Hola amigos; hoy podemos
ver aquí los siguientes artículos:
- El Espiritismo no hace milagros
- Las oraciones del Espiritismo
- Presentes de Amor
- Superdotados, ¿ milagrosa predisposición biogenética o Reencarnación?
- Responsabilidad
- Cuando el Espiritismo llega...
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EL ESPIRITISMO NO HACE MILAGROS
. El Espiritismo vino a revelar nuevas leyes y explicar, en consecuencia, los fenómenos que
se ajustan a esas leyes.
Esos fenómenos se relacionan con la existencia de los espíritus y con su intervención en el
mundo material, y eso -se podrá decir-, es entrar en terreno de lo sobrenatural. En tal caso debería probarse que los espíritus y sus manifestaciones son contrarios al orden natural y que ellos no respetan ninguna de tales leyes.
El espíritu es el alma que sobrevive al cuerpo; el ser principal, porque no muere, mientras
que el cuerpo es sólo un accesorio que fenece. Su existencia es natural durante y después de la encarnación; está sujeta a las leyes que rigen al principio espiritual como el cuerpo está sometido a las que gobiernan al principio material. Pero como ambos principios tienen una afinidad necesaria, como los dos actúan sin interrupción uno sobre el otro, como de su acción simultánea resulta la armonía y el movimiento del conjunto, resulta que lo espiritual y lo material son las dos caras de un mismo todo, igualmente naturales ambas, y que lo espiritual no es una excepción, una anomalía en el orden del Universo.
5. Durante su encarnación, el espíritu actúa sobre la materia por intermedio de su cuerpo
fluídico o periespíritu; y lo mismo ocurre cuando el espíritu ha desencarnado. Hace, como espíritu y en la medida de su capacidad, lo que hacía como hombre, sólo que como ya no puede servirse de su cuerpo carnal como instrumento, utiliza, cuando lo cree necesario, los órganos materiales de un encarnado que es llamado médium. Hace como alguien que, no pudiendo escribir por sí mismo, se sirve de un secretario, o como quien no conociendo un idioma que necesita para darse a entender, se vale de un intérprete. El secretario y el intérprete son los médiums del encarnado, así como el médium es el secretario y el intérprete del espíritu.*
6. El ambiente en el que actúan los espíritus y los medios que utilizan son diferentes de los
que se valen los encarnados, por lo tanto, los efectos también difieren. Estos efectos parecen sobrenaturales porque los producen agentes que no son los que nosotros utilizamos; pero ya que esos agentes son parte de la Naturaleza y que las manifestaciones se cumplen en virtud de ciertas leyes, no hay en ellos nada de sobrenatural ni maravilloso. Antes de conocer las propiedades de la electricidad, los fenómenos eléctricos pasaban por prodigios a los ojos de ciertas personas; desde el momento en que se conoció la causa, lo maravilloso desapareció. Lo mismo podemos decir con respecto a los fenómenos espíritas, ellos tampoco se apartan de las leyes naturales.
EL GÉNESIS
ALLAN KARDEC.
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LAS ORACIONES DEL ESPIRITISMO
El Espiritismo reconoce como buenas las oraciones de todas los cultos, cuando son dictadas por el corazón y no con los labios; no impone ni censura ninguna de ellas; Dios es muy grande, según él, para rechazar la voz que le implora o que canta sus alabanzas, porque lo hace de un modo antes que de otro.. Todo el que anatematizase las oraciones que no están en su formulario, probaría que desconoce la grandeza de Dios.. Creer que Dios se vincula a una fórmula, es atribuirle la pequeñez y las pasiones de la humanidad.
Allan Kardec.
Libro de oraciones
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PRESENTES DE AMOR
Cuando usted hubiere beneficiado a alguien, consolide su bondad con el silencio sobre la dádiva que hizo para que usted no humille a quien la recibe.
No se ponga en contra de quien hable por el simple placer de la contradicción.
Suministre una información sin despreciar a quien la pide.
Converse sin desear parecer mayor o mejor que los circunstantes.
Habitúese a evitar confrontaciones para no herir susceptibilidades de quien oye.
Tolere el apunte menos feliz de algún amigo, sin irritación y sin venganza.
Cultive la paciencia en los momentos difíciles, absteniéndose de agravar tribulaciones y problemas.
No tiente al corazón ajeno con promesas que no desee y no pueda cumplir.
Realice el bien por la alegría de servir, sin cobrar tributos de gratitud.
No exija la cooperación de los demás en tareas que usted pueda realizar por sí mismo.
Esparciendo esos presentes de amor, estará usted efectuando, en la organización cambios de la vida, sus mejores inversiones de paz y felicidad.
Luz progreso y paz
- André Luiz -
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¿SUPERDOTADOS, “MILAGROSA” PREDISPOSICIÓN BIOGENÉTICA O REENCARNACIÓN?
La Teoría de las Múltiples Inteligencias, de Howard Gardner, propone que la mente humana es multifacética, existiendo varias capacidades distintas que pueden recibir la denominación de “inteligencia”. El superdotado consigue percibir más del medioambiente que la mayoría de las personas. Siendo así, ese tipo de personas tiende a ser vistos con exagerado, excesivamente, sensible.
¿Más, quien es el superdotado? ¿Qué hace en la Tierra? ¿Cuál es su porvenir? Preguntas esas, que solamente pueden ser respondidas, teniendo la pluralidad de las existencias como verdad absoluta y mecanismo natural de evolución del Espíritu. Sin la palingenesia no hay como concebirse el progreso humano, sino, veamos: “El joven Maiko Silva Pinheiroleia, sin dificultad alguna, a los 4 años; aprendió a hacer cuentas, a los 5 y, a los 9, era reprendido por la profesora, porque hacia las divisiones, usando una lógica propia, diferente del método enseñado en la escuela. Hoy, estudia economía en el Instituto Brasileño de Mercado de Capitales, siendo bolsista integral. A los 17 años, los directores del Banco Brescan dicen haberse sorprendido con su capacidad lógico-matemática”. (1)
El mexicano Maximiliano Arellano comenzó a desarrollar una extraordinaria memoria, a los 2 años de edad; a los 6 años, Maximiliano dio en un aula de fisiopatología y osteoporosis con el discurso de un residente, según afirmativa del Director de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México, Roberto Camacho”.
(2) Según la Revista Veja, “Las señales de la inteligencia, fuera de lo común, del joven americano, Gregory Robert Smith, comenzaron muy temprano. Con 14 meses, resolvía problemas simples de matemáticas; con 1 año y 2 meses, resolvía problemas de algebra; a los 2 años, memorizaba y recitaba libros, además de corregir a los adultos que cometían errores gramaticales; tres años después, en el jardín de infancia, leía a Julio Verne e intentaba enseñar los principios de botánica a los coleguillas; a los 10 ingresó en la Facultad de Matemáticas; a los 13, debió comenzar la pos-graduación”, pues ya había terminado la facultad”, (3) “Smith creó una fundación internacional y fue indicado para el Nobel de la Paz.” (4)
Los casos de niños precoces siempre despiertan la atención. La Academia de Ciencias no posee una explicación vigorosa sobre el tema; atribuye a una “milagrosa” predisposición biogenética (¿?...) potenciada por estímulos de orden externo. Otra enorme dificultad, encontrada por los doctos de la Academia, es la no concordancia en la definición del término “superdotación”. “Algunos investigadores distinguen superdotado, de talentoso, siendo el primero, considerado como aquel individuo de alta capacidad intelectual, o académica, y el segundo, como poseyendo habilidades superiores en las aéreas de las artes, música, teatro”. (5)
El cerebro matematico francés, Henri Poicaré, que desencarnó en 1912, acreditaba que los genios matemáticos traen un talento congénito, o sea: “ya vienen hechos”, lo que, de manera sutil, consagra a la multiplicidad de las vidas.
El joven sirio, Carlos Mattheus, de apenas 19 años, pobre estudiante de la escuela pública, que consiguió un hecho inédito en uno de los mejores centros de formación de América Latina, el Instituto Nacional de Matemática Pura y Aplicada, donde obtuvo los títulos de maestro y doctor en matemática, ya planea ir a París, a través de una bolsa de estudio, para una finalidad, aun más expresiva: realizar cursos de post- doctorado.
Gabriel Dellane, en su libro “Reencarnación”, en el capítulo VII, trata de las “experiencias de renovación de la memoria”, citando a Allan Kardec; habla del periespiritu que “sobrevive a la muerte” y archiva todas las experiencias vividas en otras existencias. (6) Un espíritu que se dedicó, particularmente, por siglos, al estudio de las matemáticas, produce, como friso Poincaré, ese “talento congénito”, el impulso natural para la práctica de actividades que más gusta.
Encontramos esas mismas tendencias excepcionales en músicos, como Wolfgang Amadeus Mozart, que, a los 2 años de edad, ya ejecutaba, con facilidad, diversas piezas para piano; dominaba tres idiomas (alemán, francés y latín) a los 3 años; sacaba sonidos maravillosos del violín, a los 4 años; se presentó al público, por primera vez, y componía minuetos, a los 5 años; escribió su primera ópera , La simplice de finta, en 1768, a los 12 años.
Paganini daba conciertos, a los 9 años, en Génova, Italia.
En la literatura universal, es impar el fenómeno Víctor Hugo que, precozmente, con 13 años, conquistó un codiciado premio en la ciudad de Tolosa. Considerado el genio mayor de Francia, escribió su primer libro, con 15 años de edad.
Goethe sabía escribir en diversas lenguas, antes de los diez años.
Pascal, a los 12 años, sin libros y sin maestros, demostró treinta y dos proposiciones de geometría, deI libro de Euclides; las cónicas” y, más adelante, escribió obras de Física y de Matemáticas.
Miguel Ángelo Buonarotti, con la edad de 8 años, fue dispensado de las aulas de escultura por su profesor, que nada más tenia ya nada que enseñarle.
Allan Kardec, examinando la cuestión de la genialidad, pregunto a los Benefactores: - ¿Cómo entender ese fenómeno? Ellos, entonces, respondieron que eran “recuerdos del pasado; progreso anterior del alma (…)”. (7)
Como hemos observado, la prensa ha notificado hechos de esa naturaleza con una constancia impresionante; esos, hechos, que desafían a la Ciencia, por no encontrar una explicación consistente sobre el tema. Ninguna teoría humana fue capaz de, hasta hoy, esclarecer tales hechos. Casos de criaturas precoces siempre despertaron la atención de los científicos, que atribuyen ese fenómeno natural a “milagros biogenéticos” (¡asómbrense!).
El debate sobre lo que es, realmente, la inteligencia, nunca fue tan promisor, como lo es actualmente. Muchas teorías, han ampliado el concepto de inteligencia, Huyendo de la técnica anticuada de la medición de la inteligencia por el "Cociente de inteligencia” (Q.I.), mediante aplicación del test de Binet. El gran embarazo para los materialistas es desconsiderar el hecho de la inteligencia ser un atributo del Espíritu, que es resultante de la suma de conocimientos y vivencias de existencias anteriores de cada individuo. En ese sentido, admitiéndose la reencarnación, las ideas innatas son, solamente, recuerdos espontáneos del patrimonio cultural del ser, en diferentes esferas de expresión; algunas en estado más latentes, en determinadas criaturas-prodigio. De ese modo, quedaría más fácil comprender toda esa complejidad de la mente humana.
Solo la pluralidad de las existencias puede explicar la diversidad de los caracteres, la variedad de las aptitudes, la desproporción de las cualidades morales, en fin, todas las desigualdades que nuestra vista alcanza. Fuera de esa ley, se indagaría, inútilmente, por qué ciertos hombres poseen talento, sentimientos nobles, aspiraciones elevadas, mientras muchos otros solo manifiestan pasiones e instintos groseros. La influencia del medio, la hereditariedad y las diferencias de educación no son suficientes, obviamente, para explicar esos fenómenos. Vemos miembros de una misma familia, semejantes por la sangre, por el historial genético, educados en los mismos principios morales, diferenciarse, profundamente, como personas.
El Doctor Richard Wolman, de Warvard, incorporó el concepto de Inteligencia Espiritual a las demás teorías en boga. Ese concepto seria la capacidad humana de hacer preguntas fundamentales sobre el significado de la vida y de experimentar, simultáneamente, la conexión perfecta entre cada uno de nosotros y el mundo en que vivimos. No es exactamente lo que define la Doctrina Espirita, pero ya es un avance en el entendimiento integral del individuo.
Investigadores, como Ian Stevenson, Brian L. Weiss, H. N. Banerjee, Erlendur Haraldsson, Hellen Wanbach, Edite Fiore, y otros, aportaron notables resultados sobre la tesis reencarnacionista.
Las investigaciones sobre la Reencarnación no cesan en las tesis de esas personalidades anotadas. Estudios sobre ese tema crecen, constantemente. La Física, la Genética, la Medicina, y varias escuelas de la Psicología, vienen siendo convocadas para ofrecer la contribución del tributo de sus investigaciones. Estamos convencidos de que, en los próximos veinte o treinta años, asistiremos a la Academia de la Ciencia, declarando esta importante constatación como, hace dos mil años, Jesús enseñó a Nicodemo: “Es necesario nacer de nuevo”. Y Allan Kardec la confirmo en el “Libro de los Espíritus”, declarando que solamente con la Reencarnación entendemos, mejor, la Justicia de Dios y la Evolución de la humanidad.
Jorge Hessen
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… es indispensable mantener el Espiritismo como fue entregado por los Mensajeros Divinos a Allan Kardec, sin compromisos políticos, sin profesionalismo religioso, sin personalismos deprimentes, sin anhelos de conquista a poderes terrestres transitorios..
De mensaje recibido 1963
BEZERRA, CHICO Y USTED/Bezerra de Menezes.
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CUANDO EL ESPIRITISMO LLEGA ....
( Página psicografiada de Vianna de Carvalho)
Cuando el ser humano descubre al Espiritismo es tomado de especial alegría de vivir, pasa a comprender las razones lógicas de su existencia, los mecanismos que trabajan por su felicidad y prueba gran euforia emocional.
Cuando el Espiritismo penetra la mente y el sentimiento del ser humano, se le opera una mejor transformación intelecto-moral que le propone radical alteración en el comportamiento, que ansía la conquista de metas elevadas y liberadoras.
Cuando el individuo mantiene los primeros contactos con la Doctrina Espírita se halla ante un mundo maravilloso, rico de bendiciones que pretende disfrutar, permitiéndose fascinarse por las propuestas iluminativas de que es objeto.
Cuando el Espiritismo encuentra abrigo en el individuo, pronto se le despiertan los conceptos de responsabilidad, coraje y fidelidad a la nueva conquista.
No obstante, no todos alteran la conducta convencional a la que acostumbraron. Luego del entusiasmo exagerado sucede el convencionalismo del conocimiento sin la práctica diaria, aguardando recoger conveniencias y soluciones a los problemas aflictivos, sin cualquier esfuerzo por la transformación moral.
Sin habituarse al correcto estudio de los postulados espíritas y reflexionando sobre ellos, se detienen en las informaciones exteriores que recogen, no siempre verdaderas, tornándose sólo beneficiarios de los “milagros” que esperan sucederles a partir del momento de su adhesión.
Con el paso del tiempo y la asistencia a las reuniones, se acomodan al nuevo ritualismo de la participación sin realizaciones edificantes, o se entregan a la parte de la asistencia social tratando de “negociar” con Dios el futuro espiritual por el bien y la caridad que creen realizar.
El conocimiento del Espiritismo de forma natural y consciente despierta los valores ennoblecidos de la responsabilidad y del coraje, indispensables a la existencia dichosa.
Todo conocimiento noble libera el ser humano de la ignorancia, le presenta a la realidad libre de los formalismos y de las ilusiones, en su más hermoso y significativo aspecto, por anhelar la conquista de los valores legítimos que deben ser cultivados.
El hombre libre de la superstición y de los complejos mecanismos de la tradición de la fe impuesta se redescubre y se regocija por comprender que es el autor de lo que le suceda, a excepción del nacimiento y de la desencarnación, aunque esa, depende mucho de su comportamiento durante la vida física, pudiendo anticiparla o postergarla.
Adquiere la responsabilidad moral por las acciones, ya no se poya en los “bastones psicológicos” que traslada a los demás los fracasos que les suceden y que dan lugar a sufrimientos y sus inevitables consecuencias.
Comprende que una excelente filosofía no basta para proporcionarle una existencia feliz, sino la experiencia de sus enseñanzas, que se vuelven responsables por lo que le pase en el área de su comportamiento moral.
Es común que tales adeptos precipitados, luego de un tiempo, se presenten decepcionados y tristes, informando que esperaban mucho más del Espiritismo y que se encontraron con personas confusas y perversas, insensatas y desequilibradas en su Movimiento.
De la alegría exagerada pasan a la crítica contumaz, a la maledicencia, a la exasperación.
A fin de cuentas, tal responsabilidad no pertenece al Espiritismo, sino de aquellos que lo visitan livianamente y no incorporan a su vida espiritual las excepcionales enseñanzas que constituyen la sana doctrina.
Así como esos neófitos no se preocuparon por conseguir la auto iluminación, lo mismo sucede a otros adeptos que o precedieron, acostumbrados al ocio espiritual, a la liviandad religiosa que siempre espera recibir sin cualquier preocupación por aportar.
El Movimiento Espírita no es el Espiritismo. El primero está constituido por buenos y malos individuos, conocedores e ignorantes de las verdades del mundo espiritual activos u ociosos, que deberían integrarse de cuerpo y alma al servicio de renovación interior y de la divulgación por el ejemplo. Sin embargo, para ello es necesario el coraje de la fe, esa robustez de ánimo que afronta las dificultades de manera lúcida y clara, sin temor y espíritu de acción, para removerles los obstáculos y alcanzar los niveles más elevados de armonía y bienestar.
En muchos, que permanecen en la irresponsabilidad del comportamiento y en la falta de coraje para afrontar las consecuencias de su conversión al Espiritismo, que se demoran en la ambigüedad, en la incertidumbre que no intentan aclarar por recelo a los impositivos de la fidelidad personal a la doctrina, se instalan las justificaciones infantiles para seguir sin cambios, esperando a que los Espíritus realicen las tareas que les corresponden.
Otros, aún adictos a la conducta de la inutilidad, esperan tener resueltos todos los problemas de salud, de familia y económicos, y se sorprenden cuando son convocados a los fenómenos existenciales de las enfermedades, los desafíos domésticos y financieros, sociales y profesionales, que deseaban que no les sucedieran por su adhesión al Espiritismo…
Solamente la mente insensata puede elaborar concepto de tal magnitud: basta adherirse a una doctrina feliz para que todo le suceda de modo especial y magnífico desde este momento.
El Espiritismo proporciona la comprensión de factores existenciales, de los compromisos que corresponde a cada uno, del esfuerzo que debe ser empeñado en la construcción del futuro propio. Elucida las situaciones dolorosas, explica sus causas y ofrece los instrumentos para erradicarlos, con la consecuente construcción de los días felices del porvenir.
He ahí porque se impone, luego de su adhesión a sus postulados, a la par de la responsabilidad de la conducta, el coraje para los cambios interiores que deben ocurrir a lo largo del tiempo, con la vigilancia indispensable a la producción de factores elevados para el desarrollo intelecto-moral que aguarda el candidato a sus filas.
Tomando como modelo la conducta de Jesús, el Espiritismo lo regresa sin la mistificación de las fábulas con la que lo envolvieron en el tiempo, real y compañero de todos los momentos, que enseña siempre por el ejemplo que revisten sus palabras.
El espírita sincero, que se vuelve a descubrir a través del conocimiento doctrinario, se transforma en cristiano verdadero, según los modelos establecidos por el Maestro galileo.
No se permite excusas infantiles tras los fracasos, se levanta de sus errores y recomienza las actividades tantas veces le sucedan, tiene el coraje para auto afrontarse, liberándose de los enemigos externos para vencer a aquellos de naturaleza interna, siempre dispuesto a servir y amar.
Evocando los mártires del Cristianismo primitivo, enfrenta los valores decadentes de la ética y de la moral, graves problemas sociales y morales, que le exigen sacrificio para una existencia honorable y sin acuerdos con la indignidad, la traición y el futuro ratificado.
Se vuelve más intitulado como portador de comportamiento excéntrico porque tiene el coraje de mantener la vida sana, se mantiene digno en todas las circunstancias, responsable por los pensamientos, palabras, acciones, incomprendido y no pocas veces perseguido, aunque en los sitios donde trabaja doctrinariamente, por la conducta enfermiza de los acostumbrados a la liviandad y al ocio.
No cabe duda de que la adhesión al Espiritismo impone la consciencia de responsabilidad y del coraje para transformar en espírita verdadero a aquel que le sienta sublime atracción.
Vianna de Carvalho
(Página psicografiada por el médium Divaldo Pereira Franco, el 10 de agosto de 2009, en la ciudad de Rio de Janeiro.)
Cuando el Espiritismo penetra la mente y el sentimiento del ser humano, se le opera una mejor transformación intelecto-moral que le propone radical alteración en el comportamiento, que ansía la conquista de metas elevadas y liberadoras.
Cuando el individuo mantiene los primeros contactos con la Doctrina Espírita se halla ante un mundo maravilloso, rico de bendiciones que pretende disfrutar, permitiéndose fascinarse por las propuestas iluminativas de que es objeto.
Cuando el Espiritismo encuentra abrigo en el individuo, pronto se le despiertan los conceptos de responsabilidad, coraje y fidelidad a la nueva conquista.
No obstante, no todos alteran la conducta convencional a la que acostumbraron. Luego del entusiasmo exagerado sucede el convencionalismo del conocimiento sin la práctica diaria, aguardando recoger conveniencias y soluciones a los problemas aflictivos, sin cualquier esfuerzo por la transformación moral.
Sin habituarse al correcto estudio de los postulados espíritas y reflexionando sobre ellos, se detienen en las informaciones exteriores que recogen, no siempre verdaderas, tornándose sólo beneficiarios de los “milagros” que esperan sucederles a partir del momento de su adhesión.
Con el paso del tiempo y la asistencia a las reuniones, se acomodan al nuevo ritualismo de la participación sin realizaciones edificantes, o se entregan a la parte de la asistencia social tratando de “negociar” con Dios el futuro espiritual por el bien y la caridad que creen realizar.
El conocimiento del Espiritismo de forma natural y consciente despierta los valores ennoblecidos de la responsabilidad y del coraje, indispensables a la existencia dichosa.
Todo conocimiento noble libera el ser humano de la ignorancia, le presenta a la realidad libre de los formalismos y de las ilusiones, en su más hermoso y significativo aspecto, por anhelar la conquista de los valores legítimos que deben ser cultivados.
El hombre libre de la superstición y de los complejos mecanismos de la tradición de la fe impuesta se redescubre y se regocija por comprender que es el autor de lo que le suceda, a excepción del nacimiento y de la desencarnación, aunque esa, depende mucho de su comportamiento durante la vida física, pudiendo anticiparla o postergarla.
Adquiere la responsabilidad moral por las acciones, ya no se poya en los “bastones psicológicos” que traslada a los demás los fracasos que les suceden y que dan lugar a sufrimientos y sus inevitables consecuencias.
Comprende que una excelente filosofía no basta para proporcionarle una existencia feliz, sino la experiencia de sus enseñanzas, que se vuelven responsables por lo que le pase en el área de su comportamiento moral.
Es común que tales adeptos precipitados, luego de un tiempo, se presenten decepcionados y tristes, informando que esperaban mucho más del Espiritismo y que se encontraron con personas confusas y perversas, insensatas y desequilibradas en su Movimiento.
De la alegría exagerada pasan a la crítica contumaz, a la maledicencia, a la exasperación.
A fin de cuentas, tal responsabilidad no pertenece al Espiritismo, sino de aquellos que lo visitan livianamente y no incorporan a su vida espiritual las excepcionales enseñanzas que constituyen la sana doctrina.
Así como esos neófitos no se preocuparon por conseguir la auto iluminación, lo mismo sucede a otros adeptos que o precedieron, acostumbrados al ocio espiritual, a la liviandad religiosa que siempre espera recibir sin cualquier preocupación por aportar.
El Movimiento Espírita no es el Espiritismo. El primero está constituido por buenos y malos individuos, conocedores e ignorantes de las verdades del mundo espiritual activos u ociosos, que deberían integrarse de cuerpo y alma al servicio de renovación interior y de la divulgación por el ejemplo. Sin embargo, para ello es necesario el coraje de la fe, esa robustez de ánimo que afronta las dificultades de manera lúcida y clara, sin temor y espíritu de acción, para removerles los obstáculos y alcanzar los niveles más elevados de armonía y bienestar.
En muchos, que permanecen en la irresponsabilidad del comportamiento y en la falta de coraje para afrontar las consecuencias de su conversión al Espiritismo, que se demoran en la ambigüedad, en la incertidumbre que no intentan aclarar por recelo a los impositivos de la fidelidad personal a la doctrina, se instalan las justificaciones infantiles para seguir sin cambios, esperando a que los Espíritus realicen las tareas que les corresponden.
Otros, aún adictos a la conducta de la inutilidad, esperan tener resueltos todos los problemas de salud, de familia y económicos, y se sorprenden cuando son convocados a los fenómenos existenciales de las enfermedades, los desafíos domésticos y financieros, sociales y profesionales, que deseaban que no les sucedieran por su adhesión al Espiritismo…
Solamente la mente insensata puede elaborar concepto de tal magnitud: basta adherirse a una doctrina feliz para que todo le suceda de modo especial y magnífico desde este momento.
El Espiritismo proporciona la comprensión de factores existenciales, de los compromisos que corresponde a cada uno, del esfuerzo que debe ser empeñado en la construcción del futuro propio. Elucida las situaciones dolorosas, explica sus causas y ofrece los instrumentos para erradicarlos, con la consecuente construcción de los días felices del porvenir.
He ahí porque se impone, luego de su adhesión a sus postulados, a la par de la responsabilidad de la conducta, el coraje para los cambios interiores que deben ocurrir a lo largo del tiempo, con la vigilancia indispensable a la producción de factores elevados para el desarrollo intelecto-moral que aguarda el candidato a sus filas.
Tomando como modelo la conducta de Jesús, el Espiritismo lo regresa sin la mistificación de las fábulas con la que lo envolvieron en el tiempo, real y compañero de todos los momentos, que enseña siempre por el ejemplo que revisten sus palabras.
El espírita sincero, que se vuelve a descubrir a través del conocimiento doctrinario, se transforma en cristiano verdadero, según los modelos establecidos por el Maestro galileo.
No se permite excusas infantiles tras los fracasos, se levanta de sus errores y recomienza las actividades tantas veces le sucedan, tiene el coraje para auto afrontarse, liberándose de los enemigos externos para vencer a aquellos de naturaleza interna, siempre dispuesto a servir y amar.
Evocando los mártires del Cristianismo primitivo, enfrenta los valores decadentes de la ética y de la moral, graves problemas sociales y morales, que le exigen sacrificio para una existencia honorable y sin acuerdos con la indignidad, la traición y el futuro ratificado.
Se vuelve más intitulado como portador de comportamiento excéntrico porque tiene el coraje de mantener la vida sana, se mantiene digno en todas las circunstancias, responsable por los pensamientos, palabras, acciones, incomprendido y no pocas veces perseguido, aunque en los sitios donde trabaja doctrinariamente, por la conducta enfermiza de los acostumbrados a la liviandad y al ocio.
No cabe duda de que la adhesión al Espiritismo impone la consciencia de responsabilidad y del coraje para transformar en espírita verdadero a aquel que le sienta sublime atracción.
Vianna de Carvalho
(Página psicografiada por el médium Divaldo Pereira Franco, el 10 de agosto de 2009, en la ciudad de Rio de Janeiro.)
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