Si en todos los actos que emprendiéramos en la vida lleváramos por delante el optimismo y la confianza firme en nuestro yo , menos seria el numero de fracasos que obtendríamos .
El optimismo es algo así como una chispa de fuego que nace en nuestro corazón y difunde por todo nuestro ser un hálito de vigor y entusiasmo que nos hace sentir mas fuertes para la lucha y, por ende, que nos hace creer que la victoria no es difícil.
El optimismo es una fuerza espiritual. Mientras que el pesimismo es un estadio de animo fatal .
Es como un pedazo de hielo que se posa en nuestras entrañas y nos comunica por todo el cuerpo como una corriente malsana de su funesta gelidez. Nos volvemos cobardes. Nos sentimos débiles para el combate. No pensamos sino en la derrota, como si nuestro espíritu se encontrara atemorizado por la obsesión inminente de una cuadrilla de gnomos infernales.
Jamás nos debemos dejar invadir por el pesimismo. Nunca debemos pensar en el fracaso. Emprendamos todos nuestros actos con el mayor optimismo,con rebosante entusiasmo,con la mas absoluta confianza en nosotros mismos y con la incólume fe de que el éxito será nuestro. Procediendo siempre así, saldremos en nuestras empresas con los lauros de la victoria.
(Aportación de Marco Antonio)
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EL ARTE DEL AMOR
Comunicación, es el arte de hablar uno con el otro, decir lo que sentimos y pretendemos, hablando con claridad, oír lo que el otro habla, decir lo cierto que estamos oyendo es, sin sombra de duda, la habilidad más esencial para la creación y la manutención de una relación amorosa.
La afirmativa es de Leo Buscaglia, profesor de una universidad de California.
El dice que el más alto nivel de la comunicaciones es el no verbal. Lo que quiere decir: si usted ama, muestre esto en actitudes. Haga cosas amorosas para el otro. Sea atento. Coloque sus sentimientos en práctica.
Haga aquella comida favorita. Mande flores. Acuérdese de felicitar en los aniversarios. Cree sus propios regalos de amor. No espere por el día de los enamorados.
Y relacione algunos puntos importantes para que una relación de dos se profundice y crezca, venciendo los días, los meses y los años.
Diga siempre al otro que lo ama, a través de sus palabras, sus actitudes y sus gestos. No piense que su pareja sabe esto. El precisa esta afirmación.
Complemente siempre su amor con trabajos bien hechos. No lo desprecie. Dele su apoyo cuando él habla. Piense que todo lo que él hace por usted, no lo hace por obligación. El estímulo y el elogio aseguran que él va a repetir la dosis.
Cuando usted se sienta solitario, incomprendido, hágaselo saber. El se sentirá más fuerte al reconocer que tiene fuerzas para confortarlo a usted.
Al final, los sentimientos, cuando no son exteriorizados, pueden ser destructivos. Recuerde que, a pesar de amarlo, el otro aun no puede leer su mente. No se cierre en si mismo.
Exprese sentimientos y pensamientos de alegría. Ellos dan vida a su relaciones. Es maravilloso celebrar días comunes, fechas personales, como el primer encuentro, el primer hogar, el día de la reconciliación después de un breve desentendimiento.
De regalos de amor sin motivo. Oiga su propia voz hablar de su felicidad.
Diga a su amor que es una persona especial. No desprecie sus sentimientos. Lo que él siente o ve es su experiencia personal por tanto, importante y real.
Abrace siempre. La comunicación de amor no verbal revitaliza la relación.
Respete el silencio de su compañero. Momentos de quietud también forman parte de las necesidades espirituales de cada uno.
Finalmente, deje que los otros lo sepan que usted valora a quien ama, pues es bueno participar de las alegrías de una saludable relacción con los otros.
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Es posible que usted esté pensando que todas esas ideas no son realmente necesarias entre personas que se aman. Ellas acontecen de forma espontánea.
Más, no en tanto. Ni siempre. Son esos varios aspectos de la comunicación lo que constituyen el aliciente de una relación amorosa saludable. Ellos también producen los sonidos más maravillosos del mundo. Los sonidos del amor. ¡Experiméntelo!
Equipo de redacción de Momento Espirita a partir del cap. 2 de la obra Amando uno a los otros, de Leo Buscaglia.
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La historia refleja múltiples ejemplos sublimes sobre el poder de la fe, que dejan desconcertado a todo aquel que juzgue los resultados grandiosos a través del frío análisis de sus conocimientos, no encontrando una explicación aceptable a ciertas realizaciones.
Desde un punto de vista psicológico, la acción de la fe es efecto de una energía mental, que actúa como estimulante de la voluntad. Y la intensidad, el quantum, de esa energía, está en relación directa a la intensidad de la fe mantenida.
Personas hay que, no obstante, han perdido toda fe religiosa o creencia de herencia familiar, porque su razón rechaza ya conceptos religiosos apartados de la Verdad.
Desarrollan una actividad sorprendente, porque mantienen una fe firme en sí mismos, con lo que generan una energía psíquica estimulante, que pone en acción la facultad volitiva de la Mente, que es energía dinámica realizadora.
Debéis saber y tener por cierto que, la fe incrementa el poder de acción a un grado tal, que puede llevarnos a la realización de empresas que, sin fe, nos asustarían.
No debilitemos nuestro poder mental con la duda, con el temor, que son fuerzas negativas debilitantes. Mientras que, puesta la fe en la Grandeza Divina, y en nosotros mismos como parte que somos de esa Grandeza.
Fortificará y aumentará la confianza en nosotros, y nos llevará al éxito en todo lo que emprendamos.
De ésto no tengáis la menor duda. Las dudas, temores y desconfianzas en el éxito de toda realización o empresa, actuando sobre la mente, ejercen acción frenadora y debilitan la voluntad, que es energía realizadora.
Mientras que, la fe nacida del convencimiento, desarrolla una energía psíquica que fortalece y mueve la voluntad hacia las realizaciones.
( Del Curso de conocimiento espiritual, de Sebastián de Arauco )
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