un vestido viejo, inservible. Entonces el espíritu con su envoltura periespiritual (periespíritu) sigue su camino en el plano astral o espiritual. 

El Cordón de Plata al ser un lazo energético puede atravesarlo todo; hasta la materia más sólida. Así como el espíritu con su envoltura periespiritual, que nada le obstaculiza a su paso cuando viaja. Porque hasta la materia más densa la traspasa.. 

Del libro: El Despertar de la Conciencia.

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                                COMUNICADO MEDIUMNICO

                                             "Construyendo nuestro camino “

Mi nombre es Claudio. Desencarné en un accidente, debido al excesivo consumo de alcohol y drogas. Tenía en mis manos todos los recursos para vencer los moldes de la vida. No voy a afirmar que fui alienado por malas compañías. Todos nos buscamos las personas con las cuales más nos identificamos. Si paré en el mal y fui vampirizado por entidades que me torturaron el cuerpo y posteriormente el espíritu; si caí en la más negra degradación; si entorpecí mis sentidos anulándome física y espiritualmente, solo es culpa mía. Fui arrinconado con inteligencia, padres amorosos ,seguridad financiera. Nunca me faltó dinero, amigos, confianza. Esa excesiva confianza tal vez haya sido la mayor causante de mi decadencia. Cuando empecé a dar los primeros pasos en el vicio y pedir dinero, más dinero, si mis padres me hubieran observado, me hubieran acompañado; si hubiese sido más vigilado y menos consentido, tal vez mi camino hubiese sido otro. Profundicé en sufrimientos indescriptibles. Sufrí todas las torturas, conocí el infierno de cerca. Yo que nací para vencer, conocí los abismos de las torpezas humanas y espirituales. Jóvenes, ser prudentes, valorar los tesoros de la vida, ampararos en lecturas edificantes, huyan de los amigos de la noche y de las horas vacías. Cuando fui socorrido en una colonia-abrigo de desintoxicación, recordé mis días pasados, mi balón de futbol, mi bicicleta, mis libros, mis discos, mis platos preferidos, mi bombón favorito. Lloré de desesperación echando de menos el niño que fui. ¡Ah¡, si yo pudiese transformar con un golpe de magia el tiempo que viví, yo lo cambiaría todo. Pero, no tengo mas tiempo......Perdí mi oportunidad. Me queda ahora el arrepentimiento, el dolor, los recuerdos. Dios mío, ¡soy muy infeliz¡ Pero las quejas no transforman nuestro destino. Ahora es el volver a empezar difícil. Casi nada conocí ni pude realizar. En la próxima vida, mucho menos haré. Renaceré en un lugar pobre con personas desconocidas y que necesitan la prueba de un hijo mongólico. Difícil camino, ya lo se.... Pero peor sería permanecer como estoy, anulado y sofocado de remordimientos. Cuando vean un joven alegre pasar ,creyéndose un vencedor, oren por él. ¡Quien sabe si en medio de la multitud, inconsecuente camina un vencido más¡.
(Médium: Shirlene Soares Campos- Uberlandia-MG)
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jueves, 2 de junio de 2016

Las convulsiones sociales





   ¿   LOS ESPÍRITUS SE PRESENTAN  POR LA  NOCHE ?

¿Cuál es el origen de la idea que los Espíritus vienen con preferencia durante la noche? 
"La impresión producida sobre la imaginación por el silencio y la oscuridad. 
Todas estas creencias son supersticiones que el conocimiento razonado del Espiritismo 
debe destruir... Lo mismo sucede con respecto a los días y las horas que se cree serles 
más propicias; creedlo, a no dudar, que la influencia de media noche sólo ha existido en 
los cuentos." 
- Siendo así, ¿por qué ciertos Espíritus anuncian su venida y sus manifestaciones 
para dicha hora y para días determinados, Como por ejemplo del viernes? 
"Estos son Espíritus que se aprovechan de la credulidad y se divierten. Por la 
misma razón los hay de ellos que dicen ser el diablo o se dan nombres infernales.^ 
Mostradles que no sois un juguete y no volverán." 

8. ¿Los Espíritus vienen con preferencia a la tumba en que descansa su cuerpo? 
"El cuerpo sólo fue un vestido; no piensan ya en la envoltura que les hizo sufrir 
como al prisionero sus cadenas. Sólo dan importancia a las personas que les son queridas." 

EL LIBRO DE LOS MEDIUMS-(Allan Kardec)

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Atrévete 

Ten hoy la valentía de compartir tus sentimientos puros. 
Atrévete a decir verdades incómodas. 
Haz todo lo que esté en tu poder para ser abierto y honesto con las personas. 
Mientras más sincero seas con las personas, 
más cerca te sentirás de ellas…de tí mismo… y de la Luz. 
Yehuda Berg


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                                Aprensión de la muerte 

941. El temor a la muerte es para muchas personas un motivo de incertidumbre. ¿A qué se debe tal aprensión, ya que tiene ante ellas el porvenir? 

- Es un temor equivocado. Pero ¡qué quieres! Tratan de persuadirlas, desde sus primeros años, de que hay un infierno y un paraíso, pero que es más seguro irán al infierno, porque les afirman que aquello que está en la Naturaleza es para el alma un pecado mortal. Así pues, al avanzar en edad, si tienen algo de juicio no pueden ya seguir admitiendo eso y se tornan ateas o materialistas. De esta manera se les lleva a creer que aparte de la vida actual no existe otra cosa. En cuanto a los otros, los que han persistido en sus creencias infantiles, temen ese fuego eterno que ha de quemarlos sin consumirlos. 
La muerte no inspira al justo temor alguno. Porque con la fe tiene certeza del futuro. La esperanza le hace aguardar una vida mejor. Y la caridad, cuya ley ha puesto en práctica, le otorga la certidumbre de que en el mundo al que va a ingresar no encontrará ningún Ser cuya mirada deba temer. 
¿No pensarán algunas personas que esos consejos para ser feliz en la Tierra son un tanto pueriles? ¿No los considerarán lo que ellas denominan cosas comunes, verdades trilladas? Y ¿no dirán que, en última instancia, el secreto para ser dichoso consiste en saber soportar la propia desgracia. 
- Hay quienes lo afirmarán, sí, y muchos. Pero sucede con ellos lo que con ciertos enfermos a quienes el médico prescribe una dieta: querrían sanar sin acudir a los medicamentos y persistir indigestándose. 
EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS 
ALLAN KARDEC

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LAS CONVULSIONES SOCIALES
Jueves 3 de Junio de 2016
Luiz Mariani
En 1866 Allan Kardec recibió un mensaje firmado por dos Espíritus sobre la Regeneración de la humanidad. Ellos hicieron hincapié que la Tierra va dejar de ser un planeta de Pruebas y Expiaciones para convertirse en un mundo de Regeneración, lo qué en la escala evolutiva significa que en él sólo Espíritus buenos van a vivir.
Los Espíritus dijeron que la Tierra no sería destruida por cataclismos, pero sufriría una transformación, nunca antes posible, con la encarnación de miles de Espíritus de buena condición espiritual para que se transformase en un planeta de nivel avanzado, dejando hacia atrás la característica de mundo de Pruebas y Expiaciones.
Así como el pueblo salió a las calles en 05 de mayo de 1789 para la toma de la Bastilla, en París, dando origen a la Revolución Francesa que deseaba la caída de la monarquía y de los gobernantes que masacraban el pueblo, también fueron a las calles en otras oportunidades proclamando sus derechos contra gobernantes despóticos y corruptos.
En 2010, en Oriente Medio y en el norte de África, el pueblo se sintió atraído a las plazas para actos contra los gobiernos y logró, después de meses, la toma del poder. Entonces empezaba la primavera Árabe que se extendió por muchos países llevando el pueblo a luchar contra los gobiernos corruptos y simpatizantes de la dictadura.
En Brasil, país que siempre ha tenido la calma y pasividad de su pueblo, llegó la sorpresa en forma de protestas por el aumento de los billetes del transporte público. La mecha se encendió y pronto cobró la razón del gobierno aplicar en financiamientos 29 billones de reales en la construcción o renovación de estadios para la Copa de las Confederaciones en 2013 y la Copa del Mundo en 2014, en lugar de la construcción de hospitales.
La FIFA exige estadios con muy alto nivel de construcción y el gobierno cede a sus determinaciones, mientras que todavía hay escuelas de latas, carreteras llenas de baches, la salud deteriorada, transporte caótico, manipulación de licitaciones, corrupción activa, desconocimiento del “mensalão”, emisión de billones a los paraísos fiscales, etc., etc... Sólo la ley del karma para recoger estos abusos, porque la ley de los hombres todavía es muy fracasada. Si los estadios deben seguir los niveles FIFA, salud, educación, transporte, seguridad y todo lo concerniente a los gobiernos deberían seguir el mismo nivel de calidad.
Siguiendo el camino natural del desarrollo de las manifestaciones pronto se llegó a la desaprobación de la corrupción, de la mala gestión, de la absolución de los delincuentes que desviaron dinero público, han corrompido autoridades y se sienten libres para seguir practicando sus iniquidades.
¡El pueblo cansó!... Puso un fin a todas las formas de inercia del poder público llamando en las plazas el derecho de tener líderes honestos y que piensen en el pueblo. El gobierno democrático debe ser del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Y eso hace mucho tiempo no se ve o se practica por el mundo.
Martin Luther King decía: "Lo que me preocupa no es el grito de los malos. Es el silencio de los buenos". El pueblo brasileño acostumbrado a vivir en la miseria como si eso fuese karma, aprendió a salir del silencio y a soltar la voz. Puede ser que no hagan efecto estas manifestaciones, pero también puede ser el comienzo de una nueva era, sobre todo en el contexto político, donde hombres con buena índole y moral ofrezcan sus servicios para el pueblo.
Espiritualmente sabemos que la nueva era de la humanidad ya se está acercando. Desde 1866 los Espíritus ya nos han dicho que pasaríamos por la regeneración de la humanidad, pero que serían necesarios muchos años de transición. Chico Xavier también nos dijo que todos los Espíritus que pertenecen a la Tierra tendrían más una oportunidad de mejorar reencarnando en el planeta.
Esto ocurrió y hemos visto la locura desenfrenada de las personas luchando para que sus derechos, de todos los tipos y formas, fuesen reconocidos por la sociedad. Se creó la libertad de pensamiento y de uso de todos los tipos de adornos, drogas lícitas e ilícitas, pensamientos, gustos, llevando miles a morir en pozos profundos de amargura, como si fuesen hormigas ahogándose en la miel.
Para que se produzcan los despliegues que realmente muevan los pilares de la sociedad, transformándola para mejor, muchas veces es necesaria la voz del pueblo en las calles, porque sólo entonces los líderes sabrán que hay personas bajo su mando y que ellas necesitan de vivienda, escuela, hospital, trabajo, seguridad, carreteras, cultura y otras cosas más que dignifican su vivir.
El pueblo sólo quiere que el dinero recaudado con impuestos vuelva en la forma de mejoras en el propio pueblo, pues los gobernantes ya ganan lo suficiente para vivir bien.
La espiritualidad nos dice que el Brasil será el país corazón del mundo y la patria del evangelio. Eso está siendo construido hace algunas décadas y habrá de ocurrir.
Por ahora estamos en el medio del camino, pero no es el momento de darse por vencido. Los movimientos sociales ayudarán a llegar a ese nivel, pues hasta los más duros líderes entenderán que está en el momento de cumplir con sus deberes de ciudadanos, democráticamente colocados en sus posiciones, y trabajar, definitivamente, para el avance de la nación y para la felicidad de su pueblo. Es lo mínimo que de ellos se requiere.
Luiz Mariani
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ANALIZANDO Y EDUCANDO SENTIMIENTOS


Según algunos psicólogos, los sentimientos, especialmente los sentimientos profundos, son algo así como disposiciones que favorecen la actividad si son positivos o la inhiben, si son negativos.
La importancia de los sentimientos reside sobre todo en su relación con la inteligencia y con la voluntad, y no simplemente como precedentes suyos, sino como derivados de las dimensiones activas del ser humano. Sin embargo, en nuestra época las facultades espirituales del hombre, la inteligencia y la voluntad, están desacreditadas. Por eso ha aumentado el relativismo, es decir, la opinión que niega la universalidad de la verdad, así como el control de la voluntad. Por eso, en nuestra época se concede un mayor crédito a los sentimientos; se acude a ellos por considerar que son lo que resta después de la duda sobre el alcance de la inteligencia y de la voluntad.
El sentimiento elevado es siempre un camino recto para las almas que están al otro lado de la vida.; no obstante, no podemos decir lo mismo con respecto del sentimiento cultivado en el círculo de la Tierra. Hemos de tener mucho cuidado para no desorganizar la mente. La nostalgia que hiere, nos impide atender la Voluntad Divina, no es loable ni útil. Es enfermedad del corazón precipitándonos en abismos insondables del pensamiento.
Todos lo que siguen a Jesús y mejoran su vida mental en los deberes que le han sido concedidos, se sienten renovados espiritualmente. Por eso debemos conformarnos con los designios de Dios. Muchas veces en la Tierra, es necesaria la separación entre pareja para nuevas experiencias. Tanto uno como el otro sufren con la separación, pero Dios nos deja a veces solitos, con el fin de que rehagamos nuestro aprendizaje mejorando el corazón. La soledad por tanto, cuando sabemos aprovecharla, precede al sublime reencuentro. No debemos ignorar que nuestros hijos pertenecen a Dios, que cada uno de ellos necesita definir responsabilidades y tratar de solucionar su propia realización. Llorosos y desalentados al principio por la ausencia, con el tiempo no dejamos de reconocer que debemos conformarnos con los designios de Dios. A veces el ruido ensordecedor de los lamentos de los seres que han quedado en la tierra, hacen que los que se marchan queden envueltos en los fluidos del clima doméstico, impidiendo el vuelo a aquellos que partieron, sintiéndose como pájaros enjaulados, tardando mucho tiempo en reaccionar y poder realizar las funciones que le corresponden en el plano espiritual.
Al partir al otro lado de la vida, si ya no se pertenece al mundo de la carne, es necesario también desencarnar también los pensamientos. Las criaturas que se agarran a las sensaciones físicas de la tierra, están siempre creando densidad para sus periespiritu, para sus vehículos de manifestación, al igual y de la misma forma que los Espíritus dedicados a la región superior, están siempre purificando y elevando esos mismos vehículos.
La muerte física en la Tierra es una impresión, nadie desaparece. El fenómeno es simplemente de invisibilidad, o a veces, de ausencia. Tenemos que considerar que en el espacio el cuerpo denso modificado puede resurgir todos los días, por la materia mental destinada a su producción; mientras que para obtener el cuerpo físico, hay almas que trabajan, a veces, durante siglos...
En la esfera terrestre, la mayoría de los infelices, luchan por la dominación económica, por las pasiones desordenadas, por la hegemonía de los falsos principios. En el espacio, en las zonas inmediatas a la mente terrestre, existe todo eso en igual de condiciones. Hay cooperativas para el mal,, sistemas económicos de naturaleza feudal, baja explotación de ciertas fuerzas de la Naturaleza, vanidades tiránicas, difusión de mentiras, esclavización de los que se debilitan por la falta de vigilancia, doloroso cautiverio de los Espíritus fracasados, pasiones tal vez más desordenadas que las de la Tierra, inquietudes sentimentales, terribles desequilibrios de la mente, angustiosos desvíos del sentimiento. En todo lugar las caídas espirituales ante el Señor, son siempre las mismas, aunque varíen de intensidad y de colorido.
Nos preguntamos si nosotros los encarnados utilizamos armas que matan y destruyen para defendernos, ¿Qué utilizaran en el espacio para defenderse? Y nos dice en el libro de “Los Mensajeros Espirituales” de Chico Xavier, que no tiene armas de acero, pero tienen proyectiles eléctricos. Que ellos no atacan a nadie, que su tarea es de socorro y no de exterminio, y que los efectos de esos proyectiles, es asustar terriblemente, y, sobre todo demuestran las posibilidades de una defensa que sobrepasa la ofensiva.
Cuentan las tradiciones populares de la India, que en cierto campo existía una serpiente venenosa. Todos procuraban no pasar por allí, por temor a ser mordidos. Más un santo hombre, al servicio de Dios, buscó la región, confiando en el Señor más que en si mismo. La serpiente lo atacó, sin respeto alguno. El la dominó con su mirada serena y le dijo: “Hermana mía, es de ley que no hagamos mal a nadie”. La víbora se recogió avergonzada. El sabio continúo su camino y la serpiente se modifico por completo. Procuró los lugares habitados por el hombre, como deseosa de reparar sus antiguos crímenes. Se mostró integralmente pacifica; pero desde entonces, comenzaron a abusar de ella. Cuando identificaron su misión absoluta, hombres, mujeres y niños, le tiraban piedras. La infeliz se recogió en su cueva, desalentada. Un día, el santo regresó por el mismo camino y decidió visitarla. Se espantó, viendo el estado lamentable en el que ella se encontraba. La serpiente le contó la amarga historia. Deseaba ser buena, afable y cariñosa, pero las criaturas la perseguían y apedreaban. El sabio, pensó, pensó, y después de oírla, le respondió:
“Pero hermana mía, hubo equivocación de tu parte. Te aconseje que no mordieras a nadie, que no cometieras asesinatos ni persecución, pero no te dije que evitases asustar a los malos. No ataques a las criaturas de Dios, hermanas nuestras en el mismo camino de la vida, pero defiende su cooperación en la obra del Señor. No muerdas ni hieras, pero es preciso mantener al perverso a distancia, mostrándole tus dientes y emitiendo tus silbidos.”
Sin embargo, en nuestros días se apela a los sentimientos porque se consideran que son lo más vital, lo más interior, que hay en el hombre. Si el hombre tiene que guiarse por los sentimientos, ello se debe a que es la única vía que resta después de la crisis de la inteligencia y de la voluntad.
Cada estilo sentimental favorece o entorpece una vida psicológicamente sana, y favorece o entorpece la práctica de las virtudes o valores que deseamos alcanzar. No puede olvidarse que la envidia, el egoísmo, la agresividad, o la pereza, son ciertamente carencias de virtud, pero también son carencias de la adecuada educación de los sentimientos que favorecen o entorpecen esa virtud. La práctica de las virtudes favorece la educación del corazón, y viceversa.
Como es lógico, no se trata de sustituir la razón por los sentimientos, ni tampoco lo contrario. Se trata de descubrir el modo inteligente de armonizar mente y corazón, razón y sentimientos. El gran logro de la educación afectiva es conseguir, en lo posible, unir el querer y el deber, porque así se alcanza siempre un grado de felicidad -y de libertad- mucho mayor.

-Mercedes Cruz -

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miércoles, 1 de junio de 2016

Día nuevo, oportunidad renovada.


LAS TENTACIONES. SUS MANERAS DE SER Y MODO DE COMBATIRLAS.

Así como es muy difícil encontrar en la tierra ningún ser que en su parte física goce siempre y en todas las ocasiones de una salud perfecta, lo es mucho más encontrar un ser verdaderamente equilibrado en su parte moral; nada hay perfecto en este mundo, y así como la atmósfera y la manera de ser en lo material tiene una relación muy distinta en la manera de ser de nuestro organismo y nos predispone a ciertas enfermedades, así los elementos espirituales que nos rodean indagan de tal modo nuestra manera de ser moral que aprovechan lo más insignificante para desarrollar en nosotros sufrimientos morales o malestar interior con el objeto de mortificarnos o detenernos en la vía del progreso, porque los elementos espirituales que constantemente nos rodean se infiltran y penetran en nosotros, como los elementos atmosféricos crean a nuestro alrededor microbios y otros bacilos que desarrollan enfermedades, cuando la manera de ser en nuestro físico no se opone a su desarrollo.

Así pues debemos estar prevenidos para ahuyentar las influencias espirituales tanto como los miasmas materiales, y así como por más precauciones que tomemos no podremos separar del todo las influencias del frío y del calor y otros cambios bruscos, así tampoco por más precauciones que tomemos no podremos separar del todo la tentación; lo que podremos hacer es no caer en lo que a ella nos induzca; y aquí debe estar nuestro método, en esto debemos poner toda nuestra atención y todo nuestro cuidado, aunque esto nos cueste sacrificio.

Con los elementos atmosféricos, ¿qué hacemos? En invierno nos abrigamos y en verano nos desabrigamos y buscamos lugares frescos para que no sintamos tanto las molestias de los rigores del tiempo, y si de todos modos hemos de sufrir las molestias del tiempo, nos conformamos y no las damos importancia; sufrimos resignados y procuramos resistir todo lo posible, y decimos esto es el frío o el calor, esto ya pasará, concluyendo por no hacer caso de ello; pues lo mismo debemos hacer con la tentación, porque es un mal inherente a todos; porque no hay ser encarnado que no sufra, porque casi diríamos es una condición precisa y casi me atrevería a afirmar necesaria a nuestro progreso. Pero entiéndase que la tentación no tiene siempre y en todos los individuos el mismo carácter y las mismas formas; como los grados de virtudes y de defectos son múltiples, varios e infinitos, también son muchas las variedades de tentación.
No siempre el espíritu que nos tienta se vale de incitar deseos y pensamientos malos en nuestro entendimiento sino que a veces penetra en nosotros, y desde dentro nuestra conciencia, nos hace sentir deseos que parece que son una necesidad satisfacerlos; que éstos lo mismo pueden pertenecer al orden físico, como la sensualidad y las distracciones, recreos, vicios, etc., etc., como deseos de venganza, de crítica, de amor desmedido, o de repugnancia hacia determinadas personas. Hay seres de bastante rectitud y buenos deseos en quienes les es muy difícil al espíritu de tinieblas penetrar ni en su entendimiento, ni en su interior; pero muy a menudo sucede que estas personas muchas veces a la primera contrariedad sueltan palabras inconvenientes y dichas con tono áspero, o se excitan por poca cosa, y es que, aunque no sentían, ni en su entendimiento ni en su interior, influencia o malestar alguno, el espíritu de tinieblas tenía aquel ser preparado para darle embestida y hacerle caer, y lo lograría o lo ha logrado a la primera ocasión.

Generalmente la tentación radica en el entendimiento, por eso se llama así; pero no es esta sólo lo que ejecuta el espíritu de tinieblas para hacernos caer. Sucede, a veces, que el ser siente una tristeza y un malhumor, muchas veces sin motivo aparente, y si lo hay, es a veces tan insignificante que el mismo individuo se sorprende que motivo tan deleznable le produzca tanto malestar; este estado es más bien posesión que tentación; el espíritu que causa este estado, si no se le resiste mucho, puede hasta no solamente quitar la tranquilidad y poner al individuo en una situación comprometida, sino alterarle la salud. Ya explicaré, después, los medios para resistir a este estado. A veces la tentación o posesión reviste otra forma y es la de prendarse demasiado de otra persona, que, sin saber por que, se siente hacia ella un afecto injustificado; esta posesión la ejerce el espíritu de tinieblas para hacer cometer injusticias; esto lo mismo puede suceder entre y dentro de la familia, como al tratar personas extrañas; esta clase de posesión, como la anterior, a veces hace sufrir mucho y se necesita mucha fuerza de voluntad para contrarrestarla.
Aquí es cuando debemos recordar las palabras del Señor y Maestro: Velad y orad; es cuando debemos tener el pensamiento muy levantado y ejercer un grande espíritu de justicia, para no separarnos ni en nada ni para nada de lo que sea justo, y si con esto no podemos separar la posesión, no debemos cansarnos de pedir y tener pensamientos elevados y oponer una paciencia y resignación a toda prueba, que con esto el ser encarnado adelanta mucho; estas penas ocultas que a veces por nada del mundo el ser comunicaría a nadie tienen gran mérito ante Dios y hacen muy fuerte al espíritu encarnado. No debe olvidarse nunca que en la tierra no tendremos nunca paz completa, y si esta llegamos a sentirla alguna vez, durará poco; así pues, cuando seamos atormentados por estos estados, debemos ser fuertes, resistir y oponer una paciencia, serenidad y calma sin límites; al mismo tiempo no debernos olvidar que a pesar de la pena que en un momento dado nos puede ocasionar, en un momento dado desaparece y nos quedamos tan tranquilos como si nada hubiese sucedido; esta es la causa de estos cambios tan súbitos en la lucha que hay entre los espíritus que nos aman y los que nos aborrecen; por eso nunca debemos desconfiar de los seres del espacio que nos aman; al contrario, debemos confiar mucho en ellos y pedirles y suplicarles su protección cuando nos veamos apurados, que mucho hacen para nosotros si nos ponemos en condiciones para recibirlos o para recibir de ellos la influencia necesaria en nuestras necesidades. La tentación de pensamiento no nos causa tanta pena como la posesión; esta debemos combatirla, extirpando pasiones, vicios y deseos ilícitos; esta tentación la conoce todo el mundo menos los que están dominados por la incredulidad, pero los que en algo creemos respecto a la vida venidera, todos la conocemos.

Por el médium Miguel Vives

Extraído del libro "Guía práctica del espiritista"


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Día nuevo oportunidad renovada.

Cada amanecer representa divina concesión que no puedes ni debes ignorar.
Por lo tanto mantente en la actitud positiva hacia los acontecimientos que puedan presentarse.
Todos los momentos se deben enfrentar con optimismo.
Coraje al enfrentar las luchas naturales.
Recomience la tarea interrumpida.
Cada mañana es un llamado a la serenidad y a la conquista de los proyectos que parecen inalcanzables.
A medida que avanza el día, aprovecha los minutos sin prisas y nunca postergues el deber.

No te aflijas ante el volumen de las cosas que tienes en frente.
Dirige cada acción a su finalidad específica.
Después de completar un proyecto, inicia otro y sin quejarte ante los
acontecimientos desagradables, vuelve a hacerlo con disposición en el el estado de ánimo, avanzando paso a paso hasta el momento de la conclusión de los deberes planificados.

Amaneciendo comienza tu día con alegría renovada y siempre el pasado negativo enriquécelo con la experiencia que se constituirá en recurso valioso para la victoria que buscas.


Espíritu de Joanna de Angelis


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LA REENCARNACIÓN HUMANA Y SU PAPEL EN LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL.
* La reencarnación hace referencia a la multiplicidad de vidas físicas o encarnaciones, es decir, que un mismo ser o espíritu que ha animado un cuerpo desde el nacimiento hasta la muerte puede volver a encarnar en un nuevo recién nacido y vivir una nueva vida en el mundo físico.

- ¿Cuál es el objetivo de la reencarnación respecto a la evolución espiritual?


* El aprendizaje espiritual se asemeja al que tiene lugar en la escuela. En la escuela existe una alternancia de periodos de estudio con periodos de evaluación o examen, donde el alumno tiene que demostrar lo que ha aprendido. Lo mismo ocurre con el aprendizaje espiritual. En la etapa de desencarnado el espíritu estudia y se prepara espiritualmente. En el periodo de encarnado se trata de poner en práctica lo que se ha aprendido sin ningún tipo de coacción, es decir por voluntad libre del espíritu encarnado. Cada encarnación es una oportunidad de evaluación de un curso en particular. Si se supera esta evaluación se
pasará al estudio de un curso más avanzado, que se iniciará en el plano espiritual con el aprendizaje de nuevas enseñanzas espirituales. Cuando el espíritu está preparado y sus nuevos conocimientos asimilados, volverá a encarnar para afianzarlos en su interior con la práctica.

- A mí me parece que hay personas que afrontan en la vida pruebas muy duras que yo no sé si sería capaz de superar.


* En cada encarnación cada espíritu afronta unas pruebas que son propias de esa encarnación y que están de acuerdo con su capacidad espiritual. El espíritu conoce antes de encarnar qué tipo de pruebas necesita para avanzar y se prepara concienzudamente para poder superarlas con éxito en el periodo en el que no está encarnado, al igual que el deportista que participa en una final de competición no llega a ésta por casualidad, sino que se ha entrenado concienzudamente durante todo el año, habiendo superado previamente diversas pruebas de calificación. Por tanto, a nadie se le enfrenta a pruebas que no puede superar.

-¿ Cuál es la necesidad de la reencarnación. ¿Por qué es necesario vivir más veces en el mundo físico?


* ¿Acaso un alumno acaba su formación en un solo curso? Aunque haya aprendido muchas cosas en un sólo curso, siempre habrá algo que no haya podido aprender y que requiera más tiempo. El espíritu en evolución es también un alumno y también necesita de más de un curso, es decir de más de una vida, para aprender todo lo que necesita y quiere.

-¿ No podría vivirse aquí una vez y luego pasar a otro plano de la existencia y seguir allí evolucionando sin necesidad de volver a la Tierra?


* Podría pero, al igual que sería un despilfarro tirar un vestido después de habérnoslo puesto una sola vez, sería una infrautilización del mundo material que sólo pudiéramos usarlo una única vez, unos 100 años como máximo que puede durar una de vuestras vidas físicas, con la de miles de millones de años que ha costado que se forme un planeta y que se hayan desarrollado las condiciones para albergar vida. Es una cuestión de optimización de recursos. ¿Acaso vosotros tenéis escuelas para un sólo año? En vuestro mundo, un alumno pasa al menos seis años en el mismo colegio sin necesidad de cambiar de centro. Por ejemplo, en un colegio de primaria, el alumno estará desde los 6 a los 12 años. Sólo
cuando el alumno completa su formación de primaria y pasa a la enseñanza secundaria, cambia de centro. Pues lo mismo ocurre con el espíritu en formación. Vuestro planeta es como una escuela de primaria donde los espíritus en edad de primaria vienen a aprender. Cuando el espíritu haya aprendido todo lo que esa escuela, es decir, ese mundo, pueda enseñarle, podrá entonces pasar a otra escuela en la que se imparta una educación superior, es decir, podrá encarnar en otro mundo más acorde con su nivel evolutivo y necesidades de aprendizaje. Mientras, continuará evolucionando en ese mundo, o en
otro de semejante nivel.

- ¿Y por qué si hemos vivido antes, no nos acordamos de otras vidas?


* Es una necesidad del espíritu en vuestro actual estado evolutivo.

- ¿ Por qué necesitamos olvidar ese supuesto pasado de otras vidas?


* Es necesario para concentraros en los objetivos de la actual vida, sin que haya recuerdos propios o de otras personas que impidan que el espíritu actúe con libre albedrío, para que su actuación no esté condicionada por los actos del pasado.

- Esto parece estar en contradicción con la ley de evolución progresiva,ya que si el espíritu no puede recordar lo aprendido en vidas anteriores,¿no es como si volviera a empezar de cero cada vez?


* Se olvidan los recuerdos concretos pero no lo aprendido espiritualmente.Esto queda retenido por el espíritu en su memoria espiritual, aunque no en la memoria física, que ciertamente parte de cero en cada encarnación.
Cuando el espíritu encarna en un nuevo cuerpo, ese cuerpo es como un ordenador nuevo con la memoria a cero que se le da al alumno al iniciar el curso, que el alumno irá empleando para aprender. Con el tiempo, el cuerpo físico se desgasta hasta el punto de que no le sirve al espíritu para seguir avanzando. Entonces es cuando se hace necesario
“jubilar” el ordenador viejo, es decir, desencarnar. La memoria física, el cerebro, se descompone con el resto del cuerpo, pero no la memoria espiritual, que retiene todo lo aprendido en esa vida. En el estado de desencarnado, el espíritu puede acceder a todos los detalles de encarnaciones anteriores, ya que deja de estar restringida su capacidad a la capacidad del cuerpo físico.


-Entonces ¿podremos recordar todas nuestras vidas anteriores cuando hayamos muerto?


Todo lo vivido en las encarnaciones de un espíritu, y del periodo entre vidas físicas queda archivado para uso personal del espíritu, aunque mientras el espíritu está poco evolucionado, su capacidad de explorar en esta memoria esta restringida a las vidas más recientes. La penetración en la memoria espiritual de las vidas anteriores aumenta
conforme el espíritu evoluciona.


( Aportado por Mª Ángeles Calatayud )

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NO JUZGUÉIS PARA NO SER JUZGADOS

 ( Jesús de Nazaret)

     El Maestro Jesús se servia siempre de las imágenes del mundo terreno, conocidas en su época, para exponer las enseñanzas espirituales, de modo que los hombres pudieran asimilarlas  lo más profundamente posible, pues se encontraban más allá del límite objetivo de la vida física. Siendo sabio, Jesús conformaba sus parábolas de  tal forma que aun hoy sirven de ejemplo efectivo,y a pesar de estar orientadas con encuadres y descripciones correspondientes a aquella época, hoy en día estimulan y orientan la dinámica mental para un mayor  conocimiento sobre la vida inmortal del espíritu. Gracias a la persistente dedicación y a las conclusiones inteligentes de Allan Kardec  para conformar la doctrina espirita, el hombre actual puede valorar con más precisión las leyes y los fenómenos de la vida espiritual.

     Los Médiums preparados, estudiosos y fieles a los principios Kardecianos han dado paso a los espíritus mensajeros e instructores, que han ofrecido sus pensamientos, ayudando a la humanidad a percibir el contenido esotérico del Evangelio de Jesús, permitiendo realizar una interpretación más espiritual y menos humana.

     “No juzguéis para no ser juzgados” significaba para los hombres de aquella época cristiana, una severa advertencia contra la injusticia, la maledicencia y la calumnia, que en cierta forma se ajustaba admirablemente al tipo de vida judía.    Después de la alborada del Espiritismo, ese mismo contenido se delinea en su intimidad esotérica y se vuelve más genérico con relación a la vida del espíritu inmortal. En vez de ser una sentencia regular, se amplia en su sentido moral, abarcando en cierta forma, el proceso Kármico. Ya no es un concepto disciplinado para el pueblo judío únicamente, sino que se refiere a la continuidad de la vida espiritual, abarcando los juicios buenos o malos que el espíritu pronuncia en el transcurso de todo el largo proceso que comprende su Angelitud.


     En el futuro, el hombre pasara a comprender, que la miniatura del metabolismo cósmico palpita activamente en la intimidad de su alma. Los conceptos de Jesús “ no juzguéis para no ser juzgados “ y “ no condenéis para no ser condenados “ son importantes advertencias de que toda acción negativa del espíritu repercute en su propio perjuicio, puesto que juzgar al prójimo es “ medirse “ a sí mismo.-

     El Maestro Jesús advierte y aclara respecto a los prejuicios y liviandad, al espíritu que juzgándose santificado, muchas veces condena los mismos pecados que él cometió otrora, o que aun podrá cometer en la actual existencia o bien, en próximas vidas.

     Conforme más se integra el espíritu en el concepto de la justicia suprema y desenvuelve el amor, deja de juzgar a sus hermanos menos evolucionados, librándose con más rapidez de la simplicidad justa de la ley del Karma, que actúa en forma impersonal y para la rectificación espiritual.

     Si juzgamos al prójimo con amor  y buena intención con que nos juzgamos a nosotros mismos nos salvaremos, pues con ello manifestamos un elevado principio de honestidad espiritual, dado que juzgamos y condenamos al prójimo con el mismo nivel de culpa y penalidad que desearíamos para nosotros mismos.

     Jesús deja entrever que la mayoría de los hombres eran “pecadores “por eso ¡ninguno podía juzgar a nadie ¡ de ahí su advertencia incisiva y evangélica para los imprudentes, que veían  la “ paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el suyo”.

     En los conceptos evangélicos de Jesús, se comprueba el fatalismo de una ley implacable, justa y bienhechora, que tanto corrige al espíritu en falta, como le da los elementos para alcanzar una vida venturosa y espiritual. Sus enseñanzas se confirman constantemente a través del pasar de los siglos, pues conforme explica la doctrina espirita, el hombre termina enfrentándose con las situaciones desagradables que sembró otrora.

     La ley de acción y reacción es  la que rige específicamente los conceptos de “No juzguéis para no ser juzgados “. Cualquier injusticia que el espíritu pueda cometer a otros en sus encarnaciones, tendrá que indemnizar o pagar, a la victima en forma satisfactoria por el error cometido, tanto como sea, es decir, en lo moral y en lo físico, conforme a los postulados de la  “Ley del Karma “. Ello demuestra que en la persona permanece indestructible el sentido de responsabilidad espiritual de pagar a quien fuera injustamente afectado. En consecuencia la “ley del Karma “también asegura a todos los inocentes perseguidos del mundo, una indemnización doble o triple, que será cumplida por sentencia correctiva por el culpable. Además de obligar a los culpables a pagar a quien afecto, injustamente, la ley proporciona a su vez nuevos caminos de recuperación espiritual a la víctima, la cual debe ajustarse de inmediato al mismo grado que debería encontrarse cuando fue indebidamente afectado.

     De ahí la temática fundamental de Jesús cuando anuncio el concepto de “bienaventurados los perseguidos por la justicia o sea, las almas heridas por las calumnias, infamias e ignominia puesto que serán resarcidas espiritualmente de sus dolores y perjuicios, porque la Divinidad no permite el agravio o distorsión, por pequeño que sea, en su justicia.

     Jesús cuando afirma que los inocentes y perseguidos por las injusticias serán indemnizados por parte de los que los juzgaron mal, nos aclara que bajo la Justicia Divina, alcanzaran mucho más rápida la ventura espiritual, por causa de las injusticias cometida, siempre que no participen en odios y venganzas.

     En consecuencia el “mal juzgador” que calumnia y condena no es afectada únicamente por el “ pecado “ cometido contra su hermano, sino que ha de ser medido en la misma medida con que acostumbra medir a su prójimo, o como dice el precepto Evangélico: “ PAGARA HASTA EL ÙLTIMO CENTAVO “ sufrirá un correctivo, tan grave  y de proporciones por parte de la Ley Karmica, como haya sido el total del perjuicio causado por su injusticia, directa o indirectamente a todas las victimas afectadas en aquella misma vida.

     No deberemos olvidar que El Divino Maestro jamás condena al pecador, pero le advirtió insistentemente respecto al perjuicio que causa el pecado. A a través del Evangelio, ilumina el camino de los hombres y les señala los escollos de los vicios que aniquilan, los abismos de las pasiones peligrosas, del poder y de las falsas glorias humanas, que perjudican la verdadera vida del espíritu inmortal. Enseñaba que la prudencia era un medio eficaz para evitar los deseos impuros, y la sensatez, para que el espíritu encarnado mantuviera el exacto rumbo del norte  espiritual.

     Recomendaba al hombre que supiera vivir sobre el mundo material, sin interferir sobre la vida de sus compañeros en prueba.      “Advertía sobre la ambición humana, que se desmedía por la posesión de los tesoros que la polilla come y la herrumbre deteriora, sobre el peligro del orgullo, que explota cual fuego de artificio y luego lanza al espíritu en el infierno fluídico de los charcos purificadores del astral inferior. Recordaba que la perversidad no debía aplicarse con nadie, porque después hería trágicamente al propio autor en la ley implacable del choque de retorno, donde cada uno ha de sufrir conforme a sus obras.”
El Evangelio no es un juzgamiento o condenación para los espíritus incipientes, que se conturban en el largo recorrido de la escala espiritual, a través del mundo de las formas, sino que es un “Código Moral “de vida superior algo semejante a un manual cívico que disciplina la conducta del futuro ciudadano sideral, bajo la miniatura esquemática de las leyes del universo.

     No es su función disciplinar a los hombres para que vivan felices en la vida humana y transitoria, pero sí un tratado sublime y catalizador de las conciencias, para una pronta reintegración  del espíritu al mundo Angélico del “reino de Dios “·

     Jesús, psicólogo sideral, coordinador de todos los instructores que pasaron por la tierra, jamás cometería él equivoco de exigir a un espíritu en los albores de su conciencia que se portara con el mismo sentido de justicia de un iniciado. Seria absurdo exigir a la especie floral, que demuestre en el pequeño botón vegetal su formación, la misma composición, belleza y perfume, que solo pueda ofrecer la rosa, en la plenitud de su fragancia y en su atrayente configuración floral.

     El hombre maduro puede pecar por injusticia, pero arrepentirse sinceramente del acto ignominioso. En su conciencia desenvuelta solo vislumbra el sentido de justicia, cuya evolución lo sublima hasta alcanzar definitivamente el completo estado del amor. Pero la criatura espiritualmente  inmadura no se da  cuenta de sus actos censurables puesto que busca únicamente lo mejor para sí misma e ignora que sus hermanos van buscando también la misma cosa que él y tienen el mismo derecho de ser felices. El egoísmo, por lo tanto, a pesar de ser un acto censurable, sin embargo, fundamenta la convergencia de los hechos y amplia la esfera de los deseos de posesión humana, por lo tanto organiza el centro de conciencia del futuro individuo, el que va creciendo como unidad en el seno de Dios. Solo aparecen los albores de la justicia y se afiniza el sentimiento del hombre por la filantropía, después que se satura, debido a que “carga de más y usa muy poco “. De ahí en más comienza a centellear el espíritu y un sentido primario de la justicia comienza a convencerlo, de que los otros “también merecen poseer tanto como él y no deben ser juzgados o condenados por la misma causa.

      El sentimiento de altruismo aunque inicialmente sea interesado, se desenvuelve de poco a poco y la criatura comienza a donar lo que le sobre o lo que le pesa de más en su patrimonio. Unas veces por habito, otras por sentirse dichoso de dar, el ser adquiere experiencia y aclara su mente, alcanzando la meta del altruismo y lo hace o bien porque siente satisfacción superior o por un “buen negocio con la divinidad” pero en definitiva, lo hace de forma pacifica y agradable.

     Siendo así, el Maestro Jesús no se preocupo ni se preocupa en “Juzgar “o “censurar “al espíritu del hombre, que aun transita por el curso del egoísmo en su peregrinar encarnatorio que es el proceso iniciático y formativo de la conciencia espiritual, lanzada en la corriente evolutiva de la materia planetaria. Es razonable y también justificable que el hombre inmaduro practique injusticias bajo los impulsos y hechos incontrolables de su intimidad egocéntrica y animalizada, y nada de censurable se ve en ello. Pero, para que el ser adquiera el sentido de la justicia, es evidente que debe ser sometido a la rectificación de todo cuanto hace de injusto, conforme lo disciplina la Ley del Karma.

     En verdad, no existe departamento de penalidades creado por Dios, a fin de juzgar y condenar a los espíritus que pecan por las injusticias cometidas, sino que esa Ley, en su pulsación impersonal y responsable por la armonía y equilibrio del Cosmos, equilibra cada cosa y cada ser en su frecuencia electiva, tal como el músico desafinado es advertido por el Maestro para que retome el ritmo armónico del conjunto orquestal.
Los hombres han de procurar pensar deliberadamente o intempestivamente, y  arrepentirse de sus malas obras  y esto le dulcificara la vida, de lo contrario si sigue siendo un insensible en el trato con sus hermanos, le cabe a la Ley providenciar el reajuste o eliminar el defecto de la pieza desequilibrada de la pulsación armónica del universo.

     Una de las extravagancias de la humanidad consiste en ver el mal de los demás antes de advertir el que está en uno mismo. Para poder juzgarse a sí mismo tuviésemos que poder mirarnos a un espejo, transportarnos en cierta manera fuera de sí, y considerarnos como si fuéramos la otra persona, preguntándonos: ¿ qué pensaría yo si viera a otro hacer lo que yo hago?.

     El orgullo es el que mueve al hombre a disimular ante sus ojos sus propias faltas, así como en lo moral como en lo físico. La indulgencia para con el prójimo es un deber, porque no hay persona que no le necesite para sí mismo.

     No debemos juzgar a los demás con mayor severidad que la que nos aplicamos al juzgarnos a nosotros mismos, ni condenar en el prójimo lo que en nosotros disculpamos. Antes de reprochar una falta a alguien, veamos si la misma censura no se nos puede hacer a nosotros.

     La reprobación de la conducta ajena, puede tener dos móviles: o reprimir él mal, o desacreditar a la persona cuyos actos critican. Este último motivo no tiene nunca excusa, porque es maledicencia y ruindad. El primero en cambio, podrá ser loable, y en ciertos casos se torna inclusive en un deber, puesto que del debe resultar un bien, y porque a no ser por ello el mal no seria jamás reprimido en la sociedad. Pues el hombre debe cooperar al progreso de sus semejantes y no debe interpretar en un sentido absoluto el principio critico de: “No juzguéis para que no seáis juzgados”, porque la letra mata y el espíritu vivifica.

     Jesús no podía prohibir que se censure lo que está mal, puesto que El mismo nos ha ofrecido un ejemplo de ello, y lo hizo en términos enérgicos. Lo que quiso decir es que la autoridad de la censura está en razón de la autoridad moral de quien la pronuncie. Hacer lo que en otros condenamos equivale a  abdicar de dicha autoridad.

      La conciencia intima niega todo respeto y sumisión voluntaria a aquel que, hallándose investido de cualquier tipo de poder, viole las leyes y principios que están encargados de aplicar. A los ojos de Dios, solo es legítima aquella autoridad que se apoye en el ejemplo que ella misma da del bien.

     La indulgencia es la virtud dulce y fraternal que todo hombre debe tener para con sus hermanos.

     La indulgencia nos hace ciegos ante los defectos de los demás y si los ve se guarda muy bien de hablar de ellos, de difundirlos, antes por el contrario los esconde, y si la malevolencia llega a descubrirlos, la indulgencia tiene siempre una excusa  pronta para  paliarlos, esto es, una excusa seria y plausible, y no de aquellas que, aparentando querer atenuar la falta, la hacen en cambio resaltar con perdida habilidad-.

     No debemos ocuparnos nunca de los actos malvados de los demás, a menos que sea para prestar un servicio, y aun en tal caso hay que procurar tener el cuidado de atenuarlos todo lo posible. No hacer observaciones chocantes no reproches con los labios, sino que ofrecer tan solo consejos lo mas velados posibles.

     Cuándo se critica, ¿ qué consecuencias se deben extraer de las palabras ¿ acaso los que critican, no han hecho también lo mismo que critican, o acaso piensan que valen más que el culpable?.

     El hombre debe solo ocuparse de sus propios actos y pensamientos, dejando libre el camino de su hermano.

     Hay que ser severo con uno mismo, e indulgente con los demás. Hay que fortificar a los débiles mostrándoles la bondad de Dios, que siempre toma en cuenta hasta el menor de los arrepentimientos.

     Los trabajadores del Señor han de mostrar el ángel de la contrición, que extiende sus blancas alas sobre las faltas de los humanos y las oculta así a los ojos de quien no puede ver lo impuro. El Padre en su infinita misericordia, nos escucha cuando por medio del pensamiento y sobre todo de los actos le decimos: “Perdónanos nuestras deudas así como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. “ Son palabras sublimes, y su letra no es lo único admirable, sino además el compromiso que implican.

     El ser severo con uno mismo e indulgente con los demás, es también una forma de poner en práctica la caridad. Todos tenemos que vencer malas inclinaciones, corregir defectos y modificar hábitos.

     Todos tenemos que depositar un fardo más o menos pesado para ascender a la cima de la montaña del progreso. ¿ Porque ser tan clarividente con las faltas ajenas y ciegos con las nuestras ¿¿ cuando dejaremos de ver la paja en el ojo ajeno, y permaneceremos ciego con la viga que hay en el nuestro?. El verdadero carácter de la caridad es la modestia y la humildad, que consiste en ver de pasada los defectos ajenos, y dedicarse a realzar lo que hay de bueno y virtuoso en los mismos.

     Porque no olvidemos que siempre en el corazón rebelde y corrupto, en lo más recóndito de sus pliegues, brota el germen de unos cuantos sentimientos elevados, es una chispa encendida de la esencia espiritual.

     ¡Bendito sea el Espiritismo, doctrina consoladora y bendita, felices los que te conocen y se benefician con las saludables enseñanzas de los Espíritus del Señor!. Para los espiritas, la voz que escuchan es clara, y a lo largo del camino se leen estas palabras que señalan el medio de alcanzar la meta:

     Caridad para el prójimo como para asimismo: en una palabra, caridad hacia todos y amor de Dios por encima de todas las cosas, porque el amor de Dios resume la totalidad de los deberes, y es imposible amar de veras a Dios sin practicar la caridad, que El ha erigido en Ley para todas sus criaturas.

 - Merchita- (Extraído de diversos libros de espiritismo.)

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 Si hay algo que agradecemos al Espiritismo, es haber retirado la cortina de lo que ocurría más allá de la muerte física.

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