lunes, 24 de julio de 2017

Sortilegios, Conjuros y Fórmulas Sacramentales



Programados para hoy:

- Terapia de salud integral
-¿En qué lugar están el Cielo y el Infierno?,
-Compromisos reencarnatorios
-Sortilegios, Conjuros  y fórmulas sacramentales


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Terapia de Salud Integral

"Que excelente terapia tenemos en las manos, hijos, a través de las palabras paulinas, adecuadas para todos los problemas diarios. Perseveremos en el tratamiento con los abnegados médicos de la Tierra y no nos olvidemos de tratarnos también con Jesús a través de la terapia del amor que todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta y todo lo vence".
    Las palabras siempre lúcidas del noble espíritu Bezerra de Menezes, en la obra Recados de Mi Corazón, de Jose Carlos Luca, nos invitan a esta reflexión en torno a nuestra salud. 
    El querido amigo espiritual, que como médico en la TIerra, conoció también las dificultades de salud que todos traemos, hoy en la Espiritualidad, conoce más a fondo estas cuestiones, evidenciándonos que nosotros somos los principales responsables por nuestra salud o dolencia. Cuando nos habla de la terapia del amor, nos está dando la llave del gran secreto que es como evitar nuestras dolencias, como amenizarlas o cómo curarnos de las graves molestias que traíamos con nosotros, en la mayoría de los casos debidas a nuestro descuido, por los desequilibrios que nos permitimos, principalmente de las emociones desajustadas.
    Nuestro organismo, nuestro sistema orgánico, posee órganos delicadísimos totalmente sensibles a las fuertes emociones que experimentamos en algún momento. Si pudiésemos ver lo que acontece en nuestras células, cuando por ejemplo emitimos pensamientos de rebeldía, de odio, cuando alimentamos rencores, quedaríamos impresionados viendo aquellos seres pequeñitos siendo bombardeados por sustancias generadas por las glándulas endocrinas, por las suprarenales, por ejemplo, cuando es generada mucha adrenalina, una hormona que activa el sistema simpático y neurotransmisor, que prepara al organismo para grandes esfuerzos físicos, estimula el corazón, eleva la presión arterial, relajando ciertos músculos y contrayendo otros. 
  Todo eso aconteciendo a través del pensamiento mal direccionado, que crea imágenes, situaciones hipotéticas y fantasiosas, distante muchas veces de la realidad que nos rodea, o sea, salimos del desequilibrio que es nuestra condición natural, pata agitarnos interiormente, pura y simplemente porque insistimos en alimentar sentimientos que, ante todo, solo nos hacen mal a nosotros mismos. 
  El querido amigo, por eso nos invita al amor, por encima de todo, pues envueltos en ese sentimiento sublime, todo nuestro cuerpo vibra en esas ondas suaves y contínuas, qlue nos van colocando alejados de las agresiones, de la locura, de los desequilibrios generados por aquellos que aún no descifraron el secreto de vivir bien, de conducirse con seguridad y con fe, pues aún no entendieron el convite del excelso hombre de Nazaret, "Amad a vuestro Pójimo, como a vosotros mismos". 
   Amar también es saber no alimentar la brasa malediciente que nos traen, la crítica exacerbada que alguien nos hace en algún momento, o incluso la indiferencia de algunos en relación a aquello que representamos o a las enseñanzas nobles que traemos. No nos dejemos contagiar por la falta de compasión de los que aún no saben andar correctamente, es el mejor antídoto para evitar contagiarnos también, víctimas de esa gran epidemia anónima y silenciosa, pero altamente letal, que podemos llamar Desamor. 
    Dejemos pasar lejos de nosotros, los dardos venenosos lanzados por mentes en desequilibrio, enfermas que se permiten escapar a su propio mal, ya sea en las intenciones o en las acciones directas. Alcemos el escudo protector de la comprensión superior para con las faltas de ellos, y utilicemos como  principal arma, el bálsamos del amor, en ondas suaves y contínuas, neutralizadoras de cualquier amenaza externa a nuestro templo sagrado, levantado por el Buen Padre.
            Mucha Paz
     - Eduardo Martins -
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¿En qué lugar están el Cielo y  el Infierno?

En el Más Allá no existen  cielos ni  infiernos eternos como lugares descritos así por las teologías religiosas,  pero si existen estados  felices e infelices de acuerdo con la condición moral  y la visión interior de sus habitantes, y esto es algo que comienza siempre en nosotros mismos como seres humanos.
Las religiones han promulgado  las ideas  del cielo y del infierno  como las metas definitivas e inevitables de los seres humanos, dándoles un sentido de eternidad sin final.  Estas afirman que las almas bienaventuradas van a un cielo de felicidad eterna y allí permanecen admirando o contemplando la grandiosa obra de Dios, sin tener ninguna actividad; este cielo que parece tener relación con una inactividad  eterna, si existiese, sería más bien un estado de infelicidad eterna, o sea, un infierno, porque la Ley General de Evolución impulsa a la acción, al movimiento y al progreso, y afecta a todos los mundos y Seres, tanto encarnados como desencarnados.
   En cualquier caso,  cabría plantearse tal como lo hizo Allan Kardec, que es o en donde está ubicado ese cielo dentro de esa inmensidad sin límites que es el Universo?.  Popularmente se ha señalado el lugar del Cielo como un “arriba” y el lugar del infierno como un “abajo”, o sea bajo las capas más  profundas de la Tierra.   
 Cielo indefinido                                                  
  La respuesta está en que el cielo  espiritual está por  todas partes, sin límites físicos ni geográficos, aunque es cierto el sentido de “arriba” en cuanto a que los planos  superiores de estancia espiritual se encuentran en franjas vibratorias elevadas encuanto a la psicoesfera terrestre de más baja vibración, y los infiernos, al señalarlos como “abajo”, no es que se encuentren como lugares ubicados bajo tierra, sino más bien como franjas vibratorias más acordes con nuestra psicoesfera humana, o incluso de una vibración inferior a la terrestre, en cuyo caso si coinciden en esencia con el espacio de otras capas subterráneas o inferiores de la Tierra. En estos planos se agrupan   por afinidad vibratoria.
    El infierno de las religiones
 El concepto del infierno que había en la Edad Media, ha perdurado hasta hace poco; este era designado como un lugar físico en donde los condenados  padecían  continuamente los tormentos más brutales, tanto físicos como espirituales, aunque se reconocía que las almas allí carecían de cuerpo físico. En él los pecadores padecían sádicas torturas, como la de quemarse entre llamas de fuego eternamente sin ninguna esperanza de perdón o de que el dolor y el sufrimiento terminaran jamás…
  El Cielo y el Infierno no son lugares o espacios físicos, pues si lo fuesen tendrían que ser lugares concretos y delimitados en algún lugar del Universo, pero como ya es reconocido por las religiones, básicamente existen, en general,  dos planos de existencia en el Universo, el material y el inmaterial o espiritual, y estos cielos o infiernos que nos esperan después de la muerte, no son sino estados de conciencia de los Espíritus que , con arreglo a lo establecido por la Ley de Consecuencias, recogen en el Más Allá de aquello que antes sembraron en la Tierra cuando estuvieron encarnados en ella. 
   Ya lo advirtió el Maestro Jesús: “A cada uno le será dado según sus obras.” Y ese estado, feliz o desgraciado, nos acompaña  en este mundo o en el otro, como la cosecha obligatoria que recogemos por la siembra permanente y voluntaria, buena o mala, que cada cual hacemos aquí libremente.
    ¡ Qué malo sería si existiese  ese dios inmisericorde que han  enseñado las religiones¡ ¡¡Gracias al Dios de verdad, el Dios de Amor, porque ese dios menor de los libros sagrados no existe !!.
Debemos tener claro que Dios si que existe y es (nos podemos imaginar una Gran Energía, de extensión infinita, infinitamente Inteligente, bondadosa y poderosa), la fuente de origen de todo lo creado, y que con arreglo a la perfección y sabiduría  infinitas que muestra a través de Su obra, el Ser humano no ha podido ser creado para un destino y perspectiva tan triste y despiadada como lo es un sufrimiento eterno, sin esperanza de cesar jamás en él.  Por ello podemos concluir que  estos conceptos teológicos tradicionales, no pueden ser en absoluto ciertos, y por ello cada día son menos creídos. Todos estamos llamados a continuar nuestra evolución personal o espiritual  hacia esa meta de Perfección infinita que llamamos Dios, con independencia de los errores o aciertos que cada cual haya podido cometer en una vida humana.
No obstante, hay que tener presente que siempre tendremos que recoger el fruto bueno o malo de lo que sembremos  con  nuestro comportamiento en cada existencia, lo cual  puede suponer disfrutar de un Cielo de felicidad, o  de un penar en un Infierno interior creado por nosotros mismos, de sufrimiento, pero en cualquier caso, este infierno  siempre y en todo caso, es un  estado  transitorio  del Alma,  y  jamás definitivo, porque nuestro destino final es la eterna dicha en grados de sintonía con  nuestra Fuente de Origen..
Para entender esto valga  la imagen  del que  cae en un pozo pero no se queda en él para siempre, pues antes o después sale   porque así  lo ha dispuesto su Padre  que le da fuerzas para salir del pozo y oportunidades para intentarlo de nuevo siempre. Asimismo  sirva también  la metáfora  del  que está cruzando a nado  el  mar encrespado de su evolución, de modo que cuando se encuentra en la cresta de la ola   es  muy feliz, pero  no se puede quedar para siempre en lo alto de esa ola, sino que debe seguir nadando después  y  en su empeño por  cruzar el mar , no está libre de caer dentro de un agujero en la siguiente brazada que intente avanzar  hacia  esa   lejana meta  de Perfección en donde le aguarda  su Padre, aunque eso sí, a cada brazada  conseguida mayor es su pericia y menos probable  es la caída....
Es ilógico totalmente  y difícil de admitir  el estado definitivo de   un Infierno, al que se condena por algunos errores cometidos en ese instante fugaz que es la existencia humana del Ser,  o bien de un Cielo de beatitud en una eterna ociosidad de un descanso eterno ganado a cambio de los méritos que se puedan hacer en una sola vida humana, por larga que esta sea.
Otras veces se  pretende ganar el Cielo para un fallecido por las peticiones y rogatorias de  los vivos, aunque estas siempre benefician al  Ser espiritual por el que se pide ayuda porque le dan consuelo y fuerzas para seguir avanzando por el camino de su evolución, o también  por  recomendar al fallecido mediante actos litúrgicos religiosos de cualquier clase que sean, casi siempre pagados con dinero  para obtener a cambio la salvación eterna. Este estado de cosas, aunque hechas con buena fe, son de lo más absurdo e injusto, porque  la Justicia Divina no permite comprar nuestra suerte en el Mas Allá dejando que esta dependa de que  alguien haga o pague por nosotros esos ritos y ceremonias religiosas que nada tienen que ver con Nuestro Padre Celestial ni con los espíritus.
       Si el Cielo y el Infierno existiesen tal como los han descrito las religiones, y admitiésemos que estos se ganan o se pierden de esta forma, no habría más remedio que pensar que lo absurdo y lo injusto también son una ley natural e impuesta;  si se pudiese admitir tanto disparate, ello supondría la negación de  la infinita bondad, perfección  y justicia Divinas, además  de que el nacimiento, la existencia y la muerte  del Ser humano y de todos los seres, carecerían de sentido.
- Jose Luis Martín-

“Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él”
- ‎Mahatma Gandhi –

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COMPROMISOS REENCARNATORIOS

- La elección de las personas que tienen que ver con nosotros en esta vida ¿es una decisión que se toma antes de cada encarnación, o bien fruto de las decisiones que tomamos cuando estamos ya encarnados? 
* Las relaciones más allegadas, como la composición de la familia, algunas amistades y la futura pareja, se acuerdan antes de encarnar. Al respecto de eso hay un compromiso entre los espíritus que se encarnan para ayudarse mutuamente en sus respectivas misiones o pruebas. 
Otra cosa es que luego se cumplan los compromisos adquiridos. 

- ¿Se suelen respetar los compromisos previos a la encarnación? Es decir, ¿puede ocurrir que una persona haya acordado con otra ser pareja y luego, una vez encarnado, elija como pareja a otra persona, o que una pareja que se ha comprometido a tener dos hijos, luego sólo tenga uno o ninguno? 
* En vuestro mundo sucede muy frecuentemente que los espíritus incumplen sus compromisos pre-encarnatorios. 

- ¿Por qué motivo los incumplen? 
* Generalmente, porque se dejaron arrastrar por sus propios defectos, por su egoísmo, tomando decisiones con la mente, que está muy influenciada por las sugestiones del mundo materialista en el que vivís, que os conduce a llevar una vida enfocada completamente a luchar sólo para conseguir objetivos materiales (consumismo), o a disfrutar de placeres materiales (hedonismo), olvidando así sus aspiraciones y 
compromisos espirituales. 

- ¿Y cómo sabe el espíritu, una vez encarnado, cuáles son esos compromisos espirituales adquiridos antes de nacer si no recuerda nada de esa etapa? 
* Dejándose llevar por la intuición espiritual. Cuando el espíritu se deja llevar por lo que siente, está siguiendo esa voz del interior que intuye cuál es el camino a seguir, y a medida que se van cumpliendo los objetivos marcados se siente más feliz consigo mismo, más seguro y sereno, y se le clarifican los siguientes objetivos de esa vida. Cuando uno 
desoye esa voz del sentimiento y se deja guiar exclusivamente por la mente, y ésta le induce a seguir objetivos puramente materiales, en contra de sus sentimientos, la persona se siente vacía, inconforme consigo misma, insatisfecha, insegura, y no encuentra sentido a su vida. 

- ¿Podrías exponer un caso concreto? 
* Pongamos el ejemplo de dos almas que se encuentran en su actual vida, habiendo acordado unirse como pareja antes de encarnar. 
Su interior espiritual los hace reconocerse y que se despierte el sentimiento mutuo que existe entre ellos. Sin embargo, imaginemos que uno de ellos está muy influenciado por su propio egoísmo, y se ha dejado llevar por él a la hora de tomar decisiones en esa vida. El 
egoísmo, a través de su mente, aprovechará cualquier circunstancia materialmente adversa para influenciarle negativamente, para que haga caso omiso de sus sentimientos, de una y mil formas: “no es un buen partido, no tiene dinero, no tiene estudios, no es de mi condición social, no es físicamente atractiva, mi familia se opondrá y no quiero complicarme la vida, vive muy lejos, no es de tal o cual manera, etc”. Y entonces, habiéndosele presentado la oportunidad de experimentar el sentimiento verdadero y de vivir con la persona espiritualmente afín, con quien podrá experimentar algo de la auténtica felicidad, la deja pasar, eligiendo en contra de sus sentimientos e incumpliendo así su acuerdo 
pre-encarnatorio con su alma gemela. Si se deja arrastrar por el egoísmo, ese espíritu elegirá su pareja, no en función de sus sentimientos, sino en función de sus expectativas mentales o materiales, prefiriendo a otra persona con un mayor atractivo físico, o que sea más complaciente, o con mejor posición económica, con la que llevará una vida 
aparentemente más excitante para los sentidos, o más cómoda, pero vacía de sentimientos. 
V.G
( Publicado por Ángeles Calatayud)

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           SORTILEGIOS, CONJUROS Y 
          FÓRMULAS  SACRAMENTALES

553. ¿Qué efectos pueden tener las fórmulas y prácticas con cuyo auxilio algunas personas pretenden disponer de la voluntad de los Espíritus? 
- El efecto consiste en ponerlas en ridículo si proceden de buena fe.- En caso contrario, se trata de bribones que merecen un castigo. Todas las fórmulas son imposturas. No existe ninguna palabra mágica, signo cabalístico ni talismán que ejerza alguna acción sobre los Espíritus, por cuanto éstos sólo son atraídos por el pensamiento y no por las cosas materiales.

553 a. ¿No han dictado algunos Espíritus, a veces, fórmulas cabalísticas? 
- Sí, tenéis Espíritus que os indican signos, palabras extrava-gantes, o que os prescriben determinados actos con cuyo concurso hacéis lo que denomináis conjuros.. Pero tened plena certeza de que son Espíritus que están mofándose de vosotros y abusan de vuestra credulidad. 

El Libro de los Espíritus 
Allan Kardec 

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