EL CUERPO FLUÍDICO DE JESÚS
La teoría de Roustainguismo es la del cuerpo fluídico de Jesús, que no poseyó cuerpo carnal como nosotros. Veamos cómo se explica en los textos [de Los Cuatro Evangelios] la formación de ese cuerpo:
“Jesús habría podido, únicamente el acto exclusivo de su voluntad, atrayendo hacia si los fluidos ambientes necesarios, constituir el periespiritu o cuerpo fluídico tangible que vistió para surgir en vuestro mundo bajo aspecto de un niño. María, sin embargo, antes de su encarnación, pidió, por devoción y por amor, la gracia de participar en la obra de Jesús, atrayendo, por la emanación de sus fluidos periespiritico, los fluidos ambientes necesarios para la constitución de aquel periespiritu”.
“De esa manera se tenía que verificar su cooperación, más de forma para ella inconsciente, por cuanto el estado de encarnación humana no le permitía acordarse. Así, al aproximarse el momento final de su gravidez a los ojos de los hombres, ella, inconscientemente, más ardiendo en el deseo de cumplir la misión que el Señor le revelara por intermedio del ángel o espíritu superior que le fue enviado, estableció, por la emanación de los fluidos de su periespiritu, una irradiación simpática que atrajo los fluidos necesarios para la formación del cuerpo fluídico de Jesús”.
Ningún efecto, entretanto, habría producido la acción inconsciente de María, sin la intervención de la voluntad de aquel que iba a descender a vuestro mundo. Jesús, pues , constituyo, el mismo, por la acción de su propia voluntad, el periespiritu tangible y casi material en que se torno, teniéndose en vista el planeta que habitáis, un cuerpo relativamente semejante al vuestro”.
(Tomo I – cap. I – Anunciación)
Este pequeño trecho revela una ingenuidad asustadora. ¿Qué hizo Maria en ese episodio? Se encarnó en la Tierra para fingir de madre, se olvidó del papel que iba a desempeñar – pues era médium inconsciente… - pero actuó inconscientemente atrayendo los fluidos en la esperanza de representarlo. Entretanto, en el momento decisivo, Jesús tuvo que intervenir y constituir el mismo su cuerpo fluídico, pues solo el podía hacer tal cosa. Solo restó a Maria, en todo el drama, un “consejo” a Hollywood para la entrada en escena de la falsa gravidez.
En el punto culminante de la revelación, lo que nos es revelado es el papel de tonta desempeñado por la falsa madre del Mesías. Se tiene la impresión de un artista piadoso admitiendo una joven inexperta a su lado parta no disgustarla. El artista no precisaba de la joven, más acepto su pretendido concurso y acabo haciendo todo por sí mismo. El público no percibió nada. Y la joven mucho menos. Más adelante la veremos siendo lograda por el niño experto que succiona la leche de su pecho sin ensuciarla.
Podríamos cerrar aquí nuestro análisis. No hay nada más que analizar. La revelación de la revelación abortó en ese episodio lirico –burlesco, aun en las primeras páginas del primer tomo de la obra roustainguistas de dos mil páginas. Más acontece que Roustainguismo es una creencia y sus adeptos no aceptaran nuestra conclusión. Precisamos de paciencia y coraje. Iremos más allá…
Por cierto, que además de ese acto lirico solo nos resta, en el trecho de arriba, constatar el rastreo de la teoría del periespiritu que Roustaing observo en la lectura de El Libro de los Espíritu de Kardec. Leemos arriba que el periespiritu es un cuerpo fluídico tangible. La expresión cuerpo fluídico es de Kardec. Más Kardec muestra que ese cuerpo fluídico puede tornarse tangible en el fenómeno de las apariciones tangibles. Roustaing mezclo las cosas y formó “aparentemente” esa nueva expresión.
Otro aspecto curioso de utilización de las teorías kardecianas es el del trecho medio de la transcripción anterior, cuando Roustaing (O sea, los espíritus que dictaron la obra dicen que María produjo una irradiación simpática de su periespiritu para atraer los fluidos necesarios. Es esa la teoría explicativa de las manifestaciones mediúmnicas. El espíritu comunicante produce irradiaciones de su periespiritu que afectan al periespiritu del médium, provocando el fenómeno semejante en forma de reacción. La mezcla de los fluidos espirituales del espíritu con los fluidos materializados del médium produce el elemento necesario, semi material, que permite la acción del espíritu en el plano material.
Estamos prácticamente ante un acto de apropiación indebida. No hay nada de nuevo en todo eso, a no ser falso el empleo de la teoría.
Más vamos a otro trecho básico, relativo a la gravidez de Maria. Y añadamos a ´el el trecho referente al parto. Veámoslo:
“La gravidez de María fue obra del espíritu santo, porque fue obra de los Espíritus del Señor, y. como tal, aparente y fluídica, de manera a producir la ilusión, para hacer creer en una gravidez real”.
“Los espíritus propuestos para la preparación del aparecimiento del Mesías en la Tierra reunieron alrededor de Maria fluidos apropiados que le operaron la distensión del abdomen y lo hincharon. Aun por la acción de los fluidos empleados la menstruación paro durante el tiempo preciso de una gestación, contribuyendo ese hecho para la apariencia de una gravidez, por la hinchazón y por las incomodidades causadas. Maria, bajo la inspiración de su guía y ante esos resultados, que para ella eran el cumplimiento de la anunciación que le hiciera el ángel o espíritu enviado, creyó en la realidad de su estado”.
“Su parto fue igualmente obra del espíritu Santo, porque también fue obra de los Espíritus del Señor, y solo se dio en apariencia, tal como la gravidez, por eso mismo que resultaba de esta, que fuera simplemente aparente. Tanto como la gravidez, Maria tuvo la ilusión del parto, en la medida que era necesario, a fin de que acreditase, como debía acontecer, en un nacimiento real”.
Aquí la intención del ridículo se torna clara. El episodio lirico-burlesco pierde todo el lirismo. El análisis paraliza ante lo absurdo, pues el absurdo no puede ser analizado. Tenemos que saltar por encima del abismo y encarar el texto por otro ángulo. Los espíritus reveladores emplean en este momento los ingredientes de la magia para fascinar al lector. Estamos en el plano de lo irracional. Más no nos engañemos. Tras de las escenas están estirados y activos los cordeles de la mágica teatral. El embuste es evidente. No se trata de magia natural, más si artificial. En una palabra: del ilusionismo mal intencionado. No es para nada que el texto incluye la expresión: “de manera a producir ilusión”. ". Los ilusionistas, los seguros de los efectos de su truco, no duden en utilizar las palabras adecuadas.
Todos cargamos con nosotros los residuos del animismo tribal, de la magia primitiva que antecedió a la religión. La magia del teatro excita en nosotros esos residuos que suben del inconsciente al consciente y determinan la regresión psicológica. Regresamos a la tribu, al tabú, al totemismo, al animismo de los principios. Eso puede acontecer con el hombre rudo y simple o con el hombre ilustrado e ingenuo. Y solo esa regresión puede explicar la aceptación de las teorías roustainguistas por las criaturas que llevan el barniz de la civilización. Es el mismo caso de los residuos mágicos de nuestras religiones llamadas positivas. La fe ingenua de la selva despierta en el corazón del hombre actual y lo lleva a aceptar, emocionado, los dogmas de lo absurdo.
A pesar de esa explicación, podemos preguntar como admitirse la utilización de esos truques o pases de magia por los Espíritus Superiores. Como aceptar el papel de Jesús, bajo la permisión, por lo menos, de Dios, en ese proceso de engaño espiritual en nombre de la verdad? Si Descartes ya no hubiese aniquilado el Genio Maligno en sus reflexiones del Discurso del Método, aun podríamos recurrir a el. Más en esta altura de los tiempos ya no nos sobra más esa posibilidad.
Por José Herculano Pires
Fuente: El Verbo y la Carne
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DESENCARNACIÓN; PROCESO DE TRANSICIÓN.
Fernando A. Moreira
La muerte es la cesación de la vida orgánica; la desencarnación es la liberación del Espíritu inmortal, periodo de transición, en su cambio de plano. “La muerte es hereditaria” (1) y cuando el cuerpo muere, el Espíritu está listo para librarse, porque “no es la partida del Espíritu la que causa la muerte del cuerpo; esta es la que determina la partida del Espíritu;” (2) pero este, no siempre está en condiciones de hacerlo. En este caso, la muerte biológica ocurre, pero el Espíritu no se desprende, no se libera, queda preso al cuerpo físico, esto es, continúa encarnado, porque “no todos los que mueren desencarnan.” (3)
“Nos dijo, cierta vez un suicida: `No estoy muerto. Y añadía: `No obstante siento los gusanos comiéndome.´ Ahora, indudablemente, los gusanos no le comían el periespíritu y aun menos el Espíritu; le roían sólo el cuerpo. (…) Era antes la visión de lo que pasaba con el cuerpo, al cual aun lo conserva ligado al periespíritu, lo que le causaba la ilusión, que él tomaba por realidad.” (4)
La reencarnación no es un proceso punitivo, más educativo, pues aquí “es escuela, es prisión, es hospital”; para alcanzar la perfección, la felicidad y la plenitud, es necesario renovarse en la experiencia de la materia densa… Habiendo escogido el camino del progreso, evolucionado, y así realiza su reforma íntima o, al contrario estacionado, con la excepción que, por mínimo que sea, siempre se evoluciona alguna cosa, inexorablemente sobreviene la muerte (Fig. 1), que es la fatalidad del cuerpo físico, así como “la evolución es la fatalidad del Espíritu” (5), uno de los objetivos de la reencarnación. (4); u otro es “trabajar para el Universo, como el Universo trabaja para nosotros, tal es el secreto del destino” (6), “es por el Espíritu en condiciones de soportar la parte que le toca en la obra de la creación (…) y concurriendo para la obra general, él mismo se adelanta.” (4) (FIG. 1); este último es alcanzado consciente o inconsciente por el Espíritu.
La reestructuración o no de su periespíritu, va a depender en haber alcanzado ambos objetivos, con influencias importantes en la secuencia del proceso desencarnatorio. Cuanto más depurado esté más fácil se vuelve su desligamiento gradual, porque “los lazos se desatan, no se quiebran.”. (4)
Dos factores son consecuentes a la muerte (Fig.1), ocurriendo paralelamente y vinculados a sus circunstancias y al grado evolutivo del Espíritu desencarnante:
* el desprendimiento del cuerpo físico.
* la perturbación del Espíritu.
León Denis señala que deberíamos llorar en la hora de la reencarnación, que es un momento de intenso sufrimiento para el Espíritu, y reírnos en la hora de la muerte, cuando el Espíritu se libera, ya que encarnación es su encarcelamiento fluídico y la desencarnación su liberación; esto es importante acentuar, si el Espíritu cumplió los objetivos de la encarnación, porque si no lo hizo, serán dos llantos, uno al encarnar y el otro al desencarnar, tal es la influencia que esta conducta proyectará en la desencarnación.
El desprendimiento
Al reencarnar el Espíritu se liga al cuerpo, a través de su periespíritu, que a él se une, molécula a molécula, átomo a átomo y al desencarnar, inversamente se desprende, también, átomo a átomo, molécula a molécula.
El principio vital es ` “el interruptor de la vida”, (7) en cuanto que el fluido vital es la electricidad que cargar nuestras baterías, el fluido cósmico animalizado; al ser desligado aquel, la vida se desvanece, cesa y sobreviene la muerte (muerte natural), que se da por agotamiento del fluido vital o bien su presencia, por fallecimiento orgánico súbito (muerte violenta), quedando él impotente para transmitir el movimiento de la vida.
(8) Esta fuga energética del cuerpo físico y del periespíritu, que se encontraban de ella impregnados, desde el primer instante de la concepción, se realiza de forma suave o abrupta, (Fig.1) de acuerdo con su distribución, que es peculiar a cada ser, a cada órgano, a cada célula; hay en los centros vitales o de fuerza, mayor actividad vital y puntos de ligación con mayor densidad entre el Espíritu-periespíritu, es el centro coronario el regente que, por el hecho mismo, es el último que se desliga, deshaciéndose las conexiones Espíritus-periespíritu-glándula pineal, la “glándula de la vida espiritual”. La rotura de estos lazos fluídicos-magnéticos que compone el cordón fluídico o de plata, representa el sello de la desencarnación, iniciándose por las extremidades y terminando, como dijimos, en el cerebro.
La naturaleza de las demás uniones de los centros vitales, varían de acuerdo con cada ser, dependientes de la evolución del Espíritu, modulador y estructurador del periespíritu y por tanto de sus uniones con la materia densa, a través de los centros vitales controladores y sus órganos secundarios y qué servicio prestó al comandante de sus acciones_ el Espíritu. Así quien osó desequilibradamente el sexo, o practicó aborto, por ejemplo, tendrá sus uniones con el centro vital genésico difíciles de ser desligados; quien fue fumador empedernido, igualmente tendrá fuertes uniones fluídico-magnéticas con el centro cardíaco, retardando el proceso desencarnatorio, y de ahí en adelante.
Así el desprendimiento ocurre de forma lenta (envejecimiento natural, dolencias crónicas, etc.) por estacionamiento del fluido vital, o de forma abrupta (muerte violenta: accidentes, desastres, asesinatos, suicidios) por injuria grave, determinando la incapacidad funcional orgánica definitiva. (FIG. 1); en los primeros, el desligamiento ya venía haciéndose cuando ocurrió la muerte y en los últimos, la muerte corresponde al inicio del proceso desencarnatorio; equivale a decir que el periodo muerte-liberación, genéricamente, es mayor en estos. Con los Espíritus evolucionados ocurre que el momento de la muerte corresponde al de la liberación, pero, al contrario, ciertos Espíritus que tienen su periespíritu aun muy densificado, quedan presos aun al cuerpo, después de la muerte.
“El Espiritismo, por los hechos cuya observación él faculta, da a conocer los fenómenos que acompañan esta separación, que a veces, es rápida, fácil, suave e insensible, al paso que de otras es lenta, laboriosa, horriblemente penosa, conforme el estado moral del Espíritu, y puede duras meses”, (2) y hasta años.
La perturbación
La conciencia es del Espíritu y después de la muerte corporal, el pasa por un periodo variable de perturbación, de acuerdo con el estado moral del alma, “fruto de sus construcciones mentales, emocionales y de voluntad” (9) y el género o circunstancias de la muerte, para volver a readquirirla.
El Espíritu purificado se desvencija de los tenues lazos que lo prendían al cuerpo físico, tomando entonces conciencia de sí mismo, vuelve al mundo espiritual y a la memoria del pasado, que es también del Espíritu y en breve va volviendo del inconsciente, situado en el periespíritu (8); este “libro misterioso, cerrado a nuestra vista, durante la vida terrena, se abre en el espacio. El espíritu adelantado recorre a voluntad las páginas (…).” (6) En estos casos la sensación es de alivio, como quien despertó de una intervención quirúrgica y obtuvo el alta, curado; no es pues, ni penosa, ni duradera; es un despertar, pues la “vida en la carne es el sueño del alma”; es el sueño triste o alegre.” (6)
En aquellos Espíritus que no aprovecharon el retorno a la vida corporal, para su evolución, estacionados en la escala del progreso, la desencarnación será un proceso extremamente doloroso, “tétrico, aterrador, ansioso (…) cual horrenda pesadilla” (10), demorado y la perturbación espiritual que seguirá, será mucho más intensa y prolongada; muchas veces, mal se acuerdan hasta de la última encarnación y mucho menos de las otras, es una concesión más de la bondad y de la misericordia divina, pero un día lo harán, pues tendrá que “entrar en el conocimiento de su estado, antes de ser llevadas para el medio cósmico adecuado a su grado de luz y densidad.” (6)
En la muerte violenta, situación no esperada en la mayoría de las veces por el Espíritu, su concienciación de la muerte y consecuentemente pasaje a la vida espiritual es difícil y demorada, tanto más prolongada cuanto menor es la evolución espiritual.
En la Espiritualidad
La espiritualidad no está parada, ni contemplativa, al contrario, trabaja incesantemente y “Los Espíritus evolucionados, con fuertes vínculos con la caridad”, (11) se responsabilizan de la tarea de la desencarnación, ayudando en los desligamientos de los lazos que unen el Espíritu al cuerpo físico, bajo influjo del pensamiento divino. Espíritus amigos y familiares, ya desencarnados, colaboran en esta tarea. Esta misma actuación, puede ser perjudicada por Espíritus enemigos, obsesores, que tienen la finalidad de volver el desligamiento más penoso, contribuyendo también para una mayor perturbación del Espíritu desencarnante, su enemigo.
Destino de los componentes del hombre.
Después de la muerte, el cuerpo físico se desintegra, siguiendo las leyes físicos-químicas, que también son divinas, nunca más volviéndose a recomponer, o destinarse a la resurrección, que sería desprovista de cualquier finalidad.
El fluido vital vuelve a su lugar de origen_ el fluido cósmico o universal.
El periespíritu podrá presentar modificaciones en relación a su densidad; no se segmenta y no se sedimenta; se depura, volviéndose tanto más sutil cuanto mayor fuera el progreso espiritual.
El Espíritu puede presentar modificaciones en relación a su estado moral reencarnatorio, porque el “Espíritu evoluciona, todo lo más se transforma”, por menor que sea esta misma evolución, a veces, mínima, lo que no puede nunca ocurrir, es retrogradar.
Conclusión
Un día, después de la muerte corporal, nosotros tendremos un decisivo encuentro marcado con nosotros mismos, en lo recóndito de nuestra conciencia, atributo del Espíritu, donde fueron impresas por Dios sus leyes morales (4); ahí serán juzgados por ella, todos nuestros actos de la senda reencarnatoria, en el uso de nuestro libre albedrío y comparados con nuestros propósitos al reencarnar, escogidos o impuestos por la justicia divina, siempre de acuerdo con las aptitudes de cada uno; depende de nosotros, y sólo de nosotros, sí este será el “día más feliz de nuestra existencia”, momento de puro éxtasis o, “al contrario, el peor de ellos”, su momento más fatídico.
“Creemos que la educación para la desencarnación se implica en la educación para la vida”. (9), para que consigamos la muerte de que nos habla Hernani Santana: (12)
“¡La muerte (...) es la libertad!
Es el vuelo augusto para la luz divina,
¡Bajo las bendiciones de la paz de la eternidad!
Es buen comienzo de una nueva edad,
Pasado mañana hermosa y peregrina,
De nuestra real y gran felicidad.”
(Trabajo publicado en la Revista Internacional de Espiritismo – Mayo 2001)
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¿ Será solamente una
utopía el reparto igualitario de riquezas?
Cada persona estamos en la posición económica y
social que nos corresponde estar, porque de habernos correspondido
otra diferente o mejor, habríamos nacido en el seno de otra
familia y otra sociedad, e incluso me atrevería a afirmar que ya la
tendríamos en este mundo mediante nuestro mayor esfuerzo, y si
hubiésemos tenido una mayor capacidad intelectual y volitiva, tal
vez podríamos haber superado ya nuestro actual nivel social y
económico.
Hay quien piensa que la riqueza está mal repartida,
pero sin embargo, sabemos que nada sucede por casualidad, sino que en
todos los aspectos de la vida, hay una causalidad previa.
Creer que puede llegar un día en que pueda haber una
igualdad total en el reparto de riquezas, posiblemente sea una utopía
y un sueño irrealizable del marxismo, porque siempre habrán pobres
al lado de ricos, tal como lo anunció Jesús de Nazaret, y habrán
dirigentes y dirigidos, según las diferentes capacidades de cada
cual, lo que supone una lógica diferencia en este reparto, pues es
de justicia que el trabajo mas complejo y responsable sea remunerado
a mas nivel que el trabajo de menor esfuerzo o responsabilidad,
aunque todos los trabajos son igualmente importantes, dignos y
necesarios en nuestras sociedades humanas . Yo entiendo que una cosa
es la igualdad en las riquezas, lo que además de imposible, sería
injusto, y otra cosa bien distinta es aspirar a que exista un
reparto equitativo y proporcional, con arreglo a cualquier noción
humana de justicia.
En
nuestro conglomerado humano actual existe tal variedad de aptitudes
que resulta inaplicable y sería injusta esta pretendida igualdad en
el reparto de riquezas económicas, de modo que si este igualitario e
injusto reparto fuese posible, el acicate por hacer un mayor
esfuerzo y asumir mayores responsabilidades en el trabajo se
perdería. La
diferencia de las capacidades humanas y laborales supone una división
y reparto de responsabilidades como del trabajo a realizar dentro
de la sociedad, y supone por tanto una diferencia en la posición
social y económica de cada uno.
Para que la absoluta igualdad en el reparto económico
fuese algún día una realidad, sería necesario que todos tuviésemos
exactamente igual las mismas capacidades, lo que evidentemente no es
así; además todos tendríamos el derecho y la capacidad para
ejercer los cargos mas complejos y responsables, lo que es imposible
porque existe una amplia gama de capacidades y responsabilidades
sociales, trabajos y oficios, y todos son necesarios para el
sostenimiento y el progreso de la Humanidad.
- Jose Luis Martín-
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“Espera
por el mañana, cuando tu día se presente sombrío y aterrador”
-Divaldo
Pereira Franco-
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La Terapia de la Oración
La palabra oración viene del latín precari y significa: rogar, pedir con seriedad, suplicar, implorar. Por definición, la oración implica un ruego de cuño elevado. No podemos utilizarla buscando el maleficio de alguien, ya que eso, ya dejaría de ser una oración. Los Espíritus elevados realizan la oración con mucha eficiencia. Jesús era visto, orando, seguidamente, momento en que él se nimbaba de luces fulgurantes. Por esta razón los estudiosos de los efectos de la oración aseveran que ella aun no fue valorada suficientemente por el hombre por la posibilidad de canalizar energías superiores a nuestro favor.
El Dr. Larry Dossey, jefe del equipo médico del “Human medical City Dallas (USA)”, y autor de los libros “Las palabras Curan y se reencuentran con el alma”, presentó un estudio sobre la oración y llegó a interesantes observaciones al respecto del tema:
1. La oración no es un lugar – lo que significa es que ella no está confinada en las iglesias y no es propiedad de líderes religiosos – una vez que muchos la utilizan como mercaderes de la fe. Cuando es utilizada con el sentimiento de amor al prójimo produce efectos significativos en los diversos planos de la realidad humana, o sea, en lo físico y en lo espiritual y dependiendo de la frecuencia del emisor producirá efectos en la salud orgánica y espiritual del individuo.
2. La oración – tiene raíces en el inconsciente espiritual del hombre – las energías del inconsciente son poderosas y cuando son hechas en nuestro beneficio producirán efectos extraordinarios. Un Espíritu educado irá a producir un inconsciente equilibrado y este produce el equilibrio emocional y mental en el hombre.
3. La dolencia y la salud – es el medio por el cual el organismo se libera de la materia extraña y es un llamado para decirnos en qué punto nosotros erramos. Pero, en la salud, se curan los que no exigen la cura, porque ellos oran con confianza y serenidad.
Últimamente, algunas iglesias vienen utilizando las curas espirituales como medio de explotación financiera prometiendo quitar a las personas las aflicciones. En ellas la oración no cura. La oración sólo cura con el amor.
4. Actitudes – En el acto de la oración deberemos estar en estado de aceptación espiritual, gratitud, postura abierta delante de la vida, sentimiento de amor, perdón, confianza. Se debe evitar hacer una oración agresiva de vigorosa suplica (aquella considerada para el alejamiento de espíritus, llamados por algunas denominaciones como demonios) El demonio no existe.
5. En los Centros Espíritas conforme la Doctrina somos orientados para hacer las oraciones con la intuición espiritual de elevación y buscando ayudar al semejante. Todas las oraciones tienen objetivos elevados para la Caridad y la Salud Espiritual , siendo, así, las oraciones gratuitas. Continuaremos más adelante…
- Joao Cabral -
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