Contenido de este blog en el día de hoy:
- El Espiritismo no hace milagros.
- Manifestaciones y Prodigios: ¿Para qué?
- Mensaje espiritual.
- Visión espírita de la Semana Santa
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El Espiritismo no hace milagros
4. El Espiritismo vino a revelar nuevas leyes y explicar, en consecuencia, los fenómenos que se ajustan a esas leyes.-
Esos fenómenos se relacionan con la existencia de los espíritus y con su intervención en el
mundo material, y eso -se podrá decir-, es entrar en terreno de lo sobrenatural. En tal caso debería probarse que los espíritus y sus manifestaciones son contrarios al orden natural y que ellos no respetan ninguna de tales leyes.
El espíritu es el alma que sobrevive al cuerpo; el ser principal, porque no muere, mientras
que el cuerpo es sólo un accesorio que fenece. Su existencia es natural durante y después de la encarnación; está sujeta a las leyes que rigen al principio espiritual como el cuerpo está sometido a las que gobiernan al principio material. Pero como ambos principios tienen una afinidad necesaria, como los dos actúan sin interrupción uno sobre el otro, como de su acción simultánea resulta la armonía y el movimiento del conjunto, resulta que lo espiritual y lo material son las dos caras de un mismo todo, igualmente naturales ambas, y que lo espiritual no es una excepción, una anomalía en el orden del Universo.
5. Durante su encarnación, el espíritu actúa sobre la materia por intermedio de su cuerpo
fluídico o periespíritu; y lo mismo ocurre cuando el espíritu ha desencarnado. Hace, como espíritu y en la medida de su capacidad, lo que hacía como hombre, sólo que como ya no puede servirse de su cuerpo carnal como instrumento, utiliza, cuando lo cree necesario, los órganos materiales de un encarnado que es llamado médium. Hace como alguien que, no pudiendo escribir por sí mismo, se sirve de un secretario, o como quien no conociendo un idioma que necesita para darse a entender, se vale de un intérprete. El secretario y el intérprete son los médiums del encarnado, así como el médium es el secretario y el intérprete del espíritu.
6. El ambiente en el que actúan los espíritus y los medios que utilizan son diferentes de los
que se valen los encarnados, por lo tanto, los efectos también difieren. Estos efectos parecen sobrenaturales porque los producen agentes que no son los que nosotros utilizamos; pero ya que esos agentes son parte de la Naturaleza y que las manifestaciones se cumplen en virtud de ciertas leyes, no hay en ellos nada de sobrenatural ni maravilloso.. Antes de conocer las propiedades de la electricidad, los fenómenos eléctricos pasaban por prodigios a los ojos de ciertas personas; desde el momento en que se conoció la causa, lo maravilloso desapareció. Lo mismo podemos decir con respecto a los fenómenos espíritas, ellos tampoco se apartan de las leyes naturales.
EL GÉNESIS
ALLAN KARDEC
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MANIFESTACIONES Y PRODIGIOS:
¿ PARA QUÉ?
Puesto que las manífestaciones espontáneas son muchas veces permitidas y
aun provocadas con el fin de convencer, nos parece que si ciertos incrédulos fuesen personalmente el objeto se verían forzados a rendirse a la evidencia. Se quejan algunas veces de no poder ser testigos de hechos concluyentes; ¿podría depender de los Espíritus el hacerles dar alguna prueba sensible?
"Los ateos y los materialistas ¿no son a cada instante testigos de la potencia de
Dios y del pensamiento? Esto no les impide negar a Dios y el alma. Los milagros de Jesús ¿han convertido a todos sus contemporáneos? Los fariseos que le decían:
'Maestro, hacednos ver algún prodigio', ¿no se parecen a los que en vuestros tiempos piden que les hagáis ver manifestaciones? Si no están convencidos por las maravillas de la creación menos lo están aun cuando los Espíritus se les aparecieren de la manera menos inequívoca, porque su orgullo les pone como los caballos rebelones. Las ocasiones de ver no les faltarán si las buscan de buena fe; por esto Dios no juzga a propósito hacer por ellos más de lo que hace por aquellos que procuran sinceramente la instrucción, porque sólo recompensa a los hombres de buena voluntad. Su incredulidad no impedirá el que se cumpla la voluntad de Dios; ved bien que ella no ha impedido a la doctrina su propagación. Cesad pues de inquietaros por su oposición, que es a la doctrina como la sombra es al cuadro y le da mayor relieve. ¿Qué méritos tendrían el ser convencidos por la fuerza? Dios les deja toda la responsabilidad de su terquedad, y esta
responsabilidad será más terrible de que lo pensáis. Bienaventurados aquellos que creen sin haber visto, dijo Jesús, porque esos no dudan de la potencia de Dios."
EL LIBRO DE LOS MEDIUMS
ALLAN KARDEC.
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MENSAJE ESPIRITUAL
Mis queridos amigos de nuestra amada Doctrina Espírita, que Jesús esté con vosotros y que su paz nos envuelva a todos.
Vengo a hablaros en este día de las bellezas que encontré en el mundo de los espíritus del lado de allá como se dice ahí en la tierra.
Al retornar a la vida espiritual encontré muchos amigos que me esperaban, lo que me causó tamaña conmoción, la felicidad tan soñada existe cuando tenemos amigos queridos y familiares para velar por nosotros aquí en la tierra y también en el plano espiritual.
La sensación que viví no podría explicarla, porque faltarían palabras adecuadas para definir la amplitud que el momento me proporcionó y la alegría al despertar con amigos queridos, fueron muchas alegrías juntas que mi corazón se encontró conmovido y lleno de gratitud a Dios.
No sirvieron para mi de sacrificio las horas de dedicación al bien, porque me sentí realizado y contento por el cumplimiento de la misión tan pequeñita de mi última reencarnación en la tierra.
Deseo en este momento deciros que hacer el bien en favor de nuestro prójimo es una de las causas más nobles que el ser humano pueda realizar, y que la gratitud de Dios siempre nos alcanzará en sus manos, a través de nuestros sinceros intereses en realizar el bien en cualquier parte, tiempo y situación.
Amense mucho, compartan entre si las alegrías y no se dejen dominar por pensamientos de desánimo, mis queridos, vuelvanse la fuerza que impulsa la esperanza, la fe y el amor.
Acuerdense siempre, queridos míos, que Jesús continúa en el timón y que el barco precisa navegar en las aguas para llegar a la orilla del océano de amor incondicional.
Dios os bendiga a todos, amigos queridos de mi corazón, mucha paz, mucho amor y mucha luz en el camino de todos vosotros.
Que el gran Señor del Universo nos ilumine, dejo mi abrazo a todos de
Chico Cisco de Deus
Que Así Sea.
(Vera Jacubowski)
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VISIÓN ESPIRITA DE LA SEMANA SANTA
¿Debe conmemorarse la Semana Santa – (La Pascua)?
¿Qué tipo de celebración, evento u homenaje está permitido en las instituciones espiritas?
Como visualiza el Espiritismo el acontecimiento de la pasión, crucificación, muerte y resurrección de Jesús?
El Espiritismo no celebra la Semana Santa (Pascua) más si que respeta las manifestaciones religiosas de las diversas iglesias cristianas, y tampoco prohíbe que sus adeptos manifiesten su religiosidad.
Semana Santa, o Pascua, simboliza la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud sufrida durante siglos en Egipto, más en el Cristianismo conmemora la resurrección de Cristo, que se dio en la Pascua judaica del año 33 de nuestra era, y celebra la continuidad de la vida.
El Espiritismo, sin embargo siendo una Doctrina Cristiana, entiende de forma diferente algunas de las enseñanzas de las Iglesias Cristianas. En la cuestión de la resurrección, para los espiritas, Jesús se apareció a María de Magdala y a los discípulos, con su cuerpo espiritual, que llamamos el periespiritu. Entendemos que no hubo una resurrección corporal, física. Jesús de Nazaret no precisó derogar las leyes naturales de nuestro mundo para afirmar su concepto de misionero. Su doctrina de amor y perdón es mucho mayor que cualquier milagro, hasta aun mismo que la resurrección.
Esto no invalida la fiesta de Semana Santa, (Pascua) si la encaramos en su simbolismo. La Pascua Judaica puede ser interpretada como nuestra liberación de la ignorancia, de las maldades humanas, para el conocimiento, el comportamiento ético-moral. La travesía del Mar Rojo representa las dificultades para la transformación. La Pascua Cristiana, representa la victoria de la vida sobre la muerte, del sacrificio por la verdad y por el amor. Jesús de Nazaret demostró que se puede ejecutar a los hombres, más no se consigue matar las grandes ideas renovadoras, los grandes ejemplos de amor al prójimo y de valorización de la vida.
Como la Pascua Cristiana representa la victoria de la vida sobre la muerte, queremos dejar firmado el concepto que aprendemos en el Espiritismo, que la vida solo puede ser definida por el amor, y el amor por la vida. Fue por eso que Jesús de Nazaret afirmó que vino al mundo para que tuviésemos vida en abundancia, esto es, llena de amor.
Esto no invalida la fiesta de Semana Santa, (Pascua) si la encaramos en su simbolismo. La Pascua Judaica puede ser interpretada como nuestra liberación de la ignorancia, de las maldades humanas, para el conocimiento, el comportamiento ético-moral. La travesía del Mar Rojo representa las dificultades para la transformación. La Pascua Cristiana, representa la victoria de la vida sobre la muerte, del sacrificio por la verdad y por el amor. Jesús de Nazaret demostró que se puede ejecutar a los hombres, más no se consigue matar las grandes ideas renovadoras, los grandes ejemplos de amor al prójimo y de valorización de la vida.
Como la Pascua Cristiana representa la victoria de la vida sobre la muerte, queremos dejar firmado el concepto que aprendemos en el Espiritismo, que la vida solo puede ser definida por el amor, y el amor por la vida. Fue por eso que Jesús de Nazaret afirmó que vino al mundo para que tuviésemos vida en abundancia, esto es, llena de amor.
En líneas generales, las instituciones espiritas no celebran la Pascua, ni programan situaciones especificas para “marcar” la fecha, como hacen las demás religiones o filosofías “cristianas”. El sentimiento de religiosidad que es particular de cada ser- Espíritus, todavía es, por la Doctrina Espirita, respetado, de modo que cualquier manifestación personal o, aun mismo colectiva, acerca de la Pascua no está prohibida, ni desaconsejada.
Lo cierto es que la figura de Jesús asume posición privilegiada en el contexto espirita, diciéndose, inclusive, que la moral de Jesús sirve de base para la moral del Espiritismo. Así, como las personas, en general, son recordadas, en nuestra cultura, por lo que hicieron y reverenciadas en las fechas principales de su existencia corpórea (nacimiento y muerte), es absolutamente común y verdadero acordarnos de las personas que nos son queridas o importantes en estas fechas. No ahí, francamente, ningún mal en eso.
Pero, como el Espiritismo no tiene dogmas, sacramentos, ritos o liturgias, la forma de encarar la Pascua (o Navidad) de Jesús, asume una connotación bastante peculiar. Antes de mencionar la significación espirita de la Pascua, se hace necesario buscar, en la Historia de la Humanidad, las referencias del acontecimiento.
La Pascua, primeramente, no es, de manera inicial, relacionada al martirio y sacrificio de Jesús. Véase, por ejemplo, en el Evangelio de Lucas (cap. 22 versículos 15 y 16), la mención, del propio Cristo, al viento: “He deseado ansiosamente comer con vosotros en esta Pascua, antes de Mi pasión. Porque os declaro que no volveré a comer, hasta que ella se cumpla en el Reino de Dios.” Es Evidente, ahí, la referencia de que la Pascua ya era una “conmemoración”, en la época de Jesús, una fiesta cultural, y, por tanto, lo que hizo la iglesia fue “aprovecharse” del sentido de fiesta, para adaptarla, dándole un nuevo significado, asociándola a la “inmolación" de Jesús, en el pos-juzgamiento, en la ejecución de la sentencia de Pilatos.
Históricamente, la Pascua es la unión de dos festividades muy antiguas, comunes entre los pueblos primitivos, y alimentada por los judíos, a la época de Jesús. Se habla del “pesah”, una danza cultural, representando la vida de los pueblos nómadas, en una fase en la que la vinculación en la tierra (con la noción de propiedad) aun no era flagrante. También estaba asociado a la “fiesta de los panes”, un homenaje que los agricultores sedentarios hacían a las divinidades en razón del inicio de la época de la cosecha del trigo, agradeciendo a los Cielos, por la frondosa producción agrícola, de la cual se saciaban el hambre de sus familias, y propiciaban los cambios en los mercados de la Época. Ambas eran conmemoradas en el mes de Abril (nisán) y, a partir del evento bíblico denominado “éxodo” (huida del pueblo hebreo de Egipto), en torno al 1441 a. C, pasaron a ser reverenciadas juntas. Es esta Pascua la que Cristo deseo conmemorar junto a sus seres más queridos, por ocasión de la última cena.
Luego después de la celebración, fueron todos para Getsemaní, donde los discípulos invigilantes se adormecieron, habiendo sido entonces la escena del beso de la traición y de la prisión del Nazareno
Mas hay otros elementos “evangélicos” que marcan la Pascua. Esto es porque las vinculaciones religiosas apuntan para la quinta o sexta feria santa, el sábado de aleluya y el domingo de pascua. Los primeros se relacionaban al “martirio”, al sufrimiento de Jesús- tan bien retratado en esta última Película (La Pasión de Cristo, según Mel Gibson) -, y los últimos, la resurrección y ascensión de Jesús.
En lo que concierne a la resurrección, podemos decir que la interpretación tradicional apunta para la posibilidad del mantenimiento de la estructura del cuerpo de Cristo, en el post-mortem, situación totalmente rechazada por la ciencia, en virtud del podrecimiento y deterioración del envoltorio físico. Las Iglesias cristianas insisten en la hipótesis de Cristo haber “subido a los Cielos” en cuerpo y alama, y hará lo mismo en relación a todos los “elegidos” en el llamado “juicio final”. " Es decir, personas que murieron a lo largo de los siglos, cuyos cuerpos han sido descompuestos y reaprovechados por la tierra, resurgirán, perfectos, reconstituyendo las estructuras orgánicas, en el día del juicio, donde Cristo, separa justos e impíos.
La lógica y el buen sentido abominan tal teoría, por la imposibilidad física y por la injusticia moral, al final, con la ley de los renacimientos, se establece un criterio más justo para sólo para medir la competencia "" u "homologación" de todos los espíritus. Con “tantas oportunidades como sean necesarias”, en el “nacer de nuevo”, es posible progresar a todos.
¿Mas, cómo explicar, entonces las “apariciones” de Jesús, en los cuarenta días póstumos, mencionadas por los religiosos en alusión a la Pascua?
La fenomenología espirita (mediúmnica) apunta para las manifestaciones psíquicas descritas como mediumnidades. En algunsa ocasiones, como la conversación con María de Magdala, que había ido hasta el sepulcro para depositar algunas flores y orar´, preguntando a Jesús – como si fuese el jardinero- después al ver la lapida removida, “¿para donde llevaron el cuerpo del Rabino?”, podemos estar delante de la “materialización” esto es, la utilización de fluido ectoplásmico – de seres encarnados – para posibilitar que el Espíritu sea visto (por todos). Igual circunstancia se da, también, en el coloquio de Tomás con los demás discípulos, que ya habían “visto” , de que el si que creería si “colocase las manos en las llagas de Cristo”. Y esto, en verdad, por los relatos bíblicos, acontece. En otras situaciones, estamos delante de una u otra manifestación psíquica conocida, la mediúmnidad de videncia, cuando, por el uso de las facultades mediúmnicas, alguien puede ver a los Espíritus.
La Pascua, en verdad, por la interpretación de las religiones y sectas tradicionales, se halla envuelta en una preocupante y negativo contexto de culpa. Al final, se cree que Jesús había padecido en razón de “nuestros” pecados, en una alusión fuera de lugar de que todo el sufrimiento de Jesús había sido realizado para “salvarnos” de nuestros propios errores, o de los errores cometidos por nuestros as centrales, en especial, los “bíblicos” Adán y Eva, en el Paraíso. La presencia del “cordero inmolado”, que cumple las profecías del Antiguo Testamento, como la persecución y violencia contra el “hijo de Dios”, este fragmento colocado en todas las iglesias, en los crucifijos y en los cuadros que relatan – en colores vivos – las fases de la vía sacra.
Esta traducción judaico-cristiana de la “culpa” es la gran diferencia entre la Pascua tradicional y la Pascua espirita, es que esta ultima si existe. En verdad, los espiritas debemos reconocer la fecha de Pascua como la gran – y última lección – de Jesús que vence las iniquidades que retorna triunfante, que prosigue su cátedra pedagógica, para aseverar que, “permanecería eternamente con nosotros” en la dirección brujulear de nuestros pasos, ahora.
En estos días de fiestas materiales o de recuerdos del sufrimiento del Rabí, podemos encarar la Pascua como el momento de transformación, de evocación a la verdadera libertad, pues, una vez despojados del envoltorio corporal, pudo Jesús retornar al Plano Espiritual para, desde allá, continuar “coordinando” el proceso depurativo de nuestro orbe. Lejos de la remisión de la celebración de una fiesta pastoral o agrícola, o de la liberación de un pueblo oprimido, o de resurrección de Jesús, ella puede ser encarada por nosotros, espiritas, como la victoria real de la vida sobre la muerte, por la certeza de la inmortalidad y de la reencarnación, porque la vida, en esencia, solo puede ser conceptuada como el amor, calcado en los grandes ejemplos de la propia existencia de Jesús, de amor al prójimo y de la valorización de la propia vida.
Históricamente, la Pascua es la unión de dos festividades muy antiguas, comunes entre los pueblos primitivos, y alimentada por los judíos, a la época de Jesús. Se habla del “pesah”, una danza cultural, representando la vida de los pueblos nómadas, en una fase en la que la vinculación en la tierra (con la noción de propiedad) aun no era flagrante. También estaba asociado a la “fiesta de los panes”, un homenaje que los agricultores sedentarios hacían a las divinidades en razón del inicio de la época de la cosecha del trigo, agradeciendo a los Cielos, por la frondosa producción agrícola, de la cual se saciaban el hambre de sus familias, y propiciaban los cambios en los mercados de la Época. Ambas eran conmemoradas en el mes de Abril (nisán) y, a partir del evento bíblico denominado “éxodo” (huida del pueblo hebreo de Egipto), en torno al 1441 a. C, pasaron a ser reverenciadas juntas. Es esta Pascua la que Cristo deseo conmemorar junto a sus seres más queridos, por ocasión de la última cena.
Luego después de la celebración, fueron todos para Getsemaní, donde los discípulos invigilantes se adormecieron, habiendo sido entonces la escena del beso de la traición y de la prisión del Nazareno
Mas hay otros elementos “evangélicos” que marcan la Pascua. Esto es porque las vinculaciones religiosas apuntan para la quinta o sexta feria santa, el sábado de aleluya y el domingo de pascua. Los primeros se relacionaban al “martirio”, al sufrimiento de Jesús- tan bien retratado en esta última Película (La Pasión de Cristo, según Mel Gibson) -, y los últimos, la resurrección y ascensión de Jesús.
En lo que concierne a la resurrección, podemos decir que la interpretación tradicional apunta para la posibilidad del mantenimiento de la estructura del cuerpo de Cristo, en el post-mortem, situación totalmente rechazada por la ciencia, en virtud del podrecimiento y deterioración del envoltorio físico. Las Iglesias cristianas insisten en la hipótesis de Cristo haber “subido a los Cielos” en cuerpo y alama, y hará lo mismo en relación a todos los “elegidos” en el llamado “juicio final”. " Es decir, personas que murieron a lo largo de los siglos, cuyos cuerpos han sido descompuestos y reaprovechados por la tierra, resurgirán, perfectos, reconstituyendo las estructuras orgánicas, en el día del juicio, donde Cristo, separa justos e impíos.
La lógica y el buen sentido abominan tal teoría, por la imposibilidad física y por la injusticia moral, al final, con la ley de los renacimientos, se establece un criterio más justo para sólo para medir la competencia "" u "homologación" de todos los espíritus. Con “tantas oportunidades como sean necesarias”, en el “nacer de nuevo”, es posible progresar a todos.
¿Mas, cómo explicar, entonces las “apariciones” de Jesús, en los cuarenta días póstumos, mencionadas por los religiosos en alusión a la Pascua?
La fenomenología espirita (mediúmnica) apunta para las manifestaciones psíquicas descritas como mediumnidades. En algunsa ocasiones, como la conversación con María de Magdala, que había ido hasta el sepulcro para depositar algunas flores y orar´, preguntando a Jesús – como si fuese el jardinero- después al ver la lapida removida, “¿para donde llevaron el cuerpo del Rabino?”, podemos estar delante de la “materialización” esto es, la utilización de fluido ectoplásmico – de seres encarnados – para posibilitar que el Espíritu sea visto (por todos). Igual circunstancia se da, también, en el coloquio de Tomás con los demás discípulos, que ya habían “visto” , de que el si que creería si “colocase las manos en las llagas de Cristo”. Y esto, en verdad, por los relatos bíblicos, acontece. En otras situaciones, estamos delante de una u otra manifestación psíquica conocida, la mediúmnidad de videncia, cuando, por el uso de las facultades mediúmnicas, alguien puede ver a los Espíritus.
La Pascua, en verdad, por la interpretación de las religiones y sectas tradicionales, se halla envuelta en una preocupante y negativo contexto de culpa. Al final, se cree que Jesús había padecido en razón de “nuestros” pecados, en una alusión fuera de lugar de que todo el sufrimiento de Jesús había sido realizado para “salvarnos” de nuestros propios errores, o de los errores cometidos por nuestros as centrales, en especial, los “bíblicos” Adán y Eva, en el Paraíso. La presencia del “cordero inmolado”, que cumple las profecías del Antiguo Testamento, como la persecución y violencia contra el “hijo de Dios”, este fragmento colocado en todas las iglesias, en los crucifijos y en los cuadros que relatan – en colores vivos – las fases de la vía sacra.
Esta traducción judaico-cristiana de la “culpa” es la gran diferencia entre la Pascua tradicional y la Pascua espirita, es que esta ultima si existe. En verdad, los espiritas debemos reconocer la fecha de Pascua como la gran – y última lección – de Jesús que vence las iniquidades que retorna triunfante, que prosigue su cátedra pedagógica, para aseverar que, “permanecería eternamente con nosotros” en la dirección brujulear de nuestros pasos, ahora.
En estos días de fiestas materiales o de recuerdos del sufrimiento del Rabí, podemos encarar la Pascua como el momento de transformación, de evocación a la verdadera libertad, pues, una vez despojados del envoltorio corporal, pudo Jesús retornar al Plano Espiritual para, desde allá, continuar “coordinando” el proceso depurativo de nuestro orbe. Lejos de la remisión de la celebración de una fiesta pastoral o agrícola, o de la liberación de un pueblo oprimido, o de resurrección de Jesús, ella puede ser encarada por nosotros, espiritas, como la victoria real de la vida sobre la muerte, por la certeza de la inmortalidad y de la reencarnación, porque la vida, en esencia, solo puede ser conceptuada como el amor, calcado en los grandes ejemplos de la propia existencia de Jesús, de amor al prójimo y de la valorización de la propia vida.
Así, cuando esta Semana Santa, estés al lado de tus seres más queridos, recuerda a Jesús para honrarlos con sus mejores ejemplos, que lo inmortalizan y que nos guían para, un día, también estar en la condición experimentada por él, como es la de “ser dioses”, “haciendo brillar nuestra luz”.
Conmemoremos queridos amigos míos, “otra” Pascua. La Pascua, de nuestra transformación, rumbo a una vida plena.
Traducido por Merchita
Extraído de dos artículos de:
Amílcar Del Chiaro Filho
Traducido por Merchita
Extraído de dos artículos de:
Amílcar Del Chiaro Filho
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