En 1956, nació en Turquía un niño llamado Ismail Altinklish, que desde
muy niño decía haber sido, en una vida anterior, un jardinero de Adana
de nombre Abeit Suzulmus, asesinado de un golpe en la cabeza. El niño
presentaba una cicatriz en la cabeza, en el mismo lugar donde aseguraba
que Suzulmus había sido golpeado, y exhibía ante su familia toda un serie de detalles sobre su anterior existencia.
Abeit Suzulmus, que vivió en la región de Bahcheche, junto a su mujer Sahida y sus dos hijos, había sido asesinado por varios empleados suyos que le aplastaron la cabeza con una barra de hierro. Desde siempre, el niño Ismail Altinklish, pedía a sus padres el poder visitar la casa de su anterior encarnación, hasta que finalmente lo consiguió.
Cuando llegaron a la que fuera la casa de Sulzulmus, el muchacho reconoció todo aquello que le había pertenecido y sus padres comprobaron que todo se ajustaba perfectamente a lo que le niño les había descrito anteriormente. Una de las hijas de Abeit, visitó al niño, tiempo después, y tras mantener una larga conversación con él, quedó convencida de que su padre se había reencarnado, efectivamente, en el joven Ismail Altinklish.
Abeit Suzulmus, que vivió en la región de Bahcheche, junto a su mujer Sahida y sus dos hijos, había sido asesinado por varios empleados suyos que le aplastaron la cabeza con una barra de hierro. Desde siempre, el niño Ismail Altinklish, pedía a sus padres el poder visitar la casa de su anterior encarnación, hasta que finalmente lo consiguió.
Cuando llegaron a la que fuera la casa de Sulzulmus, el muchacho reconoció todo aquello que le había pertenecido y sus padres comprobaron que todo se ajustaba perfectamente a lo que le niño les había descrito anteriormente. Una de las hijas de Abeit, visitó al niño, tiempo después, y tras mantener una larga conversación con él, quedó convencida de que su padre se había reencarnado, efectivamente, en el joven Ismail Altinklish.
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No importa que el cuerpo se vaya volviendo deforme y feo, si el Espíritu se va volviendo puro y agradable.
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Mientras mayor sea el Grado Evolutivo del espíritu, menor será la urgencia en Reencarnar, es decir, permanecerá más tiempo en el Mundo Espiritual, que es el lugar del venimos con el fin de experimentarnos.
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A mi buen amigo, D.Francisco Ruet
El 28 de octubre
Hoy es un día sagrado, porque hoy se conmemora
el hecho que dio vida a tu perdido ayer:
tu entrada en este mundo, en donde el hombre llora
desde el primer momento, quejándose al nacer.
Suceso que le sirve de prólogo a tu historia
que e alborozados todos debemos bendecir,
porque has embellecido la vida transitoria
de aquel que una vez sola tu, acento llegó a oír.
Sectario de Lutero, filósofo creyente,
seguiste su reforma del adelanto en pos,
diciendo como él, dijo, con entusiasmo ardiente:
la ciencia eterno efecto, su sola causa es Dios.
España que atesora gigantes catedrales
e imágenes hermosas en bronce y en marfil,
que aun tiene procesiones, divinos carnavales,
idólatra en su culto, fanática, y gentil.
Al escuchar tu acento, que la verdad decía,
¿qué había de hacer?, hundirte en lóbrega prisión,
porque aun no era llegado el venturoso día
que España conquistara su justa redención.
Lució una nueva aurora, volviste a tus lares
ansiando que imperara la ley de la igualdad,
y en bosques y en colinas, y a orillas de los mares,
dijiste que era Cristo la luz de la verdad.
Los hombres te escucharon, algunos te siguieron,
y yo también tus huellas entonces las seguí:
pues tus predicaciones la convicción me dieron
que el mundo había sido un desierto para mi.
Mas como dado un paso seguimos adelante,
que así debe cumplirse la ley de progresión,
yo no encontré en Lutero exactitud bastante
para fijar las leyes que rigen la creación.
Lutero fue un gran hombre, adelantó de un modo
que su recuerdo siempre el mundo guardará,
pero si se analiza su religión del todo,
decimos: esto es poco, sigamos más allá.
Y yo seguí buscando la irradiación suprema,
el foco en que brillara la inextinguible luz,
que para mí no estaba resuelto el gran problema,
Yo no divinizaba la historia de la cruz.
Y lógico encontraba el éxtasis profundo
del alma embebecida en sueño celestial,
cuando agitarse vemos segundo por segundo…
los átomos que forman el globo universal.
Las religiones todas nos pintan un paraje
en donde vive el alma en plácida quietud,
y en la inacción, ¿qué vale su célico homenaje?
¡Sin lucha y sin peligro, ser bueno no es virtud!
En la naturaleza nos dice el gran Descartes
que hallaba espacio y tiempo, lo mismo encuentro yo,
y necio ha sido el hombre, al dividir en partes,
el todo que el Eterno jamás lo dividió.
Por eso yo he buscado con incesante anhelo
la lógica esperanza que irradie la verdad,
y en el Espiritismo hallé para consuelo
progreso indefinido y eterna actividad.
En el Espiritismo no hay limite marcado,
eterna es la existencia y eterno el porvenir ;
nosotros no tenemos paraje prefijado,
y aun la postrer palabra no hemos llegado a oír.
Tú sigues otra senda, creyendo que Lutero
resuelto el gran problema por siempre nos dejó;
en un error te encuentras, y demostrarte quiero
que al alfa y al omega ningún hombre llegó.
Por eso infatigables, debemos a porfía
buscar la oculta fuente de inmenso manantial;
que no se magnetice la humana fantasía
que reconozca él hombre la ley universal.
Si tú tienes talento e ilustración bastante
¿por qué al Espiritismo lo miras con desdén.;
se encuentra convencido tu espíritu gigante
que niegas el infierno y aceptas el edén?
Los hombres de tu temple se encuentran obligados
a demostrar la causa que alienta su razón;
no hasta que tú niegues los hechos consumados,
sin pruebas…, ¿de qué sirve tu grave impugnación?
No basta que en tu templo nos digas que es locura
la ciencia espiritista, que es sana idealidad,
¿dónde no hay objeciones se puede por ventura
decir rotundamente es esta la verdad?
Es tu palabra fácil, tu entendimiento claro,
¿por qué no entras en lucha y en franca discusión?
Si a convencernos llegas, diremos sin reparo
que a ti hemos debido la luz de la razón.
Nosotros no aceptamos de viejas religiones
sus templos, sus altares, su culto y ciega fe,
mas siempre respetamos antiguas tradiciones,
porque existir debía la que en un tiempo fue.
En todas las edades buscó nuestra conciencia
un algo misterioso del cual fuimos en pos,
y el siglo diez y nueve, pretende por la ciencia,
llegas directamente a conocer a Dios.
La escuela espiritista, que juzga y que razona,
es hija de su siglo y busca clara luz;
los átomos uniendo, las vidas eslabona
y dice al fanatismo: ¡atrás con tu capuz!
¡Atrás con tus errores!, la ciencia se adelanta,
perfora las montañas, los mares desunió;
el globo hendió los aires y el hombre se levanta
en nuevos continentes que en sueltos contempló.
Se inquiere, se analiza, se busca en lo creado
la causa del efecto, el punto primordial;
y yo que siempre en mucho tu ciencia he respetado,
te digo: ven y acepta la lucha universal.
Adiós; que buenos genios otorguen en tu día
raudales de suprema, de santa inspiración,
y brote de tus labios sublime profecía
y brille eternamente la luz de tu razón.
Adiós; en tu camino hallé la santa huella
del hombre que muriendo salvó a la humanidad,
pues su memoria ha sido nuestra polar estrella;
¡feliz de aquél que imita su amor y caridad!
Amalia Domingo Soler
Extraído del libro “Ramos de violetas"
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"Nunca olvides que la esperanza siempre es la última en abandonar tu corazón, pero si dentro de ti crias la fe, las dos te ayudarán a iluminar tus días oscuros."
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ADVENIMIENTO DEL ESPÍRITU DE VERDAD
5. Vengo, como en otro tiempo, entre los hijos descarriados de Israel, a traer la verdad y a disipar las tinieblas. Escuchadme. El Espiritismo, como antiguamente mi palabra, debe recordar a los incrédulos que sobre ellos reina la verdad inmutable; el Dios bueno,el Dios grande que hace germinar la planta y eleva las olas. Revelé la Doctrina divina y como un cegador, reuní en fejes el bien esparcido por la Humanidad y dije: ¡Venid a mí, vosotros los que sufrís!
Pero los hombres ingratos se desviaron del camino recto y extenso que conduce al reino de nuestro Padre, y están perdidos en los ásperos y estrechos caminos de la impiedad. Nuestro Padre no quiere aniquilar la raza humana; quiere que, ayudándoos unos a los otros, muertos y vivos, es decir muertos según la carne, porque la muerte no existe, os socorráis, y que no ya la voz de los profetas y de los apóstoles, sino la voz de aquellos que ya no están en la Tierra,se haga oír para proclamaros: ¡Orad y creed! Porque la muerte es la resurrección, y la vida, es la prueba elegida durante la cual vuestras
virtudes cultivadas deben crecer y desarrollarse como el cedro.
Hombres débiles que comprendéis las tinieblas de vuestras inteligencias, no alejéis la antorcha que la clemencia divina pone en vuestras manos para iluminar vuestro camino y conduciros, cual hijos perdidos, al regazo de nuestro Padre.
El Evangelio según el espiritismo
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Manifestaciones inteligentes
Si los fenómenos que nos ocupan se hubieran limitado al movimiento de objetos habrían permanecido –conforme dijimos- dentro del dominio de las ciencias físicas. Pero no es así en manera alguna. Ellos habían de ponernos en el camino de un orden de hechos extraños. Se creyó descubrir –no sabemos por iniciativa de quién- que el impulso comunicado a los objetos no era sólo producto de una fuerza mecánica ciega, sino que había en ese movimiento la intervención de una causa inteligente. Una vez abierta esta senda, había un campo de observaciones completamente nuevo. Se levantaba el velo de muchos misterios. Pero ¿hay, en realidad, un poder inteligente? Esa es la cuestión. Si ese poder existe, ¿cuál es, de qué naturaleza será y qué origen tiene? ¿Está por encima de la humanidad? Tales son las preguntas que derivan de la primera.
Las primeras manifestaciones inteligentes tuvieron lugar por medio de mesas que se elevaban y daban, con una de sus patas, un número determinado de golpes, respondiendo de este modo sí o no, según lo convenido, a una pregunta planteada. Hasta allí nada de convincente había, por cierto, para los escépticos, por cuanto se podía creer en un efecto del azar. Después se obtuvieron respuestas más elaboradas, sirviéndose de las letras del alfabeto. El objeto móvil daba una cantidad de golpes que correspondía al número de orden de cada letra y se llegaba así a formar El Libro de los Espíritus palabras y frases que contestaban a las preguntas planteadas.
10 La exactitud de las respuestas y su correlación con las preguntas suscitaron el asombro. El misterioso ser que de esta manera respondía, interrogado acerca de su naturaleza declaró que era un Espíritu o genio, se atribuyó un nombre y proporcionó diversas informaciones a su respecto. Es esta una circunstancia muy importante, que hay que subrayar. Nadie imaginó a los Espíritus como un medio para explicar el fenómeno. Hubo de ser el fenómeno mismo el que revelara esa palabra. En las ciencias exactas se formulan muchas veces hipótesis para disponer de una base de razonamiento, pero aquí este no fue el caso.
Tal medio de comunicación resultaba tan largo como incómodo. El Espíritu, y es esta una circunstancia digna de recalcar, señaló otro. Uno de esos seres invisibles dio el consejo de adaptar un lápiz a una cesta u otro objeto. Colocada esa cesta sobre una hoja de papel, es puesta en movimiento por el mismo poder oculto que mueve las mesas. Pero, en vez de un simple movimiento regular, el lápiz traza por sí propio caracteres que forman palabras, frases y discursos enteros, de varias páginas de extensión, tratando las más elevadas cuestiones de la filosofía, moral, metafísica, psicología, etcétera, y ello con tanta rapidez como si se escribiera con la mano.
Este consejo se dio de forma simultánea en América, en Francia y en diversos lugares. He aquí los términos en que lo recibió en París, el 10 de junio de 1853, uno de los adeptos más fervientes de la Doctrina, que de varios años atrás –desde 1849- venía ocupándose de la evocación de los Espíritus:
“Ve a la habitación de al lado y toma la canastita. Sujétale un lápiz y colócala sobre el papel. Apoya tus dedos en el borde”.
Hecho esto, unos instantes más tarde la cesta se pone en movimiento y el lápiz escribe muy legiblemente esta frase:
“Esto que os digo, os prohíbo expresamente que lo digáis a nadie. La primera vez que escriba lo haré mejor”.
10 Fue Isaac Post la primera persona de la que tenemos noticia que utilizara este método para comunicarse con la inteligencia incorpórea, recibiendo el nombre de “telegrafía espiritual”. (Véase el artículo de Gónzalez de Pablo, Á, (2006) Sobre los inicios del Espiritismo en España: La epidemia psíquica de las mesas giratorias de 1853 en la prensa médica. Asclepio, 2006 vol. LVIII, nº2, julio-diciembre, págs. 65-66, ISSN: 0240-4466.) [N. del copista.]
11 Sin duda quiso expresar “la próxima vez”. [N. del T. al cast.]
Puesto que el objeto al que se adapta el lápiz no es sino el de un instrumento, su naturaleza y forma resultan del todo indiferentes. Se buscaba que su disposición fuese la más cómoda, de ahí que muchas personas utilicen una tablita.
La canasta o la tablilla sólo puede ser puesta en movimiento con la influencia de ciertas personas dotadas, a este respecto, de un poder especial, y a quienes se designa con el nombre de médiums –esto es, “medio”12 o intermediarios entre los Espíritus y los hombres. Las condiciones que otorgan ese poder dependen a la vez de causas físicas y morales, imperfectamente conocidas todavía, porque encontramos médiums de toda edad y de uno y otro sexo, así como en todos los grados de desarrollo intelectual.Por lo demás, dicha facultad se perfecciona con el ejercicio.
- Allan Kardec- El Libro de los Espíritus-
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ADVENIMIENTO DEL ESPÍRITU DE VERDAD
5. Vengo, como en otro tiempo, entre los hijos descarriados de Israel, a traer la verdad y a disipar las tinieblas. Escuchadme. El Espiritismo, como antiguamente mi palabra, debe recordar a los incrédulos que sobre ellos reina la verdad inmutable; el Dios bueno,el Dios grande que hace germinar la planta y eleva las olas. Revelé la Doctrina divina y como un cegador, reuní en fejes el bien esparcido por la Humanidad y dije: ¡Venid a mí, vosotros los que sufrís!
Pero los hombres ingratos se desviaron del camino recto y extenso que conduce al reino de nuestro Padre, y están perdidos en los ásperos y estrechos caminos de la impiedad. Nuestro Padre no quiere aniquilar la raza humana; quiere que, ayudándoos unos a los otros, muertos y vivos, es decir muertos según la carne, porque la muerte no existe, os socorráis, y que no ya la voz de los profetas y de los apóstoles, sino la voz de aquellos que ya no están en la Tierra,se haga oír para proclamaros: ¡Orad y creed! Porque la muerte es la resurrección, y la vida, es la prueba elegida durante la cual vuestras
virtudes cultivadas deben crecer y desarrollarse como el cedro.
Hombres débiles que comprendéis las tinieblas de vuestras inteligencias, no alejéis la antorcha que la clemencia divina pone en vuestras manos para iluminar vuestro camino y conduciros, cual hijos perdidos, al regazo de nuestro Padre.
El Evangelio según el espiritismo
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Manifestaciones inteligentes
Si los fenómenos que nos ocupan se hubieran limitado al movimiento de objetos habrían permanecido –conforme dijimos- dentro del dominio de las ciencias físicas. Pero no es así en manera alguna. Ellos habían de ponernos en el camino de un orden de hechos extraños. Se creyó descubrir –no sabemos por iniciativa de quién- que el impulso comunicado a los objetos no era sólo producto de una fuerza mecánica ciega, sino que había en ese movimiento la intervención de una causa inteligente. Una vez abierta esta senda, había un campo de observaciones completamente nuevo. Se levantaba el velo de muchos misterios. Pero ¿hay, en realidad, un poder inteligente? Esa es la cuestión. Si ese poder existe, ¿cuál es, de qué naturaleza será y qué origen tiene? ¿Está por encima de la humanidad? Tales son las preguntas que derivan de la primera.
Las primeras manifestaciones inteligentes tuvieron lugar por medio de mesas que se elevaban y daban, con una de sus patas, un número determinado de golpes, respondiendo de este modo sí o no, según lo convenido, a una pregunta planteada. Hasta allí nada de convincente había, por cierto, para los escépticos, por cuanto se podía creer en un efecto del azar. Después se obtuvieron respuestas más elaboradas, sirviéndose de las letras del alfabeto. El objeto móvil daba una cantidad de golpes que correspondía al número de orden de cada letra y se llegaba así a formar El Libro de los Espíritus palabras y frases que contestaban a las preguntas planteadas.
10 La exactitud de las respuestas y su correlación con las preguntas suscitaron el asombro. El misterioso ser que de esta manera respondía, interrogado acerca de su naturaleza declaró que era un Espíritu o genio, se atribuyó un nombre y proporcionó diversas informaciones a su respecto. Es esta una circunstancia muy importante, que hay que subrayar. Nadie imaginó a los Espíritus como un medio para explicar el fenómeno. Hubo de ser el fenómeno mismo el que revelara esa palabra. En las ciencias exactas se formulan muchas veces hipótesis para disponer de una base de razonamiento, pero aquí este no fue el caso.
Tal medio de comunicación resultaba tan largo como incómodo. El Espíritu, y es esta una circunstancia digna de recalcar, señaló otro. Uno de esos seres invisibles dio el consejo de adaptar un lápiz a una cesta u otro objeto. Colocada esa cesta sobre una hoja de papel, es puesta en movimiento por el mismo poder oculto que mueve las mesas. Pero, en vez de un simple movimiento regular, el lápiz traza por sí propio caracteres que forman palabras, frases y discursos enteros, de varias páginas de extensión, tratando las más elevadas cuestiones de la filosofía, moral, metafísica, psicología, etcétera, y ello con tanta rapidez como si se escribiera con la mano.
Este consejo se dio de forma simultánea en América, en Francia y en diversos lugares. He aquí los términos en que lo recibió en París, el 10 de junio de 1853, uno de los adeptos más fervientes de la Doctrina, que de varios años atrás –desde 1849- venía ocupándose de la evocación de los Espíritus:
“Ve a la habitación de al lado y toma la canastita. Sujétale un lápiz y colócala sobre el papel. Apoya tus dedos en el borde”.
Hecho esto, unos instantes más tarde la cesta se pone en movimiento y el lápiz escribe muy legiblemente esta frase:
“Esto que os digo, os prohíbo expresamente que lo digáis a nadie. La primera vez que escriba lo haré mejor”.
10 Fue Isaac Post la primera persona de la que tenemos noticia que utilizara este método para comunicarse con la inteligencia incorpórea, recibiendo el nombre de “telegrafía espiritual”. (Véase el artículo de Gónzalez de Pablo, Á, (2006) Sobre los inicios del Espiritismo en España: La epidemia psíquica de las mesas giratorias de 1853 en la prensa médica. Asclepio, 2006 vol. LVIII, nº2, julio-diciembre, págs. 65-66, ISSN: 0240-4466.) [N. del copista.]
11 Sin duda quiso expresar “la próxima vez”. [N. del T. al cast.]
Puesto que el objeto al que se adapta el lápiz no es sino el de un instrumento, su naturaleza y forma resultan del todo indiferentes. Se buscaba que su disposición fuese la más cómoda, de ahí que muchas personas utilicen una tablita.
La canasta o la tablilla sólo puede ser puesta en movimiento con la influencia de ciertas personas dotadas, a este respecto, de un poder especial, y a quienes se designa con el nombre de médiums –esto es, “medio”12 o intermediarios entre los Espíritus y los hombres. Las condiciones que otorgan ese poder dependen a la vez de causas físicas y morales, imperfectamente conocidas todavía, porque encontramos médiums de toda edad y de uno y otro sexo, así como en todos los grados de desarrollo intelectual.Por lo demás, dicha facultad se perfecciona con el ejercicio.
- Allan Kardec- El Libro de los Espíritus-
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