lunes, 13 de junio de 2016

¿ Reencarnación o Resurección?





Análisis de la violencia
Queridos amigos, hola buenos días, despertando para la vida orgánica, despertamos también para las diversas situaciones que se dan en el día, pidamos a Dios con fervor, la luz y el esclarecimiento suficiente para saber actuar como es debido en esas situaciones y no tener que lamentar a la noche, cuando examinemos nuestras acciones del día, el haber obrado indebidamente.
La violencia y la agresividad están generalizadas, hoy en día, por todas partes, en las más sencillas familias, en los grupos más serios y formales, en todas partes, surge el violento que rompe con las reglas del buen vivir.
Todos pensamos que son seres rebeldes y que como fieras, hemos de apartar de la sociedad, nos gusta dar una buena imagen, ser precavidos, y vamos a la procura de un mundo mejor, pero para ello, todos tenemos que poner de nuestra parte.
El violento lo es porque hay algo que lo incomoda, que lo altera y que lo saca de quicio, y cabe al humilde procurar no violentarle, por el contrario adivinar y esmerarse en la forma de cómo tratarle para que lejos de alterarse, se calme encuentre el lenitivo para que no sufra su espíritu, que la mayoría de las veces, es portador de enfermedades adquiridas en el pasado, donde sufrió el asedio de otros espíritus, y la forma de defenderse es la agresividad, es un escape para su alma que no puede soportar con normalidad lo que le revela, le altera.
La gente está llena de frustraciones, miedos, rencores, envidias, celos... y todo ello les produce un carácter violento, a veces poco distinguible, a veces confundido entre una maraña de contenciones sociales o morales, que explotan cuando menos espera. Violencia y ceguera, la de la ignorancia, pero no la ignorancia del simple, del que es campechano y tiene poca ciencia, sino la ignorancia del que se cree valedor, inteligente, con razón. Esta ignorancia del orgulloso es terrible, carga de odio y violencia todo aquello contra todo aquello que es diferente o que le discute o que no se doblega a su ego.
El hombre es violento en todas partes, en casa, en el trabajo, en el instituto, en los centros comerciales, en la calle, en los medios de transportes, en sus iglesias, en su creencias, en la política, todos sus actos están cargados sino siempre en dados momentos de violencia. Generalmente la violencia se muestra en arrebato, violencia en ataques, y violencia enquistada, como una peste y contagiosa habitualmente.
La violencia puede ser combatida, todos podemos hacer a nuestro alrededor un mundo mejor, y es aprendiendo a amar a nuestros semejantes, sobre todo aquellos que nos alteran, que nos sacan de quicio con su forma de actuar, si aprendemos a ser tolerantes con ellos, la violencia para con ellos desaparece, recordando las palabras de Cristo “Si ninguna piedra que te lancen llega hacerte herida” .
Las semillas de la violencia se siembran y cultivan en la infancia, se desarrollan durante la adolescencia y empiezan a dar sus frutos malignos pronto en la edad adulta. La experiencia que más nos predispone a recurrir a la agresión despiadada es haber sido repetidamente objeto o testigo de crueldades durante los primeros quince años de la vida.
En nuestros días, la violencia es uno de los problemas más preocupantes, aunque en realidad bien es verdad que, que la búsqueda de la convivencia pacífica es una característica natural que abunda en los seres humanos y que nos ayuda a sobrevivir, a evolucionar y a mejorar nuestra esperanza y calidad de vida. Ninguna sociedad puede perdurar sin que sus miembros estén continuamente ayudándose unos a otros.
Esta grave dolencia humana, en general, está disminuyendo. Nadie que se tome la molestia de examinar los índices de violencia en los últimos 70 años podrá evadir el hecho cuantificable de que en la actualidad está menos extendida que nunca. Este dato reconfortante se debe a que la posición de los niños en la sociedad ha mejorado radicalmente, la mujer en un gran número de naciones ha dejado de ser una propiedad del hombre, y las democracias han proliferado. Un aviso: es importante no confundir las noticias de sucesos aberrantes que plagan los medios de comunicación –conscientes de nuestra proverbial atracción por las historias de tragedias– con la vida cotidiana.
Procuremos en la parte que nos corresponde ser bondadosos, hagamos de nuestro mundo, un mundo mejor, ya con eso contribuiremos al bien general, pues estemos convencidos que el mejor emprendimiento al que podemos contribuir es a la procura del bien común.
Amigos os deseo un feliz martes con mucho amor y cariño

Merchita

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LÁGRIMAS DE DECEPCIÓN
Factores limitantes: Mi marido es incapaz de asumir responsabilidades para con la familia y vivimos en un ambiente de mucha hostilidad. Constantemente somos amenazados y agredidos sin ninguna razón. Durante años hago de todo para ayudarlo; ¿Cómo puede el tratarnos de esa manera? Él es intolerante y riguroso, nunca respeta la opinión ajena, estoy sumergida en sentimientos de auto piedad, decepción, resentimiento, vergüenza y, al mismo tiempo, impotencia. Sé que ante insultos y ofensas es preciso perdonar, sin embargo no lo consigo.

Expandiendo nuestros horizontes :
Sé que su corazon pide, entre lágrimas de decepción, un alivio para su conflicto. La solución, invariablemente es – perdonar.
Más el disculpar las ofensas no presupone pasividad, fuga u vivir en una eterna auto piedad.
Perdonar es la comprensión de que, para enfrentar actitudes perturbadas o estructuras desajustadas, no precisa la criatura estar llena de odio, más si comprometida con la paz. Es, esencialmente, una manera de mostrar el otro lado, quiere decir, no enfrentar al mal con el mal. El rencor abrigado en el corazon causa estados destructores en el ser humano; por tanto, rechace el aceptarlo como solución del problema.
El acto de perdonar no exige que usted ignore o niegue su amargura o cualquier otro sentimiento, ni implica que el agresor no deba ser responsabilizado por sus acciones-
Si usted se mantuviera inflexible en la sustentación de la rabia, se ligaría aún más a esa situación infeliz. Si no aprende a perdonar, estimulará circunstancias de opresión en las que vive agravándose. Se trata de la ley de acción y reacción.
Jesús, Maestro de la Vida Superior, que supuestamente fue ultrajado, no tuvo que perdonar. Quien ama verdaderamente jamás se siente ofendido. No le pido que se compare con Cristo o que se comporte como El, porque todos sabemos de la distancia evolutiva que existe entre nosotros y el Maestro. La invito apenas para que comprenda la enseñanza cristiana, a fin de que pueda superar las ofensas sin maltratarse. Las enseñanzas del Señor dicen que es indispensable esparcir la fragancia del perdón, aun mismo cuando es derramada sobre ingratos, pues ella siempre vuelve, en forma de ondas reconfortante, a la mente de quienes las emitió.
No olvide, sin embargo, que soportar de forma sumisa constantes abusos, decepciones y humillaciones puede abrir brechas para que la violencia ocurra con más facilidad. Aun mismo curada la herida, aún permanece la fragilidad de la cicatriz.
En el “Evangelio Según el Espiritismo” capitulo 12, ítem 8, afirma Kardec:
“El propio instinto de conservación, que es una ley natural, dice que no es preciso extender benevolencia a exponer el cuello al asesino. Por estas palabras, por tanto, Jesús no prohibió la defensa, más si condenó la venganza.”
De la sumisión a su sensibilidad, que se encuentra en régimen de esclavitud, y no finja más que todo está bien. En verdad, usted está viviendo hace años una relación turbulenta.
Haga un auto cuestionamiento para ampliar su conciencia. Si usted vive en ese drama, es porque usted misma contribuye para permanecer en el.
La vergüenza está ligada a la falta de límites. Si usted está avergonzada es porque permite que personas invadan o violen sus sentimientos.
Tal vez usted precise comprender sus derechos y cuidar más de sí misma. No adelanta nada llorar; desenvuelva la autoestima y tendrá un nueva visión de su problema familiar.
Decir si cuando se quiere decir no es desvalorizar sus sentimientos. Si sus límites fueron ignorados por los otros, probablemente ellos no van a respetarla. Cuando expresamos con sinceridad lo que sentimos y deseamos hacer, no precisamos quedar eternamente acomodando las situaciones.
Usted puede querer esconder todo aquello que le está aconteciendo, eso es una característica comportamental que se desenvuelve cuando se convive con criaturas problemáticas. Por tanto, usted puede estar:
Disfrazando el miedo en el que vive, por estar siendo amenazada constantemente; no demostrando la vergüenza que siente, por no querer ser maltratada ante los otros; encubriendo los hechos groseros con el manto de la disculpa amenazadora, para no tener conciencia de la extensión de las agresiones vivenciadas; renunciando a sus derechos legítimos, porque ve los derechos de los otros como superiores a los suyos; defendiendo los actos hostiles de parientes, para no ser interpretada como insensible o desalmada.
Perdonar es diferente de enmascarar la realidad. En cualquier relacionamiento familiar, la confianza es esencial, así como la capacidad de ser honesto consigo mismo y con los otros. Donde no se comparte los sentimientos y las emanaciones no puede existir confianza.
Es preciso entender que perdonar no significa aceptar la brutalidad de alguien.
Perdonar, en muchas ocasiones, quiere decir.
Tomar una actitud. Liberarse del resentimiento o del odio, para que ellos no se materialicen en su interior, trayéndole dolores y desequilibrios, tanto externos como y sobre todo internos.
Los primeros cristianos designaron las rosas rojas como símbolo del dolor de los mártires, al paso que las rosas blancas siempre estuvieron asociadas a la pureza y a la dulzura.
Las rosas rojas representan sentimientos ultrajados y las blancas; moderación, auto estima y dignidad.
Mezcle las rosas y regáleselas a sí misma en un bello ramo. La unión de esas dos tonalidades le dará las medidas esenciales que van a asegurar su crecimiento en el amor y, también, su sobrevivencia, honradez y respetabilidad.
Convivir y mejorar.- FRANCISCO DO ESPÍRITO SANTO NETO dictado por los Espíritus LOURDES CATHERINE y BATUÍRA Traducido por M. C. R
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¿Reencarnación o 
Resurección?
Este dilema ha sido un escollo insalvable entre diferentes religiones que por él se han dado la espalda mutuamente, sin embargo, nosotros solo vamos a hacer un somero análisis de los mismos para ver si vislumbramos la verdad de esta cuestión, que es lo que de verdad nos importa. La Reencarnación es un fenómeno natural y cotidiano tanto como lo es también el fenómeno contrario: La desencarnación,. La reencarnación es consecuente con la Ley de Evolución, por la cual los seres espirituales regresamos repetidas veces a la vida física, en nuevos cuerpos físicos y bajo nuevas personalidades humanas, a fin de adquirir las necesarias experiencias que nos permitan evolucionar en nuestra parte espiritual. La Resurección, en lo que se refiere al cuerpo físico, es una antigua idea judeo-cristiana procedente del primitivo pueblo hebreo, que a la idea que hoy llamamos reencarnación le llamaban ellos resurrección, como vuelta a la vida física de nuevo. Pero esto se tergiversó y se tradujo como la vuelta a este mundo, pero con el mismo cuerpo que ya se tuvo y que murió; por tanto, para regresar a este mundo con el mismo cuerpo tendría necesariamente que resucitar antes volviendo a la vida en los despojos que formaron su cuerpo que tuvo antes de la muerte del mismo. Evidentemente, hay que señalar que el concepto de la resurección, tal como lo admite y enseñan las religiones cristianas, solamente supone un mito religioso y un disparate desde cualquier punto de vista, porque no puede existir como tal, ya que una vez que se consuma la muerte de la persona, y se cortan los lazos energéticos que mantenían unido al Espíritu con su cuerpo, el Ser se encuentra libre en un espacio no físico, y el cuerpo carnal abandonado comienza inmediatamente el natural proceso de disgregación celular y de descomposición, con la reintegración de sus elementos a la tierra, de donde una vez salieron, porque ya no hay en el cadáver ningún elemento de cohesión celular porque ya no hay ninguna energía vital; por lo tanto el fenómeno de la muerte cuando es real, una vez completado es absolutamente irreversible; de modo que así regresan los elementos que lo integraban, a la Naturaleza, pudiendo después pasar a formar parte con los elementos minerales que lo componen, de otros cuerpos vegetales, animales o humanos. La resurrección del cuerpo físico como tesis, plantea muchos problemas insolubles desde la razón y desde la lógica, por ejemplo, Cuando muere un niño pequeño, ¿Qué méritos o deméritos podría tener para un premio o un castigo eternos? Estos son algunos de los enigmas sin respuesta bajo la admisión del concepto resurreccionista. Sin embargo si con la palabra resurrección nos referimos a que el Ser espiritual tras la muerte del cuerpo resucita o despierta en el plano de existencia espiritual que llamamos “más allá”, va recobrando poco a poco sus normales facultades como Espíritu libre y después tendrá que regresar al mundo terrenal de nuevo para seguir experimentando, aprendiendo y evolucionando en otra nueva experiencia humana. Entonces el vocablo “Resurrección” adquiere otro sentido muy distinto al del concepto que se le ha atribuido. Además, la acepción normal que se le atribuye, de “resurrección de la carne”, o sea de la misma carne, resulta totalmente absurdo ante la razón y ante la ciencia, además de que ante un elemental sentido de la Justicia Divina ,sería aberrante la existencia de la resurrección de los cadáveres, si existiese, tal y como se entiende. En el ejemplo expuesto de la muerte de ese niño pequeño, sin embargo, también adquiere mayor sentido esa muerte prematura si consideramos que ha podido ser como prueba o castigo a sus padres, o bien porque el poco tiempo que ha vivido en esa vida es el tiempo que le faltó en otra anterior en la que murió prematuramente, tal vez por su decisión o irresponsabilidad.
- Jose Luis Martín -
***************************** “Jesús a Nicodemo: “ Os es necesario nacer de nuevo” - Evangelio Juan 3-7 -

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La caridad material y la caridad moral

 9. "Amémonos unos a otros y hagamos a los demás lo que quisiéramos que se hiciera por nosotros." Toda la religión, toda la moral, se encuentran encerradas en estos dos preceptos; si se siguieran en la Tierra, seríais perfectos; ya no habría odios ni disensiones; diré más; ya no habría pobreza, porque de lo superfluo de las mesas de los ricos se alimentarían muchos pobres y no veríais ya en los sombríos barrios que yo habitaba, durante mi última encarnación, a esas pobres mujeres llevando consigo a sus desfallecidos hijitos, faltos de todo.
¡Ricos! Pensad un poco en esto; ayudad en cuanto podáis al desgraciado; dad para que Dios os vuelva un día el bien que habréis hecho, para que encontréis al salir de vuestra envoltura terrestre, un acompañamiento de espíritus reconocidos que os recibirán en el umbral de un mundo más feliz. ¡Si pudieseis saber la alegría que tuve volviendo a encontrar allí a los que yo pude favorecer en mi última vida...!
Amad, pues, a vuestro prójimo, amadle como a vosotros mismos, porque ahora ya lo sabéis; ese desgraciado que rechazáis, quizá es un hermano, un padre, un amigo que rechazáis lejos de vosotros, y entonces, ¡cuál será vuestra desesperación al reconocerle en el mundo de los espíritus!
Deseo que comprendáis bien lo que puede ser la "caridad moral", la que todos pueden practicar, la que no "cuesta nada" material, y sin embargo, la que es más difícil de poner en práctica.
La caridad moral consiste en sobrellevarnos unos a otros, y es lo que menos hacéis en este mundo en donde estáis encarnados por el momento. Creedme, hay un gran mérito en saberse callar para dejar hablar a otro más ignorante, y esto es también una especie de caridad. Saber ser sordo cuando una palabra burlona se escapa de una boca acostumbrada a ridiculizar; no ver la sonrisa desdeñosa con que os reciben ciertas gentes, que muchas veces, sin razón, se creen superiores a vosotros mientras que en la vida espiritista, "la sola verdadera", les falta quizá mucho para alcanzaros; aquí tenéis un mérito no de humildad sino de caridad, porque el dejar de notar las faltas de otro, es la caridad moral.
Sin embargo, esta caridad no debe impedir la otra, pero sobre todo, pensad en no despreciar a vuestro semejante, acordáos de lo que ya os he dicho; preciso es tener presente que, en el pobre desechado, quizás rechazáis a un espíritu que os ha sido querido y que se encuentra momentáneamente en una posición inferior a la vuestra. He vuelto a ver a uno de los pobres de nuestra tierra a quien había podido, por mi dicha, favorecer algunas veces, y al que a mi vez "imploro ahora".
Acordáos que Jesús dijo que somos hermanos, y pensad siempre en ello antes de rechazar al leproso o al mendigo. Adiós, pensad en los que sufren y rogad. (Sor Rosalía. París, 1860.)
10. Amigos míos: he oído decir a muchos de vosotros: ¿Cómo puedo hacer yo caridad? muchas veces aun no tengo lo necesario.
La caridad, amigos míos, se hace de muchos modos; podéis hacer la caridad en pensamientos, en palabras, y en acciones. En pensamientos, rogando por los pobres desamparados que murieron sin que pudieran ver la luz; una oración de corazón les alivia. En palabras, dirigiendo a vuestros compañeros de todos los días algunos consejos buenos; decir a los hombres irritados por la desesperación, por las privaciones y que blasfeman del nombre del Todopoderoso: "Yo era como vosotros; yo sufría, era desgraciado; pero he creído en el Espiritismo, y mirad que feliz soy ahora". A los ancianos que os dirán: "Es inútil, estoy al fin de mi carrera y moriré como he vivido", decidles a estos: "Dios hace a todos igual justicia; acordaos de los trabajadores de la última hora". A los niños que viciados ya por las compañías que les rodean: vagan por las calles muy expuestos a caer en las malas tentaciones, decidles: "Dios nos ve, hijos míos", y no temáis en repetirles a menudo esas dulces palabras; ellas concluirán por germinar en su joven inteligencia, y en lugar de pilluelos, habréis hecho hombres honrados. También esto es una caridad.
Muchos de vosotros decís también: "¡Bah! somos tan numerosos en la tierra, que Dios no puede vernos a todos". Escuchad bien esto, amigos míos: ¿Cuando estáis en la cumbre de una montaña, acaso vuestra mirada no abraza los millares de granos de arena que la cubren? ¡Pues bien! Dios os ve del mismo modo; os deja vuestro libre albedrío, así como vosotros dejáis esos granos de arena ir a la voluntad del viento que los dispersa; sólo que Dios, en su misericordia infinita, ha puesto en el fondo de vuestro corazón un centinela y un vigilante que se llama "conciencia". Escuchadla; os dará buenos consejos. Algunas veces la embotáis oponiéndola al espíritu del mal; entonces se calla, pero creed que la pobre, abandonada, se hará oír tan pronto como la habréis dejado a percibir  una sombra de remordimiento.
Escuchadla, interrogadla, y muchas veces encontraréis consuelos en los consejos que os dé.
Amigos míos, a cada regimiento nuevo, el general entrega una bandera, y os doy esta máxima de Cristo: "Amáos unos a otros". Practicad esta máxima, agrupáos alrededor de este estandarte y recibiréis de El la felicidad y el consuelo.
 (Un espíritu protector. Lyon. 1810.) 

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO CAPÍTULO XIII INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS


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domingo, 12 de junio de 2016

Política y Espiritismo

 
Política y Espiritismo
Ante los disturbios que se están originando por todas partes, muchos nos preguntamos cómo actuar ante ellos, la política ha decaído mucho desde entonces, hoy en día el político, sirve antes a sus propios intereses, a los de sus amigos, o, en un exceso, a los de su partido (loable ejercicio de solidaridad) que a los de la sociedad que le eligió para defenderla, para abastecerla, para dirigirla; en resumen, para transformarla en esa polis idílica de la que nos hablaban Platón y Aristóteles.
El mismo Platón, en La República, abogaba por la aristocracia frente a la democracia. Aristocracia, como la misma palabra indica, es el gobierno de los mejores. Un sistema en el que los dirigentes son aquellos cuya preparación y capacidad les hace dignos de tal cargo.
Miguel Vives, nos esclarece en su libro “Tesoro de los Espiritas” entre otras cosas que el Espiritismo es la política del amor. Ligando los hombres entre si, en la Tierra, y los hombres con los espíritus, entre la Tierra y el Espacio, el realiza la mayor y más bella política de todos los tiempos, para la buena administración de las riquezas publicas del espíritu. Más, siempre que sea posible, el espirita puede y debe dar, a la política del mundo, la ayuda divina de la política del cielo.
El espiritismo es una política superior, aplicada no apenas a la ciudad del mundo, sino también a la ciudad celeste y a las relaciones entre las dos ciudades. El espirita, por tanto, es político, en el buen sentido de la palabra. Pero su política no es ni puede ser hecha de intrigas, de golpes, de negativas, de maniobras. Solo puede ser hecha de amor comprensión, fraternidad y luz.
Por eso los espiritas, en general, son extraños a la política del mundo. Detestan el ambiente de mezquindad interesada en que se procesan las maniobras políticas. Y no admiten que el Espiritismo sea envuelto en la política, cosa que hacen muy bien. Los pocos espiritas que se vuelven políticos mundanos, si son realmente sinceros y firmes en su fe, enfrentan duras dificultades y terribles sufrimientos. Porque no puede un espirita sincero respirar con naturalidad en el ambiente pesado y malsano de la política mundana. Los que se adaptan a ese ambiente son dignos de piedad, pues sacrifican la más ella oportunidad de perfeccionamiento espiritual que Dios les concede, en torno del plato de lentejas de los intereses mundanos. Brevemente pasa la vida presente de esos hermanos, pues breve es nuestra vida en la Tierra, y al entrar en la vida espiritual, ellos van a lamentar el tiempo perdido y la oportunidad desperdiciada.
El espirita debe evitar las infiltraciones políticas en las sociedades espiritas, particularmente en los Centros Espiritas, que deben ser casa de oración y de paz de amor y fraternidad. Los espiritas fascinados suelen argumentar que no deben entregar a los malos la dirección de la vida publica. ¿Más, quien les dio el derecho de juzgarse mejor que los otros? El simple hecho de que hayan aceptado el Espiritismo no les concede ese derecho. El espirita debe ser suficientemente humilde para no creerse capaz de reformar el mundo y transformar a la sociedad, simplemente por su participación en la vida política. Si no lo es, será expuesto a muchos engaños, y principalmente estará expuesto a la influencia mistificadora de espíritus perversos que se aprovechan siempre de nuestras pretensiones vanidosas, para transformarnos en sus instrumentos.
El espirita no debe abstenerse de sus deberes políticos. Muy por el contrario, esos deberes deben ser cumplidos escrupulosamente por los espiritas. Más cumplir los deberes políticos es cosa diferente a entregarse a la vida política. para cumplir aquellos nos basta observar las leyes, comparecer a los pleitos electorales, votando con pensamiento elevado y sin pasiones, apoyar , con buenos argumentos, y cuando sea posible con ayuda practica, a las buenas causas, , defender a los oprimidos, librarse siempre de apoyar las causas más injustas, perjudiciales a la colectividad y librarse principalmente de compromisos con los crímenes políticos, sea en beneficio propio o de otros, y más aun con la pretensión absurda de beneficiar el Espiritismo o instituciones espiritas. Para entregarse a la vida política, es necesario envolverse en todas sus complicaciones, en todas sus enmarañadas y confusas situaciones actuales. La política del mundo es hecha, aun, de la pasión por las cosas mundanas, particularmente la pasión de poder, que embriaga a la vanidad humana.
El espirita tiene otra política a ejecutar: la humildad, que identifica al hombre con los infelices, los sufridores del mundo, y no le lleva para las altas posiciones terrenas, más si para los puestos de socorro de la caridad cristiana. “En mi Reino, dice Jesucristo, los mayores son los que sirven” Y para servir el no precisa de cargos en partidos políticos, de cargos o puestos en la administración pública. Le basta el sentido espirita de caridad, en todas sus formas, según enseña el Espiritismo. Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. ¿Qué mejor política pude existir que esa? Pues esa es la política espirita y, por tanto, la de todo espirita sincero.
El espirita, desde el momento que aceptó conscientemente el Espiritismo, se alistó en la política del amor universal;
Su único partido es el Reino de Dios, y su plataforma política es el Sermón de la Montaña; en el caso que sea llevado a cargos públicos, llamado a cualquier actividad política del mundo, no debe olvidar su cualidad de espirita, y ha de hacer todo porque la luz que hay en el, no se hagan tinieblas; amor y caridad deben constituir sus armas políticas, aun mismo que eso le cueste la oposición de los propios compañeros, pues es mejor estar solo con la Verdad que estar acompañado por la mentira.
Amigos, os deseo un buen inicio de la semana que Dios siga bendiciendo nuestras vidas. Merchita

Merchita
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SEXO, SEXUALIDAD Y REENCARNACIÓN

      Es difícil pensar en la reproducción sin hacer una asociación al papel del sexo.
     Es necesario comprender que por reproducción sexuada se entiende la unión de los gametos masculino y femenino, independientemente de tratarse de vegetales o animales.
     Con excepción de los Esponjarías y de los casos excepcionales donde se alternan la reproducción en sexuada y asexuada, todos los seres se reproducen exclusivamente a través del sexo.
     Entre los animales, incluido el hombre, el sexo es perfectamente característico y las uniones muy bien definidas.
     La reencarnación es necesaria para la evolución de los seres, por lo tanto existe  la necesidad  del sexo,  que es confundido bastantes veces con  prácticas no muy dignas. Pero lo que parece  ser olvidado por muchos, inclusive por algunos espiritas, es que fueron los propios hombres los que a lo largo de sus experiencias, se dejaron esclavizar  por el placer físico que les proporciona el sexo, tornándolo objeto de ese placer, y por extensión, asignándolo al  papel del otro.
     La ciencia viene realizando con pesar la llamada reproducción in vitro para parejas que encuentran dificultades en  quedar embarazadas, pero no por esto estas reproducciones son menos sexuadas.
     Para animales y hombres el contacto sexual es casi una necesidad fisiológica, y hay quien defiende la práctica sexual como una necesaria descarga energética. Hay  que remarcar que incluso entre algunos irracionales la práctica sexual  obedece por lo menos a un criterio: la simpatía.
     Dado que los hombres tienen más preguntas que les hacen aún más selectivos, en estos la afectividad está más desarrollada y tiene un papel decisivo en la búsqueda del ideal,  y con esto las relaciones se construyen mucho más solidas, imprimiendo una  responsabilidad mayor y más legítima en las prácticas sexuales. Así, estas pasan de ser una necesidad fisiológica a ser un armónico compartimiento de energias.
Al decir en “una afectividad más desarrollada” no siempre se quiere decir que las relaciones serán siempre solidas o debidamente responsables. Aun en  el medio espirita se encuentran personas con serias dificultades para establecer relaciones dentro de los  parámetros cristianos. Vemos el “quedar”, que atañe a los solteros convictos,  que no quieren abrir la mano en su condición de soltería, asumiendo relaciones definitivas.
     Como entre los otras factores, las disculpas son incluso muy parecidas: miedo, inseguridad… Pero lo que queda claro es que también  entre los espiritas, es muy difícil encontrar  el “por el ideal”, aunque para las uniones fortuitas, esto no represente dificultad. Hay, como se puede percibir, una contradicción muy grande, y tal vez parece natural entre los jóvenes espiritas, pero nunca entre los adultos ya experimentados.
     La educación sexual precisa ser instituida entre los espiritas, con el objetivo de formar seres realmente conscientes de su papel en la vida. La sexualidad está presente en cada obra de la Creación. Y negarla es afirmar que Dios de algún modo es impudente. Pero solo alimentarla fuera de los preceptos cristianos es faltar al respeto consigo mismo y con el otro.
     En el comentario de la cuestión 696 de El Libro de los Espíritus Kardec señala: “La unión fortuita de los sexos es un estado natural… “, y, como es sabido, el estado natural es el estado primitivo (776). O  sea,  en ese estado de evolución los seres son traídos para un apareamiento atendiendo a los instintos de que son dotados. El problema es que las reencarnaciones aseguran al hombre la educación de estos, con el aumento de la inteligencia, del sentido moral, y consecuentemente, de la responsabilidad.
     Tal vez el momento actual inspire a los espiritas a tratar de forma más humana  los problemas humanos, evitando la hipocresía,. pues  evidentemente se tiene que considerar el objetivo original del sexo, que no es exclusivamente proporcionar placer momentáneo en una esfera carnal.
     La reencarnación cuenta con este mecanismo para que se produzca, por lo menos en un principio;  y  los reencarnados  precisan de hogares cristianamente establecidos para dar enseñanza a sus jornadas. O es esto o es un caos…
     Se observan a muchos hermanos discutir defendiendo el planeamiento familiar, sin embargo, queda establecido tener el menor número posible de los hijos… Esto es  tan dicotómico que deja dudas en cuanto al real conocimiento entre estos  de algunos de los principios elementales de la Doctrina Espirita.
     No cabe hacer ningún juicio de estas formas de proceder,  porque cada cual goza de la libertad de pensar y actuar. Es por eso que la Casa espirita deberá comprometerse con la verdadera evangelización, y no, como diría Herculano Pires, con el catecismo eclesiástico, y toda su falsa moral, sus falsas virtudes, y, por lo tanto, de sus hombres hipócritas.


Por Maria Ribeiro.- Blog de los espiritas


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MENSAJE DE LOS SERES ESPIRITUALES, HERMANOS MAYORES : 

"TIEMPOS FINALES O COMIENZO DE UNA

NUEVA HUMANIDAD


"Extractos"     ( de lo que se nos avecina )

". El estruendo del carro beligerante de la guerra se hace oír en todas partes, acompañado por las amenazas de destrucción en masa: de las criaturas humanas, de los animales, de la Naturaleza... El ser humano, que desvaría, emite sus estertores agónicos en las convulsiones de la agresividad. 
Semidiós, que se hizo a sí mismo, a través de la arrogancia y del narcisismo perverso, ahora se levanta, soberbio con la clava de la destrucción erguida, exhibiéndola y amenazando con deferir su golpes sobre la sociedad debilitada por el miedo o desvariada por la irresponsabilidad. Las nubes borrascosas, que se vienen acumulando en los cielos plúmbeos, anuncian la llegada de la tormenta, que pronto se abatirá despiadada. 
Constituida por fuerzas indómitas, anuncia la presencia de una catástrofe jamás vista con antelación y de consecuencias imprevisibles. Las supermáquinas, irónicamente denominadas inteligentes, pero destituidas de sentimientos de compasión y de misericordia, están preparadas para la interminable matanza. Los nuevos dioses Marte, luego blandirán sus armas que dispararán los rayos mortíferos para que la calamidad se consuma. 
Poco después, sobre los despojos de las ciudades transformadas en ruinas y, sobre esos mismos escombros aún en combustión, los vencedores se presentarán triunfantes. Pero, en vez de ostentar los laureles en forma de una corona de gloria, serán marcados con un hierro candente, tal como ocurrió con el Caín bíblico y mitológico, para que nadie los extermine, oyendo, al mismo tiempo, la terrible interrogación: ¿Qué hicisteis de vuestros hermanos? 

La ley de destrucción, inscrita en la Naturaleza, pertenece a la Vida, para que todo se renueve en estructuras más perfectas y más complejas. Pero, la guerra es el resultado del primitivismo animal que predomina en la naturaleza humana. Cual salvajes, con ansias de arbitraria dominación, no pocos individuos enfrentan a otros, confiando en la supremacía de la fuerza de la que se creen poseedores dándole curso a su delirio. La locura del poder que los ensandece, los impele a la carnicería de otras vidas, contando con el triunfo, que siempre es de efímera duración, porque la muerte los aguarda y también los arrebata inexorablemente. 
Quieran o no, ellos serán transferidos para Más Allá del Túmulo y su memoria permanecerá odiada, envuelta en amargura y dolor....Y retornarán después, al carro orgánico, encarcelados en celdas sin paredes, experimentando vigorosas expiaciones pungentes e inenarrables, que soportarán en largos períodos de inevitable reparación. La Ley Soberana del Universo es la de amor, aquella que integra todo y a todos en la armonía cósmica, exaltando la gloria de la Creación. Esa misma legislación dispone de dispositivos apropiados para administrar todos los acontecimientos perturbadores e imposiciones desconcertantes, sin la interferencia humana, normalmente de efectos dañosos... 
Porque, inmaduro y precipitado, ese ser se cree predestinado a reescribir la historia de la Humanidad, y cae en el crimen, actuando con crueldad, cuando la Divinidad dispone de mecanismos edificantes para la corrección de todos los desvíos, sin incurrir en los mismos delitos. La guerra confirma el estado de primitivismo, en el cual, se encuentra aún expresiva parte de la sociedad.... 
Vendrá la paz, sí, sin duda, después de la tragedia de los odiosos combates que el ser humano engendra para su propia desdicha. Mantente en paz, piensa y actúa con paz. La convulsión colectiva resulta del trastorno individual. Tu voz, tus actos y tu pensamiento constituyen una fuerza poderosa, que no siempre sabes utilizar. Presérvalos al servicio de tu paz y de la paz de todos. Sé afable, pero sin adulación; dócil, sin servilismo; bueno, sin actitudes afectadas, generando simpatía, ternura y amor a tu alrededor, donde quiera que te encuentres. 
Lo que hagas se convertirá en valiosa contribución para el conjunto social, que siempre depende del individuo. Por tanto, ante el rugido de la tempestad, resguárdate en el amor de Nuestro Padre, ama y ora, transformándote en un polo de referencia para la armonía general. 
Por el Espíritu Joanna de Angelis 
(Página psicografiada por el médium Divaldo Pereira Franco, en la sesión de la noche de 17 de marzo de 2003, en el Centro Espirita Camino de Redención, en Salvador, Bahía) ANUARIO ESPIRITA. 2004.

                                         
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A mi buen amigo,
                          D.Francisco Ruet


Hoy es un día sagrado, porque hoy se conmemora
el hecho que dio vida a tu perdido ayer:
tu entrada en este mundo, en donde el hombre llora
desde el primer momento, quejándose al nacer.

Suceso que le sirve de prólogo a tu historia
que e alborozados todos debemos bendecir,
porque has embellecido la vida transitoria
de aquel que una vez sola tu, acento llegó a oír.

Sectario de Lutero, filósofo creyente,
seguiste su reforma del adelanto en pos,
diciendo como él, dijo, con entusiasmo ardiente:
la ciencia eterno efecto, su sola causa es Dios.

España que atesora gigantes catedrales
e imágenes hermosas en bronce y en marfil,
que aun tiene procesiones, divinos carnavales,
idólatra en su culto, fanática, y gentil.

Al escuchar tu acento, que la verdad decía,
¿qué había de hacer?, hundirte en lóbrega prisión,
porque aun no era llegado el venturoso día
que España conquistara su justa redención.

Lució una nueva aurora, volviste a tus lares
ansiando que imperara la ley de la igualdad,
y en bosques y en colinas, y a orillas de los mares,
dijiste que era Cristo la luz de la verdad.

Los hombres te escucharon, algunos te siguieron,
y yo también tus huellas entonces las seguí:
pues tus predicaciones la convicción me dieron
que el mundo había sido un desierto para mi.

Mas como dado un paso seguimos adelante,
que así debe cumplirse la ley de progresión,
yo no encontré en Lucero exactitud bastante
para fijar las leyes que rigen la creación.

Lutero fue un gran hombre, adelantó de un modo
que su recuerdo siempre el mundo guardará,
pero si se analiza su religión del todo,
decimos: esto es poco, sigamos más allá.

Y yo seguí buscando la irradiación suprema,
el foco en que brillara la inextinguible luz,
que para mí no estaba resuelto el gran problema,
Yo no divinizaba la historia de la cruz.

Y lógico encontraba el éxtasis profundo
del alma embebecida en sueño celestial,
cuando agitarse vemos segundo por segundo…
los átomos que forman el globo universal.

Las religiones todas nos pintan un paraje
en donde vive el alma en plácida quietud,
y en la inacción, ¿qué vale su célico homenaje?
¡Sin lucha y sin peligro, ser bueno no es virtud!

En la naturaleza nos dice el gran Descartes
que hallaba espacio y tiempo, lo mismo encuentro yo,
y necio ha sido el hombre, al dividir en partes,
el todo que el Eterno jamás lo dividió.

Por eso yo he buscado con incesante anhelo
la lógica esperanza que irradie la verdad,
y en el Espiritismo hallé para consuelo
progreso indefinido y eterna actividad.

En el Espiritismo no hay limite marcado,
eterna es la existencia y eterno el porvenir ;
nosotros no tenemos paraje prefijado,
y aun la postrer palabra no hemos llegad oír.

Tú sigues otra senda, creyendo que Lutero
resuelto el gran problema por siempre nos dejó;
en un error te encuentras, y demostrarte quiero
que al alfa y al omega ningún hombre llego.

Por eso infatigables, debemos a porfía
buscar la oculta fuente de inmenso manantial;
que no se magnetice la humana fantasía
que reconozca él hombre la ley universal.

Si tú tienes talento e ilustración bastante
¿por qué al Espiritismo lo miras con desdén.;
se encuentra convencido tu espíritu gigante
que niegas el infierno y aceptas el edén?

Los hombres de tu temple se encuentran obligados
a demostrar la causa que alienta su razón;
no hasta que tú niegues los hechos consumados,
sin pruebas…, ¿de qué sirve tu grave impugnación?

No basta que en tu templo nos digas que es locura
la ciencia espiritista, que es sana idealidad,
¿dónde no hay objeciones se puede por ventura
decir rotundamente es esta la verdad?

Es tu palabra fácil, tu entendimiento claro,
¿por qué no entras en lucha y en franca discusión?
Si a convencernos llegas, diremos sin reparo
que a ti hemos debido la luz de la razón.

Nosotros no aceptamos de viejas religiones
sus templos, sus altares, su culto y ciega fe,
mas siempre respetamos antiguas tradiciones,
porque existir debía la que en un tiempo fue.

En todas las edades buscó nuestra conciencia
un algo misterioso del cual fuimos en pos,
y el siglo diez y nueve, pretende por la ciencia,
llegas directamente a conocer a Dios.

La escuela espiritista, que juzga y que razona,
es hija de su siglo y busca clara luz;
los átomos uniendo, las vidas eslabona
y dice al fanatismo: ¡atrás con tu capuz!

¡Atrás con tus errores!, la ciencia se adelanta,
perfora las montañas, los mares desunió;
el globo hendió los aires y el hombre se levanta
en nuevos continentes que en sueltos contempló.

Se inquiere, se analiza, se busca en lo creado
la causa del efecto, el punto primordial;
y yo que siempre en mucho tu ciencia he respetado,
te digo: ven y acepta la lucha universal.

Adiós; que buenos genios otorguen en tu día
raudales de suprema, de santa inspiración,
y brote de tus labios sublime profecía
y brille eternamente la luz de tu razón.

Adiós; en tu camino hallé la santa huella
del hombre que muriendo salvó a la humanidad,
pues su memoria ha sido nuestra polar estrella;
¡feliz de aquél que imita su amor y caridad!
Amalia Domingo Soler
Extraido de su "Ramos de Violetas"
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