viernes, 9 de octubre de 2015

La inteligencia de los animales

Cuando la Violencia Irrumpe en Nuestra Cotidianidad



Días aciagos vivimos en nuestro país como consecuencia de la acción de los violentos, las notas judiciales de los diarios regionales anuncian cada día la actividad delincuencial que azota a los ciudadanos de bien y mantienen en vilo a toda una sociedad que no encuentra salida a semejante situación.

Innumerables preguntas quedan sin respuestas, ante el clamor ciudadano que implora ante las autoridades solución a esta profunda crisis de valores que afecta a nuestra sociedad. En vano pretenden sociólogos, políticos, periodistas y todos aquellos que participan en el análisis político-social de nuestro país, exponer diversas teorías que justifiquen las motivaciones de los violentos en su accionar diario en contra del ciudadano inerme. Algunos argumentan que tal situación es la consecuencia lógica de la crisis económica que en estos tiempos está afectando a nuestra sociedad.

Colombia cuenta en la actualidad con una nueva Ley de Seguridad Ciudadana que pretende disminuir los índices de criminalidad urbana, sin embargo, de todos es conocido en un país sui generis como el nuestro que “hecha la ley, hecha la trampa”, los antisociales y muy particularmente los abogados defensores se las ingenian para dejar libres en muy poco tiempo a sus defendidos, quienes inmediatamente vuelven a sus actividades delincuenciales sin ningún tipo de reato moral.

Pretendemos apoyarnos en el conocimiento espírita para aportar luces de entendimiento a la dinámica del fenómeno violento que asola a nuestras ciudades y de la cual participan imberbes jóvenes apenas salidos de la adolescencia, quienes con sevicia atentan contra la vida de aquellos que traten de impedir sus fechorías.

Relata la mentora espiritual Juana de Ángelis en la obra Adolescencia y Vida, que “Trescientos años a.C. Aristóteles escribió que los adolescentes son impetuosos, irascibles con tendencia a dejarse llevar por los impulsos, demostrando cierta irritabilidad en relación al comportamiento juvenil. A su vez, Platón disuadía el uso de bebidas alcohólicas por los jóvenes antes de los dieciocho años, debido a la rápida excitabilidad de los mismos y proponía: No añadir fuego al fuego”.

Si a ello anotamos que de acuerdo a informaciones provenientes de diversas fuentes espirituales, en la actualidad, en razón al advenimiento de una nueva era para la humanidad terrestre, se están limpiando los abismos y las tinieblas trayendo a la carne a innumerables espíritus comprometidos moralmente, los cuales pasan a engrosar desde muy temprana edad a las filas de los violentos a causa de la deficiente educación ofrecida en el hogar, que al decir de Juana de Ángelis, “es la mejor escuela educativa, la más eficiente, porque las lecciones ahí suministradas son vivas e impresionables, cargadas de emoción y fuerza”.

Y amplia más este concepto al asegurar que: “La familia equilibrada, o sea, estructurada con respeto y amor, es fundamental para una sociedad justa y feliz.

Infelizmente, eso no es lo que ocurre, y de eso resulta una sociedad juvenil desorganizada, revuelta, agresiva, desinteresada, cínica o depresiva, deambulando por los torpes rumbos de las drogas, de la violencia, del crimen, del desvarío sexual” [1].

Bittencourt Sampayo reafirma lo anteriormente expuesto al aclararnos que: “viven hoy en la Tierra mayor número de Espíritus encarnados que la totalidad de su población desde el principio de la vida planetaria hasta nuestros días, o sea: hasta 1825 vivieron en la carne en un momento dado, mil millones de criaturas humanas; hasta 1925 esa suma alcanzó dos mil millones y actualmente pasa a la cifra de los tres mil millones.

Ese hecho, señala la magnitud de vuestra época, porque en los días que corren, epílogo de un ciclo planetario, se limpian los umbrales de la Espiritualidad inferior, reformándose los museos de sufrimientos purgatoriales, forjados a través de innumerables milenios…”[2].

Pero el ciudadano del común que día a día trabaja honradamente para suplir sus necesidades materiales y que no logra comprender ni entender como existen seres con tan poca autoestima y poco valor por la vida humana, debe aprender a lidiar con el psiquismo violento de estos personajes que tarde o temprano tendrán que enfrentarse a su realidad espiritual, sufriendo la angustia y remordimiento por el mal practicado debiendo padecer dolorosos rescates en el momento oportuno.

Es por ello que debemos aprender a enfrentarnos a este fenómeno social y violento, pues en cualquier momento podemos participar como actores principales de un atraco callejero y ¿cuál sería nuestra actitud ante tal atropello? ¿Nos resistiríamos? ¿Increparíamos a los delincuentes? O simplemente asumiremos una actitud pasiva para evitar que atenten contra nuestra vida.

Enfrentarnos a los delincuentes tal como lo han hecho muchos, lo cual ha representado la perdida de la vida de una forma miserable, no es más que una muestra del orgullo que aún manejamos y que nos impide aceptar ser humillados por quienes haciendo uso de la fuerza nos obligan a entregar bienes materiales que podríamos con el tiempo volver a recuperar. Jesús de Nazaret reconociendo la inferioridad humana y los graves problemas en el manejo del orgullo, en su momento sentenciaba que: “Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames”[3]. Sabia enseñanza que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la vivencia evangélica en el discurrir de nuestros días, como aspirantes a discípulos de Jesús que somos.



[1] El adolescente ante la familia, Adolescencia y Vida, Juana de Ángelis/Divaldo Pereira Franco. 1997.
[2] Mostremos al Maestro en nosotros, Seareiros de Volta, Waldo Vieira, FEB, 1966.
[3] Lucas: 6, 29 - 30
Oscar Cervantes Velásquez
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                PENSAMIENTOS Y DOLENCIAS

"Nunca te hagas dueño de ninguna enfermedad. 
Reduce el tiempo que hablas sobre tus dolencias. 
Rehusa que las enfermedades formen parte de tu consciente." 
Cuando me di cuenta que mi mente podía controlar los efectos que una gripe podría ejercer sobre mi cuerpo, comprendí que yo tenía poder sobre mi bienestar. 
El solo pensar que no nos vamos a sentir mal, es suficiente para que ciertas enfermedades no nos afecten. 
Por eso es tan importante el mantener nuestros pensamientos positivos en todo lo que tiene importancia en nuestras vidas. Recordando también que nuestras palabras tienen aún más poder que nuestros pensamientos y que todo aquello que decimos se vuelve parte de nuestra realidad.
-( Aportado por Mercy Ingaro)

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                                      LA HIGUERA
Un día caminando por las sierras, disfrutando del paisaje y del descanso del fin de semana, me encontré algo que llamó poderosamente la  atención, una pequeña higuera creciendo en una piedra. Como estaba con la cámara fotográfica,  hice una foto, y mientras lo hacía, pensé, tengo que hacer un artículo sobre esto.
Muchos se preguntarán que me llevó a hacer un artículo sobre una simple higuera, pues bien, les diré, que me llamó poderosamente la atención el nacimiento de este árbol frutal en un medio tan hostil y tan diferente al tradicional y todo esto lo relacioné con  la disposición que tiene cada ser humano al afrontar en esta vida tantas dificultades.
Cuado veía la higuera creciendo en la roca paralelamente me acordaba de mucha gente que he escuchado a lo largo de mi vida decir estar deprimida, con problemas, que no podían salir adelante o con falta de tiempo para realizar un trabajo interior por no estar en un medio adecuado.
La higuera en la piedra me hizo pensar en todas aquellas personas que no supieron adaptarse al medio ambiente y sucumbieron ante las adversidades de la vida, y que ni siquiera entendieron el porque de su paso por la vida.
Muchos pensamientos de una manera intuitiva  me pasaron por la cabeza ,  me alegraba cuando veía esta higuera cumpliendo con su misión en la tierra, ... crecer a pesar de todo.
Todo ello me llevó a la reflexión, una reflexión que solo me reafirmaba lo que ya sabía, pero intuitivamente sabía que tenía que escribir este artículo para muchos que aún necesitan reafirmar de que no importa el medio en que uno viva, o en que familia ha nacido, si es pobre o rico, si nació en el primer mundo o en el último, si nació con problemas o sin ellos. La vida tiene muchas facetas y nosotros al igual que nuestra amiga la higuera solo tenemos que crecer a pesar de los obstáculos, aprender y crecer espiritualmente, ese es nuestro fin, nuestro destino en nuestra evolución. Sucumbir en nuestra evolución es solo demorar nuestra felicidad.
Anímate y se como la higuera, no solo crece sino también da tus frutos para que otros también puedan crecer.
( Desconozco al autor)
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" Espíritas, amaros; primer mandamiento.
  Intruiros; segundo mandamiento"
             - ALLAN KARDEC -

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             Adquisición de la conciencia
Allan Kardec, el gran responsable por la codificación del Espiritismo, les preguntó a los Sabios del espacio dónde están escritas las leyes de Dios.
Y ellos le contestaron: en la conciencia. 
De esta forma, todos los seres humanos traen consigo, entalladas en la propia conciencia, las leyes divinas.      
Sin embargo, aunque estén escritas, no todos logran leerlas, interpretarlas y practicarlas. Para ello es necesario el desarrollo del sentido moral.
Esa conquista es fruto del esfuerzo personal, del estudio, de la meditación,  de los pensamientos nobles.  
El despertar de la conciencia es un efecto natural del proceso evolutivo, y esa conquista permitirá al ser evaluar factores profundos como el bien y el mal, lo correcto y lo erróneo, el deber y la irresponsabilidad, la honra y la deshonra, lo noble y lo vulgar, lo lícito y lo irregular, la libertad y el libertinaje.
Esa conciencia no es de índole intelectual, actividad de los mecanismos cerebrales. Es una fuerza que los impulsa nacida en las experiencias evolutivas, que se exteriorizan en forma de acciones.
La encontramos en personas incultas intelectualmente, y ausente en otras, portadoras de conocimientos académicos.
Especialistas en problemas respiratorios, por ejemplo, que conocen los daños provocados por el tabaquismo, por el alcoholismo y por otras drogas, y que, a pesar de ello, usan, ellos mismos, uno de esos flagelos, demuestran que aún no han desarrollado la conciencia plena.
Sus datos culturales son frágiles de tal forma, que no disponen de valor para mantener una conducta saludable.  
Por otro lado, hay individuos que no tienen nociones intelectuales pero tienen lucidez para actuar ante los retos de la existencia, y eligen un comportamiento no agresivo y digno, aunque a costa de sacrificios.
La conciencia puede ser entrenada mediante el ejercicio de los valores morales elevados, que tienen por objeto el bien del prójimo y, en consecuencia, el propio bien. 
Si desea iluminar su conciencia, he aquí algunas breves reglas que van a ayudarlo a alcanzar ese propósito:
Administre sus conflictos. El conflicto psicológico es inherente a la naturaleza humana y todos lo sufren.
Evite elegir hombres modelo para seguir. Ellos también son falibles y, a veces, se comprometen, lo que, de ninguna manera, debe constituir falta de estímulo.
Permítase una dosis mayor de confianza en sus valores, esforzándose para mejorar siempre y sin desanimar. Si se equivoca, repita la acción, si acierta, siga adelante.
No huya al enfrentamiento de problemas usando disculpas falsas, comprometedoras, que lo sorprenderán más tarde con dependencias infelices.
Reaccione a la depresión, y trabaje sin auto piedad ni acomodación  perezosa.
Tenga en su mente que los suyos no son los peores problemas. Ellos pesan  de acuerdo al volumen que usted les imprime.
Libértese de la queja pesimista y medite más en las fórmulas para perseverar y producir.
Nunca ceda espacio a las horas vacías, que se llenan de aburrimiento,  malestar o perturbación.
Recuerde que usted es humano y el proceso de toma de conciencia es lento. Usted adquirirá seguridad y lucidez a través de una acción  continua y firme. 
¡Piense en eso! 
La existencia terrena es toda una oportunidad para el enriquecimiento continuo.  
Cada instante es una aspiración de nuevas acciones que favorezcan el  crecimiento, el conocimiento y la conquista.
Saber utilizarla es un reto para la criatura que se afana por nuevas realizaciones.
¡Piense en eso, pero piense ahora! 
Equipo de Redacción de Momento Espírita, con base en el libro Momentos de Conciencia, caps. 1 y 6, Divaldo Franco. Edit. LEAL,1992.
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LA INTELIGENCIA DE LOS ANIMALES
F. Grisot
Ciertos hombres muy cartesianos, aún impregnados de la concepción anticuada del «animal-máquina», concuerdan en sólo reconocer un instinto vulgar, en las manifestaciones de la inteligencia animal.
Esta actitud oscurantista está lejos de sorprendernos; la facultad así discutida, se debe a que no son esos hombres quienes tienen la fortuna de aparecer en plena luz, para reproducir a su entera voluntad, esas experiencias científicas.
Schopenhauer, bien ha juzgado a esos negadores, al decir que la inteligencia es rechazada en los animales, «porque los primeros la poseen en muy poco grado.»
El principio inteligente en los animales, no ha llegado a su individualización, porque se encuentra en un ciclo de evolución obligatoria, en razón de las leyes de la Naturaleza, es decir, en una constante evolución, hasta que dicho principio se individualice y se transforme en alma al llegar a la humanización o estado hominal. Fase en la cual podrá ejercer su libre albedrío para elegir entre las cosas bellas o feas, en una perpetua búsqueda, de lo mejor para sí mismo, según el grado de elevación de su propia alma.
«De esta manera, mientras que en cada hombre existe un yo distinto y conciente de sí mismo que domina nuestras acciones, el fragmento divino de cada animal no está aún individualizado», ha constatado el Dr. Raoul Montandon en su obra: Del animal al Hombre. (***)
Este fragmento divino, es una derivación de una reserva común de inteligencia divina, denominada alma-grupo animal, que distribuye sus principios-directores para cada especie, en medio de sus múltiples ramificaciones.
Y las «conciencias» animales están sujetas ciegamente a esta ley invisible; las mismas obedecen a sus impulsos, sin buscar comprender la Esencia Divina, a la manera –salvando la debida distancia – de esos médiums simples pero llenos de fe: como Juana la pastora, cuando sus dones del Cielo la pusieron en presencia de hechos supranormales.
Como las divinidades que se ocultan en la sombra de los templos herméticos, el alma-grupo no se muestra a los ojos de los hombres, lo que hace que frecuentemente éstos estudien minuciosamente la maravillosa máquina animal, pero se olviden de buscar al misterioso conductor.
Ellos admiran de buen grado la perfección de sus mecanismos, pero solamente se contentan diciendo: ¡Qué curioso!, calificando así las manifestaciones profundas de la inteligencia universal. De esta manera, ellos no aceptan que nuestros hermanos llamados inferiores tengan ese Don Divino que la Naturaleza les ha dado desde el origen de las especies, a fin de suplir la ausencia de imaginación creadora: inteligencia inspirada y genial, en una palabra, Inteligencia Divina.
Hay en el Universo todos los inventos llamados humanos; existe todo aquello que los hombres han encontrado, y también hay todo lo que falta descubrir. La Creación no deja lagunas. «Dios tiene una cantidad infinita de facultades infinitas», ha escrito Víctor Hugo.
Si está en el destino del hombre descubrir laboriosamente todas esas cualidades del Cosmos, catalogadas con el vocablo «invento», a fin de merecer esa dicha y acelerar su evolución, los animales –al igual que las plantas – tienen la ocasión de pasar por las leyes y técnicas científicas, desde el origen de los tiempos.
Tal vez sea una de esas reglas misteriosas que a veces rigen a los números, regla que se encuentra aplicada en toda su rigurosa simplicidad en las perfectas construcciones. Así, la abeja, desde que es abeja, construye sus celdillas de cera siguiendo la forma de un hexágono regular, usando las propiedades del número seis con la misma espontaneidad genial que lo hace el copo de nieve al reflejar la estructura que lo compone. Igualmente, sin ser ningún geómetra y sin conocimientos científicos, el caracol moldea su caparazón siguiendo la curva de un espiral matemáticamente irreprochable. ¿Y dónde el castor ha aprendido el arte de calcular exactamente el ángulo propicio para construir el dique que edifica con la corriente del río?
En materia de arquitectura, las hormigas no son menos sorprendentes: éstas construyen las galerías subterráneas del hormiguero en medio de pilares reunidos por un arco de medio punto, cuyo conjunto han conseguido soldar con un cierto cimiento que ellas secretan.
Los modestos gusanos primitivos y todos los animales marinos, desde las grandes profundidades hasta las luces de situación multicolores, son los depositarios de la luz fría. El pez torpedo y el gimnoto aniquilan sus enemigos con una descarga eléctrica viva tan fuerte como nuestra corriente eléctrica doméstica. El menor de los peces sumergiéndose con una facilidad tan natural sin llegar al fondo, demuestra el principio del submarino.
Sus congéneres, los anablépidos de América tropical, poseen verdaderos ojos periscópicos que les permiten ver al mismo tiempo lo que sucede en el agua y en el aire. Para conducirse en el vuelo, el murciélago emite ultrasonidos que rebotan en los obstáculos a la manera de un radar. Pájaros e insectos son claramente los primeros representantes del avión y del helicóptero.
Si los hombres – Ícaros ambiciosos – tienen éxito al posar el avión, ellos no pueden rivalizar con los aterrizajes flexibles e instantáneos de las aves que no exigen ningún terreno de aviación, aterrizajes que siempre se efectúan sin accidentes.
La rapidez de todas esas maravillosas máquinas no dejan  de sorprendernos, si tomamos en consideración la velocidad en función del tamaño del cuerpo que se desplaza. Sin embargo, ciertos animales, sin duda los más prosaicos, usan esas sabias técnicas para reflejar los actos más comunes de la vida humana, pero con menos problemas de su parte.
Trabajadoras infatigables en la colmena, las abejas depositan la miel en los panales, los cuales son después cerrados herméticamente. Otros previdentes maestros de la casa, las hormigas, se dedican a la cría de pulgones, mientras que sus colegas, las termitas, prefieren cultivar champiñones en los jardines. El pez pescador es menos casero: sus gustos lo llevan a la pesca con «caña», con la cual la Naturaleza lo ha dotado, fijada sobre el dorso, siendo que en la punta de dicha caña están colgados anzuelos y cebos luminosos.
En cuanto a la jibia, da a quien quiera seguirla, lecciones de escondite; este molusco enturbia el agua con un líquido oscuro que secreta para esconderse de sus enemigos.
El arte del camuflaje evidencia además los atributos de un gran número de animales que se valen del mimetismo: mariposas multicolores que se confunden con las flores que liban; orugas que tienen el color de la hoja que devoran; serpientes verdes, al igual que el color de las lianas de donde se cuelgan; siluros con escamas móviles, algunas veces pardas y otras veces amarillentas, según el lugar donde estén: una roca o bajo la arena. Son innumerables los ejemplos de mimetismo, del cual el más popular es ciertamente el camaleón.(***)
Otra manifestación del alma-grupo animal, que inquieta mucho a los naturalistas, es el famoso sexto sentido de las palomas mensajeras y de las aves migratorias. Guiadas por el invisible conductor, estas últimas eligen el momento meteorológico propicio para dejar el país, cuyo clima se ha vuelto inclemente, y son orientadas sin ningún error de ruta hacia tierras lejanas más hospitalarias, efectuando así un largo viaje a través de los mares, a pesar de la ausencia de puntos de referencia «aparentes» y de los riesgos de desvío del viento.
Es necesario observar con qué fuerza imperiosa el Consejero invisible precipita a la pobre ave enjaulada –por ejemplo, una codorniz – contra las barras de su prisión, cuando ella siente que el instante ha llegado, en el cual sus hermanas se agrupan para el gran viaje.
En materia médica, los animales están igualmente lejos de ser ignorantes; intuitivamente saben prevenir y curar una enfermedad, evitándola mejor que los hombres, sobre todo cuando permanecen en su estado natural, peyorativamente llamado «salvaje».
Ciertos animales parecen peritos en esa materia, tales como la tortuga, la carpa o el buitre, que tienen el record de longevidad al alcanzar o pasar la edad de 300 años. Contrariamente a tantas intemperancias humanas, los animales nunca comen sin que tengan hambre y jamás beben sin que sientan sed.
Si la fatiga los acomete, es preciso admirar la posición de relajamiento total en que su cuerpo se armoniza para recuperar las fuerzas perdidas. Observad a ese joven perro que al sentirse descompuesto, entra en un prado y elige con seguridad la hierba que lo ha de ayudar a eliminar su molestia. Le
hicimos ver personalmente a un cazador de perdices lo que hacían las mismas después de ser heridas no mortalmente: ellas cambian de plumaje –como si fuese una autocirugía – para conservar su salud; uno a uno son extirpados por su propio pico los plomos descargados por el dueño cruel de la escopeta, siendo que las heridas resultantes de esta verdadera operación se cicatrizan rápidamente, gracias al apósito formado por las propias plumas.
Antes de concluir recordamos aún otra forma, entre tantas, que la Ciencia Divina aplica en los animales: el genio organizador de las sociedades de los insectos. Naturalistas como Henri Fabre o filósofos como Maurice Maeterlinck han reunido –mejor de lo que nosotros podríamos hacer– una multitud de observaciones interesantes sobre la vida de las abejas, de las hormigas y de las termitas. Diríamos sencillamente, que la mejor referencia que pueda testimoniar a favor de esas notables sociedades, es la estabilidad de su régimen, cualidad verdaderamente poco difundida entre los numerosos modos de gobierno de los hombres.
Así considerados, nuestros pequeños hermanos – los animales – no aparecen más como simples máquinas, como pensaba Descartes, movidos solamente por el instinto, sino como verdaderos «médiums» que incorporan el Conocimiento Divino. Aquí, donde los investigadores franceses están dando los primeros pasos en la comprensión de este tema, acertando y equivocándose, los animales se encuentran siempre en el camino de la verdad primera, y es por esto que nosotros debemos no sólo amarlos como hermanos, sino también protegerlos como criaturas de Dios.
(Traducción del original francés al español por: Enrique Eliseo Baldovino. Título del artículo: L'intelligence animale).
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
(***) Conforme con el contenido general del artículo, no obstante deseo matizar que, según mi criterio, el autor del mismo debería haber diferenciado entre especies animales menos evolucionadas en las que se aprecia más la acividad de un alma grupal, y otras especies más evolucionadas en las que ya se aprecia una individualidad incipiente, como una "personalidad" que diferencia a indivíduos de la misma especie, tal como sucede principalmente con animales que viven en contacto mas o menos estecho con el hombre. 
(***)En cuanto al arte de camuflaje de algunas especies, este no obedece a la inteligencia del alma grupal de las mismas, sino a la propia evolución que ha llegado a la creación de esas especies mimetizadas en su entorno, a través de un largo proceso de selección natural, en el que se han sobrevivido y reproducido preferentemente, indivíduos con esas  determinadas características de mimetismo aportadas expontámente mediante las mutaciones geneticas que la propia Naturaleza selecciona.
( Notas de Jose Luis Martín)

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jueves, 8 de octubre de 2015

Obsesión

"Obsesores" en acción: cómo tratar con ellos (I)

             Existe una cuestión que genera bastante debate en la Doctrina. Se trata del tema de la obsesión, sobre el que se ha escrito mucho. En el presente artículo vamos a desarrollar este asunto desde una perspectiva un tanto diferente, ayudándonos de la aportación de la psicología, que como ciencia de la conducta tiene que decir mucho al respecto, pues después de todo, nos situamos frente a una dificultad que afecta al pensamiento tanto del que genera el problemaobsesivo como de aquel que lo padece. Por último, entrecomillo los términos “obsesor” y “obsesado” porque el Diccionario de la lengua española no los reconoce como tales y sin embargo, son muy utilizados en la literatura espírita. Dedicaremos tres capítulos a desarrollar esta materia, porque es importante tanto describir cómo se origina y mantiene este proceso como luego, saber cómo operar para combatir su influencia y librarnos definitivamente de tan acosadora presencia.
 Para entender este fenómeno, debemos partir del concepto de existencia de una solarealidad aunque en dos planos: el espiritual y el material. La interacción entre ambas dimensiones es total continua. Aunque la mayoría de nosotros tan solo apreciamos lo que atañe al mundo físico, lo cierto es que el espacio espiritual se imbrica, atraviesapermanentemente lo tangible y sobre todo, lo afecta. Del mismo modo y al mismo tiempo, se produce el fenómeno inverso. Todo cuanto hacemos, decimos o incluso pensamos ejerce un considerable influjo sobre lo inmaterial. Esto se asemeja al aire, al que no podemos ver ni tocar pero del cual tenemos clara conciencia de que existe.



            Los conocidos como “obsesores” son espíritus que ejercen una influencia especialmente negativa sobre las almas encarnadas que habitamos en este planeta. Es obvio, que dada la naturaleza de las criaturas que transitan por nuestro orbe, la inmensa mayoría de ellas vinculadas a diferentes clases de  pruebas y expiaciones, no podía ser de otro modo. Mas no todo resulta perverso en este mundo que poblamos. También se produce sobre nosotros un influjo positivo, como el de muchos hermanos que nos aman o que desean nuestro bien (véase el caso de los ángeles guardianes) pero gracias a Dios, este efecto es benefactor y por tanto, no solo no debe preocuparnos sino que debemos hacer todo lo posible para que se desarrolle e intensifique, pues resulta muy recomendable recibir su guía y su consejo en esta dimensión tan tosca como es la material y en la que nos desenvolvemos.


Al producirse este hecho que hemos descrito como de constante interacción, el proceso de obsesión es recíproco y se efectúa en todos los sentidos. Unos espíritus “obsesan” a otros, ellos a nosotros, nosotros a ellos y no olvidemos, por supuesto, porque todos somos espíritus aunque unos con envoltura carnal y otros sin ella, que también los seres de “carne y hueso” nos estamos influyendo de modo permanente no solo con la acción sino también con el pensamiento. La obsesión, por tanto, entre seres humanos encarnados es tan real como la que habitualmente se describe en los libros espíritas. Hace ya muchos decenios que lapsicología demostró el formidable efecto que los pensamientos tenían para uno mismo y en la relación entre las personas. Sin embargo, con ser interesante este último aspecto, nos vamos a centrar exclusivamente en el proceso más conocido, o sea, en la influencia negativa que los espíritus “obsesores” realizan sobre nosotros y en cómo combatirla, ya que puede llegar a resultar muy perjudicial para nuestro camino evolutivo, sobre todo por el efecto de malestar, angustia y estancamiento que genera en quien lo recibe.

            Recordemos en breve resumen lo que nos manifiesta la Doctrina acerca de este fenómeno. Se reconocen tres grados de influencia que van de menos a más en cuanto a la intensidad de ese influjo negativo: desde la obsesión simple  (1º) a la que todos estamos expuestos y en la que los efectos no dejan de ser leves y el sujeto receptor puede emplear aún con entera libertad su capacidad decisoria, pasando por la fascinación (2º) , donde las consecuencias aparecen con una mayor fuerza negativa con los resultantes efectos perjudiciales para la víctima que va viendo cómo disminuye su impulso para librarse de la entidad que le está afectando hasta el caso más grave que es el de la subyugación (3º), donde el “obsesor” controla a placer la voluntad del “obsesado” resultando este último  prácticamente un “juguete” en sus manos.


            En cualquier caso, conviene efectuar una serie de aclaraciones al respecto de todo este procedimiento, pues alguien no muy experto en la materia podría pensar que este hecho es una especie de condena o sufrimiento añadido que recae sobre algunas personas sin unaexplicación aparente. Si bien es cierto que muchos casos de obsesiones tienen que ver con lareencarnación y con cuestiones del pasado (enemigos del ayer o del presente pero que ya han “desencarnado”) y que se relacionan con el engranaje de la ley de causa y efecto, tanto en estas como en las restantes obsesiones, siempre debemos contar con un elemento fundamental: el libre albedrío del que padece esa influencia. En otras palabras, lo mismo que la entidad que pretende perjudicarnos tiene la libertad de influirnos, así nosotros también gozamos del perfecto derecho y de la posibilidad de rechazar o anular ese efecto intimidatorio.

  Como todo espírita conoce, existe la denominada ley de afinidad, mediante la cual todos los espíritus se atraen mutuamente en función de unospatrones vibratorios similares y que incluyen por ejemplo la similitud de gustos o inclinaciones o si se quiere llamar de otra forma, la semejanza decaracteres o tendencias. Este tipo de almas son propensas a unirse, a vincularse y a realizar gran número de tareas de forma conjunta. Consideremos unejemplo sencillo que nos ilustre. Es posible que la primera vez que vaya a una licorería a tomar unos tragos y salga del local ebrio, algún ente que se deleita en absorber los vapores del alcohol que desprendo se me acerque. Pero no nos engañemos: lo que de verdad refuerza y ata a ese “obsesor” conmigo es mi regreso a ese bar con asiduidad, mi marcada querencia al consumo y al abuso de las sustancias tóxicas. Es precisamente este último y decisivo factor el que aproxima mis vibraciones a las de lasentidades que se mueven como “peces en el agua” en esos antros donde reinan la insensatez y la evasión de las pruebas vitales que nos atañen. Antiguamente, solía decirse que las personas “bebían para olvidar”, pero desde luego la amnesia de los problemas duraba tan solo unas horas, pues cerrar los ojos a los desafíos de la vida no eliminaba los obstáculos de nuestra carrera por el progreso. Se trataba de una mera ilusión en la que se envolvía el sujeto y que le golpeaba en el rostro con la fuerza de un martillo en cuanto recuperaba el sentido de la realidad. Parece obvio que no podemos engañar ni aletargar a la conciencia sin sufrir serios disturbios internos. Afirmamos pues, sin temor a equivocarnos, que en estas situaciones de abandono y de falta de vigilancia consigo mismo, el individuo abre de par en par sus puertas al dominio por parte  de los “obsesores”.


            Hay que dejar entonces muy clara nuestra responsabilidad en el inicio, mantenimiento yconsolidación de los procesos de obsesión, no vaya a ser que algún ingenuo pretenda contemplarlos tan solo desde la perspectiva de la “mala suerte” o lo atribuya a los vaivenes de la vida cuando estamos comprobando diariamente que no es así. Como en otras tantasenfermedades (pues el proceso obsesivo no deja de ser una “patología espiritual”), el efecto de prevención es probablemente el mejor seguro para eludir ese tipo de “intervenciones” negativas sobre nuestro psiquismo, sobre todo alejándonos física y moralmente de lugares y personas que nos atraen tanto con su fatídico magnetismo como el anzuelo a la presa.


            Partiendo pues del efecto nocivo de este lance, cabe preguntarse cuántas veces al cabo del día, tenemos la sensación de que un pensamiento negativo se instala en nuestra cabeza resultando dañino para nuestros intereses y difícil de expulsar. Veamos un caso revelador: estoy hablando con alguien que me pide ayuda y cuando tengo que decidir qué actitud adoptar ante esa tesitura, empiezan a llegarme pensamientos a la mentecomo… “no merece la pena”, “él no lo haría por ti”, “se trata de una pérdida de tiempo”, “tienes asuntos más importantes que atender”…Hay que tener en cuenta un aspecto esencial que concierne a esta cuestión. Como se observa en las expresiones citadas, el “ataque” que efectúan los “obsesores” se caracteriza por su sutileza intelectual, por el uso de una estratagema que implica una gran carga de argucia sobre el “obsesado”. Si su influencia fuera manifiestamente lesiva, resultaría más fácil rechazar esos argumentos que se posan en nuestro juicio, ya que implicarían un embate demasiado evidente contra nuestra integridad. Y el ser humano, cuando es agredido frontalmente y de un modo palmario, se defiende mejor que cuando no capta directamente de dónde procede la acometida y quéarmas se están empleando contra él.


            Solo en los casos en los que el espíritu “obsesor” se ha apoderado casi de su víctima(como son las coyunturas citadas de fascinación y subyugación), aquel halla ya un terreno tanabonado para su maléfico influjo que ya presiona al afectado de forma meridiana, sin cortapisas, porque sabe que la persona se halla bajo su control y que no va a ejercer ningún tipo de filtro crítico a su dominio sobre la mente del receptor. Por fortuna y aunque resulten supuestos muy llamativos cuando se producen, estos casos constituyen una minoría, por lo que lo más común es que el espíritu en cuestión tenga que conformarse con desplegar una coacción pero de carácter sutil, perspicaz, a fin de no despertar excesivas sospechas en el damnificado, no vaya a ser que se disparen las alarmas y al final, lo que era un impulso decidido de someter al “obsesado” se transforme en un rechazo frontal a sus deseos demandar en él. Insisto que por este motivo, es mucho más frecuente comprobar la existencia de este proceso pero realizado desde la agudeza. Esta muestra nos aporta la verdaderasignificación de lo que supone toda esta técnica de la obsesión y cómo opera, casi siempre a través de la “presión inteligente” y no desde la confrontación directa, pues en el primer caso las posibilidades de irse apoderando paulatinamente de la voluntad de la víctima son mayores.


            ¿Qué expresa esto? Pues que luchamos en general contra un enemigo listo, preparado (sabe lo que hace y  disfruta haciéndolo) y que emplea una gran carga de avispada maldad en sus actuaciones. En definitiva y como cualquier estratega sabe, para defenderseeficazmente contra algo hay que utilizar las mismas armasque el atacante. Es como si quisiéramos rechazar la embestida de un gigantón de cien kilos de peso y de complexión fuerte con nuestros débiles puños pertenecientes a una persona de estatura baja y aspecto frágil. La derrota es previsible salvo que echemos mano de la inteligencia. Así pues, llega el momento de repeler el ataque que el “obsesor” de turnolanza sobre nosotros ¿Qué hacer?


            Si la ofensiva que estos seres realizan sobre nosotros se introduce por el pensamiento, habrá que utilizar indefectiblemente esta misma herramienta, a fin de que el ente atacante tomeconciencia de que no se halla ante un rival endeble sino ante un opositor de entidad que va acontraatacar con las mismas armas con las que ha sido provocado.


            En la segunda parte, estudiaremos con la ayuda de la psicología, (el espiritismo no está reñido con ninguna ciencia) un método práctico para llevar a cabo una respuesta eficaz ycontundente contra el asalto de estas formas “obsesoras” que tanto pueden llegar aamargarnos la existencia.
El espíritu siempre será un ser perfectible que inicia su progreso en las especies inferiores, 
“El espíritu duerme en el mineral, sueña en el vegetal se agita en el animal y razona en el hombre”. 
- León Denis -

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Vida y valores (La construcción del hogar)

Es muy común hacer la distinción entre casa y hogar. Acostumbramos a llamar de casa la construcción de material, de madera, de albañilería, de piedra, sea lo que sea, en cuanto el hogar es lo que pasa dentro de esa construcción. Muchas veces, conseguimos construir la casa, pero no llegamos a formar el hogar. Vivimos dentro de esa casa de formas tan extrañas, que no configuran el hogar. El hogar es lo emocional, es lo sentimental, es lo racional, es lo vivencial. Es la interacción de las personas. La casa es el edifico. Muchas veces las personas dicen: Estoy yendo para casa, pero, aborrecidos, porque están yendo para casa y, posiblemente, al llegar a casa, no encontraran el respaldo del hogar.
Es muy importante saber porque el hogar nos es tan importante. Exactamente porque allí se reúnen Espíritus, criaturas, individuos procedentes de las más variadas esquinas de la naturaleza. Venidas, esas criaturas, de las experiencias de las más variadas y, al encontrarnos dentro de casa, para formar el hogar, tendremos obligatoriamente que intercambiar esas experiencias. La esposa tubo una educación, una formación, una instrucción o dejo de tenerla. El marido otra y, ahora, son dos personas que se van a reunir, en la tentativa de forjar otras personas y educarlas, los hijos.
El hogar representa ese crisol, ese campo de pruebas, donde las diferencias se friccionan, donde trocamos aquello que sabemos con lo que el otro sabe. De ese modo, es muy importante que construyamos nuestro hogar en bases de equilibrio, de entendimiento, lo que no siempre es fácil. Todas las veces que nos reunimos, personas diferentes, sea en lo que sea, eso nos da una cierta inestabilidad, eso genera una cierta inestabilidad. Hay siempre una diferencia entre el esposo y la esposa, entre los padres y los hijos, entre los hermanos. ¿Por qué? Porque si la esposa tiene un poco mas de cultura, si el marido tiene un poco menos, eso deja un nivel de frustración. Ella va a hacer de todo para mostrar que también sabe, cuando sería tan fácil admitir que no lo sabe. Podrá aprender. Si la esposa se torna sumisa porque su marido es doctor, su marido sabe, ya se desequilibra el hogar. Sería tan normal si ella admitiese que, de hecho, el preparo lo que sabe, el sabe más y ella no está prohibida de aprender y de saber también. Pero, cada cual respetando al otro, sin sentirse lesionado, sin sentirse frustrado, sin sentirse disminuido.
En el hogar, tenemos la ocasión de cambiar todo esto. Sabemos que aquel hombre notable, notable medico en la sociedad, llega a casa. El es carente de lo que la cocinera hace, de los cariños de la esposa, de los hijos. Aquel grandioso ingeniero respetado en su empresa, en la sociedad, pero cuando llega a casa, es aquel gatito carente de cariño, de atención de su esposa, de sus hijos. Somos movidos a la emoción, al sentimiento. El ser humano no es meramente racional, somos sentimentales. Entonces, aquel hombre que hace presión en la sociedad, el gran político, el gran administrador, cuando llega a casa quien manda en todo es su mujer. No, nosotros no vamos. No, yo no quiero. No, no lo vas hacer. No, no lo aceptaras. Y para que el amor pueda fortalecerse es necesario que aprendamos a escucharnos uno al otro. El hogar es así. Es esa gran olla, es ese gran crisol, dentro de cuya estructura todos vamos aprendiendo, unos con los otros, ofreciendo lo mejor que tengamos y aprendiendo lo que los otros tienen para ofrecernos. Es muy importante la estructura del hogar. Nada tiene que ver con la casa. El hogar de dentro.
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Una vez que esa estructura del hogar es de dentro de la criatura humana, es muy importante que cada elemento del hogar se preocupe con el otro y se ocupe también con él. Cada vez que pensamos en la familia que vive en ese hogar que estamos abordando, ciertamente que cabe a los esposos determinados compromisos entre sí, para la manutención del hogar. Si ellos no hicieran esos cuidados, el hogar no se sustenta. Para la estructura del hogar es importantísima la fidelidad, el respeto, la pareja, el acompañamiento, el compañerismo. Si hubiera hijos en la relación, los cuidados con la dirección de los hijos en este mundo atormentado de la actualidad. ¿Dónde están nuestros hijos? ¿Con quién están nuestros hijos? ¿Qué estarán haciendo nuestros hijos? Esos cuidados que, hay muchos, pasaran a ser cosas fuera de moda, necesitan volver a las preocupaciones nuestras, necesitan retornar a los cuidados domésticos.
Cuando oímos las noticias de que tal niño fue maltratado, fue llevado, fue conducido, eso nos lleva reflexionar sobre las desatenciones, muchas veces, de los padres. ¿Con quién está mi hijo? ¿Dónde está en este momento? Vivimos días en que nuestros hijos son mandados para dormir en la casa de los amigos, de los colegas. Pero no sabemos quiénes son los padres de esos amigos, de esos colegas. No sabemos cuál es la formación moral de esa familia para donde estamos mandando a nuestros hijos. Muchas veces, despertamos demasiado tarde. La estructura del hogar exige buen sentido, exige cuidado, exige raciocinio. No es una prisión. Todos disfrutan libertad. Pero, en la estructura del hogar, la libertad jamás estará alejada, distanciada de las nociones de responsabilidad.
Todos los que tienen libertad en el hogar, también han de tener responsabilidad. ¿Y si fueran niños? Vamos enseñando a los niños a tener responsabilidad con las cosas de ellos. Guardar los juguetes, colocar la ropa que saco del cesto, en la medida en que ellos van pudiendo. ¿Cómo los niños aprenden a ayudar en casa? Trae para mama, coge la escoba. Coge aquello. Trae aquello. Lleva aquello para la mama. Ayuda a mama. Sin ninguna imposición, para que el niño aprenda a gustarle colaborar. Ven aquí con papa, ponte aquí para que para pueda estirarse. Creando vínculos. Cuando nuestros hijos comienzan a ir para la escuela, temprano, será nuestro deber, de papa o de mama, llevar el asunto con ellos.
¿Cómo te fue hoy el día? ¿Con quién jugaste? ¿Qué te enseño la profesora? ¿O la tía? ¿Y tu merienda, la comiste? ¿Compartiste con alguien? Para qué enseñemos a nuestros niños, desde temprano, a conversar con nosotros sobre lo que paso con él. Después que el aprenda a conversar con nosotros, no necesitamos preguntar nada. Cuando agarramos la puerta de la escuela, el ya nos viene contando. Cuando lo ponemos en el coche, el ya comenzó a hablar. Y es de esa manera que vamos creando una compañía domestica. Los hijos no necesitan esconder a sus padres las cosas que viven. Los padres no deben negar orientación a los hijos, para que ellos sepan guiarse. Estar siempre acompañando. Cuando nuestro hijos comienzan a crecer y no hacen aquellas intrigantes preguntas, sobre sexo, sobre eso o sobre aquello, que los padres no imaginen que ellos no saben, que ellos son inocentes. Admitan que ya aprenderán, de forma equivocada y, porque aprenderán de forma equivocada, tengan vergüenza de hablar con nosotros.
Cabe, entonces, para que el hogar se levante, todos nosotros envolvernos con todos. Con cariño, con atención, con sonrisa, con seriedad, cada cosa en su lugar. Pero, que no falte entre nosotros jamás la ternura, el respeto reciproco, en la certeza de que somos hermanos en Dios, momentáneamente situados como marido, mujer, padres, hijos, hermanos. Para que nuestro hogar sea feliz, para que utilicemos ese crisol, como la gran oficina de las almas, no podrá faltar el amor. El amor que genera respeto, el amor que imprime responsabilidad.
Raúl Teixera
Transcripción del Programa Vida y Valores, número 186, apresentado por 
Raul Teixeira, bajo coordinación de la Federación Espírita de Paraná. -Lista Luz_Espiritual-España
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CONEXIONES SOLIDÁRIAS

Jorge Hessen

Christian McPhilamy, un chaval de 8 años, de Melbourne, en Florida, EUA, decidió dejarse los cabellos crecer a fin de hacer pelucas para los niños con cáncer. McPhilamy tuvo la idea hace algunos años, asistiendo a un comercial de cáncer pediátrico. En aquella ocasión descubrió que los niños quedaban calvos con la quimioterapia y que podría ayudarlas donando los propios cabellos. Para eso, dejo sus cabellos crecer. Quedó tan cabelludo que comenzó a sufrir asedio moral en la escuela, todavía, soportó las críticas y el asedio moral. Fueron dos años de provocaciones de colegas y adultos que lo llamaban niña. Cuando las la melena ya estaba bien larga, el rapó la cabeza y dono 30 centímetros de cabellos a una institución que hizo pelucas gratuitas para los cancerosos.

Por hablar de eso, en Irá, el profesor Ali Mohammadian percibió que Mahan Rahimi, de ocho años, uno de sus alumnos, era portador de una enfermedad rara que provoca la pérdida de los cabellos. Rahimi quedó muy aislado después de haberse quedado calvo, su alegría desapareció completamente y el profesor, preocupado con el desempeño escolar del niño por causa de la calvicie, decidió rapar la cabeza y quedar calvo como el niño a fin de parar las agresiones verbales y físicas que Mahan sufría en el colegió. Algunos días después, inspirados por el profesor, todos los colegas del profesorado de Mahan decidieron rapar el cabello también, generando una ola de solidaridad que sorprendió a todos. La corajosa actitud del profesor fue ampliamente divulgada en los medios de comunicación do Irá y Ali Mohammadian se tornó un héroe nacional.

Cuando visitamos al enfermo en el lecho de un hospital, cuando extendemos las manos al preso en la cárcel, cuando escribimos una carta de “feliz aniversario” para un amigo, cuando donamos la compra con los utensilios básicos para la familia carente, cuando telefoneamos a alguien que no vemos desde hace mucho tiempo, cuando prestamos atención al prójimo, establecemos un vínculo solidario.
Obviamente, la solidaridad es una palabra que asombra a los individualistas, porque inflige la movilización de recursos en favor del prójimo, sin embargo nos guste o no es la ley de asistencia mutua y de la dependencia recíproca, sin la cual todo progreso, en el planeta, es prácticamente imposible. La Ley que rige las relaciones sociales impulsa al hombre a la solidaridad y al amor, chispa sublime que todos, sin excepción, tiene en el corazón, a la vista de que un hombre, por más abominable que sea, quiere a alguien, a un animal o a un objeto cualquiera vivo y ardiente.

¿Allan Kardec indagó a los Espíritus si “el hombre, al buscar la sociedad, obedece apenas a un sentimiento personal o hay también en ese sentimiento una finalidad providencial de orden general?” Los Benefactores esclarecieran: “el hombre debe progresar, más solo no lo puede hacer porque no posee todas las facultades; precisa del contacto de los otros hombres. En el aislamiento, el se embrutece y se sofoca”.1]

Ser solidario es sentir necesidad íntima de dividir algo o alguna cosa con el prójimo. A solarización es el deseo de identificación con las dificultades de los otros, que lleva a las personas auxiliarse mutuamente. Es el compromiso por el cual nosotros percibimos en el comprometimiento de ayudarnos unos a los otros. Sin el debido culto a la solidaridad nuestros pasos, por más firmes que sean, no sorprenderían al frente sino intranquilidad y agitación, discordia y destrucción. Todo es interdependencia y sustentación recíproca en toda la naturaleza, para que disfrutemos la experiencia de la existencia física rumbo a la noble elevación de la inmortalidad vencedora.

En Devon, Inglaterra, la señora Molly-Mole Povey, preocupada con su hijo Román que reclamo no tener amigos en la escuela, deliberó poner un mensaje en Facebook solicitando a las personas que colocasen un “feliz aniversario” al hijo. El mensaje de Molly “se propagó”[2] y centenas de cartas llegaron a la casa de la familia, hasta incluso de lugares distantes como Nova Zelandia, Dubái, Finlandia, Dinamarca, Egipto, Noruega, Alemania y Australia. En verdad , Molly-Mole aguardaba apenas que algunas personas de la escuela la felicitaran una tarjeta “virtual” a su hijo , más (o post) fue muy compartido y las personas del mundo entero se ofrecieron para enviar tarjetas de “muchas felicidades”. Eso es una prueba cabal de que el ser humano tiende a la solidaridad

Aristóteles, el filósofo griego, afirmó que “el hombre es un animal social”, esto es, el no basta a sí mismo, pues (re) nació para interactuar con su semejante. Emmanuel enseña que la Tierra debe ser considerada escuela de solidaridad para el perfeccionamiento y regeneración de todos nosotros. “En el dolor como en la alegría, en el trabajo feliz como en la experiencia escabrosa debemos considerar la reencarnación un proceso de sublime aprendizaje fraternal, concedido por Dios a sus hijos, en el camino del progreso y de la redención.”[3] Todavía, diversas criaturas, de un modo general, aún tienen mucho de la tribu encontrándose encarcelados en los instintos propiamente humanos, en la lucha de las posiciones y de las adquisiciones, dentro de un egoísmo casi feroz, como si guardasen consigo, indefinidamente, las herencias de la vida animal. “La fraternidad [solidaridad] conquista una nueva expresión en lo íntimo de la criatura, a fin de que el Espíritu pueda alzar el gran vuelo para los más gloriosos destinos.” [4]

Fraternidad [solidaridad] puede traducirse “por cooperación sincera y legítima, en todos los trabajos de la vida, y, en toda cooperación verdadera, el personalismo no puede subsistir, resaltándose que quien coopera cede siempre alguna cosa de si mismo, dando el testimonio de abnegación, sin el cual la fraternidad no se manifestaría en el mundo, de modo alguno.” [5]

Dentro dos auténticos manifiestos cristianos, nace la solidaridad, que sólo puede ser ejercida por los que no viven solamente para sí. Atendamos a los impositivos de la solidaridad y comprendamos que la Ley Divina, en tiempo alguno, nos sugiere aislamiento que, en verdad, es siempre egoísmo, aun mismo cuando nos ausentemos de la batalla humana, bajo la argumentación de cultivar la virtud y garantizar la fe.

Observemos que la propia familia consanguínea es un orden de auxilio mutuo. Nadie reencarna sin el desvelo de la cuna y la cuna es sucesivamente el desvelo de la madre, el arrimo del padre para deshacerse en disposiciones de paz y luz. La solidaridad es una actitud que tiene una función preponderante en esta batalla trabada por el hombre contra si mismo. Algunos infelizmente permanecen bajo el yugo de la soledad, del estar en si mismo, en el seno de un agrupamiento de siete billones de personas. Ser solidario es acudir incondicionalmente a los que carecen de ayuda. No podemos caer en la fosa profunda del egoísmo, o sea la fosa que la experiencia ya demostró no ser tapada con los bienes materiales. Un agujero que sólo puede ser llenado por una vida honorable, cuyo diseño básico es ser solidario, por el simple placer de serlo.

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¿ Podría  ser que  personas que coinciden  juntas  en esta vida, hayan coincidido en alguna   vida anterior?

         Con frecuencia,  sucede así , pues siempre durante la vida con “diversos compañeros de viaje”  se crean lazos de Amor o de odio, o cualquier otra pasión, que perduran después de  la muerte del cuerpo, y  por igualdad de sintonía, atraen y  unen a esos Seres que se buscan en el Mas Allá y después también aquí , en donde regresan de nuevo al mismo escenario físico en donde ya estuvieron juntos anteriormente. Así  puede suceder porque la Ley de Causa y Efecto y  la de Afinidad, funcionan inexorablemente como toda ley moral establecida.
 En estos casos es muy frecuente que cada uno venga con otro papel que representar en este escenario de la vida, lo que significa que  muchas veces  la  relación personal o familiar entre ellos cambia de una vida a otra, así  por ejemplo, quienes tuvieron en una vida pasada una relación de amigos, ahora  podrían  coincidir de nuevo juntos pero como esposos;  otras veces volverán como padre e hijo, otras  lo serán  como  jefe y subordinado, etc.
    En cada vida humana, el Ser espiritual va jugando papeles o roles diferentes , con el fin de reafirmar mejor  los valores y aspectos positivos que haya entre él y quienes le rodean, así como para  pulir y superar otros aspectos negativos que también nos ligan con otros Espíritus. Somos semejantes a los  actores que van representando una tras otra, diferentes obras , con diferentes papeles en cada una de ellas, y así vamos  perfeccionando nuestras representaciones con arreglo a las experiencias que vamos acumulando.
- Jose Luis Martín

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 “La doctrina espírita nos muestra el verdadero significado de la vida social ,especie   de    terreno espiritual en que plantamos y cosechamos, e igualmente la escuela   donde debemos  aprender la ciencia del bien.
-Chico Xavier-

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