miércoles, 6 de junio de 2018

Fenómenos Psicofísicos de naturaleza espiritual



ÚLTIMOS TEMAS OFRECIDOS  :



- El libre albedrío y el otro
-Médiums y Mediumnidades
-Fenómenos Psicofísicos de naturaleza espiritual
-¿El proceso de la Reencarnación es igual para todos los Espíritus?

                                     
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                 El libre albedrío y el otro
¡El hombre es libre! ¿Por qué? Se puede decir que goza de libertad por ser dueño de su pensamiento. ¿Pero, solamente por este motivo el hombre puede ser considerado absolutamente libre o, en realidad, es limitado en sus acciones? ¿Dios es responsable o controlador de la libertad del hombre? ¿Y la sociedad donde se coloca en esta cuestión? ¿Existe la libertad colectiva o ella es totalmente individual? ¿El hombre puede ser responsable por tener o no tener libertad? ¿Depende solamente de él su libertad? ¿Es la justicia espiritual o la justicia de la tierra que libra al hombre?
He aquí una gran cuestión para analizar: ¿Qué es la libertad? Hágase un análisis de la naturaleza a través de detenida observación y se entenderá que hay de detrás de todas las obras, el Creador.
Se llega a esa conclusión por la magnanimidad, por el orden y equilibrio de las leyes naturales. Todo funciona perfectamente bien: las estrellas no se chocan, los mares suben después bajan, el sol aparece por la mañana y se pone al atardecer, de ahí surge la luna, de una pequeña semillita se obtiene un frondoso árbol. Los ríos nacen, crecen, corren entre las montañas y los animales viven de acuerdo con esa naturaleza, y dependen intensamente de ella.
¿Hay un Dios que todo cuida y controla?
Lo que se puede entender es que existen sistemas que funcionan en la naturaleza; son las leyes naturales que administran la tierra, los planetas. El caos y el equilibrio dan el sentido de la vida en el universo. ¿El hombre está sujeto a esas leyes naturales? Se observa que el hombre, el espíritu encarnado, vive de acuerdo y en consonancia con la naturaleza y que depende de ella, si, pero por su pensamiento e inteligencia se diferencia de todos los otros seres.
En cuanto a los animales dependen de las estaciones climáticas para sobrevivir, el hombre se protege por el uso de ropas y equipamientos y, así, avanza en tecnología y en conocimiento, pues él, el hombre, hace uso de una gran ley universal llamada libre albedrío. La ley del libre albedrío, abarca al ser inteligente como un todo, si de un lado tiene la libertad de pensar, de actuar, de crear, por otro lado es totalmente responsable por las consecuencias de sus actos, sean ellos buenos o malos.
La ley es inexorable: ¡planto, recogió!
El hombre, siendo un ser social, no vive solo, sino en grupos de individuos, que son parte de la sociedad y componen la cultura de una determinada región, de un pueblo, de diversos pueblos, que a su vez componen la masa de la población de la tierra, que es parte de la humanidad. Los individuos están intrínsecamente unidos por sus necesidades.
El hombre solo no es capaz de realizarse. Necesita de los diferentes para el propio autoconocimiento. Así, su vida está pautada por sus acciones que interfieren en la vida de otros y por las acciones de terceros que interfieren en su propia vida. Hay un intercambio de acciones que a todos alcanza e influencia, individualmente o colectivamente.
Si, por un lado, hay el libre albedrío, de acción, hay también la responsabilidad por la acción, cuyas consecuencias podrán causar problemas a otro. ¿Entonces, el hombre no es libre para actuar, pues tiene que respetar el derecho y los límites del otro? La acción es libre, pero sus consecuencias deben ser objeto de preocupación, es aquí que podrá interferir en el derecho del otro. Así, hay libre albedrío para el hombre actuar de acuerdo con su pensamiento, sus sentimientos, su voluntad, sus percepciones y su autoconocimiento, pero que está arrastrando las consecuencias de los propios actos, las limitaciones de cada situación y, principalmente, en lo que se refiere al respeto de los derechos del otro individuo, que a su vez, goza y disfruta de la misma libertad de pensamiento, de los mismos derechos y obligaciones inherentes al ser humano.
¡Consideradas esas situaciones dentro de la sociedad humana, se concluye que el hombre es libre!
Alvino Chiaramonti
Extraído de la Revista Ser Espirita
Traducido por Jacob

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   MÉDIUMS Y MEDIUMNIDADES


     En el variado caleidoscopio de las facultades mediúmnicas, siempre se encontrarán expresiones nuevas y personales que se presentan según el grado de evolución que tenga cada criatura, así como de sus valores morales e intelectuales que acompañan a los objetivos de su existencia corporal. Por eso podemos afirmar que aunque de forma general todos los médiums tienen síntomas parecidos, de forma particular cada médium tiene sus propias características.
     A través de las innumerables manifestaciones, podemos encontrar la unidad del fenómeno por cuyo medio se identifican los portadores de la naturaleza mediúmnica. Para realizar un estudio correcto de las mediumnidades y de los médiums, no se puede colocar a la doctrina espírita en un segundo plano, porque es la luz que penetra en los recintos más ocultos, liberándolos de los mitos y actualizándolos conforme a las leyes naturales que rigen la vida.
     Particularmente “El Libro de los Médiums”, que es el compendio insuperable para poder entender la seriedad de la percepción mediúmnica y de cómo se deben comportar aquellos que son portadores de ella.
     En su condición de sabio observador Allan Kardec fue capaz de sustraer, del aparente entretenimiento frívolo de las “mesas giratorias y parlantes”, una doctrina seria, muy profunda, que lo colocó al lado de los grandes benefactores de la humanidad. No se detuvo ante el deslumbramiento del acto, sino que fue más allá y vio el efecto inteligente, que estaba constituido por las respuestas dadas por las mesas, analizó las causas y fue encontrando así a los espíritus, que eran los verdaderos agentes.
     Por medio de un trabajo meticuloso de investigación, desmitificó lo sobrenatural y lo milagroso de los actos que pasaron a formar parte del área de fenómenos de las manifestaciones paranormales inherentes a la naturaleza humana. Por ejemplo, Francisco Redi observando a las moscas, reparó que colocaban sus huevos en las carnes para que puedan surgir las larvas, al cubrir la carne con una gaza echó por tierra el concepto de la generación espontánea. Antes de él, Galileo, Copérnico y otros, cuando estudiaron los movimientos de los astros, rectificaron el antiguo concepto del sistema geocéntrico.
     Cuando Pasteur se dio cuenta de la posibilidad de la existencia de microorganismos, utilizó equipos especiales y abrió un horizonte infinito para la ciencia. Es inmensa la galería de los sabios observadores de los fenómenos de la naturaleza.
     Los espíritus, que eran considerados los muertos, los dormidos o los separados, a partir de ese momento regresaron a la realidad del pensamiento y alteraron profundamente el comportamiento humano. Junto con ello también surgió la constatación de una vida futura y de cómo ésta continúa en relación a cada individuo, sin tener un orden fijo que estuviera establecido en la rigidez dogmática vigente en el pasado. Se ampliaron los paisajes del más allá y se alteraron las ideas con respecto a la justicia divina.
     El hombre siembra y cosecha su destino al mismo tiempo, siempre pudiendo modificarlo según sus actos, jamás sometido por obligación a los caprichos de un infeliz determinismo. Es para ese objetivo que los médiums fueron llamados a abandonar los adornos falsos con los que fueron disfrazados a través de la historia, surgiendo así como personas comunes con personalidades humanas, sin las malas interpretaciones con las que en el pasado fueron tipificados en períodos en donde tuvieron un papel importante.
     La mediumnidad siempre es una percepción moralmente neutra, y los efectos de su uso son compatibles con los valores éticos y morales de aquellos que la tienen. Eso sí, los médiums no son santos, apóstoles o misioneros, sino hombres que están sujetos a grandezas y miserias, así como ocurre con todos los demás individuos.
     Conforme la mediumnidad se va volviendo común, aparecen un número mayor de médiums a cada día, pues ya no están bajo el yugo de la persecución, ni de la ignorancia castrante o del misterio por el desconocimiento de los fenómenos, con ello surgen nuevas fantasías y una fascinación alrededor de sus figuras, situación que merece un examen crítico, una observación cuidadosa y advertencias honestas.
     La mediumnidad no es señal de santidad ni de divinidad. Apenas constituye un medio para entrar en contacto con las almas que vivieron en la Tierra, por ello los médiums son los más responsables, pues es por su intermedio que se posee la prueba de la sobrevivencia que llega a todos.
     El respeto y la dedicación que los médiums impongan a su trabajo será lo que los acreditará para la estima y la admiración del prójimo, como suele suceder con cualquier persona que se dedica a la más oscura o importante actividad. Los mensajes que obtengan, así como sus consejos y comportamientos, merecen un análisis fraterno, con la finalidad de que no sean “ciegos conduciendo a otros ciegos”, que es a lo que se refiere el evangelio. Que traten de ejercer la mediumnidad, evitando la presunción de volverse portadores de misiones extraordinarias, especiales e infalibles.
     El viaje humano es siempre susceptible de fracasos, de equivocaciones y de nuevos comienzos. Por otro lado, la mediumnidad aplicada al servicio del bien, se puede convertir para el portador, en un instrumento de luz, así como para todos aquellos que la buscan. Pero debemos tener presente que nunca se debe abdicar al derecho de la duda saludable y al cuidado con relación a las revelaciones sensacionalistas, así como de las opiniones precipitadas que se hacen en áreas que competen opinar a la ciencia y a sus estudiosos.
     Pensando en los obstáculos y en las bendiciones que fluyen después de la vivencia mediúmnica y del comportamiento de los médiums, decidimos examinar algunas de estas facultades, así como a sus instrumentos, ya que en la actualidad tienen poca atención y mucha popularidad, igualmente lo hacemos pensando en la necesidad de llamar la atención hacia la doctrina espírita que está sobre cualquier concepto de revisionismo y de superación científica.

Vianna de Carvalho

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Fenómenos psicofísicos de naturaleza espiritual

Parte 1





La doctrina espírita contiene en sus fundamentos una serie de informaciones que nos permiten identificar una “clase especial de fenómenos” que sugerimos tratarse de fenómenos “psicofísicos de naturaleza espiritual”. Corresponden al proceso de actuación del alma en el cuerpo físico.


Es muy fácil que reconozcamos los fenómenos de la realidad física y de la esfera psicológica que forman parte de toda nuestra vida. Queremos, sin embargo, poner en relevancia otra clase de fenómenos que sólo la actuación del Espíritu es capaz de explicar.



En el mundo físico conocemos la naturaleza de la materia y los procesos que rigen su movimiento y sus combinaciones. En el mundo psicológico identificamos los mecanismos inconscientes que imponen nuestros comportamientos y aprisionan nuestros deseos.



En el dominio espiritual la literatura, especialmente de Kardec, André Luiz y Emmanuel, ya nos indicó mecanismos interesantes que actúan en la interfase cuerpo/alma.



El paradigma actual de la Medicina, aunque haya esclarecido gran parte de la anatomía y de la fisiología del organismo humano, no tiene alcance suficiente para percibir o interpretar el complejo mecanismo de actuación del Espíritu sobre el cuerpo. Ese será, posiblemente, el mayor descubrimiento de la Ciencia.



Una modelo interesante para ejemplificar la extensión de esa dificultad es vista en la glándula pineal. Conocemos su anatomía minúscula, su relación con los ritmos biológicos, su sensibilidad a la luz, su precaria conexión con el cerebro, su producción química modesta y su expresión clínica poco significativa. Por eso es por lo que causaron sorpresa los relatos que nos llegaron de la espiritualidad, apuntando expresivas actividades de la glándula pineal, que superaban lo que hasta hoy fuimos capaces de constatar con nuestros estudios macro o microscópicos.


Necesitamos dejar claro que lo que observamos “del lado de acá” es sólo la expresión  anatomo-funcional de la glándula. Por no tener los instrumentos de acceso al mundo espiritual, no sabemos como es que se procesa su actividad en la interacción cerebro/mente. Podemos identificar las células de la pineal y su micro estructura, registrar sus cambios metabólicos, identificar las secreciones de los humores y la transmisión de los influjos nerviosos. Sin embargo, en el dominio de la actividad espiritual, los posibles componentes, y cómo actúan, son aún indetectable por nuestros instrumentos. Extrapolar nuestro conocimiento “de aquí para allá” aún permanece en el campo de la metafísica.

No sería prudente imaginar que “por aquí” podremos un día conocer toda la extensión de ese fenómeno que llamamos de “psicofísico de naturaleza espiritual”, presuponiendo, de antemano, que “del lado de allá” la dinámica espiritual del fenómeno es mucho más amplia y significativa que nuestra anatomía puede registrar.

Aprendemos con la Doctrina Espírita que existen tres elementos fundamentales que dirigen la fisiología de los procesos orgánicos que condicionan la vida: el Espíritu, el Periespíritu y los Fluidos que intermedian la intercesión cuerpo/alma.

Nos parece innecesario anotar los detalles ya bien conocidos de los tres. Los libros básicos de la Doctrina son suficientes. Nuestro propósito será el de apuntar algunos fenómenos que nos parecen ilustrativos para la presentación de la fisiología metafísica que estamos interesados en estudiar:
    
  • La fijación del pensamiento
  • La cohesión de la población celular
  • Los Centros de fuerza
  • La corriente sanguínea y la energía vital
  • La glándula pineal y su fisiología espiritual
  • El ectoplasma
  • La respiración restauradora.

Nuestra sugerencia es que fenómenos de ese tipo sean rotulados de “fenómenos Espíritu-somáticos”. Su estudio comprende una reja de fenómenos que puede llevarnos a conocer Leyes generales de la fisiología que integra el cuerpo al alma. Esa sugerencia se motiva por el hecho de que, aparentemente, hay muchos otros fenómenos del mismo tipo; no es conveniente dar la impresión de que su lista es completa.

La fijación del pensamiento – La neurofisiología sugiere que el pensamiento es un proceso continuo que se expresa en la actividad de las neuronas del cerebro. Nuestras ideas nacen a partir de estímulos externos que alcanzan los órganos de los sentidos o por mecanismos internos de percepción y memorias acumuladas en el transcurrir de la vida.

La neurona fue identificada como célula fundamental a partir del momento que técnicas de coloración permitieron el reconocimiento de su estructura. Cuando Camillo Golgi en 1873 usó una tintura de plata para colorear el cerebro, fue posible percibir que algunas neuronas se impregnaban con esa coloración revelando el cuerpo celular y sus prolongaciones, inaugurando, a partir de ahí, una revolución extraordinaria en el conocimiento del cerebro.

En esa misma época (final del siglo XIX), Franz Nissl consigue colorear las neuronas con violeta de creta, descubriendo en el citoplasma el amontonado de una sustancia de apariencia “tigroide” que quedó conocida como “corpúsculos de Nissl”. Los estudios actuales revelaron que esos corpúsculos corresponden a una estructura membranosa denominada Retículo Endoplasmático Rugoso que tiene la función de construir proteínas dentro de las neuronas. Algunas de esas proteínas formarán parte de las membranas celulares y otras participarán de enzimas que actúan en la producción de neurotransmisores.

La membrana que reviste las neuronas es formada por dos capas de una sustancia gruesa fosfolipídica. Esa capa es impermeable, aislando el contenido interno de las neuronas de los fluidos extracelulares. Ella es, sin embargo, interrumpida por “portones” de proteínas que construyen los canales que permeabilizan las membranas. Es a través de esos canales de constitución proteica que entran o salen iones y substancias que afectan la actividad de las neuronas (sodio, potasio, calcio, neurotransmisores, tranquilizantes, antidepresivos y drogas como la cocaína, para citar ejemplos más conocidos).

Por otro lado, las enzimas son indispensables para la producción de los neurotransmisores que realizan toda la transmisión de la información entre las neuronas.

Se puede deducir que los corpúsculos de Nissl, estando directamente conectados a la producción de proteínas, ejercen un papel fundamental en la fisiología cerebral.

André Luiz, en psicografia en 1958 (Evolución en dos Mundos), destacó la importancia de los corpúsculos de Nissl enseñando que ahí la mente fija sus propósitos transmitiendo por el pensamiento las ideas que el Espíritu proyecta en el cerebro. A partir de las percepciones de los sentidos, el Espíritu renueva sus ideas, proyecta en la red de neuronas su energía que resulta en pensamientos capaces de adecuarse en el cerebro, produciendo nuestros actos.

Una neurona, en constante actividad, va expandiendo sus sinapsis fijando el aprendizaje que la experiencia va suministrándole. En cada sinapsis se ajustan los canales de transporte químico fundamentales al cambio de informaciones entre las neuronas. Tanto esos canales, como los neurotransmisores, son construidos a partir de proteínas montadas, principalmente, dentro de los corpúsculos de Nissl. Por lo tanto, afirmar que el Espíritu ejerce actuación directa en los corpúsculos de Nissl, como enseñó André Luiz, nos permite suponer que es el Espíritu que en último análisis construye el tipo de neuronas que estructura el cerebro de cada uno de nosotros.

La cohesión de la población celular – El organismo humano está formado por más de 300 trillones de células en constante renovación. Los diversos órganos que lo componen se estructuran en diferentes capas de tejidos que reúnen células típicas y variadas. Tenemos en nuestro cuerpo para más de 250 tipos diferentes de células, incluyendo las neuronas, las células de la glia que sostienen el cerebro, los hepatocitos, las células musculares, las gruesas, las epiteliares que revisten la piel y así por seguidamente.

La Ciencia atribuye al programa impreso en el genoma todo ese proyecto de distribución y organización del gigantesco universo celular que construye nuestro cuerpo. Nos falta, sin embargo, una teoría adecuada al gigantismo de esa tarea, ya que sólo de neuronas tenemos decenas de tipos morfológicos, en un total de 100 mil millones de células, exigiendo conexiones sinápticas que superan a trillones de conexiones absolutamente precisas. Necesitamos recordar que en el útero materno el embrión construye 250 mil neuronas por minuto. Se hace una tarea asombrosa para los pocos 33 mil genes que traemos como patrimonio genético.

La doctrina espírita enseña que el molde que nos estructura el cuerpo físico es función del periespíritu que nos ajusta al mundo espiritual. Están en ese periespíritu todos los trazos que identifican nuestro mundo mental. Sin embargo, la manera física que aparentamos y los estigmas de enfermedades que nos marcan no se reproducen como una copia fotográfica fiel de nuestro periespíritu. Las personas de apariencia simple pero de Espíritu noble irradian una tesitura espiritual que sobresale delante de las imágenes de belleza a que los medios acostumbran a destacar, especialmente para el cuerpo femenino. La presencia de deformidades físicas está conectada a nuestros méritos y necesidades, adecuadas a los débitos pasados que acumulamos, más que a la apariencia del periespíritu. No siempre las anomalías acompañarán al Espíritu después de la desencarnación.

Allan Kardec sugiere que el conocimiento del periespíritu tiene mucho que colaborar con la Medicina para aclaración de nuestras enfermedades. Pero recurrimos de nuevo a André Luiz para sorprendernos con sus revelaciones. Él enseña que, por la actuación de nuestra mente, mantenemos cohesivos los trillones de células que componen nuestro cuerpo. Esa actividad da a nuestras actitudes una responsabilidad enorme en el compromiso que tenemos que cuidar por nuestro equilibrio físico. Sin embargo, las sorpresas no paran por aquí. André Luiz afirma que cada una de esas células es un universo microscópico donde estadía el principio inteligente, constituyendo cada célula que abrigamos en nuestro cuerpo una unidad, con individualidad propia, sobre las cuales tenemos inmensa responsabilidad de sostener y conservar. Son “Almas” hermanas que, en estado primitivo, recorren con nosotros las luchas de la vida física, prestando al Espíritu humano la dádiva de su metabolismo.

Los centros de fuerza – La cultura milenaria de Oriente registra en sus libros sagrados la existencia de centros de fuerza o chacras, de localización constante en el cuerpo espiritual de todos nosotros. Ellos se localizan en el cerebro y en plexos distribuidos por nuestro cuerpo en las regiones de la laringe, del estómago, del bazo, del plexo abdominal relacionado con el tracto digestivo y en la región genital.

Son en número de dos en el cerebro: el chacra cerebral localizado en la región frontal y el chacra coronario en las regiones centrales del cerebro.

Los lóbulos frontales pasaron por un proceso extraordinario de expansión cuando se inició la evolución del ser humano en la Tierra. El lóbulo frontal es la región que más nos distingue del cerebro de un chimpancé. Están relacionados con nuestros pensamientos abstractos, con nuestra capacidad de clasificar los objetos, de organizar nuestros actos y programar nuestro futuro. Sin el lóbulo frontal el hombre se hace irresponsable, pierde la capacidad de organizar las cosas en un ambiente, deja de preocuparse con los otros, puede hacerse jocoso y no percibe la gravedad de la situación en que vive. Es el lóbulo frontal el que más nos hace humanos.

André Luiz nos dice que el chacra cerebral, de localización frontal, nos permite estar en unión con las esferas más altas que dirigen nuestros destinos en la Tierra. A través de la oración, proyectando la súplica piadosa o el agradecimiento sincero, mantenemos contacto con los seres sublimes que nos orientan y protegen.

En la región coronaria podemos apuntar tres niveles estratificados anatómicamente. El cortex, los núcleos de la base y el diencéfalo. El cortex cerebral de la región coronaria se relaciona con la actividad motora que nos facilita los movimientos voluntarios. En los núcleos básales (tálamo, putamen (es una estructura situada en el centro del cerebro), globo pálido y dorsal) son organizados nuestros movimientos automáticos, que nos permiten realizar la respiración, la deglución, la masticación y la marcha, para citar ejemplos fáciles de comprender. Y, finalmente, el diencéfalo reúne una agrupación de células que desempeñan un papel muy importante en el control de nuestras funciones metabólicas, íntimamente asociadas a nuestra supervivencia. En el hipotálamo, que compone parte importante del diencéfalo, son producidas decenas de sustancias que controlan la actividad de nuestras glándulas, funcionando como estimuladores de la producción de hormonas en la hipófisis, en la tiroides, en la suprarrenal, en los ovarios y en los testículos, entre tantas otras glándulas.

André Luiz enseña que en el chacra coronario están situadas las fuerzas que mantienen en equilibrio la actividad de los trillones de células que obedecen a nuestro mando mental, manteniendo la forma y las funciones de nuestro cuerpo físico. (Este artículo será concluido en la próxima edición.)

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.-¿ El proceso de la Reencarnación es igual para todos los Espíritus? El proceso de la reencarnación, en principio es igual para todos los Espíritus,pero en los casos de reencarnación de Seres ubicados en los planos espirituales inferiores, este trabajo es mucho mas complejo y difícil de realizar por parte de los Espíritus especializados en ello, que tienen la delicadísima misión de acondicionar el periespíritu del Ser espiritual antes de que se intente acoplar a una materia. Esto se comprende mejor cuando se considera que en estos casos, el cuerpo de energía que es el periespíritu con su correspondiente espíritu, se llega a encontrar en un estado de turbación, irritabilidad, terror, o simplemente, un estado de choque emocional, en donde las energías que lo envuelven y le configuran hasta las fibras más íntimas, se encuentran alteradas, desajustadas y desequilibradas, lo cual hace necesario esta especial preparación previa antes de iniciar la fase reencarnatoria. Al Ser espiritual de estas características la reencarnación le supone en casi todos los casos, un descanso o un paréntesis en una situación de sufrimiento que les llega a resultar insuperable, de modo que una vez dispuesto y convencido para iniciar una nueva fase en la materia, primeramente lo tratan de adoctrinar en la necesidad de afrontar su misión en una nueva vida en un mundo físico, así como queda informado de las pruebas kármicas o de aprendizaje que tiene necesidad de afrontar, haciéndole comprender que su reencarnación le supone una maravillosa oportunidad que Dios le otorga para poder elevarse por encima de sus miserias superándose a sí mismo, intentando despertar la ilusión y el deseo de esforzarse afrontando una nueva etapa en el plano físico y así poder abandonar los planos espirituales inferiores y de sufrimiento en que se encuentra, pero si su ensombrecido estado le lleva a una posición de rebeldía ante lo que le ofrecen, negándose tercamente a aceptarlo, aunque el respeto al libre albedrío es una constante, llega el límite en que les deben empujar a tomar una decisión, que a veces la llevan a cabo en una primera etapa de inconsciencia, pero que al final les es imprescindible para salir de su estancamiento. Algo así como quien se niega reiteradamente a meterse en la piscina porque no sabe nadar, y mientras no le da alguien un empujón para hacerle caer en ella, no hay forma de que aprenda.
- Jose L. Martín-
“Nada perece en el universo; cuanto acontece en él no pasa de meras transformaciones” Pitágoras -

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lunes, 4 de junio de 2018

-Los Extratrerrestres y la Mediumnidad



Hoy vemos aquí:

-El Libre Albedrío
-Los Extratrerrestres y la Mediumnidad
-Ley de Consecuencias o de Causa y Efecto
-Médiums auditivos




                                                                 


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                                            EL LIBRE ALBEDRÍO

     Uno de los fundamentos de nuestra Filosofía Espírita es el respeto al Libre Albedrío del ser humano. Esto es algo que no se debe interferir bajo ninguna circunstancia, pues La Codificación Espírita lo enfatiza claramente y ha sido respetado por Dios durante toda la existencia de la humanidad, pues al tratar de interferir en esto, va en contra de nuestros principios básicos. Esto se logra al tratar de interferir en las decisiones de las personas en los órdenes de sus vidas. 

Si se trata de interferir en este proceso, tratando de utilizar una agenda que cumple con tratar de que las personas piensen de acuerdo a las enseñanzas de una filosofía en específico o una ideología política, es interferir en el libre pensamiento de cada cual. 

Nuestra Filosofía Espírita, no impone nuestra filosofía, sino que es a través de la educación, y del proponer un comportamiento Moral que podemos divulgar nuestra filosofía y entonces por convicción propia y utilizando El Libre Albedrío es que se activa el adelantamiento espiritual a lo cual todos aspiramos.


- REY FORMOSO -

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LOS EXTRATERRESTRES Y LA MEDIUMNIDAD

Es gratificante y esperanzador  saber que, como hemos ido explicando a lo largo de los meses, existan hermanos espirituales encarnados en otros mundos,  que no sólo nos puedan visitar sino que además colaboren en el crecimiento y desarrollo espiritual de este planeta. Es un trabajo coordinado y armónico, sutil, así como muy eficaz, y en el que no se inmiscuyen mucho más que los hermanos espirituales desencarnados en nuestros asuntos, tanto sociales como personales, ya que nuestro grado de evolución y desarrollo espiritual todavía no nos permite aceptar de un modo general su presencia y labor.
Efectivamente, ocurre lo mismo que con la vida en el mundo espiritual, que participa y colabora en nuestra evolución pero que tampoco se manifiesta genéricamente de una forma ostensible para no perturbar a las conciencias; comparable a como ocurre en la escuela, es decir,  en cada edad una enseñanza distinta y cada vez más compleja pero asumible y perfectamente entendible para el alumno. Mucha luz para quienes estamos acostumbrados a la oscuridad nos podría ocasionar perturbaciones y conflictos innecesarios. Por lo tanto, en cada momento de la historia y en cada época ideas renovadas, lo cual no nos exime de un esfuerzo en el análisis honesto para superar los prejuicios y sustituir viejas ideas anquilosadas por otras nuevas. Lo que hoy parece una quimera y apenas se le presta atención se convierte con el tiempo en una idea común aceptada por la mayoría. Siempre claro está, cuando ha superado todos los filtros de la lógica, racionalidad y experiencia.
Ahora bien, cuando hablamos de participación y colaboración por parte de estos seres venidos de otros mundos nos podemos preguntar: ¿De qué clase de trabajos estamos hablando? ¿Los extraterrestres cumplen funciones distintas a los seres superiores desencarnados o son las mismas?
En primer lugar hemos de destacar la ventaja que supone poseer un cuerpo físico por estos auténticos “hermanos mayores en la evolución”. Sin embargo, como hemos comentado en otras ocasiones, a través de la facultad natural para ellos, de desdoblamiento, pueden abandonar temporalmente su cuerpo, bien desde las naves o en otros lugares para acudir en estado espiritual y cumplir con su cometido en la Tierra.
Una de las funciones, poco conocida por la mayoría de las personas, es su colaboración con los espíritus superiores en el desarrollo de las facultades mediúmnicas de los encarnados. Hemos de tener en cuenta que el hecho de que posean cuerpo físico les facilita la labor puesto que su vibración es más densa que la de los desencarnados, sus fluidos energéticos son distintos, lo cual les permite actuar con mayor afinidad y eficacia en el desarrollo de las mismas, sea videncia, psicografía, mediumnidad parlante o de incorporación, etc. Esto sólo ocurre en algunos casos y como complemento al trabajo del protector, que es, en definitiva, quien tiene el compromiso y la responsabilidad principal de su protegido en el desenvolvimiento y trabajo posterior del futuro médium.
Además, los extraterrestres, también ayudan al mundo espiritual en la orientación y dirección de los grupos espirituales, ya que participan de nuestras dificultades, nos comprenden perfectamente y son sabedores de las circunstancias de cambio de ciclo que envuelven a la humanidad en la actualidad porque ellos lo vivieron hace siglos.
También hemos de tener en cuenta que los seres espirituales superiores que tutelan a personas con facultades mediúmnicas, aun pudiendo tener una gran elevación  y experiencia, en muchos casos hace mucho tiempo que no han encarnado, con lo cual sus fluidos muy sutiles, en algunas ocasiones, necesitan verse reforzados, por otros, como pueden ser los de estos hermanos extraterrestres, más densos, lo cual no significa que sean inferiores, el matiz está en sus vínculos con una materia física que momentáneamente han dejado en otro lugar lo que les hace más próximos a nosotros.
Como vamos viendo todo se enlaza en el universo, todo el mundo cumple con una función, el más adelantado ayudando al menos evolucionado, formando un conjunto armónico, no quedando ninguna pieza inútil ni al azar. En definitiva, toda una lección para comprender que todos podemos  en el crecimiento espiritual de la humanidad, desde nuestra pequeñez, insignificancia y enormes limitaciones.
También es de destacar que pueden intervenir  en las manifestaciones mediúmnicas en todas las facetas; parlante, de videncia, de escritura, etc. Sus mensajes son de un contenido moral elevado ya que proceden de mundos, como mínimo, de regeneración.
Recordemos el ítem a la pregunta 188, del capítulo IV del Libro de los Espíritus, donde Allan Kardec aclara: “Las condiciones de longevidad no son tampoco en todas las partes las mismas que en la Tierra y la edad de los individuos no se puede comparar. Una persona que falleció algunos años atrás, al ser evocada manifestó que había encarnado seis meses antes en un mundo cuyo nombre  nos es desconocido. Interrogada acerca de la edad que tenía entonces en ese mundo respondió: No puedo precisarla, porque no contamos el tiempo como vosotros. Además la forma de vida no es la misma: nos desarrollamos aquí con mucha rapidez. Por tanto aunque no haga más de seis de vuestros meses que yo me encuentro aquí, puedo deciros que en lo tocante a la inteligencia tengo treinta años de edad que contaba en la Tierra.”
Como podemos comprobar con el anterior extracto, las manifestaciones extraterrestres son perfectamente posibles. No obstante, no necesariamente manifiestan su origen ni condición.  A veces también para evitar la curiosidad o estimular la imaginación que pudiera distraer el contenido de su mensaje, pues su finalidad, por encima de todas es la regeneración moral del hombre, contribuir en su crecimiento espiritual, colaborando codo con codo con los seres superiores responsables directos de esta Humanidad.
Para finalizar, transcribimos unas palabras del gran médium brasileño Francisco Cándido Xavier a propósito de Los Discos Voladores donde afirmaba lo siguiente: “La dureza de nuestro corazón se constituye en un obstáculo para un contacto definitivo y estrecho con los extraterrestres. Una evolución intelectual, iluminada por el Amor Fraterno, conforme a las enseñanzas de Jesús, debidamente practicadas, nos colocaría en condiciones de recibir a los seres superiores de otros campos cósmicos del Universo, comprender y asimilar las lecciones de progreso que nos pudiesen prestar”.
José Manuel Meseguer Clemente
© 2014 Amor, paz y caridad


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       Ley de Consecuencias o de Causa y

                              Efecto.
 
         Actuación de esta ley universal en las vidas humanas.
 
                      Su relación con las reencarnaciones


Así como en la física existe el principio de: toda acción produce una reacción, así mismo acontece en el aspecto psíquico y espiritual. Y toda violación a la Ley del Amor y leyes de la Vida, producen una reacción consecuencial. 
Toda manifestación de vida visible e invisible está regida por leyes, algunas de las cuales recién los humanos comenzamos a descubrir. Y entre las grandes leyes universales, existe una ley que está inmanente en la naturaleza misma del ser humano en sus tres aspectos: espiritual, psíquico y físico. Y esta ley es divulgada con diversas denominaciones, según las diversas doctrinas y escuelas, como: Ley de Causa y Efecto, Ley de Causalidad, Ley de Consecuencias, Ley del Karma, Ley del Retorno, Ley de Acción y Reacción, etc. 
Si analizamos y meditamos sobre el origen de algunos de los múltiples aspectos que componen nuestra vida humana en el momento en que vivimos, podremos apreciar que los mismos son consecuencias de nuestras actuaciones o pensamientos y sentimientos. 
Nuestra vida actual, con sus vicisitudes adversas o favorables, es la consecuencia de nuestras previas actuaciones en el pasado y aún en el presente. Cuando el ser humano comprenda el fundamento y admita la verdad de esta ley, toda la estructura social sufrirá una completa transformación. 
Como nuestro mundo ha sido hasta ahora un mundo de barbarie y por ende de sufrimientos para la gran mayoría humana, se ha llegado a admitir que los diversos aspectos dolorosos de la vida, son castigos de Dios. 
Necesario es arrancar de la mente ese concepto humano carente de verdad, establecido en épocas de oscurantismo. Y carece de verdad porque, siendo Dios amor infinito no puede caber en Su Naturaleza divina la menor idea de venganza ni castigo, que son sentimientos humanos propios de seres de poca evolución. Dios, Amor y Sabiduría máxima del Universo todo, no anota ni clasifica los errores y maldades practicadas por Sus hijos, ni tampoco concede condecoraciones a aquellos que le hacen objeto de adoración. El trasciende y se manifiesta en toda Su creación, por medio de leyes sabias y justas, que actúan siempre en beneficio de sus hijos, aún cuando en nuestra ignorancia humana no podamos apreciarlo. Y esta ley de consecuencias o causa y efecto es la encargada de esta función. Hemos de conocer que esta ley de consecuencia o causa y efecto, es una ley de reajuste en lo moral, que tiende a restablecer el equilibrio trastornado en toda acción de mal. Y en el restablecimiento de ese equilibrio, devuelve el mal causado al mismo punto de origen, a la persona o personas que lo hayan producido. Aquí no hay castigo, aquí no hay venganza; hay cosecha de la siembra. La siembra es voluntaria, pero la cosecha es obligatoria. Aquí actúa la ley. Y no actúa solo devolviendo el mal causado, sino que también nos devuelve el bien realizado con amor. De ahí que las filosofías hindúes denominan a esa ley cósmica, Ley del Retorno. 

Sebastián de Arauco.

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                              MÉDIUMS AUDITIVOS

Estos oyen la voz de los Espíritus; es como lo hemos dicho hablando de la pneumatofonía: algunas veces una voz íntima que se hace oír en el fuero interno; otras veces es una voz exterior clara y distinta como la de una persona viva. Los médiums auditivos pueden entrar de este modo en conversación con los Espíritus. Cuando tienen la costumbre de comunicar con ciertos Espíritus, los reconocen inmediatamente con el metal de la voz. 

Cuando uno no está dotado de esta facultad, se puede igualmente 
comunicar con un Espíritu a través de un médium auditivo que hace el oficio de intérprete. 

Esta facultad es muy agradable cuando el médium solo oye 
buenos Espíritus, o únicamente aquellos que llama; pero no es lo mismo cuando un Espíritu malo se encarniza en él y le hace oír a cada momento las cosas más desagradables y algunas veces las más inconvenientes. Es preciso entonces procurar desembarazarse de aquel por los medios que indicaremos en el capítulo de “La Obsesión”. 

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.

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