miércoles, 21 de mayo de 2014

Hay tiempo aun

   
             PSICOGRAFÍA DE RAUL TEIXEIRA
           
                HAY TIEMPO AÚN

 Me dirijo a ti, seas mujer-madre u hombre-padre, a fin de que, juntos, preparemos algunas consideraciones al respecto del hijo o de la hija que el Creador de la Vida te concedió, para que puedas cooperar en el proceso de su dirección a la felicidad.

Sabes, sea por las informaciones de tu filosofía religiosa o a través de tus pensamientos de preocupación, tienes nobles cuan graves compromisos con el alma conducida a tus cuidados. Si te dedicas, realmente, a esa labor, serás capaz de dar buen término a los deberes aceptados por ti, desde los tiempos en que te encontrabas en el Mundo de los Espíritus. En verdad, no conoces, esencialmente, la intimidad del ser que te fue presentado como hijo o hija.

En cada momento de la convivencia con esa criatura puesta bajo tu responsabilidad, te va enseñando, poco a poco, las peculiaridades generales que lo caracterizan. Percibes, entonces, en el contacto continuado con tu hijo, cuanto trae de sorprendente, de grandioso o degradante, en el comportamiento que exterioriza. No sabes, es bien cierto, de que experiencias proceden tus hijos. Ignoras cuales son los bagajes que traen en el interior del ser. Ninguna noticia obtuviste al respecto de los archivos pretéritos de tus retoños. Pueden estar renacidos en tu hogar criaturas con características de Rasputín o de Francisco de Asís, de Mesalina o de Teresa de Ávila, de Calígula o de Gandhi, de San Martin o de Napoleón. Cada uno llega para la convivencia contigo, para tu desarrollo, llevando bagajes bien aventurados o desafortunados, que se constituirán a lo largo del tiempo, transformadas, hoy, en la auto-herencia, lo que bien se puede entender como el “el pecado original”, referido en los textos de la Biblia judaica, una vez que nadie hereda errores o virtudes de quien quiera que sea, solo de sí mismo. Tanto los tormentos íntimos como las excelentes virtudes proceden del pasado espiritual del propio individuo.

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Con base en esas consideraciones, dedícate a observar, ¡oh! padre, ¡oh! madre, las marcas morales de tus pequeños, procurando identificar, del mejor modo posible, el carácter de esos seres que Dios destino a tus brazos dedicados, a tus cuidados responsables. Desconociendo el interior de tu hijo, trabajaras como psicólogo domestico, casi nunca con éxito, si ignoras que él no pasa de un Espíritu reencarnado llegado al mundo con un volumen de necesidades evolutivas. ¿Qué hiciste del hijo confiado a tu cuidado? Te preguntará el Creador, en lo profundo de tu consciencia. Y tendrás dificultades para justificar cualquier displicencia o postura inadvertida, habiendo actuado como “laissez-faire” ante los necesarios deberes no atendidos.

Importante, mi  hermano o mi hermana, que, al colocarte delante de tu hijo en el empeño de educarlo, ahora identificado con su realidad de un ser encarnado, tengas atención cuidadosa para los materiales que utilizaras para influenciar sobre sus destinos, que el Creador cuenta que sean elementos positivos. En lo que se refiere al campo profesional, procura no inducirlo a centralizar su pensamiento en el dinero que podrá ganar, una vez que puedes comprobar que la profesionalización del individuo en la sociedad expresa las posibilidades de que se ejercite en el espíritu de cooperación con el progreso social.

Enséñale que el dinero es necesario en la vida en el mundo, pero que el propósito fundamental de la labor profesional debe ser el de la utilidad, poniendo siempre las realizaciones del “Cesar” al servicio de Dios. Ahí, el trabajo le dará la grandeza del alma y valor social, bajo tu orientación madura. En la esfera de la vida social, es necesario que aprenda a respetar las leyes constituidas, a respetar también a los semejantes, sean niños o jóvenes como el mismo, sean personas maduras o ancianos. Busca sensibilizarlo para el ejercicio de la fraternidad, para que se dedique a hacer amigos, manteniendo su alegría de vivir, en los planos de la dignidad ética, de nobleza moral, pasando a comprender que los malos ejemplos de los otros no deben servirle de ejemplos. Inspírale por medio de tu propia vivencia, el amor a la verdad, el trato permanente con la honestidad, para que no venga a guardar remordimientos y varios otros conflictos que perturban el alma. En la convivencia contigo, trata de acompañar de cerca a tu hijo o a tu hija, desarrollando en ellos, desde la fase infantil, la costumbre del dialogo, de la confianza reciproca. No tires tus hijos a los excesos de cualquier tenor.

Esfuérzate, consciente de los disgustos del camino humano, para no exponer sus cuerpos desnudados a la vanidad, sea en nombre de la moda contemporánea, sea por mero exhibicionismo que recoge los aplausos mentirosos de la excitación, aplausos que acostumbran a agradar a los padres y abrir agigantados fosos morales para el futuro. En esos eventos se ocultan las garra poderosas y babosas de la pedofilia que no ahorrara tu hijo, quiera física quiera psíquicamente. Trabaja en tu pequeño los valores positivos que en el encuentres. Dale refuerzos de felicidad, diciendo que te gusta alguna actitud, alguna cosa que haya hecho.

Comprueba que fue feliz en ese o en otro trance del camino, no dejando de lado tal oportunidad. No justifiques que él no hizo más de lo que la propia obligación, una vez que conoces agigantado número de personas que, en todo el mundo, no cumple los propios deberes. Entonces, es indispensable incentivar ese valor donde y cuando aparezca. Vale también oír sus ideas y opiniones, aun cuando se muestren inmaduras, aun cuando no te parezcan racionales o propias para la cuestión. Concédele, esta vez, el derecho de discordar de tus puntos de vista, sustituyendo el poder del autoritarismo violento por la autoridad, naturalmente construida en el día a día del respeto, de la amistad, puesto que serás el amigo más próximo de tu retoño. Escucha a tus hijos con respeto y háblales sobre lo que piensas y porque piensas, expresando a tu experiencia de la vida, tu madurez estructurada a lo largo de los años de incontables refriegas cotidianas, admitiendo que ellos tienen sus propios pensamientos y que traen en su interior espiritual los indicios de los caminos que deberán seguir, cuando tengan la madurez para hacerlo.

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En el ámbito de la vida íntima, acompaña las inclinaciones de cada hijo y, caso que notes y constates que son tristes, deprimidos, ansiosos, trabaja para darles el debido apoyo, lo que muchas veces le indicara la necesidad de algún profesional compatible con el tipo de dificultad que presente. Si se presentaran señales de una sexualidad nada convencional, evita aturdirte como si ya fuese el fin del mundo. Identificando tu hijo, o en tu hija, expresiones de voracidad sexual, posturas sexuales inversivas, o apatías sexuales, piensa en la mejor forma de ayudarlo, resguardándolo, pero, con tu atencioso cariño, evitando exponerlo en las vitrinas de los escándalos, resistiendo a las inquietudes del orgullo que acostumbran a indicar posiciones violentas, sean de indiferencia, sean de agresividad.

Vale la pena buscar entenderlo sin represiones, oriéntalo apoyado en tu propia experiencia vivida. En el caso que haya manifestaciones de la homosexualidad o de la heterosexualidad atormentada, sepas que ambas te piden cautela en el tema. Te piden el acompañamiento seguro de la amistad y del respeto, en el empeño de diluir al máximo cualquier dificultad proveniente de esas manifestaciones.

No lo ridiculices, no actúes con agresividad; evita constreñirlo con chistes o burlas francamente dispensables y anacrónicas. Cada persona sabe lo que siente y como lo siente, aunque muchas veces, no sepa explicar la procedencia de lo que percibe, el origen de sus conflictos. Convencido de que es excepción en el mundo el numero de los que están indemnes a los desarreglos de la vida sexual, respeta a tus hijos, cuando estén atravesando fases complejas o torturantes en el campo de su sexualidad, escuchándolos, sintiéndolos, acompañándolos en su camino, ayudándolos en el terreno de la definición emocional, aunque con lagrimas o dolores morales cierto de que aún hay tiempo de contribuir para un mundo mejor que todos anhelamos, exactamente porque Dios confió en ti, padre o madre, entregándote uno o más de Sus hijos amados, en fase de reconstrucción interior, en la ruta de la felicidad. Medita, pues, sobre todo lo que has permitido enredar a tus hijos en la caminada terrena.

Reflexiona cuanto a la calidad de todo eso y aprende a interferir para iluminar, a actuar para renovar, a opinar para levantar del suelo planetario a ti mismo y a tus hermanos, colocados a tu lado en la condición de hijo o hija por los vínculos corporales. Es aun tiempo de confirmar que la paternidad, maternidad es dignificante cuan bendecido ejercicio de cooperación con las terrenas leyes de nuestro Creador.
Camilo   
                                                                                                                 
                   Médium Raúl Teixeira
Recibido el 18.02.2004, en la Sociedad Espírita Esperanza


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MÉDIUM


¿Eres médium?

¿Estudiaste como se debe desarrollar la mediúmnidad?

¿Sabes la responsabilidad que implica el ejercer la mediúmnidad?

El señor ha querido que la luz se hiciera para los hombres y que penetrase en todas partes por la voz  de los espíritus, con el fin de que cada uno pudiera adquirir la prueba de la inmortalidad; con este objeto los espíritus se manifiestan  hoy en día, en todos los puntos de la tierra y la mediúmnidad  que se revela en las personas  de todas las edades y condiciones, en los hombres y en las mujeres, en los niños y en los ancianos, es una de las señales del complemento de los tiempos predichos.

Para conocer las cosas del mundo visible y descubrir los secretos  de la naturaleza material, Dios ha dado al hombre la vista del cuerpo, los sentidos  y los instrumentos especiales; con el telescopio penetran  sus miradas  en las profundidades del espacio, y con  el microscopio ha descubierto el mundo de lo infinitamente pequeño. Y para penetrar en el mundo invisible le ha dado la mediúmnidad.

Los Médiums son los interpretes  encargados de transmitir a los hombres  las enseñanzas de los espíritus, “son los órganos materiales por los cuales se expresan los espíritus  para hacerse inteligibles a los hombres” Su misión es santa, porque tiene por objeto abrir horizontes  de la vida eterna.

Los Espíritus vienen a instruir al hombre sobre sus destinos futuros, a fin de conducirles por el camino del bien, y no para ahorrarle  el trabajo material que debe tomarse  en la tierra para su adelantamiento, ni para favorecer su ambición y su codicia. De esto deben penetrarse muy bien los Médiums para no hacer mal uso de sus facultades.

El que comprende la gravedad  del mandato de que está revestido, lo cumple religiosamente;  si convirtiera en distracción o diversión para el o para los otros una facultad dada con un fin tan formal y que le pone en relación con los seres de ultratumba, su conciencia se lo echaría  en cara como un acto sacrílego.

Los Médiums como interpretes de la enseñanza de los espíritus, deben hacer un papel importante en la transformación moral que se opera; los servicios que puedan prestar están en razón de la buena dirección que den a sus facultades, porque los que siguen  una mala senda, son más perniciosos que útiles a la causa del espiritismo; por las malas impresiones  que producen, retardan más de una conversión. Por eso se les pedirá cuenta del mal uso que han hecho de una facultad que les fue dada para el bien de sus semejantes.

El médium que quiera conservar la asistencia de los buenos espíritus, debe trabajar en su propio mejoramiento; el que quiera ver aumentar  y desarrollar su facultad, debe progresar moralmente y abstenerse de todo lo que pudiese desviarle de su objeto providencial.

Si los buenos espíritus se sirven algunas veces de instrumentos imperfectos, es para dar buenos consejos y procurar conducirles al bien; pero si encuentran corazones endurecidos, y si sus avisos no son escuchados, entonces se retiran y los malos tienen el campo libre.

Para obtener la asistencia de los buenos espíritus y separar a los espíritus ligeros y mentirosos, los Médiums deben  ser formales; sin la formalidad la mediúmnidad  es una facultad estéril  que puede redundar en perjuicio del que la posee, porque puede degenerar en una obsesión peligrosa.

El médium que comprende su deber, en lugar de enorgullecerse por una facultad que no le pertenece puesto que puede serle retirada, atribuye a Dios las cosas buenas que obtiene; si sus comunicaciones  merecen elogios, no se envanece, porque sabe  que son independientes de su merito personal, y da gracias a Dios por haber permitido que los buenos espíritus  vengan a manifestársele.  Si dan lugar  a critica, no se ofende por ellos, porque no son obra de su propio espíritu; dice que ha sido un mal instrumento  y que no posee todas las cualidades  necesarias para oponerse a la intervención de los malos espíritus; por eso el médium a de procurar adquirir  estas facultades, y solicitar, por medio de la oración, la fuerza que le falta.

Extraído por Mercedes Cruz Reyes, del Evangelio Según el Espiritismo

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                   Fatalidad 

851. ¿Existe una fatalidad en los acontecimientos de la vida, según el sentido que se da a esta palabra? Es decir, todos los sucesos que se producen ¿son determinados de antemano? En tal caso, ¿qué es del libre albedrío? 

- La fatalidad sólo existe por la elección que ha hecho el Espíritu, al encarnar, aceptando afrontar tal o cual prueba. Al escogerla, se traza una especie de destino, que es la consecuencia misma de la situación en que se encuentra. Estoy hablando de las pruebas físicas, porque en lo que toca a las pruebas morales y a las tentaciones, el Espíritu, al conservar su libre albedrío respecto del bien y el mal, es siempre dueño de ceder o resistir. Un Espíritu bueno, viéndole flaquear, podrá acudir en su ayuda, pero no puede influir sobre él de manera de adueñarse de su voluntad. Un Espíritu malo, esto es, inferior, mostrándole y exagerándole un peligro físico puede conmoverlo y espantarlo. Pero la voluntad del Espíritu encarnado no deja por ello de estar libre de todo impedimento. 

852. Hay personas a quienes parece perseguir una fatalidad, independientemente de su manera de obrar. ¿Está la desgracia en su destino? 

- Se trata quizá de pruebas que deben soportar y que han elegido. Pero una vez más achacáis al destino lo que casi siempre es sólo una consecuencia de vuestra propia falta. En medio de los males que te afligen; trata de que tu conciencia sea pura y te sentirás casi consolado. 

Las ideas, justas o falsas, que nos formamos acerca de las cosas nos hacen triunfar o fracasar, según nuestro carácter y posición social. Encontramos más sencillo y menos humillante para nuestro amor propio atribuir nuestros fracasos a la mala suerte o al destino antes que a nosotros mismos. Si la influencia de los Espíritus contribuye a ellos en ocasiones, podemos siempre sustraernos a ese influjo rechazando las ideas que nos sugieran, cuando éstas sean malas. 

853. Algunas personas se salvan de un riesgo mortal para caer enseguida en otro. Pareciera como si no pudiesen escapar a la muerte. ¿No hay en esto una fatalidad? 

- Sólo es fatal, en el genuino sentido de la palabra, el instante de la muerte. Cuando ese momento ha llegado, bien sea por un medio o por otro, no podéis sustraeros a ella. 

853 a. Así pues, cualquiera fuere el peligro que nos amenace, ¿no moriremos si no nos ha llegado la hora? 

- No, no perecerás. Y tienes de ello miles de ejemplos. Pero cuando la hora de tu partida haya sonado, nada podrá impedirla. Dios sabe por anticipado con qué clase de muerte te irás de la Tierra, y con frecuencia lo sabe también tu Espíritu, porque le es revelado cuando opta por tal o cual existencia. 

854. De la infalibilidad de la hora de la muerte, ¿se podrá inferir que las precauciones que adoptemos para evitarla sean inútiles?

- No, por cuanto las precauciones que tomáis os son sugeridas con miras a evitar una muerte que se cierne sobre vosotros. Constituyen uno de los medios para que no ocurra.

- El Libro de los Espíritus-
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NOTA: Recomiendo que también visitéis los siguientes Blogs:

El espírita albaceteño.- elespiritaalbacetense.blogspot.com
Inquietudes espíritas.- inquietudesespiritas.blogspot.com

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