viernes, 1 de diciembre de 2017

El pensamiento y la evolución espiritual


Hoy podemos ver aquí:

- Autoridad, Compañerismo y Renuncia
- La vida de relación
- Consideraciones sobre la oración en el Espiritismo
- El pensamiento y la evolución espiritual


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     AUTORIDAD, COMPAÑERISMO Y  
                              RENUNCIA

" Quien quiera que sea depositario de autoridad, sea cual fuere su extensión. desde el señor sobre su sirviente, hasta el soberano sobre su pueblo, no se puede negar que tiene el encargo de las almas y responderá por la buena o mala dirección que le haya dado a sus subordinados, y las faltas que estos pudieran cometer, los vicios a que fueren arrastrados como consecuencia de esa orientación o de los malos ejemplos recibidos, recaerán sobre él. Del mismo modo, recogerá los frutos de su solicitud, por conducirlos al bien. Todo hombre tiene sobre la Tierra una pequeña o gran misión. Cualquiera que esta sea, siempre le es dada para bien. Desviarla pues, de su sentido, es fracasar en su cumplimiento."

(Allan Kardec- El Evangelio Según el Espiritismo, Cáp. XVII- Sed Perectos,
Superiores y Subalternos-Francois Nicolas Madeleine).



A- COMPAÑERISMO

     El espíritu de competición reinante entre grupos y personas, ha generado desentendimientos, incompatibilidades y  desuniones. 

Las divergencias de opiniones en lo tocante a la Doctrina Espírita, "la mayoría de las veces, versan solo sobre accesorios. no raramente  sobre simples palabras. Sería por tanto, pueril, constituir un bando aparte por no pensar todos del mismo modo". ( Allan Kardec- El Libro de los Médiums, segunda parte Capítulo XXIX. De las Reuniones y de las Sociedades Epíritas. Rivalidad entre Sociedades).

"Los que pretenden estar exclusivamente con la verdad, tendrán que probarlo, tomando como divisa el Amor y Caridad. que es la de todo verdadero espírita. ¿ Querrán prevalecer sobre la superioridad de los Espíritus que los asisten?. Pruébenlo en la superioridad de las enseñanzas que reciban y en la aplicación que de ellas hagan consigo mismos. Ese es el criterio infalible para diferenciar a los que están en el mejor camino"

Nos queremos referir en particular al espíritu de compañerismo que debe prevalecer entre todos los hermanos de ideal espírita, imbuidos  en el perfeccionamiento propio y colectivo.

" Si el Espiritismo. conforme a lo que fue anunciado, tiene que determinar la transformación de la Humanidad, solo podrá hacerlo mejorando a las masas, lo que generalmente se verificará poco a poco, como consecuencia del perfeccionamiento de los individuos".

"Invitamos, pues, a todas las sociedades espíritas a colaborar en esa gran obra. Que de un extremo al otro del mundo, ellos se tiendan fraternalmente las manos,y  así habrán atrapado al mal en irrompibles mallas".

Lo que precisamos, estimados cofrades, es desarrollar el compañerismo, combatiendo el personalismo por todos los medios, para no desviarnos de nuestra misión de producir y propagar el bien que la Doctrina nos enseña.

Citemos, entonces, al menos algunas oportunidades que, a nuestro entender, nos puedan hacer mejores  compañeros : 

a) Renunciado a nuestras posiciones rígidas tomadas en la dirección o en el liderazgo de agrupamientos sociales o religiosos, cuando comprometan la unión de esfuerzos en el trabajo evangélico;

b) Considerando en igualdad de condiciones los puntos de vista de los demás integrantes, aunque ejerzamos el predominio de las ideas en el grupo de servicios cristianos;

c) Creando una atmósfera impersonal y uniendo colaboradores en las tareas comunes, desarrolladas en la siembra del Cristo;

d) Aceptando las ideas o pareceres de los demás, las que más convengan en resultados productivos, aunque sean contrarios a los nuestros;

e) Prestando la misma parte del trabajo en grupo, independientemente de la posición que tengamos  como dirigido o dirigente;

f) Superando las aprensiones propias, cuando quedemos olvidados en alguna referencia o convite ceremonial.

g) Retrayéndonos, siempre que sea posible, en las ocasiones de destaque para hacer sobresalir el trabajo del equipo;

h) Evitando la crítica desdeñosa a colaboradores o a grupos, por tareas no cumplidas; 

i) Prestigiando las buenas iniciativas con nuestro estímulo y apoyo en el ámbito de las actividades beneméritas;

j) Olvidando experiencias desagradables ya pasadas, que incluyeron hermanos de ideal;       
 k) Escuchando críticas personales hechas hacia nosotros sin irritación, sacando de ellas el mejor provecho en las correcciones que siempre necesitamos hacer.

l) Silenciando la voz o la escritura en la apertura al público de aspectos desaconsejables  a , instituciones hermanas. por defender la pureza de los postulados que abrazamos.



B- RENUNCIA

"Vuestro apego a los  bienes terrenos es una de las mayores dificultades para vuestra mejora moral y espiritual. Con el apego a la materia aniquiláis vuestras facultades efectivas, volviéndolas enteramente para las cosas del mundo. Sed sinceros: ¿ la fortuna proporciona una felicidad sin manchas?. Cuando vuestros cofres están abarrotados, ¿ no queda siempre un vacío en vuestros cofres?. En el fondo de esa cesta de flores, ¿ no hay siempre un reptil oculto?"

(Allan Kardec. El Evangelio según el Espiritismo. Capítulo XVI. No se puede Servir a Dios y a Mamon. Item 14. Desprendimiento de los Bienes Terrenos — Lacordaire.) 

"El olvido completo y absoluto de las ofensas es inherente a las grandes almas, y el rencor es siempre un indicio de sentimientos menos edificantes y de poca evolución espiritual. No debéis olvidar que el verdadero perdón se reconoce mucho más en los actos que en las palabras". Capítulo X- Bienaventurados los Misericordiosos. Item 15- Perdón de las Ofensas- Pablo Apóstol).

¿ Cómo mantenernos razonablemente equilibrados, sobreviviendo hoy con las soñadas dispensas sin atormentarnos?

¿ Será posible conciliar la preocupación por la ganancia financiera y el desprendimiento de los bienes terrenos?

¿ Cómo viviremos en esa época de luchas por los valores monetarios, renunciando a ellos? 

¿ Cómo olvidar los prejuicios que nos causan económicamente, sin contraer disgustos y rencores con el infractor?

La pericia está en administrar adecuadamente los bienes y valores, como usufructuarios y depositarios, sin hacer de ellos un uso para nuestro exclusivo placer, preocupándonos los excesos, haciéndolos oportunidades de trabajo, empleándolos para matar el hambre, disminuir el frío y proporcionar abrigo a quien esté en la miseria.

El mayor engaño es hacer de las ambiciones y deseos de poseer muebles, inmuebles, vehículos, aparatos domésticos, vestuario y utensilio, los principales objetivos de nuestro salario, condicionándonos a ellos con avidez y desasosiego.

Renunciar es. principalmente no vivir preso de la posesión de valores monetarios. Pero es también estar libre de la importancia dada a los valores profesionales, intelectuales, sociales o políticos.

En pocas palabras: nadie precisa ser rico o socialmente destacado, para ser respetado, admirado o amado. Veamos el ejemplo de Chico Xavier, cuya admiración y respeto del público está por el bien que realizó.

Veamos como aplicar la renuncia en algunas de las innumerables ocasiones :

a) Evaluando los principales motivos que nos tienen hasta hoy, impulsados al trabajo desenfrenado,obteniendo de esto nuestros propòsitos de ganancias:

b) Evaluando  tranquilamente lo que poseemos en bienes y valores monetarios para responder honestamente si los estamos empleando para generar beneficios al prójimo.

c) Examinando acertadamente cuales son las necesidades superfluas que necesitamos liberar;

d) Observando con profundidad si alimentamos algún deseo de prominencia profesional, intelectual, social o política. 

e) Dedicando una parcela de nuestro tiempo en algún servicio no remunerado al prójimo;

f) Atenuando y relegando ciertas deudas por préstamos hechos a nosotros, que por ventura nos estén atormentando;

g) Ofreciendo utensilios, objetos y ropas que tengamos, en provecho de otros. 

h) Inclinando nuestros ideales de vida al propio mejoramiento moral y espiritual de forma más objetiva.

"Aprended a contentaros con poco. Si sois pobres, no envidiéis a los ricos, porque la fortuna no es necesariamente la felicidad. Si sois ricos, no olvidéis que esos bienes os fueron confiados, y que debéis justificar su empleo, como un préstamo de cuentas para controlarlo. No seáis depositarios infieles, haciéndolos servir para la satisfacción de vuestro orgullo y de vuestra sensualidad. No os juzguéis con el derecho de disponer de ellos únicamente para vosotros, pues no los recibisteis como donación, sino como un préstamo." (Cápitulo XVI. No se puede servir a Dios y a Mamon, item 14. Desprendimiento de los bienes terrenales- Lacordaire).

Ney P. Peres.

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LA VIDA DE RELACIÓN

En el Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, encontramos la siguiente pregunta hecha  a los Espíritus:
¿La vida social está en la Naturaleza?
A lo que los Benefactores respondieron:
Ciertamente. Dios hizo al hombre para vivir en sociedad. No le dio inútilmente la palabra y todas las otras facultades necesarias para la vida de relación.
No siendo el hombre portador de  facultades completas, es lógico que, mediante el interrelacionamient o   social ellas se completen para su bienestar y progreso.
De esa forma, las oportunidades de convivencia  nos son ofrecidas desde temprano. El hogar es nuestra primera experiencia de vida en sociedad y donde aprendemos las lecciones de interrelacionamient o.
Después viene la escuela, y enseguida el trabajo profesional.
Y es en el ambiente de trabajo que pasamos gran parte de nuestra existencia, conviviendo, generalmente, como personas que, en principio no son extrañas.
¿Todavía si es en ese ambiente que pasamos buena parte de la vida, porque no tornarlo lo más agradable posible?.
Debido a la falta de cuidado y atención, muchos de nosotros hacemos del local del trabajo un verdadero campo de guerra.
Substituyendo la cooperación por la competición, sufrimos y hacemos sufrir, en un ansia insana de lograr lugares de destaque.
Olvidados de que no somos  conocedores de todo y que podemos hacer de la cooperación una forma de fortalecimiento del equipo, deseamos hacer solos la carrera.
Cuando Jesús, el gran Sabio de la Humanidad, se refirió a la fortaleza del puñado de varas, era exactamente a la unión y a la cooperación a lo que El se reportaba.
Solidarios, seremos unión, separados unos de los otros por la sed de competición, seremos meros puntos de vista.
El reino animal nos da excelentes ejemplos de convivencia pacífica y cooperación entre seres de especies diferentes.
Recientemente vimos un video que mostraba un camarón y un pez en una  perfecta pareja.
El pez podía ver pero no tenía casa. El camarón era ciego pero poseía una gran madriguera para protegerse.
Aun mismo sin lenguaje articulado, ambos optaron un sistema perfecto de cooperación mutua. Mientras el camarón trabajaba, ampliando las galerías de la madriguera, el pez se quedaba vigilando la entrada. Si surgía un peligro, el pez inmediatamente entraba  e impedía que el camarón fuese hasta el exterior.
Y cuando el camarón salía para alimentarse de los musgos existentes en el exterior  de la madriguera una antena se inclinaba en el dorso  del pez y, al menor movimiento ambos se refugiaban inmediatamente.

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¿Y en cuanto a nosotros, que poseemos el habla y todas las otras facultades necesarias para la vida en relación, como las hemos utilizado?
Sería importante que nos detuviésemos un poco para pensar o repensar en nuestro comportamiento, ya que estamos viviendo los días del siglo veintiuno.
El Señor estableció la cooperación como base indispensable de éxito  en cualquier trabajo.
El arado es preciso, más inútil, si no posee la mano del labrador que lo dirige. El éxito es una bendición de fuerzas  conjugadas en la naturaleza.
 Redacción de Momento Espirita, del libro Diccionario del Alma,  por Espíritus diversos, Psicografia de Francisco Cándido Xavier.

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  Consideraciones sobre la oración                    en  el Espiritismo

     Cada cual es libre de considerar las cosas a su manera, y nosotros, que reclamamos esa libertad para nosotros, no podemos rehusársela a los otros. Pero, porque una opinión sea libre, no se infiere que no se pueda discutir, examinar lo sólido y lo débil, sopesar los beneficios o los inconvenientes. 
     Decimos esto a propósito de la negación sobre la utilidad de la oración, que algunas personas quisieran erigir en sistema, para hacer de ello la bandera de una escuela disidente. Esta opinión puede resumirse así: 
     «Dios establece leyes eternas a las cuales todos los seres están sometidos; no podemos pedirle nada, y no tenemos que agradecerle ningún favor especial, luego es inútil orarle. 
     El destino de los Espíritus está trazado, es pues inútil orar por ellos. No pueden cambiar el orden inmutable de las cosas, luego es inútil rogarles. 
     El Espiritismo es una ciencia puramente filosófica; no solamente no es una religión, sino que no debe tener ningún carácter religioso. Toda oración dicha en las reuniones tiende a mantener las supersticiones y la beatería».
      La cuestión de la oración ha sido discutida durante bastante tiempo para que no sea inútil repetir lo que se sabe sobre el asunto. Si el Espiritismo proclama su utilidad, no es por conveniencia, sino porque la observación ha permitido constatar su eficacia y resultados. Desde que, mediante las leyes de los fluidos, comprendemos el potencial del pensamiento, comprendemos también el de la oración, que es en sí misma un pensamiento dirigido hacia una meta determinada. 
     Para algunas personas, la palabra oración sólo despierta una idea de petición; es un grave error. Con respecto a la Divinidad es un acto de adoración, de humildad y de sumisión a lo que no puede uno oponerse sin despreciar el poder y la bondad del Creador. Negar la oración a Dios, es reconocer a Dios como un hecho, pero es rechazar rendirle homenaje; es otra rebeldía del orgullo humano. Con respecto a los Espíritus, que no son otros que las almas de nuestros hermanos, la oración es una identificación de pensamientos, un testimonio de simpatía; rechazarla, es rechazar el recuerdo de los seres que nos son queridos, ya que ese recuerdo simpático y benevolente es por sí mismo una oración. Se sabe por otra parte que aquellos que sufren la reclaman con insistencia como un alivio a sus sufrimientos; si la piden, es pues porque tienen necesidad de ello; el negársela, es negar el vaso de agua al desdichado que tiene sed. 
     Además de la acción puramente moral, el Espiritismo nos muestra, en la oración, un efecto por así decir material, resultante de la transmisión de fluidos. Su eficacia, en ciertas enfermedades, es constatada por la experiencia, así como es demostrada por la teoría. Rechazar la oración es pues privarse de un potente auxiliar para el alivio de los males corporales. 
     Veamos ahora cuál sería el resultado de esa doctrina, y si tiene alguna probabilidad de prevalecer. 
     Todos los pueblos oran, desde los salvajes hasta los hombres civilizados; son llevados a ello por instinto, y es lo que los distingue de los animales. Sin duda oran de manera más o menos racional, pero en definitiva oran. Los que, por ignorancia o presunción, no practican la oración, son, en el mundo, una ínfima minoría. La oración es pues una necesidad universal, independiente de sectas y nacionalidades. Tras la oración, si se está débil, se siente uno más fuerte; si se está triste, uno se siente consolado; quitar la oración, es privar al hombre de su más potente sostén moral en la adversidad. Mediante la oración eleva su alma, entra en comunión con Dios, se identifica con el mundo espiritual, se desmaterializa, condición esencial de su futura felicidad; sin la oración, sus pensamientos se quedan a ras de tierra, se adhieren cada vez más a las cosas materiales; de ahí un retraso en su progreso. 
     Poniendo en tela de juicio un dogma, sólo se pone uno en oposición con la secta que lo profesa; denegando la eficacia de la oración, se hiere el sentimiento íntimo de la casi unanimidad de los hombres. El Espiritismo debe las numerosas simpatías que despierta a las aspiraciones del corazón, y en las cuales las consolaciones que se hallan en las oraciones son en gran parte responsables. Una secta que se fundase sobre la negación de la oración se privaría del principal elemento de éxito, la simpatía general, porque en vez de calentar el alma, la helaría; en vez de elevarla, la abatiría. Si el Espiritismo debe ganar en influencia, es aumentando la suma de las satisfacciones morales que procura. Que todos los que quieren a cualquier precio novedades en el Espiritismo, para unir su nombre a una bandera, se esfuercen en dar más que él; pero no es dando menos que lo suplantarán. El árbol despojado de sus sabrosos y nutritivos frutos será siempre menos atrayente que aquel engalanado con ellos. Es en virtud del mismo principio que siempre hemos dicho a los adversarios del Espiritismo: La única manera de destruirlo es ofreciendo algo mejor, más consolador, que explique más y satisfaga aún más. Es lo que nadie ha hecho todavía. Se puede considerar pues el rechazo de la oración, por parte de algunos creyentes en las manifestaciones espiritistas, como una opinión aislada que puede reunir algunas individualidades, pero que no reunirá nunca a la mayoría. Sería erróneamente que se imputaría esa doctrina al Espiritismo, ya que él enseña positivamente lo contrario.
      En las reuniones espiritistas, la oración predispone al recogimiento, a la circunspección, condición indispensable, como se sabe, para las comunicaciones serias. ¿Se quiere decir con ello que hay que transformarlas en asambleas religiosas? De ninguna manera; el sentimiento religioso no es sinónimo de religionario; se debe aún evitar lo que podría dar a las reuniones ese último carácter. Es con ese fin que hemos constantemente desaprobado en esas reuniones los rezos y los símbolos litúrgicos de cualquier culto. No hay que olvidar que el Espiritismo debe tender al acercamiento de las diversas confesiones; no es raro ver hoy en día en esas reuniones fraternizar a representantes de diferentes cultos, es por eso que ninguno debe arrogarse la supremacía. Que cada uno ore en su íntimo como prefiera, es un derecho de conciencia; pero en una asamblea fundada sobre el principio de la caridad, debe uno de abstenerse de todo lo que podría herir susceptibilidades y tender a mantener un antagonismo que, por el contrario, debemos esforzarnos por hacer desaparecer. Oraciones especiales del Espiritismo no constituyen en absoluto un culto diferenciado, desde el instante en que no son impuestas y que cada cual es libre de decir las que le convienen, pero tienen la ventaja de servir para todo el mundo y de no herir a nadie. 
     El mismo principio de tolerancia y respeto para las convicciones ajenas, nos hace decir que toda persona razonable que circunstancialmente visita un templo, cuyos cultos y creencias no comparte, debe abstenerse de todo signo externo que pudiese escandalizar a los asistentes; que debe, si es necesario, participar de los usos formales que no comprometen en nada su consciencia. Que Dios sea adorado en un templo de manera más o menos lógica no es motivo para herir a aquellos que encuentran esa manera buena. 
     El Espiritismo dando al hombre una cierta suma de satisfacciones y probando cierto número de verdades, hemos dicho que sólo podría ser reemplazado por algo que diese más y probase mejor que él. Veamos si ello es posible. Lo que hace la principal autoridad de la doctrina es que no hay uno solo de sus principios que sea el producto de una idea preconcebida o de una opinión personal; todos, sin excepción, son el resultado de la observación de los hechos. Es únicamente por los hechos que el Espiritismo ha llegado a conocer la situación y las atribuciones de los Espíritus, así como las leyes, o mejor dicho, una parte de las leyes que rigen las relaciones con el mundo invisible; esto es un punto capital. Continuando apoyándonos en la observación, hacemos filosofía experimental y no especulativa. Para combatir las teorías del Espiritismo, no basta pues decir que son falsas: habría que oponerle hechos sobre los cuales sería impotente en dar la solución. Y aún en ese caso se pondrá a nivel, porque sería contrario a su esencia el obstinarse en una idea falsa, y que siempre se esforzará en rellenar las lagunas que puede presentar, no teniendo la pretensión de haber llegado al apogeo de la verdad absoluta. Esa manera de ver el Espiritismo no es nueva; se puede ver siempre formulada en nuestras obras. Desde el momento en que el Espiritismo no se declara ni estacionario ni inmutable, se asimilará todas las verdades que sean demostradas, de cualquier parte que vengan, ya sea de las de sus antagonistas, y no se quedará nunca rezagado del progreso real. Asimilará esas verdades, decimos, pero solamente cuando sean demostradas claramente, y no porque le plazca a alguno el dar por tales, o sus deseos personales o los productos de su imaginación. Una vez ese punto establecido, el Espiritismo sólo podría perder si se dejase distanciar por una doctrina que diese más que él; no tiene nada que temer de aquellas que diesen menos y suprimiesen lo que hace su fuerza y su principal atractivo. 
     Si el Espiritismo aún no lo ha dicho todo, hay sin embargo una cierta suma de verdades adquiridas en la observación y que constituyen la opinión de la inmensa mayoría de los adeptos; y si esas verdades han adquirido hoy el estado de artículos de fe, para servirnos de una expresión empleada irónicamente por algunos, no es ni por nosotros, ni por nadie, ni así mismo por nuestros Espíritus instructores que han sido así expuestas y aún menos impuestas, sino por la adhesión de todo el mundo, cada cual pudiendo constatarlas. Si pues una secta se formase en oposición con las ideas consagradas por la experiencia y admitidas en general como principio, no sabría conquistar las simpatías de la mayoría, cuyas convicciones heriría. Su efímera existencia se extinguiría con su fundador, quizás antes, o por lo menos con los pocos adeptos que hubiese podido reunir. Supongamos el Espiritismo dividido en diez, veinte sectas, la que tendrá la supremacía y la máxima vitalidad será naturalmente la que dé la más grande suma de satisfacciones morales, que rellenará el mayor número de vacíos del alma, que estará fundamentada sobre las pruebas más positivas, y que se mostrará como la mejor para la unificación de la opinión general. 
     Así pues el Espiritismo, tomando como punto de partida de todos sus principios la observación de los hechos, no puede ser tumbado por una teoría; manteniéndose constantemente al nivel de las ideas progresistas, no podrá ser superado; apoyándose en el sentimiento de la mayoría, satisface las aspiraciones del mayor número; fundado sobre esas bases, es imperecedero, ya que ahí reside su fuerza. 
     Ahí reside también la causa del fracaso de las tentativas hechas para impedir su avance; en cuanto al Espiritismo, hay ideas profundamente antipáticas a la opinión general y que ésta rechaza instintivamente; construir sobre esas ideas, como punto de apoyo, un edificio o cualquier esperanza, es agarrarse torpemente a ramas quebradizas; esto es a lo que son reducidos los que, no pudiendo derribar por la fuerza al Espiritismo, intentan derribarlo desde dentro. 
Allan Kardec-  (Traducido por Javier Rodríguez)

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EL PENSAMIENTO Y LA EVOLUCIÓN ESPIRITUAL


La mediumnidad es un fenómeno natural, típico del ser humano es la facultad que permite el contacto materializa el Plan Espiritual.
El codificador del Espiritismo, Allan Kardec, nos enseñó que somos todos los medios, sin distinción de creencias, moral, o el grado de sensibilidad. Todos los sentimientos de la influencia de los espíritus en nuestras vidas, todos tenemos un canal que permite a la comunión con la Divina Providencia, que inspira pensamientos de amor y luz para nosotros seguir en la mejora de la forma.
Cada vez que nos use esta maravillosa universidad, sintonizar con otras mentes que vibran en la misma longitud de onda mental, tanto configurada como desencarnado, son ondas y rayos de navegación a través del cuarto, que todos conocemos.
Lo que tenemos que tener en cuenta es la forma en que estamos utilizando esa opción tan precioso? Lo que hemos sintonizado en nuestra vida diaria? ¿Qué pensamientos que emitimos todos los días? ¿Qué sentimientos nos llevan?
Los pensamientos son la base de nuestra evolución espiritual, es un atributo innato de todo espíritu inmortal, por lo que el pensamiento es acción creativa.
Léon Denis dice en el problema de ser, el destino y el dolor "Pensamiento, decíamos, es el creador. No actúa sólo en nuestros contornos, influyendo en nuestros semejantes, para bien o para mal; Opera principalmente en nosotros; genera nuestras palabras, nuestras acciones, y con ella, hemos construido día a día ", el gran o desgraciado edificio de nuestra vida presente y futura.
Por lo tanto, nos encontramos con que a través de nuestros pensamientos cultivamos sentimientos nobles o enfermo, impregnando nuestra luz periespíritu o sombras. Los sentimientos que llevamos demuestran nuestra vibración periespiritual, densidad o brillo.
Tomamos las riendas de nuestro progreso espiritual cuando intentamos educar a los pensamientos. Esta acción tendrá como resultado la transformación de nuestros sentimientos.
Sin embargo, este esfuerzo debe ser constante, diaria, ya que es a través de este esfuerzo para convertir moral para lograr peldaños más altos en la escala evolutiva.
Pero cómo conquistar renovación mencionado? A través de Jesús del Evangelio, pensamientos que iluminan con la escritura iluminativa de las enseñanzas del Divino Maestro. Por lo tanto, vamos a desarrollar nuevas construcciones mentales que darán lugar a la experiencia evangélica, el cambio de sentimientos, actitudes y vibraciones.
Dios nos rodea con su Pensamiento Divino, Jesús nos abraza y nos alimenta espiritualmente a cada paso, depende de nosotros vibran a una gama más alta, la captura de las bendiciones de amor que nos fortalezcan para el gran viaje.
No es suficiente ser mediano, que tiene que ser psíquico para Jesús, la comprensión y la reencarnación experimentar como una oportunidad bendito Dios nos da para aprender a amar.
No es suficiente ser espiritualista, tiene que experimentar el profundo conocimiento que la doctrina nos da.
En nuestro esfuerzo diario de la educación de los pensamientos basados ​​en las enseñanzas de Jesús es la clave de nuestra transformación moral y cómo nos enseña Kardec "Se reconoce el verdadero espiritista por su transformación moral y por sus esfuerzos para domar sus malas inclinaciones."
Michele Ribeiro de Melo
Red de Amigos Espirita


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