ESTUDIANDO LA MEDIUMNIDAD
Mercedes Cruz Reyes
Todos sabemos que el campo de la mediúmnidad es variado y en su explicación no entran las fantasías literarias, ni las opiniones personales de naturaleza especulativa. La mediúmnidad es un problema de los más sugestivos en el mundo actual.
El hombre de la Tierra se va acercando a la Era del Espíritu bajo la luz de la Religión Cósmica del Amor y de la Sabiduría, y precisa de cooperación para que se torne apta su comprensión.
La mente es la base de todos los fenómenos mediúmnicos.
El Universo es la exteriorización del Pensamiento Divino, de cuya esencia participamos en nuestra condición de rayos conscientes de la sabiduría Eterna y dentro del límite de nuestra evolución espiritual.
Toda la creación está sumergida en la sustancia viva de la Mente de Dios, como los peces y las plantas acuáticas están contenidos en el inmenso océano.
Hijos del Creador, de El heredamos la facultad de crear y desarrollar, nutrir y transformar. Somos un vastísimo conjunto de inteligencias sintonizadas en un mismo grado vibratorio de percepción, integrando un Todo constituido por algunos billones de Seres que forman, por así decirlo, la Humanidad Terrestre.
Nuestra mente es, de este modo, un núcleo de fuerzas inteligentes generando plasma sutil que, al exteriorizarse incesantemente fuera de nosotros, ofrece recursos de objetividad a las figuras de nuestra imaginación, bajo la dirección de nuestros propios designios.
La idea es un “Ser” organizado por nuestro espíritu, al que el pensamiento le da forma y la voluntad imprime movimiento y dirección.
Por Ley nuestras alegrías son recogidas al contacto de aquellos que, al comprendernos, cambian con nosotros valores mentales de cualidades idénticas a las nuestras.
En mediúmnidad no podemos olvidar el problema de la sintonía.
Atraemos a los Espíritus que tienen afinidad con nosotros, de la misma forma que somos por ellos atraídos, si es verdad que cada uno de nosotros solamente puede dar conforme a lo que tiene, es indiscutible que cada uno recibe de acuerdo con lo que da.
La mente se encuentra en la base de todas las manifestaciones mediúmnicas, cuales quiera que sean las características en que se expresen, es imprescindible enriquecer el pensamiento incorporándole los tesoros morales y culturales, los únicos que nos posibilitan fijar la luz que desciende hasta nosotros de las esferas más altas, a través de los genios de la sabiduría y el amor que supervisan nuestras experiencias.
Acertaron aquellos que compararon nuestro mundo mental a un espejo.
Reflejamos las imágenes que nos rodean y dirigimos en dirección de los demás las imágenes que creamos. Y como no podemos escapar al imperativo de la atracción, retrataremos solamente la claridad y la belleza si nosotros establecemos la belleza y la claridad en el espejo de nuestra vida intima.
La mediúmnidad es un conjunto de hechos que se afirman en si mismos y no en teorías que pueden ser convertidas en sistemas. Son hechos sujetos a leyes que pueden y deben ser conocidas por todos porque a todos interesan, justamente por ser la mediúmnidad una herencia común de todos los hombres.
Hay dos tipos de mediúmnidad la Natural y la de Prueba.
La Natural conforme el hombre evoluciona y se moraliza va adquiriendo facultades psíquicas aumentando sus percepciones espirituales.
La de Prueba es la que aunque el ser en su evolución y moral sea incapaz, las facultades psíquicas le son concedidas como gracia, el no las conquisto, las recibe en préstamo anticipado, es una posesión precaria que depende, de cómo la utilice y como cumpla su tarea el hombre así responderá ante Dios.
La Natural es la ideal y puede ser lograda por todos los hombres, siendo la intención la forma avanzada y perfecta de su manifestación, permite el conocimiento de los casos y el intercambio con las Entidades espirituales sin necesidad de trabajo mediúmnico obligatorio.
La de Prueba es tarea individual que se recibe en determinadas condiciones para su utilización inmediata y adopta en la práctica mediúmnica el carácter de cooperación compulsiva.
Todo evoluciona y toma aspectos nuevos día, día la vida es cambio y su ritmo se establece en el tiempo sin limitaciones. La verdad es eterna y ha sido revelada por los profetas, pero debemos tener siempre presente que durante el transcurso de los siglos y con el perfeccionamiento del hombre aun lograran estas verdades conquistas más esclarecidas y amplias.
La revelación en su carácter Divino es progresiva y metódica.
La mediúmnidad Natural depende del grado de evolución del hombre y se da como una circunstancia enteramente personal. Evolucionando el ser conquista una creciente percepción espiritual que le va permitiendo mayores contactos con la creación divina, obteniendo dadivas y gracias.
La facultad es enteramente espiritual y todos la poseemos y la estamos ejerciendo dentro del límite de nuestras propias posibilidades. Todo espíritu posee su tonalidad propia, como su propia luz su diapasón característico de vibraciones y con la fuerza de esos valores intrínsecos se manifiesta y actúa donde vive.
La mediúmnidad natural es una herencia del hombre y siempre que este avance en moral, ira adquiriendo percepciones y gracias de la Espiritualidad Superior.
Siempre la facultad mediúmnica tanto natural como la de prueba siempre ha existido, desde que el hombre existe y fue un medio del que se valió la espiritualidad superior para la evolución del mundo, orientándolo , guiándolo y protegiéndolo.
A través de la mediúmnidad le dieron al hombre las inspiraciones y enseñanzas necesarias, ellos son guías solícitos, y abnegados elementos muy decisivos en la evolución.
Al principio en la antigüedad cuando la humanidad vivía en clanes o tribus, la mediúmnidad era atributo de unos pocos y estos ejercían un reinado espiritual sobre los demás.
Después paso a los círculos cerrados de colegios sacerdotales creando castas privilegiadas de inspirados dando nacimiento a videntes, profetas, adivinos y pitonisas ejerciendo una influencia notoria en los medios que actuaban.
En la India, Persia, Egipto, Grecia o Roma fue utilizada como fuente de poder y de dominación de unos pocos individuos de sectas y fraternidades.
Después del advenimiento del Espiritismo la practica mediúmnica se popularizo y fue puesta al alcance de todos sin restricciones y sin secretos.
Había muchos que ejercían públicamente la mediúmnidad en su mayor o menor grado, con Homero, Sócrates; Pitágoras, Apolonio de Tanía médium extraordinario, Simón de Samaria etc.
La mediúmnidad tuvo un papel preponderante en la administración pública y en la política de las naciones de entonces, sus jefes o reyes no daban un paso importante sin antes consultar a los videntes, astrólogos y oráculos.
En la antigüedad se ejercía en los templos en donde había lechos para acostarse en ellos los consultantes que allí iban para recibir inspiraciones y revelaciones durante el sueño.
La historia está salpicada de infinidad de fenómenos mediúmnicos y son innumerables los médiums que han hablado de la sobrevivencia del espíritu, el interés despertado por las manifestaciones fue considerable, las clases intelectuales se movilizaron y a los sabios de indiscutible autoridad les fue remetida la incumbencia de examinar esos fenómenos y para facilitar esos exámenes los Espíritus Elevados determinaron médiums de gran capacidad, contribuyendo a que esos trabajos resultasen concluyentes y categóricos.
Esos médiums excepcionales se sometieron a toda clase de controles y los informes firmados por comisiones científicas de América, Inglaterra, Francia, Italia y Alemania estuvieron de acuerdo en reconocer que la vida continuaba más allá del sepulcro y que era innegable el intercambio entre vivos y muertos.
Esa fue la misión de Kardec el Codificador y de los espíritus de Crokes, Flammarión; León Denis y muchos otros.
Esos sabios pusieron un freno al materialismo dominante, dando una nueva orientación al pensamiento religioso y a la verdad, que aun hoy mantiene el impulso dado en aquella época y sigue creciendo en importancia y rapidez produciendo un triple resultado; la derrota del materialismo estéril, la destrucción del fanatismo religioso medieval y la implantación de los fundamentos de la verdadera espiritualidad.
El mundo evoluciono desde entonces más deprisa, en una fermentación interior y silenciosa cuyos efectos sentiremos en tiempos muy próximos, en el término de este fin de siglo con el advenimiento del tercer milenio.
Los científicos y los médiums fueron los autores materiales de esa gran victoria.
Pero el conocimiento actual es aun restringido porque el hombre en relación con el universo está muy bajo en la escala evolutiva, aprendemos muy lentamente utilizando la razón y los sentidos físicos, pero nos detenemos siempre en las fronteras del mundo híper físico porque, para penetrar ahí necesitamos elementos de otro campo no siempre conciliables con su intelecto utilitario y materialista.
Para conocer las cosas del mundo y los secretos de la Naturaleza, Dios da al hombre la vista corpórea, los sentidos e instrumentos especiales como el telescopio que proyecto su mirada en las profundidades de las especies y con el microscopio el mundo infinitamente pequeño.
Para penetrar el Mundo invisible, le dio la mediúmnidad, con ella deviene la facultad de ver cosas, que otros no ven, oír lo que no es normalmente oído, sentir de modo anormal y producir fenómenos considerados absurdos frente a las leyes generales de enjuiciamiento y análisis. El desarrollo de las facultades del Espíritu tiende a la revelación de las cosas divinas en todos sus aspectos y grados y a la ejemplificación de sus leyes en la vida común.
La mediúmnidad es un fenómeno natural y se realiza en todos los grados de la jerarquía de la creación, en una escala que va del gusano a los Ángeles.
Jesús fue el médium de Dios junto a los hombres, ÉL manifestó, transmitió y realizo la voluntad divina.
La mediúmnidad evoluciona, los procedimientos no cambian mucho pero las facultades se dilatan y cada vez alcanzan horizontes y extensiones más amplias.
En cualquier punto del universo la mediúmnidad del individuo se ejerce con las mismas características y consecuencias. A mayor grado de sensibilidad, mayor será la intuición y mayor el campo que abarca la percepción de los fenómenos y de los aspectos cósmicos de la vida
Un ejemplo de mediúmnidad natural es el de Pietro Ubaldi, que nos dejo la síntesis de que el adquirió sus facultades por una larga maduración, conseguida a fuerza de estudios, renunciamientos materiales y desenvolvimiento moral.
Ubaldi agrega que: El dolor es el mayor libro de la vida, el nos revela la verdadera ciencia porque a través de él se llega a oír la voz de Dios. ¡Mi mediúmnidad decía Ubaldi! Es una inspiración, es un fenómeno no innato, pero si de maduración biológica, como el desarrollo de la criatura que se vuelve hombre.
Hay hombre que solo ven en la materia sus aspectos groseros y no perciben su transitoriedad. El mundo material para ellos es estable y definitivo y se atan al él sin comprender nada fuera o más allá de él.
Para tales seres una naranja es únicamente una fruta que se come y un florero un simple ornamento. El sentimiento lo tienen solo en sus propias pasiones y comodidades y no se interesan por conocer sus orígenes o causas espirituales.
Hay otros hombres más evolucionados, en los cuales la sensibilidad se extiende y amplia y penetran más a fondo en las cosas que les rodean, descubriendo su belleza, su sentido moral y su significación espiritual. Y otros mas sensibles aun que vislumbran esferas más allá del mundo ambiente, penetran sus detalles, descubren sus aspectos y sienten la presencia de la divinidad en toda la Creación.
La escuelas del mundo intentaban despertar el desenvolvimiento de las facultades psíquicas refinando la sensibilidad y disciplinando las pasiones animales gobernadas por los instintos. Estos sistemas fueron puestos de lado pues sus resultados eran precarios, eran raros los que conseguían alcanzar los objetivos señalados y su consecuencia fue un conocimiento intelectual y teórico sin ninguna realización aprovechable en el terreno práctico.
Los que hoy poseen una sensibilidad ya evolucionada recogen lo que plantaron en vidas anteriores reciben los resultados de las experiencias que ya realizaron de las pruebas que soportaron, aunque el numero de ellos es restringido, son esos sin coacción del dolor los que aceptan y adoptan fácilmente y sin discusión ni vacilaciones las enseñanzas de la tercera Revelación porque con las verdades que esta predica tiene una más o menos afinidad espiritual.
Estas verdades son las únicas capaces de reformar moralmente al hombre, permanecen al margen de la gran renovación espiritual que se está produciendo en el planeta.
La meta aun no está visible para los hombres, estos están aun muy animalizados sus vidas se resume en satisfacer las pasiones de sus instintos, de nada les vale los esfuerzos y sacrificios y dedicación de los compañeros encarnados que se preocupan con su estado de inferioridad evolutiva dado que son sordos, ciegos e impermeables a todo esfuerzo, que se les preste para esclarecerles.
Son elementos de estancamiento, de detención, de retardo para la evolución de la especie.
El umbral y las tinieblas son aun sus moradas naturales. Los azotes de la providencia siempre están actuando en ellos y lo harán hasta que hayan alcanzado el límite de su propia obstinación y agotados todos los recursos de la tolerancia divina y persistiendo la rebeldía serán relegados a mundos inferiores, donde la vida del Espíritu exiliado deberá ser horrorosamente edificante.
Este trabajo renovador ya se está operando. La mediúmnidad de prueba en la trayectoria evolutiva el Espíritu se purifica y perfecciona, aumenta su sensibilidad y adquiere cada vez mayores, más altas y mas amplias facultades psíquicas. Esta es la ley natural.
Pero estamos cansados de ver individuos moralmente retardados con sentimientos inferiores que poseen facultades mediúmnicas de las más diversos tipos. Son facultades no conquistadas por su poseedor, no son fruto de su superioridad espiritual y sí una dadiva de Dios otorgada en ciertas circunstancias y ocasiones para que en su gozo y uso, tengan la oportunidad de rescatar deudas, salir del punto muerto de un periodo de estancamiento, de un letargo ruinoso, despertando así hacia un nuevo esfuerzo redentor.
Gracias a este medio, el beneficiario cumple eficientemente la tarea rectificadora y sube un grado en su trayectoria espiritual, o fracasa y entonces sufre consecuencias naturales de su obstinación y debilidad.
“André Luiz” confirma en su libro “En los dominios de la mediúmnidad” en el capitulo IX............................................................................
“Nadie puede avanzar libremente hacia el mañana, sin solucionar los compromisos del ayer” y agrega” Mediums abundan en todas partes sin embargo, son raros los que ya se despojaron del pasado sombrío para servir en el presente a la causa común de la humanidad, sin las escabrosidades del camino que les afecta..................esas consecuencias son todas de orden moral y representan un retardo en la marcha ascensional del espíritu, tarea que deberá intentar de nuevo en condiciones más desfavorables y costosas.
La posesión de esas facultades de prueba es dada a muchos espíritus en épocas determinadas como por ejemplo cuando los guías del mundo necesitan promover en la Humanidad determinados efectos, movimientos de compresión más enérgicos, impulsarla por nuevos rumbos o llamar la atención hacia determinados aspectos de la vida espiritual, necesarios a la regularidad de la marcha evolutiva.
Entonces legiones de espíritus reciben esa posibilidad, esa oportunidad y reencarnan poseyendo facultades que por si mismos no conquistaron, facultades en préstamo que deben devolver en forma de un buen trabajo realizado y de aprovechamiento propio.
Se produce así una generalización un derrame de dones mediúmnicos que actúan fuertemente sobre los Espíritus endurecidos o incrédulos fomentando en el medio social colectivo modificaciones irresistibles desde el punto de vista moral o religioso. Y ese acontecimiento es justificado y apropiado pues las masas humanas se detienen solo por efecto del llamado de lo “sobrenatural” meditando y así se reforman.
Las manifestaciones de hoy, como en los días de Codificación son más o menos uniformes y de un mismo nivel, puesto que obedecen a un plan determinado. Los médiums ( dice el espíritu Emmanuel) no son misioneros; son almas que fracasaron rotundamente que contrariaron sobremanera el curso de la leyes divinas y que ahora intentan rescatar, bajo el peso de severas compromisos y grandes responsabilidades el pasado oscuro y delictuoso. Casi siempre son espíritus que cayeron de las cumbres sociales, por el abuso del poder, de la autoridad, de la fortuna y de la inteligencia y que regresan al orbe terráqueo para sacrificarse a favor del gran número de almas, que desviaron de las sendas luminosas de la fe, de la caridad y de la virtud.
Son almas arrepentidas que procuran recuperar las felicidades que perdieron, reorganizando con sacrificios, todo lo que destrozaron en sus instantes de criminales arbitrariedades y de condenable insania.
Los médiums deben ponderar las sagradas obligaciones, preferir vivir en la mayor y difícil de las pruebas a caer en las tentaciones que los atacan insistentemente en los puntos vulnerables. Recordando que es preciso vencer sino quieren enterrar su alma en la oscuridad de los siglos de dolor expiatorio. Aquel que en el espacio se presente como vencedor, de sí mismo, es mayor que cualquiera de los generales de la tierra.
El hombre que se vence a si mismo hace a su cuerpo espiritual (peri espíritu) apto para ingresar en otras esferas.
Si no cooperamos los hombres en la abstención del organismo etéreo, a través de la conquista de las virtudes y de los deberes cumplidos no saldremos del círculo doloroso de las reencarnaciones.
André Luis en su libro “Misioneros de la Luz” capítulo III dice: que una mediúmnidad elevada no realiza actividades mecánicas de la personalidad y si conquistas del Espíritu para cuya consecución no se puede prescindir y de los trabajos necesarios para la educación sistemática y perseverante.
Con estas dos transiciones queda bien clara la división de la mediúmnidad clasificándola a una como de Prueba y a la otra Natural. Una concedida como herramienta de trabajo común y a la otra como conquista del Espíritu de una evolución más avanzada.
Un ejemplo de mediúmnidad Natural, lo vemos en aquellas almas que concurren a los centros procurando en las reuniones mediúmnicas el sintonizar con los espíritus como el caso del capítulo tres de “misioneros de la Luz” donde los del plano carnal intentaban experiencias y se quejaban de la carencia del estimulo de los Bienhechores invisibles, procuraban desarrollarse y no salían de las manifestaciones iniciales. Unos intentaban la psicografia, otros la mediúmnidad de incorporación y casi todos confundían los poderes síquicos con funciones fisiológicas, esperando el progreso eventual y problemático, olvidando que toda edificación del alma requiere disciplina, educación, esfuerzo y perseverancia.
Sin preparación el ingreso en el reino invisible es un viaje en los círculos de las sombras. Se alcanzan grandes sensaciones y se cae en perplejidades dolorosas.
Un asistente intentaba que el lápiz spicografiara pero observado por los mentores, sus glándulas generadoras ofrecían debilísima luminosidad. El aun no comprendía que el cuerpo físico es leve sombra del cuerpo espiritual, no comprendía que la prudencia del sexo es equilibrio de la vida y recibiendo del plano espiritual las advertencias sobre la temperancia, hace caso omiso de ellas, admitiendo que el sexo no tiene que ver nada con la espiritualidad. El error de esta alma es el de muchos religiosos que suponen que el alma separada del cuerpo físico en las manifestaciones sicofísicas se derivan de la influencia espiritual. Allí se observo a varios encarnados donde el alcohol, la glotonería etc., y, enseñaba “Alejandro a André que no es suficiente percibir, que es imprescindible santificar las facultades convirtiéndolas en ministerio activo del bien. Casi todos los candidatos no se disponen a los servicios preliminares de limpieza del vaso receptivo. Dividen inexorablemente la materia y el espíritu, situándolos en campos opuestos. Mientras que los estudiante de la verdad no han conseguido aun identificar rigurosamente las fronteras entre lo uno y lo otro.
No es el mundo un cementerio de tristeza y desolación. Usar el sexo en un plano respetable, usar un aperitivo común, hacer buenas comidas, en modo alguno significa desvíos espirituales. Los excesos representan perdidas de fuerzas, con lo cual se retiene al alma en círculos inferiores. Los que se precipitan en las cárceles de las sombras no les es fácil desenvolver percepciones avanzadas. No se puede alcanzar mediúmnidad constructiva sin el equilibrio constructivo de los aprendices en la sublime ciencia del bien vivir.
No podemos transformarnos de un momento a otro esto es indudable pero no debemos olvidar que la mediúmnidad edificante, no la constituyen las actividades mecánicas de la personalidad y sí las conquistas del Espíritu para cuya consecución no se puede prescindir de las iniciaciones dolorosas de los trabajos necesarios con la auto educación sistemática y perseverante.
Un caso de mediúmnidad de prueba es el capitulo nueve de “En los dominios de la mediúmnidad” titulado “Posesión” donde un joven enfermo, era asistido porque estallo en un grito agudo y se desplomo, siendo transportado hasta un lecho, en una habitación, aislándolo de la reunión.
Era preso de un ataque epiléptico, por la cara transfigurada, por la palidez indefinible, los músculos tetanizados y la cabeza, exhibiendo los dientes apretados. Se mostraba flexionada la cabeza para tras, los brazos parecían dos retoños de un árbol retorcidos por un fuerte huracán.
La médium doña Celina y la madre del muchacho empezaron a orar, la respiración se le torno angustiada y poco a poco el enfermo se convirtió en un torturado vencido.
La médium noto la presencia del infortunado visitante y permaneciendo alerta y con valor, intento estar en condiciones para auxiliarlo. Intento benevolentemente establecer un entendimiento con el verdugo, sin lograrlo. La entidad gritaba: “me vengare” “me vengare” y ¡are justicia con mis propias manos!, permaneciendo el muchacho totalmente ligado al verdugo que lo había tomado por sorpresa. Era un caso de posesión total, o de epilepsia de importancia. El encarnado y desencarnado estaban ligados entre si, como en un trance mediúmnico de bajo tenor, es la asociación de dos mentes desequilibradas estrechamente unidas por el odio que sienten.
Nuestro amigo esta oprimido por importantes deudas del pasado y no podrá avanzar libremente hacia el porvenir sin antes saldar los compromisos del ayer. Por ese motivo Pedro trae consigo una aflictiva mediúmnidad de prueba, es por esto que deberá ser encarado como un enfermo que necesita cariño y asistencia adecuada.
Pedro es un médium torturado y aplicándose con devoción a los nuevas obligaciones que se había investido y perseverando en la doctrina Consoladora, acortara el tiempo de su expiación. Convirtiéndose al bien, modificara el estado mental del adversario, quien se verá arrastrado a su propia renovación por los ejemplos de renunciamiento, humildad y fe.
Los médiums que sufren tremendas pruebas, si persisten en el cultivo de mejores destinos se transforman en valiosos trabajadores en el futuro. El problema consiste en aprender sin desanimarse y en servir al bien constantemente.
QUE LA PAZ, EL AMOR Y LA LUZ PENETREN EN NUESTRAS ALMAS PARA QUE SIGAMOS AL BIEN CON VOLUNTAD Y FIRMEZA PARA LOGRAR NUESTRO ENGRANDECIMIENTO Y PROGRESO.
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COMUNICACIÓN MEDIÚMNICA
La unión es la fuerza ; debéis estar unidos para ser fuertes. El espiritismo ha germinado, echado raíces; y va a extender sobre la tierra sus ramas bienhechoras.
Es menester haceros invulnerables contra los tiros emponzoñados de la calumnia y de la negra falange de Espíritus ignorantes, egoístas e hipócritas . Para conseguirlo, que una indulgencia y una benevolencia recíprocas presidan a vuestras relaciones; que vuestros defectos pasen desapercibidos, que sólo vuestras cualidades sean notadas; que la antorcha de la amistad santa reuna, esclarezca y enardezca vuestros corazones, y resistiréis a los ataques impotentes del mal, como la inmóvil peña a la ola furiosa.
SAN VICENTE DE PAUL.
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EL UNIVERSO ES INFINITO
¿Los soles, los planetas, los satélites, las galaxias parecen haber sido creados para simple deleite de los ojos humanos? ¿Antes de la existencia de la Tierra para quién brillaban las estrellas que matizan el espacio? ¡Durante mucho tiempo el desconocimiento fue nuestro patrimonio! Hoy día, la Astronomía, que es la ciencia que se ocupa del estudio de los astros del cosmos, especialmente de las leyes que rigen su movimiento, comparte con otras áreas de investigación sus técnicas experimentales y objetos de estudio, de entre los cuales cabe destacar la climatología planetaria, la física nuclear, la electrónica, la astronáutica y un largo etc., proporcionando avances para las sociedades. Sin embargo, el estudio científico de los planetas echa por tierra cuestiones metafísicas y conjeturas porque, lejos de ser inaccesible a las verdades, tiene a su alcance un horizonte que brilla con limpia claridad, donde la ciencia tiene por objeto encontrar las verdades eternas. Es pues, cohesionando la parte filosófica y moral del Espiritismo con la ciencia cuando podemos contestar a esas cuestiones de manera global, ya que para hablar de la infinitud del Universo es necesario considerar el todo y no la parte, esa unión, pues, modifica los conceptos erróneos que poseíamos del Universo. La Doctrina Espírita ofrece un campo neutral en que se puede conciliar el materialismo y la espiritualidad, enseñándonos que si no los interrelacionamos es de escasa utilidad para el progreso humano, mostrándonos que hay una relación simbiótica entre los seres y los espíritus, que escapa a las percepciones más groseras. Debemos resaltar que el sentimiento de la vida espiritual está todavía en estado de intuición en gran parte de la Humanidad, siendo presentido por una multitud de personas; muchas aún no se dan cuenta de la importancia de saber qué función tiene el Universo. Existen dos aspectos fundamentales que obligatoriamente no se deben desprestigiar en esa investigación, la física de los planetas y el nivel moral e intelectual de ellos, defendiendo ardientemente el estandarte de nuestra filosofía. ¿Cómo empezó todo? En el libro El Génesis, que pertenece a la Codificación Espírita, encontramos que la materia cósmica primitiva, encerraba elementos fluídicos y vitales de todos los sistemas que desarrollan su magnificencia ante la eternidad. ¡Es la madre fecunda y generadora eterna! En la profundidad de los hornos estelares bajo una fusión nuclear se crearon los planetas con masas de materia condensada y no solidificada, separadas de la masa central por la acción de la fuerza centrífuga y adoptaron en virtud de las leyes del movimiento, la forma esferoidal, más o menos elíptica, según el grado de fluidez que haya conservado. Las sustancias generadoras, fuente del origen de las esferas siderales, no han desaparecido en nuestros días, ni muerto su poder, ya que siguen formando continuamente nuevos mundos, dando vida a nuevas creaciones y recibiendo continuamente los principios reconstituidos de los mundos que desaparecen. La materia cósmica primitiva está sometida a las leyes que aseguran la estabilidad y al principio vital universal que forman generaciones espontáneas en cada globo, a medida que se van manifestando las condiciones necesarias de existencia en cada mundo. En su origen, los mundos no fueron creados en su plenitud y madurez de vida. El poder supremo nunca se contradice y, como todas las demás cosas, el Universo nació niño. Sometida a las leyes y con el impulso inicial inherente a su propia formación, la materia cósmica primitiva dio nacimiento en sucesivas etapas a: torbellinos, aglomeraciones de fluidos difusos, cúmulos de materia nebulosa, que se multiplicaron y dividieron hasta el infinito, para dar nacimiento en las regiones inconmensurables de toda la extensión Universal a diversos centros de creación. Las nebulosas son regiones del medio interestelar constituidas por gases y polvo, tienen importancia cosmológica porque son los lugares donde nacen las estrellas por fenómenos de condensación y agregación de la materia, aunque, en otras ocasiones son compuestas por los restos de estrellas que han muerto. Las galaxias son sistemas masivos de estrellas, nubes de gas, planetas, polvo y quizás materia oscura y energía oscura que se mantienen agrupadas por su mutua atracción gravitatoria. Los cosmólogos denominaron que nuestro Sistema Solar se encuentra dentro de la galaxia conocida como la Vía Láctea, que es una galaxia elíptica. A pesar de sus gigantescas proporciones y la vastedad de su imperio, ocupa un lugar poco apreciable en el Universo, representando apenas un punto insignificante e inapreciable en la inmensidad de las creaciones siderales, sólo es una entre miles. Nuestro astro rey posee una superficie luminosa móvil, ardiente, ondulante, foco permanente de electricidad, que sostiene por atracción recíproca los demás mundos del sistema y a él debemos directa e indirectamente todas las transformaciones vitales sobre nuestro planeta. El Sol, cuya dominación asegura la estabilidad, la regularidad y la armonía de los mundos planetarios, no es más que una unidad insignificante y la humilde compañera de multitud de otras no menos esplendidas. Siendo un tipo general en el orden uranográfico, muy probablemente, los millones de astros son otros tantos centros de magníficos sistemas, algunos semejantes al nuestro, algunos inferiores, otros superiores, otros en formación o decrepitación, manifestando vida en mundos todavía desconocidos. Los astrofísicos definen los planetas como cuerpos celestes que giran alrededor de una estrella, no poseen luz propia, sino que reflejan la luz solar, cada planeta posee una configuración propia. De acuerdo al ítem 56 de El Libro de los Espíritus, observamos infinidad de modelos planetarios, sin embargo, los mundos se enlazan por similitudes, demostrando que en la naturaleza nada está aislado e inútilmente creado, los planetas tienen un origen ígneo y obedecen a las leyes inmutables de la creación. Desde 2006 no se considera Plutón como planeta y se pueden dividir los ocho conocidos en dos grupos: los planetas interiores, rocosos y densos, llamados telúricos y los planetas exteriores, gaseosos y helados, llamados jovianos. No se destaca nuestro planeta azul por su proximidad ni por su alejamiento, no presentando acentuada relevancia frente a los demás mundos del Sistema Solar. Analizando el terreno,
los valles, las montañas, la variación calórica, los estados de electricidad, del magnetismo y el número de satélites, desde este punto de vista, la Tierra no se distingue en modo alguno de los demás planetas. Al emprender el estudio de la posición de la Tierra en el Sistema Solar, vemos que nuestro hogar no disfruta de privilegio y podemos combatir así el argumento de aquellos que, en nombre de su posición, se equivocan lastimosamente cuando quieren abolir la doctrina de la pluralidad de los mundos habitados. Sería mucha soberbia considerar que Dios construyó un Universo infinito solamente para que nosotros vivamos en él. Las enseñanzas espíritas nos ayudan a despojarnos de la añeja ilusión de considerarnos los únicos privilegiados. El Universo es infinito, el espacio es infinito y el tiempo es relativo. Hay una relación directa entre la cantidad infinita de planetas y los tiempos diversos e incompatibles que existen. Más allá de los mundos materiales, en el mundo espiritual la eternidad reemplaza las sucesiones efímeras, pues el Universo es inmensidad sin límites y eternidad sin fin: esas son las dos grandes propiedades de la naturaleza universal. Vemos estrellas no como son, sino como han sido, vemos pues el pasado. Podemos con ese conocimiento mantener la teoría de que el Universo existía mucho tiempo antes del nacimiento de la Tierra, desplegando su belleza en la vastedad de los cielos. Si no tenemos todavía la demostración científica de la presencia de seres vivos en otros mundos, nada prueba que no puedan existir con un organismo adaptado a las condiciones de esos mundos. De hecho, las entidades espirituales se han manifestado afirmando en múltiples ocasiones la veracidad de esta tesis. Ya no tenemos el mutismo, porque innumerables hermanos desencarnados han dejado sus experiencias y consejos, apartando definitivamente el asustador y tétrico silencio. La simple mirada de la Naturaleza habla elocuentemente a nuestro favor. Tenemos abundancia de demostraciones semejantes por la inmensa variedad de ejemplares de la vida en la Tierra. Por simple observación, sabemos que el poder creador es infinito y que no podemos racionalmente oponer ningún obstáculo a la manifestación de la vida en el Universo. Apenas hemos penetrado los misterios que presiden a las funciones habituales de la vida, las propiedades físicas, la acción de la luz y electricidad, los efectos del calor y del magnetismo. ¿No sería negar la existencia de vida en otros planetas, restringir el poder de Dios a estrechas fronteras dentro de las cuales, la misma conciencia humana no se conforma a mantenerse circunscrita para siempre? ¿Estamos solos? La vida también ha evolucionado en muchos otros rincones del Universo, eso es lo que dicta la lógica y las comunicaciones espirituales. Nos dijo el astrónomo y poeta de los cielos Camille Flammarion: «Debemos disuadirnos de la pretensión de poder juzgar el estado de habitación de los mundos, sería pues una pretensión muy cercana al ridículo afirmar que somos los únicos y el único fin de la creación». La intervención incesante del Autor supremo no es superflua, abstracta o estéril. Todos los mundos fueron creados para ser habitados. ¿Cómo puede cumplirse este axioma si no hay seres que habiten los mundos ni los conozcan? La única respuesta a esta cuestión es la idea de habitación que se une inmediatamente a la idea de habitabilidad. Nos explican los Espíritus que los entes del Universo permanecen con la complejidad humana, independiente de algunas diferenciaciones y adaptaciones necesarias al medio del planeta más o menos avanzado a que pertenezca. Recomiendo, para un mayor entendimiento, la lectura de la Revista Espírita donde el espíritu de Bernard Pallissy explica que la superioridad del planeta Júpiter no lo es solamente en el estado moral e intelectual, sino también en el físico, comunicación, alimentación, forma corpórea y proceso del nacimiento, infancia y desencarnación. Además, indica que la principal ocupación de los espíritus de Júpiter es dar aliento a los espíritus que habitan mundos inferiores para que perseveren en la buena senda. Los planetas no obedecen al mismo orden de evolución espiritual que su disposición en relación al Sol. Además, bajo el prisma de la ontología, el examen comparativo de los planetas establece que una gran diversidad debe reinar entre los habitantes de ellos; desde los mundos inferiores a los superiores habrá una correlación en el valor intelectual y moral.
Siendo el Universo un imperio divino donde la vida se expresa en variadas formas, se desarrollan incansablemente millares de millares de naciones que conviven simultáneamente en la inmensidad del espacio, ayudándose mutuamente, revelándonos que cada uno está en un grado de evolución cuyas necesidades son distintas. Así, se lleva a cabo la creación universal, Dios ha creado siempre, continúa haciéndolo y por siempre lo hará. Ya es hora de quitarnos la venda de la incultura, por eso cualquier pensador actual es merecedor de comprender ese elocuente espectáculo.
El espacio que se extiende sobre nuestras cabezas no está desierto y silencioso, ya no es indiferente con sus adiamantadas constelaciones. ¡El Universo está poblado! Leyes eternas físicas y morales comandan su ejecución. A todos aquellos dudosos, subrayo que el Amor es la esencia del Universo y que las criaturas nacieron de la exhalación divina para amarse las unas a las otras. Dios es el principio y está en todas las partes, por su potencia, esencia y presencia. ¡La obra Divina es bella en su conjunto y perfecta en su fin! No estamos solos y sí interconectados, ya no es solamente la atracción física, los rayos del Sol, el calor, el magnetismo lo que reúne a todos los seres; no es solamente el principio de la verdad la que establece lazos indisolubles entre las humanidades estelares, todo el Universo infinito está bajo una ley general: la ley de familia.
Si no tenemos todavía la demostración científica de la presencia de seres vivos en otros mundos, nada prueba que no puedan existir con un organismo adaptado a las condiciones de esos mundos. De hecho, las entidades espirituales se han manifestado, afirmando en múltiples ocasiones la veracidad de esta tesis.
Valle García Bermejo
(Tomado de la Revista Espírita nº 8 de la FEE).
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ANTE EL MÁS ALLÁ
MANIFESTACIONES FAMILIARES · Francisco Cándido Xavier
Nuestras tareas de la noche fueron precedidas de solicitaciones y alegaciones de varios visitantes amigos que deseaban obtener mensajes de familiares queridos, recientemente desencarnados. Diversas familias pidieron manifestaciones de orden particular.
Hecha la oración de inicio, El Libro de los Espíritus nos ofreció la cuestión 155, que suscitó en la reunión muchos comentarios sobre el fenómeno de la desencarnación y sobre las dificultades naturales del intercambio entre los espíritus recién destituidos del campo físico y los hermanos que quedaron en nuestro plan de acción.
Al termino de las tareas doctrinarias, Emmanuel ofreció para nuestra reflexión la paginas Ante el más allá
ANTE EL MÁS ALLÁ· Emmanuel
Si ansias por la manifestaciones de los seres amados que te antecedieron en el gran viaje de la desencarnación
Medita, sin embargo, relativamente la presencia de ellos en el plano físico, donde te encuentras aun, y remonta los cuidados que recibían en los instantes de lucha y sufrimiento: medicación para la enfermedad y entendimiento en las horas de crisis.
Aquellos que se figuran muertos están vivos. Y todos tus pensamientos, con respecto a ellos, para alcanzarles el espíritu en la dirección exacta.
Imagina a una persona en desequilibrio emocional que gritase llorando, al teléfono, rogando consuelo y coraje al ser amado en la otra punta del teléfono, hospitalizado para tratamiento de reajuste, para exigir bastantes veces socorro más intensivo.
De cierto que los responsables del enfermo, de un lado, y por el otro lado, el enfermo, en la distancia, todo harían para aplazar el encuentro solicitado, considerando que aflicción más aflicción sumarian apenas un desespero mayor.
Ante los seres queridos domiciliados en el más allá, reflexione, por encima de todo, en la infinita bondad de Dios, que nos presta los afectos de unos a otros por un tiempo determinado, a fin de aprender, a través de comunicaciones y separaciones temporales, a atesorar el amor indestructible que nos reunirá, un día, en la felicidad sin adiós.
Y mientras perdure la distancia, desde el punto de vista físico, cultiva la nostalgia en los surcos del servicio al prójimo, como si estuvieses amparando y auxiliando a ellos mismos, tanto como efectuando en lugar de ellos todo lo que desearían hacer. Así construirás, gradualmente, el punto de intercambio por el cual vendrán a estar espontáneamente contigo, de modo que te darás cuenta que de la cuna a la tumba, existencia y muerte, son caminos de evolución para la vida inmortal.
TELÉFONO MEDIÚMNICO · J. Herculano Pires (Hermano Saulo)
Unos no acreditan en las comunicaciones de los espíritus, otros creen demás y quieren obtenerlas con facilidad como una llamada telefónica. ¡Ni tanto al cielo, ni tanto a la tierra! Si las comunicaciones entre las criaturas no siempre son fáciles, que decir de de las que se procesan entre los espíritus y los hombres? Mucha gente procura al médium como si el fuese una especie de cabina telefónica. Más no siempre el circuito está libre y muchas veces el espíritu que llamamos nos puede atender.
No hay duda que estamos en la época profetizada por Joel, en las que las manifestaciones se intensifican por todas partes. Ni todos los espíritus, sin embargo, están en condiciones de comunicarse con facilidad. Más allá de eso, la manifestación solicitada puede ser un inconveniente en el momento, tanto para el espíritu como para el encarnado.
La muerte es un fenómeno psicobiologico que ocurre de varias maneras: de acuerdo con las condiciones ideo-emotivas de cada caso, envolviendo al que parte y a los que quedan. La cuestión 155 de El Libro de los Espíritus explica de manera clara la complejidad del proceso de desencarnación. Algunos espíritus se liberan rápidamente del cuerpo, otros se demoran en hacerlo y eso retarda su posibilidad de comunicarse.
Debemos recordar aun que los espíritus son criaturas libres e inconscientes. No están al sabor de nuestros caprichos y ningún médium o director de sesiones tiene el poder de hacerlos atender a nuestras llamadas. Cuando quieren manifestarse, ellos lo hacen espontáneamente, y no es raro de manera inesperada. Se engañan los que piensan que pueden dominarlos. Ya enseñaba Jesús, como vemos en los evangelios: el espíritu sopla donde quiere y nadie sabe de dónde vienen y ni para donde va,
Es natural que los familiares afligidos procuren obtener comunicación de un ente querido. Más conviene que se recuerde de la necesidad de respetar las leyes que rigen las condiciones del espíritu en la vida y en la muerte. El intercambio mediúmnico es un acto de amor que solo debe realizarse cuando es conveniente para los dos lados.
El Espiritismo nos enseña a respetar la muerte como respetamos la vida, confiando en los designios de Dios. solo la misericordia divina puede regular el dialogo entre los vivos de la tierra y los vivos del más allá. Hagamos nuestras oraciones a favor de los que partieron y esperemos en Dios la gracia del reencuentro que solo El nos puede conceder.
Muchos religiosos condenan las comunicaciones mediúmnicas, alegando que ellas violan el misterio de la muerte y perturban el reposo de los muertos. Se olvidan de que los propios espiritus de las personas fallecidas procuran comunicarse con los vivos. Fueron por esa procura de comunicación de los muertos, tan insistente en el mundo entero, que se iniciaron de una manera natural las relaciones mediúmnicas entre el mundo visible y el invisible.
El concepto erróneo de la muerte, como aniquilamiento o transformación total de la criatura humana, genera y sustenta esas formas de superstición. El Espiritismo, reviviendo los fundamentos olvidados del cristianismo puro, nos muestra que la comunicación mediúmnica es ley de vida para liberarnos de errores y temores supersticiosos del pasado.
Artículo publicado originalmente en la columna dominical “Chico Xavier pide licencia” del periódico Diario de San Paulo, en la década de 1970.
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