martes, 15 de julio de 2014

Historia de una casualidad


                          HISTORIA DE UNA CASUALIDAD
F.Jurgerson
       

Como sabemos,lo que la gente denomina como casualidad, coincidencia, suerte u otras palabras similares, no es ni más ni menos que una forma de llamar a la Providencia, o sea, al programa Cósmico o destino kármico que tenemos que cumplir a lo largo de nuestra existencia en este, nuestro mundo físico.
  Precisamente por ello, debemos comprender muy claramente, la filosofía de todo esto, para darnos cuenta de que todo lo que nos pasa es siempre en beneficio de nuestra evolución espiritual, como dice muy bien el refranero popular, que es bien sabio, es que "no hay mal que por bien no venga", y también aquel  que nos dice, que " Dios escribe derecho con renglones torcidos".
   La historia que sigue es rigurosamente cierta y sucedió a partir de la actividad de un conocido ornitólogo ( observación y estudio de las aves y los pájaros).
En efecto, Friedrich Jürgerson, era ornitólogo y hacía frecuentemente salidas al campo, lejos de la gran ciudad, para con la ayuda de su magnetófono, tratar de grabar el canto de las aves que él sabía diferenciar por medio del canto de las diferentes especies, por medio de los años de experiencia observando y escuchando la cantidad de grabaciones hechas durante tantos años.
Pero llegó un día, que traas haber estado todo un fin de semana haciendo varias grabaciones, cuando llegó a casa para escucharlas, se encontró con el inesperado sonido de dos voces humanas que se intercalaban algunas palabras, y ante esto, Friedrich se quedó pensativo, pues él, que había hecho las grabaciones en pleno bosque, lejos de ninguna población próxima donde puedieran haber señales de seres humanos,no podía dar crédito alo que se escuchaba.
Mas tarde se acrcó a la tienda en donde habia comprado el magnetófono, puesto que en su ciudad de Estocolmo, abundaban las tiendas y centros comerciales, dedicados a la electrónica,  creyó que lo mejor era llevarlo donde lo compró para hacerle una revisión, aunque funcionaba bien, necesitaba comprobarlo para saber si habia alguna alteración en el mismo. Les dijo que pasaría la próxima semana, pero no les dijo nada en absoluto de lo que se trataba, aunque a los dependientes les pareció algo excéntrico, les ratificó que no podía decirles los motivos del por qué quería la revisión del aparato.
 Al cabo de una semana volvió y le manifestron que el aparato estaba en perfectas condiciones y ninguna alteración se había encontrado en el mismo. Entonces Friedich les contó la historia y los motivos que tenía. Al cabo de una semana ya aparecía en los periódicos el siguiente título: "El magnetófono de Friedich puede recoger las voces de  los muertos".
Los escépticos no dudaron en señalar que podían haber sido falseadas las cintas, aunque Friedich replicó que él eso no lo hizo y que era el primer sorprendido debido a su trabajo como científico; y que dado su ética, estaba lejos de fantasear con todo eso.
 Esto ocurría en la primavera de 1.960.
Friedich llegó a la conclusión de que su magnetófono actuaba como un puente entre la vida y la muerte. A juzgar por las voces, se oía:" Estamos vivos", y se repetía tres veces, y luego, "estamos aquí", otras tres veces. Otra voz contestab: "No nos vamos y contigo iremos".
Los expertos han escuchado muchas voces de los difuntos, pues en los últimos años se han obtenido muchas y variadas cintas de voces identificadas.
Así, de esta forma tan inocente, es como empezó una técnica o práctica parapsicológica que ha demostrado, una vez más, que hay algo más allá de la muerte física, y que el hombre continúa viviendo en otra dimensión, donde puede comunicarse con otros seres.
Evidentemente han pasado bastantes años desde aquella fecha, y aunque no fué la primera conocida en la historia, ya a fines del pasado siglo, el
Edison
inventor del gramófono, Thomas Alba Edisson, quiso con su invento intentar la comunicación con los espíritus, y cuando presentó su invento en la academia de ciencias de París, los privilegios más privilegiados que componían la corporación científica, rechazaron casi indignados el invento, tachando a Edison de mentiroso y presentador científico de ventrilogía.

  Él fué el primero en la investigación sobre psicofonías.
  Gracias a estos hechos , hay personas que se les prueba, pese a su escepticismo, la existencia de un más allá. Eso, pese a lo que hablamos sobre la casualidad, pues es uno de los muchos nombres que se le da a la Providencia, aun sin saberlo, pues toda causa tiene su efecto y todo efecto  procede de una causa.

- Antonio Samartino- (Art. de la Revista nº 3 de "Fraternidad Cristiana Espírita)


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" El error es una planta tenaz que florece en cualquier suelo"
                    M. Tupfer

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¿PORQUÉ SUFREN LOS ANIMALES?

Richard Simonetti

1-¿Todos los seres vivos poseen Espíritu?
No. Ellos son dotados de un principio espiritual que se desarrolla progresivamente, a lo largo de los milenios.
Eso hasta que alcancen la complejidad necesaria a la conquista de la razón. Serán, entonces, Espíritus.

2-¿Existe una escala en ese desarrollo, como una escalera que el principio espiritual iría subiendo, pasando por todas las especies animales y vegetales, hasta alcanzar la razón?
No sabemos exactamente cómo ocurre. Seguramente no envuelve experiencias tan amplias, hasta porque surgen y se extinguen especies incesantemente.

3-Animales como el gato y el mono, que parecen ejercitar alguna inteligencia, ¿estarían en vísperas de la promoción a Espíritus?
Como ya comentamos, esa transición ocurre en otros planos del infinito y demanda un tiempo considerable. Entre los animales más desarrollados de la Tierra y el Hombre existen insondables escalones.

4–Algunos animales revelan una inteligencia que sorprende a sus dueños. ¿No demuestra ello que están bien cerca?
Ese «cerca» es relativo. Millones de años, delante de la eternidad, pueden representar en segundos. El animal tiene como centellas de inteligencia. Está muy distante del pensamiento continuo, que caracteriza al Espíritu.
5-¿No sería más conveniente que Dios nos creara dotados de inteligencia y discernimiento, sin tanto trabajo, sin gastar tanto tiempo?
Esa misma duda fue levantada por los teólogos en relación a la aparición del Hombre, cuando Darwin formuló su teoría evolucionista. Es más fácil imaginar a Dios moldeando a Adán del barro, que trabajando millones de años el taller de la Naturaleza para crear al ser humano. Sin embargo, Darwin, hoy, está plenamente aceptado por los teólogos, a no ser en los círculos más retrógrados, que aún interpretan los textos bíblicos al pie de la letra.

6-¿Ocurre lo mismo con el Espíritu?
Obviamente. Si Dios llevó tanto tiempo para producirnos una vestimenta carnal, ¿Por qué el Espíritu, que es mucho más complejo, debería ser creado con un pase de magia? No tiene sentido.

7–Si las limitaciones y males físicos se sitúan por el Espiritismo como una respuesta de la ley de causa y efecto a los desatinos humanos, ¿por qué lo sufren los animales, si no piensan, no tienen libre albedrío y, consecuentemente, no tienen deudas a rescatar?
La mujer no sufre los dolores del parto por problemas kármicos. Es una contingencia de la vida. Bendecirá sus sufrimientos, ante la gloria de ser madre. No siempre, por lo tanto, el dolor puede considerarse sinónimo de rescate. Es lo que ocurre con los animales. Limitaciones y males físicos agitan su conciencia embrionaria, preparando el glorioso «parto» del Espíritu.

Richard Simonetti

Extraído de la Revista Espirita nº15

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EL ESTUDIO
LEÓN DENIS

El estudio es la fuente de dulces y nobles goces; nos libera de las preocupaciones vulgares y nos hace olvidar los males de la vida. El libro es un amigo sincero que nos pone buena cara, lo mismo en los días felices que en los de mala fortuna.
Hablamos del libro serio, útil, que instruye, consuela y reanima, y no del libro frívolo que distrae y con harta frecuencia desmoraliza.
No se penetra lo bastante en el verdadero carácter del buen libro. Es como una voz que nos habla a través del tiempo y nos relata los trabajos, las luchas y los descubrimientos de aquellos que nos precedieron en el camino de la vida, y que en provecho nuestro suavizaron sus asperezas.
¿No constituye una de las escasas felicidades de este mundo el poder comunicar por medio del pensamiento con los grandes Espíritus de todos los siglos y de todos los países?
Ellos pusieron en sus libros lo mejor de sus inteligencias y de sus corazones. Nos llevan de la mano por el interior de los laberintos de la historia, nos guían hacia las elevadas regiones de la ciencia, del arte y de la literatura. Al contacto con estas obras, que constituyen los bienes más preciosos de la humanidad, compulsando estos archivos sagrados, nos sentimos engrandecer, nos consideramos satisfechos de pertenecer a las razas que nos suministran tales genios.
El esplendor de su pensamiento se extiende sobre nuestras almas, las reconforta y las exalta.
Sepamos elegir buenos libros y acostumbrémonos a vivir entre ellos, en relación constante con los Espíritus elegidos. Rechacemos con cuidado los libros inmundos, escritos para halagar las bajas pasiones. Guardémonos de esa literatura relajada, fruto del sensualismo, que deja tras de sí la corrupción y la inmoralidad.
La mayor parte de los hombres pretenden amar el estudio, y objetan que les falta tiempo para dedicarse a él. Sin embargo, muchos de ellos consagran veladas enteras al juego y a las conversaciones ociosas.
Se arguye también que los libros cuestan caros, cuando se gasta en placeres fútiles y de mal gusto más dinero del que haría falta para hacerse de una rica colección de obras.
Además, el estudio de la Naturaleza, el más eficaz y el más reconfortante de todos, no cuesta nada.
La ciencia humana es falible y variable. La Naturaleza no lo es. No se desmiente nunca. En las horas de incertidumbre y de desaliento, volvámonos y nos mecerá en su seno. Nos hablará un sencillo y dulce lenguaje, en el que aparecerá la verdad sin artificio ni desfiguraciones. Pero ese lenguaje apacible muy pocos saben escucharlo y comprenderlo.
El hombre lleva consigo, hasta en el fondo de las soledades, sus pasiones y sus agitaciones interiores, cuyos rumores encubren la enseñanza íntima de la Naturaleza.
Para discernir la revelación inmanente en el seno de las cosas es preciso imponer silencio a las quimeras del mundo, a esas opiniones turbulentas que perturban nuestras sociedades; es preciso recogerse, hacer la paz en sí y alrededor de si. Entonces, todos los ecos de la vida pública callan; el alma entra en sí misma, recobra el sentimiento de la Naturaleza y de las leyes eternas y comunica con la Razón suprema.
El estudio de la Naturaleza terrestre eleva y fortifica el pensamiento, pero ¿qué decir de la visión de los cielos?
Cuando, en la noche apacible, se enciende la bóveda estrellada y comienza el desfile de los astros; cuando de los núcleos estelares y de las nebulosas perdidas en el fondo de los espacios desciende hasta nosotros la claridad temblorosa y difusa, una misteriosa influencia nos envuelve, un sentimiento profundamente religioso nos invade. ¡Cómo desaparecen en esa hora las vanas preocupaciones! ¡Cómo nos penetra, nos abruma y nos hace doblar las rodillas la sensación de lo inconmensurable! ¡Qué adoración muda se eleva de nuestro corazón!
La tierra boga -frágil esquife- por los campos de la inmensidad. Boga, arrastrada por el potente Sol. Por todas partes, a su alrededor, existen profundidades inmensas que no se pueden sondear sin experimentar el vértigo. Por todas partes también, a distancias enormes, hay mundos y más mundos, islas flotantes mecidas por las olas del éter. La mirada se niega a contarlos, pero nuestro Espíritu los considera con respeto y con amor.
Sus sutiles rayos le atraen. Enorme Júpiter, y tú, Saturno, al que rodea una franja luminosa y coronan nueve lunas de oro; soles gigantescos de luces multiformes, esferas innumerables: os saludamos desde el fondo de los espacios... Mundos que brilláis sobre nuestras cabezas, ¿qué  ocultáis?... Quisiéramos conoceros, saber qué pueblos, qué ciudades extrañas, qué civilizaciones se extienden sobre vuestra superficie...
Una intuición secreta nos dice que reside en vosotros la felicidad, buscada en vano en la Tierra.
Mas ¿por qué dudar y temer? Esos mundos son nuestra herencia. Estamos destinados a recorrerlos y a habitarlos. Visitaremos esos archipiélagos estelares y nos penetraremos de sus misterios. Nunca tendrá un término nuestra carrera, nuestros ímpetus, nuestros progresos, si sabemos ajustar nuestra voluntad a las leyes divinas y conquistar con nuestras acciones la plenitud de la vida, en posesión de los goces celestiales inherentes a ella.


Tomado del libro “EL CAMINO RECTO”
de León Denís

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" La providencia ayuda a quienes ayudan al prójimo "
                - Ruyard Kipling -
                 
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domingo, 13 de julio de 2014

LA CURA DE LA OBSESIÓN


M. Philomeno de Miranda
LA CURA DE LA OBSESIÓN


La cura de la obsesión es un trabajo milenario sobre la tierra. La adquisición de la paz  es el resultado de luchas y esfuerzos que disciplinan al ser, condicionándole  los hábitos saludables, con los cuales entra en armonía con la vida.


La mente del hombre  es el espejo que refleja los estados  íntimos, las conquistas logradas y las que están por conseguir. En los paisajes mentales se expresan fácilmente los estados múltiples  de la personalidad, que encadenan éxitos y fracasos, que se exteriorizan en formas depresivas, ansiosas, traumáticas, neurasténicas y otras, que dan origen a enfermedades psíquicas de variada y compleja enumeración.
La mente, en el torpe comercio de los intereses subalternos, produce  una spicoesfera pestilente,  de la cual se nutren vibriones  psíquicos, formas-pensamiento mezcladas con Entidades perversas, viciadas y dependientes, en un espectáculo desordenado, deprimente.
El hombre es el compendio de sus anhelos y realizaciones. Mientras él no elabore elevadas necesidades íntimas, se eternizará en las permutas groseras  de la faja de los instintos primitivos. Por esta causa, la Humanidad padece urgentes carencias en las aéreas rudimentarias de la vida… Al dejarse martirizar  por deseos inconfesables, aun no se ha  decidido a seguir la conducta realmente  emocional, que le permita el trabajo interior  para deshacerse  de las sensaciones que responden por los intereses groseros, generadores de las luchas por la posesión, con predominio del egoísmo.
Cuando fijamos en la mente paisajes sombríos perdemos la percepción estética de las visiones armónicas de la Naturaleza. De la misma forma que el hombre experimenta las sensaciones del placer salvaje, pierde interés en adquirir los valores estéticos y liberadores del alma.  La transposición de proyectos y aspiraciones, mientras está  en el área de la voracidad y de la exageración carnal, solamente sobreviene del pesado tributo de dolor y de los fuertes aguijones de la aflicción
Toda ascensión exige la colaboración del sacrificio y de las renuncias. La visión de los amplios horizontes coloridos, solamente es lograda después de la victoria sobre las caídas sombrías y los caminos tortuosos.
El fatalismo de la vida es para el bien y el destino es para la felicidad. Conseguirlos al impulso del amor o conquistarlos con sufrimiento, son las únicas opciones que tendrá que escoger.
Los Espíritus fuertes son los que procuran conquistar lo bello y liberarse de los vicios, marchando al frente, con frenesí, despertando al mismo tiempo a los que yacen rezagados que están bajo el influjo de la ilusión y encadenados a los placeres seductores y venenosos.
Todos tenemos un día que haber conquistado el amor. El deber del buen cristiano es extender hasta el infinito su cielo para que los que sufren  en la vida, encuentren la paz y la esperanza.
Todos  los seres humanos  tienen el auxilio paternal de Dios, las Entidades Benefactoras, se encargan de auxiliar a los alineados  en ambos planos de la vida, participan de las ocupaciones  en la caridad fraternal, llenos de amor  y profundo respeto hacia las víctimas,   cuidándose de no censurarlas, ya que comprenden  que el cuerpo es efecto y no causa de la vida, y en él se establecen las bases de la elevación; cuando los seres tomen conciencia de que la cuna  es la puerta que se  abre   para el cuerpo como el sepulcro es el que la cierra, sin que nadie entre o salga de la vida; cuando se establezcan metas que traspasen los limites de una breve existencia corporal, será diferente la actitud que habrá de asumirse ante las situaciones  y circunstancias de lo cotidiano.
Solamente la visión de la Reencarnación, proporciona mediante una perfecta integración del Espíritu, el proceso de ascensión.
No olvidemos que el bien posee un lenguaje universal en los diccionarios de Dios, que producen valores que pueden ser utilizados en todas partes, merced a los cambios divinos.
Es muy diáfana la línea divisoria entre la salud y el equilibrio mental.
Una ligera excitación, alguna situación depresiva, una ansiedad o un momento de aflicción, la escasez de recursos financieros, la imposibilidad social, la falta de trabajo digno, entre otros muchos factores, pueden llevar al hombre  a cambiar su salud mental enajenándolo de forma temporal, pudiendo luego retornar a la posición normal de salud.
Los problemas de orden emocional y psicológico comúnmente son los que conducen al trastorno de la conducta psíquica.
Además de los factores que disponen a la locura, entre lo que se ubica en el karma del Espíritu,  hace que muchos individuos se encuentren en plena frontera de la obsesión espiritual que los induce a dar el paso al frente, arrojándolos al angosto camino de la alineación de comportamiento grave y de difícil recuperación…
 Los idolatras del sexo, los violentos, los exagerados. Los adictos a vicios de cualquier naturaleza, los pesimistas, los envidiosos, los amargados, los sospechosos incondicionales, los celosos, los obsesos, con los que con mayor facilidad trasponen los límites de la salud mental.
La obsesión es una frontera peligrosa para la locura irreversible.
Al principio, es sutil y transparente; luego, se agrava en razón de la tendencia negativa con que la recibe el infractor de los Soberanos Códigos de la Vida.
Da origen a diversas enfermedades, la principio imaginarias, que recibe por vía telepática, las cuales se pueden transformar en males orgánicos con derivaciones insospechadas a voluntad del agente que induce a la victima  que lo hospeda, a situaciones lamentables.
En la tierra, hay mucha más obsesión propagándose de lo que nadie puede imaginar y creer.
En este mundo que es de intercambio mental, vivo y pulsante, cada ser sintoniza  con otros equivalentes, prevaleciendo, entretanto, las especies más pesadas de vibraciones negativas, que perturban gravemente la riqueza psíquica, social y moral de los hombres que en el habitan.
No obstante, la vigilancia del amor de Jesucristo actúa en forma positiva, al trabajar con eficiencia, a fin de modificar los dolorosos cuadros de la actualidad, y dar así  surgimiento a un nuevo periodo de salud y de paz.
En este contexto, el Espiritismo – que es el más eficaz y sencillo tratado de Higiene Mental – desempeña un importante papel, como el de prevenir al hombre de los males que él genera para si mismo y que puede evitar, como también, le facilita los recursos para superar la problemática obsesiva, al mismo tiempo, apoya y enriquece a los nobles profesionales y misioneros de la Psicología, de la Psiquiatría, del Psicoanálisis…
La adquisición de la paz es el resultado de luchas y esfuerzos que nos disciplinan, condicionándonos los  hábitos saludables, con los cuales entramos en armonía con  la vida.
La mente es el espejo que refleja los estados íntimos, las conquistas logradas y las que están por conseguir.
Dinamo generador de recursos psicofísicos, dirigido por el Espíritu que se vale de la constitución cerebral, en los paisajes mentales fácilmente se expresan los múltiples estados de la personalidad, que encadenan éxitos o fracasos, que se exteriorizan en formas depresivas, ansiosas, traumáticas, neurasténicas y otras, que dan origen a enfermedades psíquicas de variada y compleja enumeración.
 Frente a esos estados enfermizos, se abren anchas brechas que permiten y estimulan las parasitosis espirituales que degeneran en síndromes obsesivos que muchas veces se prolongan hasta convertirse en subyugaciones de curso irreversible.
a)  Recepción de la idea perturbadora
 Viviendo en un permanente intercambio, consciente o inconsciente, los espíritus – tanto encarnados como desencarnados – participamos de las vivencias en el cuerpo y fuera de él.
No solos por los procesos de venganza personal, en los cuales los enemigos se buscan para provocarse males y cobranzas injustificables, como también, por factores de distintos motivos, se asimilan ideas y pensamientos a través de la simple  sintonía de la propia onda en que se sitúan las mentes.
Abordada por vibraciones negativas, la mente ociosa o indisciplinada, viciada o rebelde, registra la interferencia y en virtud de no ajustarse a un programa educativo de la voluntad, recibe el impulso de la idea, permitiéndose aceptar la sugestión perturbadora que alberga y se fortalece bajo la natural adaptación de los complejos y traumas de los comportamientos pesimistas que son peculiares a cada uno.
Aceptada la persuasión, se establece un vínculo con las sombras como forma de intercambio psíquico.
b) Intercambio mental.
Una vez fijada la idea infeliz, los archivos del inconsciente desbordan las impresiones angustiosas que duermen almacenadas, confundiéndose en la conciencia con las informaciones actuales, al mismo tiempo que se encuentra en desorden por la influencia de la parasitosis externa que se adueña del campo expuesto, sin defensas.
 Por un natural proceso selectivo y teniendo en cuenta las tendencias, las preferencias emocionales e intelectuales del paciente, la obligación impuesta produce una mejor aceptación de los recuerdos perniciosos, que sirven de vehículo y acceso al pensamiento del invasor.
La polivalencia mental, en casos de esta naturaleza, tiende a la idea fija, que produce los cuadros de la fascinación torturante y finalmente los de la subyugación de difícil reversibilidad.
La obsesión simple es una parasitosis común en casi todos los individuos, cuando se la considera la natural comunicación psíquico vigente en todas partes del Universo.
Al tener en cuenta la infinita variedad de las posiciones vibratorias en las que se detienen los hombres, estos sufren, cuando intervienen en esas fajas, al sintonizar a través de un proceso normal, con los otros comensales hay situados.
Si son portadores de aspiraciones nobles, en donde se instalen, consiguen mayor impulso para el crecimiento.
Al permanecer en la construcción del bien, difícilmente serán objeto de las influencias perversas o criminales procedentes de las regiones inferiores.
A pesar de eso no quedan indemnes a la agresión temporaria o permanente de la que se liberan frente a los objetivos morales que persiguen, gracias a los cuales vibran en una escala psíquica más elevada.
No obstante, si se interesan en situaciones de vulgaridad y de placer, de falta de piedad o de pereza, de vicio o desorden, reciben mayor influjo de ondas mentales  equivalentes, cayendo en los abismos de la emoción aturdida del desequilibrio…
Esos pacientes, llevan al lecho, antes del reposo físico las angustias preocupantes, las ambiciones desenfrenadas, las pasiones inquietantes, deteniéndole en reflexiones que las vitalizan, viviéndolas a través de la mente, cuando no encuentran los medios de disfrutarlas físicamente… al desdoblarse bajo la acción del suelo, se encuentran con los afines – encarnados, o no – con los cuales se identifican y reciben amplias cargas de falsas necesidades o dando oportunidad a los estados anhelados que más los perturban y afligen.
Cuando despiertan, con la mente atribulada, torpe, dominados por el cansancio físico y psíquico, encuentran dificultad para concretar los compromisos y las lecciones edificantes de la vida.
En esa posición – con la idea obsesiva fija y la acción viciosa establecida – se produce el intercambio mental.
Ya no se trata del pensamiento que busca acogida, sino de la actividad que intenta el intercambio, manteniendo el dialogo, la discusión, el análisis  de los asuntos  pautados – siempre de naturaleza perjudicial y que a una persona  sana, le causaría repulsión instintiva, pero que el paciente se complace en cultivar -, motivos estos que originan el predominio del parasito espiritual, que poco a poco se acerca más psíquicamente a la casa mental y a la voluntad de su semejante.
c) Reflejos de la interferencia.
Como efecto natural, surgen los síndromes  de la inquietud: las desconfianzas, los estados de inseguridad personal, las enfermedades de poca importancia, los fracasos en torno al obseso que aumenta las angustias, dando así lugar a la incertidumbre y a la más amplia perturbación interior.
Genera una spicoesfera perniciosa alrededor de si mismo mediante la eliminación de fluidos dañinos de los que es víctima y los absorbe en forma más condensada; por negarse a escuchar temas saludables, participar en convivencias amenas, leer paginas edificantes, auxiliar al prójimo, y renovarse mediante la oración.
Conforme la constitución temperamental, que es un factor de relevante importancia, se hace apático, tiende a la depresión, se sumerge en la melancolía por el mensaje telepático deprimente y de los formatos mentales pesimistas que se filtran del archivo de la inconsciencia. Por el contrario, si es dotado de constitución nerviosa excitada, se vuelve agresivo, violento, en actitudes discordantes – estalla por niñerías, de las cuales luego se arrepiente – exponiendo el aparato psíquico y los nervios a altas cargas de energías que daña los sensores y los conductores nerviosos, con prejuicios singulares para la organización fisio – psíquica.
En ese periodo, se pueden percibir los estereotipos de la obsesión, que se revelan con facilidad por las actitudes insólitas, por el comportamiento ambivalente – equilibrio y distonía, depresión y excitación – que perturban al individuo.
A los hábitos saludables se suceden a las reacciones intempestivas señaladas como exóticas, la pérdida de los conceptos de criterio y valor  que juntos, dan lugar a extrañas y contradictorias formas de conducta.
La línea del equilibrio psíquico es muy tenue y delicada.
Las interferencias de cualquier naturaleza en la faja de la movilización de la personalidad, casi siempre producen disturbios, que empujan al individuo a procedimientos irregulares al principio, que después se establecen como delineamientos  neuróticos.
La acción fluidica de los desencarnados, por la flexibilidad y la obstinación  de estos, cuando son ignorantes, envidiosos, perversos, por su insistencia interfieren en el mecanismo del huésped, lo que complica el cuadro con la persuasión inteligente, en telepatía perjudicial, que facilita la simbiosis con el anfitrión.
En esa fase, y antes que el paciente asuma la  interferencia de que es víctima, la terapia espirita se transforma en resultado positivo, liberador.
No obstante, lo ideal es la actitud noble frente a la vida, que funciona como psicoterapia preventiva y que constituye el sistema para el optimismo y la paz.

OBSESIÓN POR FASCINACIÓN
Establecidos los lazos de la comunión, el proceso continúa y ajustando los conectores del canal obsesivo con el receptor, que a partir de ese instante comparte sus ideas con las ideas que le son insufladas.
A medida que el campo mental de la victima cede terreno, está no solo asimila la influencia telepática, sino también las actitudes y maneras de ser de su huésped.
En ese intervalo la persona pierde la noción del ridículo y de las medidas habituales que caracterizan el discernimiento, acatando sugerencias que incorpora, aceptando inspiraciones como criterios, que a todos se presentan como disparates y que a ella se son perfectamente lógicos.
Por conocer las imperfecciones morales, el carácter y la conducta de aquellos a los que perturban, los Espíritus les inspiran e imponen las ideas  absurdas con el objetivo de aislar al paciente de los recursos y personas que los pueden auxiliar.
Les inspiran el orgullo de misiones especiales, disfrazados de humildad y paciencia erróneas, que los vuelven falsamente místicos o rebeldes cuando se sienten descubiertos por la razón y perspicacia de las personas lúcidas y conocedoras de esas técnicas infelices, creyendo que son formadores y apóstoles encargados de cambiar las estructuras de la vida al arbitrio de la irresponsabilidad y presunción.
Mientras se debaten en el desorden de la fascinación de la que se convierten en presa fácil, se desligan de las últimas defensas y aflojan las compuertas de los diques de la lógica, dando con esto, oportunidad al episodio más complejo de la turbación mental.
Puede deducirse, entonces, las dificultades que el problema sugiere e impone, por no poder contar con el auxilio del obseso.
 En toda obsesión, como en cualquier sufrimiento, están como ejemplo los recursos débito-crédito del individuo. No hay duda de que la disposición con que este se revista, contribuirá mucho y decisivamente para los resultados del intento, liberador o angustioso, conforme el empeño que emplee.
El dolor nace de la falta de respeto al orden establecido, como el odio es el fruto del egoísmo. Del personalismo amargado.
No existe persona alguna que esté destinada al sufrimiento, la desidia o el mal.

El hombre, al desprenderse de los recursos defensivos, cae en la agresión que lo acorrala  o enferma.
Los esfuerzos que emprende junto a las acciones que ejecuta, se constituyen en una coraza contra el mal, conquistas que deberá alcanzar para elevarlo a las fajas vibratorias propias que lo defienden y liberan.
Por eso mismo, la fascinación procede de la indolencia moral y mental del paciente y exacerba sus valores negativos, los que son hábilmente instigados por su antagonista espiritual.
Por lógica consecuencia, los intentos para  la liberación se presentan más complejos, exigiendo por lo tanto, abnegación, esfuerzo y asistencia continua.

OBSESIÓN POR SUBYUGACIÓN
En cada caso de alineación obsesiva se encuentran razones hostiles que caracterizan, específicamente, el proceso. Por eso mismo, a pesar del que el origen son las faltas morales del enfermo y el agente, la Entidad desencarnada, los móviles influyentes y predominantes varían de acuerdo a cada persona.
La terapéutica, aunque generalmente es la misma, lo resultados varían según los pacientes, sus fichas kármicas y los esfuerzos que estos emprenden para desenmarañar la trama en que se envuelven.
 En el panel de las obsesiones, a medida que se agrava el cuadro de la interferencia, la voluntad del huésped pierde el control del comando personal, en razón directa con la que el invasor asume el gobierno.
Es más grave cuando se trata de un espíritu lucido, técnica e intelectualmente, que se adueña de los centros cerebrales con la imposición de una liberación bien concentrada en los móviles que persigue, manipulando con habilidad los dispositivos mentales y físicos del perturbado.
De esta forma, la subyugación puede ser física, psíquica o fisio-psíquica, simultáneamente.
La primera, no significa la pérdida de la lucidez intelectual, porque la acción se produce directamente sobre los centros motores y obliga al individuo, no obstante se niegue a obedecer, a ceder a la violencia que lo oprime. En este caso, pueden irrumpir  enfermedades orgánicas, al crearse condiciones celulares propias para la contaminación por virus y bacterias  o también  bajo  la vigorosa y continua acción fluidica, destruyendo los tejidos fisiológicos o perturbando tanto el anabolismo como el catabolismo, manifestándose en disturbios del metabolismo general, con singulares perjuicios físicos…
En el segundo caso, el paciente dominado mentalmente, cae en un estado de pasividad, muchas veces bajo tortura emocional, que llega a perder por completo la lucidez, aunque no afecta al Espíritu encarnado propiamente dicho, que experimenta  la imposición penosa por medio de la cual depura la irresponsabilidad y los delitos pasados. De esta manera pierde temporaria o definidamente, durante su actual reencarnación, el área de la conciencia, sin poder expresarse libremente.
Un incesante aturdimiento lo domina, la visión, la audición, así como los demás sentidos, se confunden con la realidad objetiva al imperio de las vibraciones y fajas que registra en forma desordenada en la esfera física y en la espiritual.
 El Espíritu encarnado se mueve en un laberinto que lo atemoriza, sujeto a un adversario obstinado que lo maltrata, lo aterroriza con crueles amenazas, en un firme parasitosis en la desconcertada casa mental.
Finalmente, se apodera, simultáneamente, de los centros del comando motor y domina físicamente a la víctima, la que queda inerte, subyugada cometiendo atrocidades sin nombre.
En los procesos obsesivos, sin dejar de repetirlo, están involucradas en la Ley las personas que constituyen el grupo familiar y social del paciente, situado ahí por la necesidad evolutiva y de rescate para todos.
No pueden evadirse a la responsabilidad los que fueron cómplices o coautores  de los delitos, cuando los infractores más comprometidos son alcanzados por la innegable justicia. Reunidos o enlazados por el parentesco  sanguíneo o  a través  de circunstancias de afectividad y de afinidad, forman los grupos a los cuales se les prevé de los recursos reeducativos en el intento de progreso.
La cruz de la obsesión es un peso que cae siempre sobre los hombros de las conciencias comprometidas.
TERAPIA DE LA OBSESIÓN
Conforme se presente el cuadro de alineación, también varían los recursos terapéuticos.
Se sabe que el agente es un ser que piensa y actúa movido por una razón que le parece justa, cualquier política de engaño aparente de la honestidad se vuelve ineficaz, aumentando la hostilidad y la tenacidad del perseguidor.
El principal motivo, debe ser concentrar todas las atenciones en el enfermo desencarnado, tratándolo con bondad y respeto, aunque no se éste de acuerdo con lo que hace.
 La principal urgencia es la de conquistar al agente infeliz para la intima renovación, por cuanto la mala acción siempre procede de quien no está bien, por más que este oculte o disimule los sentimientos y su propio estado.
Debe evitarse la discusión inútil, revestirse de real humildad que refleje el interés amoroso por el bienestar del otro, quien acabará por envolverse en ondas de confianza y armonía con los que se beneficiara, cuando cambie de actitud en relación a los propósitos mantenidos hasta entonces.
Al mismo tiempo, debe educarse al paciente a la luz del evangelio, insistiendo con afabilidad por su transformació n moral y creando a su alrededor condiciones psíquicas armónicas, con las que se restablecerá emocionalmente y esto le estimulará a contribuir con la parte que le corresponde.
Atraerlo a la práctica de acciones dignificantes y de beneficencia, con las que se granjeara simpatías y vibraciones positivas, lo fortalecerán y modificaran su campo psíquico.
Asimismo, estimularle el habito de la oración y de la lectura edificante, al mismo tiempo, formarle el carácter que debe tornarse maleable al bien y resistente al vicio.
Las mentes viciosas se impregnan de vibraciones y parásitos extraños, desvariados por el desarrollo de los excesos perniciosos.
Junto a esta psicoterapia, es necesario la aplicación de los recursos fluídicos, ya sea a través  del pase, del agua magnetizada o mediante la oración intercesora con la que se vitalizan los núcleos generadores de fuerzas, estimulantes de la salud, con el poder para desconectar los plugs de las respectivas matrices, de modo que el deudor se rehabilite ante la Conciencia Cósmica por la aplicación de los valores y servicios dignificantes.
No ocurren milagros en estas situaciones ni en otras de cualquier naturaleza. El acontecimiento milagroso, cuando parece acontecer, es el resultado de una acción muy bien programada, cuyos efectos son registrados y las causas no son necesariamente por el momento, conocidas.
Toda persona que desee contribuir en la esfera del socorro desobsesivo, no debe descuidar su conducta intima ni sus ligaciones con el Plano Espiritual Superior, de donde fluyen los recursos suavizantes y saludables para el cometido del amor.
Al recordad a Jesús, delante de los obsesos y de los obsesores, busquemos Su ayuda e inspiración en la condición elevada que Él ocupa como “Señor de los Espíritus”
Merchita
 Trabajo extraído del libro:  EN LAS FRONTERAS DE LA LOCURA de, Divaldo Pereira Franco. Por el Espíritu Manuel Filomeno de Miranda

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" Nada hay más curioso que los esfuerzos y tentativas de los naturalistas y fisiólogos frente a este problema: la permanencia de la individualidad, no obstante la contínua renovación celular."

                                          - Dr. Geley -

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Dr. Brian Weis      


Nuestras almas...



"En nuestra vida terrenal, es difícil recordar que somos almas y no simples cuerpos físicos. Constantemente nos distraen las ilusiones y desilusiones de este mundo.

Nos enseñan que el dinero, el poder, y el prestigio y las posesiones materiales son de suma importancia y a veces incluso el motor de nuestras vidas.

Nos enseñan que para ser felices tenemos que lograr que los demás nos aprecien y nos respeten.
Estar solo, nos dicen, es ser desgraciado.

En realidad somos seres inmortales que nunca se separan energéticamente de los que aman.

Tenemos almas gemelas y familias espirituales que son eternas. Los espíritus guardianes nos guían y nos aman siempre. Nunca estamos solos.

Al morir no nos llevamos las “cosas” que poseemos. Nos llevamos nuestros actos y nuestras obras, los frutos de la sabiduría de nuestro corazón.

Cuando despertamos a la idea de que todos somos seres espirituales, cambian nuestros valores.
Y por fin podemos ser felices y estar en paz."

Brian Weiss


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PENSAMIENTO:   

El imposible y la nada, son creaciones absurdas de la ignorancia
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