jueves, 28 de julio de 2016

SÓCRATES Y LA INMORTALIDAD DEL ALMA



 
 ANIMISMO Y MEDIUMNIDAD 

Mucho cuidado,un examen contínuo de los problemas íntimos y acendrado celo por las letras espiritistas son indispensables para discernir correctamente y actuar con seguridad. 
No todo lo que ocurre en la esfera mental constituye un fenómeno mediúmnico. 
Si bien no debes temer en exceso al animismo,tampoco convienen que dejes de prestarle atención. 
Ciertos sucesos e impresiones que se dan en la órbita de la vida no representan,compulsivamente,intervenciones de orden espiritual. 
Los problemas intrincados de la personalidad surgen a cada instante,del mismo modo que las expresiones mediúmnicas,y se ponen de manifiesto a través de lamentables desequilibrios. 
Los disturbios psíquicos exhalan miasmas que producen imágenes perturbadoras en el campo mental y se exteriorizan en forma descontrolada. 
Estudia y estúdiate. 
Evita la frivolidad y ármate de sentido común en el menester relevante de la mediumnidad. 
Cada ser se vincula a un programa redentor en función de las causas a las que se imanta por exigencia de la reencarnación 
Si,las intervenciones espirituales se producen,pero no tan a menudo como pretenden la liviandad y la insensatez que se complacen en delegar responsabilidades. 
Ante los valores mediúmnicos legítimos,conviene no descuidar los expresivos recursos de la mente encarnada.Percepciones,emociones y sensaciones se fijan inconscientemente y se almacenan en los depósitos de la memoria a la espera de una oportunidad para manifestarse. 
El cultivo de ideas desordenadas y las aspiraciones incontenibles desequilibran y promueven falsas informaciones. 
Los desbordes de la imaginación generan impresiones,producen ideas que hacen suponer que proceden del intercambio mediúmnico... 
Además,la inspiración de entidades liviana coopera eficazmente con las exageraciones y los disturbios. 
Es imperioso que tengas cautela. 
La prudencia ante los fenómenos mediúmnicos es una medida saludable. 
Revisa opiniones,connotaciones,juicios y evaluaciones,y resguárdate en la discresión. 
La mediumnidad es un patrimonio inestimable,una facultad delicada a través de la cual se producen fenómenos sutiles,expresivos y eficaces,que solo proceden de lo alto cuando se dan en un clima de gran responsabilidad. 
En ese sentido,no descuides los acontecimientos provenientes de interferencias anímicas:deseos fuertemente cultivados,impresiones indefinibles que afloran para engendrar comunicaciones inexactas. 
Calma tu mente y armoniza tu "mundo interior" 
Jesús,el excelente médium de Dios,enseñó con incomparables sabiduría la metodología a seguir:oración y trabajo,meditación y servicio en la labor incesante de comprensión fraterna junto a los infelices. 
Ninguna información deprimente,opresora o ultrajante salió de Él,pero siempre y sin cesar mantuvo inalterable la caridad para con todos,con ejemplos optimistas que revelaron su condición de constructor y guía de la tierra
-Lidia Gómez -

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FLUIDO CÓSMICO UNIVERSAL

Sabemos que el fluido universal o fluido cósmico etéreo representa el estado más simple de la materia; es tan grande su sutileza que escapa a todo análisis. Y no obstante, de este fluido proceden, mediante condensaciones graduales, todos los cuerpos sólidos y pesados que constituyen el fondo de la materia terrestre. Estos cuerpos no son tan densos ni tan compactos como a primera vista nos parece; son atravesados con la mayor facilidad por toda clase de fluidos, y aun los mismos espíritus los atraviesan sin dificultades. Éstos, por la concentración de su voluntad, ayudados por la fuerza psíquica, pueden disgregarlos, disociar sus elementos, volverlos al estado fluídico, trasladarlos y reconstituirlos luego en su primer estado. Así se explican los fenómenos de traslación de objetos materiales a través de obstáculos materiales también. Recorriendo estos grados sucesivos de rarefacción, vemos a la materia pasar del estado sólido al líquido, de éste al gaseoso y finalmente al fluídico. Los cuerpos más duros pueden de este modo volver al estado invisible y etéreo. En sentido inverso, también el fluido más sutil puede cambiarse, gradualmente, en un cuerpo opaco y tangible . La Naturaleza entera nos demuestra el encadenamiento de las transformaciones que conducen a la materia desde el estado etéreo más puro al más grosero estado físico.
A medida que se verifica y se hace más sutil, la materia va adquiriendo propiedades nuevas, fuerzas de una intensidad creciente. Los explosivos, las radiaciones de ciertas substancias, la potencia de penetración de los rayos catódicos, la acción a grandes distancias de las ondas Hertz, nos dan de ello abundantisimos ejemplos, llevándonos a considerar el éter cósmico como medio en que la materia y la energía se confunden, constituyendo el gran foco de las actividades dinámicas, la parte de las fuerzas inagotables que la voluntad divina dirige y de donde surgen en ondas incesantes las armonías de la vida y el pensamiento eternales. 
¡Pues bien! y aquí la cuestión va a tomar una no esperada amplitud, la acción ejercida por la potencia creadora sobre el fluido universal para dar vida a sistemas de mundos, vamos a encontrarla en manifestaciones más modestas, aunque sometida a leyes idénticas, en la acción del espíritu reconstituyendo las formas pasajeras que han de establecer, a los ojos de los hombres, su existencia y su identidad. 
Las mismas nebulosas, agregados de materia cósmica condesada, germen de mundos, que nuestro telescopio nos muestra en el fondo de los espacios, van a aparecer también en la primera fase de las materializaciones de espíritus. Por este camino vemos cómo la experimentación espirita nos conduce a las más amplias consecuencias. La acción del espíritu sobre la materia puede hacernos comprender de qué modo se elaboran los astros y se desenvuelve la obra gigantesca del Cosmo.

LEÓN DENIS

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     LOS MÉDIUMS ORGULLOSOS

En los médiums, el orgullo se pone de manifiesto a través de signos inequívocos, sobre los que hace falta poner la mayor atención,puesto que ese defecto es uno de los que deben inspirar mayor desconfianza en relación con la veracidad de las comunicaciones.
Al principio, los médiums orgullosos exhiben una confianza ciega en la superioridad de las comunicaciones que reciben, y en la infalibilidad del Espíritu que las transmite. De ahí surge un cierto desdén hacia todo lo que no provenga de ellos, porque creen que poseen el privilegio de la verdad. El prestigio de los nombres célebres, con que se adornan los Espíritus que supuestamente protegen a estos médiums, los deslumbra, y como su amor propio sufriría si confesaran que han sido engañados, rechazan todos los consejos,e incluso los evitan, apartándose de sus amigos, así como de cualquier persona que pueda abrirles los ojos. Si se dignan a escucharlos,no toman en cuenta para nada sus opiniones, porque dudar de la superioridad del Espíritu que los asiste sería casi una profanación.
Se ofenden con la menor contradicción, con una simple observación crítica, y a veces llegan a odiar incluso a las personas que les prestan ese servicio. Los Espíritus que los arrastran a ese aislamiento –pues no quieren enfrentarse con contradictores– se aprovechan de esa situación para alimentar fácilmente sus ilusiones,hasta tal punto que les hacen tomar los más groseros absurdos,por cosas sublimes. Así pues, confianza absoluta en la superioridad
de las comunicaciones que obtienen, desprecio hacia las que no llegan por intermedio de ellos, importancia irreflexiva atribuida a los nombres venerables, rechazo de los consejos, enojo ante toda crítica, alejamiento en relación con las personas que pueden ofrecerles
opiniones desinteresadas, y confianza en su propia habilidad, a pesar de la falta de experiencia, tales son las características de los médiums orgullosos.

EL LIBRO DE LOS MEDIUMS.
ALLAN KARDEC

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SÓCRATES Y LA INMORTALIDAD DEL ALMA

En el año 399 antes de la era cristiana, el Tribunal de los Heliastas, compuesto por representantes de las diez trIbus que componían la demócrata Atenas, se reunía con sus 501 miembros para cumplir una obligación bastante difícil.

Representantes del pueblo, escogidos aleatoriamente, estaban allí para juzgar al filósofo Sócrates.

El pensador era acusado de rechazar a los dioses del Estado, y de corromper a la juventud.

Figura muy controvertida, Sócrates era admirado por unos, criticados por otros.

Tenía la costumbre de andar por las calles con grupos de jóvenes, enseñándolos a pensar, a cuestionar sus propios conocimientos sobre las cosas y sobre sí mismo.

Sócrates desenvolvió el arte del diálogo, la mayéutica, este momento del “parto” intelectual, de la búsqueda de la verdad en el interior del hombre.

Su decir “Sólo sé que no sé nada” representa la sapiencia mayor de un ser, reconociendo su ignorancia, reconociendo que necesitaba aprender, buscar la verdad.

Por eso fue sabio, y además de sabio, dio ejemplos de conducta moral inigualables.

Vivió en la simplicidad y siempre reflexionó al respecto del mundo materialista, de los valores ilusorios de los seres, y de las creencias vigentes en su sociedad.

Frente a sus acusadores fue capaz de dejarles lecciones importantísimas, como cuando afirmó:

 “No tengo otra ocupación sino la de persuadiros a todos, tanto viejos como jóvenes, de que cuidéis menos de vuestros cuerpos y de vuestros bienes que de la perfección de vuestras almas.

El gran filósofo fue condenado a la muerte por cerca de 60 votos de diferencia.

La gran mayoría quería que él intentase negociar su pena, asumiendo el crimen, e intentase librarse del castigo capital, con el pago de algunas monedas.

Con seguridad, todos saldrían con las conciencias menos culpables.

Todos, menos Sócrates que, de ninguna forma, se permitió ir contra sus principios de moralidad íntimos. Así, aceptó la pena impuesta.

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Preso cerca de 40 días, tuvo oportunidad de escapar, dado que sus amigos consiguieron una forma ilícita de darle la libertad.

No la aceptó. No permitió ser deshonesto con la ley, por más que esta lo hubiese condenado injustamente. Una vez más ejemplificó la grandeza de su alma.

Y fueron extremadamente tranquilos los últimos instantes de Sócrates en la Tierra.

Una calma espantosa invadía su semblante, y causaba admiración en todos los que iban a visitarlo.

Indagado al respecto de tal sentimiento, el pensador reveló lo que le animaba el espíritu:

 “¡Todo hombre que llega adonde voy ahora, que enorme esperanza no tendrá de que poseerá allí lo que buscamos en esta vida con tanto trabajo!

Este es el motivo de que este viaje que ordenan me trae tan dulce esperanza.”

Sí, Sócrates tenía la seguridad íntima de la inmortalidad del alma, y dejó eso bien claro en varios momentos de sus diálogos.

La perspicacia de sus pensamientos y reflexiones ya habían llegado a tal conclusión lógica.

El gran filósofo partía, cierto de que continuaría su trabajo, de que proseguiría pensando, dialogando, y de que desvelaría un nuevo mundo, una nueva perspectiva de la vida, que es una sola, sin muerte, sin destrucción.

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El Codificador de la Doctrina Espirita, Allan Kardec, indagó a los inmortales:

 “En el momento de la muerte, ¿cuál es el sentimiento que domina la mayoría de los hombres? ¿La duda, el miedo o la esperanza?

A los que los Espíritus le respondieron:

 “La duda para los incrédulos endurecidos; el miedo para los culpables; la esperanza para los hombres de bien.”

Que podamos todos, a ejemplo de Sócrates, dejar este mundo con el corazón repleto de esperanza.

¡Dios nuestro! ¡Padre excelso! Fuente de toda sabiduría y de todo amor, Espíritu supremo cuyo nombre es luz, ¡te ofrecemos  nuestras alabanzas y nuestras aspiraciones! Que ellas suban hasta TI como el perfume de las flores, como los embriagadores  aromas de los bosques suben al cielo. Ayúdanos a avanzar en la vía sagrada del conocimiento hacia una más alta comprensión de tus leyes, a fin de que se desarrolle en nosotros  más simpatías, más amor para la gran familia humana. Nosotros sabemos que es por nuestro perfeccionamiento moral, por nuestros hechos, de la aplicación de la caridad y de la bondad a nuestro alrededor y en provecho de todos nos podremos acercar a Ti y mereceremos conocerte mejor, comunicarnos más íntimamente contigo en la gran armonía de los seres y de las cosas.

Ayúdanos a despojarnos de la vida material, a comprender, a sentir lo que es la vida superior, la vida infinita. Disipa la oscuridad que nos envuelve; deposita en nuestras almas una chispa de fuego divino que reanima y abrasa a los Espíritus de las esferas celestes. ¡Que tu dulce luz y con ella los sentimientos de concordia y de paz, se derrame sobre todos los seres!

Redacción de Momento espirita 

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CIENCIAS EDUCACIONALES A LA LUZ DEL ESPIRITISMO


La vida es un proceso de crecimiento del alma  al encuentro con la grandeza Divina, es por eso que el hombre debe aprovechar las luchas  y dificultades en su camino, para dilatar su círculo de relaciones y de acción.
El mundo es camino vasto de evolución y mejoramiento, donde  transitan a nuestro lado, la ignorancia y la flaqueza.
Para transformar a la criatura humana, es necesario educarla, alterando para mejor  los paisajes morales de la sociedad y del planeta terrestre.
Educar, bajo cualquier aspecto, es conducir con seguridad, libertad y responsabilidad, equipando  al alumno con valores que lo capaciten  para la vida, para la victoria sobre las pasiones disolventes,  preparándolo para los pasos más agigantados de la evolución.
La Educación se convierte en moderadora de la agresividad y de los paisajes primitivos, substituyéndolos  por comportamientos saludables, que desarrollan sentimientos nobles, e imprime aptitudes de respeto a la vida y a sus manifestaciones.
Gracias a su acción continuada se formulan en el ser los códigos de conducta, ampliando los horizontes del pensamiento, plasma el carácter en niveles superiores, contribuyendo  armonizar las relaciones y la convivencia entre las personas, sin roces ni opresiones desgastantes.
A la Educación le compete el elevado menester de erguir al ser humano a las cumbres del progreso, presentándole los horizontes infinitos  que esperan ser conquistados y que están a su alcance.
La Educación tiene el deber de equipar al postulante  con los recursos hábiles  para poder enfrentar los desafíos, solucionarlos de la mejor forma posible, adquiriendo estabilidad emocional e intelectual, sin olvido,  de los valores morales que deben ser grabados en el individuo en formación, mediante derroteros culturales y ejemplos morales.
La infancia y la adolescencia son los periodos más propicios  para el aprendizaje, es esa la época idónea  para esculpir  las lecciones  para que estas permanezcan como una ruta de seguridad para toda la vida.
Para facilitar  mejor el florecimiento de las aptitudes individuales, la formación inicial ha de ser muy amplia, iniciando un curso orientado hacia sus posibilidades, sin olvido, sin dudas, de que la especialización exagerada,  aunque califica al individuo para las profesiones, también lo limita, casi convirtiéndolo en un robot.
El hombre forma parte integrante del Universo,  y cuanto más se informe a su respecto, mejor se torna la convivencia consigo mismo y con la Naturaleza.
Es necesario proporcionar al individuo  un curso agradable, accesible y fascinante, perfeccionándole  la calidad sin perjuicio de los valores de la educación.
Siendo indispensable la moderación en los excesos, y la presencia de ejercicios, que tornen el aprendizaje agradable, rico en compromisos  y sin necesidad  de cuidados perturbadores, ya que  con las exageradas cargas de trabajo,  fatigan y angustian al alumno, haciéndole ejecutarlas bajo amenazas  punitivas.
La religión debe ser aprendida en el hogar y en el templo de su confesión de fe correspondiente. Bajo  todos los aspectos  que se pretenda considerar la escuela ha de ser laica, libre  de obstáculo de imposiciones sectarias, partidista con el fin de facilitar  una libre y feliz elección por parte de sus integrantes.
Pues pese a que se presenten con apariencia  de fundamentos espirituales, él comportamiento de la mayoría de los educadores, es, lamentablemente, oportunista, dada las presiones socio económicas, socio políticas y el ansia ml contenida de liberación de los viejos cánones religiosos, cuyos efectos morales y sociales fueron dañinos  en el pasado y lo son también en el presente.
La escuela es un fiel núcleo para la formación del carácter, de la mente y del sentimiento del alumno, debe tornarse cada vez más importante:  un templo para el saber, un taller para experiencias  culturales  y vivenciales,  un hogar de intercambio de informaciones y de contenidos comporta mentales de modo que la sociedad esté allí representada, facilitando la preparación  para las empresas externas, en la familia, en el grupo, en la comunidad en general, de lo que surgirá indirectamente, sin vinculación doctrinaria  un base de seguridad para la educación integral, que abarca naturalmente, la del ser en su condición de Espíritu inmortal.
El proceso de la educación debe sustentarse en bases dinámicas, jamás estacionándose en lo ya hecho, pese a los resultados provechosos conseguidos. Los mecanismos de la educación deben estar siempre receptivos a las nuevas contribuciones del conocimiento, de manera  de evolucionar y penetrar más profundamente en las raíces de las necesidades de los educadores.  
A medida que las experiencias demuestren la necesidad de nuevos métodos compatibles  con la Psicología del aprendizaje, para el niño y el joven, nuevos marcos de experiencias  edificantes deben ser propuestos, sin que se entre en choque  con las técnicas convencionales. Siempre será posible  la conciliación de los métodos denominados académicos con las alternativas que traen una nueva contribución y en el futuro, se transformaran en científicos, al ser definidos sus paradigmas y conceptos.
Cuando el amor forme parte de cualquier actividad humana, abriendo espacio para el respeto por el prójimo y para sí mismo, amando a Dios por sobre todas las cosas, el modelo educacional, sin vinculación religiosa con cualquier doctrina, demostrará  que las reglas existentes en la sociedad son necesarias transitoriamente, ya que el proceso de evolución es inevitable  y cada pueblo se desarrolla con características muy propias, sin embargo todos, creciendo en un periodo tecnológicamente, en otro moralmente, hasta el momento en que esos dos brazos del progreso real  se amplíen concomitantemente, sin las presencias del monstruo de la guerra, de la esclavitud socioeconómica  del hombre o de cualquier otro tipo de discriminación.
Trabajando la conciencia individual del educando, (sin lavado cerebral) se crea una conciencia colectiva y cuando es noble, sin duda  la que le sigue es igualmente digna.
El ser consciente de sus responsabilidades, elimina los monstruos del miedo, de la punición, de la culpa, acabando por conducir la armonía mental y un elevado concepto de deberes para con él mismo y para con su prójimo, para con la sociedad, tornando legítimas las reglas establecidas y fundamentadas en principios éticos  relevantes.
El hombre es un ser que posee un cuerpo físico, cuerpo emocional y y cuerpo mental y para alinearlos  y no dispersarlos como hasta ahora a hecho, la Educación a de ser menos preconceptuosa, y han de ser incluidos en sus programas  los estudios respecto  al hombre integral, facilitando las preguntas  en torno  del ser Transpersonal, de las Doctrina Parapsíquicas,  de la Parapsicología, de la Psicotrónica, de la Psicobiofisica, de la Transcomunicación Instrumental, conforme lo hicieron Allan Kardec, William Crookes, Cesar Lombroso, Ernesto Bozzano etc. y otras autoridades, el hombre pasará a ser considerado como Espíritu, Periespíritu,   y Cuerpo físico o conforme al lenguaje parapsicológico: Energía pensante, Psicosoma y Soma.
La escuela será, al mismo tiempo, laboratorio de investigación del alma, sin ninguna connotación religiosa, a fin de ser mejor entendida  la vida en su profundidad y realidad legitima, permanente.
La metodología  de la educación debe revestirse de profundidad psicológica para enriquecer al educando con experiencias aplicables a lo cotidiano, desarrollando así la capacidad   de vivir cualquier situación, sin la visión triunfante  en la gloria, ni la aceptación pesimista en la dificultad o en el perjuicio. La vida es una realidad  desafiante  en cualquier circunstancia  y la función de la Educación es ampliarla, tornándola accesible y realizadora.
Los estímulos para el aprendizaje deben permanecer después de los cursos escolares, dado que la vida es la gran, noble y permanente  Escuela a ser conquistada.
Educar, pues, es facilitar la vida, enriquecerla de luz y plenitud.
Existe un modelo educacional  evidentemente apropiado, a través del cual alcanzaremos con mejores resultados los principales  objetivos del hombre integral (la Educación) y ofrece excelentes resultados, y felizmente, ya se piensa en establecer, en el área  de la programación escolar , la introducción de disciplinas  transversales, que tienen  y como objetivo la inclusión de doctrinas  éticas, sociales, comporta mentales, ofreciendo una  visión espiritual del ser compatible con el pensamiento religioso de todos los credos: Dios, inmortalidad, elevación de pensamiento.
Un modelo educacional que construya un hombre integral es elaborado mediante la visión espiritual, gracias a la cual se mezclan informaciones generales, convencionales, pero también se viven  las mismas  en lo cotidiano de las salas de clases, tornándose el educador en un verdadero ejemplo de aquello que transmite.
En el proceso de la evolución de la Escuela y de la Educación, se llega a una etapa de las más importantes para la formación de los individuos, que es a través de la enseñanza formal, convencional.
Solo la educación podrá reformar a los hombres, nos dicen los Espíritus en la pregunta 796 de el Libro de los Espíritus, es un concepto que Allan Kardec transcribe , sin embargo, el Codificador esclareció antes que será la educación moral quien se encargará de desarrollar  los valores pertinente  al ser humano,  y complementa: que no se refiere a la educación moral por medio de los libros y si a la que consiste  en el arte de formar caracteres , a la que suscita habatos, porque la educación es el conjunto de habatos adquiridos. Después concluye el Codificador: El desorden y la imprevisión son dos llagas que solo una educación bien elaborada puede curar. Ese es el punto de partida, el elemento real del bienestar, la garantía de la seguridad de todos. (El Libro de los Espíritus- pregunta 685)
En la familia se forman los caracteres, son inculcados los habitos saludables en el educando, auxiliándolo con el conocimiento escolar para superar el desorden y la imprevisión, a favor de la seguridad de todos.
Cuando el modelo pedagógico/tecnológico se propones formar individuos inteligentes, autónomos, creativos, críticos  y agresivamente ambiciosos, en fin, vencedores, se olvida de que el mundo necesita seres afectuosos,  cordiales, tolerantes, condescendientes, finalmente humanos.
La meta esencial de la Educación es dar vida. Antes se creía  que su tarea era preparar  para la vida. Hoy, dada su importancia en el mundo, ella es una forma eficiente de dar vida. La gran preocupación, en el área de la educación, debe ser la de preservar los valores humanos con todos los recursos que constituyen la criatura dignificada y dignificante.
Para ofrecer al niño y al joven condiciones  educacionales  para el surgimiento del pensamiento creativo, verdadero, nuevo, necesitan recursos que les faciliten el desarrollo de los programas  que deben desenvolver, y la Escuela es siempre el admirable laboratorio que posibilita el despertar de los valores  adormecidos momentáneamente.
En el caso que nos ocupa, la Escuela deberá ser liberal y portadora de recursos que desarrollen el sentimiento de lo bueno, de lo noble y de lo bello, al mismo tiempo adaptándose  a las épocas de renovación, para que no permanezca estacionada en las bases ascentrales, que sirvieron en su época, pero que no se adaptan  a los tiempos nuevos. Esas condiciones educacionales serán el resultado de la observación del comportamiento intelecto-moral de los alumnos, de sus posibilidades a ser ampliadas y mediante técnicas compatibles con los valores vigentes, abriendo espacios para las realizaciones futuras.
La escuela debe estar abierta a nuevos experimentos educacionales, siempre que sea necesario actualizar los métodos  de enseñanza, renovar los procesos iluminativos, crear oportunidades de crecimiento.
El futuro de la Humanidad camina con los pies del presente idealista y la Escuela no se puede marginar, para no quedar superada.
Para desarrollar la autoconfianza en el niño y en el adolescente, considerando que, en casi todo, se refleja uno en la vida del otro, el estimulo es la base para cualquier acción. Cuando  sean divulgados los resultados  de labores edificantes  con entusiasmo; cuando los hombres nobles reciban el apoyo que necesitan  para la prosecución de sus proyectos; cuando haya propaganda  de los valores  que engrandecen al ser humano  en detrimento de los escándalos, de los juegos sexuales  explícitos, de la exaltación  de la violencia y del crimen, el educando desarrollara naturalmente  la autoconfianza en sus posibilidades, sintiéndose estimulado a imitar  a los triunfadores, a los genios, a los sabios, a los realizadores, igual que ocurre hoy con la vida que se desarrolla a nuestro alrededor, las modas, el arte, las ideas innovadoras etc.…
De alguna forma, la Escuela no es solamente el lugar donde se aplican los métodos pedagógicos y psicológicos de la educación, sino también, del relacionamiento social, de todas las actividades que se expresan en la comunidad y se tornan fundamentales para la vida.
Para no poner en riesgo el equilibrio deseable y armonios entre lo intelectual y afectivo, es imprescindible la vigilancia, para que el auxilio que se puede  extraer de las conquistas  tecnológicas no mate el sentimiento, el compañerismo, el respeto humano en el desarrollo del programa educacional.
Para estimular al alumno no solo intelectualmente, sería viable que, en los cursos escolares fuesen establecidas la visitas a Hospitales, Hogares de niños y de ancianos, Clínicas  de Salud Mental y de Enfermedades degenerativas  - Cáncer, Sida, Sífilis y otras- a fin de que puedan ser explicados los fenómenos  aflictivos de la existencia corporal y la necesidad de la solidaridad para con todos aquellos que padecen cualquier tipo de limite, de dolor, de carencia, teniendo en vista, naturalmente, la faja etaria del educando, así como las posibilidades de comprensión  de los acontecimientos.
Los programas se iniciarían por los métodos teóricos, partiendo, después, hacia las experiencias prácticas, cuidadosas, con objetivos definidos  de ser desarrollados los valores de la solidaridad y del amor por los sufrientes de cualquier naturaleza.
Otra cosa factible, es que se estableciesen  como programas las tareas que tuviesen  por objetivo la promoción social de niños, jóvenes y adultos marginados, tornando la Escuela en una fuente de inspiración y de realizaciones constantes, ofreciendo amplios recursos, más allá de los intelectuales.
La sociedad humana en los tiempos actuales está desanimada  debido a que está equivocada con relación a los valores humanos. Desilusionada,  por falta de apoyo y de respeto por la sociedad, los postulantes al conocimiento padecen la hipertrofia  de los sentimientos, permaneciendo en las escuelas por la búsqueda de títulos  que les faciliten el triunfo en el mundo, sin conciencia del valor de la auto-realización.
El abuso de drogas y de sexo en la Escuela, el desinterés de los maestros, considerando los salarios ridículos que reciben, hace que el instituto o la escuela, como queramos llamar el lugar de estudio, deje de ser el templo del saber  para transformarse en un lugar de encuentros para pasar el tiempo,  pues se espera por el Diploma y no por la capacitación para la lucha en el mundo social.
Cuando se de la reversión de estos acontecimientos y la sociedad prestigie más y mejor el conocimiento en detrimento de la astucia, así como a la cultura, en vez de fuerza muscular  o solamente la agilidad física, la Escuela recuperará su lugar , y los educadores serán emulados a un cambio de comportamiento con más eficiencia en el área de los estudios que conducen   la concienciación de sus deberes y de su realización anterior.
La competitividad puede influir positivamente, en la educación, siempre que su objetivo no sea el de aplastar o vencer a otro.  Es un estimulo para conquistar espacios  y realizaciones dignificantes. La escuela siempre se valdrá aun, por bastante tiempo, de la evaluación de resultados  del aprendizaje produciendo inconscientemente, un sentido de competición positivo.
La competición lamentable es aquella que humilla, al perdedor situándolo en posición inferior. Las naciones ricas, muchas veces carentes de valores éticos, dieron inicio al mundo de las competencias, para la adquisición de vidas y recursos intelectuales que les faltaban, tornando al hombre objeto de compra  y no instrumento de ideas. Los deportes  perdieron casi el sentido de competición calificativa para tornarse en industrias de profesionales  destituidos  de sentimientos fraternos, cuyos únicos intereses son el dinero y la supervaloración que les posibilita  disponer de más  altos estipendios. Ganar en las competencias se tornó un factor de mercado y no de ideal o de placer. Lo mismo ocurre  en otras áreas del comportamiento artístico, cultural, social…
Los estímulos por el idealismo, las competiciones  para la calificación de los participantes, son métodos valiosos para la conquista de valores nobles que deben ser preservados.
La Educación es una forma de dirigir al alumno al autodescubrimiento, es un inevitable viaje interior,  gracias al cual el alumno  descubre las posibilidades que están a su alcance, así también lo que realmente desea en la vida, evitando  enmarañarse por las conquistas exteriores que no satisfacen su plena realización. En el futuro, el profesor tendrá conocimiento del Espíritu y sus potencias, así entenderá los conflictos  y problemas que desafían  y enfrenta el alumno para los cuales deben recibir orientaciones de seguridad.
La conquista de la conciencia en la Escuela, marchará al lado de la adquisición del conocimiento, del discernimiento para la acción, de manera que cada alumno descubra lo que hacer, cuando y como realizarlo. Al mismo tiempo, esa experiencia conducirá al autodescubrimiento.
El desinterés, la indiferencia, la falta de voluntad, y empeño  de los alumnos,  es debido, a la falta de respeto hacia la Cultura general y la supervaloración de los deportes y de las diversiones.
En el hogar se inicia el amor por el aprendizaje, dado que en la familia se encuentra la primera escuela, formadora del carácter y de la personalidad.
Para desarrollar el interés de los alumnos, se hace menester  que los individuos en particular y el Estado en general, pasen a considerar la educación como de vital importancia para una existencia saludable y feliz en la Tierra.
La Humanidad  no puede vivir solamente  de la exaltación en las conquistas, en el campo del deporte, de las aficiones sean las que sean, ya que son transitorias.
Por tanto, es indispensable  que la familia y el Estado conjuguen esfuerzos  para la valoración de la Escuela y de su grandioso significado en la edificación de una sociedad justa y feliz.
La educación moral, no es una doctrina  de esta o aquella Institución, es de todas. Se inicia en el hogar, de los padres  con relación a los demás individuos, incluyendo a los familiares y se prolonga en la Escuela. En un futuro próximo, como ya viene ocurriendo, un campo de experiencias integrales, en las cuales se unirán todos los esfuerzos para el equilibrio, que resulta de lo que se es, de los que se hace y de aquello a lo que se propone.
A la Educación le cabe, en todas partes, la gran tarea de renovar la sociedad, partiendo del alumno bien orientado, disciplinado y auto conocedor de sus necesidades.
El perfil de la Escuela del próximo siglo, del futuro a de tener el aspecto de un hogar transitorio, rico en seguridad emocional y cultural, donde todos se estimen como verdaderos amigos y hermanos, movilizándose en un ambiente de solidaridad y comprensión, disfrutando  de libertad de pensamiento y de acción, con entera responsabilidad y conciencia, de modo que los derechos ajenos sean respetados y tenidos en cuenta, sin tentativas de traspasar las fronteras invisibles , pero seguramente conocidas.
La educación en el próximo milenio, será efectuada por el desarrollo tecnológico, repercutiendo, conforme algunos imaginan, en la eliminación del espacio físico de la escuela, del trabajo, hacia un espacio accesiblemente virtual, ese proceso ya viene ocurriendo, en razón de muchos factores. La Escuela deja de ser el edificio donde son administrados los cursos, presentadas las clases y en una visión más profunda, es cualquier lugar donde se procesa el aprendizaje y se difunden los conocimientos.
Gracias a la contribución de la tecnología y la computación, los hogares se transformaran en escuelas productivas, utilizando los recursos virtuales para la ampliación de conocimientos y mayor vivencia de las informaciones, disminuyendo la movilización de los aprendices, que pierden mucho tiempo en los viajes  hacia los núcleos centrales de información escolar.
Para llegar a una Educación en la que se observe y respete la universalización de los derechos, habrá que considerar los valores éticos ejercitados desde los primeros  momentos junto al profesor (educando) ampliándola en dirección de su integridad física, moral, social y económica; esa conducta que el mismo se sienta digno y pase a valorizar a las demás criaturas, teniendo en vista sus conquistas morales y no sus pasiones o los factores circunstanciales de proyección del mundo.
Los profesores enriquecidos por el respeto que la sociedad le debe, adecuada y honradamente remunerados, tendrán oportunidad de actualizarse siempre, no recargándose  de trabajos acumulativos para una sobrevivencia financiera equilibrada, lo que siempre dificulta la atención del compromiso asumido junto al alumno. Liberados  y respetados se sentirán capaces de infundir en las mentes nuevas las directrices de respeto a la universalización de los derechos. No se debe reducir la enseñanza a las clases, es necesario ampliarla en el contacto con la Naturaleza, con visitas a los museos, así que rememorando el pasado, podamos construir mejor futuro, sacando informaciones de la Historia.
Esa lección viva, que nos demuestra que todo pasa, contribuye a su vez a la edificación del futuro que dejará surcos de nobleza y elevación después de transcurrido su tiempo.
Mientras que no tenga el hombre  elementos para discernir, para saber qué hacer y cuando realizarlo, no se le podrá facilitar la libertad, por encontrarse distante de la responsabilidad. Conceder la libertad  sin orientación es condenar al hombre, al desequilibrio generador del libertinaje. Cuando el hombre es inmaduro, el solamente posee instintos  no educados, por tanto, posibles de encaminarlo hacia las pasiones que señalan su nivel evolutivo.
Sócrates se preocupaba en estimular al alumno a encontrar las respuestas para los variados requisitos de la vida, haciéndolo  viajar hacia dentro, con el fin de arrancar el conocimiento  que en el dormía y provenía del mundo  de las ideas, por donde deambulara  antes de vestir el ropaje carnal.
Jesús es el educador por excelencia, a Su vez se valía de sus parábolas  y sobre todo de las lecciones vivas, a fin de que Sus enseñanzas permaneciesen insculpidas en lo intimo del ser de aquellos que Lo escuchaban.
Pestalozzi inauguró la Escuela Nueva, restaurando la dignidad infantil, abriendo espacios  para la Psicología de la infancia, proponiendo  el amor como base  de una buena educación.
El modelo ideal para educar al niño, sintiéndose amado y despierto  hacia el crecimiento interior, es cuando este encuentra en el profesor el guía y amigo para el gran viaje del descubrimiento de la realidad de sí mismo y del mundo en el cual se encuentra.
la religión forma parte de la vida de todos aquellos que creen en Dios y en la inmortalidad. La religión  tiene por meta  producir la religación de la criatura con el Creador. Variando sus métodos y contenidos, los objetivos que  alberga son siempre nobles, pese  que también, siempre sean lógicos y racionales.
Las informaciones deben ser ofrecidas al niño a partir de su nacimiento, dado que en esa fase, el Espíritu aun se encuentra en el proceso  de la reencarnación y registra los acontecimientos que suceden alrededor de su nueva experiencia  con bastante lucidez.
Es en el hogar y en el templo de cada religión, donde  el niño, desde muy temprano, debe recibir instrucciones y orientaciones  sobre las diferentes religiones, así como los esclarecimientos  que le posibiliten distinguir los valores y comportamientos de su prójimo en el mundo de relaciones.
Todo el empeño debe ser realizado por maestros y padres para que la libertad de religión sea preservada y específicamente, cada alumno sea orientado en el hogar y en su núcleo de fe al respecto de la Doctrina espiritual que deberá seguir.
Educar, bajo cualquier aspecto, es conducir con seguridad, libertad y responsabilidad, equipando  al alumno con valores que lo capaciten  para la vida, para la victoria sobre las pasiones disolventes,  preparándolo para los pasos más agigantados de la evolución.
El Estado, no tiene derecho de a intervenir  en la educación religiosa de los ciudadanos en general, porque seria una intromisión violenta en los derechos de la libertad de elección, de la libertad de conciencia.
La meta principal del profesor debe ser la de crear condiciones en el alumno para que pueda vivir con dignidad, resolviendo con sabiduría los problemas que enfrentará en el camino de su evolución. Para ello, el profesor  ha de estar enriquecido  por conocimientos que transmitirá  y embestido de valores morales  que podrán  confirmar  la excelencia del mensaje  educativo que pretende ofrecer a sus alumnos. Sin el ejemplo que se manifiesta por la vivencia equilibrada y saludable, las mejores lecciones pierden su significado profundo para tornarse tan solamente  un conjunto  de informaciones culturales sin sentido práctico de aplicación en lo cotidiano.
La transformación social será realizada mediante la educación. El individuo es el resultado de lo que hizo de sí mismo, de lo que aprendió en el grupo por donde caminó, de la formación educativa que recibió en el hogar, en la Escuela, en la sociedad.
Conjugados esos factores, inevitablemente, tendremos, la transformación de la Humanidad para mejor.
Para lograr despojar al niño de los valores, ideas y creencias enfermizas, y partiendo de que la construcción del hombre  ideal comienza en la educación formal y en la experimental, los padres y maestros deberán trabajar unidos en el mismo ideal de la educación, no transfiriendo para la Escuela toda la responsabilidad  por la formación ética, moral y cultural del niño y del joven.
El hogar y la Escuela son términos de la misma ecuación educativa y solamente cuando esos dos núcleos  de vida estén en sintonía y trabajen unidos es que se podrán mantener los valores elevados, las ideas nobles en consideración y  las creencias en la dignidad humana como base para el progreso individual y general de la sociedad.
Procuremos trabajar el universo infantil con los instrumentos del amor y de la razón, grabando en su interior la certeza de su inmortalidad, tanto como también informarlo y concientizarlo de que es miembro actuante de la familia universal, esto constituye el principal, y urgente  desafío para la educación, que posee valiosos recursos para disolver los canceres del egoísmo, del orgullo, de la prepotencia, generadores de la miseria   de variado orden.


Trabajo realizado por Merchita (mercedes Cruz Reyes).
Extraído del Libro: Actualidad del Pensamiento Espirita, de Divaldo Pereira Franco, por el Espíritu “Vianna de Carvalho”

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