lunes, 26 de marzo de 2018

Regreso a la Vida Espiritual


Hola amigos;
hoy tenemos para leer:

- Educación para la Muerte
-Grandezas y miserias de la Mediumnidad
-Regreso a la Vida Espiritual
-Comunicado espiritual: El futuro del Espiritismo
-Forma de los Espíritus: Periespíritiu-(Reflexión)




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            Educación para la Muerte 

Para los materialistas, “Educación para la Muerte” significa “Educación para la Nada”. 
Sin embargo, para aquel, que entrevé la inmortalidad del alma, Este título se torna gran-dioso, pues comprende que la muerte solo es el término de una experiencia material y el retorno a la vida libre del Espíritu. 
El ser humano debería ser educado, no solo para esta vida actual, sino también prepararse, a través del perfeccionamiento intelectual y moral, para las próximas existencias, que se alternan en el mundo espiritual y en el mundo material, dentro del largo proceso evolutivo a que están vinculados todos los seres del universo. 

Herculano Pires.
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       La Grandeza y miserias de la Mediumnidad 

Práctica y Peligros de la Mediumnidad:
No hay en este mundo una sola cosa que no sea buena o mala según el uso que se haga de ella. 
Es injusto hacer notar el lado malo de las practicas espíritas sin señalar al propio tiempo los beneficios que de las mismas se siguen y son mucho más importantes que sus abusos y decepciones.
El mundo invisible es también un  océano profundo, sembrado de escollos, pero también lleno de riquezas y de vida.

La acción del mundo invisible sobre la humanidad es constante, estamos sometidos a sus influencias y sugestiones. Quererlo ignorar, es quedarnos voluntariamente desarmados ante él. Con el estudio metódico, aprendemos a atraer sobre nosotros las fuerzas bienhechoras, los auxilios y las influencias buenas que contiene; aprendemos a alejar las influencias nefastas, reaccionando contra ellas por medio de la voluntad y de la plegaria. Todo depende de la manera como se empleen y de la dirección que se impriman a nuestras fuerzas mentales. Muchos males se podrían evitar por el estudio profundo y consciente del mundo invisible.

Dios a puesto al hombre en medio  de un océano de vida, de un mar inagotable de fuerzas y de potencias, dándole además la inteligencia, la razón, la conciencia para que aprenda a conocer y conquistar estas fuerzas, utilizándolas en su favor.

Las dificultades de experimentació n provienen del desconocimiento de las leyes psíquicas y además se haya en la incapacidad de estudiarlas con fruto a causa de las disposiciones de espíritu  que resultan de una mala educación. Con sus prejuicios, con su presunción, y escepticismo, alejan de si todas las influencias benéficas.

En tales condiciones, la experimentació n espírita puede estar llena de peligros, pero en todo caso, lo estará siempre más para los médiums que para los experimentadores. El médium es un ser nervioso, sensible, impresionable; tiene necesidad de sentirse como envuelto por una atmósfera de paz, de calma, de benevolencia que tan solo puede crear la presencia de espíritus elevados. La acción fluidica muy prolongada de espíritus inferiores le puede ser funesta, quebrando su salud y provocando los fenómenos de obsesión de posesión de que hemos hablado ya.

El destino del hombre está precisamente en desarrollar sus propias fuerzas, en construir por si mismo su inteligencia y su conciencia. Es preciso, que sepamos alcanzar un estado moral que nos evite ser presa de espíritus inferiores. Sin esto, hasta la presencia de nuestros guías será impotente para salvaguardarnos.


Hipótesis y Objeciones; Larvas y 
Demonios:

Hay también peligros imaginarios, inventados y luego señalados con gran escándalo por los adversarios del espiritismo. Las dos teorías principales, señaladas por revistas católicas son: las larvas o elementales, y las de  los demonios.

La teoría del demonio ni es positiva, ni es científica. No es más que un argumento muy cómodo  para cierta gente, que se presta a toda clase de explicaciones y permite rechazar todas las pruebas todos los casos de identidad, haciendo tabla rasa de los testimonios más autorizados, pero nada concluyente  y en absoluta contradicción con la naturaleza de los hechos.

La creencia en el demonio y en el infierno ha sido combatida ya con tantas razones y de  tanto peso, que hoy podemos extrañarnos de que inteligencias que parecen claras  las admitan todavía.
Siendo Dios Justo y Bueno, según declara la enseñanza católica, no puedo crear un ser dotado de toda la ciencia del mal, de todo el arte de la seducción, dándole un poder absoluto sobre el hombre débil y desarmado.

El Espiritismo no cree en un Dios de cóleras y de venganzas, sino en un Dios de justicia y de misericordia infinita. El Jehová sangriento y terrible ya ha pasado. El infierno ha sido cerrado para siempre. Del cielo desciende sobre la tierra, con la revelación nueva, el consuelo de todos los dolores, el perdón de todas las debilidades, el rescate de todos los crímenes, por medio de la expiación y el remordimiento.



Abusos de la Mediumnidad
:

Entre otros, abusos, mencionaremos los fraudes y las supercherías.
Los fraudes son conscientes e inconscientes en este último caso, son provocados por la acción  de espíritus malos o por sugestiones que ejercen sobre el médium los experimentadores de los presentes en la reunión.

Los fraudes conscientes provienen, o bien de los falsos médiums, o bien de médiums verdaderos, pero desleales, que han convertido sus facultades en fuente de provecho material.

Nada hay más vil y más miserable que negociar con los dolores del prójimo, fingiendo por dinero a los amigos, a los seres que lloramos para siempre en este mundo, y hacer de la misma muerte un objeto de falsificaciones y de la más vergonzosa especulación.
Más no se puede hacer responsable de tales procedimientos al Espiritismo. El investigador inteligente ha de estar siempre en guardia y emplear constantemente en todo su raciocinio.

La mejor garantía de sinceridad que puede presentar un médium es el desinterés, como es también el medio más seguro para obtener la protección de lo Alto.

Para conservar todo su prestigio moral, para producir frutos de verdad, la mediumnidad ha de ser ejercida con elevación y sin paga material ninguna; de otro modo se convierte en fuente de abusos en instrumento de confusión del cual podrán servirse las entidades maléficas. El médium banal es como el mal sacerdote que introduce en el santuario sus egoístas pasiones y sus materiales intereses.

El ejercicio de la mediúmnidad ha de ser en todo tiempo y ocasión un acto grave y religioso despojado de todo carácter mercantil y de todo aquello que lo pueda rebajar o desmerecer.


Texto extraído del libro "En lo  Invisible"De León DenisResumen realizado por Merche926 del IRC

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        REGRESO A LA VIDA ESPIRITUAL

La vida es la mayor dádiva que nos ha sido entregada por nuestro Creador. Podemos contemplarla bajo dos prismas. Desde el punto de vista material, la vida es un camino que conduce inexorablemente a la muerte. Biológicamente tenemos caducidad. Desde el punto de vista espiritual, la vida es un camino que conduce hacia la perfección. Espiritualmente, somos inmortales. 

   El ser humano pertenece ya en esta vida a dos mundos. Por su cuerpo físico está unido al mundo visible; por el fluídico está enlazado al invisible. El sueño es la separación momentánea de estas dos envolturas; la muerte, es la definitiva. En los dos casos, el alma se separa del cuerpo físico y, con ella, la vida se concentra en el fluídico, el llamado periespíritu. Realmente, reflexionando sobre esto, durante toda nuestra vida material nunca perdemos el contacto con el plano espiritual, que es, nuestro verdadero hábitat. Todo es vida, pues, en distinta vibración. Somos un espíritu eterno habitando temporalmente un cuerpo terreno. La muerte física no es el fin de la vida. Es un simple cambio de capítulo, en el libro de la evolución y del perfeccionamiento; una puerta de regreso a nuestra verdadera vida: la espiritual. 

   Podemos resumir el proceso de desencarnación como la separación final del cuerpo espiritual y el cuerpo físico. No se produce de igual forma en todos los casos. En algunos, el desprendimiento es bastante rápido y podemos decir que el momento de la muerte es también el de la liberación, que se da en unas pocas horas. En otros, por el contrario, sobre todo en aquellos cuya vida ha estado muy unida a lo material, el desprendimiento es mucho más lento y a veces dura semanas y hasta meses. Se trata de la sintonía o afinidad entre el cuerpo y el espíritu. André Luiz, nos informa detalladamente de todo este proceso en el libro Obreros de la vida eterna. Según nos describe, desde el plano espiritual los mentores, tras higienizar adecuadamente el ambiente y liberar al moribundo de las fuerzas de retención amorosa que suelen emitir inconscientemente los familiares, comienzan las operaciones magnéticas necesarias. Primeramente, insensibilizan por completo el nervio vago, para facilitar el desligamiento de las vísceras. Continúan aislando todo el sistema nervioso simpático, a través de pases longitudinales, neutralizando, más tarde, las fibras inhibidoras del cerebro. Posteriormente, comienza el trabajo sobre las tres regiones orgánicas fundamentales, que se irán desligando paulatinamente: 
1º El centro vegetativo, a través de pases transversales en el abdomen, que liberan fluido vital del plexo solar y dan lugar al estiramiento y enfriamiento de los miembros inferiores. 
2º El centro emocional, realizando pases rotativos concentrados en el tórax y operando sobre el corazón, que pasa a funcionar como una bomba mecánica sin regulación. Se desprende entonces una nueva porción de substancia ectoplásmica del epigastrio a la garganta. Todos los músculos trabajan fuertemente contra la partida del alma, oponiéndose a la liberación en un esfuerzo desesperado, ocasionando angustias y aflicción al paciente. Se produce entonces la pérdida del pulso y el paciente entra en coma. 
3º El centro mental, como última etapa del proceso, concentrando el trabajo magnético en la fosa romboidal (pared anterior y el suelo del cuarto ventrículo cerebral). El paciente siente una conmoción indescriptible, que se asemeja a un choque eléctrico de grandes proporciones. Una llama brillante de un color entre violeta y dorado, se desprende entonces de la región craneal, absorbiendo fluidos vitales, reagrupando y conformando el cuerpo espiritual, miembro a miembro, trazo a trazo, readaptando así todo lo necesario para el nuevo campo de acción. El mismo autor, se refiere a este punto en el libro Evolución en dos mundos como: «histogénesis espiritual». Es entonces cuando la conciencia superior pasa revista a toda la vida pasada, en una especie de vista panorámica con una rapidez vertiginosa. Todas las ideas emitidas, así como los actos que se han realizado,  con una precisión absoluta. Para los encarnados, el paciente ha muerto por completo. 

   Tan solo resta una última conexión, un leve cordón plateado, semejante a un sutil cable entre el cerebro del cuerpo físico y el cerebro del periespíritu. Podríamos describirlo como un hilo de fuerzas electrobiomagnéticas, una arteria fluídica que sustenta el flujo y reflujo de los principios vitales en readaptación, semejante al cordón umbilical de un recién nacido. Una vez retirada esta última vía de intercambio, el cadáver muestra señales, casi de inmediato, de avanzada descomposición, comenzando la movilización de la fauna microscópica a través de corpúsculos de las más variadas especies, la llamada: histólisis orgánica. Por otra parte, el espíritu despierta a la vida espiritual y su situación será la consecuencia directa de sus tendencias, bien sean las inferiores hacia la materia, como las superiores hacia los bienes de la inteligencia y del sentimiento. La comprensión sobre su estado no es inmediata, ni la transición instantánea. Si el ojo humano no puede pasar bruscamente de la oscuridad a una intensa luz, igual le sucede al alma. La muerte nos hace entrar en un estado transitorio: el estado de turbación, que se prolonga más o menos, según las circunstancias y el estado de cada espíritu. 

   De regreso a la vida espiritual, para la mayoría, todo es objeto de admiración, ya que todas las cosas difieren esencialmente del medio terrestre. La percepción se realiza de manera global. El espíritu ve, oye y siente con el cuerpo espiritual entero, independientemente de la posición o dirección. Encuentra la misma materia conocida de la Tierra, pero que se presenta con una nueva escala vibratoria, al existir elementos atómicos más complicados y sutiles, por debajo del hidrógeno y por encima del uranio, del sistema periódico de los elementos químicos por nosotros conocido. Las leyes de la gravedad son menos rígidas, aunque siguen afectándole. El rigor de las estaciones es suprimido por los factores ambientales que aseguran la armonía de la naturaleza, estableciendo un clima casi constante y uniforme. 

   Los espíritus son capaces de ver en el presente cosas que aparecen para nosotros como situadas en el pasado o en el futuro. El Espíritu recibe los pensamientos y emociones que emiten hacia él sus seres queridos. El tiempo no se cuenta por los relojes terrestres, y el fenómeno del día y la noche es muy diferente, comprobándose, en lugar de las tinieblas nocturnas, una leve disminución de la intensidad de la luz solar, que se vuelve difusa, como en los crepúsculos, repletos de colores y matices admirables, como si la luz pudiese penetrar en todas las cosas. 

   Sin ser limitado por el espacio, el espíritu puede orientarse, encontrar a una persona y seguirla; desplazarse hacia cualquier punto con la velocidad del pensamiento, por fuerza de su voluntad. Le basta dibujar en su mente el lugar, idealizándolo y siguiendo sus recuerdos, la voluntad le guía en una fracción infinitesimal de tiempo, pudiendo visitar incluso otros planetas. Los espíritus atraviesan la materia, lo penetran todo: el aire, la tierra, el agua y hasta el mismo fuego le son igualmente accesibles. También puede elevarse por el aire, utilizando su fuerza de voluntad. Se comunican a través del pensamiento. El pensamiento es lo que las manos son en el plano material, posibilitándole la creación de formas dotadas de movimiento, sonido y color, en el fluido cósmico universal, las llamadas ideoplastías, perfectamente perceptibles por todos aquellos que se encuentran sintonizados con las ondas que las expresan. La vegetación se torna extremadamente interesante y extraña. Como un pequeño ejemplo, se puede imaginar un clavel floreciente, con sus raíces entrelazadas en la propia atmósfera del mundo. En la vida errática se vislumbran espectáculos indescriptibles y las más provechosas lecciones. De esa manera, muchas almas regresan al mundo terrestre, ricas en conocimientos, para encender las antorchas que guíen a la humanidad.

-Alfredo Alonso de la Fuente-
Revista Espírita nº 11 de la fee-


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           EL FUTURO DEL ESPIRITISMO

     El Espiritismo es la ciencia de toda la luz del saber. ¡ Feliz la sociedad que lo ponga en práctica!. Solamente entonces la edad de oro, o mejor, la era del pensamiento celestial reinará entre vosotros. Y no penséis que por esto tendréis menos satisfacciones terrenales. Muy al contrario, todo será felicidad para vosotros, porque en ese tiempo la luz os hará ver las verdades bajo un aspecto más agradable. Lo que los hombres enseñarán ya no será esa ciencia capciosa que os hacer ver, bajo la engañosa máscara del bien general, o de un bien futuro, en el cual, muchas veces, el propio maestro no tiene ninguna confianza, la mentira y la estupidez, el deseo de tenerlo todo, en provecho de una secta y a veces en provecho de uno solo. Ciertamente los hombres no serán perfectos; pero entonces el falso estará tan restringido y los malos tendrán tan poca influencia que serán felices en su minoría. En esos tiempos los hombres comprenderán el trabajo y todos llegarán a la riqueza, porque no desearán lo superfluo, sino para hacer grandes obras en provecho de todos, El amor, esta palabra tan divina, ya  no tendrá más esa acepción impura que le asignasteis; todo sentimiento personal desaparecerá, ante esa enseñanza tan suave, contenida en estas palabras de Cristo: Amaros los unos a los otros, como a vosotros mismos.
Llegando a esta creencia todos seréis médiums; desaparecerán todos los vicios que degradan vuestra sociedad; todo se tornará luz y verdad; el egoísmo, ese gusano roedor, que es retardador del progreso y que apaga todo sentimiento fraterno, no tendrá más dominio sobre vuestras almas; vuestras acciones ya no tendrán por móvil la codicia y la lujuria; amareis a vuestra mujer porque ella tendrá un alma buena y os querrá, porque verá en vosotros al hombre escogido por Dios para protegerla en sus debilidades y porque ambos os ayudareis a soportar las pruebas terrenas y seréis los instrumentos designados para la propagación de seres destinados a mejorarse y progresar, a fin de llegar a mundos mejores, en donde podréis, por un trabajo aun más inteligente, alcanzar a nuestro Supremo Bienhechor. ¡Id Espíritas !, perseverad; haced el bien por el bien; desechad suavemente los obstáculos; recordar que todo es armonía en la Naturaleza y que ni la armonía que está en los mundos superiores, es del agrado de ciertos Espíritus fuertes, pero tendréis también vuestra armonía relativa.
      
(Mensaje del Espíritu  San Luís – Revista Espírita de 1860).

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           FORMA DE LOS ESPÍRITUS :

             PERIESPÍRITU ( Reflexión)

      El espíritu en su mas pura esencia no tiene forma, lo que vemos y perciben los mediums es el periespíritu, que es el lazo que une al cuerpo con el espíritu. 
      Los espíritus utilizan el periespíritu para materializarse y manifestarse, a medida que el espíritu evoluciona los lazos con la materia se hacen mas ligeros, menos densos. 
      Los espirtus utilizan el periespiritu para manifestarse en el plano fisico, utilizan la apariencia fisica de su ultima encarnación, para ser reconocido por sus familiares y seres queridos de su ultima reencarnacion, otros espíritus pueden preferir manifestarse con la apariencia fisica de anteriores encarnaciones o de la encarnación que mas importancia tuvo en su evolución espiritual. 
      Recordemos que el espíritu vive muchas vidas, por tanto tuvo varias apariencias físicas, tanto de hombre como de mujer. 
      Esas almas que los moribundos ven son los espíritus amigos pertenecientes a la familia espiritual de la persona que esta desencarnando, que en este momento de trance, vienen a asistirnos y acompañarnos. 
      Tenemos que comprender que a ese ser querido se le finalizo el tiempo de su encarnación en este mundo y debe continuar su progreso en el mundo espiritual, donde si era una buena persona, casi con seguridad estará mejor que aquí en la tierra, mundo de expiación y pruebas. 
      Ellos continúan viéndonos y en muchos momentos acompañándonos y no desean vernos tristes. 
      Desean que se les continúe queriendo y recordando, pero sin tristezas y con la convicción de que algún día, si lo merecemos, estaremos junto a ellos. 
Angeles C.M


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