lunes, 31 de agosto de 2015

Guía de la esobsesión


         ESPÍRITUS SECUNDARIOS.

Considerarnos en este grupo, aquellos que, habiendo pasado ya la fase primaria, no se han desarrollado aún lo suficiente para ser ya libres; por lo que están dominados por las pasiones inferiores. Estos inferiores
en el orden moral, al desencarnar, quedan apegados a los ambientes donde han vivido. 
Pero, como el sufrimiento no es eterno, porque ello sería contrario AL AMOR INFINITO DEL CREADOR, QUE AMA A TODAS SUS CRIATURAS SIN EXCEPCIÓN (de lo contrario no sería amor infinito, sería limitado); llega un momento en que el alma humana obsesionada y ciega, pero cansada ya de tanto sufrir, recibe la Luz y su mente se abre a la comprensión del error en que ha vivido. Comienza, entonces, el arrepentimiento y clama al Cielo, humilde y arrepentida. Y este clamor del alma arrepentida, que cual onda telepática avanza en el espacio, es captada, percibida por seres superiores, bienhechores espirituales que, vibrando en amor, responden a su llamado. Comienza entonces la operación rescate, que aquí no podemos describir; llevada a centros de rehabilitación que existen en esa otra dimensión (Astral), a fin de prepararla y orientarla en el servicio de auxilio a los que sufren, a la vez que recibe enseñanzas (ésta en grupos) y preparación, para su vuelta a la vida física para redimir su pasado delictuoso.
Después de un período de preparación, que varía según el caso, llega al fin el momento ansiado, y comienzan los preparativos para una nueva encarnación, en concordancia con la naturaleza de la expiación o karma. Y aquí actúan espíritus superiores, con gran poder magnético, cuya misión es condicionar el molde fluídico del reencarnante, en concordancia con su karma o expiación.

Sebastián de Arauco.


                                            ************************

     
                                               .CARIDAD

Hijos, en verdad, otra virtud no existe más bella
Todos los dones de la vida, enmarcándola, palidecen como las llamas terrenas cuando el sol aparece victorioso.
Desde la antigüedad, la ciencia y la filosofía erigen a la propia exaltación gloriosos monumentos que se transforman en cenizas, a fin de que ellas  mismas se renueven
En todos los tiempos, la autoridad y el poder hacen guerra que topan en la tumba, entre sombras y lamentación.
Solo la Caridad, hija del Amor Celeste, es invariable.
Con ella, descendió Nuestro Jesucristo a las tiniebla humana y, abrazando a los débiles, enfermos, los vencidos y despreciados, levanto los alicientes del 
Reino de Dios que las Fuerzas del Bien en la Tierra aún están construyendo.
¡Venid, pues, a la Siembra del Evangelio, trazando en el corazón la piedad
fraternal que todo comprende y todo perdona!…
¡Encendemos la flama de la caridad cuando oramos!
En nuestras casas de socorro espiritual, nos hallamos cercados por todos los tipos de sufrimiento, mientras nos damos a la oración… que provienen de tristes almas desencarnadas que cargan consigo las oscuras raíces de ilusión y delincuencia con las que se prendieron en la retaguardia…
Son las filas atormentadas de aquellos que traficaron con el altar , que vendieron la conciencia en los tribunales de la justicia, que mercadean con los títulos respetables, que menospreciaron la bendición del hogar, que presumieron sobre el amor, que hicieron del cuerpo físico una puerta para el vicio, que se rindieron a las sugestiones de las tinieblas alimentándose de venganza, que hicieron de la violencia una lección habitual de conducta, que acreditaron en la fuerza sobre el derecho, que se desmadraron en el crimen, que sepultaron la mente en pantanos de usura y que se abandonaron, inermes, a la ociosidad, a la perturbación, a la perversidad y a la muerte moral…
Para todos esos corazones encarcelados en la sombra expiatoria, es indispensable sepamos traer, en nombre de Cristo, la llama sacrosanta del 
amor que ilumina y salva, esclarece y primorea…
Innegablemente, mientras en la carne, no conseguís analizar la extensión de las conciencias en desequilibrio que se nos aproximan en las oraciones, como sedientos en torno a una fuente…
Vivís, provisoriamente, la condición del manantial incapaz de saber cuan largo es el camino de la propia corriente en la regeneración del desierto.
Nos cabe, así, el más amplio esfuerzo para que la caridad persista en nuestros pensamientos, palabras y acciones, por cuanto es imprescindible avivarla también cuando actuamos.
En el círculo doméstico en la vida pública, tanto como en todos los dominios de vuestra actuación en las lides terrestres, sois igualmente enfrentados por los compañeros en desajustes que, como nos acontece a todos, ansían por el erguimiento y restauración.
Hagamos caridad para con todos aquellos que nos rodean… Para con los felices que no saben medir la propia ventura y para con los infortunados que no pueden aun comprender el valor de la prueba que los golpea, para con los jóvenes y viejos, niños y enfermos, amigos y adversarios…
Cultivémosla en todas partes… Caridad que sepa renunciar a favor del otro, que se calle ayudando en silencio, y que se humille, sobretodo, a fin de que el desespero no domine los corazones que pretendemos amar…
Todos en la Tierra suspiran por lo mejor.
La mujer que ves, excesivamente adornada, muchas veces trae el corazón llagado por la angustia.
El hombre que surge, señalado por la riqueza terrestre, casi siempre es portador de un volcán en el cráneo entontecido.
La juventud espera orientación, la vejez pide amparo.
¡Donde estuvierais, no condenéis!
El lodo de la miseria nace en el charco de la ignorancia en cuyos lazos viscosos la liviandad aún se agarra.
Nosotros, sin embargo, que ya conocemos la lección del Señor, dotados que fuimos por su bendición, podemos abreviar el camino para la gran liberación, desde que la caridad brille con nosotros, disipando la sombra y aliviando el sufrimiento.
Es así que os incitamos a la más intensa procura de Jesús para que Él esté en nosotros, una vez que es solamente en el Espíritu Divino de Jesús que conseguiremos vencer la dominación de las tinieblas, extendiendo en el mundo el imperio silencioso de la caridad, por victoriosa luz del Cielo.

Chico Xavier (médium)
José Silverio Horta (espíritu)

                                                                 ******************************


ACUSACIONES DE LA IGLESIA 

CONTRA EL ESPIRITISMO. 

Las acusaciones lanzadas por la iglesia contra 1a práctica de las evocaciones no conciernen, pues, al Espiritismo, puesto que se dirigen principalmente contra las operaciones de la magia con la cual no tiene ninguna relación. Puesto que condena en estas operaciones lo que ella misma condena, puesto que no atribuye a los buenos espíritus un papel indigno de ellos, y puesto que, en fin, declara que no pide ni quiere obtener nada sin el permiso de Dios. 
No hay duda de que puede haber personas que abusen de las evocaciones, que hagan de ello un pasatiempo y diversión y que las aparten de su fin providencial para emplearlas en pro de sus intereses personales, que por ignorancia, ligereza, orgullo o concupiscencia, se separen de los verdaderos principios de la doctrina. 
Pero el Espiritismo formal desaprueba esto, así como desaprueba la religión los falsos 
devotos y los excesos del fanatismo. No era, pues, lógico ni equitativo imputar al Espiritismo en general los abusos que condena, o las faltas de los que no lo comprenden. Antes de formular una acusación, es preciso ver si es justa. Diremos, pues, que la reprobación de la iglesia se dirige a los charlatanes, a los explotadores, a las prácticas de la magia y de la hechicería, y en esto tiene razón. 
Cuando la crítica religiosa o escéptica señala los abusos y vitupera el charlatanismo, hace resaltar mejor la pureza de la sana doctrina, ayudándola de este modo a desembarazarse de la escoria. Y con esto facilita nuestra tarea. Su error está en confundir el bien y el mal, por ignorancia del mayor número y por mala fe de algunos. Pero la distinción que ella no hace, la hacen otros. En todos los casos su censura, a la cual se asocia todo espíritu sincero en el límite de lo que se aplica al mal, no puede alcanzar a la doctrina. 
16. “Los seres misteriosos que se presentan del mismo modo al primer llamamiento del 
herético y del impío como al del fiel, del crimen como de la inocencia, no son los enviados de Dios, ni los apóstoles de la verdad, sino los secuaces del error y del infierno.” 
¡Tenemos que al herético, al impío y al criminal, Dios no permite que vayan los buenos 
espíritus a sacarles del error para salvarles de la perdición eterna! ¡No les envía sino los secuaces del infierno, para hundirles más en el fango! ¡Más aún, no envía a la inocencia sino seres perversos para pervertirla! ¿No se encuentra, pues, entre los ángeles, entre esas criaturas privilegiadas de Dios, ningún ser lo bastante compasivo para acudir en auxilio de esas almas perdidas? ¿Para qué las brillantes cualidades de que están dotados, si no sirven más que para sus goces personales? ¿Son realmente buenos, si en medio de las delicias de la contemplación ven a esas almas en el camino del infierno y no corren a salvarlas? 
¿Acaso no es ésta la imagen del rico egoísta, que teniendo hasta lo superfluo, deja sin piedad que el pobre muera en la puerta de su casa? ¿No es esto el egoísmo que se erige en virtud y pretende elevarse hasta los pies del Eterno? 
¿Os maravilláis de que los buenos espíritus vayan al herético y al impío? ¿Olvidáis, acaso, 
esta parábola de Cristo: “El que está sano no tiene necesidad de médico”? ¿Os empeñáis en no ver las cosas desde un punto más elevado que los fariseos de su tiempo? ¿Y vosotros mismos, si fuerais llamados por un incrédulo, dejaríais de ir a él para ponerle en el buen camino? Los buenos espíritus hacen, pues, lo que vosotros haríais: van al impío a decirle buenas palabras. En lugar de anatematizar las comunicaciones de ultratumba, bendecid los caminos del Señor, maravillaos de su omnipotencia y bondad infinita. 
17. Hay, se dice, ángeles guardianes. Pero cuando no pueden hacerse oír por la voz 
misteriosa de la conciencia o la inspiración, ¿por qué no se emplean medios de acción más directos y más materiales que puedan afectar los sentidos, puesto que los hay? ¿Dios pone, pues, estos medios, que son obra suya, porque todo proviene de Él y nada sucede sin su permiso, a disposición únicamente de los malos espíritus, mientras que impide a los buenos servirse de ellos? De esto se deduce que Dios concede a los demonios más facilidad para perder a los hombres que no a los ángeles guardianes para salvarles. 
Pues bien, lo que los ángeles guardianes no pueden hacer, según la iglesia, lo hacen los 
demonios. Con ayuda de estas mismas comunicaciones llamadas infernales, vuelven a Dios a los que renegaban de Él, y al bien a los que estaban sumergidos en el mal. Nos dan el extraño espectáculo de millones de hombres que creen en Dios por el poder del diablo, siendo así que 1a iglesia había sido impotente para convertirlos. ¡Cuántos hombres que no oraban jamás, oran hoy con fervor, gracias a las instrucciones de esos mismos demonios! ¡Cuántos vemos que de orgullosos, egoístas y silenciosos, han venido a ser humildes, caritativos y menos sensuales! ¡Y se dirá que es obra de los demonios! Si así fuera, es necesario convenir en que el demonio les ha prestado un gran servicio y les ha asistido mejor que los ángeles. Es preciso formarse muy pobre opinión del juicio de los hombres en este siglo para creer que pudiesen aceptar a ciegas tales ideas. 
Una religión que de semejante doctrina hace su piedra angular y se declara minada por su base si le quitan sin piedad sus demonios, su infierno, sus penas eternas y su Dios, es una religión que se suicida. 
Allan Kardec.


                                                 *******************************


GUÍA DE LA DESOBSESIÓN
J. Herculano Pires

1 – Al despertar, di a ti mismo: Dios me concede otro día más,para experiencias y aprendizaje. Haciendo es como se aprende. Voy a aprovecharlo. Dios me ayuda. (Repítelo varias veces, procurando mantener estas palabras en la memoria. Repítelas durante el día).
 2 – Comprende que la obsesión es un estado de sintonía entre tu mente y otras mentes desequilibradas. Corta esa sintonía ligándote a pensamientos buenos y alegres. Procura repeler las ideas malas.
Comprende que tú has nacido para ser bueno y normal. Las malas ideas y las malas inclinaciones existen para que puedas vencerlas,nunca para que te entregues.
3 – Cambia tu modo de encarar a tus semejantes. En esencia, somos todos iguales. Si el otro está irritado, no entres en su irritación.
Ayúdale a reequilibrarse, tratándolo con bondad. La irritación es sintonía de obsesión. No te dejes envolver por la obsesión del otro. No lo consideres agresivo. Ciertamente él está siendo agredido y  reacciona equivocadamente contra los demás. Ayúdale, y también
serás ayudado.
 4 – Vigila tus sentimientos, pensamientos y palabras en las relaciones con los demás. Lo que damos, lo recibimos de vuelta.
5 – No te consideres víctima. Puede que seas verdugo sin darte cuenta. Piensa en esto constantemente, para mejorar las relaciones con los demás. Vivir es intercambiar. Examina lo que intercambias con los demás.
6 – Al sentirte abatido, no entres en el hoyo. Es difícil salir de él..Acuérdate de que estás vivo, eres fuerte y tienes salud, y da gracias a Dios por ello. Tus males son pasajeros, pero si los alimentas  perdurarán. Tú eres quien sostiene tus males. Cuidado con eso.
7 – Frecuenta la institución espírita con la cual sintonices. No andes cambiando de una para otra. Quien no tiene constancia nada consigue.
8 – Si oyes voces, no les des atención. Responde simplemente: No tengo tiempo para perder. Tratad de mejoraros mientras hay tiempo. Vais camino del abismo. Cuidaos. Y pide a los Espíritus Buenos, en pensamiento, por esos obsesores.
 9 – Si percibes toques de dedos o descargas eléctricas, repele esos espíritus bromistas de la misma manera, y ora mentalmente por ellos. No les hagas caso ni te asustes con esos efectos físicos.
Lee diariamente, por la mañana o por la noche al acostarte, un fragmento de “El Evangelio según el Espiritismo”, y medita sobre lo que leíste. Abre el libro al azar y no pienses que la lección solo es para ti. Por lo regular es solo para los obsesores, pero tú también debes aprovecharla. En caso de visiones, la técnica es la misma.
Nunca te atemorices. Eso es lo que ellos quieren, ya que con ello se divierten. Estos pobres espíritus nada pueden hacer aparte de eso,a menos que tú desees jugar con ellos, lo cual te costará un aumento de la obsesión. Corta los lazos que ellos quieren establecer contigo, sirviéndote del poder de tu voluntad. Si fingen ser un pariente tuyo o un amigo fallecido, no te dejes llevar por eso. Los amigos y parientes se comunican en sesiones regulares, no quieren perturbar.
10 – Lee el Libro de Allan Kardec “INICIACIÓN A LA DOCTRINA ESPÍRITA”; pero lee el de Kardec, no otros, de autores diversos, que crean confusión. Trata de estudiar la Doctrina en las demás obras de Kardec.
11 – No te dejes atraer por macumbas ni por las diversas formas de mezcla de religiones africanas con nuestras supersticiones nacionales. No pienses que alguien puede quitarte la obsesión con las manos. Los pases tienen por finalidad la transmisión de fluidos, de energías vitales y espirituales para fortalecer tu resistencia. No confíes en pases de gesticulación excesiva y otras fantasías. El pase es simplemente la imposición de las manos, enseñada por Jesús y practicada por Él. Es una donación humilde y no una
representación teatral, danza o gimnasia. No lleves en ti amuletos ni talismanes o escapularios milagrosos. Todo eso no son más que supersticiones provenientes de religiones de las selvas. Tú no eres un salvaje, eres una criatura civilizada capaz de razonar y de solo admitir la fe racional.
Estudia el Espiritismo y no te dejes llevar por sandeces. Dedícate al estudio, pero no quieras saltar de aprendiz a maestro, pues el maestrazgo en espiritismo solo se alcanza en el plano espiritual. En la Tierra todos somos aprendices, con mayor o menor grado de

conocimiento y experiencia.

                                                        *****************************


No hay comentarios:

Publicar un comentario