domingo, 3 de mayo de 2015

Poder oculto: Talismanes y hechiceros


         
   
IDENTIDAD CON JESÚS

LA IDENTIFICACIÓN ES UNA DE LAS CUALIDADES PSICOLOGICAS responsables por la definición del ser humano, al lado de otras significativas, tales como: la personalidad, el conocimiento y la conciencia.

En razón de su impositivo, es posible calificar al individuo por su afinidad emocional y su comportamiento con las ideas y las ansias intimas cultivadas.

Gracias a las inspiraciones mantenidas internas, surgen las sintonías que pueblan los grupos, aglutinándolos en sociedades o núcleos que forman la humanidad

Cuando son ennoblecedores, favorecen el progreso moral y social de la persona y, en consecuencia, de la comunidad, primoreando la cultura, la ciencia y las artes, la tecnología y el humanitarismo que fomentan el ajuste y la armonía global. Todavía, si resultan de las pasiones disolventes, forman los guetos de la criminalidad, las fuerzas de la violencia, las pandillas de la insania y de las alucinaciones colectivas, las tribus de la drogadicción, resbalando para los abismos del horror que responden por las luchas sangrientas y perversas.

Las propuestas filosóficas y con el conocimiento en los más diversos ramas del saber atraen a los seres humanos a sus hileras y los clasifican, tornándose conocidos por los modismos y conductas, no raro extravagantes y agresivos.

Periódicamente surgen como desafíos los status que, llamando la atención por la manera exhibicionista a través de la cual proyectan la imagen prepotente que esclaviza a su víctima, de ese modo realizándose de manera chocante que esclaviza a su víctima , realizándose de ese modo de manera chocante para auto realizarse.


Tiene efímera duración, porque sus líderes, vencidos por la angustia que los envenenan y que no tiene coraje de enfrentar, huyen de la realidad para las fantasías que se les transforman hediondas pesadillas, insoportables…

De igual manera, ocurren esos fenómenos en la fe religiosa, bajo otros aspectos, sin embargo con los mismos efectos psicológicos, en las diferentes definiciones en que se ajustan.

El cristianismo, por ejemplo, no constituye excepción en su extraordinario mapa de expansión terrena.

Desde cuando Lucas, el futuro apóstol del evangelio, fascinado por Jesucristo, en el glorioso periodo de la predicación paulina, sugirió que Sus discípulos fuesen llamados cristianos, que la identificación los inscribió en la historia como los conquistadores del mundo espiritual.

Al principio a la fuerza ciclópea de la abnegación y del amor que los animaba escribió en el holocausto de la propia existencia la más desafiante página de dedicación al prójimo y a Dios de que se tiene noticia, y el martirologio se torno el sublime recurso de expansión del mensaje libertador, que pasó a dominar prácticamente, en el Occidente, el mundo conocido de entonces.

Todavía, como escribió Sato Eusebio, cristiano del siglo IV, a medida que las facilidades y as disputas humanas subsistieron los testimonios y sacrificios de los mártires, la floración sublime de la fe se debilitó y casi feneció…

Más tarde, la denominación pasó a inspirar sospechas pavores y aun mismo odios, por la alucinación y por el fanatismo que tomaron cuenta de aquellos que, de esa manera, se identificaban.

Una noche terrible, inevitablemente, se abatió sobre la sociedad débilmente iluminada, de cuando en cuando, por los apóstoles de la verdad que renacieron con la misión de sustentarla en la agonía en que se encontraba.

Casi nada permaneció de los apoteósicos mensajes de amor y de compasión enseñadas y vividas por Jesús, obligando a ocultarse la caridad, avergonzada, en los mantos de la divina misericordia…

Vino el Consolador, y nuevamente el hermoso brillo del evangelio como un sol especial para iluminar las vidas y calentar el frio de las almas.

Lentamente, sin embargo, a medida que se vienen popularizando, la vulgaridad y la insensatez humana toman cuenta de sus hileras, intentando empañarle las sublimes claridades.

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En ese abismo, que domina la sociedad actual que contorsiona en los sufrimientos inenarrables y se atemoriza ante las amenazas perversas de otros males sin cuenta, la identidad cristiana perdió casi completamente su significado inicial.

Se negocia, se miente, se pelea, se infelicita , si en nombre de Jesús, se firman tratados y decretos citando Sus palabras, mientras el ser humano prosigue abandonado a la propia suerte…

No pocos nuevos cristianos, por su vez, que beben en la fuente purificadora del evangelio desvelado por el espiritismo como agua pura y cristalina del deber, del amor y de la caridad, se descuidan de la conducta cristiana, aquella de ser hermano de los sufridores, de seguir mil pasos más al lado de aquel que lo solicita la compañía por apenas mil; de dar el manto a quien necesita solamente de la capa; de despedirse de la ostentación, de orgullo y del egoísmo para servir, en vez de ser servido por el mensaje que se expande por el mundo.

El campeonato de las vanidades, al lado de las disputas por los favores de Cesar y por las glorias de Pirro desequilibran incontables valeroso servidores que se comprometieron en no repetir más los errores clamorosos del pasado.

Inician el ministerio del amor dominados por el entusiasmo de la ingenuidad y el encantamiento, para trasladarse para los deleites del placer y de las compensaciones inmediatas.

Sexo, poder, lujo y distinciones sociales nos fascinan y nos intoxican en el festival de la ilusión.

Unos soberbios y otros irreverentes, pasean la incoherencia de la conducta en relación a la fe en los paisajes humanos, dando la impresión de que la enfermedad, la belleza y la desencarnación jamás los alcanzaran…

Abrazando las imposturas terrestres, les disputan la aceptación, exhaustivamente por la conquista de los comportamientos artificiales, cultivando las técnicas de la comunicación exterior, olvidados de la irradiación del bienestar, de la armonía y de la alegría de vivir que los deberían impregnar.

Lo exterior les es más importante que el interior.

Se presentan como nuevos sepulcros de enseñamiento evangélico bien cuidados por fuera, y por dentro la inmundicia…

Cuida de tu identidad cristiana.

Mantente simple y sin atavíos.

Cultiva la bondad y hazte útil.

Sonríe y ama, auxiliando siempre.

No importa que no seas conocido o famoso, luchando sin embargo, para seres iluminados.

Presenta a Jesús y ocúltate, recordar-Lo y olvida tus ambiciones engañosas, haciendo que todos aquellos que se te acerquen Lo vean en ti.

***************
 
La vuelta a los días apostólicos es el impositivo de estos crueles y difíciles momentos.

Puede parecer contradictorio que, en el siglo de la ciencia y de la alta tecnología, el amor pase a gobernar la vida y a los seres humanos, pues otra alternativa no existe. Ya fueron intentados muchos otros comportamientos que resultaron un desastre y tragedia, permaneciendo inalterable el del amor, aquel que identifica a la criatura con el Cristo.

Experiméntalo, y no te preocupes más con nada….
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PUEDE PARECER PARADOJA QUE, EN EL SIGLO DE LA CIENDIA Y DE LA TECNOLOGÍA EL AMOR PASE A GOBERNAR LA VIDA Y A LOS SERES HUMANOS, PUES OTRA ALTERNATIVA NO EXISTE. YA FUERON TRATADOS MUCHOS OTROS COMPORTAMIENTOS QUE RESULTARON EN PESAR Y TRAGEDIA, PERMANECIENDO INALTERABLE  EL DEL AMOR. EXPERIMENTALO Y NO TE PREOCUPES CON NADA MÁS…

En ese abismo, que domina la sociedad actual que contorsiona en los sufrimientos inenarrables y se atemoriza ante las amenazas perversas de otros males sin cuenta, la identidad cristiana perdió casi completamente su significado inicial.

Se negocia, se miente, se pelea, se infelicita , si en nombre de Jesús, se firman tratados y decretos citando Sus palabras, mientras el ser humano prosigue abandonado a la propia suerte…

No poco nuevos cristianos, por su vez, que beben en la fuente purificadora del evangelio desvelado por el espiritismo como agua pura y cristalina del deber, del amor y de la caridad, se descuidan de la conducta cristiana, aquella de ser hermano de los sufridores, de seguir mil pasos más al lado de aquel que lo solicita la compañía por apenas mil; de dar el manto a quien necesita solamente de la capa; de despedirse de la ostentación, de orgullo y del egoísmo para servir, en vez de ser servido por el mensaje que se expande por el mundo.

Inician el ministerio del amor dominados por el entusiasmo de la ingenuidad y el encantamiento, para trasladarse para los deleites del placer y de las compensaciones inmediatas.

 Sexo, poder, lujo y distinciones sociales nos fascinan y nos intoxican en el festival de la ilusión.

Unos soberbios y otros irreverentes, pasean la incoherencia de la conducta en relación a la fe en los paisajes humanos, dando la impresión de que la enfermedad, la belleza y la desencarnación jamás los alcanzaran…

Abrazando las imposturas terrestres, les disputan la aceptación, exhaustivamente por la conquista de los comportamientos artificiales, cultivando las técnicas de la comunicación exterior, olvidados de la irradiación del bienestar, de la armonía y de la alegría de vivir que los deberían impregnar.

Lo exterior les es más importante que el interior.

Se presentan como nuevos sepulcros de enseñamiento evangélico bien cuidados por fuera, y por dentro la inmundicia…

Cuida de tu identidad cristiana

Mantente simple y sin atavíos.

Cultiva la bondad y hazte útil.

Sonríe y ama, auxiliando siempre.

No importa que no seas conocido o famoso, luchando sin embargo, para seres iluminados.

Presenta a Jesús y ocúltate, recordar-Lo y olvida tus ambiciones engañosas, haciendo que todos aquellos que se te acerquen Lo vean en ti.

Vinculado a Jesús, sea tu identidad  la de Él.

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La vuelta a los días apostólicos es el impositivo de estos crueles y difíciles momentos.

Puede parecer contradictorio que, en el siglo de la ciencia y de la alta tecnología, el amor pase a gobernar la vida y a los seres humanos, pues otra alternativa no existe. Ya fueron intentados muchos otros comportamientos que resultaron un desastre y tragedia, permaneciendo inalterable el del amor, aquel que identifica a la criatura con el Cristo.

Experiméntalo, y no te preocupes más con nada….
 
PUEDE PARECER PARADOJA QUE, EN EL SIGLO DE LA CIENCIA Y DE LA TECNOLOGÍA EL AMOR PASE A GOBERNAR LA VIDA Y A LOS SERES HUMANOS, PUES OTRA ALTERNATIVA NO EXISTE. YA FUERON TRATADOS MUCHOS OTROS COMPORTAMIENTOS QUE RESULTARON EN PESAR Y TRAGEDIA, PERMANECIENDO INALTERABLE  EL DEL AMOR. EXPERIMENTALO Y NO TE PREOCUPES CON NADA MÁS…

                                                                                                                                             


Poder oculto : Talismanes  y Hechiceros 


551. ¿Puede un hombre ruin, con el concurso de un Espíritu malo que le sea adicto, hacer mal al prójimo? 

- No. Dios no lo consentiría. 
552. ¿Qué pensar de la creencia en el poder que poseerían ciertas personas, de obrar maleficios? 

- Algunas personas tienen un poder magnético muy grande, del que podrán hacer mal uso si su propio Espíritu es malvado, y en tal caso pueden ser secundadas por otros malos Espíritus. Pero no creáis en ese presunto poder mágico, que sólo está en la imaginación de los supersticiosos, los cuales ignoran las verdaderas leyes de la Natura-leza. Los hechos que al respecto se citan han sido acontecimientos naturales mal observados y, en especial, mal comprendidos.El Libro de los Espíritus 264 

553. ¿Qué efectos pueden tener las fórmulas y prácticas con cuyo auxilio algunas personas pretenden disponer de la voluntad de los Espíritus? 

- El efecto consiste en ponerlas en ridículo si proceden de buena fe. En caso contrario, se trata de bribones que merecen un castigo. Todas las fórmulas son imposturas. No existe ninguna palabra mágica, signo cabalístico ni talismán que ejerza alguna acción sobre los Espíritus, por cuanto éstos sólo son atraídos por el pensamiento y no por las cosas materiales. 
553 a. ¿No han dictado algunos Espíritus, a veces, fórmulas cabalísticas? 
- Sí, tenéis Espíritus que os indican signos, palabras extrava-gantes, o que os prescriben determinados actos con cuyo concurso hacéis lo que denomináis conjuros. Pero tened plena certeza de que son Espíritus que están mofándose de vosotros y abusan de vuestra credulidad. 
554. Aquel que, con razón o sin ella, tiene confianza en lo que llama la virtud de un talismán, ¿no puede, debido a esa confianza, atraer a un Espíritu? Porque entonces el que obra es el pensamiento, y el talismán sólo constituye un signo que ayuda a dirigir el pensamiento. 

- Es cierto. Pero la índole del Espíritu atraído depende de la pureza de la intención y de la elevación de los sentimientos. Ahora bien, es raro que, quien sea lo bastante simple para creer en la virtud de un talismán, no se proponga un objetivo más material que moral. En todos los casos, esto pone de relieve una pequeñez una debilidad de ideas que abren las puertas a los Espíritus imperfectos y burlones. 
555. ¿Qué sentido se debe atribuir a la calificación de hechicero? 

- Los que llamáis hechiceros son personas (cuando actúan de buena fe) dotadas de ciertas facultades, como el poder magnético o la doble vista. Y entonces, como quiera que hacen cosas que no com-prendéis, las creéis poseedoras de un poder sobrenatural. Vuestros mismos sabios ¿no han pasado con frecuencia por hechiceros, a los ojos de las personas ignorantes? 
El Espiritismo y el magnetismo nos proporcionan la clave de multitud de fenómenos acerca de los cuales la ignorancia ha bordado infinidad de fábulas, en las que los hechos son exagera-dos por la imaginación. El conocimiento cabal de esas dos ciencias –que sólo forman una, por así decirlo-, al mostrar la
realidad de las cosas y su verdadera causa constituye el mejor escudo contras las ideas supersticiosas, porque demuestra lo que es posible y lo que es imposible, lo que está dentro de las leyes naturales y lo que constituye tan sólo una creencia ridícula.^ 
556. ¿Poseen de veras, algunas personas, el don de curar por el simple contacto? 

- El poder magnético puede llegar a eso cuando es secundado por la pureza de sentimientos y un ardoroso deseo de realizar el bien, porque entonces los Espíritus buenos acuden para ayudar. Pero hay que desconfiar del modo como cuentan las cosas ciertas personas demasiado crédulas o entusiastas, dispuestas siempre a ver prodigios en los hechos más sencillos y naturales. Es menester, también, no fiarse de los relatos interesados que ofrecen quienes explotan en su propio beneficio la credulidad de los demás. 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS.

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¿EL CLON HUMANO ES UNA UTOPIA PATETICA?
ALGUNAS ANOTACIONES  KARDECISTAS


¿La clonación humana es defendible? ¡Esa es la pregunta! El asunto es intrigante  e impone debate más amplio. No hay respuestas definitivas para el problema.  ¿Cuál es la mejor actitud frente a la bioética  de ella? La respuesta no es fácil. El tema aun es asustadizo, todavía, invariablemente, será una práctica rutinaria en los siglos futuros, atendiendo a cuidadoso planeamiento  que envolverá Espíritus encarnados y desencarnados. Actualmente, es complejo el asunto, por eso, suscita problemas y dudas.
 Para algunos, el clon (1) humano es una utopía patética.   Para los estresados, hay un cierto delirio que hace que algunas personas piensen  en la posibilidad de crear individuos descerebrados en el clonaje  y después almacenados  para el trasplante de órganos. ¡Es una locura! Eso no nos debe preocupar.  Otros acreditan que pueden interferir en el gen, en el DNA y retirar la sensibilidad para hacer individuos, totalmente, inmunes  al dolor, más, en verdad, eso no pasa de ciencia ficción. Con todo, “la búsqueda de conocimientos es característica fundamental del Hombre,  aunque muchas veces proceda como un aprendiz de brujo, sin dominio sobre sus propias conquistas, en virtud de su desenvolvimiento moral.”(2)
El Genetista Panayitis Zavos ha informado, insistentemente, que implantó 11 embriones clonados  en cuatro mujeres  y cree que, si amplia los esfuerzos actuales, podrá llegar al primer bebe clonado en un año u dos. Para algunas autoridades, el procedimiento de Zavos es un “brutal desvió de ciencia genética”, por eso, el método   es ilegal  en varios países. Hace algunos años, Panayiotis no presento cualquier evidencia de la técnica  y fue condenado como “irresponsable” por dar falsas esperanzas a mujeres que no podían tener hijos.
Considerándose que hay un descarte de gigantesca cantidad de embriones, el método es, algo muy arriesgado. A cada 100 tentativas, al menos el 95 no prosperó, dejando un rastro de abortos  y muertes de gestantes; las cinco  gestaciones que, eventualmente, prosperaron, probablemente, no garantizan vida saludable para los clones, para comenzar por el previsible envejecimiento celular precoz.
Los métodos, aun, están muy distantes del éxito real; hay, aun, mucho espacio por recorrer, a  la vista de los impedimentos éticos y legales que obstan en los experimentos. Con todo, llegará el día en que el clonaje será factible. Se no hoy, sin duda  alguna en un futuro. Los espiritas saben que es el espíritu el que da vida inteligente al cuerpo. Si un cuerpo humano fuera clonado a partir de una célula de alguien ya desencarnado, ciertamente será designado un Espíritu para dar vida a aquel cuerpo, más es poco probable que sea el del donador de la célula. Aun mismo que fuese el espíritu de este, sería  una nueva vida y con nueva misión. La vida no se repite. 
Los clones ya existen de forma natural. Los gemelos un vitelinos, por ejemplo, son un clonaje de la Naturaleza. En ese caso, solo un ovulo dará origen a dos seres, genéticamente, idénticos, más con impresiones digitales diferentes. Son idénticos en el punto de vista genotípico. Un cuerpo podrá ser clonado perfectamente igual, con todo, no se puede realizar  lo mismo con la personalidad, raciocinio, lucidez y otros ítems psicológicos, porque son del espíritu. En el clonaje de seres humanos, tendremos una copia de genes, absolutamente igual. Más,  en cuanto a su personalidad, carácter, inteligencia, índole, y todo lo que distingue  a un ser humano de otro, será,  invariablemente, diferente, guardando conformidad con el estado evolutivo y la manera de ser del Espíritu reencarnado.
Toda criatura que vive “después del nacimiento, tienen, forzosamente, encarnado en si a un Espíritu, de lo contrario, no seria un ser humano”. (3) Así, si el clonaje humano fuese  un éxito, ciertamente, no produciría robots,  más si seres auténticos. Puede el hombre manipular los óvulos  y espermatozoides, más jamás podrá determinar que alma habitará en un eventual clon.  Ningún investigador podrá “elegir” al alma que irá a habitar  en el resultado de un clonaje humano reproductivo.
Si nos basáramos, apenas, en la palabra clonaje, nada encontraremos en Kardec específicamente. Más, con el Codificador, sin la menor dificultad, deducimos  cuanto el Espiritismo tiene de sabiduría, en su triple aspecto de Ciencia, Filosofía  y Religión: el desenvolvimiento científico, filosófico y religioso  del clonaje están ahí. “Caminando a la par con el progreso, el Espiritismo jamás será ultrapasado, porque si nuevos descubrimientos le demostrasen estar en el error acerca de un punto cualquiera, el se modificaría en ese punto. Si una verdad nueva se revelara, él la aceptará” (4)
El Libro de los Espíritus esclarece  que en la reencarnación el “espíritu se une al cuerpo en el momento de la concepción, esto es, en el instante de la formación del zigoto o de óvulos.” (5) Según el Genio de Lyon “esa célula inicial ejerce sobre el espíritu una atracción tan irresistible, que el, generalmente, se une a ella, instantáneamente, a través, de “un lazo fluídico” de su periespiritu o cuerpo sutil.” (6) André Luiz describe “el instante de la concepción o fertilización como siendo el de las primeros pasos del espíritu en la materia, cuando comienza, entonces, a estructurar el nuevo cuerpo. El actúa sobre la célula-ovulo como un vigoroso modelo, como si fuese un imán entre limaduras de hierro.” (7)
No hay como dudar que llegará el momento en que la genética encontrará recurso para clonar al ser humano, más cuando eso sea posible, evidentemente el espíritu reencarnará. Cuando la ciencia consiga medios que faculten la reencarnación, el espíritu se hará presente. Observemos que la fecundación “In Vitro” sustituye perfectamente al organismo humano. Detalle: Kardec no confirma que, apenas, en el momento de la fecundación el espíritu puede unirse al cuerpo. El afirma que en el momento de la fecundación ocurre eso, más no solamente en ese. Este raciocinio debe ser aplicado en el caso  de que el clonaje humano sea factible.
La reproducción humana, ciertamente, pasará por considerables cambios a lo largo de los próximos siglos, por eso, no debemos sorprendernos con el clonaje reproductor (8) y aun mismo con las gestiones en ambientes extra-uterinos. Mientras, nuevos conocimientos espiritas precisan ser incorporados a la Doctrina sobre un momento alternativo que el Espíritu pueda unirse al cuerpo. También, entendemos que el hecho  de la fecundación se da fuera del útero, en nada interferirá en el proceso de encarnación, pues este ovulo será implantado en el útero materno y se desenvolverá normalmente.
Para los especialistas espiritas, las indagaciones bioéticas continúan en abierto, aguardando progresos tecnológicos en el área de la investigación espiritual y, sobretodo, avances humanos, en el campo del amor y de la misericordia. Por tanto, el clonaje humano será importante cuando la Ciencia estuviera iluminada por el conocimiento del espíritu y trabajando por el engrandecimiento espiritual de la Humanidad.
Jorge Hessen
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EL AMOR A UNO MISMO

La clave para amarse a uno mismo de pende de  aprender a ser felices por nosotros mismos. Esta es la conquista más difícil y la más necesaria.

Al hablar de amor, nos referimos a los pensamientos, palabras, actitudes y comportamientos que nos profesamos a nosotros mismos. Así, amarnos es sinónimo de escucharnos, atendernos, aceptarnos, respetarnos, valorarnos y, en definitiva, ser amables con nosotros en cada momento y frente a cualquier situación.

Los hechos en nuestras vidas pasan. El amor a nosotros mismos pasa por alejarnos de lo que afecta a nuestras vidas. Ni una persona, ni un trabajo, ni un lugar, nada es vital para vivir, porque cuando venimos a este mundo, vinimos solos, y es costumbre que vivamos apegados a algo, o al alguien, y es un trabajo personal aprender a vivir sin eso  que hoy nos duele dejar ir. Nada ni nadie debe ser tan imprescindible en nuestras vidas, hasta el punto de que si la vida o Dios decidiera despojarnos de ello, significara para nosotros el morir.

Cuenta una leyenda que en un pasado remoto los seres humanos éramos dioses. Pero abusamos tanto de nuestros privilegios, que la vida decidió retirarnos este poder y esconderlo hasta que realmente hubiéramos madurado.

El comité de eruditos de la vida sugirió enterrar el poder de la divinidad bajo tierra, en el fondo de los océanos, en la luna… La vida desechó todas estas opciones: “Veo que ignoráis hasta qué punto los seres humanos son tozudos. Explorarán, excavarán o gastarán una fortuna en naves para intentar conquistar el espacio hasta dar con el escondite”.

El comité de eruditos se quedó sin saber qué decir. “Según lo que afirmas, no hay lugar donde los seres humanos no vayan a mirar nunca”. Tras escuchar estas palabras, la vida tuvo una revelación. “¡Ya lo tengo! ¡Esconderemos el poder de la divinidad en lo más profundo de su corazón, pues es el único lugar donde a muy pocos se les ocurrirá buscar.

El amor es un tesoro que todos llevamos dentro, es un estado interior  esperando que lo sientas y lo vivas, a cada momento, con cada respiración.

Si queremos sentir el amor a nosotros mismos, hemos de cuidarnos, empezando por cuidar de nuestro cuerpo material que sirve de soporte a nuestro espíritu.

Al hablar de amor, nos referimos a los pensamientos, palabras, actitudes y comportamientos que nos profesamos a nosotros mismos. Así, amarnos es sinónimo de escucharnos, atendernos, aceptarnos, respetarnos, valorarnos y, en definitiva, ser amables con nosotros en cada momento y frente a cualquier situación.

Quien se ama no adolece. Su cuerpo es el templo y la morada actual de su espíritu, lo trata  con celo y cariño, salud y armonía aliado a las leyes de la naturaleza. La dolencia es desarmonía.

Las molestias  ocurren por los abusos que el organismo  hace de las leyes de la naturaleza. Abuso es molestia, uso es salud. Por eso hay que ser sobrios en la alimentación, comiendo lo necesario.

La sobriedad y la templanza son grandes virtudes, pues es casi imposible  que un alma noble pueda morar en un cuerpo viciado por la gula. Haga deporte, haciendo ejercicios regulares cada día. No fume y no use de las drogas, bebiendo con moderación. Haga ejercicios respiratorios, recordando que la salud del cuerpo es muy importante, no es menor a la del alma. Toda enfermedad comienza en el espíritu y termina también en el espíritu. Las enfermedades o molestias, reflejan la enfermedad del alma.

En el estado de evolución en el que nos encontramos son muy numerosas las enfermedades, porque son muy numerosas nuestras faltas y dificultades.  Más allá  de las desarmonías actuales, traemos innumerables de nuestro sombrío pasado. Tanto la enfermedad como la salud  tienen su origen en la mente, en las emociones, en los sentimientos y en todas las sensaciones de la criatura, como un ser vivo formado de cuerpo y alma. En síntesis, el mal vivir, el mal sentir, el mal pensar, pueden puede llevarnos a cuadros mórbidos y dolorosos.

Cuando nuestro espíritu está perfectamente equilibrado, no hay enfermedad que nos ataque.

Cuidemos de nuestra mente para que nuestra salud se refleje en nuestro cuerpo. Somos lo que pensamos, si insistimos en pensar mal, en el dolor, en la enfermedad, atraeremos  todos esos males hacia nosotros. Pensemos, pues en la salud, y en la prosperidad y nuestras vidas tomaran nuevos rumbos.

Amarse a sí mismo significa buscar lo que verdaderamente es bueno para mí: mi salud, mi crecimiento, el amor, la cercanía con Dios. El egoísmo significa buscar lo que me agrada, lo cómodo, lo fácil... El amor a sí mismo es exigente. Si me amo, me obligo a mí mismo a trabajar, a estudiar, a cuidarme, a ser mejor cada día. 

Amarse a uno mismo también consiste en sanar las heridas emocionales derivadas de nuestros conflictos internos. Dado que somos especialistas en huir del dolor, al llegar a la edad adulta solemos tapar y protegernos de dichas heridas tras una máscara del agrado de los demás. Y de tanto llevarla puesta, corremos el riesgo de olvidarnos quiénes éramos antes de ponérnosla. Así, para poder ir pelando las capas de la cebolla que nos separan de nuestra verdadera esencia, es muy recomendable adentrarnos en la meditación.

Uno de los grandes males que nos aflige es la sensación de incapacidad  e inferioridad que sentimos delante de nosotros mismos  en una dificultad  a ser superada.

Muchos no nosotros somos  acometidos por el famoso complejo de inferioridad. ¿Dudando en todo momento  de si vamos a ser capaces, si va ser cierto, de si voy a tener que dar cuenta, o lo conseguiré?

Son expresiones  que siempre bailan en nuestros pensamientos y nos  dificultan mucho. 

Cuando tomamos el compromiso de amarnos, lo que en verdad estamos asumiendo es la responsabilidad de crear en nuestro interior los resultados de bienestar que antes solíamos delegar en factores externos. Y esto pasa por cuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación. También por encontrar un sano equilibrio entre la actividad, el descanso y la relajación. E incluso por elegir con quién nos relacionamos y a qué nos dedicamos profesionalmente. El síntoma más evidente de que estamos cultivando el amor hacia nosotros mismos es un aumento notable de nuestra energía vital, lo que mejora nuestra salud física y emocional.

Al adueñarnos de nuestros pensamientos nos convertimos en los creadores de nuestra experiencia interior. Es decir, de nuestras emociones, sentimientos y estados de ánimo. Y al adueñarnos de nuestra experiencia interior nos convertimos en los amos de nuestro destino. Se sabe que nos amamos cuando ningún comentario, hecho o situación provoca que reaccionemos mecánica e instintivamente. Metafóricamente, a esta “libertad psicológica” también se la denomina “el poder de la divinidad”.

Tenemos que creer en nuestras posibilidades,  aceptándonos  sin estimarnos de más.  Jesús dicto su ley mayor recomendándonos  que el mismo amor que tenemos por nosotros, debemos tener  a nuestros semejantes.  Luego en ningún momento Jesús condenó el amarse a uno mismo. Muy al contrario recomendó que el sentimiento de amor que la persona tiene por si mismo, debe ser tan bueno, que se extienda a los otros.
Cuando amas lo que eres, no importando lo que seas, no hay cosa inconquistable ni inalcanzable. Cuando realmente te amas a ti mismo, vives solamente en la luz de tu propia risa y viajas solamente por el camino de la alegría. Cuando estás enamorado de ti mismo, entonces, esa luz, esa fuerza unificada, esa felicidad, esa alegría, ese jubiloso estado de ser, se extiende a toda la humanidad. Cuando el amor abunda dentro de tu maravilloso ser, el mundo, con todos sus desagrados, se convierte en algo hermoso, y la vida se llena de sentido y de alegría.

Amarnos a nosotros mismos no es egoísmo. El peligro está en no expandir ese amor a nuestros semejantes. El optimismo nos hace sentir que Dios es nuestro Padre,  y que nada nos sucederá  si somos perseverantes, si nuestra fe es inalterable, porque todo se nos dará si tenemos fe.

Cualquiera que sea el desafío por el que estemos pasando,  lo superaremos  si no permitimos caer  en las vallas del desanimo y la descreencia. No hay dificultad o problema alguno que no tenga solución, que pueda ser mayor que la capacidad  de superación que yace en lo más profundo de nuestro ser.

Somos hijos de Dios, y como tales, tenemos que aceptarnos. Más nunca  acomodarnos  con aquello que somos. Procuremos ser cada día un poco mejor de lo que somos. Enfrentando todo los problemas  y tribulaciones de nuestra vida, con la certeza de que Jesús nuestro divino amigo, va a nuestro frente en la subida  a las montañas que tengamos que escalar.

Mercedes Cruz Reyes

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