Ciertamente
no hay ningún ser humano que nunca se haya cuestionado en donde está
la Verdad de nuestro Yo, del ser o del existir, y de todas las
cosas interiores y exteriores que nos rodean y atañen en el mundo..
Tal
vez antes se debería aclarar el concepto de la Verdad. Esta
cuestión que parece simple es de las más difíciles de la
Filosofía. Para las personas en general ,como para la Ciencia, la
verdad es la solución o respuesta comprobada y cierta de algún
problema, sin embargo para la propia Filosofía esas soluciones
constituyen a su vez nuevas cuestiones. La búsqueda de la Verdad
siempre fue uno de los problemas fundamentales de la Filosofía, pues
sin esta búsqueda la Filosofía no tendría razón de existir.
La
Verdad a veces se nos presenta como una Luz interior que aparece
y se expande cuando la descubrimos, y esta Luz la percibimos
íntimamente como la presencia de Dios en nuestro propio Yo.
Penetrarla solo es posible mediante el camino del Amor hacia todo lo
que nuestra razón y comprensión se dirige, pues precisamente ese
Dios del que hablo solamente se concibe como la Fuente Suprema del
Amor.
No
nos debe importar lo que la sociedad y las religiones prediquen,
sino lo que nos diga esa voz interior que todos percibimos dentro
alguna vez después de haber utilizado el divino don del raciocinio.
La Verdad de las cosas al final se encuentra oculta en el interior
de cada uno, pues cada cual siente como es la verdad, “su
verdad”, que percibe sobre cualquier cuestión, que no tiene por
qué ser necesariamente trascendente.
Nuestra
“salvación”, no va a estar en que nuestras creencias sean las
verdaderas o que no lo sean, sino en que estemos abiertos a la Verdad
y dispuestos a que ella nos ilumine y nos ayude a caminar por
nuestra senda evolutiva..
Vemos
como muchas personas ante el tema de la muerte, el más allá, o la
reencarnación, se ven asaltadas por cantidad de dudas y preguntas
para las que no encuentran una respuesta lógica y convincente ;
por ejemplo, ¿por qué siempre han habido gentes, culturas,
religiones y pueblos que de algún modo han sostenido la idea de la
reencarnación mientras que otras no?, ¿quiénes estaban en lo
cierto?, ¿en donde está la Verdad?, ¿qué hay de cierto en tantos
conceptos y creencias a veces tan contradictorios?. Lo peor para el
ser humano falto de respuestas, es que las ha dejado morir en su
interior, dando lugar a seguir caminando por la vida como un autómata
ciego y descontrolado.
En
la actualidad los humanos que poblamos este planeta, debido al nivel
medio de evolución alcanzado, somos ya capaces de sentir cierta
inquietud por encontrar la luz de la verdad absoluta, y a cada paso
mucha gente cree ingenuamente haberla hallado en tal o cual religión
o filosofía y estar en la posesión total de la misma, cayendo en
posturas fanáticas e intransigentes al empeñarse y sufrir porque su
verdad sea la Verdad de todos los demás.
Tal
vez deberíamos preguntarnos : La Verdad absoluta ¿ Está en la
Biblia?; ¿está en el
Corán o en el Talmud?
¿ la posee la doctrina budista, las religiones cristianas o las
religiones de cualquier lugar del mundo?; ¿ alguien la posee toda
entera y en exclusiva? ¿ todo lo que postulan las demás religiones
y creencias que no coinciden con nuestras particulares verdades, es
error o mentira?; ¿en donde está la Verdad? .
Para
acallar nuestra conciencia en una postura de comodismo, es más fácil
aceptar ciegamente las “verdades” que nos den hechas, aunque no
las entendamos o aunque en el fondo nos hagan dudar y nos puedan dar
cierta inseguridad, pero para muchos, …...“mejor es no calentarse
la cabeza con esas cosas”
La
Verdad, como afirmó Bertol Brecht, es hija del tiempo y no de la
autoridad. Con esta afirmación denunciaba el autoritarismo de los
dogmas impuestos como verdades cuyo plazo de validez se pierde al
paso del tiempo; estos solo suelen ser manipulación de lenguaje y
mentiras camufladas que pierden validez al paso de los años.
Todas
las religiones y filosofías creen tener o estar en la verdad, y en
realidad la Verdad, por ser un asunto trascendente y absoluto, no
es de nadie en exclusiva porque solo pertenece a Dios y por tanto
pertenece a todos; cada uno la encontrará finalmente en su
interior.
La
Verdad se fundamenta sobre todo en dos pilares que la sustentan: La
Fe y la Razón. Sobre estos pilares el espíritu humano se eleva en
la contemplación de la Verdad. Dios puso en el humano el deseo de
conocer la verdad, así como la capacidad de analizar para conocerlo
a El, de modo que conociéndolo y amándole el ser humano pueda
llegar finalmente a conocer particularmente la Verdad , “su
Verdad”.
Debiéramos
ser más serios con nuestro Yo más íntimo y nuestro sentido común,
y considerar que precisamente la capacidad de raciocinio y
discernimiento que se nos ha dado, para algo se nos dio, y su normal
uso puede ser la clave para hallar la Verdad; me refiero a la Verdad
personal y particular de cada uno, y no a la que las culturas o
las religiones nos han señalado e impuesto mediante dogmas de fe y
toda clase de postulados para que las creamos sin más llevados por
la natural inquietud de creer en algo..
Una
cosa es la Verdad diferente que cada uno
puede percibir sobre una misma realidad, y que siempre viene a ser
un concepto sesgado de la misma, y un valor muy personal de cada
cual, y otra es la realidad auténtica
y total, que a veces no comprendemos o somos
incapaces de ver porque aun no estemos capacitados para ello, pero
que sin embargo no por eso es menos real aunque no forme parte de
nuestra “verdad íntima” adquirida. La
Realidad profunda de todo es la auténtica Verdad, y esta no cambia
en sí misma, la enfoquemos como la enfoquemos.
La
realidad tal como la percibe cada uno, es su Verdad personal, y esta
hay que vivirla plenamente desde la íntima experiencia. Sin
embargo el que descubre una verdad no la debe encerrar guardándola
solo para sí, sino que se debe compartir y no ocultar a los demás
por si les es de ayuda para que cada uno encuentre en sí mismo su
propia Verdad.
La
Verdad en los conceptos de la vida se conquista gracias al esfuerzo
personal e íntimo de cada uno, y no por ninguna extraordinaria
revelación sin provecho para quien así gratuitamente la
recibiese. Se pueden y hasta se deben divulgar nuestros conceptos
de verdad, pero jamás se debe imponer a nadie porque no todo el
mundo está preparado o capacitado para comprenderlos y cada cual
habrá de encontrar y reafirmar en su espíritu los conceptos de
verdad que le son propios.
Para
encontrar la Verdad es necesario sentirse libre, pero mucha gente
tiene miedo a la libertad. Se tiene temor a la soledad si intentan
ver y caminar por sí mismos en busca de la Verdad, nadando a veces
contra corriente por los conceptos sociales establecidos ; por eso
muchos tienen en lo mas profundo, temor a la Libertad, y prefieren
estar atados en su mente pero lamentándose por ello en el interior
de su conciencia, pues a la conciencia no se le pueden poner vallas
que le impidan volar..
El
descubrir un concepto de verdad supone un paso en la evolución y
muchas veces una transformación mas o menos notable y coherente en
quien la descubre.
La mejor manera de acercarnos a la Verdad es parándonos
alguna vez a meditar , por ejemplo ante el mar, la naturaleza, los
seres y las personas, como si fuésemos Seres nuevos, recién
creados, sin memoria ni experiencia, escuchando, sintiendo y
descubriendo, como si fuera la primera vez que lo hacemos, con el
corazón abierto de par en par, amando intimamente aquello que
tenemos delante y sobre lo que meditamos; esta sería la mejor
oración. Y asimismo no dejar nunca de estudiar y profundizar en las
leyes naturales, físicas y morales que nos afectan a todos, pues
este estudio nos trae el Conocimiento, que es fuente de gozo y
Sabiduría, siendo esta una de las metas evolutivas por alcanzar;
las otras metas son el Amor y la Inteligencia.
La verdad no
está en ningún concepto dogmático de la clase que sea cuando
este no puede soportar un análisis o comprobación por parte de la
Ciencia o de la Filosofía, por tanto en esos casos podemos rechazar
esos conceptos y seguir buscando fuera y dentro aquello que nos haga
sentir que es verdadero. A veces los seres humanos nos encontramos
frente a una verdad casi tangible, y sin embargo no la percibimos y
pasamos de largo, o la confundimos con una ilusión extraña de
nuestra imaginación.
El
Maestro Jesús Cristo,
afirmó que conoceríamos la Verdad y que Ella nos haría libres.
Posiblemente se refería a libres de tantos errores, ignorancia,
mentiras y engaños, de dogmas y pre conceptos, de fanatismos, y de
la explotación de la ignorancia humana por el propio ser humano..
De
todos modos, aunque la Verdad no es patrimonio exclusivo de nadie,
todas las religiones y filosofías positivas se pueden considerar
verdaderas porque en sus teologías y adopciones todas contienen
algunos conceptos de Verdad.
La
verdad es un patrimonio personal de cada uno, y esta se debe buscar
como la busca el buscador de oro que para encontrar una pequeña
pero valiosa pepita del mismo, a veces deberá remover y filtrar
muchas toneladas de tierra y lodo. Para encontrar antes hay que
buscar, y cuando después de este esfuerzo en nuestra búsqueda
personal, encontramos nuestra particular pepita del oro de la Verdad,
esto supone un auténtico tesoro interior, que podremos compartir,
pero que nadie puede nos puede robar y que nos enriquece humanamente
para siempre.
En
el momento evolutivo actual parece ser que los postulados teóricos
sobre la Verdad de carácter religioso o espiritual, están siendo
reemplazados cada vez más, por las Verdades auténticas que se
encuentran íntimamente grabadas en el corazón de muchas gentes,
mediante el esfuerzo de la práctica del bien y del altruismo para
con los demás , siendo esta la auténtica religión y filosofía
de vida que podremos adoptar: la
práctica del bien, el Amor y la Caridad hacia los demás,
la ayuda a personas necesitadas de lo mas elemental para sobrevivir,
el altruismo, la participación o apoyo a movimientos populares
contra la intolerancia, la injusticia, etc.. Ha llegado ya el
momento al Ser humano, en que mas que las teorías y las palabras,
son las obras positivas hacia los demás y el esfuerzo y
satisfacción que experimentamos al hacerlas, las llenan su espíritu
que así se siente partícipe en el hallazgo de su verdad auténtica
de la vida.
La
gente cuando oye hablar de ciertos temas que desconocen o ignoran
por completo, se pone a la defensiva y se atrinchera tras la coraza
de la burla o del escepticismo a modo de protección. Les da miedo
buscar la verdad; es mejor para estas personas vivir en la
ignorancia, el escepticismo y la superstición.. Precisamente
cuando se plantean los temas relacionados con la espiritualidad
estos resultan incómodos y como vía de escape suelen provocar
muchas sonrisas y escepticismos. El temor a la luz de la Verdad y lo
que ello implica en nuestras vidas sigue siendo en el fondo la
misma causa. Pero a esas mismas personas cuando respetan y
analizan seriamente estos temas , les suelen asaltar ciertas dudas
que conmueven desde lo mas profundo sus convicciones y creencias
anteriores , pensando si serán o no verdad estas cosas que al
principio parecían oler a superstición y a ignorancia.
En
esta sociedad humana actual, tan apegada a lo material y tan
escéptica y alejada de lo espiritual, se pueden observar estas
posturas de apatía y falta de inquietud ; sin embargo todo el
escepticismo del mundo sería insuficiente para hacer que una verdad,
o una realidad, esté o no reconocida por la sociedad o por la
Ciencia, deje por ello de serlo.
- Jose Luis-( Con apoyo en la obra "Tres enfoques sobre la Reencarnación" de Sebastián de Arauco )
*******************
“El que busca la
Verdad tiene que ser mas humilde que el polvo; todo el mundo lo
aplasta bajo sus pies”
- Gandhi -
************
AMOR QUE SALVA
El era un chaval de 7 años. Más parecía tener solamente 4. Rubio, de ojos castaños y boca en forma de corazón. Vladimir era una criatura muy especial en aquel orfanato, cerca de Moscú.
Una canción cantada por él, y gravada por una reportera durante un reportaje, en el orfanato, acabó por alcanzar una pareja americana que ya desistiera de tener hijos o de adoptar a causa de decepciones sufridas.
Con todo, la voz alta y limpia de aquel chaval que parecía cantar con melancolía una antigua cantinela rusa, jugó con los sentimientos de Rik.
El miró para la esposa, en el mismo momento, y le dijo:
Querida, acabo de oír a nuestro hijo en la radio.
Vladimir era portador de una enfermedad llamada artrogriposis. Sus articulaciones comenzaron a tornarse rígidas antes mismo de nacimiento.
Tenía las manos hacia adentro y los pies hacia arriba y atrás. El andaba como una foca, deslizando y lanzando sus caderas hacia delante, arrastrando las piernas y los pies.
Fue una larga lucha. La adopción internacional es bastante trabajosa y cara. Finalmente, la pareja fue a Moscú para buscar al niño.
Llegados al orfanato, fueron introducidos en una sala. Pronto, se podía escuchar el parloteo de un niño y el intérprete les dijo que el niño decía que no quería ser presentado en la silla de ruedas.
La médica que lo acompañaba lo puso en pie, sustentándolo con sus brazos.
El chaval de pelo rubio miró sin cualquier recelo y con alta voz hablo:
Mama, papa, yo los amo. Y se abrazaron los tres, emocionados, como si fuese un reencuentro.
Vladimir tuvo mucho que aprender. Necesito aprender inglés para poderse comunicar con los padres e ir a la escuela.
Más el deseaba más. Quería tener las manos normales para poder escribir sin ayuda y los pies normales para poder en bicicleta y correr.
Se sometió a cirugías en las manos para conseguir, al menos, que los pulsos quedasen rectos.
Los pies tuvieron que ser amputados y adaptar una prótesis con pies de goma.
Vladimir aun precisa a alguien para ayudarlo en muchas cosas, pues sus codos y rodillas son rígidos.
Más, en su bicicleta especial, impulsada manualmente, el sonríe feliz porque tiene todo lo que siempre seseó: un padre, una madre, la capacidad de andar y una bicicleta.
* * *
La pareja, Rick y Diana también adoptó otro niño, también sufren de malformaciones congénitas de los brazos y las piernas.
La niña ya se sometió a algunas cirugías y se está recuperando.
Fue el propio Vladimir que pedio a los padres que le diesen una hermana y hoy son una familia feliz.
Y para no olvidar que fue la canción de Vladimir que transformó las cuatro vidas, todas las noches, a la hora de dormir, los padres la cantan para los niños.
El amor es verdaderamente de esencia divina y consigue cosas inimaginables. Más aun que eso, el amor desconoce fronteras, idiomas y cualquier otro obstáculo.
Redacción de Momento Espirita
No hay comentarios:
Publicar un comentario