miércoles, 20 de junio de 2018

Chico Xavier y el recado de María


Menú del día :

-Distinción de los buenos y de los malos Espíritus.
-Universos Paralelos
- Chico Xavier y el recado de María
-¿ Dónde está el Espíritu reencarnante durante la gestación de su cuerpo?




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DISTINCIÓN DE LOS BUENOS Y DE LOS MALOS ESPÍRITUS. 

    Si la identidad absoluta de los Espíritus es, en muchos casos, una cuestión accesoria y sin importancia, no sucede lo mismo con la distinción de los buenos o malos Espíritus; su 
individualidad puede sernos indiferente, su cualidad no lo es jamás. En todas las comunicaciones instructivas es en donde debe concentrarse más la atención, porque esta sola es la que puede darnos la medida de la confianza que debemos tener con el Espíritu que se manifiesta, cualquiera que sea el nombre que tome. ¿El Espíritu que se manifiesta, es bueno o malo? ¿A qué grado de la escala espírita pertenece? Aquí está la cuestión 
principal. 

    Debe considerárseles como corresponsales que jamás han visto, y preguntarse qué es lo que se pensaría del saber y del carácter de un hombre que dijera o escribiera semejantes cosas. Se puede poner como regla invariable y sin excepción, que el lenguaje de los Espíritus está siempre en razón de su grado de elevación. 

    Los Espíritus realmente superiores no sólo dicen grandes cosas, sino que las dicen en término que excluyen, de la manera más absoluta, toda trivialidad; por buenas que sean estas cosas, si están empañadas con una sola expresión que resienta la bajeza, es un señal indudable de su inferioridad y con mucha más razón si el conjunto de las comunicaciones hiere la decencia por su grosería. El lenguaje descubre siempre su origen, sea por el pensamiento que manifiesta, sea por su forma, y aun cuando un Espíritu quisiera engañarnos sobre su pretendida superioridad, basta conversar algún tiempo con él para conocerle. 

264. La bondad y benevolencia son también atributos esenciales de Espíritus depurados; no odian ni a los hombres ni a los Espíritus; compadecen las debilidades, critican los errores, pero siempre con moderación, sin aversión ni animosidad. Si se admite que los Espíritus verdaderamente buenos sólo pueden querer el bien y decir cosas buenas, se deducirá en consecuencia que el lenguaje de los Espíritus que manifieste falta de bondad y 
benevolencia, no dimana de un Espíritu bueno. 

265. La inteligencia está lejos de ser un señal cierta de superioridad, porque la inteligencia y la moral no siempre marchan juntas. Un Espíritu puede ser bueno, benévolo y tener 
conocimientos limitados, mientras que un Espíritu inteligente e instruido puede ser muy inferior en moralidad. 

    Se cree con bastante generalidad que, preguntado al Espíritu de un nombre que ha sido sabio en una especialidad sobre la Tierra, se obtendrá con más facilidad la verdad; esto es lógico y, sin embargo, no es siempre verdadero. La experiencia demuestra que los sabios, lo mismo que los otros hombres, sobre todo aquellos que han dejado la Tierra hace poco, están aún bajo el imperio de las preocupaciones de la vida corporal; no se desprenden 
inmediatamente del Espíritu de sistema. Puede, pues, suceder, que bajo las influencias de las ideas que tuvieron cuando vivían y con las cuales se hicieron un título de gloria, vean menos claro de lo que nosotros los pensamos. No damos este principio como una regla, mucho le falta; decimos únicamente que esto se ve, y que por consiguiente su ciencia humana no siempre es una prueba de infalibilidad como Espíritu. 

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.

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                          UNIVERSOS PARALELOS: 

Viajes transdimensionales, mundos paralelos, agujeros negros, universos-membrana, teoría de cuerdas… La moderna física teórica se adentra cada vez con más firmeza en el mundo de lo mágico, de lo imposible. Y en sus ecuaciones la realidad y la fantasía se confunden. 
Los escritores de ciencia-ficción suelen especular con la posibilidad de que existan universos paralelos. La existencia de múltiples dimensiones ha sido una idea recurrente en este tipo de relatos. Sin embargo, este planteamiento ha dejado de ser una mera especulación para convertirse en una posibilidad que debe ser investigada por la ciencia. 

Una cuestión de probabilidades 
Los modelos matemáticos que algunos astrofísicos emplean para entender la complejidad del universo y comprender su existencia y funcionamiento pasa por admitir la posibilidad de que, siendo aquel infinito, también lo serían las dimensiones que existen en él. En efecto, en un universo infinito que se expande en infinitas direcciones, también las posibilidades de que un hecho suceda son infinitas. Así, por plantearlo en términos muy simples, existe la posibilidad de que yo exista tal y como estoy configurado y me reconozco a mí mismo, cada vez que me miro al espejo. Pero también existe la posibilidad de que yo exista en un infinito número de configuraciones y circunstancias diferentes. Sería una cuestión simplemente de probabilidades. 
Todo cuanto nos rodea está formado por una unidad básica de materia que conocemos con el nombre de átomo. Cualquier ser humano, por ejemplo, es un conjunto de átomos agrupados bajo un determinado patrón que configuran lo que nosotros identificamos como nuestra identidad. 
En el año 1925, el físico austríaco Erwin Schrödinger formuló lo que devendría en la ecuación central de la mecánica cuántica y que demostraba que dos partículas subatómicas podían ocupar dos lugares distintos en el espacio al mismo tiempo (bueno, en realidad eso no sería gran cosa si tenemos en cuenta que algunos santos católicos ya eran capaces de hacer eso, según la tradición religiosa). Ciertamente, los principios de la mecánica cuántica abren un mundo de infinitas posibilidades que nos permitiría entender fenómenos que, en nuestra ignorancia, asimilamos a la magia. 
Frank Tipler es profesor de física y matemáticas en la Universidad de Tulaney autor, entre otros, del libro “La Física de la inmortalidad”. Tipler considera que la reinterpretación de la Ecuación de Schrödinger podría explicar el funcionamiento mismo del universo, la realidad tal y como la conocemos. Tal vez una hipótesis arriesgada pero ciertamente sugerente. 

La física cuántica afirma que todas las posibilidades existen simultáneamente y que es la intervención del observador lo que hace que una de esas posibilidades tome realidad y colapse las otras. Dicho de otra forma, cuando en el ámbito de un experimento un observador realiza una determinada medición, existen infinitos universos posibles al mismo tiempo que colapsan en uno sólo en el momento en el que el experimentador interviene con su observación. Es decir, existirían infinitas posibilidades que se harían reales (colapsarían) sólo en el instante (o debido al instante) en el que el observador actúa.

- Reinaldo Inocente Formoso-

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CHICO XAVIER Y EL RECADO DE MARÍA

Chico Xavier contó que, en uno de  sus días de profunda amargura, solicitó al benefactor espiritual que llevase  su pedido de socorro a María de Nazarét, para que ella lo consolase, porque  sus problemas eran graves.
Después de  algunos dias, Emmanuel regresó, diciendo ser portador de un recado de la Madre de Jesús.
Chico, inmediatamente, cogió papel y lápiz y se preparó para anotar.
– Puede hablar, tomaré nota de cada palabra.
Emmanuel, el  atento educador, le dijo :
– Anote ahí, Chico. Maria me pidió  que le trajese el siguiente recado:
-” Eso también pasará”. Punto Final.
Chico tomó nota rápidamente y preguntó al guía: ¿ Sólo  es eso?  Y él le respondió, enfatizando:
– Lo es, Chico. La Madre de Jesús  me pidió que le dijese:   Eso también pasará…
Como Chico Xavier, muchos de nosotros, cuando somos visitados por el dolor, nos gustaría  recibir un mensaje individual de consuelo.
Pensando que fuimos  olvidados por la Divinidad, rogamos que nos sea concedida una deferencia especial por parte de los benefactores espirituales.
Todavía, Dios todo lo sabe y todo lo ve.
Nada acontece sin  su consentimiento, basta con que depositemos confianza en Sus soberanas leyes. Todas las cosas, en la Tierra pasan…
Los días de dificultad, pasarán…
Pasarán  también los días de amargura y soledad…
Los dolores y las lágrimas pasarán…
Las frustraciones que nos hacen llorar… un día, pasarán.
La nostalgia por el ser querido que se va en manos de la muerte, pasará…
Los días de glorias y de triunfos mundanos en que nos creemos mayores y mejores que los otros… igualmente pasarán.
Esa vanidad interna que nos hace sentir como el centro del universo, un día pasará.
Días de tristeza… Dias de felicidad… son lecciones necesarias que, en la Tierra, pasan, dejando en el espíritu inmortal las experiencias acumuladas.
Si hoy, para nosotros, es uno de esos días repletos de amargura, paremos un instante, elevemos o pensamiento a lo Alto y busquemos la voz suave de la Madre amorosa que nos dice cariñosamente: Eso también pasará…
Y guardemos la certeza, por las propias dificultades ya superadas, que no háy mal que dure para siempre.
Así, hagamos por nuestra parte, lo mejor que podamos, sin  temores, y confiemos siempre en Dios, aprovechando cada segundo, cada minuto que, por cierto, también pasarán…

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          ¿Dónde está el espíritu reencarnante 
            durante la gestación de su cuerpo?
      

            
        Desde luego  no es “dentro de la madre” en donde habita. En el cuerpo de la  madre  solamente existe un  Espíritu, que es el  suyo propio de ella misma.

    El concepto de “dentro” o “fuera “, solamente es aplicable a nuestra dimensión física, y el Ser reencarnante, aunque ya está  ligado al plano físico mediante lazos fluídicos que se establecen entre su  periespíritu y el útero de la madre  durante la formación y desarrollo de su cuerpo físico   sigue siendo  un Espíritu que pertenece aún al plano espiritual. El matiz diferenciador de otros espíritus desencarnados, es que durante el embarazo, el Ser reencarnante aunque sigue perteneciendo al plano espiritual, se encuentra ligados por lazos de energía etérea al plano físico; más concretamente a su  cuerpo en formación. 

    Después de la concepción, una vez se ha iniciado con la gestación el proceso reencarnatorio, el espíritu del futuro ser humano permanece muy  próximo a  su madre,  pero  solamente queda  ligado al feto por los lazos de energía  ya citados.

    El Espíritu  reencarnante, antes de la gestación,  efectúa como un desdoblamiento de su  propio cuerpo espiritual, de modo que  esto le permite  permanecer muy cerca de la madre, como envolviéndola,  transmitiéndole la propia influencia vibratoria  y recibiendo la misma influencia de su madre; mientras tanto su periespíritu  experimenta gradualmente  un proceso de reducción desde el tamaño de una persona normal, hasta un tamaño celular que se concentra en el óvulo fecundado e impregna con su energía el interior del útero, que actúa  como  un molde que impulsa  la formación de los órganos físicos y demás características  que irán apareciendo gradualmente en el cuerpecito carnal  del feto en desarrollo.

    Durante el proceso de repliegue en sí mismo, para llevar a cabo este proceso, es cuando gradualmente van entrando en un estado de turbación o sopor cada vez más pesado o intenso, a medida que más integrado va estando con la materia, lo que le lleva hasta a adormecer su propia identidad espiritual y a emborronar los recuerdos de sus vidas humanas y de sus estancias en los mundos espirituales.

- Jose Luis Martín-

“... yo y vosotros hemos tenido muchos nacimientos. Los míos no son conocidos sino por mí, pero vosotros no conocéis siquiera los vuestros”.
                                   - Krishna -

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domingo, 17 de junio de 2018

Anotaciones sobre el trabajo mediúmnico


Hoy vemos aquí los siguientes temas:

- Mal uso de la mediumnidad
- El perdón de las injurias
- Anotaciones sobre el trabajo mediúmnico
- Leyes Universales: Autoanálisis
- Caridad




                                           
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                   MAL USO DE LA MEDIUMNIDAD

Los médiums que hacen mal uso de su facultad, que no se sirven de ella con 
las miras del bien o que no se aprovechan para su instrucción, ¿sufrirán las consecuencias? 

"Si hacen mal uso de esta facultad, serán doblemente castigados, porque tienen
un medio más para ilustrarse y no se aprovechan. El que ve claro y tropieza es más 
vituperable que el ciego que cae en el hoyo." 


4. Hay médiums a quienes éstos dan espontáneamente y casi constantemente 
comunicaciones sobre un mismo motivo, sobre ciertas cuestiones morales, por ejemplo: 
sobre ciertos defectos determinados. ¿Tiene esto objeto? 

"Sí; este objeto es el de iluminarles sobre este punto muchas veces repetido, o para corregirles de ciertos defectos; por esto a los unos les hablarán incesantemente de 
orgullo, a los otros de la caridad; sólo la saciedad puede al fin abrirle los ojos. No hay médiums que hagan mal uso de su facultad, por ambición o por interés, o comprometiéndola por una falta capital, como el orgullo, el egoísmo, la ligereza, etcétera, que no reciba de tiempo en tiempo algunas amonestaciones de parte de los Espíritus; lo malo es que la mayor parte de las veces no toman esto para sí." 


Observación. - Los Espíritus usan muchas veces la prudencia en su lecciones, las 
dan de un modo indirecto para dejar el mérito al que sabe aplicarlas y sacar provecho; 
pero la ceguedad y el orgullo son tales entre ciertas personas, que no se reconocen en e 
cuadro que se les pone delante de los ojos; tanto más el Espíritu les dad entender que 
se dirige a ellas, se enfadan y tratan al Espíritu de mentiroso o bromista de mal género. 
Esto solo prueba que el Espíritu tiene razón. 

5. En las lecciones que se dictan a un médium de una manera general y sin aplicación personal, ¿no obra éste como instrumento pasivo para servir a la instrucción de otro? 

"Muchas veces estos avisos y consejos no se dictan para él personalmente, sino para los otros, a los cuales no podemos dirigirnos sino por la intervención de este médium, pero el mismo debe tomar su parte si no le ciega el amor propio.* 

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS 
ALLAN KARDEC. 

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             EL PERDÓN DE LAS INJURIAS
                            


Espíritas, no olvidéis nunca que tanto en palabras como en acciones, el perdón de las injurias no debe ser una palabra vana.. Si os llamáis espíritas, sedlo pues; olvidad el mal que se os haya podido hacer y no penséis sino en una cosa: el bien que podéis hacer. El que entró en este camino, no debe apartarse de él ni con el pensamiento, porque sois responsables por vuestros pensamientos, que Dios conoce. Haced, pues, que estéis despojados de todo sentimiento de rencor; Dios sabe lo que permanece en el fondo del corazón de cada uno. Feliz, pues, aquél que cada noche puede dormirse diciendo: 
Nada tengo contra mi prójimo.- SIMEÓN, Bordeaux, 1862). 


EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO 
ALLAN KARDEC. 


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Anotaciones sobre el trabajo mediúmnico.
 Existe un universo a explorar. Hay una Humanidad entera clamando ayuda, esclarecimiento, comprensión y caridad en el llamado mundo espiritual.  Sus dramas y sus angustias no son puramente  individuales.
La organización de un trabajo mediúmnico empieza mucho antes de dar comienzo  a sus tareas propiamente dichas, con el estudio sistemático de las obras básicas, y de las complementarias, de la Doctrina Espirita: las de Allan Kardec, León Denis, Gabriel Delanne, Gustavo Giley, y ciertos escritos de origen mediúmnico, como los de André Luiz. Es necesario poner mucho énfasis  en el estudio  de los escritos  que cuidan el complejo problema de la mediúmnidad, que hace un soporte  indispensable de toda tarea programada. 
Si tenemos disposiciones, podemos comenzar. Y comenzar por el planeamiento y no por la ejecución precipitada y sin preparación.
Multitud de seres que han vivido aquí en la tierra, están allá a la espera de ayuda, no obstante son muy pocos los grupos que se disponen a esa tarea, procurando en si  esa elevación,  progreso, y  conocimiento
La relación con el mundo espiritual se reviste de engañosa simplicidad. Cualquier persona dotada de facultades mediúmnicos, aunque incipientes,  puede establecer contacto con los desencarnados, consciente o inconscientemente, serena  o desordenadamente. Unos lo hacen compulsivamente o con resistencia; otros con espontaneidad; unos con respeto y amor, otros con liviandad e indiferencia; y muchos sin percibir  lo que pasa  o lo que se debe hacer para ordenar un fenómeno que, como tantos otros, es natural, no teniendo nada de místico, fantástico o sobrenatural. Hay que tener un mínimo de preparación, apoyada  en un mínimo de información para tratar con los espíritus. El que trata con los espíritus sin estos requisitos, se arrastra a la mediúmnidad indisciplinada o desequilibrada, y se expone a riesgos  imprevisibles para su equilibrio emocional y orgánico. La práctica  mediúmnica  no debe ser improvisada, pues no perdona la falta de preparación e ignorancia. 
El mundo espiritual está poblado de seres  que fueron hombres y mujeres  como nosotros mismos, encontrándose  en diferentes estados de desarrollo moral. Podemos deducir ese otro mundo, como es el nuestro de aquí, allí, como aquí, encontramos Espíritus  nobles y dotados  de atributos morales avanzados, pero también hay los inferiores que son en gran número, y que se encuentran  en extremos dolorosos del envilecimiento moral , de ignorancia, , de rebeldía, de angustia, de rencor, de venganza.  Son con estos últimos por nuestro estado inferior de evolución con los que generalmente contactamos.
Sin embargo, esto no quiere decir que nos encontremos a merced de los espíritus inferiores, compañeros sublimados siempre velan por nosotros y están siempre dispuestos a ayudarnos, peo no debemos olvidar que ellos no hacen las tareas que nos corresponde hacer a nosotros.
Nunca somos tan pobres de bienes materiales  y espirituales que no podamos donar alguna cosa  al compañero necesitado, sea el pan o la palabra  de consuelo y solidaridad. 
El Espiritismo doctrinario nació de las practicas mediúmnicos, de ellas se nutre y de ellas depende, en gran parte  su futuro desarrollo. El intercambio, entre el mundo espiritual y este, solamente asumió expresión y sentido filosófico después que Kardec ordenó y metodizó los conocimientos adquiridos en el contacto  con nuestros hermanos desencarnados. La practica mediúmnica es, no solo aconsejable, sino indispensable para el futuro de la Humanidad , ya que la ecuación y la solución de grandes inquietudes humanas van  a depender, cada vez más, de la exacta comprensión del mecanismo  de las relaciones entre esos dos mundo, que a fin de cuentas , no son más que uno solo, en planos diferentes.
La propia dinámica de la Doctrina Espirita  exige ese intercambio espiritual, primeramente para que se observe  y estudie el fenómeno de la mediúmnidad, sus grandezas, sus riesgos, las oportunidades de aprendizaje y progreso  que contiene, no solo para el médium, sino también para aquel que asiste a los trabajos y de ellos participa.
En el ejercicio de la mediúmnidad existe riesgo,  de mistificaciones por parte de pobres hermanos carentes de entendimiento. De aceptación de mentiras sutilmente presentadas bajo fascinantes ropajes.  De aflicciones, felizmente pasajeras, causadas por el desfile  de las angustias  de hermanos sufrientes.
EL Espíritu que yerra, invariablemente perjudica a alguien más. Los errores  que cometemos, nos penden  a una cadena de hechos y de seres que se extiende en el tiempo. El drama de un espíritu  nunca es solo suyo. En esta vida, o en las que hemos vividos, anteriormente, siempre hay eslabones  que nos unen a otros seres  y a otros dolores.                                                                                                                                                                                                                                     En los dramas que se asisten  en una reunión mediúmnica, aprendemos a contemplar la transitoriedad el mal, la amarga  decepción del suicida, la crudeza del arrepentimiento de aquel que desperdició su tiempo en la búsqueda ansiosa  de las ilusiones mundanas, la inutilidad de las posiciones humanas, el peso terrible de la vanidad, la tensa expectativa de una nueva amargura en la carne redentora, en la cual el Espíritu queda, por lo menos anestesiado en sus angustias.
Lecciones terribles suministradas con lágrimas y gritos de desesperación por aquellos que asumieron débitos enormes delante de la Ley; lecciones de dulce tranquilidad y de serena humildad de los que ya superaron sus flaquezas i vienen, sin ostentación, solo para mostrar como es el Espíritu de aquel que ya se  venció así mismo, en la milenaria batalla contra sus propias deficiencias. Muchas y variadas lecciones, extenso y profundo aprendizaje  para todos  los que desearon  realmente apresurar los pasos  y acortar el camino que le lleva a Dios.
No es difícil la organización de un grupo mediúmnico, se cuenta  con estudios serios y seguros de orientación doctrinaria al respecto.  Es bueno que el grupo sea pequeño, de preferencia familiar, compuestos de personas que se armonicen perfectamente y que estén interesadas en un trabajo serio y continuo. Que no se deje desanimar por dificultades  o por la aparente insignificancia  de los primeros resultados, ni fanatizar  o fascinar  por pseudoguias.
Poco a poco, cuando se demuestre la seriedad de los propósitos, los trabajos irán surgiendo, bajo la orientación de Espíritus esclarecidos. A cada buen grupo de seres encarnados dispuesto a la tarea, corresponderá un grupo equivalente de Espíritus, en un intercambio saludable de profundas repercusiones, pues Espiritismo es Doctrina, pero también es practica mediúmnica, y todos nosotros, aunque no lo sospechemos, tenemos compromisos a ejecutar, ajustes a realizar con hermanos que nos aguardan sumergidos en odios e incomprensiones, que se envenenan  a si mismos y a nosotros.
“Lamentar la desgracia – decía Horace Mann – es humano; disminuirla es divino.”
Herminio C. Miranda
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LEYES UNIVERSALES :AUTOANÁLISIS 

 Necesidad de su práctica. Procedimiento y realización. 

     A medida que penetramos en el conocimiento espiritual, que es el conocimiento de las leyes de la Vida en su aspecto trascendente; vamos apreciando en la vida humana aspectos que nos eran desconocidos, y cuyo desconocimiento ha venido siendo causa de errores múltiples causantes de dolor e impedimento de progreso. 

     El conocimiento espiritual nos capacita para conocernos mejor, a nosotros mismos, conocimiento éste indispensable para una mejor actuación en nuestra vida humana, que es un aspecto de la vida del espíritu, necesaria para su evolución. 

     Según nos refleja la historia en el frontis del antiguo templo de Delfos (en la antigua Grecia) estaba grabada esta frase: 
      SI QUIERES LIBERARTE DEL ABISMO, CONÓCETE A TI MISMO 
 Y, ¿cómo podremos conocernos a nosotros mismos?
 Pues sencillamente, estudiándonos, analizando nuestros sentimientos, pensamientos y deseos, observando nuestras reacciones en el contacto con las gentes y en nuestras relaciones familiares en el hogar. Y el autoanálisis o análisis de uno mismo, es el medio de que podemos valernos para conocernos, para conocer nuestras cualidades negativas y positivas, nuestros defectos y virtudes. 

     Sólo estudiándonos, analizándonos con imparcialidad, observándonos en nuestros sentimientos, pensamientos, deseos y reacciones, podremos conocer nuestras imperfecciones y nuestros valores morales. Para ello es indispensable colocarse en una actitud mental de absoluta imparcialidad, con abstención completa del “yo” humano, inferior, de la propia personalidad, como si estudiásemos a otra persona. 

     Las personas que carecen de conocimiento espiritual viven, por lo general, cegadas por el amor propio, lo que les incapacita para conocerse a sí mismas. 

     De aquí que, frecuentemente, se sienten impulsadas a resentimientos por el trato que reciben de los demás, sin detenerse a analizar si ese trato es la consecuencia o respuesta de su sentir o proceder. 

    Debe preocuparnos más analizarnos a nosotros mismos que analizar a los demás; porque, casi siempre el trato que recibimos de los demás, tiene su causa en nosotros mismos: en nuestros sentimientos, pensamientos y en nuestras reacciones. 

     Debemos analizar todo pensamiento de censura hacia los demás y ser tolerantes y comprensivos con todos; pues, a poco que nos interesemos por ellos, encontraremos que las reacciones desagradables y otros aspectos de su vida que suelen molestarnos, casi siempre, tienen su origen en sus sufrimientos físicos y morales y en su incapacidad para resignarse o para reaccionar positivamente frente a esas vicisitudes dolorosas, porque carecen del verdadero conocimiento espiritual. 

     Conocéis ya que la perfección es la meta que tenemos que alcanzar, más pronto o más tarde. Conocéis también que, una sola vida es insuficiente para alcanzar tal objetivo, para liberarse de todo el lastre que arrastramos. Pero, sí podremos liberarnos de una buena parte de ese lastre. 

     ¿Y cómo podremos liberarnos de ese lastre que nos tiene atados a las vidas penosas, si no lo identificamos? Solamente identificándolo mediante el autoanálisis. Pero, con absoluta imparcialidad, sin concesiones, único modo de conocerlo en sus diversos aspectos, de conocernos a nosotros mismos, de ver las diversas facetas de nuestra personalidad, especialmente aquellas que ignoramos y que el autoanálisis puede descubrir. De este modo, podremos apreciar en nosotros imperfecciones que han venido pasando inadvertidas, pero que, sin embargo, censuramos en los demás. Y ello se debe a que nuestro ego inferior (humano) obstruye la manifestación de nuestro Ego superior (espiritual). O sea la acción del “yo” humano que, cegado por el amor propio le hace sentirse superior a quienes le rodean y se incapacita para analizarse a sí mismo. No obstante, no es difícil si nos lo proponemos con determinación. 

     Como ejemplo:
 -¿En qué proporción consigo dominar mis instintos? 
-¿En qué medida me abandono a los excesos? 
-¿En qué grado controlo mis emociones e impulsos? 
-¿Cómo reacciono ante las dificultades, contratiempos y vicisitudes de la vida? 
-¿Cómo reacciono ante una palabra o frase desagradable? 
-¿Soy vanidoso, orgulloso, envidioso, rencoroso, etc.? 
-¿He lastimado a alguien de palabra o de hecho, o causado algún daño? 
-¿En qué proporción contribuyo al bien de los demás? 

     Por el autoanálisis, la meditación, el recto pensar y el recto actuar, irá produciéndose en nosotros una transformación en nuestra conducta, que nos ayudará a ascender más rápido en el empinado camino de la evolución. 

    Comencemos analizando nuestra reacción, en el diario vivir, ante una palabra impropia o frase torpe, así como nuestro lenguaje familiar: como esposos, como padres, como hijos, como hermanos y demás. ¿Cuál es el lenguaje empleado: el correcto, suave y afable, cual corresponde a toda persona civilizada; o el incorrecto: áspero, del bruto, del individuo ordinario? Y esto que a simple vista parece carecer de importancia, la tiene en grado sumo; pues, es la diferencia entre una vida de relación armónica y agradable en el hogar que debe ser siempre un refugio de paz y amor; y una vida de “perros”, que no concuerda con la  condición de una persona que se tenga por civilizada. 

     Y no os desaniméis si encontráis en vosotros aspectos negativos, ya que los mismos son superables si os proponéis incorporar a vuestra vida las enseñanzas de amor que, en una modalidad razonada, estáis recibiendo. Si así lo hacéis, pronto apreciaréis que esos defectos irán desapareciendo poco a poco; y vuestra vida se verá transformada con las vibraciones positivas que de ese modo irradiaréis constantemente en vuestro alrededor, y que atraerán hacia vosotros “respuestas” positivas de los demás con quienes convivís y os relacionáis. 

     Nuestros hermanos espirituales superiores están ansiosos de cooperar en nuestro progreso. Y tratan de ayudar en diversos modos, entre los cuales, por medio de sensitivos al servicio del bien, están enviando mensajes constantemente y realizando curaciones maravillosas en la humanidad. 

    Conocéis ya que el progreso es el resultado de un constante esfuerzo. Y si queremos progresar, hemos de esforzar nos en ese propósito. 

    Vigilemos siempre nuestros sentimientos, pensamientos y deseos, a fin de no permitir en nuestra alma y mente la entrada de aquellos negativos y ruines que amargarán nuestra vida y serán impedimento de progreso. 

     Por ello necesario es observar nuestras reacciones y actuaciones en nuestras relaciones humanas, si queremos conocer nuestro comportamiento. 

     Demos siempre amor. 
Seamos bondadosos y sencillos en nuestro diario vivir. Y con ello, seremos los más beneficiados en todo sentido. 
    Tratemos a los demás como queremos ser tratados, si deseamos liberarnos de las vidas penosas y progresar más rápidamente. 

   Y por último, si queréis formar parte de los escogidos en este tercer milenio, para poblar el maravilloso mundo que será este planeta nuestro al quedar libre de la maldad humana, ya en el comienzo del próximo siglo, debéis prepararos.

     No esperéis la gracia o salvación gratuita, que sólo está en la creencia de las mentalidades infantiles. Estamos viviendo los últimos días de la actual civilización. Y en estos próximos años va a efectuarse la clasificación planetaria. Los clasificados como de la izquierda del Cristo serán expulsados a mundos primitivos, mundos de sufrimiento, como ha sido el nuestro en el pasado, según nos relata la historia. Proponeos ser los de la derecha del Cristo; pero, no por creencias, sino por el amor sentido y realizado. Con tan solo unos pocos años de esfuerzo en la superación de las imperfecciones del carácter y conquista de las cualidades positivas, como hemos venido conociendo en el desarrollo de este curso, podréis colocaros en la tónica vibratoria de los escogidos. No desperdiciéis esta oportunidad que la Divina Providencia os ofrece en estos últimos días del final de este ciclo planetario.

 SEBASTIÁN DE ARAUCO


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CARIDAD


¿ Cual es el verdadero sentido de la palabra caridad, tal como la entendía Jesús?.
Benevolencia para con todos, indulgencia para las imperfecciones de los demás, perdón de las ofensas.
Cuestión nº 886 (De las Leyes Morales- Libro de los Espíritus )
Muchos centros espíritas llevan el nombre de Amor y Caridad. Evidentemente no imaginaban sus fundadores que tuviesen el mismo significado,algo como Luz y Claridad, o Paz y Tranquilidad.
La Caridad sería, bajo la óptica de El Libro de los Espíritus:
Benevolencia, que se manifiesta en la buena voluntad y en la disposición para hacer el bien;
Indulgencia, que es clemencia y misericordia para con las imperfecciones ajenas;
Perdón, que es el acto de disculpar las ofensas.
Ejercicio de Benevolencia: Trabajo en favor del semejante.
Ejercicio de Indulgencia: Solidaridad ante las limitaciones y flaquezas del prójimo, evitando discriminarlo.
Ejercicio del Perdón: Olvido del mal que se haya sufrido por parte de alguien, en un acto de tolerancia esclarecida que se exprime en la comprensión.
Tal vez tengamos ahí el origen de la máxima de Kardec: Trabajo, Solidaridad y Tolerancia, para orientar la acción espírita. Sin tales principios no hay posibilidad de un entendimiento perfecto entre los hombres en la construcción de un mundo mejor.
¿ Y el Amor ?
El Amor es afecto profundo. Es gustar mucho. Es, en su acepción más noble, querer el bien de alguien en la donación de sí mismo.
Cantado por los poetas y exaltado por los soñadores, el Amor es un bendito sol que ilumina y calienta los escabrosos caminos humanos.
Solo hay un problema: Es imposible sustentarlo, hacerlo operativo y productivo sin el combustible de la caridad.
Encontramos en la vía pública a una mujer en la penuria, rodeada de hijos mal vestidos y hambrientos. Esto nos sensibiliza:
- ¡ Qué cuadro tan triste Dios mio!; ¡ Cuanto sufrimiento !.
– Que quadro triste, meu Deus! Quanto sofrimento!
Le damos una pequeña ayuda y seguimos adelante, evocando, llenos de compasión:
–¡ Que Jesús ampare a mi hermana ! 
En aquel exacto momento brilló en nosotros un tenue rayo de amor, infiltrándose en el impasible egocentrismo humano.
¡Pero que amor tan vacío y tan efímero !. Un amor casi inutil, que se limitó a una limosna para aliviar la conciencia, transfiriendo para Cristo una providencia mejor, sin considerar que Él esperaba por nosotros para atenderla con la iniciativa de pararse, conversar, conocer mejor la extensión de sus problemas, ayudándola. Sin caridad el amor puede ser muy displicente...
Tenemos un gran amigo. Que nos gusta mucho. Pero un día él hace algo que nos desagrada. Nos irritamos profundamente. Se enfría nuestra relación. Nos distanciamos, dejando fuera una gratificante amistad. Sin caridad, el compañero más querido puede convertirse en un extraño...
El matrimonio vive muy bien. Marido y mujer se aman profundamente. Un día él comete un desliz: se envuelve en una aventura extraconyugal. La esposa se entera y lo abandona inmediatamente; no obstante él le implora que se quede, herido por los remordimientos. Y se quedan ambos en una crónica de infelicidad, marcada por una insuperable nostalgia. Sin caridad el afecto más ardiente puede ser ahogado en un océano de nostalgias y resentimientos.
En el pasado muchos religiosos se instalaban en lugares yermos, imponiéndose privaciones y flagelos como sacrificio en favor de la Humanidad. En su mayoría solamente  se comprometían para cometer  excentricidades y desequilibrios. Sin caridad el amor por el semejante puede convertirse en una perturbadora pasión por nosotros mismos...
El apóstol Pablo va más lejpos en el asunto,(Corintios 13:1-3), cuando destaca que aunque tengamos el verbo más sublime, la mediumnidad más depurada, el conocimiento más profundo, la convicción más poderosa, el desapego más amplio y una inavalable falta de temor ante la muerte, todo eso poco valdrá si le faltase caridad, esto es, si no estuviésemos guiados por un desinterés personal, en un deseo sincero de servir al semejante.
Y Kardec nos ofrece la misma visión de la inutilidad de todas las iniciativas en favor de la redención humana, si faltase el componente básico, al proclamar, 
Fuera de la Caridad no hay Salvación.
Richard Simonetti

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