jueves, 12 de abril de 2018

El Espiritismo y la Ley Cristiana



Hoy  podemos ver aquí:

-La obsesión por el Sexo
- La verdadera religión
- Una sola existencia corporal sería insuficiente
-El Carácter Moral
-El Espiritismo y la Ley Cristiana




                           
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                              ( La obsesión por el Sexo )
 Queridos amigos, hola buenos días,  deseo  de todo corazón, la paz de Dios para vuestros corazones. Y también deseo, llegar a vuestros corazones  para que juntos entendamos  con profundidad los problemas inherentes  a la vida que cada uno desarrollamos, sabiendo conquistar las virtudes en medio de los desastres morales.
¿Te preocupa el sexo?
¿Sabes que los espíritus no tienen sexo, por eso reencarnan  unas veces como hombres y otras como mujer? Ya que les cabe progresar en todo, en cada sexo, como en cada posición social. Aquel que solo reencarnase como hombre  solamente sabría lo que  saben los hombres.
Asesado, el espíritu  renace en una u otra polaridad, a fin de adquirir experiencias  y comprensión de los deberes, que son pertinentes a ambos sexos.
¿Eres consciente de que al igual que todos los demás departamentos de tu organismo, necesitas cuidar, educar, y saber utilizar el sexo con dignidad?
La correcta aplicación de las fuerzas genéticas le propicia al Espíritu alegría de vivir  y entusiasmo en el desempeño de las tareas que le pertenecen, constituyendo  una emulación para el progreso  y la felicidad.
El sexo en si es un generador de energías divinas en su estructura; es por su intermedio que la vida física se expresa en la Tierra, en las ramificaciones de todos los reinos de la naturaleza.
El sexo es el departamento importante  del aparato genético creado con la finalidad específica  para la procreación. Responsable por la reproducción de los seres vivos constituye una extraordinaria inversión de la vida, que lo viene perfeccionando a través de los milenios, a fin  de transformarlo en un haz de elevadas  emociones  que exaltan a la Creación. Cuando es comprendido en los objetivos para los cuales fue elaborado se transforma en fuente generadora  de felicidad, emulando al amor y a la ternura  que expresa en forma de vitalidad y de bienestar. Cuando es  envilecido por cualquier forma de manifestación incorrecta, se convierte en cadena retentiva del ser en el paisaje  sórdido al cual fue arrojado. Accionado por el instinto, se expresa automáticamente  por medio  de impulsos que inducen a la cohabitación para el milagro de la creación de nuevas formas de vida. Responsable por la envoltura material, responde por la bendición de proporcionar  el instrumento corporal, mediante el cual el Espíritu evoluciona en el rumbo del Infinito. Con características apropiadas en cada fase del proceso evolutivo, en el ser humano alcanza  su nivel más elevado, por vincularse  a las emociones, superando lentamente  a las sensaciones  primarias por donde paso en el periodo de las experiencias iniciales de la forma animal. Por ser responsable por las grandes acciones en el arte, en la belleza, en la fe, en el conocimiento científico y filosófico, es la sede de valores aun no desvelados.
En la Tierra, el sexo aun es instrumento de  alucinación, cuando debería ser un bendito mecanismo de la vida, construyendo cuerpos  que se transforman  en talleres de iluminación y escuelas de sublimación para los Espíritus en proceso de crecimiento en la dirección de Dios. Gracias  a la fascinación que se deriva del placer inmediato, no pocos individuos se encarcelan en el gozo, distantes de la responsabilidad  y del deber para con su pareja o las consecuencias  que suceden al acto sexual, tales como la fecundación, el aprisionamiento en la afectividad atormentada, habiendo espacios para las acciones criminales del aborto delictivo y de la separación dilacerante  de los sentimientos. En su aspecto más grosero  imanta al individuo a las pasiones más salvajes, fijándolo en las fajas primarias  del instinto, sin que la razón o el discernimiento  puedan contribuir a favor de la plenitud, sacrificando a aquel que se le entrega irracionalmente.
El sexo en el hombre hace surgir la mayor fuerza,  hasta entonces conocida en la forma de instinto. Supera todas las deficiencias, sumando diferentes energías, para alcanzar objetivos; entretanto, el sexo carece de educación y disciplina para sublimarse como virtud espiritual.
Son muchos  los que son incapaces  de superar el impulso sexual. Incluso teniendo ya dominados  otros instintos  groseros,  este  y el miedo a la muerte  son siempre los últimos a ser vencidos; principalmente  el del sexo, por acompañar al alma, donde ella debe residir.
El sexo insaciable, cuando es desordenado, no respeta los derechos de los otros, creando problemas, cuyas desarmonías son destructoras y, sin la debida disciplina, inquieta a la sociedad, mancha hogares,  y deshace amistades, desvirtuando almas y desuniendo comunidades.
Los hermanos que han encarnado con la finalidad de dar continuidad a los pueblos y oportunidades a las almas de venir al mundo a alcanzar la educación sexual, han de procurar dar  el impulso  a las debidas directrices, para transformarse  en fuerzas de Dios, para la creación de la luz. El Evangelio nos habla  de los hombres que se hicieron castos, que nacieron castos,  y que no son castos, y amplia la castidad en un concepto por excelencia más elevado, la del hombre puro en virtudes.
No se exige nada de nadie para seguir a Cristo. Se exponen  reglas  para servir a la humanidad, en Su nombre. No se quiere retirar  a quien quiera que sea  de sus obligaciones familiares para con sus esposas, hijos parientes o amigos; solo se trata  de que la criatura se vuelva para dentro de si, que tome parecer con su propia conciencia, y oiga su voz interior.
Todo lugar es bueno para obrar en nombre de Dios y hemos  de ir por donde necesitamos ir, libres,  por propia voluntad y responsabilidad. No se puede determinar para persona alguna  como debe utilizar el sexo, porque hasta los animales lo saben. Lo que si se trata es de  despertar a la criatura  para Cristo y para Dios, bajo el comando de la conciencia.
“El dolor, el gran misionero silencioso y dignificante, lentamente trabajará al ser humano, amonestándolo, esclareciéndolo,  y conduciéndolo al camino recto, en el cual se valdrá de los tesoros que se encuentran en todas partes para la auto-iluminació n y el crecimiento en la dirección de Dios. Cuando eso llegue, las funciones genéticas del ser serán transformadas en fuentes de energías  constructiva y trabajará  las imágenes superiores que serán creadas por la mente  y por los deseos elevados, a fin   de que se torne  también cocreadoras de lo bello, de lo útil, de lo noble y de lo feliz. Hasta ese momento, pasaran muchos siglos de dolor y de prueba, en los cuales el ser humano, por libre opción, aun prefería las obsesiones calamitosas y las pasiones  disolventes a la sintonía  con la Divinidad y la intuición libertadora del primitivismo en que, por ahora,  lo caracteriza.
En esta hora de conturbación moral y de violencia, de agresividad,  de aberraciones sexuales,  de descontrol general y de sufrimientos de todo porte, nos cabe a todos,  sumar esfuerzos a favor  de los principios de la dignidad humana y de la honradez, del equilibrio en el comportamiento y de la educación de las nuevas  generaciones,  único medio de ofrecer  al futuro una sociedad  menos perturbada y deslindada de los terribles  cepos de la obsesión. A la educación moral le cabe  la tarea de construir un hombre nuevo y una nueva mujer, quienes formaran una nueva y saludable sociedad para el porvenir.
Como doctrina de educación el Espiritismo ofrece los mejores recursos y métodos para esa empresa, colocando a disposición  de todo y cualquier investigador su patrimonio de informaciones y su excelente laboratorio mediúmnico, para que encuentre allí el bienestar  y el coraje necesario para el enfrentamiento que se presenta en todos los instantes,  en el cual, por ahora, ha predominado lo vulgar y lo perverso, a pesar de los nobilísimos ejemplos de dignificación y nobleza de incontables ciudadanos dedicados al bien y al deber.
 Exhortemos la protección del Sublime Creador, a fin de que nuestros tormentos, que proceden  de la noche remota  de las manifestaciones primeras y de los desaliños morales que nos permitimos, sean entonces  superados  con amor  y sublimados, abriendo espacios nobles para vivencias del sentimiento  aureolado de bendiciones. Agradezcamos, también, a la madre Tierra, sus dádivas fecundas que nos permitirán  desarrollar el psiquismo divino adormecido en nosotros, floreciendo su suelo generoso para depositar en él el perfume  y el polen fecundador  de diferentes  expresiones de belleza  y vida.”
Amigos os deseo un lindo miércoles, con mucho amor y cariño, de vuestra amiga
Merchita
Trabajo extraído  del libro de Divaldo Pereira Franco “Sexo y obsesión” y del libro “Francisco de Asís”  de Juan Nones Maia


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              LA VERDADERA RELIGIÓN

   La verdadera religión existe allí donde se comprende a Dios, por medio de las buenas obras; existe en el amor de la familia, en el celo de su educación moral e intelectual, en que los hijos miren a los padres como la imagen de Dios en la Tierra, sin que jamás se hastíen de amarlos y de respetarlos; existe entre los esposos, hermanos o amigos, cuyos lazos de amor, aunque distintos, hacen que se amen, se auxilien y se toleren mutuamente; y existe principalmente, allí en donde impera la virtud, porque está tan ligada a la verdadera religión, que no puede existir la una sin la otra; esa virtud esplendorosa que irradia en todas partes y se agita incesantemente enseñando, aconsejando, dirigiendo, amando, tolerando, sacrificándose y prodigando consuelos en todas direcciones.

   La verdadera religión, es la base principal de la armonía del hogar; sin ella, las familias no serán jamás familias armónicas, y solo podrán llamarse centros de ignorancia y de discordias.

   El amor conyugal es un perfume santo, pero una falsa religión, puede ser la línea divisoria de aquellas almas, robándoles la paz del hogar, que  es el mejor tesoro de la familia.

  En cambio el Espiritismo, es ciencia y verdadera religión, lleva a la calma a la familia, le da infinitos goces y le presta inmensos beneficios, porque es la fiel mensajera que viene a modificar las pasiones materiales y a desarrollar los sentimientos más sublimes del alma; es la que lleva el progreso e ilumina con sus resplandores; es el oxígeno de las conciencias, porque las purifica; es el sagrado recinto en donde el alma se evapora entre la más ferviente súplica y las dulces vibraciones de la esperanza; es el pedestal de los gobiernos, porque sin ella, jamás imperará la justicia ni la verdad, y es el derrotero de la razón por el que avanza la generación presente.

   Sin religión no se puede vivir, porque el alma se encuentra abandonada en sus luchas, sin tener a quien recurrir mas que al insondable abismo de la duda o el vacío de la nada; con una religión fanática y exagerada, el alma pierde su belleza, se atrofia la inteligencia, puesto que lo acepta todo, lo bueno y lo malo, sin tomarse el trabajo de separar lo real de lo ilusorio.

   Los falsarios que prostituyen las máximas del Evangelio con la vaguedad de sus teorías, no hacen otra cosa que propinar un veneno a las familias, que les invade lentamente, y estas, en vez de ir hacia Dios, se precipitan en el caos de sus viles pasiones; que un puñado de egoístas enemigos frenan su progreso moral e intelectual.

   ¡ Huyamos de las sombras !, el Espiritismo nos da Luz, que se extiende por todo el orbe mostrándonos la religión en toda su grandeza; la religión pura y armónica, la religión del alma, la religión del progreso, esa religión que ilustra y alienta, religión de amor que unifica las familias y con ellas a los pueblos; religión Universal que no rechaza a nadie; religión de Cristo, sublime e incomparable, que todos proclaman, pero que nadie practica: Esa es la verdadera religión que amamos y deseamos que comprendan las familias en su esencia, porque  ella solamente será el oásis donde todos encontraremos el lenitivo de nuestros dolores y el aura de la esperanza que siempre nos alienta en el trabajo.

- CÁNDIDA SANZ- Barcelona, Septiembre de 1882-
Art. tomado de la Revista Fraternidad Cristiana Espírita ;Mayo/Junio de 1986



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UNA SOLA EXISTENCIA CORPORAL SERÍA  
                       INSUFICIENTE

Una sola existencia corporal es prácticamente insuficiente para que el espíritu pueda 
adquirir todo lo que le falta en bien y se deshaga de todo lo que es malo en él. El salvaje, por  ejemplo, ¿podría quizá, en una sola encarnación, llegar al nivel moral e intelectual del hombre civilizado más adelantado? Esto es materialmente imposible. ¿Debe, pues, quedar eternamente en la ignorancia y la barbarie, y privado de los goces que sólo puede procurar el desarrollo de las facultades? El simple buen sentido rechaza tamaña suposición, que representaría, a la vez, la negación de la justicia y de la bondad de Dios y la de la ley progresiva de la Naturaleza. Por eso Dios, que es soberanamente justo y bueno, concede al espíritu todas las existencias necesarias para  llegar al fin, que es la perfección. 

    En cada nueva existencia, el espíritu trae lo que ha adquirido en las precedentes, en 
aptitudes, conocimientos intuitivos, inteligencia y moralidad. Cada existencia es así un paso adelante en la vía del progreso. 

    La encarnación es inherente a la inferioridad de los espíritus: no es necesaria para aquellos que traspasaron el límite y que progresan en el estado espiritual o en las existencias corporales de los mundos superiores, que nada tienen de la materialidad terrestre. La encarnación de estos seres superiores en mundos materializados es voluntaria, con el objeto de ejercer con los encarnados una acción más directa para el cumplimiento de la misión de la cual están encargados y por la cual deben estar cerca de ellos. Aceptan las vicisitudes y los padecimientos por abnegación. 

     En el intervalo de las existencias corporales, el espíritu vuelve, por un tiempo más o 
menos largo, al mundo espiritual, en el cual es feliz o desgraciado según el bien o el mal que hizo. 

    El estado espiritual es el estado normal del espíritu, ya que ese debe ser su estado definitivo, puesto que el cuerpo espiritual no muere, y el estado corporal sólo es transitorio y pasajero. En el estado espiritual, sobre todo, el espíritu recoge los frutos del progreso logrados por su trabajo realizado por la encarnación. También se prepara para nuevas luchas y toma las resoluciones que se esforzará en practicar a su vuelta a la Humanidad. 

    El espíritu progresa igualmente en la erraticidad. Allí adquiere conocimientos especiales que no podría lograr en la Tierra, y sus ideas se modifican. El estado corporal y el espiritual son para él, el origen de dos géneros de progreso solidarios el uno con el otro, y por eso pasa alternativamente por estos dos modos de existencia. 

Allan Kardec.
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                    EL CARÁCTER MORAL
  ¿Conserva el hombre, en sus nuevas existencias, huellas del carácter moral de sus vidas anteriores? 
- Sí, puede suceder.- Pero al mejorar, cambia. Su posición social podrá también no ser ya la misma. Si de amo como era se convierte en esclavo, sus inclinaciones serán completamente distintas y con trabajo le reconoceríais. Siendo el Espíritu el mismo en las diversas encarnaciones, sus manifestaciones pueden presentar ciertas analogías de una a otra, pero modificadas por los hábitos que su nueva posición le inculca, hasta que un perfeccionamiento notable haya mudado por entero su carácter, porque de orgulloso y ruin, que era antes, puede volverse humilde y humanitario, si se ha arrepentido..

-ALLAN KARDEC- El Libro de los Espíritus

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  EL ESPIRITISMO Y LA LEY CRISTIANA

Así como Cristo dijo: No he venido a destruir la Ley sino a cumplirla, el Espiritismo dice también: No he venido a destruir la ley cristiana, sino a cumprirla. 


No enseña nada contrario a lo que enseñó Cristo, pero desarrolla, completa y explica en términos claros para todo el mundo, lo que se dijo bajo la forma alegórica, viene a cumplir los tiempos predichos, lo que Cristo anunció, y a preparar el cumplimiento de las cosas futuras. Es pues la obra de Cristo, que El mismo preside, así como la regeneración que se opera y prepara el Reino de Dios en la Tierra como igualmente lo anunció. (Génesis, capítulo I, punto 41). 


Si bien es cierto que el Espiritismo como la Tercera Revelación no está personificado en ningún individuo porque es producto de la enseñanza dada, no por un hombre, sino por los Espíritus (El Evangelio Según el Espiritismo, capítulo I, punto 6), es también incuestionable que Kardec fue el Codificador aunque no su autor, por lo que cabría entonces el afirmar: 


... Yo no soy espiritista Kardeciano, soy espiritista simplemente ..., cuando no existe ningún inconveniente en llamarse Espiritista Cristiano, pues fue el proprio Kardec quien afirmó el siguiente: (El Libro de los Médiums, I parte, Capítulo III, Del método-ítem 28 y 30.) 


...Los que no se contentan con admirar la moral Espiritista, sino que le aceptan todas las consecuencias... La caridad es en toda regla de proceder a la que obedecen; son los verdaderos espiritistas, o mejor dicho, los espiritistas cristianos... 


El propio Kardec reconoce y admite la esencia de la cual está revestida la Doctrina de los Espíritus: la esencia Cristiana, por sus inigualables enseñanzas morales. 


Además, en "El Evangelio Según el Espiritismo", capítulo VI, punto 4, Kardec afirma lo siguiente: 


...Jesús promete otro Consolador: Espíritu de Verdad, que el mundo no conoce aún, porque no tiene la suficiente madurez para comprenderle y que el Padre enviará para enseñar todas las cosas y recordar lo que Cristo dijo... 


...El Espiritismo viene en el tiempo señalado a cumplir lo que Cristo prometió: El Espíritu de Verdad... 


...De este modo, el Espiritismo realiza lo que Jesús dijo del Consolador Prometido: conocimiento de las cosas, que hace que el hombre sepa de dónde viene y a dónde va y porqué está en la Tierra... 


Entonces, ¿enseña la Doctrina algo diferente a lo enseñado por Jesus? No, se fortalece y nutre de las sabias enseñanzas del Mesías. 


  Hay muchas personas que dicen ser Espiritistas y se atribuyen la facultad de imponer sus puntos de vistas particulares, arguyendo de que entonces el Espiritismo en Oriente de tradición hindúbudista, será budista, en el Islan será musulmán, y que teniendo "El Evangelio Según el Espiritismo", tendremos así "El Corán Según el Espiritismo", eso pudiera ser así, pero lo que quizás no se han puesto a meditar tales personas es que el Espiritismo codificado por Allan Kardec no recoge como bien dice en "El Libro de los Espíritus", conclusión VIII: "una moral diferente de la de Jesús"; entonces negar ello equivaldría a negar el Codificador, quien en su obra "El Génesis Según el Espiritismo", capítulo I, íten 42, nos dice: 


Se reconoce que el Espiritismo realiza todas las promesas de Cristo con respecto al Consolador Prometido... 


No hace Kardec en toda su obra alusión alguna sobre el budismo o el islamismo, sino sobre el Cristianismo. 


¿Dónde pues, radica la confusión? Niega a una y estarás negando al otro diría yo en particular. 


Tratan de confundir las bases sobre las que se apoya el Espiritismo, aún cuando el propio Codificador, que no es más que un digno fiel defensor de la Doctrina de Jesus afirmó en un discurso en Lyon el 19 Sept. 1861 en la Revista Espírita bajo su dirección, (Anuario Espírita/95, página 28, punto 2): 


...El Espiritismo al contrario, no tiene nada que destruir, porque se asienta sobre las mismas bases del Cristianismo; sobre el Evangelio; del cual no es sino su aplicación. 


Pero además nos dice: 


...Por el Espiritismo, Dios viene a hacer un último llamado a la práctica de la Ley enseñada por Cristo: la Ley de Amor y de Caridad. (El Espiritismo en su más Simple Expresión, Mensaje Fraternal, página 38, punto 32 final.) 


En "El Evangelio Según el Espiritismo", capítulo IX, punto 8, está muy bien explicado por Lázaro que la Doctrina de Jesús enseña por todas partes la obediencia y la resignación, dos virtudes compañeras de la dulzura. La obediencia es el consentimiento de la razón, la resignación el consentimiento del corazón; las dos son fuerzas activas. 


Quien negase la obra de Jesús como complemento y base de la Doctrina Espírita estaría de por sí negando a Kardec, y ello nos daría un Espiritismo sin Codificación; pues según lo planteado en "El Génesis", capítulo I, punto 30: 


...Se afirma que: El Espiritismo partiendo de las propias palabras de Cristo, como este partió de las de Moisés, es una consecuencia directa de Su Doctrina... 


Están errados aquellos que no poseen la debida preparación moral e intelectual para pensar, hablar y actuar en nombre de una Doctrina que no asimilaron en su verdadera esencia, porque como dijo el Espíritu de Verdad en "El Evangelio Según el Espiritismo", capítulo VI, punto 5 final, en Paris en 1850: 


...Espíritas: Amaos, he aquí el primer mandamiento; instruíos, he aquí el segundo. 


...Todas las virtudes se encuentran en el Cristianismo: los errores que se han arraigado en él son de origen humano; Jesús es el vencedor del mal... 


Cuanta belleza, cuanto derroche de dedicación y de respeto deposita Kardec en la obra de Jesús, no sólo Kardec sino los Espíritus Superiores que inspiraron al Codificador. 


¿Porqué algunos se promueven queriendo afectar las bases sobre las que se sustenta la Doctrina Espírita con actitudes tan livianas, incoherentes y faltos de veracidad y de conocimientos? 


Por ello Kardec en su obra "El Espiritismo En Su Más Simple Expresión", páginas 39 e 40, punto 34, Mensaje Fraternal, expresó: 


...En tanto la generación proscrita está por desaparecer rápidamente y una nueva generación surge cuyas creencias estarán fundadas sobre el Espiritismo Cristiano. 


¿Y porqué el Codificador dijo eso?: 


Como moral, el Espiritismo es en su esencia Cristiano porque la que enseña no es sino el desarrollo y la aplicación de la moral de Cristo, la más pura de todas y cuya superioridad nadie discute, lo que constituye prueba evidente de que es la expresión de la Ley de Dios; y esta moral es para uso de todo el mundo. ("El Génesis", capitulo I, punto 56 completo, y "El Espiritismo En Su Más Simple Expresión", página 23. Como Moral). 


El Espiritismo sin la obra de Jesús no puede tener sentido, porque toda la cuestión moral de este brota de las enseñanzas llenas de sabiduría y amor del Divino Maestro. 


En el libro "Obras Póstumas", 2ª. Parte, libro de las previsiones, una comunicación obtenida en Ségur el 09.08.1863, a propósito de la elaboración de el "El Evangelio Según el Espiritismo", se anota lo siguiente: 


...Se aproxima la hora en la que te será necesario presentar el Espiritismo tal cual es, mostrando a todos donde se encuentra la verdadera Doctrina enseñada por Cristo. Se aproxima la hora en que, en la faz del Cielo y en la Tierra, tendrás que proclamar que el Espiritismo es la única institución verdaderamente divina y humana... 


Podemos entonces atribuirnos el derecho de criticar o de atacar a quien dice llamarse Espiritista Cristiano cuando el propio Codificador no reconoce en toda su obra otro guía, otro modelo, otra enseñanza que no sea la de Cristo? 


El Espiritismo está estrechamente ligado al Evangelio de Jesús, y si no fuese Cristiana la Doctrina, entonces carecería de sentido, pues el Codificador há dejado de manera precisa el asunto concluyendo en "El Libro de los Médiums" capítulo XXIX, último párrafo de que: 


...El estandarte que enarbolamos muy alto, es el del Espiritismo Cristiano y humanitario..

- Marco Antonio Gonzalez-
Luz progreso y paz


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