sábado, 25 de octubre de 2014

Trabajos de adoctrinamiento y desobsesión



Los llamados “trabajos mediúmnicos” en el ámbito espírita, siempre se realizan en los “ Centros Espíritas” porque es el lugar más adecuado por el recogimiento e intimidad que allí se logra y nunca en casas particulares, debido a que en los Centros el ambiente espiritual y psíquico está normalmente preparado y elevado, en sintonía con los Seres espirituales Superiores que participan o colaboran en ellos.
Estos trabajos consisten en unas reuniones íntimas de personas que participan frecuentemente en actividades mediúmnicas en las que se trata de ayudar y orientar a seres desencarnados, a los que se ruega que se hagan presentes y se manifiesten a través de un medium, normalmente de incorporación o parlante. A su vez también se reciben orientaciones de Espíritus Guías que asisten a estas reuniones mediúmnicas de carácter fraterno y caritativo, colaborando activamente en ellas, protegiendo el local de perturbaciones negativas de otros seres desencarnados que acuden a las inmediaciones solamente para tratar de perturbar una actividad que les molesta e irrita porque se creen excluidos de ella y envidian que ningún otro espíritu se pueda beneficiar. Suelen participar también con frecuencia, otros mediums psicógrafos y también a veces otros con videncia, clariaudiencia, etc, que ayudan como canalizadores en este ambiente espiritual con Seres del Más Allá.
    Para llevar a cabo esta reunión mediúmnica, de antemano se fija fecha y hora. En el trabajo mediúmnico pueden participar uno o varios médiums bajo la tutela de un “Director de Trabajos”, máximo responsable del correcto desarrollo de la sesión mediúmnica , sea con los fines y resultados que sean. Una vez establecida la vibración espiritual necesaria entre todos los miembros participantes, se empiezan a manifestar, comunicándose por vía mediúmnica espíritus desencarnados, generalmente desde no hace mucho tiempo, que se encuentran turbados, o que se sienten perdidos y asustados en el ambiente del más allá, ignorando con frecuencia su realidad de Seres desencarnados que ya no pertenecen a este mundo físico. Estos desencarnados son llevados al ambiente mediúmnico por sus propios guías y espíritus dedicados a esa labor.
      Siempre en nombre de Dios, de Jesús y de los buenos espíritus, bajo la dirección del 
citado responsable que asume esta importante función, todos los participantes mantienen
 una elevada sintonía espiritual, necesaria para que todo transcurra con orden y con éxito, 
unidos en oración. Los espíritus perturbados se manifiestan uno tras de otro,  a través de
 una mediumnidad de incorporación, a continuación  el director de los trabajos lo adoctrina e 
 instruye , orientándolo y dialogando con él, haciéndole comprender y aceptar su situación 
como espíritu desencarnado que todavía ignora su realidad existencial, debido a su turbación
 tras el paso por la muerte, así como la necesidad de que deje de perturbar a nadie,señalándole
el camino del perdón si se mueve por venganzas y el del Amor que debe seguir para 
incorporarse plenamente al mundo espiritual al que pertenece y continuar recibiendo más 
ayuda por parte de otros seres espirituales, amigos,que le seguirán acompañando y 
ayudando en esa otra dimensión de la vida.
     Cuando se ha terminado la sesión con uno y este se retira en paz, se suele volver a 
comenzar de nuevo recibiendo a otro u otros, que van “entrando “ a la sesión, según 
 se lo permiten los Espíritus que les acompañan a la sesión de adoctrinamiento.
    En los Centros Espíritas, los trabajos de adoctrinamiento y encaminamiento moral de los espíritus perturbados, perseguidos y de los obsesores, perseguidores, se llevan a cabo, siempre, bajo las directrices señaladas en la Codificación Espírita de Allan Kardec, contenida principalmente en el Libro de los Médiums, así como en las enseñanzas morales del Evangelio según el Espiritismo, de modo que en estos trabajos espirituales se pone de manifiesto la caridad, solidaridad y paciencia que se deben ejercer con todos los seres espirituales, hijos de Dios, tanto encarnados como desencarnados.

   _  Jose Luis Martín -

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La potencia magnética reside sin duda en el hombre, pero se aumenta con la acción de los espíritus que llama en su ayuda.”                             - El Libro de los Mediums -

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                     LA MUJER EN LA FAMILIA


                          La familia es la tienda  hospitalaria                   Trabajemos con fe, con ardimiento
                          ¡ Que encuentra el fatigado peregrino !            Y no nos cause espanto la vigilia,
                          ¡ El templo donde eleva su plegaria !                no perdamos minuto ni momento
                          La familia es la fiel depositaria                          en preparar el gran renacimiento
                          de algo puro, celestial, divino !.....                    del amor y la unión de la familia !

                          ¡ Es la que guarda con cariño santo,             ¡La unión de la familia es la ventura!
                           la cuna donde duerme el pequeñito !           sin ella nuestra dicha es ilusoria;
                          ¡ El niño que los padres quieren tanto!         El hombre que en su hogar halla ternura
                          ¡ El ser en cuyo amor cifran su encanto!       Encuentra en este mundo de amargura
                          ¡ Ángel que nos recuerda el infinito !             Los inefables goces de la gloria!
 
                         ¡ Es la familia asociación bendita !                 ¡ Mujer!, si para amar eres nacida,
                          Su porvenir, asegurar debemos                    Si Dios un cielo regalarte quiso,
                          Por las Leyes de Dios está prescrita              sea el progreso tu punto de partida,
                         ¡ Una familia el hombre necesita !                    y consagra las horas de tu vida
                         ¡ Una familia universal formemos !                  ¡ A convertir la Tierra en paraíso !.

                                              ( Verso de autoría desconocida )

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MEDIDAS PROFILACTICAS PARA LAS OBSESIONES

La parasitosis en el hombre se da cuando el huésped espiritual, movido por la morbidez del odio o del amor insano, o por otros sentimientos, envuelve la esfera mental  del futuro compañero  _ a quien se encuentra vinculado  por compromisos infelices de otras vidas, lo que le confiere receptividad por parte de este, mediante la conciencia de culpa. El arrepentimiento generador de desequilibrios, la afinidad en los gustos y aspiraciones, por ser endeudado – enviándole persistentes mensajes, en continuos intentos telepáticos, que abren el campo a incursiones  más osadas y vigorosas. Se podría decir que este es un periodo en el que se aloja la entidad parasita, en el  hombre descuidado y que pasa a alimentarle la germinación  en sus recursos excedentes.

“La idea esporádica, pero persistente, se va fijando en el receptor que, inicialmente no se da cuenta, especialmente si posee predisposición para la morbidez;  si le falta la madurez psíquica; cuando se complace en cultivar pensamientos  pesimistas, derrotistas y viciosos, pasando a la aceptación y ampliación del pensamiento negativo que le llega. En esa fase ya está instalado el clima  de la obsesión que, no encontrando resistencia,  se expande, porque el invasor se va imponiendo a la victima que le recibe con cierta satisfacción, conviviendo en la onda mental que ha dominado. En el transcurso del tiempo, el obseso  se aliena de los  demás objetivos de la vida, permaneciendo en la  fijación interior del pensamiento que le constriñe, cediéndole el área  de la razón, del discernimiento y dejándose  desvitalizar.

Cuando se infiltran  las fuerzas del huésped en la savia psíquica  del anfitrión, el desencarnado, igualmente  cae en la trampa que preparó, porque pasó a vivir las sensaciones y las emociones, experimentando los conflictos de su subyugador, estableciéndose una interdependencia entre las dos entidades. En esa etapa la conexión raramente queda en el campo psíquico, porque el invasor se adueña de las fuerzas físicas del paciente, a través del periespiritu, humanizándose otra vez, esto es, volviendo a vivir las coyunturas de la realidad carnal. El hospedador desfallece, mientras que el huésped se  abastece, facultando la instalación de enfermedades en el cuerpo somático o el empeoramiento de ellas, en el caso de que ya se encuentre enfermo.

La simbiosis se transforma, también en una  obsesión física, porque al desencarnado se adhiere  a la cámara orgánica, explotándole  la vitalidad y acoplándose a los fulcros peri espirituales de la criatura encarnada en odioso y destruidor connubio.

La separación, simple y pura, del agente obsesivo, normalmente produce la desencarnación del paciente que sufre su falta y, además porque desfalcado de energías mantenedoras de la vida fisiológica, se le rompen  los lazos que atan al espíritu a la materia provocando la muerte de esta. Por su parte, el reo obsesor cae, cargado del tono vital que fue usurpado, en un proceso parecido a una nueva desencarnación que le bloquea temporalmente  o lo lleva a una hibernación transitoria. “Todo aquel que defrauda la Ley, sufre las consecuencias del acto arbitrario, que, por su parte,  se convierte en automático  agente punitivo, llevando al infractor al reajuste”.

Los procesos obsesivos se instalan porque los Espíritus inmaduros  no se esfuerzan por adquirir  una capacidad de donación, saliendo del si para ofrecer, para darse, generando relaciones efectivas,  duraderas, simpaticas que producen bonos de valor moral y de paz. El hombre nacio para amar. El Espíritu es creado para amar. En las etapas iniciales, infantiles,  por el egocentrismo de que se hace objeto, aun cuando  se dispone  al amor, casi siempre lo envilece con las pasiones subalternas. El amor, sin embargo,.  Que yace innato en todas las criaturas, puede ser educado, desarrollado, ampliando su capacidad de donación, con el fin de que se pueda expresar con toda su pujanza y grandeza. Para que así suceda, se hace imprescindible  que el individuo se desarrolle en plenitud, no solamente a través  del área del sentimiento, sino también  de la inteligencia y de la razón, madurando la personalidad. Cuando el amor alcanza  este nivel, el despierta amor genera  reciprocidad, inspira reacciones semejantes, e  igualmente sucede, cuando la persona cultiva el odio la desconfianza,  la falta de seguridad, produce en los que se le acercan sentimientos y efectos análogos. Con una  capacidad interior de amar de esta manera, no hay como acoger las inducciones perniciosas de los perseguidores desencarnados, que son rechazados por el optimismo, por la reflexión y la seguridad emocional.

El individuo se vuelve presa fácil de sus antiguos cómplices, cayendo en variados procesos de alineaciones obsesivas porque, además de descuidar  la observancia espiritual de la existencia, mediante actitudes edificantes;  un comportamiento equilibrado y vida mental enriquecida por la oración, por la reflexión, no se esfuerza por liberarse de los disgustos y los problemas tediosos, mediante la  aplicación de los recursos físicos y especialmente  de los mentales, todo por su conformismo perezoso o por una dependencia emotiva, infantil, que siempre transfiere responsabilidades  para los otros y placeres para si. La voluntad disciplinada y el hábito de la concentración  superior arman al hombre para, y contra mil  vicisitudes que enfrenta en su escalada evolutiva.

“La concentración positiva libera la mente de los clichés viciosos, propios o recibidos de otras mentes como del medio donde vive, ya que todos somos sensibles al ambiente  en el cual nos movemos. La pereza mental  es un polo de captación de las inducciones obsesivas por el principio de aceptación irracional de todo cuanto le alcanza. Cabe al hombre  que piensa  dar plasticidad al razonamiento,  ampliando el campo de las ideas y renovándolas  con el perfeccionamiento de la posibilidad de absorber los  elementos edificantes que enriquecen su sabiduría y su paz intima. Con el tiempo, la capacidad de discernir le dota con la aptitud de elección de los  valores que le impulsan para más altas aspiraciones, con plena liberación  de los vicios de toda naturaleza inocente como un niño y equilibrado en las aspiraciones como un sabio que ya se decidió por la conquista, en armonía, de aquello que es para él lo mejor.

“Esa  actitud la podemos llamar de psicoterapia preventiva o tratamiento para las obsesiones.

Sea cual sea el problema que descompense el equilibrio de la criatura, de orden ético, psíquico  o físico en razón del pasado espiritual de la misma y en concordancia  con la actual situación moral del planeta,  normalmente encontramos,  por leyes de afinidades  y sintonía mental emocional, interferencias de Entidades enfermas, perturbadoras y vengativas con sede más allá de las fronteras físicas.

Trabajo de Merchita  extraído del Libro “Cuadros de la Obsesión” de Divaldo Pereira Franco

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     LA ESENCIA DEL ESPIRITISMO

Hay aquí un principio infalible: con el pensamiento purificado y la elevación hacia Dios, el Espiritismo experimental puede ser una luz, una fuerza moral, una fuente de consuelos. Sin ello, es la incertidumbre, la puerta abierta a todas las trampas de lo Invisible. Es una entrada ofrecida a todas las influencias, a todos los soplos del abismo, a esos soplos de odio, a esas tempestades del mal que pasan sobre la humanidad como tromba y la cubren de desorden y de ruinas. 
Sí; es bueno, es necesario abrir vías para comunicar con el Mundo de los Espíritus; pero, ante todo, es preciso evitar que estas vías no sirvan a nuestros enemigos para invadirnos. Acordémonos de que en el Mundo Invisible hay también elementos impuros. Abrirles una entrada sería desparramar sobre la Tierra males innumerables; sería entregar a los Espíritus perversos una multitud de almas débiles y desarmadas. Para entrar en relación con las potencias superiores, con los Espíritus preclaros, se necesita la voluntad y la fe, el desinterés absoluto y la elevación de pensamiento. Sin estas condiciones, el experimentador sería juguete de los Espíritus ligeros. "Dios los cría y ellos se juntan" - dice el proverbio. En efecto, la ley de afinidad rige al mundo de las almas como al de los cuerpos. 
Hay necesidad, pues, -tanto bajo el punto de vista teórico como práctico y teniendo en cuenta el progreso del Espiritismo de desarrollar el sentido moral, de entregarse a las creencias sólidamente establecidas, a los principios superiores; necesidad de no abusar de las evocaciones, de no entrar en comunicación con los Espíritus sino respetando las condiciones de recogimiento y de paz moral. 
El Espiritismo ha sido dado al hombre como un medio para ayudarse, mejorarse y adquirir las cualidades indispensables para su evolución. Si se destruyese en las almas o solamente se descuidase la idea de Dios y las aspiraciones elevadas, el Espiritismo podría llegar a ser una cosa peligrosa. 
Por eso no titubeamos en decir que entregarse a las prácticas espiritas sin purificar sus pensamientos, sin fortificarlos con la fe y la oración, sería ejecutar una obra funesta cuya responsabilidad podría recaer pesadamente sobre sus autores. 

LEÓN DENIS.
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viernes, 24 de octubre de 2014

Trabajos de Sanación

           

Los trabajos mediúmnicos de Sanación


Los llamados trabajos mediúmnicos de sanación se realizan privadamente en el ámbito del Espiritismo, por ciertos grupos espíritas en donde existen médiums sanadores con capacidad de transmitir al enfermo, energías vitales y curativas, a partir de su propia energía vital, potenciada por fluidos de energía sanadora procedentes del plano espiritual. Esto lo llevan a cabo mediante el pase magnético

Esta actividad es una variante de la que realizan los curanderos, con la diferencia de que en ella no suele participar solamente el médium sanador, sino varios médiums que se sientan en círculo alrededor del enfermo que queda en posición frontal al médium que administra los “pases magnéticos”. Este grupo de mediums participantes, permanece durante el “trabajo” en silenciosa oración, emitiendo vibraciones de amor y de salud hacia el enfermo.
Como se ha dicho, estas vibraciones son potenciadas y dirigidas por un Equipo Espiritual, formado por Seres que desde su plano de existencia, invisible para nosotros, participan en el trabajo de sanación. El ambiente de estos “trabajos”, debe ser cálido y recogido, y podrá ir acompañado y potenciado por una suave música ambiental, predominando en la estancia los colores azul y verde, porque estos colores emiten ondas luminosas de efecto relajante, con lo que colaboran en la sanación.
El acto en sí de los pases no supone ningún ritual, ni se precisa ningún uso de ropas especiales o de ceremonias ni liturgias; lo más parecido si acaso, es cuando tras unos minutos de recogimiento e invocación espiritual por parte de los médiums en el ambiente descrito, el citado médium “pasador” hace movimientos circulares o en lento vaivén con sus manos extendidas sobre el punto o zona en donde está localizada la enfermedad (hígado, corazón, columna, etc), sin rozar en absoluto la piel del enfermo. Lo mas importante es el trabajo mental del médium que transmite los fluidos reparadores.
Durante estos trabajos especiales que se darán en unas salas habilitadas al efecto, llamadas “salas de cura”, los mediums participantes se abstendrán por completo de tomar o de haber tomado ese día, bebidas alcoholicas, excitantes, tabaco , o comidas pesadas de digerir, porque los fluidos o energías que han de transmitir, tienen por objeto devolver la salud de alguien, y estas energías no deben estar contaminadas por estos elementos deletéreos o perniciosos.
Cuando entre los médiums participantes hay algunos clarividentes, informan al resto del trabajo que ven que realiza el equipo espiritual, e incluso a veces describen como utilizan en el plano donde habitan sus propios aparatos quirúrgicos con los que a veces intervienen sobre el periespíritu del enfermo, o bien otros que utilizan para examinar con mas detalle al paciente que está siendo tratado. Estos detalles del plano espiritual, no los suele percibir el médium pasador, sino que solamente siente un enorme bienestar cuando el trabajo de sanación en grupo, colaborando con los Seres del plano espiritual, está bien hecho.
  Hay otra modalidad de "trabajos de sanación"; estos son los llamados "a distancia", en los que se ponen unas listas de papel con los datos del enfermo o enfermos: el nombre, la dirección, edad, sexo, enfermedad o dolencia, etc. Se invoca a los Espíritus sanadores y se les ruega que envíen a esas personas necesitadas de salud, sus fluidos de sanación, para que si es Voluntad Divina, al no impedirlo alguna deuda pendiente con la ley de Causa y Efecto, recuperen la salud física y/o mental.
    Es normal que este tema cuya descripción parece fantasiosa, cause escepticismo en mucha gente, por desconocimiento de la realidad espiritual y su colaboración con el mundo de los que nos llamamos vivos, pero el caso es que los resultados nos indican que estos pases magnéticos que se incluyen en los “Trabajos de sanación”, funcionan, bien mejorando la enfermedad o bien curándola finalmente por completo tras las sesiones que cada enfermo precise.

- Jose Luis Martín-
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Es muy útil hacer una primera prueba: es preciso que el operador se coloque frente a la persona enferma, que ponga las manos sobre sus espaldas, las deslice a lo largo de los brazos hasta las manos, que tendrá cogidas durante algunos instantes, para que el fluido circule del uno al otro y pueda ponerse en armonía”
- Espíritu del Dr. Demeure-


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SEXO, SUBLIME TESORO

 El Espíritu tiene dos puntos de fuerzas muy importantes y potentes. El primero es la mente; los pensamientos que pueden crear forma/idea. Y la segunda fuerza es la sexual, por ser la que nos posibilita procrear, formar vida, principalmente.

 En el libro de los Espíritus, en la pregunta 200, Allan Kardec pregunta a los Espíritus, ¿Tienen sexos los Espíritus? R. Como la comprendéis vosotros, no; porque los sexos dependen del organismo. Existe entre ellos amor y simpatía; pero fundados en la semejanza de sentimientos. Y seguimos con la 201, El Espíritu que animó el cuerpo de un hombre, ¿puede en una nueva existencia, animar el de una mujer, y viceversa? R. Sí; unos mismos espíritus animan a los hombres y a las mujeres.

 El sexo está presente en las criaturas desde la fase infantil. En esa fase, enteramente poblada de reflejos, ansiedades y fantasías, es responsabilidad de los padres apoyar a sus hijos en estas dificultades, que son generadas inconscientemente. Desde los seis meses, la ciencia ha descubierto hace tiempo, que el bebé produce fantasías de forma rudimentaria, como rudimentaria es la percepción de todo lo que le rodea. Ahí imperan los instintos. Cuando pasa unos años, el niño experimenta el natural deseo de tocarse a sí mismo o a sus amiguitos/as. Hacen preguntas referentes a las diferencias entre los niños y niñas.

 En estos casos, desde el principio los padres deben comprender la fase por la que pasan sus hijos, y siempre tiene que haber honestidad en las informaciones y respuestas para ellos. Si más adelante fueran descubiertos masturbándose, esa situación debe ser analizada entre padre e hijo, o entre madre e hija. Los padres deben informar a sus hijos que en ellos hay una revolución hormonal, por otra parte natural, pero sin estimular al adolescente a que continúe con esa práctica; al contrario, deben ser informados con tranquilidad y les sugerirán que cuando sientan esa necesidad, busquen hacer algo que les guste: deporte, estudios, actividades que llenen a los jóvenes. Vamos a pasar de los jóvenes a los ancianos, para tocar el tema de los adultos con mayor amplitud más adelante.

 Se sabe que el envejecimiento físico disminuye el vigor, con la pérdida de células orgánicas. Muchas personas mayores sienten angustia ante el hecho de que la sociedad pueda creer que, por sus edades, ellos no puedan tener relaciones sexuales. Los que ya son de edades avanzadas, muchas veces son impulsados a la inhibición sexual, porque los jóvenes y adultos creen que es “indecente” el sexo en la vejez. Si ya no hay apetencia sexual, siempre quedará la relación amorosa, los abrazos, besos y caricias. ¿Por qué negarles esto?

Vamos a hablar, recordando las sabías palabras de Allan Kardec,en la Revista Espírita del año 1866, que somos, principalmente, Espíritus inmortales; “los sexos sólo existen en el organismo. Son necesarios para la reproducción de los seres materiales, pero los Espíritus, siendo creación de Dios, no se reproducen unos por otros, razón por la que los sexos serían inútiles en el mundo espiritual”. Como estamos en diferentes condiciones evolutivas, podemos saber:  Los Espíritus misioneros, siendo ya Espíritus Superiores, no manifiestan sus energías sexuales totalmente, y el erotismo, que es la capacidad de sentir placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la excitación sexual y el orgasmo, fue dominado, pues no hay un ascendiente polarizador masculino o femenino. En esa situación, en la cual la asimilación de las experiencias como hombre o como mujer, ya se integró en ellos, la reencarnación ya no será necesaria. Cuando reencarnan para una misión, estos seres son sensibles, calmados, sin conflicto alguno. Inspiran paz y confianza. Sus ademanes no son enérgicos, sino suaves. Muchos eligen la castidad según la misión; no es forzada, sino sublimada. También pueden llegar a casarse y constituir familia, cuando están reencarnados.

Brevemente hablaremos de los Espíritus equilibrados que, después de algunas reencarnaciones en un mismo sexo deben encarnar en otro, obviamente habrá, por parte de los Espíritus encargados de esta tarea, la ayuda y activación de su nueva configuración sexual. Por sus merecimientos no tendrán problemas sexuales.

Los Espíritus moderadamente equilibrados, en ellos el cambio de sexo se dará en un organismo con el centro de fuerza genésico deficiente, ¿qué quiere decir esto? Podrán, cuando reencarnen, tener tumores benignos con éxito en una operación. Estas deficiencias pueden ser problemas con la próstata, útero, ovarios, mamas, cálculos renales, porque pueden ser una forma de rescate doloroso del pasado, donde tuvieron desequilibrios sexuales.

Los Espíritus encarnados desequilibrados: en ellos el sexo será desvariado; el poder de la libido sobre la razón, descuidaran su salud, irresponsabilidad delante de situaciones que hayan creado; placer y lujuria por encima de las relaciones sexuales naturales. Por la Bondad Divina, aunque todo lo que hicieron en el pasado y en el mundo espiritual fue una agresión a las Leyes Divinas,  como correctivo educador, el organismo se presentará defectuoso, con muchos problemas en las relacione sexuales, sentirán angustia, tendrán enfermedades variadas. Su psiquismo les traerá reminiscencias del pasado, y ante la exigencia del cuerpo, podrán volver a caer en los mismos errores del pasado, al respecto del abuso del sexo. El sexo, por ser un gran donador energético, es un poderoso moldeador psíquico, de ahí que si derivan en la lujuria, estas personas tendrán graves problemas y conflictos sexuales.

 En el sexo practicado con amor, hay un intercambio de fluidos y energías muy positivas. Dios nos dio la capacidad de crear vida, pero también la de sentir placer, siempre que esto se dé entre dos personas responsables, que mantienen un lazo amoroso sano.

 El sexo por el sexo, sólo trae conflictos orgánicos, psicológicos y espirituales, pues en las personas que lo practican hay la negativa costumbre de la promiscuidad, de la cual pueden derivar enfermedades venéreas, desgaste físico, y ya en un punto más extremo, abusos a mujeres y niños, algo que siempre sucedió en nuestra historia y que hoy en día, por desgracia, está totalmente de actualidad y, como no, grandes obsesiones. Los órganos genitales no son los elementos básicos para definir la sexualidad de los seres humanos, ellos son instrumentos pasivos, obedeciendo al control mental. No son ellos los que deciden nuestra sexualidad, pero sí nuestra estructura psicológica.  Nos dice André Luiz, en el libro Evolución en dos Mundos: “El sexo es, por tanto, mental en sus impulsos y manifestaciones, transcendiendo cualquier impositivo de la forma en que se expresa.”

 Dice Emmanuel, en el libro, Religión de los Espíritus: “Si la simpatía sexual preanuncia la disolución de obras morales respetables, es imprescindible que el amor le guíe los recursos para manifestaciones más altas, por cuanto, siempre que la atracción genésica es más poderosa que el amor, surgen las crisis de largo curso, retardando el progreso y el perfeccionamiento del alma, cuando no le embargan los pasos en la locura o en la frustración, en la enfermedad o en el crimen.”

Es importante saber que los programas divinos de la reencarnación con la finalidad de rescatar deudas, tiene medios infalibles para unir a dos seres. Estén donde estén, no importa; si están predestinados a la unión amorosa de convivencia, en el momento oportuno, se encontrarán, a pesar de las circunstancias por las que hayan pasado. Esa predestinación se debe al compromiso que hicieron en el mundo espiritual de estar juntos y formar familia, si ese es el caso en particular.

 El Espíritu Miramez, nos dice en el libro de Francisco de Asís, lo siguiente: “El sexo no tiene cadenas, ni armas, afecta a la familia, amigos, conocidos y desconocidos. No retrocede delante de la fuerza, esa fuerza domina a reyes y sacerdotes, no retrocede ante las guerras. No tiene importancia el tiempo y vence la furia de los mares. Esa fuerza, mis hijos, es el Sexo. Se manifiesta en variadas formas, pero es el mismo sexo.”
Está claro que esa segunda fuerza poderosa en el Espíritu rompe barreras inimaginables.

Dios, el supremo Creador del universo, no creó a sus hijos para el dolor, sino para la evolución, en la ruta del amor, sin embargo hay muchos desvíos en el camino hacia la ascensión. Al respecto de esto podemos hablar del tema vampirismo, asociándolo al tema del sexo. Dice Herculano Pires, en su libro Vampirismo, Psiquiatría y Espiritismo, lo siguiente:

“En el autovampirismo la víctima de sí misma se come por dentro, devora y succiona sus entrañas, ese es un fenómeno típicamente sensorial. Excitado por las sensaciones internas de las exigencias genésicas del cuerpo. El ritmo repetitivo de la actividad sexual sube de la libido como un monstruo ávido e insaciable, dominando todo lo sensorial y alcanzando a la mente, donde la visión espiritual es perturbada y contagiosa, entregándose al delirio de las imágenes alucinantes de gozos y éxtasis sensuales. Es la propia víctima, entonces, que atrae a los vampiros que la acechan. Se forma, de tal manera, un circulo vicioso que lleva a la víctima a su autodestrucción.” Esto no es fantasía, no es ciencia ficción; es la realidad que hemos vivido por milenios y seguimos viviendo. Embrutecidos en muchos aspectos, el sexo siempre ha estado presente embruteciéndonos aún más, llevándonos a cometer atrocidades. Hemos dado cabida a toda clase de fantasías, sueños, deseos y practicas; practicas muchas veces aberrantes. Se ha practicado el incesto con familiares tan cercanos como uniones entre hermanos, padres con sus hijas, madres con sus hijos, etc.

 Tenemos los casos de las monarquías del Antiguo Egipto, por ejemplo, Cleopatra, quien gobernó en matrimonio, primero con uno de sus hermanos y luego con otro; Edipo y  su madre Yocasta. Nerón y su madre Agripina la Menor (o Agripinila) mantuvieron una relación incestuosa. Calígula cometió incesto con sus 3 hermanas: Agripinila, Drusilla y Julia Livia. Como vemos los abusos en el sexo han convertido a seres en desequilibrados físicos y espirituales, a lo largo de siglos y siglos, por el potencial que tiene la fuerza sexual.  Dice Emmanuel, en el libro El Consolador: “En vez de la educación sexual por la satisfacción de los instintos, es imprescindible que los hombres eduquen su alma para la comprensión sagrada del sexo”. Delante de lo que el Espiritismo nos ofrece en la actualidad, en el campo del esclarecimiento sexual, la visión de los seres humanos sobre la misión sagrada del sexo aún es muy limitada y oscura, reinando una profunda ignorancia; son una minoría los que practican el sexo por amor, chocando con la mayoría que se sumerge en el sexo viciado, minando su periespíritu y, por tanto, su cuerpo.

 Es bueno recordar unas líneas del Libro Nuestro Hogar: “Las almas femeninas no pueden permanecer inactivas aquí. Es preciso aprender a ser madre, esposa, misionera, hermana.” “Yo no sabía explicar la gran atracción por la visita al departamento femenino de las Cámaras de Rectificación. Se reservan estas cámaras – explicó el compañero bondadosamente – sólo a entidades de naturaleza masculina. André Luiz”
No hay que olvidar que es a través de los medios magnéticos del sexo que los seres humanos y todos los seres de los reino inferiores se atraen unos a los otros, formando parejas y, por deducción, formando familia. Nos dice Emmanuel:  La energía sexual, como recurso de la ley de atracción, en la perpetuidad del Universo, es inherente a la propia vida, generando cargas magnéticas en todos los seres, en base a las potencialidades creativas de la que se reviste”. También André Luiz nos trae más luz sobre el tema de la unión física, en el libro Acción y Reacción: “En la Tierra es vulgar la fijación del gran asunto en el equipo genital del hombre y de la mujer. Con todo es preciso no olvidar que mencionamos el sexo como fuerza de amor en las bases de la vida, totalizando la gloria de la Creación.”

 Cuando el sexo es practicado con equilibrio, sanamente y amorosamente, el intercambio de energías, de fluidos en la pareja, promueve en todas partes la evolución y la felicidad. Felicidad que todos perseguimos y que una inmensa mayoría de seres humanos, confunden con placer físico, en erotismo, pasiones terrenales, etc., y de esa forma se condenan ellos mismos al sufrimiento de expiaciones muy dolorosas. André Luiz nos recuerda que “El sexo es, por tanto, mental en sus impulsos y manifestaciones”.El Espiritismo por sus enseñanzas nos libera, ya que nos desvela horizontes nuevos para el amor humano, elevándolo a niveles más altos de relación.

Y aunque somos muy pequeños aprendices en la escuela del amor, poco a poco nosotros podremos intuir las maravillosas emociones sublimadas que la Ley de Dios nos ira enseñando. Porque, en definitiva, lo que deseamos y necesitamos es Sublimar nuestra sexualidad y, a través de cientos de encarnaciones y mucho dolor, por vía de la intuición, ya son muchos los que aprenden a darle al sexo la importancia justa que tiene. Grandes genios de la historia supieron canalizar la fuerza sexual, dedicándose a la música, la pintura, literatura; en definitiva a las cosas bellas de las que nos hemos beneficiado todos. El sexo es un sublime tesoro que Dios nos concede, aprendamos a utilizarlo con equilibrio.

Un ejemplo muy importante fue Chico Xavier que,  cuando sentía en su juventud las fuerzas sexuales interponiéndose en su tarea mediúmnica, les hablaba a sus genitales y les decía: Hermanos míos, yo tengo un compromiso que cumplir y de mucha responsabilidad, no me impongáis vuestra fuerza, porque le pido a Dios que me ayude a poderos suavizar.”

 Antes de todo, busca a Dios, en la oración, según la fe que cultivas, y Dios que creó el sexo en nosotros, para engrandecimiento de la creación, en la carne y en el espíritu, nos enseñará cómo dirigirlo: Emmanuel

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HOGAR ESCUELA DE BENDECIDAS            LECCIONES 
       El nido domestico sin ninguna duda es la generosa oportunidad para la procreación 
digna de nuevos cuerpos físicos, que tanto auxilia a los Espíritus desajustados del Más Allá, 
afligidos por conseguir olvidar en el organismo de la carne los remordimientos torturantesde pasado tenebroso.  
Jesús tuvo la capacidad en el Espíritu para amar a todos los seres, se mantuvo soltero y fue el más sublime amigo, hermano y guía de toda la Humanidad, cuando existe una capacidad como en este caso, acobarda la idea fundamental de constituir familia consanguínea y normalmente egocéntrica, sin que esta actitud represente un aislamiento condenable                      Durante su desencarnación Jesús no sufrió por la separación de la familia carnal, porque en su vida su corazón estaba liberado de la parentela física. Manifestó muy bien ese gran amor hacia todos, cuando formulo la sibilina indagación a su madre de esta forma: ¿Quién es mi madre, y quienes son mis hermanos?
    Cuando la madurez espiritual permite entrever las existencias pasadas, verificamos que nuestro tradicional sentimentalismo humano está en contradicción evidente con las cualidades del heroísmo y liberación del espíritu divino que nos rige por los destinos y caminos del mundo planetario.
 La evocación de vidas pasadas, con el consecuente avivamiento, sorprende profundamente, ante los dramas exagerados que representa delante del cuerpo físico que sirvieron en el pasado a consecuencia de la rutinaria separación de las familias consanguíneas que habíamos constituido en la Tierra. Verificamos entonces que la muerte física es el fin de un periodo de aprendizaje del espíritu en la carne. La pérdida del cuerpo material no destruye el lazo de amistad ni los odios milenarios del espíritu, porque este es el eterno sobreviviente de todas las muertes.
Cuando se comprende la realidad de la vida espiritual, se ríe por las veces que se ha llorado sobre los cuerpos de los familiares terrenos, comprendiendo que solo fueron vestimentas provisorias, que se hubo de devolver periódicamente al guardarropa prosaico del cementerio. Es un llanto milenario que las criaturas de todas las razas entregaron junto a los lechos de los enfermos y sobre los sepulcros carcomidos, en la crasa ignorancia de la realidad espiritual. La muerte es la liberación y la tumba el laboratorio químico que devuelve a la circulación a las moléculas cansadas por el uso. Cuanto mayor es la ignorancia del alma, en lo tocante a la muerte física, tanto más critica y dramática se volverá la hora en donde la criatura debe devolver el cuerpo prestado y reclamado por el almacén de aprovisionamiento de la madre tierra.
Los que creen en la reencarnación y son conscientes de la realidad espiritual casi no lloran por los que parten hacia el otro lado de la vida, y tampoco temen a la muerte, porque reconocen en ella la intervención amiga que libera al espíritu, auxiliándolo para que vuelva a iniciar un nuevo camino en el verdadero mundo, que es el Más Allá.
Nuestros parientes físicos, a medida que van desencarnando, prosiguen en el Más Allá con las tareas a que nosotros estamos ligados para la felicidad en común. Los que parten con antecedencia, preparan el ambiente feliz para aquellos que se demoran más tiempo en la carne. Delante de esta verdad no hay justificación alguna para los desmayos histéricos, los gritos desgarrados y las clásicas acusaciones escandalosas contra Dios por la partida de nuestros seres queridos.
En la tierra el principal motivo del sufrimiento, reside en la gran ignorancia espiritual. Los siglos se acumulan constantemente y los hombres continúan repitiendo las cosas que hace siglos hicieron, prefieren expoliar en nuevas pruebas por la ociosidad de pensar y la indiferencia que prestan al saber. Constantemente las almas terrenales suben y bajan en el mismo grado de evolución a través de innumerables encarnaciones.
Hay un acentuado desinterés por parte de la humanidad con respecto a su felicidad espiritual, se sienten invadidos por gran tristeza al comprobar lo lento que ascienden, y se mueve prejuiciosamente por los caminos espinosos de la vida física.
Solamente la incesante liberación y renuncia valerosa a las ilusiones de la carne, es realmente lo que nos desata de las cadenas de la vida `planetaria, y que nos ayuda muchísimo en las más variadas desencarnaciones en los ciclos reencarnatorios.
Aunque estemos encarnados, podemos vivir en parte, el ambiente del astral superior o inferior, al cual iremos a morar después de desencarnados. Los hábitos elevados y cultivados durante la vida física son ejercicios que nos desarrollan la sensibilidad psíquica para que podamos sintonizar más tarde con la esfera del Más Allá, como también es el resultado del entrenamiento de las bajas pasiones, que representan la medida exacta del afincamiento que tengamos en los charcos tenebrosos del astral inferior.
A medida que nos vamos liberando de los preconceptos, pasiones y caprichos humanos, también nos desinteresamos por la garantid que ofrece nuestra identidad personal, a través de las formas en el mundo de la materia. Se comprende entonces que todos los seres son hermanos y que el exclusivismo por la familia consanguínea no representa la realidad sobre la verdadera familia, que es la espiritual. Aunque los hombres se diferencien por sus organismos físicos y razas, todos provienen de una sola esencia original, que los creo y los hace hermanos entre si, por más que se quiera contradecir esta afirmación.
El hogar tanto puede ser oficina de trabajo para las almas afinizadas desde el pasado remoto, como una oportuna escuela correctiva de caminos espirituales que se renueva entre adversarios al encontrarse encadenados a través de muchos siglos.
Procuremos dentro del ámbito familiar aprender las lecciones oportunas que en el se dan, hacer los ejercicios con mucho primor, pues nada más doloroso y frustrante que obtener el fracaso en la escuela para de nuevo tener que iniciar las tareas en próximas existencias.
La vida continua si, pero de las condiciones en que queremos seguir viviendo depende del hoy, del ahora, pues nunca se nos olvide que estamos construyendo nuestro futuro.

Trabajo realizado por Merchita extraído del libro “El Sublime Peregrino” de Ramatis

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jueves, 23 de octubre de 2014

Los mediums curanderos

 

                 
       ¿ Los Curanderos son médiums?

Existen “sanadores”, cuya eficacia reside en aplicar energías vitales y curativas procedentes de su propio organismo, que a su vez hace acopio de ellas por medio de absorber estas energías de la naturaleza, del aire, la alimentación, etc, y también están los médiums curanderos psíquicos o espirituales, propiamente dichos, que cuando son auténticos, muestran esta facultad como una variante de la Mediumnidad .El curandero como magnetizador, transmite al enfermo los fluidos de energía vital curativa procedentes de sus propias energías físicas vitales pero potenciados por otros fluidos de energía que le son transmitidos desde el plano espiritual.
Con frecuencia, los Espíritus que actúan a través de esta clase de mediumnidad, poseen profundos conocimientos de Medicina, por la simple razón de que durante su vida humana fueron médicos o profesionales sanitarios , y tras pasar al plano espiritual, conservaron sus conocimientos y acrecentaron su deseo de ayudar con ellos a los demás, como mejor forma de trabajar para su propia evolución.
Desgraciadamente es verdad que hay muchos curanderos falsos, vividores y charlatanes ; son personas que por algún interés, sobre todo económico, cometen el fraude de hacerse pasar por lo que no son, simulando unas facultades que no poseen y confundiendo a las personas con sus ideas doctrinales absurdas, en donde se mezclan conceptos religiosos, esotéricos y extraños, al estilo del sincretismo de los chamánes. Esas personas sin escrúpulos, abusan de la credulidad y de la ignorancia ajena, haciendo mucho daño moral al Espiritismo o a la religión, en cuyo nombre muchas veces actúan cobrando “la voluntad”, así como a las personas, por atentar contra la buena fe y el bolsillo de esa gente que finalmente queda desengañada ante el fraude y con un concepto nefasto hacia los curanderos en general o hacia el Espiritismo, que no conocen, en general.
La mediumnidad generalmente, de la clase que sea, no es un arte ni un talento por lo que se pueda hacer de ella una profesión, pues no tendría sentido ni existiría sin el concurso de los espíritus. Toda mediumnidad auténtica es sobre todo portadora de un elevado mensaje espiritual y moral, como testimonio de que realmente continúa la Vida después de la muerte ; de que somos Espíritus individuales e inmortales sin depender para esto del cuerpo carnal que nos acompaña en este mundo, y de que la reencarnación del Espíritu es una realidad lógica y natural.
Lo mas importante para el médium que es consciente de su responsabilidad como tal , es el testimonio de su virtud y el ejemplo individual que debe presentar ante los demás, mostrando una desinteresada actitud y transmitiendo a manos llenas mucho Amor a las gentes que lo busquen.
El médium curandero, mediante el fluido magnético propio junto a otros que le son transmitidos desde el Plano Espiritual, restablece el equilibrio necesario para que se efectúe “el milagro”, entre el cuerpo, la mente y el Espíritu de la persona que busca su sanación. Cuando lo consigue debe dar gracias a Dios y a los “hermanos espirituales” que lo han asistido y si cuando tras su empeño, su oración y su invocación no lo consigue, no debe culparse por ello pues debe tener en cuenta que hay muchas dolencias y enfermedades que son necesarias para el adelanto espiritual de quien las padece e incluso de las personas que conviven con quien las sufre y si no hay curación es porque no es el momento adecuado para que esta se produzca.. ¿Por qué digo que son necesarias, o que a lo mejor no es el momento adecuado para su curación?. Son necesarias porque con ellas estamos equilibrando la balanza de la Justicia Divina, al saldar así deudas de nuestro pasado y así nos permiten finalmente continuar nuestro perfeccionamiento evolutivo, y cuando digo lo del momento para la curación, me refiero a que todos los acontecimientos de la vida, obedecen a una planificación desde el plano espiritual que siempre busca lo más conveniente para nuestro espíritu encarnado y sujeto a una ley de Consecuencias que siempre se manifiesta y se cumple, precisamente para lo mismo: la evolución espiritual.
Dios no está a nuestro servicio para responder a cada momento a nuestros deseos, sino que somos nosotros los que debemos permanecer al servicio de Dios, aceptando siempre Su Divina Voluntad manifiesta en sus leyes naturales conductoras para nuestra evolución espiritual.

- Jose Luis Martín -

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Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora”.
- Mateo,8:13


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         DIOS Y EL UNIVERSO
                    EL GRAN ENIGMA

La vida no es una cosa vana, la cual puede usarse con ligereza, es una lucha para la conquista del cielo, una obra elevada y grave, de edificación, de perfeccionamiento; una obra regida por leyes augustas y equitativas, por encima de las cuales se cierne la eterna Justicia templada por el amor.


La justicia no es una palabra vacía, en algún sitio existen compensaciones para todos los dolores, una sanción a todos los deberes, un consuelo para todos los males.

Esta justicia absoluta, soberana, cualesquiera sean nuestras opiniones políticas y conocimientos sociológicos, no es de nuestro mundo. Las instituciones humanas no son aun instrumento de ella.

Las religiones han perdido mucho de su prestigio, y los frutos envenenados del materialismo aparecen por todas partes. Al lado del egoísmo y la sensualidad de unos, se desarrolla la brutalidad y codicia de otros. Los actos de violencia, los asesinatos y los suicidios se multiplican. Hay muchos sinsabores en el planeta Tierra. Esto es el resultado de una falsa educación

El hombre busca en él, el problema del mundo, el problema de la vida. Estudia el Universo, en donde se siente sumergido y ve que dos cosas aparecen a primera vista en el Unive
rso: la materia y el movimiento; la sustancia y la fuerza. Esta materia y esta fuerza Universales también las encuentra en si mismo y con ellas un tercer elemento, con cuya ayuda a conocido, visto y medido las otras: la inteligencia.

Si la inteligencia está en el hombre, esta también está dentro del Universo del cual él forma parte integrante. Lo que existe en una parte, de debe encontrar en un todo. La materia es solamente el vestido, la forma sensible y cambiante revestida para la vida; un cadáver no piensa ni se mueve. La fuerza es un simple agente destinado a conservar las funciones vitales. Y la inteligencia gobierna a los mundos y rige el Universo.

La inteligencia se manifiesta por medio de Leyes, leyes sabias y profundas, ordenadoras y conservadoras del Universo.

La materia y la fuerza se funden en el éter. El éter es la materia primera, el abstracto definitivo de todos los movimientos, que es atravesado por innumerables movimientos, radiaciones luminosas y calóricos, corrientes de electricidad y magnetismo. Es preciso que estos movimientos sean regulados de alguna manera. Al final de la escala de las fuerzas, aparece la energía mental, la voluntad, la inteligencia que constituye las formas y fija las leyes.

Pitágoras, Claude Bernard, todos los pensadores han afirmado que la materia está desprovista de espontaneidad. Es necesario volver sobre la necesidad de un primer motor trascendental para explicar el sistema del mundo, al cual el hombre llama Dios. Providencia, Gran arquitecto, Ser Supremo, Padre Celestial, etc. encontrando el centro, la ley, la razón universal en la cual el mundo se reconoce, se posee, vuelve a hallar su conciencia y su yo.

Más el leguaje humano es impotente para expresar la idea del Ser infinito. Poco a poco se levanta el velo; el hombre entreve la grandiosa evolución de la vida en la superficie de los mundos, comprende que todo está regulado con tendencia a un fin, que no es otro que el perfeccionamiento continuo del Ser y el mayor aumento en él de lo bueno y de lo bello. 

La eterna creación, la eterna renovación de los seres y de las cosas no es más que la proyección constante del pensamiento divino en el Universo. Todo se explica y se comprende con la existencia de un principio universal, de una energía incesante, eterna que penetra toda la Naturaleza; el es quien regula y estimula esta evolución colosal de los seres y de los mundos hacia lo mejor, hacia el bien. Dios se revela en el Universo, que es su presentación, pero no se confunde con el.

Dios absoluto y eterno, conoce nuestras necesidades, oye nuestros llamados y nuestros pedidos y es sensible a nuestros dolores, es adonde todos los seres, por el pensamiento y el sentimiento, van a buscar las fuerzas, el socorro y la inspiración necesaria para guiarse en las vías del destino, para sostenerse en las luchas, consolarse en sus miserias, levantarse en sus desfallecimientos y caídas.

No debemos buscar a Dios en los templos de piedra o de mármol, hemos de buscarlo en el templo eterno de la Naturaleza, en el espectáculo de los mundos, en los esplendores de la vida, en los horizontes, en los valles, en las llanuras, en los montes, en el mar, en la morada terrestre.

Dios rige el Universo se oculta a todos los hombres. Las cosas están dispuestas de manera que nadie está obligado a creer en ellas. La existencia del ser se desarrolla y los acontecimientos se suceden sin relación aparente; pero la inminente justicia se cierne desde lo Alto, y rige los destinos, según un principio ineludible, en donde todo se encadena y en una serie de causas y efectos. Su conjunto constituye una armonía que el Espíritu, exento de prejuicios e iluminado por un rayo de sabiduría, descubre y admira.

Solo conocemos lo más grosero de lo que existe a nuestro alrededor.

La sabia Naturaleza ha limitado nuestras percepciones y sensaciones. El ser sube uno a uno los peldaños de la gigantesca escalera que conduce a Dios, y cada peldaño representa para el ser una larga serie de siglos.

Si los mundos celestes se descubriesen de pronto nos deslumbrarían, quedaríamos ciegos. Pero no nuestros sentidos exteriores han sido medidos y limitados.

El universo se descubre a nuestra vista a medida que la capacidad en comprender sus leyes se desarrolla y amplifica, en nosotros. Dios es invisible en ambos lados de la vida, en la tierra y en el mundo espiritual; para aquellos que aun no han alcanzado la pureza suficiente para reflejar sus divinos rayos.

Todo manifiesta la presencia de Dios. La Naturaleza y la humanidad cantan y celebra el amor, la belleza y la perfección; todo lo que vibra y respira, es un mensaje de Dios, está en cada uno de nosotros en el templo vivo de la conciencia. Allí es un lugar sagrado, el santuario donde se oculta la chispa divina.

Todos debemos aprender a sondearnos a nosotros mismos, y registras los rincones más íntimos de nuestro Ser, interrogarnos en el silencio y en la soledad. Así aprenderemos a conocernos, a conocer el poder que está oculto en nosotros. El es el que nos eleva y hace resplandecer en el fondo de nuestras conciencias las santas imágenes del bien, , de la verdad y de la justicia , honrando a estas imágenes divinas y rindiéndoles el culto todos los días, lograremos purificarnos y que la conciencia se alumbre, perdiendo las oscuridades que la mantienen cautiva.

El Universo no es como aparece a nuestros débiles sentidos; el mundo físico no constituye nada más que una ínfima parte del mismo. El dominio del mundo invisible es mucho más vasto y más rico que el del mundo visible.

El Universo lo constituye un solo elemento, aunque triple en apariencia. Espíritu, fuerza y materia. Son los tres estados de una sustancia inmutable en su principio, más variable hasta lo infinito en sus manifestaciones.

El Universo vive y respira animado por dos potentes corrientes: absorción y dispersión. Por esta expansión, por este soplo inmenso, Dios crea. Por su amor atrae hacia El. Las vibraciones de su pensamiento y de su voluntad, fuente primera de todas las fuerzas cósmicas, mueven el Universo y engendran la vida.

La materia, no es más que un modo, una forma pasajera de la sustancia universal para disolverse en radiaciones sutiles que no tienen existencia propia. La filosofía que la toma por base descansa sobre una apariencia, sobre una especie de ilusión.

La ciencia ha estado equivocada durante varios siglos en el análisis de los elementos que constituyen el Universo y ahora debe destruir lo que penosamente edifico. El dogma científico de la unidad, irreducible e indestructible del átomo, al derrumbarse, arrastra consigo a todas las teorías materialistas.

La existencia de los fluidos, afirmada por los espiritas desde hace cincuenta años, ha sido confirmada de una manera rigurosa por medio de la experimentación. Nos hallamos aun en la aurora del verdadero conocimiento. El mundo invisible se revela como base del Universo, como fuente eterna de las energías físicas y vitales que animan el Cosmos.

Los fenómenos espiritas de todos los ordenes se explican por el hecho de que puede gastarse una cantidad considerable y constante de energía sin perdida aparente de materia.

Los aportes, la desagregación y la reconstitución, el paso de los espíritus a través de los cuerpos sólidos, sus apariciones y materializaciones, todo es fácil de comprender cuando se conoce el juego de las fuerzas y de los elementos que entran en acción en estos fenómenos. Toda una revolución se realiza en los dominios de la física y de la química. En todas partes a nuestro alrededor vemos abrirse fuentes de energía, inmensos depósitos de fuerzas muy superiores en poder a todo lo que se conocía hasta hoy. La ciencia se encamina hacia la síntesis unitaria, que es la ley fundamental de la Naturaleza.


El encadenamiento prodigioso de las fuerzas y de los seres se precisa y se completa. Se constata que existe una continuidad absoluta, no solamente entre los dos estados de la materia, sino aun entre estos y los diferentes estados de la fuerza.

La energía parece ser la sustancia única universal. En el estado compacto, reviste las apariencias que llamamos, solidó, liquido y gaseoso; bajo un modo más sutil, la energía es agente de los fenómenos de Luz, calor, electricidad, magnetismo, afinidad química.

Todo se relaciona y encadena en el Universo. Todo está regido por las leyes del número, de la medida, de la armonía. Las manifestaciones más elevadas de la energía confinan con las de la inteligencia. La fuerza se vuelve atracción; la atracción se vuelve amor.

Cada ser posee los rudimentos de una inteligencia que llegará a genio, y tiene la inmensidad del tiempo para realizarla. Cada vida terrena es una escuela: la escuela primaria de la eternidad.

Todos los seres están unidos unos a los otros e influyen recíprocamente. El Universo está sometido a la ley de solidaridad.

Los mundos perdidos en las profundidades del éter, los millares de astros que se entrecruzan a millares de leguas, se llaman y se responden. Una fuerza que nosotros llamamos atracción los une a través de los abismos del espacio.

Igualmente en la escala de la vida, todas las almas están unidas por múltiples relaciones. La solidaridad que las liga está fundada en la identidad de su naturaleza, en la igualdad de sus sufrimientos a través del tiempo, en la semejanza de sus destinos y de sus fines.

El alma solo puede progresar realmente en la vida colectiva: trabajando para el provecho de todos. Una de las consecuencias de esta solidaridad que nos une, es que la vista de los sufrimientos de unos altera y perturba la serenidad de los otros.

En las almas evolucionadas el sentimiento de la solidaridad llega a ser tan intenso, que se intercambian en una comunión perpetua con todos los seres y con Dios. Los espíritus elevados no olvidan a aquellos que han amado, a los que compartieron con ellos sus alegrías y sus tristezas, la queja de los que sufren, que están aun en los mundos infelices, llegan hasta ellos y suscita su compasión generosa. Ellos abandonan las moradas celestes para auxiliar al mundo material.

A veces al contrario, durante el sueño las almas encarnadas atraídas por sus hermanos mayores, se lanzan con fuerza hacia las alturas del espacio para impregnarse de los fluidos vivificantes de la patria eterna. Allí, los espíritus amigos los rodean, los exhortan, los animan y calman sus angustias. Después extinguiéndose poco a poco la luz que los rodea, a fin de que no les deprima la separación, los acompañan hasta las fronteras de los mundos inferiores.

Su despertar es entonces melancólico, pero dulce, y aunque no se acuerdan de su estancia en las regiones elevadas, se encuentran reconfortados y reemprenden más alegremente la carga de su existencia terrestre.

En todas las cosas visibles el alma atenta descubre una manifestación del pensamiento invisible que anima el Cosmos. Este reviste para ella un aspecto seductor; es el teatro de la vida y de la comunión universal, comunión de los seres entre sí y de estos con Dios, su Padre.

La distancia no existe para las almas que simpatizan. El Universo está animado por una vida poderosa; vibra como un arpa bajo la acción divina. Las radiaciones del pensamiento lo cruzan en todas las direcciones, transmitiendo los mensajes de Espíritus a Espíritu a través de la vasta extensión. Dios llena el Universo con su presencia, lo alumbra con Su luz y reanima con Su amor.

La oración es la expresión más alta de esta comunión de las almas. Considerada bajo este aspecto, pierde toda analogía con las formas vulgares, con los recitados monótonos en uso, para ser un anhelo en el corazón, que penetra las leyes, los misterios del poder infinito y someterse a el en todas las cosas. ¡Pedid y se os dará! Tomada en este sentido, la oración es el acto más importante de la vida; es la aspiración ardiente del ser humano que siente su pequeñez y su miseria y busca poner, aunque sea por un instante, su pensamiento en armonía con la sinfonía eterna.

La meditación en el silencio y el recogimiento eleva el alma hasta las alturas celestes, donde aumenta sus fuerzas y se impregna de radiaciones de la luz y del amor divino. ¡Mas cuan pocos saben orar! Las religiones han hecho olvidar la oración, convirtiéndola en un ejercicio ocioso, ridículo, a veces.

Bajo la influencia del Nuevo Espiritualismo, la oración volverá a ser más noble y digna, será cultivada con más respeto hacia el poder supremo, con más fe, con más confianza y sinceridad; en un completo desprendimiento de las cosas materiales. Todas las ansiedades del ser desaparecerán cuando comprenda que la vida es una comunión universal y que Dios y todos sus hijos vivimos solidariamente en la vida. Entonces la oración será el lenguaje de todos, la irradiación del alma que con sus anhelos hace oscilar el dinamismo espiritual y divino.

La oración no puede cambiar nada de las leyes inmutables, ni modificar nuestros destinos. Su misión es procurarnos consuelos, y luz que nos hagan más fácil el cumplimiento de nuestra tarea en la tierra. La oración fervorosa abre de par en par, las puertas del alma, y por esas aberturas penetran y vivifican las radiaciones del foco eterno.

La vida del hombre de bien es una oración continua, una comunión perpetua con sus semejantes y con Dios. No tiene necesidad de palabras ni de formas exteriores para expresar su fe, esta se expresa en todos sus actos y en todos sus pensamientos. El hombre de bien respira, se agita sin esfuerzo en una atmósfera pura y fluidica, lleno de ternura para con los desgraciados, de bien querer hacia la humanidad. Esta comunión constante llega a serle una necesidad, una segunda Naturaleza. Por ella, todos los Espíritus elevados se sostienen en las alturas sublimes de la inspiración y del genio.

Los que viven una vida egoísta y material, cuya comprensión no está abierta a las influencias elevadas, no pueden saber que infalibles impresiones proporciona esta comunión de alma con lo divino.

El hombre debe volverse de cuando en cuando hasta su Creador y Padre para exponerle sus flaquezas, sus incertidumbres, sus miserias, para pedirle los auxilios espirituales indispensable para su elevación. Cuanto más frecuente se hace esta operación profunda y sincera, más se purifica y enmienda el alma. Bajo la mirada de Dios, el alma examina, analiza sus intenciones, sus sentimientos, sus deseos, pasa revista a todos sus actos, y con la intención que le viene de lo alto, juzga lo que es bueno y malo, lo que debe activar o destruir. Entonces comprende que todo lo que viene del yo, debe ser postergado para dar lugar a la abnegación, al altruismo; que en el sacrificio de si mismo encuentra el Ser el medio más poderoso de elevación, pues cuanto más da, más se engrandece.


Al observar el cielo, en una noche estrellada, la sensación que recibimos es la de un majestuosos silencio, pero este silencio es solo aparente, ya que nuestros órganos son impotentes para recibir lo que en el existe. Los seres evolucionados si perciben todos los latidos de la distintas formas de vida que en el se desarrollan.

La ley de las grandes armonías celestes, las podemos observar también, en nuestra propia familia solar. El orden de sucesión de los planetas en el espacio está ordenado por una ley de progresión, llamada ley de Bode. Las distancias son dobles de planeta a planeta, a partir del Sol; cada grupo de satélites obedece a la misma ley. Este modo de progresión, tiene un principio y un sentido. Este principio tiene relación, a la vez, con las leyes del número y de la medida, con la matemática y la armonía.

El sistema solar puede ser comparado a un arpa inmensa, cuyas cuerdas fuesen los planetas. Azbel dice que reduciendo a las cuerdas sonoras la progresión de las distancias planetarias se podría construir un instrumento completo y absolutamente acorde.

Lo maravilloso en ello, es que en el fondo, la ley que rige a las relaciones de sonido, de la luz y del calor, es la misma que rige para el movimiento, la formación y el equilibrio de las esferas, el mismo tiempo que regula sus distancias. Esta ley es también que rige a la matemática, a las formas y a las ideas. ¡Es la ley de armonía por excelencia; es el pensamiento; es la acción divina que entrevemos!

El lenguaje humano es muy pobre, es insuficiente para expresar los misterios adorables de la armonía eterna; solo la escritura musical puede proporcionar su síntesis, comunicar su impresión estética. La música, lengua divina, expresa el ritmo de los nombres, de las líneas, de las formas, de los movimientos. Por ella se animan y vibran las profundidades, ella llena con sus ondas el edificio colosal del Universo, templo augusto en donde resuena el himno de la vida infinita.

Pitágoras y Platón creían ya percibir la música de las esferas. Luego, lo que no era más que una intuición, se tornó hoy en un hecho, y mañana será una verdad absoluta, demostrada.

¡Por todas partes las maravillas suceden a las maravillas; grupos de soles animados de coloraciones extrañas, archipiélagos de astros, cometas desmelenados errando en la noche de su afelio; focos moribundos que se reaniman de pronto y llamean en el fondo del abismo; pálidas nebulosas de formas fantásticas; fantasmas luminosos cuyas radiaciones – nos dice Herschel – tardan millones de años en legar hasta nosotros; formidable génesis de sistemas, cunas y tumbas de la vida Universal, voz del pasado, promesas del porvenir, esplendores del infinito!

Todos los mundos conjugan sus vibraciones en una melodía potente. ¡El Alma, despojada de los lazos terrenales y llegada a estas alturas, oye la voz profunda de los cielos eternos!
El Universo es un poema sublime del cual apenas empezamos a deletrear el primer canto. Solo percibimos de él algunos murmullos lejanos y débiles, y ya estas primeras letras del alfabeto musical nos llenan de entusiasmo. ¿Qué será cuando percibamos y comprendamos las grandes armonías del espacio, el acorde infinito en la infinita variedad, el cántico cantado por esos millones de astros que, a pesar de la diversidad prodigiosa de sus volúmenes y de sus movimientos, concuerdan sus vibraciones en una sinfonía eterna?

El himno que los mundos entonan a Dioses, a veces, como un canto de alegría, de adoración, así como en otras circunstancias es una expresión de lamento, de oración; es la gran voz de las esferas, la suprema armonía de los seres y de las cosas, el grito de amor que asciende eternamente hacia la Inteligencia ordenadora del Universo.

¿Cuándo el hombre sabrá alejar su pensamiento de las trivialidades cotidianas y elevarlo hacia esas cumbres? ¿Cuándo sabremos penetrar esos misterios del cielo y comprender que cada descubrimiento realizado, cada conquista en esta vía de luz y de belleza contribuye a ennoblecer nuestro espíritu, a engrandecer nuestra vida moral, procurándonos goces superiores a todos los de la materia?

Comprendamos que es aquí, en este esplendido Universo en donde se desarrolla nuestra propia existencia y que estudiarla es estudiar el medio mismo en donde somos llamados a revivir, a evolucionar sin cesar, penetrándonos más y más de las armonías que lo llenan, donde la vida se dilata con florecimientos de almas; el espacio está poblado de sociedades innumerables con las cuales está relacionado el ser humano por las leyes de la Naturaleza y de su porvenir.

El secreto de nuestra dicha, de nuestro poder, de nuestro porvenir no está en las cosas pasajeras de este mundo; el está en las enseñanzas de lo Alto y del Más Allá. Los educadores de la humanidad son extraordinariamente inconscientes y extraordinariamente culpables si no piensan en elevar a las almas hacia las cumbres en donde resplandece la verdadera luz.

Si la duda y la incertidumbre nos asedia, si la vida nos parece pesada, si andamos a tientas en la noche en busca de un fin, si el pesimismo y la tristeza nos invaden, no acusemos a nadie más que a nosotros mismos, ya que el gran libro de lo infinito está abierto ante nuestros ojos, con sus magnificas paginas cuyas palabras son grupos de astros y cada letra un sol; es el gran libro en el que debemos aprender a leer la sublime enseñanza. La verdad está en el escrita con letras de oro y fuego; el nos llama, solicita nuestra mirada; el es la verdad, la realidad más bella de todas las leyendas y de todas las aficiones.

Esa verdad nos dice que la vida del alma es imperecedera, de sus múltiples renacimientos en la espiral de los mundos, de las innumerables etapas en la ruta radiosa, de la persecución del eterno bien en la infinita duración, de la escalada a los cielos para la conquista de la plena conciencia, de la dicha de siempre vivir para siempre amar, siempre progresar, siempre adquirir nuevos poderes, más elevadas virtudes, percepciones más vastas. Y por encima de todo, la visión, la comprensión la posesión de la eterna belleza, la felicidad de penetrar sus leyes, de asociarnos más estrechamente con la obra divina y con la evolución de las humanidades.

Con estos estudios magníficos la idea de Dios se manifiesta más majestuosa, más serena. La ciencia de las armonías celestes es como el pedestal grandioso sobre el cual se levanta augusta figura, belleza soberana cuyo resplandor, demasiado brillante para nuestros débiles ojos, queda aun velado, filtrado tenuemente a través de la oscuridad que nos envuelve.

Dios es más grande que todas las teorías y que todos los sistemas. Por esto no le perjudican ni llegan hasta El los errores ni las faltas que los hombres han cometido en su nombre. Dios está por encima de todo.

No hay nombre para El, y si le llamamos Dios es por falta de una palabra más excelsa – como dijo Víctor Hugo.

El conocimiento de la verdad sobre Dios, sobre el mundo y la vida es lo más esencial, lo más necesario, pues este conocimiento es el que nos sostiene, inspira y dirige, aun a pesar nuestro. Y esta verdad no es inaccesible, es simple y clara, está al alcance de todos. basta buscarla, libres de perjuicios, con ayuda de la conciencia y de la razón.

La existencia de Dios es afirmada por todos los Espíritus elevados. Los que han estudiado el espiritismo filosófico, saben que todos los grandes Espíritus, aquellos que con sus enseñanzas reconfortaron nuestras almas, endulzado nuestras miserias y sostenido nuestros desfallecimientos afirman unánimemente , proclamando y reconociendo a la suprema inteligencia que gobierna a los seres y los mundos. Dicen que esta Inteligencia se revela más esplendorosa y sublime a medida que se ascienden los peldaños de la vida espiritual.

Lo mismo sucede con los escritores y los filósofos espiritas, desde Allan Kardec hasta nuestros días. Todos afirman la existencia de una causa eterna en el Universo.

No todas las inteligencias han llegado al mismo grado de evolución; no todas pueden ver y comprender de la misma manera y en el mismo sentido. Por eso hay tantas opiniones sobre Dios, tantas creencias. La posibilidad que tenemos de comprender, de juzgar, de discernir, se desarrolla lentamente en nosotros, en el transcurso de los siglos, de las existencias. Nuestros conocimientos, nuestra comprensión de las cosas, se completan y aclara a medida que nos vamos elevando en la escala inmensa de los renacimientos.

Es cosa sabida: que el que está al pie de una montaña no puede ver lo que contempla el que se halla en la cumbre. Pero prosiguiendo su ascensión, el uno ha de llegar a ver las mismas cosas que el otro. Igualmente le sucede al espíritu en su ascensión gradual. El Universo se le revela poco a poco; a medida que su capacidad para comprender sus leyes se desarrolla y engrandece.

De hay provienen todas las interpretaciones, las escuelas filosóficas y religiosas que responden a los diversos grados de adelanto de los Espíritus que a ellas se afilian y a menudo en ellas se estacionan.

¡Estamos de pie en la tierra, es nuestro sostén, nuestra nodriza, nuestra madre, cuando elevamos nuestra mirada hacia el infinito, nos sentimos envueltos en la inmensa comunión de la vida; los efluvios del Alma universal nos penetran y nos hacen vibrar el pensamiento y el corazón; fuerzas poderosas nos sostienen, avivan nuestra existencia!
¡
¡Por todas partes donde se extiende nuestra vista, en cualquier parte donde nuestra inteligencia se fija, vemos, discernimos, contemplamos la gran armonía que rige a los seres y que por las vías diversas les guía hacia un fin único y sublime! ¡Por todas partes vemos radiar la bondad, el amor, la justicia!

Extraído del libro El GRAN ENIGMA de León Denis

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                            NUESTRO TRABAJO

    No te aflijas por el destino del mundo.
La Eterna Sabiduría conoce lo que debe ocurir en la vida planetaria.
Ahora es nuestro tiempo.
Hoy es el día en que nos compete hacer lo que deba ser hecho.
Las criaturas que te piden apoyo, el hogar que sustentas, las obligaciones que asumiste, la causa que ennobleces, son en si, el cuadro de los designios superiores que precisas atender.
Atesora la cultura que deseas. Antes de todo,sin embargo, atiende los deberes que se te hacen esenciales.

SEÑALES DE RUMBO, Espíritus diversos; psicografía de Francisco C.Xavier.

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Médiums sonámbulos

172. El sonambulismo puede ser considerado como una variedad de la facultad mediúmnica, o por mejor decir son dos órdenes de fenómenos que se encuentran muy a menudo reunidos.

El sonámbulo obra bajo la influencia de su propio Espíritu; es su alma que en los momentos de emancipación ve, oye y percibe fuera del límite de los sentidos; lo que expresa, lo toma de sí mismo; sus ideas son en general más ajustadas que en el estado normal; sus conocimientos más extensos, porque su alma es libre; es un palabra, vive con anticipación la vida de los Espíritus. El médium, al contrario, es el instrumento de una inteligencia extraña; es pasivo y lo que dice no proviene de él. En resumen, el sonámbulo expresa su propio pensamiento, y el médium expresa el de otro. Pero el Espíritu que se comunica a un médium ordinario puede igualmente hacerlo a un sonámbulo; a menudo también el estado de emancipación del alma, durante el sonambulismo, hace esta comunicación más fácil. Muchos sonámbulos ven perfectamente a los Espíritus y a los describen con tanta precisión como los médiums videntes; pueden conversar con ellos y transmitirnos sus pensamientos; lo que dicen fuera del círculo de sus conocimientos personales, les es muchas veces sugerido por otros espíritus. He aquí un ejemplo notable en que la doble acción del Espíritu del sonámbulo y del Espíritu extraño se revela de la manera menos equívoca.

173. Uno de nuestros amigos tenía por sonámbulo un joven de catorce a quince años, de una inteligencia muy vulgar y de una instrucción extremadamente limitada. Sin embargo, en estado sonambúlico, ha dado pruebas de una lucidez extraordinaria y de grande perspicacia. Sobresalía en particular en el tratamiento de las enfermedades y ha hecho un gran número de curaciones considerables miradas como imposibles. Un día daba una consulta a un enfermo del cual describía el mal con una perfecta exactitud.

– No basta esto, le dijo, se trata ahora de indicar el remedio. – Yo no puedo, mi ángel doctor no está aquí. – ¿Qué entendéis por vuestro ángel doctor? – el que me dicta los remedios. – ¿No sois vos quien veis los remedios? – ¡Oh! No, puesto que os digo que es mi ángel doctor quien me los dicta. Así es que en este sonámbulo la acción de ver el mal era hecha por su propio Espíritu, quien para esto no tenía necesidad de ninguna asistencia; pero la indicación de los remedios le era dada por otro; ese otro no estando allí, él no podía decir nada. Solo, no era más que sonámbulo; asistido de lo que llamaba su ángel doctor, era sonámbulo y médium.

174. La lucidez de los sonámbulos es una facultad que depende del organismo, y que es del todo independiente de la voluntad, del adelantamiento y aun del estado moral del sujeto. Un sonámbulo puede, pues, ser muy lúcido y ser incapaz de resolver ciertas cuestiones si su Espíritu es poco avanzado. Aquel que habla por sí mismo puede, pues, decir cosas buenas o malas, justa o falsas, tener más o menos delicadeza y escrúpulos en sus procederes, según el grado de elevación o de inferioridad de su propio espíritu, entonces es cuando la asistencia de un Espíritu extraño puede suplir su insuficiencia; pero un sonámbulo puede ser asistido por un Espíritu mentiroso, ligero o aun malo, del mismo modo que los médiums; aquí es sobre todo donde las cualidades morales tienen gran influencia para atraer a los buenos Espíritus (Véase El libro de los Espíritus, “Sonambulismo”, número 452; y más adelante el capítulo sobre “La influencia moral del médium.”)

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