miércoles, 2 de septiembre de 2015

¿ Quienes son nuestros padres ?

                           
                                                    EL LIBRE ALBEDRIO
         

¿Todos los Espíritus pasan por la serie de pruebas del mal para alcanzar el bien? 
- No por la serie de pruebas del mal, sino por la de la ignorancia.

 
121* ¿Por qué ciertos Espíritus han seguido la senda del bien y otros la del mal? 

- ¿No poseen acaso libre albedrío? Dios no creó Espíritus malos, los creó simples e ignorantes, esto es, poseedores de tanta aptitud para el bien como para el mal. Los que son malos han llegado a serlo por su voluntad. 


122. ¿Cómo los Espíritus en su origen, cuando no tienen todavía conciencia de sí mismos, pueden poseer la libertad de escoger entre el bien y el mal? ¿Hay en ellos un principio o tendencia que les lleva más bien en una dirección que en la otra?

- El libre arbitrio se desarrolla conforme el Espíritu va adquiriendo conciencia de sí mismo. No existiría libertad si la elección fuese determinada por una causa independiente de la voluntad del Espíritu. La causa no está en él, sino fuera de él, residiendo en las influencias a que cede en virtud de su voluntad libre. Se trata de la gran alegoría de la caída del hombre y del pecado original: unos cedieron a la tentación, otros resistieron… 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS


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             MUERTE QUE NO ES MUERTE

Hermana mía: Vas a morir, vas a dejar esta valle de la grimas, este infecundo arenal donde has caminado algunos lustros sin encontrar un árbol que te prestara sombra, ni una fuente que calmara tu sed. ¡Pobre mártir...!
Hace diez años que te vi por primera vez: entonces eras joven, simpática y graciosa; en, tus ojos irradiaba la espe­ranza, tus labios sonreían, tus mejillas tenían el color de la rosa en capullo, tus rubios cabellos coronaban tu frente, tu talle gentil se inclinaba con elegante abandono.
La juventud te brindaba sus sueños de oro, y llena de actividad trabajabas incansable, esperando mañana estar mejor.
Pero llegó un día en que la miseria se presentó en tu hogar, y desató los dulces lazos de la familia: tu padre y tus hermanos dejaron su nido y huyeron a la desbandada, como las errantes golondrinas; tú te quedaste sola. ¡Pobre Termina...!
Laboriosa por excelencia, seguiste buscando en la reina del trabajo los filones de la tranquila medianía; pero vino un momento que sentiste frío, hambre y sed, tus labios secos se humedecieron con la sangre que arrojaba tu pecho, tus ateridos miembros sintieron el calor de la fiebre, y no tuviste ni el más duro lecho donde reclinar tu marchita sien.
La aurora del bien apareció: un hombre fijó su mirada en ti y murmuró en tu oído una palabra de amor; más tarde te dio su nombre y encontraste en los brazos de tu esposo el cariño de un hermano, la condescendencia de una madre y el delirio de un amante.
¡Eras feliz! En tus labios pálidos se dibujó una sonrisa, y en tus tristes ojos brilló la alegría.
No te ofreció la. opulencia su lujo superfluo, pero la humilde medianía te prestó abrigo.
Pasó algún tiempo y tu cuerpo débil se inclinó de nuevo y no pudiste dejar tu lecho; sin embargo, entonces no estuviste sola, tenias a tu esposo que constantemente te acompañaba, y que a fuerza de cuidados y de ternura, te quería arrebatar de los brazo, de la muerte.
Si la solicitud y el tierno afán tuvieran podrir suficiente para detenernos en este mundo, tu vida se prolongaría como la de los antiguos patriarcas; pero tu misión, se ha cumplido y vas a recibir el premio en otra región mejor.
¡Dichosa tu! .Si algo envidio en este mundo, es tu modo de morir.
Cuando estoy a tu lado en tu pequeña casita y te contemplo dulce y melancólica, sentada al lado de tu marido, que te mira con la mas santa compasión; cuando te veo lejos de esta engañosa sociedad sin que una mirada indiscreta profane tu santa agonía, sin que tu pensamiento se fije en el mañana, ni la más leve ansiedad fatigue tu delicado organismo; cuando te veo morir con tanta paz, no puedo menos que repetir estos dos versos de Ayala:
¡Oh, cuan dulce es morir como tú mueres!
¡Oh, cuán triste es vivir como yo vivo!»
Tú has encontrado, amiga mía., el único goce que existe en la tierra: un alma se ha identificado con la tuya y habéis formado un solo ser, y antes que el huracán de las pasiones se desencadene, antes que la fatalidad, bajo la forma de una mujer joven y bella para dejarle un agradable recuerdo, y tu espíritu, que lentamente va dejando la envoltura corporal, sin perturbación, sin agonía, entrará en las desconocidas regiones del infinito, consagrando a los seres que té amaron aquí, una tierna predilección.
Tú no eres espiritista, y cuando yo te hablo del Espiritismo te sonríes con incredulidad, pero como el amor hace prodigios, y en un ser tan bueno como tú, mucho más, cuando yo te digo que velarás por él, que estarás a su lado, que enjugarás su llanto y que llegará un día que hablarás con él, cuando yo te pinto la eternidad de los efectos, entonces, ¡oh! entonces quieres creer en el Espiritismo. ¡Qué ciego no desea ver!
Fermina mía, para tu adelanto futuro te es necesario qué fijes tu pensamiento en el más allá; no en el cielo ni en el fabuloso infierno; no; sino en esa vida eterna, progre­siva, ascendente; en esa perfección que nunca acaba: es preciso que borres del tiempo las tres etapas de ayer, hoy y mañana; el tiempo, Es, no Fue ni Será. Es siempre inmutable, fijo y eterno.
Aprovecha los pocos días que te quedan de estar aquí; analiza, juzga y compara, y verás que los mundos se enca­denan, y las generaciones son sus eslabones; que lo que aquí principia tiene su desenlace en otro planeta, y que lo que aquí acaba comenzó en otra nebulosa; que la familia humana conocida con los nombres de padres, hijos, hermanos y esposos, es mucho más dilatada, y sus antecesores se pierden en la noche de los tiempos.
¡Ay! Si yo pudiera inculcar en tu pensamiento las ideas del infinito, si yo te pudiera hacer comprender algo de la vida en la verdadera acepción de la palabra, sería aún mas dulce tu agonía; y no dirías con tristeza: ¡Adiós, Amalia!, me dirías sencillamente: Hasta luego.
Alejandro Dumas (padre) decía, contemplando el cadáver, de Lamartine, que envidiaba a los hombres que le decían a un muerto hasta la vista, porque él no podía decirle más que adiós.
Yo también decía antes lo que el novelista francés. Este mundo, ¿que da? nada por nada. Hoy soy más dichosa, porque puedo decir que este mundo nos da todo.
Adiós, Fermina: Si estas líneas logran fijar tu atención, y si por una vaga curiosidad me dices con algún interés: explícame el Espiritismo. , yo creo que entonces seré médium inspirado, y espíritus superiores me comunicarán sus pen­samientos, y serán más tranquilos tus últimos días en la tierra.
El cariño más tierno y la compasión más sincera, me impelen a dedicarte estas pobres páginas, muy pequeñas, en la forma, pero grandes, inmensas en su fondo, porque las inspira el amor y la fe.

Ramos de Violetas
Amalia Domingo Soler

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Paz y felicidad

( JOANNA DE ÁNGELIS) 

...La mayor fuerza que existe en el universo, el amor, es la presencia de Dios que actúa favorablemente, impulsando todas las acciones hacia el ideal supre­mo: ¡la perfección!

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LOS SANOS NO TIENEN NECESIDAD DE MÉDICOS

Según el espiritismo todos los seres inteligentes unidos a cuerpos materiales constituyen la humanidad que puebla la tierra y otras esferas habitadas, separados del cuerpo constituyen  el mundo espiritual que pueblan los espacios. Dios creó al ser perfectible; les  dio como objetivo la perfección  y la felicidad que es su consecuencia. Pero, no les dio la perfección, esta quiso Dios que la debiese al fruto de su trabajo personal, para así tener el hombre el mérito de ella.

El hombre desde que es creado progresa ya sea en estado de encarnado, ya sea en Espíritu. Desde el embrión del ser inteligente hasta que se llega a ser ángel, hay una cadena no interrumpida, de la cual, cada eslabón señala un grado de progreso.

Resulta de esto que existen espíritus en todos los grados de adelantamiento moral e intelectual, según estén en lo alto, en lo bajo o en medio de la escala. En consecuencia los hay en todos los grados de saber y de ignorancia, de bondad y de maldad.

En el grado inferior los hay que están profundamente inclinados al mal y que en el se complacen. Se les pueden llamar demonios, si se quiere por que son capaces de todas las acciones feas atribuidas a estos últimos.

El espiritismo no les da ese nombre por que se liga a la idea de demonio, la idea de seres distintos de la humanidad, de una naturaleza perversa, dedicados al mal eternamente e incapaces de progresar en el bien.

Y el espiritismo dice: que son espíritus imperfectos, pero que se mejoraran; están aun en la base de la escala y subirán.
Los que por su indiferencia, su negligencia, su obstinación y su mala voluntad permanecen largo tiempo en los puestos inferiores llevan consigo la pena, y él habito del mal les hace más difícil salir de el; Pero  llega un tiempo que se cansan de esa existencia penosa y de los sufrimientos que son su consecuencia; entonces  es cuando; al comparar su situación con la de los buenos espíritus, comprenden que su interés esta en el bien y procuran mejorarse pero lo hacen por su propia voluntad y sin ser constreñidos a eso.

Están sometidos a la ley de progreso por su actitud para progresar, mas no progresan a pesar de ellos. Dios les suministra, sin cesar, los medios pero son libres de aprovecharse de estos o no.

Dios no coloca a nadie en el primer puesto por privilegio, el primer rango esta abierto a todos, pero solo se llega a el por los esfuerzos. Los ángeles mas  elevados conquistaron su grado, como los otros, pasando por la ruta común. De toda la eternidad hay espíritus para satisfacer a todas las necesidades del gobierno del universo.

Todos los seres inteligentes son de una sola especie, tienen un mismo punto de partida, la misma ruta que recorrer y que todos se elevan por sus propios méritos, esto responde a la justicia de Dios.

Hoy en día habiendo observaciones rigurosas y estudios experimentales, han hecho la luz sobre la naturaleza de los espíritus, su origen y su destino, su papel en el Universo y su modo de acción, la cuestión se resuelve por los hechos.

Las doctrinas sobre el demonio que han prevalecido durante mucho tiempo, han exagerado su poder, por decirlo así, habían hecho olvidar a Dios, por todas partes aparecía Satanás; las mejores cosas, los descubrimientos más útiles, sobre todo aquellos que podrían sacar al hombre de la ignorancia y ensanchar él circulo de sus ideas, fueron vistos como obras diabólicas.

Los fenómenos espiritas, mas multiplicados y observados hoy en día con las luces de la razón  y los datos de la ciencia han confirmado la intervención de fuerzas ocultas pero siempre actuando dentro de los limites de las leyes de la Naturaleza y revelando, por su acción, una nueva fuerza y leyes desconocidas hasta ahora.

La cuestión se reduce, pues, a saber de que orden son esas inteligencias. Mientras no hubo, sobre el mundo espiritual sino nociones inciertas o sistemáticas, se pudo engañar; pero hoy cuando observaciones rigurosas y estudios experimentales han hecho la luz sobre la Naturaleza de los Espíritus, su origen y su destino, su papel  en el Universo y su modo de acción, la cuestión se resuelve por los hechos.

Ahora se sabe que son las almas de aquellos que vivieron sobre la tierra. Se sabe también que las diversas categorías de Espíritus, buenos y malos, no constituyen seres de diferente especie, sino que señalan grados diversos de adelantamiento.

La iglesia no ha variado mantiene sus viejas creencias de los demonios. Mientras la humanidad avanza, ella se aferra a los viejos hábitos y llegara un momento que será invadida por la incredulidad.

Jesús vino a la tierra para iluminar el camino a los hombres, Él conocía su misión y en todo momento  El se ocupo de enseñar al hombre, aunque este al principio en su estado atrasado, desviasen el verdadero sentido de sus palabras, pero hoy en día conforme el hombre ha ido avanzando mas claras se aparecen y mejor se comprenden.

Jesús aconseja a los hombres de buena voluntad la necesidad de volver la vista atrás y ayudar a su hermano y pobre de nosotros si no lo hacemos así, pues toda nuestra labor no nos valdrá para nada, siempre sentiremos la voz de nuestras conciencias acusándonos, si no podemos con nuestras palabras llegar a los corazones endurecidos, hemos de tratar de hacerlo con nuestro ejemplo, la conducta correcta y el cambio de nuestra manera de proceder si fuera equivocada, les podría ayudar, pues la mayoría de las veces somos observados y nuestro ejemplo les pueden hacer variar de actitud.

No podemos quedarnos, parados ni un instante, hemos de animar a nuestro Espíritu, para que azote el cuerpo material que nos sirve en nuestra existencia para que nuestra fe no desfallezca. De nuestra alegría y perseverancia en el bien ha de brotar un fruto y este hoy quizás no lo veamos, pero si lo valoraremos en él mas Allá, nos veremos menos egoístas por que habremos trabajado no solo en el bien nuestro y para lograr el progreso, sino que con nuestro ejemplo otros se han decidido y han tratado de imitarnos.

Tengamos siempre presente las palabras de Jesús, no despreciemos nunca a nadie, según nuestros cálculos ese que nos desagrada puede ser muy retrasado para nosotros pero cuando Dios lo pone en nuestro camino es por algo, y mayor será la humillación en la verdadera vida cuando le veamos con los ojos de la realidad, que en la vida material cuando por vanidad le decimos  ¿quien  te ha creído tu que eres para venir conmigo’?.

No dudemos que la peor enfermedad es la que posee el alma, esta nos acompaña aun después de haber dejado el cuerpo material, la diferencia es que en la otra vida no podemos disimularla, los orgullosos, envidiosos, egoístas perversos etc., no pueden esconderse y a pesar de intentar por todos los medios de quitarse el sufrimiento que esta s debilidades les ocasionan no pueden hasta que no se regeneran y vencen con su fuerza y tesón estas inclinaciones.

En tiempo de Jesús la palabra “diablo” era comprendida en su significado real. El sentido exacto era el adversario del bien, todos los hombres de vida perversa, que contrariaban los propósitos de la existencia pura.

Cuando los pobres obsesados dejaban escapar un suspiro de alivio, Tadeo volvía los ojos a Jesús, maravillado de sus actos. Cierto día en que Jesús no hacia acto de presencia fue traída una pobre demente para que Tadeo, anulase la actuación de los espíritus perturbadores que la subyugaban; a pesar de todos los esfuerzos de su buena voluntad, Tadeo no consiguió modificar la situación.

Solo en el día inmediato, en la consoladora presencia del Mesías, fue posible a la infeliz demente recuperar el control de sí misma. Tadeo triste se preguntaba ¿por qué razón el Maestro, no le transmitía, automáticamente, el poder de expulsar a los demonios?

Torturado por esas graves preocupaciones y soñando con posibilidades maravillosas él procuro encontrarse con el Señor con el fin de exponerle con humildad sus ideas intimas.

En una noche tranquila y después de sus ponderaciones, Jesús sé dirigió a Tadeo y en tono austero le pregunto:

Tadeo, ¿Cual es el principal objetivo de las actividades de tu vida?

 Y el discípulo inspirado respondió con sinceridad:

._Maestro, procuro realizar el reino de Dios en el corazón
._ Si deseas semejante realidad ¿por qué la reclamas en primer lugar en el adversario? ¡Si deseamos llegar al infinito de la sabiduría y del amor en nuestro Padre, se hace necesario e indispensable que reconozcamos que todos somos hermanos en el mismo camino!

._Señor ¿los espíritus del mal son también nuestros hermanos?- inquirió admirado el apóstol.

Toda la creación es de Dios; los que visten la túnica del mal envergaran un día la redención por el bien. El que sigue el Evangelio no debe combatir a su hermano; como Dios no entra nunca en lucha con sus hijos.

El hombre no tiene sustancia de amor más sublime y más fuerte que la de su corazón paternal. Y Jesús dijo a Tadeo que no olvidara el buen combate jamás. Si alguien te convoca a la ingrata labor de la mala semilla, no desdeñar a la buena lucha por la victoria del bien, aprovechando la posición difícil como sagrada oportunidad para revelar la fidelidad a Dios.

Abracemos siempre a nuestros hermanos. Si el adversario del reino nos provoca al esclarecimiento de toda la verdad, no despreciemos  la hora  de trabajar por la victoria de la luz; pero sigamos atentos a nuestros deberes, pues Dios no abandona sus actividades divinas para imponer la renovación moral a los hijos ingratos que se revelaron en su casa.

Si el mundo parece poblarse de sombras es preciso reconocer que las leyes de Dios son siempre las mismas, en todas las latitudes de la vida.

No debemos pararnos en la mitad del camino. Los enemigos del reino de Dios se empeñan en sangrientas batallas, padecen en el infierno de las ambiciones sin limites, lanzan la persecución contra la verdad pero para combatir todo esto el hombre de bien no debe olvidar su propio trabajo, caminar para Dios pues tienen consigo la verdad pero para combatir todo esto el hombre de bien no debe olvidar su propio trabajo, caminar para Dios pues tiene consigo la verdad Divina que el mundo nunca podrá robarle.

Los grandes patrimonios de la vida no pertenecen a las fuerzas de la Tierra sino a las del Cielo, Dios solo nos pedirá cuentas,  por el mundo interior que pertenece a uno mismo. No obstante, es natural que seamos inquiridos acerca de los trabajos que nos fueron confiados, es justo que se pida cuenta por lo que fue hecho con los padres, los hijos, con la compañera y con los hermanos.

Aceptemos la lucha, siempre que seamos juzgados dignos de ella y no olvidemos en todas las circunstancias que construir es siempre lo mejor. Tadeo admirado pregunta al Maestro si no debían convocar al buen camino a los malhechores, exteriorizando sus sentimientos de piedad.

Jesús le respondió que debía aceptar la lucha como el Padre nos la envía y que a cada día basta su trabajo.

No debemos provocar las manifestaciones de los que se complacen en las tinieblas. El adversario es siempre un necesitado que comparece al banquete de nuestras alegrías y por eso aunque no lo hayamos convocado, invitando solo a los afligidos, a los simples y a los de buena voluntad, no debemos cerrarles las puertas de nuestro corazón, encarando su manifestación como una oportunidad de trabajo, de la que Dios nos juzga dignos.

Tadeo pregunto de nuevo:

Señor vuestras palabras son siempre sabias, ¿de qué necesitare para alejar las entidades de la sombra, cuando su imperio se establezca en las almas?..

Jesús respondió: - necesitas de la edificación del reino en el interior de tu Espíritu, siendo este el objetivo de tu vida. Solo la luz del amor Divino es bastante fuerte para convertir un alma a la verdad. Nadie se ha convertido con las disertaciones filosóficas, son un fácil recurso de la indiferencia o una túnica brillante cubriendo necesidades penosas.

El reino de Dios es la Divina edificación de la luz. Y la luz ilumina dispensando los largos discursos. Nadie puede ofrecer a otros aquello que aun no posea en el corazón.

¡ Ve trabaja sin cesar por tu gran victoria. Cuida de ti mismo y ama a tu prójimo sin olvidar que Dios cuida de todos.

Tadeo guardan las enseñanzas de Jesús para en el futuro sacar él más elevado provecho de ellas.

Y al día siguiente frente a la comunidad de sus seguidores, destaco, la necesidad de que cada uno se debe entregar al esfuerzo silencioso de su propia edificación evangélica y Jesús esclareció a sus sinceros apóstoles, como se cuenta en la narración de Lucas: - voy a volver a la casa de donde he salido; y al llegar a ella, la encuentra barrida y arreglada. Después, se marcha y lleva consigo más siete espíritus peores que él, y penetra, para fijar allí su morada; así la situación última de aquel hombre viene a ser peor que la anterior.

Entonces todos debemos comprender que no basta enseñar el camino de la verdad y del bien a los espíritus perturbados y malhechores, sino que, además, es indispensable que cada uno edifique la fortaleza luminosa y sagrada del reino de Dios, dentro de uno mismo.
Dice nuestra querida Amalia Domingo Soler que no hay duda de que los espíritus intervienen en nuestras existencias, pero no solo los malos e impíos, sino también los buenos y justos, los educadores y benefactores.

Dios no se violenta con sus hijos, el libre albedrío del hombre es siempre respetado, pudiendo escoger moral y psíquicamente las compañías espirituales que le complazcan por medio de su propia conducta.

Las leyes de sintonía.- semejante, con semejante- establecen los vínculos automáticos de quienes, encarnados o no, se identifican, atrayéndose o repeliéndose en razón de las afinidades fluidificas.

Los enemigos desencarnados intentan por todos los medios perjudicar a aquellos de quienes se convirtieron en enemigos, pero para que logren su intento, necesitan encontrar respaldo vibratorio en sus víctimas pues de lo contrario nada consiguen.

La Divinidad no necesita de justicieros que tomen las leyes en sus manos para que estas se cumplan. Hay mecanismos de regularización que siempre alcanzan a los deudores por medio del amor o del dolor, no es justo transferir a los espíritus la responsabilidad moral de los fracasos, culpándolos por la mala suerte, por los accidentes y malestares etc.

Cuando sucumbamos bajo una acción destructiva, proyectada y conseguida por los espíritus malos, no se debe culpar a ellos sino a uno mismo ya que se es responsable por haber ofrecido receptividad a sus ideas perturbadoras, que deberían ser rechazadas con las fuerzas morales, antídoto natural contra todas las influencias perniciosas.

El espiritismo es la doctrina que impulsa a sus adeptos al perfeccionamiento moral para evitar que estos dejen, por el camino recorrido, huellas negativas de su marcha, pues conscientes de todas sus responsabilidades especialmente de aquellas de naturaleza moral, que se amplían en razón de sus continuas conquistas rumbo a la liberación total de los atavismos inferiores, de los instintos primitivos, les permite la conquista de la intuición, que es el paso inmediatamente superior de la razón, para alcanzar la sabiduría: la culminación del amor y del conocimiento.

Dichosos los que se reúnen en nombre del Señor para aprender su enseñanzas Evangélicas, pero más feliz es aquel que las grava en su corazón y procura llevarlas a la practica.

Fijemos ese reino de luz y hagámoslo nuestro principal objetivo, estemos atentos y vigilando para que sepamos rechazar todo aquel que intente alejarnos del camino que nos ha de llevar a la verdadera vida la del espíritu.

- Merchita -
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     COMIENZA POR TÍ MISMO   
 
Mercy Ingaro

Ninguno de nosotros somos tan perfectos que podemos tener derecho a criticar, ni a juzgar a nadie.
Ninguno de nosotros hemos caminado dentro de los zapatos de los demás, no hemos tenido las mismas experiencias, no hemos conocido a las mismas personas, no hemos sido tratado de la misma forma, por lo tanto no podemos comprender el porque algunas personas actúan como lo hacen, solo podemos tratar de mejorarnos a nosotros mismos, empezando por no criticar ni juzgar a nuestro prójimo.

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                  ¿Quienes son nuestros padres?

Cuando abrimos los ojos, en este mundo, vemos inclinados sobre nuestra cuna, dos personas especiales: nuestro padre y nuestra madre.
En los primeros años nos sentimos dependientes de ellos. Y, el simple hecho de que nos estén mirando, es una seguridad para nosotros.
Así, aprendemos a andar, amparados por sus brazos. Nuestras heridas recibieron curación y besos.
Aprendemos a andar en bicicleta, a enfrentarnos con las olas del mar, con las aguas de la piscina.
Sus manos nos condujeron a la escuela y cuando fuimos allí dejados por primera vez, pareció que algo se nos rompía  por dentro.
¿Estaríamos siendo abandonados?
Sin embargo, al final del día, regresábamos al hogar y aprendíamos que la escuela era solamente un lugar para estar  algunas horas.
Era un lugar para aprender, para hacer amigos, para crecer.
Pero siempre había un lugar para volver: nuestro hogar. El amparo de la familia, la seguridad paterna, el cariño materno.
A medida que los años fueron sumándose, dejamos de ser dependientes. Andamos con nuestros pies, actuamos con nuestra voluntad, alzamos vuelos más altos, o rasos.
Y, algunos de nosotros, pasamos a ver a los padres de manera diferente. ¿Quienes son ellos para desear comandar nuestra vida?
¿Quienes son ellos para decir lo que debemos o no debemos hacer?
¿Quienes son?
Nuestros padres son Espíritus que, casi siempre, guardan relaciones afectivas con nosotros, de larga fecha. Amigos que aceptan recibirnos como hijos, deseando acortar distancias entre nosotros y el progreso.
Espíritus que se disponen a  ofrecernos  un cuerpo, a protegernos, a amarnos.
Excepciones existen, es verdad. Espíritus no tan amigos que se reencuentran en la labor doméstica para ajustes de un  pretérito algo nebuloso.
Aún así, se nos moldearon un cuerpo, permitiéndonos la reentrada en el mundo carnal, y por eso, les debemos ser gratos.
Pero, si desean saber a donde vamos, con quien vamos, en esos tiempos de tanta violencia, es porque   se preocupan por nosotros.
Si nos establecen horarios para el regreso al hogar, si nos buscan cuando tardamos mucho, es porque nuestra seguridad les preocupa.
Si insisten con nosotros para que estudiemos más, para que nos esforcemos más, es porque, tienen más experiencia por la madurez que nosotros todavía no tenemos y desean vernos subir peldaños de éxito.
Si nos imponen disciplina, si nos exigen actitudes comedidas, es porque desean colaborar con nuestro progreso.
Para eso, Dios nos confió a su guardia.
Es porque ese compromiso está registrado en su memoria espiritual, tanto cuanto por los lazos de afecto que nos unen, ellos se dedican a nosotros.
Pensemos en eso y antes de quejarnos tanto, miremos a nuestros padres con gratitud.
Vivamos con ellos lo mejor posible. Al final, no estarán siempre con nosotros.
Es posible que luego  ellos se transfieran para la espiritualidad antes que nosotros, una vez cumplida su misión.
Vivamos disfrutando lo mejor de su compañía, de su sabiduría, de sus cariños.
Mañana, cuando ya no estén más con nosotros, tendremos dulces recuerdos de ellos para alimentar nuestra nostalgia.
Redacción del Momento Espírita.
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