lunes, 30 de abril de 2018

Miedo a la Muerte


Hoy podemos ver  aquí:

-Alienígenas,UFO y Espiritismo
-Mediumnidad y Espìritus Guìas
-Psicografía
-Miedo a la muerte



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Alienígenas, UFO y Espiritismo


El término UFO es una abreviación de la expresión en inglés Unidentifiel Flying Object, lo que  traducido al español significa Objeto Volador No Identificado, mejor conocido popularmente como OVNI.  ¿Pero  finalmente, que son los UFOs?. Como su propio nombre indica, un UFO es un objeto o un ser, desconocido al ser humano, por tanto, extraterrestre, que está visitando nuestro planeta. Resumiendo, un alienígena, UFO u OVNI, es un ser de otro planeta que viene a la Tierra.
Sabiendo lo que son, surge ahora la pregunta: ¿ Qué es lo que los seres extraterrestres quieren con la Tierra y con los humanos?. Finalmente, nadie haría un viaje de millones de años luz, solo para hacer turismo, ¿no es cierto?. El presentador e investigador Luiz Ricardo Geddo, experto en el fenómeno OVNI dice lo siguiente sobre el interés de los seres extraterrestres por los seres humanos:
Ufo y espiritismo: Que dice la Doctrina  sobre los fenómenos extraterrestres?
¿ Cómo el Espiritismo  deja para la Ufología todo el tema de los seres extraterrestres?. ¿Cual es la relación entre UFO y Espiritismo?. Como la Doctrina explica, existen diversos planetas al rededor de la galaxia y en otras frecuencias,y que son habitados por Espíritus en estado de mayor o menor evolución que la nuestra. Siendo así, las apariciones alienígenas son solamente visitas de Espíritus hermanos, a nuestro planeta, de la misma forma que un antropólogo podría querer visitar, caso de que tuviese una máquina del tiempo, el Egipto de la época de los faraones, para descubrir como fueron hechas las pirámides.
Vamos a analizar el tema a la luz del Espiritismo.
Pluralidad de  mundos habitados
– Este es uno de los pricipios básicos de la Doctrina Espírita, de acuerdo con lo cual, nada confiere a la Tierra el privilegio de ser la única residencia de seres racionales e inteligentes, porque es un pequeño globo casi imperceptible en la inmensidad del Universo.
En efecto, el hombre de la Tierra está lejos de ser, como supone, el primero en inteligencia, en bondad y en perfección. Sin embargo hay hombres que se tienen por espíritus muy fuertes y se imaginan que solo pertenecen a este pequeño globo que tiene el privilegio de contar con seres racionales. ¡Orgullo y vanidad!.
¡ Juzgan que Dios creó el Universo para ellos solos !
En realidad, Dios sabiamente pobló de seres vivos a la pluralidad de mundos, concurriendo todos ellos al objetivo final de la Providencia.
Creer que solo los haya  en el planeta que habitamos, sería dudar de la sabiduría de Dios, que no hizo nada inútil. Ciertamente, a esos mundos Él les debe haber dado un destino además del de recrearnos la vista a los que poblamos la Tierra. Además nada hay, ni por la posición ni por el volumen, ni por la constitución física de la Tierra, que pueda inducir a la suposición de que ella goce del privilegio de ser habitada, con exclusión de tantos millares de millones de mundos semejantes.
Del Portal Espírita

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     MEDIUMNIDAD Y ESPÍRITUS GUÍAS

                           Reflexión. 

     Existe una gran confusión en todo lo relacionado con la mediumnidad. 
     Para algunas personas, ¨muy poco instruidas¨; la palabra Médium transmite extraños significados: como por ejemplo, imágenes de gitanas que dicen la buenaventura examinando bolas de cristal, tableros ouija que deletrean mensajes, lecturas de las cartas del tarot y mesas levitando en sesiones en las que se transmiten saludos de los fallecidos. 
   También se les tacha a los Médiums como excéntricos, estrafalarios y bastante chiflados transmitiendo mensajes espirituales. 
     Todo esto, por supuesto, son ideas erróneas cuando se trata de un Médium SERIO, FORMAL Y MORALIZADO. 
     El papel del guía espiritual con el médium es importantísimo, hace de protector y conector; protege de las influencias negativas cuando es posible y ayuda a establecer la conexión entre la tierra y el espíritu. 
     El guía espiritual no está con el médium permanentemente todo el tiempo, hace lo que tiene que hacer y luego se dedica a sus otros asuntos en el mundo de los espíritus. 
     Todos los médiums tienen protección espiritual. 
     Las personas que no son médiums también tienen guía espiritual, es apropiado desarrollar la habilidad para acercarnos a nuestro guía. 
     Esa habilidad se desarrolla aprendiendo a escuchar la voz que hay dentro de cada uno de nosotros y que encontramos cuando permanecemos atentos y en silencio. 
     Se le puede pedir a nuestro guía que nos dé sabiduría para aprender de todas nuestras experiencias. 
     Nuestro guía no puede hacer por nosotros lo que debemos hacer nosotros mismos, pero si debemos escucharlo en la voz der la conciencia, y esto si nos puede servir de mucha ayuda a la hora de orientarnos por el camino adecuado. 
     Si actuamos EN ARMONÍA Y AMOR CON LA VIDA alcanzaremos el buen karma del amor, la salud, realización, seguridad, felicidad y la inspiración. 
     Pero por el contrario,  ACTUAMOS CON FALTA DE ARMONÍA Y AMOR, EL DESORDEN SE VERÁ ATRAÍDO A NUESTRAS VIDAS, produciendo el mal karma de la infelicidad, la enfermedad y la inseguridad. 

Angeles C.M

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    SOBRE LAS RELACIONES CON LOS 
                         ESPÍRITUS 

¿Los Espíritus, para manifestarse, tienen siempre necesidad de ser evocados? 
No, porque se presentan muchas veces sin ser llamados y esto prueba que vienen espontáneamente. 
23. Cuando un Espíritu se presenta por su propia voluntad, ¿se está más seguro de su identidad? 
De ninguna manera, porque los Espíritus mentirosos, emplean a menudo este medio para engañaros mejor. 
24. Cuando por el pensamiento se evoca el Espíritu de una persona, aun cuando no haya manifestación por la escritura ni de otro modo cualquiera, ¿viene a nosotros? 
La escritura es un medio material para que el Espíritu pueda atestiguar su presencia, pero el pensamiento es el que le atrae y no la acción de escribir. 
25. Cuando un Espíritu inferior se manifiesta, ¿puede obligársele a que se retire? 
Sí, no escuchándole. Pero, ¿cómo queréis que se retire cuando os divertís con sus torpezas? Los Espíritus inferiores se unen a los que les escuchan con gusto, como los necios entre vosotros. 
26. La evocación hecha en nombre de Dios, ¿es una garantía contra la intervención de los Espíritus? 
El nombre de Dios no es un freno para todos los Espíritus perversos, pero detiene a muchos; por este medio siempre alejáis a algunos y aun alejarías a muchos más si la evocación fuese hecha desde el fondo del corazón y no como una fórmula ligera. 
27. ¿Podrían evocarse nominalmente muchos Espíritus a la vez? 
Ninguna dificultad hay en esto, y si vosotros tuvierais tres o cuatro manos para escribir; tres o cuatro os responderían al mismo tiempo; lo que sucede cuando hay muchos médiums. 
28. Cuando son evocados muchos Espíritus simultáneamente y sólo hay un médium, ¿quién es el que contesta? 
Uno de ellos contesta por todos y manifiesta el pensamiento colectivo. 
29. ¿Podría el mismo Espíritu comunicarse a la vez con dos médiums diferentes, estando en sesión? 
Tan fácilmente como vosotros tenéis hombres que a la vez dictan muchas cartas. 


Observación. – Hemos visto a un Espíritu contestar al mismo tiempo por conducto de dos médiums a las preguntas que se le han dirigido, al uno en inglés y al otro en francés, y las respuestas eran idénticas en el sentido: algunas eran la traducción literal la una de la otra. 
Dos Espíritus evocados simultáneamente por dos médiums pueden establecer entre ellos una conversación; esta especie de comunicación no siendo necesaria para ellos, puesto que leen recíprocamente su pensamiento, se prestan a ello sólo para nuestra instrucción. Si son Espíritus inferiores, como aún están imbuidos de pasiones terrestres y de ideas corporales, puede llegar el caso que se disputen y apostrofen con palabras groseras, se echen en cara sus faltas, y aun se tiren los lápices, cestitas o planchitas, etcétera, el uno contra el otro. 


30. El Espíritu evocado al mismo tiempo sobre diferentes puntos, ¿puede contestar simultáneamente a las varias preguntas que se le hacen? 
Sí, si es un Espíritu elevado. 
–¿En este caso se divide el Espíritu o tienen el don de ubicuidad? 
El Sol es uno y sin embargo irradia alrededor y lleva lejos sus rayos sin subdividirse; lo mismo sucede con los Espíritus. El pensamiento del Espíritu es como una chispa que proyecta a lo lejos su claridad y puede ser apercibida en todos los puntos del 
horizonte. Cuanto más puro es el Espíritu, más irradia su pensamiento y se extiende como la luz. Los Espíritus inferiores son demasiado materiales; no pueden contestar sino a una sola persona a la vez, y si les llama en otra parte tampoco pueden ir. 
Un Espíritu superior, llamado a un mismo tiempo en dos puntos diferentes, responderá las dos evocaciones si son tan formales y fervientes la una como la otra; en el caso contrario, da preferencia a la más formal.


- El Libro de los Mediums-

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                       PSICOGRAFIA :
                        

                        CARTA DE ADRIANO BASTOS 

(La carta vino espontáneamente; sin contacto previo con los familiares. La familia autorizó su publicación.

Consuelo y Esperanza para todos nosotros.

Padre, mi amigo de todos los momentos. ¿ Como te encuentras?. 
Por lo que he visto, triste y deprimido.
Desde mi partida, el señor perdió el placer de vivir, el gusto por la vida.
Además de eso, con las dudas que no hacen más que aumentar su preocupación.
"Dios mío, como voy a resolver yo, ahora todo eso?"
El señor piensa que yo soy fuerte. Siempre me esforcé para darte a ti y a Micaeli, todo lo que yo no tuve. Y como siempre, con mucho o con poco, GRATITUD siempre ante tu nombre, ¡ mi viejo !. 
Papá Marcos, mi gran amigo, estoy bien y vivo. Aquel choque que tuve fue accidental, padre mío.  Yo no vi el hilo que estaba sobre mi cabeza. En segundos, yo ya  no estaba allí. Vi a Gabriel llorando mucho y agitando mi cuerpo caído en el suelo, intentando reanimarme.
 Entonces me di cuenta de que yo ya no pertenecía a este plano. 
Digo esto padre, para que sepa que soy yo mismo y que no se sienta culpable, pues ni el señor, ni nadie, tuvo la culpa.
Los caminos de Dios son misteriosos y desconocidos para nosotros, pero, perfectos.
Córtate el pelo, arréglate, sonríe a la vida, pues ella te dará muchas oportunidades,
 El señor va a ser ayudado, no te preocupes. Esos 60 Reais con 25 centavos que están en tu cartera, ahora es poco, pero lo poco con Dios es mucho,
 La vida no terminó. Yo no morí. La vida no se acaba. Entonces, padre, no permitas que tu vida acabe, viviendo en el dolor y la soledad.
  Vete al club, juega al fútbol, ¡ Vive !.
   Yo desde aquí, te observo mejor y te mando buenas energías, mi guerrero.
Recuerda, yo te amo para siempre.
Con amor,

Adriano V. Bastos

Médium Hamilton Junior

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                     MIEDO A LA MUERTE

    En la noche estrellada el ser humano alza la mirada al cielo y queda cautivado ante la grandeza del firmamento. La belleza de la creación le invade y las penas que pueda arrostrar se empequeñecen ante la nimiedad de nuestra existencia, menor que un grano de arena en la infinidad del universo.
    Y sin embargo, algo en nosotros necesita trascender, pero acude el miedo a la mutación, el miedo al cambio. Las estrellas también mueren, pero en realidad su polvo cósmico da lugar a nuevas formaciones, que todavía no llegamos a comprender del todo. ¿Qué es un agujero negro? ¿Qué es la energía oscura? Preguntas que nos dejan atónitos.
    Cuando bajamos la vista, vemos lo que nos envuelve. Volvemos a las cosas que nos preocupan, gustan o requieren, siendo más o menos conscientes de lo que hacemos o no. De cómo lo hacemos o no. Pero indudablemente haciéndolas, pues todo en la vida es cambio, movimiento. Y de repente, nos saca de nuestra inopia existencial la pérdida de algún ser querido. Nos hace volver a mirar al cielo, pero esta vez al de nuestra propia existencia, y ver qué lejanos están los astros de nuestras dudas e incertidumbres, y qué pequeños son nuestros problemas ante un «manotazo duro, un golpe helado»1 que nos puede arrojar de esta existencia sin más. ¿Qué nos duele de la muerte? ¿Qué es lo que nos da miedo? El miedo a la muerte es el miedo a la pérdida.
    «Abandona con donaire las cosas de la juventud2 y despójate de las que te hicieron ser de un modo u otro para recomenzar con el nuevo día». Sería un lema válido, muy olvidado en Occidente. Porque la muerte es un acto natural de cambio, de mutación. Y obviamente de pérdida de las cosas materiales.
     En la Antigüedad, los seres queridos eran rememorados en casa, depositados en una urna funeraria. En la cultura romana, por citar un ejemplo cercano culturalmente hablando, había que ofrecer veneración y respeto a los lares y penates. ¿Dónde están ahora nuestros seres queridos? En los mausoleos fríos de pomposa arquitectura, amontonados sin más, no siendo diferentes a un osario sino por estar separados en nichos.
    Y si vamos más atrás, en esta nuestra querida zona levantina, en la cultura del Argar enterraban a sus difuntos en cistas y vasijas dentro de la propia casa, curiosamente en posición fetal, ¿quién sabe si como ritual que emulaba el renacimiento al lugar del cual se ha venido? Curioso ritual que no hacía sino presente que ellos seguían ahí, formando parte del clan, recordando a cada instante «polvo eres y en polvo te convertirás».
    Vivimos actualmente en una cultura aséptica hacia la muerte. Y de lo que no se habla, se tiene miedo, porque falta naturalidad. Dolor, muerte, sufrimiento, temas tabú en una cultura hedonista y en ocasiones cínica, en su versión más rampante. «El muerto al hoyo y el vivo al bollo». Magnífico lema de nuestro sentir cultural actual.
    La muerte es la incógnita para los grandes pensadores de todos los tiempos. ¿Dejaré de pensar? ¿Dejaré de sentir? ¿Todo esto para qué? Y el azar se convierte en una  pesada losa, una variable que explica una pequeña cantidad de fenómenos, pero que abre nuevos interrogantes todavía más intrincados.

(1 Hernández, Miguel (1936). “Elegía a Ramón Sijé”, en: El rayo que no cesa. 2 Ehrmann, Max (1948). “Desiderata”, en: Desiderata of Happiness)

     Lucrecio, adalid del ateísmo clásico, en su obra De rerum natura, proponía como solución al miedo irracional, la consabida afirmación que si nada hay tras la descomposición de nuestra energía vital atómica, no sentiremos nada, porque la nada es poco más que un silencio indoloro. Por tanto, se teme al dolor, no a la muerte. Ya sea éste físico, o de pérdidas afectivas o materiales.
    Cuando se trata de pérdidas afectivas, aquí se abre un foco de luz, donde el Espiritismo tiene mucho que aportar. Conmemorando como estamos el ciento cincuenta aniversario de la obra de A. Kardec El Cielo y el Infierno, en su 2ª parte podemos leer las distintas clases de comunicación que los seres ya desencarnados dan sobre su estado, estando éstas muy influenciadas por el tipo de vida, el tipo de afectos y afecciones que durante la última existencia tuvieron.
     La grandeza del Espiritismo radica en darle sentido a la continuidad de los lazos afectivos más allá de la mutación física, que llamamos muerte. Porque las almas de los seres queridos siguen ligadas por afecto a nosotros y viceversa, creándose a lo largo de los siglos verdaderas familias espirituales, dando sentido a aquel sentimiento tribal y de clan que las primeras culturas tenían, en donde aun fallecidos los jefes eran constantemente rememorados mediante la tradición oral. En la Biblia, libro Génesis, bien podemos ver cómo Jacób hacía aprender de memoria la lista de sus antepasados a José, como claro ejemplo de esta importancia dada a la memoria de los antepasados, ya que éstos eran los protectores de la familia. Y volviendo a nuestros antepasados romanos, los lares y penates eran los custodios de cada familia y a los cuales no había que deshonrar o agraviar con acciones impías, dignas de vituperio y vergüenza.
     Por tanto el miedo actual a la muerte, que tenemos en Occidente, viene de un miedo a la pérdida afectiva o material, que racionalmente no aceptamos, pero que emocionalmente es patente. Por suerte el atavismo aquél, el miedo a un infierno hirviendo y de azufre, ya no causa ninguna sensación, ni para nada es causa de miedos inconscientes hacia el qué habrá después. Al menos en una sociedad laica como es la española. Un claro ejemplo de este miedo en épocas anteriores lo podemos rastrear en la novela La Regenta, de Alas Clarín (1884-85), donde un ateo redomado ante la muerte sin extremaunción de su pupilo, al cual había llevado a su bando, siente tal pavor, con pesadilla incluida, que accede a los sacramentos por no verse él también desposeído de ser enterrado en camposanto; porque antes, si no eras católico sin mácula, no te enterraban en “tierra santa”, es decir en el cementerio.
     El Espiritismo nos devuelve parte de esa naturalidad perdida con el mundo de la muerte y el renacer al mundo espiritual, al cual se asiste con alegría, como quien sale de un estado pesado (un fondo marino) a uno más liviano y ligero (la superficie). Donde todas nuestras facultades se hallan en plenitud y nuestro corazón siente ciento por mil, las emociones que durante la existencia terrenal no han sido sino un pálido reflejo.
     Por tanto mi invitación a seguir indagando en esta maravillosa filosofía espiritualista, que es el Espiritismo, que tanto consuelo otorga al corazón a través de la razón, y nos conecta con nuestras más ancestrales esencias a través de una metodología empírica, deudora de la filosofía helena, que tanto ha caracterizado a Occidente y su forma de encarar la existencia.

Callosa de Segura, a 6 de septiembre de 2015.
-Jesús Gutierrez Lucas-
Art. tomado de la Revista Espírita nº 13 de la FEE


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