sábado, 14 de febrero de 2015

CARACTERES DEL VERDADERO PROFETA

LA CRISIS FINANCIERA La crisis financiera que estalló durante el segundo semestre de 2008 de ninguna manera ha terminado y golpea a los pueblos del mundo entero. El punto de partida de la crisis lo constituye la crisis llamada “de las subprime” (créditos a riesgo otorgados en condiciones deshonestas a las familias pobres norteamericanas tentándolas con un aumento sin fin de los precios de los inmuebles) aletargada por las tasas de interés cercanas a cero por iniciativa de la FED (*) para sostener la economía norteamericana después de la quiebra de la burbuja Internet y los atentados del 11 de septiembre de 2001. (*) Reserva Federal (N. del T.) Basado en el endeudamiento (único recurso de las familias para seguir consumiendo en un contexto de reducción de los salarios en provecho de los dividendos de los accionistas) este sistema en el que los bancos transformaron los créditos a riesgo en productos financieros (“titulización”) bajo la etiqueta de “riesgo cero” era toda una “pirámide de Ponzi” y terminó por hundirse. Para evitar una reacción en cadena y una quiebra generalizada, los dirigentes mundiales han sostenido masivamente el sistema financiero inyectando más de 3.600 millardos de fondos públicos. La deuda particular se ha transformado en deuda pública, sin ninguna contrapartida (el famoso “cara: yo gano; cruz: tú pierdes”). Peor aún, los “mercados financieros” ayer salvados por los Estados, hoy se vuelven contra ellos especulando sobre las deudas soberanas, ¡es decir las que fueron aumentadas para salvarlos! Las promesas de control y regulación en el plano internacional no han tenido lugar a pesar de los anuncios y las promesas, los pueblos ya no son engañados por los discursos y otros golpes publicitarios del G20 sistemáticamente no seguidos de efectos. La palabra de los dirigentes nacionales, que ya no sirven a sus pueblos sino a los sacrosantos “mercados”, queda completamente desvalorizada por la crisis. En el mejor de los casos, aparece como de tiernos ingenuos, en el peor como de simples lacayos del capital y a las órdenes de la ultra riqueza y sus relevos. Más allá de las palabras, sólo Barack Obama trata de volver a poner las finanzas en su lugar, por lo menos en su propio país, mediante la adopción en julio de 2010 de la reforma bancaria y financiera más importante desde los años ‘30 que permitirá vigilar las transacciones sobre los productos derivados y controlar y limitar los créditos a particulares gracias a una nueva agencia. En Europa, la ira sube (gigantescas manifestaciones en Grecia, Francia y España) en la medida en que se ponen en práctica políticas de austeridad contra los pueblos para salvar una vez más a una minoría de privilegiados y
especuladores. Hoy, la hora no es de resignación, aunque muchos tienen la impresión de que “todo sigue como antes”. Esta impresión es cuidada y querida por los que tienen interés en que nada cambie y que cuentan con la resignación de los pueblos. Los espíritus siempre nos han indicado que puede comenzar una nueva era liberada de la tiranía del rey dinero con la condición del entendimiento y de una toma de conciencia generalizada. No queda más que comprobar que la renovación de las ideas está en marcha. Nada de desesperanza, pues las cosas cambian: asistimos al fin de una ideología de los mercados financieros sin trabas donde la auto-reglamentación ha resultado una impostura. Ideas ayer despreciadas nunca han tenido tanto eco: instauración de un impuesto sobre las transacciones financieras, suprimir los paraísos fiscales, desterrar la ultra riqueza instaurando una renta máxima, integrar la OMC (*) al sistema de las Naciones Unidas, creación de una moneda internacional, etc. (*) Organización Mundial de Comercio (N. del T.) El porvenir está por reinventar, y el espiritismo toma en cuenta la comunicación con el más allá y la supervivencia por la ley de la reencarnación para participar en la lucha por la justicia social, y la necesaria reflexión política en un mundo dividido por el dinero, a ser denunciado, ahora y siempre.
Revista espírita nº 83 ********************************
Los espíritus son seres individuales, tienen un envoltorio etéreo, imponderable,llamado periespíritu, especie de cuerpo fluídico de tipo de la forma humana. Ellos pueblan los espacios que recorren con la rapidez del relámpago, y constituyen el mundo invisible. ALLAN KARDEC EL ESPIRITISMO EN SU MÁS SIMPLE EXPRESIÓN *********************************
Caracteres del verdadero profeta ¡ Tenemos muchas iglesias y pocos cristianos! El Espíritu Erasto en el Evangelio Según el Espiritismo en el capítulo XXI, ítem 9, obra codificada por Allan Kardec, en Paris, en 1862, dio el siguiente mensaje. “Desconfiad de los falsos profetas. Esta recomendación es útil en todos los tiempos, pero, sobre todo, en los momentos de transición en que, como en éste, se elabora una transformación de la Humanidad , porque, entonces, una multitud de ambiciosos e intrigantes se convierten en reformadores y mesías. Y contra estos impostores es preciso mantenerse en guardia, y es deber de todo hombre honrado desenmascararlos. Sin duda, preguntaréis, cómo se puede reconocerles. He aquí sus señales: Solamente a un hábil general, capaz de dirigirlo, se confía el comando de un ejército. ¿Juzgáis que Dios sea menos prudente que los hombres? Estad seguros de que sólo confía misiones importantes a los que él, sabe capaces de cumplirlas, por cuanto las grandes misiones son fardos pesados que aplastarían al hombre carente de fuerzas para cargarlas. En todas las cosas, el maestro ha de saber siempre más de que el discípulo; para hacer que la Humanidad avance moralmente e intelectualmente, son necesarios hombres superiores en inteligencia y en moralidad. Por eso, para esas misiones son siempre escogidos Espíritus ya adelantados, que hicieron sus pruebas en otras existencias, visto que, si no fuesen superiores al medio en que tienen que actuar, nula les resultaría la acción. Expuesto esto, habéis de concluir que el verdadero misionero de Dios debe justificar, por su superioridad, por sus virtudes, por su grandeza, por el resultado y por la influencia moralizadora de sus obras, la misión que se dice portador. Sacad también esta otra consecuencia: si, por su carácter, por sus virtudes, por su inteligencia, él se muestra abajo del papel con que se presente, o del personaje bajo cuyo nombre se coloca, no es más de que un histrión de bajo estofo, que ni siquiera sabe imitar el modelo que escogió. Otra consideración: los verdaderos misioneros de Dios se ignoran a sí mismos, en su mayor parte; desempeñan la misión a que fueron llamados por la fuerza de genio que poseen, secundados por el poder oculto que les inspira y dirige a su mal grado, pero sin designio premeditado. En una palabra: los verdaderos profetas se revelan por sus actos, son adivinados, al paso que los falsos profetas se dan, ellos propios, como enviados de Dios. El primero es humilde y modesto. El segundo, orgulloso y lleno de sí, habla con altivez y, como todos los mentirosos, parece siempre temeroso de que no le den crédito.” Finalmente como nos dijo Allan Kardec “Fuera de la Caridad no hay Salvación.” Así, reconocemos al verdadero profeta de actualidad lo que siembra el Amor nombre de Jesús y no lo que hace del Evangelio un médio de su riqueza material. João Cabral -. Publicado en el Periódico CINFORM de Aracaju en el día 14.09.2009. Con la edición de 22.000 ejemplares. *****************************
EL VALOR DE LA RIQUEZA Existen libros y libros, orientando los diversos servicios, indispensables a la administració n de la moneda que surge, en todas las regiones del mundo, como símbolo de poder adquisitivo, entretanto, esta charla se refiere únicamente a esclarecer la aplicación de los recursos financieros, en el cambio del amor al prójimo. En el mundo existe los avaros de la inteligencia, que se ocultan en las floridas trincheras de la inercia; los provistos de la salud que desamparan a los afligidos y a los enfermos; los privilegiados de la alegría que cierran la puerta a los tristes, aislándose en el oasis del placer; los felices de la fe que procuran la soledad, con el pretexto de preservarse contra el pecado; los exponentes de la juventud que menos precian la vejez; los favorecidos de la familia terrestre, que olvidan los andarines de la penuria que vagan sin hogar. Todos esos ricos de la experiencia común contraen pesados débitos con la humanidad. Recordemos que el Tesoro Real de la vida está en nuestro corazón. Quien no puede donar algo de sí mismo, en la buena voluntad, en la sonrisa fraterna o en la palabra sincera de bondad, en balde extenderá las manos repletas de oro, porque solo el amor abre las puertas de la plenitud espiritual y siembra en la Tierra la luz de la verdadera caridad, que extingue el mal y disipa las tinieblas. Habitualmente, atraemos la riqueza y suponemos detenerla para siempre, adornándonos con las facilidades que el oro proporciona… un día, sin embargo, en las fronteras de la muerte, somos despojados de todas las posesiones exteriores y si algo nos queda será simplemente la plantación de las migajas de amor que hemos distribuido, valoradas en nuestro nombre por la alegría, aun mismo que sean precarias y momentáneas, de aquellos que nos hicieron la bondad de recibirlas. Cuando traspasamos el horizonte y volvemos al otro lado de la vida, todo el bagaje de aquello que no necesitamos nos es confiscado, entretanto, las Leyes Divinas determinan que recojamos, con gran alegría, todo lo que dimos de lo que somos, de lo que hacemos, de lo que sabemos y de lo que tenemos, en socorro a los otros, transfigurándonos las concesiones en valores eternos del alma, que nos aseguraran amplios recursos adquisitivos en el Plano Espiritual. En las horas de peligro, todas las distinciones sociales, los títulos y las ventajas de la fortuna se miden en su justo valor. Todos somos iguales ante el peligro, el sufrimiento y la muerte. Todos los hombres, desde el más encumbrado hasta el más miserable, están hechos con la misma arcilla. Revestidos de harapos o de suntuosos trajes, sus cuerpos son animados por Espíritus del mismo origen, y todos volverán a encontrarse confundidos en la vida futura. Solo su valor moral los distinguirá. El más grande en la Tierra puede convertirse en uno de los últimos del espacio, y el mendigo puede vestir un traje resplandeciente. No tengamos la vanidad de los favores y de las ventajas pasajeras. Nadie sabe lo que no reserva el mañana. Si Jesús prometió a los humildes y a los pequeños la entrada en el reino celestial, es porque la riqueza y el poder engendran con demasiada frecuencia la soberbia, , en tanto que una vida laboriosa y oscura es el elemento más seguro del progreso moral. En la realización de su tarea diaria, las tentaciones, los deseos y los apetitos mal sanos asedian menos al trabajador; puede entregarse a la meditación y a desarrollar su conciencia; el hombre de mundo, por el contrario, es absorbido por las ocupaciones frívolas, por la especulación o por el placer. La riqueza nos liga a la Tierra con lazos tan numerosos y tan íntimos, que rara vez consigue la muerte romperlos y liberarnos de ellos. De aquí las angustias del rico en las vidas futuras. Sin embargo, fácil es comprender que nada es nuestro en este planeta. Los bienes a los cuales nos consagramos a toda costa no nos pertenecen más que en apariencia. Muchos han creído poseerlos, y todos más tarde o más temprano los abandonan. Nuestro cuerpo mismo es un préstamo de la Naturaleza, y ella sabe muy bien recobrarlo cuando le conviene. Nuestras únicas adquisiciones duraderas son de orden intelectual y moral. Delante de la exuberante tierra, paraíso donde Dios nos ha colocado, existen infinidad de posibilidades de progreso y de engrandecimiento de valores, pero el hombre se manifiesta la mayoría de las veces con mezquindad y avaricia, creyendo que solo la posesión efímera, le garantizará la perennidad de la vida y la seguridad existencial. Dice un dicho que “allí donde está tu corazón, se encuentra tu tesoro” por ignorancia el hombre no sabe ver la variedad de recursos que existen a su alrededor y le servirán para la preservación de la vida. Del amor a los bienes materiales nace la envidia. El que lleva en si este vicio puede despedirse de todo reposo y de toda paz. Los éxitos la opulencia del prójimo despiertan en él ardientes codicias y una fiebre de posesión que le consumen. La riqueza no es, sin embargo, un mal en sí misma. Es buena o mala, según el empleo que se hace de ella. Lo importante es que no inspire soberbia ni dureza de corazón. Es preciso que seamos dueños de nuestra fortuna y no sus esclavos; es sensato que nos mostremos superiores a ella, desinteresados y generosos. En estas condiciones, la prueba peligrosa de la riqueza se hace más fácil de soportar. No ablanda los caracteres, no despierta esa sensualidad casi inseparable del bienestar. Es una fuerza, as central afincada en el ego, que es la responsable por los conflictos sociales y económicos, políticos y psicológicos, que le arrastran a muchos a la desesperación, esclavizando los sentimientos y las aspiraciones, por la posesión, que se expande en el área de la afectividad como herencia patriarcal de que todo cuanto se encuentra a su alrededor es de su propiedad. En ese sentido, la familia, los amigos, los objetos son siempre suyos, sin que, a su vez, se permita donar a los otros. La prosperidad es peligrosa por las tentaciones que da, por la fascinación que ejerce sobre los Espíritus. Puede, sin embargo, ser la fuente de un gran bien cuando se dispone de ella con prudencia y mesura. Con la riqueza se puede contribuir al progreso intelectual de los hombres, al mejoramiento de las sociedades, creando instituciones benéficas o escuelas, haciendo participar a los desheredados de los descubrimientos de la ciencia y de las revelaciones de la belleza. Pero, sobre todo, la riqueza debe orientarse hacia aquellos que luchan contra la necesidad, en forma de trabajo y de socorro. Jesús cuando un hombre se le acerco para pedirle que recomendase a su hermano que dividiese la herencia con él, que era motivo de litigio entre los dos, el Maestro le respondió, interrogando. ¡Hombre! ¿Quién me designó para juzgaros o para hacer vuestras particiones? Y enseguida a continuación, y tras una breve reflexión, agregó: Tened cuidado de preservaros de toda avaricia, por cuanto, sea cual fuere la abundancia en la que el hombre se encuentre, su vida no depende de los bienes que posee. Para que esa lección se tornarse inolvidable, narró entonces la parábola del rico que era dueño de tierras, quien cuidaba de ampliar la fortuna hasta el exceso, y cuando no tenía ya más donde almacenar los bienes, se propuso dormir y gozar, y disfrutar de todo lo que le pertenecía, olvidado de que en aquella noche el Señor de la Vida tomaría su alma. Jesús jamás vino para juzgar y condenar, dividir y justificar. Eso significaría destruir el sentido profundo de Su mensaje, tornándolo trágico en Su construcción de Amor. El no era juez, no imponía la ley, la vivía y la sufría, enseñando sumisión a los códigos, aun cuando eran injustos, con el fin de estimular a cada ser a ascender a los niveles superiores del pensamiento y de la conciencia, liberándose de cualquier permanencia de egoísmo, o en la inferioridad existente en los peldaños inferiores de la transitoriedad carnal. Consagrar los recuerdos a la satisfacción exclusiva de la vanidad y de los sentidos, es perder la existencia y crearse penosas dificultades. el rico deberá dar cuenta del depósito que se ha puesto en sus manos para bien de todos. La cuestión de la riqueza asumió en la Buena Nueva una postura relevante, porque verdaderamente los ricos no son los poseedores de cosas y volúmenes de la ambición, sino aquellos que se convirtieron en pobres del espíritu de avaricia, de pasiones inferiores, de angustias, enriqueciéndose en el reino de los Cielos que se inicia en la Tierra, con los dones de la renuncia, de la abnegación, del amor que se engrandece hasta alcanzar la postura de la caridad. Esa es la búsqueda ininterrumpida a la que se debe entregar el ser humano, es el desafío psicológico del auto encuentro, del descubrimiento de la realidad espiritual, del sentido profundo de la existencia más allá del campo de las formas objetivas y sensuales. La misión inteligente del ser humano en la Tierra, es la de promover el progreso propio así como el general, y ahí reside el fin providencial de la riqueza, que estimula la creatividad con fines nobles y la dignificación espiritual, mediante la ampliación del pensamiento que se despoja de las corazas del mito para realizar obras a favor de su crecimiento emocional y moral. A través de la postura del amor surge la comprensión de cómo aplicar la riqueza, multiplicándola en obras que favorezcan a todos los seres con oportunidades de desarrollo de los valores internos, alterando los paisajes íntimos por medio de las conquistas que le son presentadas. Hay que vivir el presente, como presente, en un constante servicio de construcción interior, es el deber que cabe a los poseedores de riquezas, que las tornaran bienaventuradas por la cooperación que expande en derredor de sus recursos. Los bienes más importantes que los acumulados en las arcas y en los bancos, son los bienes de carácter emocional y espiritual, social y moral: la inteligencia que sabe administrar la existencia corporal; la memoria que se encarga de archivar las experiencias, las tendencia hacia el bien, lo bueno, lo bello, lo eterno; los sentimientos del deber que nacen de la conciencia que actúa en consonancia con las soberanas Leyes de la Vida. Estos tesoros, sin duda alguna, son más preciosos que los materiales, ya que se pueden transformar en valiosos emprendimientos salvadores de vidas, como la instrucción, la educación, la liberación de los vicios en razón del amparo en el campo de la salud y del trabajo, propiciando felicidad en todas partes. La fortuna, sea como sea que se manifieste, es una alta responsabilidad, que el que la posee tendrá que rendir cuentas, inicialmente a si mismo, por la incitación de la conciencia responsable y cuando despierta e impone la culpa por el mal empleo, y delante de la Conciencia Cósmica, de la cual nadie se evade por presunción, capricho o infantilidad emocional… En la pobreza y en la riqueza el ser adquiere experiencias valiosas que constituyen su patrimonio de crecimiento en el rumbo Infinito, en la marcha inexorable por la búsqueda de Dios, ampliando la capacidad de servir y amar, porque nadie está libre, de que a la noche, suene la voz que le dirá: ¡Que insensato! Esta misma noche tomaran tu alma… ¿Y qué sentido tendrá todo cuanto fue almacenado, si no fue aplicado con elevación y sabiduría. Francisco de Asis, Miguel Angel, Vicente de Paul y tantos nobles Espíritus que vivieron en este mundo, sabían que el trabajo, las privaciones y el sufrimiento desarrollan las fuerzas viriles del alma, en tanto que la prosperidad las aminora. En el desprendimiento de las cosas humanas, unos encontraron la santificación y otros el poder que proporciona el genio. La pobreza nos enseña a compadecernos de los males de los demás, haciéndonos conocerlos mejor; nos une a todos los que sufren; da valor a mil cosas hacia las cuales son indiferentes los dichosos. Los que no han conocido sus lecciones ignoran uno de los aspectos más conmovedores de la vida. No envidiemos a los ricos, cuyo esplendor aparente oculta tantas miserias morales. No olvidemos que bajo el cilicio de la pobreza se esconden las virtudes más sublimes, la abnegación y el espíritu de sacrificio. Reflexionemos en los talentos divinos que nos bendicen en todas las esferas de la existencia y, deseando la felicidad y la victoria, a todos los amigos que se mueven, en el mundo, bajo el peso de la fortuna transitoria, con difíciles problemas a resolver, anotemos con imparcialidad como empleamos, día a día, los créditos del tiempo y los tesoros de la vida, para que vengamos a saber con seguridad lo que estamos haciendo realmente de nosotros. Consideremos los talentos imperecibles que ya retenemos en la intimidad de la propia alma y recordemos que transportamos en el corazón y en las manos los recursos inefables para extender, infinitamente, los tesoros de trabajo y las riquezas del amor. Solamente el trabajo sentido y vivido es capaz de generar la verdadera fortuna y acrecentarla infinitamente, y, por eso, amando la tarea que el Señor nos confió por más inquietante o sencilla que sea, valgámonos del tiempo para enriquecernos hoy de luz y amor, comprensión y merecimiento, a fin de que el tiempo no nos encuentre mañana con el corazón fatigado y las manos vacías. Derrama el tesoro del amor que el Padre Celestial te situó en el corazón, a través de bendiciones de fraternidad y simpatía, bondad y esperanza para con los semejantes, y en cualquier grupo social en el cual te veas, serás, invariablemente, la criatura realmente feliz, bajo las bendiciones de la Tierra y de los Cielos. Trabajo realizado por Mercedes Cruz Reyes, extraído del libro Jesús y el Evangelio de Divaldo Pereira Franco Y DEL LIBRO: DESPUÉS DE LA MUERTE DE “LEÓN DENIS

viernes, 13 de febrero de 2015

Comunicación mediúmnica


                      COMUNICACIÓN                                       ESPIRITUAL

Los ímpetus y las corrientes del siglo en que vivís son tan extraordinariamente violentos, que en muchas ocasiones os faltan las fuerzas para resistirlos. El espectáculo que ofrece hoy el pueblo español ante el mundo civilizado, es debido solamente a la cultura y laboriosidad de sus hijos que han hecho entrar en una nueva etapa de felicidad y bienandanza a esta vetusta y fatigada España, por tantos despojada y desatendida.
    Donde quiera que se reune la vida social, el arte y la ciencia, en la insignificancia que podeis vosotros conocer, se observa siempre ese movimiento, parecido al de las olas del inmenso océano que pugna por desarcirse y se estrellan unas con otras, impotentes ante la sabia ordenación de las leyes que las impulsan.
    Si esas leyes son infalibles e inquebrantables, también lo son leyes porque se rigen las humanidades y las hacen girar en mayor o menor órbita según sus adelantos y conocimientos en el saber huano. Cuando los pueblos por su cultura y laboriosidad y buenas costumbres se hacen dignos de una relativa felicidad, la tienen indudablemente y la tienen cuando menos se la esperan, pero no les falta, porque son el resultado de leyes naturales, dirigidos por el Supremo Hacedor que manda y dispone con la justicia propia de su magnificencia en todos los mundos y en todos los seres de la Creación.
   La antígua y hoy moderna España, patria de tantos hombres eminentes en letras y ciencias, se ha hecho acreedora después de tantas adversidades a esa nueva felicidad que la espera y que ya ha encontrado su camino: Unos lo achacan al lado bueno y virtuoso que simboliza la monarquía representada por dos seres dignos de respeto, pero lo cierto del caso es que esa esperada felicidad es originada por tantas causas, que nosotros no podemos explicarla, ni está tal vez a nuestro alcance; pero es el caso que se efectúa el movimiento de avance y que siguen las corrientes de la moderna civilización, verificando su impulso tan rapidamente que, no lo dudeis, tanto en lo espiritual como en lo material, estais ganando por momentos y segís las huellas de los pueblos que han entrado en el camino de la perfección.
   Es el pueblo español, donde hoy se fijan tantas miradas, y este pueblo será indudablemente, el que devueva a España la cultura, los adelantos sociales y el libre pensar de grandes filósofos espirituales y científicos como los que hubo en el pasado. En ese ambiente dará lug que florezcan de nuevo genios de gran amorosidad, auténticamente cristiana, de tan potente fulgor que nada ni nadie podrá apagar el fulgor de sus grandes resplandores.

Medium:  J.G.
(Extraido de la Rev. nº 5 de Fraternidad Cristiana Espírita)
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HEGEMONIA DE JESÚS

Jesús es el Espíritu más excelso y genial de la Tierra, de la cual es su Regente Espiritual. Fue el más Sublime, heroico e inconfundible Instructor entre todos los mensajeros espirituales que ha tenido la Humanidad. Su encarnación mesiánica y su pasión sacrificial tuvieron como objetivo, acelerar todo lo posible, el ritmo de evolución espiritual de los terrícolas para proporcionar el mayor número de redimidos cuando se haga la gran selección, de los lobos y de las ovejas.
Sabemos muy poco de Jesús, es posible que después de que pasen algunos milenios llegaremos a conocerlo en toda su plenitud. Son muchas las dudas o minucias sobre los acontecimientos ocurridos cuando estuvo en la Tierra.
Millones de seguidores de Cristo, han ojeado la Biblia que es llamado el Libro de la Verdad, sin embargo no se pueden llevar al pie de la letra ciertos enunciados que, en la época, fueron desfigurados, justamente por la ignorancia y el fanatismo de la gente de aquel tiempo.
No todo está claro para cualquier persona; no por eso vamos a afirmar que los hechos no sucedieran, los elementos no existieran, o que muchas cosas eran fantasía. El modo de escribir y relatar aquellos hechos, era para entendimientos de los hombres cultos o incultos, militares o predicadores, gente que estaba muy apartada de los secretos de la Espiritualidad, y dominados por los intereses exclusivos de los religiosos que eran quien mandaban y los controladores de las conciencias del ser viviente de entonces.
La historia comienza a modificarse cuando los profetas anuncian la venida del Enviado del Padre para intentar modificar la forma de vivir del hombre.
Jesús dijo claramente que “Nadie iría al Padre sino era a través de El”. Pues el venia del Padre para mostrar el camino que la humanidad debía seguir.
Jesús se asemejaba a un rayo de Sol intentando acomodarse en una modesta vasija de barro. Jesús fue un “Avatar”, es decir, una entidad de muy elevada estirpe, sideral, liberado de la rueda agotadora de las reencarnaciones educativas o expiatorias. Su reencarnación no se procesó como la de la generalidad de los espíritus primarios, que son atraídos hacia la carne por la predominancia del instinto animal.
Predico el Evangelio, curo a los enfermos de todos los tipos y enfermedades y expolio demonios y atormentados
La humanidad considero esos hechos milagrosos. El mismo Maestro confeso que nada de lo que hizo tenia nada de extraordinario, y que, con el Poder que distribuía a los apóstoles y discípulos, otro con buena voluntad puede hacer eso mismo y mucho mas…
Su éxito no dependió de las protecciones celestiales, sino, de su amor intenso y puro, de su afecto desinteresado e incondicional hacia el hombre. Jesús, también fue inmaduro de espíritu y realizo el curso espiritual evolutivo a través de los mundos planetarios, hoy desintegrados en el Cosmos. Eso fue hace muchísimo tiempo, pero ocurrió bajo el mismo proceso que Dios, Amor y Justicia, aplica a todos los hombres, sin distinción.
Dos mil años han pasado, y el hombre continua lo mismo, con el desenvolvimiento de sus intereses materiales y casi imperceptibles a lo Espiritual.
El poder invisible de Cristo aun no es comprendido, sentido, utilizado y bendecido, y el ejemplo y los mandamientos del Enviado de Dios no han sido seguidos ni obedecidos, solo por una pequeña minoría.
Los grandes espíritus seguidores del hijo de Dios, en ambientes semejantes, incorporados en Médiums de buena voluntad, sirven a la humanidad sufridora, beneficiando al gran todo Poderoso, buscando mayor evolución.
Por eso, del Astral Superior, con el beneplácito del Todo Poderoso, Cristo vivo, por sus Representantes Espirituales, esparce sobre las cabezas y corazones de los seguidores, el amor, la centella que los hace percibir y reconocer, en el semejante, a un hermano, también hijo de Dios.
Jesús olvidado por la historia profana, es el único medicamento salvador del hombre moral y psíquicamente enfermo del siglo actual. Su amor y su Evangelio podrán amainar las pasiones humanas y armonizar a los seres en una convivencia pacifica y jubilosa.

Trabajo realizado por Merchita 
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Preludios del regreso a la vida corporal



Antes de comenzar esta charla, diré a los hermanos lectores, que la lectura e interpretación de la Doctrina Espírita, me ha hecho pensar seriamente, en muchas cuestiones, que hacen a mi vida en lo personal y que posteriormente, tales cuestiones, se reflejaron en mis seres queridos, en mis hijos, familiares, compañeros de esta nueva encarnación.
La magnifica obra del Maestro Allan Kardec, en su codificación, fue, es y será mi guía permanente para el estudio de la Doctrina y sus entretelones de la vida material, más aún, la vida en el plano Espiritual, que a mi entender es nuestra verdadera morada.
Entre las cuestiones que me fueron presentando, en la medida de mi entendimiento, me despertó mayor interés , en los procesos reencarnatorios, tan bien explicados en el “Libro de los Espíritus”; capítulo IV “Pluralidad de las Existencias” y más específicamente, el capítulo VII, “Retorno a la Vida Corporal”, capítulos éstos, tan amplios e importantes, para nuestro entender, que los he tomado como perfectos para la introducción de esta charla.
Si bien me encuentro entre hermanos estudiosos del Ideal Espírita, espero a través de la presente, poder reafirmar conceptos y si Dios me lo permite, abrir nuevas expectativas, para el estudio más acabado de aquellos hermanos que le interesen “Los Preludios del Regreso a la Vida Corporal” y los entretelones de cómo se reencarna, abarcando los entretelones tan poco comunes, en algunos casos, de una nueva existencia, de una nueva existencia que ha de comenzar, el Espíritu para su evolución hacia Dios.
Debo aclarar lo mucho que me ha ayudado para el logro de esta charla, el contenido que se encuentra en el libro “Misioneros de la Luz”, los capítulos XII, XIII y XIV. Preparación, de Experiencias, Reencarnación y Protección, respectivamente, dictado por el Espíritu de André Luiz, al Médium, Francisco Cándido Xavier. 
Para ir entrando en el tema, he tomado del capítulo, cuarto, del Libro de los Espíritus, “Pluralidad de las Existencias”, el punto número (dos) “Justicia de la reencarnación”, en la pregunta N° 171, dónde el Maestro Allan Kardec, pregunta al mundo espiritual de Luz; ¿En qué se funda el dogma de la reencarnación? Respondiéndose: En la justicia de Dios y en la revelación, porque sin cesar lo repetimos: Un buen padre siempre deja siempre a sus hijos, una puerta abierta al arrepentimiento, ¿No te dice la razón que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna a todos aquellos de quienes no ha dependido el mejorar? ¿Acaso todos los hombres no son hijos de Dios?,. Sólo entre los humanos egoístas se encuentra la iniquidad, el odio implacable y los castigos sin perdón.
Para no dejar puntos poco claros a éste respecto, el Maestro Allan Kardec, nos dice: “Todos los Espíritus tienden hacia la perfección y Dios les provee los medios de obtenerla mediante las pruebas de la vida corporal. Pero en su justicia les reserva que cumplan en nuevas existencias lo que no pudieron hacer o perfeccionar en una primera prueba”.
No estaría de acuerdo con la equidad y la bondad de Dios castigar para siempre a aquellos que han podido encontrar obstáculos para su mejoramiento, independientemente de su voluntad y en el medio mismo donde se hallaban ubicados. Si la suerte del hombre después de su muerte estuviera irremediablemente fijada, Dios no habría pesado las acciones de todos con la misma balanza y nos hubiera tratado con imparcialidad.
La Doctrina de la reencarnación, esto es, aquella que consiste en admitir para el hombre, muchas existencias sucesivas, es la única que responde a la idea que nos formamos de la justicia de Dios para con los hombres de una condición inferior, la única que puede explicarnos el porvenir y fundamentar nuestra esperanza, puesto que nos ofrece el medio de rescatar nuestras faltas mediante nuevas pruebas. La razón nos los indica y los Espíritus así lo enseñan.
Saliendo de las textuales palabras del maestro Allan Kardec y entendiendo que en mayor o menor medida, somos deudores ante la Justicia Divina y que muchos de nosotros ya hemos tenido varias existencias, llegando el momento de preguntarnos: ¿Cómo se han operado esta y aquellas? ¿Hemos sido siempre concientes del cumplimiento de esta ley? ¿Quién nos orienta en La nueva travesía terrestre? Estas y un sin número de preguntas tienen respuesta, siempre y cuado veamos al ser humano, al Espíritu inmortal, dentro de un punto de vista independiente, único y no generalizar la reencarnación como un hecho puramente usual, basándonos en el imperativo de la procreación y que las virtudes o desgracias del recién llegado, son obra de la suerte. Esto quiere decir, que cada ser esta subordinado indefectiblemente a sus obras del pasado y que en el mayor de los casos, descendemos a la tierra, endeudados con la Justicia Divina, para soportar pruebas o difíciles expiaciones que se muestran desde el primer día de nuestro nacimiento, habiendo elegido en el mayor de los casos, nosotros mismos, lo más conveniente para nuestro adelanto, y en otros casos la reencarnación se impone, sobre todo cuando, el Espíritu no es todavía apto para realizar una elección con conocimientos propios del acto que ha realizar y sus consecuencias.
Las pruebas están a la vista ¿Cuántas veces hemos visto nacer niños, ciegos o sin sus extremidades o con crueles enfermedades, sin ningún pecado aparente? Casos que turban nuestra razón y hasta veríamos a un Dios injusto, sino tuviéramos el conocimiento que nos proporciona el estudio del Espiritismo, más cuando profundizamos la ley de causas y efecto, que se acciona con el Libre Albedrío de nuestros actos. Y con un sentimiento de Amor y caridad, esos seres de gran elevación nos dicen; ¡Todo se paga! Y necesario ha de ser para que la balanza de la Justicia Divina, volcada, hacia el lado del bien nos haga merecedores de vestir con el color blanco del manto nupcial y los colores áuricos de las virtudes adquiridas, para siempre.
Pues para la Justicia Divina, no hay errores, sólo entre los hombres existen falsas sentencias y delitos impunes, procederes estos que indican la inferioridad espiritual del mundo en que vivimos.
No es el propósito del presente escrito, indagar sobre tratados de leyes terrenales, ni de sus aplicaciones, solo me extendí brevemente en estas cuestiones que son de carácter introductorio, pero afirmando nuevamente que todo impedimento físico del grado que fuese, es la parte visible, es el efecto de una causa. 
Para continuar esta charla, primero veremos los acontecimientos de cómo el Espíritu llega de su retorno de la vida material a la vida Espiritual. Es como ver el inicio de una nueva etapa.
Durante la vida material, el Espíritu se halla ligado al cuerpo por su envoltura semimaterial, que se denominó periespíritu. La muerte solo destruye el cuerpo y no al periespíritu, el cual se separa del cuerpo cuando cesa en éste la vida orgánica. Las observaciones realizadas nos dicen que el desprendimiento del periespíritu se opera de diferentes formas, es gradual y en un plazo muy variable. En algunos Espíritus es rápida, éste proceso de liberación con la materia inerte, más aún hablando de Espíritus muy apegados al cuerpo físico, es más lento y largo, semanas, meses y hasta largos años, y en el peor de los casos, sienten con espanto, cómo es roído su cuerpo físico. Bien sabemos que el grado de adelanto moral, cumple un rol importantísimo, cuanto más conocimiento hay de la individualidad del ser, del desapego de las pasiones que embrutecen al alma y el conocimiento del “Porque de la vida”, el Espíritu escapa más rápido de esas ataduras, y felices aquellos que transitaron el camino del bien, se liberan dando gracias a Dios por la dicha que experimentan. ¿Pero que hay de aquellos que no han sabido ir por ése camino angosto y recto, qué por producto de la misma ignorancia, tomaron atajos hacia la delincuencia, el homicidio y hasta el suicidio? Algunos pensando que con éste accionar se terminarían sus suplicios, sus pesares y desdichas. Y cuando reingresan a la Patria Espiritual, sienten el remordimiento de sus actos, y una voz que les dice, ¡En cuanto te has equivocado, por no escucharme, que soy tu guía, ni a tu propia conciencia que es la palabra de Dios! En ése momento y en el mejor de los casos, al Espíritu lo envuelve un sentimiento profundo de arrepentimiento, ya cansado de seguir huyendo de sus equívocos del pasado, piden a Dios el socorro, para salir de ése estado tormentoso, he iniciar la transformación de su Espíritu, sabiendo que no hay otro camino mejor.
¿Pero cómo se opera esa asistencia? Hablamos de Espíritus que poca idea pueden tener de la bondad del Supremo y hasta de la existencia de Espíritus de gran luz y bondad, con tanto amor, comprensión y caridad. Ellos son los intercesores del plano Espiritual y relacionados con el plano material, son los que conforme a la voluntad Divina, ponen de su luz fraterna, la paz en los hogares, interceden entre los enemigos, calman las angustias, despiertan nuestra conciencia, nos levantan el ánimo en los momentos de duras pruebas, ayudan fluidificando a enfermos y moribundos, en pocas palabras, son los “Misioneros de la Luz. Ante la ignorancia y la debilidad del ser. Por mil circunstancias distintas hemos de decir que todos los casos de Espíritus reencarnantes, no son iguales, y la diversidad de ellos se encuentra en relación entre el debe y el haber. Como dice el dicho; “La siembra es libre, pero la cosecha es obligatoria”, no obstante recordemos que Dios es todo amor y ante nuestros desvíos del camino del bien, él siempre nos extenderá su misericordiosa mano.
Muchas veces nos hemos preguntado, ¿Cómo es el Mundo Espiritual?, he ahí una pregunta que abordaremos unos instantes.
Para algunos sólo es el espacio infinito, poblado de planetas y millares de Espíritus errantes que sin cesar se agitan en torno a sus necesidades, donde se reconocen por su luz y progreso alcanzado. Y para otros el Mundo Espiritual es maravilloso, con caracteres iguales a los de la Tierra, con poblados donde habitan los Espíritus que allí residen, con lugares específicos para cada cosa y con una organización estructurada, que solo el arquitecto del universo es capaz de crear.
Para una mejor interpretación de lo expuesto, he indagado de diferentes libros sobre el tema y del volumen “La Vida en el Mundo Espiritual” de André Luiz, he extraído los siguientes párrafos, que a modo de introducción, incluye a otras obras, y que en la citada hay una gran coincidencia en las respuestas que dan los Espíritus, aún en diferentes tiempos y lugares.
En la obra “El Espiritismo”, escrita por Sir Arthur Conan Doyle, cuya fama mundial hace innecesaria aquí su presentación. En la edición al español y refiriéndose ala notable mediumnidad del gran sabio Sueco Samuel Swenderborg, dice lo siguiente: “Encontró que el otro mundo consistía en un número de esferas diferentes que presentaban grados de luminosidad y felicidad, a cada una de las cuales vamos después de la muerte, según las condiciones espiritual en que nos encontramos en la vida. Allí somos juzgados de una manera automática por una especie de ley espiritual que determina el resultado último, por el resultado total de nuestra vida, de suerte que la absolución o el arrepentimiento en el lecho de muerte son de poco provecho.
Encontró en aquellas esferas, que la escena y las condiciones de este Mundo, estaban reproducidas con fidelidad, así como el armazón general de la sociedad. Halló casa en la que vivían familias, templos en los cuales se oraba, salones en donde la gente se reúne para fines sociales, etc.
En la misma obra, Conan Doyle, menciona al notabilísimo médium norteamericano Andrés Jakson y dice lo siguiente: “En su visión del más allá, Davis vio una disposición de universo que corresponde muy aproximadamente a la de Swedenborg, y a lo que más tarde dijeron los Espíritus y fue aceptado por los Espiritistas. Vio una vida que se parecía a la de la tierra, una vida que puede llamarse semimaterial, con placeres y objetivos adaptados a nuestra naturaleza, que la muerte no modifica en modo alguno. Vio estudio para los estudiosos, labor genial para los enérgicos, arte para los artistas, belleza para los amantes de la naturaleza, reposo para los cansados. Vio frases graduales en la vida Espiritual, a través de las cuales se asciende a lo sublime y a lo celestial.
En la página 443, Conan Doyle dice: “En el mismo círculo familiar del autor, recibiese también este mensaje: Por amor a Dios, sacude y despierta a esa gente que no quiere creer. El mundo necesita saber lo que pasa aquí. Si yo en la tierra hubiese sabido lo que aquí me esperaba, mi vida habría sido muy distinta” 
“Os esperan infinidad de sorpresas, todas bellas y nobles, dulces y radiantes. La vida es sólo una preparación para estas esferas. Sin esta preparación no habría podido yo entrar en este glorioso y admirable mundo. En la tierra nos aleccionamos, y este mundo es el premio, nuestro verdadero hogar, nuestra verdadera vida: es el sol después de la lluvia.
Por último mencionaré, al gran periodista Inglés Williams T. Steads, que fuera director de la famosa “Review of Reviews”, en su muy interesante libro, titulado, “CARTAS A JULIA”, en él aparecen los dictados que a través de su propia mediumnidad hubo de hacerle el Espíritu de Julia, corrobora cuando deja expuesto, y en la página 84 de su edición española, traducción del gran espírita Argentino “Cosme Mariño, refiriéndose al célebre médium Staiton Moses, transcribe lo siguiente: Pregunta: ¿Las esferas son reales cómo en este mundo?
Respuesta: En todo semejante. Sólo el cambio de condiciones hace la diferencia. Hay aquí plantas, frutos, bellos paisajes, animales y pájaros como entre vosotros. Las condiciones materiales son diferentes.
Dado el tema que exponemos, ha sido necesario citar estas comunicaciones de seres respetables que avalan la gran y hasta incomprensible organización que hay en el Mundo de los Espíritus, y cómo es él, dándonos una valiosa información para poder avanzar en esta charla. A mi entender nos dan estas comunicaciones, una ubicuidad de cómo se trabaja, habiendo lugares específicos para cada cosa. 
Así lo manifiesta André Luiz, que después de pasar algunos años en el umbral a merced de entidades denigrantes y bajo fuertes sufrimientos debido al desapego de su familia, y el olvido de Dios, por no necesitar de él, recuerda al constructor del Universo y en un sentimiento de arrepentimiento sincero, pide al la ayuda del Padre Celestial, para salir de tal situación. Relatando su experiencia, nos comenta: “No sé, cuanto tiempo ha pasado desde que mi idea, fue la pedir ayuda, pero, ¡Ah! Es preciso haber sufrido mucho para entender todas las misteriosas bellezas de la oración; es necesario haber reconocido, la humillación, la extrema desventura para poder tomar con eficiencia el sublime elixir de la esperanza. Fue en ése instante que las espesas neblinas que me cubrían se disiparon y alguien surgió, como emisario de los cielos. Un simpático viejecito me sonrió paternalmente. Se inclinó, fijo en los míos sus grandes ojos lúcidos, y dijo:
-¡Valor, hijo mío! El señor no te desampara.
Junto a él, se encontraban dos entidades, que a la señal del intercesor, Clarencio, lo llevaron hasta un lugar de grandes puertas, similar a un hospital de la Tierra. Preguntando donde se encontraba, le respondieron: Este es “Nuestro Hogar”, aquí ayudamos a los Espíritus débiles y enfermos por las grandes luchas que han tenido en el campo mental. Aquí es el lugar donde se opera la transformación de los Espíritus, que quieren y deben continuar con su progreso Espiritual.
Consideré necesario, este resumen del rescate del iluminado, André Luiz, para no dejar huecos oscuros del lugar donde se realizan “Los Preludios del Regreso a la Vida Corporal”.
De aquí en adelante, veremos, cómo se trabaja en este hospital de salvamentos y rescate de las almas, poniendo en particular un caso de reencarnación y la imperiosa asistencia de los mentores espirituales para que este se lleve a cabo.
Para quienes no hayan leído la obra “Como se Reencarna” de André Luiz, aclararé, que “Nuestro Hogar” es un hospital que se encuentra en la periferia de nuestro planeta, donde hay varios servicios de ayuda, entre ellos, se encuentra el MINISTERIO DE PLANEAMIENTO DE REENCARNACIONES, en ese lugar es en donde se organizan, las nuevas reencarnaciones de los Espíritus, que esperan el momento para regresar a la tierra a cumplir con las nuevas pruebas asignadas. Ya hemos mencionado que cada caso es particular, como particular será su materia que se prepara de acuerdo a las luchas que el Espíritu tenga que enfrentar. Seria extensísimo exponer cada caso en particular. Es por eso que tomamos un caso en particular, que es el de Segismundo, gran trabajador de nuestro hogar, pero como muchos de nosotros se encuentra endeudado con la Providencia Divina, por un crimen cometido en una pasada encarnación.
Sin embargo, no hay deuda que no se pueda pagar, aunque para ello debe reinar el imperativo de la asistencia recíproca entre los implicados. En este caso se le recomendó al amigo, Segismundo, encarnar en el hogar, ya constituido de quien fuese su victima, hoy Adelino, que pasará a tomar el lugar de padre, este casado con la mujer que sin pensarlo promovió aquel acontecimiento, siendo una mujer de la calle y bajo una pasión desenfrenada, Segismundo, dio muerte a su adversario, cortando una existencia y por ende oportunidades de progreso.
Al desencarnar, estos, cada uno a su vez, bajo intensas vibraciones de odio y desesperación, padecieron por durante muchos años en las zonas inferiores del astral. Mas tarde, debido a la intercesión de amigos redimidos, los antiguos cónyuges obtuvieron su vuelta a la Tierra, mediante la reencarnación, con el fin de santificar los lazos sentimentales y reaproximarse a los antiguos adversarios. Pero como acontece casi siempre, los héroes en la promesa flaquean, en la realización, por apegarse mucho más a propios deseos que a la Voluntad Divina. Pero ya en posesión del tesoro de la nueva reencarnación, regresa el endurecimiento espiritual y al menosprecio de las leyes de Dios.
Este es el caso de Adelino, que en estos momentos no soporta el acercamiento de Segismundo, como si recordara los momentos vividos, en el pasado, no obstante hay algo peor, cada hombre, cada Espíritu crea de sus propios pensamientos y sentimientos la estabilidad para las trillones de células del organismo físico, y el pensamiento envenenado de Adelino, destruye las sustancias de la hereditariedad, intoxicando la cromatina dentro de la bolsa seminal, y por más que pueda atender a los llamados de la naturaleza, no alcanzaría los objetivos sagrados de la procreación, dada la lamentable disposición de su vida íntima, aniquilando las células creadoras al nacer y aunque nos aniquile por completo, intoxica los genes dificultando nuestra acción.
Pero la intercesión no se hizo esperar y al cabo de algunas noches de trabajo, se logra el acercamiento de los implicados en este proceso, reconociendo cada uno de ellos lo que se debía hacer, para bien en común de ambos.
El hecho más sobresaliente es el de Adelino que al unirse a Segismundo, reconoce su compromiso tomado, y después de un gran abrazo con quien fuese si adversario, sede el sentimiento de odio y en esos momentos lo envuelve una luz divina, quitando de él la oscura niebla que tanto perturbaba su Espíritu a su físico, dejando el paso libre a los mentores Espirituales para continuar con la labor de la reencarnación.
Transcurrida la noche, los tres Espíritus se reúnen con los constructores espirituales, para planificar la nueva reencarnación de Segismundo, que de aquí en adelante comenzaré a detallar.
Como dijimos anteriormente, Segismundo, era un trabajador de “Nuestro Hogar, tareas que sostuvo durante con ahínco durante más de treinta años, trabajando en distintos ministerios de asistencia. Como no puede ser de otra manera, todo acto es tomado en cuenta y debido a su perseverancia, la Providencia Divina había determinado que no desencarnaría en un mar de sangre, como le había sucedido a su adversario. Pero solo atenuaba la prueba, que debería pasar para el rescate definitivo de este drama del pasado.
Para todo esto, ya estaba confeccionado el mapa celular del nuevo cuerpo que lo acompañaría en su nueva existencia.
Textualmente dice: las entidades que se hallan a la vista son trabajadores de nuestra esfera, y los rollos blancos que llevan, son mapas de formas orgánicas, elaborados por orientadores de nuestro plano, especializados en conocimientos biológicos de la existencia terrenal. De conformidad con el grado de adelanto y de acuerdo con el servicio que le va ha ser asignado en posesión de un nuevo cuerpo carnal, se hace necesario establecer planos adecuados a los fines esenciales.
En el gráfico se verificaban como arabescos, delineando el contorno físico y orgánico, tildados con puntos negros, las imagines de las molestias del corazón que sufriría a la edad madura, demarcándose grandes perturbaciones en los nervios cardíacos, siendo esta enfermedad, necesaria para el rescate del pasado.
Por la extensión del tema, veremos como se opera la reencarnación desde el primer momento.
Para poder habitar el mundo físico, el Espíritu debe reducir su periespíritu o envoltura espiritual que le da la configuración humana hasta alcanzar la forma de feto periespiritual, es decir la forma “preinfantil” que ha de permitirle el encaje en el útero periespiritual de la futura madre encarnada. Permanece allí hasta incorporar y absorber las energías que se condensan desde el mundo físico y que luego conformará el cuerpo. Desde ese momento el Espíritu reencarnante queda ligado con tenues hilos a la nueva organización fetal y en la medida del crecimiento de éste, el Espíritu de apoco va perdiendo la conciencia de su ser, va entrando en la turbación que se completará con el primer contacto con las vida física, en el primer llanto de la nueva vida.
Nadie es desconocedor de las leyes que rigen la procreación y el acto en si, y aunque parezca una “moneda corriente”, este acto es tan importante y sublime, como la existencia misma….
Aún después del acto en si, los mentores espirituales trabajan para fluidificar el espermatozoide, seleccionado y el que determinará el sexo del reencarnante, ya establecido. De la misma forma lo es con el óvulo materno. Una vez lograda la fecundación, comienza la división celular, cada una de ellas con su correspondiente carga de información, en que darán la formación de distintas partes del organismo físico. Este momento es de vital importancia dado que por cualquier motivo, se cortase este proceso, llamado interfase celular, podría propiciar, desde deformaciones hasta el aborto espontáneo. Este proceso es vigilado por mentores espirituales con absoluto cuidado hasta la formación total del feto y después del nacimiento hasta los primeros 7 años de vida, donde se consolida definitivamente el ser espiritual a su nueva materia.
Tratando de no dejar puntos poco claros, diré que la hereditariedad cumple su papel en la formación física y que en muchos casos interviene para que se cumpla lo dispuesto con anterioridad.
Par ir cerrando el tema, manifestare lo siguiente: Son innumerables los proyectos de cuerpos futuros en los sectores del servicio. Se desprende de ello que la mayoría de los enfermos en la carne, son almas que trabajan en la ingente conquista de si mismas. Nadie traiciona la Voluntad de Dios, en los procesos evolutivos, sin incurrir en graves tareas de rectificación; y todo lo que intenta engañar a la naturaleza, cuadro legítimo de las leyes divinas, acaban por engañarse a si mismos.

Ofrecida en la Asociación Madre Eloísa.
En Buenos Aires – Argentina -
Orador: Juan Carlos Mariani

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miércoles, 11 de febrero de 2015

Gesto anónimo

                       La Providencia 
 La Providencia es el cuidado que Dios brinda a sus criaturas. Dios está en todas partes, 
lo ve todo, y todo lo preside, incluso las más pequeñas cosas: en eso consiste la acción providencial. 
¿Cómo Dios, tan grande y poderoso, y tan superior a todo, puede inmiscuirse en detalles 
ínfimos, preocuparse por los mínimos actos y pensamientos de cada individuo? Esa es la pregunta que se plantea el incrédulo, quien expresa además que, aunque se admita la existencia de Dios, su accionar debe limitarse a las leyes generales del Universo, puesto que, como éste funciona desde siempre en virtud de las mencionadas leyes, a las cuales toda criatura está sujeta, no habría necesidad de esa participación incesante de la Providencia. 
. En el estado actual de inferioridad y extrema limitación de sus facultades, los hombres no pueden comprender a un Dios infinito, de ahí que lo conciban como un ser limitado y 
circunscrito, es decir, un dios a su imagen y semejanza. Los cuadros que lo muestran con apariencia humana contribuyen a sostener ideas equivocadas en el espíritu de las masas, quienes adoran a Él más en la forma que en el pensamiento. Para la mayoría Dios es un gran rey que está sentado en un trono inaccesible, perdido en la inmensidad de los cielos, y debido a lo limitado de sus percepciones y facultades no comprenden que Dios pueda dignarse intervenir en sus pequeñas cosas. 
El hombre no es capaz de comprender la esencia íntima de Dios, le resulta imposible, razón por la cual es importante la idea aproximada que tenga de él, aun cuando se base en comparaciones imperfectas. 
Imaginemos un fluido sutil capaz de penetrar todos los cuerpos, mas sin inteligencia y actuando mecánicamente por medio de las fuerzas materiales. Pero si suponemos a ese fluido dotado de inteligencia, de facultades perceptivas y sensitivas, ya no actuará ciegamente, lo hará con 
discernimiento, voluntad y libertad, y será capaz de ver, escuchar y sentir. 
Las propiedades del fluido periespiritual pueden ayudarnos a entender: el periespíritu de 
por sí no es inteligente, ya que es materia, pero es el vehículo del pensamiento, de las sensaciones y percepciones del espíritu. 
El fluido periespiritual no es el pensamiento del espíritu, pero sí el agente o el intermediario de ese pensamiento. Como es él que lo transmite, está en cierta forma impregnado del mismo. 
Nosotros no somos capaces de separarlo, puesto que pareciera constituir una unidad con el fluido, así como el sonido parece integrarse con el aire. En cierta manera, por lo tanto, estamos 
materializando el pensamiento. Tomando el efecto por la causa, del mismo modo que decimos que el aire se vuelve sonoro, podríamos decir que el fluido se manifiesta inteligente. 
24. Ya sea que el pensamiento de Dios actúe directamente o por intermedio de un fluido, para facilitar las cosas vamos a representarlo bajo la forma concreta de un fluido inteligente que llena el Universo infinito y penetra todas las cosas de la Creación: la Naturaleza entera está sumergida en el fluido divino, o, en virtud del principio que establece que las partes de un todo son de la misma naturaleza y tiene iguales propiedades que el conjunto, cada átomo de ese fluido, si se 
puede explicarlo así, posee el pensamiento y los atributos esenciales de la Divinidad. Dicho fluido 
está por doquier y todo está sujeto a su accionar inteligente, a su previsión, a su solicitud, pues 
todos los seres, por más pequeños que sean, están saturados de él. Estamos constantemente en presencia de Dios. No podemos sustraer a su mirada ni una sola de nuestras acciones y nuestro pensamiento está en contacto incesante con el suyo. De ahí que se diga que Dios está en lo más recóndito de nuestro corazón. Nosotros estamos en Él, como Él está en nosotros, según la palabra de Cristo. 
EL GÉNESIS
ALLAN KARDEC

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Tramas del destino
El objetivo moral de la reencarnación es disciplinar y edificar el pensamiento a través de la fijación de la mente en ideas superiores de la vida, del amor, del arte elevado, del bien, de la inmortalidad para que la plenitud, la felicidad, sea una conquista lograda.
Los hechos de existencias anteriores, quedan grabados, en nuestra memoria psíquica y sus consecuencias se nos presentan cuando menos lo esperamos,”absorbiéndolas” con un dolor semejante al que ocasionamos en su oportunidad. Los Mentores Espirituales nos dicen que el odio que genera el ser humano no se pierde: finalmente se transforma en sufrimiento para el que lo engendro. Y agregan que podemos sembrar libremente, haciendo huso de nuestro libre albedrío, pero luego tendremos que cosechar obligatoriamente lo que brote de nuestras simientes.
La más importante misión del Espiritismo; es enseñarnos a sembrar el Bien, como único medio de no tener que cosechar el Mal.
Y que nos son indispensables los “reencuentros” en vidas sucesivas, para pagar las deudas contraídas voluntariamente, y poder así alcanzar el gran anhelo de nuestras almas: el progreso espiritual.
La Humanidad, está sufriendo, en una ascendencia alarmante, casos de terrible obsesión, son observados por doquier.
Cuando las causas de las enfermedades mentales son exclusivamente de origen físico, somático, los tratamientos espiritistas no son determinantes, aunque las labores espirituales, entre ellas las oraciones rogando a Dios por la recuperación del enfermo, resulten de indiscutible provecho; pero es el psiquiatra quien debe actuar aplicando su ciencia.
Cuando las enfermedades mentales, por el contrario y las depresiones están originadas en la influencia perniciosa de espíritus obsesores que se vengan de las victimas para cobrarse daños recibidos de las mismas en la presente o en anteriores encarnaciones, la labor prolongada de los espíritus obsesores acaba por lesionar los órganos físicos mediante esa pertinaz actuación obsesiva, siempre resulta de gran utilidad la protección científica y medicinal del psiquiatra; pero nada podra lograrse en definitiva, si no se trata medianimicamente al espíritu obsesor, llevándolo al conocimiento de que él está causando gran daño a su victima, pero que, realmente, el daño mayor se lo causa a si mismo, puesto, que, mientras persista en su acción vengativa, estará estacionando la evolución de su propio espíritu, de por si atrasado, al no poner en practica el don divino del perdón.
El perdón es una extraordinaria terapia para las ulceras morales. Es una elevada expresión del amor, bendice a quien lo da, y pacifica al que lo recibe. Sin el perdón, el clima se intoxica con vapores venenosos y los individuos se vuelven salvajes, descontrolados; la intolerancia se manifiesta en la agresividad y la ira da armas al odio para la venganza brutal.
El perdón llega, suaviza la gravedad del delito y auxilia en la reparación, mediante la cual el equivocado se rehabilita, modifica su conducta y se torna útil a la comunidad donde está situado.
Quien perdona crece, quien recibe el perdón, se renueva. El que lo da se enriquece con paz y el beneficiado recupera el valor para dignificarse a través de la rehabilitación. Mientras el hombre no perdona, permanece en el estado primario de la vida, lindando con la barbarie, en proceso de estancamiento.
Aquel que rechaza el perdón, doblemente enfermo, padece hipertrofia de los sentimientos, murmurando venganza y atado a disturbios de la emoción. Toda la doctrina de Jesús, por ser de amor, está labrada en la conducta del perdón.
El hombre no experimenta una sola y única vida terrestre. La tierra es su cuna y la escuela en la que evoluciona, demandando más altas adquisiciones espirituales. Sus experiencias de éxito o fracaso, produce el engranaje en que se moverá en el futuro. A cada acción, corresponde una reacción equivalente.
Muchos de los problemas graves relacionados con la salud física y mental que la Medicina depara a cada momento, tienen sus raíces en el pretérito espiritual del paciente
Sus errores y sus adquisiciones, constituyen los agentes de su perturbación o de su paz. Reencarnando cada cual con la suma de sus propias experiencias, son diversas las situaciones personales, tal como se observa en el Mundo.
Auto obsesiones, obsesiones y subyugaciones, son capítulos que merecen de la Patología Medica, un estudio simultaneo con los postulados del Espiritismo.
La reencarnación es la clave que explica sus enigmas. Al lado de las terapéuticas valiosas que son aplicadas ahora a los obsesados de distinta clase, se imponen los recursos valiosos y saludables de la fluido terapia y de las expresivas contribuciones doctrinarias de la Tercera Revelación, que trae de regreso los insuperables métodos evangélicos de los que es exponente máximo Jesús, el Divino Medico de todos nosotros.
El amor y la oración, el perdón y la caridad, la tolerancia y la confianza, la fe y la esperanza, no son apenas virtudes vinculadas a las religiones pasadas, y si insustituibles valores de higiene mental, de psicoterapia, de laborterapia, que son de urgencia para neutralizar las hondas crecientes del odio y de la rebeldía, de la venganza y de la aflicción, de la intolerancia y de la desconfianza, de la falta de creencia y de la desesperación, que irrumpen y se instalan en el hombre, avasallándolo todo intespectivamente.
La doctrina Espirita dispone de valiosos tesoros para poder adquirir la felicidad en la Tierra y después de ella. Conocerla y practicar sus enseñanzas, representa una libertad dichosa para aquellos que aspiran a disfrutar de mejores días, que anhelan la paz y que laboran por el bien.
Diariamente reencarnan, espíritus felices que se olvidan de los placeres, voluntariamente, tratando a través del amor, de elevar a las regiones Venturosas, a antiguos compañeros que, por obstinación, equivoco o rebeldía contumaz, naufragan en las experiencias de la evolución, deteniéndose en lamentables estados de perturbación.
La vida humana, señalada por el desequilibrio, en la superficie del Mundo, refleja solo pálidamente las realidades que se viven en las Esferas Espirituales inferiores, por ser en estas en donde surgen los factores reales, que modelan aquellos sufrimientos.
El amor de nuestro Padre nos vigila, en su compasión, procede periódicamente a expurgaciones lenificadoras, a emigraciones en grupos, encaminando a legiones de esos desdichados, colectivamente, a la experiencia reencarnacionista, con vistas a su propia mejoría y a la disminución de la psicoesfera que los envenena y degenera, perturbando, de cierto modo, la economía moral de la Tierra...
Frecuentemente, en nombre de ese amor, caravanas de abnegados enfermeros espirituales y de misioneros de la caridad, condensan sus energías sutiles, y descienden hasta esos dedalos de alucinación y de crimen, usando la misericordia y la solidaridad con que sensibilizan a los mas heridos y a los mas acongojados, ayudándolos a renovarse, interiormente, proporcionándoles la modificación vibratoria, para que puedan deshacerse mentalmente de los martirios que los torturan, y que bajo la cariñosa vitalizaciòn de la oración como de la afectividad del despertar, puedan ser recogidas y encaminados a nidos de reposo y a campos de rehacimiento, en donde puedan armarse de fuerzas para acontecimientos futuros...
Bendecidos por verdaderos indultos que les propician el pago de pesadas deudas en clima menos denso de angustia, en los círculos del sufrimiento corporal y moral, son conducidos, tan pronto como es posible, a la carne, esa bendita escafandra terrestre, nuestra escuela de redención.
Ante la clara iluminación de las estrellas, en determinada noche, bajo el palio de la oración luminosa, tales Mensajeros de la bondad y de la renuncia, descienden a las furnias o deambulan en rumbo de los hospitales- purgatorios colectivos, para recoger a los arrepentidos y a los sensibilizados que fueran alcanzados por la magnanimidad del Cordero Celeste, como también la de su Madre la Excelsa Madre de la Humanidad, sublime intercesora de todos nosotros.
Los Bienhechores amorosos no liberan a sus tutelados de la carga del sufrimiento que necesitamos por impositivo de nuestros propios errores, que nos cumple recuperar, recomponiendo los paisajes humanos que quedaron yermos por nuestras actuaciones infelices. Pero inspiran decisiones felices, evitan celadas odiosas que aumentan el padecimiento debido a la rebeldía a que se arrojan los incautos con la suma de las cargas imprevisibles que arrastran y se imponen, dañinas; impregnan de fuerzas superiores que se originan en la oración y en el intercambio psíquico, que establecen y mantienen en la psicoesfera de armonía y de esperanza; inducen personas y facultan factores que auxilian, atenuando las pruebas; iluminan la conciencia y activan los recuerdos del pasado, tomándolos de los archivos de la memoria, con el fin de que se perciba que la indefraudable Justicia Divina es también Amor, y que el Amor es la mas apurada metodología existente para la liberación y el aprendizaje del Espíritu necesitado de evolución; amparan moralmente con su presencia y se convierten en faroles íntimos que señalan el rumbo en la noche de las pruebas santificadoras.
Nadie que malbarate los valores de la vida, podrá permanecer con la conciencia en paz. El abuso de la fuerza, del poder económico o social, de la autoridad, de la inteligencia o de lo que sea, produce la desdicha a la que el mal mayordomo se arroja, en prolongada y aflictiva recuperación.
Todos los valores positivos que afloran en la vida humana exigen rendición de cuentas, en la cual son examinados la aplicación, el uso y los resultados de la actuación, concediéndose al usufructuario el respectivo salario, adicionado a los intereses a que se haga acreedor.
En el orden Divino, nadie explota, se aprovecha, pervierte o abusa del patrimonio del Padre, sin ser llamado a rendir graves cuentas...
Recusar los problemas ni los anula ni los resuelve, más bien los agrava. La actitud valerosa para afrontarlos, ensaya los medios para vencerlos.
Toda tempestad, por grande que sea la fuerza de que se revista en su violencia, después de alcanzar la culminación amaina, dejando destrozos a su paso, pero cediendo a la fuerza pacificadora de la bonanza. Los conceptos torpes de los hombres sin una fuerte convicción en Dios, se extravían y se entorpecen aunque estén sostenidos por legítimos ideales, toda vez que les falta la sabia esencial que proviene de la Causa Excelsa.
En las reencarnaciones se apagan normalmente las recordaciones de hechos pasados, las que son de naturaleza criminal sobresalen, generando perturbaciones, recelos aparentemente infundados para el observador común, poco a poco su liberación total, reincorporándose entonces a la personalidad aumentando, en forma de pensamientos actuales, tumultuosos, inconexos.
El paciente incurso en tal proceso, se concentra en el oscuro pozo de los recuerdos que se agudizan, y cae en alucinaciones y delirios, porque son invadidos los centros de la conciencia por las fuertes impresiones desagradables y trágicas de las que desea libertarse.
Desaparecen los contornos de las adquisiciones del momento, mientras se manifiestan las experiencias archivadas, que pasan a gobernar en desorientación las reacciones de la emotividad del “yo” consciente, ocasionando la alineación.
Por ponderables razones, el olvido de las vidas anteriores, es misericordia y sabiduría Divina para con la criatura humana.
Los síndromes de las enfermedades mentales, tienen sus raíces en el espíritu endeudado, y tales, dolencias son recursos punitivos y reeducadores de que se vale la Vida, en nombre de la Divinidad, para hacer justicia y administrar evolución a los que se niegan a la convivencia dentro de las líneas del amor, tal como lo enseñaron todos los constructores héticos de la Humanidad, y, especialmente Jesús, el amor por excelencia de todos las criaturas.
La oración refrigera, calma y da valor. La oración no siempre modifica las cosas, pero siempre nos modifica, ayudándonos a ver y entender los acontecimientos por el Angulo correcto, a través del cual deben ser examinados. Y esto es lo que importa. No es valido que Dios nos aparte de los obstáculos, pero es bueno que nos de los medios para poder apartarlos...
Después de orar, todo se ve mejor, se llega a saber los porqués, conocemos las formulas de la resignación y del valor, que solucionaran las dificultades que nos torturan.
Cuando resolvemos cambiar interiormente y dejamos caer la venda de los ojos que nos ciega moralmente, damos inicio a la liberación. El Maestro, al socorrer a todos los que lo buscaban, los incitaba al cambio en su comportamiento, a que se fijaran en el amor, evitando caer en peores acciones que aquellas de las cuales procuraban libertarse.
Le hombre se beneficia del Auxilio Divino, disminuyendo sus aflicciones en este o en aquel campo, pero solamente se liberara de los errores cuando rescate por la redención del dolor o por la ascensión en el amor, mediante el bien que haga en concordancia con la reparación que lo exija. Es indispensable, por tanto, crecer en la realización ennoblecida, con el fin de poder mantenerse en paz por la ruta evolutiva.
El Egoísmo, sin duda alguna, es la sórdida mazmorra de los orgullosos, que la prefieren hasta cuando la alucinación los vence, y solamente en guiñapos se dejan retirar de los lugares en los que los aprisionan sus propios pensamientos.
El sufrimiento consigue unir a las criaturas que experimentan su impositivo, hermanándolas. Les da una visión de profundidad en torno de la vida, y la llena de resignación, de digna tranquilidad que se convierte en victoria personal sobre las vicisitudes. El pan que restaura las fuerzas del que sufre, debe ser preparado con el fermento del optimismo, con el fin de que pueda nutrir interiormente.
Los hermanos infelices del Más Allá del túmulo envisten a sus victimas y a aquellos que les extienden manos amigas, provocando problemas en sus hogares, en el trabajo, en la calle, etc... Con esta actuación tratan de descorazonar el ánimo de esos abnegados agentes de la caridad y del amor.
Les lanzan petardos mentales con los cuales pretenden penetrar su fortaleza interior; les inspiran desanimo, y enturbian la psicoesfera en que se desenvuelven los lidiadores de la solidaridad; echan mano de personas frívolas que les sirven de instrumentos dóciles; despiertan sentimientos contradictorios; estimulan pasiones... hacen todo lo que les es posible para imponer las dudas, por crear áreas de luchas, imponiendo, cuando pueden, sucesión de hechos desagradables.
Programan conversaciones enfermizas y tele comandan comentarios deprimentes como por ejemplo:” todo aquel que se envuelve con la practica del bien, solamente recibirá la ingratitud” “mientras se trabaja practicando la caridad, las cosas van para tras” “aunque se trate de ayudar con dedicación, no se recibe ayuda” “los malos progresan y los buenos interesados en la mejoría y en el progreso de sus hermanos, sufren incomprensiblemente...
Algunos trabajadores poco adiestrados en el culto de los deberes de ennoblecimiento, acogen esas ideas perturbadoras, dejándose desanimar o intoxicándose con la rebeldía que de ellas se desprende. No les pasa por la mente, que todos mantenemos vínculos de sombra con la retaguardia, y que únicamente nos sucederá lo que debemos o lo que nuestra insensatez engendra.
Nadie marcha en la vida a merced del acaso, sujeto a sucesos de dolor y de sombra sin que las merezca, es fácil comprender que los acreedores por el esfuerzo personal al servicio edificante reciben mayor cuota de ayuda, en concordancia con la enseñanza evangélica de que “mas recibe aquel que más da”
Abnegados Mensajeros alientan a los que con ellos sintonizan; los resguardan del mal, induciéndolos a la perseverancia en el trabajo de auto iluminación, le sustentan la fe; promueven encuentros circunstanciales edificantes; los conducen a las Esferas de Luz y a las Escuelas de Sabiduría, cuando tienen su desprendimiento parcial durante el sueño físico; les dan informaciones preciosas; irrigan la mente que se fertiliza con ideas elevadas, y proporciona euforia interior... No les apartan los problemas ni las luchas, porque saben que, a través de ellas, es como más se purifican y se elevan...
La tierra es una preciosa Escuela, todo se convierte en enseñanza, a cuya conquista deben dirigir todos los valores posibles.
El odio, los celos, la envidia, el despecho que intoxica la vida por largos años, no pueden, en forma lógica, desaparecer de los paneles mentales y de los sentimientos morales de quien les dio cabida insensatamente.
El odio, en particular, azuza los instintos y hace de aquel que lo siente, un extraviado. Y termina siempre por calcinar a aquel que lo genera y que lo 
conserva, tal como el escorpión sucumbe victima del veneno que carga consigo y que un día cualquiera se aplica.
El Espiritista no esta exento de enemigos desencarnados y debe hacer esfuerzos espirituales, con el fin de dulcificarlos y aplacar su ira, mediante los ejemplos de renovación y de humildad, de elevación por el trabajo noble y el aprendizaje de las técnicas iluminativas y saludables. Participando de las conversaciones edificantes y de los estudios espiritistas cristianos, pueden inducir a los que odian y persiguen, a que participen de sus múltiples actividades; a que escuchando los conceptos liberadores, cambien su comportamiento, logrando su propia edificación espiritual.
A través de la oración y de la practica de la caridad, cada uno crea una psicoesfera favorable a si mismo, que actúa sobre sus perseguidores como un clima bienhechor de terapia eficaz.
No son pocos los envidiosos, los celosos, y los perversos que, en estado espiritual, se complacen en destilar su ponzoña enfermiza en los hombres honestos, a los que combaten por motivos obvios, deseando complacerse ante los sufrimientos que les imponen.
El amor es el único antídoto eficiente para cualquier mal. “De la misma forma que la muerte del desafecto no lava la honra del ofendido, aunque los duelistas supongan lo contrario, un enemigo desencarnado es muchas veces peor que cuando estaba encarnado. Lograr la paz con los enemigos mientras se esta en el camino con ellos, es una buena medida de urgencia.
Es ideal, por tanto, no tener enemigos, no estar contra nadie, no revelarse... Si alguien no nos quiere bien, el problema es suyo, pero si damos un motivo para que eso ocurra, el problema es ya nuestro.
El sufrimiento, la soledad, no son penas impuestas por la Divinidad, y si constituyen correctivos salvadores, en los cuales la criatura se arma para realizar, o actos elevados. Las espinas de la corona del martirio, al clavarse en los tejidos del alma, se convierten en resinas balsámicas que rehacen de dentro para fuera.
El Espiritismo es la prueba cabal del amor de Nuestro Padre hacia los hombres en agonía, vencidos todavía por el egoísmo. Es la simbólica “Escalera de Jacob” para quien desea abandonar los pantanos de los errores elevándose a los cielos de la felicidad ni siquiera soñada.
El tiempo nos dirá más tarde lo que en el momento actual no puede, no debe aclarar.
La caridad ha de ser la gimnasia preferida del Espíritu, con el fin de mantener las formas del espíritu en ritmo de amor tanto en el pensamiento como en la voluntad.
La reencarnación en si misma, constituye una misericordia del Señor, que no desea la muerte del pecador, y si su redención. En consecuencia, todas las facultades de que el hombre se encuentra investido, son fortunas que le cabe multiplicar, valorándolas por el buen uso que les da. Exigen cuidados, educación y disciplina, mediante cuyo ejercicio más se acrecientan. Relegadas al abandono, favorece la parasitosis síquica de imprevisibles resultados, que dan margen a procesos obsesivos de gran porte, generando perturbaciones y desdichas en torno del individuo.
Pacificados en Cristo” y recordando sus palabras “Amad a vuestros enemigos” procuremos apaciguar con nuestra actitud cariñosa, transformando el odio en amor, y tengamos esperanza y alegría para vivir.
El divino Maestro nos visitara y las sombras de la noche moral insistente, se diluye ante la claridad que nos visita.
En todos los trámites de dolor e inquietud, Jesús es nuestra seguridad y nuestro apoyo.
Siempre disfrutamos la dicha de disfrutar de Su presencia.
En el nuevo día, Jesús, sigue con nosotros, con el fin de que no lo nublemos con las tiniebla obstinadas que todavía perdura EN NOSOTROS, POR NUESTRA CULPA.
Si no podemos alcanzar por ahora las cimas doradas, seguiremos intentando alcanzar la ascensión que nos ha destinado. Pidamos fuerzas para que podamos embellecer las escarpas, con el fin de mejorar el paisaje para los que vienen, valerosos, después de nosotros...
Si no logramos el éxito, por nuestra improvisión, procuremos por lo menos, la sabiduría que nos impide la complicidad con el crimen.
Aprendamos a valorizar el tiempo, aplicándolo con elevación. No permitamos horas vacías, a fin de que la ociosidad no nos entorpezca el carácter.
Hemos vivido en fugas incesantes, tengamos ahora el coraje y la valentía para avanzar nuestro espíritu, robustecidos con la fe y dóciles por el amor.

PROCUREMOS OBRAR SIEMPRE SEGÚN LA VOLUNTAD DEL PADRE Y NO SEGÚN LA NUESTRA, PORQUE ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA QUE TODOS ANHELAMOS.

Trabajo extraído de “TRAMAS DEL DESTINO” DE DIVALDO PEREIRA FRANCO

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                         GESTO ANÓNIMO

Casi siempre cuando realizamos algún acto de bondad esperamos las gracias. Deseamos que alguien reconozca nuestro acto, que al menos haya observado y percibido nuestro noble gesto.
O, entonces, en el ansia de ayudar a alguien, dejamos percibir como nuestra dadiva puede ser embarazosa para una persona sensible. O, aun, como pudo haber pensado quien lo recibe, el deber de la gratitud.
Dar es un acto de sabiduría. Un escritor inglés habla de una familia más o menos prospera, que cierta vez conoció.
Una tía suya, ya anciana, vivía con pocos recursos y, por eso mismo con dificultades. Más ella alimentaba verdadero horror a cualquier cosa que pudiese parecer caridad.
Cuando supo, a través de un abogado, que la tía pobre y orgullosa había heredado una pequeña herencia de un primo lejano, en verdad solamente algunas libras que serian gastadas en poco tiempo, arreglo secretamente con el abogado para que fuese adicionada la herencia a un capital considerable que el mismo providenció.
Así se hizo y la tía vivió confortablemente, sin jamás sospechar de lo que hizo aquel bondadoso sobrino.
En realidad, dentro del círculo familiar encontramos, alguna veces, innumerables oportunidades de auxilio oculto.
Se cuenta el caso de un tal Sr. Hubert que encontró una excelente solución para un constreñido problema de familia
El padre, que moraba con él, había sido famoso por sus esculturas de madera. Con la edad, mucha de su habilidad se perdiera.
Así, el anciano iba frecuentemente a dormir con el corazón partido por constatar que no conseguía esculpir antes.
Pues el Sr. Hubert tuvo la idea de levantarse a la noche, en cuanto el padre dormía, para retocar el trabajo que aquel hacia durante el día.
Con hábiles golpes, corregía los defectos. Por la mañana, cuando el viejo padre se levantaba y miraba el trabajo, decía satisfecho:
¡Nada mal! ¡Nada mal! Aun voy a hacer alguna cosa muy bonita de esto de aquí.
En determinado país europeo existe una maternidad con un ala especial para las madres solteras. Todas las veces que allí nace un bebe de una de esas mozas, llega un gran ramillete de flores.
Con él, viene solamente un mensaje: “de alguien que comprende.”
Durante años cientos de mozas, sintiéndose abandaonadas y desesperadamente solas, han encontrado esperanza, aliento para una nueva vida, simplemente, por este acto de solicitud de una criatura anónima, jamás identificada.
La dadiva secreta no precisa ser muy cara o requerir mucho tiempo. Exige apenas percepción aguda y un corazón que comprenda.
Cierto medico, sabiendo que uno de sus pacientes precisaba mucho medicamento caro, por encima de sus posibilidades, dispuso para que una firma mayorista de productos farmacéuticos enviase el remedio necesario con una etiqueta de “muestra gratis” colocada en el rotulo, mientras el mismo, naturalmente, costeaba todo.
Tales criaturas que así proceden entendieron muy bien lo que nuestro maestro y modelo, Jesús, nos enseño: “no sepa tu mano izquierda lo que de vuestra mano derecha…”

Mucha gente lamenta no poder hacer todo el bien que quisieran por falta de recursos suficientes.
Más con Jesús aprendemos que, quien desea verdaderamente ser útil a sus hermanos, encontrará siempre el medio de realizar deseo.
¿Quién existe que no pueda donar de su trabajo, de su tiempo, de su reposo para el prójimo?
Esta es la dadiva mayor, la que podemos considerar preciosa como óbolo de la viuda de que nos habla el evangelio de Jesús.
- Mercedes Cruz-


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