domingo, 4 de diciembre de 2016

SUCESIÓN Y PERFECCIONAMIENTO DE LAS RAZAS



                                                                     
         LA VIDA EN EL MUNDO ESPIRITUAL 

   Mientras que en un artículo anterior hablamos de un despertar feliz y glorioso, muy diferente es el encuentro con la cruda realidad para aquellos que, en el transcurso de su vida en la tierra, han llevado una vida a espaldas de toda regla de moralidad, y no han pensado nada más que en sí mismos, sin importarles las necesidades ajenas, o el mal y el daño que podrían infringir con su actitud y comportamiento al resto de la sociedad, permitiéndose además toda clase de licencias Para todo espíritu, cuando desencarna, es fundamental la ayuda, el auxilio y la asistencia que se recibe del plano espiritual, necesitamos del alguien que guíe y nos conduzca a nuestro destino, somos como un viajero que llega a un país desconocido, pero estas atenciones quedan supeditadas a los méritos adquiridos. Muchos de nosotros, llegamos al plano espiritual en completa soledad, nadie viene a esperarnos, a buscarnos, el egoísmo es un poderoso generador de soledad. Podemos tener seres familiares o amigos, que sepan de nuestro retorno, evidente que sí, sin embargo, no pueden ayudarnos, ni siquiera podemos verlos, psíquicamente estamos muy lejos de ellos y la ley recae con todo su peso sobre nosotros. Se hace necesario que el dolor elimine toda esa carga psíquica desequilibrante, que nos separa de los planos de luz, y estemos en otras condiciones para poder recibir la ayuda de manera eficaz. Desde el mismo momento en que dejamos la materia, comenzamos a recibir la cosecha, aquello que hemos sembrado con nuestras obras en la vida física. Mientras que las buenas obras, la predisposición hacia el bien, la humildad y la voluntad para seguir las “instrucciones de nuestra conciencia” son el pasaporte hacia los planos de luz y de bienestar, las malas obras, las inclinaciones hacia la maldad y el materialismo, el nulo esfuerzo por adquirir valores superiores y el desempeño puro del egoísmo, son el pasaporte hacia los planos  de oscuridad, donde imperan la ley del más fuerte y los ambientes de penumbra y sufrimiento. El bien y el mal, están ligados al cielo y el infierno, que no son estados físicos o gaseosos, ni tampoco son estados eternos, son estados de conciencia, y la conciencia se puede convertir en un infierno, cuando ésta nos reprocha lo poco que aprovechamos la oportunidad de venir encarnados en una existencia para progresar, para liberarnos en cada una de esas vidas de las cargas acumuladas anteriormente, por falta de voluntad, de esfuerzo y por apartarnos de los consejos y enseñanzas vertidas por aquellos que, estando muy por delante de nosotros vienen a la tierra en misión de ayuda y sacrificio marcándonos el camino a seguir. Bajamos a la tierra y hacemos caso omiso tanto de la voz de la conciencia, “que todos la tenemos”, como de las reglas y enseñanzas que vamos recibiendo a lo largo de la vida. Hacemos uso de nuestro libre albedrío, y por negar, negamos hasta la existencia de Dios, pensamos que no hemos de rendirle cuentas a nadie, de nuestras obras y acciones, y vivimos la vida sin pensar en el mañana. Pero el mañana cuando llega, se presenta implacable y nos devuelve todo aquello que sembramos, que son nuestras auténticas pertenencias. Llegamos al mundo espiritual sin credenciales, los títulos, el patrimonio, los bienes acumulados quedan en la esfera a la que pertenecen, y nos llevamos grabado en el alma la única posesión que podemos atesorar, que no es otra cosa que aquello en lo que nos hemos convertido, nuestros sentimientos, pensamientos y acciones, y el resultado de todos ellos. También nos llevamos, los amigos y los enemigos, los cuales siempre están, los unos para cuando los necesitemos, pero los otros aparecen cuando menos queremos verlos, pero aparecen, antes o después, y sobre todo porque se quieren cobrar las deudas, y devolvernos aquello que consideran que nos corresponde: sufrimiento y venganza. Por ley de afinidad, nos vemos inmersos en un viaje hacia planos de vida en donde privan los valores iguales a los nuestros: el egoísmo salvaje, la ruindad, la mentira, la hipocresía, el orgullo, el despotismo, el afán por dominar a los más débiles, la burla, el miedo, la desesperación. Son planos de vida sin orden ni control, solamente hay un criterio, el que imponen los más fuertes e inteligentes.  Si hemos padecido alguna enfermedad y sufrimientos, allí siguen manifestándose, porque estos tienen su origen en el periespíritu, seguimos sintiendo prácticamente las mismas sensaciones que en el cuerpo físico, necesidad de alimentación, de descanso, etc. Así como sentíamos la necesidad de satisfacer los vicios y tendencias que manteníamos, pero desprovistos del organismo, ¿cómo se podrán satisfacer? Todo lo llevamos en la mente, son necesidades y sensaciones que han terminado dominándonos, somos esclavos de las mismas, y el no poder satisfacerlas nos conducen a estados de animalidad y de rebeldía ostensibles. Nos vemos en un ambiente sumamente hostil, el que hemos creado por nosotros mismos, rodeados de seres semejantes a nosotros, nunca dispuestos a ayudar de manera fraterna y a cambio de nada, todo lo contrario siempre estudiando la manera de salir beneficiados y de abusar de los demás. Veamos un párrafo de la obra: Nuestro Hogar, de Chico Xavier en el que André Luiz, narra en síntesis como se encontraba tras dejar el cuerpo físico, en una región del mundo espiritual llamada “El Umbral” región esta mas cercana a la tierra, así nos haremos una idea general de cómo se percibe la existencia en estos planos, dice así: “En verdad, me sentía amargado duende en las rejas obscuras del horror. Con los cabellos erizados, el corazón dando saltos y un miedo terrible enseñoreándose de mí, muchas veces grité como un loco, imploré la piedad y clamé contra el doloroso desánimo que subyugaba mi espíritu; pero cuando el silencio implacable no absorbía mi estentórea voz, lamentos más conmovedores que los míos, respondían a mis clamores. Otras veces, carcajadas siniestras rasgaban la quietud ambiental. Algún compañero desconocido estaría, a mi ver, prisionero de la locura. Formas diabólicas, rostros deformes, expresiones embrutecidas, surgían de cuando en cuando, agravando mi asombro.” Al igual que en los planos superiores hay multitud de grados, según la evolución adquirida por las entidades que allí residen, en los planos inferiores también los hay, según la maldad y los grados de egoísmo, materialismo y de delincuencia y criminalidad, habiendo zonas que nos horrorizarían al comprender el grado de maldad, depravación, degeneración y perturbación y rebeldía, a los que se puede llegar.  Por lo tanto son múltiples y muy variadas las situaciones y circunstancias que se pueden encontrar, cada uno hallará los frutos que haya sembrado. Las creencias en este aspecto, también son muy influyentes, pensemos en todos aquellos que han mantenido una vida ligada a un culto o religión, y que piensen que cumpliendo ciertos ritos y formalidades se han ganado el cielo y un estado de beatitud contemplativa, y sin embargo no tienen la credencial de las obras a su favor, tan sólo se han mantenido fieles a los ritos, ¡gran error! Cuando ingresan en el mundo espiritual no encuentran lo que esperaban; Dios y sus servidores no vienen a recibirlos, no encuentran el cielo esperado, se encuentran desnudos, ante sí mismos y ante el fruto de sus obras. En muchos de estos casos, estas personas, pierden toda la fe “que se suponía tenían, se sienten engañados y se vuelven en contra de los principios que sostenían, cuando no caen en la más absoluta rebeldía aliándose a las fuerzas negativas. Los ateos, incrédulos y materialistas, que han vivido sin escrúpulos y de manera libertina, que creen que con la muerte del cuerpo todo acaba, también sufren bastante, porque como no dejan de existir, creen que no han muerto físicamente, sin embargo, siguen viviendo y no comprenden lo que les pasa, muchos de ellos tardan bastante en adaptarse y en dar su pie a torcer. El orgullo les impide reconocer sus errores y falsas ideas, prefieren sufrir antes que reconocer sus equivocaciones, hasta que el dolor obliga y se les presenta la opción del cambio. Los malvados de cualquier pelaje, que se dedican al engaño, a la estafa, al abuso, que viven por y para sus vicios y pasiones, generan unas cargas psíquicas muy fuertes a su alrededor, energías que habrán de purgar en el plano astral mediante el dolor, ellos también viven etapas en ese otro plano muy dolorosas, hasta que la Ley de Evolución les impulsa a ir en busca de su regeneración y a ir devolviendo todo el mal que hicieron en su entorno. Deberán restituir a través del bien todo aquello de lo que abusaron, y esto debido a las tendencias tan arraigadas y a sus pasiones lleva muchos siglos y existencias hasta que la persona adquiere los valores necesarios para no reincidir. Cuando un espíritu entra en una espiral de delincuencia y criminalidad, y está completamente dominado por los defectos morales, puede llegar a extremos impensables, están rebeldes y son opuestos a toda practica del bien, y lo que es peor se hayan enfrentados a Dios, al pensar que ellos han sido creados así, culpan a Dios de sus males y sufrimientos y no quieren admitir que ha sido su libre albedrío y voluntad, la que a lo largo de los siglos los ha ido sumergiendo en esos grados de animalidad y barbarie tan grotesca. Una vez cruzan el umbral, se organizan en bandas, para sembrar el miedo, el terror y el dolor, creen ser los señores de los planos inferiores y no permiten (al menos eso creen) que los seres de luz visiten estos planos para ir rescatando a aquellos espíritus que, arrepentidos, claman con todas sus fuerzas ser liberados del yugo de estas entidades y que se les de la oportunidad de regeneración y vuelta al camino del progreso. Imaginemos por todo ello durante un instante como ha de ser la vida allí. Hacen todo lo posible por contrarrestar todo aquello que las entidades superiores nos transmiten, procurando entorpecer todo lo que pueden. Aún no han comprendido que no se pueden oponer a la ley del progreso y que antes o después la Providencia interferirá en su libre albedrío y les impondrá una serie de existencias con destinos muy concretos a fin de que poco a poco vayan eliminando, a través del dolor, las tendencias y defectos que les han conducido a esos estados de degeneración. El mal no es nada comparado con el bien, es como una manchita en la infinidad del Universo, sólo existe en dichos planos mencionados, y en los mundos de expiación y prueba como el nuestro, pero no es eterno, es temporal y sólo persiste hasta que Dios decide ayudar a estos hermanitos que por si mismos no son capaces de regenerarse. Son muchas las personas que no preparan convenientemente la partida a la patria espiritual, viviendo solo en el presente, olvidamos lo efímera que es la vida terrestre, y la infinitud de la eternidad, el pensamiento equívoco de que la vida son cuatro días, y de que sólo se vive una vez, nos juega una mala pasada, y sin darnos cuenta la vida efectivamente pasa rápida, y nos despertamos ante un nuevo paisaje, un nuevo escenario, plagado de criaturas y de escenas inimaginables, con un denominador común, oscuridad, soledad, terror, confusión, sufrimientos en definitiva. El conocimiento es luz, la ignorancia es oscuridad, Aprovechemos las luces que tenemos ahora a nuestro alcance para evitar esos estados de tinieblas y de dolor, ascendamos por la senda del progreso y conquistaremos los reinos de Luz, Paz y Amor. 

-Fermín Hernández Hernández- © 2016, Amor, Paz y Caridad

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El despertar renovador de las virtudes

en la transición planetaria


" La virtud muy discutida no es saludable desde el punto de vista moral, pues precisa ser vivida y no discutida en vano.
La virtud es hermana del trabajo y con este se conjuga en ideal de servicio noble al bien, por eso mismo no se dedica a la discusión, sino al trabajo en la viña del Señor.
No debemos exaltar las propias virtudes, son hijas del bien, y  abogan a nuestro favor en todos los lados de la vida, razón por la cual no necesita ser divulgada, pues ya es suficientemente conocida.
La mejor virtud es aquella que brota del alma, que nace de la tristeza de ver al semejante en sufrimiento, que reside en el deseo de servir a la causa cristiana, que predica la benevolencia para con todos.
No sería la virtud fruto de la caridad si no naciese en el corazón, sino que sería  hija de la hipocresía que desea glorias del mundo en vez de las de los cielos.
Solamente será lícita la virtud hija del amor para con todos, aquella que camina delante de la vida con la nítida impresión de que se hace la luz en todos los rincones cuya oscuridad puede ser erradicada por su fuerza renovadora.
Cuando somos virtuosos desde el punto de vista moral, somos trabajadores de Cristo, pues estamos con Él edificando una nueva era de más paz y amor, que vendrá de la acción humana en dirección al bien.
Cuando más reine el bien en los corazones, más aparecerán las virtudes y mejor será el ambiente terrenal, cuya casa es hoy nuestra residencia.
Estamos todos contentos con la virtud que crece en todas las esquinas, que es la de la solidaridad, pues ya no es más posible el sufrimiento por el propio dolor, compadecer el sufrimiento ajeno es una bella virtud de amor al semejante.
Por eso, nos debemos colocar adelante con el plano de la divinidad, de la unión fraterna, para que seamos unos para otros la fuerza motriz a mover los pasos en dirección a la luz, caminando juntos, cada uno con sus pruebas y expiaciones, pero con el apoyo sereno del hermano que alivia el fardo y abrevia las pruebas.
El amor apaga nuestra multitud de pecados, Jesús nos enseñó claramente como podemos redimir nuestras deudas, o sea, por las virtudes que el amor nos puede hacer vivir.
Seamos benevolentes y caritativos y seremos al final agraciados con la paz.
Vivir el evangelio cristiano es colocar en movimiento constante sus lecciones y sus virtudes, siendo deseoso del bien y viviendo con actos aquello que las palabras nos educan.
Seamos virtuosos y seremos libres, seamos malos y viviremos en la propia prisión del remordimiento y del error.
Aquel que se aparta de Dios no impide el bien, solamente pospone su florecer en el corazón.
Dios sabe lo que cada hijo necesita y somos gobernados por un Hermano de infinita luz y bondad, seamos sus discípulos, evangelistas de fe y vida.
Deseosos del bien, estaremos en la nueva escala evolutiva, pues trazaremos un camino de luz y por él seremos alcanzados, tanto en cuanto el bien que hayamos practicado.
Nace una nueva era, vislúmbrese en el horizonte la paz, la vida es la regeneración poco a poco, es el momento de que escojas la hora impostergable de las virtudes.
Escoja el bien mi hermano, pues es fruto del amor de Cristo en cada uno de nosotros.
Viva feliz con la paz que el bien le traerá y conseguirá en el futuro gozar de verdadera y duradera felicidad.
Que el amor de Cristo nos ampare hoy y siempre.
Que así sea.
Lucia
"Asistida por el  hermano Pedro Pablo”

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                                                 BUSCANDO A DIOS 

 Cuando la luz resplandece la verdad se alcanza si quien la busca está lleno de caridad, porque el Cristo Interno se manifiesta en su esplendor para contemplar la grandiosa Bondad y Amor del Padre Celestial. Sucede que un día un monje concibió la idea de buscar a Dios en los lugares más festivos de mayor vivencia, entre los felices y los contentos y no pudo encontrarlo. Busco a Dios entre los más sufrientes, los que sufrían las más horrendas enfermedades y tampoco lo encontró. Lo busco en los recién llegados a la vida y en los que estaban por abandonarla y tampoco lo encontró. Busca en los templos, en los monasterios y en las sinagogas y no pudo encontrar a Dios. Ni entre los opulentos ni entre los pobres estaba Dios. Conversó con los sacerdotes, con los filósofos y los científicos, pero nadie podía encontrar a Dios. Lo buscó en las ciudades, en los desiertos, en las montañas y en el mar. Su vida se agotaba pero no perdía la idea de encontrar a Dios, hasta que un día en un desolado pasaje encontró un anciano casi agonizando y le preguntó: “¿Qué haces hermano mío?”, el anciano respondió: “! Busco a Dios ¡”. Replicó el monje: “¿Cómo lo vas a encontrar si tienes los ojos cerrados y me parece que eres ciego?”. “Efectivamente soy ciego porque los ojos no me han servido para encontrar a Dios, ahora lo busco con los ojos del alma”, “¿Cómo puede ser eso?”. Dijo el monje. Ciertamente el hombre busca a Dios en las alturas y no sabe que el cielo yace en el alma de cada ser y cuando la intención es buena, allí en lo íntimo de vuestro ser, allí esta Dios. Pedid al Cristo Interno que os lleve al Dios que yace en vuestro ser. “Yo también busco a Dios”, dijo el monje y el anciano replicó: “Búscalo en ti mismo, búscalo en tu prójimo, porque Dios nunca te abandonó y por estar tan en ti mismo, lo búscate afuera”. El Monje agradeció al anciano y cuando quiso abrazarlo el anciano desapareció. “! Dios mío, Dios Santo ¡. Hoy te he visto y te he mirado, hoy te agradezco por haberte encontrado y nunca haberme abandonado”.

 Colaboración: CE Buscadores de la luz-Trujillo
- Revista Mensajero de Luz -

   

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                      ACTUALIDAD ESPÍRITA

            APROXIMACIÓN DEL CREDO CATÓLICO AL ESPIRITISMO

A colación de que Divaldo P. Franco nombra al Papa Juan Pablo II y al Padre franciscano Concetti, al haber alzado sus voces en sus días, en el seno del catolicismo, poniendo de manifiesto la existencia del mundo espiritual y la comunicabilidad con los espíritus, creemos oportuno mencionar brevemente las manifestaciones efectuadas por este último, cuya fuente ha sido tomada de la Iglesia Católica Carismática de Belén. Puede el lector observar que si bien la base de dichas afirmaciones entra en conexión con lo que el eminente Codificador de la Doctrina Espírita, Allan Kardec, desglosa en El Libro de los Médiums, existen todavía algunos puntos de interpretación con tintes personales del Padre Concetti y/o del catolicismo que son manifestados y que no son exactamente concordes con la Doctrina Espírita. En todo caso, para su análisis y a fin de evitar confusiones, como siempre recomendamos encarecidamente el estudio profundo de la Codificación Espírita, y en este caso en especial, el estudio profundo de El Libro de los Médiums. Deseamos no detener el examen en cada una de las reflexiones aisladamente, sino en su globalidad a fin de tener conocimiento y hacer pública la postura de la iglesia católica en referencia a la comunicabilidad con el mundo espiritual en general y, en particular, a ofrecer un sencillo testimonio al respecto del cumplimiento de aquello que afirman los Espíritus Superiores en la contestación a la pregunta 798 de El Libro de los Espíritus formulada por Allan Kardec. Así, a continuación, reproducimos un extracto de la entrevista que realizó el periodista Ilze Scamparini al Padre Gino Concetti, uno de los teólogos más competentes del Vaticano en el periódico oficial del Vaticano, L’observatore romano, que se efectuó en los siguientes términos: 

Ilze Scamparini: ¿Existe comunicación entre los vivos y los muertos? Padre Gino Concetti: Yo creo que sí. Yo creo y me baso en un fundamento teológico que es el siguiente: “Todos nosotros formamos en Cristo, un Cuerpo místico, en el que Cristo es el Soberano. De Cristo emanan muchas gracias, muchos dones, y si estamos todos unidos, formamos una comunión. Y donde hay comunión existe también comunicación”. 

Ilze Scamparini: ¿Qué piensa usted del Espiritismo? 
Padre Gino Concetti: El Espiritismo existe. Hay señales en la Biblia, en la Sagrada Escritura, en el Antiguo Testamento. Mas, no es del modo fácil como las personas creen. Nosotros no podemos llamar al Espíritu de Miguel Ángel o de Rafael. Pero como existen pruebas en las Sagradas Escrituras, no se puede negar que existe esa posibilidad de comunicación.

 En noviembre de 1996, fue publicado en el periódico italiano Ansa otra entrevista al Padre Gino Concetti que reproducimos de forma parcial en los siguientes términos: “Según el catecismo moderno, Dios permite a nuestros queridos difuntos, que viven en la dimensión ultraterrestre, enviar mensajes para guiarnos en ciertos momentos de nuestra vida. Después de los nuevos descubrimientos en el dominio de la psicología sobre lo paranormal, la Iglesia decidió no prohibir más las experiencias del diálogo con los antepasados, en la condición de que ellas sean llevadas con una finalidad seria, religiosa, científica.” 

Pregunta periódico Ansa: Según la doctrina católica, ¿cómo se producen los contactos? 
Padre Gino Concetti: “Los mensajes pueden llegarnos (…) por ejemplo, por los sueños, que a veces son premonitorios, o a través de impulsos espirituales que penetran en nuestro espíritu. Impulsos que se pueden transformar en visiones y en conceptos”. ¿Todos pueden tener esas percepciones? P.G.C. Aquellos que captan más frecuentemente esos fenómenos son las personas sensitivas, esto es, personas que tienen una sensibilidad superior en relación a esas señales ultraterrestres. Me refiero a los clarividentes y a los médiums. Pero las personas pueden tener algunas percepciones extraordinarias, una señal extraña, una iluminación repentina. Para interpretar esos fenó- menos, ¿la Iglesia les permite recorrer a los llamados sensitivos y a los médiums? P.G.C. Sí, la Iglesia permite recorrer a esas personas particulares, pero con una gran prudencia y en ciertas condiciones. Los sensitivos a los cuales se puede pedir asistencia, deben ser personas que llevan sus experiencias, incluso aquellas con técnicas modernas, inspiradas en la fe. (…) La Iglesia interdicta (sic) todos los contactos de los fieles con aquellos que se comunican con el Más Allá, practicando la idolatría, la evocación de los muertos, la necromancia, la superstición y el esoterismo; todas las prácticas ocultas que inciten la negación de Dios y de los sacramentos. ¿Con qué motivaciones se puede llegar al diálogo con los antepasados? P.G.C. Es necesario no aproximarse mucho al diálogo con los difuntos, a no ser en las situaciones de gran necesidad. A alguien que perdió en circunstancias trágicas, su padre o su madre, su hijo, o incluso su marido y no se resigna con la idea de su desaparición, puede aliviarle el hecho de tener un contacto con el alma del querido difunto. Se puede acudir igualmente a los difuntos si se tiene necesidad de resolver un gran problema de la vida. Nuestros antepasados, en general, nos ayudan y nunca nos enviarán mensajes ni en contra de nosotros mismos ni en contra de Dios. 

¿Qué actitudes conviene evitar durante los contactos mediúmnicos? P.G.C. No se puede jugar con las almas de los antepasados. No se puede evocarlos para motivos fútiles, para obtener por ejemplo un número de lotería. Conviene también tener un gran discernimiento al respecto de las señales del Más Allá y no enfatizarlas mucho. Se puede caer en la más sospechosa y excesiva credulidad. Antes de nada no se puede abordar el fenómeno de la Mediumnidad sin la fuerza de la fe. 

Xavier Llobet Centro Espírita Irene Solans, 

(Entrevista tomada de la Revista Actualidad Espiritista)

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  SUCESIÓN Y PERFECCIONAMIENTO DE LAS RAZAS

688 – En la actualidad hay razas humanas que disminuyen evidentemente; ¿llegará un momento en que hayan desaparecido ...de la Tierra?
– Es verdad, pero es que otras han ocupado su lugar, como otras ocuparán el vuestro algún día.

689 – Los hombres actuales, ¿son de nueva creación o son los descendientes perfeccionados de los seres primitivos?
– Son los mismos Espíritus que han vuelto para perfeccionarse en cuerpos nuevos, pero que están lejos aún de la perfección. Así, la raza humana actual que con su aumento, tiende a invadir toda la Tierra y a sustituir a las razas que se extinguen, tendrá su período de decrecimiento y desaparición. Otras razas más perfeccionadas la sustituirán, descendientes de la raza actual, como los hombres civilizados de hoy descienden de los seres brutos y salvajes de los tiempos primitivos.

690 – Bajo el aspecto puramente físico, ¿los cuerpos de la raza actual son de creación especial o proceden de los cuerpos primitivos por vía de reproducción?
– El origen de las razas se pierde en la noche de los tiempos,pero como pertenecen todas a la gran familia humana, cualquiera que sea la estirpe primitiva de cada una, han podido cruzarse y producir nuevos tipos.

691 – Bajo el aspecto físico, ¿cuál es el carácter distintivo y dominante de las razas primitivas?
– Desarrollo de la fuerza bruta en detrimento de la fuerza intelectual. Actualmente, sucede lo contrario: el hombre hace más con la inteligencia que con la fuerza del cuerpo, y por lo tanto, hace cien veces más, porque ha aprovechado las fuerzas de la naturaleza,lo que no hacen los animales.

692 – El perfeccionamiento de las razas animales y vegetales,¿es contraria a la ley natural? ¿Sería más conforme a esta ley dejar seguir las cosas un curso normal?
– Todo debe hacerse para llegar a la perfección, y el mismo hombre es un instrumento del que se sirve Dios para lograr sus fines.
Siendo la perfección el objeto a que tiende la Naturaleza, favorecerla es corresponder a esa finalidad.

– Pero generalmente el hombre no se esfuerza en el mejoramiento de las razas sino por un sentimiento personal y no tiene otro objetivo que el aumento de sus placeres; ¿eso no disminuye su mérito?
– ¿Qué importa que su mérito sea nulo, con tal de que el progreso se realice? A él toca hacer meritorio su trabajo por medio de la intención. Por otra parte, con semejante trabajo, ejercita y desarrolla su inteligencia, y es en este aspecto donde más aprovecha.
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC

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