lunes, 26 de junio de 2017

El cambio que queremos ver




TEMAS A TRATAR EN ESTE DÍA:

- Sentir la Compasión
-El cambio que queremos ver
-La mesa y el pan
- Reflexión (Humildad)
-Tesoros en el cielo



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Mantén tu control emocional en todas las situaciones.
Un sistema nervioso alterado genera una vida desajustada.
Si las dificultades amenazan tu equilibrio, utiliza la oración.
La oración es medicamento eficaz para todas las enfermedades del alma.

- Juana de Ángelis-

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                  SENTIR LA COMPASIÓN
   
 
Cierto devoto anhelaba ardientemente sentir la verdadera compasión. Efectivamente experimentaba piedad por los hermanos que sufrían, entretanto, cuando algunos de ellos se lanzaban en el desespero, cayendo en la delincuencia, helo transferido a la rebeldía, recetándoles reprimenda y punición. 
Después de eso, al saberse instrumento de más angustia para aquellos que cayeron en la vida bajo el fardo de pruebas muy difíciles de cargar, entraba en el remordimiento, lastimando a su propia incomprensión. 
Desolado consigo mismo, procuró un orientador espiritual y le preguntó: Sabio amigo, ¿qué hacer para sentir la compasión, aprendiendo a guardarla sin perderla? El interrogado reflexionó largamente y respondió: Hijo, nadie consigue asimilar la compasión sin pasar por la verdad. ¿Por la verdad? exclamó el consultante. La verdad es amarga y, a veces, nos agrede usando un chicote entretejido de hiel. 
El mentor, no obstante, insistió: Aunque con semejante interpretación, la realidad está en lo que te digo. Vuelve a la intimidad de tus meditaciones y ruega al Señor para que la verdad te pueda instruir.
El devoto regresó al hogar y por veces y veces rogó a los Cielos para que la verdad lo esclareciese. 
Transcurrido mucho tiempo, en una noche tranquila, se vió fuera de su propio cuerpo, notando que una extraña luz le bañaba el entendimiento. 
Caminó dentro de la casa y encontró al propio padre, igualmente fuera de la vestimenta física, registrándole el cambio. No era él el ciudadano maltratado por el tiempo, que soportaba las luchas domésticas con aparente tolerancia. Se mostraba como un hombre sediento de libertad, hablándole con aspereza de las pasiones que ocultaba por disciplina. 
Inmediatamente después se cruzó con su progenitora, en la forma espiritual, y no vió en ella a la pastora dedicada que conducía la familia con palabras de amor y bendición. Se presentaba como una bella y sufrida mujer, que se decía cansada de cautiverio e ingratitud. 
Quiso ver a los dos hermanos con los cuales compartía la morada y les notó la diferencia. Le surgían, ahora, en aquellas circunstancias, en la condición de un rapaz portador de un semblante sombrío y de una sofisticada niña, extremadamente indignados contra las directrices y costumbres de aquellos que le servían de padres. 
Asombrado, se arrojó a la vía pública y reconoció que todas las personas, en tránsito, usaban el cuerpo a la manera de una máscara, por detrás de la cual se escondían. Los supuestos hombres y mujeres, buenos y malos, jóvenes y viejos, las personas consideradas correctas y las que se habían clasificado como delicuentes, estaban bajo disfraces y todos arrastraban problemas y dificultades, enfermedades e indecisiones. 
En ese momento, retornó a su propio cuerpo y experimentando la verdadera compasión, oró en lágrimas: ¡ Dios de Bondad, compadécete de nosotros, porque, en la Tierra todos nosotros, somos tus hijos necesitados! ... 
Enseguida, observándose transformado para siempre, reunió a los familiares y les contó lo sucedido.
Los parientes atentos lo miraban sonriendo, pero nadie lo creyó. 
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Cede minuto del tiempo de que dispongas o algo de lo que posees para disminuir el frío de la penuria y la fiebre de la aflicción. 

Francisco Càndido Xavier 
Por el Espíritu Meimei 

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          EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER

HAGAMOS NOSOTROS EL CAMBIO QUE QUEREMOS VER EN EL MUNDO
Jorge Hessen
Investigadores afirman que estamos empujando los ecosistemas del planeta para fuera del ambiente en el que evolucionarían y para dentro de condiciones totalmente nuevas que ellos pueden no conseguir soportar. Las extinciones son el resultado probable. En países predominantemente desarrollados, cerca de un billón de personas en un escenario optimista y cinco billones en un escenario de las usuales condiciones (mantenidas en las mismas condiciones) habitan en regiones que van a experimentar climas extremos antes del 2050. Eso hace aumentar la preocupación con cambios en el abastecimiento de agua y comida, salud humana, propagación más extensa de enfermedades infecciosas, estrés causado por el calor, conflictos y desafíos para las economías. Las Naciones Unidas establecerán como meta limitar el calentamiento global a 2º C en comparación con niveles pre-industriales para evitar efectos catastróficos provenientes de los cambios climáticos.
La actividad solar se desenvuelve en ciclos estudiados y conocidos por los científicos. Esa actividad tomó un auge durante el periodo comprendido entre la década de los 90 y el año 2000. Ocurren sucesivamente ciclos telúricos en el orbe. Todavía hoy lo que es más evidente es el enigma de la inestabilidad climática, normalmente por el recalentamiento global. Considerando el calor insólito, sobretodo las sequías sorprendentes, creemos estar en la inminencia de mayores catástrofes ecológicas, de consecuencias arrasadoras, consecuencia de la ruta de colisión del hombre y la Naturaleza.
Desde el inicio de la revolución industrial, en 1750, los niveles de dióxido de carbono (CO2) aumentaron más del 30%, y los niveles de metano crecieron más de 140%. La concentración actual de CO2 en la atmósfera es la mayor registrada en los últimos 800 mil años. ¿Cuáles serán las consecuencias de eso? La escalada del impacto puede llevar a la escasez de agua potable, a traer grandes cambios en las condiciones para la producción de alimentos y a aumentar el número de muertos como consecuencia de las olas de calor y de las sequías.
Al desforestar las florestas, modificar los cursos de los ríos, eliminar áreas de lagunas y desestabilizar el clima, estamos destrozando las bases de una red de seguridad ecológica extremamente sensible. Debemos estar atentos a las alertas de los especialistas, pues ya es demasiado evidente que se trata solo de una cuestión de tiempo para las consecuencias funestas previstas. Estas comenzarán a afectar, brutalmente, nuestras vidas y, principalmente, las vidas de nuestros hijos y nietos.
La Tierra se asemeja a un organismo vivo, con mecanismos para auto-regular sus funciones. En estos últimos años, los Estados Unidos pasaron por la peor sequía en más de un siglo. Grandes extensiones de tierra de Rusia tampoco tuvieron la suficiente lluvia. Incluso la temporada de los monzones en la India fue seca y en América del Sur, el índice pluviométrico ha permanecido por debajo de la medía histórica.
Las naciones, frecuentemente, luchan para tener o mantener el control de materias primas, suprimiendo energía, tierras, cuencas fluviales, paisajes marítimos y otros recursos ambientales básicos. “Esos conflictos tienden a aumentar a la medida que los recursos escasean y aumenta la competición por ellos”.
Precisamos adaptarnos al medio como los demás entes vivo en este momento.
Se sabe que la mayor parte del agua potable del planeta se utiliza para el riego. Por esa razón, hay investigadores trabajando en varios proyectos de sostenibilidad a fin de hacer rendir más el agua utilizada en la agricultura. Una de las propuestas es la llamada “lluvia solida”, un tipo de polvo que extendido adecuadamente en el suelo puede absorber y retener grandes cantidades de agua y liberar el líquido gradualmente, con el fin de que los vegetales puedan resistir durante más tiempo una sequía.
Lamentablemente aun sufrimos los contrastes de una suprema tecnología en el campo de la informática, de los viajes espaciales, de los supersónicos, de los rayos láser, al tiempo en que todavía tenemos que convivir con bastante indiferencia la grave problemática del medio ambiente.
Por otro lado, y nos parece menos malo, es que la necesidad de destrucción de la naturaleza “se debilita en el hombre, en la medida en que el Espíritu sobrepuja a la materia”. Realmente, la conciencia de protección ambiental crece con nuestro desarrollo intelectual y moral. Los recursos “renovables” que se consumen y el impacto sobre el medio ambiente no pueden ser relegados a cuestiones de menor importancia, principalmente teniéndose en consideración la utilización del agua potable, cuya posesión y control en el futuro puede ser el motivo más frecuente de enfrentamiento planetario.
En la década de los años 70, USDA (departamento de Agricultura de los Estados Unidos) desarrolló un producto super absorbente hecho de una especie de goma , que más tarde fue utilizado para la hidratación de vegetales.
Sabemos que el medio ambiente en que renacemos constituye muchas veces la prueba expiatoria, con poderosas influencias sobre nuestro psiquismo. De ese modo, “se hace indispensable que las personas de mente más desarrollada cooperen en la transformación del medio ambiente para el bien, mejorando y elevando las condiciones de vida de todos los que viven en su zona de influencia”.
La Naturaleza es siempre el libro divino, donde la mano de Dios escribió la historia de su sabiduría, libro de la vida que constituye la escuela de progreso espiritual del hombre evolucionando constantemente con el esfuerzo y la dedicación de sus discípulos”. En ese elevado empeño, Sergio Jesús Velasco, un ingeniero químico de la ciudad de México, conociendo la invención de la USDA, desarrolló con éxito y patentó una versión diferente de la formula gelatinosa. El producto de su invento, hoy, es mezclado con el suelo de áreas secas, de modo que al ser irrigado el “gel” se consigue almacenar gran cantidad de agua, redistribuyendo gradualmente el líquido en la plantación.
La vida en el planeta depende de la convivencia pacífica entre el hombre y la Naturaleza. ¿Y nosotros los Espíritas, que hacemos, o que pretendemos hacer?. El iluminado Mahatma Gandhi – que afirmó cierta vez que todo el bello mensaje del Cristianismo podría ser resumido en el sermón de la montaña – nos sirve de ejemplo cuando dice: “seamos nosotros los que cambiemos lo que queremos cambiar en el mundo”.

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                   La mesa y el pan

J. Herculano Pires

    Kardec explicó el problema de la mesa en las sesiones espíritas con su habitual naturalidad: es el mueble más cómodo para sentarnos alrededor de él. Apartaba así cualquier resquicio de misticismo y magia, de rito y sacramento en el acto mediúmnico. Sin embargo, hay quienes consideran ese acto puramente místico y mágico, recordando la evocación y la oración. No nos sentamos alrededor de la mesa únicamente para conversar o escribir, sino también para alimentarnos. La alimentación que tomamos en la mesa espírita no es material, sino espiritual. La evocación no es un rito, sino una invitación. Antes de sentarse a la mesa las invitaciones ya fueron hechas, pues basta con pensar en un espíritu para evocarlos. Ellos atienden o no nuestras invitaciones, pues son libres y no están sometidos a ningún poder humano. Más el pan que ponemos sobre la mesa es el pan espiritual de la oración, que será partido y servido en el momento del adoctrinamiento.

Nos cuenta el Evangelio de Lucas el episodio conmovedor de los discípulos camino a Emaús. Después de la resurrección de Jesús, Cleofás y un compañero seguían, al atardecer, hacia esa aldea, apartándose del escenario angustiado de Jerusalén. Un extraño los alcanzó y acompaño, conversando sobre la muerte y resurrección de Jesús. Se detuvieron en una posada para alimentarse. Se sentaron a la mesa con aquel extraño. Pero en el momento en que él partió el pan, los discípulos lo reconocieron: era el Maestro resucitado. Pero inmediatamente el Señor desapareció y en la mesa sólo estaban los dos. Es fácil imaginarse el asombro de los discípulos. El vacío de la mesa y el silencio del anochecer, que ya comenzaba, debe haberles parecido más lleno de rumores y alegrías que las mesas de los banquetes festivos del mundo.

Y eso es lo que precisamente sucede en las mesas simples, sin artilugios, de una verdadera sesión mediúmnica. El color del mantel poco importa. El color blanco no interesa en el acto mediúmnico más que el rojo o el marrón. La pureza exigida es sólo la de las intenciones. Los invitados están alrededor y no son conocidos. Surgen en el camino, en la penumbra del crepúsculo, como extraños. Pero en el momento de partir el pan ellos se manifiestan. Hecha la oración simple de la apertura de los trabajos podemos ver, por la forma en que parten el pan, que son ellos. Iniciamos entonces la conversación necesaria y luego ellos desaparecen así como aparecieron, retornando a lo invisible, en el seno de la noche.

¿Cómo pueden los cristianos de todas las denominaciones censurar ese banquete sencillo y atribuirlo a influencias diabólicas? ¿Cómo pueden decir que todo eso no pasa de ser una ilusión, locura o mistificación? ¿Nunca leyeron, ni por casualidad, el tema sobre los dones espirituales en la I Epístola de Pablo a los Corintios? ¿No vieron que el apóstol confirma el simbolismo conmovedor del camino a Emaús, relatando las sesiones mediúmnicas de la era apostólica? ¿Y cómo pueden algunos espíritas quebrar la armonía de esas reuniones espirituales con aparatos inútiles e innecesarios, con la introducción de sistemas pretensiosos en las sesiones mediúmnicas? Si queremos deformar y ridiculizar la práctica espírita, basta con exigir el mantel blanco en la mesa, vestir a los médiums con vestidos blancos y rituales, obligarlos a hacer una corriente de manos y otras tonterías por el estilo. Es lo que hacen los espíritus mistificadores, a través de los dirigentes supersticiosos e ingenuos.

Para comer el pan de la verdad sólo necesitamos de los dientes del buen sentido. Por eso el comensal del hostal de Emaús simplemente desapareció después de partir el pan. Todas las técnicas inventadas por hombres vanidosos, de disciplinas rígidas a la hora de la sesión, de palabras mágicas y gestos misteriosos, no pasa de ser la maleza en la cosecha. La práctica espírita debe ser racional y simple, pues toda la escenificación sólo sirve para estimular mistificaciones.

Hay personas que desean hacer sesiones a plena luz, por creer que la penumbra habitual da motivo a desconfianzas y representa una modalidad de formalismo. Pero la penumbra es necesaria para la buena concentración de los médiums y de los asistentes. La iluminación normal de la sala provoca distracciones, penetra los párpados y rompe el ambiente de recogimiento. Claro que no se debe hacer con oscuridad excesiva y mucho menos completa, pero la penumbra del ambiente no es un formalismo, es una exigencia natural de la concentración serena. Además de esas razones evidentes, conviene recordar que el exceso de luz ejerce influencia inhibitoria sobre los médiums y en la emanación fluídica del ectoplasma. En todas las reuniones mediúmnicas el ectoplasma se libera para ayudar las ligaciones periespirituales entre médiums y espíritus. Tenemos que saber distinguir entre lo necesario y lo superfluo, entre lo conveniente y lo inconveniente, sin hacer concesiones a la ignorancia o la desconfianza de los que no entienden del asunto.

El  problema de la concentración mental es también uno de los menos comprendidos. La concentración de los pensamientos en una reunión mediúmnica no corresponde a la concentración individual de una persona en un determinado problema a resolver o en un estudio a realizar. Se trata de una concentración colectiva de pensamientos volcados hacia un mismo objetivo. Cuando todos piensan en Dios o en Jesús, todos los pensamientos se concentran en una sola idea. La palabra concentración sugiere un esfuerzo mental continuo para mantener el pensamiento fijo en una imagen. Eso perjudicaría los trabajos mediúmnicos, creando un ambiente de tensión mental exhaustiva. No es tensión o esfuerzo lo que se necesita, sino de relajación y tranquilidad. Todos deben volcar su pensamiento hacia un objetivo superior, generalmente hacia Jesús (pues pensar en Dios es más difícil) y todos deben mantener la idea de Jesús en la mente, sin esfuerzo ni preocupación, como quien se acuerda de un amigo lejano. Ese estado mental de recordación, no es el de la imagen o figura de Jesús, sino de su persona, de sus actos, de sus enseñanzas y de lo que él representa para nosotros, debe ser mantenido en el transcurso de la sesión. Cuando se nota que el pensamiento se desvía hacia otros rumbos, lo que es natural, se hace que retorne suavemente a la idea central. El ambiente de una sesión es mucho más favorable cuanto menos tensiones y preocupaciones existieran en la reunión. Las  evocaciones mentales de los asistentes y médiums, solicitando la manifestación de seres queridos o de espíritus amigos son perjudiciales, pues rompen y agitan el ambiente mental de la sesión. Pensar en un espíritu es evocarlo, como enseña Kardec. Quien asiste a una sesión con la esperanza de recibir una comunicación de este o aquel espíritu, ya lo evocó. El atenderá si le fuera posible. Durante la sesión sólo se debe pensar en Jesús. Creándose en el ambiente un clima tranquilo y confiado, podemos esperar los mejores resultados.

No hay reglas específicas y formales para la realización de las sesiones espíritas. Entre la oración de apertura y la de cierre se desarrollan las manifestaciones mediúmnicas, bajo la orientación y muchas veces la interferencia de los espíritus directores. El sistema autoritario, en el que el director determina a los médiums recibir las comunicaciones, una cada vez, proviene de la recomendación del Apóstol Pablo a la comunidad de Corinto. En las reuniones de Kardec, aún en las psicográficas, había amplia libertad, permitiendo las conversaciones entre espíritus comunicantes, a veces a través de varios médiums. Léon Denis usaba también de libertad en sus sesiones. Compete a los espíritus protectores determinar cuáles espíritus deben comunicarse y cuales los médiums en condiciones de recibirlos. El director humano de la sesión tiene la función de mantenerla en equilibrio y orientar el desarrollo delos trabajos e intervenir, cuando sea necesario, en el adoctrinamiento y en reajuste de la concentración. Se hay muchos médiums en la mesa, hay naturalmente la posibilidad de atenderse a un número mayor de espíritus, a través de varios adoctrinadores. Lo que importa en el adoctrinamiento no es el hablar mucho, sino hablar con propiedad y con amor, procurando alcanzar la consciencia y el sentimiento del espíritu. Cuando se aproxima el fin del horario destinado a la sesión, el director avisa, para que los médiums lo ayuden en el control de la reunión. Las comunicaciones de espíritus violentos, deseosos de perturbar los trabajos, exigen una actitud enérgica para ser refrenados y apartados. Energía serena, sin agresividad, pero con firmeza. No se debe olvidar que se trata de entidades sufrientes, necesitadas de amparo y orientación. No es la fuerza la que actúa contra el espíritu, ni la elevación de la voz, sino la intención de ayudarlo, el deseo sincero de hacerlo mejorar y tornarse nuestro compañero, porque esa disposición nos da la autoridad moral sobre los espíritus inferiores. Es importante que no falte en nuestra mesa espírita el pan de la oración y la luz del amor. Basta casi siempre una sola palabra de amor sincero para calmar al espíritu más violento. El amor brota de la comprensión humana, de nuestra capacidad de colocarnos en pensamiento en el lugar y en la situación de la criatura que se llenó de odio y violencia en existencias brutales en que el amor no floreció en su corazón.

Una sesión espírita es un acto de amor. No es una ceremonia destinada a la finalidad egoísta de librarnos de espíritus-parásitos, atraídos y alimentados por nosotros mismos, sino con el objetivo de llevar ayuda espiritual a los que padecen. El Espiritismo nos enseña, como enseñó Jesús, que todos somos hermanos y compañeros, creados por Dios para un mismo destino de trascendencia, de elevación espiritual. Ese es el pensamiento central de la comprensión espírita y necesitamos darle eficacia, traducirla en acción.

Tratamos aquí de la sesión mediúmnica común, no de la sesión específica de desobsesión. La sesión rutinaria de los Centros es la que se realiza todas las semanas, en días y horas fijas, disponiendo de una frecuencia regular. Hay quien discrepa de esos trabajos públicos, alegando las exigencias de Kardec en la Sociedad Parisiense, cuando no permitía la presencia en las sesiones de personas que no tuviesen algún conocimiento doctrinario. La medida de Kardec era justa y necesaria en una fase en que el Espiritismo nacía, bajo un clamor universal de protestas y amenazas. Hoy estamos a más de un siglo de esa fase y el Espiritismo sólo es combatido por personas sistemáticas o ignorantes. La mayoría absoluta de las personas que buscan las sesiones está necesitada, tratándose generalmente de médiums en franco desarrollo de sus facultades. Negarles acceso a las sesiones seria como negarle a un sediento acceso a una fuente. La mediúmnidad no se desarrolla por el acaso y mucho menos bajo el poder mágico de la vara de Moisés, que sacó agua de la roca. En general, el desarrollo mediúmnico comienza por diversas perturbaciones y no es raro, por procesos obsesivos. No se puede esperar que una persona en estado de alteración psíquica vaya primero a estudiar una doctrina a través de largos cursos para después someterse a los métodos de cura. Por eso, en las instituciones bien dirigidas las sesiones mediúmnicas normales no se restringen a la práctica mediúmnica. Los trabajos se inician con una lectura o lección evangélica, de El Evangelio según El Espiritismo. Seguidamente se hace una exposición doctrinaria que prepara a los frecuentadores para los trabajos prácticos. Los médiums en desarrollo reciben el mensaje evangélico y las enseñanzas doctrinarias en dosis apropiadas e, inmediatamente, participan del trabajo mediúmnico. Eso contribuye a una comprensión simultánea de la doctrina, de su naturaleza cristiana, de su moral evangélica y de las relaciones directas y necesarias de la teoría y práctica del Espiritismo. Las críticas a ese método se refieren a la extensión de las sesiones. Pero es evidente que la preparación de las temas permite reducir la parte oral a los límites necesarios. El aprovechamiento verificado en los Grupos y Centros que usan este método prueban su validez. En los centros que realizan varias sesiones por semana, la división de los temas puede ser hecha con más amplitud, en varias sesiones. Esto no impide que, además de ese proceso sinérgico o gestáltico, en que el iniciante adquiere desde luego una visión global de la doctrina y de su práctica, el Centro mantenga, en cuanto sea posible, un curso especial doctrinario en otro día y horario.

Si es posible, sería conveniente intercalar los pases entre la parte evangélica y la doctrinaria. Si eso prolonga demasiado la sesión, se puede establecer una sesión especial para los pases, iniciando siempre con una exposición sobre el asunto.

La ventaja de hacer todo en secuencia, en una sola sesión, es la de dar al que se inicia, en dosis apropiadas y en una secuencia natural de tiempo, la práctica y comprensión de la unidad del problema espírita. Esa comprensión, infelizmente, falta hasta en los veteranos del trabajo espírita, debido a la dispersión e incluso a la restricción de las prácticas tradicionales de un aspecto de la doctrina. Claro que el problema de desobsesión en casos graves no puede ser tratado en sesiones de esa naturaleza. Para eso, los Centros bien orientados disponen de sesiones especiales, privadas, con médiums y adoctrinadores capacitados, y siempre que sea posible, con la participación de médicos espíritas conocidos por su desinterés profesional en casos de orden doctrinario. Colocamos estas situaciones teniendo en cuenta nuestra experiencia y de conjunto, observadas atentamente a través de los años de trabajo y estudio incesante. Cuando el sistema es bien aplicado, contando con elementos humanos dedicados, los resultados son siempre sorprendentes. No se trata de una innovación, sino la de una conjugación de prácticas tradicionales que, reunidas y articuladas, producen más y mejor.

En lo referente a la mediúmnidad es necesario el más riguroso criterio kardecista, basado en los libros específicos de Kardec: Instrucciones Prácticas sobre las Manifestaciones Espíritas y El Libro de los Médiums. Esa es la base necesaria e insustituible del estudio y enseñanza de la mediúmnidad. Libros como En lo Invisible, de Léon Denis, y los libros de orientación mediúmnica de Emmanuel y André Luiz pueden también ser usados como subsidiarios, pero jamás colocados como obras básicas de la doctrina. Sin ese criterio, muchos Centros y Grupos, y hasta grandes instituciones, caerían en un plano de misticismo iglesiero y de autoritarismo sacerdotal que desfiguran y ridiculizan el Espiritismo. Precisamos comprender que lidiamos con una doctrina revolucionaria, que debe modificar la rutina espiritual de la Tierra, abriendo las perspectivas de una nueva concepción del Espíritu. Sin eso, nuestra mesa sólo tendrá pan mustio y envejecido.

Tomado del libro: Mediúmnidad
Traducción del portugués: Oscar Cervantes Velásquez 

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                                                          REFLEXIÓN

Procura ser humilde en todas las circunstancias.
Humildad no es decir "si" a todo y a todos.
Ni es pregonar que somos humildes.
No es asentir a todo lo que los otros dicen.
¡No!
Humildad es saber exactamente lo que somos y lo que valemos.
Es conocernos a nosotros mismos, procurar corregir sinceramente nuestros defectos y no querer imponernos a los demás.
El que es humilde, generalmente no sabe que lo es.
Pero el que no es humilde, piensa que ya lo es.

-Aportado por Ángeles Calatayud, para Espíritas Kardecianos-

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                  Tesoros en el cielo


Pregunta: Que significado tiene la frase dicha por Jesús, “haceos tesoros en el cielo”?

“19No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.21Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”
 (Lc. 12.32–34)

__El ser humano ha invertido sus valores en la vida. Nos afanamos tanto en adquirir bienes de consumo, de tener cosas materiales, de acumular riquezas, que nos olvidamos de la verdadera razón del por que hemos venido a la Tierra.
Si Uds supieran cuan difícil es el obtener una oportunidad de reencarnar valorarían más esta vida, y usarían al máximo las oportunidades que Dios nos da al permitirnos vivir esta existencia terrenal. El progreso moral y espiritual es lo único valioso  que podemos llevarnos al partir de este mundo. En los mundos y planos espirituales de nada sirve el oro que hayas acumulado, de nada te sirven los títulos o nombramientos, de nada te sirve la ilusión de poder que hoy disfrutas entre los tuyos, y entre tus semejantes. Es la Ley del Progreso y del Trabajo la que rige los mundos y las humanidades todas, el hacer buen uso de ella es la verdadera diferencia que nos separa del sufrimiento y que algún día podamos gozar de la eterna paz y felicidad.__
Fraternalmente
Rey Formoso

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