2)
GRADOS DEL TRANCE
El trance
puede ser superficial o profundo. Son dos estados o grados extremos,
debiendo haber una gradación entre uno y otro. El trance parcial
sería una especie de heme sonambulismo (8), que estaría situado
entre el trance superficial y el profundo.
En el trance
superficial, no hay amnesia lagunar, el paciente se acuerda de todo y
puede, inclusive, poner en duda el haber permanecido en trance.
El trance
profundo o sonambulismo se caracteriza por la extrema sugestibilidad
y amnesia lagunar.
Como en el
trance profundo la persona queda inconsciente, algunos estudiosos
creen que ella entre en sueño magnético o hipnótico . En esas
condiciones, el cuerpo fluídico se exterioriza, se desprende del
cuerpo carnal y el alma queda libre o emancipada. Naturalmente, no
ocurre la separación absoluta, lo que causaría la muerte.
Sin embargo,
un lazo invisible continúa prendiendo el alma al envoltorio
terrestre.
Semejante al
hilo telefónico que asegura la transmisión entre dos puntos, ese
lazo fluídico permite al alma transmitir sus impresiones por los
órganos del cuerpo adormecido.
Otros
estudiosos, no obstante, entienden que el trance no es un estado de
sueño, independiente de ser superficial o profundo, natural o bajo
acción magnética.
La
dificultar en asociar el trance al sueño es el hecho de no estar la
conciencia preservada en este último. En el trance, hay
preservación de la conciencia. Incluso en el trance provocado por
hipnosis, no hay como confundirlo con el sueño, sobre todo si el
hipnotizador ordena al hipnotizado actuar normalmente, como si
estuviese despierto.
Acrecentamos
que estudios electroencefalográficos señalan diferencias entre la
actividad eléctrica del cerebro en la hipnosis (trance) y en el
sueño , mostrando, por tanto, que son fenómenos distintos, a
pesar de ser semejantes.
3)
DURACIÓN DEL TRANCE
(...) puede
ser fugaz e imperceptible para los circunstantes - un súbito
sumergimiento en el inconsciente - o prolongado, con visibles
alteraciones del estado psíquico.
4)
MECANISMOS DEL TRANCE
El mecanismo
básico del trance consiste, posiblemente, en una onda inhibitoria
que "barre" la superficie cerebral. (9)
El trance
puede poner al individuo en contacto más íntimo consigo mismo, con
su personalidad integral subconsciente. (9)
No es fácil
comprender el mecanismo básico del trance. Se sabe, por ejemplo, que
bajo cualquier forma y grado en que se manifieste, hay siempre un
contenido anímico de la persona que está bajo su acción.
Es lo que
ocurre cuando el trance es de origen mediúmnico. Incluso cuando el
médium entra en trance profundo, no se acuerda después del
contenido del mensaje espírita que él transmitió, se percibe que
el Espíritu comunicante extrae de los archivos mentales de su
intermediario encarnado los elementos necesarios para producir la
comunicación.
La
dificultad está en entender cómo tiene acceso el Espíritu a los
archivos de la memoria. Como todo ocurre a nivel mental, sea del
Espíritu comunicante, sea del médium, se pueden sólo tener
hipótesis sobre la ocurrencia del fenómeno. Está claro que el
periespiritu ejerce un papel en el proceso.
Ese acceso
que los Espíritus hacen al inconsciente del médium, naturalmente
con permiso de éste, es claramente observado en las comunicaciones
mediúmnicas en lenguas extranjeras, lenguas en que, muchas veces, el
médium no sabe expresarse en la actual encarnación.
5)
FORMAS DE TRANCE
El trance
puede manifestarse bajo las siguientes formas:
a) Aideico -
palabra originaria de aideismo, que es la anomalía psíquica que se
caracteriza por la completa ausencia de ideas o de procesos
ideáticos. (19) Especie de confusión mental. No caracteriza el
fenómeno mediúmnico o el animismo. Es considerado trance porque
revela un estado alterado de conciencia.
b) Pasivo -
es el estado psicofisiológico en que el paciente queda en la más
completa pasividad, atendiendo a las sugerencias buenas o malas de
los Espíritus o del magnetizador encarnado. (19) El médium
sonambúlico, o aquél preso de obsesiones graves, entra en éste
estado de pasividad.
c) Activo -
es un estado psicofisiológico en que el médium queda en actitud más
o menos activa, con conocimiento de lo que pasa a su alrededor y
tomando pequeñas precauciones para la buena consecución del
fenómeno_ (19)
6)
TIPOS DE TRANCE
Para los
fines de nuestro estudio, vamos a clasificarlo en tres tipos: a)
trance patológico;
b) trance
espontáneo;
c) trance
provocado.
En el trance
patológico, el factor mórbido actúa como desencadenante.
Traumatismos, particularmente craneoencefálicos, estado de coma,
delirio febril, período pre-agónico son algunas condiciones
(situaciones) en que, suprimidas o modificadas las relaciones
normales con el mundo exterior, surge eventualmente el trance (...).
El caso más
elemental ocurre en el llamado crepuscular de los epilépticos e
histéricos. El individuo tiene la crisis convulsiva y después queda
largo tiempo como embobado o desligado, hablando cosas sin nexo, sin
noción de espacio y tiempo.
El trance
espontáneo, o aparentemente espontáneo, ocurre en individuos
hereditariamente predispuestos (...), que no se distinguen del común
de los hombres sino por esa particularidad - son médiums, sujetos
dotados, sujetos metapsíquicos, sensitivos, metagnomos.
También los
casos de los sonámbulos que se levantan por la noche, andan, hablan,
conocen a las personas y, cuando despiertan, no se acuerdan de nada
de lo que hicieron.
Las
principales formas del trance provocado son: el hipnótico, el
mediúmnico, el anímico y el químico. Vamos a estudiar cada uno de
ellos.
a) El trance
hipnótico es una variante del proceso del sueño. Es un sueño
experimental, provocado, conducido, que camina y se profundiza dentro
de los mismos procesos del sueño normal (...).
La
inhibición o bloqueo de la actividad cerebral, en el hipnotismo,
lleva a la persona a dormir. En el hipnotismo, usándose, por
ejemplo, estímulos luminosos repetidos, los cuales cansan la zona
cerebral de la visión, se produce un área de inhibición de la
actividad consciente de la persona que está siendo hipnotizada y,
entonces, ella entra en trance.
Todo esto
dentro de la actividad que existe en todos los hechos de la
Naturaleza, porque aunque la técnica del sueño sea la más
corriente, existe el hipnotismo vigilante, en que el "sujet"
obedece a las sugerencias, plenamente despierto - el hipnotizador no
pronuncia la palabra sueño o equivalente, al llevarlo a la hipnosis.
En la
hipnosis, el hipnotizador usa la sugestión magnética, con el
auxilio de objetos (péndulo, diapasón, focos luminosos, etc.). El
paciente es llamado "sujet" (sujeto, individuo, ser).
La sugestión
consiste, finalmente, en inocular en la subconsciencia de otro una
representación, un sentimiento, un impulso, que le escapa al cribo
racional y se cumple automáticamente, desde que no se choca con sus
principios morales. Si el individuo se sugestiona a sí mismo, se
trata de auto-sugestión; si otro le sugiere algo, se dirá
hetero-sugestión.
El fenómeno
hipnótico es conocido desde la Antigüedad. El Egipto faraónico, a
través de sus sacerdotes, que investigaban los más variados
fenómenos psíquicos con los recursos de que disponían, dedicó
diversos templos al sueño, en los cuales se realizaban las
experiencias hipnológicas de expresivos resultados. Los taumaturgos
caldeos lo practicaban con finalidades terapéuticas (...).
Se debe, no
obstante, a Federíco Antonio Mesmer el gran impulso que lo trajo a
los tiempos modernos. Merece ser considerado que Paracelso, autor del
concepto y teoría del fluido, anteriormente ya se interesaba por las
experiencias magnéticas, que serían posteriormente desdobladas por
Mesmer. Este consideraba el fluido como el medio de una
influencia mutua entre los cuerpos celestes, la Tierra y los astros,
afirmando que ese fluido se encuentra en todas partes y llena todos
los espacios vacíos, poseyendo la propiedad de recibir, propagar -y
comunicar todas las impresiones del movimiento.
El cirujano
inglés James Braid fue quien introdujo la palabra hipnotismo, en
sustitución a magnetismo.
b) El trance
mediúmnico, provocado por un Espíritu, ofrece gradaciones,
relacionadas al género de mediumnidad (en la sonambúlica y en la
materialización, por ejemplo, el trance es más profundo), o por
ocurrencia de la acción espiritual, es decir, hay Espíritus cuya
manifestación induce a trances más profundos o, al contrario, más
superficiales.
En la
categoría de médiums escribientes, por ejemplo, hay médiums
mecánicos. Lo que caracteriza ese fenómeno es que el médium no
tiene la menor conciencia de lo que escribe. (1)
Están los
médiums intuitivos - en esa situación, el médium tiene conciencia
de lo que escribe, aunque no exprese su propio pensamiento. Y
existe, también, el médium semi-mecánico - que participa de ambos
géneros. Siente que le es dado un impulso a su mano, en su contra,
pero al mismo tiempo, tiene conciencia de lo que escribe a medida que
las palabras se forman. En el primero el pensamiento viene después
del hecho de la escritura; en el segundo, lo precede; en el tercero,
lo acompaña.
En el médium
mecánico, el trance es más profundo: en el intuitivo, más
superficial.
c) El trance
anímico, o sonambúlico, es provocado por la propia persona al
desligarse parcialmente del cuerpo físico. Este tipo de trance
favorece la manifestación de los fenómenos de emancipación del
alma, tales como: bicorporiedad, doble vista, éxtasis, catalepsia,
letargia, sonambulismo, transfiguración, etc.
d) El trance
químico es el producido por la acción de sustancias químicas.
Desde la
Antigüedad se recurrió al uso de ciertas drogas, durante los
rituales religiosos. En Brasil, el alcohol es usado, asociado al
trance, en algunos cultos africanistas, cultos esos que hacen parte
del continuum mediúmnico. Los mexicanos usaban el cactus sagrado, el
mescal. Los indianos consumían el soma, bebida inebriante.
Está
también el trance provocado por narcóticos, psicotrópicos,
excitantes, que llevan a la persona a estados de trance, conforme la
dosis y el tipo de sustancia utilizada.
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ANTE LOS OBSTÁCULOS· Francisco Cándido
La página que envió fue recibida en una reunión de amigos. Varios de ellos resaltaban los obstáculos que dicen afrontar en la vida. Obstáculos para encontrar tranquilidad, trabajo seguro, prosperidad y alegría de vivir.
¿Cómo actuar para acertar con el verdadero camino del éxito? Hablamos sobre las muchas soluciones que la experiencia común nos sugiere para la liquidación de los problemas de la vida, cuando uno de los presentes recordó la oportunidad de orar en conjunto, buscando la inspiración de nuestros mayores.
Hicimos la oración y enseguida buscamos amparo de El Libro de los Espíritus, que nos ofreció la cuestión 768 para estudio. Después de ligero dialogo, nuestro amigo André Luiz escribió, por nuestro intermedio, la pagina referida que envío, considerando la posibilidad de su publicación con el apoyo de sus comentarios.
Nota- La cuestión 768 Del Libro de los Espíritus trata de la necesidad de la vida social para el desenvolvimiento de las facultades del hombre. Kardec observa: “Ningún Hombre dispone de facultades completas y es por la unión social que ellos se complementan unos a los otros”
EL ÉXITO Y NOSOTROS · André Luiz
Usted es su propio pensamiento en acción.
Todos somos hijos de Dios, en cualquier lugar, todos estamos en la Presencia Divina.
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La Suprema Ley de la Vida es el bien de todos.
Concéntrese solamente en el bien y su imaginación funcionará como lente vigorosa, ampliando la visión de los bienes que enriquecen su vida.
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La palabra es fuerza creadora.
Coloque bondad y comprensión en el verbo que exponer su modo de ser y su palabra realizará maravillas.
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Acepte la ley del progreso.
Observe el árbol que usted planta y verificará el imperativo de la evolución.
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Usted puede y debe conservarse fiel a su amor y a su ideal, más no conseguirá ser feliz sin renovarse.
Aprendamos con la fuente que prosigue sin alteración, en la estructura esencial de la corriente, entretanto, avanza en movimiento constante para sus propios objetivos.
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La tarea en sus manos es semejante a la determinada empresa con los clientes que se le agregan a los intereses.
Su éxito tendrá siempre el tamaño del servicio que usted preste.
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Apague su mente y de su conversación toda idea o palabra que establezca imágenes condenatorias deprimentes.
Nuestra existencia es comparable a la escalera y todos somos capaces de utilizar los escalones que nos llevan a la cima.
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Nunca desprecie a los otros, ni se desprecie a sí mismo.
Nadie existe sin utilidad o sin importancia en la Obra Divina de la Creación.
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Auxilie para el bien todo cuanto pueda, resguardando la conciencia tranquila.
De todo lo que demos recibiremos centiplicadamente.
Haga de Dios su mentor, su compañero, su amigo y su socio, reconociendo que es nuestro deber colocarnos en Dios, tanto como Dios, por Sus Leyes, está en nosotros.
Practicando el bien con olvido del mal, conforme evidencian las leyes de Dios, entreguémonos a las obligaciones que la Divina Providencia nos confió, en los cuadros del día a día. Y, en materia de éxito y seguridad, paz y alegría, nuestro propio trabajo, con la bendición de Dios Hará el resto.
LOS PASOS DEL BIEN· J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
Es bastante conocida la frase de Sartre: “Los otros son el infierno.” Más André Luiz nos propone lo contrario: los otros son el cielo. Cuando comprendamos bien la necesidad de la vida social, aprenderemos que los obstáculos son pasos de una escalera que tenemos que subir. Esos obstáculos están precisamente en los otros. Porque son los otros los que nos niegan la felicidad que deseamos obtener, que procuran apartarnos de su camino o utilizarnos como instrumentos para las realizaciones de ellos, en detrimento de las nuestras.
Más estamos en la vida para desenvolver nuestras facultades, para aprender a superar las dificultades, es claro que los obstáculos son los recursos de que disponemos para nuestro mejoramiento. Una corrida de obstáculos es un entrenamiento valioso para el atleta. Y nosotros nada más somos que atletas del espíritu desenvolviendo en la vida nuestras habilidades.
El atleta desarrolla los músculos, la agilidad, el equilibrio. El Espíritu desarrolla la inteligencia, el pensamiento, la comprensión, el amor. Más sin los otros al frente no tendríamos la posibilidad de entrenar. En la proporción en que fracasamos en las relaciones sociales iremos siendo forzados a procurar nuevos medios de actuar. Y entonces percibiremos que encarando a los otros como hermanos y no como adversarios conseguiremos superar los obstáculos.
Dios es el Bien Supremo. Los otros son los pasos de la escalera que nos lleva a Dios. Pensando en Dios y haciendo el bien al prójimo, estaremos subiendo la escalera del verdadero éxito. Hemos de anular en el presente las reacciones del mal que hicimos en el pasado. Son esas reacciones las que nos obstaculizan. Aprendamos ahora a hacer el bien a los otros y Dios nos retribuirá con el bien de los otros a nuestro favor.
Artículo publicado originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia” del periódico Diario de S. Paulo, en la década de 1970